tÍtulo: competencias profesionales para el nuevo escenario
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Volumen: 1 Número: 1 Periodo: septiembre 2021 – enero 2022 ISSN: En trámite
TÍTULO: Competencias profesionales para el nuevo escenario post COVID 19. El caso de la educación María Margarita Alonso Alonso Instituto Universitario Internacional de Toluca [email protected] Universidad Autónoma del Estado de México
Recepción: 15 de julio del 2020
Aprobación: 13 de octubre 2020
Publicación: 05 de septiembre 2021
Resumen
El presente trabajo se propuso como objetivo: analizar la reconfiguración de las
Competencias Profesionales en el ámbito educativo, en el escenario Poscovid19.
Se utilizó una metodología cualitativa, con las técnicas de Análisis Documental y
Cuestionario Abierto, esta última aplicada a 51 docentes de distintos niveles
educativos del Estado de México.
Se concluye que el escenario Pospandemia, instituirá una reconfiguración de las
competencias profesionales de los docentes, donde, junto a nuevas competencias
disciplinares específicas, serán necesarias competencias genéricas, básicas o
“claves”; y desde el punto de vista de los componentes de este constructo, junto a
los conocimientos y habilidades, las actitudes y valores ocuparán un lugar central.
Palabras Claves: Competencias Profesionales, Prácticas docentes, Competencias
Claves, Pospandemia
Volumen: 1 Número: 1 Periodo: septiembre 2021 – enero 2022 ISSN: En trámite
Title: Professional competences for the new post-COVID 19 scenario. The case of
education
Author:
María Margarita Alonso Alonso
Abstract
The present work proposed as objective: to analyze the reconfiguration of
Professional Competences in the educational field, in the Postcovid19 scenario. A
qualitative methodology was used, with the techniques of Documentary Analysis and
Open Questionnaire, the latter applied to 51 teachers from different educational
levels in Mexico.
It is concluded that the Post-pandemic scenario will institute a reconfiguration of the
professional competences of teachers, where, together with new specific disciplinary
competences, generic, basic or "key" competences will be necessary; and from the
point of view of the components of this construct, along with knowledge and skills,
attitudes and values will occupy a central place.
Key Words: Professional Skills, Teaching Practices, Key Skills, Post-pandemic
Introducción
Desde los primeros meses del año 2020, el mundo ha tenido que enfrentar un reto
sin precedentes: la pandemia del Covid19, enfermedad que al cierre del 1ro de
agosto de 2021 ha causado la muerte de alrededor de 4,2 millones de personas a
nivel mundial y la cifra contabilizada en América superaba ya los dos millones de
decesos ese mismo día (Statista, 2021).
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México rebasó el 5 de agosto de 2021 los 2,9 millones de contagios de COVID-19,
al registrar 2.901.094 casos confirmados y alcanzó 242.547 fallecidos por la
enfermedad desde el inicio de la pandemia en febrero del año anterior (Xinhua,
2021b). Se afirma que la pandemia por COVID-19 aceleró 10 años el uso de
la tecnología en México, en términos de habituarnos a su uso sin embargo, la
brecha digital no avanzó de la misma forma (Xinhua, 2021a).
En la esfera de la educación, la pandemia obligó al cierre masivo de las actividades
presenciales de instituciones educativas en más de 190 países con el fin de evitar
la propagación del virus y mitigar su impacto. La Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), señalaba que a
mediados de mayo de 2020 más de 1.200 millones de estudiantes de todos los
niveles de enseñanza, en todo el mundo, habían dejado de tener clases
presenciales en la escuela; de los que más de 160 millones eran estudiantes de
América Latina y el Caribe (CEPAL/UNESCO, 2020).
