unidos por el vértigo

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Contexto Mundial Posicionados en la segunda mitad del siglo XXI, y desde la perspectiva de los ciclos hegemónicos, pareciera que el declive del liderazgo estadounidense, como última potencia hegemónica del occidente Atlántico, podría dar paso a un nuevo orden mundial que emerge del oriente Pacífico, dirigido por una nueva potencia hegemónica global que podría llegar a ser la China del siglo XXI. DOSSIER DE LECTURA DOMINGO 7 DE OCTUBRE DE 2012 RIVALIDAD SINO-ESTADOUNIDENSE

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Venezuela: el destino de la segunda independencia. Pistas geopolíticas para América Latina. La sociedad del miedo y la inseguridad. Entrevista al Licenciado y especialista en geopolítica suramericana Carlos Pereyra Mele.

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Page 1: Unidos por el vértigo

ContextoMundial

Posicionados en la segunda mitad del siglo XXI, y desde la perspectiva de los ciclos

hegemónicos, pareciera que el declive del liderazgo estadounidense, como última

potencia hegemónica del occidente Atlántico, podría dar paso a un nuevo orden

mundial que emerge del oriente Pacífico, dirigido por una nueva potencia

hegemónica global que podría llegar a ser la China del siglo XXI.

DOSSIER DE LECTURA DOMINGO 7 DE OCTUBRE DE 2012

RIVALIDAD SINO-ESTADOUNIDENSE

Page 2: Unidos por el vértigo

A l momento de esta colum-na los venezolanos estaráneligiendo nuevo presiden-

te y los cariocas (Río de Janeiro,Brasil) a su alcalde. Turquía y Siriaprotagonizarán un elevado grado detensión, mientras el historiadorbritánico Eric Hobsbawm ya habrárecibido su último adiós. El presi-dente y candidato Barack Obama yel opositor Mitt Romney ya habránprotagonizado el primer debate te-levisivo rumbo a las elecciones denoviembre en Estados Unidos.

La Zona Euro habrá dado otropaso hacia el interior de su profun-da recesión, Facebook habrá supe-rado el billón de usuarios y el Go-bierno de la India habrá aprobadola apertura del sector asegurador yde los planes de pensiones a las in-versiones extranjeras directas bus-cando reactivar una economía quese desacelera.

Los colombianos se prepararánpara el primer encuentro entre suGobierno y las Fuerzas ArmadasRepublicanas de Colombia (FARC)el 17 de octubre en Oslo que buscanponer fin a medio siglo de conflic-to, y los costarricenses exhibirán or-gullosos su ley por iniciativa popu-lar que prohíbe la caza deportiva.

Así expuestos, todos estos acon-tecimientos parecen aislados. Asíescritos, no existe casi relaciónentre ellos. Sin embargo, el vértigoque recorre el sistema internacio-nal impide que cada hecho perma-nezca inconexo.

Claro está que lo que decidan losvenezolanos impactará de lleno ensu cotidianeidad social, política yeconómica. Pero como bien descri-be Miguel Barrios en esta entregadel dossier, se juega en esa eleccióngran parte del modelo hispanoa-mericano en vías a un sistema con-tinental de cooperación. El resulta-do de este domingo también influiráen el renovado proceso de paz co-lombiano. Venezuela es un actorprotagónico en lo que a la región serefiere y el triunfo de uno u otro can-didato definirá en parte el rumbode las negociaciones entre Colom-bia y las FARC.

Así las cosas, lo que suceda enRío De Janeiro tiene directas im-plicancias para el resto del globo yespecialmente para Asia. Ocurreque la ciudad brasileña está en sumomento más protagónico, prepa-ra el Mundial de fútbol en 2014 y losJuegos Olímpicos en 2016 y es se-guida muy de cerca por inversoreschinos e hindúes que buscan esta-blecer más mercados en estas lati-tudes.

Si bien los resultados de los de-bates televisivos en Estados Unidosrara vez definan una elección, el de-sempeño de los dos candidatos seráseguido de cerca por el resto delmundo y más aún por una Europaen declive que busca sostener unarelación transcontinental cada vezmás difusa. También por un MedioOriente convulsionado por presio-nes internas y externas que hoy tie-nen su punto más álgido en la fron-tera entre Turquía y Siria.

Estados Unidos, actor principalde la Organización del Tratado delAtlántico Norte (OTAN) y del Con-sejo de Seguridad de Naciones Uni-das, en este caso junto a China (re-comendadísimo artículo de JaimePreciado Coronado y Pablo Uc enesta entrega del dossier) irá a lasurnas con dos candidatos que tie-nen sus ojos e intereses sobre Asiaen su conjunto. Lo que ocurra en laelección del 6 de noviembre próxi-mo definirá buena parte del equi-librio en un mundo decididamentemultipolar.

Facebook, la red social de moda,se convierte en una suerte de refe-rencia que aglutina y nutre todosestos acontecimientos que a su tiem-po describió y vaticinó el reciente-mente desaparecido Eric Hobsawm,a nuestro criterio, el último histo-riador global progresista.

Nuestra cálida bienvenida aEduardo Paz Rada, licenciado enSociología y maestro en CienciasPolíticas, a partir de ahora conse-jero académico de Contexto Mun-dial. Agradecidos por su compañíaamigo lector, lo invitamos una vezmás a seguir transformando juntosesta realidad que nos toca.

2 DOMINGO 7 DE OCTUBRE DE 2012 | PRIMERA EDICIÓN> contexto mundial

STAFFGuillermo Baez: coordinación general y edición. Horacio Grondona: diseño y armado de edición en papel. Guillermo Román: diseño y armado de ediciónen papel y diseño y administración en Internet. Web: www.contextomundial.com.ar El dossier mantiene un grupo de columnistas permanentes yconsultores circunstanciales de acuerdo a la temática que se aborde. Tirada mensual junto al diario Primera Edición.

Unidos por el vértigo

PorGuillermo BaezCOORDINADOR GENERAL, EDITOR

• Miguel Ángel Barrios (Argentina)• Luiz Alberto Moniz Bandeira (Brasil-Alemania)• Andrés Solíz Rada (Bolivia)• Tiberio Graziani (Italia)• Carlos Pereyra Mele (Argentina)• Patricio Carvajal Aravena (Chile)• Daniele Scalea (Italia)• Jaime Preciado Coronado (México)• Pablo Uc (México)• Eduardo Paz Rada (Bolivia)

SUMARIOEl destino de la segunda independencia

Pistas geopolíticas de la rivalidad sino-estadouni-dense (1ª parte)

CONSEJO ACADÉMICO

El declive estadounidense, como últimapotencia hegemónica del occidente Atlán-tico, podría dar paso a un nuevo ordenmundial que emerge del oriente Pacífico.

Por Jaime Preciado Coronado y Pablo Uc

“Del resultado de las elecciones venezo-lanas dependerá o no consolidar un blo-que continental suramericano, el único quenos dará posibilidad de ser soberanos”.

Por Miguel Ángel Barrios

P.4-5-6

P.3

La sociedad del miedo y la inseguridad (1ª parte)

Los medios de comunicación, la industriacultural y la instrumentalización políticahan conseguido imponer y utilizar elmiedo y la inseguridad como “estado deexistencia natural”.

Por Eduardo Paz Rada

P.7-8-9

América Latina en el tercer milenio

El salto de “patio trasero” a actor central delescenario internacional. Rica en recursosy modelo de integración.

Por Carlos Pereyra Mele

P.10-11

Se fue el último visionariodel siglo XX

Un repaso por la vida de Eric Hobsbawmy su particular mirada sobre la historia.

Por Contexto Mundial

P.12

Page 3: Unidos por el vértigo

Sin dudas la denominada “doc-trina” Obama, caracterizadacomo “novedad geopolítica”

por ciertos “analistas” internacio-nales, es en verdad la tradicionalEstrategia de Seguridad Nacionalde Estados Unidos (EEUU) que con-siste en controlar lo que el inglésMackinder llamó la “isla mundial”-Eurasia- desde su ubicación geo-política que es una “isla” continen-tal -América-.

La originalidad geopolítica deEEUU pasa justamente por su con-dición de potencia mundial, peroubicada geográficamente fuera dela isla mundial.

En este escenario geopolítico, laprincipal hipótesis de conflicto paraEEUU -enunciada por Obama enenero de 2012-, pasa por la posibili-dad de que China se proyecte almundo desde un bloque asiáticounificado en su carácter de Estadocontinental industrial, cuestión es-tratégica abordada recientementecon mucha inquietud por dos de losprincipales estrategas de EEUU,Henry Kissinger y Zbigniew Brze-zinski (Archivos del Presente, Año16. N 57/58. Septiembre 2012. Bs. As.)

No estamos de acuerdo con un

presupuesto estratégico tácito delcual parten ambos estrategas, y quees que toda América Latina es unespacio natural de hegemonía deEEUU. O sea, la “doctrina” Monroesigue teniendo en el tercer milenioel esquema estratégico, ni siquierarevisado, que América Latina másque una “zona irrelevante estraté-gica”, sigue siendo considerada elpatio trasero de EEUU.

Sin embargo, América Latina estáviviendo su hora más importantedesde la primera independenciacon San Martín y Simón Bolívar yla idea-acción de “unidad en la in-dependencia continental” para for-mular la “Nación de repúblicas”que pensó Bolívar.

El Mercado Común del Sur (Mer-cosur), como núcleo duro de agluti-nación, la Unión de Naciones Su-ramericanas (Unasur) como maci-zo envolvente de la batalla geopolí-tica decisiva que será en Américadel Sur, y la Comunidad de EstadosLatinoamericanos y Caribeños(CELAC), constituyen el embrión denuestro futuro Estado continental,el único que nos podrá brindar elpasaporte a la historia en el sigloXXI.

El “orden” mundial del siglo XXIserá únicamente construido por losEstados continentales industrialesante el eclipse definitivo del Esta-do Nación clásico industrial; y nique hablar de nuestros Estadosagroexportadores, frutos de la bal-

canización del siglo XIX.EEUU, China, Rusia e India han

logrado las capacidades de estata-lidad para ser continentales, Euro-pa refleja el gran interrogante yAmérica del Sur es una gran posi-bilidad.

El 7 de octubre en las eleccionesen Venezuela se decide una partesustancial de la Segunda Indepen-dencia.

No entraremos a analizar la diná-mica interna de la campaña electo-ral, sino lo que está en juego.

