Vivo sin

vivir en mí

Y tan alta vida espero que

muero, porque no muero

Porque muriendo, el

vivir me asegura mi esperanza

Solo con la confianza vivo de que he de morir

Muerte do el vivir se alcanza

No te tarder que te espero Que muero,

porque no muero

VIVO SIN VIVIR EN MÍ

Vivo sin vivir en mí

Y tan alta vida espero,

Que muero, porque no muero…

Sólo con la confianza

Vivo de que he de morir:

Porque muriendo, el vivir

Me asegura mi esperanza

Muerte do el vivir se alcanza

No te tardes, que te espero

Que muero, porque no muero.

SANTA TERESA DE JESÚS

Marco socio-Histórico

SANTA TERESA DE JESÚS

Nació en un contexto religioso en 1515 en Ávila, España y murió el 4 de octubre, y la enteraron al día siguiente el 15 de octubre, porque el papá le sumo diez días al calendario, pues poseía un error.

Hija de una familia adinerada, la cual fue unas de las últimas hijas de los 11 hermanos que tenía. Desde niña le gustaba e inquietaba la espiritualidad con relación a Dios, y también le apasionaba los libros de caballería, todos los días lo leía, y empezó a preocuparse por su aspecto personal, se cuidaba el cabello, la piel, los ojos. Su padre se dio cuenta de ello y la mando a un convento cuando tenía 14 años.

Desde ese momento le gusto muchísimo, pero le toco devolverse porque le dio una enfermedad grave, la cual casi se la lleva, pero gracias a su fe, oro muchísimo y se alivio, pues los doctores la daban por muerta.

Ella le comento al papá que tenía ganas de volverse novicia, y el le dijo que cuando se muriera lo podía hacer, al ver tal respuesta, se escapo cuando tenía 20 años al monasterio, y en su autobiografía manifiesta lo siguiente “ recuerdo… que al abandonar mi casa, pensaba que la tortura de la agonía y de la muerte no podía ser peor a la que experimentaba yo en aquel momento… el amor de dios no era suficiente para ahogar en mi el amor que profesaba a mi padre y a mis amigos”, sin embargo lo hizo y al año el papá al ver la resolución de su hija le permitió que tomara su camino.

Se caracterizo por ser prudente, amable y por su personalidad encantadora. Eso hacia que todos la quisieran. Y como en el convento había un espacio para que ellas hablaran con la gente, se dio a conocer, pero había un problema en esto, no podía mantener sus oraciones mentales , y esto la hacia sentir muy mal, porque le

interesaba reflexionar mas sobre lo que le contaban que sobre las cosas santas de sus oraciones, como lo indica en su bibliografía el tiempo que se le iba en la oración “se le iban en desear que los minutos pasasen pronto y que la campana anunciase el fin de la meditación en vez de reflexionar en las cosas santas”

Pero un día vio le pregunto a un Cristo ensangrentado y en agonía lo cual atraían en gran manera a la Santa esta clase de Cristo, y le dijo: “¿Quién te puso así? Tus charlas en la sala de visitas, esas fueron las que me pusieron así” lloro por ello y comprendió lo inútil de sus charlas pues no la iban a llevar a la santidad. Desde hay intensifico su decisión espiritual, y veía visiones, ángeles que le hablaban y en una de sus éxtasis, escribió el poema “VIVO SIN VIVIR EN MÏ” en él deja su temor por la muerte la cual le preocupaba en sobremanera, ahora deseaba estar en el cielo y dejar esa vida de sufrimiento y calamidad.

“Mujer de admirable de vigor extraordinario: podía atender sus deberes religiosos y describir su amistad con quien se supo amada, al caer en la cuenta que vida que se da es vida que se vive y responde al deseo de vivir.”

“Su principal preocupación: compartir con los demás la riqueza que se le dio: el gran secreto que guarda el corazón del hombre cuando se hace bueno, cuando se le mira con fijeza y se le escruta en lo escondido”.

AZUL DE TI

(Tomado de los pasos cantados)

Pensar en ti es azul, como ir vagando

Por un bosque dorado al mediodía:

Nacen jardines en el habla mía

Y con mis nubes por tus sueños ando.

Nos une y nos separa un aire blando,

Una distancia de melancolía;

Yo alzo los brazos de mi poesía,

Azul de ti, dolido y esperando.

Es como un horizonte de violines

O un tibio sufrimiento de jazmines

Pensar en ti, de azul temperamento.

El mundo se me vuelve cristalino,

Y te miro entre lámpara de trino

Azul domingo de mi pensamiento.

EDUARDO CARRANZA

Marco Socio –Histórico

Eduardo Carranza Nació en Apia, en los Llanos Orientales de Colombia, el 23 de julio de 1937. Realizo sus estudios en la Escuela Normal de Bogotá, ha ejercido durante años el profesorado, enseñando literatura colombiana y española en universidades y colegios en la misma ciudad.

En 1939 inicio junto con Jorge Rojas, Arturo Camacho, Antonio Llano, Aurelio Arturo, Gerardo Valencia, Carlos Martin, Tomas Vargas Osorio y Darío Samper el movimiento poético denominado “Piedra y Cielo”, este es de gran importancia en la crónica literaria de Colombia en los últimos años.

Sus poemas se centran en la: patria, muerte, amor y tierra. En sus pomas, de perspectiva clasista surge el mundo de la infancia enriquecido con nuevas experiencias en el marco del paisaje americano. Su poesía evoluciona de la celebración de la vida, del amor, de la ilusión y del encanto de la existencia, al reconocimiento ya en la madures, del desencanto, de la desilusión, del vivir, cambio que se refleja formalmente en el paso de la inicial profusión de la palabra al despojamiento y la sencillez posterior, Andrés Olguín dice al respecto; “El poeta toca la raíz esencial del lenguaje…; hace pasar por el corazón el pasado, el presente y el futuro…; se enfrenta al tiempo y a la muerte…;une manos y decide destinos”.

Actualmente el poeta es director de la biblioteca del distrito especial de Bogotá. Ha dictado cursos en el seminario Andrés Bello, del instituto caro y cuervo de Bogotá.

MILENA RONCANCIO GAITÁNYENNIFER MONTAÑA CALDERÓN

FANNY PEREZ

Pensar en ti es azul, como ir vagando por un bosque dorado al mediodía…

..Y con mis subes por tus sueños

Nos une

Y una distancia

…Azul de ti, dolido y esperando

Nos separa…

De melancolía

Es como un horizonte de violines… Sufrimiento de violines…

Pensar en ti, de azul

El mundo se me vuelve cristalino, Y te miro, entre lámpara de trizo, azul

domingo de mi pensamiento