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    Un ambiente enfermo: significadosde la contaminacin industrialen Isla de Mar, Baha, Brasil

    Maria do Carmo Soares de Freitas,Maria Ceclia de Souza Minayo, Paulo Gilvane Lopes Pena

    y Neuza Maria Miranda dos Santos

    Para comprender los significados atribuidos a la contaminacin industrial por los habitantes de la isla, se opt

    por un abordaje etnogrfico. Se analiz el impacto ambiental a partir de la concepcin de la contaminacinqumica de los habitantes locales porque es a lo que ms temen. Sus declaraciones revelan posibles categoras

    analticas asociadas a sentidos mticos. La contaminacin qumica se caracteriza como una enfermedad del medio

    ambiente que tiene forma, colores y olores que vienen de fuera y se riegan en los manglares, en el mar y en los

    poblados. Los modelos explicativos de causalidad y de una semitica fundada en el saber popular se hacen pre-

    sentes en las expresiones de los moradores. Este fenmeno afecta la situacin socioeconmica y cultural de la

    poblacin, altera sus condiciones de trabajo, sus hbitos alimenticios y su salud.

    PALABRASCLAVE: significados de la contaminacin industrial, antropologa ambiental, contaminacin, enfermeda-

    des, pescadores tradicionales

    An Ill Environment: Meanings Attributed to Industrial Contamination in Ilha de Mar, Bahia,BrazilIn order to comprehend the meanings attributed to industrial pollution by local inhabitants, an ethnographic ap-

    proach has been used in this study. We analyze the environmental impact on the basis of local inhabitants percep-

    tion of chemical contamination, feared by the population. Their statements reveal possible analytical categories as-

    sociated to mythical connotations. Chemical contamination is characterized as an environmental disease, whose

    menace has shape, colors and smells coming from outside and spreading through the mangroves, the towns and the

    ocean. Explanatory models of causality and of semantics grounded on popular wisdom are manifest in the expres-

    sions of the inhabitants. The implications of such a phenomenon impinge upon the populations cultural and socio-

    economic situation, modifying their working conditions, their eating habits, and their health.

    KEYWORDS: meanings of industrial contamination, environmental anthropology, contamination, disease, traditio-

    nal fishermen

    Desacatos, nm. 39, mayo-agosto 2012, pp. 73-88Recepcin: 13 de agosto de 2009 / Aceptacin: 8 de mayo de 2010

    M C S F: Departamentode Ciencia de la Nutricin, Escuela de Nutricin, Universidad

    Federal de Baha, Salvador, Baha, [email protected]

    M C S M: Centro Latinoamericano deEstudios de Violencia y Salud Jorge Careli, Ro de Janeiro, Brasil

    [email protected]

    P G L P: Facultad de Medicina, UniversidadFederal de Baha, Salvador, Baha, Brasil

    [email protected]

    N M M S: Departamento deCiencia de los Alimentos, Escuela de Nutricin, Universidad

    Federal de Baha, Salvador, Baha, [email protected]

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    INTRODUCCIN

    El presente artculo trata de la contaminacin

    ambiental en Isla de Mar localizada en laBaha de Todos los Santos (), Salvador, Ba-

    ha, Brasil proveniente de contaminantes qumicosarrojados por las industrias qumicas, petroqumicasy petrolferas instaladas en esa regin. El propsitoes presentar la situacin como es percibida por loshabitantes del lugar. De acuerdo con los informesoficiales sobre recursos ambientales, la contamina-cin qumica que afecta la , en particular metalespesados e hidrocarbonatos de petrleo, llega a ndi-ces crticos para la salud humana, la flora y la fauna

    marina (Baha-, 2001). El Informe sinttico delCentro de Recursos Ambientales de Baha (Baha etal., 2005) confirm situaciones de amenaza al medioambiente en varias localidades debido a la agudapresencia de ocho contaminantes: arsnico, cad-mio, plomo, cobre, cromo, hierro, mercurio y zinc.Uno de los efectos de la contaminacin es la modifi-cacin de la cadena alimenticia en los humanos(Okada, 1997): se registr el riesgo carcingeno re-lacionado con el consumo de pescado con hidro-

    carbonatos en varios poblados de la regin, cuyaabsorcin es ms acentuada en los nios (Mahaffey,1990; Ziegler et al.,1978).

    Existen estudios sobre la contaminacin indus-trial en el estado de Baha, causada principalmentepor metales pesados como plomo y cadmio, quemuestran casos de trabajadores expuestos en unafbrica de fundicin de plomo en el municipio deSanto Amaro da Purificao, cuyas familias y otrosmoradores de las cercanas tambin fueron afecta-dos. Ese impacto ambiental repercuti en el estuario

    del Ro Suba, y sus comunidades (Silvany-Netoy Carvalho, 1996). En 1996, otro estudio confirmlas altas concentraciones de esos metales en sedi-mentos y moluscos de todo el ecosistema al norte dela baha (Tavares y Carvalho, 1992). Los datos ofi-ciales ms actuales admiten la presencia de conta-minacin con metales pesados mercurio, plomo ycadmio, entre los ms txicos en Madre de Deus,

    poblado cercano a Isla de Mar (Baha et al, 2005). Severific la presencia de otros contaminantes qumi-cos, como los hidrocarburos policclicos aromticos

    () como benzo[a]pireno, los cuales repercu-ten en la regin norte y este de la , adems de lospuertos de Arat, Caboto y Pati, cercanos a los po-blados de Bananeiras y Maracan, en Isla de Mar.