Debemos dejar en claro que delresultado electoral dependerá o no,consolidar un bloque continentalsuramericano, repetimos, el únicoque nos dará posibilidad de ser so-beranos en la mundialización.

A partir de la implosión de su ve-tusto sistema político marcado porel “Pacto de Punto Fijo”, la Repú-blica Bolivariana de Venezuela ge-neró la emergencia y el liderazgode Hugo Chávez Frías en una ondamovimientista más allá de sus va-riables populistas, socialistas, na-cionalistas, bolivarianas, etc.. De loque se trató fue de rescatar la Pa-tria Grande vía la democracia so-cial y la inclusión socioeducativa,la industrialización más allá delpetróleo y la integración con laAlianza Bolivariana para los Pue-blos de Nuestra América (ALBA),el MERCOSUR, la UNASUR y laCELAC en forma proactiva como nose veía desde Bolívar.

Incluso se dio un paso geopolíticomás que Bolívar -que había reali-zado una geopolítica antillana hastael alto Perú con la batalla de Aya-cucho en 1824- ya que Chávezavanzó hasta el corazón núcleo dela unión suramericana -nuestraidentidad estratégica-, que en elfondo es la Cuenca del Plata, dondese encuentra la alianza fraterna deArgentina y Brasil.

El ABV (Argentina, Brasil y Ven-zuela) se convierte en la ruta fun-damental de la integración energé-tica y física de América del Sur.

La República Bolivariana de Ve-nezuela posee las cualidades geo-políticas de ser simultáneamentelatinoamericana, suramericana ycaribeña y se abraza con el MER-COSUR.

Esto se torna demasiado impor-tante en un contexto en que UNA-SUR sufrió el jaqueo al Paraguay através del “golpe parlamentario”,los ataques permanentes a los pre-sidentes José Mujica, Evo Moralesy Rafael Correa por sus políticas in-tegracionistas, y una ofensiva peli-grosa del Comando Sur.

Hay que estar vigilantes en laCumbre de ministros de Defensaque se llevará a cabo en Uruguayentre el 8 y 10 de octubre próximo,ante el avance norteamericano dereactivar la “doctrina” de Seguri-dad Nacional en base a la amena-za “terrorista”.

El declive relativo mundial de

EEUU no significa su decadencia,debemos dejar muy en firme estaafirmación. Lo que no quiere decirque el avance de la Segunda Inde-pendencia hiera de raíz al sistemainteramericano.

Sin embargo, y aquí también de-bemos ser contundentes, EEUU noabandonó la “doctrina” Monroe. Sulucha por la supremacía del Pacífi-co le obliga a poseer la hegemoníaen toda América, cuestión que esdescontada por sus estrategas y a laque muchos de nuestros “analistas”se vuelven funcionales al afirmar lomismo, diciendo que somos “irre-levantes” estratégicamente.

Tenemos potencialidad acuífera,energética, alimentaria, en biodi-versidad, en recursos naturales, esdecir “viabilidad geopolítica” paraplasmar el Estado Continental deAmérica del Sur del que nos hablóJuan Domingo Perón o el actual es-tratega brasilero Darc Costa, cuan-do nos llama a conformar un MegaEstado.

El 7 de octubre el triunfo de HugoChávez reafirmará un paso más enel camino de la Segunda Indepen-dencia.

3PRIMERA EDICIÓN | DOMINGO 7 DE OCTUBRE DE 2012 contexto mundial <

Miguel Ángel Barrios (*)

(*) Doctor en Educación. Doctor en Ciencia Polí-tica. Autor del “Diccionario Latinoamericano deSeguridad y Geopolítica -Director- (2009)” y de“Consejo Suramericano de Defensa. DesafíosGeopolíticos y Perspectivas Continentales-(2011)”, entre otras obras sobre América Lati-na. Docente de la Cancillería argentina.

El destino de la segundaindependencia

GRAN PARTE SE DEFINE HOY EN VENEZUELA

América Latina está viviendo suAmérica Latina está viviendo su

hora más importante desde lahora más importante desde la

primera independencia con Sanprimera independencia con San

Martín y Bolívar y la idea-acciónMartín y Bolívar y la idea-acción

de “unidad en la independenciade “unidad en la independencia

continental”, para formular lacontinental”, para formular la

“Nación de repúblicas”, que“Nación de repúblicas”, que

pensó Bolívar.pensó Bolívar.

Page 4: Unidos por el vértigo

En un artículo del Chinese Jour-nal of International Politics,Yang Zixiao y David Zweig(i) se

preguntan si el sentimiento anti-nor-teamericano tiene una relación di-recta con el sentimiento pro-China.

La interrogante puede tomar mu-chas aristas. Mientras que para elhistoriador Niall Ferguson el san-griento siglo XX fue testigo del “de-clive de Occidente” y de una “reo-rientación del mundo” hacia elOriente, ya a inicios del siglo XX elgeopolitólogo inglés Halford Mac-kinder advertía que junto con Es-tados Unidos (EEUU) y el ReinoUnido, China guiaría eventual-mente, al mundo en la construcciónde una nueva civilización, ni muy

oriental ni muy occidental. Ya quesi bien Rusia, aquel gigante euroa-siático, inquilino del pivote conti-nental, constituía una implacablepotencia terrestre, tenía un frenteoceánico bloqueado por el hielo,mientras que la China poseía lascualidades de potencia terrestre ymarítima, con una costa de nuevemil millas abiertas al Pacífico y elmar Amarillo(ii).

La rivalidad entre potenciasemergentes y en decadencia era ysigue siendo una clave para desci-frar el reposicionamiento de los paí-ses y regiones en el mundo con-temporáneo.

Posicionados en la segunda mitaddel siglo XXI, y desde la perspecti-va de los ciclos hegemónicos, pare-ciera que el declive del liderazgoestadounidense, como última po-tencia hegemónica del occidenteAtlántico, podría dar paso a unnuevo orden mundial que emergedel oriente Pacífico, dirigido poruna nueva potencia hegemónica glo-bal que podría llegar a ser la Chinadel siglo XXI.

Tanto en los debates políticos yacadémicos como en los periodísti-cos, el gigantesco crecimiento

económico y comercial que ha ex-perimentado China en la última dé-cada y su creciente búsqueda de in-serción y liderazgo internacionalfrente al relativo declive de hege-monía que atraviesa Estados Uni-dos desde la primera década delsiglo XXI -al menos en la esferaeconómica y político-diplomática-,han trazado un virtual esquema denueva rivalidad inter-hegemónicaen el sistema internacional.

No obstante, los ciclos hegemó-nicos requieren ser interpretadosdesde una perspectiva de irreme-diable interdependencia entre losdos polos que se disputan la direc-ción del orden global, así como de lalarga duración, según la cual el re-cambio o tránsito hegemónico se ca-racteriza por un declive/decaden-cia, renovación o auge/emergenciade una nueva potencia(iii).

No obstante, existe un período derivalidad inter-hegemónica quepuede tomar varias décadas, todavez que se transita por una disputaque deriva en un paulatino procesode reestructuración de las tres es-feras determinantes en el diseño dela política y la economía interna-cional: poder material (económico y

militar), instituciones e ideas he-gemónicas.

En estos términos, existe una re-lación directa entre la conforma-ción de un orden geopolítico mun-dial y el auge y caída de las grandespotencias, en un proceso de transi-ción más gradual que de transfor-maciones súbitas o abruptas, auncuando existan simbólicas coyun-turas de transición hegemónica oindicadores contundentes de poderestructural, como el hecho de queEEUU siga detentando un inmi-nente control militar global o queChina sea el principal acreedor dela deuda del tesoro estadouniden-se (la más grande de la historia y elmundo contemporáneo).

Existen varias dimensiones a con-siderar cuando se discute sobre laexistencia de una rivalidad inter-hegemónica entre EEUU y China.

Por ejemplo, desde una perspec-tiva realista de la política interna-cional, conforme China se vuelvamás poderosa y la posición de Es-tados Unidos se erosiona, es pro-bable que ocurran dos cosas: “Chinatratará de utilizar su creciente in-fluencia para reconfigurar las re-glas y las instituciones del sistema

4 DOMINGO 7 DE OCTUBRE DE 2012 | PRIMERA EDICIÓN> contexto mundial

Jaime PreciadoCoronado (*)

Pistas geopolíticaspara América

Latina

RIVALIDAD SINO-ESTADOUNIDENSE

Pablo Uc (*)

El declive del liderazgo

estadounidense, como

última potencia

hegemónica del

occidente Atlántico,

podría dar paso a un

nuevo orden mundial

que emerge del oriente

Pacífico.

Primerapartede dos

Page 5: Unidos por el vértigo

internacional de manera que sir-van mejor a sus intereses, y otrosEstados del sistema -especialmen-te el hegemón en declive- empe-zarán a considerar a China comouna amenaza cada vez mayor parasu seguridad”(iv).

Esta perspectiva plantea una ri-validad inter-hegemónica en la queel drama del ascenso del giganteasiático implica una China cada díamás poderosa y un Estados Unidosen declive, enfrascados en una ba-talla épica por las reglas y el lide-razgo del sistema internacional.

No obstante, se trata de una pers-pectiva que carece de los maticesnecesarios para contextualizar latodavía carente sustancialidad he-gemónica a la que aspira China, yel todavía persistente poder políti-co y militar estadounidense sin elcual es imposible dilucidar entorno al contexto político interna-cional contemporáneo.

En todo caso, el propio posicio-namiento de la política exterior es-tadounidense tras la llegada de Ba-rack Obama a la presidencia de esepaís, es una de las más simbólicasmanifestaciones para comprenderla cualidad de la emergente y pal-pable rivalidad que se discute.

Apenas transcurrido un mes desu gestión como presidente, Obamaestableció la directriz que deberíaregir la relación con China: “Máscooperación en más asuntos y másfrecuentemente”. Es decir, se es-tableció como prioridad el cons-truir una relación más intensivacon China como socio político y co-mercial en un ámbito global. In-cluso, la relación sino-estadouni-dense parecía haber sido llevadaa un nuevo nivel en el gabinete dela canciller Hillary Clinton, bajo elconcepto que el estratega geopolí-tico de la Guerra Fría, Zbigniew Br-zezinski, sugirió: la construcción deun “G-2”.

El objetivo de esta estrategia su-gería construir el compromiso deambas naciones con la resoluciónde la agenda internacional másacuciante a finales del siglo XXI:superar la crisis financiera inter-nacional, contener el cambio climá-tico, limitar la proliferación dearmas de destrucción masiva, e in-cluso ayudar a resolver el conflictoisraelí-palestino.

