Visita a la Laguna

Antonio Mendieta Collado2ºCC.SS

A primera hora de la mañana, llegamos al puerto de Agaete, sobre las 8 más o menos. Con un sueño importante, pero con ganas de comenzar el viaje.

También desayunamos todos en la cafetería (un donuts a 1,20…tela), pero en aquel momento tenía hambre, así que decidí comprarme uno.

Luego, después de una hora más o menos en barco, por fin llegamos al

puerto de Santa Cruz de Tenerife. Y según íbamos avanzando para organizarnos y así poder coger tranvía, me encontré con estos tres arcos,

además de esta especie de lago que tenía una torre.

De camino al tranvía, pude ver a lo lejos el auditorio tan famoso de

Tenerife, se trata del auditorio de Adán Martín. Y también vi, lo que pudo ser en el asado una torre de vigilancia, convertido en un campanario.

Después de media hora más o menos en el tranvía, llegamos a la Laguna. Una vez allí, logramos ubicarnos (un poco) y conocer las calles, gracias a las explicaciones de Hilario. Y cada uno comenzó a dirigirse hacia el edificio que se les había asignado.

Seguidamente fuimos a un sitio

muy bonito, en el que aprovechamos para echar una

ojeada al patio.

También habían dos esculturas hechas de papel, que tenían firmas y

dedicatorias.

A la salida del recinto, me llamó la atención el suelo y las decoraciones de

la pared. Que me recordaban al Al-andalus.

De camino al edificio, me topé con un grafiti, un poco extraño pero a la vez es llamativo. No sé si querrá transmitir algo, pero así de primeras no consigo captar nada.

Finalmente, conseguimos dar con el edificio, se trata del Palacio Salazar.

La construcción de este palacio fue ordenada por el Conde del Valle de Salazar en 1681. Dispone de dos plantas, en cuyo exterior destaca la fachada con el escudo y sus gárgolas con figuras zoomórficas ( de animales). Desde el siglo XIX acoge la sede del Obispado de la Diócesis Nivariense y está declarado Bien de Interés Cultural. En el año 2006 fue arrasado por un incendio que lo llevó a tres años de restauración y reconstrucción. Su capilla es fruto del trabajo de un grupo ecuménico internacional dirigido por Marko Ivan Rupnik: En su mosaico central de estilo bizantino está representado el misterio de Pentecostés.

En su interior se podía ver un jardín con una fuente y columnas que sostenían la planta superior.

Una vez sacadas las fotos del edificio, decidimos pasear un poco (Abigail, Cristian y

yo), y de paso buscar alguna cafetería para desayunar. Pero antes de eso encontramos un iglesia.

En su exterior había un estanque con carpas koi, que me llamaron la atención.

Y para acabar, fuimos a comer a buffet chino, compramos algún que otro recuerdo para nuestros familiares y nos reunimos en el puerto de Santa Cruz. Todo se resume a una bonita experiencia, que sin duda quedará en mi recuerdo (y espero que en el de todos también). Creo que debería repetirse otra vez alguna excursión de este estilo, que esté relacionada con la materia que proponga la salida.

FIN