victorino girardi stellin la iglesia en america: obispo de...

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Victorino Girardi Stellin Obispo de Tilaran - Costa Rica LA IGLESIA EN AMERICA: NUEVA EVANGELIZACION V EN CAMINO HACIA LA MISION "AD GENTES" De esle amplio lema voy a desarrollar brevemente, en tres momentos, los siguien- tes puntos: una presentaci6n, necesariamente aproximativa de "nuestro" Continente y mas bien desde los "contrastes" que desde las "convergencias". Sucesivamente veremos el "crescendo" del magisterio misionero de Juan Pablo II para que nos pro- yectemos "mcls alia de las fronteras". En un tercer momento, nos acercaremos a la Nueva Evangelizaci6n; tratare este punlo despues de haber comentado la invitaci6n pontificia a la misi6n "ad gentes", ya que ha sido s610a partir de 1983 - casi cinco anos despues de haber sido elegido Papa - que el Santo Padre insistentemente nos ha convocado a la Nueva Evangelizaci6n para America. 1-' Ha lIegado la hora Entre el22 y 26 de enero del ano 1999, Juan Pablo II, realiz6 su cuarta visita a Mexi- co para firmar en la Basilica de nueslra Senora de Guadalupe, y para entregar a todos los cat61icos de America, su exhortaci6n apost61ica postsinodal: Ecclesia in Ameri- ca. El documento recoge muchas de las conclusiones a las que llegaron los Obispos de nuestro Continente, en la Asamblea Especial para America. En efecto, en la pers- pectiva del gran Jubileo del Ano 2000, el Papa qui so que tuviera lugar una Asamblea Especial del Sinodo de Obispos para cada uno de los cinco Continentes: asi se reuni6 una asamblea especial del Sinodo de Obispos en Roma dedicado a Africa (1995), a Asia (1998), a Oceania (el mismo ana) a America en diciembre de 1997 y a Euro- pa (1999). Se Ie nombr6 Asamblea Especial del Sinodo de Obispos para America, como "reali- dad (mica". Para nosotros, acostumbrados alas Asambleas del CELAM y a considerar America del Norte y a America Latina, como dos realidades cultural y religiosamen- te bien definidas, este hecho nos result6 sorprendente. No podemos ademas pasar por alto que enlre estas dos realidades - cuando en otras partes han caido "muros"-, toda- via hoy en dia, existen alambradas , perros, poliefas armados controles cada vez mcls exigentes, y leyes que restringen el paso de una a la otra ... Ha sido una opci6n del Pa- pa, el considerarnos en unidad. Tenia que venirnos de fuera esta voluntad explfcita de vernos como unico Continente, ya que por muchas razones hist6ricas, culturales, sociales, econ6micas, sentimos 0 percibimos mas las diferencias que las convergen- cias, las "agresiones" del Norte en conlra del Sur, mas que la voluntad de comuni6n ... Para entender este paso de trascendental importancia para la Iglesia Cat61ica en -----------~----------- 1<'IINTF~Dnn:TE

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Victorino Girardi StellinObispo de Tilaran - Costa Rica

LA IGLESIA EN AMERICA:NUEVA EVANGELIZACIONV EN CAMINO HACIA LAMISION "AD GENTES"

De esle amplio lema voy a desarrollar brevemente, en tres momentos, los siguien-tes puntos: una presentaci6n, necesariamente aproximativa de "nuestro" Continentey mas bien desde los "contrastes" que desde las "convergencias". Sucesivamenteveremos el "crescendo" del magisterio misionero de Juan Pablo II para que nos pro-yectemos "mcls alia de las fronteras". En un tercer momento, nos acercaremos a laNueva Evangelizaci6n; tratare este punlo despues de haber comentado la invitaci6npontificia a la misi6n "ad gentes", ya que ha sido s610a partir de 1983 - casi cincoanos despues de haber sido elegido Papa - que el Santo Padre insistentemente nos haconvocado a la Nueva Evangelizaci6n para America.

1-' Ha lIegado la hora

Entre el22 y 26 de enero del ano 1999, Juan Pablo II, realiz6 su cuarta visita a Mexi-co para firmar en la Basilica de nueslra Senora de Guadalupe, y para entregar a todoslos cat61icos de America, su exhortaci6n apost61ica postsinodal: Ecclesia in Ameri-ca. El documento recoge muchas de las conclusiones a las que llegaron los Obisposde nuestro Continente, en la Asamblea Especial para America. En efecto, en la pers-pectiva del gran Jubileo del Ano 2000, el Papa qui so que tuviera lugar una AsambleaEspecial del Sinodo de Obispos para cada uno de los cinco Continentes: asi se reuni6una asamblea especial del Sinodo de Obispos en Roma dedicado a Africa (1995), aAsia (1998), a Oceania (el mismo ana) a America en diciembre de 1997 y a Euro-pa (1999).Se Ie nombr6 Asamblea Especial del Sinodo de Obispos para America, como "reali-dad (mica". Para nosotros, acostumbrados alas Asambleas del CELAMy a considerarAmerica del Norte y a America Latina, como dos realidades cultural y religiosamen-te bien definidas, este hecho nos result6 sorprendente. No podemos ademas pasar poralto que enlre estas dos realidades - cuando en otras partes han caido "muros"-, toda-via hoy en dia, existen alambradas , perros, poliefas armados controles cada vez mclsexigentes, y leyes que restringen el paso de una a la otra ... Ha sido una opci6n del Pa-pa, el considerarnos en unidad. Tenia que venirnos de fuera esta voluntad explfcitade vernos como unico Continente, ya que por muchas razones hist6ricas, culturales,sociales, econ6micas, sentimos 0 percibimos mas las diferencias que las convergen-cias, las "agresiones" del Norte en conlra del Sur, mas que la voluntad de comuni6n ...Para entender este paso de trascendental importancia para la Iglesia Cat61ica en

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_P_A_R_T_E_'_I_I_I @ V_ic_to_r_in_O_G_ir_a_rd_i_S_te_I_lin

America, hay que volvel'al discurso inaugural del Papa Juan Pablo II para la IV Con-ferencia General del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo (12 de octubrede 1992). En aquella ocasion les dijo el Santo Padre: «La Iglesia, ya alas puertas deltercer milenio cristiano y en unos tiempos en que han caido muchas barreras y fronte-ras ideologicas, siente como un deber ineludible unir espiritualmente aun mas a todoslos pueblos que forman este gran Continente, y a la vez, desde la mision religiosa queIe es propia, impulsar un espiritu solidario entre todos elIos»l.En esa misma intervencion Juan Pablo II, invito a los Obispos de America Latina ydel Caribe a «valorar la oportunidad para que en un futuro no lejano, pudiera cele-brarse en encuentro de los representantes de los Episcopados de todo el Continente.Americano, que podria tener tambien caracter sinodal, en orden a incremental' lacooperacion entre las diferentes Iglesias particulares, en los distintos campos dela accion pastoral y en el que, dentro del marco de la nueva evangelizacion y comoexpresion de comunion episcopal, se afronten tambien los problemas relativos a lajusticia y a la solidaridad entre las naciones de America»2.Juan Pablo II, con vision profetica y autentico optimismo cristiano, lanzo esa invita-cion, pero muy conciente de las dificultades que hubiese encontrado su realizacion,como puso de relieve unos anos mas tarde en su carta Apostolica Tertia Millennia Ad-veniente, de 1994 en que convocola Asamblea Sinodal para toda America, «sobre laproblem<'iticade la nueva evangelizacion en las dos partes del mismo continente, tandiversas entre si pOI'su origen y su historia, y sobre la cuestion de la justicia y de lasrelaciones economicas internacionales, considerando la enorme desigualdad entre elNorte y el Sur»'l.De hecho la invitacion del Papa, no parece que haya recibido mucha acogida duran-te la Asamblea General del CELAM en St~. Domingo. Los que participaron en ellaafirman que pudo haber caido en el vacio, si Mons. Gregorio McRath, arzobispo dePanama, naturalmente mas atento a la propuesta del S. Padre, par su origen, su cul-tura y su posicion "puente" entre los obispos del Norte y los de Latinoamerica, nohubiese hecho 10posible para que se Ie concediera la debida atencion.De todos modos, despues de la publicacion de la carta apostolica Tertia MillenniaAdveniente se iniciaron los trabajos preparativos propiamente dichos, hasta lIegara la Asamblea Especial de los Obispos para America, celebrada en el Vaticano del16 de noviembre al12 de diciembre de 1997. Fruto de esta Asamblea especial es laexhortaci6n apost61icaEcclesia in America que es pues el primer documento del Ma-gisterio de la Iglesia Cat61ica en America, es decir de todo el Continente, fijando asiuna nueva etapa de la historia de la Iglesia en nuestros Paises. La preparaci6n de ununico documento para todas las Iglesias locales, desde Canada a Patagonia, no hasido nada facil, obviamente, y los que han vivido el Sinodo pueden testimonial' las di-

ficultades que han encontrado los Obispos de America del Norte para comprender losproblemas y los obstaculos de sus hermanos del Centro, de Sud~merica y del Caribe.Este hecho puede ayudar a situar los inevitables limites del mIsmo.docuJI~ento,pa~-ticularmente en 10referente a la problematica propia de cada IglesIa partIcular. Smembargo el paso ya esta dado: no cabe volver atras, y ya vemos los frutos de la.A~am-blea y de la exhortacion Ecclesia in America, que se manifiestan en el fortalecImIentode la solidaridad entre las Iglesia del Sur y del Norte, sobre temas tan dolorosos, einquietantes como los de los refugiados, de la pobreza, de los migrantes, de las ca-tastrofes naturales ...

Profundos y tragicoscontrastes

La exhortaci6n postsinodal habla de «elementos comunes a todos los pueblos deAmerica entre los que sobresale una misma identidad cristiana, asi como tambienuna aute'ntica busqueda del fortalecimiento de los lazos de solidarid ad y eomunionentre las diversas expresiones del rico patrimonio cultural del Continente>,I.Pero es-ta afirmacion no deja en sombra, en absoluto, los contrastes y paradojas de nuestro

Continente.Veamos algunas. Sabemos que casi 1150 de millones de catolicos en ell11u~do,unos530.000.000 viven en America Latina y el Caribe, y a ellos hay que anadIr los ca-si 90 millones de Estados Unidos y Canada5• Los cat61icos somos pues el 63% de laentera poblaci6n de America. En el viejo Continente de donde recibil110sla fe cristia-na los catolicas alcanzan s610un 39%. Tenemos los tres paises con el mayor numerode'cat61icos: Brasil con 140 millones (80% de la poblaci6n), Mexico con 93 millonesy Estados Unidos con 60 l11illones.La poblacion catolica ser:ida pm: 1750 Obispos,121.400 Sacerdotes, 230.885 Religiosas, 1.171.707 CateqUlstas, mlentras van for-mandose para el sacerdocio casi 40.000 seminaristas. Son cifras que nos ayudan acomprender la importancia que tiene nuestro Continente en su conjunto para la en-tera Iglesia de hoy. Aca no vive una porcion "cualquiera" del catolicismo, sino quesomos el 60% de la feligresia cat61ica mundial y aca vive y trabaja la mayor parte delepiscopado. Somos tambien quiza la Iglesia mas dinamica y creativa pasto~almeI~tehablando. Sigue siendo la plena actualidad 10que dijo Juan Pablo II en su prnner VIa-je apost61ico- a Mexico precisamente, en 1979 -: <Nengoa esta porci6n viva e~lesial,la mas numerosa, parte vital para el futuro de la Iglesia Cat61ica... El Papa qUlere es-tar cercano a esta Iglesia evangelizadora, para alentar su esfuerzo, para traerIe nuevaesperanza a su esperanza, para ayudarIe a discernir sus caminos, robusteciendo 10que convenga, para que sea cada vez mas fiel a su mision»b.

