the fake boyfriend experiment

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Rafe Turner tiene un tatuaje que va desde la muñeca hasta el hombro. Su pelo es un poco demasiado largo. Él no necesita a rebelarse, porque ser dueño de su vida ya está en su sangre. Está muy lejos de su liga, a ciencia cierta, pero cuando Lily Gardner accidentalmente lo ve de frente a través de la ventana de la sala de ensayo de la banda, se forma una conexión entre Rafe y Lily que no puede ser sacudida. Cuando Rafe le invita a tocar con su banda, el Lily sabe que el baterista mega-talentoso es exactamente lo que necesita para arreglar su vida. ¿El hecho de que Rafe ya tiene una novia? No hay problema. Será suficiente si la gente simplemente piensa que está saliendo con él... ¿no? Lily está a punto de descubrir que la búsqueda de su pasión es mucho más complicado que un novio falso... o dos.

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Page 1: The fake boyfriend experiment

1

Page 2: The fake boyfriend experiment

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Moderadora

Aciditax

Traductoras

Aciditax

Didy

Guillugui

Hanna

Jhos

Maia8

Michy

Milyepes

Onnanohino Gin

Rodoni

sooi.luuli

Correctoras

Aciditax Hanna

Recopilación & Revisión

Aciditax LadyPandora

Diseño

Rodoni

Page 3: The fake boyfriend experiment

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Créditos ........................................................................................................................................................... 2

Sinopsis ............................................................................................................................................................. 4

Capítulo 1 ..................................................................................................................................................... 5

Capítulo 2 ................................................................................................................................................. 20

Capítulo 3 ................................................................................................................................................. 31

Capítulo 4 ................................................................................................................................................. 49

Capítulo 5 ................................................................................................................................................. 65

Capítulo 6 ................................................................................................................................................. 75

Capítulo 7 ................................................................................................................................................. 91

Capítulo 8 ............................................................................................................................................. 110

Capítulo 9 ............................................................................................................................................. 123

Capítulo 10 ......................................................................................................................................... 140

Capítulo 11 ......................................................................................................................................... 151

Capítulo 12 ......................................................................................................................................... 162

Capítulo 13 ......................................................................................................................................... 178

Capítulo 14 ......................................................................................................................................... 191

Capítulo 15 ......................................................................................................................................... 202

Capítulo 16 ......................................................................................................................................... 214

Sobre la autora .............................................................................................................................. 230

Page 4: The fake boyfriend experiment

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Traducido por Aciditax

Corregido por Hanna

afe Turner tiene un tatuaje que va desde la muñeca hasta el

hombro. Su cabello es un poco demasiado largo. No necesita

rebelarse, porque ser dueño de su vida ya está en su sangre. Está

muy lejos de su liga, a ciencia cierta, pero cuando Lily Gardner,

accidentalmente, lo ve de frente a través de la ventana de la sala de

ensayo de la banda, se forma una conexión entre Rafe y Lily que no

puede ser sacudida. Cuando Rafe le invita a tocar con su banda, Lily

sabe que el baterista mega-talentoso es exactamente lo que necesita

para arreglar su vida. ¿El hecho de que Rafe ya tiene una novia? No hay

problema. Será suficiente si la gente simplemente piensa que está

saliendo con él... ¿no? Lily está a punto de descubrir que la búsqueda de

su pasión es mucho más complicada que un novio falso... o dos.

R

Page 5: The fake boyfriend experiment

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Traducido por Aciditax

Corregido por Hanna

os músicos viejos y muertos no tenían nada que hacer frente el

ardiente tipo que justo ahora estaba corriendo en el aparcamiento

de la Escuela de Música Mueller-Fordham.

De inmediato abandoné la práctica de mi sexta interpretación de la

Quinta de Beethoven para ver al chico, del que nunca antes me había

percatado, corriendo a grandes pasos sobre el asfalto, con su cabello

oscuro y largo, lo suficiente como para hacerme pensar que no perdía el

tiempo jugando con las reglas. Su cuerpo era delgado y atlético, con

unos pantalones negros y una camiseta y corría con la plena confianza

de un hombre moviéndose en su tiempo libre. Un chico al que realmente

no le importaba lo que los demás querían que hiciera. No sólo era

guapo, estaba buenísimo y presumía de eso.

Él era todo lo contrario a los otros doscientos estudiantes de Mueller-

Fordham, el hogar de algunos de los bichos raros y prodigios de la

música del área metropolitana de Boston.

Y después de mi verano, estaba seriamente asustada de que me

incluyera. Bicho raro, eso era. No un prodigio. Ya no.

L

Page 6: The fake boyfriend experiment

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Me incliné hacia delante, estirando el cuello para ver lo último de él

mientras desaparecía por la esquina del edificio, fuera de mi vista y de mi

vida antes de que él se las hubiera arreglado para poner en marcha

algo por lo que valiera la pena vivir. Él estaba afuera en el sol, corriendo

libremente. ¿Dónde estaba yo? Pudriéndome en la sombra tenebrosa del

salón de prácticas número cinco. ¿Iba a haber algún episodio de

bronceado de último minuto antes de lanzarme a mi primer año de

secundaria? No mucho.

Puse mi antebrazo a través de las teclas del piano para comparar los

colores. A la sombra, mi piel era casi exactamente igual que el marfil. ¿Era

así como se suponía que me vería el último día de verano? No, se

suponía que estaría bronceada y feliz, sin parecerme a un panqueque

que se hubiera dejado en el mostrador durante mucho tiempo.

Mañana estaría comenzando la escuela secundaria. ¿Cómo iba a

empezar la escuela secundaria del mismo color que la clara de huevo?

Mis brazos delatarían que no había tenido vida en este verano.

Pasar tres meses de gira en Nueva Inglaterra con mi profesora de piano

y otros seis estudiantes de la Escuela de Música Mueller-Fordham era una

tortura que debía reservarse para los asesinos en serie y para las

personas que llevan cintas en el pelo. Tal vez no tenga la mejor vida

social del mundo, pero no caía en ninguna de estas dos categorías, así

que me merecía algún tipo de verano decente, ¿no?

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—Buenas tardes, Lily. —Mi profesora de piano, a quien apodé Crusty1 por

su mayoría de días molestos, entró en la sala privada de prácticas antes

de que pudiera bucear bajo el piano y esconderme.

Crusty era mi actual profesora de piano y lo había sido durante los

últimos tres años. El resto del mundo la llamaba señorita Jespersen. No

Señora, ni doña. Señorita. Igual que, tengo como unos cien años y sigo

soltera porque soy tan diabólica que absorbo la vida de cualquier

hombre que se acerque a mí.

Hoy llevaba una falda recta tipo lápiz y negra, botas altas con

cordones negros que parecían haber pertenecido a su bisabuela y una

blusa blanca que hacía que su rostro, ya pálido de por sí, lo pareciera

aún más. ¿Maquillaje? No mucho. Ni siquiera usaba brillo labial o

máscara. Su única joya eran un par de pequeños pendientes en las

orejas y un reloj de plata con una correa de cuero marrón.

Me recordaba a un vampiro: caminando como si estuviera viva, pero…

¿en realidad? Muerta y sin alma. Sólo un cuerpo vacío tratando de

chupar la vida de cualquiera que se cruzara en su camino. Crusty colocó

su bolso cuadrado en el suelo junto al piano y con cuidado se quitó la

chaqueta de punto blanco.

—¿Bien, Lily?

Logré una sonrisa.

—Hola.

1 Crusty: En inglés, malhumorado, refunfuñon…

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Entrecerró los ojos ante mi menos que entusiasta respuesta, como si

pudiera ver el esmalte brillante púrpura escondido debajo de mis

sensibles, completamente pasados de moda e indignos zapatos de

pianista. Traté de respirar por la boca, pero seguía oliendo a naftalina.

¿Por qué un ser humano olería siempre a naftalina? En serio. ¿Ella duerme

en su ático con murciélagos o algo así?

Sí, esta era la manera de pasar mi último día de vacaciones de verano,

pasando algo de tiempo con la señorita Jespersen en lugar de estar en

la piscina con mis amigas, mirando chicos o incluso consiguiendo un

segundo vislumbre del chico del aparcamiento. Qué suerte la mía. Según

mis padres, ser un prodigio del piano era un don. Después de tres años

de trabajo con Crusty, era un don que estaba dispuesta a devolver.

—Bueno, tengo noticias. —Agitó el periódico delante de mi cara,

demasiado rápido para mí ver lo que decía—. Recibiste una reseña de

tu recital del fin de semana pasado en Rhode Island, junto con una foto.

—¿En serio? —Tomé el recorte de su mano y entonces casi me atraganté

cuando vi la foto—. ¿De dónde consiguieron esto? —La fotografía era de

hacía al menos dos años, antes de que me las arreglara para hacer

caso omiso del estricto código de vestimenta de Crusty para los

recitales. Llevaba un jersey feo de pana con cuello de encaje blanco y

mi nariz parecía enorme. Mi moño era de estilo total de dama antigua,

cuidadosamente escondido en la nuca de mi cuello con ese lazo de

terciopelo horrible.

—Lo envié yo, por supuesto. Una foto siempre atrae más interés a la

historia. —Ella sonrió con cariño a la foto, con sus ojos verdes pálidos

mirando demasiado feliz—. Luces tan brillante, ¿no te parece?

Page 9: The fake boyfriend experiment

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—No se parece a mí. —Tal vez nadie supiera que era yo... Oh. Mi instinto

se hundió cuando vi mi nombre en la leyenda bajo la foto, bien escrito y

todo. Incluso pusieron correctamente mi ciudad natal, Westway,

Massachusetts—. ¿Qué periódico es este? —Tal vez era el boletín de

noticias de la clínica en la que había actuado. Eso no sería tan malo...

—El Boston Globe.

—¿El Globe? —grazné, el horror brotó de mí en trozos fríos de la miseria—.

¿Cómo? ¿El que tiene una tirada de tropecientos setenta? ¿Cómo el que

se entrega a la puerta de cada casa en el estado el día antes de que

empiecen las clases? —¿Y si mis amigos vieron esta foto? ¡Me repudiarán

del todo!

—Sí, por desgracia. —Crusty suspiró dramáticamente—. Por fin conseguimos

una reseña en el Globe y no es bueno.

—¿No es bueno? —¿Una fea fotografía y una mala crítica? Porque el día

no iba lo bastante bien, ¿cierto? La señorita Jespersen recogió el recorte

y leyó:

—Lily Gardner tiene una cierta habilidad y con más experiencia, tiene el

potencial de desarrollarse durante varios años en el futuro. —Dejó el

periódico con un suspiro de culpa inducido—. Lily, hemos trabajado muy

duro para que obtengas críticas poco entusiastas de este tipo. Hace un

año, todos los recortes proclamaban que eras una estrella inmediata.

Ahora, estás reducida a tener potencial.

Me mordí el labio inferior, sintiendo aún menos ganas de tocar el piano

de las que tenía hace cinco minutos.

—No es una mala crítica. Podrían haber dicho que debo dejarlo todo y

empezar a coleccionar serpientes en vez de eso.

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—¿Serpientes? En serio, Lily. Esto no es una broma. —La señorita Jespersen

puso el recorte sobre el piano, así podría burlarse de mí durante toda la

lección. Sólo estaba ahí sentado, ese pequeño pedazo de papel, justo

en mi línea de visión, burlándose de mí con ese enorme lazo de

terciopelo—. Tu audición es dentro de tres semanas, pero tu rendimiento

ha ido disminuyendo durante todo el verano.

Yo me sentía tensa ante la mención de la audición. De acuerdo con

Crusty, si no lo lograba en el programa de la escuela secundaria en el

Seminario de Música de Nordeste, mi carrera como pianista habría

terminado. Para siempre. Como mi vida. Esta era mi oportunidad para

asegurar mi futuro y lo estaba arruinando. Si esa foto no había destruido

mi vida ya, por supuesto.

Personalmente, tenía miedo de que hacer estragos en el programa fuera

el golpe final a mi vida. A partir del semestre de invierno, tendría que

pasar de cuatro a seis horas al día en el SMN después de la escuela y

todo el día los fines de semana. Mi vida social ya era bastante patética

ahora, pero si entraba en el programa del SMN, todo habría terminado.

Simplemente no habría tiempo para nada más que piano y clases.

Mi estómago se revolvió y la soledad brotó en mi garganta. Yo no tenía

buenos amigos en el mundo de la música. Mis amigos estaban todos en

la escuela y yo apenas había visto a todos en el verano. Todo lo que

quería era regresar a la escuela con ellos, de vuelta a la vida donde

por lo menos tenía un cierto nivel de normalidad. Si entraba en el SMN,

nunca los vería. Los perdería. Las lágrimas ardían en mis ojos y le giré la

cabeza a Crusty para que no pudiera verme. La idea de no pasar ni un

minuto más con mis amigos fuera de clase me estaba haciendo mal y no

sabía qué hacer al respecto.

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—Lily. —La señorita Jespersen golpeó el piano para llamar mi atención—.

Ya no hay pasión en tu música y sin ella, fracasarás en la audición. No

querrás eso, ¿verdad?

Tal vez lo quería. Quiero decir, no, no lo quería. ¿Qué haría yo si no

tocaba el piano? Era todo lo que sabía. Era lo que yo era. Pero no

quería que eso lo fuera todo. No quería dejarme atrapar en este mundo

conservador, sola, como un agujero negro que me arrancaría de mi vida

hasta que mis amigos me abandonaran.

Ya estaba nerviosa por verlos mañana. ¿Y si habían cambiado durante

el verano? ¿Y si no me conocían? ¿Y si…?

—¡Lily! ¿Quieres fallar?

—¡No! —Apenas resistí el impulso de taparme los oídos y bloquearla—. No

estoy tratando de fallar —espeté—. Estoy tratando de tocar. Estoy tan

cansada y…

—No importa si estás cansada. Un artista de renombre no deja que algo

como eso lo detenga. —Crusty giró la imagen de fenomenoide hacia mí,

así que tuve que mirar a mi fea cara en la foto en la forma más cruel de

tortura—. Si no veo una mejoría en la próxima semana, necesitaremos

pensar en la posibilidad de sacarte de clase hasta la audición para

que puedas dedicarte al piano todo el día…

—¡No! —El pánico martilló en mí y las palmas de mis manos empezaron a

sudar. ¿Sacarme de la escuela? La única cosa que me había mantenido

durante todo el verano había sido la promesa de volver a la escuela y

pasar tiempo con mis amigos—. Puedo manejar la escuela y el piano, lo

prometo. —Me volvería loca si me hacía pasar 24 horas 7 días a la

semana atrapada en una habitación con ella durante las próximas tres

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semanas—. Se lo juro, señorita Jespersen. Puedo hacer las dos cosas. Se

lo prometo. —Un bulto enorme se formó en mi garganta—. Por favor.

—¡Perfecto! —Crusty asintió con la cabeza—. Ese es el tipo de pasión que

me gusta ver. Ponlo en tu música y no tendré que hablar con tu madre

acerca de la escuela.

—Está bien, lo intentaré. Se lo prometo. —Me estremecí al pensar en ella

sugiriéndole cualquier cosa como esa a mamá. Desde que Crusty me

había visto en una audición cuando tenía once años, mi madre había

caído bajo su hechizo. Era la oportunidad de mamá de ser la diva del

piano que nunca había logrado ser. Ella cargó la culpa todo el tiempo

acerca de las oportunidades que tuve por las que ella hubiera matado

y la señorita Jespersen llegó en ese gran momento. A pesar de los

intentos de mi padre para frenarlas no siempre era suficiente. Estaba

segura de que Crusty sería capaz de hablar con mi madre para sacarme

de la escuela. ¿Y entonces qué? ¿Perdería un año y sería enviada de

vuelta a la escuela secundaria si perdía lo suficiente de escuela? Oh,

querido Dios todopoderoso. No.

—Bueno, entonces, vamos a trabajar. Haz temblar de emoción las

paredes de esta habitación.

—Oh, claro. No hay problema. —Me quedé mirando la partitura, apoyé

los dedos sobre las teclas y lo único que quise hacer fue llorar. En lugar

de eso levanté la barbilla y empecé a tocar. Las notas eran correctas y

precisas, pero apenas podía leer la música porque estaba tan molesta.

La música era rígida e incómoda y Crusty inclinó la cabeza en señal de

decepción después de que sólo hubiera tocado tres compases.

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¡Oh, vamos! ¡Lo estaba intentando! Golpeé más duro las teclas,

mordiéndome los labios mientras luchaba por la música. Hubo un fuerte

golpe en la puerta.

—Estamos en medio de una lección—gritó la señorita Jespersen.

—¡Adelante! —grité al mismo tiempo, desesperada por una interrupción.

Sabía que no podía hacer esto. Hoy no. No en este momento. Estaba

demasiado molesta.

La puerta se abrió y me senté tan rápido que casi me caí de la

banqueta del piano. Agarré el borde de mi asiento para mantener el

equilibrio mientras el bombón del aparcamiento entraba en mi sala de

ensayo.

¡Santo cielo! Mi lección de piano acababa de convertirse en la mejor

de todas.

De cerca, parecía aún mejor. Su pelo oscuro caía sobre su ojo izquierdo,

sus pantalones negros tenían un agujero en la rodilla derecha, su camisa

de manga larga tenía un dulce dibujo animado de la banda JamieX en

la parte frontal de la misma. ¡JamieX! Esa era mi banda favorita de siempre

y me sabía todas las canciones de memoria. Tenía tres camisetas de

JamieX, pero sólo las llevaba en la cama porque mamá pensaba que

eran demasiado radicales para una pianista clásica. ¡Pero él estaba

usando una!

Un destello de colores brillantes se asomó por el puño de la manga

derecha de la camisa y parpadeé ante el espectáculo de color rojo,

azul, verde y negro. ¿Un tatuaje? ¿En serio? Parecía que envolvía todo el

camino alrededor de su antebrazo hasta la muñeca. ¿Hasta dónde

llegaría? Tan endemoniadamente genial.

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La estirada Escuela de Música Mueller-Fordham no era el tipo de lugar

donde musculoso tipos con tatuajes pasaban el tiempo, pero allí estaba.

Irrumpiendo en mi clase de piano.

