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NOTAS ECONÓMICASU N I P I L O T O

I S S N 2 2 5 6 - 2 3 3 8

A ñ o 1 – N o . 1 – E n e r o / M a r z o 2 0 1 1

Universidad Piloto de ColombiaPROGRAMA ECONOMÍA. Grupo de Investigación, Economía, Poder y Territorio

Universidad Piloto de ColombiaJosé María Cifuentes Páez

Presidente

Patricia Piedrahíta Castillo

Rectora

Andrés Lobo-Guerrero Campagnoli

Director General de publicaciones

Rodrigo Lobo-Guerrero

Director de publicaciones y comunicación gráfica

Mauricio Hernández Tascón

Director de Investigaciones

Gabriel Pabón Villamizar

Coordinador de publicaciones

Jaime Orlando López de Mesa C.

Decano del programa de Economía

Notas Económicas UnipilotoPrograma de Economía.

Grupo de Investigación, Economía, Poder y Territorio

Elementos para consulta de diseñadores de política pública desde la relación pobreza y medio ambiente

Ricardo Landínez León

ISSN: 2256-2338

Primera Edición

Año 1 - No. 1

Enero/Marzo 2011

Diseño de portada y Diagramación:

Departamento de Publicaciones y comunicación gráfica de la UPC

Impresión:

Color Copias

Todos los derechos reservados.

Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio, sin permiso del autor y/o editor

ELEMENTOS PARA CONSULTA DE DISEÑADORES DE POLÍTICA

PÚBLICA DESDE LA RELACIÓN POBREZA Y MEDIO AMBIENTE


CONTENIDO

1. Introducción

2. Consideraciones sobre pobreza y medio ambiente para una política

pública

3. Vulnerabilidad, asentamientos humanos y ciudades sostenibles

4. Salud, inequidad y pobreza

5. Referencias hacia una política pública

Bibliografía

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Página

Año 1 – No. 1 – Enero/Marzo 2011

RICARDO LANDÍNEZ LEÓN

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Ricardo Landínez León1

1. Introducción

El presente documento forma parte de un conjunto de cuatro (4) artículos que se derivan de la ejecución del proyecto de investigación Pobreza y medio ambiente: perspectivas de Colombia y Chile realizado por el autor en el período 2009 - 20102. El propósito fundamen-tal consistió en estudiar la relación que existe entre pobreza y medio ambiente, mediante el análisis comparado de Colombia y Chile.Uno de los compromisos del trabajo consistió en acercarse a la estructura y sentido de los indicadores que señalan el comportamiento del medio ambiente; se mostró cómo diferen-tes organismos han venido perfeccionado la calidad y la cantidad de índices que intentan cubrir toda la trama de acciones e interacciones de la actividad humana con la naturaleza.La finalidad de un proyecto de investigación, además de identificar fenómenos diversos de la realidad natural o social de sus objetos de estudio es aportar soluciones, o por lo menos ideas centrales, para la salida de los problemas que pretenden enfrentar. Uno de los produc-tos que se trazó este proyecto fue, precisamente, abrir ideas para eventuales diseños de po-líticas públicas en el tema. No obstante, como se indicaba en la conclusión de uno de los in-formes, se presentan dificultades en la agregación de datos y se hace sumamente complejo

1. Economista, investigador programa de economía de la Universidad Piloto de Colombia. Maestría en Planeación y Admi-nistración del Desarrollo Regional de la Universidad de los Andes y Especialización en desarrollo de las organizaciones de la misma universidad. Seminarios de profundización sobre desarrollo económico y social en las ciudades latinoamericanas, de la Universidad de París III. Correo electrónico: [email protected]. 2. De este proyecto también se presentó una ponencia en un seminario internacional organizado por la Universidad Libre en Bogotá.