    En toda la extensin de la baha se encontraronmetales pesados en cantidades que infringen la ley.Especficamente, los moluscos llamados popular-mente surur, rala-coco, lambreta; los crustceosjaiba, cangrejo y arat; y los peces tainha, raya, co-r, sardina, lenguado y carapeba(Baha et al., 2005)estn contaminados con metales txicos como

    mercurio, plomo, arsnico y cadmio. Cabe destacarque ese tipo de contaminacin industrial o qumicaes parte del proceso global de la actual crisis ecolgi-ca, implcito en el modelo de desarrollo industrial,de carcter insostenible, que predomina en Brasil yen el mundo. Hace 30 aos Ignacy Sachs (1974) de-fini el desarrollo sostenible, o ecodesarrollo, comouna propuesta de viabilidad econmica subordinadaal desarrollo social, a los valores culturales y a la du-rabilidad espacial. La cuestin ambiental no es, portanto, solamente econmica, sino que est vincula-da a otros aspectos de la vida de las poblaciones. Ensntesis, podemos decir que los efectos dainos enIsla de Mar se presentan como un problema localconjugado con la crisis ambiental globalizada.

    Adems de la contaminacin, hay registros deque el destino de las aguas residuales provenientesde los albaales domsticos e industriales que con-taminan las aguas superficiales y subterrneas es ellecho de la (Brasil, 2002). Estos efluentes des-aguan al aire libre y constituyen peligrosos focos de

    diseminacin de enfermedades. Esta situacinmuestra, una vez ms, la falta de control de contami-nantes domsticos e industriales en pases de econo-ma dependiente como el Brasil. A pesar de lamagnitud del problema ambiental, no se encontra-ron estudios sobre la percepcin de las poblacionestradicionales afectadas. La pesquisa, de carcter ex-ploratorio, que dio origen a este trabajo se propone

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    contribuir al tema con el anlisis de los significadosque indican el carcter polismico del impacto dela contaminacin ambiental, principalmente de la

    contaminacin qumica, como es interpretado porlos habitantes de la Isla de Mar. Se busca la contri-bucin de las disciplinas de las ciencias sociales, co-mo la antropologa ambiental y de la salud, hacia lacomprensin del universo subjetivo y cultural de lacrisis ecolgica que afecta la salud de la poblacin.El tema de la contaminacin qumica de origen in-dustrial que daa a las poblaciones en particularla causada por metales pesados es un asunto com-plejo y los estudios realizados son insuficientes. Esteartculo presenta la percepcin de los habitantes de

    una isla devastada por contaminantes industriales ysu impacto al medio ambiente.

    La eleccin de la Isla de Mar para la realizacinde la investigacin que dio origen a este artculoocurri un Encuentro de Pescadores y Marisqueras,organizado por la Pastoral de Pesca de Baha en2005, cuando los moradores de la isla denunciaronlos problemas ambientales y de salud de la pobla-cin en conexin con la contaminacin industrial.Se inici un estudio sistemtico de la situacin a tra-vs de visitas de los investigadores a la isla, con elobjeto de preparar y llevar a cabo una revisin em-prica del problema. En ese trabajo se dio prioridada un anlisis intersubjetivo, caracterizado por labsqueda y comprensin de la experiencia de losmoradores en su vida relacional, sus acciones, pala-bras y gestos, evaluando su interpretacin indivi-dual y grupal en relacin con el objeto de estudio(Faustino, 2006). De esa forma, la experiencia delmorador de Isla de Mar sobre la contaminacinambiental se refiere a s y a los dems que viven esa

    realidad. Las expresiones del lenguaje realzan diver-sas maneras de significar el problema ambiental y surelacin con otros aspectos de lo cotidiano en un to-do significativo para el sujeto en su mundo.

    Al percatarse del riesgo que representa la conta-minacin, los individuos temen las repercusionesambientales y consecuentemente el padecimientodel cuerpo. Segn Douglas ([1966] 1999), en el

    mundo de los humanos el individuo aprehende ob-jetos externos que hieren su estructura interna. Ensu teora sobre pureza, contaminacin y peligro, la

    autora sostiene la nocin de necesidad de controlessociales para mantener un mnimo de estabilidad ycontener el desorden sociocultural provocado porla contaminacin, a la que denomina ofensa con-tra las referencias ordenadas de un contexto social.Las expresiones de los moradores de la Isla de Marson acogidas en este estudio como construccionesculturales de modelos explicativos sobre contami-nacin y enfermedades asociadas (Spiro, 1996; Hel-man, 2003).

    MATERIAL Y MTODO

    La investigacin fue realizada entre 2006 y 2008 conbase en los siguientes instrumentos etnogrficos: ob-servacin participante, registros de campo anota-ciones, fotografas, charlas, entrevistas narrativas(Jovchelovitch y Bauer, 2007) y visitas ms frecuen-tes a dos poblados Bananeiras y Santana por ha-ber sido los ms afectados por la contaminacinindustrial. El modo de anlisis y comprensin re-uni diversas nociones sobre lo simblico en un es-tilo etnogrfico geertziano (Geertz, 1989) concontenidos que esbozaron el objeto de estudio al in-terior de la organizacin social (Jacobson, 1984). Apropsito de los enunciados simblicos, se consideraindispensable hacer una lectura de los poblados co-mo una especie de topologa social, al observar laestructura espacial de modo inseparable de la se-miologa social que describe el mundo como un

    sistema de signos, como los habitus (Bourdieu,1996) de las prcticas alimentarias, de la forma detrabajar en la pesca y de cmo conviven los indivi-duos con la contaminacin.

    La propuesta de investigacin original fue aproba-da por un Comit de tica en Investigacin, de laUniversidad Federal de Baha, en 2006. Con la co-laboracin de los habitantes, el trabajo de campo

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    fue rico en charlas y entrevistas. Las ms intensas ydetalladas se produjeron con 20 moradores: dos mu-jeres y un hombre entre los 25 y 28 aos, nueve

    mujeres y cinco hombres entre 34 y 60 aosy tres ancianos: dos mujeres y un hombre entre 88 y95 aos. Se analizaron las narrativas de modo arte-sanal (Benjamin, 1993) y minucioso, para com-prender cada enunciado con base en la experienciadel interlocutor con la contaminacin ambiental.Mientras se llevaba a cabo la investigacin, se realizun trabajo educativo sobre la salud y el medio am-biente con el apoyo de estudiantes universitarios.Tambin se practicaron exmenes bioqumicos deheces con tratamiento medicamentoso por me-dio de los servicios municipales de salud en activida-des denominadas Ferias de la Salud (Brasil, 2007).