Entró en la sala sin pedir disculpas, con su modo de andar fácil y seguro

mientras se hacía cargo de mi sala de ensayo como si fuera suya. Esto

era genial. Mientras caminaba por la habitación, dejé de tocar y me

incliné hacia la izquierda para poder ver más allá de la Señorita

Jespersen y conseguir un vistazo realmente bueno de él. Es decir, ¿por

qué no? Este momento iba a ser el mejor momento de mis vacaciones de

verano, así que tenía que valer la pena.

Sus pantalones estaban justo aflojados sobre su trasero y había un juego

de llaves de auto colgando de su bolsillo trasero, como sí las hubiera

empujado allí sin tomarse la molestia de asegurarse de que iban a

quedarse. Era un tipo que no se molestaba en hacer las cosas que eran

correctas, porque se suponía que podía manejar cualquier cosa que

sucediera.

Quería ser él.

Crusty dio un molesto resoplido.

—Estamos en medio de una lección.

—Lo sé. —Lanzó una sonrisa arrogante en nuestra dirección—. Perdón por

interrumpir, pero tengo que tomar unas cuantas sillas. —No parecía en

absoluto arrepentido, y su disculpa era tan ventosa que me di cuenta

que no tenía miedo de la señorita Jespersen.

Me senté más erguida y lo comprobé más de cerca. ¿Quién era?

Crusty tamborileó con los dedos sobre la tapa del piano.

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—Sólo sea rápido, Rafe.

¿Rafe? Un nombre totalmente caliente. Apuesto a que nunca había

llevado una corbata en su vida. Suspiré y me apoyé en el piano mientras

él izaba cuatro sillas como si no pesaran nada. Lindo y fuerte. Tenía que

tener por lo menos dieciséis años, por lo de las llaves del auto. Además,

por supuesto, no podía olvidar el tatuaje. ¿Este chico estaba en mi

escuela de música? ¿Cómo era posible? ¿Por qué nunca lo había visto

antes? Yo estaba allí todo el tiempo. Sin duda mi radar de chicos

calientes debería haberlo recogido.

—¿Rafe? ¿Vienes o qué? —Una chica entró en mi sala de práctica. Su

pecho era enorme, su camisa era de veinte tallas más pequeña y su

cabello era largo y destacado. Sus pantalones cortos blancos

mostraban piernas bronceadas y sus sandalias de cuña era

aproximadamente cinco centímetros más altas de lo que jamás yo

hubiera podido llevar. Llevaba unos aretes de oro que le llegaban a los

hombros y sus uñas eran de color verde neón con rayas negras. Era

hermosa, sexy y caminaba de la misma manera que Rafe: rezumaba

confianza y en absoluto le importaba lo que pensaran de ella.

Mi euforia por acercarme a Rafe se marchitó en el mar de la

insignificancia que de repente me absorbía hacia abajo. Agarré mi fea

fotografía del piano y la metí debajo de mi cadera. De repente, el

esmalte de uñas morado del dedo del pie escondido dentro de mis

zapatos no parecía tan rebelde. Se sentía un poco patético, la verdad.

Rafe sonrió a la chica. No era la sonrisa descuidada que habíamos

tenido, sino una sonrisa de verdad, una que hacía que sus ojos verdes se

arrugaran. Incluso tenía un hoyuelo en la mejilla derecha.

—¿Puedes agarrar dos atriles, Angel? Tengo el resto de las cosas.

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¿Angel? ¿Como si ese fuera su nombre, o como si era un apodo cariñoso

para ella? Decidí que tal vez ella no me gustaba. Me encorvé, tratando

de encogerme detrás del piano para que ninguno de ellos se diera

cuenta de mis pantalones cortos plisados negros y mi camisa blanca

almidonada.

—Hagan silencio, por favor, Rafe y Angel. —Crusty tocó la partitura en

frente de mí—. No hagas caso de ellos, Lily. Sigue adelante y toca.

—¿Quiere que toque ahora? —La miré mientras Rafe y Angel hacían un

sonido metálico, haciendo reír a Angel y susurrar a Rafe que se callara.

Como si fuera a tocar música clásica aburrida delante de ellos.

Prácticamente irradiaban actitud y yo no iba a humillarme de esa forma.

Me refiero a que ya era bastante malo que llevara el traje aprobado

por Crusty y tener una foto horrible de mí metida debajo de mi trasero.

Tocar Chopin sería un golpe de gracia del que nunca me recuperaría—.

Por favor, déjeme esperar hasta que se vayan —dije en voz baja,

rogándole a la señorita Jespersen con mis ojos. Si tenía alguna

misericordia, ella lo entendería.

—Lily. Toca. —Crusty me cubrió con su mirada más mala y me di cuenta

que estaba superado de una manera importante.

Oh, Dios. Esto era demasiado embarazoso. Por favor, que de repente se

queden sordos. Sentí el calor de mis mejillas y agaché la cabeza mientras

empezaba a tocar. Por supuesto que no podía dejar de mirarlos a

escondidas un poco más, sólo para asegurarme de que no estaban

mirando.

Una pequeña parte de mí murió cuando vi a Rafe mirar por encima de mí.

Mis dedos sobre las teclas tartamudearon y los acordes sonaron como si

acabaran de ser asesinados. Rafe alzó las cejas hacia mí y el calor me

Page 17: The fake boyfriend experiment

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quemaba las mejillas. Mis dedos se olvidaron de tocar y mis manos

cayeron a mi regazo mientras miraba fijamente.

Crusty se aclaró la garganta y una pequeña sonrisa curvó los labios de

Rafe.

—Adelante, Lily —dijo él.

—¿Tú... me conoces? —Oh, no. ¿Había visto mi foto en el periódico de

hoy?

—La Señorita Jespersen acaba de decir tu nombre.

—Oh, está bien. Lo olvidé. —Un alivio corrió a través de mí y casi me sentí

mareada. No había visto la foto en el Globe. La vida podría seguir.

Rafe reajustó una de las sillas que estaba descansando en su hombro.

—No te interrumpiremos. —Había algo ligeramente burlón en su voz, pero

también había algo más. Algo que me hizo pensar que él se había dado

cuenta que era una niña. Mi vientre se calentó y se me puso la carne de

gallina en los brazos mientras nos mirábamos el uno al otro.

Él no apartó la mirada y unos escalofríos golpearon por mis brazos. Sus

ojos eran de un color verde oscuro, a juego con algunos de los colores

de su tatuaje. Intenso, especialmente la forma en que sus pestañas

oscuras enmarcaban el verde. Me había equivocado acerca de él. No

sólo era un tipo arrogante. Había algo más profundo que acechaba allí,

algo dentro de mí que alcanzó y agarró.

—Vamos, Rafe. —Angel pasó junto a él, con su hombro intencionalmente

golpeando contra el suyo, como si ella quisiera que yo supiera que era

suya al tacto—. Vámonos.

Page 18: The fake boyfriend experiment

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Rafe y yo saltamos ante la interrupción y él asintió.

—Justo detrás de ti, Angel. —Me dio una última mirada especulativa que

hormigueó en mis dedos, luego dio media vuelta y salió, azotando la

puerta que cerró detrás de él con el pie.

¡Santo cielo!

Crusty golpeó la partitura.

—Toca.

El calor desapareció de mi cuerpo y mi vida llegó susurrando de nuevo a

mí como el olor del pantano podrido y plátanos demasiado maduros. La

cabeza me empezó a doler. ¿Por qué estaba en mi vida Crusty y una

chica llamada Angel tiene que correr alrededor para tomar atriles con

Rafe? He trabajado duro, ¿no? ¿No me he ganado el derecho a tener

algo bueno que me suceda en este edificio?

—Ahora —dijo Crusty con firmeza.

—Está bien. —Ahora estaba enojada. Enojada porque Rafe me había

recordado lo que mi vida podría si no estuviera pegada al piano con la

señorita Jespersen. Enojada por Angel, que tenía el coraje de llevar

esmalte de uñas neón verde. Enojada porque tenía una imagen digna

de vomitar de mí metida debajo de mi trasero. Enojada porque Angel y

Rafe se reían entre sí mientras una oleada enorme de soledad me

acechaba. ¡Esta no era la vida que yo quería!

Empecé a tocar, aplastando mis dedos sobre las teclas. Quería romper

las teclas de marfil. Yo quería castigarlas por el hecho de que mi talento

con ellas me obligara a esta vida. Crusty se sentó en silencio durante

casi tres minutos, luego sacudió la cabeza y se levantó.

Page 19: The fake boyfriend experiment

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—Hoy no puedo tratar contigo. Eres un desastre. Me voy.

Entonces salió, cerrando la puerta detrás de sí. Me quedé mirando la

puerta cerrada, sorprendidísima. Nunca antes se había puesto así

conmigo. Probablemente quería torturarme obligándome a sentarme sola

durante diez minutos, contemplando todas las formas en que yo era un

fracaso y los decepcionaba a ella y a mis padres. Entonces yo debía

probablemente a empezar a ensayar para cuando volviera poder

demostrarle que era digna.

Podría hacer eso. O podría cumplir con las constantes quejas de mi

madre de que no siempre me comportaba de una manera digna de ser

de un prodigio del piano...

Pensé en un lazo para el cabello de terciopelo negro. Pensé en esmalte

de uñas neón verde y tatuajes de colores brillantes.

Me habían liberado de la cárcel. ¿Qué iba a hacer con la oportunidad?

Me tomó tres segundos agarrar mi música del piano, la lancé en mi

mochila y salí por la ventana.

Page 20: The fake boyfriend experiment

20

Traducido por Michy

Corregido por Aciditax

escansé en el macizo de flores, echándome suavemente sobre el

abono y un par de flores, escuchando a Crusty viniendo detrás

de mí.

Sin sonido entrante de una profesora de música psicópata.

Por un momento, no me moví. ¿Realmente estaba haciendo esto? No era

demasiado tarde para volver a subir la ventana a través del alféizar y

recuperar mi posición como la niña que mis padres pensaban que

debería ser. Pero tan pronto como pensé en sentarme de nuevo en ese

banco, mi estómago se dio la vuelta y mi pecho se sintió como si alguien

hubiera tomado un tornillo y lo hubiera atascado justo entre mis costillas.

Miré a mis blancos y limpios Keds1 cubiertos de abono, con el polvo de

las cortezas de los arboles como motas anaranjadas estropeando la

perfección de los zapatos. Hundí mis dedos en el suelo, cerrando mis ojos

mientras el viento soplaba alrededor de mi mano. El sol era cálido sobre

mi espalda y podía oír los pájaros cantando. El adiós al verano.

1 Keds: Marca de zapatos.

D

Page 21: The fake boyfriend experiment

21

Mi despedida.

No había tenido un verano, pero tenía una hora hasta que mi madre

viniera a buscarme. ¿Podría englobar todo un verano en una hora?

Podría intentarlo.

Tomé una respiración profunda y me levanté. No iba a volver. No en este

momento. No hoy.

Levantando mi barbilla, me llevé la mochila al hombro y luego comencé

a caminar hacia la parte posterior de la casa de ladrillo rojo que se

había convertido en una escuela de música hacía setenta años. Sabía

que había un jardín en la parte trasera, donde algunos de los cantantes

habían ensayado en los buenos días. Me hubiera gustado pasar el rato

allí hasta que mi madre llegara. Por supuesto, no era la playa ni nada,

pero sería mi espacio, mi mundo, mi elección, al menos durante unos

pocos minutos.

No había manera de que fuera a esperar en el frente donde Crusty fuera

capaz de encontrarme. Me estaba tomando el resto del día para mí. Era

yo realmente. Durante la hora siguiente, no era Lily Gardner, la oscilante

pianista. Yo era Lily Gardner, la rebelde.

Sonreí. Eso me gustó. Rebelde. Yo. ¡Ja! Pero se sentía bien.

Caminé más rápido, mi corazón empezando a bombear con entusiasmo.

Casi pude oler las flores y sentir la hierba bajo mis pies. Me había

quitado los zapatos cuando llegué allí y mostré al mundo mis dedos de

los pies. Comenzando ahora, doblé la esquina, y entonces oí la voz de

Rafe.

Me detuve en seco, el cabello en la parte de atrás de mi cuello picó. El

sonido venía seguro de una ventana abierta en el primer piso. Con la

Page 22: The fake boyfriend experiment

22

anticipación girando a través de mí, tomé mi camino por el bien cuidado

arbusto de debajo de la ventana y me escondí debajo de la solera

para escuchar.

Pude escuchar a Rafe y a Angel hablando. Había un par de otras voces,

todas de chicos. Estaban discutiendo acerca de algo, pero no sabría

decir de qué. Dejé que la voz profunda de Rafe derivara sobre mí y

eliminara todo el veneno de Crusty de mi organismo.

Esto era mejor que el jardín. Con los ojos cerrados, casi podía fingir que

estaba allí con ellos, pasando el rato, como si todos fuéramos amigos,

como si mi mundo incluyera chicos atléticos con todo el brazo tatuado.

Me recosté contra la pared, empezando a sentirme cómoda, cuando los

oí hablar algo sobre un teclado.

¡Un teclado! ¡Esa era mi tipo de instrumento! No pude resistirlo. Puse mi

mochila en el suelo y cuidadosamente me asomé por la ventana.

Rafe estaba sentado detrás de un conjunto de batería, Angel tenía una

guitarra eléctrica colgada del hombro y dos otros chicos vestidos con

jeans y camisetas estaban de espaldas a mí. Uno de los chicos estaba

sintonizando una guitarra eléctrica y el otro tenía un micrófono en la

mano. Un teclado eléctrico sin vigilancia estaba posado en la esquina.

¿Estaban en una banda o algo así? Apuesto a que no tenían que tocar

a Bach o a Mozart.

Después de un par de minutos, me di cuenta de que estaban

discutiendo acerca de si debían comenzar sin la desaparecida

tecladista. Rafe estaba insistente en que debían esperar y Angel estaba

quejándose de que Paige siempre llegaba tarde y estaba cansada de

eso.

Page 23: The fake boyfriend experiment

23

El cantante finalmente le dijo a todo el mundo que se callaran y tocaran.

¡Genial!

Cuando llegaron a la primera nota, casi me morí. ¡Estaban tocando la

nueva canción de JamieX! Lo escuchaba en mi iPod todas las noches

mientras estaba haciendo la tarea.

Me senté en el suelo y me apoyé en el fresco ladrillo, dejando que el

sonido afilado de JamieX me consumiera. Sí, era un poco escaso sin el

teclado y el cantante no estaba exactamente en la misma clase como

JamieX, pero aun así era impresionante. Especialmente en comparación

con la hoja de música clásica de mi mochila.

Cerré los ojos y dejé que el ritmo del sonido de la batería de Rafe

pasara a través de mi cuerpo, con mi pecho vibrando mientras cantaba

sola. Podría sentarme aquí durante horas y casi olvidar que había una

extraña profesora de piano detrás de mí y…

La música se detuvo y la realidad se precipitó de nuevo.

—Nuestra música es demasiado intensa en el teclado para hacerlo sin

Paige —dijo Angel—. Esta es una pérdida de tiempo y me voy a casa.

—¡No! —Salté sobre mis pies y tiré mi mochila a través de la ventana

abierta. Oí un golpe y luego puse mis manos en el alféizar de la ventana

y me levanté—. ¡No se detengan! Tocaré.

Todos ellos estaban mirándome mientras caía sobre el alféizar de la

ventana y plantaba la cara en el suelo. Inmediatamente salté y me

enfrenté a la sala. Silencio total. Lily la torpe ataca de nuevo.

El platillo de Rafe estaba en el suelo, roto bajo mi mochila. Ups.

Page 24: The fake boyfriend experiment

24

—Lo siento. —Pateé la mochila a un lado, enderecé el platillo y me volví

hacia el grupo—. Bueno, tocaré el teclado para ustedes.

—¿Quién eres tú? —preguntó el cantante.

—Lily Gardner, niña prodigio en mis días buenos, pedazo de tierra sin

esperanza en los malos. —Vestida con la actitud de confianza que suelo

guardar para los recitales, me acerqué al teclado y lo miré—. Así que, um,

¿dónde está el interruptor de encendido?

Había tocado un montón de veces un teclado cuando me topaba con

uno en detención o en la escuela de música. Podía tocar sin ningún

problema, siempre y cuando no me metieran con la parte del sintetizador.

Rafe no había dicho ni una palabra. Simplemente estaba mirándome

como si me hubiera brotado una segunda cabeza o algo así. Lo ignoré.

Un chico caliente es una cosa. Privarme de la invención de JamieX, todo

lo demás.

—Yo te conozco. Estabas justo tomando la lección con la tía de Rafe —

dijo Angel—. Tocas clásica y ni siquiera eres muy buena.

¿Tía de Rafe? Lancé una mirada de sorpresa a Rafe.

—¿Eres pariente de Crusty? —De ninguna manera este chico caliente

podría ser pariente de mi profesora de piano. Era imposible que

compartieran los mismos genes.

La esquina de la boca de Rafe se movió.

—¿La llamas Crusty?

—Vieja Crusty es su nombre completo. Crusty para abreviar —vacilé y

tardíamente recordé que estaba hablando mal de mi profesora de

Page 25: The fake boyfriend experiment

25

piano a su sobrino—. Um, ¿te agrada? Porque si te agrada, entonces

estaba hablando de alguien más.

El cantante interrumpió, por suerte apartándome de más vergüenza.

—¿Puedes tocar?

—Si alguien pudiera conectar esta cosa para mí. —Dios. ¿Soné como una

idiota o qué? ¿Qué perdedor no podría encontrar un interruptor de

energía?

—Soy Chris. La banda se llama Mass Attack. —Él caminó y accionó el

interruptor del extremo izquierdo.

Obvio. Había estado justo en frente de mí.

—Soy Lily —dije.

—Bienvenida, Lily. Espero que puedas tocar. —Chris me dirigió una sonrisa

amable que inmediatamente me relajó. Tenía el cabello rubio

ligeramente un poco más largo que el de Rafe. Se acurrucaba sobre su

cuello y parecía que nunca se hubiera molestado en peinarse. Un dedo

menique combinado y él estaba bien. Eso me gustó. Me gustó el

ambiente general de la banda, incluso la camisa demasiado corta de

Angel. Cada uno de ellos realzaba su actitud que yo no tenía. Estar

cerca de ellos me hizo sentir llena de energía y animada.