La emergencia sanitaria ha afectado a todos los sectores de la sociedad, por lo que
la educación también ha debido enfrentar un cambio significativo en sus procesos
de gestión y en las prácticas docentes. Numerosos simposios y congresos
realizados internacionalmente, así como investigaciones documentadas, dan
cuenta del desplazamiento que ha implicado el cambio de lo presencial a lo virtual
en el proceso de enseñanza aprendizaje. Inicialmente este cambio fue asumido
como una modificación transitoria en la tecnología de enseñanza, ahora mediante
las plataformas tecnológicas de la educación virtual o en línea, pero rápidamente
los docentes y autoridades se percataron de que se trataba de algo mucho más
profundo: un cambio en las prácticas docentes, en las metodologías de enseñanza,
en la interacción maestro alumno, en fin, en la propia función social de la escuela.
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Estudios realizados en Educación Básica en México (Gallegos, Gamas y Álvarez,
2021), evidencian que el 39.4% de los docentes señaló que no habían tenido
formación en plataformas educativas para el trabajo por Internet, lo que representó
una seria dificultad para enfrentar de imprevisto la educación en línea; 28.7%
respondió que la formación recibida con respecto al manejo de plataformas había
sido escasa; 25.2% había tenido la formación necesaria al recibir algunos cursos
por plataforma; 5.3% cuenta con bastante formación ya que las utilizaba en su
trabajo cotidiano, y sólo 1.4% declaró tener mucha formación en TIC.
El recurso que dispusieron mayormente los maestros participantes fue un teléfono
celular con datos móviles, que representa 78.2%, seguido de una computadora y/o
tableta, con 70.1%, y sólo un tercio del grupo aproximadamente dispuso de una
adecuada conexión de Internet por Wifi (35.7%). Estos datos evidencian el esfuerzo
que realizaron los docentes para mantener el proceso de enseñanza aprendizaje y
sobre todo atender sus labores docentes ante la emergencia de salud, porque al no
tener conectividad a Internet o no contar con un equipo de cómputo en el hogar, se
vieron en la necesidad de salir a realizar su trabajo docente a un ciber café, lo cual
ocurrió con aproximadamente en el 7.9% de los docentes que participaron en la
encuesta.
En cuanto a las estrategias que implementaron, el 85.6% realizó la comunicación
con los padres de familia o tutores mediante WhatsApp para dejar actividades. En
el 54.4% las actividades escolares fueron comunicadas vía telefónica. En tercer
lugar, 34.9% de los docentes estableció comunicación vía WhatsApp directamente
con alumnos para dejar actividades escolares. Solo el 18.8% de los docentes utilizó
las clases en línea por alguna plataforma como Google Meet, Microsoft Teams o
Zoom.
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En cuanto al apoyo recibido pata transitar a la modalidad de educación en línea, el
41.7% de los docentes señaló que ha sido autodidacta por lo que no ha necesitado
el apoyo para llevar a cabo el trabajo docente, mientras que 30.1% declaró no haber
necesitado apoyo para realizar su trabajo con las TIC. Sólo un tercio (32.4%) de los
docentes participantes señaló haber recibido apoyo de sus compañeros docentes,
23.8% apoyo de algún familiar y 17.8% la colaboración por parte de la institución o
autoridad educativa. Por otra parte, 14.8% expresó que no pudo realizar la actividad
docente y 0.7% no supo trabajar con las TIC y tampoco fue apoyado por alguien
(Gallegos, Gamas y Álvarez, 2021).
Este nuevo escenario ha modificado significativamente las prácticas docentes y sin
dudas transformará también las competencias profesionales requeridas para el
desempeño en diferentes ámbitos de la sociedad, y por lo tanto las competencias
docentes deberán reconfigurarse para adaptarse creativamente a las nuevas
circunstancias. En virtud de lo anterior el presente trabajo se propone como objetivo:
Analizar la reconfiguración de las competencias profesionales en el escenario
poscovid 19, en el ámbito de la educación.
Desarrollo
Breve marco teórico
El enfoque de competencias posee un amplio desarrollo conceptual, desde
diferentes perspectivas. Un abordaje del término requiere en primer lugar el análisis
de la genealogía del propio concepto de competencias, así como de las diversas
definiciones sobre este constructo.