1 CELAM, Santo Domingo Conclusiones, ed. de laConferencia Ep. de Guatemala, Ciudad de Gua-temala-Gautemala 1992, n. 17, p. 10.

2 Ibid., n. 17, p. 10.3 JUAN PABLOII, lell. ap. Tertia Millennia Advenien-

te (10 noviembre 1994), 38.

4 JUAN PABLO II, es. ap. Ecclesia in America (22enero 1999), 5.

5 Para todas las estadisticas siguientes cf Annua-rium Statisticum Ecc/esiae (Libreria Vaticana) yel/nfarme sabre Desarrollo Humana de 1998 pu-

blicada par el programa de NACIONESUNIDASPA-RAEL DESARROLLO(PNUD).

6 JUAN PABLO II, Discursa en ef aeropuerto deMexico, 25-1-1979.

Sin embargo, y en abierto contraste con esta realidad que ha hecho hablar de Ame-rica Latina como del "Conlinente de la Esperanza", debemos constatar que hastaahora, despues de 500 aiios de presencia cristiana, la Iglesia Amerindia, esta bien le-jos de haberse constituido, aunque debamos reconocer el surgir de timidos comienzos.En America Latina tenemos mas de 52 millones de indigenas, de los cuales el 90%se encuentra en 5 paises: Mexico con 23 millones y medio, Guatemala con 6 millones,Ecuador con 5, Peru con 11 y Bolivia con 4. Pero no hay una Iglesia que sea realmen-le "de ellos": queramos 0 no reconocerlo, no cabe hablar en absoluto de una jerarquiaindigena, de una Iglesia realmente inculturada. Si un joven indigena quisiera ser sa-cerdote, pOI'ejemplo, debe abandonar su idioma, su cultura y someterse a un exigenteproceso de transculturacion. Muy diferente es el caso de Africa subsahariana, despuesde unos 120 anos de evangelizacion, ya cuenta con unos 25 cardenales, y la casi totali-dad de obispos africanos, a pesar de que los catolicos corresponden solo a un casi 16%de la entera poblacion del Continente africano ... Dolorosamente, el mundo Amerindionunca ha sido un autentico interlocutor cultural para la Iglesia que de Europa se vino aAmerica: se traslado aca la Iglesia catolica mas que hacerla "surgir".Hay mas contrastes y paradojas.

En America se halla el Pais de mas elevado Producto Interno Bruto, de mayor rique-za y el que controla mas poder economico, militar y politico en el mundo, pero a lavez tenemos a uno de los paises mas pobres del planeta, Haiti, que no nos penniteolvidar que en nuestro Continente viven unos 220 millones en situacion de grave po-breza, particulannente en Guatemala, Nicaragua (uno de los paises mas despobladosde America), Bolivia, Peru y el inmenso y "rico" Brasil.

Allado de las 4 naciones mas extensas del Mundo (Brasil, Canada, EE.UU., Mexico)se hall an los paises mas pequenos, como son S. Lucia, Guadalupa, Barbados ...Las Universidades que han logrado el mayor numero de premios Nobeles (Tecnolo-gico de Boston, Harvard, Yale, Princeton ...) se encuentran en nuestros Continente,pero se da tambien Paises del mas alto analfabetismo: en ciertos poblados indigenasde Guatemala, pOl'ejemplo, la casi totalidad de las mujeres son analfabetas, asi enalgunas serranias de Peru y Bolivia.

En el sector economico, todos reconocen los extraordinarios recursos materiales detoclotipo que tiene America. No olvidemos, pOl'ejemplo, que todavia hoy en dia, lamayoria de plata - un 75% - que circula pOl'el munclo,es mexicana. Toclosestamosenteraclos de la reservas c1e"oro negro" (petroleo) c1eMexico, Venezuela, EE.UU.,Alaska, Caribe ... las materias primeras son muy abunclantes, pero a parte el caso delNorte, la precaria capacidad tecnica de la mayoria c1enuestros Paises no permite ex-plotarlas. Son las trasnacionales, casi siempre extranjeras las que explotan, haciencloque las ganancias queden en manos c1epocos. Otras veces sohre ciertas materias pri-mas, como el caso del petroleo en Mexico, pesa la grave e insoluble hipoteca de ladeuda externa. Hay un sector en el que el contraste aclernasde paraclojico, es vergon-

zoso. Me refiero ala c1istribucionc1ela riqueza. Los c1ocumentosc1eMeclellin, Pucbla,Santo Domingo ya han evidenciado repctidamente esta distancia entre ricos y pobresen America, c1istanciaque en ocasiones es ya un abismo. He aqui unas cifras: menosdel 20% c1ela poblacion percibe y controla el 70% de la riqueza en Brasil, 65% enColombia, 61% en Mexico, el57% en Venezuela, 54% en Perll, 52% en Chile ... Solopocos paises arabes, productores de petroleo superan nuestros niveles de c1esigual-c1acl.A estas cifras, anaclamos que un 10% de nuestra poblacion americana, vive enla miseria. POl'otra parte, no se ve un camino de salida de estas situaciones, mas bienellas parecen agravarse inclusive poria desfachada politica economica del neolibe-ralismo y por el c1urofenomeno de la globalizacion. Pero hay otro hecho que influyeen todo esto: la poblacion en el sur de nuestro Continente, en general, ha crecidocon un ritmo que dificulta enormemente que pueda ofrecersele un aclecuado nume-ro c1epuestos de lrabajo. Solo un ejemplo: hace solo 60 anos, todos los habilantesde Mexico eran los que ahora son los moradores del Distrito Federal con sus ciuda-des suburbanas, a saber unos 30 millones. En otros terminos, la poblacion joven esabsolutamente la mayoria: demos otra vez el ejemplo de Mexico, el pais Latinoame-ricano mas al Norte y a la vez con casi la mitad de la poblacion indigena de nuestroContinente. Alia la poblacion de 1 a 14 anos es 10 veces mas numerosa que la de 70a 80 aiios, con una piramide c1eedades, pues, casi perfecta. El contraste con Euro-pa es imporlante: en el viejo Continente la proporcion es de 4.5% de ninos de 1 a 14anos con 3.1% de ancianos de 70 a 80 anos. Es en este Continente en el que peregri-na nuestra Iglesia «entre anguslias y esperanzas, entre frustraciones y expeetativas»7,con la certeza de que Cristo es el Sefior de la Historia, y el Espiritu Santo, el protago-nista de la Mision, pOI'10cual tambien el segundo milenio constituye para nosotros,como pOl'10demas cualquier otra epoca, un "umbral de esperanza".

1.3 Rasgos de nuestra Iglesia

Ante todo una constatacion. Convivimos con 10que leelllos en el n.14 de Ecclesia inAmerica, a pesar de tantos contrastes, «el cristianismo, y, en grado mas profundo,eI catolicismo, ha determinado la identiclaclde America, su fisonomia religiosa, im-pregnada clevalores morales que si bien no sielllpre se han vivido coherentelllente yen ocasiones se han puesto en discusion, pueden consiclerarse en cierto modo patri-monio de todos los habitantes de America, incIuso de quienes no se identifican conellos». Ahora bien, esta realiclad de hecho es vivida en ambientes culturales muy dis-tintos: con extraorclinaria vitalidacl a veces, como en ciertas zonas cleCosta Rica, dela misma Colombia 0 c1eJalisco en Mexico, y a veces cianciola impresion de un cris-tianismo agonizante. Asi 10expresa la misma Ecclesia in America: tenemos que serIglesia en «Paises muy afectados pOl'el secularisll10 y en otros clonde toclavia se con-servan muy vivas las tracliciones clepieclacly de religiosidacl popular cristiana» 8. Mas

7 CELAM, Documentos de Puebla, 72.8 JUAN PABLO 11,es. ap. Ecclesia in America, 6. Cf.

JUAN PABLO II, Christifideles Laici (30 diciembre1998),34

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concretamente: en Canada y EE.UU., la Iglesia debe hacerse a la idea de estar en unasituacion minoritaria, aceptando adem as que su posicion actual en la sociedad ya noes la de hace 35 afios, a pesar de la fuerte inmigracion latina, particulannente a Es-tados Unidos en donde la mitad de cat61icos celebran en espafiol y portugues, peroconstatando a la vez que muchos inmigrantes cat61icos latinos, 0 terminan en la indi-ferencia 0 pasan a otras confesiones cristianas y otros alas sectas9. Pero en AmericaLatina, tenemos todavia "espacios humanos" en que el catolicismo sigue impregnan-do la mayorfa de las propias manifestaciones culturales, marcando el ritmo de la vidacon sus fiestas y celebracioneslU.

Podemos decir que el sentido religioso 0 de 10"religioso" en general no ha disminui-do: el advenimiento de la "Ciudad Secular" profetizado pOl'Harvey Cox y pOI'Otro8teologos de la muerte de Dios (Altizer, Van Buren, Hamilton) de los afios 70, no seha dado

ll, y si debemos reconocer un abandono de las Iglesias historicas, a veces

hasta masivo, debemos admitir una «vuelta de 10 sagrado», y hasta cierta «creduli-dad faci! y acritica»12 propia de la postmodernidad y que ha encontrado su expresi6nmas a la moda en la "New Age". Aunque dentro de su tono sensacionalista, propio delos medios de comunicacion, resultan significativos los resultados de una encuestarealizada entre adolescentes y jovenes, que publico la revista evangelic a de EstadosUnidos, "Christianity today", en un articulo titulado "The class of 00", 0 promociondel 2000. Pues bien, los adolescentes de hoy no son tan rebel des como los de la deca-~a d~ 1970, ni tan materialistas como los de la decada de 1980 ... Entre sus mayoresmq~letudes esta la decadencia de los valores morales y sociales. Les preocupan ladelmcuencia y la violencia, el SIDA, la droga, los problemas ambientales. Siete decada diez afirman que la religion es importante en su vida 13. En cualquier caso, la se-cula~izacion de la postmodernidad americana no es antirreligiosa aunque tenga pocaconflanza en el cristianismo. Al respecto, resulta hasta sorprendente la credulidadde la .gent.e de hoy. Un amigo nuestro Carlos Alonso Vargas, nos narra la siguienteexpenencla: «Hace seis afios (1997) asisti a un foro en que un estudiante universi-tario costarricense, Hder evangelico, afinno con acierto algo asi: Hace quince afiosera muy diffcil evangelizar a los universitarios porque no querfan creer en nada' ha-b' .,~a pOl' comenzar pOl' convencerlos de que Dios existfa. Hoy 10 diffcil es que estan

dlspuestos a creer en cualquier cosa y asi como pueden aceptar el mensaje cristianopueden aceptar tambien y mezclar con el muchas otras cosas»14.

Hay aquf para nuestras Iglesias de America, para todos nosotros, simultclneamente, un

reto y una oportunidad. Es aquf donde el Papa nos propone que nos comprometamos afondo en la nueva Evangelizacion.