—Puedo tocar a JamieX sin problema. —Apreté algunas teclas, corrí a

través de algunas escalas y asentí—. Estoy bien. Vamos. —Miré y me di

cuenta de que toda la sala seguía mirándome—. ¿Qué?

—Déjenla tocar —dijo Rafe, su voz todo condescendiente como si fuera

el encargado de mi destino.

Page 26: The fake boyfriend experiment

26

Oh, qué suerte la mía. El líder del grupo me daba el visto bueno. De

repente, no se parecía tanto a un chico caliente. Más bien como el

sobrino de una pesadilla.

Puse los ojos en blanco y comencé a tocar la partitura frente a mí. ¿Qué

podía esperar de él? era pariente de la señorita Jespersen. Por supuesto

que sería un idiota arrogante y molesto que necesitaba mandar a todo

el mundo a su alrededor... Guau, ¡esta canción era increíble!

Estaba a mitad de la primera página, bailando y haciendo un meneo a

tope cuando me di cuenta de que nadie estaba tocando. Mis dedos

tartamudearon sobre las teclas.

—¿Lo estoy haciendo mal? —No podía aceptar su rechazo dos veces en

el mismo día. Di un paso atrás del teclado, con mis mejillas

repentinamente calentándose. ¿Qué había estado pensando,

irrumpiendo aquí? Era una idiota. ¿Un poco de JamieX y había

enloquecido?—. No importa. Perdón por molestarles. Tomaré mis cosas y

me ir…

—No. —Chris levantó la mano y una gran sonrisa se mostró en su rostro—.

Eres increíble.

El calor me inundó.

—¿En serio? —Me di cuenta de que hablaba en serio. Guau. ¿Cuándo fue

la última vez que alguien me había escuchado tocar el piano y luego me

miraba como si yo valiera algo? ¡Esto era asombroso!

—Oh, sí. Muy buena. —Chris se dirigió al resto del grupo—. Vamos.

Page 27: The fake boyfriend experiment

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Rafe soltó un gruñido, golpeó sus baquetas en el aire durante unos

pocos conteos y luego comenzó un golpe fuerte con su batería. El otro

guitarrista se unió, seguido por Angel. Chris me señaló.

Sonreí y empecé a tocar.

Tan pronto como Chris comenzó a cantar, cerré los ojos y dejé que la

música me envolviera. Pulsaba a través mí como si estuviera viva, saltando

de mi corazón a mis dedos. La música parecía rebotar en las paredes y

techo, llenando la habitación con fuego. ¡Nunca antes había sentido la

música así! Relajé mis hombros y los sacudí abandonando la partitura,

dejando que mis dedos volaran sobre las teclas.

La voz de Chris era bastante buena, más o menos melódica y profunda y

el resto de la banda era decente. Excepto Rafe. Rafe estaba

positivamente brillante en la batería y dejé que mi música siguiera a la

suya. Sentí su ritmo cambiar de inmediato, como si se hubiera dado

cuenta de que lo había notado y quisiera ponerme a prueba. Yo jugué

con su desafío y luego volvió a cambiar. Fui con él, mi música

persiguiéndolo y siguiendo sus cambios con facilidad.

Rafe y yo nunca nos miramos el uno al otro, pero la conexión entre

nosotros se mantuvo construyéndose y construyéndose, cada vez más

intensa. Se llenó la habitación con tal energía que me sentí como si las

paredes fueran a explotar. Fue la sensación más increíble que jamás

había experimentado.

La canción terminó y añadí un poco más al final, terminando con un giro

completo, igual que hacía el tecladista en el video. Sonreí a la banda,

quienes se estaban chocando los cinco entre sí.

—Eso estuvo genial —dijo Chris.

Page 28: The fake boyfriend experiment

28

—Lo mejor que hemos tocado —coincidió Angel.

El otro guitarrista asintió.

—Buen trabajo, Lily.

Le sonreí.

—Lo siento, no me he quedado con la música, pero…

—No —dijo Angel—. Lo hiciste mejor que la música que teníamos.

Mi sonrisa se hizo más amplia y me sentí como saltando por la habitación.

—Gracias. —Me giré hacía Rafe—. ¿Qué piensas?

Se encontró con mi mirada, sus profundos ojos verdes fijos en mi cara con

tanta intensidad que me olvidé de respirar. El aire parecía estar

completamente inmóvil, congelado por la conexión entre nosotros.

Después de un momento, asintió.

—Lo hiciste genial.

La carne de gallina cayó en mis brazos y la intensidad en su rostro. Me di

cuenta de que Rafe no diría nada agradable a menos que lo dijera en

serio y, de repente, me sentí mejor de lo que había estado en meses. De

todas las personas de la sala, Rafe era el que tenía el verdadero don

de la música. Sabía que si decía que era buena, lo decía en serio y en

cierto modo los otros no. No podían, porque no se conectaban a la

música de la manera en que Rafe lo hacía. Un elogio de Rafe sobre mi

música significaba algo. Era real.

—¡Lily!

La sonrisa desapareció de mi cara y me di la vuelta.

Page 29: The fake boyfriend experiment

29

La señorita Jespersen estaba de pie en la puerta, con la mano en la

cintura y su cara toda arrugada como si hubiera estado chupando

limones durante los últimos cincuenta años.

La sala quedó en silencio y supe que estaba en serios problemas.

—Um…

Rafe comenzó a teclear de nuevo, un ritmo constante que me pareció

llenarse, ahuyentando el miedo. Su batería me hizo sentir como si

estuviera de pie junto a mí, cubriendo mi espalda.

—Le pedí a Lily que nos ayudara ya que Paige se fue —dijo—. Lo siento si

metí la pata, tía Joyce.

Llevé mi mirada hacia él, sorprendida por su buena disposición a

enfrentarse a su tía en mi defensa, pero estaba mirando a su tía, no a mí.

El rostro de la señorita Jespersen se tensó.

—Tu madre te está buscando, Lily. Si puedes alejarte, te sugiero que le

hagas saber que no has sido secuestrada.

—Sí, está bien. —Di un paso lejos del teclado, dejando que mis dedos se

arrastraran por última vez sobre las teclas. Quería quedarme y tocar más.

Quería tocar con la banda hasta que mis dedos estuvieran tan

apretados que no pudieran moverse más. Quería presionar hasta la

última nota del teclado y dejar que la música bailara con la batería de

Rafe.

Pero sabía que nunca iba a suceder. Crusty podría cortar mis dedos

antes de dejarme perder el tiempo y el talento en un teclado eléctrico.

Con un suspiro, tomé mi mochila y me la colgué al hombro.

Page 30: The fake boyfriend experiment

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—Así que, um, nos vemos chicos.

Chris me tocó el brazo.

—¿Puedes ensayar con nosotros otra vez? ¿Mañana?

—No, no puede. —La señorita Jespersen movió su mano encima de mí—.

Lily es una músico talentosa y no tiene tiempo para este tipo de música.

La expresión de bienvenida desapareció de la cara de Chris. Angel miró

sorprendida y un poco ofendida, y el otro guitarrista me lanzó una

mirada de lástima. Sentí que mis mejillas se calentaban mientras trataba

de explicarme.

—Eso no es verdad, yo…

—Ahora, Lily. —Crusty me impulsó hacia la puerta.

Miré por encima de mi hombro a Rafe.

—Gracias por intentarlo —le susurré, tratando de conectarme con este

asombroso mundo por última vez antes de que me fuera arrebatado

para siempre.

Él asintió con la cabeza justo antes de que la puerta se cerrara detrás

de nosotros.

Page 31: The fake boyfriend experiment

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Traducido por Onnanohino Gin

Corregido por Aciditax

afe me inspiró.

Durante el resto del día y de esa noche, estuve emocionada.

Después de un verano de tormento bajo la sombra de Crusty, Rafe

y su banda habían sido como una chispa de vida. Yo ya no era sólo Lily,

la pianista. Tenía amigos y una vida; y cuando fuese a la escuela a la

mañana siguiente, los seguiría teniendo.

Antes me había sentido emocionada por ir a la escuela, pero ahora me

encontraba tan animada que casi estaba lista para acampar en las

escaleras de la entrada de mi casa esa noche, así estaría a medio

camino del bus cuando me despertara. Necesitaba ir a la escuela

porque cuando la Señorita Jespersen me apartó de Mass Attack, el resto

del día había sido horrible. Estuvo lleno de atentados implacables y

despiadados por parte de mi madre y de la Señorita Jespersen para

deshacerse de la parte de mí que volvía a vivir cuando tocaba el

teclado.

Mi madre me hacía sentir muy culpable por hacerle creer a ella y a la

Señorita Jespersen que me habían secuestrado cuando me salté la clase.

Lo cierto es que estaba realmente sorprendida por el hecho de que la

R

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32

Señorita Jespersen se hubiese preocupado por mí. Ingenuamente, por un

momento hasta pensé que era humana, incluso me cegó la posibilidad

de que ella y mi madre me apreciaran por algo más que por mi habilidad

con el piano. Hasta que ella y mi madre volvieron otra vez con lo de la

audición, para buscar ideas que me hicieran redescubrir mi pasión por el

piano, para hacerme superar el hecho de estar convirtiéndome

rápidamente en alguien patético y fracasado. Entonces la conversación

se desviaba hacia mi mediocre actuación, a las terribles críticas y a mi

incapacidad de desarrollar mi talento. El tiempo no pasaba lo

suficientemente rápido para que se hiciera la hora de ir a la escuela, a

la mañana siguiente.

Me apresuré a entrar en el aula el lunes por la mañana, lo único que me

mantenía cuerda era pensar en mis amigos. Claro que era una de esas

escuelas de “sólo chicas”, pero llegados a este punto eso ya no

importaba. Incluso el hecho que la escuela tuviese desde el sexto al

doceavo grado, así que ser un novato no era exactamente estar

comenzando en la secundaria, no hace una diferencia. ¡Estaba

oficialmente en la secundaria y pensaba disfrutarlo!

—¡Lily! —Mi mejor amiga, Erin Fitzgerald, gritó mi nombre tan pronto como

entré en el aula. Su cabello aclarado y su piel bronceada lo decían

todo sobre el verano lleno de diversión que yo no había tenido y tenía

puesto un collar de macramé hecho con hilos de los colores del arcoíris.

—¡Erin! —Esquivé escritorios y grupos de chicos chillones, arrojé a un lado

mi mochila azul marino y me lancé hacia ella, asiéndola en un abrazo

gigante—. ¡Te extrañé!

Ella gritó y me devolvió el abrazo, y yo supe que todo iba a salir bien.

Page 33: The fake boyfriend experiment

33

—Oh por dios, has estado totalmente desaparecida este verano. —Erin

tomó mi brazo y me llevó hacia la esquina donde estaban acurrucadas

Valerie Collins y Delilah Somers, en medio de una conversación privada

de la que intentaban excluir al resto del mundo. A todo el mundo

excepto a Erin y a mí, por supuesto, porque mis amigas eran mi sitio, el

lugar a donde pertenecía.

Val y Delilah eran la otra mitad de nuestro grupo de cuatro, aunque ellas

no eran tan íntimas como Erin y yo. Erin y yo nos conocíamos desde la

guardería, mientras que Val y Delilah habían ingresado en nuestro

pequeño círculo cuando empezamos a asistir a la escuela St. Mary para

señoritas en sexto grado. Pero ambas eran increíbles y yo me alegraba

mucho de verlas.

El cabello de Val era castaño y rizado, caía alrededor de sus hombros

como si tuviera vida propia. Era súper extrovertida, así que su cabello

encajaba totalmente con su personalidad. El cabello de Delilah era de

un rojo ardiente, muy espeso y siempre lo llevaba con los peinados más

modernos. El de hoy era un semi recogido con pequeñas trenzas

francesas que le bajaban desde la parte delantera de la línea del

cabello y todo doblado en una masa de ondas que le caían por la

espalda. Ambas cumplían el requisito de la escuela de usar pantalones

azul marino, pero Delilah tenía puesta una cuerda de cuero negro con

una turquesa que colgaba alrededor del cuello; y Val tenía un par de

enormes aros plateados, que le daban un aire a lo gitana exótica. Oh.

Me llevé los dedos a mis pequeños aros de oro y decidí que necesitaba

ir de compras. ¿Desde cuándo nos arreglábamos tanto para ir a la

escuela? Siempre habíamos mantenido nuestro pacto de que la escuela

era un sitio para vestir ropa casual, ya que no había chicos a los que

impresionar.

Page 34: The fake boyfriend experiment

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—Lily ha vuelto —anunció Erin.

Val y Delilah se giraron y sus ojos se abrieron al verme.

—¡Lily! —gritaron, saltaron y yo les devolví el grito y las abracé. ¡Síii! ¡Era tan

agradable estar de vuelta!

—¡Estoy encantada de verlas, chicas! —La emoción del momento corría

por mi cuerpo, me dejé caer en un escritorio vacío, mirándolas radiante.

Salir con el grupo de Rafe había sido genial, pero esto era mucho mejor,

porque esta era mi gente, mis chicas, gente con la que no tenía que

probarme.

—Y bueno, chicas, ¿tuvieron un gran verano o qué?

—El mejor —dijo Erin. Su cabello rubio estaba mucho más rubio de lo que

solía, e incluso parecía estar un poco más alta. Se veía preciosa, hasta

con los pantalones azul marino y la camiseta blanca que dictaban las

normas de la escuela. De hecho me recordaba a Angel, bajé la vista

para asegurarme de que no llevaba sandalias de tacón alto. Me relajé

cuando vi sus mocasines del uniforme de la escuela. Bueno, sí, aún seguía

siendo Erin.

—Pero te extrañamos la mayor parte del tiempo —agregó Val.

Al moverse, las luces de la clase le enfocaron el cabello y me di cuenta

de que tenía nuevas mechas y reflejos cobrizos, que hacían que su

cabello castaño brillara. Además, también estaba terriblemente

bronceada. Fruncí el ceño y le eché un vistazo a Delilah, que se estaba

poniendo brillo de labios. Ella también se había puesto mechas castañas

en su cabello rojizo. Claramente, me había perdido el día de “vamos a

arreglarnos el cabello” en la ciudad. Aunque tampoco podría haber

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35

participado. Llevar reflejos en el cabello era inapropiado para los

pianistas.

—Me encanta lo del cabello —les dije a todas, intentando sonar

animada—. Se ven geniales, chicas.

Val movió sus rizos y sacudió la cabeza con una risita halagada.

—¡Gracias! Nos lo hicimos la semana pasada. ¿No estamos fantásticas?

—Sí. —Me toqué mi aburrido cabello rubio oscuro y decidí que mañana

me pondría un sombrero.

—Lily, necesitamos tu opinión —dijo Val acercándome su teléfono

celular—. ¿Qué piensas de este chico? ¿Es guapo o no?

Tomé el celular y miré fijamente la imagen de un chico con cabello corto

rubio, uniforme de fútbol americano y barro. Estaba sonriendo y se veía

bastante amigable. Y muy atlético.

—Guapo.

—¿Lo ven? —dijo Val quitándome el celular—. Tienes que ir al semi-formal

con él.

—¿Yo? —dije. ¿Me habían arreglado una cita para el evento más

importante de nuestro primer año de secundaria, para el cual sólo

faltaban tres semanas? ¡¡Eran las mejores amigas del mundo!!

—No, tú no, boba. Estoy hablando de Delilah —dijo Val con una risa que

hizo que me dieran ganas de esconderme y hacerme una bola debajo

del pupitre—. Ella tiene miedo de que no sea lo suficientemente guapo

como para que la vean con él en público. —Agitó el celular delante de

la cara de Delilah—. Lily piensa que es guapo.

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—Es guapo. —Tomé el teléfono de Val para mirarlo otra vez. Estaba

bastante bueno, pero nunca lo había visto antes—. ¿Cómo lo conociste?

—Como todas íbamos a una escuela para chicas, conocer a chicos era

una de las cosas más importantes de nuestra lista de prioridades y una

de las más bajas en nuestra lista de actividades realizadas con éxito.

Excepto por Rafe, por supuesto. Él estaba bueno, yo lo conocía y la

vida era estupenda. Bueno, por lo menos no tan mala como lo era antes

de que me defendiera de su tía.

—Delilah conoció a Jeff por mí —presumió Val—. El equipo de fútbol

americano de Inverness estaba entrenando en el campo de al lado

mientras yo estaba en el campo de hockey.

Inverness era la escuela para chicos que estaba afiliada a la nuestra, al

otro lado de la ciudad. Los equipos universitario y universitario júnior

de nuestra escuela utilizaban los campos de juego de Inverness para

entrenar. Nunca había ido a Inverness, pero soñaba con ello. Miré a Val

con renovado interés.

—¿De verdad fuiste a Inverness?

—Claro que sí. —Sonrió—. Ahora que estamos en la secundaria, ya no

entrenamos en nuestros pequeños campos. Inverness lo es todo, nena. —

Levantó una mano y Delilah le dio los cinco.

—Pero esa no es la mejor parte —interrumpió Erin—. Delilah y yo fuimos a

ver el entrenamiento de Val y conocimos a este grupo de chicos del

equipo de fútbol americano. —Sonrió y enarcó las cejas, las cuales eran

mucho más finas desde la última vez que las había visto. ¿Mis amigas se

habían arreglado las cejas también?

—Y son estudiantes de segundo año.

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37

—Guau, ¿de verdad? —Sentí un poco de celos, y mi sonrisa quedó un

poco rígida—. Yo conocí al Alcalde este verano cuando…

—Keith dará una fiesta de vuelta a la escuela en la piscina el sábado —

interrumpió Erin otra vez.

—¿Keith? ¿Quién es Keith? —pregunté. Sentí que la cabeza me daba

vueltas al intentar acordarme de todos los nombres y de los chicos y de

las cosas que mis amigas habían hecho.

Delilah le dio un codazo a Erin en el brazo.

—Sabes que sólo da la fiesta para poder hacer algo contigo.

Las mejillas de Erin se pusieron coloradas.

—¡De ninguna manera! Le gustas tú.

—Nop. Jeff ya me ha pedido que vaya con él al semi —dijo Delilah.

—¡No puede ser! —gritó Erin—. ¿Cuándo?

