visiones del viudo 4

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Número especial "King size" incluyendo "Altar", "Gallito" y "Cascarita", por Castro, Nitrox, Oyanedel, y Oniri.

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Visiones del ViudoNúmero 4

“Altar”CómicSebastián CastroGuión@xebatrocas

Juan “Nitrox” MárquezDibujo@Mr_Nitrox

“El Gallito”RelatoGonzalo OyanedelAutor@gxl_oyanedel

Juan “Nitrox” MárquezDibujo@Mr_Nitrox

“Cascarita”CómicGonzalo OyanedelGuión@gxl_oyanedel

Omar Campos, “Oniri”Dibujo@oniri_comics

Maycols AfaroRótulos “Altar”@mbalfaro

Oscar SalasRótulos y realización@oscarsalas

El Viudo creado por Gonzalo Oyanedel

Una producción Futuro Esplendor@Ft_Exfuturoesplendor.com

Octubre 2012

VISIONES DE EL VIUDO es tanto un presen-tación como una convocatoria. Llevando sus crónicas más allá de la historia oficial, acá en-contrarás el prisma a otros Viudos posibles: Alternativos, predecesores y hasta herederos del legado para futuras generaciones. Las po-sibilidades están abiertas...

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Joe Kubert1926 - 2012

Esto no acaba hasta que caiga el último hombre

Los realizadores de “Altar” y el equipo Futu-ro Esplendor quieren, muy respetuosamente,

dedicar este trabajo a la memoria de

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I

- ¿Tenís miedo?

La pregunta era un latigazo al orgullo de Felipe, otra vez cuestionado en su con-dición de “recién llegado”. Pero el Boris no quería a los débiles en su pandilla y el niño le respondió fuerte, más por instinto que por convicción:

- ¡Obvio que no, puh!

Los demás se miraron entre sí, saboreando lo que se venía. Seguro que el tonto no era tan gallito y pronto estaría arrancando a su casa, tragándose las bravatas como un llorón.

Y todo por la maldita pelota. Por las ganas de estrenarse con un golazo antológico en la cancha del barrio y pegarle con tanta fuerza que la mandó fuera, justo adonde NO DEBÍA CAER.

Al patio de los Muga.

El grupo lo enteró luego de las historias sobre el sitio, usado por sus mal agestados dueños para almacenar fierro viejo. Tampoco faltaron menciones a clientes miste-riosos, a gente desaparecida tras su portón o a aquel feroz perro negro que se pa-seaba entre la chatarra.

Y lo peor: Los Muga nunca devolvían balones.

En fin, que el desafío estaba lanzado y como nuevo en la población debía ganar su puesto. Así son las reglas de grupo y él no pensaba arrugar; menos con el Mecha e’ clavo del Catato echando carbón en su contra. Será chupamedia.

Resignando sus miedos, Felipe empezó a descender por la quebrada que cortaba el peladero rumbo al temido patio. El resto se sentó a mirar en silencio excepto Cata-to, cuyo burlón “¡A buscarla!” respondió con igual veneno mientras bajaba:

- “Cállate, wn”.

II

Oculta por los matorrales, una rotura en las latas permitió que Felipe se colase sin muchos problemas. La quebrada fue más complicada, pagando el descenso con varios rasmillones.

Ya dentro, contempló el sitio: Un laberinto de óxido apilado bastante más grande de lo que aparentaba por fuera. Catres viejos, restos de automóviles y hierro for-jado cerraban estrechos pasillos rendidos al silencio; tributos de un feudo sellado bajo reglas que ahora violaba su joven intruso.

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A poco andar dio con algunos balones sucios y rotos ¿El perro negro? Convendría moverse rápido entonces; no fuera a topárselo estando lejos de la salida. Encima calcular dónde cayó la pelota y hallarla primero que los Muga… quizás la pifió al meterse allí, se dijo.

Por suerte no buscó mucho, pues la esfera aguardaba desafiante junto a un montón de tuberías. Felipe se armó de coraje y caminó despacio, atento a cualquier ruido para después agacharse y correr hacia ella; sentirla de nuevo entre sus manos fue un triunfo, hasta que de pronto una voz le ordenó: - ¡Quédate quieto!

Congelado por el miedo, abrazó el balón para no voltear. Lo habían agarrado en recinto privado y estaba a merced de los dueños; nada que hacer.

Pero luego se escuchó a alguien más:

- Por última vez, Camilo… dame la llave.

¡No hablaban con él! Sí, alguien rondaba… pero no lo habían visto. Rápidamente se agachó y fue a cubrirse tras unos escombros, desde donde atendió una escena inesperada.

En el centro del patio, dos tipos con mala pinta cercaban a un sujeto vestido de ne-gro, que llevaba sombrero y guantes. Ambos portaban sendas navajas y él les hacía frente con una guardia de box. ¿Sería posible…?