Para Perrenoud (2002), por ejemplo, competencia es la capacidad de operar de
manera eficaz en un tipo específico de situación, apoyándose en conocimientos,
pero sin reducirse a ellos.
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Guzmán y Marín (2011), la conciben como una configuración de recursos cognitivos
que involucra saberes, capacidades, micro competencias, informaciones, valores,
actitudes, esquemas de percepción, de evaluación y de razonamiento, entre otras,
que una persona moviliza para resolver situaciones-problemas complejos.
Una de las definiciones más utilizadas es la de Sergio Tobón (2007), quien desde
el enfoque socio formativo, aborda a las competencias como “procesos complejos
de desempeño con idoneidad en determinados contextos, integrando diferentes
saberes (saber ser, saber hacer, saber conocer y saber convivir), para realizar
actividades y/o resolver problemas con sentido de reto, motivación, flexibilidad,
creatividad, comprensión y emprendimiento, dentro de una perspectiva de
procesamiento metacognitivo, mejoramiento continuo y compromiso ético, con la
meta de contribuir al desarrollo personal, la construcción y afianzamiento del tejido
social, la búsqueda continua del desarrollo económico-empresarial sostenible, y el
cuidado y protección del ambiente y de las especies vivas” (p.17).
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Figura I. Concepto socioformativo de las competencias Fuente: Tobón (2010)
En síntesis, como señala Díaz Barriga (2006), aunque no es fácil admitir una
conceptualización del término competencias, es posible aceptar que la misma
implica la combinación de tres elementos fundamentales: una información, el
desarrollo de una habilidad y, la capacidad para ponerlos en acción o movilizarlos
en una situación inédita. Toda competencia requiere del dominio de una información
o conocimiento específico, al mismo tiempo que reclama el desarrollo de una serie
de habilidades derivadas de los procesos de información, pero es en una situación
problema (situación real inédita), donde la competencia se puede generar.
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A partir de este consenso en la acepción del término competencias, se transita a la
conceptualización de las Competencias Profesionales, así como a otras
problemáticas del enfoque, tales como: la variedad de clasificaciones de las mismas
y el problema de su formación.
Existen también numerosas definiciones de las Competencias Profesionales, pero
las más integradoras son, a nuestro juicio, las de González Maura (2006), Farfán y
López (2013) y Peimbert y García (2009). Para la investigadora cubana Viviana
González Maura (2006), la competencia profesional es una “configuración
psicológica compleja que integra en su estructura y funcionamiento formaciones
motivacionales, cognitivas y recursos personológicos que se manifiestan en la
calidad de la actuación profesional del sujeto, y que garantizan un desempeño
profesional responsable y eficiente”. (p.179)
Por su parte, Peimbert y García (2009) las definen como:
Conjuntos de dominios expresados en conocimientos, habilidades, actitudes y
valores para realizar determinados tipos de tareas o actividades con un alto
nivel de calidad, capacidad de transferir los conocimientos y habilidades a
situaciones nuevas dentro de un área científica y profesional específica, y más
allá de ésta a profesiones u ocupaciones afines, que permiten la adaptación
de los profesionales a circunstancias cambiantes1. (p.2)
Por último, para Farfán y López (2013), la competencia profesional es “un proceso
complejo, tanto cognitivo como sociocultural e histórico, que permite al sujeto
individual y social, construir y poner en acción un conjunto de saberes teóricos,
1 Estos investigadores las denominan Competencias Académicas Integradas, pero hacen referencia a las competencias profesionales.