    Al analizar los fragmentos de las historias de vida(Queirs, 1988) destacaron dos categoras tempo-rales: 1) un tiempo pasado, antes de la contaminacinqumica en el aire, correspondiente a 30 aos atrs o

    ms, y 2) el presente amenazador de la contamina-cin. La comprensin de los significados de la conta-minacin por quienes conviven con el problema

    proviene de sus palabras como enunciados portado-res de sentido (Minayo, 2008; Eco, 2004). Los textosnarrados se consideraron como inscripciones queaseguran una textura de representaciones sobre lacontaminacin ambiental, como un fenmeno con-taminador que afecta completamente la vida del in-dividuo. El anlisis interpretativo de las narrativasprocur garantizar, en primera instancia, la gramticatextual sobre la contaminacin en la isla, y manteneruna conexin con otros datos tcnicos sobre el tema.

    El anlisis de los discursos tom en cuenta loscdigos de la cultura. Sin embargo, este estudio notrata de confrontar la informacin de la percep-cin popular con la de los requisitos tcnicos de lacontaminacin. Su objetivo es agregar a la sntesissemntica sobre la contaminacin diversas lecturasde quienes viven el problema y elucidarlo en tanto

    Las mujeres ejercen un papel importante en la generacin de ingresos para las familias por medio de la marisquera. La tradicin deseleccin pasa de generacin en generacin, 2011.

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    una cuestin que afecta directamente la calidad devida de los moradores de la isla. Al entrar en elmundo de los significados socioculturales y tratar

    de compartirlos, se respetaron las especificidades delos moradores, su lenguaje y sus valores, para llegara una comprensin ms amplia del problema am-biental a travs de la trayectoria libre de sus discur-sos, sus gestos, sentimientos y silencios (Minayo,1993). En este contexto, hombres y mujeres revelancmo conciben y sobreviven a la contaminacinambiental, particularmente la industrial, siendo stala referencia ms frecuente en las palabras de losmoradores. El presente trabajo est constituido de lasiguiente manera: 1) anlisis del contexto sociocul-

    tural; 2) visin jerarquizada de la contaminacin in-dustrial y contaminacin orgnica de acuerdo con lapoblacin; 3) categoras de interpretacin sobrecontaminacin ambiental, y 4) la contaminacin enla perspectiva de los moradores.

    EL CONTEXTO SOCIOECONMICOY CULTURAL DE ISLA DE MAR

    En la historiografa brasilea la Isla de Mar con13.87 km2 de superficie y aproximadamente 6 500habitantes (Brasil-, 2002) es uno de los si-tios ms antiguos del estado de Baha. Inicialmentepoblado por indgenas, empieza a abrigar esclavosafricanos en el siglo (Risrio, 2004). Todava ha-bitan ah miembros de segunda y tercera generacinde afrobrasileos. De acuerdo con testimonios delos propios habitantes, este territorio quilombola ydesde 2007 distrito del municipio de Salvador, hace20 aos era un lugar seguro para proveer alimento.

    Esta realidad de autosuficiencia alimentaria ha sidomodificada por la contaminacin qumica permanen-te que afecta los espacios de produccin el man-glar y el mar, la vegetacin y a las personas.Conforme la historia contada por sus habitantes, enla dcada de 1950 se instal una refinera de petrleocerca de la Isla de Mar. En los aos sesenta se esta-bleci en la misma regin el Centro Industrial de

    Arat (), como producto de la poltica de plani-ficacin de desarrollo industrial proyectada enaquella poca para el nordeste de Brasil. En esa rea

    se instalaron grandes industrias siderrgicas, petro-qumicas, qumicas, metalrgicas, plsticas y otras.Diez aos despus, se cre el Puerto de Arat a 5kilmetros de la Isla de Mar especializado fun-damentalmente en el transporte de productos qu-micos provenientes del Complejo Petroqumico deCamaari. Por tanto, la Isla de Mar est localizadacerca de un rea de concentracin industrial situa-da en la Baha de Todos los Santos.

    De acuerdo con la informacin obtenida de lospropios moradores, la isla cuenta con instalacin de

    agua desde 1990 y con energa elctrica desde 1998en sus 11 poblados: Praia Grande, Santana, Botelho,Caquende, Neves, Itamoabo, Bananeiras, Maracan,Martelo, Ponta Grossa y Porto de Cavalos. Las comu-nidades poseen un sistema de transporte martimoprecario, caracterizado por pequeas embarcacio-nes que son un riesgo, no hay ancladeros y las per-sonas bajan de los barcos en el mar, con niospequeos, ancianos y enfermos en brazos. En lasescuelas se imparten slo los tres primeros aos deenseanza primaria, razn por la cual ms de 800 ni-os atraviesan el mar para ir a una escuela dondepuedan cursar los ltimos niveles de educacin b-sica. No hay servicios permanentes de salud, ni si-quiera el Programa Salud de la Familia estorganizado en la localidad.

    La poblacin de Isla de Mar tiene una culturatradicional. De ah que ante su proximidad con lacontaminacin qumica y con las enfermedadesasociadas los habitantes explicaran de una manerapeculiar su percepcin de los olores, de la colora-

    cin

    del humo expelido por las industrias cercanas,del viento y de la noche de luna menguante cuandolos olores de los contaminantes qumicos son msfuertes. Los problemas de salud ms comunes queafectan principalmente a los nios son diarreas,desnutricin y anemia o debilidad, parasitosisintestinal, resfriados, dermatitis, dolores de cabeza yasma (Brasil et al., 2007). Los adultos se quejan de

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    diabetes, dermatitis, hipertensin, depresin, senti-miento de soledad y miedo. En general, las enferme-dades son tratadas al estilo tradicional por lo difcilque es el acceso a los servicios oficiales de salud.