Ciertamente, el escenario mun-dial parece garantizar que tantoWashington como Pekín están des-tinados al fracaso si intentan hacerfrente a los problemas de la agen-da global de forma individual.

No obstante, parece que tal re-solución no es la prioridad de suspolíticas exteriores.

A pesar de que EEUU sigue sien-do el segundo socio comercial másimportante de China después de la

Unión Europea (UE), la coopera-ción-negociación está profunda-mente condicionada por los inte-reses nacionales de cada uno delos países, y la interdependenciacomercial existente entre ambasnaciones ha tomado un crecienterumbo asimétrico, considerandoque China llegó a representar en2010 casi la mitad del déficit totalde EEUU, frente al tercio que re-presentaba en 2008 y, como seseñaló anteriormente, es el princi-pal acreedor del tesoro estadouni-dense.

Por otro lado, son permanenteslas causas que amenazan con des-bordar una auténtica guerra di-plomática.

En la primera fase de la relacióninter-hegemónica, algunos de loselementos más simbólicos y co-yunturales de la discordia eran lossiguientes: la descripción hecha porel secretario del Tesoro, TimothyGeithner, en la que acusaba aChina de ser un país manipuladorde la moneda; las iniciativas del Se-nado estadounidense para impul-sar un régimen de sanción comer-cial contra China, a pesar del lla-mado estadounidense a que ambospaíses abordarán el “mismo barco”para conducir la economía mun-dial; el constante llamado de la can-ciller Hillary Clinton para unamayor y urgente libertad religiosaen China; la significativa venta es-tadounidense de armas a Taiwán(6.400 millones de dólares en ar-mamento moderno) y la recepciónen la Casa Blanca del Dalai Lama(líder de la resistencia del Tíbet) ainicios de 2010.

Otro elemento clave en la ten-sión bilateral se ha expresado enel ámbito geoeconómico y comer-cial. Uno de los más reciente ejem-plos del “patriotismo económicoestadounidense” se ha proyectadoen el ámbito estratégico por exce-lencia: el energético.

A mediados de la primera déca-da del siglo XXI, el Gobierno esta-dounidense intervino para impe-dir la compra de Unocal Corpora-tion -una firma energética esta-dounidense de casi 115 años queconcentra importantes reservas decrudo y gas natural en América delNorte y Asia-, por parte de la com-pañía petrolera CNOOC Limited(China National Offshore Oil Com-pany) que en junio de 2005 anun-ció una oferta de 18.5 billones dedólares para comprarla.

No obstante, la movilización dela “petrocracia” republicana esta-dounidense logró bloquear la ofer-ta china y reorientarla al capital es-tadounidense, lo que concluyó conla venta de Unocal Coorporation ala transnacional californiana Chev-ron Texaco a un precio incluso

menor que el ofrecido porCNOOC(v).

En la misma dimensión, cabeseñalar que la demanda energéti-ca por parte de China ha creadouna competencia peligrosa conWashington por el control de losmercados de materias primas engeneral y el de hidrocarburos enparticular.

De hecho, según las declaracio-nes hechas en junio de 2010 al dia-rio estadounidense Wall StreetJournal por parte del jefe de laAgencia de Energía Internacional(AEI), Faith Birol, China había so-brepasado a Estados Unidos al con-vertirse en el primer consumidormundial de energía(vi).

De allí que el especialista entemas energéticos Michael Klareconsidere que: “Al convertirse en elprincipal consumidor de energíaplanetario, China afianzará supapel dominante en la escena in-ternacional y marcará el rumbo denuestro futuro global […] determi-nará de forma decisiva no sólo losprecios que se pagarán por com-bustibles clave, sino también lossistemas energéticos que predo-minarán de aquí en adelante […],las decisiones chinas en materiaenergética determinarán si Chinay Estados Unidos pueden evitarverse arrastrados a una batalla glo-bal por la importación de petróleoy si el mundo escapará a un cam-bio climático de dimensiones ca-tastróficas”.

A este escenario de rivalidad queprevalece entre Pekín y Washing-ton, es importante agregar un seña-lamiento más. Se trata del giro cua-litativo en las empresas multina-cionales instaladas en China, lascuales empiezan a desplazar haciaeste país sus actividades con altovalor añadido, especialmente deInvestigación y Desarrollo (I+D).

De acuerdo con el sitio especia-lizado en asuntos económicosChina Economic Review, el núme-ro de centros de I+D pertenecien-tes a empresas extranjeras insta-ladas en China ha pasado de 0 a 680en quince años, situación que in-quieta profundamente a EEUU ya la UE, como lo demuestra la cre-ciente elaboración de instrumen-tos legislativos orientados a prote-ger sus sectores estratégicos y a ge-nerar obstáculos para la transfe-rencia de tecnologías a China.

La otra dimensión fundamentaldel escenario de rivalidad es, sinduda, la militar. El anuncio más re-presentativo de la modificación dela estrategia político-militar esta-dounidense se ha reflejado en doselementos clave anunciados a fi-nales de 2011 y confirmados enenero de 2012 por la Casa Blanca.

El primero, fue el recorte del pre-

5PRIMERA EDICIÓN | DOMINGO 7 DE OCTUBRE DE 2012 contexto mundial <

Referencias:(i) Yang Zixiao & David Zweig(2010) Does Anti-Americanism Co-rrelate to Pro-China Sentiments?,Chinese Journal of InternationalPolitics, Vol. 2, 2009, 457–486.(ii) Halford J. Mackinder (1904)The Geographical Pivot of History,

Geographical Journal.(iii) Immanuel Wallerstein (2005)Análisis de Sistemas -Mundo: UnaIntroducción, México: Siglo XXI.(iv) John Ikenberry (2008) El as-censo de china y el futuro de occi-dente, Foreign Affairs En Español,abril/junio 2008.

(v) Michael Klare (2008) Rising Po-wers, Shrinking Planet, New York:Metropolitan Books.(vi) Cabe señalar que desde el año2000, la demanda mundial depetróleo ha crecido en siete millo-nes de barriles diarios (mbd), delos cuales dos (es decir, cerca del

30%), fueron a parar a China. Ysegún las estimaciones de la Agen-cia Internacional de Energía, lasimportaciones de petróleo deChina pasarán de los ocho mbdque demandaba en 2010, a losdiez mbd en 2030. Léase MichaelKlare (2010) Twenty-First Century

Energy Superpower China, Energy,and Global Power, TomDispatch,19/09/2010.(vii) Cabe señalar que de acuerdocon el Departamento de EstadoEEUU, para el mes de octubre de2011 cerca de 38.000 soldadospermanecían en Iraq (de los

““La demanda energéticapor parte de China, ha cre-ado una competencia peli-grosa con Washington porel control de los mercadosde materias primas en ge-neral y el de hidrocarbu-ros en particular”.

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6 DOMINGO 7 DE OCTUBRE DE 2012 | PRIMERA EDICIÓN> contexto mundial

supuesto militar estadounidense de450 mil millones de dólares para lapróxima década, como parte delajuste económico del país (BBCMundo, 05.01.12). Lo que se acom-pañó de la confirmación del núme-ro de tropas en el Oriente Medio, amenos de la mitad en 2010, y la de-terminación del “retiro” total de lasmismas para fines del mismo año(vii).

En cualquiera de los casos, es im-portante señalar que el recorte mi-litar estadounidense debe reconsi-derar el giro en los usos tradiciona-les de la capacidad de beligeranciamilitar estadounidense (teoría decontrainsurgencia, invasión por tie-rra y ocupación territorial) y dar ca-bida al anuncio del Pentágono sobreel aumento en las herramientas deinteligencia (informática y nanotec-nológica), realización de operacio-nes irregulares con fuerzas especia-les, uso de aviones no tripulados, yun aumento general en las opera-ciones “quirúrgicas” y uso de armascibernéticas ofensivas y perturba-doras(viii).

A ello se debe agregar que si bienexistirá una caída en la inversión mi-litar regular, aún es poco transpa-rente el aumento en la inversión queel Pentágono dedica a la contrata-

ción de empresas privadas en el es-cenario general de la lucha contrael narcotráfico.

En este sentido, resulta claro queel Departamento de Defensa de Es-tados Unidos “está delegando sulucha contra el narcotráfico a travésde contratos multimillonarios conempresas privadas que se encargande prestar asesoría, capacitación yrealizar operativos en países pro-ductores de drogas y con vínculos alllamado narcoterrorismo, incluyen-do América Latina”(ix).

Se trata de una paulatina pero cre-ciente delegación de las responsa-bilidades fundamentales del Estadoa manos de la iniciativa privada queha sido legalizada por el Gobiernoestadounidense a través de la Ofici-na de Programas de Tecnología Con-tra el Narcoterrorismo (CNTPO, porsus siglas en inglés), cuya última ins-tancia es el subsecretario de Defen-sa para Antinarcóticos y AmenazasGlobales.

El segundo elemento que delineala modificación de la estrategia polí-tico-militar estadounidense es elanuncio del reforzamiento de la pre-sencia militar en Asia y el Pacíficoal refrendar su rol militar no sólocomo una potencia Atlántica, sino

también del Pacífico. Esto ha lleva-do a interpretar una nueva fórmulade contención hacia China, y el re-arme de una nueva Guerra Fríaorientada a la definición de su ene-migo concreto en Asia: China (Zibe-chi, 2011b).

Esta orientación implica la dis-minución paulatina de efectivos mi-litares en el Golfo Pérsico y su po-derío militar en el Mediterráneo con-cediendo, relativamente, más res-ponsabilidades militares de la Or-ganización del Tratado del Atlánti-co Norte (OTAN) a Europa occiden-tal(x).

En paralelo, se proyecta el refor-zamiento de estrategias que conso-liden nuevas alianzas desde el Pací-fico, tal como lo hace la OTAN en elAtlántico, lo cual involucra tanto alos países del sudeste asiático comoa los de América Latina.

Aunque el balance general del po-derío militar estadounidense lo haceprevalecer como la primera poten-cia, es valioso elaborar contrastes apartir del balance de las capacida-des crecientes de las potencias emer-gentes y el trazo de alianzas latentesentre, por ejemplo, China, Rusia,India y Brasil, que expone un nuevojuego de fuerzas a considerar en el

tablero geopolítico (véase el cuadroadjunto).

Finalmente cabe señalar queentre las nuevas medidas estadou-nidenses para este reposiciona-miento en Asia-Pacífico, destacan nosólo las del ámbito militar, sino tam-bién las del plano económico-co-mercial.