9NOTAS ECONÓMICAS UNIPILOTO

disponer de estadísticas para realizar los cálculos pertinentes, así como para normalizar toda la información mundial, regional y nacional se produce. En esa conclusión se señalaba que “el proyecto tiene aquí una restricción aunque su aporte consiste justamente en hacer avances en este sentido”. De tal suerte que encontramos una limitación muy grande para aventurarse a realizar o exponer propuestas que sirvan de insu-mo u orientadoras para los diseñadores y decisores de políticas públicas. Sin embargo, hay aspectos muy importantes que pueden deducirse y que desde la perspectiva teórica que este proyecto tiene, asumimos como elementos consistentes con una política ambiental menos centrada en el “desarrollismo” y cada vez más en una economía ecológica3.Las consideraciones de este breve artículo, es necesario aclarar, tienen entonces las restric-ciones propias de una investigación que ha encontrado como su principal problema, la dificultad de comparar datos e indicadores, no solo por la enorme información que existe, sino porque esta es trabajada desde diferentes enfoques metodológicos y teóricos que ha-cen difícil una comparación, en este caso entre países.

2. Consideraciones sobre pobreza y medio ambiente para una política pública

No obstante las restricciones mencionadas, se logró hacer un acercamiento que ha permi-tido dar algunas luces sobre el problema en cuestión. Es decir, como lo afirman Reardon & Vosti (2007), se trata de hacer una vinculación de la pobreza y el medio ambiente con-siderando la pobreza desde diversos ámbitos y no a partir de la carencia de ingresos. Así, las propuestas de políticas para los tomadores de decisiones no se quedarían en reducidos proyectos que supuestamente “aliviarán” la pobreza, sino que se asumiría una integralidad en la solución del deterioro ambiental y la pobreza.Es decir, la pobreza no entendida como falta de ingresos, sino de otros activos como edu-cación, recursos naturales (no solo de tierra) y, seguramente, tecnologías, etc. La mirada debe ampliarse porque contar con ingresos mínimos no asegura que ciertas prácticas que atentan contra el medio ambiente dejen de realizarse. Luego de que las comunidades

3. Cabe recordar que este proyecto tiene una apuesta teórica y política que difiere sustancialmente de la visión ortodoxa de la economía. Tal como se expresaba desde el primer informe, asumimos una postura heterodoxa, entendida como aquella que cuestiona los fundamentos de una economía que concibe el crecimiento como único fin de la misma, sin consideración alguna por la distribución equitativa de la riqueza, el respeto por el medio ambiente y la justicia. La economía ecológica o, en general, las llamadas economías alternativas entendidas como propuestas para activar nuevas prácticas económicas.



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pobres han tenido que recurrir al uso de la naturaleza para sobrevivir, es difícil cambiar este comportamiento4.Debe agregarse otro elemento dentro del análisis que suele olvidarse: no solo ver la estre-cha relación que existe entre las prácticas económicas, con aquellos fenómenos del orden cultural, social y ambiental, sino de comprender la forma como sus conexiones se retroa-limentan. De esa manera las eventuales soluciones tendrán una mayor posibilidad de ser efectivas. El fenómeno de la relación “pobreza – medio ambiente” tiene varios ámbitos en los cuales se manifiesta tal como ha quedado resumido en un documento sobre la base de indicadores presentada en un informe del proyecto del que surge este artículo.En la tabla 1 se indican esos ámbitos o dimensiones y se indican aquellos en los que, en un primer momento, esta propuesta considera posible tomar medidas de política pública que puedan contribuir al comienzo de una cultura de prácticas económicas verdaderamente sustentables.

TABLA 1Áreas de política factibles a corto plazo

Ámbito – Temática Inicios de Política Pública

Diversidad Biológica

Gestión de recursos hídricos

Vulnerabilidad, asentamientos humanos y ciudades

sosteniblesEstrategias de promoción y fortalecimiento de activos

Salud, inequidad y pobreza

Promoción y apoyo a actividades económicas con énfasis

en redes productivas, economías de auto consumo y

comercio justo.

Promoción de una “economía natural”

Aspectos económicos, competitividad, comercio,

patrones de producción y consumo

Aspectos Institucionales

4. Por supuesto, es un comportamiento inmerso en un orden cultural basado en una concepción de la economía en donde la naturaleza, como recurso, hay que explotarla. Como se ha insistido en este proyecto, la producción de riqueza dentro del capitalismo, tiene por esencia este tipo de uso del ambiente en general, de modo que el problema es más de los grandes capitales y del modelo de producción.

Fuente: construcción propia.



