ts eliot (antología)

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    Arquitrave

    La tierra balda y otros poemasPrlogo,traducin y notas de

    Harold Alvarado Tenorio

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    La tierra balda y otros poemas

    T.S.Eliot y Harold Alvarado Tenorio

    ArquitraveEditores

    www.arararararquitravequitravequitravequitravequitrave.com

    Edicin y diseo Harold Alvarado Tenorio y Hctor Hernn Gmez

    Impreso en Colombia - Printed in Colombia

    Todos los derechos reservados. Esta publicacin no puede ser reproducida, ni entodo ni en parte, ni registrada en o transmitida por, un sistema de recuperacin de

    informacin, en ninguna forma ni por ningn medio, sea mecnico, fotoqumico,electrnico, magntico, electroptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso

    previo por escrito de la editorial.

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    La primera mitad del siglo XX conoci tres guerras como nuncaantes haba vivido el hombre: la llamada Gran Guerra, la Civil Espa-ola y la Segunda Guerra Mundial. Pero los cincuenta aos prece-dentes, gracias a laPax Victorianay laEntente Cordiale, haban produ-cido en los europeos una alucinante euforia acerca del futuro. Desdela Guerra Franco-Prusiana de 1870, la vieja Europa no haba tenidoagitaciones sociales de gran importancia, y las conflagraciones se creanconfinadas a las zonas marginadas de Asia, Africa o Amrica Latina.

    A Thomas Stearns Eliot le toc vivir, y ser testigo, del fin de unapoca donde el hombre de Occidente hundi su alma en un mundosin Dios, para encontrarse, luego, sumido en una fe laica, sin espe-ranza.

    Twenty years largely wasted, the years of lentre deux guerres

    Nacido en San Luis en 1888, descenda de un zapatero que emi-

    gr a Boston. Su abuelo paterno haba estudiado teologa en Harvardy no slo fue partidario de los estados norteos durante la Guerra deSecesin, sino que escribi varios volmenes sobre temas didcticos

    y morales, aparte de ser el fundador de la Iglesia Unitaria de SanLuis y de la Washington University, de la que fue canciller. Su padrehizo estudios en esa universidad y lleg a ser presidente de una indus-tria local. Su madre, hija de un comerciante de Boston, redact unextenso poema dramtico sobre el martirologio de Savonarola y una

    biografa sobre su suegro.Fundada como un lugar para comerciar sobre el Mississipi y elMissouri, San Luis estuvo sucesivamente bajo el dominio de las co-ronas francesa y espaola hasta cuando pas a formar parte de los

    T. S. Eliot: poeta de entreguerras

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    Estados Unidos. Cazadores franceses, tramperos canadienses, bar-queros, indios, esclavos y mestizos fueron sus primeros habitantes.

    Al nacer Eliot, era una prspera y corrupta ciudad comercial de me-

    dio milln de habitantes y tena uno de los sectores residenciales mslujosos del mundo, con numerosos parques adornados con estatuasde Coln, Shakespeare, Humbolt o Schiller. Incendios, inundacio-nes, tornados y epidemias la asolaron durante el siglo pasado: unincendio consumi el puerto; el clera caus la muerte del 20% de lapoblacin; un cicln destruy 8500 de sus edificios. En el tercerCuarteto, Eliot recuerda su infancia al lado del ro:

    Poco s de dioses, pero creo que el roes un fuerte dios oscuro hosco, indmito, intratable,

    paciente en cierto grado, reconocido desde un principio

    como frontera;

    til, de poco fiar, como un comerciante;

    luego, slo un problema para quien erige puentes.

    Resuelto el problema, el dios queda olvidado

    por aquellos que habitan ciudades, siempre, sin

    embargo, implacable,

    con sus eternas estaciones e iras, destructor,

    recordandoa los hombres aquello que olvidan.

    Sin honor, desfavorecidopor adoradores de mquinas, esperando, no obstante,

    observando, esperando.

    Su ritmo estaba presente en la alcoba del nio,

    en el lozano ailanto de abril,

    en el olor de las uvas en la mesa del otoo

    y el vespertino crculo de la luz de invierno.

    (The Dry Salvages, I, 1-14)

    Hizo estudios en San Luis y se traslad a Boston para estudiarpor tres aos en Harvard College, junto a Irving Babbit y GeorgeSantayana.

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    Boston era, a comienzos de siglo, una ciudad cosmopolita dondems de un tercio de sus seiscientos mil habitantes eran extranjeros.Siendo uno de los centros manufactureros ms importantes, no ha-

    ba dejado de destacarse por sus artistas, escritores, museos, salas deconcierto, bibliotecas y centros de educacin. Su museo de Bellas

    Artes exhibe, desde entonces, una buena coleccin de estatuaria griegay otra de cermica y pintura japonesa. La biblioteca pblica alberga-ba cerca de un milln de volmenes, e inclua unos siete mil en por-tugus y espaol y otros tres mil de y sobre Shakespeare, adems deuna extensa coleccin sobre etnologa y antropologa. El M.I.T., laUniversidad de Boston, el Conservatorio de Msica de Nueva Ingla-

    terra y la Universidad de Harvard eran sus ms notables institucio-nes de educacin superior. Haba diecisiete salas de teatro, una or-questa sinfnica, otra filarmnica y una compaa estable de pera.Boston fue el ms importante centro de la literatura de los EstadosUnidos en el siglo XIX. Revistas como North American Review y

    Atlantic Monthly, junto a los diarios Boston Herald, Boston Globe,Evening TranscriptyPost, son testimonio del vigor de su literatura yperiodismo durante los aos de juventud del poeta.

    En 1910 Eliot se mud a Pars para estudiar, literatura francesa yfilosofa con Alain Fournier y Henri Bergson en la Sorbona.

    El predominio de Pars era indisputable, recuerda Eliot (A commentary,

    en The Criterion, XII, 52, abril de 1934.) la poesa, es verdad, estaba

    de alguna manera en eclipse; pero haba all una enorme variedad de

    ideas. Anatole France y Remy de Gourmont an exhiban sus enseanzas

    y ofrecan a los jvenes cierto escepticismo que podan abrazar o repu-

    diar; Barrs viva en la cima de su influencia y reputacin. Pguy, ms o

    menos bersoniano y catlico y socialista, se haba vuelto importante, y la

    juventud era distrada por Gide y Claudel. Vildrac, Romains, Duhamelexperimentaban con versos que parecan esperanzados, aunque fueron

    siempre, pienso, defraudantes. Algo se esperaba de Henri Franck, el

    tempranamente desaparecido autor de La danse devant larche. En la

    Sorbona, Faguet era una autoridad para ser atacada violentamente; los

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    socilogos Durkheim y Lvy-Bruhl sostenan nuevas doctrinas; Janet era

    el gran siclogo; en el Colegio de Francia, Loisy disfrutaba de su escan-

    daloso prestigio; y sobre todos ellos flotaba la figura de araa de

    Bergson

    Pars viva uno de sus gloriosos momentos: La Belle Epoque, elPars de los sueos de grandeza de una burguesa que olvidaba losaos difciles y que estaba encantada de tener una Ciudad Luzdondealbergar, en sus esplndidos salones, a zares, emperadores, reyes,marajs, los prncipes y las princesas, los nuevos ricos, los banque-ros, los apaches y los anarquistas. Una poca de gloria que dur slocatorce aos: entre la Exhibicin Universal y el estallido de la Gran

    Guerra.Todo haba comenzado con el fin del pesimismo, y la creencia de

    que el siglo que se iniciaba sera de la felicidad y prosperidad que ofre-can los nuevos inventos y descubrimientos: la electricidad dejabasumidas en el olvido las noches alimentadas con velas y carbn mi-neral; la clase obrera obtena mejores condiciones de vida, el trans-porte masivo y el crecimiento de la poblacin aseguraban el progresode la civilizacin, y una creciente clase media que se regocijaba con

    el ascenso al trono de Inglaterra de Eduardo y Alejandra y con losviajes del Orient Express y elNorth Startllevando a cuestas las fami-lias reales de Rusia, Espaa, Portugal o Blgica. Viajes, salones, cenas

    y fiestas que seran retratadas para siempre por Marcel Proust enA larecherche du temps perduy por Dannunzio enIl piacere. El mundo,en fin, del fiasco de Panam, del aumento de las enfermedades ven-reas, del escndalo Deyfrus y el proceso a Wilde, de Toulouse-Lautrec,del Molino Rojo, el Casino de Pars, el Gato Negro, los filmes de

    Edwin Porter, los ballets de Daighilev, la msica de Manhler y el tan-go.En el otoo de 1911 Eliot regres a Harvard Graduate School y

    estuvo all por tres aos estudiando snscrito y filosofa hind. De

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    ese ao data la composicin de The love song of J. Alfred Prufrocky elinicio de la redaccin de su trabajo de gradoExperience and the objects

    of Knowledge in the Philosophy of F. H. Bradleyque concluy en 1916,

    pero nunca present para la obtencin del ttulo de doctor.Bradley fue el primer inters filosfico de Eliot y sin duda el pen-

    sador que ms influira en su obra, especialmente en los Cuatro Cuar-tetos, y en su proceso de conversinreligiosa, esa especie de escepti-cismo, a medio camino entre la resignacin y la desesperanza, quehizo a Borges conservador, en un continente donde la mayora desus colegas se adscribieron al marxismo y la revolucin.

    F. H. Bradley us como tema central de su obra el viejo y nuevo

    contraste entre la apariencia y la realidad. EnAppearance and Realityla experiencia es slo apariencia por ser irracional, contradictoria eincomprensible y estar basada en las relaciones, que son inconcebi-bles. As, lo aparente es una acumulacin de impresiones ilgicas yautocontradictorias de tiempo, espacio, cambio y casualidad, dondeexiste una fisura entre el objeto y el sujeto, entre lo mo y aque-llo. Bradley opone a lo aparente un absolutodonde se reconcilia-ran esas contradicciones, absolutoque slo podemos alcanzar me-

    diante la experiencia inmediata, donde realizamos todos nuestrosraciocinios, voluntades y sensaciones. De all la importancia del frag-mento de un texto de Bradley que Eliot cita en las notas a The Waste

    Land:

    Mis sensaciones externas no son menos privadas para mi mismo

    que mis pensamientos o mis sentimientos. En ambos casos mi experiencia

    queda dentro de mi propio crculo, un crculo cerrado al exterior; y, con

    todos sus elementos por igual, cada esfera es opaca a las dems que la

    rodean En resumen, considerado como una existencia que aparece enun alma, el mundo entero para cada cual es peculiar y privado de esa

    alma.

    (Appearence and Reality, 1893, pg.,306.)

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    obsesionado por un demonio contra el cual se siente impotente, por-que sus primeras manifestaciones no tienen rostro, ni nombre, ninada; y las palabras, el poema que compone, son una especie de exor-

    cismo contra el demonio. En esa lucha para expresar y abolir eldemonio que demanda al poeta expresarse el mundo ofrecido comonovedad, el poema se construye, en el caso de Eliot, a partir dereferencias menos gramaticales que sicolgicas. Una bsqueda quelleva a la mente al encuentro de lo perdido a travs de las varias pre-sencias de lo inmediato. La nica manera de expresar la emocin,en una forma artstica, es la de encontrar un objetivo correlativoescribi Eliot enHamlet and his Problems (The Athenaeum, n 4665, 1919, pg.,490.) ; en otras palabras, una serie de objetos, una situacin, unacadena de acontecimientos que haban de constituir la frmula deesa particular emocin, de modo que cuando los hechos externos,que deben acabar en experiencia sensorial, se produzcan, surja deinmediato, la emocin.