    En sus propios trminos, los moradores de la islacrearon un sistema binario de estructura de causali-dad para referirse al ambiente y a los sntomas de lasenfermedades: manglar y dermatitis, viento y gripe,tiempo de pesca y ceguera, mar y presin alta, lunamenguante y quebranto. Con base en ese modeloprescriben tratamientos con antiguos recetariosfundamentados en una lectura mediada por fenme-nos naturales y sobrenaturales conforme sus acep-

    ciones. Viento, marea y luna son los procesosnaturales que, junto a las fuerzas divinas o sobrenatu-rales, pueden impedir o extender la contaminacinen la isla.

    Otro elemento necesario para la comprensin dela vida en Isla de Mar es la situacin socioeconmi-ca marcada por la tradicin del trabajo de extraccinmanual de mariscos y de la pesca con instrumentos

    rudimentarios red y cau1(Pena Soares deFreitas y Cardim, 2008). Esas poblaciones piensan yactan en relacin con el medio ambiente como par-

    te del ecosistema: Somos la misma cosa, como laspiedras, el mar, el manglar, somos todo mezclado(, 50 aos). Segn esa concepcin, sociedad ynaturaleza estn en interaccin permanente (San-tos, 1996). Como se ver a continuacin, en las na-rraciones de los moradores de Isla de Mar no hayuna escisin clara entre los seres humanos y el am-biente. Esto significa que poseen una matriz inter-pretativa relativa al ambiente y sus problemas, comoes concebida actualmente por quienes elaboran lasteoras de desarrollo sostenible, en las que los sereshumanos son parte constituyente de un organismovivo y pulsante que es la tierra, la bisfera.

    En dicha interaccin, los aspectos subjetivos dellenguaje referentes al manglar y al mar se manifies-tan como sentimientos que se comunican entre lo

    1Trampa hecha de paja.

    La intoxicacin por metales pesados provoca disfuncin renal, anemia severa y alteraciones neurolgicas, entre otros problemas de salud, 2011.

    Leonar

    doRattes

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    humano y otros elementos de la naturaleza. En lalectura cosmolgica relacionan lo sobrenatural reli-gioso y lo ontolgico: Aqu todo tiene misterio

    (, 38 aos), Adonde yo voy el manglar va dentrode m, es Nan.2Ella nos ayuda a los de aqu (,59 aos), Slo la gente que vive aqu hace muchotiempo lo entiende (Sabrina, 95 aos). Muchas ex-presiones inscriben una visin de lo cotidiano en laque todo el ambiente importa y significa sin cesar.Uno de los conflictos de las comunidades es la dis-minucin de mariscos y peces provocada por lacontaminacin qumica y por la pesca predatoriatradicional. A causa de esto los trabajadores vieronsu ingreso mensual reducirse, pues la mayora de la

    poblacin gana en promedio menos de la mitad deun salario mnimo por mes. Anteriormente, comolo recuerdan, muchos aqu ganaban tres salariosmnimos slo con camarn y ostras (, 50 aos).

    Como estrategia de supervivencia, los moradoressuelen vivir en familia extensa para compartir el tra-bajo, los rendimientos y los gastos diarios. Hay unadivisin del trabajo clara entre los sexos y la edad.Las mujeres, adems de hacerse cargo de las laboresdomsticas, participan en la maricultura y los hom-bres en la pesca. Los nios, desde los cuatro o cincoaos, ayudan a sus madres en la recoleccin de ma-riscos. A partir de los 11 o 12 aos de edad, cuandolos msculos de los brazos son ms visibles, los ni-os son iniciados en la pesca, mientras que las niassiguen en la maricultura y los quehaceres domsti-cos. Los ancianos arreglan las redes y participan dealgunas actividades relacionadas con el marisco.

    Se observan dos situaciones en relacin con elcambio de hbitos alimentarios resultado de losefectos de la contaminacin qumica: 1) la reduc-cin de productos de pesca para el consumo algu-nos platos, como el escaldado de mariscos, hansido prcticamente sustituidos por pescado fritoacompaado de harina de mandioca preparada conel aceite de la fritura, el mismo platillo se consumeuna o dos veces al da; 2) aumento del consumo

    de productos industrializados, como aceite, galletasrellenas, caldo de pollo, extracto de tomate, carneenlatada, yogurt, botanas, jugos de fruta en polvo y

    pan, as como pollo congelado. Es habitual, inclusi-ve para los nios, tomar caf sin leche, con pan ymargarina, en la maana y en la noche. Esos alimen-tos industrializados son consumidos cada vez mspor la facilidad con que los adquieren con slo ano-tarlos en libretas de fiado en el comercio local. Todaslas recetas de cocina se asemejan en la preparacin,que se realiza en los patios comunes, bajo los rbolesde mango y guayaba, donde las mujeres hacen susquehaceres y cuidan de los nios.

    Mar, adems de ser un lugar, es un trmino que se

    aplica al tiempo. Es parte de la cosmologa que asociala luna y el movimiento de las mareas grande y pe-quea cada diez o 15 das. Todo depende de la ma-r: el viento, la produccin de pescados y mariscos, ytambin el humor de las personas. La marea indicauna mayor o menor produccin de mariscos y pecescomo en las noches claras de luna llena y un reamayor de actividad en el manglar y la parte arenosade la playa. El ritual de extraccin de mariscos en es-ta poca es de intenso trabajo, oportuno para llevar acasa alimento suficiente para el periodo de produc-cin reducida durante la marpequea. Con la llega-da de la energa elctrica surge la posibilidad deconservar los alimentos en refrigeradores, todavaescasos en la isla pero de uso colectivo entre los com-paeros de pesca.

    El proceso conjugado entre luna y marea se consti-tuye como explicacin, a la vez natural y sobrenatural,de las diversas maneras de percibir el cuerpo. Duranteel periodo de espera de la marea grande la existenciahumana manifiesta sensaciones: en las mujeres au-

    mentan los dolores menstruales, a las mujeres queamamantan se les puede secar la leche, el abatimientovence al nio pequeo, las marisqueras se quejan dedolores musculares y articulares ms intensos en ma-nos y brazos a causa del esfuerzo repetitivo. Mientrasesperan, los hombres arreglan las redes, pescan a dis-tancias mayores o se recogen. Las mujeres se ocupanms de la casa. La expresin maresiaolor del mar2Santa u Orixdel Candombl.