Así lo comprueba el ambiciosoacuerdo de libre comercio denomi-nado Acuerdo de Asociación Trans-pacífico (TPP por sus siglas en inglés)anunciado por Obama tras la apro-bación del Acuerdo de Libre Co-mercio con Corea del Sur. Se tratade un acuerdo que hasta ahora in-volucra a nueve países del Pacífico:Australia, Brunei, Chile, EstadosUnidos, Malasia, Nueva Zelanda,Perú, Singapur y Vietnam (Gordon,2011).

Es notable la ausencia de Japón, elprincipal importador de bienes deEEUU, pues sin su presencia el TPPapenas representa el 6% de sus ex-portaciones comerciales (el mismoporcentaje que ocupa Japón).

La otra ausencia es estratégica-mente evidente: China, que no figu-ra en la lista y parece atentar con laestabilidad del esquema de la Aso-ciación de Naciones del SudesteAsiático (ASEAN) en el que el gi-gante asiático juega un papel he-gemónico(xi).

Como se ilustra, el orden econó-mico-militar en el que se desen-vuelven las relaciones sino-esta-dounidenses permite hacer un ba-lance de su dinámica de inter-riva-lidad hegemónica y exponer los pun-tos estratégicos frente a los cualeslos países de América Latina y susproyectos de integración regionaldeben considerar en su proyecto deintegración regional autónoma.

(*) Doctor y Maestro en Estudios Latinoameri-canos por la Universidad de París. Profesor-in-vestigador del Departamento de Estudios Ibéri-cos y Latinoamericanos (DEILA) de la Universi-dad de Guadalajara desde 1987. Coordinadorde la Red de Estudios sobre la Integración Lati-noamericana y Caribeña. Estudios sobre Esta-do y Sociedad del Centro Universitario de Cien-cias Sociales y Humanidades (CUCSH) de laUniversidad de Guadalajara. Desde 1989 cola-bora en el semanario Paréntesis, y desde hacealgunos años en el diario Milenio, México.Miembro del Sistema Nacional de Investigado-res (SNI). Forma parte de la Asociación Latino-americana de Sociología (ALAS); así como delConsejo Latinoamericano de Ciencias Sociales(CLACSO), dentro del Grupo de Trabajo: Integra-ción Autónoma de América Latina.

(**) Profesor adjunto de la Cátedra Nacionalde “Geopolítica crítica y relaciones internacio-nales contemporáneas”, e investigador auxiliardel Departamento de Estudios Ibéricos y Lati-noamericanos (DEILA), de la Universidad deGuadalajara. Becario del Consejo Latinoameri-cano de Ciencias Sociales (CLACSO, Argentina),y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología(CONACYT, México). Colaborador en la revistaiberoamericana “Geopolítica(s): estudios sobreespacio y poder”.

180.000 soldados que había en2008). No obstante, durante elanuncio de la reducción antesseñalado, Obama indicó queexistía una reducción efectiva de lamitad de las tropas, a pesar deque el Pentágono había anunciadola permanencia de apenas 150

soldados que brindarían seguridadmilitar a la embajada estadouni-dense en el país árabe (BBCMundo, 21.10.2011; 05.01.12).(viii) Heather Hurlburt (2012)¿Cómo quedará el ejército esta-dounidense tras los recortes?, Na-tional Security Network,

07.01.2012.(ix) William, Márquez, ¿Privatiza Es-tados Unidos la guerra contra lasdrogas?, BBC Mundo, 16.01.2012.(x) Cabe señalar la gradualidad delretiro militar EEUU en Eurasia, yaque la estrategia de reajuste mili-tar estadounidense contempla la

permanencia del despliegue y lasinstalaciones navales en el GolfoPérsico, mientras coloca a 2.500infantes de marina en Australia(una nueva puerta a Oriente).Léase Hurlburt (2012), op. cit.(xi) Raúl Zibechi (2011b) Viraje es-tratégico de Estados Unidos. La se-

gunda Guerra Fría y América delSur, ALAI, 23.12.2011.

BALANCE MILITAR ENTRE POTENCIAS TRADICIONALES Y EMERGENTES

FUENTE: International Institute for Strategic Studies (IISS, 2011).

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Nunca como en la época actuallas sociedades humanas, ensu diversidad cultural, políti-

ca, social, medioambiental y ge-ográfica, tienen al frente un fantas-ma que recorre sus entrañas másíntimas generando grandes incerti-dumbres y preocupaciones y pro-duciendo guerras, violencia, aisla-miento, autoeliminación, odio y de-sintegración y anomia social de di-mensiones y profundidad queponen en riesgo la propia convi-vencia entre los seres humanos enel planeta.

El miedo, tanto en sus manifes-taciones de presencia objetiva comoen el sistema psíquico de las per-cepciones cotidianas, está posesio-nado en las prácticas rutinarias dehombres y mujeres de la más di-versa índole y contexto en todo elmundo.

Los medios de comunicación, laindustria cultural y la instrumenta-lización política han conseguido im-poner y utilizar, sobre las construc-ciones psíquicas, genéticas y bioló-gicas sensibles de los seres huma-nos, el miedo y la inseguridad como“estado de existencia natural” quereivindica la concepción del “hom-bre enemigo del hombre” que nosolamente impulsa la lucha, el re-celo, la duda, el extrañamiento, ladistancia y el peligro latente entrelos seres humanos, sino que validay legitima la existencia de un podersupremo que debe imponerse demanera brutal sobre las personas,para someterlas y, supuestamente,

protegerlas.Esta situación marca e influye

sobre los cambios y transformacio-nes en la evolución de las socieda-des a lo largo del tiempo, lo que semanifiesta en la diversidad de for-mas que adquiere la relación de lasociedad con el estado y con la eco-nomía, más aún en el período neo-liberal que instrumentalizó el esta-do, aparentemente prescindente,para imponer una visión ideológi-ca de acentuado individualismo ycompetencia sin límites entre laspersonas, en el marco de un capi-talismo salvaje y depredador devida social.

No se trata de negar que la luchapor la sobrevivencia, por la satis-facción de necesidades básicas y delas otras, por el control y el domi-nio de los demás y de la naturalezay por someter a otros pueblos, cul-turas, regiones y recursos, no hayanestado presentes a lo largo de la his-toria, sino advertir que actualmen-te se trata de un fenómeno que al-canza ribetes que envuelven cadavez más a la totalidad social bajouna “administración del miedo”,con todos los instrumentos y proce-dimientos de la racionalidad ins-trumental que alienan y enajenana los seres humanos. Esto no signi-fica mirar al costado frente a las ma-nifestaciones reales de violencia einseguridad que asolan distintas so-ciedades en la actualidad.

El poder establece políticas de“sembrar el miedo” como el modode construir una sociedad de indi-vidualismo salvaje, de separacióny exclusión humanas, de concen-tración de recursos, de aislamien-tos y de demarcación de espacios yfronteras reales y simbólicas y, porsupuesto, de control vertical de lasociedad.

Inicialmente la observación y des-cripción de situaciones y hechospermite poner en la misma bolsauna diversidad de fenómenos deviolencia, peligro, inseguridad ymiedo en distintos lugares, países,situaciones y relaciones, como ano-taremos más adelante, sin embar-go, el trasfondo de cada caso estárelacionado a una estructura globaly local que requiere de su propioanálisis.

La discriminación y persecucióna los judíos en distintos lugares ymomentos de la historia o a los gi-tanos en Europa Occidental duran-te siglos, adquiere, en este últimocaso, un alcance, dimensión y cali-dad distintos en la última década.De la misma manera la estigmati-zación peyorativa de los negros, delos sudamericanos, de los árabes,de los indios o de los pobres, mar-ginados, migrantes y diferentestiene ahora un conjunto de rasgosconsiderados criminalizables y pe-nalizables, en función de la defen-sa de las presuntas seguridad y es-tabilidad sociales.

En la última década, en coinci-dencia con la crisis económica in-ternacional, la agudización de ma-nifestaciones de malestar, rechazoy xenofobia frente a los migrantesextranjeros en Europa Occidentaly Estados Unidos se han hecho muyevidentes, incluyendo campañasque posicionan el peligro, el miedoy la inseguridad como ingredientesprincipales tanto desde los mediosde comunicación, como desde lospartidos políticos y las institucionessociales.

En algunos casos el tema ha sidoencubierto con argumentos vincu-lados a la lucha entre culturas, elenfrentamiento de civilizaciones, lainvasión de marginados y peligro-

s o sprovenientes de otras re-giones del planeta; en otros casosel argumento era más directo: lacompetencia por puestos de traba-jo y la lucha por los medios de vidaque daba mayores ganancias a losempresarios que podían deprimirlos salarios aprovechando las des-ventajas de los trabajadores mi-grantes, especialmente los indocu-mentados e “ilegales”.

Otra faceta de la violencia y elmiedo se ha manifestado clara-mente en la exacerbación de lasmafias del narcotráfico en Méxicoy Estados Unidos, las pandillas encasi todas las ciudades del planeta,las temidas maras centroamerica-nas marcadas con señales en loscuerpos de sus miembros para ga-rantizar las lealtades, los grupos te-rroristas y armados en varias re-giones del mundo, la violencia se-xual contra las mujeres y los niñosy adolescentes, la impunidad poli-cial y las acciones de intervenciónmilitar de las potencias capitalistasen distintos puntos.

Las operaciones de los gruposmafiosos y de las pandillas violentashan generado un pánico social deenvergadura, en tanto los gobiernoshan establecido formas de admi-nistrar la violencia, la inseguridady el miedo con fines de control y vi-gilancia social.

Prácticamente todos los gobier-nos, partidos y dirigentes políticos,desde Cameron en Inglaterra, el PSFrancés, Ollanta Humala en Perú,Dilma Rousseff en Brasil, hastaObama en Estados Unidos, Hu Jin-tao en China, Chávez en Venezue-la, Sarkosy en Francia y el empe-rador Akihito en Japón (véase pe-riódicos y noticias 2010-2011) hanhecho del tema de la “seguridad”

l abase de su agendapública, considerado el problemacentral de la sociedad que debe serenfrentado de manera drástica. Deigual manera la vida doméstica ycotidiana de millones de millonesde habitantes del planeta está cru-zada por la preocupación y temorfrente a la inseguridad, convirtién-dose ésta en el primer problema so-cialmente identificado como alta-mente peligroso en una sociedaden la que se acrecientan y multi-plican los riesgos de diversa índo-le.