¡El Viudo! Lo reconoció por las fotos que publicó la VEA. En la escuela siempre ne-garon su existencia, pero no podía equivocarse ¿Qué hacía encarando a los Muga?

- Esto es nuestra propiedad y no se admiten mirones – Bramó el más viejo. - ¿Dices lo mismo cuando te traen autos robados al desguace?

El más joven miró tenso a su hermano, el que evitó responder cambiando el tema:

- ¿Y para qué es esa llave?- Termina el teatro, Camilo. Ignoro quién te pidió esconderla, pero con eso no in-culparán a Pérez de matar al joyero. Entrégala.

De pronto, Felipe se percató que otro individuo se acercaba al Viudo por su espal-da, con una pala en ristre ¡Un ataque a traición!

- No sabemos de ni una llave acá – respondió Camilo al percatarse -. Aparte que el Pérez se coció sólo hablando con los pacos…

El furtivo levantó la pala en silencio, listo a descargar su hoja.

- … Igual que otro.

Desesperado, el niño quiso avisar al Viudo. Pero ¿Qué podía hacer? Los Muga eran más y sólo tenía a mano chatarra y una pelota.

La pelota…

Algo que siempre enorgulleció a Felipe fue su habilidad como futbolista. Siendo bajo y enfermizo, compensaba su salud con velocidad y precisión, siendo un temi-do artillero en las pichangas de su antiguo barrio.

Lo demás fue cosa de instantes, acomodando rápido el balón y dándole fuerte para acertar en plena cara del matón, quien soltó la pala mientras El Viudo descubría su intento y lo bajaba de un seco derechazo. Tomaba así ventaja contra los Muga, protegiendo de paso a su salvador, ya expuesto.

Al niño lo impresionó cómo el enmascarado enfrentaba implacable a sus agresores con puñetazos bien puestos y un esfuerzo calculado. Los Muga no tenían oportu-nidad; al punto que en plena reyerta se permitió animar a su héroe con un sonoro “¡Bien!”; pero éste se giró al escucharlo y viéndolo aún en el sitio, le ordenó con un potente grito:

- ¡FUERA DE AQUÍ!

Felipe no esperó otro llamado y escapó por sus pasos, cogiendo el balón a la carrera gracias a que éste rodó por el desnivel del terreno. Sin mirar atrás, franqueó el la-tón roto para escalar la quebrada a toda prisa, justo cuando unas sirenas de radio-patrulla empezaban a escucharse.

Encontró a la pandilla donde mismo, callando de admiración cuando les mostró ufano la prueba de su valor, descubriendo entonces que estaba roto y las costuras cedieron al rozar el latón.

III

La tarde siguiente, Felipe pateaba piedras en una esquina.

Prefería evitar al grupo del Boris, que a esa hora deambulaba por la cancha buscan-do entretenerse. Y aunque ganó respeto entrando a lo de los Muga, regresar con un balón reventado dio pie a malas caras e insultos que tardaría en olvidar.

Tampoco le fue mejor en casa, pues su madre lo castigó al llegar tan sucio y luego que anduvo colándose en propiedad ajena ¿Y el famoso enmascarado? Puro cuento para explicar los rasmillones de andar peluseando, no más.

Así, no había ganas de más atados…

Un lustroso Mercedes Benz asomó desde la bocacalle poco después, removiendo el polvo dormido del pavimento. Felipe lo siguió con la vista hasta que inesperada-mente se detuvo junto a él y su conductor – tras bajar la ventanilla - lo llamó, arro-jándole un bulto:

- ¡Ataja, cabrito!

Extendiendo sus brazos por reflejo, Felipe atrapó con firmeza. Le tomó un segundo reconocer aquel tono amarillo marrón y el penetrante aroma del cuero colmando su olfato.

¡Una Top Star del Campeonato Mundial! Sus 18 paneles cosidos a mano no enga-ñaban. Era difícil creerlo ¡Pero sí!

Confundido, miró otra vez al desconocido cuando éste ya apuraba el motor, enmu-deciendo de sorpresa al reconocer la voz que a modo de despedida, le dijo:

- Y sigue practicando.

El Mercedes siguió su rumbo, dejando atrás a un niño emocionado por el regalo de una nueva oportunidad. Sólo el viento y algunos quiltros presenciaron el momento, que los años guardarían como un tesoro en la memoria de Felipe.

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Recordando el legado de José Bohr, Eugenio Retes y Ole-gario Lazo

Septiembre renueva los aires de Chile.

Coloridos volantines van reclaman-do el cielo, mientras los trompos restallan sus púas a lo gallito y el viento tuerce remolinos de papel.

Es tiempo de tradiciones que enga-lanan la fiesta.