    En 1915 contrajo matrimonio con Vivien Haigh-Wood, luego dehaber estudiado, por algunos meses, en Menton College, filosofagriega. Vivien era, segn Osbert Sitwell, (Peter Ackroyd: T.S. Eliot, a Life., 1984,

    pg.,32.) al momento de conocer a Eliot, una joven ms simptica quehermosa, hipersensible, y con un sentido del humor que llegaba a

    veces a la crueldad. Sus padres pertenecan a la clase media alta de lasociedad Eduardiana. Segn Ackroyd, Eliot lleg virgen al matrimo-nio y Vivien fue para l una revelacin sexual como emocional. Du-rante un tiempo trabaj en Highgate Junior School enseando fran-cs, latn matemticas, pintura, natacin, geografa, historia ybaseball.Luego entrara a la seccin de comercio exterior del Lloyds Bank

    Ltd y ms tarde a Faber & Faber, como editor. Hablando de su em-pleo bancario y su experiencia como maestro, dijo: Conozco porexperiencia que ese trabajo bancario de 9:15 a 5:30, y una vez cadacuatro semanas el sbado entero, con dos semanas de vacaciones al

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    ao, era menos malo, comparado con la enseanza en la escuela (7.Criticar al crtico, 1965, pg.,101.).

    A pesar de las expectativas de Eliot por su matrimonio, esas nup-

    cias fueron el error de su vida. A poco de casarse Vivien dira a susamigos que an cuando l era bien parecido y de buenos modales,haba engaado su imaginacin. Los meses siguientes fueron paraella de constantes enfermedades nerviosas que se prolongaran porel resto de sus das. Pobre Tom Eliot, casado con la hija de unacasera, dijo Roy Campbell a Russell Kirk (Eliot and his Age, 1971, pg., 39.).

    The love song of J. Alfred Prufrock es el canto de un ser escindidoentre la pasin ertica y la timidez, un poema sobre la frustracin de

    vivir en un mundo irreal. Eliot ha puesto como epgrafe a este poe-ma unos versos de Dante , donde la llama que representa a GuidoMontefeltro, al ser invitada a identificarse, responde:

    Si yo creyese que dirijo mi respuesta

    a persona que vuelve al mundo,

    Esta llama dejara de agitarse.

    Pero como nadie regres de este fondo

    Nadie vivo volvi, si es verdad lo que oigo,

    Sin temor a la infamia, te responder.

    Guido est en el octavo foso, del octavo crculo, por mal consejero.Quien habla en Prufrock ofrece tambin consejo. El poema abre con unvamos, pues, tu y yo. Quines son este tu objetivo y eseyosubjetivo?Parece que tufuese la dama con quienyotendr una cita, pero avanzan-do aprendemos que no es otro que su parte escindida, con quin no esten armona. Es la hora del t y la tarde tiene un carcter inusual que

    viene del estado de nimo de quien habla. Ve la tarde bajo una mesa deoperaciones, anestesiada, inactiva para no sentir dolor, dolor producidopor amor. Sabremos luego la hora de la visita y el camino que tomar porcalles srdidas que conducen a tediosos interrogantes, mientras all, lasmujeres vienen y van hablando de un pintor italiano.

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    La imagen de la niebla, como un gato que pasa su lomo sobre lasvidrieras de las ventanas, ofrece otro reflejo del estado de nimo dePrufrock: sus deseos terminan en inercia, piensa en posponer el pre-

    sente, ya habr un futuro, un momento propicio para la vida y elamor. Y estando conforme, el siguiente fragmento aumenta en ten-sin al preguntar: Ser capaz de molestar al universo?, mientrasasciende en la escalera queriendo recular y se ve calvo y almidonado.

    En el momento cuando Prufrock se halla casi en la habitacindonde las mujeres van y vienen hablando de Miguel Angel, rememoralas pocas que ha conocido, su vida medida en cucharitas de caf,

    vida vivida sin control de si que seala la ilegitimidad de sus presun-

    ciones para perturbar el orden aceptado. A medida que se acerca aellas crece la intimidad: voces, ojos, brazos que van colocndole en elpunto justo de ese orden establecido, clasificndole, sin que se decidaa aceptar o negar el formulismo que le clasifica o a romper con elpasado. Y estando dispuesto a ser juzgado, sabe que no es un profetacomo Juan el Bautista (el hroe de Salom, de Wilde). Su calvi-cie crece, su cabeza es presentada en un plato. Vuelve al pasado parabuscar las causas del fracaso, la imposibilidad de comunicarse con la

    amada, la necesidad de comprenderse a si mismo, conversando de tua tu y como Lzaro, regresar de entre los muertos y decir lo quequera decir.

    Sabe que no es Hamlet, slo un ulico, un bufn que envejece ydebe subir el doblez a los pantalones. Las sirenas no cantarn paral. Las ha visto cabalgando la mar. No ser amado, el mundo es de-masiado para l, su escindida personalidad, medio frvola, medio t-mida, debe ahogarse, porque como dice Montefeltro nadie ha regre-

    sado de este fondo.Leonard Unger (T.S. Eliot, en Tres escritores norteamricanos, III, 1962, 121 ysiguientes.)ha dicho quePrufrockes smbolo del aislamiento individualen nuestro tiempo, de la imposibilidad de comunicacin a que esta-

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    mos sometidos. Segn el crtico, hay antecedentes del tema en loscuentosMoralits Legendairesde Laforgue, especialmente en la titu-ladaHamlet, donde retoc con ingenio e irona la figura del alienado

    prncipe. Un pasaje de la versin laforguiana del monlogo del ce-menterio dice:

    Ah! A mi me gustara a partir maana

    y rebuscar por todo el mundo

    los ms dramticos procesos de embalsamamiento.

    Aquellas gentes tambin fueron humildes comparsas de la historia,

    que aprendan a leer, se retocaban las uas y encendan cada noche

    la sucia lmpara; pueblo que senta amor, glotn, vano,

    amigo de lisonjas, de apretones de manos, de besos,

    que pasaban la vida chismorreando en la plaza

    y que deca: Qu tiempo tendremos maana?

    Ya est aqu el invierno Este ao no hubo ciruelas.

    Como en las telas de Edward Hooper, un mundo en crisis estretratado, enPrufrock, en lugares comunes de desolacin, sugirindo,ms que narrando, el drama de los seres del siglo XX, solos en sucansancio y abandono de s, esperando nada del destino, asomadosen mangas de camisa a ventanas sin horizonte; viviendo en estrechoscallejones, en sucios bares y hoteles de una noche; comiendo en res-taurantes con el piso lleno de aserrn; personalidades definidas por lamezquina realidad que les circunda.

    Prufrockes un Hamlet moderno cuyas actitudes coinciden con lasideas de Bradley. La disposicin de su nimo, la conciencia de si y elsentimiento personal, se continan e identifican con el mundo exte-rior. La identidad de una persona ha escrito Unger la define supropio mundo y es tan difcil zafarse de lo uno como de lo otro, yconcluye: La huida de Prufrock desde la fea realidad hacia lo bello eideal, su ensoadora visin de las sirenas, tan slo se mantiene du-rante corto tiempo,hasta que humanas voces despierten y nos ahogue-

    mos.

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    Con inocencia, con cuanto entusiasmo, los europeos de 1914 respondie-

    ron a las llamadas de las alarmas, dice el redactor deThe Columbia

    History of the World (1984, pg.,981.) . Nadie previ ni siquiera los

    contornos del desastre que se avecinaba, y la mayora recibi la guerra

    como una patritica aventura. Despus de una dcada de duras crisisy de una ascendente carrera armamentista,

    haba credo en un posible arreglo final, pero tras las dcadas de paz

    haban olvidado cmo era una guerra y slo unos pocos sospechaban que

    una guerra moderna poda multiplicar los terrores de los conflictos re-

    cientes. Los europeos fueron a las batallas con algo parecido a la exulta-

    cin, orgullosos de su patriotismo y seguros de su causa, convencidos

    de un victorioso fin en corto tiempo. Fue la ltima ocasin, en nuestra

    civilizacin, que una guerra pudo ser asumida de esa forma.

    A finales de 1914, en slo unos cuantos meses los ejrcitos brit-nico y francs haban perdido millares de sus hombres. Las jveneslites de sus ejrcitos haban sido diezmadas. En las trincheras, h-medas y llenas de ratas, millones de soldados hacinados combatan,entre la monotona y la muerte, frente a las poderosas ametrallado-ras, los bombardeos de los zepelines y el gas venenoso de los alema-nes. Guerra que en una sola batalla, la de Somme, dej, entre muer-tos, heridos o capturados a medio milln de ingleses, e hizo pensar a

    Clemenceau que haba sido muy compleja para dejarla pelear slo alos soldados, y exclamar a Kipling: Quin nos devolver a nuestrosnios?.

    La guerra no slo transform a los individuos sino que produjo unnuevo estado, luego de dcadas de liberalismo terico y prctico. Elestado guardin se convirti en el movilizador de hombres y pro-piedades, en el supremo rector de la vida econmica, en el censor dela expresin y el manipulador de las conciencias. La libertad indivi-

    dual qued lesionada. Mientras los civiles sacrificaban las comodida-des sufriendo privaciones, los soldados padecan temores diurnos ynocturnos aliviados apenas por la camaradera, pero todos vivieronbajo la amenaza de una muerte inminente. La propaganda mud al

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    hombre. Lapropagandocracypas de la melanclica frase ama a tupas y defindelo, a una temible y realista: odia a tu enemigo ymtalo.

    El viejo orden se fue desmoronando con una vertiginosa rapi-dez. El Zar abdica en marzo; en noviembre, los bolcheviques derro-taban a Kerensky. Para el otoo de 1918 todo haba cado en el caos:el armisticio era firmado en noviembre, imponiendo a Alemania unapaz humillante. En Versalles, en junio de 1919, el mapa de Europahaba cambiado drsticamente.

    Los prximos poemas de Eliot seran concebidos entre las noti-cias de este mundo repulsivo. Las matanzas, sin sentido ni paralelo,

    haban conmovido a fondo las creencias del pasado y envejecido a losjvenes. Todos estaban hastiados, desilusionados, ansiosos de olvidarun pasado atroz pero incapacitados, al tiempo, para ver el futuro.Slo queran vivir un presente que les haca olvidar la posibilidad deotra guerra. El jazz fue la msica de estas desolaciones.