Ahora bien, ese sentido religioso, mas bien "light", como se nos ha dado calificarlo, dehecho esta teniendo distintas canalizaci6n y expresion en nuestro Continente. Puedeconducir hacia los nuevos movimientos religiosos, hacia las sectas. Se nos infonna quede los nuevos miembros de las sectas en America un 60% provienen de la Iglesia Ca-t61ica ... aunque los que se pasan alas sectas sean catolicos III<1Sbien "marginales", esdecir de casi ninguna practica religiosa en su comunidad. La "vuelta a 10sagrado" ali-menta tambien y sobre todo, manifestaciones de vitalidad de autentica fe, como aconteceen los muchos "movimientos de vida cristiana". POl'10 general particularmente cuan-do van surgiendo, estos movimientos no son favorablemente aceptados poria jerarquiaeclesiastica pero nadie hoy en dfa niega la fecundidad apostolic a y la fuerza evangeli-zadora de movimientos como la Renovaci6n en el Espiritu, el Camino Neocatecumenal,los focolares, Comunion y Liberacion, Schonstatt. .. y varios otros. Constatamos que sonmovimientos mas bien de caracter "pentecostal" (los mismos fundadores son casi siem-pre laicos), en que se privilegia la oracion y la sanacion interior, con su riesgo pues decierto "espiritualismo" a costa del empefio social. Debemos reconocer sin embargo queestos movimientos tienen mayor poder convocatorio, sin duda alguna, que la organiza-cion tan programada pOI'no pocos de nuestro obispos, de las pequeflHs comunidadescristianas "0 de base". En Brasil mismo, la "patria" de las pequefias comunidades debase, estas nunca lograron organizar mas de 8% de la entera poblacion catolica, frentea un muy rapido difundirse del movimiento caris matico 0 de Renovaci6n en el Espiri-tu. Se trata de movimientos (hay otros de caracter mas local) que implican sus riesgos:hemos constat ado que a veces podrian constituir grupos que hacen pensar en Iglesiasdentro de la Iglesia, con peligro de ruptura de la verdadera comunion eclesial, si embar-go, como hace notal' elmismo Card. Ratzinger, en su globalidad, ellos son un verdaderodon del Espiritu a su Iglesia 15. A parte del movimiento de la Renovacion en el Espfritu,los otros son de origen europeo, pero se han difundido rapidamente en nuestro Conti-nente, y se prevee que vayan a tener una funcion 0 papel "protagonico" en la Iglesia del2000 como hacen notal' los Documentos de Sto. Domingo y ahora la exhortacion Eccle-sia in America. «Los Pastores han de estimar profundamente - nos dice el Papa - eltestimonio y la accion evangelizadora de los laicos que integrados en el Pueblo de Dioscon espiritualidad de comunion conducen a sus hermanos al encuentro con Jesucristo.La renovacion de la Iglesia en America no sera posible sin la presencia activa de los lai-coso POI'eso, en gran parte recae la responsabilidad del futuro de la Iglesia»H'.

9 Losobispos mexicanoscalculanque alrededorde 1 millony mediode "chicanos"(Mexicanosen EstadosUnidos)hanabandonadoelcatolici-smo.

10 Esen AmericaLatinaen donde una nacion,Co-sta Rica, el catolicismoes todavia religiondeEstada.

11 Para unavisi6nde sintesisdel tema de la secu-larizaci6ncf.V.GIRARDI,Supresion 0 desplaza-

miento de la religion, "VidaPastoral"80, 81, 82(1988),28-33;16-19; 28-34.

12 Cf. R. DIEZARNAIZ,La experiencia religiosa enla postmodemidad, "Mayeutica"21 (1995), 161-190.

13 Cf.C.ALONSOVARGAS,Los Cristianos y la misional comenzar el tercer milenio, (Agape,s. Jose)14-15.

14 Ibid., 18.

15 Cf.J RATZINGER,Encuesta sabre la fe, V.MESSO-RI(ed.),Paulinas,Madrid1998.

16 Ecciesia in America, 44; ct. Documentos de S.Domingo, n. 103. Aliileemos:«Laimportanciadela presenciade los laicosen la tarea de la Nue-va Evangelizaci6n,que conducea lapromaci6n

humanay Ilegaa informartodo el ambitode laculturacan la fuerza del Resucitado,nos per-miteafirmarque una lineaprioritariade nuestrapastoral,frutode la IVConferencia,ha de ser lade una Iglesiaen que los fielescristianoslaicossean protagonistas».

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_P_A_R_T_E_I_I _1____ ~

casar, relaciones extra matrimoniales, etc...). La comunidad civil adenuis, frente alarealidad tan dura no parece que de suficiente reconocimiento al matrimonio como ins-titucion- sabemos que es cada dia nuts facil divorciarse "legalmente"- comoverdadera"rnorada de amor", de modo que 10 ratifique, 10 aliente, 10 proteja y 10 apoye. Todos es-tamos conscientes de esta situacion a tal punto que no exageramos si la denolllinarnos"tnigica". Ya prevemos las gravisimas consecuencias personales y sociales de muchosde nuestros jovenes que ya han alcanzado altos niveles de neurosis porque han crecidoen familias desintegradas. Comomuestra, doy solo 3 ejemplos: en Costa Rica en 1998los divorcios han aumentado con respecto al ano anterior, 1997 de un 62%. Los niflOSque nacen de madre soltera en el mismo Costa Rica, son 45% y 26% de padre des-conocido y bien sabemos que a(\I1no teniendo cifras precisas, son mucho mas en todaAmerica Central y Panama. En Estados Unidos durante los ultimos 25 anos, los hijosilegitimos han aumentado del 4500/0 a pesar de anticonceptivos, de abortos, y todo estoesta en conexion, como es sabido, con la criminalidad. En Estados lJnidos, esta ha au-mentado durante los 25 anos de 500%.La exhortacion Ecclesia in America, no desconoce esta situacion realmente "desconcer-tante", que nos obliga a ser del todo honestos con las cosas, aunque la describa en unmarco de esperanza y hasta de sano optimismo cristiano, conciente de que Cristo "havencido al mundo", «Son muchas las insidias que amenazan la solidez de la institucionfamiliar - nos dice Juan Pablo II - en la mayor parte de los paises de America, sien-do a la vez desafios para los cristianos. Se debe mencionar entre otros el aumento delos divorcios, la difusion del aborto, del infanticidio y de la mentalidad contraceptiva.Ante esta situacion hay que subrayar que el fundamento de la vida humana es la rela-cion nupcial entre el marido y la esposa, la cual entre cristianos es sacramental»19.Sihace ya 20 anos, nuestros Obispos latinoamericanos, reunidos en Puebla, allado de laopcion preferencial pOl'los pobres, por los jovenes, pidieron la opcion por la familia20,no cabe duda que esta debe ser hoy en dia del todo prioritaria. «Es urgente - continuadiciendonos el Papa - una alllplia catequizacion sobre el ser y el quehacer de la comu-nion conyugal»21.No podemos permanecer indiferentes: la union estrecha definitiva yexclusiva, global y con finalidad procreadora, entre una pareja de sexo diferente quese ama, es la unica que garantiza efectivalllente el porvenir de la sociedad y entoncesde la Iglesia. Solo la "Iglesia domestica" que es cada familia, puede asegurar el fu-turo de la gran familia que es la Iglesia.

Una manifestacion de extraordinario valor de la madurez cristiana y apostolica denuestros laicos, es la restauracion del diaconado permanente. El hecho que hombresmaduros, que han dado una buena prueba de si, particulanllente en el matrimonio- hoy en dia realidad tan "a riesgo"- confiesen y testimonien abiertamente a Jesu-cristo, sin que esto comporte algun enriquecimiento 0 privilegio, es un signo de valorincalculable.El 28 de abril de 1968 fueron ordenados los primeros cinco diaconos permanentespara la arquidiocesis de Colonia en Alemania. Al ano siguiente, 3 fueron ordena-dos en la Republica Dominicana. En 1986 los diaconos permanentes ya eran unos12.000; en 1994 alcanzaron la cifra de 21.250 de los cuales 14.500 en nuestro Con-tinente; actual mente son unos 26.000, una verdadera "sorpresa a nivel mundial". Larealidad diaconal latinoamericana todavfa es un poco fragil y no en todas nuestrasIglesias locales el diaconado permanente es igualmente aprobado, pero el camino yaesta suficientemente abierto y «en no pocas diocesis se ve con gozo como los diaco-nos, confortados con la gracia sacramental, sirven al pueblo de Dios en el ministeriode la liturgia, de la palabra y de la caridad»17.

1.4 EI profundo deterlorode la familia

Es sin duda la estructura mas debil de nuestra Iglesia americana, como 10 es de nues-tra sociedad y ya como fenorneno que afecta todo el Continente. La familia, comoinstitucion sagrada y estable, una y fecunda pareciera que va haciendose un proyec-to cada vez menos alcanzable. Actualmente el matrimonio ya no parece una eleccionevidente, porque muchos no se comprometen 0 10 hacen de manera diferente. Es ver-dad que en el corazon de la gran mayoria de nuestra gente subsiste un fuerte deseo devivir con alguien de manera duradera y exclusiva; la atraccion del matrimonio clasico,cristiano, sigue imperando. Sin embargo muchos cristianos preven hasta que puntoeste compromiso se hace dificij18.La unidad sonada no es mas que una ilusion... POl'otra parte nuestra sociedad, segun los "paradigmas culturales" que insistentementeson presentados pOl'los medios de comunicacion masivos, particularmente pOl'te-levision y cine dan la imagen de rupturas faciles, de relaciones no satisfactorias yofreciendo formas alternas de vida en comun (uniones libres, divorciados vueltos a

17 Ecclesia in America, 42 Cf. V. GIRARDI,EI mini-sterio diaconal en la Iglesia ministerial, "Sende-ras" 61 (enera-abriI1999), 33-66. La bibliografiaya es muy abundante al respecto. Importante esel volumen publicado por la CONGREGACIONPA-RA LA EOUCACIONCATOLICAY la CONGREGACIONPARAELCLERO,Normas bilsicas de la formaci6nde los diaconos permanentes y Directorio parael ministerio y la vida de los diaconos permanen-tes, Edit. Valicano, Ciudad del Vaticano 1998;AAVV., Diaconado permanente y tercer milenio,Celam, Bogota 1996: V.M. GOEDERT,0 diacona-

do permanente, Paulus, Sao Paulo 1995: B. BAL-LANDE TAGTACHIAN,Los diaconos permanentesen la Iglesia Cat61icaArgentina. Un nuevo rol ensu estructura, EDUCA, Buenos Aires 1998.

18 En oclubre de 1988, los obispos de Belgica die-ran a conocer un mensaje sobre el sentido y elvalor de la vida matrimonial. EI documento tie-ne como destinatarios aquellos los cristianos deBelgica, pero tiene mucho que dedr a nuestraslamilias americanas. CI. OBISPOSDE BELGICA,Elegir el matrimonio, "Cuesti6n Social", IMDO-SOC, 1 (1999), 22-34.

1.5 Primeros Responsables

A partir del hecho de que solo una Iglesia evangelizada es capaz de evangelizar22,los documentos de S. Domingo afirman: «Ia nueva evangelizacion exige la conversion

19 Ecclesia in America, 46.20 CELAM,Documentos de Puebla, n. 590: «ralilica-

mos la prioridad de la pastoral lamiliar ...la evan-gelizacion depende en gran parte de la Iglesia

domestica».21 Ecclesia in America, 46.22 CELAM,Documentos de S. Domingo, 23.