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prácticos y valorales en interacción con contextos sociales complejos, tanto de la
vida cotidiana como profesional”. (p. 55)
Como podemos ver en las diferentes definiciones, el conocimiento disciplinar es
solo uno de los componentes de las competencias, las cuales integran
orgánicamente los aspectos actitudinales y valorales. Ello se expresa en el
denominado Modelo del Iceberg de las competencias (Spencer y Spencer, 1993,
citados en Guerrero y De los Ríos, 2013), en el que los conocimientos y habilidades
constituyen la parte observable de las competencias, pero los aspectos actitudinales
representan la mayor parte de este constructo. Los conocimientos y habilidades son
necesarios pero no suficientes para alcanzar un desarrollo profesional exitoso, el
cual siempre está determinado y sustentado por los aspectos personológicos más
profundos, que integran a la persona como un todo.
Figura II. Modelo del Iceberg de las competencias. Fuente: Spencer y Spencer, (1993, citados en Guerrero y De los Ríos, 2013)
En cuanto a las características de las competencias profesionales, pueden
señalarse las siguientes (Ruiz de Vargas y otros, 2005):
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• Son características permanentes de las personas.
• Se ponen de manifiesto cuando se ejecuta una tarea o un trabajo.
• Están relacionadas con la ejecución exitosa de una actividad.
• Flexibilidad, multifuncionalidad y polivalencia.
• Tienen una relación causal con el rendimiento laboral, determinan el éxito del
mismo.
• Pueden ser generalizadas a más de una actividad.
• Combinan lo cognoscitivo, lo afectivo, lo conductual.
• Integran teoría y práctica
• Educabilidad
• Dinamismo y evolución (variabilidad en el tiempo debido a los procesos de
aprendizaje y a otros elementos contextuales)
• Innovación
• Adaptación al contexto
• Integración
Otra problemática que enfrenta el análisis de las competencias profesionales es la
diversidad de clasificaciones o tipologías existentes de las competencias, y en
específico de las profesionales, lo que se expresa en el siguiente Cuadro Resumen
de diferentes autores.
Autor. Clasificación de las Competencias Profesionales
Díaz Barriga, 2006
Competencias Genéricas Competencias Disciplinares o Transversales
Proyecto Tunning Competencias Genéricas Competencias Específicas
Echeverría, 1996
Competencia técnica (saber) Competencia metodológica (saber hacer) Competencia participativa (saber estar) Competencia personal (saber ser)
Tobón, 2006 Competencias Genéricas Competencias Específicas
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Álvarez et al., 2004; Ruiz et al., 2005, citados por Charria et. al, 2011
Genéricas o Transversales Específicas o Técnicas
Prieto, 1997, citado por Charria et. al, 2011
Competencias observables y medibles (índole objetiva). Competencias percibidas y atribuidas (índole subjetiva). Competencias contrastables y certificables (índole institucional).
DeSeCo (OCDE) 2005 Competencias Clave, Esenciales, Básicas o Para la Vida
Tabla I. Diferentes clasificaciones de las Competencias Profesionales.
Las distintas clasificaciones ponen de manifiesto dos aspectos relevantes: Por una
parte que tanto las competencias genéricas -comunes para cualquier profesional-
como las competencias básicas (prerrequisitos psicosociales que deben tener los
individuos para un buen funcionamiento de la sociedad) poseen tanta relevancia
como las competencias disciplinares específicas de una profesión. Por otro lado,
como ya se ha señalado, las competencias incluyen no solo conocimientos y
habilidades disciplinares, sino actitudes y valores.
Las Competencias Básicas o Claves que contempla DESECO (2005), son aquellas
que permiten: a) dominar los instrumentos socioculturales necesarios para
interactuar con el conocimiento, tales como el lenguaje, símbolos y números,
información y conocimiento previo, así como también con instrumentos físicos como
los computadores, b) la interacción en grupos heterogéneos (relacionarse bien con
otros, cooperar y trabajar en equipo, y administrar y resolver conflictos), y c) la
acción autónoma, necesaria para comprender el contexto en que se actúa y decide,
crear y administrar planes de vida y proyectos personales, y defender y afirmar los
propios derechos, intereses, necesidades y límites. Este enfoque se muestra en la
siguiente figura:
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Figura I. Categorías de competencias clave. Fuente: DeSeCo (2005)
La tesis que tratamos de defender en el presente trabajo es que las actitudes y
valores, serán un componente fundamental en la nueva configuración de las
competencias profesionales en el escenario postcovid 19.