    El matrimonio de Eliot y Vivien continuaba entrando en un tnelsin salida. Bertrand Russell, que les conoca desde antes del matri-monio, dedica algunos fragmentos del primer captulo del segundo

    volumen de su autobiografa, (The Middle Years, 1914-1944, 1968.) a la pareja.En Julio de 1915 cen con ellos:

    Esperaba dice que ella fuese terrible, desde su misteriosidad, pero

    no estuvo tan mal. Es frvola, un poco ordinaria, atrevida, llena de vida

    una artista creo que dijo l, pero haba pensado en ella como una ac-

    triz. El es exquisito y aptico; ella dice que se cas con l para estimu-

    larle, pero no cree poder lograrlo. Obviamente l se cas para ser estimu-

    lado. Creo que ella se aburrir de l pronto.

    Y en Noviembre anota:

    Es divertido cmo he llegado a quererle, como si fuera mi hijo. Se ha

    convertido en mucho ms hombre. Tiene una profunda y desinteresada

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    devocin por su mujer, y ella est realmente enamorada de l,

    pero tiene impulsos de crueldad hacia l de tiempo en tiempo.

    Es un tipo de crueldad dostoyesquiana, de esas que no aparecen todos

    los das. Cada da pongo mejor las cosas entre ellos,

    pero no puedo abandonarles ahora, y por supuesto estoy muy interesado.Ella es una persona que vive en el filo de un cuchillo, y terminar como

    una santa o un criminal no s en cual todava. Es capaz de ser ambos.

    A medida que Eliot exploraba en la filosofa de Bradley, fue en-contrndose con las doctrinas del cristianismo y los Upanishads so-bre la naturaleza ltima de la realidad y la existencia. Segn el cristia-nismo, la vida verdadera y la existencia real estn ms all de estemundo y slo pueden realizarse en un mbito perfecto y absoluto, elde Dios. Aunque sometido al fin fsico, el hombre est destinado auna vida eterna, espiritual. Al despreciar esta promesa de salvacin,que slo se alcanza a travs de Cristo, nos perdemos en vanas alter-nativas que llevan a laberintos de dolor, y esperando seales del cielo,no vemos la luz del redentor que est siempre frente a nosotros.Quizs en la vejez lleguemos a saber que haba un camino, pero losabemos tarde, cuando, como dice el Duque Vicencio, disfrazado deconfesor, al condenado Claudio, (En Medida por medida ,Shakespeare, III, 1, vv,32-34.) la vida no merece ser cuidada porque pasa como una siesta, unensueo entre la juventud y la vejez.

    Eliot coloc estos versos como epgrafe a Gerontion (1920), elprimero de sus poemas donde se hacen notorias sus nacientes pre-ocupaciones religiosas.

    Gerontiones un anciano a punto de morir, el ensueo pardico deThe Dream of Gerontius, poema del obispo J.H. Newman, cuyo temaes la muerte del protagonista y su posterior comparecencia ante Dios

    y descenso al Purgatorio. En el Gerontionde Eliot alguien sufre ladoble agona de no poder ni amar en vida, ni revivir, espiritualmente,tras la muerte.

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    Eliot propone en este poema la abolicin de la idea romnticatodo pasado fue mejor. El pasado, para el protagonista, como paranosotros y nuestra decente civilizacin, no es de utilidad alguna, es

    algo ilusorio que ensea tarde la sabidura, cuando no podemos usarde ella. Gerontion no ha conocido el amor, que podra darnos nueva

    vida, ni la fe en Cristo, que nos habra dado la esperanza para vivifi-car el espritu. Ahora, a punto de morir, pensamientos de un cere-bro seco en una seca estacin, no hemos de encontrar ninguna delas dos. El sacramento de la primavera, encarnado en Cristo, ha sidopervertido por Silvero, cuya devocin por la ltima cena se ha con-

    vertido en adoracin a las porcelanas de Limoges; por Hakagawa,

    adorando tizianos; por la Madama, convertida en Medium, y por laFraulein, su clienta, smbolos de depravacin de la devocin, vacaslanzaderas (que) tejen el viento.

    Una tensin intelectual reside al fondo de The Waste Landcomode Gerontion afirma Russell Kirk. (Eliot and his Age, pg.,72.)Mas quepoemas personales o poemas sociales, son poemas filosficos. Rom-piendo con los confines de la filosofa, Eliot est buscando fuentesen el conocimiento y el amor que permitan a la pareja comulgar

    integramente, permitiendo que de las aglomeraciones pasemos a lascomunidades. Gerontionno conoce al Otro; Eliot es afortunado alsospechar que el Otro es conocible, aunque an no lo sea.

    Roto el imperio Austro-hngaro, las nuevas naciones se debatanen luchas intestinas; Alemania estaba en ruinas, enfrentando unaeventual revolucin comunista; Francia estaba postrada espiritual-mente; Italia luchaba entre dos facciones, los comunistas y los fascis-tas; Inglaterra tena dos millones de desempleados. Pero otros he-

    chos haban tambin afectado las vidas cotidianas. Cuando F. ScottFitzgerald public This Side of Paradise, madres y padres se dieroncuenta de lo que haba estado sucediendo desde el fin de la guerra.Ninguna de las madres victorianas dice, y la mayora lo eran,

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    saban como estaban acostumbradas sus hijas a ser besadas. Una delas heronas de la novela confiesa: He besado a docenas de hom-bres. Supongo que besar a muchos ms todava, y otra comenta a

    un joven: Oh, apenas una persona de cada cincuenta tiene unavagusima idea de lo que es el sexo. Estoy atiborrada de Freud y detodo eso, pero es tremendo que todo el verdadero amor que existe enel mundo est compuesto por un noventa y nueve por ciento de pa-sin y una pequeasoupon de celos.

    Dios haba muerto, como previamente lo advirtieron Nietzche yDostoievski. La guerra, el deporte, la ciencia y el automvil habanterminado por hacerle invisible. Toda una generacin sostiene

    Frederick Lewis Allen, (Apenas ayer, 1964, pg.,115.)haba sido afectadapor el espritu de hay que beber, comer y gozar porque maana mo-riremos. Millones de hombres haban experimentado el horror de lacercana de la muerte y la moral del libre amor. Legiones de ellosse dedicaron al deporte como una manera de ocupar sus almas y suscuerpos en algo menos preocupante que tener que pensar en el futu-ro. A mediados de 1920 haba, slo en Estados Unidos, unas cincomil canchas de golf y unos dos millones de practicantes, que gastaban

    unos quinientos millones de dlares. Si se quera triunfar en losnegocios, haba que hacer algn deporte. Pero asistir a competenciasdeportivas, ms que participar en ellas, fue el descubrimiento de ladcada. Todo el mundo menudo de los capitalistas supo cmo explo-tar la mana de la gente por los espectculos deportivos. El ftbol, elbisbol y el boxeo fueron, desde entonces, los dioses del fin de sema-na.

    La ciencia, a pesar de las iglesias, se convirti en el sumo rector de

    la vida de quienes presuman de intelectuales. Pero no slo ellos.Hombres y mujeres del comn se encontraron frente a nuevas m-quinas y aparatos producidos en laboratorios e incluso, estaban dis-puestos a creer que la ciencia poda lograr cualquier cosa. Los peri-

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    dicos ofrecan informacin constante sobre la hiptesis planetesimaly la constitucin del tomo, la vida del hombre en las cavernas, elfuncionamiento de lo electrones, las glndulas endocrinas, las hor-

    monas, las virtudes de las vitaminas y el efecto de los reflejos y lasicosis en la vida diaria. Se oa hablar de la existencia de una teora dela evolucin: ramos residentes de un pequeo e insignificante pla-neta en medio de una multitud de galaxias dispersas en el espacioinfinito; nuestra conducta dependa en gran medida de nuestroscromosomas y de las glndulas de secrecin internas; un bant obe-deca a impulsos similares a los que motivaban a un francs o unalemn; el sexo era la cosa ms normal del mundo y lo ms impor-

    tante en la vida. La psicologa, con Freud, Adler y Jung, posea laclave de los sueos y poda explicar nuestros desequilibrios emocio-nales. Y el automvil: siete millones de Lexingtons, Maxwells,Briscoes, Templar, Dodges, Biucks, Chevrolets, Cadillacs o Hudsonsrecorran ya los Estados Unidos.

    La publicacin de The Waste Landcaus de inmediato una revolu-cin potica paralela en importancia a la producida por el surrealis-mo. Dividido en cinco partes y 433 versos, fue originalmente el do-

    ble de extenso. Ezra Pound le redujo a su dimensin actual. A l estdedicado, usando unas palabras de Arnaut Daniel. Fue publicado,sin notas, poco antes de Eliot cumplir los treinta y cinco aos. Cuan-do iba a ser publicado en libro, se le pidi que agregara unas notasexplicativas, lo cual hizo, lamentando luego que ellas alcanzaran, en-tre acadmicos, ms prestigio que el propio texto. Lo cierto es quepoco ayudan para sentir el poema y en algunos momentos descon-ciertan al lector. De poco nos sirve saber a quien haba saqueado Eliot,

    o de donde proceden las citas, alusiones o imitaciones de treinta yseis autores y ms de cuatro lenguas que le fueron incorporados.Sustituyendo el modo narrativo por un procedimiento cinemato-

    grfico, Eliot hizo en The Waste Landuna sntesis del helado mundo

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    contemporneo; una visin de Europa y en particular de Londres,el punto culminante de su visin infernal segn Northrop Frye(T.S. Eliot, 1963,pg.,93.). Pero es adems, expresin de una nostalgia del

    orden universal que haba aprendido en sus lecturas sobre la historiaromana y en especial, en esa apariencia de cielo e infierno que es la

    Divina Comedia.Como l mismo sostiene en las notas, el plan y buena parte del

    simbolismo del poema le fueron sugeridos por la leyenda del Graal,que ley en el libro de Jessie Weston,From Ritual to Romance. SegnErnest Robert Curtius, (T.S. Eliot, en Ensayos crticos sobre literatura europea, 1972,pg.,397 y siguientes.) la versin original de la leyenda habla de un joven

    hroe que llega a un pas estril donde se han agotado todas las fuen-tes y se ha marchitado la vegetacin. El seor del pas, el Rey Pesca-dor, reside en un misterioso castillo cuyos caballeros reciben alimen-to corporal y espiritual cada vez que se muestra el milagroso vaso delGraal, a quien estn relacionados la lanza y el cliz. El hroe debecurar al Rey Pescador y salvar el pas, pues la aridez de la tierra escausada por la dolencia del rey: la prdida del vigor sexual.

    La lanza y el cliz, en la simbologa anterior al cristianismo eran,

    sexualmente, lo masculino y lo femenino y aparecen vinculados aotros dos smbolos mgicos: la espada y la llave. Para Curtius, la de-cadencia de sus simbologas les ha reducido a las figuras de la baraja:las setenta y ocho piezas del Tarot estn distribuidas en cuatro deellas: corazn=cliz; diamante=lanza; pica=espada; trbol=llave.

    El rey Pescador es un genio o demonio de cuya vitalidad depende lafertilidad de la tierra. El Pez es otro smbolo de la vida. En tiemposarcaicos, los peces solo podan ser obtenidos con destino a determina-

    dos rituales y los iniciados deban consumirlos para participar de lavida de los dioses en festines que se realizaban los viernes, el da consa-grado a Astart y luego a Venus. Durante la dispora, la costumbre fueadoptada por los judos y as pas a los antiguos cristianos.

