Ve lo que veo, es una muestra fotográfica de la artista argentina Florencia Mendoza, nacida en Olavarría, Argentina en Agosto de 1991.

La filosofía de la muestra es romper con la barrera del silencio que precisamente impera en toda Latinoamérica, una zona en el planeta en donde la violencia crece gracias a nuestra incapacidad de comunicarnos, dado que la sociedad construye barreras limítrofes basadas en la desigualdad económica, en la diferencia de niveles educativos y culturales, convencidos de que el arte es una expresión de civilidad como lo es el voto y la única vía para encontrarnos con nuevos pensamientos.

En esta muestra lo que intentamos es dar muestra de coincidencias, no de diferencias, abrir nuestra puertas a las ideas provenientes de otros lugares, nos ayuda a comprender los problemas y soluciones de una manera global.

Tlalnepantla debe tomar hoy su destino y ponerlo en manos responsables, sus habitantes estamos obligados a entregar lo mejor de nosotros para que nuestra ciudad avance con paso firme y consolidemos a la Tierra de Enmedio como una de las mejores ciudades de nuestro país.

Por otro lado, la finalidad de este evento es convertir en lugar; más sensible, más bello, seguro y con identidad en común. La sociedad debe estar conciente de que el camino más seguro al fomento del desarrollo sustentable está directamente vinculado con la difusión de la cultura y las bellas artes

Mira, lo que yo veo.

El silencio.

Introducción

El efecto dominó.

El claro oscuro que maneja Florencia Mendoza, es magistral, sus exposiciones se caracterizan porque más allá de sus fotografías casuales tiene un ojo clínico que le permite ver en un segundo lo que a nosotros los simples mortales nos llevaría años aprender, ella goza sin duda de un talento natural, que ha cultivado con horas de práctica, esfuerzo y estudio.

En pareja.

Más allá de dedicarse a la fotografía, Florencia ha dedicado su juventud a recorrer un camino de disciplina y conocimiento. El éxito no llega solo, es el esfuerzo el que te ayuda a llegar a él, sin embargo. Dice Florencia – Yo no soy exitosa, estoy en el camino. Me gusta mi trabajo, comenta alegre, me gusta que me permitan hacer lo que me gusta que es capturar pequeños instantes de la vida de la gente o pequeños instantes de las cosas para darles vida.

Se dice que el efecto dominó ocurre cuando alguien hace algo bien y este bien impacta directamente a otro, que a su vez actúa de manera consecuente y así en lo sucesivo hasta llegar a una gran meta; quizás global.

Jaque al Rey.

La sociedad es como un gran ajedrez, cada pieza guarda una función especial, es útil para diferentes fines, es como todo en la vida, hay algunos que son muy buenos para los deportes, otros para las matemáticas, otros para las letras y hasta algunos para la filosofía. Lo importante es primero reconocernos como seres capaces, reconocer nuestra condición de seres humanos y respetar las ideas de unos y otros por igual, no importando los colores de la piel, ni las diferencias que puedan existir superficiales porque en el fondo todos estamos constituidos por una maravillosa argamasa de pensamientos, sentimientos e ideales. Sinceramente por eso creo que se acabaron los reyes y las monarquías absolutas, precisamente la unión de los pueblos fue la que les pudo dar jaque a los reyes, tal como en el ajedrez, donde el jugador que sabe manejar mejor el conjunto es mejor que aquel que busca derrotar con una sola pieza.

Tal y como en el ajedrez también la sociedad tiene una formación y como he dicho antes, porque cada de las piezas que la conforman es diferente (y sería un error garrafal querer hacerlas idénticas las unas a las otras); educar al conjunto para que desarrolle al máximo sus potencialidades es tarea de todos, no solo de los gobiernos, también de las familias y de aquellas personas que sabemos algo que a los demás pudiera interesar y de esa forma se espera que se desarrolle equitativamente y que un buen día se especialice en un campo que siempre que sea lícito y no afecte a un tercero le permita vivir dignamente.

Así es el ajedrez, un tablero que hoy en día se llama Aldea Global, en otros tiempos llamada Planeta Tierra y en el cual coexistimos las piezas del tablero también conocida como Humanidad.

El juego de la inteligencia día a día, el ajedrez sirve para ejemplificar el escenario de las grandes batallas que la humanidad enfrenta contra sí misma

Freud, reconoce en los seres humanos un instinto autodestructivo que lo llama “instinto de muerte”, debido al cual demostramos la agresividad característica de la humanidad, ¿será por eso que la mayoría de los hechos que la historia recuerda son guerras?