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    est relacionada al ensimismamiento de hombres ymujeres cuando los invade una melancola que en-tra en comunicacin con las entidades espirituales

    de la marea: Se quedan as, sintindola [la divini-dad] junto de nosotros (Sabrina, 93 aos).

    VISIN JERRQUICA DE LACONTAMINACIN INDUSTRIALY LA CONTAMINACIN ORGNICA

    El concepto de contaminacin que tienen los habi-tantes del lugar est directamente relacionado conlas dificultades que surgen en la organizacin social:

    mucha gente se quiere ir de aqu, los jvenes quie-ren salir. Aqu slo se van a quedar los viejos que noaguantan el trancazo de la pesca. Mi hijo ya se fue(, 58 aos). La contaminacin del medio ambientey la contaminacin dentro del cuerpo a menudo seasemejan, aun cuando algunos entienden que no to-do lo que est contaminado externamente entra en elcuerpo. En este sentido, algunos plantean que la con-taminacin es extensiva a las personas, al manglar yal mar, lo que deriva en la reduccin del camarn, laostra y en el exterminio del cangrejo. En esta espe-cie de trastorno ambiental se instituye como signode peligro una figuracin en el cielo: un trazo largo dehumo proveniente de las chimeneas de las fbricasdel Centro Industrial de Arat que huele a cido o atinta y cuyo color puede ser gris, rosa, blanco o rojo.La gente dice que la contaminacin qumica provocaansiedad y miedo de enfermarse, principalmente enlos poblados donde los contaminantes son ms visi-bles en la atmsfera. En otras comunidades no se veel humo, pero los habitantes perciben los fuertes olo-

    res que acarrea el viento.Sobre la percepcin temporal de los moradores,se analizan categoras relativas al pasado y al presen-te. Los recuerdos del lugar en el pasado representancalma y belleza, abundancia de peces y mariscos:Nadie necesitaba salir de aqu (Joana, 90 aos),evocaciones que refieren a una vida inocente,cuando todo mundo se entenda. Despus empez a

    llegar la usura, la contaminacin que viene del cielo,y todo aqu cambi, todo se contamina (Jos, 88aos). Esa nostalgia del lugar revela una idealiza-

    cin del pasado, un deseo de revivirlo y un presenteamenazador que trae malestar. Al recordar, tras-cienden la realidad y se alejan de los problemas, ex-presan una necesidad de mantener el sentimientode pertenencia al lugar, sin que nada externo puedamacularlo. La garanta de la restauracin del sentidode la vida comn en Mar se mantiene con los re-cuerdos de las imgenes que se refieren a la limpiezay la abundancia, pues en el pasado reciente haceunos 15 aos se capturaban diez kilos de camarnpor semana y ahora se consiguen menos de dos:

    Ahora, el manglar est enfermo y Nan est triste.Ninguna marisquera est contenta. Tienen miedode que se acabe el manglar. Mire las hojas amarillas(, 56 aos). Para los ms jvenes, que nacieroncon la presencia de la contaminacin qumica, hayuna distancia temporal permanente entre elpasadopuro y elpresente impuro.Para ellos el pasado es unlugar imaginario, fuera de la realidad.

    Adems de esas categoras temporales y estructu-rantes de la vida cotidiana, las narrativas conectan suvisin de la contaminacin con lo que se siente en elcuerpo, con el sueo, con la comida, con las relacio-nes interpersonales y el trabajo. Transmiten sentidose impresiones surgidos de su experiencia con la con-taminacin qumica, que los atormenta y los instiga.En general, consideran el ambiente enfermo, porquetodo est contaminado (, 50 aos). Enfermedady contaminacin son semejantes en su cosmovisin:la contaminacin entra por la piel de la persona,por la nariz (, 27 aos), se queda atrapada en lasangre, en la barriga (, 38 aos), hay nios que

    vomitan, no pueden dormir con el olor, uno sientecuando el olor entra en uno, se siente algo malignopor dentro (, 53 aos), quien ms lo siente sonlos nios, las plantas, los peces, los mariscos. Toda lanaturaleza est sufriendo (, 50 aos).

    El modelo explicativo de la contaminacin ambien-tal presenta estructuras binarias y triangulares. Cuan-do se expresan interpretan los objetos de lo cotidiano

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    que tienen una conexin con ese problema: man-glar/alcantarilla/basura, cielo/contaminacin, no-che/asma, manglar sucio/enfermedad, noche/peli-gro, contaminacin/naturaleza de la persona, lunamenguante/olor a pintura en el aire/desmame, mardesconfiado/contaminacin, tristeza de Nan/re-duccin de marisco. Creen, con mayor o menorvehemencia, que los fenmenos sobrenaturales ycosmolgicos tienen una influencia sobre el grado,mayor o menor, de la contaminacin del medioambiente.

    CATEGORAS INTERPRETATIVASDE LA CONTAMINACIN AMBIENTAL

    En el anlisis de las narrativas se destacaron dos ca-tegoras generales sobre contaminacin. La primeraes de orden cosmolgico: la nocin de contamina-cin qumica y orgnica del ambiente falta de

    saneamiento bsico, inclusive del ambiente sagra-do, significa suciedad y ofensa. La segunda es rela-cional: la nocin de contaminacin interfiere en lanaturaleza de las personas, que se perciben inmuneso no y cambian su comportamiento por el contagiode vientos y olores. Sobre la nocin de contamina-cin del ambiente, los enunciados demuestran elconocimiento de la presencia de contaminantes qu-micos en la regin y hacen referencia a la falta desaneamiento bsico como elemento contaminador.Sin embargo, predomina la idea de que el desage noperjudica el manglar porque el mar limpia todo lo

    malo (, 40 aos), imagen que resalta una explica-cin natural como reaccin a la soledad que los mo-radores sienten dada la ausencia de polticaspblicas. Al definir el mar como limpiador restau-ran el concepto de higiene, y esa nocin de limpiezapor la mano de la naturaleza reorganiza el contextosocial. El manglar acoge el desage, la basura y losrestos humanos que son llevados por la marea:

    La marisquera Roquilda Jos Bonfim relata que algunos moluscos como el sururya no se encuentran ms, 2011.