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    En otras versiones de la leyenda del Graal, los caballeros llegabana la Capilla Perilous, contemplaban la copa, la lanza, la espada, lapiedra, y si tenan la audacia de preguntar, podan recibir respuestas

    que sanaran las heridas del Rey Pescador, y la tierra desolada seraregada de nuevo. Para Hugh Kenner (The Invisible Poet, 1959, pg.,171.) elhombre que ha preguntado qu significan uno u otro de esos restospuede convertirse en un agente de regeneracin. El pasado existe enfragmentos precisamente porque a nadie importa qu significan; hayque juntarlos y revivirlos en la mente. En un mundo afirma,donde sabemos mucho y estamos convencidos de tan poco.

    En las versiones ms cercanas de la leyenda se sincretizan anti-

    guos cultos de la vida con misterios cristianos que formaban parte detradiciones esotricas. Segn Curtius, el obispo Hiplito incluye ensus Philosophunema un escrito polmico contra los herejesNaasenos, que combinaban el mito irnico del primitivo hombre ce-leste y su hijo (hijo del hombre), con el culto a Attis y la fe enCristo, a quien se atribua la misin de llevar a trmino el procesocsmico de la redencin. Para ellos, el principio de perfeccin era lagnosis de los hombres, pero la gnosis de Dios era la perfeccin per-

    fecta. Algunos de sus misterios eran los de la procreacin carnal:Cuando los hombres han sido iniciados en estos transcribe

    Wendland, (Hippolytus Werke, III, 1916, pg.,78.)deben abstenerse duranteun tiempo y ser iniciados en los grandes y celestes misterios puesesta es la puerta del cielo y la casa de Dios, donde haba slo el buenDios, en cuya casa no debe ingresar ningn impo.

    El tratamiento que Jessie Weston dio a la leyenda parece haberpermitido a Eliot vislumbrar, en la experiencia sexual, las posibles

    simbologas del Rey Pescador y su tierra balda. En el poema, el ReyPescador es el arquetipo de lo masculino y en l se funden las distin-tas voces del texto. Es l quien habla incluso cuando irrumpe Tiresias,permitiendo expresarse al otro sexo y sugerir las consecuencias que

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    se derivan del ver y no ver. Experiencias de Tiresias que coincidencon la idea, posterior, de Eliot, segn la cual la consumacin de unapasin en un gran amor puede redimirnos del sexo como animalidad.

    La pasin seran los placeres que ofrece la carne, y el gran amor, ladivina vida espiritual.

    En The Waste Land Eliot ha invertido los significados de los mitosde la vegetacin. Quienes habitan la tierra balda, como en PedroPramo, temen volver a la vida. El sexo y la ausencia de fe les haanulado el deseo de revivir.

    Nacer de nuevo, regenerarse, es un cruel proceso. As comienzaThe Burial of the Dead, primera parte del poema: la muerte total, para

    la mayora, es preferible al dolor de renacer desde la confusin que eldeseo y la memoria deparan. Luego habla una mujer, Marie, que con-

    versa con alguien mientras toma caf en un hotel de los Alpes y re-cuerda, con sufrimiento, el pasado reciente, smbolo de la situacinde Europa en esos aos. Cuando ella calla, una voz fantasmal pre-gunta qu poda nacer de nuevo en la tierra balda, si llegada la vejez,(19. Eclesiasts, 12.)nada puede el hijo del hombre decir, ni adivinar,pues nada le ha dejado la experiencia. La voz nos invita a buscar

    cobijo bajo una roca roja donde nos ensear el miedo en un puadode polvo, y veremos cosa diferente a nuestra sombra. Luego la me-moria del deseo nos conduce hasta un jardn de jacintos y a una mu-chacha, smbolos del amor perdido. Y hace su entrada MadameSosostris con su baraja donde no puede ver el futuro. Debemos te-mer la muerte por agua (la que da vida), dice. No encontrar la cartadel ahorcado, no podr leer en el Dios moribundo, en Cristo. Peroquizs ha conjurado las miles de almas de los muertos en las batallas

    que ahora cruzan el puente de Londres, con los ojos fijos a sus pies.Cadveres plantados por la muerte y que slo el perro el amigo delhombre puede desenterrar.

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    EnA Game of Chessel sexo es el germen de la muerte; la vida,como sexo, es esterilidad. Un tocador nos recibe con una aparenteriqueza que recuerda los salones de tocado de Cleopatra. Pero no. Es

    slo la habitacin de una joven frvola, rica, aburrida y neurtica queha encontrado en los cosmticos la fantasa necesaria para ganar ungran amor. En la pared cuelga una reproduccin de la metamorfosisde Filomela, como smbolo de la reduccin de la mujer a una mer-canca. Filomela, hermana de Prkne, hijas de Pandin, rey de Ate-nas, haba sido violada por su cuado Tereo, rey de Tracia, quien lecorta la lengua para que no le delate. Pero Filomela teje su desgraciaen una tnica e informa a Prkne, quien decide con aquella asesinar

    a su hijo y ofrecerlo a Tereo como cena. Descubiertas, Tereo quierecastigarles, pero los Dioses les transforman en pjaros. Filomela serruiseor, Prkne golondrina y Tereo abubilla. La mujer de los aos

    veintes, aunque violada, no logra convertirse en Filomela.En este boudoir la mujer est encantada por los marchitos

    muones del tiempo, por formas fantasmales que se asoman al cuar-to cerrado, por pasos que se arrastran en la escalera mientras ellabusca, en una vacua conversacin, que es un solo, un calmante a sus

    oscuros temores. Nada le satisface, ni siquiera la msica de jazz. Piensadice ella y l responde:

    Creo que estamos en un callejn de ratas

    Donde los muertos perdieron sus huesos

    Es con esta dama de corazones que hablamos de adulterio y abor-tos. El juego de ajedrez que practica la mujer moderna es su ruina; elpoder mtico de su vagina est atrofiado por los estriles momentos degratificacin que le ofrece la satisfaccin de un apetito que no puedeser saciado slo con la carne; el amor, as entendido, es vaciedad. Yel mesero entonces repite:Apuren por favor es hora de cerrar. La jovendel bar, como la delboudoir, bebe las horas, los das y los aos en vano.

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    agua, como smbolo de redencin, no existe en el desierto deWhatthe Thunder Said.

    El ser ha fracasado en la bsqueda del amor (El jardn de rosas) y

    en su bsqueda de la fe (La Capilla Perilous). La obcecacin de Tiresiasle impide ver que tras la muerte hay posibilidad de salvacin, un acce-so a la vida verdadera. Muerto dos veces, se ha negado a la gracia.

    Ahora, en la Capilla, todo es desolacin y ruina pues el agua salutferano ha cado y slo vendr si quien visita el lugar puede entender loque dice el trueno, las palabras mandatos del Sermn del Buda: Datta(Da); Dayadhvam (Simpatiza); Damyata (Gobierna).

    Dattasignifica renunciacin. Si es en la vida sexual para fecundar,

    debemos renunciar al ser y encarnar momentneamente en otro. Lalujuria puede gestar descendencia pero ella ser como esos murcila-

    gos con cara de niosdel poema. Ms que procrear, el acto de dar orenunciar debe significar la subordinacin a una autoridad largo tiem-po olvidada y postergada.

    Dayadhvamindica amor, lealtad y olvido de las ambiciones perso-nales. Todos nos engaamos aparentando humildad al querer reco-nocer el ser de los dems. Necesitamos de verdicos actos de caridad

    para vencer el egosmo moderno de la autosuficiencia.Damyata es el lugar donde nos abstenemos de la voluntad y el

    apetito; el verdadero gobierno de si debe ejercerse a travs de laautodisciplina y la persuacin del otro, no mediante la fuerza o lahabilidad.

    Para Eliot slo hemos aprendido como Tiresias a pedir y no adar amor. Hemos levantado, de esa manera, los muros de nuestrassoledades, prisiones de orgullo que nos niegan la posible compren-

    sin y comunicacin con el otro. Para salvarnos hay que aprender adar, gobernando nuestros apetitos fsicos y espirituales. Somos unacivilizacindecadente, pues como Baudelaire, buscamos con afn yangustia estados de decaimiento en los cuales gozar voluptuosamente,

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    seducidos hacia el abismo a donde conduce el Spleen et Idal. Nuestraalma es estril, como la musa de Mallarm.

    Este contorno en decadencia produce en el ser una sensacin de

    irrealidad que no es mera ficcin, sino otra manera de ser. El hombrey la mujer modernos se han familiarizado con esta transrealidad quehace desaparecer el presente, las ciudades se esfuman, slo vemosescombros y un montn de imgenes rotas. La tierra balda est yerma

    y agostada como nuestro tiempo. Lo masculino y lo femenino sonengao, otra irrealidad. Como en el espantoso Tln borgiano, en latierra balda de Eliot una dispersa dinasta de solitarios ha cambiadola faz de la tierra.

    Para Curtius (T.S. Eliot, 1972, pg.,400 y siguientes.)el poema est animadopor las dos grandes obsesiones del alma: el amor sexual y la muerte.Eros y Thanatos son las divinidades ante las cuales ora, se lamenta,pregunta y sacrifica el alma moderna.

    En nuestro tiempo concluye, con toda su desesperanza,

    su mortal cansancio, un tiempo que ha perdido la confianza en si mismo y

    recuerda, avergonzado, la msica, la leyenda, la belleza de eras anterio-

    res, a las que apenas si se atreve a evocar. Todo lo grande lo degrada a

    una vulgaridad contorsionada en muecas. Crey que la guerra podraelevarse al herosmo. Pero todo lo que de ella queda es la trivialidad

    y ociosidad de la vida cotidiana a la que se reintegra el desmovilizado.

    De la magia y la mntica ancestrales, todo lo que este tiempo ha sabido

    sacar es una sucia cartomancia; del navegante fenicio ha hecho un

    esmirnota mal afectado que comercia con pasas en Corinto.

    El poema de Eliot es un lamento sobre la miseria y

    angustia de este tiempo.

