trescientos millones - roberto arlt

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Novela

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  • Trescientos millones

    Pieza en un prlogo y tres actos

  • ROBERTO ARLT

  • Clsicos Losada

    Primera edicin: septiembre de 2005

    0 Herederos de Huberto Arlr

    editorial Losada, 1W

    Moreno 3362 - 1209 Buenos Aires, Argentina

    Tels 4373-4006 M37J-50I

    www.cdituriallosada.com.ar

    Tapa: l'etcr Ticbbes

    Mai[uetacin: Taller del Sur

  • ISBN 978-950-03-0668-3

    Queda hecho el depsito que marca la ley 11.71.1

    Libro de edicin argentina

    Tirada; 2.000 ejemplares

    Impreso en la Argentina

    A modo de explicacin

    Siendo reportero policial del diario Crtica,en el ao 1927, una maana del mes de septiembretuve que hacer una crnica del suicidio de unaSIRVIENTA espaola, soltera, de veinte aos deedad, que se mat arrojndose bajo las ruedas deun tranva que pasaba frente a la puerta de la casadonde trabajaba, a las cinco de la madrugada.

  • Llegu al lugar del hecho cuando el cuerpodespedazado haba sido retirado de all.Posiblemente no le hubiera dado ningunaimportancia al suceso (en aquella poca veacadveres casi todos los das) si investigacionesque efectu posteriormente en la casa de la suicidano me hubieran proporcionado dos detallessingulares.

    Me manifest la duea de casa que la nocheen que la SIRVIENTA madur su suicidio, lacriada no durmi.

    Un examen ocular de la cama de la criadapermiti establecer que la SIRVIENTA no sehaba acostado, y se supona con todo fundamentoque pas la noche sentada en su bal deinmigrante. (Haca un ao que haba llegado deEspaa.) Al salir la criada a la calle paraarrojarse bajo el tranva se olvid de apagar laluz.

    La suma de estos detalles simples me produjo

  • una impresin profunda.

    ROBERTO ARLT

    Durante meses y meses camin teniendo antelos ojos el espectculo de una pobre muchachatriste que, sentada a la orilla de un bal, en uncuartucho de paredes encaladas, piensa en sudestino sin esperanza, al amarillo resplandor deuna lamparita de veinticinco bujas.

    De esa obsesin, que lleg a tener caracteresdolorosos, naci esta obra que, posiblementenunca hubiera escrito de no haber mediadoLenidas Barletta.

    Cuando Barletta organiz el Teatro delPueblo me pidi que colaborara con l

  • escribiendo una obra para su empresa, en la cualno crea nadie, incluso yo; pero, a pesar de todo,un da me puse a trabajar en ella sin la menoresperanza de xito.

    El estreno, las representaciones (alcanzan atreinta, lo cual es un fenmeno en un teatro de artecomo el de Barletta), me han convencido de que sitcnicamente no he construido una obra perfecta, ladosis de humanidad y piedad que hay en ella llegaal pblico y lo conmueve por la pureza de suintencin.

    Roberto Arlt

  • Trescientos millones

    PERSONAJES:

    ROCAMBOLE

    HOMBRE CBICO

    REINA BIZANTINA

    GALN

    DEMONIO

    SIRVIENTA

  • LA MUERTE

    CAPITN

    MARINERO

    NIERA

    LACAYO

    GRISELDA

    AZUCENA

    CENICIENTA

    COMPADRE VULCANO

    RUFIN HONRADO

  • Prlogo

    Zona astral donde la imaginacin de los hombresfabrica con lneas de fuerzas los fantasmas que losacosan o recrean en sus sueos.

    Marco de caverna, ms all del cual sedistingue una llanura de cobre bloqueada pormontaas. Cambiantes luces violetas le prestanal panorama la sequedad del desierto y la magiairreal de los escenarios de fantasmagora.

    Concilibulo de fantasmas pueriles eingenuos.

    ROCAMBOLE: En la estampa que lopresentan los grabados de madera de lasprimeras ediciones Maucci que aparecieron enBarcelona. Tubo gris, jaquet negro, pantaln acuadros endrinos y blancos, prendido sobre elempeine del pie por trabillas que cruzan bajo lasuela del calzado. Ltigo de cochero de puntobajo el sobaco. Esta arbitrariedad explica la

  • imaginacin del ilustrador de cromos popularesen Barcelona. El pcaro puede ser confundidocon un empleado de seguros, de pompas fnebreso de asuntos judiciales. Representa cuarentaaos.

    HOMBRE CBICO: Tronco de caldera cbicacon dos paralelogramos por piernas. Untringulo equiltero sustituye la cabeza. Carecede brazos, como todas las estructuras que ideanlos inventores de homnculos y hombresmecnicos.

    ESCENA NICA

    ROCAMBOLE (entrando por el costadoderecho)

  • Anochece.

    HOMBRE CBICO (dem por el lado izquierdo):Yo no me puedo sentar. Mi padre se olvid deponerme bisagras en las piernas.

    ROCAMBOLE (sentndose en un peasco):Llega la hora de trabajar.

    REINA BIZANTINA: En das como hoy, cuandoera persona humana, me dola el hgado. Quindira que pasara luego a ser constructora desueos?

    ROCAMBOLE: No; los constructores son ellos,los hombres.

    GALN (incorporndose al grupo al tiempo quese limpia los zapatos con un golpe de pauelo):Somos los fantasmas de sus sueos.

    DEMONIO (que se ha sentado silenciosamente):Exprsese con ms propiedad! Somos losprotagonistas de sus sueos.

  • ROCAMBOLE: No est bien esa definicin.Representamos los deseos del hombre!

    DEMONIO: Existimos sin forma, como nubes. Depronto el deseo de un hombre nos atrapa y nosimprime su forma.

    HOMBRE CBICO: Estoy confundido.

    REINA BIZANTINA: Usted nos confunde.

    DEMONIO: Yo me entiendo.

    GALN: Y qu nos importa que usted seentienda, si no lo entendemos nosotros?

    HOMBRE CBICO: A ver..., djenme a m, quesoy de origen puramente cientfico.

    REINA BIZANTINA: Ahora me explico su formagrotesca.

    GALN: No es correcto eso, seora! Es lomismo que si el HOMBRE CBICO le dijera a

  • usted que es un mamarracho.

    HOMBRE CBICO: Nosotros somos ejes defuerza.

    ROCAMBOLE: Eso... ejes de fuerza como estemango de ltigo...

    HOMBRE CBICO; En torno de estos ejes, comoen torno de ese mango de ltigo, se acumulan lossueos de los hombres. De manera que el eje seconserva independiente de su forma, como el vinodel barril...

    GALN: Muy bien por el hombre caldera...

    HOMBRE CBICO: Si yo tuviera brazos le daraa usted una leccin.

    ROCAMBOLE: Eso les pasa a ustedes, que sonaprendices de fantasmas, pero yo soyROCAMBOLE desde que tengo uso deinteligencia.

  • DEMONIO: Qu gracia!... Tambin a usted lofabric la imaginacin de un novelista.

    GALN: De cualquier modo, el hombre esesclavo de su sueo... Es decir, esclavo nuestro.As, yo, antes de hacer este papel de GALN, hiceel de pirata melanclico y degollador. Fue unchico que despus se suicid porque la hija de lacarbonera, que era su vecina, no quera escaparsecon l en una barca de oro. As deca el chico.

    ROCAMBOLE: Si empezamos a contar lo quedijeron los chicos y lo que cada uno ha sido eshistoria de nunca acabar.

    HOMBRE CBICO: Y a m no me encuentranabsurdo? A que no adivinan quin me imaginas?

    REINA BIZANTINA: Algn calderero loco.

    HOMBRE CBICO: Me ofende que me trate as.No, no es un calderero mi padre, no, sino ungemetra. Quiere inventar un aparato de buzo que

  • resista todas las presiones submarinas. Ayer, parano ir ms lejos, me convirti la cabeza en unaelptica, despus en el paralelogramo de fuerzas,hasta que por fin me larg con este tringulo porcrneo.

    DEMONIO: Es desagradable semejante calabaza.

    HOMBRE CBICO: Y vaya a saber en qutermina...!

    GALN: Realmente uno hace todos los papeles.

    REINA BIZANTINA: Igual que los artistas...

    DEMONIO: Que un da son porteros...

    ROCAMBOLE: Y otro generales...

    GALN: O emperadores...

    HOMBRE CBICO.- Sin embargo, da gusto orsehablar...

  • REINA BIZANTINA: Si por m fuera me pasarael santo da y la noche charlando.

    GALN (a la REINA BIZANTINA) Usted comode costumbre...

    REINA BIZANTINA: S, a visitarlo a mi corredorde sardinas...

    GALN: Oh, el hombre... el hombre!...

    REINA BIZANTINA: Camina todo el da. Susbotines parecen los del Judo Errante. Con susombrero se podra instalar una grasera. Y estedesarrapado, que tiembla cuando el jefe le haceuna observacin, por la noche suea que esemperador de Bizancio.

    ROCAMBOLE: Debe ser entretenido.

    REINA BIZANTINA: Es triste y fantstico. Unasveces se imagina que le hace la guerra a los reyesde Europa, otras que...

  • DEMONIO (al Galan.) Y usted contina con esachica?...

    REINA BIZANTINA: Y qu se hizo de lajorobadita?...

    GALN: La visito todas las noches.

    ROCAMBOLE: Es cierto que es muycontrahecha?

    GALN: Horrible y mala. Adems de ser fea, esperversa. Tiene los dedos callosos y una verrugaen la nariz. A pesar de su facha, estoy obligado afingirme desesperadamente enamorado, al puntoque no queda conforme si no me arrodillo anteella. Fjense que vive en un cuarto infecto. Alpresentarme debo decirle reglamentariamente as:(declama) "Amor mo, cundo permitirs que mislabios cubran tus labios de besos?"

    HOMBRE CBICO: Oh!... Oh!...

    ROCAMBOLE: Por qu ese disforme hace oh!,

  • oh!...?

    GALN: Despus le digo: "Querida ma, tuindiferencia me hiela el alma; deja que te estrechecontra mi pecho".

    HOMBRE CBICO: Oh!... Oh!...

    ROCAMBOLE: Por qu diablos hace oh!,oh!...?

    HOMBRE CBICO: Me gustara estar en el papeldel GALN. Es ms divertido que pasarse lashoras con un gemetra imbcil.

    REINA BIZANTINA: Djense de interrumpirustedes... (Al GALN.) Y ella qu dice?

    GALN: Se retuerce las manos y me suplica queme retire, que la madre me puede ver, y lo curiosoes que es hurfana; pero ella hace ms sabrosa lacomedia dicindome: "Querido, anda, ndate antesque mam nos sorprenda..."

  • DEMONIO: Interesante... Y usted qu lecontesta?

    GALN: Al llegar a este punto, yo ya no tengoque contestarle nada, sino tomarla dulcemente dela cintura y...

    HOMBRE CBICO: Oh!... Oh!... Oh!... (Estosoh! son alaridos ahora.) Yo quiero hacer elpapel de GALN, aunque sea con una jorobada...

    REINA BIZANTINA (Al HOMBRE CBICO,):Qu fogoso es usted... Sosiguese, hombre.

    DEMONIO: Ja, ja, jal...

    ROCAMBOLE: Caldera parece nuevo ennegocios de imaginacin...

    GALN: Le regalo el papel...

    HOMBRE CBICO: S, hace poco que soy

  • fantasma...

    ROCAMBOLE: Ya se acostumbrar. Aqu, comousted me ve, con esta galera cochambrosa ypolainas indecentes, he hecho el papel de marquesy figuro en una novela de cuarenta tomos.

    REINA BIZANTINA: Cuarenta tomos, seorRocambole?

    ROCAMBOLE (Quitndose el sombrero): Ni unoms ni uno menos, que los escribi el muy insigneseor Ponson du Terrail.

    DEMONIO: Cuarenta tomos!...

    GALN: Y usted es siempre el personaje?...

    ROCAMBOLE: Soy siempre el mismo personaje atravs de distintos nombres. Una vez me llamo elHombre Gris, otra el Marqus de Chamery, otras...

    HOMBRE CBICO: As s que da gusto serpersonaje!...

  • ROCAMBOLE: Y le he hecho ganar millares ymillares de francos a mi patrn, el ilustre seorPontn du Terrail.

    HOMBRE CBICO: Cuarenta tomos!...

    ROCAMBOLE: Que han ledo todas las tenderas,modistillas y planchadoras del mundo...

    DEMONIO: Y usted, seor ROCAMBOLE, siguefiel a su SIRVIENTA ?...

    ROCAMBOLE: No merece ser SIRVIENTA, sinogran seora...

    REINA BIZANTINA: Qu honor para ella!...

    ROCAMBOLE: Mi papel es fcil y simptico,aunque ustedes duden...

    HOMBRE CBICO: Cmo no le vamos a creeral personaje de cuarenta tomos!

    ROCAMBOLE: Los hombres tienen una simpata

  • descomunal por los pilletes y bribones...

    GALN: Posiblemente porque en cada hombrehay un pillete...

    REINA BIZANTINA: Eso cae tan bien comoaceite a la ensalada.

    DEMONIO: O anillo al dedo...

    GALN: Y su papel cul es?

    ROCAMBOLE: Cuando la SIRVIENTA seacuesta, cansada de trabajar todo el da, yo meacerco y le digo: "Seorita, soy el Hombre deNegocios; vengo a comunicarle que ha heredadotreinta millones".

    REINA BIZANTINA: Cunto?

    ROCAMBOLE: Me equivoqu. Son trescientosmillones.

    HOMBRE CBICO: Pero es una barbaridad!

  • Por qu trescientos millones? No podran sertreinta mil pesos?

    ROCAMBOLE: Si un ciudadano, pudiendo soarque hereda trescientos millones, se imagina quehereda treinta mil pesos, merece que lo fusilen porla espalda.

    GALN ( a l HOMBRE CBICO) Haba sidotacao usted, Caldera! Economiza hasta en lossueos...

    REINA BIZANTINA (diplomtica): No estacostumbrado a soar el amigo Caldera.

    HOMBRE CBICO: Yo no quiero que me llamenCaldera...

    REINA BIZANTINA (diplomtica): Bueno, no seenoje; lo llamaremos Querubn.

    HOMBRE CBICO: Ve? Ese nombre me gusta...

    DEMONIO: En cambio, mi hombre es un chico de

  • catorce aos. l tambin, como los hombres deustedes, me llama antes de dormir: soy suDEMONIO. Me llama as, su "DEMONIO". Estoyobligado a presentarme todas las noches y decirle:"Soy Lucifer; puedo concederte todos los poderesde la tierra. Eleg, qu prefers ser: el hombrems lindo del mundo, el ms fuerte, el ms sabio,el ms rico? Y mi muchachito se convierte unanoche en el chico ms fuerte, otra en el mssabio... Creo que esta noche quiere vencer a TonyCanzoneri en el primer round y por knock-out...

    GALN (pensativamente): El hombre (Caminapor el estrado y se vuelve solo desde un extremoa los otros.) Qu me dicen ustedes del hombre?...

    REINA BIZANTINA: Es infinitamente triste...

    DEMONIO: Dios le ha dado un alma cambiantecomo el mar

    ROCAMBOLE: Busca el sufrimiento; eso esevidente.

  • HOMBRE CBICO: Ms: busca la felicidad...

    REINA BIZANTINA: He visto hombres terribles:estaban entre Dios y la bestia.

    DEMONIO: Convengamos que casi siempre estnms cerca de las bestias que de Dios, eh?

    GALN: S; no todas las veces es agradable serinstrumento de la imaginacin de los hombres.

    ROCAMBOLE: A m francamente me gustatomarme en serio.

    HOMBRE CBICO: Qu quiere decir con eso?

    ROCAMBOLE: Que cuando hago el personaje dealgn drama, me gusta sufrir y soar como si fuerahombre de carne y hueso en vez de fantasma.

    REINA BIZANTINA: De modo que si ustedpudiera concederle trescientos millones a laSIRVIENTA se los facilitara?

  • ROCAMBOLE: Claro. Se imaginan ustedes loque significan trescientos millones efectivos,contantes y sonantes? Trescientos millones enbilletes de a cien pesos? Diez billetes forman unespesor de un milmetro.

    HOMBRE CBICO: Est hecho el clculo: seformara una columna de trescientos metros dealtura.

    GALN: Muy bien por Caldera, quiero decirpor Querubn.

    ROCAMBOLE: Eso..., un pilar alto como latorre de Eif-fel... Se imaginan ustedes unaSIRVIENTA con tal cantidad de dinero?

    GALN: Si el hombre supiera que todo lo quesuea queda impreso en esta zona astral, seespantara. No podra creer en el poder de suimaginacin.

    ROCAMBOLE: Yo creo que hay hombres cuyaimaginacin fabrica mundos y humanidades en

  • los espacios.

    HOMBRE CBICO: Si es como usted dice,tambin deben de crear monstruosespeluznantes...

    DEMONIO: Es mejor no hablar de esos asuntos...

    REINA BIZANTINA: S, porque a m se mepone la piel de gallina... Una vez distingu a unmonstruo que galopaba en las tinieblas...

    GALN: Si el hombre tuviera la vista mssensible nos vera...

    ROCAMBOLE: [Qu simple es usted! Claro quenos ven. El hombre que lo imagin a usted love... Si nosotros somos hijos de su fantasa...

    GALN: Lo que quera decir es que todos loshombres nos veran como ven a los pjaros y alas nubes...

    ROCAMBOLE: Algn da nos vern.

  • HOMBRE CBICO: S eso ocurre, los hombresno se atrevern a pensar...

    DEMONIO: Muy bien por Caldera! Es todo unfilsofo!

    HOMBRE CBICO (con tono lacrimoso): Yo noquiero que me llamen Caldera.

    REINA BIZANTINA: No, ocurrir que los sereshumanos en vez de pensar monstruosidadescavilarn cosas lindas...

    GALN (llevndose la mano a la oreja): Sientoque llaman...

    Una voz remota: Dnde ests, mi reina?

    REINA BIZANTINA (moviendodesalentadamente los brazos): Ya voy, miaugusto esposo... (Sale.)

    ROCAMBOLE: Maldito sea! Dnde dej miltigo?

  • Una voz: Te estoy esperando, amor... Ven amor...ven.

    GALN: Es la contrahecha y el diablo... Malditasea mi suerte! (Sale.)

    Tercera voz distante: Quiero ser el hombre mslindo del mundo.

    DEMONIO: Mi chico. Voy volando. (Sale.)

    Otra voz lejana: ROCAMBOLE... Dnde ests,Hombre Gris?

    ROCAMBOLE (enftico): Ya va el gran criminal.Ya va, pero va arrepentido de sus crmenes...(Sale.)

    HOMBRE CBICO (desolado en lassemitinieblas): Esta noche mi gemetra no mellama. Qu hago si se olvida de m? Me dejarrevestido de esta forma absurda. Y la cara quemuestra la luna!... (Se apoya en una roca.) Quhago sin brazos y con esta caradura

  • interplanetaria? (Empieza a sollozar con mugidosa travs de la cornetilla de su boca. Una lunagris como un huevo de avestruz le guia un ojo alfantoche en la desolacin de la noche astral.)

    Una voz lejana: Dnde ests, bribn triangular?...

    HOMBRE CBICO (saltando): Gracias a Diosque no se olvid de m... (Sale bambolendose,parecido a un monstruo marciano.)

    TELN

    ACTO I

    CUADRO PRIMERO

  • Cuarto de servicio, con camita de una plaza,en un ngulo, un ropero de madera blanca, unvelador, un banquillo cantinero de tres pies. Alforo, puerta. Al costado de la puerta, unventanillo. El cuarto, encalado de verde claro,tiene la desolada perspectiva de policroma deuna novela por entregas por Luis de Val. Duranteunos segundos la escena queda en silencio. Unrayo de luna entra en el cuarto, y remotos seescuchan rechinamientos de tranvas y undistante final de vals al piano.

    Personaje real:

    SIRVIENTA: Mujer de veinticuatro aos.Expresin dura e insolente que de pronto seatempera en un aniamiento voluptuoso deensueo barato. Recuerda a Ria, el ngel de losAlpes, o cualquier otra pelandusca destinada aenternecer el corazn de estopa de las lectorasde Carolina Invernizzio o Prez Escrich.

    Personajes de humo:

  • La MUERTE, ROCAMBOLE, CAPITN detransatlntico, Marinero, GALN, NIERA,LACAYO con patillas, las amigas GRISELDA yAZUCENA, CENICIENTA en paales.

    Escena primera

    SIRVIENTA (recostada en el lecho, con lasmanos bajo la nuca; guarda un momento desilencio): Si yo fuera rica esto no me pasara.(Permanece nuevamente en silencio y se repitenlos zumbidos de los tranvas que pasan, todoslos ruidos de la noche en la ciudad. Seincorpora en la cama y permanece sentada enla cabecera del lecho tomndose las rodillascon las manos.) Digo que si fuera rica esto nome pasara. (Se oye un ruido blando en el piso, y

  • ella envuelta en una frazada, enciende la luz.Luego se acerca al espejo y se mira.) Estoyflaca y fea... Ni la MUERTE me querra...

    Escena segunda

    De junto a la puerta se desprende cojeandocon escrpulos de alcahueta, la MUERTE. Secubre la cabeza con un paoln que torna msrgido y duro su rostro de lneas de yeso, conojos desnivelados a lo largo de la narizrectilnea. Uas de lata y ojeras de betn.

    MUERTE: Me llamabas, queridita?...

    SIRVIENTA (frente al espejo, tocndose elrostro sin volver la cabeza): A quien llamo es ala vida.

    MUERTE (detenida en medio del cuarto); Terecomendaron que comieras jamn del diablo y teabrigaras, y, en cambio, como una lujuriosa te

  • miras los dientes en el espejo. Adems, eresdescorts: no me ofreces asiento?

    L a SIRVIENTA avanza hasta el taburete yluego permanece sentada en la orilla de l conlas manos apoyadas en el mentn y los codos enlas rodillas. Mira frente a s. La MUERTE,detenida, la observa.

    MUERTE: Todas ustedes son iguales. Llaman a laMuerte y cuando llego me reciben con cara largacomo si me hicieran un favor. Todava no heencontrado un alma piadosa que me ofrezca unvaso de vino.

    SIRVIENTA: Ms tiene traza de rufiana que deMUERTE. Djeme tranquila.

    MUERTE (dogmtica, atisba en derredor): Ves?Eso te pasa por n o comer jamn del diablo. Sipasearas en automvil y fueras a la pera, en vezde echar sangre por la boca venderas salud, y lasalud es una gran cosa, hijita. Una gran cosa! Por

  • otra parte, continas sin ofrecerme asiento.

    SIRVIENTA: Soy sirvienta y no tengo ms que unbanquito en mi cuarto.

    MUERTE: T has ido a la escuela, no?

    La SIRVIENTA la mira haciendo un gestocomo diciendo: "Qu hay con esto?"

    MUERTE: Y en la escuela no te han enseado aser respetuosa con los mayores?

    SIRVIENTA: Sintese en la cama, si quiere...

    MUERTE: Es que debe de tener pulgas tu cama.Ustedes las fmulas son tan descuidadas...

    SIRVIENTA: Entonces sintese en el suelo.

    MUERTE: Yo no soy gitana para sentarme en elsuelo.

    SIRVIENTA: Entonces qudese de pie.

  • MUERTE (siempre moviendo la cabeza yhusmeando en derredor): Chiquita, sabes queeres mal educada?

    SIRVIENTA: Dios mo! Usted ms que laMUERTE parece una partera por io charlatana.

    MUERTE: Y quin te dice que no sea unapartera? No hago acaso salir de este mundo a losvivos para que entren otros? Adems, si estoy aques porque me has llamado. O crees que soysorda? Hace mucho tiempo que me llamas. Bueno,me he dicho, vamos a complacerla a esta chica. Yaqu estoy, hermosa...

    S I RVI E N TA (observndola) : Qu trazahorrible!...

    MUERTE: Queridita... yo tambin he sido joven.

    SIRVIENTA: Es que yo no quiero morir. Noquiero.

    MUERTE: Hgase tu voluntad, pichona. La gente

  • muere en realidad cuando quiere morir. Quientiene la voluntad de vivir, vive. Se arrastra, perovive. No te has fijado, por ejemplo, en esosviejos avaros que agonizan aos y aos entretelaraas?...

    SIRVIENTA: Bueno..., habl demasiado... puedeirse...

    MUERTE (acercndose cojeando): Sabes queeres linda, chica? (L a SIRVIENTA, al or lospasos sordos de la MUERTE, se poneviolentamente de pie, con el rostro rgido, lamirada clavada en el horizonte.) Eres linda... Aver. . . sonre . ( L a SIRVIENTA hace muecas,hipnotizada.) Cierto que eres linda... Sabes quequisiera verte desnuda?... A ver... (Hace sentar al a SIRVIENTA en el banquillo y le abre lafrazada de modo que tos senos quedan aldescubierto. La M UE RT E retrocede conmovimientos de dromedario y estudia a lamuchacha como un pintor a su modelo. Luego leseala el seno izquierdo alargando el brazo.)

  • Qu lstima! All est el tirabuzn que te agujeteael pecho. Y eres linda... Bueno, t tienes la culpa...Quin te manda no comer jamn del diablo? Si tealimentaras de pollos asados no te pasara eso! Yeres linda! (Menea la cabeza pensativamente.) Sino trabajaras de sirvienta podras vivir un tiempo.(Confidencialmente.) Por qu no te buscas unviejo rico? Los viejos son lujuriosos y cegatos. Unviejo te dara jamn del diablo, no te quede duda.Y te llamara su palomita, su tierna palomita. (Seescuchan tres golpes en las tablas de la puerta.La MUERTE se escurre por un muro de papel, yl a SIRVIENTA, escalofriada, cierra sobre supecho la frazada. Golpean otras tres veces y seabre la puerta.)

    ESCENA

    Entra ROCAMBOLE, caracterizado como en

  • el prlogo, con la diferencia de que gasta gafasnegras de monedero falso y botas decontrabandista. A la espalda, el eterno ltigo depostilln vandeano. la SIRVIENTA permaneceinmvil. ROCAMBOLE se detiene unos pasostras ella.

    ROCAMBOLE: Diablos! Hace fro. (Saca unapipa del bolsillo y la enciende; luego avanzahasta la SIRVIENTA, se para frente a ella y laobserva con detenimiento de cochero que va acomprar un penco y que lo examinapreviamente.) As que usted es la hurfana? (LaSIRVIENTA no contesta.) Disculpe que hayaentrado sin esperar a que me abriera. Soy elHombre de Negocios...

    SIRVIENTA: Eh?...

    ROCAMBOLE: Soy el Hombre Gris... Por otronombre,

    ms terrible, Rocambole. (Se quita las gafas

  • enrejadas y negras.) Vea mis ojos, quemados porla plvora cuando quise escaparme del presidio.

    SIRVIENTA (saliendo de su sopor): Usted enpersona!... Qu maravilla!...

    ROCAMBOLE: En algunas partes me llaman expresidiario. En otras, el ex jefe del Club de Sotas.(Hace un gesto de fantoche sentimental ylibertario, llevndose un pauelo a los ojos.) Unngel, la duquesa de Chamery, me redimi.

    SIRVIENTA: S, yo saba... Qu buena laduquesa!... A m se me caan las lgrimas cuandole esa parte. Y usted se qued pensando en Pars.

    ROCAMBOLE: Eso es verdad como la Biblia. Yome qued pensando en Pars. Y, cuando un ngelterrestre llora por el destino de un fantasma, elfantasma cobra vida, su sangre son lgrimas...

    SIRVIENTA: Qu raro! Pero, a ver: djeme que

  • lo toque. (Se acerca y le palpa los hombros.)Efectivamente, usted existe. Por qu va vestidotan a la antigua? Hoy se venden uniformes dechofer y de cochero muy baratos.

    ROCAMBOLE: Es la vieja piel del bandido,seorita. Pero el bandido muri redimido por unngel, y queda el Hombre Gris.

    SIRVIENTA: S, ya s... Yo lo admiro mucho. Letoda su vida cuando trabajaba de sirvienta en lacasa de una maestra que tena un hijo hidrocfalo.

    ROCAMBOLE: Cuarenta tomos, seorita.

    SIRVIENTA: Los cuarenta tomos me le...

    ROCAMBOLE (descubrindose magnnimo):Los escribi el seor Ponson du Terrail, muynoble seor...

    SIRVIENTA: Eso..., pero yo nunca me puedoacordar del apellido de este seor. De la duquesade Chamery, s. Qu buena!

  • ROCAMBOLE: Un ngel embalado en una mujer...

    SIRVIENTA: Tambin me acuerdo de Bacarat...

    ROCAMBOLE: Ella s era una perdularia. Perotambin se redimi. Dej de vender su cuerpo alos hombres, para dedicarse a las buenas obras.Pero usted nunca conoci a un hombre sobre elque hubieran escrito cuarenta tomos, no esverdad? (Se pasea enfticamente por la pieza.)Cuarenta tomos! No es cierto que es un honor?

    SIRVIENTA (con admiracin ingenua): Y claroque es un honor, y bien grande. Cuarenta tomos!

    ROCAMBOLE: Es lo que yo digo. Cuarentatomos! Usted sabe que me lee todo el mundo?

    SIRVIENTA: Si viera todo lo que llor mientraslea sus aventuras...

    ROCAMBOLE: Y si mi muy noble patrn (vuelvea descubrirse), el seor Ponson du Terrail, nohubiese muerto, hubiera escrito otros cuarenta

  • tomos. Se da cuenta? Y en vez de cuarentahubieran sido ochenta tomos... Entonces s que mifelicidad habra sido completa... Ochentatomos!... Pero hay que conformarse, no le parece,seorita? Todos los das nacen miles de personasy se mueren otras tantas y nadie escribe una lneasobre ellos. En cambio, sobre m se han escritocuarenta tomos. Dgame: no le parece que tengorazn de estar orgulloso?

    SIRVIENTA: Y bien orgulloso... Si fuera yo, no slo que hara...

    ROCAMBOLE: No es que yo sea vanidoso...,pero tambin hicieron pelculas.

    SIRVIENTA: Las vi: en series...

    ROCAMBOLE: No pusieron ni la dcima parte delos cuarenta tomos... Lo que hay es que losempresarios de cine son unos ladrones... Usted nocree que es la envidia?... (Confidencialmente.)Hay mucha gente que me tiene envidia.

  • (Lamentndose.) Y por qu?... Quiere decirmepor qu, seorita? Porque el muy noble seorPonson du Terral (torna a quitarse el sombrero)escribi cuarenta tomos sobre m..., aunque a decirla verdad yo no he venido a hacer mi propioelogio aqu, no, sino para algo mucho msimportante. Usted ha recibido una herencia...

    SIRVIENTA: Una herencia!...

    ROCAMBOLE: S, treinta millones...

    SIRVIENTA: Treinta millones!...

    ROCAMBOLE: Me equivoqu... Quera decir...trescientos millones...

    SIRVIENTA (llevando las manos al pecho): Esposible!...Trescientos millones?

    ROCAMBOLE: Con cincuenta y tres centavos...

  • SIRVIENTA (tambalendose en la silla): Estoymareada... No s...

    ROCAMBOLE: Pero usted ya no es la sirvienta,me entiende? No, Usted es la hurfana.(Enfticamente.) La pobre huerfanita, la hurfanamenesterosa.

    SIRVIENTA: Esto es demasiado. No lo resisto,seor...

    ROCAMBOLE: Hay que resistirlo... Qu hara,entonces, si se escribieran cuarenta tomos sobre suvida? Cmo resistira? He resistido yo...

    SIRVIENTA (tmidamente): Es que trescientosmillones no son cuarenta tomos...

    ROCAMBOLE (indignado): Seorita..., porfavor... Usted no va a comparar la despreciable einnoble cantidad de trescientos millones concuarenta tomos. Trescientos millones los tienecualquier salchichero enriquecido, cualquiertendero de Nueva York, cualquier analfabeto

  • australiano... pero cuarenta tomos..., no meindigne, seorita... Usted puede citar algnhombre sobre el cual se hayan escrito cuarentatomos? Puede citarlo? Contsteme.

    SIRVIENTA: No, en verdad.

    ROCAMBOLE (satisfecho, respirando): Ya ve...,no hay

    que confundir... (Imperativo.) Usted es lahurfana... Yo he descubierto al que le rob lostrescientos millones.., y se los entrego a usted;magnnimamente le entrego trescientos millonescon cincuenta y tres centavos. (Descarga un bultoen el suelo.) Y usted me firma recibo ahora.(Extrae un papel del bolsillo y una estilogrfica.)

    SIRVIENTA: Firmar recibo?

    ROCAMBOLE: Los principios son principios,seorita. Hay que respetarlos. sta es unaoperacin comercial. Yo le entrego a usted

  • trescientos millones y usted me firma recibo. Nosalgamos despus con que yo no le he entregado...

    SIRVIENTA: Pero, seor...

    ROCAMBOLE (dogmtico): Hay que respetar losprincipios, seorita. Firme...

    SIRVIENTA (dichosamente ofendida): Cmono..., cmo no le voy a firmar!... (Firma.)

    ROCAMBOLE (echndose el recibo al bolsillo):Porque, usted sabe, nunca puede preverse lo queocurre en la vida...

    Suena el timbre de servicio y la SIRVIENTAsale. ROCAMBOLE se escurre por la puerta, yla escena queda por un instante vaca.

    CUADRO SEGUNDO

    Escena primera

    Lentamente la luz decrece en el cuchitril hasta

  • convertirse la progresiva oscuridad en tinieblacimeriana. Se escuchan pasos, e insensiblementeuna luz verdosa inunda la habitacin, revelandoahora a la SIRVIENTA sentada a la orilla de sucamastro. Pero el cuchitril ha crecido,prolongndose su muro en el puente de untransatlntico, con amarilla chimenea oblicua ylas plumas de los guinches, abiertas en abanico.Claridad anaranjada rueda sobre la nave y laperspectiva plateada y verdegay del ocanoquimrico.

    Un Marinero entra en la zona del puente y sindecir esta boca es ma deposita una hamaca.Luego mira el mar y sale.

    La SIRVIENTA lentamente se desprende de suensueo y avanza hacia la pasarela de la nave,ponindose una mano sobre los ojos a modo devisera para mirar el horizonte. La criada,encogida y triste, se ha transformado en unacriatura voluptuosa y elstica que sonre condelectacin al paisaje que la rodea.

  • Importante: La SIRVIENTA en el transcursode toda la obra contina vistiendo suguardapolvo de menestrala, y los personajes dehumo afectarn no darse cuenta de ello.

    Escena segunda

    Con andar de gato solapado se cuela en laescena, tras l a SIRVIENTA, e l CAPITN. steobserva un instante a la criada y despus sonrecon sonrisa fisgona.

    CAPITN: Le gusta el paisaje, seorita? (Enaposicin en que estn colocados ambos elpaisaje es invisible, pero ellos actan como siestuviera all ante sus ojos, revelndose de estemodo la maravilla de la imaginacin creadora yel poder soador de la SIRVIENTA.,)

  • SIRVIENTA: Qu curiosas esas calles que subeny bajan entre montaitas!

    CAPITN: Se llaman cerros. se, a su izquierda,es el de San Andrs; el otro, por donde baja la filade burros, el de San Antonio...

    SIRVIENTA: Y aquella cpula de oro?...

    CAPITN: De la catedral. Esas callecitas eranantes el camino que llevaba al pueblo de losgitanos... Por aqu anduvo un cmplice deRocambole antes de que a Rocambole lo salvaraun ngel...

    SIRVIENTA: La duquesa de Chamery...

    CAPITN: Eso mismo.

    SIRVIENTA: Ahora parece de fuego la montaa.Qu roja!

    CAPITN: Un efecto de sol.

  • SIRVIENTA: Y ese camino tan blanco?

    CAPITN: No es camino, sino canal abandonado.Se ha llenado de Lirios de Agua.

    SIRVIENTA: Vea si no parece de diamante esacascada junto a los rboles rojos...

    CAPITN: Granados en flor. Es la estacin.

    SIRVIENTA: Yo saba perfectamente que erangranados... Pero no se lo dije para dejarle a ustedese gusto, Capitn.

    CAPITN: Qu curioso!

    SIRVIENTA: Se me ocurre que debe de serdesabrido un viajero que no pregunta nada y losabe todo. Viajar sabiendo no tendra gracia. Y,adems, cmo lucira sus conocimientos elCapitn del barco? No le parece?... Y esa torrede oro?... Ahora s que no s...

    CAPITN: Mrmol amarillo. Pertenece al castillo

  • de un grande de Espaa.

    SIRVIENTA: Qu curiosa coincidencia,Capitn!

    CAPITN; Qu coincidencia?

    SIRVIENTA: Este paisaje es idntico a uno que vien "La Esfera". Me acuerdo perfectamente.

    CAPITN: Ah!... La revista espaola... S,efectivamente, ahora recuerdo yo tambin que loreprodujo. Ve? En aquel monte se dice que serenen los gitanos.

    SIRVIENTA: Se distingue bien a la pastora.

    CAPITN: Y los corderitos.

    SIRVIENTA: El de atrs es el pastor...

    CAPITN: S, el que lleva la gaita.

    SIRVIENTA: Y ese de trabuco y faja colorada?

  • CAPITN: Debe de ser un bandido o uncontrabandista .,.

    SIRVIENTA: Qu notable! De colorada queestaba la montaa se pone violeta.

    CAPITN: Es debido a la puesta de sol... Ustednunca viaj?

    SIRVIENTA: No, pero como hace poco recib unaherencia de trescientos millones, viajo...

    CAPITN: Trescientos millones! Es una sumarespetable... SIRVIENTA: Claro que lo es...

    CAPITN: Con razn yo me deca: "Quin seresta seorita distinguida que viaja con tantolujo?"... Supongo que estar conforme de laatencin del servicio aqu en el barco...

  • SIRVIENTA: S... Las mucamas son muy buenaschicas.

    CAPITN: Personal seleccionado. Mi barco escomo un templo. Los camareros son castos y lasmucamas virtuosas. La comida es de su agrado?

    SIRVIENTA: S... Adems, yo no me fijo mucho...

    CAPITN: Cuando se tienen trescientos milloneshay que fijarse en todo.

    SIRVIENTA: Por qu?

    CAPITN: Y para qu tener trescientos millonesentonces?... No le parece? Si no fuera as tantoderecho tendra a fijarse y a tener pretensiones elque no tiene un centavo como el que esmultimillonario, como usted. (Mirando enderredor.) Qu rpido que ha salido la luna!

    SIRVIENTA: Es maravilloso. Las montaasparecen de plata.

  • CAPITN: No distingue esa hoguera?...

    SIRVIENTA: S, lo ms bien... Pero qunotable!... Fjese en esas mujeres...

    CAPITN: Bailan un bolero...

    SIRVIENTA (ponindose las manos en lasorejas): Se oyen las guitarras...

    CAPITN; Fjese cmo zapatea ese gitano...

    SIRVIENTA (cayendo de rodillas): Seor, te doylas gracias por haber permitido que goce tamaasmaravillas...

    CAPITN: Qu le pasa, seorita? (LaSIRVIENTA se pone de pie.)

    SIRVIENTA: Estoy conmovida, Capitn Ah, siusted supiera! Cuando yo viva en Buenos Aires yno haba recibido la herencia, para distraerme ibaa las estaciones... Viajaba en tren...Naturalmente..,, viajes cortos..., media hora... Me

  • pareca que me iba muy lejos..., no s adonde.Tena la impresin de que el tren slo poda pararen una estacin donde hubiera casas en que todo elmundo era feliz...

    CAPITN: Es muy instructivo viajar.

    SIRVIENTA: A m no me interesa la instruccin.Me gusta el tren porque va lejos... y, adems,usted sinti ese olor a carbonilla mojada quetienen las locomotoras?... (Cambiando de tono.)Oh, qu lstima, ya no se ve ms la hoguera!...

    CAPITN: Comienza el desierto ahora.Permtame, que me llama el segundo. (Sale. LaSIRVIENTA se sienta en su mecedora.)

  • Escena tercera

    Aparece el GALN caracterizado como en elprlogo. Sobre la mecedora de la SIRVIENTAcae un cilindro de luz blanca, fra y lunar.

    GALN (de pie junto a la mecedora): Seorita...,seorita...

    SIRVIENTA: Ah! Es usted...?

    GALN (lentamente): S, soy yo... soy yo...

    L a SIRVIENTA lo mira un instante y luegoresuelve seguir el juego de la comedia amorosa.

    SIRVIENTA: Ah!... Es usted..., es usted...?

    GALN: Me permite decirle que la amo?

    SIRVIENTA (con dulzura irnica): No podradecrmelo de otra manera?

  • GALN (sorprendido): Por qu?

    SIRVIENTA (siempre con su modito irnico):Porque de esa manera se me han declarado variosdependientes de tienda, farmacia y panadera.

    GALN: Oh, no me compare!... Usted desea queyo sea un escogido SIRVIENTA: S... un poco msexpresivo.

    GALN: Quiere que me arrodille?

    SIRVIENTA: Oh!... No, es viejo y, adems, se lemancharan los pantalones.

    GALN: Entonces quiere que finja el GALNmelanclico?

    SIRVIENTA: Hombre, qu duro de entender esusted! Si yo fuera hombre me vendra por detrs dela mecedora y, besndola fuertemente a lamuchacha que quisiera, le dira despacito: "Tequiero mucho..., mucho..."

  • GALN: Oh! Entonces lo que usted pide es unprocedimiento de novela alemana...

    SIRVIENTA (terminante): No he ledo nuncanovelas alemanas. He ledo "ROCAMBOLE", quees bien largo..., cuarenta tomos..., y nada ms... (ElGALN calla y retrocede; la SIRVIENTA cierralos ojos y el GALN, acercndose de puntillas,la torna por los maxilares y la besa en la boca.)

    GALN: Te quiero mucho..., mucho...

    SIRVIENTA (con displicencia): No est del todomal... Yo tambin, dueo mo. (Se siente a ladistancia el rugido del len arenero.) El len!...

    GALN: Ruge de amor...

    .

    SIRVIENTA: Igual que en el Jardn Zoolgico.

    GALN: Dnde queda eso?

  • SIRVIENTA; All,.., en Buenos Aires... Pero,hablando de todo un poco... as que usted meama?

    GALN: La amo desde que la vi en el comedor. Yme jur interiormente que si usted me daba sumano la hara mi esposa ante Dios y los hombres.

    SIRVIENTA: Por qu no habla de otra manera?Si yo fuera hombre me declarara en otra forma...

    GALN (malhumorado): Puede decirme qupapel hago yo aqu? Soy yo o es usted la que setiene que declarar?

    SIRVIENTA: No se enoje, hombre!... Pero, ustedes bastante estpido como galn. A quin se leocurre decirle a una mujer: Te amo! Eso se diceen el teatro; en la realidad se procede de otramanera. En la realidad, cuando un hombre desea auna mujer, trata de engaarla. Lo crea msinteligente. A nosotras las mujeres nos gustan losdesfachatados...

  • GALN: Hay que vivir para ver... y creer...

    SIRVIENTA: Sea positivo. Yo soy una mujerpositiva como todas las mujeres. Y a las mujeresno les gustan los prlogos en el amor. No, seorGaln, convnzase usted. (Imperativa.) Le voy adar una leccin. Sintese en esa mecedora. (ElGALN se sienta; l a SIRVIENTA retrocede,luego se acerca y se inclina sobre l .) Bueno,haga de cuenta que yo soy el hombre y usted lamujer. (Dice en voz muy dulce.) Nia... megustara estar como un gatito en tu regazo. (Seinclina bien sobre el hombre.) Quisiera que meconvirtieras en tu esclavo. Quisiera encanallarmepor vos... Bueno, ahora haga usted lo que quiera,pero comprndame. (El GALN deja su asiento;lo ocupa la SIRVIENTA.)

    GALN: No se da cuenta de que una personadecente no puede hacer eso?

    SIRVIENTA: Si seguimos en ese tren noterminaremos ms. Aqu no se trata de pedirle un

  • certificado de buena conducta, sino de queproceda como a m me gusta. Usted es... Yo tengotrescientos millones...

    GALN: Es que yo nunca tropec con una mujercomo usted.

    SIRVIENTA (menea la cabeza, luego se re):Qu hombre ste..., qu Adolfo!...

    GALN: Oh!... Usted sabe que me llamoAdolfo! Oh! Usted pronunci mi nombre! Oh!Puedo morir tranquilo!

    SIRVIENTA: En efecto, nada se perdera si ustedreventara..., pero por qu quiere morir joven?

    GALN: Mi vida se desenvuelve bajo un signofatal. Me persigue el homicida amor de unagitana...

    SIRVIENTA: Jorbese, por zonzo!...

    GALN (iracundo): Esto es imposible... Usted

  • me echa a perder los efectos.

    SIRVIENTA: Clmese; le voy a seguir el juego...(Haciendo gestos de primera actriz.) Cmo..., tme eres infiel?

    GALN: No, no le he correspondido nunca...,pero ella me sigue a travs de montaas y demares...

    SIRVIENTA (cariosa): Chiquito, cuntanovelera!...

    GALN: Es una mujer fatal.

    SIRVIENTA; Chiquito..., las mujeres fatales slose encuentran en el cine. Nosotros nos casamos ysanseacab la mujer fatal.

    GALN: No tengo dinero para casarme. Adems,un galn que se casa es ridculo y hace rer a lasmujeres a quienes enga y con quienes no secas.

  • SIRVIENTA: Me gustas y te compro. Tengotrescientos millones.

    GALN (rascndose la cabeza): La suma esrespetable. Trescientos millones! Pero qu dirella, que atraves montes y mares?...

    SIRVIENTA: Qu duro de entender es usted!Observe que mares y montaas son una mentirapara darle un poquito de poesa a mi sueo. Aqula nica que suea soy yo, nadie ms que yo.

    GALN: Me arrodillo entonces...

    SIRVIENTA (malhumorada): Haga lo que quiera.(Aparte.) Este hombre es un perfecto imbcil,como todos los galanes...

    GALN (declamatorio): Recorri los mares y lasmontaas.

    SIRVIENTA: Y los bosques, dnde los deja?...

    GALN (por su cuenta): Yo miraba a una mujer...

  • miraba a otra y ninguna me gustaba... (LaSIRVIENTA lo mira y menea la cabezaconsternada ante el latoso.) Y me deca: "Porqu ninguna doncella me ama? Por qu ningunajovencita corre a mi encuentro y me estrechacontra su pecho?... Por qu las ciudades no sederrumban cuando paso y los gobernadores no mecoronan de flores..., y el cordero no come pastojunto al len, ni el len juega con el cabrito, si micorazn est repleto de amor?"

    SIRVIENTA: Eso es interesante.

    GALN (pensativamente): Qu se cree, que nos pensar por mi cuenta? Claro que he pensado!El papel de galn es simultneamente ridculo ydramtico. Ya ve, usted y yo estamos aqu con elmar al frente y todava no nos hemos dado un besosincero.

    SIRVIENTA: Y a usted le gustara besarme?

    GALN: Me gustara quererla, a pesar de su

  • carcter endiablado.

    SIRVIENTA (cavilosamente): Querer?

    GALN: S, me gustara quererla mucho aunqueusted no me quisiera, y humillarme ante ustedcomo un perro.

    SIRVIENTA: Por qu humillarse?...

    GALN (con repentina angustia en la voz): Nos..., pero hay mujeres que nos producen eseefecto. Primero las tratamos irnicamente... escomo si tuviramos la sensacin de que podemosazotarlas... y de pronto esa sensacin se nos rompey en el corazn nos queda el dulce deseo de serhumillados por esa mujer, sufrir...

    SIRVIENTA: Es muy lindo lo que dice usted.Sintese a mi lado. ( E l GALN se sienta.)Nosotras a veces sentimos tambin esa sensacin:que nos conquiste un hombre que de una sotamirada nos haga temblar... y que nos pegue... y que

  • nos bese... Por qu no me besa ahora?... Megustara que me besara.

    GALN: No tengo ganas de besarla. (Se levanta yva hasta la pasarela de la nave.) El mar..., laluna..., el corazn del hombre es ms cambianteque el mar...

    SIRVIENTA: Es cierto lo de la gitana?

    GALN: Para qu me pregunta eso?

    SIRVIENTA: Es que nosotros estamosenamorados, de algo tenemos que hablar.

    GALN: Nos engaamos mutuamente entonces?

    SIRVIENTA: Y si no nos engaamos nimentimos?...

    GALN: Tendremos que decir enormidades...

  • SIRVIENTA: Dgalas.

    GALN: Bueno... Me revientan todas las mujeres,empezando por usted. Me revientan la forma comobesan, la comedia que hacen... Me revientanporque todo el placer que proporcionan no valelos copetines que se beben a costa de uno. (Sbitatransicin.) Perdneme,.., me olvidaba de queestaba haciendo el papel de Galn...

    SIRVIENTA-, Y por qu me pidi un beso antes?

    GALN: Por pedirlo... Un galn est obligadosiempre a pedir besos, como un boxeador a dartrompadas. Es el "mtier".

    SIRVIENTA (amablemente): Usted es un cnico...

    GALN: Es el nico elogio que me encanta. S,soy cnico y desvergonzado y, adems, me gustaserlo. En cuanto dejo de ser desvergonzado se meoprime el corazn..., me ataca el asma. Voy por elmundo haciendo comedia. Conozco los mil gestos

  • que hay que dibujar para engaar a una tonta; lasonrisa diluida, la mirada sombra y en el fondo dem mismo la burla hacia la inconsistencia humana.A veces estudio una pareja de enamorados, y en laexpresin de ella me doy cuenta de qu sistemautilizar para avinagrarle la vida al marido, ascomo en la fisonoma de l descubro los minutosque durar su fidelidad...

    SIRVIENTA: Y cules son las mujeres que legustan a usted?

    GALN: Las bien vestidas. No importa que seanfeas. Entre una mujer fea bien vestida y una lindamodestamente trajeada, me quedo con la fea. Lamujer no es nada ms que un vestido..., una piel yun sombrero...

    SIRVIENTA: Me gusta y lo compro a...

    GALN: Usted tiene trescientos millones y yo mevendo...

  • SIRVIENTA: Perfectamente. Trato hecho. Allvienen el Capitn y AZUCENA; anncielesnuestro compromiso.

    Escena cuarta

    Por la izquierda aparecen el CAPITN,GRISELDA y AZUCENA. Las amigas llevan untraje de crep satn marfil y esmeralda, ceido alcuerpo de manera que dibuja una siluetaelegante destinada a contrastar con elguardapolvo proletario de la menestrala. ElCAPITN, l a s Amigas y el GALN cambianirnicas miradas de gente de otra sociedad quealterna por compasin con una pelafustanacolocada en su "esfera" por un instante. Luego sedoblan a las exigencias de la comedia y ya esimposible discernir si ellos son cantaradas oenemigos.

    CAPITN: Mirando el mar?

    AZUCENA y GRISELDA (a un tiempo): Buenas

  • noches...

    GALN: Seoritas..., Capitn..., llegan ustedes enun momento muy feliz para m. Acabo decomprometerme con la seorita Sofa.

    CAPITN: La felicito, seorita... Lo felicito,caballero...

    AZUCENA: Te felicito, queridsima... Y a usted,seor, tambin...

    GALN: Gracias...

    GRISELDA: Espero que ser ste para vos un...

    Suena repetidamente el timbre de servicio, y laSirvienta pasa a su cuarto y hace mutis. Lailuminacin del barco decrece y los personajescontinan ahora el dilogo en escena por sucuenta.

    Escena quinta

  • GRISELDA: Esta mujer est loca...

    GALN (furiosamente): Todas ustedes son unaschifladas...

    AZUCENA: Que tenemos que ver nosotras con sulo?...

    GRISELDA: No se olvide que somos fantasmascomo usted.

    CAPITN: Su imaginacin: la base es"ROCAMBOLE" y su geografa la estudi en larevista "La Esfera".

    GRISELDA: Lo nico que ha ledo y ha visto.

    AZUCENA: Me dan ganas de no seguirtrabajando...

    GALN (apaciguado): Usted sabe que no sepuede.

    CAPITN: Y se cree seriamente millonaria.

  • GRISELDA (al CAPITN,): Vio usted cmo nostutea?

    AZUCENA (al GALN)! Y cmo le fue a usted?

    GALN: Como al diablo.

    CAPITN: Le hizo hacer la comedia?

    AZUCENA: No se desmay? '

    GRISELDA: No se haca la pudorosa?...

    GALN: La vergonzosa?... Ella hacerse lavergonzosa? Estn locas ustedes. Casi me da decachetadas porque yo, siguiendo mi sistema, noquera representar como se le antoj.

    CAPITN: Es un oficio bien sucio el nuestro.

    AZUCENA: Me ira, pero tengo los zapatos comoencolados al piso.

    GALN: Yo estoy descuadrillado... Despus de la

  • jorobada me toca la Siirvienta, Voy de mal enpeor.

    GRISELDA: Y yo.

    CAPITN: Y yo.

    GALN: Cuando me acuerdo de mis buenostiempos!...

    GRISELDA: Debera prohibrseles soar a lospobres...

    AZUCENA: Verdad. Un pobre soando imaginalos disparates ms truculentos.

    GALN: Es la falta de cultura.

    CAPITN: De un tiempo a esta parte el ltimolavaplatos se cree con derecho.

    GRISELDA: La culpa la tiene el cine... cranme.

    GALN: Qu tranquilos estbamos antes en

  • nuestro mundo astral!

    GRISELDA ( a AZUCENA,): Qu bien habla elGaln! ( A l GALN) Sabe que me enamorausted?...

    GALN: Lstima..., pues no soy nada ms que unpoco de humo y ter.

    CAPITN: Hemos perdido nuestra fuerza antigua;cualquiera nos

    esclaviza.

    GALN: Y esta mujer tiene una endiablada fuerzade obsesin.

    GRISELDA: No es cierto.

    CAPITN: Es como un imn.

    GALN: Yo siento que me sacude el ir y venir de

  • su pensamiento.

    AZUCENA: Lo que yo me pregunto desde hoy esen qu va a terminar esto.

    GALN: Somos como los actores de una obrade teatro.

    CAPITN: La autora es ella...

    GRISELDA: Con la diferencia de que slo ellanos ve.

    AZUCENA: De cualquier manera, tengo unasganas brbaras de irme.

    CAPITN: S..., uno se harta de fantochadas.

    GALN: Las ligaduras que me ataban se aflojan...

    GRISELDA: Efectivamente.

  • CAPITN: Ella est con el pensamiento en otraparte.

    Nuevamente la luz decrece en escena, hastanublarse el paisaje en la incertidumbre de lanoche.

    GALN: Levantemos el vuelo. (Vanse. La escenaqueda desierta durante algunos minutos. En esesilencio se oye ejecutado a la distancia en elpiano, "Asturias", de Albniz. Todo se oscurecetotalmente y, como en el cuadro anterior, serepiten los pasos de la criada, que camina en sucuchitril.)

    CUADRO TERCERO

    Escena primera

    Al encenderse la luz la escena aparece desierta.En la extensin del muro anteriormente ocupadapor el puente de la nave se abre ahora unventanal inmenso con vitraux de colores

  • emplomados y una hoja entreabierta que deja verhileras de olivos y cordones de montes. Laprimera persona que aparece en escena es unaNIERA, de cofia blanca, y una criatura demeses en los brazos. Tras ella, la puerta lateral,entra el GALN, del brazo de la SIRVIENTA.

    GALN: Bueno, hasta luego, querida.

    SIRVIENTA: No vengas tarde.

    GALN: Dar una vuelta por la montaa.

    SIRVIENTA: No tardes, porque al anochecer, nos por qu, me pongo inquieta.

    GALN: Qudate tranquila. (Se inclina sobre lacriatura que sostiene la NIERA y la besa,dicindole.) Dgale adis a su papito. (Salesaludando con la mano.)

    SIRVIENTA: Hasta luego, querido. (A la

  • NIERA.) Est bueno el tiempo?

    NIERA: Templado, seora.

    SIRVIENTA: Vaya hasta el jardn. Tenga cuidadocon la nena.

    NIERA: S, seora.

    SIRVIENTA: Pngase a la sombra, pero donde nohaya humedad ni viento.

    NIERA: S, seora.

    SIRVIENTA: Si se duerme trigala en seguida.

    NIERA: S, seora.

    SIRVIENTA: Pngala en el cochecito.

    NIERA: Nada ms, seora?

    SIRVIENTA: Vuelva dentro de media hora.

  • NIERA: Hasta luego, seora.

    SIRVIENTA: Hasta luego. (Mutis de laNIERA.)

    Escena segunda

    Entra el LACAYO y anuncia.

    LACAYO: Con su permiso, seora. Las niasGriselda y Azucena preguntan por usted.

    SIRVIENTA: Que pasen. (Mutis del LACAYO.)

  • Escena tercera

    Entran GRISELDA y AZUCENA, corren alencuentro de la SIRVIENTA, y la abrazan porturno.

    GRISELDA: Tanto tiempo sin verte!

    AZUCENA: Qu linda ests!

    SIRVIENTA: Ustedes s que estn bien...

    GRISELDA: Ests ms gruesa... Qu buen color!

    AZUCENA: Y la nena?... Quiero ver a la nena.

    SIRVIENTA: Est en el jardn... Ahora la hagotraer.

    GRISELDA: Cmo es?... A quin se parece?

    AZUCENA: Un momento, cllate, a ver si adivin

  • yo. Es rubia?

    SIRVIENTA: No, tiene el cabello negro.

    GRISELDA: Viste cmo acert yo?

    SIRVIENTA: La nariz es del padre... En cambio,la frente y la boquita, iguales a las mas.

    AZUCENA: Qu monada debe de ser! Me mueropor verla.

    GRISELDA: Y Adolfo?

    SIRVIENTA: Sali hace un momentito.

    AZUCENA: Y qu tal es la vida de casada, che?

    GRISELDA: Sos feliz?...

    SIRVIENTA: S..., dentro de lo relativo.

    AZUCENA: Qu fra lo decs!

  • SIRVIENTA: Te soy sincera, no vale la penacasarse.

    GRISELDA: Adolfo no se porta bien?

    SIRVIENTA: No es eso... Adems, no s por qume parece que de un tiempo a esta parte Adolfoanda preocupado.

    Escena cuarta

    Alboroto exterior compuesto de gritosfemeninos, de preguntas y roncas voces detrsdel teln. La S I RVI E N TA s e poneinstantneamente de pie y sus amigas la imitan.

    SIRVIENTA: Qu pasa?

    LACAYO (entra desaforadamente): Seora, lanena!...

  • NIERA: (Se presenta manchada de sangre.)Me robaron a la nena, me robaron a la nena!...

    SIRVIENTA (avanza framente, tomndose lassienes con las manos

    Qu dice esta mujer?

    Escena quinta

    Dando grandes zancadas aparece el GALN,el busto doblado, las manos tomndose elcorazn.

    GALN: Me han muerto..., la gitana..., mi hija...,D i o s . (Se desploma en los brazos de laSIRVIENTA.)

  • SIRVIENTA: Me vuelvo loca.

    GALN: Es la venganza de la gitana. Quebusquen a mi hija! (Cae por tierra.)

    SIRVIENTA (volviendo el busto, con los brazosal aire): Esto es un sueo.

    Escena sexta

    Sonamblico y fantoche apareceROCAMBOLE en el umbral del cuarto,extendiendo el brazo melodramticamente.

    ROCAMBOLE: Juro que encontrar a su hija,seora!

    L a SIRVIENTA cae de rodillas junto al

  • GALN. GRISELDA y AZUCENA se aprietanuna junto a otra. Suena el timbre de servicio tanfuriosamente, que la SIRVIENTA de un salto seprecipita a su cuarto. Mutis de ROCAMBOLE yla SIRVIENTA.

    Escena sptima

    GALN (incorporndose del suelo, donde hacala farsa del cadver): Juro por mi honor que estamujer est ms loca que una cabra.

    GRISELDA: No se anda con chiquitas. Su dramanecesita una docena de cadveres, por lo menos.

  • AZUCENA: As es la imaginacin plebeya.

    GALN: Al diablo con el oficio de personaje!

    NIERA: Gracias a Dios, no tengo nada ms quehacer aqu.

    GRISELDA: De modo que usted se va?

    GALN: Afortunadamente.

    AZUCENA: Tiene suerte.

    GRISELDA: No quiere que lo acompae?

    GALN: No quiero los, tramoyas nicomplicaciones; bastante me amargan la vida lascorcovadas y las dementes, para entramparme confantasmas.

    NIERA: Como si usted no lo fuera!

    GALN: No discuto eso..., pero me voy. (Sale elGALN y detrs, encorvados y graves, uno tras

  • otro, los fantasmas del drama. Lentamente seapaga la iluminacin brujesca de! decorado. Enla desolacin gris del rectngulo de los sueosaparece, alcahueta y cojeando, la MUERTE.E s p a por un resquicio el cuarto de laSIRVIENTA.)

    MUERTE: Todava no est a punto la palomitafantasiosa. Todo le pasa por no comer jamn deldiablo.

    TELN

    ACTO II

    Ahora el cuarto de la SIRVIENTA es prolongado

  • en la zona del ensueo por una carbonera dearrabal. A los costados del foro, pilas de carbn,que dejan un pasillo estrecho. All se ocultanrpidamente ROCAMBOLE y la SIRVIENTA. Noterminan de esconderse tras la pila cuandoavanza hacia la escena una chiquilla de catorceaos en alpargatas. Largo vestido rojo, y elcabello suelto sobre la espalda, como reproducena Genoveva de Brabante ciertas tricromas queilustran los salones de barberos y betuneros. Lania arrastra una pala de carbn con una mano yen la otra lleva una bolsa. Comienza a llenar labolsa, luego se detiene y se arrodilla en medio dela escena.

    Personajes reales:SIRVIENTA,PATRONA.

    Personajes de humo: CENICIENTA, CompadreVULCANO, rufin Honrado, Rocambole.

  • Escena primera

    CENICIENTA: Dios mo, por qu no me disteuna madre buena como a las otras chicas? Por questoy sola en este mundo, Seor de los Cielos, siyo nunca he hecho ningn mal? (Tras la pilavisible para el pblico, en esta escena, laSIRVIENTA trata de precipitarse hacia la nia,pero ROCAMBOLE la contiene con un gesto yl u e g o saca de su bolsillo un revlver. LaSIRVIENTA se sosiega. La CENICIENTA,incorporndose.) Dios mo, si vos exists haceque encuentren a mi mamita! (Cuando laCENICIENTA pronuncia estas palabras penetraen el antro, por el pasillo, un hombre gigantesco,con el rostro manchado de carbn, gorra devisera de hule y blusa proletaria. El gandul,l l amado Compadre VULCANO, escucha laimploracin de la CENICIENTA, avanza hastaella en puntas de pies, la toma de una oreja yexclama.)

  • VULCANO: As correspondes a mis sacrificios:invocando a Dios para que perjudique micomercio!

    Dicho esto, el Compadre VULCANO suelta de laoreja a la nia y con las manos en jarras sequeda contemplndola.

    CENICIENTA: Rezaba, to...

    VULCANO: En mi carbonera est prohibidorezar. Qu necesidad tenes de rezar? No estsbien acaso: gorda y lustrosa como una liebre?

    CENICIENTA: To..., perdneme...

    VULCANO: No soy tu to. No quiero serlo.Adems no lo soy. Jurdicamente no puedo ser tuto. Que lo sea Satans. S, Satans. Ycorrespondes a mis sacrificios invocando la ayudade Dios en mi propia carbonera para que meperjudique, porque la clientela no quiere sabernada con Dios!

  • El truhn se pasea de un lado a otro del"establecimiento", mientras la CENICIENTA,consternada, menea la cabeza. VULCANO seenjuga la frente con un pauelo de cuadros, yluego contina con su tono de bufn consternado.

    VULCANO: No s por qu me parece que he vistoa Rocambole en los alrededores de esta casa.Maldito sea el bandolero! (Dirigindose a lachica.) Negars que soy bondadoso con vos?No! Podes negar que tengo el corazn de pastaflora? No! Cuando te trajeron fue para que tecortara la lengua y te quemara los ojos convitriolo.

    Tras la bolsa de carbn la SIRVIENTA setoma la cabeza, en compaa de ROCAMBOLE,que aventura un gesto de fantoche justiciero.

    VULCANO: S yo me hubiera portadohonradamente con la gitana que te hizo robar, nopodras ahora invocar la ayuda de Dios para queme perjudicara. (La CENICIENTA se estremece y

  • junta los brazos, encogidos por el codo, alcuerpo.) Ya ves si soy bondadoso. No te cor t lalengua. Quin me lo impeda? En la Taberna de laSangre le cort la lengua a una chica. Que lo digael maldito Rocambole si no se la cort. Ya ves.Pero escuchando los pedidos de mi tierno coraznno te cort la lengua.

    El bandido se pasea de un lado a otro y luegocontina enftico y magnnimo.

    VULCANO: Es que soy un sentimental. No puedonegarlo. Mi santa madre me lo deca: No irs aninguna parte, Vulcanito, con tu tierno corazn.Sos demasiado virtuoso. Tena razn la pobre. Soyun sentimental. Perjudicando mis intereses te vistoy te alimento. Y cmo me lo agradeces? Sepuede saber? Invocando la ayuda de Dios para queme perjudique. No sabes que est prohibidoinvocar el nombre de Dios en vano? No leste loslibros santos? No invocars el nombre de Dios envano. Y vos obstinadamente con tu mala conductallamando la clera de Dios sobre mi

  • establecimiento comercial, y la indignacin de misclientes. Tenas que llenar diez bolsas de carbn...y dnde estn?...

    CENICIENTA: Llen cuatro..., to.

    VULCANO: Y yo sacrificndome. Para esto teengordo con alimentos nutritivos? Y mientras yoexploro las calles de esta ciudad, porque esnecesario que un honrado ciudadano observe lavida de sus prjimos para saber cmo robarles...,holgazaneas en mi carbonera igual que la hija deun general y te diverts como si tuvieras queheredar a un banquero.

    CENICIENTA: To..., divertirme yo?

    VULCANO: Cmo?... No es un divertimientollenar bolsas de carbn? Oh, ingratitud humana!Y con qu me pagars entonces el vestido quellevas puesto? Y esas hermosas zapatillas? Qusera de vos si hubieras naufragado en una isladesierta? Con qu te alimentaras? Qu quers

  • vos, que traiga la pera lrica a miestablecimiento? Qu contrate el circoHagcmbeck? Pretenders acaso que implore lacaridad pblica para que con el producto de missacrificios te emperifolles como la hija de unespadn? No, no... gracias al diablo, esto termina.Escucha, ven.

    L a CENICIENTA se acerca a VULCANO yste le habla al odo unos momentos. Se oye quegolpean las manos afuera, y VULCANO exclama.

    VULCANO: All est! Adelante!

    Escena segunda

    Entra un viejo gordo, grasiento y granujiento,con traje de color canela, bastn-garrote y una

  • chisterita jovial.

    VIEJO: Buenas tardes, seor Vulcano.

    VULCANO: (a la CENICIENTA,): Queridasobrina, ste es el Rufin Honrado, de quien tehablaba recin.

    VIEJO: Oh!... En cuanto a honrado,.., nadie comoyo... En cuanto a rufin, es mi profesin, porque yodesde chico siempre me atuve a esta mxima: laociosidad es la madre de todos los vicios.

    VULCANO: Ves, sobrina, cmo coincideconmigo este hombre de bien?

    VIEJO: (estirando el bastn y tocando a laCENICIENTA con l): sta es la paloma que vasa vender?

    VULCANO: La misma.

    VIEJO: Flaca est,

  • VULCANO: En eso se demuestra su buenacondicin. No es golosa. Slo engordan lasperezosas. Adems las gordas no les gustan tanto alos hombres como las flacas.

    VIEJO: Es un parecer.

    CENICIENTA: Dios mo!

    VIEJO: Qu le pasa a esta cabrita?

    VULCANO: Exclama Dios mo! Por la alegraque le causa ir a vuestra casa.

    VIEJO:Es cierto, palomita?

    CENICIENTA (tristemente): S, seor.

    VIEJO: Demuestras una excelente educacin.

    VULCANO: Son mis sacrificios. El sudor de mifrente...

    VIEJO: (sardnico): Se explica que quiera estar

  • ya en mi establecimiento. (Dirigindose a laCENICIENTA.) Tengo muchas chicas como t...,eso s..., bien vestidas y mejor alimentadas. Todasestn muy contentas.

    CENICIENTA: Qu alegra! Es muy grande sucolegio, seor?...

    VULCANO: Grande como un barco. Con variospisos y muchas luces y hasta msica.

    VIEJO: Yo soy para mis muchachas como unpadre. A ver, nia... (El VIEJO estira el garrote.)Vulvete... ( L a CENICIENTA gira sobre smisma y el VIEJO ponindose la palma de lamano a modo de visera sobre los ojos examinaatentamente.)

    VULCANO: No le quitars mritos a lamercadera, viejo tramposo.

  • VIEJO: Es flaca. Tiene un hombro ms alto que elotro. (A la CENICIENTA.) T sabes hablar enfrancs?

    CENICIENTA: No, seor.

    VIEJO: Bailas danzas clsicas?

    CENICIENTA: No, seor.

    VIEJO: Tienes novio?

    CENICIENTA: No, seor.

    VIEJO: Malo..., malo... Qu es lo que sabeshacer para atraer a los hombres?

    Escena tercera

    Tras la pila de carbn salta la SIRVIENTAesgrimiendo un revlver y tras ellaROCAMBOLE con otro pistoln.

    SIRVIENTA: Cllese, monstruo!... Viejo

  • maldito!...

    VULCANO: Y esta vieja de dnde sale?

    VIEJO: Y este seor con un revlver? (AVULCANO.,) Me has tendido una trampa...

    ROCAMBOLE: Buenas tardes, caballeros.

    VULCANO (enftico); Me quejar a la polica.Quin es usted? Ha violado mi domicilio.

    ROCAMBOLE: Buenas tardes he dicho!

    VIEJO: Con su revlver interrumpe nuestros tratoscomerciales.

    SIRVIENTA: Cllese, bandido!

    VIEJO: Yo no puedo tolerar que una vieja cabrame trate de bandido.

    SIRVIENTA: Y de rufin espantoso!

  • VIEJO: Yo no puedo tolerar esto. Soy uncomerciante. Ejerzo una profesin lcita. Pagopatente. Soy til a la sociedad. Estoy al da con mimatrcula. (E l VIEJO patea el piso indignado.)Por qu viene a interrumpir nuestrastransacciones comerciales?

    ROCAMBOLE: He dicho buenas tardes y nadieme ha contestado.

    VULCANO: Qu me importa a m que usted medesee buenas tardes?

    VIEJO: Quin diablos es usted para que nosotroslo honremos con nuestro saludo?

    SIRVIENTA: (a la CENICIENTA.) Ven aqu,pobre criatura.

    CENICIENTA: S, seora... Usted tiene cara debuena. (Se pone al lado de la SIRVIENTA.)

    VULCANO ( a ROCAMBOLE): Usted estviolando las leyes... Me amenaza a mano armada...

  • ROCAMBOLE: Soy el ex presidiario. SoyROCAMBOLE!

    VIEJO: ROCAMBOLE!...

    VULCANO: Muerto soy!...

    VIEJO: Pero usted no se haba muerto?

    ROCAMBOLE: All donde hay una hurfana queproteger de malvados, o una viuda, de abogados,all estar Rocambole.

    VIEJO: (quitndose el sombrero): Si usted esRocambole... y debe de serlo... prudentementeretiro todo lo que he dicho. S, seor, retiro lo quehe dicho. A usted, seora, la he llamado viejacabra. Desde hoy deja de ser una vieja cabra paraconvertirse en una dignsima dama.

    SIRVIENTA: Cllese, monstruo!

    VIEJO: Los dbiles y los viejos estamos obligadosa ser bufones para que no nos echen a puntapis de

  • los rincones donde nos metemos. Adems latormenta es con el seor Vulcano, si no meequivoco.

    CENICIENTA: Seora, este viejito querallevarme a un colegio.

    VIEJO: Digan si no da gusto tanta inocencia. Loque yo quiero es dejar constancia de que no heatentado contra su pudor. Como la encontr,queda.

    CENICIENTA: Qu tiene de malo que quisierallevarme al colegio?

    VULCANO (pattico): Ven qu educacin msesmerada ha recibido? No tiene tanto as demalicia. Son mis sacrificios... el sudor de mifrente.

    VIEJO: Con perdn de ustedes me escurro... Noquiero sacarle las castaas del fuego a un malhombre como ste. (Seala a VULCANO.) SeorRocambole, dignsima dama..., siempre a sus

  • rdenes. (Se retira caminando para atrs con elsombrero en la mano y al llegar al final delpasillo exclama:) Pueden despellejarlotranquilamente, que yo no dir palabra! Quien malanda mal acaba.

    Escena cuarta

    ROCAMBOLE, l a SIRVIENTA, CompadreVULCANO y la CENICIENTA.

    ROCAMBOLE: Bueno..., ahora que estamos solosvamos a conversar, amigo Vulcano. Dnde est tulegtima esposa?

    VULCANO: En la crcel.

    ROCAMBOLE: Tus hijos?

  • VULCANO: En presidio.

    ROCAMBOLE: De manera que toda la familiaveraneando? Vives ms tranquilo y solitario queun cannigo. Los parientes no te molestan.

    VULCANO: Ni la polica tampoco. Me heregenerado, vivo, y os juro, seor Rocambole, queno hay satisfaccin ms grande que vivirhonradamente. (Volvindose a la SIRVIENTA.,)As que usted es la esposa de este dignocaballero? Qu orgullo debe de ensanchar sucorazn de matrona virtuosa al tener por marido atan grande hombre!

    SIRVIENTA: Cllese! (VULCANO intenta darun paso ms adelante.)

    ROCAMBOLE: Queridto..., como te muevas otravez te limpio el corazn de porqueras.(VULCANO retrocede.) Hablemos seriamente.De dnde sacaste esta chiquita?

    VULCANO: Me la dio a cuidar una mujer cuando

  • era una tierna criatura.

    ROCAMBOLE: Habla lisa y llanamente. Quinera esa mujer?

    VULCANO: La madre.

    ROCAMBOLE: Ests mintiendo, Vulcano.

    VULCANO: El padre muri en presidio.

    ROCAMBOLE: Compadre Vulcano, hay quemostrar el juego o terminaremos mal.

    VULCANO: Vino la madre y me dijo: "Te entregoesta perlita de mis ojos".

    ROCAMBOLE: Me estoy aburriendo. De modoque la chiquilla te la dio la madre?

    VULCANO: Lo juro bajo mi honrada palabra.

    ROCAMBOLE (a la SIRVIENTA): Descbrale laespalda, seora.

  • La SIRVIENTA le rasga el vestido y mirando ala criatura exclama:

    SIRVIENTA: Aqu tiene la crucecita que le hizola partera al nacer! Hija ma!

    CENICIENTA: Madre ma, qu alegra!

    SIRVIENTA: Hija ma..., tantos aos..., queridita.

    CENICIENTA: Yo saba que tena que llegar esteda.

    La criatura y la SIRVIENTA se abrazanrepetidamente y se establecen unos segundos desilencio.

    VULCANO: Qu grupo ms emocionante!(Siempre en comediante.) Dan ganas de llorar.(Avanza un paso, pero ROCAMBOLE interponerpidamente el revlver.)

    ROCAMBOLE: Quieto, bandido!

  • VULCANO: Estoy emocionado. No en vano decayo siempre que esta criatura era de noble linaje.

    ROCAMBOLE: Pichn, tenes que cantar..., hayque cantar, querido...

    VULCANO: Y si no canto?

    ROCAMBOLE: Sabes que me cuesta muchomenos trabajo enfriarte que decirlo.

    VULCANO: Bueno, patrn, cantar como uncanario. Estaba mal. Me ofrecieron la tenencia dela nena. El que le dio la pualada fue Lagarto. Elque rob la nena fue Monseor...

    ROCAMBOLE: T estabas all. Monseor en esetiempo estaba preso.

    VULCANO: Qu dira mi santa madre...?

    ROCAMBOLE: Deja tranquila a esa vieja maldita.

  • VULCANO: Lagarto fue el que !e dio la pualadaal padre. Yo rob a la nena. Por los SantosEvangelios, patrn, que yo nicamente rob a lanena. La gitana no cumpli lo estipulado.

    ROCAMBOLE: Y slo recibiste cincuenta milfrancos en vez de los cien mil tratados...

    VULCANO: Cmo sabe eso, patrn?

    ROCAMBOLE: Queridto: yo no estoy aqu paracontestar sino para preguntarte... Y si no learrancaste la lengua a la criatura ni la dejasteciega fue con la esperanza de sacar msprovecho...

    VULCANO: Esas son mentiras del Lagarto. Si yono le hice dao a la criatura fue debido a mi tiernocorazn. Que lo diga la chiquilla. (Dirigindose al a CENICIENTA.) No es cierto que te cuidabacomo a la hija de un coronel? No es cierto que hequerido darte una educacin esmerada? No escierto que te daba alimentos nutritivos abundantes

  • en vitaminas?

    CENICIENTA: Pero muchas veces me pegaba...

    VULCANO: Como un padre. Qu padre no le dauna palma de vez en cuando a sus hijos?

    CENICIENTA: Me pegaba con alambres cuandose enojaba...

    SIRVIENTA: Monstruo!... Hijita querida!...Pobre chiquita ma!...

    VULCANO: Oh! Oh! Se me desgarra el corazn.No, yo no le he pegado... con alambres, no.

    ROCAMBOLE: As que te pegaba con alambres?

    CENICIENTA: Pero deca que era por mi bien.

    SIRVIENTA: Monstruo!... Monstruo! No le davergenza?...

  • ROCAMBOLE: Hay que arreglar cuentas,Compadre Vulcano. Mataste al padre. Robaste a lahija. Destruiste la vida de una dama dignsima.Tenes que arrodillarte, Vulcano.

    VULCANO: Yo no quiero morir.

    ROCAMBOLE: Si tu gusto es morir parado, notengo inconveniente. (VULCANO se arrodilla.ROCAMBOLE, con voz tonante.) Le cortaste lalengua a la mudita de la Taberna de la Sangre,Vulcano. Asesinaste a tus semejantes.

    VULCANO: Perdn!

    ROCAMBOLE: Que te perdone la esposa cuyomarido mataste.

    SIRVIENTA: Yo no puedo perdonarlo.

    VULCANO: Perdn!

  • ROCAMBOLE: Que te perdone la madre cuya hijarobaste.

    SIRVIENTA: No puedo... Rezar por l...

    VULCANO: Yo no quiero que recen sobre mitumba. Yo quiero vivir, comer.

    ROCAMBOLE: Que te perdone la sociedad a laque ofendiste con tus graves crmenes. Tenes unminuto para rezar y encomendar tu alma a Dios.

    CENICIENTA: Yo lo perdono, seor Rocambole.(VULCANO se arrastra y le besa los pies.)

    ROCAMBOLE: Lo perdonas de todo corazn,nia?

    CENICIENTA: S, seor Rocambole. Le perdonotodo porque no me cort la lengua ni me dejciega.

    ROCAMBOLE: Miserable, la splica de estengel salva tu inmunda piel. (La SIRVIENTA y la

  • nia retroceden. ROCAMBOLE sacarpidamente un frasco del bolsillo y dice:) Perocomo no puedes quedar sin castigo...

    Le arroja el contenido del frasco a los ojos;VULCANO lanza un terrible grito y se levantamoviendo los brazos al mismo que tiempo quealla..

    VULCANO: Estoy ciego..., estoy ciego! Oh!

    ROCAMBOLE: Es un castigo misericordioso elque te hemos dado. (Suena largamente el timbrede servicio, que por unos instantes ninguno delos personajes escucha. De pronto laSIRVIENTA oye el llamado y retrocededespavorida de la zona del sueo al espacio desu cuarto.)

    Escena quinta

  • Sbitamente en la puerta del cuartita asoma laPATRONA de la casa, mira a la SIRVIENTA y ledice:

    PATRONA: Oiga... se puede saber lo que le pasaque no viene cuando la llaman? Hace media horaque est sonando el timbre.

    SIRVIENTA: Disculpe, seora... (Salen ambas.Los personajes de humo quedan un instante en laposicin estatuaria en que los inmoviliz la vozde la PATRONA al entrar en el cuarto de lacriada. La luz verdosa que inunda la escenadisminuye lentamente.)

    TELN

    ACTO III

    La pieza de la SIRVIENTA es ahora prolongada

  • por un saln tapizado como aquellos queaparecen en las ceremonias de los personajes decualquier parte. Prticos dorados y cortinasrojas dan la impresin de una opulenciaextraordinaria. Moblaje, espejos y sofs. Unaclaridad triste flota en este ltimo cuadro delsueo.

    Personajes reales: SIRVIENTA, Hijo de laPATRONA.

    Personajes de humo;

    A Z U C E N A y G R I S E LD A , totalmenteenvejecidas y ataviadas con trajes negros.L A C A Y O con patillas, CENICIENTA,GALANCITO, ROCAMBOLE.

    Escena primera

    LACAYO gordo, con librea verde y patillasblancas, entra con bandeja de licor, sirve y se va.

  • VIEJA Ia: Cmo pasan los aos!

    VIEJA 2a; Y sta es la vida.

    SIRVIENTA: Sufrir,

    VIEJA 1*: Para qu la vida?

    VIEJA 2a: Todo es desengaos.

    SIRVIENTA: Monotona.

    VIEJA Ia: Tristezas.

    VIEJA 2a: Querer.

    VIEJA Ia: Dejar.

    SIRVIENTA: No hables.

    VIEJA Ia: S, es mejor no hablar.

  • VIEJA 2a: No conviene nombrar ciertas dulzuras.

    SIRVIENTA: Por qu hablo yo como ustedes?

    VIEJA Ia: Qu dice?

    SIRVIENTA: Yo soy joven.

    VIEJA 2a: Est loca.

    VIEJA Ia: Dice que es joven... ja... ja... ja!...

    SIRVIENTA: Yo puedo esperar y vivir. No tengonada ms que veinticuatro aos.

    VIEJA Ia: Est loca. Dice que tiene veinticuatroaos.

    SIRVIENTA: Oh!, no... es cierto... Yo tambinsoy vieja.

    VIEJA 2a: Era una broma.

  • VIEJA Ia: Es claro. Una broma.

    SIRVIENTA: Pero mi cabello es negro.

    VIEJA 2': Empieza otra vez a desvariar? No tenesel cabello negro.

    VIEJA Ia: Lo tenes blanco como el nuestro.

    SIRVIENTA: Tengo una hija perdida...

    VIEJA 2": Delira. No sabe lo que dice.

    VIEJA Ia: No te acords de que la encontrRocam-bole a tu hija?...

    Vieja 2a: En la carbonera del CompadreVULCANO.

    Vieja 1": Y ahora es una seorita.

    SIRVIENTA: S... No me acordaba.

  • Vieja 2a: Vos ests trascordada.

    Vieja Ia: Es la vejez.

    Vieja 2a: Nosotros estamos ms fuertes que ella.

    VIEJA Ia: Y ms jvenes.

    VIEJA 2a: Es que sufri mucho.

    Entra el LACAYO, se inclina ante las viejas ydice.

    LACAYO: Ya est el coche, seorita Griselda.

    VIEJA 2a: Vamos, Azucena.

    VIEJA Ia (inclinndose y besando a laSIRVIENTA, que permanece rgida en su silla):Hasta maana, querida.

  • VIEJA 2a (haciendo lo mismo que la Vieja 1):Hasta maana, querida.

    SIRVIENTA: Hasta maana.

    E l LACAYO sale detrs de las viejas; depronto se vuelve y, con la mano abierta y el dedoen la punta de la nariz le hace "pito cataln" a laSIRVIENTA, que no lo ve. La SIRVIENTApermanece rgida en su silla. Se oyen unascarcajadas lejanas, y de pronto apareceCENICIENTA, la hija de la SIRVIENTA. Es unamuchacha que tiene la misma edad que la madre.Viste un traje blanco, capelina blanca, tomadapor la cinta bajo el mentn, trae un ramo deflores entre los brazos. Entra corriendo en lasala.

    Escena segunda

    La SIRVIENTA, sentada y la CENICIENTA, su

  • bija.

    HIJA: Cmo te va, mamita querida? Te traigounas flores. (Le pone las flores en el regazo.)

    SIRVIENTA (reanimndose lentamente): Cmoests, hijita? De dnde vens?

    HIJA: Estuvimos en el campo, juntando flores.

    SIRVIENTA: Yo crea que en el campo no habanada ms que pasto.

    HIJA: Qu bromista sos, mamita! El campo estlleno de flores. Por donde miras no se ven nadams que flores. Hasta las nubes parecen que estncargadas de flores. Sentate, mamita, que te vas acansar.

    SIRVIENTA: Y te gustan mucho las flores?

    HIJA: S, me gustan las flores. Me gusta todo loque es lindo. (Mientras habla se pasea por elcuarto.) Cuando una ve flores, le parece que el

  • mundo todo debe ser un jardn, que por dondevaya no encontrar nada ms que perfumes,colores, nubes arriba, flores abajo...

    SIRVIENTA: Yo crea que en el campo no habanada ms que vacas y caballos.

    HIJA: Mamita, no tenes imaginacin. A vos no tegusta soar. Estoy segura de que vos nunca hassoado que volabas.

    SIRVIENTA: Cmo es eso?

    HIJA: S, que volas. De pronto el mundo se hacechiquito para toda tu voluntad y en los talonessents una fuerza elstica... Parece que si quisierasde un salto podras llegar a las estrellas.

    SIRVIENTA: Son tus veinte aos.

    HIJA: Mamita..., decime..., las otras mujeres soncomo yo? Suean como sueo yo? Sienten como

  • siento yo?

    SIRVIENTA: Algunas, s.

    HIJA: Mamita, tengo que decirte una cosa. Estoyenamorada.

    SIRVIENTA: Ah!... S?...

    HIJA: No te disgusta?

    SIRVIENTA: No..., me encanta...

    HIJA: (arrodillndose al lado): Te voy a contar,mamita... (Sbita transicin,) Es obligatorio queuna hija se arrodille al lado de la madre paracontarle que est enamorada...?

    SIRVIENTA: No, algunas le hacen esa confesin ala madre mientras la madre recalienta unasmilanesas.

    HIJA: Sos muy chistosa, mamita..., mira que mevoy a enojar...

  • SIRVIENTA: Bueno, preciosa..., no te enojes...

    HIJA: No es cierto que estoy preciosa?

    SIRVIENTA: S, ests muy linda.

    HIJA: Te acords qu fea era cuando estaba en lacarbonera del Compadre Vulcano? Bueno, comote deca, es alto, rubio, buen mozo.

    SIRVIENTA: Joven?...

    HIJA: Pero claro!

    SIRVIENTA: No est casado?

    HIJA: Yo me enojo con vos, mamita. Estoyenojada. No se puede hablar en serio con vos.Por qu no me preguntas cuntos hijos tiene? Osi estuvo procesado por criminal?

    SIRVIENTA: Disculpa, mi hijita... estoy con elpensamiento en otra parte. As que tu novio esbuen mozo? Y te quiere?

  • Hija: No es mi novio, mamita..., o s..., s..., novioes... siempre que vos no te opongas.

    SIRVIENTA: Y es por l que ves el campo llenode flores?...

    HIJA: Y no slo el campo..., hasta las nubes...(Acercndose.) Si supieras qu bueno es!...

    SIRVIENTA: Todos los novios son buenos.

    HIJA: Parece que estuvieras envidiosa de que yotenga novio...

    SIRVIENTA (retrocediendo): Qu has dicho?...

    HIJA: (abrazndola): Perdname, mamita.

    SIRVIENTA (aparte): A veces los autores lestienen envidia a sus personajes. Quisierandestruirlos.

  • HIJA: Qu decs, mamita?...

    SIRVIENTA; Quiero que seas feliz..., hijitaquerida. Yo no te he dicho nada para ofenderte,sino que nosotros los viejos tenemos el coraznlleno de tristeza...

    HIJA: Ests triste, mamita..., de que?...

    SIRVIENTA: Te casars..., te irs... y yo mequedar otra vez sola..., sola otra vez... (Se apartade la muchacha y, sentndose sobre una butaca,se pone a llorar.)

    HIJA: Mamita..., por qu lloras?... S vos noquers...

    SIRVIENTA: S, yo quiero. Quiero que seas feliz,hijita querida, que toda la tierra te parezcasiempre llena de flores, que tu esposo te quieraeternamente.

  • Escena tercera

    Entra el LACAYO, de librea verde, con unabandeja en la mano.

    LACAYO: Seora... (Le alcanza la bandeja. LaSIRVIENTA toma una tarjeta.)

    HIJA: Mam..., es l...

    SIRVIENTA: Qu pase. (Sale el LACAYO.)

    HIJA: Vas a ver, mam, qu bueno; de verdad quees...

    SIRVIENTA: Te creo, hijita. (Aparece elLACAYO y abre el portier para que entre elGALANCITO, que ser un joven simple. Lamuchacha corre a su encuentro y lo toma de lamano. La SIRVIENTA se levanta.)

    HIJA: Mamita..., este...

  • GALANCITO (tropezando en sus propiaspalabras): Seora, vengo a decirle que quiero asu hija. (Avanzan los dos hasta ella.) Que nosqueremos mucho.

    HIJA: Vos arrodllate, que yo me arrodillotambin. (Se arrodillan ambos.) Mamita, tepedimos la bendicin.

    SIRVIENTA: Yo, hijos mos, los...

    Escena cuarta

    En ese mismo instante, en el cristal delventanuco del cuarto de la SIRVIENTA se hacevisible, la cartula grotesca del Hijo de la

  • PATRONA. Desmelenado y ebrio, grita:

    HIJO: Abr, Sofa... Abr, no seas testaruda,Sofa...

    Los personajes de humo permaneceninmviles. La SIRVIENTA mira con un gesto deextraeza dolorosa al fantoche humano que lepide, placer en el instante en que ella bendice ensu ensueo la felicidad de una bija que no existe,y a medida que la luz disminuye en escena sehace ms ntido en el rojo cristal del ventanilloel mascarn del ebrio atenaceado por la reja.

    HIJO: Abr... Abr, no te hagas la estrecha...

    L a SIRVIENTA coge el revlver y apoya elcao en su frente.

    HIJO: No te hagas la loca, Sofa...

    Suena el estampido. La SIRVIENTA cae.Bruscamente se amontonan en el cuarto de laSIRVIENTA los fantasmas que actuaban en el

  • saln dorado.

    HIJA: Libres..., por fin estamos libres de estaloca.

    GALN: De la Sirvienta Millonaria.

    LACAYO: Ha muerto para nuestra tranquilidad.

    VIEJA Ia: Respiro..., era inaguantable.

    GRISELDA y AZUCENA, la CENICIENTA, elGALANCITO y el LACAYO se dan la mano ycomienzan a danzar en circulo en torno delmontoncito humano, cantando al tiempo que enpaso de danza levantan desaforadamente laspiernas.

    Por fin se ha muerto la loca.

    Por fin se ha muerto la loca.

  • Escena quinta

    Enftico y lgubre, entra ROCAMBOLE conpaso tardo. Mira la danza de los personajes dehumo, luego una clera tremenda se apodera del y, esgrimiendo el ltigo, lo descarga sobre lasespaldas de los fantasmas. Se desbandan stos yhuyen de la escena. El ex presidiario se quita lasgafas, la galera, coloca el ltigo de cochero en elsuelo, se arrodilla frente a la SIRVIENTA y labesa en la frente con gesto compungido.

    ROCAMBOLE (untando las manos en el pecho):Seor, el empedernido criminal te pide piedadpara esta pobrecita criatura, que tanto ha padecidosobre la tierra. (Se levanta, recoge sus utensiliosy vase.)

    HIJO (an pegado en los vidrios, con voz ronca):

  • Abr, Sofa. Abr..., no hagas chistes.

    TELN FIN