un partido revolucionario (2005) javier carlés

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  • 8/14/2019 Un partido revolucionario (2005) Javier Carls

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    El Mundo al revs 1

    El Mundo al revsediciones10 pesos

    SERIE IDEASSERIE IDEASSERIE IDEASSERIE IDEASSERIE IDEAS

    UnJavier Carls

    partido revolucionario

  • 8/14/2019 Un partido revolucionario (2005) Javier Carls

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    Un partido revolucionario2

    periodico mensuperiodico mensuperiodico mensuperiodico mensuperiodico mensualalalalal

    nosotrosnosotrosnosotrosnosotrosnosotros

    El Mundo al revsNoticias y anlisis de la realidad

    nacional y mundial en claveanticapitalista.

    publica libros y folletos sobre temas tericos y polticos,con el fin de promover la crtica del capitalismo y las ideas

    socialistas entre trabajadores y estudiantes.

    Socialismo

    es una red que nuclea a peridicos y organizacionesde diversas partes del planeta, basados todas ellas en los

    principios del socialismo desde abajo. La misma seextiende por los siguientes pases y est

    integrada por estos grupos:

    Internacional

    Alemania

    Linksruck. www.linksruck.de

    Australia

    International Socialist Organisation

    www.iso.org.au

    Austria

    Linkswende. www.linkswende.org

    Brasil

    Revolutas. www.revolutas.org

    Canad

    International Socialistswww.socialist.ca

    Chipre

    Ergatiki Dimokratia

    www.workersdemocracy.net

    Dinamarca

    Internationale Socialister

    www.socialister.dk

    Estado espaol

    En Lucha

    www.enlucha.org

    Finlandia

    Sosialistiliittowww.sosialistiliitto.org

    Francia

    Socialisme par en bas

    www.socialismeparenbas.org

    Ghana

    International Socialist Organisation

    Gran Bretaa

    Socialist Workers Party

    www.swp.org.uk

    Grecia

    Sosialistiko Ergatiko Komma

    www.sek-ist.gr

    Holanda

    Internationale Socialisten

    www.internationalesocialisten.org

    Indonesia

    Suara Sosialis

    www.arts.anu.edu.au/suarsos

    Irlanda

    Socialist Workers Party

    www.swp.ie

    Italia

    Comunismo dal basso

    www.comunismodalbasso.com

    Malasia

    Suara Sosialisme Malaysiawww.arts.anu.edu.au/suara

    Noruega

    Internasjonale Sosialister

    www.intsos.no

    Nueva Zelanda

    Socialist Workers Organization

    www.socialist-worker.org

    Polonia

    Pracownicza Demokracja

    www.pd.w.pl

    Repblica checa

    Socialistick Solidarita.www.socsol.cz

    Sudfrica

    Keep Left

    Suecia

    Internationella Socialister

    Tailandia

    Klum Prachatipatai Rangarn

    Turqua

    Antikapitalist. www.antikapitalist.net

    Uruguay

    Socialismo Internacional

    www.elmundoalreves.org

    Zimbabwe

    International Socialist Organisation

    www.voiceoftheturtle.org/iso

    El Mundo al revsediciones

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    UnJavier Carls es activista deSocialismo Internacional.Este folleto fue editado por pri-mera vez en Marzo de 2001, almismo tiempo que naca nues-tro grupo. Como base tomamosel folleto que sobre el mismotema haba editado antes el gru- po espaol de Socialismo In-ternacional, y lo adaptamos. Enestos cuatro aos han ocurridomuchas cosas y merecan sermencionadas. Por otro lado,

    nuestras ideas fueron tomandocuerpo y estbamos en condi-ciones de hacer algo propio. Noobstante, la herencia del folle-to espaol redactado por JosepGargant sigue presente. La es-tructura temtica es la misma,e incluso numerosos fragmen-tos los hemos mantenido idn-ticos. Y es que no sabemoscmo formular de mejor ma-

    nera dichos conceptos. Lo queha cambiado, en parte reflejaelaboraciones de nuestro gruposobre la temtica. En otros ca-sos, refleja el inters por clari-ficar ms las ideas o profundi-zar en ciertos aspectos de ma-nera particular. Esperamos quequienes conocen la versin deMarzo de 2001 reciban conagrado la edicin que realiza-

    mos este Diciembre de 2005.Por ltimo, vaya nuestro reco-nocimiento a Josep Gargant,quien actualmente es un desta-cado activista sindical de la CGTdel Estado espaol, en la em- presa TMB del transporte p- blico de Barcelona, donde esconductor de omnibuses.

    La cada del Muro de Berln en 1989 fue presentada pormuchos como la muerte del socialismo. De ahora en ade-lante el capitalismo gobernara el planeta entero, y lo hara

    para siempre. Gran parte de la izquierda tradicional adopteste punto de vista, y propuso entonces que solamentequedaba elegir entre distintas variantes del sistema, mshumanas o ms salvajes. Cinco aos despus, tantoel tranquilo y triunfante dominio neoliberal como el redu-cido horizonte de la izquierda, resultaron fuertemente sa-cudidos. El 1 de Enero de 1994 en Chiapas (Mxico), loszapatistas se rebelaban contra la pobreza. Su denuncia dellibre comercio, de la violencia estatal, de la deuda externa,

    de la dominacin imperialista y del accionar corporativo,moviliz a miles de personas en apoyo de su causa y seconvirti en luz de esperanza para millones. Cinco aosdespus en Seattle (EEUU), el 30 de Noviembre de 1999,las protestas contra la cumbre de la Organizacin Mundialdel Comercio (OMC) bloqueaban las reuniones y las deci-siones de quienes mandan en el mundo. La protesta glo-