    Entre 1922 y 1943, veinte aos desperdiciados, aos delentre

    deux guerres, Eliot public numerosos ensayos, varias comedias ytres de sus ms notables poemas: The Hollow Men;Ash WenesdayyFour Quartets . Durante este largo perodo edit The Criteriony viviangustiosos problemas econmicos y conflictos emocionales. Se sabe

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    que varios de sus amigos, Pound entre ellos, crearon un fondo para re-caudar dinero y ayudar financieramente al poeta, pagando algunas de lascuentas para cuidar su salud, agobiada por el estril trabajo en Lloyds

    Bank y los conflictos con su primera esposa. En 1925 ingres a unanueva editorial que luego se llamara Faber & Faber. Segn Frank Morley,(T.S. Eliot as a Publisher, en T. S. Eliot: a Symposium, 1949,pg.,62.) l era la personaindicada para una empresa como esta. No volvi a usar su abrigo negrodice. Su rostro, habitualmente plido por el exceso de trabajo, poda

    verse ahora sobre un oscuro traje de calle pero sin abandonar la cauteladel banquero Uno de sus apodos era elefante, porque nunca olvidaba.No era capaz de luchar por alguien a quien otro editor publicara; pero

    poda luchar por alguien a quien ningn otro pondra atencin. Esemismo ao, cumplidos los diez de su matrimonio, Eliot comenz a co-mentar a sus amigos sobre la posibilidad de una separacin definitiva desu esposa. La salud de Vivien estaba totalmente destruida y haba estado

    yendo y viniendo de diferentes casas de reposo tanto en Inglaterra comoen el continente. Durante uno de esos viajes, en Roma, Eliot sorprendia sus acompaantes postrndose anteLa Pietde Miguel Angel, gestoque interpreta Ackroyd como uno de los ms significativos respecto a su

    creciente fe religiosa. En Junio de 1927 se hizo bautizar en la iglesia deFinstock de Costwalds. Para Noviembre, se haba hecho ciudadano in-gls. Un ao ms tarde, al publicar los ocho ensayos que componenFor

    Lancelot Andrewsse declar Clsico en literatura, Monrquico en pol-tica y Anglo-catlico en religin, (Eliot, no abraz el Romanismo, sino el Anglo-Catolicismo, el equivalente eclesistico del Troskismo, dice George Orwell en Dentro de la ballena. Ver

    Ensayistas ingleses, Medelln, 1986, pg., 114.) un anacrnico, aunque es verdad quelos opuestos a aquellos, el romanticismo, el liberalismo y la seculariza-

    cin estaban dando muestras de extincin. La separacin definitiva deVivien lleg con el ao 1932, al aceptar Eliot la ctedra Charles EliotNorton en Harvard. Ella morira, en enero de 1947, a la edad de cin-cuenta y ocho aos.

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    La vida social inglesa, que tanto atrajera a Eliot, era para entoncesde una insoportable frivolidad. Mary de Inglaterra, abuela de ElizabethII, llam a este nuevo mundo la Cafe Society. Los nobles y los ricos

    haban decidido negar toda moral y pretendan creer que nada eneste mundo mereca ser tomado en serio. La Cafe Societyrecuer-da Jos Luis Villalonga(Gold Gotha, 1973,pg.,16.)puso de moda el divor-cio, la pederastia y los viajes al extranjero. El adulterio se tornaba,entre gentes bien nacidas, en un deporte que convena practicar se-gn las reglas del arte, como el box, el jumping o el cricket. La CafeSociety hizo mucho por el mejoramiento de las condiciones de vidade sus mujeres. Ellas tuvieron acceso a las bebidas fuertes, al tabaco

    y a los placeres hasta entonces inditos del amor fsico. Esa revolu-cin de las costumbres penetr bajo los techos ms ilustres. Y parademostrar la radicalidad de esos cambios, narra esta ancdota: Un

    viejo Lord, honrando una noche con sus servicios a una esposa quehasta entonces haba permanecido indiferente, se inquiet, sorpren-dido: Whats the matter, darling? Se siente usted mal? La esposa pre-gunt por qu. Y la respuesta fue:Porque usted se mueve.

    Entre la Marcha sobre Roma y el ascenso de los fascistas en Italia

    y el fin de la Guerra Civil Espaola y la invasin a Polonia por losalemanes, miles de burcratas, asesores tcnicos y polticos profesio-nales entraron a ocupar los lugares de los aristcratas de antao.Luego de los tratados de Versalles, St. Germain y Neuilly, los deLocarno y Pars y el colapso de la Bolsa de Nueva York, vendra el

    progreso que protagonizaban las industrias del automvil, la aviacin,la electricidad, las comunicaciones, y los qumicos, cambiando laseconomas de los paises triunfadores, la calidad de vida y creando

    una confianza en el futuro, de peligrosos matices. Porque nadiecrey que el mundo estallara de nuevo en pedazos. La guerra habasido ganada, segn Wilson, para garantizar la democracia y ello pare-ca posible. En Francia e Inglaterra la Inteligencia decidi declararse

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    entre la apata y la simpata, fantica, por el comunismo. Entre tan-to, Hitler y Mussolini se hacan al poder y haran la guerra.

    The Hollow Mendescribe la vacuidad de la vida moderna: los hom-

    bres van al amor o la fe sin resolver nada. Viven en una pasiva resig-nacin, son los muertos-vivos. Esa vacuidad en la vida la vea repre-sentada Eliot en las ideas expuestas en algunos de los libros de suscontemporneos como Wells, (Christina Albertas Father, 1925.)Shaw (26. St.

    Joan, 1924.)o Russell, (What I Believe, 1925.)volumenes que representan a sumente, segn afirma Kirk (Eliot and his Age, 1971,pg.,127.) aquella partedel presente que est ya muerta. Pero tambin considerabahombres

    huecosa los polticos, con sus medidas a la bsqueda del bienestar o la

    paz, y que conducan, inexorablemente, al fracaso.Al publicar Ash Wenesday, el proceso de conversin religiosa de

    Eliot se completa y evidencia. De nuevo, el hombre aparece sumergi-do en una desesperacin causada por la lucha entre la carne y el esp-ritu.

    Four Quartets, donde los muertos hablan a los vivos, aparecie-ron en libro en mitad de la Segunda Guerra Mundial. Como habasucedido conPrufrock, algunos de los Cuartetos se convirtieron en un

    alivio en medio de las masacres y la propaganda de guerra.Frye (T. S. Eliot, 1963, pg.,110.)ha propuesto un mtodo audiovisual

    para leer el poema. Trazaramos una lnea horizontal en una pgina,luego una vertical de igual extensin de manera que corte a aquella encruz, despus un crculo, donde estas lneas sern los dimetros, yluego un crculo ms pequeo dentro de aquel. La lnea horizontal esel tiempo de Herclito, a donde nadie baja dos veces; la vertical, lapresencia de Dios que desciende al tiempo, cruzndolo en la Encar-

    nacin, creando un lugar silencioso donde el mundo gira. La cima yel fondo de la vertical son las metas del camino de arriba y el caminode abajo; las mitades del crculo mayor las visiones de plenitud y va-co, y las del inferior, el mundo de la inocencia y la experiencia. Bajo

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    esta est la accesis, o noche oscura del alma de San Juan de la Cruz.Cada poema tiene cinco secciones divididas en dos partes, a ex-

    cepcin del ltimo, de manera que poseen, en gran parte, la misma

    estructura e idntico movimiento narrativo. En ellas la lrica alternacon la meditacin y la prosa. Los nombres de cada fragmento provie-nen de casas o lugares que simbolizan la decadencia, tema que apare-ca en Gerontionen una deprimente casa de alquiler y en The Waste

    Land, en la arruinada capilla. En The Family Reunion (1939) hayunos versos que parecen resumir el simbolismo de los Cuartetos. Cuan-do el hijo mayor regresa al hogar advierte los efectos del paso deltiempo:

    I am the old house

    With the noxius smell and the sorrow before morning,

    In wich all past is present, all degradation

    Is unredeemable

    Tres de los textos reciben su nombre de antiguas mansiones decampo inglesas en las que pervive la tradicin de los siglos:Burnt

    Norton en Gloucestershire, donde haba vivido un antepasado del

    poeta, Sir Thomas Eliot; East Coker, de Somerset, cerca del mar,desde donde parti a Amrica el zapatero Andrew Eliot;Little Gidding,en Huntingdom, que sirvi para el retiro de Nicolas Ferrar. The DrySalvages son unas rocas, con un faro, al noroeste del Cabo Ann,Massachusetts, donde primero se establecieron algunos de sus ante-pasados.

    Parece que Eliot us de la disposicin de los libros bblicos paracomponer los asuntos de los Cuartetos: el hombre habita un jardn,

    cae luego en un desierto o en un caos simbolizado por el diluvio y alfin es devuelto al Paraso, al agua que da vida. Paraso que tambin esuna ciudad incandescente que brilla con oro y piedras en donde elrbol de la vida es el fuego y la rosa dantescas. Otra lectura sugiere

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    que los Cuartetos simbolizan el cuaternio arcaico de tierra, agua, airey fuego que para el cristianismo son Dios Padre, Dios Hijo, la Virgeny el Espritu Santo, cuya mutabilidad en el tiempo se mantiene en los

    simbolismos anuales de Otoo, Invierno, Primavera y Verano, a losque se opone la idea estable de la Eternidad Inmvil.

    El tiempo, substancia de los Cuartetos, nos enfrenta al presente,luego de un pasado incomprendido y un futuro incierto. Ni pasado nifuturo hay en el ser. Solo un presente que podra darnos luz y certezapara ingresar en el cosmos y percibir el motor inmvil, redimindo-nos, como en elBagavadgita, mediante la inaccin que conduce hastaese momento cuando la realidad universal y el yo se identifican.

    Concepcin esta de Eliot que recuerda cmo para Schopenhauer, (Elmundo como voluntad y representacin, I, pg.,54.) la forma de aparicin de la

    voluntad es solo el presente, no el pasado ni el porvenir: estos noexisten ms que para el concepto y por el encadenamiento de la con-ciencia, sometida al principio de razn. Nadie ha vivido en el pasado,nadie vivir en el futuro; el presente es la forma de toda vida. Ideaque continuara la tesis de Marco Aurelio (Reflexiones, VI, pg.,37. )dondequien ha mirado lo presente ha mirado todas las cosas; las que ocu-

    rrieron en el insondable pasado, las que ocurrirn en el porvenir.Otro de los asuntos centrales del poema es la imposibilidad de

    comunicacin. Mientras el Ser y el Otro no hayan recibido la visinde la gracia y sentido el motor inmvil toda comunicacin es unacondena: las palabras se agrietan bajo el esfuerzo por decir, lossignos quedan rotos, la vida es una insoportable pugna con las pala-bras y sus significados; la obra, un dato ms en las historias literarias;la poesa no importa; el antagonismo entre religin y belleza es

    insuperable; todo poema es un epitafio:

    Y toda frase

    Y toda sentencia justa

    (donde toda palabra est en su lugar,

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    Guardando su sitio para servir de apoyo a otras,

    La palabra ni modesta ni ostentosa,

    Un cmodo comercio de lo antiguo y lo nuevo,

    La palabra comn, exacta, sin vulgaridad,

    La palabra formal, precisa, pero no pedante,Los perfectos consortes danzando juntos)

    Cada frase y cada sentencia es un fin y un principio,

    Todo poema es un epitafio.

    Little Gidding, vv, 218- 227.

    Este antagonismo entre poesa y religin convierte a los Cuartetosen un texto que es producto de las contradicciones que pugnan en elalma de un atormentado, uno que entiende el sufrimiento como ca-

    mino hacia la consagracin. Para Curtius, (T. S. Eliot, 1972, pg.,395.)si unpoeta como Eliot vuelve a or el eco de un mundo desaparecido haceya mucho tiempo, no es porque sea un mista o un sacerdote, sino unpoeta que es a la vez un hombre de nuestro tiempo, que sabe de nues-tros desgarramientos, del ajetreo de nuestras vidas cotidianas, de lafealdad de nuestras ciudades, de la prostitucin que produce el esno-bismo. En un mundo as, el alma no puede renunciar a sus deseos, asus esperanzas. Esta alma afirma no es propia solo de nuestro

    tiempo, sino de todos. Y cuando su voz no encuentra eco en la turba-multa de los das, aplica su odo a la concha marina, en la que resuenael canto de edades remotas, para or all la voz de su anhelo.