—Anoche. Y me dijo que Keith quería pedírtelo, y que Hugh piensa

pedírselo a Val. Si ustedes van, yo voy.

Val se quedó sin aliento.

—¿Hugh? ¿De verdad? ¿Me lo va a pedir? —Se inclinó hacia atrás en su

silla—. Está muy bueno.

Me quedé mirando a mis amigas mientras chismeaban, sintiéndome más y

más excluida. No tenía ni idea de lo que estaban hablando y ellas no

parecían acordarse de que yo seguía allí. De repente, tuve la sensación

de que ellas no habían pasado tanto tiempo pensando en mí como yo

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extrañándolas. Le di un toque a Val en el brazo, intentando entrar en la

conversación.

—¿Quién es Hugh? ¿Es uno de los que juegan a fútbol americano?

—Hugh es más guapo que Jeff —se quejó Delilah—. Es muy injusto que tú te

quedes a Hugh y yo me quede a Jeff.

¿Y yo con quién me quedaba? ¿Con nadie? Tiré un lápiz del escritorio,

intentando llamar la atención. Me aclaré la garganta haciendo bastante

ruido:

—Así que chicas, ¿me van a integrar? ¿Quiénes son todos estos chicos?

Todas pararon de hablar y se quedaron mirándome, como si hubiesen

olvidado que yo seguía allí. Erin fue la primera en recuperarse.

—¡Lily! ¡Tú también necesitas una cita para el semi-formal! Tienes que venir

a la fiesta en la piscina del sábado. Estoy segura de que Keith tendrá

algún otro amigo, así que habrá cuatro chicos allí.

—¿De verdad? ¿Podríais conseguirme una cita? —Mi mal humor se

desvaneció mientras crecía mi ilusión. ¡¡Mi primera cita de verdad!! ¿No

era genial eso?

La cabeza de Delilah se movió en señal de acuerdo.

—Definitivamente, podemos. Iremos al semi-formal las cuatro juntas.

Val se quitó una pelusa prácticamente invisible de sus uñas con manicura.

Esta vez no eran de un verde neón, sino de un naranja brillante. Me pasó

cerca.

—Deberíamos actuar rápido. Sólo quedan tres semanas para el semi-

formal. Apuesto a que pronto todos los guapos estarán ocupados.

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—No pasa nada —dijo Erin, moviendo la mano quitándole importancia—.

Lily se quedará con cualquiera. Todo saldrá bien.

Oooh, no me gustaba como sonaba eso. Fruncí el ceño.

—No voy a ir con un perdedor. —Quería decir, sí, tal vez no contara con

un catálogo lleno de chicos guapos para elegir, pero tenía un nivel.

—Bueno, no, no quería decir eso —dijo Erin, tomándome del brazo—. Es

sólo que nunca conoces a nadie porque te pasas todo el tiempo

ensayando, así que no es probable que vayas a encontrar a alguien

por tu cuenta. Cualquier chico es mejor que ningún chico, ¿verdad?

Mi ceño se hundió aún más.

—No es que no tenga vida. Conocí a un montón de gente estupenda en

mi gira del verano. —Sí, de acuerdo, ninguno de los estudiantes de

Mueller-Fordham con los que había viajado se había convertido

precisamente en mi mejor amigo y ninguno de los chicos era lo

suficientemente buenos como para considerarlos como cita, pero eso no

quería decir que yo fuese una perdedora. Todavía. Pero si acababa en

el programa de la escuela secundaria NESM para el trimestre de

invierno, entonces tendrían toda la razón. Mi vida estaría acabada.

Después de tres meses alejada, estaba prácticamente fuera del grupo.

Podía notar cómo mis amigas se me iban de las manos, moviéndose sin

mí.

—Oh, vamos, Lily. —Delilah puso los ojos en blanco—. ¿A qué chicos

guapos conociste este verano? ¿A alguno con el cabello canoso,

alcalde de alguna pequeña ciudad al oeste de Mass?

—Eh, ya lo sé —intervino Val—. A algún friki que toca el violín y babea

cada vez que tiene que hablar con alguien del sexo opuesto.

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—¿Y qué de aquel chico flacucho que tocaba la flauta? ¿Estaba de gira

contigo, no? Estoy segura de que no le importará dejar su jersey de

rombos en casa para el baile. — Erin se rió —. ¿Te imaginas si fueras con

él? Te quiero, pero no podría permitir que me relacionaran contigo en

público.

Observé consternada cómo mis amigas se reían de mí y de mi vida.

—Howard no está tan mal…

—Oh, esperen, chicas —dijo Erin poniéndose en pie—. Tienen que venir al

próximo recital de Lily en Mueller-Fordham. No creerán lo perdedores que

son los músicos. O sea, si les tiras una pelota de fútbol americano a

alguno de ellos, seguramente saldrán corriendo y gritando. Hasta Jeff

parecería un dios griego en comparación con esos frikis.

Fruncí el ceño y se me tensó la garganta. Pensaba que Erin venía a mis

recitales para apoyarme, no para reírse de los otros chicos y para

bromear sobre mi vida.

—¿Así que estás diciendo que soy una friki?

—Para nada. —Erin me rodeó con el brazo mientras se reía—. Pero tú eres

la única no friki del lugar, tienes que admitirlo.

Suspiré. Excepto por Rafe, tenían razón y dudaba que Rafe o cualquiera

de Mass Attack estudiara allí. Probablemente le habrían pedido a la

Señorita Jespersen que les alquilara algún sitio barato para ensayar ya

que era la tía de Rafe.

—¿Ahora piensas que soy genial? —Buah, eso había sonado bastante

patético, ¿no? Pero me sentí más patética cuando apareció la sonrisa

de Erin y sus ojos me miraron con un poco de pena.

Page 41: The fake boyfriend experiment

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—Por supuesto que eres genial, pero no es que hagas mucho a parte de

tocar el piano, ¿sabes?

Me quedé mirándola, horrorizada por dentro. Erin, efectivamente,

pensaba que era una perdedora. Ella era mi mejor amiga, sí, pero en

algún momento durante todo este tiempo, ella había decidido que no

daba la talla.

—Yo sí hago otras cosas —protesté. Levantó una ceja.

—¿Qué otra cosa haces?

—Yo… —Maldición. No se me ocurría nada más—. Como.

—Oh, no te preocupes —dijo Val—. Te encontraremos una cita para el

baile. —Me tocó el cabello—. Aunque a lo mejor tendrías que hacerte

algunas mechas. ¿No has tomado el sol en todo el verano? Tal vez te

vendría bien un poco de spray bronceador antes de la fiesta, porque

parece que hubieses estado enferma o algo.

Le aparté la mano, con el resentimiento empezando a hervir dentro de

mí.

—No necesito una cita por caridad. Yo estoy…

—Está bien, Lily —dijo Erin—. No tienes que fingir con nosotras.

—¿Fingir qué? ¿Qué tengo una vida? —La expresión idéntica de lástima

en todas sus caras me enfureció—. Puedo conseguir una cita. Y con

alguien que esté bueno. No sólo con algún marginado que no sea lo

suficientemente guapo para ustedes.

—Bien. —Sonrió Erin—. Entonces ven a la fiesta el sábado y trae a quién

quieras.

Page 42: The fake boyfriend experiment

42

—Lo haré. —Me volví a sentar en la silla, con los brazos cruzados,

determinada a probar que podía ser tan genial como ellas. Podía entrar

en su pequeño círculo con sus nuevos chicos… Entonces recordé que

tenía un concierto el sábado. No podía ir a la fiesta. ¡No era justo! Erin

suspiró al ver la expresión de mi cara:

—No puedes venir, ¿cierto? ¿Cosas de piano?

—Tengo que ir a un concierto para algo del banquete de un importante

ciudadano en Portland, Maine —murmuré.

Val alzó las cejas, Delilah suspiró y Erin me dio unas palmaditas en el

hombro, sacudiendo la cabeza mientras Val empezaba a decir algo. Y

entonces fue cuando me di cuenta de cómo me veían ellas. A pesar de

sus ánimos, yo era la fea, la amiga perdedora sin vida social. Ellas me

cuidaban porque yo era demasiado patética como para defenderme

sola, no porque me quisieran o porque me vieran como a una igual

dentro del grupo. Me había convertido en una extraña para las únicas

amigas que tenía. Mientras yo no estaba, ellas se habían vuelto más

íntimas. Tenían los chicos, tenían las citas, yo sólo era una carga. Todo

porque me había pasado todo el verano de gira en lugar de saliendo

con ellas. No necesitaban verme dentro de su círculo porque así es

como me percibían. Como una fea perdedora. Pero estaban

equivocadas. Tenían que estarlo. Por mi bien.

—Puedo encontrar una cita —anuncié—. Un chico que esté bueno.

Todas me miraron con la misma expresión dudosa en la cara.

—Nómbranos a un chico guapo que conozcas —dijo Erin.

—Rafe. —El nombre se le escapó a mi lengua antes de que pudiera

detenerla.

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43

—¿Rafe? ¿Quién es Rafe? —Val parecía escéptica—. ¿El chico de la

gasolinera que llena el auto de tu madre?

—No. Tiene dieciséis años y es el baterista de Mueller-Fordham. Y está

mucho más bueno que Jeff. —Todo eso era completamente cierto y me

sentí mejor inmediatamente. ¿Cómo pude haberme olvidado de Rafe, mi

guapo protector? Sonreí, notando algo cálido en mi interior al pensar en

cómo me miraba Rafe cuando acabamos de tocar nuestra canción. Sí,

él me veía como algo más que una perdedora.

Delilah arrugó la nariz:

—Todo el mundo es más guapo que Jeff.

Erin me miró dubitativa, como si sintiera que yo tuviese que mentir.

—¿Conoces siquiera a ese tal Rafe? ¿O sólo lo has visto pasar por tu

lado?

—Por supuesto que lo conozco —dije hastiada—. Estoy saliendo con él. —

Oh…vaya. ¿Cómo se me había escapado eso? Rápidamente intenté

cambiar de tema—. Así que, ¿a qué hora es la fiesta del sábado? A lo

mejor puedo encontrar un modo de colarme.

Mis tres amigas me miraron como si me hubiese vuelto loca.

—¿Estás saliendo con un chico? —preguntó Erin, escéptica.

—Tus padres nunca te dejarían salir con alguien.

—Bueno, él es músico —tartamudeé, girándome para recuperar mi

mochila—. Les gusta eso de él. ¿Alguien tiene un lapicero de más? Creo

que he olvidado el mío.

Delilah se inclina hacia delante y me miró fijamente.

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44

—¿Le has besado? —Su tono era muy desafiante y completamente

descarado para exponerme.

Uh, oh. Si decía que lo había besado, querrían una descripción y Val

sabría que estaba mintiendo, porque ella ya había besado a un montón

de chicos. Aunque si no lo había besado, realmente no contaba cómo

salir. Pero no iba a seguir aguantando su numerito de lástima. Más que

nada porque tenían razón y yo no quería que la tuvieran. No podía

seguir manteniendo esta conversación. Tenía que terminarla ahora.

¡Maldición!

—¿Y bueno? —preguntó Delilah—. ¿Lo besaste?

¡Oh! ¡Idea! ¿Cómo podía haber olvidado el único momento significativo

de mi verano, aparte de lo del incidente de Rafe? Me levanté la camisa

y les enseñé mi pálido estómago, que resultó ser un excelente cambio de

tema.

—Me hice un piercing en el ombligo este verano. —Allí estaba, una

piedrecita de color verde claro que brillaba en mi barriga. Me lo había

hecho a principios de verano y desde entonces no había vuelto a

pensar mucho en esto. Me sentí tan eufórica en ese momento, como una

rebelde; pero cuando me di cuenta de que mi vida no había cambiado

para nada, dejé de perder el tiempo admirándolo. Pero justo en este

momento, me encantaba.

—Genial, ¿no?

Observaron mi nueva joya y Erin se tapó la boca con la mano.

—¡No puedo creerlo! ¿Y tus padres no enloquecieron?

Page 45: The fake boyfriend experiment

45

—No lo saben. —Me había hecho el piercing con Maria, una flautista de

Inglaterra con la que había ido de gira en verano. Nos escabullimos

después de un particularmente miserable concierto en una biblioteca

donde sólo había habido tres personas de público. Había sido un

sábado precioso y el resto del mundo estaba en la playa o en alguna

parte divirtiéndose. Maria era la única chica interesante de la gira y creo

que podríamos haber sido buenas amigas, pero la invitaron a dar un

sólo en una serie de conciertos en Europa, así que perdimos el contacto.

Pero por lo menos tenía el piercing. Me lo hice porque pensé que se

sentiría genial estar atrapada en un aburrido concierto con mi vestido

con volantes, sabiendo que tenía un piercing en el ombligo que Crusty y

mis padres jamás aprobarían. La verdad era que, de alguna manera, me

había hecho sentir peor; como si fuese una pegatina en mi frente que

dijese que era demasiado cobarde como para levantarme y conseguir

ser como realmente me apetecía ser, y todo lo que podía hacer era

conformarme con agujerearme el ombligo y llevar un piercing en secreto.

Además, picaba y se enganchaba a las cosas. Ahora los bikinis estaban

prohibidos en mi vida. No es que yo los hubiese sacado. Pero sentía que

mientras tuviese esa piedrecita verde en el ombligo, tenía una

oportunidad.

Val me acarició el brillante verde con veneración.

—Guau. Es tan dulce.

Sonreí, ya me sentía un poquito mejor. Mis amigas ahora me veían, y no

por encima del hombro.

—¿Lo ven? No soy una perdedora.

Delilah aun parecía escéptica.

Page 46: The fake boyfriend experiment

46

—¿Y qué piensa Rafe de esto?

Rafe otra vez. ¿Es que no iba a dejar el tema?

—Fue idea suya. —Bueno, probablemente lo habría sido, ¿no? Quiero

decir, parecía el tipo de chico que llevaría un piercing en el ombligo.

Val se recostó en la silla.

—Es bonito. ¿Te dolió?

—Para nada.

Erin suspiró.

—Estoy tan celosa. Pensé que tendrías el peor de los veranos y estabas

por ahí con un novio haciéndote un piercing en el ombligo.

El alivio me invadió al ver la mirada llena de envidia en su rostro. No

tenía ni idea de cuál era la verdad y así era como se iba a quedar,

hasta que pudiese arreglar mi vida y tuviese algo de lo que realmente

valiese la pena hablar. Me bajé la camisa al ver entrar a la Señorita

Griffiths en el aula, que nos ordenó que nos sentáramos. Al deslizarme en

mi asiento al lado de Erin, ella me pasó una nota.

¿De verdad tienes novio?

Le escribí una única palabra como respuesta.

¡¡¡Sí!!!

¿Vas a invitarlo al semi-formal?

Mi euforia se desvaneció al pensar en ello. ¿Y si Rafe era mi cita? ¿No

sería increíble eso? Entonces me acordé de sus tatuajes y de Angel; me

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estremecí. ¿Cómo podía invitar a Rafe? De ninguna manera. Jamás lo

haría.

No puede venir.

¿Y entonces con quién irás al semi?

Mi mente se apresuró a encontrar una excusa creíble. Mordí el lapicero

unos pocos segundos y escribí:

No creo que vaya. Puede que se sienta mal si voy con alguien más.

Sí, esa era la razón por la que iba a quedarme en casa. Por mi devoto

novio. Ja.

Erin resopló y la Señorita Griffiths miró en nuestra dirección. Las dos

agachamos la cabeza para escondernos detrás de nuestros libros; unos

momentos después Erin me devolvió la nota. Miré qué hacía la Señorita

Griffiths y entonces metí la nota en mi libro.

Ven a entrenar con nosotras hoy y elige un chico. Rafe puede

arreglárselas sólo.

Casi sonreí. Yo también tenía la sensación de que Rafe podía

arreglárselas sólo. Pero de ninguna manera podía ir a Inverness hoy. La

Señorita Jespersen me estaría esperando a las tres en punto en Mueller-

Fordham. Quedando menos de tres semanas para mi audición, tenía

clase casi cada día. Mis dedos apretaron el libro al pensar en volver a

esa cámara de torturas.

Erin me pasó otra nota:

¿Y bien? ¿Vienes a Inverness hoy o qué? Tienes que buscar una cuarta

cita con nosotras para el semi.

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El ansia se apoderó de mí. Si Val, Delilah y Erin iban al semi y yo me

quedaba en casa, me sentiría aún más excluida. Y además quería ir.

Como, de verdad, de verdad, de verdad lo quería. Mi piercing del

ombligo no me salvaría otra vez.

Golpeteé el escritorio con mi lapicero y pensé en cómo podía

escaparme a Inverness para encontrar una cita para el semi. Los jueves

mi madre trabajaba hasta tarde. Como no podía llevarme hasta Mueller-

Fordham, siempre me iba en autobús a casa y ensayaba por mi cuenta.

Nadie se enteraría si en lugar de eso iba a Inverness, siempre que llegara

a casa antes que mi madre.

Los nervios se apoderaron de mí al pensar en cuántos problemas tendría

si alguien me descubría. La idea de saltarme la práctica tenía su

atractivo, sobre todo sabiendo que estaba tan mal.

Intentaré ir el jueves.

Erin leyó mi nota y alzó los pulgares. Dios, tenía tantas ganas de ir. ¿Pero

de verdad tenía agallas para saltarme la práctica?

No las tenía.

¿O sí?

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Traducido por Jhos

Corregido por Aciditax

n mi lección, dos días después, la Señorita Jespersen finalmente me

hizo llorar.

Estaba sentada ahí al estúpido piano con las estúpidas lágrimas

goteando por mis mejillas y la cara de Crusty toda arrugada.

—¿Por qué estás llorando?

Tal vez porque sólo acabas de llamarme fracasada por enésima vez en

menos de diez minutos y no puedo aguantarlo ni un momento más? Sí.

Eso sería el porqué. Enderece mi barbilla y sollocé.

—No estoy llorando. Tengo alergia. —No podía creer que le hubiera

dejado afectarme tanto. No era ninguna endeble. En verdad no lo era.

Sus cejas se curvaron.

—Endurécete, Lily. Nunca serás un éxito si no puedes tomar las críticas.