Metodología
La presente investigación se inscribe en un enfoque cualitativo, pues no interesa
medir el comportamiento o fenómeno, sino analizar su configuración. Para ello se
utilizaron dos técnicas de investigación fundamentales: El análisis documental y el
Cuestionario Abierto.
El análisis documental se aplicó a documentos relacionados con los diagnósticos
del escenario profesional poscovid y en particular del escenario educativo. Se
seleccionaron dos documentos por considerarse relevantes para los fines del
trabajo, pues recogen las tendencias que según expertos caracterizarán el complejo
escenario socioeconómico y educativo Poscovid, a saber:
Usar herramientas de
manera interactiva
Actuar de forma
autónoma
Interactuar en grupos
heterogéneos
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1. Para las tendencias socioeconómicas, el informe RESTART: 10 tendencias
Poscovid 19. (Moneo, Canonici, Fontanini y Del Amo, 2005).
2. Para el escenario específico de la Educación, el texto: Educación y
pandemia: una visión académica. (IISUE, 2020)
Por su parte, el cuestionario abierto se aplicó a 51 docentes mexicanos que
desarrollan su práctica pedagógica en diferentes susbsistemas del sistema
educativo. Este instrumento utilizó una sola pregunta: ¿Qué competencias deberán
desarrollar los docentes en su práctica pedagógica a partir del Covid19? Las
respuestas se procesaron mediante la Codificación y se elaboraron las categorías
emergentes.
Análisis de Resultados
Hacia un nuevo escenario profesional Poscovid19.
Diversos estudios e informes han anticipado un nuevo contexto profesional pos
coronavirus, en el que tanto las empresas como los trabajadores deberán asumir
importantes retos. El Informe Restart: 10 tendencias Poscovid19 (Moneo, Canonici,
Fontanini y del Amo (2020), valora como una “revolución”, los cambios que se
impondrán en el escenario pospandemia, dado que el mundo no será ya el mismo
que conocíamos, señalando el carácter positivo de algunos de ellos. Entre las
principales tendencias que modelarán el futuro, dicho informe señala las siguientes:
1. La hipocondría social como palanca para innovar en la industria de la salud,
los cuidados y el bienestar. Se afianzará la medicina preventiva y el
desarrollo de sistemas de inteligencia artificial (IA) para dar un tratamiento
más personalizado a los pacientes.
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Al hipocondrismo se sumarán la agorafobia y la claustrofobia social. Se
reducirán las aglomeraciones, y los espacios cerrados, lo que implica un
rediseño íntegro y de experiencia de los clientes en centros comerciales,
gimnasios, cines, aviones, cruceros, etcétera. Un sector ampliamente
afectado por esta tendencia es el de la movilidad en general y con ello el
energético, en virtud del consumo de combustible.
2. 'Bajo coste' con valores y alargolescencia programada, lo que conllevará un
cambio en la industria del entretenimiento, así como del turismo y de la
hostelería. Será la era de la Alargolescencia Programada, donde los
consumidores demandarán productos de mayor calidad y con un buen post-
venta. Se recuperará el valor de la marca, del servicio posventa y de las
reparaciones, lo que constituirá una oportunidad para la economía local.
3. Economía del reconocimiento: los nuevos héroes. Toda la industria tendrá
que adaptarse a un entorno donde nuevos profesionales serán reconocidos
por el consumidor (transportistas, trabajadores de supermercados, personal
de limpieza, cuidadores de personas mayores, fuerzas de seguridad), por lo
que deberán adaptar sus políticas de gestión de personas para reconocer la
labor que realizan y no simplemente buscar la manera de automatizar sus
trabajos o sustituirlos con máquinas.