El propósito del proyecto de investigación no era hacer todo un compendio de lo que podría ser una política pública para enfrentar la problemática de la pobreza y su incidencia en el medio ambiente. El análisis que se ha podido realizar mediante la información sistematizada, pretendió solamente acercar a las incidencias en ciertos aspectos del medio ambiente en su relación con la pobreza, para el caso de Colombia y Chile. No es posible establecer, enton-ces, la totalidad de una política necesaria, pero sí es viable dar luces sobre algunos aspectos que se consideran cruciales.Entonces, se hace necesario y decisivo diseñar políticas transversales que incluyen aspectos como la diversidad biológica, el manejo de recursos hídricos y los aspectos institucionales. De esta forma, se proponen y explican aspectos básicos a partir de los dos ámbitos o te-máticas propuestas: vulnerabilidad, asentamientos humanos y ciudades sostenibles; salud, inequidad y pobreza.

3. Vulnerabilidad, asentamientos humanos y ciudades sostenibles

La literatura que trata el tema de la vulnerabilidad (Reardon & Vosti, 2007; Blaikie, 2006; Chambers, 1989; Moser 1996; Lampis, 2006) asumen el tema en relación con la posibilidad que tienen los pobres de contar con “activos”, es decir, otros recursos además de los ingre-sos monetarios, que les permita enfrentar de manera más consistente fenómenos como los desastres naturales. Esta ampliación teórica y metodológica permite analizar el problema de modo integral. Veamos la propuesta de activos según Reardon & Vosti (2007).

• Activos básicos a consideraro Activos de recursos naturales.o Activos de recursos humanos.o Activos en la explotación física y financiera.

Activos de recursos naturalesPara el primer caso, es evidente que si una comunidad no cuenta con buenas tierras para la agricultura, espacios adecuados para construir viviendas y una necesaria fuente de recursos hídricos, será imposible satisfacer las necesidades fundamentales de existencia. Los estu-dios y la práctica demuestran que la escasez o falta de estos recursos, obligan a las personas a acudir a estrategias de sobrevivencia que inevitablemente conducen a la ocupación y tala de bosques, laderas de montañas, con sus consecuencias, por ejemplo, en la degradación



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del suelo. En este caso, no sobra recordar que el medio ambiente, al menos, está compuesto por elementos diferenciados de recursos naturales: tierra/suelo, el agua, cubierta de tierra, diversidad biológica, la flora y la fauna y, por último, el aire (Reardon & Vosti, 2007).Activos de recursos humanosAquí se trata de comprender la formación de las personas, aunque los autores no son ex-plícitos en esto, en dos aspectos: acceso a una educación que les permita a los pobres vin-cularse al mercado laboral en condiciones de estabilidad, con un empleo apropiado a su formación y de ingresos justos conforme a dicha formación. De otra parte, se relaciona con los conocimientos técnicos suficientes5 para saber trabajar “con” la naturaleza de tal forma de que las prácticas de producción no atenten contra esta.Activos en la explotación física y financieraEstablece la correspondencia que debe existir, de un lado, entre el conocimiento tradicional y el codificado, con la utilización adecuada de instrumentos y herramientas que no des-truyan los recursos naturales6. Esto para no realizar actividades económicas que superen la capacidad de la biosfera de asumir los efectos nefastos que implican estas actividades7.

• Premisas para abordar la cuestión de los activos

En la dinámica propia de las comunidades está implícita la cuestión de la constante interre-lación en la supradimensión social, de las dimensiones económicas, políticas, ambientales y culturales. En virtud de ello, el planteamiento de los estudiosos del tema es que los hogares no pueden solo contar con un tipo de activos porque la pobreza seguirá impactando en el medio ambiente. Por ejemplo, aunque se tengan ingresos aceptables, es casi cierto que por falta de activos en recursos humanos, la forma como las comunidades acceden a su vivien-da en las zonas urbanas generalmente va en contra del adecuado uso del espacio público y del suelo. La imposibilidad de contar con equipamiento urbano de calidad y la destrucción de la flora y la fauna de las áreas boscosas que rodean la ciudad en donde las condiciones económicas les obligan establecerse, constituyen elementos de reflexión desde la relación pobreza y medio ambiente.