    La poesa religiosa de los Cuartetos, es, de acuerdo a su estructu-ra, una msica pausada, reflexiva, con un ritmo sin disonancias osorpresas, ni hmnica ni confesional. Son textos de gravedad emo-cional donde el poeta piensa en s y en el otro con un tono nadadesesperado o implorante. Es la conversacin de un espritu que piensa

    y sufre. Como fruto del sufrimiento el arte es un fenmeno moralha escrito Walter Muschg (Historia trgica de la literatura,1965, pg.,487.). Esinconcebible un gran poeta sin grandeza moral. El sufrimiento es suconsagracin, que tambin en tiempos desprovistos de nobleza, sin

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    magia y sin Dios lo separa de los hombres y lo conduce a la soledad,para que se encuentre a si mismo.

    Como Tolstoi y Kafka, Eliot pudo resolver este conflicto apenas

    refugindose en la idea de un reencuentro con la divinidad. Su exiliovoluntario, su conversacin al catolicismo ingls y su poesa, mues-tran cmo fue un iluminado en un siglo de avaricia. Si Tolstoi renun-cia al mundo luego de haber gozado de l, a los ochenta y dos aos,Kafka vivi, como Eliot, en un estado de impureza. Sus demonios, lainfinita culpa del hombre que asuman como propia, mostraron a suslectores cmo sus pesadillas seran realidad: en sus obras los hom-bres, las casas, las conciencias, el sexo, el amor y los gobiernos son

    devastados por el polvo del tiempo.En su poesa Eliot ha recorrido un camino, que en el siglo XX,

    condujo al hombre de Occidente a una necesidad de creer, sin certi-dumbre ni esperanza. El anhelo de los hombres huecos. Dios, queestuvo entre nosotros, no volver. Tambin nosotros desconocemosnuestro ser o si, acaso, somos. Nada parece ofrecernos salvacin.

    Vivimos y habitamos un mundo sin Dios, sin libertad, sin amor. So-mos el hombre de la edad de la miseria, sin ayer ni maana.

    T.S. Eliot muri el 4 de enero de 1965.

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    La cancin de amor deJ. Alfred Prufrock

    (1917)

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    Vamos pues, tu y yo,cuando la tarde contra el cielo se tiendecomo un anestesiado sobre una mesa;vamos, a travs de esas calles medio desiertas,los murmurantes refugios de noches sin descansoen baratos hoteles y restaurantes con aserrn y conchas:calles que se prolongan como una tediosa discusinde intencin engaosa llevndote a un abrumadorinterrogante Ah, no preguntes, Qu es?Vamos y hagamos nuestra visita.

    En el cuarto las mujeres van y vienenhablando de Miguel Angel.

    La amarilla niebla que restriega su lomo sobre las ventanas,el humo amarillo que pasa su hocico sobre las vidrieraslami los rincones de la tarde quedndose en los charcosde los desaguaderos, dejando que cayera en su lomoel holln de las chimeneas se desliz por la terraza,dando un sbito salto, y viendo,que era una suave noche de Octubrese enrosc alrededor de la casa y se qued dormido.

    En verdad habr tiempo para el humo amarilloque resbala a lo largo de la calle frotando la espalda

    sobre las vidrieras; habr tiempo,habr tiempo para preparar un rostro que enfrentelos rostros que encuentras;habr tiempo para asesinar y crear y tiempoincluso para todos los trabajos y das que levantan manos

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    y dejan caer una pregunta sobre tu plato;tiempo para ti y para m,y tiempo an para cien indecisionesy para cientos de visiones y revisionesantes de tomar una tostada y el t.

    En el cuarto las mujeres vienen y vanhablando de Miguel Angel.

    En verdad habr tiempopara preguntarse: Ser capaz? Ser capaz?Tiempo para recular y bajar la escalera-con la calvicie incipiente en mi cabeza-(Dirn: Cmo le clarea el cabello!)Mi traje matinal, mi cuello duro contra la barbilla,mi rica y modesta corbata, sostenida por un simple alfiler(Dirn Pero qu delgados estn sus brazos y sus piernas!)Ser capazde molestar al universo?En un minuto hay tiempopara decisiones y revisiones que un minuto revertir.

    Porque a todas he conocido, a todos conozco.He conocido las noches, las maanas, las tardes,he medido mi vida con cucharitas de caf;

    conozco voces moribundascon una moribunda cada al fondo de la msicaen un cuarto alejado.Entonces, cmo puedo presumir?

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    * * * * *

    Y la tarde, la noche, duerme tan apacible!Alisada por dedos largos,dormida fatigada o hacindose la enferma,tirada en el suelo, junto a ti y a m.Tendra yo, despus del t y los pasteles y helados,la fuerza para empujar el momento a su crisis?Pero si he llorado y ayunado, llorado y orado,

    si he visto mi cabeza(creciendo en su calvicie)puesta en un plato,no soy profeta y aqu eso no importa;yo he visto, rutilante, el momento de mi grandeza,y he visto al eterno Lacayosostener mi abrigo y rer con disimulo,y tuve miedo.

    Hubiera valido la pena, despus de todo,despus de las tazas, la mermelada, el t,entre la porcelana, entre un poco de charla de tu a tu,habra valido la pena,haberle metido el diente al asunto con una sonrisa,haber comprimido el universo en una bolapara rodarlo hacia una pregunta agobiante,diciendo: Soy Lzaro,

    venido de entre los muertos,vuelto para decroslo todo, todo os lo dirSi una, acomodando una almohada junto a su cabeza,dijera:No es eso lo que quise decir,no es eso de manera alguna

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    Y hubiera valido la pena,despus de las puestas de sol y los jardinesdelante de las casas y las calles regadas,despus de las novelas, despus de las tazas de t,despus de las faldas que arrastran por el sueloy esto, y mucho ms?Es imposible decir lo que justamente quiero!Como si en una pantalla,una linterna mgica proyectase los nervios:

    hubiera valido la penasi una, arreglando una almohada o un chal,y volvindose hacia la ventana dijera:no es eso, de ningn modo,no es eso lo que quise decir en absoluto.

    * * * * *

    No! No soy el prncipe Hamlet ni nac para serlo;soy un cortesano,uno que servir para hacer bulto,iniciar una escena o dos,aconsejar al prncipe; sin duda un instrumento fcil,respetuoso, contento de ser til,poltico, cauto y meticuloso;pleno de altos conceptos, pero un poco obtuso;algunas veces, en verdad, casi ridculo

    casi, al tiempo, Bufn.

    EnvejezcoenvejezcoDebo subir el doblez a mis pantalones.

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    Debo partir en dos mi pelo?Me atrevo a comerme un durazno?

    Vestir blancos pantalones de franelay caminar por la playaHe odo a las sirenas cantar entre ellas.

    No creo que canten para m.

    Las he visto cabalgando las olas mar adentropeinando los revueltos cabellos de las olascuando el soplo del viento torna negra y blanca el agua.

    Nos hemos detenido en las cmaras de la maral lado de muchachas marinas coronadas de algas rojasy pardas hasta que voces humanas nos despierteny nos ahoguemos.

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    Gerontion(1920)

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    Aqu estoy, viejo en un mes seco,mientras un nio me lee, esperando que llueva.No estuve ni a las Puertas Calientesni combat en la lluvia clidani me hund en el pantano salitroso,con un machete en mano,picado por las moscas, combatido.Mi casa es una casa en ruinasy el judo se acurruca en el umbral de la ventana,el propietario, el desovado en algn cafetn de Amberes,llagoso en Bruselas, apaado y desollado en Londres.El cabrn tose por la noche campo arriba;rocas, musgo, hierro, mierdas.La mujer cuida la cocina, preparat,estornuda por la tarde, escarba en el sumidero.Soy un viejo,un zopenco entre espacios de viento.

    Los signos se toman por maravillas:Queremos ver una sealLa palabra entre palabras,incapaz de decir una palabra,envuelta en tinieblas.En la adolescencia del ao vino Cristo el tigre.

    En el depravado mes de Mayo,

    cornejo y castao, floreciendo el rbol de Judas,para ser comido, dividido,bebido entre cuchicheos; por el seor Silverocon manos cariosas,en Limoges dando vueltas,

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    en el cuarto del lado, toda la noche;por Hakagawa, haciendo reverencias entre Tizianos;por madame de Tornquist, en el oscuro cuartocambiando de lugar las velas;Fralein von Kulp, que se dio vuelta en el zagun,una mano en la puerta.Vacas lanzaderas tejen el viento.No tengo fantasmas,un hombre viejo en una casa de vientos

    bajo una colina de ventisca.

    Despus de saber, cul perdn?Ahora piensa que la historia tienemuchos y maosos pasadizos,urdidos corredores y propsitos,engaa con susurrantes ambiciones,nos lleva entre vanidades.Ahora piensa que ella da cuando estamos distradosy lo que da, lo da con tan sutiles confusionesque la donacin da hambre al deseoso:da muy tarde aquello en que no se cree,o si an se cree, en la memoria slo,reconsiderada pasin es.Da muy pronto.En dbiles manos, lo pensado puede ser desechadohasta el rechazo, propagando miedo.

    Piensa, ni el miedo ni el coraje nos salvan.Vicios no naturales son engendrados por nuestro herosmo.Las virtudes nos son impuestaspor nuestros impdicos crimenes.Estas lgrimas caen de un rbol iracundo.

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    El tigre salta sobre el nuevo ao.Nos devora.Piensa, por ltimo:no hemos llegado a una conclusin,cuando endurezco en una casa de alquiler.Piensa, al fin, no he hecho este espectculosin propsito y no es por ninguna instigacinde los demonios interiores.

    Coincidira contigo sobre esto honestamente.Yo que estaba cerca de tu corazn fui apartado de lperdiendo la belleza en el terror, terror de preguntar.He perdido mi pasin:por qu necesitara conservarlacuando aquello que debe conservarse ser adulterado?He perdido mi vista, mi olfato,mi odo, el gusto y el tacto:cmo habra de usarlos para estar cerca de ti?

    Estos, con mil pequeas deliberacionesdilatan el beneficio de su helado delirio,excitan la membrana, cuando el sentido se ha enfriado,con salsas picantes, multiplican la variedaden una selva de espejos.Qu har la araa,

    suspender sus actos;podra el gorgojo retrasarse?De Bailhache, Fresca, la seora Cammel,giraban ms all del circuito de la estremecida Osaen fracturados tomos. Gaviota contra el viento,

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    en los ventiscos estrechos de Isla Bella,o corriendo al cabo de los Hornosplumas blancas en la nieve,el Golfo se las lleva,y un viejo empujado por los Alisiosa un rincn sooliento.

    Inquilinos de la casa,pensamientos de un cerebro seco

    en una seca estacin.