¿Quieres decirme que eres genial? Bueno, entonces, sé genial. No voy a

apoyar los falsos elogios sólo para hacerte sentir bien. Mi trabajo es

hacer de ti una mejor pianista y eso es lo que voy a hacer.

E

Page 50: The fake boyfriend experiment

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Me clavé las uñas en mis palmas y miré a las teclas del piano. Odiaba

esas horribles teclas de marfil. Deseé que se marchitaran en un montón

miserable de estiércol de mapache. ¿Cómo pude incluso disfrutar

golpeándolas? En serio, parecía tan irreal que en un principio les hubiera

suplicado a mis padres por las lecciones. Si hubiera sabido en lo que

estaba metiéndome, en vez de eso habría pedido que me amputaran

los dedos de los pies sin Novocaína.

—¿Estas escuchándome? —continuó la Señorita Jespersen arrojando su

perorata—. A menos de dos semanas y medias para ir, y todavía estás

tocando música sin inspiración.

Apreté mis dientes con tanta fuerza que mi mandíbula comenzó a doler.

—Será mejor que dejes de poner mala cara justo ahora o me marcharé. —

Dejó caer la amenaza con una sonrisa de suficiencia que me puso al

límite.

Lo habría tenido.

—No se moleste. Lo haré por usted. —Levanté mis piernas por encima de

la banqueta del piano, me puse de pie y caminé hacia fuera cerrando

la puerta detrás de mí.

La señorita Jespersen abrió la puerta y gritó antes de que me alejara

metro y medio.

—Regresa adentro, Lily. —Su voz era baja y amenazante.

La ignoré y caminé por el pasillo alineado con salones individuales de

ensayo. Cuando caminé pasando una puerta que tenía a JamieX

borboteando de ella, no pude evitar echar un vistazo dentro. Rafe

Page 51: The fake boyfriend experiment

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estaba en la batería y parecía completamente lindo en su camiseta

blanca y pantalones azules. Me vio en la puerta y asintió con la cabeza.

Asentí de regreso, clavándome las uñas en las palmas para evitar

desmoronarme. De ninguna manera iba a precipitarme ahí dentro,

arrojarme a sus pies y suplicarle que fuera conmigo al semi-formal y

cambiar mi vida. Aunque si pensara que pudiera funcionar, lo

consideraría.

Chris me saludó en medio de su canto y le sonreí de regreso. Angel

sonrió hacia mí, pero el otro guitarrista me ignoró, tan metido en su música

como para levantar la mirada. Un poco de mi tensión disminuyo. Sí, de

acuerdo, ¿ves? Esos chicos piensan que era genial.

El teclado se puso en marcha e inmediatamente miré para ver quien

estaba en mi puesto. Era una chica con un glorioso cabello largo y

negro, perfectos pómulos y un cuerpo esbelto que la hacía parecer

como una bailarina de ballet. Estaba frunciendo el ceño con

concentración y todavía tropezando con la música. Santo cielo. Yo era

mucho mejor que ella. Como demasiado mucho mejor. Y eso me hizo

sentir tan feliz, como si tal vez no fuera algún grano en el mundo de los

pianistas. Púdrete Crusty. Ella era peor. Yo no era indigna.

Cuanto más escuchaba a la banda, el enfado que me dio al dejar a

Crusty me hizo sentir tanto sobre mí misma.

La Señorita Jespersen vino detrás de mí y envolvió sus dedos alrededor

de mi brazo, pero di un tirón para liberarme antes de que pudiera

apretar.

—Ya terminé —le dije.

Page 52: The fake boyfriend experiment

52

—Terminarás cuando yo diga que has terminado —susurró, como si fuera

una amenaza secreta demasiado horrible para ser escuchada por Rafe

y sus amigos.

Giré mi rostro hacia ella.

—Usted no es mi dueña.

Sus ojos se abrieron con lo que parecía genuina confusión, pero sabía

que ella tenía que estar fingiendo. La Señorita Jespersen era tan malvada

para incluso estar confundida.

—No estoy tratando de poseerte, Lily. Estoy tratando de ayudarte.

—¿Ayudarme? ¿En serio? ¿Cómo? ¿Torturándome? Ya estoy harta de

usted amenazándome ¡y estoy tan enferma del piano! —Con mis

palabras, el rostro de Crusty se oscureció. Noté que la banda había

detenido de tocar y todo el mundo estaba escuchando.

Involuntariamente, revisé a Rafe. Estaba mirándonos, pero no pude

interpretar su rostro del todo.

—¡Lily! Deja de estar coqueteando con Rafe en este instante.

Oh, no. Dime que no acaba de decir eso. El calor llameó en mis mejillas

cuando la expresión de Rafe se transformó en sorpresa. Se asomó

subrepticiamente a la tecladista, quien estaba frunciendo el ceño hacia

mí.

Crusty se inclinó en mi espacio, su aliento como viento viciado en mi

cara.

—No tienes tiempo para chicos —dijo—. Regresa a la sala de ensayo.

Ahora.

Page 53: The fake boyfriend experiment

53

Escuché a Angel reír disimuladamente y la humillación me atravesó.

¿Cómo pudo Crusty avergonzarme de eso modo frente a ellos? La

tortura privada era una cosa, pero, ¿delante de ellos? Era demasiado.

Imperdonable.

—Aléjese de mí —susurré.

Entonces giré y corrí afuera.

Salí en grandes zancadas al porche delantero de la hermosa casa de

ladrillo que ahora hospedaba la pesadilla de Mueller-Fordham y me

senté en el escalón superior. Mi madre no me esperaba hasta dentro de

otra hora, pero no me importaba. No me movería.

Apreté mis brazos a mi pecho y apoyé mi frente sobre mis rodillas,

preparándome para que Crusty viniera detrás de mí. La puerta principal

chirrió e inmediatamente comencé a tararear a JamieX, moviendo los

hombros con el ritmo. Sí, mírame, bailando por que no me importaba

nada.

—¿Estás bien? —preguntó Rafe.

¿Rafe? Levanté mi mirada con sorpresa. ¿Qué estaba haciendo aquí

afuera? Pero sin duda ahí estaba, de pie, detrás de mí, con sus

deportivas negras justo junto a mi cadera.

—Sí, bien. —Tal vez no lo suficientemente bien, pero bastante cerca,

ahora que él estaba aquí.

Se sentó junto a mí, tan cerca que casi podíamos tocarnos. No lo

bastante, pero así de cerca.

—Eso fue bastante genial —dijo.

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Deslicé mi mirada a él, pero estaba mirando a un auto deportivo que

pasaba.

—¿Que fue genial? ¿El auto?

Se rió suavemente y me miró. Sus ojos verdes eran amigables y su sonrisa

era linda. No burlona.

—No. Tú diciéndole a la tía Joyce que ya era suficiente.

—Oh. —Una sensación de calor parpadeó a través de mí—. Bueno,

gracias. Supongo.

Golpeó sus hombros con los míos.

—No te lo tomes a personal. No es tan mala si la conocieras.

Solté un bufido.

—Ella ha estado enseñándome durante tres años y nunca he visto nada

bueno en ella.

Entonces unos pasos sonaron detrás de nosotros y miré sobre mi hombro,

esperando ver a Crusty de pie, en la puerta escuchando, pero no había

nadie. Pensé haber visto su silueta en el fondo del pasillo, pero no

estaba segura. ¿Por qué no estaba corriendo fuera de la puerta con

una camisa de fuerza para arrastrarme adentro de regreso?

Él se encogió de hombros.

—Mi tía puede ser buena.

Uh, oh. Había olvidado que era su tía. Traté de recobrarla.

—Estoy segura de que puede serlo, pero no se lo saco. La decepcionó

todo el tiempo.

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55

—Tal vez. —Rafe se calló y no supe que decir, pero no se sintió como un

silencio incómodo. Se sintió como una especie de comodidad—.

¿Necesitas que te lleven? —preguntó.

Casi me atraganté con mi lengua.

—¿Qué?

—Que te lleven. ¿Lo necesitas? Paige tuvo que irse temprano, así que

vamos a reunirnos por la noche. Angel y Chris odian trabajar sin una

tecladista.

Tuve que contar hasta cinco sólo para conseguir la suficiente

compostura como parecer tranquila cuando le contesté.

—Sí, eso suena genial. —Mi corazón estaba corriendo tan rápido que mi

pecho dolía de verdad—. Sólo necesito entrar y llamar a mi madre…

Él puso un teléfono en mi mano, con sus dedos rozando mi palma. Mi

mano estaba temblando cuando marqué. Él tenía un auto y un teléfono

y… ¿iba a llevarme a casa? Tragué saliva fuertemente y me las arreglé

para hablar cuando mamá respondió el teléfono.

—Mamá, soy yo. Terminé temprano con mi lección, así que el sobrino de

Cru… la Señorita Jespersen me va a llevar a casa. ¿Está bien?

Mamá no era una idiota.

—¿Por qué tu lección terminó temprano?

—La señorita Jespersen se volvió loca y tuvo que ser llevada en una

ambulancia.

—Lily —me advirtió mamá.

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Puse los ojos en blanco.

—Te lo diré después. Tengo que irme. Adiós. —Colgué y le entregué el

teléfono a Rafe. Sus dedos rozaron mi mano otra vez cuando tomó el

teléfono y sentí mi piel hormiguear donde él me había tocado. No iba a

lavarme la mano de nuevo. Nunca.

—¿Lista? —Se puso de pie y sostuvo su mano para ayudarme a ponerme

de pie.

Mire a su mano. ¿En verdad suponía que iba a tomarla? ¿Qué era lo que

estaba ofreciendo? No quería parecer como una idiota si no lo hacía,

pero estaba bastante segura de que es lo que pretendía. Con cautela,

levanté mi mano. La agarró y tiró de mí hacia arriba. Durante lo que

pareció una eternidad, nos quedamos allí de pie. Era casi como si

estuviéramos tomados de la mano, nuestros cuerpos a menos de un

metro de distancia… y entonces se soltó, se dio la vuelta y saltó todo

los escalones de un salto.

—Vamos, entonces.

Sí, claro que sí. ¡Vamos!

Rafe entró en el Jeep negro estacionado al final del aparcamiento. No

estaba la parte superior del jeep, sólo una barra antivuelco y el sol.

—Sube.

Oh, guau. Esto era tan impresionante. Di un paso sobre el estribo y me

empujé dentro del asiento del pasajero, sentándome junto a él. El

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tablero y los asientos eran todos negros y había un símbolo de la paz

azul y amarillo de ocho centímetros colgando del espejo retrovisor.

—Me encanta el auto.

—Es un regalo por culpa. —Encendió el motor y tiró del cinturón de

seguridad—. ¿Dónde?

Le di las indicaciones cuando tiré de mi propio cinturón de seguridad,

asegurándome de no ensuciar el cuello redondo de mi camiseta blanca

con un bordado genial alrededor del cuello. La había elegido con la

esperanza de poder encontrarme con Rafe. Punto para mí.

—¿Qué es un regalo por culpa?

Se puso a rodar sobre la carretera.

—Mis padres se van a divorciar. Me echaron de casa para así tratar de

asesinarse el uno al otro en privado. El auto fue para hacerlos sentir

mejor.

Oh, guau. De repente lo vi con una nueva luz, como más que el baterista

súper talentoso con buenos bíceps y un tatuaje. Tiene una vida y padres

y una carga como yo.

—Eso es un fastidio importante. La cosa del divorcio, no el auto.

Él se encogió de hombros.

—Es lo que es.

Deseé poder ser así de fría sobre mi vida. ¿Era real, o de verdad le

molestaba?

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—Así que, ¿dónde vives, entonces? ¿En serio te han echado de casa? —

No podía imaginar a mis padres echándome. Enloquecería.

—Con mi tía.

No pude evitar los escalofríos hormigueando por mi columna.

—¿En serio? ¿En realidad vives con la señorita Jespersen?

—Sí. —Él desaceleró para detenerse en un semáforo en rojo, apoyó los

antebrazos en el volante y giró su cabeza hacia mí—. ¿Cuál es tu

historia?

Tenía manchas oscuras marrones en sus ojos verdes, lo noté. Sus pestañas

eran gruesas y largas, quería tocarlas pero ver si era mi imaginación.

—¿Historia sobre qué? —Mi mirada se desvió a su boca y a sus labios.

¿Eran suaves? ¿Qué se sentiría si me besara? Sería…

—Niña prodigio en tus días buenos, pedazo de tierra sin esperanza en

los malos —citó Rafe mientras las luz cambiaba a verde y comenzó a

conducir de nuevo—. ¿Qué pasa con eso?

Oh, eso. Cierto. Mi vida no era sobre Rafe besándome. Era sobre fallar

en hacer el grado.

—Toco el piano. Mis padres y tu tía tienen grandes esperanzas para mí,

pero estoy fallando miserablemente. —Mordí mi labio inferior y miré los

arboles parpadeando por el camino. De repente, la tarde no parecía

ya tan caliente y soleada. ¿Por qué Crusty y el piano tenían que seguirme

a todos lados? ¿No podía sólo disfrutar de un chico lindo llevándome a

casa y no mancharlo?

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—A mí me pareces bastante talentosa. —Sonó totalmente genuino, no

tratando de absorberme y eso me hizo sonreír.

Le miré, pero él estaba mirando por el espejo retrovisor, no a mí.

—Tal vez puedas dejar caer una pista a tu tía durante la cena así ella

retrocedería —me burlé, bromeando sólo a medias.

—Tal vez. —Giró sobre sus luces intermitentes— ¿Justo aquí?

—Sí. —Caímos en el silencio por un rato, mientras trataba frenéticamente

de pensar en algo que decir para impresionarlo. Todo en lo que podía

pensar era en felicitarlo por su batería. Abu-rrido. Piensa en algo

brillantemente interesante.

Encendió la radio y comenzó a pasar a través de las emisoras. Genial.

Era tan aburrida que él estaba renunciando a la conversación. Entonces

sonrió y alzó la mirada.

—Una gran canción.

Y no era otra que la canción de JamieX, una antigua que seguía

triunfando.

—¡Adoro esta canción! —Comencé a cantarla inmediatamente.

Me lanzó una mirada de sorpresa.

—Eres…

—Una pésima cantante. Lo sé —Le di la vuelta hasta ahogarme más—. Es

algo bueno que pueda tocar un instrumento, ¿eh? —Comencé a cantar

de nuevo.

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Después de un momento, Rafe también comenzó a cantar. Su voz era

como el sonido de un martillo neumático a las tres de la mañana,

cuando estás tratando de dormir.

Inmediatamente grité y lo golpeé en el hombro.

—¡Tú también eres terrible!

Me sonrió, sus hoyuelos completamente adorables y fuera de su carácter

con su brazo lleno de tatuajes y su chaqueta de cuero.

—Menos mal que pueda tocar un instrumento, ¿eh?

Me reí, una sensación de calor burbujeante explotando a través de mí.

—Creo que incluso eres peor cantante que yo y eso no es nada para

estar orgulloso.

Se rió, un profundo y cálido sonido que me llenó con la más asombrosa

sensación de vértigo. Noté que era la primera vez que incluso le veía reír.

Había sido lindo cuando estaba haciendo su expresión de misterioso

serio chico malo, pero era más allá de hermoso cuando estaba feliz.

—Definitivamente eres peor cantante que yo —dijo.

—De ninguna manera. Estás locamente celoso de mi increíble voz. —Subí

más la radio y comencé a cantar más alto.

Él se unió y cantamos el resto del camino a mi casa. Incluso no nos

detuvimos cuando golpeamos una luz de alto en el centro de la ciudad

y habían niños de pie en la acera a metro y medio de distancia. Estaban

burlándose de nosotros y sólo continuamos cantando.

Sí, esas chicas estaban mirando a Rafe. Qué mal para ellas. Era la única

haciendo mala música con él y ¡era asombroso!

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Entró en el camino de entrada a mi casa y apagó la radio. Sus mejillas

estaban en una especie de ruborizado y estaba sonriendo.

Estaba tan emocionada. ¡Qué increíble momento!

—Gracias por traerme, Rafe.

—En cualquier momento, Lily. —Levantó sus cejas, sus ojos brillando con la

risa—. A pesar de lo que dice mi tía sobre ti, no eres tan mala.

Lo golpeé suavemente en el brazo.

—Eso no es gracioso.

Su sonrisa se desvaneció.

—Lo siento.

Dispárenme. No quería que él se marchara pensando que era alguna

perdedora sensible.

—Sólo estoy bromeando. —Salté fuera de su jeep y aterricé en el camino

de entrada con un elegante golpe—. Si vuelven a necesitar un sustituto

para el teclado, házmelo saber.

Su sonrisa desapareció y apareció esa expresión realmente incomoda

en su rostro.

—Um, acerca de eso… —Toda mi felicidad de repente se desvaneció,

pero me encogí de hombros como si no importara. No quiero forzarlo a

rechazarme. La oferta sólo había caído fuera.

—No hay problema. Sé que tienes un nuevo tecladista. Sólo quiero

decir…

—Ella es mi novia.

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Me sentí enferma.

—¿Quién? ¿Angel? —¡Lo sabía!

—No, Paige. La chica que toca el teclado.

Oh… no me extraña que me frunciera el ceño cuando Crusty me había

acusado de coquetear con Rafe. Ahora ese pequeño intercambio se

sentía incluso más embarazoso. ¿Los dos habían pensado que estaba

coqueteando con Rafe cuando ambos sabían que estaba pillado?

¡Dios, eso era irremediablemente vergonzoso! Tomé una respiración

profunda y sacudí mi cabello, tratando de ser tan casual que nunca

pensaría que había ido detrás de él.

—Lo que sea.

Él frunció el ceño.

—Sólo no quiero que pienses, bueno, quiero decir, porque hoy te traje y

eso.

¡Oh, Dios, esto era peor! ¡Estaba siendo rechazada incluso antes de salir

con él!

—Rafe, en serio, no es gran cosa. Sólo estaba teniendo diversión de

camino a casa. Ya tengo novio, así que me alegro de no ser un

problema. —Solté incluso antes de poder detenerme. ¡Uff! ¿En realidad

había dicho eso?

La sorpresa cruzó a través de su rostro.

—¿Tienes novio?

Demasiado tarde para retractarme.

Page 63: The fake boyfriend experiment

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—Sí. Estudiante de segundo año en Inverness. Juega al futbol americano.