    bal se volva movimiento.Luego de Seattle las campaas contra las corporacio-

    nes multinacionales y las manifestaciones contra las cum-bres del G8, del Fondo Monetario y del Banco Mundial sevolveran regulares y masivas. Unas 30.000 personas sereunieron en Seattle y Praga para protestar. Despus se-ran 300.000 en Gnova y 500.000 en Barcelona. Luegovendran los ataques del 11 de Septiembre de 2001 y lasguerras de Bush, Blair y las compaas petroleras. En res-

    puesta surgira un enorme movimiento antiguerra de al-cance mundial. A la globalizacin econmica y a la cara

    militar de la globalizacin capitalista, se opondra la glo-balizacin de las resistencias. Uno y dos millones de perso-

    partido revolucionario

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    nas tomaran las calles para protestar en Italia, Gran Bretaa y en el Estado espaol. EnEstados Unidos habran manifestaciones masivas, incluso mayores que las ocurridascontra la Guerra de Vietnam. En medio de todo esto, el Foro Social Mundial organizabadebates multitudinarios en Porto Alegre, y llamaba a realizar un Da de Accin Globalcontra la guerra el 15 de Febrero de 2003. Ese da millones tomaran las calles en todo elmundo, en lo que hasta hoy es la mayor protesta de la historia.

    Al mismo tiempo, nuestro continente ingres en un perodo de revueltas, cambios degobierno y huelgas generales, que contina todava hoy. En Enero del 2000 una rebelinindgena contra las polticas del Fondo Monetario derriba el gobierno ecuatoriano deMahuad. En Abril las organizaciones de campesinos y trabajadores de Cochabamba selevantan en defensa del agua, derrotando al gobierno boliviano de Banzer y expulsandolas empresas privadas. El 19 y 20 de Diciembre de 2001 cientos de miles de argentinos serebelan contra la pobreza y el desempleo, derrocando al gobierno de De la Rua, multipli-cndose las asambleas populares y el podero del movimiento piquetero. En Abril de2002 miles bajan desde los barrios pobres de Caracas y derrotan el golpe que los secto-

    res ms derechistas de las fuerzas armadas y del empresariado venezolano daban contraChvez. Dos revueltas estallan en Bolivia durante 2003, una en Febrero contra el incre-mento de impuestos, y otra en Octubre contra las corporaciones multinacionales delgas. Los campesinos bloquean caminos y los mineros avanzan hacia La Paz, derribandoal gobierno de Snchez de Lozada.

    Uruguay no es la excepcinLa idea de que en Uruguay nunca pasa nada, es comn. La pequea escala de todo,

    la ausencia de choques violentos entre el aparato estatal y la gente, la estabilidad y lafortaleza institucional respaldan dicha imagen. Pero lo cierto es que en los ltimos 15aos han habido grandes luchas. Si bien en los 90s la derecha consigui imponer el

    programa neoliberal con todas sus secuelas de pobreza y prdida de derechos, lasluchas de los sindicatos y de la izquierda le llevaron a aceptar una versin del mismo sin

    privatizaciones ni despidos masivos de trabajadores estatales, entre otras cosas. Elrenovado empuje neoliberal del gobierno de Jorge Batlle, y las fallidas polticas queacabaron en la grave crisis de mitad de 2002, la cada estrepitosa del nivel de vida deamplios sectores de la poblacin y la emigracin de cientos de miles de uruguayos en

    pocos aos, fueron un renovado estmulo para las luchas. La ansiada victoria electoraldel Frente Amplio el 31 de Octubre de 2004, es el fruto y no la causa del crecimientocontinuado de las luchas en el ltimo tiempo. stas, generaron confianza en que uncambio poltico y social era posible.

    Entre Octubre y Diciembre de 2001 las luchas comienzan a crecer rpidamente. Dosgrandes marchas de miles de trabajadores llegan desde Artigas y Rocha hasta Monte-video. En Enero de 2002, 15.000 trabajadores y estudiantes participan de la marcha aPunta del Este contra las polticas del gobierno, y en favor de trabajos y salariosdignos. A mitad de ao la crisis hace que decenas de miles de personas tomen lascalles, al tiempo de estallar varias huelgas en los servicios pblicos. Los estudiantes

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    universitarios ocupaban las facultades, al igual que lo hacan los estudiantes de va-rios centros de estudios secundarios. Hubieron dos exitosos paros generales, pero lasdirecciones de la izquierda y de los sindicatos echaron para atrs. Dijeron que laderecha sacara partido de mayores conflictos, y que debamos esperar hasta las elec-ciones de 2004 para cambiar el gobierno. Una convocatoria de la izquierda y los sindi-catos a tomar las calles habra movilizado a medio milln de personas, y hubiera con-

    quistado un llamado a elecciones anticipadas. Pero nada de esto pas, las luchas sedesgastaron y la desmoralizacin se extendi.

    A fines de 2002, la campaa pro referndum del sindicato de ANTEL rene las firmassuficientes para someter a plebiscito el nuevo proyecto de privatizar la telefona, y elgobierno abandona la iniciativa. Poco despus el sindicato de ANCAP logra lo mismo,

    pero esta vez Batlle no da marcha atrs. Llega el 7 de Diciembre de 2003 y el 62% de lapoblacin rechaza la privatizacin de la empresa petrolera. Luego vendra la campaa endefensa del agua y de la vida, que impulsan el sindicato de OSE y muchas otras organi-zaciones. Y el 31 de Octubre de 2004 el 64% de la poblacin expresa su respaldo a una

    reforma de la Constitucin donde se consagra que las reservas y los servicios de distri-bucin de agua deben ser pblicos. Entre las lecciones de todo esto, destaca el poderque tenemos los trabajadores para luchar y vencer. Entre las preguntas: cmo pasar dela lucha por mejoras y reformas, a la lucha por derribar este sistema? Las ideas sobrequin tiene el poder para lograrlo, qu organizacin es necesaria, cmo han luchado losrevolucionarios en el pasado y qu tenemos que hacer ahora, son claves. De todo estohablaremos a continuacin.