----------·-------~-------------E-U-NT-E-:S-D-(-)(-:E-TI

_P_A_R_T_E_I_I __I ~

pastoral de la Iglesia. Tal conversion debe ser eoherente con el Coneilio: ilo toea todoy a todos! en la conciencia y en la praxis personal y comunitaria, en las relaciones deigualdad y de autoridad; con estructuras y dinamismos que hagan presente cada vezeon mas claridad a la Iglesia, en cuanto signo eficaz, sacramento de salvacion un i-versaJ,,2,'.Sin embargo, desde la primera vez en que Juan Pablo II en Puerto Principe(Haiti) nos propuso la nueva evangelizacion, apunto a los "primeros responsables"de la misma; los ministros orden ados (obispos, sacerdotes y diaconos) y los religio-sos y religiosas. Ellos son como la columna vertebral de la entera Iglesia americana.Nos alegramos del aumento de las vocaciones sacerdotales, practicamente en todoslos Paises del Continente, exeeptuando a Estados Unidos y Canada. La misma exhor-taeion nos dice, «El Continente americano cuenta con una juventud numerosa, riea envalores humanos y religiosos»H y de estos jovenes un buen numero manifiesla el deseodel servicio minislerial en el sacerdocio. Tiene un valor simbolieo y a la vez reconfor-tante que el seminario con mayor numem de seminaristas, se encuentre en America, yconcretamente en Guadalajara (Mexico), con mas de 1000 seminaristas.De su pal1e Juan Pablo II habla de la esplendida realidad de Lantossacerdotes en Ame-rica que, con la gracia de Dios, se esfuerzan por hacer frente a un quehacer tan grande,por 10 eual, conlinua, «hago mio el deseo de los Padres sinodales de reeonocer y alabarla inagotable entrega de los sacerdotes, como pastores, evangelizadores y animadoresde la comunion eclesial, expresando gratuidad y dando animo a los saeerdotes de todaAmeriea que dan su vida al servieio del Evangelio»25. Sin embargo todo esto no nos haceolvidar olms aspeetos de la realidad sacerdotal amerieana. El CELAM publica esta-distieas que podrian fomentar sorpresa, preocupacion y hasta ... indignacion. En efeclosabemos que 100 jovenes que son consagrados sacerdotes, 20 abandonan el ministe-rio; otm porcentaje mas bien elevado manifiesta problemas graves de homosexualidad,de alcoholismo, mientras que en ciertas regiones de America no pocos sacerdoles viven"more uxorio"2(,.Lo mas grave es que de los (tltimos 166 sacerdotes que han abando-nado el ministerio en America Latina, 66% 10 han abandonado durante los primemscinco anos del sacerdocio, 10 cual significa, como ha hecho observar recientemente elP. Clodovis Boff, «que se ha construido mal, con materiales falsos»27.Unos de elloshasta han abandonado despues de ni siquiera un ano de ministerio. «lComo calificareste comportamiento'? - se pregunta el mismo P. Clodovis Boff - ~.Hipocresia? lTienensentido aqui palabms como perjuro, sacrilegio, escandalo? lQuien responde pur esederrumbe'? ~.Nonos pone a todos y a cada uno en tela de juicio?»2R.Mas alIa del tono"indignado" del conocido teologo brasileno, convenimos que si no nos faha vocaciones

al sacerdocio, si que nos faha un camino claro y experiencias convergentes y seguraspara fonnarlas.Mas preocupante es la situacion de la vida religiosa, particularmente la masculina.En America en los {illimos 25 anos los religiosos varones hemos disminuido del 33%.Hasta hace unos 25 anos, un buen numero de religiosos llegaban de Europa, pero du-rante estos ultimos anos no solo ya no llegan sino que los ancianos vuelven a su palriay los jovenes americanos que quieren ser religiosos son pocos. Y es que no se acabade vel' una clara salida para la crisis de la «vida consagrada»29. No podemos olvidarque durante los treinta anos - para dar unos ejemplos - los jesuitas disminuyeron enel mundo 36%, asi los dominicos; los salesianos del 26% aproximadamente, un po-co menos que los Franciscanos Menores y Capuchinos ... La familia religiosa que masha disminuido ha sido los diminuido ha sido los Vicentinos 0 Congregacion de la Mi-sion, con un descenso del 44%.El caso de las religiosas es mas variado: mientras que en Estados Unidos, desde elConcilio hasla hoy en dia, ellas han disminuido de mas de 35.000, en los restantespaises de America Latina, tenemos en general un conslante aumento vocacional, alavez que se va reconociendo la valiosa conlribucion de las mujeres consagradas al de-sarrollo material y cultural del subcontinente americano: su papel es hoy en dia Illlisdefinitivo y decisivo particulannente en los sectores de la transmision de la fe, de laeducacion y de la salud.

23 Ibid, 30.24 Cf. Ecclesia in America, n. 40.25 Ibid, 39.26 Los mediosde comunicaci6ninformanabun-

dante y "escandalisticamente"acerca de lossacerdotesen la carcelpar corrupci6nde me-nares, particuiarmenteen E.E.U.U. Hace unosanosleiaunacartafirmadaparungrupodeObi-

spas delNoresteBrasilenoen que se afirmabaque en ciertaszonasde su Di6cesishasta 75%de sus sacerdotesvivian"moreuxorio".

27 Cf.C.M.BOFF,La formacl6n en la vida re/lglosahay. Consideraclones "indignadas: "\{idaReli-giosa"3,15-11-1999,73-83,

28 Ibid., 77.

11.1 EI ··crescendo·· dellTIagisterio lTIislonerode Juan Pablo II

«El problema, siempre actual en la Iglesia, de la dilatacion del Reino de Dios en-tre los pueblos no cristianos, ha estado siempre presente en rni mente - nos ha dichoJuan Pablo II - desde el comienzo de mi ministerio apostolico de Pastor Universal dela Iglesia, que coincidio - dida que providencialrnente - con el domingo 22 de oc-tubre de 1978, aquel ano Jornada Misionera Mllndial. POI'eso [...] me he hecho, aliotras ano, "catequista ilinerante" para ponerrne en contacto con los numerosos gruposde poblacion que no conocen todavia a Cristo, para compartir tanto las riquezas es-pirituales de las Iglesias jovenes, cOlnosus necesidades y sufrirnientos, asi como susesfuerzos para que la fe cristiana ahonde cada vez mas sus raices en las respectivasculturas»30. Son afinnaciones de hace casi 20 aiios, pew constituyen un certero ba-lance del ya largo servicio pontifical de nueslro Santo Padre. Hay sin embargo unadiferencia: si por la edad y la quebrada salud, ha habido una disminucion necesaria yforzada en el ritmo de los viajes que Juan Pablo II realizaba "urgido" por el Espiritu,«protagonista de la Mision»31, ha habido, un "crescendo" en su magisterio misionero

29 Cf. V. GIRARDI, Ser Iglesia, sentirse Iglesia, con-strulr Iglesia, IMDOSOC,Mexico1998.

30 JUANPABLOII, Mensaje para la 60 Jornada Misio-nera Mundl8I, en Insegnamenti di Giovanni Paolo

If, I (1986), 1624, trad.OR31 JUANPABLOII, lell enc Redemptorls Missio(12

Julio1990), 21

hacia nuestras Iglesias particulares de America, y particularmente de America La-tina. A partir del Segundo Congreso Misionero Latinoamericano que tuvo lugar enTlaxcala-Mexico en 1983, eillamado papal a abrirse ala mision universal se ha idohaciendo mas directo, firme e insistente32. No cabe duda: la exhortacion apostolic apostsinodal Ecclesia in America (22-01-1999) representa la expresi6n cumbre de es-te "crescendo". En ella se afirma:

la conciencia de la universalidad de la misi6n evangelizadora que la Iglesia ha recibido,

de be permanecer viva, como 10 ha demostrado siempre la hisloria del pueblo de Dios que

peregrina en America. La evangelizacioll se hace mas y mas urgenle respecto a aquellos

que viviendo en este Continente aun no conocen el nombre de Jesus. Lamenlablemenle, es-

Ie nombre, es desconocido todavia en gran parle de la humanidad y en much os ambienles

de la sociedad americana [...] ello obliga a la Iglesia universal, y en particular a la Iglesia

en America a permanecer abierla a la misi6n "ad gentes". EI program a de una nueva evan-

gelizaci6n en el Continenle, objetivo de muchos proyectos pastorales, no puede Jimilarse a

revitalizar la fe de los creyentes rutinarios, sino que ha de buscar tam bien anunciar a Cristo

en los ambienles donde es desconocido. Ademas, las Iglesias particulares de America esla

lIamadas a extender su impulso evangelizador mas alia de sus fronleras continentales. No

pueden gumdar para si las inmensas riquezas de su patrimonio cristiano. Han de lIevarlo al

mundo enlero y cOlllunicarlo a aquellos que lodavfa 10 desconocen (n. 74).

escucha y al dialogo con las grandes religiones (Hinduismo, Budismo, lslamis-mo), con las religiones tradicionales 0 "cosmic as" , y con los "nuevo areopagos"que el mundo actual va abriendo cada vez mas amplios y numerosos y que pare-cieran resistirse al anuncio de la Buena Nueva.

3ra. La urgencia de la actividad misionera "ad gentes" y mas alla de las propiasfronteras, se hace mas apremiante porque, nos recuerda el Santo Padre, «la-mentablemente el nombre de Cristo es desconocido todavia en gran parte de lahumanidad» la mision esta en sus comienzos: el ntunero de los que no conocena Cristo ni forman parte de la Iglesia aumenta constantemente; mas aun, des-de el final del Concilio (1965), se ha duplicado de dos mil millones a cuatro milmillones. Tambien en America, el "Continente cristiano", hay amplios espacioshumanos no evangelizados y el proceso de secularizacion y secularismo avanzahacia nuevas formas de paganismo teorico y practico. «Para esta humanidad in-mensa, tan amada pOl'el Padre que pOl'ella envio a su propio Hijo, es patente laurgencia de la mision»:l3.

4ta. Los programas pastorales de nuestras Iglesias particulares, no debe limitarsea revitalizar la fe de los cristianos rutinarios y la atencion de los comprometi-dos en la propia Fe.No podemos pennanecer pasivos fr'ente «a muchos millonesde hombres y mujeres, que sin la fe cristiana padecen la mas grave de las po-brezas. Ante esta pobreza seda erroneo no favorecer una actitud evangelizadorafuera del Continente con el pretexto de que todavia queda mucho pOl'hacer enAmerica»34.De acuerdo con la vitalidad cristiana que Ie es propia, America de-be participar en la gran tarea de la mision "ad gentes", fomentando una mayorcooperacion entre las Iglesias hermanas, enviando misioneros (sacerdotes, con-sagrados y fieles laicos) dentro y fuera del Continente, fortaleciendo 0 creandoInstitutos misionales, favoreciendo la dimension misionera de la vida consagraday contemplativa, y dando un mayor impulso a la animacion, formacion y organi-zacion misionales 35.Ha llegado la hora que toda Iglesia local de America, cobreuna mayor confianza en si misma, y guiada pOl'el Espiritu, asuma con renovadodinamismo y creatividad, su compromiso misionero.