—Guau. Dos falsos novios en tres días. Mi vida social se balanceaba.

Logré una sonrisa, a pesar de que me sentía como corriendo dentro de

mi casa y enrollándome en una pequeña bola miserable. ¿Era mi vida tan

patética que tenía que mentir a todo el mundo sobre eso? Sí, sí,

aparentemente así era—. Aunque sabe cantar, así que no le digas que

apesto, ¿de acuerdo? Eso es nuestro pequeño secreto.

Su boca se curveó dentro de una sonrisa íntima y toda su tensión se fue

ahora que no tenía que preocuparse de que tuviera un enamoramiento

por él. Suspiró.

—Nuestro pequeño secreto —agregó—. Trato hecho. —Encendió el jeep

de nuevo—. Entonces, te veo luego.

—Si tienes suerte.

La misma mirada de sorpresa cruzó su rostro de nuevo, como si no

hubiera esperado que fuera tan indiferente sobre las noticias de su

novia.

—Si tengo suerte —repitió. A continuación echó marcha atrás y retrocedió

fuera del camino de entrada.

Me rehusé a permanecer allí de pie mirando detrás de él, así que me di

la vuelta y corrí dentro de la casa, saltando sobre dos geranios en caso

de que estuviera mirando. Las chicas que acababan de ser rechazadas

por un chico por el cual había tenido el mayor enamoramiento no saltan

por encima de las macetas. Ellas sollozan y lloran y son todas patéticas.

Pero no yo. De ninguna manera.

Page 64: The fake boyfriend experiment

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Salté los escalones, metí la llave en la cerradura y bailé dentro, entonces

cerré la puerta así podía colapsar en el suelo y ser una perdedora en

privado.

Page 65: The fake boyfriend experiment

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Traducido por Onnanohino Gin

Corregido por Aciditax

uando mi madre volvió a casa del trabajo, yo decidí que dos

novios falsos eran todas las mentiras que podía manejar por el

momento, así que le conté a mi madre la verdad sobre lo que

había pasado en la clase. Incluso admito que lloré, ya que simplemente

no podía seguir aguantando la presión. No sabía qué ilusión me

impulsaba, era como si pensara que de repente ella me abrazaría y diría

que no importaba cómo lo hiciera porque ella me querría de todas

formas.

No, para nada. Lo que hizo fue correr a llamar a la señorita Jespersen

para saber de qué lado estaba, en lugar de creerme cuando le dije

que la señorita Jespersen me estaba presionando demasiado. Por suerte

para mí, Crusty no estaba en casa, pero aun así mi madre me hizo

ensayar. Durante cuatro horribles horas.

Para el final de la noche, hasta mi madre admitió que sonaba fatal. Eso

me puso de peor humor, especialmente cuando empezó a hablar otra

vez de la audición. Ensayé otra hora, intentando recordar qué se sentía

al disfrutar tocando el piano, pero fallé miserablemente. Después hice la

tarea, porque no tenía nada más que hacer, a diferencia de mis amigas,

C

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que probablemente estuviesen saliendo con esos chicos de Inverness y

tomándose un helado o algo.

Mi decisión ya estaba tomada. Había sitio en mi vida para una

decepción más. A partir del jueves empezaría a salvar mi vida e iría a

Inverness con mis amigas para conocer chicos.

Estaba muerta de miedo.

¿De verdad esto era lo que las otras chicas hacían mientras yo tocaba

el piano? No podía creerlo. Después de subir al autobús que cruzaba la

ciudad hacia Inverness, estaba sentada con Delilah y Erin, tomando los

últimos rayos de sol de la tarde en las gradas de Inverness. Los fríos

bancos de metal estaban duros, pero la brisa era cálida y el calor del

sol era como un regalo para mi pálida piel.

El campo de fútbol americano era tan verde, el cielo tan azul y el blanco

de los uniformes de los jugadores tan brillante. Los colores me parecían

vibrantes y todo era increíble. Casi podía degustar la frescura del aire y

podía sentir el cabello revoloteando alrededor de mi rostro. No había

adultos observándonos para asegurarse de que nos comportábamos

de forma apropiada y responsable. Éramos sólo nosotras, saliendo, sin

hacer nada productivo más que observar a los chicos haciendo

ejercicio y comparando los músculos de los muslos de cada uno. Había

mucho para comparar, era alucinante.

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Me recosté en los bancos, sonriendo mientras hablábamos de chicos.

¿Desde cuando era del tipo que se saltaba las prácticas? No lo era,

pero no me sentía como si estuviese haciendo algo malo. ¡Me sentía

como si estuviese viviendo! Estaba al borde de encontrar un novio de

verdad. Era como una rebelde y era la mejor sensación.

Erin me dio un codazo:

—¿Ves al número diez? Ese es Keith. ¿Te parece guapo o no?

Estudié el campo y tuve una vaga visión del número diez antes de que

desapareciera debajo de una pila de cuerpos que gruñían.

—Me gusta su casco —contesté. Fue lo mejor que podía decir. ¿De

verdad pensaba ella que podía decirle si me parecía guapo o no

cuando estaba al otro lado del campo y llevando un casco?

Delilah señaló a la pila:

—Ese es Jeff, en la parte de abajo —suspiró—. No está tan bueno y

encima lo están aplastando. Creo que debería decirle que no puedo ir

al semi-formal con él.

—Tienes que ir —dijo Erin—. Es el mejor amigo de Keith y Hugh, y si no vas

a lo mejor ellos no nos lo piden y entonces...

—Así que, ¿cuál es el mío? —Me estaba arriesgando a ganarme la ira de

la señorita Jespersen y la de mis padres porque mis amigas me habían

jurado que los chicos tenían un amigo que necesitaba una cita para el

semi-formal. Estaba allí para conocerle. Estaba en una misión. Esta era mi

única oportunidad de darle a mi vida el rumbo adecuado y pensaba

hacerla valer.

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Como Invernes y el St. Mary organizaban juntos el semi-formal, los chicos

iban a buscar citas si nosotras no los enganchábamos a ellos primero.

Tenía que moverme hoy para ir a por todas o arriesgarme a perderme

todo lo del baile, ya que mi “novio” Rafe seguía sin estar disponible.

Si encontraba una cita, entonces tal vez mis amigas se olvidarían de lo

de Rafe. No habían parado de preguntarme por él, forzándome a decir

mentiras constantemente. Como que en este momento, Rafe y yo

llevábamos tres meses saliendo, habíamos ido a ver seis películas y me

había regalado un peluche por nuestro aniversario de tres meses. Él tenía

dieciséis años, los cumplía en marzo y había escrito una canción sobre mí.

Desafortunadamente, seguía sin estar disponible para el semi-formal, pero

ahora estaba de acuerdo conmigo en que fuese sin él. Qué chico.

Mi plan por el momento era empezar a salir con este chico de Inverness,

quienquiera que fuese, enamorarme y “dejarlo” con Rafe. O algo así,

siempre que acabara con lo de Rafe en privado y sin que nadie se

diese cuenta de que había mentido diciendo que era mi novio.

—No sé cuál es el tuyo —dijo Erin—. Su nombre es Lesley o algo así.

—¿Lesley? —Hice una mueca—. Ese es un nombre de chica. —No como

Rafe. Ese sí era un buen nombre.

—Obviamente no es un nombre de chica —dijo Delilah, poniendo los ojos

en blanco—. Al menos es más guapo que Jeff.

Los chicos rompieron el círculo alrededor de su entrenador, tres de ellos

se dirigieron hacia nosotras, corriendo hacia los bancos. Me senté. Oh…

¿Lesley era uno de ellos? ¿El futuro amor de mi vida? ¿O por lo menos mi

billete para el baile? Mi estómago de repente dio un salto y la boca se

me quedó seca. Un jugador de fútbol americano se dirigía hacia mí. A

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conocerme. A hablar conmigo. ¿Qué se suponía que iba a decir?

¿Debería mencionar el semi? ¿O era mejor esperar a que él sacara el

tema? ¡Maldición! No estaba lista para esto…

—Hola Keith —dijo Erin, radiante ante los chicos. La tomé del brazo,

empezando a entrar en pánico. Delilah se inclinó para susurrarme al oído:

—En realidad Jeff no está tan mal con la cara llena de barro —dijo en voz

baja—. ¿O no?

—Sí, claro.

Me mojé los labios y observé a los chicos que se acercaban. El número

diez aparentemente era Keith, así que no era Lesley, ¿pero cuál de los

otros dos era el mío? Ambos tenían las caras embarradas y los dos eran

bastante guapos. No como Rafe, pero lo suficientemente buenos como

para que te vean en público con ellos. Entonces me di cuenta de que

uno de ellos me estaba mirando directamente y supe que era él. La

conexión fue demasiado vívida, demasiado directa. Me estaba

registrando y no era una inspección casual. Tenía que ser mi cita.

Rápidamente le devolví la mirada. Tenía el cabello liso y castaño, lo

llevaba corto. Barro en las mejillas, ojos marrones y una bonita nariz recta.

Me sonrió, y yo le devolví la sonrisa, conteniendo el aliento en el pecho.

Bueno, sí, este iba a estar bien. Vino y se paró delante de mí.

—Tú debes de ser Lily.

Asentí, mi lengua de repente se había quedado paralizada por los

nervios. ¿Qué debería decirle?

Me sonrió fugazmente.

—Soy Les.

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¿Les? Eso era mucho mejor que Lesley. Podía vivir con ello. Bueno, buff.

Asentí otra vez, mis manos sudaban y mi corazón latía acelerado. ¿Qué

se suponía que debía decirle? ¿De qué les gustaba hablar a los

jugadores de fútbol americano? Los únicos chicos con los que había

hablado eran otros estudiantes de Mueller-Fordham, y hablábamos de

conciertos y música clásica. Les de ninguna manera pensaría que eso

era interesante.

Empezó a caminar y me di cuenta de que todos nos dirigíamos de

regreso al gimnasio. Podía manejar eso. Me sentía bien al estar a su lado,

era agradable descubrir que era capaz de caminar junto a él sin

tropezarme. Punto para mí. Pronto hasta sería capaz de hablar.

—Así que, ¿vas a St. Mary? —preguntó.

Asentí por tercera vez. Piensa en algo interesante que decir. Pero no me

vino nada a la cabeza, a excepción de que acababa de darme

cuenta de que los chicos embarrados estaban buenos. Sí, no iba a decir

eso.

Su sonrisa se apagó un poco:

—¿Hablas?

—Por supuesto. —Oh, Dios. Mi voz sonó totalmente ronca. Me aclaré la

garganta—. Sí. Lo siento. Así que, eh, ¿juegas al fútbol americano?

Balanceó el casco con las puntas de los dedos:

—Sí.

Buah, ¡Pregunta estúpida! ¡Vaya, Lily! Así que, a hablar de fútbol

americano.

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—¿Marcas muchas carreras? —Él se me quedó mirando.

—¿Quieres decir touchdowns? Haces carreras en béisbol.

¿Quería decir touchdowns? Sonaba como que sí. ¡Maldición! ¿Por qué

era tan imbécil?

—Eh, sí, ¿marcas muchos touchdowns?

Su frente se frunció como si fuese un pequeño ceño que habría resultado

adorable si no fuese porque yo estaba completamente aterrorizada.

—Soy un centrocampista.

¿Y? ¿Eso debería responder a mi pregunta sobre los goles? No tenía ni

idea.

—Ah, claro. Entendido.

Silencio.

Delilah y Erin estaban delante, riéndose y coqueteando con Jeff y Keith.

Les y yo estábamos en silencio. Coquetear. Debería coquetear. Me

coloqué un mechón de cabello detrás de la oreja y probé dedicándole

una sonrisa insinuante. ¿Estaba bien? ¿Cómo se coqueteaba

exactamente? Ah…

—Bueno, eh, ¿practicas algún deporte? —preguntó.

—Toco el piano. —Inmediatamente me relajé. El piano era algo de lo que

podía hablar durante horas. Hablar de eso con un chico guapo de

repente me hizo olvidar que lo odiaba. Cualquier cosa era buena con

unas guapas caminando a mi lado. Pero él frunció el ceño.

—¿De verdad? ¿Cómo música clásica?

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—Sí. Me pasé el verano de gira. He tocado en residencias, en un par de

almuerzos en museos y en una recaudación de fondos para limpiar lagos

en el sur de Maine. Y… —Me detuve al observar la mirada helada en su

rostro—. Y en cosas como esas.

—Lo siento, pero no estoy muy metido en eso del piano. —Se veía

asustado—. ¿Qué otra cosa haces?

Eh… Me mordí el labio e intenté pensar en algo. Tareas escolares y

mantener mi higiene personal no parecían ser las mejores respuestas.

—Y, ¿has visto alguna película últimamente? —Empezaba a sonar

desesperado.

—No, he estado bastante ocupada con lo del piano. Tengo una

audición muy importante pronto… —Otra vez me detuve al ver la mueca

de su cara. Muy bien, así que no quería oírme hablando acerca de la

audición—. Pero quiero ver una película.

Se iluminó:

—¿Cuál?

—La de Matt Damon. —Seguramente, Matt Damon estaba en alguna

película en este preciso momento, ¿o no?

Les volvió a fruncir el ceño:

—¿Tiene alguna película en cartelera ahora mismo?

O no. Maldición. Se me daba tan mal esto.

Balanceó su casco un poco más, inquieto y miró hacia sus amigos como

si estuviese deseando estar con ellos en lugar de conmigo.

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—¿Qué me dices de la televisión? ¿Cuál es tu programa favorito?

Hice una mueca mientras mi corazón empezaba a palpitar.

—No veo mucho la tele.

Su boca se torció en una mueca de aburrimiento.

—Porque estás tocando el piano.

—Sí… —¡Pero no era una perdedora! Tenía que haber algo interesante

en mí, ¿o no? Como… eh…

Él gruñó:

—¿Ves deportes?

—No demasiado, pero, eh, realmente me gustaría aprender más sobre

fútbol americano.

El interés volvió a su rostro:

—¿En serio? ¿Te gustaría venir a verme jugar el viernes por la noche?

Hice una mueca otra vez:

—Me encantaría, pero no puedo.

—¿Piano?

Dios, la mirada de lástima y disgusto en su rostro era totalmente

embarazosa.

—No, voy a robar una tienda de comida. ¿Quieres venir? —Se me quedó

mirando—. Estoy bromeando. —Solté una débil risita—. Chiste.

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En mi cabeza sonaba mejor que admitir que tenía que tocar el piano,

pero no me había salido tan bien. Obviamente, los chicos de Inverness

no pensaban que las bromas sobre robar en tiendas eran graciosas.

Rafe probablemente la habría encontrado graciosísima. Qué pena que

Rafe tuviese una novia que era tan mala en el teclado.

—Sí, bueno, tengo que ir a cambiarme. Encantado de conocerte. —Les se

fue enseguida, deshaciéndose de mí en medio del campo. Estaba

huyendo. De mí. Mis dos falsos novios me habían dejado antes de que

nada hubiese siquiera empezado. Eso tenía que ser algún tipo de

récord.

Vi que Erin se giraba para mirarme mientras Les pasaba corriendo a su

lado, enarcó las cejas y me alzó los pulgares. Me las arreglé para sonreír

y asentir. ¿Qué posibilidades había de que Les fuese al semi-formal

conmigo?

Cero.

Me sentía tan perdida.

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Traducido por Didy

Corregido por Aciditax

res horas después golpeé mi frente en las teclas del piano con un

horrendo sonido metálico y grité. ¿Por qué soy tan mala? ¿Por qué

ya no puedo tocar? Cada vez que tocaba las teclas, sonaba

peor, como una horrible pesadilla de la que no podía despertar. ¿Qué

está mal conmigo?

No podía tocar el piano y había estado abatida por dos novios falsos.

Mi vida se había acabado. No había nada rescatable en absoluto. Ni

siquiera mi ombligo.

Golpeé mi cabeza en las teclas de nuevo, el sonido de las cuerdas, un

horrible sonido de miseria. Tal vez debería empezar a tocar con mi

cabeza. Sonaba mejor que cuando usaba las manos.

El teléfono sonó y di un respingo. ¡Por favor que sea Rafe llamando para

decirme que dejó a su novia porque está desesperadamente

enamorado de mí!

Mamá atendió el teléfono.

—Bueno, hola Erin. Perdón, pero Lily todavía está ensayando. ¿Puede

llamarte después?

T

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—¡Espera! —Salté y corrí hacia la cocina, donde mamá estaba

preparando pastel de carne—. Necesito hablar con ella.

Mamá me dio su mirada severa.

—¿Terminaste de ensayar?

Colega, sí, estaba tan por encima de esa mirada. ¿Realmente me seguía

importando lo que ella pensaba de mí? Me refiero, todo lo que hice fue

decepcionarla, entonces… ¿por qué preocuparme?

—Necesito hablar con Erin sobre la tarea.

Levantó las cejas.

—¿De verdad? —Su tono sonó cargado de escepticismo.

—De verdad. —Mentira total, pero ¿qué más novedades habría para mí

en estos días?—. En serio, mamá. Tomará dos minutos.

Suspiró.

—La señorita Jespersen dijo que tienes que concentrarte. La audición

está próxima y no estás ni cerca de estar lista.

Rechiné mis dientes contra la urgencia de cerrar los ojos y gritar hasta

que mi cerebro explotara.

—Dos minutos.

Me alcanzó el teléfono.

—Te cronometraré.

—¡Gracias! —Agarré el teléfono y fui hasta la sala familiar—. ¿Erin? ¿Cómo

estás?

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—Tienes que venir a la fiesta en la piscina de Keith el sábado.

—Quiero ir. —Suspiré y cerré la puerta—. Pero no puedo. No hay forma de

que pueda conseguirlo. Tengo este recital y…

—No, tienes que venir —me interrumpió Erin—. Les dijo que eras linda.

—¡No! —Contuve el aliento e inmediatamente me sentí mil veces mejor. Me

apuré hasta el sillón y me senté, abrazando mi almohada rosa favorita

contra mi pecho—. ¿Lo hizo? ¿De verdad? No me estás mintiendo, ¿no?

—Pero piensa que eres un poquito rara y falta de personalidad.

Oh… no era tan bueno. Agarré el teléfono con consternación.