    Quines pueden cambiar la sociedadMuchas personas piensan que si toda la gente se uniera las cosas podran mejorar.El problema de esta idea es que no toma en cuenta que nuestra sociedad est dividida enclases que los industriales, los estancieros y los comerciantes viven del trabajo dequienes ellos emplean en fbricas, campos, supermercados, escuelas y hospitales. Indu-dablemente, las ideas son claves para cambiar el mundo, pero no todas sirven paralograrlo. Y es necesario tener el poder suficiente para derrocar a quienes hoy mandan enla economa y la sociedad. Para nosotros, la clase trabajadora es la nica clase capaz dellevar a cabo una revolucin, fruto de la posicin que ocupa en la economa capitalista.

    Est compuesta tanto por los trabajadores industriales, como por los rurales y los delsector servicios, por los estudiantes que estn formndose para convertirse en trabaja-dores, por los jubilados que fueron trabajadores durante las pasadas dcadas, y por losdesocupados. Rene a quienes da tras da producen y hacen funcionar todo en estasociedad, y por tanto, tienen el poder para detenerla, hacerse del control de la misma y

    ponerla a funcionar con otros fines.Sin embargo, la mayor parte de la gente durante la mayor parte del tiempo, no se

    propone grandes cambios sociales, ni la clase trabajadora en su conjunto se ve comouna clase revolucionaria. Si los trabajadores fuesen conscientes siempre de su poder

    potencial para cambiar las cosas, el trabajo de los revolucionarios sera bien fcil.

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    Normalmente, una pequea minora de los trabajadores acepta todos los valores de laclase capitalista compuesta por empresarios, gerentes y polticos. Piensan que hayquienes han nacido para mandar y otros, la mayora, slo para obedecer. Aceptantodas las divisiones que son endmicas de la sociedad capitalista: las divisiones entreclases, naciones, sexos y razas, por nombrar solamente algunas. Otros trabajadores

    normalmente, tambin una pequea minora rechazan frontalmente la concepcin

    que del mundo dan los medios de comunicacin, el sistema educativo y las restantesinstituciones. En cambio, desarrollan una concepcin del mundo que desafa las ideasdominantes, presentando una visin alternativa del sistema y luchando de distintasformas para transformarlo.

    Pero la mayor parte de los trabajadores no integran estos dos grupos no tienenideas claras sobre cmo funciona la sociedad. Rechazan algunas ideas de la clase domi-nante, al tiempo que admiten otras. Aceptan la organizacin de la sociedad, al tiempoque rechazan sus peores efectos el hambre, la guerra y dems. Esta mezcla de ideasrefleja que entre el potencial revolucionario de los trabajadores y su concrecin, hay una

    distancia. El lugar que ocupan los trabajadores en el capitalismo personas explotadascon poco control sobre sus vidas y divorciadas de la riqueza que producen lleva amuchos a pensar que poco pueden hacer para cambiar las cosas. Claro que los trabaja-dores han levantado sindicatos y partidos de izquierda, pero pocas veces estos desta-can el poder colectivo que tenemos para cambiar el mundo, y slo han perseguidoreformas. No obstante, una vez tras otra durante los pasados dos siglos, los trabajado-res se levantaron de manera espontnea, y en el proceso de avanzar revoluciones adqui-rieron conciencia de su peso y poder, y de la necesidad de una teora coherente y unaorganizacin adecuada para ganar.

    Diferentes modalidades de organizacinSin ideas claras al respecto de cmo funciona el sistema y de cmo puede ser

    derribado, sin una visin precisa del socialismo que queremos y de cmo las luchaspueden llevar hacia l, y sin una organizacin que nos permita convertir esas ideas enacciones efectivas, las luchas de todos los das pueden no servir para mucho y deestallar una revolucin, puede que resulte fcilmente derrotada. La tarea fundamentalde un partido revolucionario es proveer dicha teora y organizacin. Pero un partido

    revolucionario no es un tipo de organizacin que existe por fuera, por encima o alcostado de la clase trabajadora. Es un tipo particular de organizacin de trabajadores,que difiere substancialmente de otras organizaciones de trabajadores. La primera dife-rencia es que el partido revolucionario defiende de manera abierta el derribo del capi-talismo. Otra, es que reconoce las desiguales ideas o niveles de conciencia que tienenlos trabajadores, y se organiza tomando en cuenta esta realidad. Por eso es que el

    partido revolucionario se basa en la minora activa de la clase trabajadora que participaen las luchas, y no en la totalidad de la clase.

    Numerosos activistas de izquierda consideran a este tipo de organizacin incom-prensible. Se preguntan: por qu no construir un gran partido que pueda reunir a toda

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    la gente que quiera cambios? Un vistazo al Frente Amplio, e incluso a partidos deorigen obrero como el Socialista y el Comunista, ensea por qu este tipo de organiza-cin no sirve para impulsar cambios radicales en la sociedad y no sobre la base de

    juzgar sus actuales polticas de gobierno, sino su trayectoria histrica. La clave es queen s mismos, representan a todos los trabajadores. Y como la conciencia de la clasetrabajadora bajo el capitalismo es desigual, representar a la clase trabajadora en su

    conjunto, significa representar tanto a aquellos que aceptan las ideas de la clasedominante, como a aquellos que las rechazan. Esta es la razn por la que muchosdirigentes de la izquierda tradicional hacen hincapi en definir su proyecto polticocomo progresista y no de izquierda, y por la que han dejado de hablar de la justi-cia social, para hablar slo de un pas productivo donde nos aclaran, son tannecesarios los empresarios como los trabajadores...