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    El manglar no se molesta por eso. La marea logralimpiar toda la isla, le lleva tiempo pero lo logra. Lamarea es el manglar y el mar, lleva y trae lo queno sirve. Hasta los malos pensamientos se van [...].Uno viene a ver la marea creciente y la bajamar. Unoviene a pedirle todo a la marea (, 56 aos).

    Para los habitantes de la Isla de Mar ver el movi-miento del mar es como presenciar la renovacindel mundo. De la misma manera, la luna nueva vie-ne a renovar el cosmos, la persona, el destino y lalimpieza del aire. En su cosmovisin, el mar y la lu-na promueven un ritual divino que acta como unaforma particular de comunicacin entre el ser huma-

    no y los fenmenos naturales, y entre los objetos de larealidad concreta y la dimensin subjetiva del mun-do. Cuerpo y ambiente no se dividen, conforman uncuerpo ambientado originario de historia y tradi-ciones. En la isla hay otro tipo de contaminacin: fal-ta saneamiento bsico o alcantarillado, no hay aguatratada en las escuelas ni filtros en las casas (Brasilet al., 2007). Los moradores usan fosas spticas y lasaguas negras corren en las calles, al aire libre, comoros estrechos de aguas inmundas. Pequeas tablassirven como puentes entre un desage y otro, pues

    nadie quiere pisar esas aguas ftidas. La poblacinsabe de la necesidad de saneamiento bsico parapreservar la salud, entre otros motivos porque la es-cuela informa sobre los riesgos de los parsitos in-testinales y de las diarreas. Sin embargo, sin recursospersonales ni comunitarios, y sin asistencia pblica,no estn en condiciones de modificar esta realidad.

    Las acciones educativas emprendidas por profe-sores y estudiantes universitarios del rea de saluden las comunidades lograron reducir la basura delmanglar, pero persiste la creencia de que el manglares un reorganizador de los restos humanos, o sea deldesage y de la basura. Para ellos, ms importante quela contaminacin biolgica es la contaminacin qu-

    mica, que altera completamente la produccin dealimentos. Varios moradores declararon que se pue-de convivir con las parasitosis y hacer tratamiento,

    pero no aguantan vivir con contaminacin de las

    qumicas, porque despus de ese sarro en el manglary en la playa, los mariscos se quedaron pequeos,diferentes. Hasta el sabor cambi (, 40 aos). El

    sabor de la comida, las sensaciones y los sentimien-tos estn relacionados con el tiempo de la marea yson afectados por la contaminacin qumica queaparece como una nueva entidad, producida por loshombres ricos y blancos (, 50 aos). Respectode la contaminacin del ambiente sagrado, una an-ciana comenta:

    El manglar est triste, est sucio. No se puede arrojarbasura ni el desage en el manglar, pero ya se volvicostumbre. Desde nia aprend que la basura se que-

    ma y se entierra. A la duea del manglar no le gustaeso. La duea es Nan, la vieja que cuida al pueblo dela isla. Tiene el pelo como el mo, vive en el lodo conlas mujeres de los mariscos, cuidando todo lo del lo-do, los animalitos y la gente (Sabrina, 93 aos).

    Los dos tipos de contaminacin, industrial y orgnica,afectan los lugares sagrados de las entidades espiritua-les, como el mar de Iemanj, el manglar y el viento deNano la Vieja, y repercuten en el cuerpo humano. Lomundano y lo divino son indisociables. En el dominio

    de lo sagrado, las entidades espirituales del manglary del mar tienen la funcin de proteger los asuntos hu-manos. Las marisqueras se sienten protegidas en ellodo durante la captura de los mariscos, entran en si-lencio y al trabajar asemejan con su contoneo las ra-mas retorcidas de la vegetacin (Castro, 1967). Elcuerpo vestido de lodo mimetiza a la mujer en la figu-ra de los animales del manglar y de Nan: El lodo eslimpio, es la casa de la Vieja (, 38 aos).

    Tres santas del catolicismo son veneradas en la is-la: Santa Ana Nanen el Candombl, Nuestra

    Seora de Candeias Oxumo Nanamburucu,Das Neves Oxumy para otros Iemanj) (Ra-mos, [1934] 2001). De acuerdo con la informacintransmitida por los habitantes del lugar, no hay tra-dicin de Candombl en la isla. Los pocos terreiros3

    3Sitios de celebracin de rituales.

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    que existen son pequeos y fueron establecidos re-cientemente por grupos nag que salieron de Itapa-gipe y Paripe, suburbios de Salvador. Los aos de

    adoctrinamiento catlico inhibieron la permanenciade otros tipos de sincretismo religioso indoafricanosy africanistas. No obstante, algunos Orixssiguenpresentes en la memoria colectiva. Al darle relieve ala cuestin de gnero, cabe reafirmar el campo sim-blico referente a las divinidades femeninas y la par-ticipacin central de la mujer en el trabajo delmanglar, adems de otras actividades tradicionales,como el cuidado del mbito domstico.

    SOBRE LA NOCIN DE CONTAMINACIN:UNA SEMITICA DE LA NATURALEZAENFERMA

    Para los habitantes de Isla de Mar existen dos tiposde personas: las que tienen el cuerpo cerrado y

    la emocin resistente a la contaminacin qumica, y lasque tienen el cuerpo abierto, las emociones frgiles yson vulnerables a dicha contaminacin. Siendo as,

    hay personas que se contaminan por sentirse frgilesy otras que todava no. Aquellas con ms resistenciano siempre sienten los efectos de la contaminacinen s, aun cuando los noten en otras personas, en lavegetacin, en el aire y en el mar. Entre las creenciassobre el cuerpo contaminado destaca el tab delcuerpo femenino, ya que la menstruacin est rela-cionada con la nocin de impureza (Sardenberg,1994). Cuando las mujeres estn menstruando nopueden entrar al manglar para no ensuciar la casade Nan. Las explicaciones sobre la contaminacin

    son parte de la creencia en un mundo sobrenatural yen los mitos que se conservan para mantener ladensidad ontolgica original, en palabras de Mir-cea Eiade (1998: 126) al referirse al mundo abierto.Esta expresin metafrica significa la vulnerabilidadbiopsquica, los miedos y la ansiedad del sujeto frente

    De enero a octubre de 2010 pasaron por el Puero de Arat 4.7 millones de cargas con productos altamente contaminantes como amonia,buteno, naalina, sosa custica y benceno, 2011.