5ta. El conocido numero 368 de los Documentos de Puebla, invitaba al empefiomisionero "ad gentes" "dando desde nuestra pobreza", refiriendose con estaexpresion, especialmente a la necesidad de medios apostolicos en no pocas re-giones de nuestro Continente. Nuestra exhortacion postsinodal, no la olvida, peroacentua las "inmensas riquezas de nuestro patrimonio cristiano". Son parte deeste patrimonio, ante todo la fe que ha ido enraizandose con notable profundidaddurante estos mas de quinientos afios de evangelizacion; el sentido religioso tanvivo de nuestros pueblos latinoamericanos; el ansia de salvacion y de liberacioll

De este texto, amplio y denso, conviene destacar ya desde ahora cinco fundamenta-les afirmaciones:

Ira. La Iglesia en America debe poseer una "coneiencia viva" de que existe paraevangelizar; su vida es Mision. Cristo Ie comunica constantemente 10 que ha si-do su "pasion" de Buen Pastor enviado para que tengamos vida y la tengamos enabundancia (cf. In 10,10). Se la comunica enviandole su Espiritu, «poder de 10Alto» (Hch 1,8) que la capacita para dar testimonio de El hasta los ultimos con-fines del mundo y dandole su doble "mandato", el del «A.mensecomo Yo los heamado» (In 15,12) y el de «Como el Padre me ha enviado, asi los envio Yo, va-yan pOl'todo el mundo» (Mt 28,19).

2da. Esta conciencia Ie obliga a nuestra Iglesia a «permanecer abierta a la mision"ad gentes"». El compromiso evangelizador encuentra su expresion primaria yfundamental en la "mision ad gentes". Esta ha sido la primera actividad de laIglesia en orden hist6rico, a tal punto que los Hechos de los Ap6stoles son a lavez, el primer libro de historia de la Iglesia, y el primer relato escrito de su ac-tividad misionera. La repetida expresion "ad gentes" subraya la urgencia delanuncio hacia cuantos no conocen a Cristo y su Evangelio. Apunta a su vez a la

32 Ct. R. BALLAN, Ef valor del sali~ Paulinas, Lima1990. p. 30 ss. 33 Redemptoris Missio. 3a

34 Ecclesia in America. 74c.

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con expresiones de sorprendente solidaridad; la riqueza de la religiosidad popu-lar y del culto mariano; Ia experiencia de las Pequenas Comunidades Eclesiales;la afloracion de los ministerios laicales; nuestra esperanza y alegrfa de nuestrascelebraciones; la opcion preferencial por los mas pobres y necesitados ...36

des quieren responder a tales expectativas con plena fidelidad a Cristo, a Ia Iglesia,al hombre. EI futuro esta en las manos de Dios, pero en cierta manera, ese futuro deun nuevo impulso evangelizador, Dios 10 pone tambien en las manos de todos Uste-des. "Vayan, pues, ensenen a todas las gentes" (Mt 28,19)>>38.Sabemos que esta proyeccion universal fue consciente y abiertamente acogida por losObispos y sus colaboradores en la magna Asamblea de Puebla, y ha quedado formu-lada, con un talante realmente inspirado, en el ya citado numero 368:

Desde Mexico (1979) a Mexico (1990):la proyecci6n universal dela propia identidad cristiana

Ya he recordado que es facil reconocer un "crescendo" en el Magisterio misionerode Juan Pablo II para nuestro Continente. Quisiera ahora "evidenciar" los momen-tos mas significativos de este "crescendo", privilegiando - tambien por razones deespacio - America Latina. Lo hare sin olvidar el contexto mas amplio de la propues-ta insistente de la Nueva Evangelizacion que nuestro Santo Padre lanzo por primeravez a los responsables del CELAM reunidos en Puerto Prfncipe (Haiti) en 1983, conocasion del comienzo de Ia novena de anos para celebrar el Quinto Centenario de Iaevangelizacion de America. Almismo tiempo me propongo acompanar Ias interven-ciones pontificias con breves reflexiones que expliciten los elementos de Teologfa dela Mision que a ellas subyacen.

Seguiremos al Santo Padre hasta su segunda venida a Mexico (1990), cuando aun nohabfa publicado su encfclica misionera Redemptoris Missio (7-XII-1990). Despuesde su publicacion, que de hecho coincidio con el Cuarto Congreso Misionero Latino-americano (COMLA IV) que tuvo lugar en Lima del 3 al 8 de febrero de 1991, las"provocaciones" misioneras "ad gentes" que Juan Pablo II iba dirigiendo a nuestrasiglesias latinoamericanas, hacfan constante referencia a tal Encfclica.

El primer viaje del Papa fuera de Europa con el primer contacto con nuestro Conti-nente, ha sido el del 1979, para inaugural' la III Conferencia General del EpiscopadoLatinoamericano en Puebla de Los Angeles (Mexico) el 28 de enero de ese ano.En su discurso inaugural y program<iticoencontramos un unico texto de proyeccionmisionera universal, despues, sin embargo, de recordar a 10 largo de su amplia inter-vencion, varias expresiones de la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, y de entre ellas,una que tan frecuentemente ha sido citada y comentada: «evangelizar es la misionesencial, la vocacion propia, la identidad mas profunda de la Iglesia, a su vez evange-lizada. Enviada por el Senor, ella envfa a su vez a los evangelizadores a predicar [...]un evangelio del que ni ellos ni ella son duenos y propietarios absolutos»37.

Al concluir su larga intervencion, Juan Pablo II con "confianza y esperanza" apli-ca para America Latina el mandato misionero que Jesucristo dirige a toda su Iglesia:«toda la Iglesia tiene puestos los ojos en Ustedes, con confianza y esperanza; y Uste-

«Final mente ha llegado la hora para America Latina de intensificar los servicios mu-tuos entre Iglesias particulares y de proyeetarse mas alhi de sus propias fronteras, "adgentes". Es verdad que nosotros mismos necesitamos misioneros. Pero, debemos dardesde nuestra pobreza [...] no podemos dejar de agradecer la generosa ayuela de laIglesia Universal y en ella la elelas Iglesias Hennanas, pidiendo que nos sigan acompa-iiando, especial mente en la formacion de agentes autoetonos. As! nos veremos siemprefortalecidos para asumir este compromiso universal y tendremos mayor capacielael eleresponder al servicio propio de nuestra Iglesia particular»"').

36 Cf. III CONF. GENERAL DEL EPISCOPADOLAT., 00-Gumentos de Puebla, CELAM, Bogota 19853,pp. 368-389.

37 PABLOVI, es. ap. Evangelii Nuntiandi (8 diciem-

bre 1975), 14-15; ct. tambien CONCILIOVATICANOII, Gonst. dogm. Lumen Gentium (21 noviembre1964),5.

En las intervenciones pontificias durante los sucesivos y numerosos viajes apostolicosa los Pafses de America Latina, la preocupacion misionera universal, se fue hacien-do mas explfcita e insistente. Una ocasion extraordinaria y providencial para volver ainvitar a todas nuestras Iglesias locales a que se responsabilizaran de ella, ha sido lainauguracion, en Santo Domingo (Reptlblica Dominicana) del "Novenario de anos"en preparacion al V centenario de la llegada de la fe cristiana a nuestro Continente.Con una solemne Eucaristfa "por la evangelizacion de los pueblos", la tarde del IIde octubre y con una celebraci6n de la Palabra en la manana del 12 de mismo mesde 1984, Juan Pablo II dio comienzo a tan importante "novenario". Ante los obisposresponsables del CELAM y los representantes de las Conferencias Episcopales deAmerica Latina, Juan Pablo II hizo un balance de 10 que fue la historia de la evan-gelizacion de America durante los quinientos anos desde la llegada de los primerosmisioneros. Puso en evidencia que los frutos han sido extraordinarios: «La casi mi-tad de todos los catolicos del mundo estan en America Latina, repartidos en mas de700 Diocesis. Es verdad - nos recordo el Santo Padre - hubo interferencias entre lacruz y la espada en la fase de la primera penetracion misionera [...] y por eso que laIglesia quiere acercarse a celebrar este centenario con Ia humildad de la verdad, sintriunfalismos ni falsos pudores»'IO.«El proximo centenario del descubrimiento y de la primera evangelizaci6n» - nos di-jo Juan Pablo II - <<I10S convoca a una nueva evangelizacion de America Latina, quedespliegue con mas vigor, como la de los orfgenes un potencial de santidad, un gran

38111 CONF. GENERAL DEL EPISCOPADOLAT., DOG. dePuebfa, 32.

39 Ibid., 368 Y 36940 Insegnamenti, VII, 2 (1984), p. 889

impulso misionero, una vasta creatividad catequetica, una manifestaci6n fecunda decolegialidad y comuni6n, un combate evangelico de dignificaci6n del hombre, parageneral', desde el seno de America Latina, un gran futuro de esperanza. Este tiene unnombre: la civilizaci6n del amor, este nombre que ya indicara Pablo VI, nombre alque yo mismo he repetidamente aludido, y que recogiera el Mensaje de los Obisposlatinoamericanos en Puebla41, es una enorme tarea y responsabilidad»4.2.

En este texto encontramos los grandes temas del Magisterio pastoral de Juan PabloII, el 10ha ido desarrollando en sus multiples documentos, en los de canicter uni-versal y en los que nos ha destinado a los cristianos de America Latina, aquf s610evidencio un detalle: 10primero que el Papa "espera" de la nueva evangelizaci6n esun potencial de santi dad que a su vez motive y sostenga un gran impulso misionero:La conexi6n e interdependencia de santidad y compromiso rnisionero universal, esun terna que especialmente a partir de la Enefclica Redemptaris Missia, se ha vuel-to hasta ... "repetitivo". «La llamada a la misi6n deriva de pOI'sf de la llamada a lasantidad. Cada misionero 10es autenticamente si se esfuerza en el camino de la san-ticlacl:la santidacl es un presupuesto fundamental y una condici6n insustituible pararealizar la misi6n salvffica de la Iglesia. La vocaci6n universal a la santidad esta es-trecharnente unida a la vocaci6n universal a la misi6n [...] la espiritualidad misionerade la Iglesia es un camino hacia la santidad [...] es necesario suscitar un nuevo anhe-10de santi dad entre los rnisionero y en toda la comunidad cristiana, particularmenteentre aquellos que son los colaboradores mas fntimos de los misioneros»43. «Los mi-sioneros reflexionen sobre el deber de ser santos, que el don de la vocaci6n les pide,renovando constantemente su espfritu y actualizando tambien su formaci6n doctrinaly pastoral. El misionero ha de ser un "conternplativo en acci6n,,4\

Todas estas afirmaciones, espontaneamente nos hacen recordar 10 que Juan PabloII ha escrito en uno de sus ultimos documentos: la carta apost61ica Novo MillenniaIneunte:

tica Lumen Gentium) no fue para dar una especie de toque espiritual ala eclesiologfa,sino mas bien para poneI' de relieve una dinamica intrfnseca y determinante. Descubrira la Iglesia como "misterio", es decir, como pueblo congregado en la unidad del Padre,del Hijo y del Espfritu Santo, llevaba a descubrir tambien su "santidad" entendida ensu sentido fundamental de pertenecer a Aquel que por excelencia es el Santo [...] estoimplica un compromiso que ha de dirigir toda la vida cristiana: "esta es la Voluntad deDios, su santificaci6n" (1 Ts 4,3)45.

En su septimo viaje a America Latina, Juan Pablo II visit6 Colombia del 1al 7 de ju-lio de 1986. En esa semana de amplio Magisterio, uno de los enfasis mas acentuadosy frecuentes fue al compromiso de Colombia y de toda America Latina por enviar mi-sioneros desde sus Iglesias locales a otros continentes mas necesitados. Es un temaconstante que retorna en varias de sus intervenciones. En ninguna otra visita a pafsesde America Latina habfa insistido tanto en el compromiso misionero "ad gentes", ni10haria en los sucesivos. No olvidemos que la Iglesia de Colombia es la que mas nu-merosos misioneros y misioneras ha enviado a otros continentes; se calcula que seamas de 1.50046. Ademas, el Papa visit6 Colombia cuando faltaba apenas un ano a lacelebraci6n del III Misionero Latinoamericano (COMLA III) que tuvo lugar en San-ta Fe de Bogota del 5 al 8 de julio de 1987: era necesario impulsar su preparaci6n yanimar el espfritu misionero universal.