    Este tipo de partido representa tanto el activismo y la rebelda de los trabajadores,como su propia pasividad y conformismo. Este hecho hace del Frente Amplio y de varios

    partidos de origen obrero, partidos de masas, aunque en la prctica, poco efectivos para

    realizar los cambios sociales por los que muchos de sus afiliados han luchado. Encontraste, un partido revolucionario slo puede desarrollarse basndose en la actividadde aquellos que ya hoy quieren derribar el capitalismo e impulsan luchas en todos losterrenos no solo para lograr mejoras, sino para ganar al resto de la gente para sus ideas.Un partido as necesita una teora clara y sacar lecciones de la luchas pasadas, para

    poder proveer una gua para el accionar futuro. Necesita races en una parte de la clasetrabajadora. De hecho, necesita los mejores activistas de la clase trabajadora. Por ltimo,el partido revolucionario tiene que desafiar al sistema diariamente, con sus peridicos,su activismo sindical y social, impulsando huelgas, charlas y protestas. Pero para lograrinfluencia en centros de trabajo y de estudio, barrios y marchas, necesita una frreaunidad de ideas y de accin.

    La experiencia de la revolucinDurante el siglo XX los trabajadores se levantaron una vez tras otra, desafiando al

    sistema en su totalidad. Entre 1917 y 1923 millones de trabajadores en Rusia, Alemania,Hungra e Italia tomaron control sobre sus vidas, al tomar control sobre los medios de

    produccin que hacen funcionar la sociedad. Organizaron consejos de trabajadores,

    ocuparon tierras y fbricas y aplastaron al viejo orden. A finales de los aos 20s lostrabajadores chinos se sublevaron contra los seores de la guerra, verdaderos rema-nentes del feudalismo, desafiando al naciente capitalismo de las grandes ciudades. LaRevolucin espaola de 1936 a 1937 estall cuando miles de trabajadores y campesi-nos se opusieron el alzamiento fascista de Franco, y decidieron especialmente enCatalunya y Aragn tomar control en forma directa sobre la economa y la sociedad,con el fin de hacerla funcionar en su beneficio. Despus de la Segunda Guerra Mun-dial los trabajadores de Italia y de Grecia convirtieron la resistencia contra la ocupa-cin del nazismo, en lucha por mayor justicia social. Y las dcadas siguientes presen-taron ms momentos revolucionarios

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    Hubieron movimientos de liberacin nacional en colonias como Argelia y Vietnam,luchas contra los regmenes estalinistas en lugares como Hungra y Checoslovaquia,y protestas masivas como el Mayo francs de 1968 y la Revolucin portuguesa de1974-1975. Ms recientemente han habido ensayos del poder de los trabajadores enaccin, en pases como Irn en 1979, y en medio de las revueltas que acabaron con elMuro de Berln y los regmenes estalinistas de Europa oriental en 1989-1991. Las

    ltimas ocurridas antes de acabar el siglo XX, han sido las revueltas populares enAlbania, Indonesia y Yugoslavia, y las primeras del siglo XXI han estallado en Bolivia,Ecuador y Argentina. Pero lo cierto es que de todos estos casos, la nica ocasin enla que los trabajadores triunfaron, logrando tomar el poder en la sociedad, ha sido enla Revolucin de Octubre de 1917 en Rusia. Esta diferencia crucial respecto a todas lasdems luchas no dependi de alguna particularidad histrica o nacional, sino ms

    bien de la habilidad de un partido revolucionario el Partido bolchevique para guiaral resto de la clase trabajadora hacia la toma del poder.

    A principios de 1917 los bolcheviques eran una pequea minora dentro de la clase

    trabajadora. Cuando los trabajadores de Petrogrado se levantaron en la Revolucin deFebrero de 1917, sus acciones tomaron por sorpresa a los revolucionarios. Adems, lalucha no llev directamente hacia el poder de los trabajadores, sino a unas muy limita-das promesas por parte de un gobierno reformista: fin de la autocracia zarista, demo-cracia parlamentaria, y fin de la guerra europea. La crisis se agrav al no cumplirse lasdemandas de los trabajadores y los campesinos. El nuevo gobierno era endeble yvacilante, y una nueva forma de poder los soviets o consejos de trabajadores seexpandi con velocidad. Los bolcheviques fueron poco a poco ganando apoyo enestos porque sus ideas y sus acciones eran las ms claras y efectivas. Propusieronque la nica manera de avanzar era aplastar la antigua maquinaria estatal de oficialesdel ejrcito, polticos y ministros, que defendan el poder y la riqueza de industriales,comerciantes y terratenientes. Y en Octubre de 1917 se estableci un nuevo Estado

    basado en estos consejos de trabajadores o soviets.Los bolcheviques se transformaron, del pequeo partido que formaban a princi-

    pios de 1917, en un partido de masas a fines del mismo ao, gracias a comprender demanera acertada la situacin poltica, cules acciones haba que tomar en medio de lamisma, y gracias tambin a haber ampliado y fortalecido sus bases en la clase trabaja-

    dora. Ellos fueron capaces de debatir con los dems trabajadores sobre la necesidadde derribar la antigua maquinaria estatal y sustituirla por un Estado obrero, y deganarlos para esta posicin. Su habilidad para examinar la situacin, debatir intensa-mente sobre la misma y arribar a decisiones que luego fueron puestas en prctica demanera unificada, fue clave para lograr la mayora dentro de la clase trabajadora en

    particular, al momento de lanzar el asalto del poder. Gran parte del xito de los bolcheviquestiene que ver con la estructura y disciplina organizativa de su partido, y la capacidad quetuvieron para adaptarse al surgimiento de los soviets. Captaron el enorme potencial quelos soviets tenan para convertirse en la base del nuevo Estado obrero y de una verda-

    dera democracia, y los colocaron en el centro de su poltica.