—¿En serio? ¿Estás segura? —Como si fuese una sorpresa. Me refiero a

seriamente. ¿Había alguna posibilidad de que él pensara que era

encantadora e interesante basándose en nuestra conversación? No

demasiada.

—No sé lo que le dijiste —dijo Erin—, pero si no vienes a la fiesta y te

redimes, dudo que vaya a querer ir en serio contigo.

Comencé a llenarme de ansiedad.

—¿Redimirme? ¿Cómo? —¿Había alguna posibilidad? ¿En serio?

—Sé divertida. Habla sobre algo que no sea piano. Coquetea.

Me mordí el labio y peleé contra una risa de pánico. No tenía

personalidad, no como la de mis amigas. Soy quien soy. ¿Cómo se

supone que puedo fingir una vida que no tengo?

—Tal vez no sea buena idea. Rafe llamó anoche y dijo que no estaba

de acuerdo en que saliera con Les. —Novio falso al rescate. Suspiré.

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Erin bufó disgustada.

—¿Y qué? Si Rafe no va contigo, es una pena. Tienes que ir. ¡Es el evento

del año! ¿No sabes que es el baile donde establecemos el grupo de

chicos con los que vamos a salir por nuestra completa carrera en la

secundaria? Si no empezamos a juntarnos con estos chicos, estaremos

haciendo la tarea los viernes por la noche durante los próximos cuatro

años, en vez de tener vida social. —Suspiró—. Tienes que ser parte del

grupo, Lily. Será horrible sin ti. ¿Por favor?

Oh, Dios. Tenía tantas ganas de ir.

—Erin…

Gimió.

—Mi madre está gritándome para que limpie mi habitación. Tengo que

irme. Hablaremos mañana en la escuela. La fiesta es el sábado a las 2.

Por favor, encuentra el modo estar ahí, ¿sí? Tengo que irme. Adiós.

Colgó y tiré el teléfono sobre el sofá. Rebotó y golpeó en el suelo. La

tapa de la batería voló y rebotó bajo la mesa de café, el teléfono sonó

y murió. ¡Era tan injusto!

Mamá abrió la puerta y metió la cabeza.

—Se acabó el tiempo. Práctica.

Salté y me apresuré al banco del piano.

—Mamá, necesito estudiar con Erin el sábado para un proyecto que

tenemos. ¿Puedo ir a su casa unas horas a la tarde?

Sus cejas se elevaron.

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—Tienes un recital.

Apreté mis puños y enganché mis pies alrededor de las patas del banco.

—No quiero ir.

Sus cejas se elevaron aún más.

—No puedes evitar un recital. ¿Qué te pasa?

—Mamá, ¡por favor! —No podía quitar la desesperación de mi voz—. Un

día libre. Es todo lo que quiero. ¿Por qué es mucho pedir?

—Porque tu audición está a dos semanas del sábado. La señorita

Jespersen dijo que necesitas ensayar.

¡Ah! ¡La audición otra vez! Era como una pesadilla demoníaca

acosándome, picoteándome el cerebro hasta que implosionara.

—Pero, ¿qué pasa si no quiero hacerlo?

Mamá frunció el ceño.

—¿Hacer qué? ¿La audición?

—No. —Crucé los brazos sobre mi pecho—. Piano. ¿Qué pasa si no quiero

tocar más el piano?

Un oscuro silencio cayó sobre la sala. El silencio era tan grueso que

pude sentirlo presionándome hacia abajo. No podía creer lo que había

dicho. Odié el piano durante tanto tiempo. Me quejé sobre eso. Pero

jamás se me ocurrió dejarlo completamente. No quería decirlo. Ni siquiera

lo había pensado, no realmente.

Pero ahora que las palabras estaban fuera, rondando, no quería

retirarlas. Sentí esperanza por primera vez en mucho tiempo, esperanza

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de que tal vez hubiera una forma de salir de esto. No más piano. Las

palabras me hacían estremecerme en anticipación. Sí, seguro, también

había culpa, y algo de sorpresa, pero debajo de todo eso, había una

sensación de fortalecimiento. Viva yo.

—¿Está Erin intentando convencerte de dejar de tocar el piano? —

preguntó mamá finalmente—. Porque si lo está, no quiero que pases más

tiempo con ella.

—No, no es Erin. Soy yo. ¿Por qué no puedo…?

El timbre sonó y una mirada de alivio se posó en la cara de mamá.

—Abriré la puerta.

Cerró la puerta con llave, sin dudar en llamar a la señorita Jespersen para

averiguar cómo lidiar conmigo, en cuanto se librara de quien fuera que

estaba en la puerta. No sabía quién me presionaba más, si mamá o la

señorita Jespersen. Juntas, eran demasiado.

Gemí y me desplomé nuevamente en el banco del piano, mi cabeza

golpeando la madera con un ruido sordo mientras me recostaba.

—Ou. —Apoyé mis pies sobre el piano en una muestra de total falta de

respeto por el instrumento y miré al techo, pensando en la fiesta, tratando

de imaginar cómo se suponía que podría estar ahí. ¿Fiesta o recital? No

había comparación. Quería ser libre para vivir mi vida, realmente lo

quería.

—Lily.

Ni siquiera miré a mamá.

—¿Quién estaba en la puerta?

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—La señorita Jespersen.

Hice una mueca.

—¿Dejó una lista de modos de tortura?

—No, no lo hice —dijo mi profesora de piano.

Ups. Quité mis pies del piano y me levanté, deseando que, por una vez,

pudiera arreglármelas para no hacer una total idiota de mí. Crusty

estaba al lado de mamá en la entrada con papá detrás de ellas. La

señorita Jespersen vestía un pantalón negro plisado y tacones

adecuados, papá aún estaba en su traje de trabajo. Todos me miraban

seriamente y sentí un destello de pánico subir a través de mi espalda.

Incluso pensar en Crusty como en la tía de Rafe no evitaba que quisiera

saltar por la ventana y escapar corriendo a los gritos. ¿Qué estaba

haciendo en mi casa? Este es mi mundo, el único lugar donde estoy a

salvo de ella y me rastreó como una asesina en una misión.

Tragué duro y levanté mi barbilla.

—¿Qué pasa?

Mis padres y la señorita Jespersen fueron hacia la sala familiar y se

alinearon en el sillón.

Me senté en el banco del piano, retorciéndome mientras esperaba que

atacasen.

—¿Dónde estuviste después de la escuela? —preguntó papá.

Sentí la sangre salir de mi rostro. ¿Cómo supieron que me salté de la

práctica?

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—Vine a las tres y media para dejar la mochila que te dejaste ayer —dijo

la señorita Jespersen—. No estabas aquí. Estaba tan preocupada que

tuve que venir esta noche para asegurarme de que todo estuviera bien.

Oh, no. ¡Estaba tan atrapada! Pero al mismo momento, la rabia empezó

a crecer dentro de mí. ¿Qué derecho tenía Crusty de venir a comprobar

si estaba e irles con el informe a mis padres? Todos sabemos que esa

noche no vino para asegurarse de que estuviera bien. Si esa hubiese

sido su única preocupación, el teléfono hubiese funcionado

perfectamente. Vino a informar a mis padres y meterme en problemas.

Mamá me miró de forma perspicaz.

—No sólo estamos preocupados de que, obviamente, nos mintieras

sobre dónde estabas, sino que la mayor preocupación es la audición.

No puedes permitirte tomarte un día libre de la práctica desde ahora.

Guau. ¿Estaban más molestos porque desperdicié tres horas de mi vida

en lugar del hecho de que les mentí y correteé por la ciudad sin permiso?

Pero, claramente lo estaban, porque nunca hubieran pensado en

preguntarme dónde estuve. Era algo impactante, de hecho. ¿Y si les

dijera que tengo una identificación falsa y que he estado bebiendo con

mis amigas? ¿Les importaría? Creo que no. Para ellos, no soy más que un

conjunto de dedos que tocan el piano. Sólo eso, nada más.

Crusty asintió, sus ojos malvados y demandantes como siempre, pero

cuando vi la mirada de fastidio en la cara de papá, fue demasiado.

Papá siempre se endulzaba sobre mi piano. Era el único que era mi

alivio, quien me preguntaba sobre la escuela y la tarea en la mesa al

cenar. A él realmente no le importaba si iba a los recitales y siempre

estaba feliz de llevarme a buscar helado en vez de tenerme ensayando

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cuando mamá no estaba. Y ahora, ¿llegaron tanto a él que me estaba

mirando como si lo hubiese decepcionado?

¡Suficiente!

—¡Deténganse! —Me puse de pie de un salto—. ¡Estoy harta de esto!

—Lily, siéntate —dijo mamá—. Ahora.

Pero papá puso la mano en su pierna y me miró.

—¿Harta de que, Lil?

—Del piano, de ser torturada, de no tener amigos ni vida. —Miré fijamente

a mamá y a la señorita Jespersen—. Que me digan que soy un fracaso

cincuenta veces por lección. ¡No soy una perdedora y estoy harta de

que ustedes intenten convencerme de que lo soy!

—Por supuesto que no eres una perdedora, ni un fracaso —dijo papá,

viéndose genuinamente sorprendido—. ¿Por qué habrías de pensar eso?

Apunté a Crusty.

—Porque ella me dice eso todo el tiempo.

Mis padres miraron a la señorita Jespersen y su dulce mirada de señora

mayor desapareció. Entornó sus ojos y me disparó una mirada hostil que

sin duda aumentaba las posibilidades de que mis padres creyeran que

era el demonio disfrazado. Le sonreí.

—Y mamá la apoya —agregué.

Era el turno de mamá para verse sorprendida.

—¡Te amo, Lily! ¡No critico tu piano!

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¿En serio? ¿De verdad cree eso?

—Lily, solamente estoy intentando empujarte a ser la gran pianista que

puedes ser —dijo la señorita Jespersen—. No te haría ningún favor si te

elogiara cuando…

Tapé mis oídos y apreté mis ojos cerrados.

—¡Cállese! ¡Sólo deténgase! ¡Ya no puedo soportarlo!

—¡Lily! —Mamá se veía horrorizada—. ¡Discúlpate con la señorita Jespersen

de inmediato!

—¡No! —Golpeé mis pies con frustración. ¿Por qué no pueden

escucharme?—. Solía ser talentosa, ¿sí? Pero ya no lo soy. Apesto en el

piano. —Corrí hacia el piano y levanté una pila de hojas de música—.

¿Ven esto? ¡No puedo hacerlo! —La arrojé a través del piso y los papeles

se desparramaron sobre la alfombra.

Mamá se atoró con su aliento, y me sentí alegre, porque significaba que

de verdad me escuchaba.

—Lily…

—Nunca podré estar a la altura de mi potencial, ¡ni siquiera aunque

practique hasta que mis dedos se conviertan en muñones sangrientos!

¡No puedo soportar toda esta presión y estoy cansada de no ser capaz

de tener una vida! ¡Lo odio! —Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas,

pero no me importaba. Déjalos ver lo que estaban haciéndome.

Papá entrecerró los ojos y pareció pensativo, mientras que mamá

enloquecía conmigo, diciéndome que no apreciaba las oportunidades

que me dieron, y Crusty empezó a hablar sobre llevarme a terapia para

manejar el estrés de ser una niña prodigio.

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Mi pecho subía y bajaba con sollozos, miré a papá y él me miró, ambos

ignorando a mamá y a Crusty. Normalmente papá no se involucraba en

las cosas del piano. Era un arreglo de mamá y la señorita Jespersen.

—¿Quieres dejar el piano? —me preguntó discretamente.

Mamá y Crusty se callaron rápidamente cuando asentí.

—¿Estás segura? —preguntó.

—Sí. —¿Realmente iba a dejarme hacerlo? ¿Podría realmente volverme

normal? Mi garganta se tensaba ante el pensamiento de no tener más

presión, nunca enfrentarme de nuevo a la amenaza del fracaso. Oh, Dios.

¿Realmente se acabó?

—No —susurró mamá con horror—. No puede renunciar.

La señorita Jespersen no dijo nada, pero me dio la mirada más rara,

como si nunca antes me hubiese visto.

—¿Por qué no lo mencionaste antes? —preguntó papá.

—¡Lo hago! Se lo digo a mamá todo el tiempo.

Ambos la miramos y ella palideció.

—Pero es tu sueño —dijo—. Sólo intento apoyarte a cumplirlo.

—No, mamá. Es tu sueño.

—¡Lily! —Mamá se veía enferma—. ¿Qué estás diciendo? ¡Te encanta el

piano!

—Solía hacerlo. Ahora lo odio. —No podía quitar la amargura en mi voz.

—Lily, ve arriba —dijo papá suavemente—. Necesitamos discutir esto.

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Agradecida por el aplazamiento, asentí y salí corriendo hacia la puerta.

Erin y yo pasamos las siguientes dos horas de tortura en el teléfono,

intentando predecir el resultado de la reunión cumbre en mi sala mientras

esperábamos la sentencia.

Finalmente, alguien golpeó mi puerta.

—¿Lily? —llamó papá—. ¿Estás aún levantada?

Di un salto.

—Están aquí —susurré.

—Tienes que llamarme en cuanto se hayan ido —ordenó Erin—. No

importa la hora. ¿Lo juras?

—Lo juro. —Corté y empujé el teléfono bajo mi almohada—. Sí, estoy

levantada.

Enrollé mis brazos a mi pecho mientras mamá y papá entraban en la

habitación. Cuando vi que no había ninguna profesora de piano al

acecho detrás de ellos, suspiré con alivio.

—¿Estás bien, Lil? —preguntó papá.

—Sí. —Los miré mientras se sentaban en mi cama, cada uno a un lado,

como si fuesen a evitar que me escapara—. ¿Qué pasa?

Mamá dobló sus brazos sobre su pecho y frunció los labios a mi padre.

—¿Hank? Díselo tú.

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Oh, conocía esa mirada. Mamá no estaba muy feliz con la decisión. Por

favor, que signifique que soy libre.

Pero podría decir por la sonrisa que me dio papá que no me estaba

saliendo con la mía.

—Haremos un trato contigo —dijo.

¿Un trato? Tenía potencial. Es más lejos de lo que había llegado antes.

—¿Qué clase de trato?

—Puedes dejar de tomar lecciones con la señorita Jespersen.

Mis ojos inmediatamente se llenaron de lágrimas y sentí como si mil kilos se

cayeran de mis hombros.

—¿En serio? ¿Lo prometen?

—¿Ella es realmente tan mala? —Mamá sonaba tan triste que no podía

decirle la verdad.

No dije nada. Me refiero a que tampoco iba a mentir. Tenía que dejar

de mentir en algún momento, ¿no? Era realmente difícil seguirle el paso a

todas las falsedades que estuve diciendo últimamente.

—Pero —siguió papá—. Todos estuvimos de acuerdo en que tienes

demasiado talento para renunciar a él.

Rechiné mis dientes y sentí toda la presión de nuevo en mis hombros.

—También nos dimos cuenta de que perdiste tu pasión por la música.

Amén a eso.

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—La señorita Jespersen dijo que vio a la antigua tú cuando estabas

tocando en la banda de su sobrino —dijo papá—. Dijo que estabas

realmente enérgica cuando tocabas el teclado.

Levanté mi mirada a su cara.

—¿Entonces?

—Por un mes, puedes dejar las lecciones de piano y prácticas regulares,

siempre y cuando ensayes con la banda de Rafe. Al parecer, es un

grupo de chicos de la escuela que se reúnen y ocasionalmente realizan

conciertos gratuitos. Sin presión. Sólo música para divertirse.

Mamá continuó.

—La señorita Jespersen cree que te ayudará a reencontrar tu pasión otra

vez.

—Pero… —¿Sentenciada a tocar con Mass Attack? Eran noticias

geniales, sin castigo. Lo juro, a veces los padres están completamente

locos, no es que esté quejándome. Dejé de abrazar mis rodillas tan

apretadamente y me senté con las piernas cruzadas en la cama—. Pero

ya tienen una tecladista. —Una chica muy linda que está saliendo con su

baterista, uno de mis novios falsos.

—La señorita Jespersen nos asegura que no será un problema. Rafe te

llamará esta noche para darte el horario de prácticas. —Papá

tamborileó mi pie con su dedo—. Si faltas a la banda sólo una vez,

volverás a las lecciones de piano con Crusty. ¿Lo entiendes? —Mamá

aclaró su garganta significativamente y papá sonrió abiertamente—. Me

refiero a la señorita Jespersen. No deberías llamarla Crusty, es grosero.

Page 89: The fake boyfriend experiment

89

Sonreí, de repente incapaz de contenerme. ¡Voy a tocar con Mass

Attack! Impresionaré a Rafe con mis maravillosos talentos en el teclado,

se enamorará de mí, cualquiera pensaría que soy genial porque estoy en

una banda y saliendo con un baterista caliente y mi vida sería perfecta.

—Estoy de acuerdo con el trato.

—Hay una cosa más que agregar —dijo papá.

—¡Lo que sea!

Sonrió ante mi energía.

—Es bueno verte contenta sobre la música otra vez, corazón. —Dio una

palmadita a la mano de mamá—. ¿No?

Asintió pero su boca estaba rígida. Tenía una mirada de culpa, pero no

iba a sentirme mal por eso.

—El resto del trato es que mientras estés tocando con la banda de Rafe,

te dejaremos posponer la audición al próximo semestre, por lo que

empezarás con el SMN para las vacaciones de verano.

El alivio se deslizó a través de mí.

—¿En serio? —El verano no debería ser tan malo. Podría estudiar para el

SMN parte del día y aún tener tiempo para mis amigos, a diferencia de si

hiciera esto durante la escuela. Y no podría ir de gira con Crusty si estoy

en el SMN, ¿o sí?—. Eso sería genial.

Mamá suspiró.

—¿Realmente no quieres ir al SMN?

Page 90: The fake boyfriend experiment

90

—No puedo soportarlo mamá. No en este momento. —Sólo el

pensamiento de no tenerlos presionándome dos semanas me dio la

mayor sensación de alivio y libertad.

Mamá empezó a protestar, pero papá apretó su mano.

—Dijiste que confías en la señorita Jespersen, Mary. Démosle a esto una

oportunidad.