5. En este punto, es imprescindible tener en cuenta los conceptos de conocimiento codificado y conocimiento tradicional. El primero, hace referencia a todo el conocimiento logrado a partir de la investigación, es decir, el científico. El segundo, tiene en cuenta los saberes tradicionales de las comunidades (Yoguel, 2006)6. Por ejemplo, el uso de explosivos para pesca y minería; también de prácticas de cultivo que degradan el suelo7. Tal como lo plantea la economía ecológica.



Por supuesto, es más crítico el caso de los pobres que no tienen acceso a ningún activo y se ven obligados a construir en las laderas de las montañas, por lo que están más expuestos a derrumbes e inundaciones, producto también de su desconocimiento en el manejo ade-cuado de los suelos (Seré, 2005). Asimismo, como se ha señalado, la práctica inadecuada de técnicas agrícolas que deterioran el suelo, junto con el uso de materiales químicos8.Ahora bien, otro elemento importante es el tema del tiempo en el acceso a recursos. Parti-cularmente, si la distribución de riqueza a través de políticas públicas cuentan con el funda-mento de la sostenibilidad. También si los ingresos monetarios son permanentes o apenas están garantizados por un período limitado. De igual manera, la garantía de contar con procesos de formación y acceso al conocimiento.Quienes se han ocupado de analizar el problema de la degradación de los recursos natu-rales, desde la perspectiva de la pobreza, señalan problemas que bien vale la pena resumir y tener en cuenta para los tomadores de decisiones. De acuerdo con Escobar & Swinton (2005) estos problemas son:

• Mayor consumo y sobre explotación de recursos debido a la concentración de perso-nas en una sola área geográfica.

• La falta de acceso a recursos, impide realizar las inversiones para que estos sean pro-ductivos y no se agoten

• Las ya mencionadas prácticas inadecuadas en la producción agrícola• El deterioro ambiental que disminuye la productividad, aumenta la pobreza y condu-

ce, una vez más, al deterioro de los recursos naturales.

Como se observa, la pobreza no permite invertir para que los recursos sean sostenibles. Pero, al mismo tiempo es importante sostener que la pobreza no siempre deteriora el me-dio ambiente, puesto que adicionalmente tienen prácticas de producción agrícola, que ayudan a conservar los recursos. Además, estos autores reconocen también que son los países del norte quienes tienen más problemas ambientales y producen más problemas en el desarrollo sostenible.

8. Esto no es la práctica exclusiva de los pobres: en términos generales, en coherencia con lo que se ha venido sustentando a lo largo de los informes entregados, en una forma más impresionante son los modelos de producción de bienes y servicios de las grandes industrias las que deterioran el medio ambiente. Para ilustrar dos casos de lo dicho y señaladas por Seré (2005): la Amazonia y su explotación por parte de la agricultura comercial. El otro, los grandes constructores urbanos que igualmente deterioran el suelo urbano, la calidad del aire, contaminación auditiva y visual. La gran diferencia, es que los ricos cuentan con más activos y pueden evitar los impactos negativos. Sin mencionar, el caso de la ganadería extensiva.



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Lo anterior indica que aquí deben existir líneas de política para enfrentar el problema, por supuesto, integrales. Se habla, en este caso, de generar una base de activos en todos los casos mencionados.Es bueno reiterar, de todos modos, que los problemas ambientales persistirán mientras se siga con el modelo actual de producción y consumo. ¿Será que con acabar la pobreza, se acaban los problemas ambientales? Aquí subyace la idea de que solo los pobres contami-nan. De tal forma, se indican posibles líneas estratégicas para afrontar la pobreza desde la mirada del medio ambiente, sin pretender con ello acabar con el hecho real de la responsa-bilidad de las industrias y las grandes empresas con el deterioro del mismo.