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    Una mirada en perspectiva, tanto de la Revolucin rusa de 1917 como de las numero-sas situaciones revolucionarias posteriores, muestra que todas ellas tienen algunosrasgos en comn. Los activistas convencidos de la necesidad de derribar el capitalismocomienzan siempre siendo una pequea minora. No obstante, al incrementarse las lu-chas las sociedades se polarizan, y las posiciones revolucionarias obtienen el respaldode creciente nmero de personas. La cuestin de reformar el capitalismo o derribar el

    sistema aparece con bastante rapidez. Algunos trabajadores desde el principio quierenuna revolucin, pero en ausencia de sta, esperan que los antiguos lderes reformistassatisfagan sus demandas. Por esta razn es que la existencia de un partido revoluciona-rio antes de que haya un auge en las luchas de la clase trabajadora, nunca debe sersubestimada. Este partido debe poseer una teora precisa y estructurada, y miles deafiliados que durante aos hayan estado debatiendo estrategias, aplicando tcticas ysacando lecciones, que les sirvan tanto para actividad cotidiana como para enfrentaruna situacin revolucionaria en el futuro.

    Por supuesto, ni una teora precisa ni los miles de afiliados, ni el debate estratgico

    o la experiencia prctica, salvan al partido de cometer errores durante el transcurso dela revolucin. Pero s permite ir mejor equipado para poder superar las complicadassituaciones polticas que podrn aparecer. No se puede esperar la llegada de un mo-mento de auge en la lucha de la clase trabajadora para recin ah formar un partidorevolucionario o esperar que en una situacin as el partido vaya a surgir de la nada.Aqu est la razn por la que es importante construir el partido revolucionario desdeya. Tambin es la razn por la que nuestro grupo adopta la teora del partido que partede la experiencia de Lenin y de los bolcheviques. Y por la que tomamos el centralismodemocrtico como modalidad organizativa, una manera de actuar que convierte lasdecisiones en efectivas. Los aos de desarrollo del Partido bolchevique fueron aosde circunstancias cambiantes, a veces muy duras, pero que forjaron el destacadoactivismo y compromiso que sus afiliados mostraran. Y es que se necesitan aos paratemplar un partido revolucionario.

    Cmo el partido puede cumplir su funcinComo se expresa ms arriba, los trabajadores necesitamos una teora coherente y

    una organizacin adecuada para hacer de un levantamiento espontneo una revolucin

    triunfante. Suministrar ambas cosas es tarea del partido revolucionario. Para que unpartido as pueda cumplir su funcin, debe ser profundamente democrtico. Y esto noimplica slo que sus afiliados elijan o cambien tantas veces como quieran a quieneslideren al partido, o que todos participen en la definicin de su lnea poltica en asam-

    bleas o congresos. Exige tambin que el partido est ntimamente conectado con lasluchas de todos los das y con los dems trabajadores y estudiantes que estn luchan-do, en los centros de estudio y de trabajo, en los barrios, en las ciudades y en los demslugares claves, a travs de quienes lo integren. Y exige adems el compromiso de todossus afiliados para en cada momento y lugar donde acten, juntos debatir y decidir quhacer. Por esto, la participacin es algo a construir y desarrollar de manera permanente,

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    no agotndose en la eleccin de dirigentes o la aprobacin de documentos aunqueesto sea bien importante.

    Al mismo tiempo, el partido revolucionario debe tambin ser sumamente centraliza-do. Para asegurar una actividad permanente, el partido debe tener un centro concapacidad de decisin sobre la poltica del partido. No existe forma slida y rpida detransformar la estrategia en tcticas y en acciones, y de trasmitirlas al resto del partido

    revolucionario y de la clase trabajadora por medio de peridicos, folletos y pintadasque no sea teniendo un centro con esa facultad. Este debe estar formado por aquellosactivistas que los afiliados consideren los mejores para conformar alguna modalidadde aparato poltico estable, diariamente informado de la situacin poltica, de las lu-chas que ocurren a nivel local y global, encargado de analizar y decidir qu respuestasadoptar, y de generalizar la experiencia de cada sector del partido y de la clase a todoslos dems. Pero nada de esto puede hacerse de manera efectiva sin una fluida retroa-limentacin entre el centro y las bases del partido agrupaciones locales y activistasindividuales y de igual forma entre el partido revolucionario y el resto de la clase

    trabajadora, bajo formas mltiples y cambiantes.Poco puede hacer y saber el centro de un partido sin activistas que intervengan en

    las protestas que ocurren, porque estas son las luchas donde la clase forja su concien-cia, la organizacin, confianza y combatividad necesarias para tomar el poder en elfuturo. De aqu que tan importante como tener un centro que cumpla su papel de liderazgo,sea una base activa y metida en las luchas que estallen. Sin sus informaciones, valora-ciones e intervencin, sin una interaccin constante entre las bases y el centro del

    partido, ninguna direccin puede tomar las decisiones correctas, ni el partido como untodo puede hacer la diferencia en medio de la lucha de clases. Esto exige que todos susactivistas se empeen en informarse, estudiar, escribir, exponer y debatir tanto dentrocomo fuera del partido al tiempo de estar en medio o al frente de campaas, movimien-tos y sindicatos. Y slo es realizable con la mayor unidad de ideas y de accin, en todosaquellos aspectos centrales de la poltica y el funcionamiento organizativo del partido, yteniendo la mayor libertad de discusin para evaluar en forma colectiva la marcha de laactividad y para criticar al liderazgo.