Los “otros”, los diferentes, sonidentificados como los causantesdel peligro al estado de cosas vi-gente y al equilibrio social, las ma-nifestaciones de xenofobia se hanido ampliando inclusive en clasesy sectores sociales tradicionalmen-te proclives al respeto a los demásy a la tolerancia entre seres huma-nos.

La antigua animadversión frentea los gitanos o a los judíos, o a losárabes y negros, o a los indios oamarillos desde la perspectiva dela cultura occidental, eurocéntricay cristiana dominante, se ha am-pliado a una amplia gama de gru-pos humanos distintos, considera-dos un peligro al orden establecidoen la vida cotidiana, el mismo quees considerado como natural y legí-timo.

Al frente, también las culturas delos pueblos del Tercer Mundo hancreado estigmas de miedo en tornoa los conquistadores, colonialistas,dominantes y opresores por susactos y genocidio, discriminación,exterminio y exclusión, a pesar dehaberles impuesto una visión de je-

7PRIMERA EDICIÓN | DOMINGO 7 DE OCTUBRE DE 2012 contexto mundial <(LA CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO POLÍTICO Y SOCIAL PENALIZANDO LA POBREZA Y LA MARGINALIDAD)

La sociedad del miedo y la inseguridad

Primerapartede dos

Eduardo Paz Rada (*)

Los medios de comunicación, la industria cultural y la instrumentalización política han conseguido imponer y utilizar,

sobre las construcciones psíquicas, genéticas y biológicas sensibles de los seres humanos, el miedo y la inseguridad

como “estado de existencia natural”.

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rarquías y desigualdades marcadaspor la superioridad.

El marco ideológico del denomi-nado choque de civilizaciones, delenfrentamiento de culturas, de latendencia a la unipolaridad, estásignado por el peligro identificadoen la emergencia y protagonismointernacionales de otras culturas,otras religiones, otros modos devida, otras maneras de sentir, ac-tuar, pensar y mirar la realidad,otros idiomas y otras economías conmiles de millones de personas queponen en entredicho unahegemonía dominan-te que se ha con-siderado a sím i s m ac o m oel pa-r a -

digma omodelo devida humanasobre la base desu sistema de domi-nación históricamente de-terminado. Estos patrones ideoló-gicos han puesto en escena preci-samente las bases de una concep-ción que, aprovechando las distin-tas facetas de la violencia e insegu-ridad, identifica la aparición y de-sarrollo del miedo y la violencia conlos otros diferentes a quienes hayque marcar con el estigma de crea-dores e impulsores del riesgo parala colectividad e incluso para la hu-manidad.

Manifestaciones de la violenciaLas mafias europeas en Estados

Unidos a principios del siglo XXconformadas por grupos de inmi-grantes irlandeses, italianos de lacamorra, polacos y armenios; lasbandas y pandillas en Francia e In-glaterra que causaban pánico y zo-zobra en las ciudades; la yakusa tra-ficante de drogas, juegos prohibi-dos y prostitución en Japón y otrasregiones de Asia; los piratas y mer-cenarios, como los gurkas, al servi-cio del colonialismo de Europa y Es-tados Unidos en África, Latino-américa y Asia Menor; son los an-tecedentes de las nuevas formas, enlas postrimerías del siglo XX y prin-cipios del XXI, de acciones a travésde organizaciones que utilizan laviolencia y el terror para conseguirsus objetivos poniendo en riesgopermanente a las sociedades con-temporáneas.

Así, las maras centroamericanashan sido apuntadas como un tipo deorganización de jóvenes vinculadosa la delincuencia internacionaliza-

da a partir de la masiva migraciónde los años 80 y 90 hacia EstadosUnidos y que sus ritos de perte-nencia están vinculados a la vio-lencia y las marcas en el cuerpo condibujos y señales que los identifi-can y “marcan” de manera perma-nente (Gorza. 2011) no solamente enel sentido de reconocimiento entreellos, sino frente a las fuerzas poli-ciales, consiguiendo un fuerte con-trol sobre sus miembros. Su accióntanto en las ciudades norteameri-canas como centroamericanas es

proverbial porel grado

d e

v i o -l e n c i a

que emplean yel temor que crean en las comuni-dades. Estas características han sidoremedadas por otros grupos en dis-tintos lugares de Sudamérica y elCaribe.

Sus precursores, sin embargo, seencuentran en Europa a través delos skingers, los cabezas rapadas,las pandillas y bandas de jóvenesviolentos en Inglaterra, Francia yAlemania que repudian el ordenexistente y generan peligro y páni-co a su paso, especialmente en lapoblación inmigrante procedentedel mundo árabe, africano y latino-americano; y en Estados Unidos conlas comunidades de jóvenes margi-nados negros y latinos que realizansus actividades en los barrios de mu-chas ciudades norteamericanas. Sonconocidos también los altos gradosde violencia e incertidumbre queprovocan los hooligans futbolísticosen Europa y las barras bravas enAmérica Latina.

Otras características tienen lasmafias organizadas que operan enel mundo sobre una base nacional.Ahí están las redes internacionalescon organizaciones más sofisticadasque generan amenaza sobre la co-munidad: están los ya indicadosmiembros de la yakusa japonesaque dominan y compiten el controlde sus actividades ilegales en supaís, en Asia y en otras regiones delmundo, los de la triada china que,sobre su plataforma de Shanghai,cuentan con una amplia presenciaen Asia, Europa y América delNorte. A estos grupos pueden agre-

garse los que corresponden a lamafia rusa con los grupos de sol-setska y dolgo y las tradicionalesasentadas en Estados Unidos y quemanejan los negocios de la droga,el contrabando de armas, el terro-rismo, el blanqueo de dinero, losgrupos mercenarios y el narcotráfi-co. Administran un millón de mi-llones de dólares anualmente y noes poco poder.

Otro tipo de grupos que provocanviolencia son aquellos a los que sevincula con alguna orientación polí-tica y que son considerados peli-grosos de acuerdo a la perspectivaideológica y política. Prácticamen-te las políticas de seguridad y con-trol estatal a nivel mundial han sidoestablecidas, sobre la base de las

decisiones de Washington, porel peligro que se atribuye a la

red Al Qaeda, responsable dela catástrofe de las TorresGemelas de Nueva York, enel marco de la confronta-ción ideológico-religiosaentre el mundo occiden-tal y el mundo musulmán.

Un marco similar se es-tablece en torno a las gue-rras de intervención impe-

rialista como en Irán o Af-ganistán, a los grupos gue-

rrilleros, ejércitos de libera-ción, a la represión de las mo-

vilizaciones de la llamada pri-mavera árabe, a los radicales na-

cionalistas y separatistas y a proce-sos de balcanización en distintoscontinentes, donde se producen gue-rras civiles, enfrentamientos y ma-sacres genocidas, las formas másperversas de la inseguridad huma-na.

Si bien no son lo mismo, se in-cluye en un mismo tipo a un hete-rogéneo grupo de actividades y sec-tores que están vinculados a distin-tas formas de violencia y protestasocial: delincuencial, política, étni-ca, racista, mercenaria, deportiva,doméstica, nacionalista y xenófoba.

La experiencia de las moviliza-ciones sociales, especialmente delos jóvenes en los últimos años, vin-culadas principalmente a la pro-testa social contra las políticas delos gobiernos de los países de Eu-ropa y Estados Unidos en relaciónal desempleo, la inflación, la faltade oportunidades y la crisis econó-mica y financiera del capitalismo,muestra el desborde y reclamo con-tra los monopolios del poder y laeconomía que son los que decidensobre los demás y afectan a los tra-bajadores, los jóvenes y la pobla-ción en general. La reacción de losgobiernos es la represión y la vio-lencia, producir temor en los movi-lizados.

Los descontentos, los indignados,los ocupas, los movimientos reivin-dicativos que generan masivas pro-testas sociales, como las de París,Londres, Madrid, Nueva York yotras ciudades, o las manifestacio-nes de estudiantes en Chile, Egiptoo Colombia, intentan ser identifica-das por el poder económico, los me-dios de comunicación y el ordenpolítico como provocadoras de vio-lencia con una mirada guberna-

mental, policial y penalizadora.Algunas investigaciones socioló-

gicas han identificado a los distin-tos grupos que se han ido forman-do en la vorágine del crecimientode las ciudades, entre ellos las co-munidades juveniles, como las tri-bus urbanas que buscan espaciossociales de pertenencia con identi-dades y culturas de las más extrañasy diversas y como forma de defen-sa frente a la variedad de peligrosque se presentan rutinariamente.

La Doctrina de Seguridad Nacio-nal, línea oficial de las dictadurasimpulsadas por Estados Unidosentre1960-1980, es un antecedentemuy claro de cómo los distintos es-tados, especialmente en Norte y La-tinoamérica, han establecido crite-rios de uso de la violencia no sola-mente contra los grupos enemigospolíticamente, en su momento la iz-quierda y el comunismo, sino con-tra todas las manifestaciones socia-les de crítica al sistema, impulsan-do un catecismo militar, policial yjudicial destinado a destruir a losdenominados grupos peligrosos, conel fortalecimiento de los Ejércitos, elarmamentismo, el espionaje y losgrupos paralelos de paramilitaresy mercenarios apoyados y asesora-dos por el Gobierno de Estados Uni-dos.

La identificación del enemigo ex-terno y, especialmente, del enemigointerno con los movimientos de pro-testa social y política ha sido unrasgo característico en ese contexto.

Ahora, con el crecimiento de lapoblación, el aumento de la desi-gualdad social e internacional, lacrisis del cambio climático, los de-sequilibrios medioambientales, lacrisis del capitalismo metropolita-no y la emergencia de nuevos pro-tagonistas en la escena internacio-nal, la disputa por el control de re-cursos naturales, alimentos, energía,agua y tierra se convierte en unpunto de referencia primordial, cre-ando tensiones y potenciales mani-festaciones de violencia y guerra.

La crisis climática trae apareja-da la inseguridad y los riesgos comoinundaciones, catástrofes naturales,tornados, huracanes, terremotos,maremotos, deslizamientos y unaserie de fenómenos que atentan di-rectamente contra la vida humanay que se presentan como “castigode la naturaleza” siendo productode la propia acción del hombre. Si-milar efecto producen el uso mili-tar de la tecnología, como el ataquenorteamericano con la bomba ató-mica en Japón, o los accidentes nu-cleares en Chernóbil y Fukushima,provocando catástrofes humanas ynaturales de gran envergadura.