En su primer encuentro con la Iglesia de Colombia en la catedral de Bogota, Juan Pa-blo II se reuni6 con los sacerdotes, seminaristas y religiosos, y les invit6 a emprenderuna evangelizaci6n sin fronteras. «La dicha del Papa - les dijo - alimentada por tansincero aprecio, se convierte en acci6n de gracias al Senor por el crecimiento y vi-gor de la Iglesia en Colombia [...] es en esta realidad de Iglesia particular en dondedescubriran tambien su responsabilidad evangelizadora respecto a la Iglesia univer-sal, buscando cauces concretos para llevar a la practica la necesaria y urgente ayudamisionera. Ha llegado para tada America Latina la hara de ernprender una evangeli-zaci6n sinfronteras»47. La feliz expresi6n: "la hora misionera de America", ira desdeentonces repitiendose en otros mensajes del Santo Padre en las muchas ocasionesde encuentros pastorales y misioneros con nuestras Iglesias, para quedar como con-sagrada en los documentos de Santo Doming048. Ella conecta directamente con laexpresi6n de los documentos de Puebla (n. 368) «ha llegado la hora», y apunta va-lientemente a un "kair6s"; es decir, a un tiempo de gracia, a un momento privilegiado

En primer lugar, no dudo en afirmar que laperspectiva en la que debe situarse el ca-mino pastoral es el de la santidad [...] si los Padre conciliares concedieron tanto relievea la temlitica de la vocacion universal a la santidad (Cap. V de la Constitucion Dogma-

41 «Queremos dirigirnos a todos los hombres debuena voluntad [...] les invitamos a ser con-structores abnegados de la "civilizacion delamor", segun luminosa vision de Pablo VI, inspi-rada en la palabra, en la vida, y en la donaci6nplena de Cristo y basad a en la justicia, la verdad,y la libertad. Estamos seguros de obtener asi surespuesta a los imperativos de la hora presente,a la tan ambicionada paz interior y social en elambito de las personas, de las familias, los pai-ses, los continentes, del universo entero Desea-mos explicitar el sentido organico de la "civiliza-cion del amor" en esta hora dilfcil pero lIena de

esperanza de America Latina". Y el mensaje vaenumerando y comentando los ambitos en quedeberia manifestarse la "civilizacion del amor",desde el campo del compromiso por la justiciaal del compromiso por la reconciliacion y la paz,desde el empeno por la defensa de los dere-chos humanos al empeno por la solidaridad enla com union y participacion- Mensaje a los pue-blos de America Latina, n. 8, en Doc. de Puebla,ed. cit., p. 51.

42 Insegnamenti, VII, 2 (1984), p. 896.43 Redemptoris Missio, 90.44 Redemptoris Missio, 91.

45 JUAN PABLO II, lell. ap. Novo Millennia Ineunte (6enero 2001),30.

46 EI segundo lugar corresponde a Mexico conaproximadamente 1200 misioneros; el terceroa Brasil can unos 850, el cuarto a Argentina con250 y el quinto a Costa Rica can casi 200. Soncifras que no pueden competir can los 26000misioneros espanoles y con los 17000 italianos,y que nos dicen que el envlo "ad gentes" desde

America Latina es todavfa una promesa y unaesperanza mas que un hecho. Los misionerosde America Latina corresponden solo al 1.7%del total de misioneros que la Iglesia Cat61ica haenviado "ad gentes" (somos conscientes que setrata de cifras muy aproximativas).

47 Insegnament/: IX, 2 (1986), p. 23.48 IV CONF. GENERAL DEL EPISCDPADD LAT., Oocu-

mentos de Santo Domingo, p. 295.

del eornpromiso evangelizador y misionero para nuestras Iglesias, y a 1'1 vez apunta aIlUestra responsabilidad para que no "vanifiear" el don de Dios. «Quinientos alios depresencia del Evangelio significan para nuestro Continente - nos recuerda el Papa _muehas gracias recibidas de Dios, gracias de las que tiene que dar cuenta 1'1 Iglesia enAmeriea Latina, respondiendo en America Latina a su compromiso de evangelizar laseulturas. Se recibe la fuerza divina del Evangelio para responsabilizarse de una tareaevangelizadora sin fronteras. El tercer milenio de la historia de 1'1 Iglesia espera mu-cho de America Latina, a quien la Divina Providencia, en sus areanos designios,podriallamar a desernpenar un papel relevante en el munda y en tada la obra de evangeliza-cion "ad gentes" iLa Iglesia tiene necesidad de America Latina!, pOI'eHo,en esta horaimportante, les exhorto a un compromiso conjunto de pastores y fieles»49.Superar la ten-taeion de encerrarse en las neeesidades internas y proyectarse asf rmis alla del propio"mundo", es senal de madurez cristiana para uno mismo y para la comunidad cristianaa que perteneeemos. «Aveces sentimos 1'1 tentacion de encerrarnos en nuestros propiosproblemas y necesidades - les dijo Juan Pablo II a los fieles reunidos en la eancha SanJudas Tadeo de Tumaco en Colombia - olvidando el campo sin fronteras de la redenciony de la mision. No obstante estas adversidades, la Iglesia reaviva siempre su inspira-cion mas profunda, la que Ie viene directamente del Maestro: iA todo elmundo! iA todacriatura! iHasta los confines de la tierra!!>().La vitalidad misionera brota espontanea-mente del rnismo ser de la Iglesia, como Cuerpo vivo de Cristo que tiende a difundirsea todos los lugares, culturas, y tiempos»5).

Son insistencias misioneras que el Santo Padre repitio en sus viajes a Argentina (1987)a Chile (1987), a Uruguay (1987), a Bolivia (1988), a Paraguay (1988). En 1990, Jua~Pablo II, "peregrino de evangelizacion" y "peregrino de amor y de esperanza" como elmismo se autodefinio "al poneI' pie en esta tierra bend ita", volvio a Mexico. Todo estesegundo viaje del Papa a Mexico (el decimo a nuestro Subcontinente), estuvo marcadopOl'el gran tema de fondo: la "nueva evangelizacion" del mismo Mexico y de Ameri-ca Latina de cara al V Centenario de la llegada de la Cruz a nuestras tierras. En estaocasion elliamado pontificio al compromiso misionero "ad gentes" ha sido menos insis-tente que 10que prevefamos. Nos sorprendio, pero pensamos que haya sido una opci6ndel mismo Juan Pablo II teniendo en cuenta que a los pocos meses publicarfa su en-cfclica misionera, la Redemptoris Missio, y que el tema de la "nueva evangelizacion"resultaba mas aetual e iluminado en el contexto de la memoria y "memorial" de la pri-mera evangelizacion. Sin embargo, el tema de la Misi6n en su globalidad y el de sup~"oyeccionuniversal esta latente en toda la rica ensenanza papa152• De manera espe-cral estuvo presente en la celebracion de la Palabra, eI 7 de mayo en Veracruz. POl'su

puerto ingresaronlos primm"osmisionaros, entre los euales Juan Pablo ll, recordo a tresdestacados pioneros de la aecion misionera: Juan de Zumarraga, primer Obispo de laCiudad de Mexico, quien merecio el titulo de defensor de los indios; Don Vasco de Qui-roga, primer Obispo de Michoacan, al que allll hoy se Ie llama «Tata (papa) Vasco»; ya Fray Bartolome de las Casas, Obispo de Chiapas, «quien tuvo una actitud muy pococomun en su tiempo, al proclamar la dignidad de la persona humana del indfgena»53.Mexico y America Latina en general, estan llamados a pasar de una imagen de Iglesiaacostumbrada a recibir, a una imagen de Iglesia que "da", tomando conciencia de quetoda Iglesia particular es misionera desde su mismo constituirse: ella no debe esta di-mension 0 proyeccion universal a ninguna circunstancia exterior; ella es misionera pOl'ser Iglesia como 10es todo cristiano pOl'ser bautizado. «lCua! es su mision? -les pre-guntaba Juan Pablo II a los Mexicanos - la respuesta es dada poria condicion mismade bautizados; haber sido Hamados par el Senor para vivir y proclamar su Evangelio almundo, a partir de su historia como Mexicanos, con sus luces y sombras, pero conven-cidos de que su mision es la de dar testimonio de su fe ante el mundo»54.

111.1 En el espirltude la "Nueva Evangellzaclon"

Pablo VI, el8 de diciembre de 1975, en el decimo aniversario del decreto conciliar "AdGentes" sobre la actividad misionera de la Iglesia, ponia en las manos de Marfa sus"deseos" que acababa de expresar en su exhortacion apostolica Evangelii Nuntiandi yla invocaba como "Estrella de la Evangelizacion", «de una evangelizacion siempre re-novada que la Iglesia, docil al mandato del Senor, debe promover y realizar, sobre todoen estos tiempos diffciles y Henos de esperanza»5S. Con una evangelizacion renovadalos cristianos tenfamos que preparar y adentrarnos en el tercer milenio, «que la luz delAno Santo (celebrado precisamente en 1975) - escribfa Pablo VI - pueda difundirseigualmente despues del Jubileo, mediante un programu de accion pastoral, del que laevangelizacion es el aspecto fundamental y se prolongue a 10largo de estos anos quepreanuncian la vigilia de un nuevo siglo y la vigilia del tercer milenio del cristianismo»·\6Por otra parte ya en los Doeumentos de Medellin, fruto de la 11Conferencia General deEpiscopado Latinoamericano (1968), en el Mensaje a Lospueblos de America Latina,cuando se enumeran los cornpromisos que las Iglesias particulares deben asumir, entrelos demas, esta el de «alentar una nueva evangelizacioll y catequesis intensivas que lle-guen a las elites y alas masas para lograr una fe lucida y comprometida»!>7.

49 Insegnamenti, IX, 2 (1986), p. 190.50 Aqui Juan Pablo II transmite una expresi6n de la

Evangelii Nunliand/: 50 de Pablo VI.51 Insegnamenti, IX, 2 (1986). pp. 107-108.52 La visita empez6 con la solemne Eucaristfa en la

Basilica de Nuestra Senora de Guadalupe, "Ia pri-mera evangelizadora de America Latina" y con labeatificaci6n - durante su celebraci6n - de JuanDiego, de los tres martires de Tlaxcala, (asesi-nados entre los anos 1527-1529) y del sacerdo-

~I

te Jose Maria de Yermo y Parres (1851-1904). Ensu homilfa, el Santo Padre, puso de relieve queel testimonio de los cinco beatos trasciende lasfronteras y se irradia a todo el mundo. Cf. R. BAL-LAN,op. cil., p. 79.