    Un liderazgo sobre bases diferentes

    Un aspecto fundamental de la teora marxista del partido revolucionario es el concep-to de liderazgo. Esta idea es habitualmente mal comprendida. Y hay quienes piensan queliderazgo nicamente puede significar jerarqua y elitismo. Esta concepcin es totalmen-te equivocada. El liderazgo es necesario por las desigualdades de conciencia y experien-cia existentes dentro del partido revolucionario y de la clase trabajadora, y porque lasideas que imperan en la sociedad son las ideas de la clase dominante. El conceptomarxista del liderazgo es diferente de la visin elitista y autoritaria que del liderazgo setiene en nuestra sociedad. Liderazgo significa saber cmo combatir las ideas de la clasedominante que la mayora de la gente acepta durante la mayor parte del tiempo. Significatambin saber cmo actuar para cuestionar el poder de quienes mandan en la sociedad,

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    organizando luchas particulares por objetivos puntuales en su entorno, o una insurrec-cin revolucionaria cuando fuera necesaria. Y para todo esto es clave que los activistasdel partido impulsen a sus compaeros de trabajo y de estudio a luchar por sus derechosy sus intereses. Esto es liderazgo revolucionario.

    Ejercer el liderazgo implica que todos los activistas del partido revolucionario luchenpor sus ideas, estrategias y tcticas dentro del partido, y ms ampliamente, dentro de la

    clase trabajadora, del movimiento obrero y los movimientos sociales. Los activistas delpartido revolucionario deben estar mejor preparados que los dems para saber liderarlos debates y las luchas que estallen. Esto no significa que siempre lo hagan, o quesiempre estn en lo correcto al hacerlo. A pesar de esto, y especialmente en tiempos deapogeo de las luchas de la clase trabajadora, son los activistas que acumulan el entrena-miento y la experiencia del activismo cotidiano, los que ms posibilidades tienen dehacer calar las ideas revolucionarias en su entorno. Pero estar en las luchas que estallantodos los das, es tambin la nica manera en que las ideas, estrategias y tcticas revo-lucionarias pueden ser probadas en la prctica. Por otro lado, tanto en la clase trabajado-

    ra como en el partido revolucionario, el liderazgo debe existir en todos los niveles yplanos de la actividad, y de aqu que sea poco imaginable un nico liderazgo que siem-pre sepa qu es lo mejor para el movimiento en todos los terrenos.

    Los autnticos lderes de la clase obrera no son infalibles sino que son capaces dereconocer y aprender de los errores. Quienes tienen el saber, la experiencia y la capa-cidad de liderar huelgas, campaas y protestas son la seccin ms consciente de laclase trabajadora y del partido revolucionario. Han aprendido a relacionarse con losdems trabajadores y estudiantes para llevar las luchas adelante, porque han cometi-do errores anteriormente y porque estn constantemente enfrentndose a nuevassituaciones y a nuevos problemas. Cuanto ms enraizado est el partido revoluciona-rio en la clase trabajadora, ms influye durante las luchas y ms errores puede cometer.Pero es importante que el partido aprenda de los errores, y no vuelva a cometerlos enel futuro. Es relativamente fcil permanecer con principios polticos muy puros cuan-do no se est en lucha alguna. Mucho ms difcil es retener estos principios y conver-tirlos en accin cuando se participa en las luchas cotidianas. Hay que probar constan-temente a travs del debate y del trabajo prctico, que las polticas del partido son lasmejores para conseguir la victoria.

    Cmo el partido logra influenciaUno de los grandes problemas que enfrentan los partidos revolucionarios es la

    cuestin de su tamao e influencia. Normalmente son muy pequeos, aunque algunospueden contar con varios miles de afiliados. Comparados con las dimensiones de laclase trabajadora local, o el electorado de los grandes partidos de izquierda, generalmen-te son insignificantes. No hay una manera sencilla de solucionar este problema. Si lalucha de clases es de baja intensidad durante aos, entonces los partidos que se basanen principios revolucionarios y en la propia actividad de la clase trabajadora, sern

    pequeos. No obstante, el partido revolucionario debe intentar extender su afiliacin,

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    activismo e influencia tambin en perodos de reducida combatividad. Esto se haceparticipando en las pocas luchas que se den y debatiendo con aquellos que ya hanempezado a cuestionar el sistema, aunque no exista una amplia radicalizacin social.Todo esto cambia en los perodos de alta intensidad en la lucha de clases, porque lostrabajadores que hasta ese momento seguan a lderes y partidos reformistas, puedenser ganados ahora para polticas revolucionarias.

    Lo cierto, es que las ideas suelen cambiar con las luchas. Las huelgas de trabajado-res en el sector industrial o en el sector servicios, las ocupaciones estudiantiles, lascampaas pro referndums o las ocupaciones de tierras para construir viviendas, llevana mucha gente a mirar el mundo de manera diferente a como lo vean hasta haber partici-

    pado de estas luchas. El accionar colectivo les hace abrir la cabeza a ideas que hasta esemomento haban descartado como las que privilegian la solidaridad o las que funda-mentan el socialismo revolucionario y les brindan tambin la confianza necesaria para

    pensar que los cambios sociales son posibles y dependen de quienes estn luchando.Esta es la razn por la que el crecimiento de los partidos revolucionarios coincide con los

    momentos de mayores luchas de la clase trabajadora, o con los perodos de mayorradicalizacin social. En estos perodos no solo crece el nmero de activistas en general,sino que tambin hay un cambio cualitativo, porque muchas son las personas quecoinciden en la necesidad de romper con las viejas formas de hacer poltica, y se compro-meten con alternativas revolucionarias.