Es época de circo.

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Y este año es especial, porque el Tony Cascarita ha retornado a Santiago.

Muy querido en los sec-tores populares, su cir-co ha llevado diversiôn a

todos los rincones.

Una carpa que alberga décadas de historias.

Y que tras dos años de au-sencia, hoy se llena para

aplaudir su espectáculo más noble.

El de un artista pobre entregado a su pasiôn.

Aunque en el corazôn, las razones sean otras.

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Emilio, su niño. ...pero todos se pagaban al verlo reír.

Años de entu-siasmo y práctica lo lle-varon a amar el circo.

Hasta compartir aplau-sos bajo la identidad del “Tony Coscorrôn.”

Gavino siempre confiô en que su legado viviría en Emilio.

Y así fue hasta que conociô

a Delia.

Criado entre las lonas y cuerdas de un ho-gar itine-rante.

Cuántos sacrifi-cios por mante-nerlo...

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Ella no era de los tri-gos más limpios y sabía enga-tusar.

Emilio cayô redondo.

Feliz del placer que pudo comprar.

Pero hay promesas que se van con el dinero.

Mientras otras renacen en unas cuantas frases.

URGENTE

EMILO ENCONTRADO ALQUILANDO PIEZA SANTIAGO STOP FA-VOR TELEFONEAR

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La mujer lo botó hace unos meses.

Está contando chistes en un cabaret.

Sí.

¿Lla-maste?

O sea, está

bien.

Así dicen.

Ir a buscarlo,

claro ¿Me acom-pañas, Iván?

¿Qué harás enton-

ces?

va-mos

Hoy cerramos,

Gavino ¿Cómo lo hacemos con la

función?

Tran-quila, Marina. Si

iremos de una ca-rrera.

Page 21: Visiones del Viudo 4

“No haremos esperar a nadie”

La pega es poca,

pero con lo del cabaret me doy

vueltas.

Cuan-do Delia se

fue me ins-talé acá.

Y nada, pueh.

Aquí me tiene.

¿Por qué no

volviste con nosotros, entonces?

Lo que pasa es que…

Recoja sus cosas. Usted vuelve al circo

No puedo,

papá. Si tengo deudas.

De eso no se preocupe.

Para eso tiene a su

padre.

La señora no

puso atados. Le interesaba más desocupar la

pieza.Pero

igual le cancelaste.

si.

¿Y la

plata del prestamista,

Gavino?

Se la mando

con el Tito apenas lle-

guemos.

Ya está bueno de

problemas.

Page 22: Visiones del Viudo 4

¿Don Nolo?

Ahí tenís. Retírate

Sí, Don nolo.

¿Así que arrancán-

dose sin pagar?

Con esos se toman

medidas especia-les.

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“¡¡Muchas gra-cias y buenas noches!!!” Despidamos

con un gran aplauso al Tony

Cascarita.

jajajaja

jaja

¡bravo!

Y siguiendo con el

espectáculo, traemos a la pista un número

espectacular…

Ya volviô el Tito. Dice

que esta persona no quiso darle recibo.

Sinvergüenza, no más. Será pues; lo importante es

que se le pagô.

¿Qué hace el Emilio?

“Iván lo acomodô tras unas cajas en mi tienda. La Rossi le dio un calmante.”

“Ese cabro necesita dormir.”

“Descansa tú también, Gavino. Nosotros

cerramos.

“Gracias, chiquilla”.

Page 24: Visiones del Viudo 4

¡Sht!

¿Qué buscan acá?

Te traemos un

recado, “Coscorrón”.

Pa’ que le hagai honor a tu nombre, po’.

Page 25: Visiones del Viudo 4

Veo pocas

luces ¿Se habrán acostado? Si

la funciôn terminô, deben estar sacando

cuentas.

Por lo menos

Gavino no iba en esa camioneta.

¿Por qué no

llamô cuando llegô a Santiago? Seguro pensô que

molestaría…

¿Gavino? Mi amigo... Por favor, mi amigo…

Que no le hagan nada al Emilio…

¡Pide una ambulancia!

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Page 27: Visiones del Viudo 4

¡Aaaargh!

Uhh...

Empieza a hablar, mejor…

¿Quién te encargó el trabajito?

Page 28: Visiones del Viudo 4

“¿QUIÉN TE MANDÓ?”

“Suave, que me estás

matando, que estás acabando con mi

juventud...”

He-hehe...

“Yo quis-iera haberte sido infiel

Y pagarte con una traición”

Tan fácil, señor.

Bonito ¿Ah?

¡GAAHH!

Te saliô a pedir de

boca, Nolo.

¿Q-quien?

Aunque el padre de

Emilio saldó su deuda, no avisaste a tus

matones.