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    La tierra balda(1922)

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    El entierro de los muertos

    Abril es el ms cruel de los meses,levantando lilas en tierra muerta,confundiendo memoria y deseo,revolviendo mustias races con lluvias de primavera.El invierno nos calentaba,cubriendo la tierra con nieve olvidadiza,abonando un poco de vida con secos tubrculos.Con un chubasco nos sorprendi el verano,cuando cay sobre el Starnbergersee

    nos detuvimos en la columnatay seguimos bajo la luz solar hasta el Hofgarteny bebimos caf y hablamos una hora.Bin gar keine Russin, stammaus Litauen, echt deutsch.Y cuando ramos nios, estando con mi primo, elarchiduque, me dio un paseo en trineoy tuve miedo. El dijo, Marie,Marie, agrrate fuerte. Y nos deslizamos cuesta abajo.En las montaas te sientes libre.Leo durante la noche y en invierno voy al sur.

    Qu races arraigan, cules ramas crecende estos escombros de piedra? Hijo del hombre,no puedes decir, ni adivinar, pues apenas conocesun montn de rotas imgenes donde da el soly el rbol muerto no cobija, el grillo no consuelay de la piedra seca no mana agua. Slo

    hay sombra bajo esta roja roca(ven bajo la sombra de esta roca roja)y te mostrar algo diferentea tu sombra, en la maana, en pos de ti,o a tu sombra, en la tarde,

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    levantndose para encontrarte;te mostrar el miedo en un puado de polvo.Frisch weht der WindDer Heimat zu.Mein Irisch KindWo weilest du?

    Me diste por primera vez jacintos el ao pasado;ellos me llamaron la chica de los jacintos

    -Pero cuando regresamos, tarde, del jardn,tus brazos cargados de jacintos y tu pelo hmedo, no pudehablar y mis ojos fallaban, no estaba nivivo ni muerto y nada saba,viendo en el corazn de la luz, el silencio.dund leer das Meer.

    Madame Sosostris, famosa vidente,tena un fuerte resfriado, peroes conocida como la ms sabia mujer de Europacon una baraja perversa.Aqu, dijo ella, est tu carta:el marinero fenicio ahogado,(Perlas son estos que fueron sus ojos. Mira!)Aqu est Belladonna, la Dama de las Rocas,la dama de las situaciones.

    Aqu est el Hombre de los Tres Bastosy aqu la Rueda y aqu el comerciante tuertoy esta carta, en blanco,con algo que lleva a su espalday me est prohibido ver.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    No encuentro el ahorcado.Tema la muerte por agua.Veo multitudes dando vueltas en crculo.Gracias. Si ve a la querida seora Equitonedgale que yo misma llevar el horscopo:una debe ser cuidadosa en estos tiempos.

    Ciudad irreal,bajo la parda niebla de un amanecer de invierno

    una multitud flua por el Puente de Londres,tantos, que no cre que tantos arrebatase la muerte.Llevaban a los pies fijos los ojosy exhalaban breves suspiros,iban cuesta arriba y bajando la calle King Williamhasta Santa Mara Woolnoth que da las horascon un moribundo sonido en la novena campanada.Entonces vi a uno que yo conoca y le detuve gritando:Stetson!T estabas conmigo en las naves en Mylae!Aquel cadver que enterraste el ao pasadoen tu jardn habr germinado?Florecer este ao?O la escarcha ha estropeado su lecho?Mantn alejado el perro, que es amigo del hombre,o volver a desenterrarlo con las uas!T hypocrite lecteur! -mon semblable-, mon frre!

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    Una partida de ajedrez

    Como trono bruido la silla donde se sentabarefulga como mrmol y en el espejo,sostenido en un marco de pmpanos con fruto,espiaba un Cupido Dorado(y otro, bajo el ala, esconda los ojos)doblando las llamas de un candelabro de siete brazos,reflejando luz sobre la mesa, mientras a su encuentro,ascenda el brillo de sus joyas,desde estuches de satn vertidos en rica profusin.

    En redomas de marfil y cristal de coloresacechaban sus raros perfumes sintticos,ungento, polvo o lquido turbando, confundiendoy ahogando en aroma los sentidos,llevados por un aire que refrescaba desde la ventana,crecan engrosando las prolongadas llamas,lanzando humo a los artesonados,removiendo los arabescos del cielo del techo.Vasto bosque de mar de cobre arda en verde y naranjaenmarcado en piedras de coloresen cuya triste luz nadaba un delfn tallado.Sobre la repisa de la vieja chimenea se exhiba,como una ventana abierta a un paisaje silvestre,la transformacin de Filomena,forzada rudamente por el brbaro Rey;an all el ruiseor llenaba el desiertocon inviolada voz

    y an ella grita y persigue el mundo,Yag, Yag, a sucios odos.Y otros marchitos muones del tiempoeran contados bajo los muros;formas que miran fijas

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    se asomaban, doblndose,silenciando el cuarto cerrado.Pasos se arrastraban por la escalera.Bajo la luz de fuego, bajo el cepillo,su pelo se extenda en indmitos flecos,se encenda en palabras,enmudeciendo luego en un feroz silencio..Mis nervios estn mal esta noche.Mal, Qudate conmigo. Hblame.

    Por qu no hablas nunca. Habla.En qu piensas?Qu piensas? Qu?Nunca s lo que piensas. Piensa.

    Creo que estamos en un callejn de ratasdonde los muertos perdieron sus huesos.Qu es ese ruido?El viento bajo la puerta.Qu es ese ruido ahora?Qu hace el viento?Nada, otra vez, nada.No sabes nada? Nada ves? Nada recuerdas?RecuerdoPerlas son estos que fueron tus ojos.Ests o no vivo?No hay nada en tu cabeza?

    PeroOh Oh Oh Oh ese Shakespeherian RagEs tan eleganteQu har ahora?Qu har?

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    Apuren por favor es hora de cerrar

    Si no te gusta puedes aguantarte, dije.Otras pueden elegir y escoger si tu no puedes.Pero si Albert escapa, no habr sido sin advertencia.Deberas avergonzarte, dije,de parecer tan anticuada.(Y slo tiene treinta y un aos).No puedo remediarlo, dijo poniendo larga la cara.

    Son las pastillas que tom para abortar, dijo.(Ya ha tenido cinco, y casi muere al nacer George)El boticario dijo que todo estara bien,pero no he vuelto a ser la misma.Eres tonta de remate, dije.Bien, si Albert no quiere dejarme en paz,ah lo tienes, dije,para qu te casaste si no quieres nios?

    Apuren por favor es hora de cerrar

    Bien, aquel domingo Albert estaba en casa,tenan jamn caliente y me invitaron a cenarpara que supiera a qu saba

    Apuren por favor es hora de cerrarApuren por favor es hora de cerrar

    Buenas noches, Bill. Buenas noches, Lou.Buenas noches May.Buenas noches. Buenas noches. Buenas noches.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    que ha de llevar a Sweeneydonde la seora Porter en primavera.Ah la luna clara brillaba sobre ella y su hijaEllas lavan sus pies en agua de Seltz.

    Et O ces voix denfants, chantant dans la coupole!

    Chu Chu ChuYag yag yag yag yag yagForzada tan duramente

    Tereo.

    Ciudad irreal.Bajo la oscura niebla de un medioda de inviernoel seor Eugenides, el mercader de Esmirna sin afeitar,con un bolsillo lleno de grosellaspara entregar en Londres: documentos a la vista,me invit en francs demtico a almorzaren el Hotel de la Calle Cannony luego un fin de semana al Metropole.

    A la hora violeta,cuando ojos y espalda dan vuelta hacia arribadesde el escritorio, cuando el motor humanoespera palpitando como taxi, yo,Tiresias, aunque ciego, palpitando entre dos vidas,

    viejo de arrugados pechos femeninos,puedo ver a la hora violeta,hora en la tarde que lucha por regresar a casay retorna al marinero al hogar,la mecangrafa en su casa a la hora del t,

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    levanta la mesa del desayuno,enciende la estufa y saca comida de las latas.Tendidas, fuera de la ventana,estn peligrosamente sus prendas tocadaspor los ltimos rayos del sol,sobre el divn (su cama de noche)se amontonan medias, pantuflas, camisolas y fajas.

    Yo, Tiresias, viejo de arrugados pezones,

    percib la escena y predije el restoYo tambin esper al esperado.El, el joven puruliento, empleado de una pequea casa,llega con una intrpida mirada,uno de esos modestos seguros de s mismoscomo cuando un sombrero se sienta en la cabezade un millonario de Bradford.El momento es propicio, supone ahora:la cena ha terminado, ella est aburrida y cansada,insiste en halagarla con cariciasque si bien no desea tampoco ir reprobando.Caliente y decidido se lanza al ataque;exploradoras manos que no encuentran obstculos;su vanidad no pide respuesta,y da bienvenida a la indiferencia.(Y yo, Tiresias, he sufrido por adelantado todolo realizado en esta cama o divn;

    yo, que estuve sentado a las puertas de Tebasy camin entre los ms bajos muertos)El ofrece un paternal beso finaly sale a tientas, encontrando escaleras sin luz.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    Ella se vuelve y se mira un momento al espejosin notar que su amante ha partido;su cerebro deja pasar un pensamiento:bueno, ya sucedi; me alegro que haya pasado.Cuando un encanto de mujer enloquece y davueltas y vueltas, sola, en su cuarto,se alisa el cabello con mano mecnicay pone un disco al gramfono.

    Esta msica se arrastr junto a mpor las aguas y a lo largo del Strand,Calle Queen Victoria arriba.Ah Ciudad Ciudad, puedo algunas veces or cerca a unataberna en la Calle Lower Thames, el agradable taer de unamandolina y un estrpito y un parloteo desde adentro dondelos pescadores descansan al medioda; donde las paredes deSan Magnus Martn tienen un explicable esplendor deblanco y oro de Jonia.

    El ro sudapetrleo y alquitrn.Los botes van a la derivacon la mareaRojas velas anchas bajo el viento, girando en la pesada verga.Los botes barrentroncos perdidos

    all abajo en Greenwichpasando la Isla de los Perros

    Veilala leiaVeilala leialala

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    Elizabeth y Leicesterempujando los remosLa popa era como unaconcha doradaroja y oroLa vigorosa hinchaznondulaba entre las dos orillasEl viento suroeste

    llev aguas abajoel taer de las campanasBlancas torres

    Veilala leiaVeilala leialala

    Tranvas y rboles polvorientos.Highbury me aburre. Richmond y Kewme dejaron deshecha. En Richmond levant mis rodillas enel fondo de una estrecha canoa

    Mis pies estn en Moorgate y mi coraznbajo mis pies. Tras el sucesol llor. Prometi empezar de nuevo.No dije nada. Por qu resentirme?

    En las arenas de Margate.Nada puedo relacionar a nada.Las rotas uas de sucias manos.Mi pueblo humilde que nada espera.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    la la

    Llegu entonces a Cartago

    Ardiendo ardiendo ardiendo ardiendoOh Seor que me arrancasOh Seor Tu desarraigas

    Ardiendo.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    Muerte por agua

    Phlebas el Fenicio, muerto hace dos semanas,olvid el grito de las gaviotas y el hincharse del fondo del mary la ganancia y la prdida.Una corriente bajo el marrecogi sus huesos con susurros. Mientras se levantaba y caacruz las edades de su vejez y juventud entrando en elremolino.Gentil o judoOh, t, que das vuelta a la rueda y miras a todos lados

    Considera a Phlebas, quien fue, en otro tiempotan guapo y alto como t.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    Lo que dijo el trueno

    Despus de la luz roja de las antorchas en rostros sudorososdespus del congelado silencio en los jardinesdespus de la agona en lugares de piedrada gritera y el llantoprisin y palacio y reverberacindel trueno en primavera sobre distantes montaas,aquel que estuvo vivo est ahora muertonosotros que vivamos ahora estamos muriendocon un poco de paciencia.