    Las posibilidades de crecimiento de los partidos revolucionarios en perodos de altao baja intensidad de la lucha de clases, siempre dependen de situaciones polticas

    particulares. Pero no es suficiente con esperar que las condiciones polticas sean favo-rables, o que nuevos trabajadores decidan unirse al partido de manera espontnea. Estedebe salir al encuentro del resto de la clase en todos los lugares donde pueda hallarla,

    para hacerle llegar sus ideas a travs de un peridico y de otros medios, al tiempo decompartir coaliciones polticas, sindicales y sociales con el mayor nmero de trabajado-res y estudiantes que sea posible. Junto con esto, los activistas del partido revoluciona-rio deben organizar o participar de campaas alrededor de cuestiones especficas enapoyo de una fbrica ocupada o en defensa de la enseaza pblica, por ejemplo con elfin de trabajar formando frentes de unidad con todos aquellos activistas que integranorganizaciones reformistas o no integran partido alguno, manteniendo siempre sus prin-

    cipios y la libertad para defender de manera pblica sus polticas buscando ganar elapoyo de la mayora para las mismas.

    Manteniendo la tradicin marxistaLas razones de Lenin y los bolcheviques para crear un partido revolucionario,

    siguen vigentes hoy. El capitalismo funciona porque la mayora de la gente carece delos medios necesarios para proveerse el sustento tierras, escuelas, fbricas, hospita-les, etc. mientras una minora los concentra. La nica alternativa clara es el socialis-mo. Pero numerosos partidos identifican socialismo con propiedad estatal. Comienzan

    por equiparar capitalismo y propiedad privada, para luego asociarlos con las penurias

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    actuales. Se concluye entonces que si las empresas fueran estatales, las cosas anda-ran mejor. La lucha de la clase trabajadora es vista como un instrumento para mante-ner estatales empresas que ya lo son, estatizar nuevas empresas o incluso el conjuntode la economa. Como la clase es considerada un medio para ciertos fines, si se presen-ta otro que parece ser ms eficaz, se la sustituye por acciones legislativas, ejrcitosguerrilleros, etc. Pero el poder de los trabajadores se basa en ideas bien distintas. La

    nica manera en que la clase trabajadora puede cambiar el mundo, es tomando controldirecto sobre la economa y la sociedad.

    El sistema contina siendo defendido por un aparato estatal que utiliza todos losmedios para mantener seguro el poder que detenta la clase dominante. Slo puede serconfrontado por una organizacin centralizada, basada en las luchas que se dan todoslos das y que son base para implantar consejos de trabajadores maana. El propiodesarrollo del capitalismo lleva a los trabajadores a luchar en su contra. Esto se expresade mltiples formas: desde una huelga puntual hasta una revuelta popular. En tiemposde crisis, estas luchas pueden transformarse en revoluciones. Quienes mandan intentan

    vencer utilizando la represin y la propaganda. Para derrotar a la clase dominante y sumaquinaria estatal no alcanza con organizaciones sindicales, sociales y medios de co-municacin alternativos. Es necesario un partido revolucionario que pueda plantear eimpulsar la perspectiva del conjunto de la clase trabajadora, que busque sumar y unificara los trabajadores y estudiantes ms activos y con las ideas ms claras, con el fin deliderar las luchas de todos, aunque no puede decidir lo que la clase debe hacer elliderazgo no se impone, sino que se conquista.

    Todos aquellos que se posicionan en contra de construir este tipo de partido porquepiensan que el Estado es neutral, se equivocan gravemente. Todas las experienciashistricas muestran el peligro de esta manera de mirar las cosas, y cmo las pacficas ymoderadas reformas son respondidas con rapidez y violencia por quienes mandan en elcapitalismo. La leccin de lo ocurrido en Chile con Salvador Allende y su gobierno debeser recordada por todos los militantes de izquierda. Apoyado por Estados Unidos, elejrcito chileno dio en 1973 un golpe de estado contra el gobierno democrtico de laUnidad Popular, acabando con la vida de miles de trabajadores, estudiantiles y activis-tas. Una vez tras otra Salvador Allende y la Unidad Popular fueron advertidos de la

    preparacin del golpe de estado, pero hasta que los tanques no dispararon contra el

    Palacio de la Moneda, los dirigentes defendieron la idea de que el ejrcito era partidariode la Constitucin y que no acabara con una de las ms antiguas democracias deLatinoamrica. El Estado capitalista no puede ser usado con mejores fines. Debe serderribado y sustituido por un Estado obrero.

    Construyendo el partido revolucionarioNecesitamos un partido integrado por todos aquellos trabajadores y estudiantes

    que estn de acuerdo con nuestras ideas, le brinden su respaldo y obedezcan susdecisiones. Y necesitamos un partido que tenga un centro con funciones de liderazgo, yactivistas en medio y al frente de la lucha de clases. Qu atributos debe tener ese

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    partido para cumplir su funcin? Debe dividir el trabajo entre quienes lo integran paratener activistas en cada frente de lucha, al tiempo de mantener un aparato polticocentral. Debe ser democrtico y centralizado para integrar las experiencias de quienes lointegren, al tiempo de tener un centro que traduzca la estrategia en tcticas y en accio-nes. Debe tener un liderazgo con capacidades y habilidades de direccin, y activistas encondiciones de ejercer el liderazgo entre los trabajadores y los estudiantes de su entor-

    no. Cmo forjar ese liderazgo que nos permita triunfar en la lucha de clases? Estudiar,escribir, exponer y debatir, as como la experiencia callejera de participar en la difusin desu peridico, en asambleas, marchas y huelgas son condiciones ineludibles.