Desde los tiempos de la coloni-zación y conquista, la segregaciónracial, la eliminación de los indioshasta el apartheid, las formas de vio-lencia simbólica se han ido afian-zando y naturalizando en unoscasos, y en otros casos se presentade manera brutal como el caso delos navegantes migrantes que salende las costas del norte de África yrecalan en islas y territorios euro-peos como el caso de Lampedusa(Italia) y Ceuta y Melilla (España), o

la intervención militar de la OTANsobre Libia o las torturas en la basemilitar de Guantánamo (EstadosUnidos), o la invasión inglesa a lasIslas Malvinas argentinas o el en-frentamiento entre nigerianos y gi-tanos, ambos grupos migrantes, enPalma de Mallorca, España en 2009y 2011 o la aplicación de leyes an-tiinmigratorias en Estados Unidoscon su secuela de asesinatos en lafrontera con México o en la UniónEuropea con la expulsión de ex-tranjeros.

La universalidad del miedo, la in-seguridad y la violencia, así comode las políticas de seguridad se haconvertido en un aspecto funda-mental para la comprensión de lastendencias sociales en todas las so-ciedades de las regiones del mundo.Como hemos señalado, desde la ac-ción organizada de grandes mafiasy corporaciones delincuenciales in-ternacionales (droga, armas, tráficode personas, prostitución, lavado dedinero, guerra), pasando por los te-rrorismos de distinto cariz, por laacción de estados preparados paracontrolar y someter a la sociedad,hasta las amenazas en las calles deLa Paz, Londres, El Cairo, Hanoi oEstambul, donde se producen he-chos de violencia y ratería cotidia-nos.

También se ubican en esta cate-goría de situaciones las migracio-nes dentro los mismos países, elmiedo a los extraños, a los diferen-tes, que emergen en las ciudades yen la vida pública ante la necesidadde sobrevivir (Gorza. 2011) Se en-cuentran en lucha por su existen-cia misma, por el consumo y anteesto las distancias y desigualdadessociales y culturales se amplían, seconstruyen muros de hormigón omallas metálicas entre países, entreregiones, entre ciudades y entre ba-rrios e incluso entre familias.

Amenazas y miedos en la sociedad actual

Los riesgos de distinto tipo queacechan a las colectividades socia-les y el miedo que caracteriza hoya los seres humanos están ligados ala negación de la vida y la sobrevi-vencia físico-biológica, a la fractu-ra o imposibilidad del bienestar, alas amenazas ciertas o supuestassobre las personas, a los peligrosque acechan cotidianamente, a laviolencia real o potencial que sesiente en todos los ámbitos de acti-vidad y a la inseguridad que se es-tablece en relaciones sociales com-plejas, intrincadas y diversas. Elmiedo como temor a sufrir, a sentirdolor, a ser vulnerable.

La vida y la muerte están en ladialéctica de los seres que tienenexistencia orgánica y que los con-diciona inexorablemente para exis-tir como sistemas biológico, psi-cológico y social a través de sus re-laciones con el medio físico naturaly con los demás seres vivos.

La necesidad de vivir y proyec-tarse ha generado todos los proce-sos en base a los cuales los seres hu-manos y las sociedades han produ-cido su existencia y su historia, hanconstruido sus relaciones y su

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mundo social y también han condi-cionado su vitalidad frente a las re-acciones del entorno, allí emergenlas amenazas, los peligros y los aten-tados contra su vida y existencia ytambién las reacciones y manerasde enfrentarlos, las que tienen unabase biológica, la lucha por la so-brevivencia, y una base social cons-tituida colectivamente en largos pro-cesos de tiempo y en contextos di-versos y complejos.

Además, inmediatamente, es decirsimultáneamente, las fuerzas ame-nazantes han sido los propios congé-neres, los que por el control, el uso yla administración de los recursos ymedios de vida, necesarios primeroy después generales, han pugnado,han luchado y se han enfrentado,construyendo social e histórica-mente un complejo de amenazas, pe-ligros y temores naturales, sobrena-turales, culturales y humanos queacompañan la historia de la huma-nidad y de todas las sociedades.

El miedo innato, el miedo quesurge ante el desequilibrio o peligrobiológico o psicológico ha desarro-llado genéticamente en el organis-mo las reacciones que permitan evi-tar, enfrentar o controlar las ame-nazas y los riesgos mediante proce-sos fisiológicos de alerta y reacciónvital como defensa propia del orga-nismo, el mismo que va a evolucio-nar conjuntamente a la formaciónde miedos socialmente construidos,de sentimientos y emociones com-partidos, de miedos establecidos demanera conjunta entre los seres hu-manos en su propio desenvolvi-miento y proyección.

La historia de la humanidad estambién la historia de sus miedos ytemores ante diversas amenazas yriesgos, ante los cuales se han cons-tituido grandes respuestas, desdeaquellas vinculadas a los dioses so-brenaturales protectores, a la fuerzay voluntad del propio ser humano, asu capacidad de pensamiento y cre-ación y a los recursos, instrumentos,técnicas, conocimientos, ciencias ytecnologías para protegerse y desa-rrollarse. Sin embargo sus propiascreaciones se han convertido, en mu-chos casos, en nuevos peligros y ame-nazas, entre ellos las heterogéneasrelaciones sociales, la división de ac-tividades, la autoridad, el poder, eldominio, la desigualdad, la distri-bución inequitativa de recursos, elprestigio, los privilegios y el controlsobre los demás controlando los me-dios de vida.

Las amenazas se presentan comovisibles y perceptibles directamen-te ante situaciones de riesgo a la in-tegridad individual o grupal, se pre-sentan como violencia, peligro, de-lincuencia o agresión directos, en-tretanto las amenazas invisiblesestán latentes en el medio en tanto

construcciones sociales de potencialpeligro sobre los seres humanos. Enambos casos la conjunción de la evi-dencia objetiva y subjetiva del peli-gro con la administración del miedodesde las instancias de poder vaconstruyendo un sistema de control,vigilancia, orientación y regulaciónde la inseguridad, el peligro, la ame-naza y el riesgo desde las mismas lasestructuras de dominación institu-cional hasta el campo de los aspec-tos más rutinarios, microsociales ycotidianos de la vida humana.

De esta manera, la constitución,administración y manipulación delos miedos sociales e individualesse convierten en recursos de la polí-tica, del Estado, de las instituciones,para vigilar, controlar y castigar a lasociedad o a aquellos segmentos dela misma que se considera son unpeligro para determinado orden es-tablecido, forjando así un esquemacada vez más sofisticado de domi-nación, domesticación y subordina-ción de la colectividad al poder.

Las dimensiones de la inseguri-dad, el peligro y la violencia se laspuede ubicar de acuerdo a la ex-tensión social, temporal y espacialen la que se presenta y sobre la cualinfluye en distintas intensidades enrelación a los alcances que presen-ta. Asimismo, es posible que los tiposde inseguridad y miedo respondana una combinación de aspectos queintervienen, desde los generados porlos poderes institucionales estable-cidos o por los poderes criminalesilegales, hasta los vinculados a la de-lincuencia común, a la mafia, a la ac-ción policial o a la agresión domés-tica y personal.

Las guerras mundiales, las ame-

nazas de confrontación generaliza-da, las agresiones colonialistas e im-perialistas, las guerras de liberaciónnacional, el terrorismo de Estado,las guerras de agresión, el terrorismocriminal, las mafias internacionales,el trafico de drogas y de armas, lascrisis económicas y financieras, lasamenazas nucleares o las crisis ori-ginadas por el cambio climático tie-nen la mayor dimensión y alcanceponiendo en riesgo grandes espaciosterritoriales y a millones de habi-tantes del planeta que advierten unpeligro general, una amenaza inte-gral que provoca inseguridad ymiedo múltiple y generalizado. Losque generan y administran estas ten-siones son los que detentan el poderen sus distintas formas a nivel in-ternacional regional o nacional: lassuperpotencias nacionales y regio-nales, las corporaciones criminales,la industria militar, las mafias in-ternacionales, las transnacionalespetroleras, las organizaciones em-presariales de mercenarios y lasgrandes cadenas mundiales de me-dios de comunicación social.

En un escalón inferior se encuen-tran los procesos de amenaza ytemor en las regiones y países afec-tando espacios nacionales donde ha-bitan millones de personas que su-fren la influencia e impacto de or-ganizaciones del crimen, mafias de-lincuenciales, actividades ilegales,

así como de estados y gobiernos, gru-pos con intereses económicos o polí-ticos, organizaciones policiales y mi-litares, paramilitares, policías pri-vadas, terroristas, grupos armados ymercenarios. Algunas veces tienenvínculos regionales y responden aestrategias de control internacionalmediante redes de crimen y delin-cuencia que generan grandes re-cursos económicos y vínculos con elpoder político. La corrupción y lasactividades ilegales son algunos delos aspectos que caracterizan estenivel, especialmente en zonas defrontera.

Los impactos más directos y coti-dianos de la inseguridad, el peligro,la delincuencia y los riesgos diver-sos para los ciudadanos se presen-tan a nivel local, barrial, distrital,municipal e inclusive familiar, lu-gares donde la repercusión es másfuerte e intensa tanto por la cercaníaa las actividades cotidianas, comopor la trascendencia de hechos queafectan inmediatamente, más aúntomando en cuenta las repercusio-nes en los medios de comunicaciónque se han especializado en cober-turas amplias y, a veces morbosas yamarillistas en torno a temas delin-cuenciales. Los testimonios, las ver-siones cercanas y los propios testi-monios de acontecimientos de vio-lencia o delitos marcan y posicionanal miedo. Aquí la acción de pandi-

llas organizadas, de bandas delin-cuenciales, de prácticas policialesirrestrictas; se combina con tribusurbanas de distintas características,de rebeliones sociales, marchas deprotesta, demandas de distinto tipo,tensiones y violencias cotidianas queson experimentadas, a veces, cara acara.

Por otra parte, las peleas, riñas ca-llejeras, violencia familiar, abuso demenores, choques interpersonalesy otros en los ámbitos domésticosmás cercanos, junto a los antes seña-lados, marcan los temores y miedossocialmente condicionados e inter-nalizados por cada uno de los habi-tantes del espacio compartido.

En este marco, todas las personasestán afectadas y son víctimas, sinembargo son “los condenados de latierra”, los colonizados y enajena-dos, y “los condenados de la ciudad”,los marginados y pobres, los identi-ficados por los sistemas penales, ju-diciales y policiales como el peligroque debe ser controlado y destrui-do en el marco de la seguridad delestado y el orden establecido, debi-do a su condición de excluidos de lasociedad y potenciales gestores deinseguridad.