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    a lo desconocido y a lo que se imagina que no puedecambiar. En Isla de Mar, abierto y misterioso es elmundo herido por las qumicas que vienen del aire,

    se mezclan con la lluvia en el mar y en el manglar, ymodifican la realidad de sus habitantes. Tambin elcuerpo se queda abiertocuando el sujeto le teme aalgo. Al temer a la contaminacin, el individuo pue-de sentirse objeto de sntomas y padecimientos.

    La contaminacin tambin es percibida comoun accidente provocado por los propietarios de lasindustrias, quienes, segn los entrevistados, estarandespojados de la creencia en Dios y por tanto soncapaces de tales acciones. Algunos refieren que eluniverso espiritual de Isla de Mar fue alterado por

    este motivo. Afirman que el mar, como un ente, re-accion a esta contaminacin conforme a la metfo-ra siguiente: el mar cambi y se qued desconfiadode nosotros(, 56 aos). Antes de la contamina-cin qumica la espiritualidad del mar Madre delagua, Iemanjo la Seora de las Mareas se rela-cionaba ms intensamente con los pescadores, locual garantizaba la salud del ambiente, del cuerpo yde la emocin. En la actualidad, el espritu del marse ha alejado del lugar manchado por la contamina-cin qumica. Para otros, sin embargo, el mar es tanpoderoso que sigue higienizando el medio ambientecon la fuerza espiritual: El agua del mar limpia to-do, y todo eso [la contaminacin] va a pasar con eltiempo del mar(, 58 aos). Por eso, al imaginarel mar, el tiempo y la contaminacin, los isleosevocan el espritu de la Madre del Agua, para pedirleproteccin. De esa forma tienden a explicar el riesgode la contaminacin qumica y de las dificultadesque acarrea la escasez de peces y mariscos por la vo-luntad divina. Ese planteamiento contribuye a justi-

    ficar la permanencia de la comunidad en su lugarancestral y a mantener la expectativa de que el errorde las industrias ser corregido algn da.

    Desde el punto de vista personal, hay quienes seperciben inmunes a la contaminacin qumica queafecta el manglar y el mar y por eso no estn contami-nados. Consideran que la contaminacin viene delaire y pasa por fuera del cuerpo humano. Perjudica a

    los peces y a los mariscos, ensucia el ambiente y losanimales no pueden respirar(, 52 aos). Suponenque es la naturaleza de la persona la que propicia el

    surgimiento de enfermedades. La susceptibilidadal riesgo de enfermarse es explicada de varias mane-ras. No se trata de evitar la contaminacin por la apa-riencia del cuerpo, sino por la forma de ser delindividuo. Su condicin ntica se revela desde la in-fancia, cuando se va convirtiendo en personacuando ya entiende, se sienta solito, mira todo. Cuan-do nace ya trae esa ndole, pero uno no se la descubreluego (Joana, 90 aos), La persona puede ser mala obuena y estar contaminada, llena de qumicaspordentro (, 56 aos).

    Otra connotacin es la relativa a los nios en rela-cin con la desnutricin, ya que son consideradosfrgiles o menguados, pequeos, dbiles, nacidos sinluna o en luna menguante, se tardan para andar y tie-nen problemas al mamar. Para las madres, esos niosson los que ms sufren con la contaminacin del aire,pues padecen de asma y lloran mucho. El temor aese tipo de agresin ambiental es diferente del quesienten respecto de la contaminacin orgnica o do-mstica que forma parte de sus condiciones de vida,las cuales rayan en la miseria social. Por eso, el tr-mino contaminacin es reservado para clasificarlos contaminantes qumicos industriales.

    Para los isleos, contaminado es el efecto de lacontaminacin en el ser humano y en la vegetacin.En el cuerpo, la agresin qumica provoca debili-dad, anemia, prdida de peso, tristeza por nada(, 27 aos). Tambin afecta la organizacin so-cial: la estructura del conocimiento acerca de lascausas de cualquier padecimiento de los miembrosde la comunidad se apoya en otros modelos explica-

    tivos, diferentes a los de la medicina oficial, y estnrelacionados con un complejo campo de valores,creencias y hbitos vividos en comn y con referen-cias en el pasado (Menndez, 1997).

    Citan sntomas de malestar y de diversas enferme-dades, entre las que mencionan ms frecuentementelas respiratorias. El quebranto de las fuerzas del cuer-po es asimismo un padecimiento provocado por la

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    contaminacin, una especie de desentendimientodel cuerpo con su naturaleza, su ambiente y las cosassagradas. La contaminacin significa la presencia de

    ese ente maligno y externo, al que llaman qumicasen el mundo de los isleos, que causa trastornos so-ciales, emocionales y fsicos. Al sentirse contami-nados advierten en su cuerpo el olor de lasqumicas, lo cual es ilustrado con una percepcinde que la leche materna tiene olor a pintura. Desdeel punto de vista toxicolgico, se sabe que la lechematerna puede presentar concentraciones de meta-bolitos resultantes de contaminantes liposolubles, co-mo en el caso de los hidrocarbonatos policclicosaromticos (), lo que podra justificar esa per-

    cepcin de las mujeres (Lauwerys, 1992). Hay di-vergencias entre los propios isleos respecto de laleche materna contaminada, pues resulta difcil quela mujer que amamanta se imagine impura.