    Aqu no hay agua sino slo rocasrocas y no agua y arenoso camino,el sinuoso, que asciende entre montaasde rocas sin agua,si hubiese agua nos detendramos y beberamos.Entre las rocas uno no puede detenerse y pensar.El sudor est seco y los pies en la arena.Si slo hubiese agua entre las rocas,boca de muerta montaa con dientes cariados que no puedeescupir.Aqu no puede uno ni detenerse ni acostarse ni sentarse,no hay siquiera silencio en las montaassino el seco y estril trueno sin lluviaNo hay siquiera soledad en las montaassino foscos y enrojecidos rostros que gruen y miran condesdn desde puertas de casas de adobe agrietado.

    Si aqu hubiese aguay no rocassi hubiese rocasy tambin aguay agua

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    una msica susurrante a esas cuerdas y murcilagos con carade nio en la luz violeta silbaron y batieron sus alas y con lacabeza baja se arrastraron por una pared ennegrecida y torresinvertidas haba en el aire repicando campanas que ofrecanlas horas y voces que cantaban desde vacas cisternas y ex-haustos pozos.

    En este arruinado hueco entre las montaas en la leve luz deluna, la hierba est cantando sobre tumbas derribadas, cerca a

    la capilla.La capilla est vaca, es slo hogar del viento.No tiene ventanas y la puerta golpea,secos huesos que no pueden hacer hacer dao a nadie.Slo un gallo en la viga del techoki ki rik ki ki riken un destello. Luego una rfagahmeda trayendo lluvia.

    Ganga estaba sumergido y las blandas hojasesperaban la lluvia mientras las negras nubesjuntbanse a los lejos, sobre Himavant.La selva se dobla y se joroba en silencio.Luego habl el truenoDADATTA: Qu hemos dado?Amigo mo, sangre que agita mi corazn,

    la terrible osada de un momento de entregaque una edad con prudencia no puede desmentir.Por esto hemos existido, por slo esto,que no ser encontrado en nuestras necrologaso en memorias tapizadas por benfica araa

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    o bajo sellos rotos por un mustio abogadoen nuestras vacas habitaciones.DADAYADHVAM: He odo la llavegirar en la puerta y girar slo una vez.Pensamos en la llave, cada uno en su prisin,Pensamos en la llave, cada uno confirma su crcelSlo al anochecer, etreos rumoresreviven un momento un roto Coriolano

    DADAMYATA: el bote respondialegre a la mano experta en vela y remoLa mar estaba en calma, tu corazn habra respondidoalegremente, cuando invitado, latiendo obedientea controladoras manos

    Me sent en la orillapescando, con la rida llanura tras de miPondr, al menos, mis tierras en orden?El Puente de Londres se cae se cae se caePoi sascose nel foco che gli affinaQuando fiam uti chelidon -Oh golondrina golondrinaLe Prince dAquitaine a la tour abolieEstos fragmentos he apuntalado contra mis ruinasSuplos con los que os vaya bien. Hieronymo est loco otravez.

    DATTA. DAYADHAVAM. DAMYATA.SHANTIH SHANTIH SHANTIH

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    Los hombres huecos(1925)

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    ms distantes y solemnesque una estrella apagndose.

    No me dejes cercaen el reino del sueo de la muerte.Djame tambin vestircon tan deliberados disfraces:piel de rata, de cuervo, estacas cruzadasen un campo

    actuando como vientosin acercarse -

    Sin ese encuentro finalen el reino crepuscular.

    IIIEsta es la tierra muertala del cactusaqu las imgenes de piedrase levantan, aqu recibenla splica de la mano de un muertobajo la luz titilante de una estrella moribunda.

    As esen el otro reino de la muerte,despertando slo

    a la hora cuando temblamos con ternura,labios que podran besar,oradores de una piedra rota.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    IVLos ojos no estn aquno hay ojos aquen este valle de estrellas moribundasen este hueco valleesta quijada rota de nuestros reinos perdidos.

    En este ltimo lugar de reuninvamos juntos a tientas

    y evitamos hablarreunidos en esta orilla de un ro crecido

    Ciegos, a no ser quelos ojos reaparezcancomo la estrella eternarosa de tantos ptalosdel reino crepuscular de la muertela sola esperanzade los hombres vacos.

    VAlrededor del higo chumbohigo chumbo higo Chumboalrededor del higo chumboa las cinco de la maana.

    Entre la ideay la realidadentre el movimientoy el hechocae la sombra

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    porque tuyo es el reino

    Entre la concepciny la creacinentre la emociny la respuestacae la sombra

    La vida es muy larga

    Entre el deseoy el espasmoentre la potenciay la experienciaentre la esenciay el descensocae la sombra

    Pues tuyo es el Reino

    Pues tuyo esla vida espues tuyo es l

    De esta manera el mundo termina

    de esta manera termina el mundoel mundo termina de esta manerano con una explosin sino con un lamento.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    Cuatro cuartetos(1943)

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    Burt Norton

    El tiempo presente y el tiempo pasadoestn quizs en el futuroy el futuro en el pasado.Si todo es un eterno presentetodo tiempo es irredimible.Lo que pudo haber sido es una abstraccinque permanece como eterna posibilidadslo en un mundo de especulacin.Lo que pudo haber sido y fue

    dan a un slo fin, que es siempre presente.El eco de pisadas en la memoria por el camino que norecorrimos hacia la puerta que nunca abrimos a la rosaleda.Mis palabras resuenan, as, en vuestra mente.Pero, con qu propsitoagitan el polvo en una taza de ptalos de rosa?No lo s.

    Otros ecoshabitan el jardn. Seguiremos?De prisa, dijo el pjaro, encuntralos, encuntralosa la vuelta de la esquina. Tras la primera puerta,en nuestro primer mundo, seguiremosla decepcin del tordo? En nuestro primer mundo.All estaban, dignos, invisibles,movindose sin prisa, sobre las hojas muertas,en el fervor del otoo, a travs del aire vibrante,

    y el pjaro cant, respondiendola no oda msica oculta en la espesura,y la mirada cruzada sin ser vista, pues las rosastenan el aspecto de flores contempladas.Estaban como huspedes, aceptadas y aceptando.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    As avanzamos, y ellas en forma solemnea lo largo de la desierta alameda, hacia el crculo,para ver en el vaco estanque.Seco el estanque, seco el cemento, de oscuros bordes,y el estanque se inund con agua de la luz del sol,y el loto se irgui calladamente,la superficie titilaba en el corazn de la luz,y ellos estaban tras nosotros, reflejados en el estanque.Pas entonces una nube y estanque se vaci.

    Ve, dijo el pjaro, pues las hojas estaban llenas de niosexcitados y escondidos conteniendo la risa.Ve, ve, ve, dijo el pjaro: los hombresno pueden soportar mucha realidad.El tiempo pasado y el tiempo futuroLo que pudo haber sido y fuedan a un slo fin, que es siempre presente.

    II

    Ajo y zafiros en el fangoatascan el eje.El goteante cable de la sangrecanta bajo las frescas cicatricesapaciguando olvidadas batallas.La danza a travs de la arteriaLa circulacin de la linfa

    estn cifradas en el rumbo de los astrosalcanzan al verano en el rbolGiramos sobre el rbol mvilen luz sobre la adornada hojay sobre la tierra hmeda omos,

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    abajo, al jabal y al perropersiguiendo, como antes, su arquetipo,pero reconciliados entre los astros.

    En el inmvil lugar donde gira el mundo.Ni carnal ni descarnado;ni desde ni hacia;en el punto fijo, all est la danza,sin detenerse ni agitarse. No hablis de fijeza,

    donde pasado y futuro se encuentran. Ni desde ni hacia enmovimiento,ni subir ni bajar. Excepto por ese lugar, el punto fijo,no habra danza, y slo all hay danza.Slo puedo decir, all estuvimos: pero no dnde.Ni cundo, sera situarlo en el tiempo.La propia libertad de todo deseo til, el alivio de la accin y elsufrimiento, la liberacin de la compulsin interna y externa,pero rodeados por una gracia con sentido, de una luz quieta,blanca y mvil,Erhebung sin movimiento, ambos un nuevoy viejo mundo, comprendidos en la consumacin de suincompleto xtasis, el fin de su parcial horror.El encadenamiento, an, de pasado y futuro tejido en ladebilidad del cambiante cuerpo, protege al hombre del cielo yla condenacin que la carne no puede tolerar.El tiempo pasado y el tiempo futuro ofrecen slo una frgilconciencia.

    Ser conscientes es no ser en el tiempo pero apenas a tiempoen el jardn de rosas, al momento donde la lluvia golpe en laarboleda, el momento en la iglesia que la niebla hiere en lanoche sern recordados; tejidos de pasado y futuro.Slo a travs del tiempo el tiempo es conquistado.

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    III

    Aqu hay un lugar de aversinTiempo antes y tiempo despusen una luz confusa: ni luz del dadando forma con clara calmaconvirtiendo sombras en efmera bellezacon un lento movimiento que sugiere quietud

    ni oscuridad para curar el almavaciando lo sensual con prdidalimpiando de afecto lo temporal.Ni plenitud ni vaco. Slo un destellosobre los rostros tallados por arrugasDistrados de la distraccin por la distraccinAhtos de fantasas y hambrientos de sentidoPedante apata sin centroHombres y trozos de papel, girando en el viento helado quesopla antes y despus del tiempo,Viento que entra y sale de enfermos pulmonesTiempo antes y tiempo despus.Eructo de enfermas almasal aire moribundo, en su modorra,empujado en el viento que barre las oscuras colinas deLondres, Hampstead y Clerkenwell, Campden y Putney,Highgate, Primrose y Ludgate. No aqu

    No aqu la oscuridad, en este mundo agitado.

    Descended ms, descended sloen el mundo de la perpetua soledad,mundo no mundo, pero aquello que no es mundo,

  • 8/13/2019 TS Eliot (Antologa)

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    interna oscuridad, privaciny destitucin de toda autoridad,desecacin del mundo de los sentidosevacuacin del mundo de lo imaginario,inoperancia del mundo del espritu;este es el nico camino, y el otroes el mismo, no en movimientopero en la abstencin del movimiento; mientras el mundogira en deseo, en sus caminos metlicos de tiempo pasado y

    tiempo futuro.

    IV

    El tiempo y la campana han sepultado el da.La negra nube aleja el sol.Nos mirar el girasol, se doblarla hierba inclinndose en nosotros;se asirn, se aferrarnlas ramas y el zarcillo?Los heladosdedos del tejo se enroscarnhacia nosotros? Despus que el ala del martnpescadorha respondido luz a la luz y calla, la luz est inmvilen el inmvil punto del mundo