Que le dieran

lo suyo, no más. Total ¿Cómo iban a probar que tú los

enviaste?

Pero a los

desgraciados se les pasó

la mano con el viejo ¿Te das cuenta de lo que hiciste?

¡Ándate con él,

entonces!

Page 29: Visiones del Viudo 4

¡AY!

Infeliz...¡No!¡Aaaghh!

El pobre Gavino

sôlo quería a su hijo de vuelta.

Y-yo te conozco. La ley

te persigue.

Ahora están

ocupados recogiendo a tus socios. Van a

confesar todo.

Pero contigo

les va a costar más.

Page 30: Visiones del Viudo 4

Perdôname, papá. Lo siento

tanto…

Está vivo.

¡usted! Acá está lo que

pagô. No volverá a molestarlos.

Gracias.

¿Cômo está?

No hay cómo

conocer el daño hasta que llegue

el médico.

Pero tiene las

piernas rotas. Puede que no

camine más.

Debí llegar antes.

Está bien. Usted

hizo lo que pudo y recuperô los ahorros

de Gavino.Estaba

tan contento cuando recibió su

telegrama…

“Y al menos se rencontraron.”

Page 31: Visiones del Viudo 4

“Dedicado a Ignacio González (1975-2012). Nos vemos, nacho.”

“Desarmaron el campamento rápido. Casi no

alcanzamos a verlos…”

“¿Dônde van ahora?”

“Rancagua. Octubre es bueno en

esa zona.”

“Tampoco queremos alejarnos mucho…

por cualquier cosa.”

“Descuiden con eso. Mi amigo que lleva el

caso aseguró que Nolo tiene para rato a la sombra.”

¿Qué hay de ti, Emilio?

Me quedo, patrôn.

Tengo una nueva

oportunidad y el circo me necesita. Oh,

Muchas gracias.

Esto es por lo que mi papá

luchô. Aquello en lo que se dejô la vida y no se va a

perder.

Ya nunca más estará

solo.

Y el legado del Tony

Cascarita seguirá adelante.

“Sôlo preocúpense de Gavino.

Los va a necesitar más que nunca.”

¡Hasta siempre!

“El circo de Cascarita nunca retornó a Santiago, quizás

evitando los recuerdos ingratos.”

” Y aunque la gente tejiô varios cuentos sobre el difunto Tony Cascarita, su

carpa siguiô llevando alegría por décadas a nuevas generaciones.”

“Porque septiembre es

tiempo de fiesta.”

“Es época de circo.”

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Sergio Livingstone1920 - 2012

Él es nuestra última esperanza.

En Futuro Esplendor queremos también, muy respetuosamente, dedicar este trabajo a la

memoria de

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LA CUECA DEL MANCOADELANTO EXCLUSIVO

arte de Campos y Docolomansky

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LA CUECA DEL MANCOADELANTO EXCLUSIVO

arte de Campos y Docolomansky

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Sebastián Castro (Santiago, 1982), publicista y guionista, desde que hace años lo mordiera un escritor radiactivo, divide su tiempo tipeando sobre y para el cómic. Hoy trabaja en Acceso, Zombies en la Moneda, X-Chiles y varios otros proyectos nacionales, mientras se prepara para el relanzamiento de dos de sus creaciones anteriores: Curso Alternativo y Bichos Raros. Lo encuentras divagando de capas y mallas en @xebatrocas.

Juan Nitrox Márquez (Parral, 1981) Miembro de Aquagraphics, ha trabajado como colorista para varios títulos de cómics: Tauca, Cenit, ZELM, entre otros. Sin embargo, su pasión es el dibujo: El Hoyo, Dulce Espera, Mortis, Sinfonías Sencillas y Altar, son muestras de su trabajo. Hoy se apresta a desarrollar El Wing para Futuro Esplendor@Mr_Nitrox

Visionarios

Oniri (Seudónimo de Omar Campos, Traiguén, 1970) Durante casi una década, fue el ilustrador humorístico editorial del Diario El Sur de Concepción, donde impartió talleres de cómic y organizó eventos culturales relacionados con el noveno arte. Ya en Santiago, compatibilizó el dibujo de cómic con sus estudios de animación 3D, dejando atrás lo humorístico, para encontrarse con otras temáticas.Participó en el libro homenaje a los 20 años de revista Trauko y en el comic-book El Italiano que se publicó en Europa. Además fue co-creador del web-comic Terrorkid.Actualmente es editor de la revista de comic chileno Síntoma, perteneciente a Ed-itorial Ocholibros.

Gonzalo Oyanedel (Viña del Mar, 1975) es guionista y fundador de Futuro Esplendor. Ha participado en Sinfonías Sencillas (2012) y además de ser editor de Visiones del Viudo, prepara otros proyec-tos relacionados con El Viudo, personaje del cual es creador.

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