4. Servicios básicos universales. Tras la crisis sanitaria podrán hacerse realidad
algunos escenarios de hiperregulación., recentralización de algunos servicios
considerados básicos como la salud, energía, telefonía, agua, transporte,
etc., lo que va a induciría a una pérdida de terreno del liberalismo económico
y la libertad individual apelando al bien común. Será un desafío para muchos
sectores básicos como la salud, energía, telefonía, aguas, transporte,
etcétera.
5. Teletrabajo masivo. Las relaciones en línea, tanto laborales como
comerciales, se volverán cada vez más comunes y naturales, y se convertirán
en una palanca para atraer profesionales. El consumo digital aumentará
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significativamente, las empresas y sus modelos operativos se tendrán que
adaptar a la automatización masiva y eliminación de la fricción de la
tecnología; ya sea mediante la robótica o en su componente digital, mediante
la inteligencia artificial (IA).
6. Patriotismo industrial y reindustralización. La falta de abastecimiento en
medio del COVID muestra la importancia de la investigación, la producción
propia y de la redefinición de la cadena de suministro, impulsando las
industrias propias.
7. La Economía del propósito. Nuevo concepto de y compromiso con la
sostenibilidad económica, humana y medioambiental.
8. Estrategia empresarial más futurista, colaborativa y abierta. La gestión
empresarial será cada vez más colaborativa y orientada al futuro,
considerando planes de contingencia y criterio de expertos ante escenarios
cada vez más complejos.
9. Ralentización social. Las medidas de confinamiento y la supresión de
actividades para aplanar la curva no solo están ralentizando el ritmo de vida
sino también la economía. La responsabilidad social de la empresa y el buen
gobierno determinarán cada vez más la valoración de una empresa.
10. Desconfianza masiva: Certidumbre en el liderazgo intelectual y transparente:
“La credibilidad de las fuentes de información se volverá estratégica, igual
que la transparencia y el conocimiento profundo, elementos que deberán
convertirse en los nuevos valores y pilares de cualquier marca que quiera
sobrevivir. Gobiernos, empresas, medios de comunicación ya no podrán
basarse en estrategias frívolas y populistas. Mentir dejará de ser una opción”.
(p.12)
Los retos de los nuevos escenarios empresariales, sociales y económicos se
expresarán también en el ámbito educativo, el cual está enfrentando relevantes
desafíos, especialmente el tránsito de lo presencial a lo virtual y todo lo que ello
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implica en el terreno de las prácticas pedagógicas emergentes, la apropiación de
las tecnologías de la información y la comunicación y las relaciones entre docentes
y alumnos.
Las reflexiones planteadas por el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad
y la Educación de la Universidad Autónoma de México en el texto: Educación y
Pandemia: una visión académica (IISUE, 2020), enfatizan la necesidad de una
urgente interpretación y análisis de la pandemia en términos de sus efectos para un
campo tan relevante en la sociedad como el educativo. Dentro de los cambios que
deberá asumir la escuela en el escenario pospandemia, se señalan:
Surgimiento de nuevas culturas organizativas
Urgente digitalización
Implementación de modalidades de estudio híbridas
Prácticas pedagógicas emergentes
Nuevas formas de interacción, reconfiguración de los vínculos pedagógicos
Innovación didáctica, Metodologías activas de enseñanza aprendizaje
Creación de vínculos socio-emocionales para el aprendizaje en el aula
híbrida
Revalorización del trabajo docente
Alfabetización informacional
Educación para la salud, para la prevención y manejo de desastres
Mayor participación de la familia
Cambios estructurales en el currículo
Desarrollo de valores y prácticas solidarias
Educar para la resiliencia
Cambios en gestión académico-administrativa
Hacia nuevas competencias profesionales docentes
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En este último apartado se exponen las competencias docentes que un grupo de
maestros investigados al ser interrogados sobre las nuevas competencias
pospandemia, reconoció como las más relevantes en sus prácticas pedagógicas
emergentes:
Manejo de TIC y redes sociales en apoyo al proceso educativo
Nuevas prácticas pedagógicas con integración de las TICs
Nuevos recursos didácticos
Capacitación relevante, continua, pertinente y significativa.