4. Salud, inequidad y pobreza

Con la misma lógica de la falta de activos de los hogares pobres para enfrentar los fenóme-nos de vulnerabilidad por desastres dado el deterioro ambiental, es que se aborda el tema de la pobreza, la salud y la inequidad.Cuando no hay oportunidades equitativas para acceder a recursos, los señalados más atrás, es claro que tampoco hay acceso al poder, lo que para los estudiosos de estos temas, cons-tituye una de los problemas estructurales de las sociedades latinoamericanas (Seré, 2005). Este autor también insiste que se hace necesaria una consideración respecto de lo que debe ser el tema de la distribución de recursos, tanto entre individuos y sociedades, como entre las generaciones presentes y futuras. El contexto en el que se ha profundizado esta situación social, económica y ambiental, en particular para América Latina, sucede en el marco de las políticas de ajuste o programas de ajuste estructural de la década de los ochenta. Como se ha señalado desde que se planteó el proyecto, esta es nuestra hipótesis: las políticas de ajuste estructural (neoliberalismo) profundizan estos problemas. Las políticas de ajuste tienen como marco general un propósito claro de alejar al Estado de todo tipo de protección social en donde los temas de salud, pensiones y seguridad social quedan en manos del sector privado, restringiendo cualquier posibilidad de los más pobres de acceder a estos servicios. De nuevo, se encuentra un problema de poder, en donde los pobres carecen de él. Dentro del círculo de la generación de pobreza producido por el nue-vo modelo económico conduce, naturalmente, a las estrategias de sobrevivencia que casi siempre terminan en impactos negativos sobre los recursos naturales.



5. Referencias hacia una política pública

Tal como lo indica Redclift (1995, citado por Seré, 2005), a partir de los programas de ajuste estructural de la década de 1980, se presenta un deterioro del bienestar social, lo que hace bastante difícil el diseño de políticas que contribuyan a la reducción de la pobreza rural y al mejoramiento en la utilización de los recursos naturales.Esto conduce, sin duda, a poner en el escenario de la política pública la equidad en el acceso a recursos. Por tal motivo, hay que evitar caer en los errores en el diseño de políticas que un estudio ha determinado y las cuales se señalan a continuación (Binswanger & Landell-Mills, 1995, citado por Seré). A partir de estos sesgos que se muestran en la tabla 2, indicamos aquellos aspectos susceptibles de mirar por los diseñadores de política.

TABLA 2Áreas con errores de política pública y de eventual mejoramiento

Políticas Erradas Mejoramiento

Sesgo urbano en las políticas

Nivel de impuestos a las exportaciones agropecuarias

Subsidios a la importación de alimentos

Falta de acceso a agua y tierra 3

Relaciones inequitativas en la tenencia de la tierra 3

Mercados subdesarrollados

Falta de acceso a crédito e insumos 3

Servicios de extensión deficitarios 3

Falta de investigación adaptativa orientada al pequeño productor 3

Falta de organizaciones de base que fomenten la participación popular 3

Pobre manejo macroeconómico causando sobrevaloración de la moneda

Fuente: construcción propia



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Para el caso que ocupa la atención de este artículo, es importante pensar la política pública, es decir, la regulación del Estado, con incentivos como el de proporcionar activos (tierra, educación, salud, crédito) para generar sentido de apropiación y por tanto de protección ambiental; es también, incentivo de acción colectiva (Ostrom, 2006).La literatura sobre el tema se ha concentrado de una parte, en el llamado “círculo vicioso” de la pobreza, en el cual a más pobreza, más deterioro ambiental, pero obviando la respon-sabilidad de los verdaderos causantes del mismo, es decir, las grandes industrias, amparadas en el modelo económico imperante. Por fortuna, se destaca también otro enfoque en el que se trata de romper ese círculo con inversiones en activos, el cambio tecnológico y a través de la corrección de las fallas de mercado de manera que permitan reflejar el valor social de los recursos naturales (Escobar & Swinton, 2005). Sin embargo, esto puede ser todavía muy poco en tanto desde el Estado y con una deci-dida participación ciudadana no se establezcan otras políticas que permitan cambiar, por ejemplo el caso de la ciudad y su ocupación por los pobres, el rumbo de la política urbana y de vivienda. También y, por sobre todo, el modelo de ocupación del suelo por parte de sectores pudientes de la ciudad, quienes haciendo uso de su poder económico y político, se apropian de zonas boscosas de gran riqueza ecológica, destruyéndola para construir sus viviendas, con el impacto negativo sobre el ecosistema.Este ciclo admite que los pobres deterioran el medio ambiente por la necesidad de sub-sistencia, en donde su precariedad de activos los conduce a utilizar recursos naturales de forma indebida, tal vez a su pesar, pero en los que contribuyen para tal actitud los factores externos que generalmente los perjudica. Como dicen Reardon & Vosti: tecnología, precios, políticas, etcétera.La cuestión radica, entonces, en analizar ese círculo que se profundiza y la manera de rom-perlo es a través de políticas públicas, además de enfoques de desarrollo local en donde la comunidad debe jugar un papel activo.Los cambios en las prácticas de los sectores más pobres de la población, son guiados por los incentivos que existan y su propia capacidad9 (Escobar & Swinton, 2005). Los incentivos pueden ser:

9. Entendida en el sentido de conocimiento tradicional, tal como se ha mencionado



3�Las señales del mercado 3�Las políticas públicas 3�Instituciones y/o organizaciones sociales

• Aspectos a considerar

Los lineamientos que deberían contener el diseño de una política acorde con los problemas que se han visto en esta problemática se enumeran a continuación simplemente como indicativos. El propósito general es que contribuyan a perfilar una gran estrategia para en-frentar los problemas mencionados en los diferentes informes.Antes dos advertencias. La primera: el trabajo no es lo suficientemente extenso (se trata de los casos de Colombia y Chile) como para dar elementos definitivos de lo que podrían ser los aspectos necesarios para una política. Y la segunda: aunque la hipótesis central es que es la riqueza la que causa el mayor deterioro, aquí se centra un poco más en el tema de los pobres, por considerar que es más factible trabajar a mediano plazo una política tal.

Los aspectos generales a considerar que se proponen son:

• No basta con impulsar políticas de generación de ingresos. Una fuente de activos centrada en este aspecto sería insuficiente para resolver los problemas de deterioro ambiental. Es necesario acompañar dichas políticas con soluciones que, además de abordar problemas tecnológicos y contribuyan a una mejor equidad en la distribu-ción del ingreso, posibiliten que las comunidades accedan a otros activos (salud, educación, agua, luz), así como a entornos sociales, políticos y ambientales sanos. Sin embargo, la cuestión es que estos programas surgirían en el contexto de ajuste estructural del modelo neoliberal, lo que haría previsible su fracaso.

• No es suficiente invertir en políticas de desarrollo tecnológico en el campo, si no van acompañadas de políticas sociales (Seré, 2005). El tema de la distribución de tierras seguirá siendo uno de los ejes sobre los que debe girar una política. En la ciudad, la segregación espacial constituye un elemento fundamental a tratar; no bastan los programas de apoyo a la pequeña empresa. Desde luego, si la cuestión es generar ingresos, por lo demás precarios, surge la pregunta ¿El problema radica entonces en generar ingresos? ¿A qué costos sociales? ¿Quedar en la visión de crecimiento econó-mico y no mirar el problema estructuralmente?



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• Es importante abordar integralmente la cuestión de los costos sociales. Políticas vá-lidas en un contexto, pueden ser inviables ambientalmente en otros. Hay que tener una mirada desde lo local y regional. No hay que hacer generalizaciones.

• Tampoco se puede generalizar en cuanto a hábitat y biodiversidad física y cultural (Seré, 2005). Los programas y proyectos suelen ser generalistas y de allí su fracaso. Esto supone una mirada interdisciplinaria.

• En concordancia con los puntos anteriores, se debe mirar la base de activos o recursos de los pobres rurales (Reardon & Vosti, 2005). Este proyecto piensa que también los pobres urbanos hay que considerarlos y mirarlos en su relación y efectos específicos con el medio ambiente. Tal como se ha observado, no todas las prácticas de las co-munidades pobres atentan contra los recursos naturales. Es decir, se deben analizar cuáles ventajas tiene cada localidad, para así aprovecharlas. Los diseñadores de polí-tica, suelen pecar por generalizaciones.

• Un problema típico es el asunto de la supervivencia. Los activos de los pobres, ne-cesariamente no son los de la sociedad. La valoración de un bien (un recurso) es distinta, según las condiciones de pobreza10. Privar a los pobres de ciertos recursos, porque probablemente los están degradando, es quitarles una fuente de ingresos. De modo que los programas y proyectos deben garantizar una transferencia de procesos gradual. Al respecto, es imprescindible que se tengan en cuenta las externalidades ambientales negativas.

• Las limitaciones económicas, así como las de acceso democrático a la tierra y la fal-ta de tecnología en la agricultura, conducen a la mala utilización de aquella y a su degradación. Aunque es un problema estructural y que compromete intereses muy poderosos, cualquier intento de mejorar la condición de los pobres rurales, pasa por considerar el problema de la distribución de la tierra. De paso, esto conduciría a ali-viar el tema de la emigración forzada a la ciudad y evitar parte de los procesos de degradación que se dan en las zonas urbanas.