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* Licenciado en Sociología de la UMSA (Bolivia)y Maestro en Ciencia Política de la FLACSO (Mé-xico). Docente Titular de la Carrera de Socio-logía de la UMSA, Profesor Invitado en laUniversidad Nacional de Valparaíso, la Universi-dad de Buenos Aires UBA, la Universidad Ruralde Rio de Janeiro y la Escuela Florestan Fernan-dez de Brasil ENFF. Escribe en Revistas de Boli-via, Argentina, Brasil y Venezuela. Actualmentees Director de la Carrera de Sociología de laUMSA y Co-Director de la Revista Virtual PatriaGrande.

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América Latina parece habersedespertado después de unsueño largo. Es un continente

rico en todo, minerales, madera, agua,hidrocarburos, rico también en biodi-versidad, lo que lo hace único. Asípuede ser presa fácil de las grandespotencias atlánticas como ReinoUnido primero y Estados Unidos des-pués. Como escribe Eduardo Galeanoen su lúcido ensayo Las Venas Abier-tas de América Latina… “tierras ricas,subsuelo riquísimo y hombres pobresen ese reino de la abundancia y delabandono”… En ese sentido, ¿qué lefalta? ¿Tal vez la fuerza militar y polí-tica que unidas en un sentido comúnpuedan hacer la diferencia?

Debemos primero hacer algunasaclaraciones. Lo que genéricamentese denomina Latinoamérica -que sedefiniría mejor como Hispanoamé-rica- que geográficamente se ubi-caría desde México hasta el Conosur de América del Sur, tiene variascaracterísticas desde lo geopolítico,muy relacionado con el espacio queocupan sus países en cada subcon-tinente.

Uno, el del Norte, con el caso es-pecífico de México, totalmente inte-grado a una relación de subordina-ción con el gigante estadounidense(con el North American Free TradeAgreement, NAFTA, o Tratado deLibre Comercio de América delNorte, TLCAN).

Luego la zona de Caribe y CentroAmérica, una zona de amortiguaciónentre Norte y Suramérica, fuerte-mente condicionada por las rela-ciones políticas y económicas conEstados Unidos (EEUU), con la ex-cepción de la Cuba castrista y de Ni-caragua y algunas islas caribeñas.

El último golpe en Honduras asílo demuestra, aunque su importan-cia geopolítica y económica es muyescasa en este pequeño grupo, dadala presencia norteamericana pro-funda con gobiernos de tinte neoli-beral y de islas que supuestamenteobtuvieron su independencia, peroque llamativamente tienen a laReina de Inglaterra como su Jefa deEstado.

Es llamativo este tema ya que porello la Organización de Estados Ame-ricanos (OEA) se transformó en unorganismo inútil teniendo en cuen-ta que, con la incorporación de esosmicroestados, se desequilibró la im-portancia tradicional de los paíseshispanos en el organismo. Hoy, Tri-nidad y Tobago vale un voto, igualque un gigante como Brasil, porejemplo.

La zona que más se desarrolló en

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América Latina en el tercer milenio

ENTREVISTA AL LICENCIADO Y ESPECIALISTA EN GEOPOLÍTICA SURAMERICANA CARLOS PEREYRA MELE (*)

los últimos años, en cuanto a avan-ces significativos en modelos de in-tegración, es el subcontinente sura-mericano, más aún con las contra-dicciones del mundo capitalista y sulucha por conseguir acceder a losricos yacimientos, reservas y ali-mentos que describió en su pregun-ta.

Es además la zona que produjo al-gunos cambios fuertes en las rela-ciones societarias con potencias ex-tranjeras y que hoy dejan vislumbrarun nuevo periodo de cambio con lasviejas alianzas.

Pero aún estamos lejos de podertener una voz común y un sistemadefensivo unido para enfrentar losgrandes desafíos y amenazas que nosciernen, más teniendo en cuenta queeste subcontinente sufre de una fuer-te desigualdad distributiva en elseno de sus sociedades, que bienpuede ser instrumentada desde elexterior -ya paso con el separatismoen Bolivia- o la amenaza de nuestrosfundamentalismos como el caso delos pueblos indígenas que reciben“instrucciones” de ONG de los paísescentrales y que han causado tam-bién mucho frenos a planes de go-bierno de signo populista en estesubcontinente.

Con todo este panorama, igual-mente fue muy importante la crea-ción de instrumentos regionalescomo el Mercado Común del Sur(Mercosur) ampliado a la Unión deNaciones Suramericanas (Unasur)y el Consejo de Defensa Surameri-cano (CDS).

En la Argentina, Néstor CarlosKirchner primero y ahora Cristina,Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Co-rrea en Ecuador, Evo Morales en Bo-livia y Luiz Ignacio da Lula da Silva yahora Dilma Rousseff en Brasil.¿Cómo juzga la acción de estos jefesde Estados en este nuevo curso deAmérica Latina? Según su opinión,¿supieron y sabrán dar al continenteaquel cambio decisivo en este senti-do político?

Los presidentes a los que hace re-ferencia son una camada surgidaluego de la caóticas situaciones de-rivadas de la aplicación del consen-so de Washington de los 90 (Neoli-beralismos para las Américas), quefue una antelación de lo que les pasaa los países periféricos de la UniónEuropea (UE) en estos momentos.

Salvo el caso de Brasil, que tuvomás continuidad para llevar ade-lante una política de posiciona-miento global como potencia emer-gente, los demás países del conti-

El salto de “patio trasero” de las grandes potencias, a actor central del

escenario internacional. Rica en recursos naturales y prototipo en modelos

de integración.

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nente han aplicado normas para vol-ver a rearmar el estado como herra-mienta de dinámica política econó-mica y allí, en ese punto, todos coin-ciden.

Esto permitió tener nuevos socios,acuerdos regionales que mejoren lasrelaciones económicas casi inexis-tentes entre los países de la región.Este ha sido el mayor aporte al cam-bio que instrumentaron los presi-dentes mencionados.

Ello no significa que el pensa-miento sea homogéneo, ya que pocoscomulgan con el llamado “socialis-mo del siglo XXI” que pregona Chá-vez. Pero han dado a Suramérica unaimpronta y transmitido la importan-cia del subcontinente de la que nadiehablaba. Allí radica su importancia.

Si miramos a América Latina segúnsus riquezas no tiene competidores.Pero para ser “competitivos” a nivelmundial es necesario crear una uniónque pueda medirse con los EstadosUnidos y la Comunidad Europea y conlas potencias euroasiáticas como Chinay Rusia. El Mercosur fue instituido pormedio del tratado de Asunción en el1991 y del cual forman parte Argenti-na, Brasil, Uruguay y Paraguay (sus-pendido) y ahora Venezuela. Estos paí-ses pueden ser el instrumento óptimopara tal fin con la esperanza que to-marán parte por completo también losotros países latinoamericanos, y quepor ahora son solamente miembrosasociados como Bolivia, Chile, Colom-bia, Perú y Ecuador.

Ese sería el objetivo de máxima:conformar un mercado común am-pliado con una profundización entodos los temas financieros, econó-micos, culturales, tecnológicos, etc.

El gran desafío de la actualidad esromper con el bajo intercambio re-gional que no supera el 20% de todaslas transacciones de su comercio in-ternacional interzonal, cifra bajísi-ma teniendo en cuenta que para laUE el mismo representa el 66%, ypara el NAFTA el 50%. Ello es el re-sultado de que, por ejemplo, México,el Caribe y América Central recibenla mayor parte del comercio deEEUU, su turismo y las remesas dedinero que envían los emigrantes his-panos a EEUU.

En cambio en América del Sur lamayor atracción actual es la relacióncon China, que se transformó en elprincipal socio comercial. En gene-ral son productos primarios de muybajo valor agregado. Argentina, porejemplo, tiene ocho productos queconcentran el 95% de las ventas alpaís asiático, y los porotos de soja re-presentan el 71% del mismo.

Como dice un viejo refrán: “Lo im-portante no es cambiar de collar sinodejar de ser perro”. Ese es el desafíopara América del Sur que, teniendoen cuenta la lucha por los mercadosy las materias primas que envuelvena las potencias tradicionales y a lasemergentes, aproveche la oportuni-dad para relanzarse como espaciocontinental industrializado, que seaun nuevo sujeto de la historia mun-dial a desarrollarse en este siglo.

Los estados del BRICS, Brasil, Rusia,India, China y Sudáfrica, que poseenabundantes recursos naturales, in-cluyen al mayor estado suramerica-

no. ¿Hay entonces perspectivas parauna sinergia con el Mercosur? ¿Quéharía de América Latina una unión sinconfrontaciones?

La realidad es la única verdad.Brasil ya es la sexta potencia econó-mica mundial, pero para sostener esecrecimiento necesita consolidarse enun espacio mayor al de sus actualeslímites internacionales. Para ello des-pliega una diplomacia y una presen-cia de sus empresas oficiales y pri-vadas profundas en el continente.

Sabe que necesita de sus vecinosy por ello seduce a algunos mientrasque a otros les hace ver su impor-tancia geopolítica de forma clara ycontundente. También sabe que sisigue aumentando su importanciaglobal tendrá zonas de choque y porlo tanto se prepara para que esas di-ficultades no repercutan negativa-mente en su nuevo rol mundial. Engeneral, los países del continentesaben de esta realidad y tratan desacar el mejor rédito.

Parece que la famosa crisis de laeconomía mundial no afecta a Su-ramérica y si lo hizo fue marginal-mente. ¿Qué piensa al respecto?

Lo que ocurrió es que la crisis ya lavivimos al final de los 90, fueron lasdenominadas “Tequila”, “Caipiriña”o “Tango”. Ello derivó a una mayorintervención del Estado en la eco-nomía contra las tradicionales rece-tas de los organismos financieros in-ternacionales que pedían mayoresajuste que, sabíamos, conducían a la“crónica de una muerte anunciada”.

Por ello practicamos planes econó-micos no ortodoxos y a ello se le sumó

que los precios de las materias pri-mas aumentaron significativamentedando a los países mayor disponibi-lidad de dinero para sus economías.

Con su mayor promotor en la Repú-blica Bolivariana del Venezuela, ¿cómojuzga al ALBA en una perspectiva polí-tica?