53 Cf. Ibid., 82.54 "L:Osservatore Romano" (suplemento). 107,

(1990), pp. V-VI.55 Evangelii Nuntiandi, 82.56 Evange/ii Nuntiandi, 81 (final)57 II CONF.GENERALDELEPISCOPADOLAT.,Doc. de

MedellIn, Metropolitana, San Jose de Costa Rica1969,p.8

_P_A_R_T_E_I_I_I ~

En el documento para el Sinodo de Obispos de 1977, el mismo CELAM enfatizo elconcepto de "nueva evangelizacion", haciendo referencia precisamente alas conclu-siones de la Asamblea Genera] de Medellin: «Respetando la distincion clasica entrecatequesis y evangelizacion - escribieron - optamos en America Latina (un Conti-nente de bautizados) pOl' dar al tennino evangelizacion el sentido de una catequesisevangelizadora que equivale a una re-evangelizacion en el marco de las conclusio-nes de Medellin»5R. De su parte, los Documentos de Puebla (1979) habian hablado denuevas situaciones que nacen de cambios socio-culturales y que requieren una nuevaevangelizacion: emigrantes a otros paises; grandes aglomeraciones urbanas en el pro-pio pais; masas de todo estrato social en precaria situacion de fe; grupos expuestosal influjo de las sect as y de las ideologias que no respetan su identidad, confunden y.provocan divisiones59.

Sin embargo, sabemos que la ex presion nueva evangelizacicJn ha sido glosada de unmodo explicito y articulado pOl' Juan Pablo II en su ya recordado discurso a ]a IXAsamblea Ordinaria del CELAM en Puerto Principe (HaitI) el9 de marzo de 1983,cuando dijo: «La comnemoracion del medio siglo de la evangelizaci6n alcanzanl supie no significado si comprometiera a Ustedes, como Obispos, juntamente con su pres-biterio y sus fieles; cornpromiso no de re-evangelizacion pero si de evangelizacicJnnueva. Nueva en su ardor, en sus metodos, en su expresi6n»60. El mismo Juan Pablo IIreconoce su propia autoria cuando escribe en Ecclesia in America: «Esta preocupa-ci6n de la nueva evangelizacion era mas obvia ya que yo misrno habia formulado suprimer program a en sue]o americano»61.

Los presupuestos de la "nueva evangelizaci6n" han sido repetidos en varias ocasio-nes. Los principales son estos: preparar a los sacerdotes diocesanos y religiosos comoa sus primeros responsables; formal' un numero creciente de laicos dispuestos a co-]aborar eficazmente en la obra de la evangelizacion; recuperar el espiritu de Pueb]a,particu larrnente en sus fundamentales opciones (poria familia, por los jovenes y porlos mas pobres y necesitados), pero sin interpretaciones reductivas 0 uni]atera]es.

La celebracion de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoarnericano y delCaribe pOl' vez primera con representantes de Estados Unidos y de Canada, y que

58 Documento de trabajo del CELAM para el Sino-do de 1977, Secretariado General, Bogota 1977,p. 24; Cf. tambien: CELAM,Nueva Evangeliza-cion, genesis y guia de un proyecto misionere,Doc. del CELAM,n. 115, 1990. Conviene recor-dar que Juan Pablo II en su primer viaje a Polo-nia (9. VI1979), en un discurso ofrecido en No-va Huta, dijo: «Haempezado una nueva evange-lizaci6n casi que se tratara de un segundo anun-cio, aunque en realidad es siempre el mismo».Ref. por P. GIGLIONI,Nuova Evangelizzazione 0Evangelizzazione Nuova?, "Euntes Docete" L111(2000), 1,14.

tuvo lugar en Santo Domingo en 1992 (del 12 a] 28 de octubre) dedico un tiempo no-table a la reflexion com partida sobre la "nueva evangelizacion" y sus implicaciones.Las conclusiones han sido consignadas en el primer capitulo de la segunda parte delDocumento final. Ahl se nos explica que:

para Juan Pablo II la Nueva Evangelizacion es un concepto opemtivo y dinamico. Es antetodo una lIamada a la conversion y a la esperanza (cr. Su D. inaugural 1) que se apoya enlas promesas de Dios y que tiene como certeza inquebrantable la Resurreccion de Cristo,primer anuncio y rafz de toda evangelizacion, fundamento de toda prornocion humana,principio de toda autentica cultura cristiana. Es tam bien un nuevo ;"imbitovital, un nue-vo Pentecostes, en donde la acogida del Espiritu Santo hani surgir un pueblo renovado,constituido pOl'hombres libres, conseientes de su dignidad, capaces de forjar una 1Iisto-ria verdaderamente humana. Es el conjunlo de medios, acciones y actitudes aptos paracolocar el Evangelio en diiilogo activo con la 1II0dernidad y 10post-moderno, sea para in-terpretarlos, sea para dejarse interpelar por ellos. Tambiell es el esfuerzo para incuhurarel Evangelio en la situacion actual de las culturas de nuestro Continente"2.

59 III CONF.DELCELAM,Documentos de Puebla, 366.60 Insegnamenti, VI, 1 (1983), pp. 696-699.61 Ecclesia in America, 6; el Santo Padre vuelve a

recordar 10 mismo en el capitulo VIde Ecclesiain America dedicado precisamenle a la nuevaevangelizaci6n, y nos dice: «Como Pastor su-premo de la Iglesia deseo fervientemente invitara todos los miembros del pueblo de Dios, y par-ticularmente, a los que viven en el Continente -en donde por vez primera hice un lIamado a uncompromiso nuevo "en su ardor, en sus meto-dos, en su expresi6n"- a asumir este proyecto ya colaborar en el., (n. 66).

He querido referir este amplio texto de los Docwnentos de Santo Domingo ya que enel se resume muchos aportes de anteriores intervenciones del Santo Padre, y particu-larmente de su Discurso Inaugural de la misma Conferencia63.

Hablar de "nueva evangelizacion" no quiere decir re-evangelizar. En America Lati-na no se trata de prescindir de la primera evangelizacion de los ricos y abundantesvalores que ella ha dejado para profundizarlos y complementarlos, corrigiendo lasdeficiencias anteriores. Tampoco se trata de dade a la primera evangelizacion unaespecie de nuevo "barniz", como se 10 dariamos a una pared cuyos colores han idoperdiendo intensidad(d. El compromiso de la "nueva evangelizacion" pretende ir enprofundidad y surge «como respuesta a los problemas que presenta la realidad deun Continente en el cual se da un divorcio entre fe y vida, hasta producir clamorosassituaciones de injusticia de desigualdad social y violencia. Implica afrontar la gran-diosa tarea de infundir energias al cristianismo de America Latina»65.

De su parte, la exhortacion apostolica Ecclesia in America enumera y comenta otrosretos que son a la vez "nuevos areopagos" para el deber evangelizador; ellos son: elfenomeno de la globalizacion que interesa particulannente otro de enonnes dimen-siones, el del desarrollo urbano (megalopolis) 66; la deuda extema de todos nuestrospalses latinoamericanos que experirnentan asi una grave disminucion de Sll poderde decision y en practica de su independencia67; ]a corrupcion, verdadero cancer de

62 CONF. GENERALDEL EPISCOPADOLAT.,Docu-mentos de Santo Domingo, CELAM, Bogola1992, n. 24.

63 Cf. JUANPABLOII,Discurso Inaugural en Docu-mento de Santo Domingo, ed. cil., pp. 4-16.

64 Cf. Evangelii Nuntiandi, 20; Documentos de S.Domingo, n. 29; P.GIGLIONI,op. cit., 20.

65 Documentos de S. Domingo, n. 24b.66 Ecclesia in America, 20 y 55.67 Ecclesia in America, 22 y 59.

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111.2 Nueva Evangelizaci6ny Misi6n "ad gentes"

Nos equivocal' irfamos si pellsaramos "que la nueva evangelizacion" es una activi-dad complementaria de la mision "ad gentes", 0 peor aun, si creyeramos que es sualtemativa76• El decreto conciliar Ad Gentes es muy claro cuando afirma que la mi-sion de la Iglesia es unica, como unico es el Espiritu Santo que la impulsa mas alIade sus fronteras, al mundo y a sus "gentes", y que la anima almismo tiempo para queevangelice a los que ya peregrinall dentro de ella. Sin embargo esta (mica misioll esala vez diversificada en su realizacion, en fuerza de la diversidad cultural y religiosade sus destinatarios, es decir con la diversidad de las situaciones de los tiempos, delos ambitos 0 "espacios humanos" y de los medios77.La endelica misiollera de JuanPablo II, asume la misma concepcion y la misma tel'lninologia aunque enriquecien-dola precisamente del termino "nueva evangelizacion". «Las diferencias en cuanto ala actividad dentro de la unica mision de la Iglesia nacen no de razones intrinsecasala mision misma sino de las diversas circunstallcias en la que esta se desarrolla» 78.Mirando al mundo actual, desde el punto de vista de la evangelizacion, podemos dis-tinguir con la Redemptoris Missio, tres situaciones:• en primer lugar la misi6n "ad gentes~ que es la actividad evangelizadora destilla-

da a los que aun no conocen a Cristo y a los pueblos y grupos humanos en dondelas comunidades cristianas aun no estan suficientemente estructuradas y lejos deser autosuficientes;

• en un segundo lugar la actividad 0 atenci6n pastoral, lIevada a cabo entre las co-munidades catolicas con estructuras eclesiales adecuadas y solidas;

• en tercer lugar, tenemos la "nueva evangelizaci6n" para los grupos de bautiza-dos que han perdido el sentido vivo de la fe 0 incluso no se reconocen ya comomiembros de la Iglesia. Para los casos de 1m'lsgrava descristianizacion, hablamosobviamente de re-evangelizacion 7~.

No es facil, obviamente, definir los confines entre atencion pastoral de los fieles, nue-va evangelizacion y actividad misionera especffica, y no es pensable crear entre eHasbarreras 0 recintos estancados ... «Mas bien hay que subrayar una real y creciente in-terdependencia entre las tres actividades salvfficas de la Iglesia: cada una influye enla otra, la estimula y la ayuda»80.

las instituciones publicas que engendra desconfianza, pesimismo e inactividad en lasociedad civil68; la invasion de las drogas, especialmente entre los jovenes y que vadestruyendo los vinculos familiares e incrementando de un modo tragico la crimina-lidad('9; la carrera de los armamentos que asfixia a no pocas economias en perjuicioespecialmente del derecho a la educacion y la salud para los mas pobres y margina-dos70; los espacios humanos propios de los indigenas y afroamericanos que han sidoevangelizados demasiado superficialmente 71; la creciente y diffcilmente controlablemigracion de muchos latinoamericanos hacia el Norte y desde hace unos veinte afioshacia Europa ... la "nueva evangelizacion" no puede ignorar estos numeroso grupos dehermanos nuestros; ellos tambien tienen la necesidad y el derecho de ser acompafia-dos, defendidos, evangelizados 72.

Volvamosalas expresiones pontificias: la "nueva evangelizacion", 10 sera realment~si los sera en su ardor, en el sentido de que debera volver a abrirse al misterio de laPalabra, a la osadia y franqueza que inflaman el corazon del Apostol; debera recon-quistar la capacidad y el tiempo de la escucha, el tiempo de Dios; debera partir delencuentro vivo con Cristo, mientras la Iglesia se descubre sierva del Reino y compa-fiera de viaje de toda persona humana, con el fervor de los santos, con su "suplelllentode alma", sin temor... y con ardor7;;. Ademas de nueva en su ardor 0 fervor, debe sernueva en su metodo, en el sentido que debera colocarse dentro de la logica de la En-carnacion, bajo el arbol de la Cruz, en la luz de la Pascua, y lIevada adelante por elsoplo fuerte del Espiritu en Pentecostes. Justamente el Plan global del CELAM paralos afios 2003 al 2007, insiste sobre la necesidad de una "mistica evangelica para lanueva evangelizacion", que se alimente de contemplacion, de humildad ante la ver-dad, de la fuerza del testimonio, de una espiritualidad del dialogo, de una pastoral dela encarnacion y de una actitud constante de conversion74.Y finalmente, una evan-gelizacion nueva en sus expresiones en cuanto que debera hacer uso de un renovadolenguaje, incluyendo obviamente ellenguaje no verbal propio del testimonio, apren-diendo a hablar y volver a hablarles a los "otros", a los que estan lejos. El Papa nosinvita a todos a una estrategia nueva en su globalidad y multiples implicaciones, ya ensus aspectos personales como en los aspectos estructurales de nuestra Iglesia7s.