• Garantizar la entrada al mercado por parte de los agricultores pobres, en condiciones favorables, que incluya estabilidad de precios, eliminación de intermediarios y una política que les permita acceso a tecnologías limpias.

10. Al respecto, un ejemplo que nos brinda Reardon & Vosti (2005) un árbol grande puede ser un valioso “sumidero de car-bono” a la sociedad, pero el árbol puede ser visto por los campesinos pobres solo como una fuente de ceniza para mejorar los suelos y como madera para la venta.



• Generar la institucionalidad necesaria para garantizar el desarrollo de las políticas. Esto supone una participación de todos los actores involucrados.

• Considerar, desde esta perspectiva, la integralidad de las dimensiones sociales, políti-cas, culturales, además de las económicas.

El asunto central debe reiterarse y tener como punto de referencia para cualquier avance de política pública: aunque existan mínimas condiciones de vida, las políticas de alivio a la pobreza no contemplan que los pobres rurales o de zonas periféricas en las ciudades tienen que presionar sobre los recursos ambientales para generar ingresos. No tienen otros acti-vos. Por tanto, el reto consiste en superar la “pobreza de inversión”, como dicen los autores mencionados, que les permita ir generando a los más pobres una mejor base de recursos.

Bibliografía

• Blaikie, P. et al. (eds.) (2006). At Risk: natural hazards, people’s vulnerability and disasters. London and New York: Routledge, Second Edition, First Edition 1994, parte I.

• Chambers, R. (1989). Vulnerability, Coping and Policy. IDS Bulletin 20(2),1-7, april. • Escobar, G. & Swinton, S. (2005) Relaciones entre pobreza rural y el deterioro ambiental en algu-

nos países de América Latina. Pobreza y deterior ambiental en América Latina. Germán Escobar (Ed.). Santiago de Chile: RIMISP.

• LAMPIS, A., (2007) ‘Vulnerabilidad y Protección Social en Colombia: Estudios de Caso en Bo-gotá, Cali y Manizales’, en Zorro, C. (comp.), (2007) El Desarrollo: Perspectivas y Dimensiones – Aportes Interdisciplinarios, Bogotá: CIDER.

• Moser, C. (1996). Situaciones críticas: reacción de los hogares de cuatro comunidades urbanas pobres antes la vulnerabilidad y la pobreza. Banco Mundial: Washington D. C.

• Ostrom, E. (2008). El gobierno de los bienes comunes. La evolución de las instituciones de ac-ción colectiva México D.F.: FCE.

• Reardon T. & Vosti, S. A. (1995) Link between rural poverty and the environment in developing countries. World Development 23(9), 1.495-1.506.

• Seré, C. (2004). Los nexos entre la pobreza y la degradación de los recursos naturales en Améri-ca Latina. Recuperado de http://www.rimisp.org/webpage.php?webid=118.

• Yoguel, G. (2000). Creación de competencias en ambientes locales y redes productivas. Revista Cepal (71), agosto, Santiago de Chile.

• Sitios WEB de interés:• Centro para la Seguridad Humana (Human Security Centre) http://www.humansecuritycentre.org/• Banco Mundial. www.bancomundial.org o www.worldbank.org

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La serie de borradores de economía Notas Económicas Unipiloto

tiene como objetivo divulgar los avances de investigación, y otras

actividades de carácter académico que desarrolla el Programa de

Economía de la Universidad Piloto de Colombia.

Las investigaciones son desarrolladas con base en dos grupos de

investigación adscritos al Programa de Economía y a las redes que

ha ido construyendo con pares académicos.

Uno es el Grupo Economía, Poder y Territorio - Gept, que tiene

como principales líneas de interés las relaciones entre economía y

sociedad, entorno y economía y territorio. El otro es el Grupo de

Estudios Regionales Latinoamericanos - Gerl,– que centra sus

intereses en la nueva integración latinoamericana; en la relación

entre políticas públicas y justicia social en América Latina, en la

competitividad e inserción en mercados globales; y en la identidad,

la memoria y la cultura.

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