La formación de la humanidad

Pero la historia no es una ciencia cruel como podría hacerla parecer mi comentario anterior, por el contrario es una ciencia que además de ser el centro de todas las demás ciencias humanas, nos recuerda ese tipo de episodios como un intento para evitar que los repitamos, para muestra de lo que digo, puedo decir que la historia nos permite recordar los grandes sucesos de hombres y mujeres que en conjunto lograron algo que parecía imposible a los demás y que incluso en algunos casos los esfuerzos que esos hombres y mujeres excepcionales hicieron otros los calificaron como vanos para llegar a un fin y sin embargo, cuando vieron completada su misión nunca echaron en cara la incredulidad de aquellos quienes los juzgaron mal, y yo habría perdido la cabeza con facilidad, pero aquellos grandes que han hecho que la vida es lo que hoy es y que con sus descubrimientos iluminaron el mundo, hicieron las distancias más cortas o simplemente arrancaron una sonrisa a una persona, comprendieron que…

Es fácil perder la cabeza

Freno a las palabras

… No todos entendemos el concepto de tenacidad tal como ellos lo hicieron y por eso aquel que es tenaz y constante aún cuando tarde, aún cuando tropiece y puede ser que caiga, seguirá con la vista puesta en su objetivo y nada ni nadie lo podrá hacer claudicar en el largo y sinuoso viaje que tendrá hasta llegar a él, más tarde cuando aquellos que juzgaron su “necedad” vean los beneficios que esta virtud incomprendida traen con él, será entonces cuando vean lo que él vio desde el principio, eso es precisamente lo que veo en las personas.

Yo creo poder ver con mis propios ojos a personas excepcionales, a personas que más allá de respirar viven porque tienen sueños, yo no creo que ningún sueño sea fácil de lograr, pero me niego a creer que existen los sueños imposibles; pienso que la clave está en el trabajo y en la voluntad de hacer las cosas, es fácil soñar con algo pero si no ponemos manos a la obra y hacemos lo que nos corresponde como obligación, pero concientes debemos ser de que esto no es suficiente, debemos cumplir religiosamente con las obligaciones pero además debemos poner un esfuerzo extra que en la medida en que este esfuerzo sea mayor a la obligación será el acelerador para que la humanidad un día pueda abrir los ojos y saborear los beneficios que han construido aquellos que han tenido un sueño.

Dejando huella

Pero para eso aún falta mucho y la humanidad necesita de la participación de todos, necesita también de la constancia de aquel que tenga interés por actuar, porque admitámoslo, aunque todo mundo nos dijera que todos vamos un día a salir a barrer la vereda, no todos lo haríamos porque creemos que otro debe ocuparse, o quizás porque creemos que una actividad como esa es para una clase inferior de humanidad, pero pensar esto demuestra lo equivocado que está el ser humano en sus conceptos, aquel que sale y responsablemente barre la vereda, aquel que deposita el envase vacío que dejó el transeúnte afuera de su casa y lo deposita en el contenedor de basura o aquel transeúnte que deposita el envase vacío de la casa del desconocido en el contenedor, ese es el hombre o mujer más responsable y de mayor grado social que puede habitar en nuestro mundo, sin embargo, a veces por desilusión o fastidio dejamos de actuar como aprendimos en el aula del colegio, y yo que soy pacifista debo recurrir a citar a un escritor excepcional de nombre Bertolt Brecht quien dice:

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los

que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.

A estos hombres y mujeres imprescindibles son a los que me dirijo y les suplico que sigan siendolo.

Hay cosas sencillas que producen grandes efectos, tal como una gota de agua cayendo en el mismo sitio durante largo tiempo, hasta la piedra más resistente sede ante tan insignificante fuerza, esa es la fortaleza de la humanidad, aquella que puede sacar aún en los episodios más negros y obscuros. Algunos sabios intelectuales la llaman solidaridad y es otro acelerador de las cosas, es como si muchas pequeñas gotas actuaran en un mismo sitio y de esta forma hasta el más resistente de los materiales pétreos finalmente sucumbiría.

Hoy usted como yo estamos reunidos en un mismo sitio y le agradezco que me permita transmitirle estos pensamientos que han cruzado por mi cabeza, dicen que los pensamientos que son buenos y que persiguen un bien común, dejan de ser tuyos para volverse un bien para la comunidad, quizás porque así todos actuando en conjunto se vuelvan más rápidamente tangibles.

Una simple gota de agua, no inunda un campo; pero una lluvia torrencial puede volver fecundo el mismo campo. Así nació Egipto gracias al Nilo, Mesopotamia al Éufrates, en sí todas las civilizaciones requirieron de ese torrente de agua, quizás no es casualidad que hoy el agua es un escaso recurso que limita el desarrollo de comunidades en todo el mundo. México no es excepción.

Una simple gota

Un mundo a secas

Cuidarla, es darnos esperanza de un mañana.

El verdadero tesoro de la humanidad.

Esperando el verano

Formas de la naturaleza

Escapando

Manzana Violeta

Errante y libre

The same way?

Cuerdas

Accord

Otro enfoque

Al otro lado de la ruptura.

Labios Rosas

La vereda de los árboles

La humana corrosión

Un hueco por el medio

Las vías del destino

Al atardecer

Al anochecer

La deformidad de la noche

El cielo de Buenos Aires.

La luna, cerca de la cruz del sur

Por la tarde en Olavarría