68 Ecclesia in America, 23 y 60.69 Ecclesia in America, 24 y 61.70 Ecctesia in America, 62.71 Ecclesia in America, 64.72 Cf. Ecclesia in America, 65.73 Para todas estas caracteristicas confronta Ec-

ciesia in America, los numeros del8 a115. Haciael final del numero 15 se afirma: «entre sus san-tos, la historia de la evangelizaci6n de America,reconoce numerosos martires, varones y muje-res, tanto obispos como presbiteros, religiosos ylaicos, que con su sangre regaron [...1 estas na-ciones. Ellos, como nube de te-stigos (Hb 12,1),nos estimulan para que asumamos hay, sin te-

mar y ardorosamente la nueva evangelizaci6n>o.74 Cf. CELAM, Plan global 2003 al 2007, hacia una

Iglesia casa y escue/a de comuni6n y de solidari-dad en un mundo globa/izado, Bogota 2003, pp.57-60

75 Cf. CELAM (Secretaria), EI tercer milenio comodesai/a pastoral. Informe CELAM 2000, CELAM,Bogota 1999: 10., Globalizaci6n y nueva evange-Iizaci6n en America Latina y el Caribe, reflexi6ndesde el CELAM 1999-2003, CELAM, Bogota2003. Tambien a nuestro Continente va dirigi-da la invitaci6n de Juan Pablo II: «recordar cangratitud el pasado, vivir can pasi6n el presente yabrirnos can confianza al futuro» (NMI1).

76 Cf. GIGLIONI, op. cit., 25-26: 10, Perch{) una nuovaevangelizzazione, "Euntes Docete" XLIII (1990),5-36: J. ESQUEROA BIFET, Renovaci6n eclesial yespiritualidad misionera para una nueva evange-lizaci6n, "Seminarium" 31 (1991), 1, 135-147: J.LOPEZ GAY, /I rapporto fra "nuova evangelizzazio-ne e la missione "ad gentes" secondo renciciica"Redemptoris Missio:"'Seminarium" 31 (1991). 1,91-105; G. MELGUIZO, La nueva evangelizaci6nen el magisterio de Juan Pablo /I, el CELAM y lapreparaci6n de la IV Conferencia, en AA. Vv., Ha-

cia la cuarta Conferencia, CELAM, Bogota 1992,pp.163-180

77 Cf. Ad Gentes, 6.78 Redemptoris Missio, 3337.79 A estas tres distintas actividades evangelizado-

ras conviene ar'iadir 10 que el decreta Ad Gen-tes denomina "actividad ecumenica" destinadaa restaurar la unidad de los creyentes par la queor6 Cristo (Cf. n. 6).

80 Cf. Redemptoris Missio, 34.

_P_A_R_T_E_I_I-I-------L§)

De todas formas a Juan Pablo II, Ie preocupa que la atenci6n y el compromiso pOl'"nueva evangelizaci6n" pueda frenal' el compromiso poria misi6n "ad gentes" y nosdice en la misma Redemptoris Missio: «la tendencia a cerrarse puede ser fuerte: lasIglesia antiguas, comprometidas en la nueva evangelizacion, piensan que la misi6nhan de realizarla en su propia casa y corren el riesgo de frenal' el impulso hacia elmundo no - cristiano concediendo no de buena gana las vocaciones a los Institutosmisioneros, alas Congregaciones religiosas y alas demas Iglesia. Sin embargo esando generosamente de 10nuestro como recibimos; y ya hoy las Iglesias j6venes- nopocas de las cuales experimentan un prodigioso florecimiento de vocaciones son ca-paces de enviar sacerdotes religiosos y religiosas alas antiguas»81.En la exhortaci6n postsinodal Ecclesia in America, el Santo Padre nos advierte delmismo riesgo de reducir la "nueva evangelizaci6n" a la actividad 0 apostolado "ad in-tra" de las Iglesia locales y escribe: «El programa de una nueva evangelizaci6n en elContinente, no puede limitarse a revitalizar la fe de los creyentes rutinarios, sino queha de buscar tambien anunciar a Cristo en los ambientes donde es desconocido»82.En este ultimo texto constatamos que la expresi6n nueva evangelizaci6n no indicatanto y solo una actividad evangelizadora y salvffica especifica cuanto una "aetitud",una espiritualidad dirfamos 0 quiza aun mas, una mfstica y una pasion que recuerdala de Jesus "devorado poria mision" (zelus domus tuae comedit me- In 2,17) y quedeberfa imbuir e impulsar todas las actividades de la Iglesia aun salvaguardando ladiversidad de las mismas. A esta mfstica se referfa Juan Pablo II en el ya recorda-do Discurso inaugural de la IV Conferencia General de nuestro episcopado en SanloDomingo; "una evangelizaci6n nueva en su ardor supone una fe solida, una caridadespiritual intensa y una recia fidelidad que, bajo la acci6n del Espfritu, generen unamfstica", un incontenible entusiasmo en la tarea de anunciar el Evangelio. En len-guaje neolestamentario es la "parresfa" que inflama el corazon del apostol. «Esla"parresfa" ha de ser tambien el sello de su apostolado en America, Nadie puede ha-cerles caUar pues SOilustedes heraldos de la verdad»83.Es desde esta mfstica 0 pasi6n pOl'el evangelio que estamos Uamados a leer los men-sajes que Juan Pablo II ha enviado pOl'medio de sus Delegados (Card. L. Aponte,Card. J. Tomko, y Card. C. Sepe) a los sucesivos Congresos Misioneros Latinoa-mericanos (COMLAs) que desde el de Parana (Argentina) de 1999, son CongresosAmericanos Misioneros (CAM). Hayen todos multiples convergencias e insislenciaspero es el mismo espfritu 0 mfstica de la nueva evangelizaci6n la que los anima a to-dos invitandonos a revivir la atmosfera de las primeras comunidades cristianas, como

han sido descritas poria misma Redemptoris Missio: «pensemos, queridos hermanosy hermanas en el empuje misionero de las primeras comunidades cristianas, a pesarde la escasez de medios de trasporte y de comunicacion de entonces el anuncio evan-gelico Uegoen poco tiempo hasta los cofines del mundo. Y se trataba de un la religi6nde un hombre muerto en cruz, "escandalo para los judfos, necedad para los gentiles"(1 Cor 1,23). En la base de este dinamismo misionero estaba la santidad de los pri-meros cristianos y de las primeras comunidades»R~.

Para las primeras comunidades cristianas era apremiante el empeno de fidelidad almandato del Senor, "Vayan pOl'todo el mundo", y 10debe ser para nuestras Iglesias.«America Latina esta Uamada a ser el Continente de La esperanza misionera - les es-cribi6 Juan Pablo II, a los participantes en el III COMLA que se celebr6 en Bogotadel 5 al 8 de julio de 1987 - Debe y podra serlo enviando, desde su pobreza, men-sajeros que anuncien a todos las gentes el Evangelio [...] Gracias a la concienciamisionera, la Iglesia en America ha hecho ya mucho por el mundo aun no evangeli-zado. Pero 10 que falta y es posible hacer es mucho mas. iSf, America ha Uegado tuhora! Examinen esta urgencia prioritaria»85.

De una manera explicita, el Santo Padre vinculo el compromiso misionero "ad gen-tes" el compromiso por la santidad , en su mensaje al IV COMLA, celebrado en Limadel 3 al8 de febrero de 1991: elmejor modo parta guardar la herencia cristiana reci-bida de nuestros santos - y el Papa los enumera - es proyectando a nuestras Iglesias"ad gentes". «EI testimonio de los santos debe ser constante estimulo para que entoda la Iglesia Latinoamericana florezcan nuevos misioneros y misioneras que Ie en-treguen abnegadamente ala misi6n sin fronteras [...] Abran sus corazones alUamadomisionero de Cristo [...] S610a partir de una respuesta decidida Arnerica Latina seraverdaderamente el Continente de la esperanza misionera para toda la Iglesia» 86.Juan Pablo II, ha aprovechado todas las ocasiones para exhortarnos a que asumamosy con urgencia las consecuencias de pertenecer a la Iglesia de Cristo, Cat61ica de"derecho", pero aun no plenamente de "hecho". En los muchos encuentros de prepa-raci6n al CAM2, celebrado en Guatemala del 24 al30 de noviembre del 2003, hemosido repitiendo, "gritandolo", ellema: "iIglesia en America tu vida es misi6n!".Sin embargo el camino a recorrer es todavfa muy largo: aunque constatemos con satis-facci6n que va creciendo la conciencia misionera de muchas de Iluestras Iglesias, losque de hecho manifiestan el "valor de salir", son todavfa muy pocos '" Sin embargo;entre dificultades y esperanzas, bajo el signo de Marfa, "estrella de la Evangelizaci6n",la Iglesia latinoamericana, se siente conducida pOl'el Buen Pastor hacia esa mayorvita-lidad y madurez que Ie viene de la "parresfa" apost6lica para enviar a mas numerososmisioneros y misioneras "ad gentes", "ad extra", "ad pauperes"y ... "ad vitam".

81 Redemptoris Missio, 85; cf. tambien el n. 32.82 Ecclesia in America, 74b; cf. tambien CHL 35;

«La Iglesia mientras advierte y vive la urgenciaactual de una nueva evangelizaci6n no puedesustraerse a la misi6n permanente de lIevar elevangelio a cuantos - y son millones y millones

- todavia no conocen a Cristo redentor del hom-bre. Esta es la tarea especificamente misioneraque Cristo ha confiado y cada dia vuelve a con-liar a su Iglesia».

83 IV CONF. GEN. DEL EplseOPADO LAT., Documen-tos de Santo Domingo, ed. cil., p. 10.

84 Redemptoris Missio, 94d.85 AeTAS DEL COMLA III, America, lIeg6 tu hora de

ser Evangelizadora, Bogota 1988, p. 11.

86 R. BALLAN (ed.), Memorias del COMLA IV, Lima1991, p. 83.

---------~---------T.'111\11'1<, nnr •...T"·

No se trata s610de veneer el miedo, de salir de la propia tierra al estilo de Abraham,se trata ante todo de acoger el don, la perla preciosa, de "apostar" YcOlllprometersepor 10que el llIundo mas necesita y entonces caminamos con esperanza. Cristo cnl-cificado y amado, nos invita ahora, una vez mas a ponernos en camino, a remar maradentro. «El mandato misionero nos introduce - nos recuerda Juan Pablo II - en eltercer milenio, invitandonos a tener el mislllo entusiasmo de los cristianos de los pri-meros tiempos. Para ello contamos con la fuerza del mislllo Espiritu que nos empujahoy a partir»87.Tambien las Iglesias de America Latina cuentan y seguiran contandocon el "Poder de 10Alto" que las capacita para enviar a mas misioneros hasta los ul-timos confines de la tierra.

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