    Convertirnos en buenos revolucionarios depende de hacer el mayor esfuerzo y avan-zar en todos estos terrenos. La organizacin debe proveer instancias permanentes deformacin y discusin, y debe estimular a todos sus miembros a implicarse en las luchascotidianas. No obstante, el resultado depender en gran parte de la iniciativa y del esfuerzoindividual. Hay veces que el trabajo, el estudio y la familia hacen difcil la participacin enreuniones y campaas, por lo que slo el inters del activista por seguir informado, seguir

    en contacto, formarse en solitario e intervenir en su entorno es lo que hace la diferencia.Mientras el partido sea slo un grupo, mucho depender de la iniciativa y del esfuerzoindividual, siendo clave para la sobrevivencia de la organizacin la claridad de ideas, laconfianza y el compromiso que muestre cada afiliado. El hecho de que en la etapa inicial yasean visibles asimetras en todos los planos, exige formalizar un firme liderazgo. Pero paralograr influencia verdadera en la clase trabajadora, el partido revolucionario necesita quetodos sus miembros se vuelvan lderes.

    Un partido revolucionario no slo es vital en un momento de intensa lucha declases. Es crucial para que los activistas que ya hoy se plantean derribar el capitalis-mo, puedan tener mayor impacto en las luchas de todos los das. Primero, porquemantiene la conexin entre las ideas revolucionarias, el movimiento obrero y los movi-mientos sociales. Segundo, porque une a los revolucionarios en campaas, lugares detrabajo, centros de estudio, barrios y ciudades para debatir ideas y actuar en comn.Y tercero, porque el partido rompe en s mismo con la ficticia divisin entre lucha

    poltica, econmica, social y cultural dentro del capitalismo. Estas luchas aparecen cono sin partido revolucionario, pero la intervencin consciente de este tipo de partidomarca una gran diferencia. El accionar del partido revolucionario es clave para probar

    en la prctica, ideas, estrategias y tcticas, y moldear experimentados activistas. Nues-tro grupo est lejos an de ser un partido. No obstante, desde aqu invitamos a todosaquellos que ven la necesidad de organizarse, resistir y derribar el capitalismo, a crear

    juntos una organizacin socialista revolucionaria como esta.

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    FOLLETOFOLLETOFOLLETOFOLLETOFOLLETOrevistrevistrevistrevistrevista trimestra trimestra trimestra trimestra trimestralalalalal

    Uruguay

    SocialismoInternacional

    Teora y polticamarxista

    La sangrienta guerra lanzada por las grandes potencias con-tra Irak en 1991 demostr que el imperialismo, en el sentido msgeneral de utilizacin directa de la fuerza por parte de las grandespotencias para imponer su voluntad sobre Estados menores, seencuentra prosperando. Alex Callinicos argumenta en este folletoque pueden identificarse tres fases por las que ha atravesado elimperialismo: el imperialismo clsico, 1875-1945 que es elimperialismo que dio lugar a la "Guerra de los Treinta Aos" de1914 a 1945; el imperialismo de las super-potencias, 1945-1990 perodo en el cual el mundo fue repartido entre dos gran-des bloques militares rivales; y el imperialismo posterior a la

    Guerra Fra el "Nuevo Orden Mundial" de Bush (padre), que enrealidad es una versin ms inestable del antiguo orden mundial.Y culmina su trabajo planteando las perspectivas del desarrollofuturo del imperialismo.

    Imperialismo Hoy

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    Un

    SE

    RIE

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    IDEAS

    ElM

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    Durante el siglo XX los trabajadores se levantaron una vez trasotra, desafiando al sistema en su totalidad. En 1917 y liderados porlos bolcheviques, los trabajadores rusos tomaron el poder en lasociedad. Luego su revolucin se malograra, pero entre las leccio-nes que quedaron destaca el poder que tenemos los trabajadores

    para luchar y vencer. Los primeros aos del siglo XXI han vistosurgir un enorme movimiento de protesta global, al tiempo deestallar revueltas en varios pases de Amrica Latina. Uruguay no haestado ajeno a todo esto, y ha vivido un amplio proceso de reorga-nizacin de los trabajadores y de luchas exitosas. Cmo pasar de lalucha por mejoras y reformas, a la lucha por derribar este sistema?Quin tiene el poder para lograrlo? Qu organizacin necesita-mos? Cmo han luchado los revolucionarios en el pasado? Cmodebemos hacerlo ahora? De todo esto trata este folleto.

    partido revolucionario

    Folletos editados

    Imperialismo hoyABC del socialismo

    Una sociedad socialista

    Un partido revolucionario

    Globalizacin y resistencia. ALCA

    Globalizacin y resistencia. Deuda Externa

    Rusia 1917. El partido bolchevique

    Chile 1973. Revolucin y contrarrevolucin

    Europa oriental 1989. Una explicacin de lo sucedido

    Argentina 2001. Revuelta y despusLen Trotsky. Socialista revolucionario

    Antonio Gramsci. Socialista revolucionario

    Rosa Luxemburg. Socialista revolucionaria

    Los orgenes de Socialismo Internacional

    Partido y Clase. Distintas concepciones

    Cmo funciona el marxismo?

    Marxismo 2004. Ponencias

    Todos somos gays

    www.elmundoalreves.org