    En los testimonios se distinguen ambivalenciassemnticas: por un lado hay un conformismo con eldestino: el mundo cambia y todo se contamina;por otro, una buena parte de los habitantes estconsciente de que las autoridades oficiales son res-ponsables del medio ambiente, de la falta de controlsobre los contaminantes arrojados por las indus-trias, de que no hacen nada para evitar la contami-nacin qumica y de que tampoco le dan solucin ala contaminacin orgnica. Los lugareos no se con-sideran responsables de las acciones que pudieranresolver los problemas mencionados, ya que por serpobres y pequeos no tienen valor social. Por esasaflicciones se les va el sueo de pura tristeza (, 50aos). Muchos entrevistados declararon que las per-sonas han cambiado su comportamiento con los de-ms despus de la contaminacin qumica: Se

    quedaron contaminadas, desconfiadas, calladas,unas se pusieron ms tristes. Hay madres que noentienden a sus hijas (, 40 aos), Despus de lamancha en el cielo, hasta pleitos surgieron. Debe deser el miedo a esos peligros (Jos, 88 aos). Desci-fran la raya en el cielo como algo maligno en el aireque interfiere en la manera de pensar el mundo, ellugar y en sus semejantes.

    En relacin con el contagio por el viento y los olo-res, conviene recordar que la concepcin ambienta-lista de enfermedad explicada con base en la

    teora de los miasmas, predominante desde el siglo hasta mediados del justificaba la transmi-sin de las enfermedades a travs del aire y los olo-res (Gouvia, 1999). Esa nocin de causalidad fuesuperada

    por la teora microbiana desde fines delsiglo . Los isleos clasifican la contaminacinambiental de naturaleza qumica a partir de la per-cepcin sensorial y excluyen la contaminacin or-gnica porque es parte de la vida cotidiana. Los

    vientos y los olores pueden alcanzar el cuerpoabierto. En este sentido, el padecimiento del sujeto

    es resultado de su predisposicin respecto del vien-to cargado de contaminantes. Pero todo depende dela direccin del viento, que acta por voluntadde Dios. El viento puede traer o llevar el olor ha-cia otro lugar y descontaminar la isla.

    En general, se interpreta el aire impuro que llegacon los vientos a partir de una determinada escalade valores, entre colores del humo y vientos que vie-nen del mar y afectan el cuerpo que se contamina:Entra por la nariz, por la boca, y depende de la per-sona, unos lo encarnan y otros se cuidan, no dejanel cuerpo abierto al viento y se cierran (, 56aos). Por qu unos sienten las cosas y otros no?,pregunta urea durante una charla con las tejedorasde encaje de Santana. Para ella, a quien bebe aguar-diente, anda turbado, sucio y andrajoso, le llega lacontaminacin y se le contamina el cuerpo. Los is-leos usan referencias visuales sobre la contamina-cin. Observan el matiz del aire: 1) un tono oscuroo grisceo es seal de mayor contaminacin, sobretodo la que puede daar gravemente el cuerpo y

    provocar fuertes dolores de cabeza; 2) el de colorblanco y el rosa provocan asma; 3) el de color rojocon olor a gas le quita el sueo a cualquier persona(, 59 aos); 4) por la noche se expiden chorros dehumo que difieren de lo que se ve durante el da yriegan aun ms el polvo (, 50 aos) o la man-cha (, 60 aos), los cuales son peligrosos paratoda forma de vida del lugar.

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    CONSIDERACIONES FINALES

    Como analistas e intrpretes de su propia condicinhumana, las mujeres y hombres que fueron entre-vistados en la Isla de Mar entienden que los cam-bios ocurridos en el proceso de colecta de mariscosy de pesca estn relacionados con la contaminacinqumica.El aire est contaminado y el viento riega.Para ellos, la contaminacin es un tipo de enferme-dad mundana que primero afecta el aire, el mar y elmanglar, y despus las frutas, los animales y a las

    personas. Es una enfermedad del ambiente, y parainterpretarla construyen modelos explicativos, concausalidad, semitica y modos de tratamiento natu-ral y sobrenatural. La contaminacin qumica o in-dustrial es representada como una entidad externa ypredadora que invade el lugar y sus tradiciones,mientras que la contaminacin orgnica, productode la falta de saneamiento bsico, est incorporada a

    la situacin de pobreza y a las condiciones de vidade los pobladores. La contaminacin industrialconstituye un peligro inminente para la naturaleza.En este sentido, las narrativas denuncian y represen-tan la amenaza como un trazo en el aire o como unaimagen de fondo en la escena cotidiana de Isla deMar, que acarrea diversos sntomas de malestar yenfermedades. Las nociones de contaminacin am-biental en este estudio establecen conexiones con losvalores culturales de los isleos, hecho que no es con-siderado en las evaluaciones del impacto del desarro-

    llo industrial. El presente trabajo, en este sentido, esuna contribucin a los estudios sobre el medio am-biente, pues su intencin es tener en cuenta los sig-nificados de los sujetos hacia la comprensin de losdesastres ecolgicos y la bsqueda de prevencin ydisminucin de los daos al medio ambiente.

    Finalmente, hay que resaltar que aunque mu-chos de los moradores de la isla consideren que la

    Djalma suea con un paisaje diferente al actual: largos navos, contaminacin, peces muertos y humareda. Dice: Tengo la esperanzade que se har justicia", 2011.

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    contaminacin qumica debe pasar con el tiempopuesto que el ambiente cuenta con la proteccinde las entidades que habitan la localidad, apoyndo-

    se en la idea de la existencia de divinidades sanado-ras, dicha concepcin no est fuera de la realidadde lo que ocurre a su alrededor, ya que todos se sien-ten amenazados, sin orientacin y despreciados porlas autoridades pblicas, que no controlan las emi-siones de contaminantes qumicos y domsticos queafectan su modo de existir. Si bien toda la cosmolo-ga expresa una forma peculiar de ver el mundo,tambin tiene que ver con un modo de vivir la viday repercute en las condiciones de supervivencia. Enrealidad, los moradores de Isla de Mar tienen mie-

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