Fundamentalmente es un movi-miento importante desde lo ideoló-gico en una lucha desigual con larepública imperial cuyo eje o centroes Venezuela, país que ha vivido elfin de un modelo demoliberal y elsurgimiento de un movimiento po-pulista encabezado por la figura deChávez.

Pero tiene el inconveniente de serresistido internamente por los sec-tores económicos tradicionales y, ex-ternamente en la región, no es acom-pañado por Brasil ni Argentina. Estohace que su influencia sea muy re-ducida. En relación a la real politikno creo que su futuro pueda prospe-rar. Igualmente demostró las debili-dades y formas de actuar de EEUUen Suramérica y demostró tambiénque este subcontinente no es el“patio trasero” de nadie.

Rusia y China están haciendo im-portantes acuerdos con algunos Esta-dos del continente. ¿Qué opina deesto?

Son la demostración de que Amé-rica del Sur tiene su propia agenda eintereses y que la potencia del norteya no es la que determina con quientenemos que aliarnos y con quien no.

La presencia China es muy pro-funda y últimamente también la pre-

sencia de India es muy fuerte, a laque se le suma la reaparición deRusia que también estableció lazoscon varios países con importantesaportes de intercambio tecnológicos,que es lo que busca este continentepara salir del rol de proveedores dematerias primas y alimentos.

En estos días se discute el caso deJulian Assange y la concesión de elasilo político por parte de Ecuador. Lamisma desencadenó la dura reacciónde Londres que no olvida su pasadocolonialista. ¿Cree que en el futuro secorra el riesgo de un choque con Lon-dres y Washington debido que no lesgusta el nuevo curso Latinoamerica-no? ¿El problema de las Malvinaspodría ser “casus belli” para una ac-ción militar contra Buenos Aires paradespués extenderse a los otros paí-ses?

Es el riesgo permanente que de-bemos compartir los suramericanos.La presencia inglesa en el AtlánticoSur, a través de un collar de basesque opera junto a su aliado estraté-gico global EEUU es, en primer lugar,una amenaza a Argentina en su zonamas débil -la Patagonia-.

Pero visto a largo plazo es el posi-cionamiento de estas potencias paraasegurarse el control de los pasos in-teroceánicos y el libre acceso al últi-mo continente no explotado hasta laactualidad: la Antártida.

Lo del caso Assange, simplemen-te fue la demostración de que el De-recho Internacional prácticamenteha muerto y solo rigen la política depoder real a nivel global.

Es un ejemplo de que les importa

poco o nada a las potencias mostrar-se como respetuosas del derecho deterceros países cuando están en juegosus intereses. Pero reitero, lo que estáen juego en el mediano plazo es elcontrol y acceso a la explotación dela Antártida.

¿Cómo se podrían desarrollar las re-laciones entre Latinoamérica y Euro-pa?

Creo que los términos Latinoamé-rica y Europa son muy amplios. Comoya me expresé, lo correcto es Hispa-noamérica (que no es un grupo muyhomogéneo como ya explicamos) ycuando hablamos de Europa estamoshablando en especial de relacionescon España, Portugal e Italia desdelo afectivo-cultural y de Alemania,Francia e Inglaterra desde lo econó-mico.

Los intercambios económicos sevan reduciendo más con la apariciónde nuevos socios con América delSur. Ya es tiempo que los europeosdejen de vernos como algo exótico ysubdesarrollado y más bien comonuevos jugadores mundiales. Quecomprendan que tendrán que hacermuchos esfuerzos para mejorar supresencia económica y de que novuelvan como depredadores, sinocomo socios.

(*) Entrevista realiza por Federico Dal Cortivopara “Europeanphoenix publication” a nuestroconsejero académico Carlos Pereyra Mele, li-cenciado en Ciencias Políticas, conferencista ydocente argentino. Analista político, especialis-ta en Geopolítica Suramericana. Docente uni-versitario y articulista de diversas publicacio-nes. Editor de www.dossiergeopolitico.com

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Eric Hobsbawm, historiador. Suamplia y diversa obra lo situa-ron entre los autores más des-

tacados, leídos y reconocidos denuestro tiempo. Dedicado al estudiode la historia económica y social y aproblemas más generales de la his-toria, sus trabajos se han convertidoen obligada referencia de gran nú-mero de investigaciones y debates.Sus originales planteamientos handado lugar a nuevas líneas de tra-bajo y fructíferas controversias. Britá-nico, aunque nació en 1917 en Ale-jandría, cuando Egipto formabaparte del imperio británico.

A fines de 2011 le dijo a la cadenabritánica BBC que la “PrimaveraÁrabe” le generó un sentimiento de“excitación” y “alivio” que le recor-daba a las revoluciones liberales de1848: “Dos años después de 1848 pa-recía como si todo hubiera fracasa-do. Pero a largo plazo, no había fa-llado”.

Hobsbawm murió en la mañanadel lunes 1 de octubre en el RoyalFree Hospital de Londres a sus 95años, después de una larga enfer-medad. El anuncio lo dieron su es-posa, Marlene, su hija Julia, una im-portante consultora de comunica-ciones, y sus hijos Andy y Josep.

La semblanza de la BBC señalaque aunque sus críticos siempre leachacaron su renuencia a reconocerlos defectos de la Unión Soviética,es difícil no encontrar la obra deHobsbawm en la selección de lectu-ras de las clases de historia en lasuniversidades del mundo entero.

La relevancia de su trabajo histo-riográfico no solo se debe a que hizouna rigurosa documentación de lossiglos XIX y XX, sino que en ellapracticó la aceptación de que cadacual es hijo de su tiempo. En su au-tobiografía, que más que una seriede memorias es una investigación

sobre sí mismo y su entorno, Hobs-bawm dice: “Pertenezco a la gene-ración para quienes la revoluciónbolchevique representó una espe-ranza para el mundo”.

La historia de vida de Eric Hobs-bawm es una historia del siglo XXporque su subjetividad -el tiempo yel espacio desde donde escribía elbritánico- siempre fueron una parteesencial de sus análisis.

Historia desde abajoNació en Alejandría, Egipto, en el

año de la revolución rusa, 1917. Supadre era un mercader británico ysu madre, una escritora austriaca.Eran judíos de Polonia. Ambos mu-rieron durante la Gran Depresión delos 30 cuando Eric, quien creció entreViena y Berlín, tenía catorce años.

“Cualquiera que vio el ascenso deHitler de primera mano no podríahaber evitado el ser moldeado poresto políticamente. Ese chico está to-

davía dentro de mí, siempre lo es-tará”, dijo Hobsbawm hace diez años.

Parte de su defensa de la UniónSoviética tiene que ver con el argu-mento de que el comunismo acabócon el nazismo alemán, un fenómenoque Hobsbawm vio con los ojos de

un estudiante de historia en Cam-bridge, una universidad donde Marx,el padre del comunismo, se leía conadmiración en ese tiempo.

Tal vez por su filiación política fueque el marxista no llegó a ser profe-sor hasta 1970. Hobsbawm fue miem-bro del Partido Comunista británicoy visitó varias veces el Kremlin, aun-que más de una vez manifestó susdisgustos sobre el sistema comunis-ta; en 1956, por ejemplo, se retiró delPartido después de que Nikita Krus-hev, líder comunista, les ordenó a sustropas entrar con tanques a Buda-pest.

Pero si bien su tendencia ideoló-gica pudo haber perjudicado su ob-jetividad, Hobsbawm, como escribióen su libro “Sobre la historia”, no es-taba interesado en una historiacientífica.

La corriente historiográfica de lahistoria social que fundó con suscompañeros de Cambridge era unarespuesta a los métodos del positi-vismo del siglo XIX, que creía en unahistoria objetiva y comprobable.

Parte del cambio metodológico fueque los héroes ya no eran los reyeso los jefes de Estados, sino la socie-dad. En una de sus primeras inves-

tigaciones, Hobsbawm se fue a tra-bajar con obreros en Inglaterra y enel resultado manifestaba su admira-ción por los trabajadores.

Historia del siglo XXUna de las teorías más importan-

tes de Hobsbawm, que también sedesempeñó como reseñista de jazz,fue las del siglo XX corto.

Según él, los cortes de los perío-dos en la historia no los marcan losaños, sino los procesos sociales yeconómicos. Por eso en su libro de640 páginas “Historia del Siglo XX”,que ha sido traducido a cuarentaidiomas y se puede considerar comosu obra más celebrada, Hobsbawmargumenta que el siglo XX empezócuando terminó la Primera GuerraMundial, en 1917, y terminó con lacaída del Muro de Berlín, en 1989.

Hobsbawm -señala la BBC- sos-tiene que el fin de la Primera Gue-rra acabó con un orden de poder he-redado del siglo anterior y que des-pués de 1917 empezó un nuevo epi-sodio protagonizado por dos poten-cias, EEUU y la Unión Soviética.Tras la disolución de la Unión So-viética, argumentaba, empezó unnuevo capítulo en la historia quetenía a Estados Unidos como únicopoder global.

En América LatinaPor su interés en las revoluciones

y la adaptación de la sociedad al ca-pitalismo de Occidente, Hobsbawmviajó a América Latina más de unavez. Estuvo unos meses en Colombiay visitó Argentina en varias oportu-nidades.

No hace mucho dijo en una en-trevista que se sentía más en casa enSudamérica, porque allí se seguíautilizando el viejo lenguaje de la polí-tica que él conoció: revolución, so-cialismo, comunismo y marxismo.

Su explicación de la guerra de lasMalvinas o Falklands, por ejemplo,se basaba en una teoría sobre el “pa-trioterismo” de la clase obrera britá-nica. Y es que la gran preocupaciónde Hobsbawm siempre fueron las su-puestas injusticias del sistema capi-talista. Hace poco le dijo a un cole-ga historiador que quería ser recor-dado como “alguien que no solo man-tiene la bandera volando, sino quedemostró que al agitarla se puede lo-grar algo”.

La suya era la bandera de la jus-ticia social. En uno de sus últimosensayos sentenció: “La injusticia so-cial necesita ser denunciada y com-batida [...] El mundo no se va a arre-glar por sí solo”.

12 DOMINGO 7 DE OCTUBRE DE 2012 | PRIMERA EDICIÓN> contexto mundial

Se fue el último visionario del siglo XX

A LOS 95 AÑOS FALLECIÓ EL HISTORIADOR BRITÁNICO ERIC JOHN ERNEST HOBSBAWM

Autor de clásicos

ineludibles sobre esa

centuria, tenía una

mirada universal,

como lo muestran sus

libros “La era de la

revolución” y “La era

del capitalismo”.