Flexibilidad del currículum (presencial/virtual).
Reconocimiento de los aprendizajes que aporta el núcleo familiar y la
comunidad
Corresponsabilidad social en el hecho educativo (trinomio educativo casa-
escuela-sociedad)
Adaptación ante circunstancias inminentes
Valoración del cuidado del planeta y la sustentabilidad
Trabajo educativo con alumnos que no cuentan con tecnologías
Evaluación de competencias en línea
Capacidad de observación
Tolerancia
Competencias emocionales
Al integrar y clasificar las competencias anteriormente señaladas, se obtiene lo
siguiente:
COMPETENCIAS PROFESIONALES DOCENTES
Específicas Genéricas/Claves/Básicas
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Integración de las tics al proceso de enseñanza aprendizaje Nuevas prácticas docentes Metodologías activas Nuevas formas de evaluación
Flexibilidad Adaptación Competencias interpersonales y emocionales Atención a la diversidad Resiliencia Valores Lectura y comprensión del contexto
Puede apreciarse que, junto a competencias propias de la profesión docente,
aparecen otras que pueden considerarse como genéricas (según el proyecto
Tunning), o Claves/Básicas, según DeSeCo (2005); es decir, el complejo escenario
Pospandemia requerirá de las denominadas Competencias Claves, que son
comunes a todos los profesionales, y fundamentales para la interacción entre las
personas y la adaptación a contextos complejos. No obstante, los docentes
requerirán dinamizar y adquirir las capacidades que implica una transformación
radical de la modalidad de enseñanza en línea, que es mucho más que un cambio
meramente tecnológico.
La apropiación de la tecnología de la educación en línea es sin duda relevante, pero
los aspectos actitudinales, emocionales y los valores, constituyen un importante
elemento a considerar en las nuevas competencias docentes y seguramente en las
de cualquier profesional. Diversos ejemplos de profesores en las zonas rurales de
América Latina han dado cuenta de la voluntad de los docentes para llevar sus
clases a estudiantes que no tienen internet y poder seguir desarrollando su labor
educativa.
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Conclusiones
• Las competencias profesionales hacen referencia siempre a un contexto
histórico social determinado. Por ello, el nuevo escenario Postpandemia
generará un cambio significativo en las competencias profesionales. Estos
cambios implicarán nuevos paradigmas profesionales y de relación entre los
seres humanos y de estos con la naturaleza
• Los cambios no solo aluden a competencias profesionales específicas, sino
a habilidades y valores humanos necesarios para cualquier actividad laboral
o profesional. Las denominadas competencias genéricas serán
fundamentales, ya que son competencias propias de cualquier actividad
profesional. De igual forma, las competencias Básicas, Claves o Para la vida,
ocuparán un lugar fundamental en el complejo escenario Poscovid 19
• Entre las principales competencias profesionales estarán la comprensión y
adaptación a los nuevos contextos, así como la flexibilidad y polivalencia
• Las actitudes, valores y aspectos emocionales se ubicarán en un lugar
fundamental, en aras de establecer relaciones profesionales y humanas más
solidarias que favorezcan la resiliencia y el desempeño en una situación
inédita
• Por muy grave que sea el escenario postpandemia, siempre habrá una
alternativa de enfrentarlo desde los mejores liderazgos, la colaboración,
solidaridad y dignidad humanas.
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DATOS DE LA AUTORA:
María Margarita Alonso Alonso. Doctora en Ciencias de la Comunicación y
Licenciada en Psicología por la Universidad de la Habana, Cuba. Actualmente
Vicerrectora del Instituto Universitario Internacional de Toluca. E-mail: