tiqqun 2, tomo i. la hipótesis cibernética

32
1

Upload: felipe-madrid

Post on 11-Sep-2015

8 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

tiqqun 2, tomo I. La hipótesis Cibernética, edición para fanzines y textos libres.

TRANSCRIPT

  • 1

  • 2

  • 3

    Podemos soar con un tiempo en el que la mquina para gobernar remplazar para bien o para mal, quin sabe?

    la insuficiencia hoy en da evidente de los dirigentes y los aparatos habituales de la poltica.

    Padre Dominico Dubarle, Le Monde, 28 de diciembre de 1948

    Existe un contraste notable entre el refinamiento conceptual y el rigor que caracterizan a los planteamientos de orden

    cientfico y tcnico, y el estilo sencillo e impreciso que caracteriza a los planteamientos de orden poltico. [] Somos

    conducidos a preguntarnos si existe un tipo de situacin infranqueable, que marcara los lmites definitivos de la

    racionalidad, o si podemos esperar que esta impotencia ser algn da superada y que la vida colectiva ser al fin

    enteramente racionalizada.

    Un enciclopedista ciberntico en los aos 70

    I No existe, probablemente, ningn dominio del pensamiento o de la actividad material del hombre, del que se pueda

    decir que la ciberntica no tendr, tarde o temprano, un papel que jugar.

    Georges Boulanger, El dossier de la ciberntica, utopa o ciencia de maana en el mundo de hoy, 1968

    El gran circunverso quiere circuitos estables, ciclos iguales, repeticiones previsibles, contabilidades sin confusin.

    Quiere eliminar cualquier pulsin parcial, quiere inmovilizar el cuerpo. As como la ansiedad de aquel emperador del que

    habla Borges, que deseaba un mapa tan exacto del imperio que recubriera el territorio en todos sus puntos y por lo

    tanto lo reprodujera a su escala: los sbditos del monarca tardaron tanto tiempo y gastaron tanta energa en acabarlo y

    en mantenerlo que el imperio mismo cay en ruinas a medida que su relieve cartogrfico se fue perfeccionando; tal es

    la locura del gran Cero central, su deseo de inmovilizacin de un cuerpo que no puede ser ms que representado.

    Jean-Franois Lyotard, Economa libidinal, 1973

    HAN DESEADO UNA AVENTURA y quieren vivirla contigo. sta es finalmente la nica cosa que hay que decir. Creen

    decididamente que el futuro ser moderno: diferente, apasionante, difcil seguramente. Poblado de cyborgs y

    emprendedores sin recursos, de fervientes corredores de bolsa y hombres-turbina. As es ya el presente para aquellos

    que quieren verlo. Creen que el porvenir ser humano, incluso femenino y plural; para que cada uno lo viva, y que

    todos participen en l. Ellos son esa Ilustracin que habamos perdido, la infantera del progreso, los habitantes del siglo

    XXI. Combaten la ignorancia, la injusticia, la miseria, los sufrimientos de todo tipo. Estn all donde ello se altera, all

    donde algo sucede. No quieren dejar escapar nada. Son humildes y audaces, estn al servicio de un inters que les

    supera, guiados por un principio superior. Saben plantear los problemas, pero tambin encontrar las soluciones. Nos

    harn franquear las fronteras ms peligrosas, nos tendern la mano desde las orillas del futuro. Son la Historia en

    marcha, al menos lo que de ella queda, ya que lo ms difcil est tras nosotros. Son unos santos y profetas, verdaderos

    socialistas. Hace mucho tiempo que comprendieron que mayo de 1968 no fue una revolucin. Ellos conforman

    la verdadera revolucin. Ya no es sino una cuestin de organizacin y transparencia, de inteligencia y cooperacin.

    Vasto programa! Y adems

    PERDN? QU? QU DICES? Qu programa? Las peores pesadillas, como ustedes bien saben, son con

    frecuencia las metamorfosis de una fbula, como aquellas que SE nos contaban cuando ramos nios a fin de

    dormirnos y de perfeccionar nuestra educacin moral. Los nuevos conquistadores, aquellos que aqu llamaremos los

    cibernticos, no conforman un partido organizado lo cual nos hubiera hecho la tarea ms fcil sino una constelacin

    difusa de agentes, conducidos, impulsados, deslumbrados por la misma fbula. Son los asesinos del tiempo, los

    cruzados de lo Mismo, los enamorados de la fatalidad. Son los sectarios del orden, los apasionados de la razn,

    el pueblo de los intermediarios. Los Grandes Relatos pueden estar completamente muertos, como lo repite a placer la

    vulgata posmoderna, pero la dominacin sigue estando constituida por ficciones-maestras. ste fue el caso de

    aquella Fbula de las abejas que public Bernard de Mandeville en los primeros aos del siglo XVIII y que tanto hizo

    para fundar la economa poltica y justificar las avanzadas del capitalismo. La prosperidad y el orden social y poltico ya

    no dependan de las virtudes catlicas del sacrificio sino de la persecucin a partir de cada individuo de su propio

    inters. Los vicios privados eran declarados garanta del bien comn. Mandeville, el Hombre-Diablo, como SE lo

    llamaba entonces, fundaba de este modo, y contra el espritu religioso de su tiempo, la hiptesis liberal que ms tarde

    inspirar a Adam Smith. Aunque esta fbula sea reactivada de manera regular, bajo las formas renovadas del

    liberalismo, hoy en da es obsoleta. De lo cual se seguir, para los espritus crticos, que el liberalismo ya no es ms

    algo a criticar. Es otro modelo el que ha tomado su lugar, aquel mismo que se esconde tras los nombres de Internet, de

    nuevas tecnologas de la informacin y la comunicacin, de Nueva Economa o de ingeniera gentica. A partir de

    ahora, el liberalismo no es ms que una justificacin persistente, la coartada del crimen cotidiano perpetrado por la

    ciberntica.

    Crticas racionalistas de la creencia econmica o de la utopa neotecnolgica, crticas antropolgicas del

    utilitarismo en las ciencias sociales y de la hegemona del intercambio mercantil, crticas marxistas del capitalismo

  • 4

    cognitivo al que querran oponerle el comunismo de las multitudes, crticas polticas de una utopa de la comunicacin

    que permite que resurjan los peores fantasmas de exclusin, crticas de las crticas del nuevo espritu del capitalismo o

    crticas del Estado penal y de la vigilancia que se ocultan tras el neoliberalismo, los espritus crticos parecen poco

    inclinados a tener en cuenta la emergencia de la ciberntica como nueva tecnologa de gobierno que federa y asocia

    tanto la disciplina como la bio-poltica, tanto la polica como la publicidad, sus predecesores en el ejercicio de la

    dominacin, que hoy en da ya son demasiado poco eficaces. Lo cual quiere decir que la ciberntica no es, como SE la

    quisiera entender de forma exclusiva, la esfera separada de la produccin de informaciones y de la comunicacin, un

    espacio virtual que se superpondra al mundo real. Es sin duda, ms bien, un mundo autnomo de dispositivos

    confundidos con el proyecto capitalista en cuanto es un proyecto poltico, una gigantesca mquina abstracta hecha de

    mquinas binarias efectuadas por el Imperio, forma nueva de la soberana poltica, y, habra que decirlo, una mquina

    abstracta que se ha vuelto mquina de guerra mundial. Deleuze y Guattari asocian esta ruptura a una forma nueva de

    apropiacin de las mquinas de guerra por parte de los Estados-nacin: es solamente despus de la Segunda Guerra

    Mundial que la automatizacin y luego la automacin de la mquina de guerra han producido su verdadero efecto. sta,

    si tenemos en cuenta los nuevos antagonismos que la atravesaban, ya no tena por objeto exclusivo la guerra, sino que

    se responsabilizaba de la paz y tena por objeto la paz, la poltica, el orden mundial, en resumen, la finalidad. Es aqu

    donde aparece la inversin de la frmula de Clausewitz: es la poltica lo que deviene la continuacin de la guerra, es la

    paz lo que libera tcnicamente el proceso material ilimitado de la guerra total. La guerra deja de ser la materializacin

    de la mquina de guerra, es la mquina de guerra lo que deviene ella misma guerra materializada. Y es por esto que la

    hiptesis ciberntica no es tampoco algo a criticar. Es algo a combatir y a vencer. Es una cuestin de tiempo.

    As pues, la hiptesis ciberntica es una hiptesis poltica, una nueva fbula que tras la Segunda Guerra Mundial

    suplant definitivamente a la hiptesis liberal. De forma opuesta a esta ltima, ella propone concebir los

    comportamientos biolgicos, fsicos y sociales como integralmente programados y re-programables. Ms precisamente,

    ella se representa cada comportamiento como pilotado en ltima instancia por la necesidad de supervivencia de un

    sistema que lo vuelve posible y al cual l debe contribuir. Es un pensamiento del equilibrio nacido en un contexto de

    crisis. Mientras que 1914 sancion la descomposicin de las condiciones antropolgicas de verificacin de la hiptesis

    liberal la emergencia del Bloom, la quiebra, manifestada en carne y hueso en las trincheras, de la idea de individuo y

    de toda metafsica del sujeto y 1917 su contestacin histrica con la revolucin bolchevique, 1940 marca la extincin

    de la idea de sociedad, tan evidentemente trabajada por la autodestruccin totalitaria. En cuanto experiencias-lmite de

    la modernidad poltica, el Bloom y el totalitarismo fueron pues las refutaciones ms slidas de la hiptesis liberal. Lo que

    ms tarde Foucault llamar, con un tono travieso, muerte del Hombre, no es, por lo dems, otra cosa que el estrago

    suscitado por esos dos escepticismos, uno en direccin al individuo, el otro a la sociedad, y provocados por la Guerra

    de los Treinta Aos que afect a Europa y al mundo durante la primera mitad del siglo pasado. El problema que plantea

    el Zeitgeist de estos aos consiste nuevamente en defender la sociedad contra las fuerzas que conducen a su

    descomposicin, en restaurar la totalidad social a pesar de una crisis general de la presencia que aflige a cada uno de

    sus tomos. La hiptesis ciberntica responde por consiguiente, en las ciencias naturales al igual que en las ciencia

    sociales, a un deseo de orden y certeza. Como agenciamiento ms eficaz de una constelacin de reacciones animadas

    por un deseo activo de totalidad y no solamente por una nostalgia de sta, como en las diferentes variantes de

    romanticismo, la hiptesis ciberntica es pariente tanto de las ideologas totalitarias como de todos los holismos,

    msticos, solidaristas como en Durkheim, funcionalistas o bien marxistas, de los cuales ella no hace sino tomar el relevo.

    En cuanto posicin tica, la hiptesis ciberntica es complementaria, aunque estrictamente opuesta, al pathos

    humanista que se reaviva desde los aos 40 y que no es otra cosa que una tentativa de hacer como si el Hombre

    pudiera pensarse intacto despus de Auschwitz, de restaurar la metafsica clsica del sujeto a pesar del totalitarismo.

    Pero mientras que la hiptesis ciberntica incluye a la hiptesis liberal al mismo tiempo que la sobrepasa, el humanismo

    slo apunta a extender la hiptesis liberal a las situaciones cada vez ms numerosas que se le resisten: sta es toda la

    mala fe de la empresa de un Sartre, por ejemplo, slo por volver contra su autor una de sus categoras ms

    inoperantes. La ambigedad constitutiva de la modernidad, considerada de manera superficial ya sea como proceso

    disciplinario o bien como proceso liberal, ya sea como realizacin del totalitarismo o como advenimiento del liberalismo,

    est contenida y suprimida en, con y por la nueva gubernamentalidad que emerge, inspirada por la hiptesis

    ciberntica. sta no es otra cosa que el protocolo de experimentacin a tamao natural del Imperio en formacin. Su

    realizacin y su extensin, al producir efectos de verdad devastadores, corroen ya todas las instituciones y las

    relaciones sociales fundadas sobre el liberalismo y transforman tanto la naturaleza del capitalismo como las

    posibilidades de su contestacin. El gesto ciberntico se afirma mediante una denegacin de todo lo que escape a la

    regulacin, de todas las lneas de fuga por las que se compone la existencia en los intersticios de la norma y de los

    dispositivos, de todas las fluctuaciones comportamentales que no siguieran in fine unas leyes naturales. En la medida

    en que ha conseguido producir sus propias veredicciones, la hiptesis ciberntica es hoy en da el antihumanismo ms

    consecuente, aquel que quiere mantener el orden general de las cosas al mismo tiempo que se vanagloria de haber

    superado lo humano.

    Como todo discurso, la hiptesis ciberntica slo se ha podido verificar asocindose a los entes o a las ideas que

    la refuerzan, experimentndose a su contacto, plegando el mundo a sus leyes en un proceso continuo de

    autovalidacin. De ahora en adelante, es un conjunto de dispositivos que ambiciona tomar a su cargo la totalidad de la

    existencia y de lo existente. El griego kybernesis significa, en sentido propio, accin de pilotar una nave, y, en sentido

    figurado, accin de dirigir, de gobernar. En su curso de 1981-1982, Foucault insiste en la significacin de esta

    categora de pilotaje en el mundo griego y romano al sugerir que ella podra tener un alcance ms contemporneo: La

    idea del pilotaje como arte, como tcnica terica y prctica a la vez, necesaria para la existencia, es una idea

  • 5

    importante, creo, y que merecera eventualmente ser analizada con un poco de detenimiento, en la medida en que,

    como ven, hay por lo menos tres tipos de tcnicas que se refieren con mucha regularidad a ese modelo del pilotaje: en

    primer lugar, la medicina; segundo, el gobierno poltico; tercero, la direccin y el gobierno de s mismo. En la literatura

    griega, helenstica y romana, estas tres actividades (curar, dirigir a los otros, gobernarse a s mismo) se refieren muy

    regularmente a dicha imagen del pilotaje. Y creo que esta imagen del pilotaje resalta bastante bien un tipo de saber y de

    prcticas entre los que los griegos y los romanos reconocan un parentesco indudable, y para las cuales trataban de

    establecer unatekhn (un arte, un sistema meditado de prcticas referido a principios generales, nociones y conceptos):

    el Prncipe, en la medida en que debe gobernar a los dems, gobernarse a s mismo, curar los males de la ciudad, los

    males de los ciudadanos y los suyos propios; quien se gobierna como se gobierna una ciudad, curando sus propios

    males; el mdico, que tiene que emitir su juicio no slo sobre los males del cuerpo sino sobre los males del alma de los

    individuos. En fin, como ven, tenemos aqu todo un paquete, todo un conjunto de nociones en el espritu de los griegos

    y los romanos que competen, me parece, a un mismo tipo de saber, un mismo tipo de actividad, un mismo tipo de

    conocimiento conjetural. Y considero que se podra rehacer toda la historia de esta metfora prcticamente hasta el

    siglo XVI, precisamente cuando la definicin de un nuevo arte de gobernar, centrado en la razn de Estado, distinguir,

    ahora de una manera radical, gobierno de s/medicina/gobierno de los otros por otra parte, no sin que la imagen del

    pilotaje, como ustedes bien saben, siga ligada a la actividad, una actividad que se llama precisamente actividad de

    gobierno.

    Lo que los oyentes de Foucault se supone que bien saben, y que l se cuida mucho de exponer, es que hacia

    finales del siglo XX, la imagen del pilotaje, es decir, de la gestin, se ha vuelto la metfora cardinal para describir no

    solamente la poltica sino tambin toda la actividad humana. La ciberntica deviene el proyecto de una racionalizacin

    sin lmites. En 1953, cuando publica The Nerves of Government en pleno perodo de desarrollo de la hiptesis

    ciberntica en las ciencias naturales, Karl Deutsch, un universitario estadounidense en ciencias sociales, se toma en

    serio las posibilidades polticas de la ciberntica. l recomienda abandonar las viejas concepciones soberanistas del

    poder que desde mucho tiempo atrs han sido la esencia de la poltica. Gobernar equivaldr a inventar una

    coordinacin racional de los flujos de informaciones y decisiones que circulan en el cuerpo social. Tres condiciones

    asegurarn esto, dice: instalar un conjunto de captores para no perder ninguna informacin procedente de los

    sujetos; tratar las informaciones mediante correlacin y asociacin; situarse a proximidad de cada comunidad viviente.

    La modernizacin ciberntica del poder y de las formas caducas de autoridad social se anuncia por tanto como

    produccin visible de la mano invisible de Adam Smith que serva hasta entonces como piedra angular mstica a la

    experimentacin liberal. El sistema de comunicacin resultar el sistema nervioso de las sociedades, la fuente y el

    destino de todo poder. La hiptesis ciberntica enuncia, de este modo, ni ms ni menos, la poltica del fin de la

    poltica. Representa un paradigma y una tcnica de gobierno a la vez. Su estudio muestra que la polica no es

    solamente un rgano del poder sino tambin una forma del pensamiento.

    La ciberntica es el pensamiento policial del Imperio, animada por completo, histrica y metafsicamente, por

    una concepcin ofensiva de la poltica. En la actualidad acaba por integrar las tcnicas de individuacin o de

    separacin y de totalizacin que se haban desarrollado separadamente: de normalizacin, la anatomo-poltica, y de

    regulacin, la bio-poltica, por decirlo como Foucault. Llamopolica de las cualidades a sus tcnicas de separacin. Y,

    siguiendo a Lukcs, llamo produccin social de sociedad a sus tcnicas de totalizacin. Con la ciberntica, produccin

    de subjetividades singulares y produccin de totalidades colectivas se engranan para replicar la Historia bajo la forma

    de un falso movimiento de evolucin. Ella efecta el fantasma de un Mismo que siempre consigue integrar al Otro: como

    lo explica un ciberntico, toda integracin real se funda en una previa diferenciacin. A este respecto, sin duda nadie

    mejor que el autmata Abraham Moles, su idelogo francs ms celoso, ha sabido expresar esta pulsin de muerte sin

    reparto que anima a la ciberntica: Concebimos que una sociedad global, un Estado, puedan encontrarse regulados de

    tal suerte que estn protegidos contra todos los accidentes del devenir: tal como en s mismos la eternidad los

    cambia. Es el ideal de una sociedad estable traducido por medio de mecanismos sociales objetivamente controlables.

    La ciberntica es la guerra librada a todo lo que vive y a todo lo que dura. Al estudiar la formacin de la hiptesis

    ciberntica, propongo aqu una genealoga de la gubernamentalidad imperial. Y a continuacin le opongo otros saberes

    guerreros, que ella borra cotidianamente y por los cuales acabar siendo derribada.

    II

    La vida sinttica es ciertamente uno de los productos posibles de la evolucin del control tecnoburocrtico, de igual

    manera que el retorno del planeta entero al nivel inorgnico es bastante irnicamente otro ms de los resultados

    posibles de esta misma revolucin que toca a la tecnologa de control.

    James R. Beniger, The Control Revolution, 1986

  • 6

    Incluso si los orgenes del dispositivo Internet son hoy en da bien conocidos, merece la pena desctacar

    nuevamente su significacin poltica. Internet es una mquina de guerra inventada por analoga con el sistema de

    autopistas que fue asimismo concebido por el Ejrcito Estadounidense como instrumento descentralizado de

    movilizacin interior. Los militares estadounidenses queran un dispositivo que preservara la estructura de mando en

    caso de ataque nuclear. La respuesta consisti en una red electrnica capaz de redirigir automticamente la

    informacin incluso si la cuasitotalidad de los vnculos eran destruidos, permitiendo as a las autoridades sobrevivientes

    permanecer respectivamente en comunicacin y tomar decisiones. Con un dispositivo as podra ser mantenida la

    autoridad militar de cara a la peor de las catstrofes. Internet es, por tanto, el resultado de una transformacin nomdica

    de la estrategia militar. Con una planificacin as en su raz cabe dudar de las caractersticas pretendidamente

    antiautoritarias de este dispositivo. Al igual que el Internet, que de ella deriva, la ciberntica es un arte de la guerra cuyo

    objetivo es salvar la cabeza del cuerpo social en caso de catstrofe. Lo que af lora histrica y polticamente durante el

    perodo entreguerras, y a lo cual responde la hiptesis ciberntica, fue el problema metafsico de la fundacin del orden

    a partir del desorden. El conjunto del edificio cientfico, en lo que ste deba a las concepciones deterministas que

    encarnaba la fsica mecanicista de Newton, se desmorona en la primera mitad del siglo. Es preciso imaginarse a las

    ciencias de esta poca como territorios desgarrados entre la restauracin neopositivista y la revolucin probabilista, y

    luego tanteando hacia un compromiso histrico para que la ley sea redefinida a partir del caos, lo seguro [certain] a

    partir de lo probable. La ciberntica atraviesa ese movimiento iniciado en Viena en el cambio de siglo y luego

    transportado a Inglaterra y los Estados Unidos en los aos 30 y 40 que construye un Segundo Imperio de la Razn,

    en el cual se ausenta la idea de Sujeto hasta entonces juzgada indispensable. En cuanto saber, rene un conjunto de

    discursos heterogneos que conforman la prueba comn del problema prctico del dominio de la incertidumbre. Tan

    bien que ellos expresan fundamentalmente, en sus diversos dominios de aplicacin, el deseo de que un orden sea

    restaurado y, ms an, de que sepa mantenerse.

    La escena fundadora de la ciberntica tiene lugar entre los cientficos en un contexto de guerra total. Sera vano

    buscar aqu alguna razn maliciosa o los rastros de un complot: encontramos ms bien a un simple puado de hombres

    ordinarios, movilizados para los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Norbert Wiener, cientfico

    estadounidense de origen ruso, est a cargo de desarrollar con algunos colegas unamquina de prediccin y de

    control de las posiciones de los aviones enemigos con vistas a su destruccin. En ese entonces no era posible prever

    con certeza ms que correlaciones entre ciertas posiciones del avin y ciertos de sus comportamientos. La elaboracin

    del Predictor, la mquina de previsin encargada a Wiener, requiere pues un mtodo particular de tratamiento de las

    posiciones del avin y de comprensin de las interacciones entre el arma y su blanco. Toda la historia de la ciberntica

    apunta a conjurar esta imposibilidad de determinar al mismo tiempo la posicin y el comportamiento de un cuerpo . La

    intuicin de Wiener consiste en traducir el problema de la incertidumbre en un problema de informacin al interior de

    una serie temporal donde ciertos datos ya son conocidos, otros an no, y en considerar al objeto y al sujeto del

    conocimiento como un todo, como un sistema. La solucin consiste en introducir constantemente en el juego de los

    datos iniciales la desviacin [l'cart] constatada entre el comportamiento deseado y el comportamiento efectivo, de

    suerte que ambos coincidan cuando la desviacin se anule, como lo ilustra el mecanismo de un termostato. El

    descubrimiento supera considerablemente las fronteras de las ciencias experimentales: controlar un sistema dependera

    en ltima instancia de la institucin de una circulacin de informaciones denominada feedback o retro-accin. El

    alcance de estos resultados para las ciencias naturales y sociales es expuesto en 1948 en Pars, en una obra que

    responde al sibilino ttulo de Cybernetics, que para Wiener designa la doctrina del control y la comunicacin en el

    animal y la mquina.

    La ciberntica emerge, por tanto, bajo el abordo inofensivo de una simple teora de la informacin, una

    informacin sin origen preciso, siempre-ya ah en potencia en el entorno de cualquier situacin. Ella pretende que el

    control de un sistema se obtiene mediante un grado ptimo de comunicacin entre sus partes. Este objetivo reclama en

    primer lugar la extorsin continua de informaciones, procesos de separacin entre los entes y sus cualidades, de

    produccin de diferencias. Dicho de otro modo, el dominio de la incertidumbre pasa por la representacin y la

    memorizacin del pasado. La imagen espectacular, la codificacin matemtica binaria aquella que inventa Claude

    Shannon en Mathematical Theory of Communication el mismo ao en que se enuncia la hiptesis ciberntica por un

    lado, la invencin de mquinas de memoria que no alteren la informacin y el increble esfuerzo para su miniaturizacin

    que es la funcin estratgica determinante de las nanotecnologas actuales por el otro, conspiran para crear tales

    condiciones a nivel colectivo. As conformada, la informacin debe retornar a continuacin hacia el mundo de los entes,

    religndolos unos con otros, del mismo modo en que la circulacin mercantil garantiza su puesta en equivalencia. La

    retroaccin, clave de la regulacin del sistema, reclama ahora una comunicacin en sentido estricto. La ciberntica es el

    proyecto de una re-creacin del mundo por medio de la puesta en bucle infinita de estos dos momentos: la

    representacin que separa, la comunicacin que religa, la primera que da la muerte, la segunda que imita la vida.

    El discurso ciberntico comienza por enviar al estante de los falsos problemas las controversias del siglo XIX que

    oponan las visiones mecanicistas a las visiones vitalistas u organicistas del mundo. Postula una analoga de

    funcionamiento entre los organismos vivos y las mquinas, asimilados bajo la nocin de sistema. A partir de esto la

    hiptesis ciberntica justifica dos tipos de experimentaciones cientficas y sociales. La primera apunta a hacer una

    mecnica de los seres vivientes, para dominar, programar y determinar al hombre y la vida, a la sociedad y su devenir.

    Alimenta tanto el retorno del eugenismo como el fantasma binico. Busca cientficamente el fin de la Historia ; aqu nos

    hallamos inicialmente en el terreno del control. La segunda apunta a imitar con mquinas lo viviente, primero en cuanto

  • 7

    individuos, lo que conduce tanto a los desarrollos de robots al igual que de la inteligencia artificial; despus en cuanto

    colectivos, lo que conduce a la puesta en circulacin de informaciones y a la constitucin de redes. Aqu nos situamos

    ms bien en el terreno de la comunicacin. Si bien estn socialmente compuestos de poblaciones muy diversas

    bilogos, mdicos, informticos, neurlogos, ingenieros, consultores, policas, publicistas, etc. las dos corrientes de

    cibernticos no permanecen menos reunidas por el comn fantasma de un Autmata Universal, anlogo al que Hobbes

    tena del Estado en el Leviatn, hombre (o animal) artificial.

    La unidad de las avanzadas cibernticas proviene de un mtodo, es decir que ella se ha impuesto comomtodo

    de inscripcin del mundo, estrago experimental y esquematismo proliferante a la vez. Esta unidad corresponde a la

    explosin de las matemticas aplicadas consecutiva a la desesperanza que caus el austraco Kurt Gdel cuando

    demostr que toda tentativa de fundacin lgica de las matemticas, y de unificacin de las ciencias de este modo,

    estaba condenada a la incompletitud. Con la ayuda de Heisenberg, acaba por desmoronarse ms de un siglo de

    justificacin positivista. Es Von Neumann quien expresa en el ltimo extremo este abrupto sentimiento de aniquilamiento

    de los fundamentos. l interpreta la crisis lgica de las matemticas como la marca de la imperfeccin ineluctable de

    toda creacin humana. Quiere por consiguiente establecer una lgica que pueda ser al fin coherente, una lgica que

    slo podra provenir del autmata! De matemtico puro pasa a ser el agente de un mestizaje cientfico, de una

    matematizacin general que permitir reconstruir desde abajo, desde la prctica, la unidad perdida de las ciencias cuya

    expresin terica ms estable deba ser la ciberntica. No hay demostracin, no hay discurso, no hay libro, no hay lugar

    que desde entonces no sea animado por el lenguaje universal del esquema explicativo, por la forma visual del

    razonamiento. La ciberntica transporta el proceso de racionalizacin comn a la burocracia y al capitalismo, al primer

    piso de la modelizacin total. Herbert Simon, el profeta de la Inteligencia Artificial, retoma en los aos 60 el programa de

    Von Neumann con el fin de construir un autmata de pensamiento. Se trata de una mquina dotada de un programa,

    llamado sistema-experto, que debe ser capaz de tratar la informacin con el fin de resolver los problemas que conoce

    cada dominio de competencia particular, y, por asociacin, el conjunto de problemas prcticos encontrados por la

    humanidad! El General Problem Solver (GPS), creado en 1972, es el modelo de esa competencia universal que resume

    todas las dems, el modelo de todos los modelos, el intelectualismo ms aplicado, la realizacin prctica del adagio

    preferido de los pequeos amos sin dominio [matres sans matrise], segn el cual no hay problemas; slo hay

    soluciones.

    La hiptesis ciberntica progresa indistintamente como teora y como tecnologa, la una asegurando siempre a la

    otra. En 1943, Wiener conoce a John Von Neumann, encargado de construir mquinas lo suficientemente rpidas y

    potentes como para efectuar los clculos necesarios para el desarrollo del proyecto Manhattan, en el que trabajaban 15

    000 cientficos e ingenieros, as como 300 000 tcnicos y obreros, bajo la direccin del fsico Robert Oppenheimer: la

    computadora y la bomba atmica nacen juntas. Desde el punto de vista del imaginario contemporneo, la utopa de la

    comunicacin es pues el mito complementario a aquel de la invencin de lo nuclear: siempre se trata de completar el

    ser-conjunto mediante exceso de vida o mediante exceso de muerte, mediante fusin terrestre o mediante suicidio

    csmico. La ciberntica se presenta como la respuesta mejor adaptada al Gran Miedo de la destruccin del mundo y la

    especie humana. Von Neumann es su agente doble, el inside outsider por excelencia. La analoga entre las categoras

    de descripcin de sus mquinas, los organismos vivos, y las de Wiener, sella la alianza de la informtica y la

    ciberntica. Harn falta algunos aos para que la biologa molecular, al principio de la descodificacin del ADN, utilice a

    su vez la teora de la informacin para explicar al hombre en cuanto individuo y en cuanto especie, confiriendo por ello

    mismo una potencia tcnica sin igual en la manipulacin experimental de los seres humanos en el plano gentico.

    El desplazamiento de la metfora del sistema hacia la de la red en el discurso social entre los aos 50 y los aos

    80 apunta hacia la otra analoga fundamental que constituye a la hiptesis ciberntica. Asimismo, indica una

    transformacin profunda de esta ltima. Ya que si SE ha hablado de sistema, entre cibernticos, es por comparacin

    con el sistema nervioso, y si hoy en da SE habla en las ciencias cognitivas de red es que SE piensa en la red neuronal.

    La ciberntica es la asimilacin de la totalidad de los fenmenos existentes a los del cerebro.Al colocar la cabeza como

    alfa y omega del mundo, la ciberntica se ha asegurado de este modo estar siempre a la vanguardia de las

    vanguardias, aquella tras la cual ninguna dejara de correr. En su punto de partida, ella instaura en efecto la identidad

    entre la vida, el pensamiento y el lenguaje. Este monismo radical se funda sobre una analoga entre las nociones de

    informacin y energa. Es introducida por Wiener injertando el discurso de la termodinmica del siglo XIX sobre el suyo

    propio. La operacin consiste en comparar el efecto del tiempo sobre un sistema energtico con el efecto del tiempo

    sobre un sistema de informaciones. Un sistema, en cuanto sistema, nunca es puro ni perfecto: hay degradacin de la

    energa a medida que sta se intercambia del mismo modo como hay degradacin de la informacin a medida que sta

    circula. Esto es lo que Clausius denomin entropa. La entropa, considerada como una ley natural, es el Infierno del

    ciberntico. Ella explica la descomposicin de lo viviente, el desequilibrio en economa, la disolucin del vnculo social,

    la decadencia En un primer momento, especulativo, la ciberntica pretende fundar as el terreno comn a partir del

    cual la unificacin de las ciencias naturales con las ciencias humanas tiene que ser posible.

    Lo que se llamar segunda ciberntica ser el proyecto superior de una experimentacin sobre las sociedades

    humanas: una antropotecnia. La misin del ciberntico consiste en luchar contra la entropa general que amenaza a los

    seres vivientes, a las mquinas, a las sociedades, es decir, en crear las condiciones experimentales de una

    revitalizacin permanente, en restaurar continuamente la integridad de la totalidad. Lo importante no es que el hombre

    est presente, sino que exista en cuanto soporte viviente de la idea tcnica, hace constatar el comentador humanista

    Raymond Ruyer. Con la elaboracin y el desarrollo de la ciberntica, el ideal de las ciencias experimentales, ya al

    comienzo de la economa poltica va la fsica newtoniana, viene nuevamente a echar mano fuerte al capitalismo. Se

    llama desde entonces sociedad contempornea al laboratorio donde se experimenta la hiptesis ciberntica. A partir

  • 8

    del final de los aos 60, gracias a las tcnicas que ella ha instruido, la segunda ciberntica ya no es una hiptesis de

    laboratorio sino una experimentacin social. Apunta a construir aquello que Giorgio Cesarano llama una sociedad

    animal estabilizada que [entre las termitas, las hormigas y las abejas] tiene como presupuesto natural de su

    funcionamiento automtico, la negacin del individuo; as, la sociedad animal en su conjunto (termitero, hormiguero o

    colmena) se concibe en cuanto individuo plural, cuya unidad determina, y es determinada, por la reparticin de los roles

    y las funciones en el marco de una composicin orgnica en la que es difcil no ver el modelo biolgico de la

    teleologa del Capital.

    III

    No hace falta ser profeta para reconocer que las ciencias modernas que se van estableciendo, estarn dentro de poco

    determinadas y dirigidas por la nueva ciencia fundamental, la ciberntica. Esta ciencia corresponde a la determinacin

    del hombre como ser cuya esencia es la actividad en el medio social. Ella es en efecto la teora que tiene por objeto

    dirigir la posible planificacin y organizacin del trabajo humano.

    Martin Heidegger, El fin de la filosofa y la tarea del pensar, 1966

    En todo caso, la ciberntica se ve obligada a reconocer que hasta el momento no es posible llevar a cabo una

    regulacin general de la existencia humana. Por ello, en el dominio universal de la ciencia ciberntica, el hombre cuenta

    por ahora, todava, como 'factor de perturbacin'. Los planes y las acciones del hombre, aparentemente libres actan de

    manera perturbante. Aunque recientemente la ciencia se ha apoderado tambin de este campo de la existencia

    humana. Ha emprendido la investigacin y planificacin estrictamente metdica del posible porvenir del hombre

    actuante. Ella toma en cuenta las informaciones sobre aquello que es planificable en el hombre.

    Martin Heidegger, La proveniencia del arte y la determinacin del pensar, 1967

    En 1946 tiene lugar en Nueva York una conferencia de cientficos cuyo objeto es extender la hiptesis ciberntica

    a las ciencias sociales. Los participantes se renen en torno a una descalificacin ilustrada de las filosofas filisteas de

    lo social que parten del individuo o de la sociedad. La socio-ciberntica se tendr que concentrar en torno a fenmenos

    intermediarios de feedback sociales, como aquellos que la escuela antropolgica estadounidense cree descubrir

    entonces entre cultura y personalidad para construir una caracterologa de las naciones destinada a los soldados

    estadounidenses. La operacin consiste en reducir el pensamiento dialctico a una observacin de procesos

    de causalidades circulares en el seno de una totalidad social invariante a priori, en confundir contradiccin e

    inadaptacin, como ocurre en la categora central de la psicologa ciberntica, el double bind. En cuanto ciencia de la

    sociedad, la ciberntica apunta a inventar una regulacin social que pase por encima de esas macro-instituciones que

    son el Estado y el Mercado en beneficio de micro-mecanismos de control, en beneficio de dispositivos. La ley

    fundamental de la sociociberntica es la siguiente: crecimiento y control evolucionan en razn inversa. Es por tanto ms

    fcil construir un orden social ciberntico a pequea escala: el restablecimiento rpido de los equilibrios exige que las

    desviaciones [carts] sean detectadas en los lugares mismos donde se producen, y que la accin correctora se efecte

    demanera descentralizada. Bajo la influencia de Gregory Bateson el Von Neumann de las ciencias sociales y de la

    tradicin sociolgica estadounidense obsesionada con la cuestin de la desviacin [dviance] (el hobo, el inmigrante, el

    criminal, el joven, yo, t, l, etc.), la socio-ciberntica se dirige prioritariamente hacia el estudio del individuo como lugar

    de feedbacks, es decir, como personalidad autodisciplinada. Bateson se vuelve el educador social jefe de la segunda

    mitad del siglo XX, al principio tanto del movimiento de la terapia familiar como de las formaciones en las tcnicas de

    venta desarrolladas en Palo Alto. Y es que la hiptesis ciberntica exige una conformacin radicalmente nueva del

    sujeto, individual o colectivo, en el sentido de unvaciado. Descalifica la interioridad como mito, y con ella toda la

    psicologa del siglo XIX, incluido el psicoanlisis. Ya no se trata de arrancar al sujeto de los vnculos tradicionales

    exteriores, como peda la hiptesis liberal, sino de reconstruir vnculo social privando al sujeto de toda sustancia. Hace

    falta que todos devenganuna envoltura sin carne, el mejor conductor posible de la comunicacin social, el lugar de un

    bucle retroactivo infinito que se lleva a cabo sin nodos. De este modo, el proceso de cibernetizacin consuma el

    proceso de civilizacin, incluso en la abstraccin de los cuerpos y de sus afectos en el rgimen de los signos. En este

    sentido escribe Lyotard el sistema se presenta como la mquina vanguardista que arrastra a la humanidad detrs

    de ella, deshumanizndola para rehumanizarla en un nivel distinto de capacidad normativa. [] Tal es el orgullo de los

    decisores, tal es su ceguera. [] Incluso la permisividad con respecto a los diversos juegos est situada bajo la

    condicin de la performatividad. La redefinicin de las normas de vida consiste en el mejoramiento de la competencia

    del sistema en materia de poder.

    As pues, aguijoneados por la Guerra Fra y la caza de brujas, los socio-cibernticos rastrean incansablemente lo

    patolgico tras lo normal, el comunista que dormita en cada uno. En los aos 50 forman a tal efecto la Federacin de la

    Salud Mental, donde se elabora una solucin original, cuasi-final, para los problemas de la comunidad y de la poca:

    La meta ltima de la salud mental es ayudar a los hombres a vivir con sus semejantes en el interior de un mismo

    mundo El concepto de salud mental es coextensivo al orden internacional y a la comunidad mundial que han de ser

  • 9

    desarrollados con el fin de que los hombres puedan vivir en paz unos con otros. Repensando los problemas mentales y

    las patologas sociales en trminos de informacin, la ciberntica funda una nueva poltica de los sujetos que descansa

    sobre la comunicacin, la transparencia consigo mismo y con los dems. Wiener a su vez tiene que reflexionar, a

    peticin de Bateson, en una socio-ciberntica de mayor envergadura que el proyecto de un higienismo mental. Constata

    sin dolor el fracaso de la experimentacin liberal: en el mercado, la informacin siempre es impura e imperfecta a causa

    tanto de la mentira publicitaria, de la concentracin monopolstica de los medios de comunicacin, como del

    desconocimiento de los Estados que contienen, en cuanto colectivo, menos informaciones que la sociedad civil. La

    extensin de las relaciones mercantiles, al acrecentar la tala de las comunidades, de las cadenas de retroaccin, vuelve

    an ms probables las distorsiones de comunicacin y los problemas de control social. No solamente el vnculo social

    ha sido destruido por el proceso de acumulacin pasado, sino que el orden social se manifiesta cibernticamente

    imposible en el seno del capitalismo. La fortuna de la hiptesis ciberntica es por tanto comprensible a partir de las

    crisis con las que se topa el capitalismo en el siglo XX, las cuales cuestionan las pretendidas leyes de la economa

    clsica. Y es en esta brecha que se precipita el discurso ciberntico.

    La historia contempornea del discurso econmico ha de ser considerada desde el ngulo de esta ascenso del

    problema de la informacin. Desde la crisis de 1929 hasta 1945, la atencin de los economistas se dirige hacia las

    cuestiones de anticipacin, de incertidumbre ligada a la demanda, de reajuste entre produccin y consumo, de previsin

    de la actividad econmica. La economa clsica descendiente de Smith flaquea como los dems discursos cientficos

    directamente inspirados en la fsica de Newton. El rol preponderante que tomar la ciberntica dentro de la economa

    despus de 1945, se comprende a partir de una intuicin de Marx que constataba que en la economa poltica, la ley

    est determinada por su contrario, a saber, la ausencia de leyes.La verdadera ley de la economa poltica es el azar. A

    fin de probar que el capitalismo no es factor de entropa y de caos social, el discurso econmico privilegiar, a partir de

    los aos 40, una redefinicin ciberntica de su psicologa. sta se apoya en el modelo de la teora de juegos

    desarrollado por Von Neumann y Oskar Morgenstern en 1944. Los primeros socio-cibernticos muestran que el homo

    conomicus no podra existir ms que a condicin de una transparencia total de sus preferencias consigo mismo y con

    los dems. A falta de poder conocer el conjunto de los comportamientos de los dems actores econmicos, la idea

    utilitarista de una racionalidad de las elecciones micro-econmicas no es ms que una ficcin. Bajo la iniciativa de

    Friedrich von Hayek, el paradigma utilitarista es pues abandonado en beneficio de una teora de los mecanismos de

    coordinacin espontnea de las elecciones individuales que reconozca que cada agente no tiene sino un conocimiento

    limitado de los comportamientos ajenos y de los suyos propios. La respuesta consiste en sacrificar la autonoma de la

    teora econmica injertndola en la promesa ciberntica de equilibraje de los sistemas. El discurso hbrido que resulta

    de ello, llamado a partir de entonces neoliberal, presta al mercado unas virtudes de asignacin ptima de la

    informacin y ya no de las riquezas dentro de la sociedad. Por esta razn, el mercado es el instrumento de la

    coordinacin perfecta de los actores gracias al cual la totalidad social encuentra un equilibrio duradero. El capitalismo

    deviene aqu indiscutible en la medida en que es presentado como simple medio, el mejor medio, para producir la

    autorregulacin social.

    Del mismo modo que en 1929, el movimiento de contestacin planetario de 1968 y, ms an, la crisis posterior a

    1973, vuelven a plantear a la economa poltica el problema de la incertidumbre, esta vez sobre un terreno existencial y

    poltico. Uno se embriaga de teoras rimbombantes: por all el viejo baboso de Edgar Morin y su complejidad, por all

    Jol de Rosnay, ese bobo iluminado, y su sociedad en tiempo real. La filosofa ecologista se nutre de esta nueva

    mstica del Gran Todo. La totalidad, ahora, no es ya un origen a reencontrar sino un devenir a construir. El problema de

    la ciberntica no es ya el de la previsin del futuro, sino el de la reproduccin del presente. Ya no es cuestin de orden

    esttico, sino de dinmica de auto-organizacin. El individuo ya no est acreditado por ningn poder: su conocimiento

    del mundo es imperfecto, sus deseos le son desconocidos, es opaco para s mismo, todo le escapa, de modo que es

    espontneamente cooperativo, naturalmente emptico, fatalmente solidario. l no sabe nada de todo esto pero SE sabe

    todo de l. Aqu se elabora la forma ms avanzada del individualismo contemporneo, sobre la cual se injerta la filosofa

    hayekiana para la cual, toda incertidumbre, toda posibilidad de acontecimiento, no es ms que un problema temporal de

    ignorancia. Convertido en ideologa, el liberalismo sirve de cobertura a un conjunto de prcticas tcnicas y cientficas

    nuevas, una segunda ciberntica difusa, que borra deliberadamente su nombre de bautismo. Desde los aos 60 el

    trmino mismo de ciberntica se ha disuelto dentro de unos trminos hbridos. El estallido de las ciencias no permite ya

    en efecto ninguna unificacin terica: la unidad de la ciberntica se manifiesta a partir de ahora prcticamente por el

    mundo que ella configura da a da. Es el instrumento media el cual el capitalismo ha ajustado respectivamente su

    capacidad de desintegracin y su bsqueda de ganancia. Una sociedad amenazada por una descomposicin

    permanente podr ser an mejor controlada cuando se forme una red de informaciones, un sistema nervioso

    autnomo, que permitir pilotearla, escriben en su informe de 1978 para el caso francs esos monos de Estado que son

    Simon Nora y Alain Minc. Lo que hoy en da SE llama Nueva Economa, que unifica bajo una misma denominacin

    controlada y de origen ciberntico al conjunto de las transformaciones que han conocido desde hace treinta aos los

    pases occidentales, es un conjunto de nuevos sujetamientos [assujettisements], una nueva solucin al problema

    prctico del orden social y de su porvenir, es decir, una nueva poltica.

    Bajo la influencia de la informatizacin, las tcnicas de reajuste de la oferta y la demanda, provenientes del

    perodo 1930-1970, han sido depuradas, recortadas y descentralizadas. La imagen de la mano invisible no es ya una

    ficcin justificadora sino el principio efectivo de la produccin social de sociedad, tal como se materializa en los

    procedimientos de la computadora. Las tcnicas de intermediacin mercantil y financiera han sido automatizadas.

    Internet permite simultneamente conocer las preferencias del consumidor y condicionarlas con la publicidad. En un

    nivel distinto, toda la informacin sobre los comportamientos de los agentes econmicos circula en forma de ttulos que

  • 10

    los mercados financieros toman a su cargo. Cada actor de la valorizacin capitalista es el soporte de bucles de

    retroaccin cuasi-permanentes, en tiempo real. Tanto en los mercados reales como en los mercados virtuales, cada

    transaccin da lugar, a partir de ahora, a una circulacin de informacin sobre los sujetos y los objetos del intercambio

    que supera la mera fijacin del precio, vuelta algo secundario. Por un lado, uno ha rendido cuentas de la importancia de

    la informacin como factor de produccin distinto del trabajo y del capital, y decisivo para el crecimiento en la forma de

    conocimientos, de innovaciones tcnicas, de competencias distribuidas. Por el otro, el sector especializado de la

    produccin de informaciones no ha dejado de aumentar su talla. Y es debido al reforzamiento recproco de estas dos

    tendencias por lo que el capitalismo presente debe ser calificado como economa de la informacin. La informacin ha

    devenido la riqueza a extraer y a acumular, transformando al capitalismo en auxiliar de la ciberntica. La relacin entre

    capitalismo y ciberntica se ha invertido a lo largo del siglo: mientras que, tras la crisis de 1929, SE ha construido un

    sistema de informaciones sobre la actividad econmica a fin de servir a la regulacin ste fue el objetivo de todas las

    planificaciones, la economa, tras la crisis de 1973, hace descansar el proceso de autorregulacin social sobre la

    valorizacin de la informacin.

    Nada expresa mejor la victoria contempornea de la ciberntica que el hecho de que el valor puede ser extrado

    como informacin sobre la informacin. La lgica mercantil-ciberntica, o neoliberal, se extiende a toda la actividad,

    incluida la an-no mercantil, con el apoyo sin fallas de los Estados modernos. De manera ms general, la precarizacin

    de los objetos y los sujetos del capitalismo tiene como corolario un crecimiento de la circulacin de informaciones a su

    respecto: esto tambin es cierto tanto para el trabajador-parado como para la vaca. La ciberntica apunta por

    consiguiente a inquietar y a controlar en el mismo movimiento. Est fundada sobre el terror, que es un factor de

    evolucin de crecimiento econmico, de progreso moral pues provee la oportunidad para una produccin de

    informaciones. El estado de emergencia, que es lo propio de las crisis, es lo que permite a la autorregulacin ser

    relanzada, autoconservarse como movimiento perpetuo. Tan bien que a la inversa del esquema de la economa clsica,

    donde el equilibrio de la oferta y la demanda debera permitir el crecimiento y con ello el bienestar colectivo, es, de

    aqu en adelante, el crecimiento lo que es un camino ilimitado hacia el equilibrio. As pues, es exacto criticar la

    modernidad occidental como proceso de movilizacin infinita, cuyo destino sera el movimiento hacia ms

    movimiento. Pero desde un punto de vista ciberntico la autoproduccin que caracteriza tanto al Estado y al Mercado

    como al autmata, al asalariado o al parado, es indiscernible del autocontrol que la atempera y ralentiza.

    IV Si las mquinas motrices han constituido la segunda edad de la mquina tcnica, las mquinas de la ciberntica y de la

    informtica forman una tercera edad que recompone un rgimen de avasallamiento generalizado: sistemas hombres-

    mquinas, reversibles y recurrentes, sustituyen a las antiguas relaciones de sujetamiento no-reversibles y no-

    recurrentes entre los dos elementos; la relacin del hombre y la mquina se hace en trminos de mutua comunicacin

    interna, y ya no de uso o accin. En la composicin orgnica del capital, el capital variable define un rgimen de

    sujetamiento del trabajador (plusvala humana) que tiene como marco principal la empresa o la fbrica; pero, cuando el

    capital constante crece proporcionalmente cada vez ms, en la automacin, aparece una nueva esclavitud, al mismo

    tiempo que el rgimen de trabajo cambia, que la plusvala deviene maqunica y que el marco se extiende por completo a

    la sociedad. Asimismo se podra decir que un poco de subjetivacin nos alejaba del avasallamiento mquinico, pero que

    mucha nos conduce de nuevo a l.

    Gilles Deleuze, Flix Guattari Mil Mesetas, 1980

    El solo momento de permanencia de una clase en cuanto tal es asimismo el que posee la consciencia para s: la clase

    de los gestores del capital en cuanto mquina social. La consciencia que la connota es, con la mayor coherencia, la del

    apocalipsis, de la autodestruccin.

    Giorgio Cesarano, Manual de supervivencia, 1975

    Considerado esto, la ciberntica no es simplemente uno de los aspectos de la vida contempornea, su cara

    neotecnolgica por ejemplo, sino el punto de partida y el punto de llegada del nuevo capitalismo. Capitalismo

    ciberntico qu significa esto? Esto quiere decir que desde los aos 70 nos enfrentamos a una formacin social

    emergente que toma el relevo del capitalismo fordista y que resulta de la aplicacin de la hiptesis ciberntica a la

    economa poltica. El capitalismo ciberntico se desarrolla a fin de permitir al cuerpo social devastado por el Capital,

    reformarse y ofrecerse para un ciclo ms en el proceso de acumulacin. Por un lado el capitalismo debe crecer, lo que

    implica una destruccin. Por el otro debe reconstruir comunidad humana, lo que implica una circulacin. Hay

    escribe Lyotard dos usos de la riqueza, es decir, de la potencia-poder: uno reproductivo y otro saqueador. El primero

    es circular, global, orgnico; el segundo es parcial, mortfero, celoso. [] El capitalista es un conquistador y el

    conquistador es un monstruo, un centauro: su tren delantero se alimenta de reproducir el sistema reglado de las

  • 11

    metamorfosis controladas bajo la ley de la mercanca-patrn, y su tren trasero de saquear las energas sobreexcitadas.

    Con una mano se apropia de algo, por tanto conserva, es decir, reproduce en la equivalencia, reinvierte; con la otra

    toma y destruye, roba y huye, abriendo otro espacio, otro tiempo. Las crisis del capitalismo, tal como las comprenda

    Marx, siempre provienen de una desarticulacin entre el tiempo de la conquista y el tiempo de la reproduccin. La

    funcin de la ciberntica es la de evitar estas crisis asegurando la coordinacin entre el tren trasero y el tren

    delantero del Capital. Su desarrollo es una respuesta endgena aportada al problema planteado al capitalismo, que es

    el de desarrollarse sin desequilibrios fatales.

    En la lgica del Capital, el desarrollo de la funcin de pilotaje, de control, corresponde a la subordinacin de la

    esfera de la acumulacin a la esfera de la circulacin. Para la crtica de la economa poltica, la circulacin no debera

    ser menos sospechosa, en efecto, que la produccin. Ella no es, como Marx lo saba, sino un caso particular de la

    produccin tomada en sentido general. La socializacin de la economa es decir, la interdependencia entre los

    capitalistas y los dems miembros del cuerpo social, la comunidad humana, la ampliacin de la base humana del

    Capital, hace que la extraccin de la plusvala, que est en la base de la ganancia, no est ya centrada en la relacin de

    explotacin instituida por el asalariado. El centro de gravedad de la valorizacin se desplaza al lado de la esfera de la

    circulacin. A falta de poder reforzar las condiciones de explotacin, lo que implicara una crisis del consumo, la

    acumulacin capitalista podr no obstante proseguir a condicin de que se acelere el ciclo produccin-consumo, es

    decir, de que se acelere tanto el proceso de produccin como la circulacin mercantil. Lo que ha quedado perdido en el

    nivel esttico de la economa podr ser compensado en el nivel dinmico. La lgica de flujos dominar a la lgica del

    producto acabado. En cuanto factor de riqueza, la velocidad primar sobre la cantidad. La cara oculta del

    mantenimiento de la acumulacin es la aceleracin de la circulacin. Los dispositivos de control tienen por consiguiente

    como funcin el maximizar el volumen de los flujos mercantiles minimizando los acontecimientos, los obstculos, los

    accidentes que los ralentizaran. El capitalismo ciberntico tiende a abolir el propio tiempo, a maximizar la circulacin

    fluida hasta su punto mximo, la velocidad de la luz, como ya lo tienden a realizar ciertas transacciones financieras. Las

    categoras de tiempo real o de justo a tiempo demuestran bastante este odio a la duracin. Por esta misma razn, el

    tiempo es nuestro aliado.

    Esta propensin del capitalismo al control no es nueva. No es posmoderna ms que en el sentido en que la

    posmodernidad se confunde con la modernidad en su cuarto menguante. Es por esta misma razn que se desarroll la

    burocracia a finales del siglo XIX y las tecnologas informticas tras la Segunda Guerra Mundial. La cibernetizacin del

    capitalismo comenz a finales de los aos 1870 con un control creciente de la produccin, la distribucin y el consumo.

    Desde este momento la informacin sobre los flujos lleva consigo una importancia estratgica central como condicin de

    la valorizacin. El historiador James Beniger cuenta que los primeros problemas de control surgieron cuando las

    primeras colisiones de trenes tuvieron lugar, poniendo en peligro tanto a stos como a las mercancas y las vidas

    humanas. La sealizacin de las vas frreas, los aparatos de medida de los tiempos de recorrido y de transmisin de

    los datos tuvieron que ser inventados a fin de evitar tales catstrofes. El telgrafo, los relojes sincronizados, los

    organigramas dentro de las grandes empresas, los sistemas de pesaje, las hojas de ruta, los procedimientos de

    evaluacin de los resultados, los mayoristas, la cadena de montaje, la toma centralizada de decisin, la publicidad en

    los catlogos y los medios de comunicacin de masas fueron parte de los dispositivos inventados durante este perodo

    para responder, en todas las esferas del circuito econmico, a una crisis generalizada del control asociada a la

    aceleracin de la produccin que provocaba la revolucin industrial en los Estados Unidos. Los sistemas de informacin

    y control se desarrollan por tanto al mismo tiempo que se extiende el proceso capitalista de transformacin de la

    materia. Se forma y aumenta de tamao una clase de intermediarios, de middlemen, que Alfred Chandler denomin la

    mano visible del Capital. A partir del fin del siglo XX, SE constata que la previsibilidad deviene una fuente de ganancia

    en la medida que es una fuente de confianza. El fordismo y el taylorismo se inscriben dentro de este movimiento, as

    como el desarrollo del control sobre la masa de los consumidores y sobre la opinin pblica mediante el marketing y la

    publicidad, encargados de arrancar por la fuerza y luego de poner a trabajar las preferencias que, segn la hiptesis

    de los economistas marginalistas, son la verdadera fuente del valor. La inversin en las tecnologas de planificacin y

    de control, organizacionales o puramente tcnicas, deviene ms y ms rentable. Luego de 1945, la ciberntica provee al

    capitalismo una nueva infraestructura de mquinas las computadoras y sobre todo una tecnologa intelectual que

    permiten regular la circulacin de los flujos dentro de la sociedad, hacer de sta unos flujos exclusivamente mercantiles.

    Que el sector econmico de la informacin, de la comunicacin y del control haya tomado una parte creciente

    dentro de la economa desde la Revolucin Industrial, que el trabajo inmaterial aumenta en relacin al trabajo material,

    esto no tiene, por tanto, nada de sorprendente ni de nuevo. Ese sector moviliza actualmente, en los pases

    industrializados, ms de 2/3 de la fuerza de trabajo. Pero esto no basta para definir al capitalismo ciberntico. ste,

    puesto que hace depender de continuo su equilibrio y su crecimiento de sus capacidades de control, ha cambiado de

    naturaleza. La inseguridad, mucho antes que la escasez, es el ncleo [nud] de la economa capitalista actual. Como lo

    presienten Wittgenstein a partir de la crisis de 1929 y Keynes tras de l existe un vnculo muy fuerte entre el estado

    de confianza y la curva de eficiencia marginal del Capital, escribe este ltimo en el captulo XII de la Teora general en

    febrero de 1934, la economa descansa en definitiva sobre un juego del lenguaje. Los mercados, y con ellos las

    mercancas y los comerciantes, la esfera de la circulacin en general y, consecuentemente, la empresa, la esfera de la

    produccin en cuanto lugar de previsin de rendimientos por venir, no existen sin convenciones, normas sociales,

    normas tcnicas o normas de lo verdadero, un meta-nivel que hace existir los cuerpos, las cosas en cuanto mercancas,

    incluso antes de que sean objeto de un precio. Los sectores del control y la comunicacin se desarrollan porque la

    valorizacin mercantil necesita la organizacin de una circulacin en bucle de informaciones, paralela a la circulacin de

    las mercancas, la produccin de una creencia colectiva que se objetiva en el valor. Para advenir, todo intercambio

  • 12

    requiere inversiones de forma una informacin sobre y una puesta en forma de aquello que es intercambiado,

    un formateo que vuelve posible la puesta en equivalencia antes de que tenga efectivamente lugar, un condicionamiento

    que es tambin una condicin del acuerdo sobre el mercado. Esto es cierto para los bienes; y lo es tambin para las

    personas. Perfeccionar la circulacin de informaciones ser equivalente a perfeccionar el mercado en cuanto

    instrumento universal de coordinacin. Contrariamente a lo que supona la hiptesis liberal, para sostener el capitalismo

    frgil, el contrato no se basta a s mismo dentro de las relaciones sociales. SE toma consciencia, despus de 1929, de

    que todo contrato debe ser provisto de controles. La entrada de la ciberntica en el funcionamiento del capitalismo

    apunta a minimizar las incertidumbres, las inconmensurabilidades, los problemas de anticipaciones que podran

    inmiscuirse en toda transaccin mercantil. Ella contribuye a consolidar la base sobre la cual pueden tener lugar los

    mecanismos del capitalismo, contribuye a lubricar la mquina abstracta del Capital.

    Con el capitalismo ciberntico, el momento poltico de la economa poltica domina por consiguiente su momento

    econmico. O como lo comprende Joan Robinson desde la teora econmica al comentar a Keynes: En cuanto se

    admite la incertidumbre de las anticipaciones que guan al comportamiento econmico, el equilibrio deja de tener

    importancia y su lugar es tomado por la Historia. El momento poltico, entendido aqu en el sentido amplio de aquello

    que sujeta [assujettit], de aquello que normaliza, de aquello que determina lo que pasa a travs de los cuerpos y puede

    registrarse como valor socialmente reconocido, de aquello que extrae forma de las formas-de-vida, es esencial tanto

    para el crecimiento como para la reproduccin del sistema: por un lado la captacin de energas, su orientacin, su

    cristalizacin, deviene la fuente primaria de valorizacin; por el otro la plusvala puede provenir de cualquier punto del

    tejido biopoltico a condicin de que ste se reconstituya una y otra vez. Que el conjunto de los gastos pueda

    tendencialmente metamorfosearse en cualidades valorizables significa asimismo que el Capital compenetra todos los

    flujos vivientes: socializacin de la economa y antropomorfosis del Capital son dos procesos solidarios e indisociables.

    Para que stos se lleven a cabo, es necesario y suficiente que toda accin contingente sea tomada al interior de un

    mixto de dispositivos de vigilancia y de aprehensin [saisie, como se ver en el sentido de captura de datos]. Los

    primeros estn inspirados en la prisin, en cuanto sta introduce un rgimen de visibilidad panptico, centralizado. Han

    sido durante mucho tiempo el monopolio del Estado moderno. Los segundos estn inspirados en la tcnica informtica,

    en cuanto sta aspira a un rgimen de cuadriculado descentralizado y en tiempo real. El horizonte comn de ambos

    dispositivos es el de unatransparencia total, el de una correspondencia absoluta entre el mapa y el territorio, de una

    voluntad de saber a un grado de acumulacin tal que deviene voluntad de poder [pouvoir]. Una de las avanzadas de la

    ciberntica ha consistido en clausurar los sistemas de vigilancia y seguimiento al asegurarse de que los vigilantes y los

    seguidores sean a su vez vigilados y/o seguidos, y todo ello al grado de una socializacin del control que es la marca de

    la pretendida sociedad de la informacin. El sector del control se autonomiza a causa de que se impone la necesidad

    de controlar el control, siendo duplicados los flujos mercantiles por flujos de informaciones cuya circulacin y seguridad

    deben a su vez ser optimizadas. En la cumbre de este escalonamiento de los controles, el control estatal, la polica y el

    derecho, la violencia legtima y el poder judicial, desempean un rol de controladores en ltima instancia. Esta

    sobrepuja de vigilancia que caracteriza a las sociedades de control es explicada de manera sencilla por Deleuze:

    tienen fugas por doquier. Esto es lo que el control confirma constantemente en su necesidad. En las sociedades de

    disciplina no parbamos de recomenzar (de la escuela al cuartel, etc), mientras que en las sociedades de control

    jams terminamos nada.

    As pues, no hay nada sorprendente en ver al desarrollo del capitalismo ciberntico acompaarse de un desarrollo

    de todas las formas de represin, de un hiper-seguritarismo. La disciplina tradicional, la generalizacin del estado de

    emergencia, de la emergenza, son llevadas a aumentar en un sistema orientado completamente hacia el miedo de la

    amenaza. La contradiccin aparente entre un reforzamiento de las funciones represivas del Estado y un discurso

    econmico neoliberal que preconiza lo menos de Estado que permite, por ejemplo, que Loc Wacquant se lance a

    una crtica de la ideologa liberal que oculta el ascenso del Estado penal slo se puede comprender haciendo

    referencia a la hiptesis ciberntica. Lyotard lo explica: En todo sistema ciberntico existe una unidad de referenc ia que

    permite medir la desviacin [cart] producida por la introduccin de un acontecimiento en el sistema, para enseguida,

    gracias a esta medida, traducir este acontecimiento en informacin para el sistema, si se trata, finalmente, de un

    conjunto regulado en homeostasia, anular esa desviacin y reconducir el sistema a la cantidad de energa o de

    informacin que precedentemente era la suya. [] Detengmonos aqu un poco. Veamos cmo la adopcin de este

    punto de vista sobre la sociedad, o sea la fantasa desptica que tiene el amo de colocarse en el presunto lugar del cero

    central y de identificarse de ese modo con la Nada matricial [] slo puede coaccionarlo a extender su idea de la

    amenaza y por lo tanto de la defensa. Porque cul es el acontecimiento que no comportara amenaza, desde este

    punto de vista? Ninguno; todos, por el contrario, puesto que son perturbaciones de un orden circular, que reproducen lo

    mismo, que exigen una movilizacin de la energa con fines de apropiacin y de eliminacin. Es esto abstracto?

    Hace falta un ejemplo? Es el proyecto mismo que perpetra, en Francia y en las altas esferas, la institucin de una

    Defensa Operacional del Territorio, garantizada por un Centro de Operaciones del Ejrcito Terrestre, cuya especificidad

    es la de evitar toda amenaza interna, aquello que surge en los oscuros repliegues del cuerpo social, y de la que el

    estado-mayor pretende ser nada menos que su cabeza clarividente: esta clarividencia se llama fichero nacional; [] la

    traduccin del acontecimiento en informacin para el sistema se denomina informe []; y, por ltimo, la ejecucin de las

    rdenes reguladoras y su inscripcin en el cuerpo social, sobre todo cuando uno se imagina esto presa de alguna

    intensa emocin, por ejemplo en el miedo pnico que lo sacudira en cualquier sentido en caso de que se

    desencadenara la guerra nuclear (entindase adems: vaya uno a saber dnde se levantara una ola, que se juzgara

    insana, de protesta, contestacin, desercin civil) esta ejecucin requiere la infiltracin asidua y fina de los canales

    emisores dentro de la carne social, o sea, como lo dice de maravilla cierto oficial superior, la polica de los

  • 13

    movimientos espontneos. La prisin est pues en la cumbre de una cascada de dispositivos de contro l, siendo en

    ltima instancia el garante de que ningn acontecimiento perturbador, tal que consiga trabar la circulacin de personas

    y bienes, habr tenido lugar en el cuerpo social. Consistiendo la lgica de la ciberntica en reemplazar las instituciones

    centralizadas, las formas sedentarias de control, por dispositivos de trazado, por formas nmadas de control, la prisin,

    como dispositivo clsico de vigilancia, es evidentemente conducia a ser prolongada mediante dispositivos de

    aprehensin, como por ejemplo el brazalete electrnico. El desarrollo de las community police en el mundo anglosajn,

    o en el caso francs de la polica de proximidad, responde asimismo a una lgica ciberntica de conjuracin del

    acontecimiento, de organizacin de la retroaccin. De acuerdo con esta lgica, las perturbaciones dentro de una zona

    sern tanto mejor ahogadas cuanto se vean amortiguadas por las subzonas ms prximas del sistema.

    Si la represin tiene el rol, en el capitalismo ciberntico, de conjuracin del acontecimiento, la previsin es su

    corolario, en la medida en que apunta a eliminar la incertidumbre ligada a todo futuro. sta es la apuesta de las

    tecnologas estadsticas. Mientras que las del Estado benefactor se dirigan completamente hacia la anticipacin de los

    riesgos, probabilizados o no, las del capitalismo ciberntico apuntan a multiplicar los dominios de responsabilidad. El

    discurso del riesgo es el motor del despliegue de la hiptesis ciberntica: es primeramente difundido para ser a

    continuacin interiorizado. Porque los riesgos son tanto mejor aceptados cuanto ms suceda que los que estn

    expuestos a ellos tengan la impresin de que han escogido tomar tales riesgos, de que se sienten ms responsables de

    ellos y ms an cuando tienen el sentimiento de poder controlarlos y dominarlos por ellos mismos. Pero, como lo admite

    un experto, el riesgo cero no existe: la nocin de riesgo debilita mucho los vnculos causales, pero haciendo esto no

    los hace desaparecer. Al contrario, los multiplica. [] Considerar un peligro en trminos de riesgo supone forzosamente

    admitir que nunca podremos precavernos absolutamente de l: se lo podr gestionar o domesticar, pero nunca

    anularlo. Es en virtud de su permanencia para el sistema que el riesgo es un instrumento ideal para la afirmacin de

    nuevas formas de poder que favorecen la influencia creciente de los dispositivos sobre los colectivos y los individuos.

    Elimina todo tema de conflicto mediante la aglomeracin obligatoria de los individuos en torno a la gestin de amenazas

    que supuestamente conciernen a todo el mundo de la misma manera. El argumento que SE querra hacernos admitir es

    el siguiente: cuanta ms seguridad hay, ms produccin concomitante de inseguridad habr. Y si piensas que la

    inseguridad crece a medida que la previsin es cada vez ms infalible, es que t mismo tienes miedo de los riesgos. Y

    si tienes miedo de los riesgos, si no confas en el sistema para controlar integralmente tu vida, tu miedo corre peligro de

    ser contagioso y de presentar un riesgo muy real de desconfianza hacia el sistema. Dicho de otro modo, tener miedo de

    los riesgos es ya representar, uno mismo, un riesgo para la sociedad. El imperativo de circulacin mercantil sobre el

    cual reposa el capitalismo ciberntico se metamorfosea en fobia general, en fantasma de autodestruccin. La sociedad

    de control es una sociedad paranoica, lo cual es confirmado sin mucho trabajo por la proliferacin en su seno de las

    teoras de la conspiracin. Es a s que cada individuo es subjetivado en el capitalismo ciberntico como dividuo de

    riesgos, como el enemigo cualquiera de la sociedad equilibrada.

    No hace falta sorprenderse entonces de que el razonamiento de esos colaboradores natos del Capital que son

    Franois Ewald o Denis Kessler en Francia sea el de afirmar que el Estado benefactor, caracterstico del modo de

    regulacin social fordista, al reducir los riesgos sociales, haya acabado por desresponsabilizar a los individuos. El

    desmantelamiento de los sistemas de proteccin social, al cual asistimos desde el comienzo de los aos 80, apunta por

    consiguiente a responsabilizar a cada uno, haciendo llevar a todos los riesgos que por s solos hacen sufrir a los

    capitalistas en el conjunto del cuerpo social. En el fondo se trata de inculcar el punto de vista de la reproduccin de la

    sociedad a cada individuo, que ya no deber esperar nada de ella, sino que deber sacrificarle todo. Ocurre que la

    regulacin social de las catstrofes y de lo imprevisto ya no puede ser gestionada, como lo era en la Edad Media

    durante las lepras, mediante la mera exclusin social, la lgica del chivo expiatorio, la contencin y el cercamiento. Si

    todo el mundo tiene que devenir responsable del riesgo que hace correr a la sociedad, es que UNO ya no puede excluir

    nada sin privarse de una fuente potencial de beneficio. As pues, el capitalismo ciberntico consigue que vayan de la

    mano socializacin de la economa y ascenso del principio-responsabilidad. Produce al ciudadano en cuantodividuo

    de riesgos que autoneutraliza su potencial de destruccin del orden. De esta manera se trata de generalizar el auto-

    control, disposicin que favorece la proliferacin de dispositivos y que asegura un retransmisor [relais] eficaz. Toda

    crisis, en el capitalismo ciberntico, prepara un reforzamiento de los dispositivos. Tanto la contestacin anti-OGM como

    la crisis de las vacas locas de estos ltimos aos en Francia, han permitido, en definitiva, instituir una trazabilidad

    indita de los dividuos y las cosas. La profesionalizacin acrecentada del control que es, junto con los seguros, uno

    de los sectores econmicos cuyo crecimiento resulta garantizado por la lgica ciberntica no es sino la otra cara del

    ascenso del ciudadano, como subjetividad poltica que ha autorreprimido totalmente el riesgo que representa

    objetivamente. La vigilancia ciudadana contribuye de este modo al mejoramiento de los dispositivos de pilotaje.

    Mientras que el ascenso del control a finales del siglo XIX pasaba por una disolucin de los vnculos

    personalizados lo que condujo a que SE haya podido hablar de desaparicin de las comunidades, en el

    capitalismo ciberntico pasa por un nuevo tejido [accin de tejer] de vnculos sociales enteramente atravesados por el

    imperativo de pilotaje de s y de los otros, al servicio de la unidad social: es ese devenir-dispositivo del hombre que

    figura al ciudadano del Imperio. La importancia actual de estos nuevos sistemas ciudadano-dispositivo, que profundizan

    las viejas instituciones estatales y propulsan la nebulosa asociativo-ciudadana, demuestra que la gran mquina social

    que ha de ser el capitalismo ciberntico no puede prescindir de los hombres, pese a que ciertos cibernticos incrdulos

    hayan perdido el tiempo creyndolo, como lo muestra esta toma de consciencia disgustada de mediados de los aos

    80:

    La automatizacin sistemtica sera efectivamente un medio radical para rebasar los lmites fsicos o mentales

    que estn en la fuente de los errores humanos ms comunes: prdidas momentneas de vigilancia debidas a la fatiga,

  • 14

    al estrs o a la rutina; incapacidad provisional para interpretar simultneamente una multitud de informaciones

    contradictorias y, por tanto, para dominar situaciones demasiado complejas; eufemizacin del riesgo bajo la presin de

    las circunstancias (emergencias, presiones jerrquicas); errores de representacin que conducen a sobreestimar la

    seguridad de sistemas habitualmente muy fiables (se cita el caso de un piloto que rechazaba categricamente creer que

    uno de sus reactores estaba ardiendo). No obstante, es preciso preguntarse si la puesta fuera de circuito del hombre,

    considerado como el eslabn dbil de la interfaz hombre/mquina, no corre peligro, en definitiva, de crear nuevas

    vulnerabilidades, aunque no fuera ms que extendiendo los errores de representacin y las prdidas de vigilancia que

    son, como hemos visto, la contrapartida frecuente de un sentimiento de seguridad exagerado. En todo caso, el debate

    amerita ser abierto.

    En efecto.

    V La ecosociedad es descentralizada,comunitaria, participativa. Laresponsabilidad y la iniciativa individual existen

    verdaderamente. La ecosociedad reposa sobre el pluralismo de las ideas, los estilos y las conductas de vida. Por

    consiguiente: la igualdad y la justicia social estn en progreso. Pero tambin hay una conmocin de los hbitos, los

    modos de pensar y las costumbres. Los hombres han inventado una vida diferente en una sociedad en equilibrio. Se

    dan cuenta de que el mantenimiento de un estado de equilibrio era ms delicado que el mantenimiento de un estado de

    crecimiento continuo. Gracias a una nueva visin, a una nueva lgica de la complementariedad, a nuevos valores, los

    hombres de la ecosociedad han inventado una doctrina econmica, una ciencia poltica, una sociologa, una tecnologa

    y una psicologa del estado de equilibrio controlado.

    Jol de Rosnay, El macroscopio, 1975

    Capitalismo y socialismo representan dos organizaciones de la economa derivadas del mismo sistema bsico: el de la

    cuantificacin del valor agregado. [] Considerado desde este punto de vista, el sistema llamado socialismo no es

    ms que el subsistema corrector aplicado al capitalismo. Podemos de esta manera decir que el capitalismo ms

    extravagante es socialista a partir de ciertos aspectos suyos, y que todo el socialismo es una mutacin del capitalismo

    destinada a intentar estabilizar el sistema a travs de una redistribucin redistribucin que se estima necesaria para

    asegurar la supervivencia de todos e incitarlos a un consumo ms largo. Llamaremos en este borrador capitalismo

    social a una organizacin de la economa concebida para establecer un equilibrio aceptable entre capitalismo y

    socialismo.

    Yona Friedman, Utopas realizables, 1974

    Los acontecimientos de Mayo del 68 provocaron en el conjunto de las sociedades occidentales una reaccin

    poltica de la cual UNO apenas se acuerda de su magnitud hoy en da. Muy pronto, la reestructuracin del capitalismo se

    organiz, como se pone en marcha un ejrcito. Se vieron, junto con el Club de Roma, multinacionales como Fiat,

    Volkswagen o Ford pagar a economistas, socilogos y ecologistas para que stos determinaran las producciones a las

    cuales deban renunciar las empresas a fin de que el sistema capitalista funcionara mejor y se reforzara. En 1972, el

    informe del Massachusetts Institute of Technology financiado por el susodicho Club de Roma, Los lmites del

    crecimiento, provoc un gran revuelo pues recomendaba detener el proceso de acumulacin capitalista, incluyendo

    tambin en los pases llamados en vas de desarrollo. Desde lo ms alto de la dominacin SE reivindicaba el

    crecimiento cero a fin de preservar las relaciones sociales y los recursos del planeta, SE introducan componentes

    cualitativos en el anlisis del desarrollo contra las proyecciones cuantitativas centradas en el crecimiento, y SE exiga en

    definitiva que ste fuera completamente redefinido; toda esta presin se acentu an ms cuando estall la crisis de

    1973. El capitalismo pareca estar haciendo su autocrtica. Pero si he hablado una vez ms de guerra y de ejrcito , es

    porque el informe del MIT, elaborado por el economista Dennis H. Meadows, se inspiraba en los trabajos de un tal Jay

    Forrester al cual el UR Air Force le haba encargado preparar un sistema de alerta y defensa el SAGE System que

    coordinara por primera vez radares y computadoras con el objetivo de detectar e impedir un posible ataque del territorio

    estadounidense con misiles enemigos. Forrester haba montado infraestructuras de comunicacin y control entre

    hombres y mquinas en las cuales stos se encontraban interconectados por primera vez en tiempo real. Luego fue

    elegido en la escuela de administracin del MIT para extender sus habilidades en materia de anlisis sistmico al

    mundo econmico. Aplic los mismos principios de orden y defensa a las empresas, luego ser el turno de las ciudades

    y, finalmente, del conjunto del planeta en su World Dynamics que inspir a los relatores del MIT. De este modo la

    segunda ciberntica fue determinante para fijar los principios de reestructuracin del capitalismo. Con ella, la

    economa poltica devena una ciencia de lo vivo. Analizaba el mundo en cuanto sistema abierto de transformacin y de

    circulacin de flujos de energa y de flujos monetarios.

    En Francia, un conjunto de pseudocientficos el iluminado De Rosnay y el baboso Morin, pero tambin Henri

    Atlan, Henri Laborit, Ren Passet, y el arribista Attali se reunieron para elaborar, a raz del MIT, Diez mandamientos

    para una nueva economa, un ecosocialismo decan ellos, siguiendo un enfoque sistmico, es decir, ciberntico,

    obsesionado por el estado de equilibrio de todo y de todos. No es intil a posteriori, cuando UNO escucha a la

  • 15

    izquierda de hoy en da y tambin a la izquierda de la izquierda, recordar algunos de los principios que De Rosnay

    presentaba en 1975:

    1. Conservar la variedad de los espacios al igual que de las culturas, la

    biodiversidad al igual que la multiculturalidad.

    2. Velar por que no se abra, por no dejar escapar, la informacin contenida en

    los bucles de regulacin.

    3. Restablecer los equilibrios del conjunto del sistema mediante

    descentralizacin.

    4. Diferenciar para integrar mejor, ya que conforme a lo que presenta Teilhard

    de Chardin, el iluminado-jefe de todos los cibernticos, toda integracin

    real se funda en una diferenciacin previa. [] Lo homogneo, la mezcla, el

    sincretismo, son la entropa. Slo la unin en la diversidad es creadora.

    Incrementa la complejidad, conduce a niveles ms elevados de

    organizacin.

    5. Para evolucionar: dejarse agredir.

    6. Preferir los objetivos, los proyectos, a la programacin detallada.

    7. Saber utilizar la informacin.

    8. Saber mantener tensiones en los elementos del sistema.

    Ya no se trata, como UNO poda fingir todava creerlo en 1972, de cuestionar el capitalismo y sus efectos

    devastadores, sino ms bien de reorientar la economa de manera en que sirvan mejor, a la vez, las necesidades

    humanas, el mantenimiento y la evolucin del sistema social, y la prosecucin de una autntica cooperacin con la

    naturaleza. La economa de equilibrio que caracteriza la ecosociedad es por tanto una economa regulada, en el

    sentido ciberntico del trmino. Los primeros idelogos del capitalismo ciberntico hablan de abrir a una gestin

    comunitaria del capitalismo desde abajo, a una responsabilizacin de cada cual gracias a la inteligencia colectiva que

    resultar de los progresos de las telecomunicaciones y de la informtica. Sin cuestionar ni la propiedad privada ni la

    propiedad estatal, SE invita a una co-gestin, a un control de las empresas por parte de las comunidades de asalariados

    y usuarios. La euforia reformadora de la ciberntica es tal que, en los primeros aos de los 70, SE evocaba sin ningn

    estremecimiento, como si desde el siglo XIX no se hubiera tratado ms que de esto, la idea de un capitalismo social,

    tal como lo defendi por ejemplo el arquitecto ecologista y grafmano Yona Friedman. As se cristaliz eso

    que SE acab por llamar socialismo de tercera va, y su alianza con la ecologa, de la cual SE conoce hoy su influencia

    poltica en Europa. Si fuera preciso retener un acontecimiento que, en aquellos aos, en Francia, expuso la progresin

    tortuosa hacia esta nueva alianza entre socialismo y liberalismo, no sin la esperanza de que emerja otra cosa, sera sin

    discusin el caso LIP. Con l, todo el socialismo hasta en sus corrientes ms radicales como puede ser el

    comunismo consejista, que fracas en hacer caer el agenciamiento liberal, y que, sin sufrir propiamente hablando

    descomposicin alguna, acab simplemente absorbido por el capitalismo ciberntico. La reciente adhesin del

    ecologista Cohn-Bendit, el amable lder de Mayo del 68, a la corriente liberal-libertaria no es ms que una consecuencia

    lgica del ms profundo de los vuelcos de las ideas socialistas sobre s mismas.

    El actual movimiento antiglobalizacin y la contestacin ciudadana en general, no presentan ninguna ruptura en

    el interior de esta formacin de enunciados elaborada hace 30 aos. Ellos reclaman simplemente la aceleracin de su

    aplicacin. Aqu sale a la luz, tras las estruendosas contracumbres, una misma visin fra de la sociedad como totalidad

    amenazada por estallidos, un mismo objetivo de regulacin social. Se trata derestaurar la cohesin social pulverizada

    por la dinmica del capitalismo ciberntico y de garantizar, en ltima instancia, la participacin de todos en esta ltima.

    Por ello no sorprende ver al economicismo ms rido impregnar de manera tan tenaz y nauseabunda las filas de los

    ciudadanos. El ciudadano desprovisto de todo se proyecta como experto amateur de la gestin social, y concibe la

    nulidad de su vida como sucesin ininterrumpida de proyectos a realizar: como lo seala con una ingenuidad fingida el

    socilogo Luc Boltanski, todo puede acceder a la dignidad del proyecto, incluyendo las empresas hostiles al

    capitalismo. As como el dispositivo autogestin fue seminal en la reorganizacin del capitalismo desde hace treinta

    aos, la contestacin ciudadana no es otra cosa que el instrumento actual de la modernizacin de la poltica. Este

    nuevo proceso de civilizacin descansa sobre la crtica de la autoridad desarrollada en los aos 70, en el momento en

    que se cristalizaba la segunda ciberntica. La crtica de la representacin poltica en cuanto poder separado, ya

    recuperada por el nuevo management en la esfera de la produccin econmica, es hoy en da reinvertida en la esfera

    poltica. Vemos por todos lados que la horizontalidad de las relaciones y la participacin en proyectos son lo que debe

    reemplazar a la autoridad jerrquica y burocrtica polvorienta, y contra-poderes y descentralizaciones que se supone

    van a deshacer los monopolios y el secreto. As se extienden y se estrechan sin obstculos las cadenas de

    interdependencia social, por aqu hechas de vigilancia, por all de delegacin. Integracin de la sociedad civil por parte

    del Estado e integracin del Estado por parte de la sociedad civil se engranan cada vez mejor. As se organiza

    la divisin del trabajo de gestin de las poblaciones necesario para la dinmica del capitalismo ciberntico. La

    afirmacin de una ciudadana mundial deber previsiblemente darle el ltimo toque.

    A partir de los aos 70 el socialismo ya no es ms que un democratismo, en lo que sigue absolutamente

    necesario para la progresin de la hiptesis ciberntica. Es preciso comprender el ideal de democracia directa, de

    democracia participativa, como deseo de una expropiacin general por parte del sistema ciberntico de toda la

  • 16

    informacin contenida en sus partes. La demanda de transparencia, de trazabilidad, es una demanda de circulacin

    perfecta de la informacin, un progresismo en la lgica de flujos que rige al capitalismo ciberntico. Es entre 1965 y

    1970 cuando un joven filsofo alemn, supuesto heredero de la teora crtica, fundaba el paradigma democrtico de la

    contestacin actual al entrar con estrpito en varias controversias con sus mayores. Al sociociberntico Niklas

    Luhmann, terico hiperfuncionalista de sistemas, Habermas opona la imprevisibilidad del dilogo, de las

    argumentaciones, irreductibles a simples intercambios de informacin. Pero sobre todo es contra Marcuse que fue

    elaborado este proyecto de una tica de la discusin generalizada que deba radicalizar, criticndolo, el proyecto

    democrtico de la Ilustracin. A Marcuse que explic, comentando las observaciones de Max Weber, que

    racionalizacin quiere