¡No puede ser! ¿Fue todo una idea de la señorita Jespersen? ¿Tenerme

tocando con la banda de Rafe y posponer la audición? ¿Ella había

pensado en esto para mí? Tal vez Rafe tenía razón y su tía no era tan

mala. Tal vez. No estaba lista para ceder a este punto, pero para que

ella haya convencido a mamá de quitarme de las lecciones diarias…

guau. Ella y papá realmente deben haberla presionado.

El teléfono sonó de repente y mi corazón casi se me salió del pecho.

¿Era Rafe llamándome? ¿Cómo debería reaccionar? ¿Debería sonar

sorprendida? ¿Debería…?

Mamá levantó las cejas ante el sonido disminuido del teléfono, luego lo

agarró de debajo de mi almohada y lo sacó.

—¿Hola? —Suspiró y me alcanzó el teléfono—. Es Rafe.

Page 91: The fake boyfriend experiment

91

Traducido por Rodoni

Corregido por Aciditax

e quedé mirando el teléfono, mi corazón acelerado. ¿Rafe iba a

estar enojado porque estaba atrapado conmigo? ¿Y qué hay

de Paige? Probablemente se enojaría y Rafe la defendería,

¿verdad? De repente, todo mi entusiasmo se secó y me di cuenta de que

él no iba a estar feliz.

O tal vez él estaría entusiasmado. Quiero decir, habíamos tenido una

impresionante práctica juntos, ¿verdad? Y nos habíamos divertido mucho

cuando él me había llevado a casa. Por lo que, tal vez estaría bien con

esto.

¿Qué debo decir? ¿Debo cantar fuera de tono otra vez para recordarle

nuestra sesión de unión sólo para asegurarme? Mi madre movió el

receptor en mi cara.

—¿Lily?

Tomé el teléfono y lo apreté contra el pecho.

—¿Puedo tener un poco de privacidad?

—Por supuesto. —Mamá pasó la mano por mi cabello y luego dejó que

papá la llevara hacia fuera de la habitación.

M

Page 92: The fake boyfriend experiment

92

La puerta se cerró y yo tomé una respiración profunda. Rafe hacia

música, así que teníamos algo en común. Íbamos a estar juntos en una

banda. Él pensaba que yo tenía talento. Yo sabía que lo tenía. Por lo

tanto, estaría bien, ¿no?

Él no era como Les, un jugador de fútbol americano que pensaba que

era aburrida y extraña. Rafe era músico. Se había emocionado al

tenerme a mí tocando el teclado en lugar de alguien que no era tan

bueno como yo, ¿verdad?

Oh, hombre. No me estaba creyendo nada de eso. Él iba a estar

enojado y yo lo sabía.

Revisé mi cabello en el espejo, me puse un poco de brillo labial y

seguidamente me senté en mi banquillo rosa y crucé mis piernas. Tomé

una respiración profunda y puse el teléfono en mi oído.

—¿Aló? —Mi voz apenas tembló. Estaba en completo control.

—¿Lily? —Retumbó su profunda voz través de la línea telefónica y me

acurruqué mis dedos de los pies en la colcha.

Oh, guau. Me olvidé de lo increíble que era su voz.

—Sí, soy yo. —Bueno, entonces iba a pretender que esto estaba bien y

no le daría una oportunidad para que se enojara. Quiero decir, no era

culpa mía, ¿verdad? Además, teníamos una conexión. Iba a estar bien.

Incluso divertido. Comencé a emocionarme de nuevo—. Mis padres

acaban de venir y me dijeron que estoy en tu banda durante el siguiente

mes. Genial, ¿eh?

Page 93: The fake boyfriend experiment

93

—No sé qué truco hiciste para conseguir que mi tía viniera esta noche y

me ordenara que sacara a mi propia novia de la banda, pero es una

mierda total —gruñó Rafe—. ¿Qué te pasa?

Mi euforia de evaporó en la ira de Rafe.

—¡No fue mi idea en absoluto! Les dije que quería renunciar al piano y

luego vinieron aquí y me dijeron que tenía que tocar en tu banda.

—No me importa. Paige está furiosa conmigo. ¿Crees que eres especial

porque vas a St. Mary y tienes esta pequeña vida perfecta y todo el

mundo te dice que eres una niña prodigio? Bueno, olvídalo. No tienes

derecho a arruinar mi vida sólo para que puedas tener al mundo

adorándote.

—Rafe. —Salté sobre mis pies, la ira hirviendo dentro de mí. ¿Qué pasaba

con toda esta gente pensando que estaba bien darme lastima todo el

tiempo? Yo no había hecho nada malo, ¡y estaba cansada de eso!—.

¡Cállate!

Hubo un largo silencio.

—No tienes derecho a decirme que me calle.

—¡Tú no tienes derecho a acusarme por nada de esto! ¿Crees que quiero

estar contigo todo el día? ¡Olvídalo! Mi novio también va a estar

completamente molesto, ¡así que estoy en el mismo barco! —No me iba a

sentir mal por esa mentira. Se lo merecía—. ¡Así que detente! ¡Quería dejar

el piano y no quedarme atrapada ensayando con una tonta banda!

Hubo una inhalación brusca a su lado.

—Mi banda no es tonta.

Page 94: The fake boyfriend experiment

94

Me calmé un poco a la sorpresa de su voz.

—Bueno, quizás tu banda no lo sea, pero estás siendo un idiota.

—¿Soy un idiota?

—Sí. —Casi podía sentir su ira vibrando en la línea telefónica. Atravesé la

habitación y me miré en el espejo. Mi cabello era de locos por estar

echada en la cama esperando a mis padres. Mi cara estaba roja y mis

ojos estaban ardiendo. Guau. Lucía un poco como una chica con

actitud, no una debilucha pianista. Agarré el fondo de mi escritorio

blanco mientras la energía me recorría—. Me estás acusando de cosas

que no hice y ni siquiera me estás dando la oportunidad de explicarme.

—No necesito una explicación. Paige y mi banda eran las únicas dos

cosas buenas en mi vida y lograste arruinar ambas.

Si no había otra opción estaría sufriendo esto durante todo el siguiente

mes. Sólo porque Rafe estuviera buenísimo y fuera un gran baterista no

significaba que valiera la pena mi tiempo.

—¡Muy bien! ¡Iré a buscar a mis padres y les diré que no voy a hacerlo!

—¡No importa! —protestó Rafe—. Mi tía decidió que esto es lo que hay

que hacer para salvar tu preciosa carrera y ella no se retractará, no

importa lo que hagas. Tu carrera a cambio de mi vida. —La hostilidad en

su voz me dijo exactamente lo que pensaba de ese intercambio.

De repente, me detuve, justo en el medio de la habitación, un feo

entendimiento se me ocurrió.

—¿Todo esto es una prueba, ¿cierto?

Hizo una pausa.

Page 95: The fake boyfriend experiment

95

—¿De qué estás hablando?

—Una prueba. Para ver si realmente soy el fracaso que creen que soy. —

Cerré los ojos y me senté en mi cama, el delgado edredón rosa

esponjándose a mí alrededor. La banda había sido divertida sólo ese

día porque lo había hecho por mí misma. Unirme a la banda porque la

tía de Rafe estaba tratando de salvar mi carrera no sería diferente de las

clases de piano. Esto era simplemente más presión, una forma más de

fallar. Apoyé la mano en mi frente. Sólo que esto era incluso peor, porque

ahora realmente me había hecho enemiga del hombre que me hacía

sonreír—. Olvídalo, Rafe. No voy a hacerlo. —Me sentí enferma de nuevo—

. Dile a Paige que está dentro.

Rafe se quedó callado por un momento.

—¿Hablas en serio?

Me miré en el espejo de nuevo y esta vez vi la cara que estaba

acostumbrada a ver. Mejillas pálidas, boca apretada, los ojos azules

mirando preocupados y tristes. No quería ser así y Crusty me volvió esa

chica. Olvídenlo. Ya estaba harta. Harta.

—Sí. —Oh, sí, lo decía en serio. Ya había tenido suficiente. Yo no podía

seguir con esto. Quería salir. Rafe había sido la única luz brillante en mi

vida y la banda había sido un buen momento único, y no iba a arruinar

ambos.

Él suspiró.

—Lily, no puedes renunciar ahora.

Page 96: The fake boyfriend experiment

96

—No, voy a hacerlo. —Salté de la cama y salí de la habitación hacia la

puerta—. Sólo voy a decirles que el piano se ha acabado para mí, de

todas formas. Ni banda ni nada. No pueden obligarme.

—Olvídalo, Lily. Es demasiado tarde para eso.

Abrí la puerta y la abrí de golpe.

—No, no lo es. —Levanté mi voz—. ¿Mamá? ¿Papá? ¿Dónde están?

—Abajo —gritó mamá y empecé a correr por las escaleras, mi corazón

latía con la enormidad de lo que iba a hacer. Este era el paso final. No

más piano. Jamás. ¿De verdad quería hacer esto? Tenía que hacerlo.

Sabía que tenía que hacerlo. No podía hacerle frente un minuto más. No

quería mirar a esa chica en el espejo nunca, nunca más

—¡Lily! ¡Espera! —dijo Rafe.

Salté sobre los tres últimos escalones, golpeando mi pie desnudo en el

piso de madera pulida.

—¿Qué quieres, Rafe? Tengo que irme. —Caminé por el pasillo hacia la

sala de estar, donde mis padres estaban acurrucados en el sofá en una

profunda conversación. El brazo de mi padre estaba alrededor de

mamá y parecía que podrían haber estado llorando. La culpa me

recorrió cuando ambos miraron hacia arriba.

Rafe soltó un gruñido de fastidio.

—Mi tía estará encima de mí sí me niego a hacerlo. Me culpará y hará mi

vida miserable. —Un sonido que sonaba como un choque vino de su

lado.

Page 97: The fake boyfriend experiment

97

Dudé. Oh, hombre. Totalmente podía creer que la señorita Jespersen lo

hiciera sufrir si pensaba que Rafe me hizo dejar el piano para siempre. Si

yo tocaba en la banda, él me odiaría por echar a perder Mass Attack y

su relación con Paige por un mes, pero si no lo hacía, arruinaría la banda

para siempre porque Crusty se la prohibiría a Rafe.

Gemí y me recostó contra el marco de la puerta, apoyando mi cabeza

contra la madera, sin entrar a la sala. Aún.

Como si quisiera tratar con su actitud durante un mes, pero ¿cómo iba a

empujarlo hacia el despiadado camino de su tía lleno de tormentas y

destrucción? No podía abandonar a un compañero víctima,

especialmente porque de todos modos era mi culpa. Pero no quería

tocar sólo para hacer feliz a Crusty. No quería más presión. No podía

soportar la tensión. No sabía qué hacer. Había estado tan emocionada

de tocar con Mass Attack por diversión, pero ahora todo parecía tan

enredado y desastroso.

¿Qué es lo que quería? ¿me refiero a real y verdaderamente? Lo supe de

inmediato. Quería otro día como el que había tenido tocando con la

banda de Rafe. Cantando, riendo, bailando y dejando que la música

me llenara y saliera fuera de mí. Yo quería tocar por diversión, sólo

porque me daba la gana. La emoción corrió a través de mí ante la idea

de la oportunidad de hacerlo de nuevo.

El único lugar en que podía hacerlo era en la banda de Rafe, pero si

Crusty aparecía, haría que toda la libertad se esfumara.

—¿Tu tía planea asistir a los ensayos?

Rafe hizo un bufido de protesta.

—Dios, espero que no.

Page 98: The fake boyfriend experiment

98

—Espera. — Aún apoyada en el marco de la puerta, tomé el teléfono

lejos de mi boca y volví la cabeza hacia mis padres—. ¿La señorita

Jespersen va a venir a los ensayos?

Mi madre miró a papá.

—Creo que está planeando pasarse, cariño. No para entrenarte, sólo

para vigilarte.

Rafe oyó su comentario.

—De ninguna manera —protestó—. ¡Eso está muy mal!

—Olvídalo, mamá. —Crucé mis brazos sobre mi pecho—. No voy a tocar

en la banda si ella va a estar allí.

—Lily —dijo Rafe—. No me hagas esto.

No le hice caso.

—O hago esto de la banda por mi cuenta, sin interferencia de ambas, o

dejo el piano por completo. —Era la única solución que se me ocurrió al

final, con Rafe sin odiarme para siempre y yo no perdiendo la cordura. La

verdad es que yo quería tocar en la banda. Por diversión. Por mí. Sin

Rafe odiándome. ¡El otro día cuando yo había tocado con ellos había

sido lo más divertido que había tenido en mucho tiempo! y no estaba

dispuesta a dejarlo ir. Enfoqué mi mirada en papá, porque él era el único

que podría ir en contra de la señorita Jespersen.

—¿Papá? ¿Puedes hacer que se quede fuera?

Papá asintió.

—Está bien. —Puso su mano en el brazo de mamá antes de que ella

pudiera negarse—. Lily necesita esto. Deja que lo haga.

Page 99: The fake boyfriend experiment

99

Mi mamá me dio una mirada dura.

—Es mejor que estés en el teclado. Sentarte en la misma habitación y sólo

mirar no cuenta.

Sonreí, el alivio se difundió a través de mí. Lo había hecho. Lo tenía de la

manera que yo quería. Tenía otra oportunidad de sentir lo que sentí ese

día que había tocado con Rafe y su banda.

—Por supuesto que voy a tocar cuando esté allí —le dije—. Gracias.

Mi padre me dio un pulgar hacia arriba y mamá consiguió esbozar una

sonrisa preocupada. Di media vuelta y me marché, poniendo el teléfono

junto a mi boca.

—¿Feliz, Rafe? —Yo estaba feliz. Aliviada. Quería tocar y Rafe también

quería que tocara, incluso si se trataba simplemente de evitar una tortura

mayor que Crusty. Puede que no fuera perfecto, pero estaba tan

emocionada de probarlo.

—Casi lo arruinas —dijo Rafe, sonando aún de mal humor—. ¿Estás loca?

¿No me has oído decirte que si tú abandonas mi tía nunca dejará que lo

olvide?

Sonreí, demasiado aliviada para ofenderme por cómo sonaba de

gruñón.

—Tocaré con una condición.

Él gimió.

—¿Qué condición?

—No serás un idiota conmigo todo el tiempo.

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100

Él soltó un bufido.

—Está bien. Voy a ser un idiota sólo una parte del tiempo.

—¡Rafe!

Él tosió para disimular la risa. Idiota.

—Seis en punto, mañana en Mueller-Fordham. Planea quedarte hasta

tarde. Tenemos un concierto en una semana, el sábado, y tú tienes un

montón de música que aprender.

Me tropecé en la escalera.

—¿Un qué?

—Concierto. Nos reservaron para tocar en un baile de la escuela

secundaria. Nos vemos.

Me quedé mirando el teléfono. ¿Un concierto? Al igual que un recital de

piano disfrazado, sólo que esta vez tendría a Rafe mirándome en vez de

mi profesora de piano cerniéndose sobre mí.

Esto apestaba completamente. ¿En qué me había metido?

Pero no podía dejar de sonreír. Sí, podría haber alguna mala actitud al

comienzo, pero mi vida de repente se volvía interesante. Loca e insana y

no tenía idea de cómo iba a resultar, pero estaba emocionada por

descubrirlo.

Page 101: The fake boyfriend experiment

101

El viernes, cinco minutos antes de las seis, la madre de Erin se detuvo

delante del Mueller-Fordham para dejarme en la práctica de la banda.

¡Ensayo de banda! ¿Cuánto de mejor sonaba que clases de piano? Yo

estaba ascendiendo, sin duda. La madre de Erin nos había llevado a

nosotras cuatro al centro comercial a comprar bikinis nuevos para la

fiesta en la piscina el sábado, a la que estaría asistiendo ya que no

tenía un recital. Estaba tan emocionada, pero también nerviosa. No era

como si las cosas hubieran ido bien con Les el jueves y, ahora, ¿iba a

tener que encontrar una manera de ser interesante toda una tarde?

¡Mientras usaba un bikini!

Nunca antes había usado un bikini. Ahora lo hacía. Negro. Totalmente

sexy. Me sentía desnuda en él y de ninguna manera iba a llevarlo puesto

a la fiesta en la piscina en frente de los chicos. Estaba por llevar mi

camisa por encima.

Lo compré de todos modos, porque, bueno, tuve que hacerlo. Como si

pudiese no haberlo hecho cuando Val, Delilah y Erin se habían

comprado bikinis. Aunque tenía que admitir que estaba un poco

emocionada. De verdad.

Había estado tan exaltada de pasar la tarde con mis amigas, pero en

realidad, había sido algo miserable. No hay nada como descubrir que

eres la única que todavía lleva un sujetador elástico blanco de niña

como para hacer que te sientas como una idiota. Mis amigas habían ido

a Victoria Secret durante el verano y se habían comprado sujetadores

de verdad.

Habría sido muy amable por su parte si me hubiesen dicho eso antes de

que me quitara mi polo y todas comenzaran a reírse. Ni siquiera mi

piercing en el ombligo había sido suficiente para salvarme. Pero eso

Page 102: The fake boyfriend experiment

102

había terminado, porque la madre de Erin me había comprado un nuevo

sujetador que tenía relleno y encaje, además de que estaba a punto de

ir a la práctica de banda con mi novio falso. ¡Ensayo de banda! ¡Un

baterista tatuado! ¡Teclado! Quiero decir, realmente, ¿es genial o qué? Y

estaba aún con ropa que me gustaba: un par de pantalones rasgados

que estaban demasiado apretados para cualquier pianista adecuado y

un top de tiras que se cortó tan bajo que Crusty probablemente diría

que es obsceno. ¡Me encantaba! Por primera vez en mucho tiempo, en

realidad estaba esperando salir del auto e ir a la escuela de música.

Por supuesto, eso podría tener algo que ver con el hecho de que

estaba a punto de ir a tocar con Rafe. ¿Lo creen?

Tal vez tendríamos nuestra propia sesión de un concierto privado como

el que tuvimos la última vez, cuando habíamos conectado totalmente

nuestra música.

—¿Podemos ir contigo? —preguntó Val—. Quiero conocer a Rafe.

Oh... sí, eso sería una buena idea. No.

—No. —Abracé mi bolsa de la compra en mi pecho al recordar que Rafe

no estaba todavía completamente en el club de fans de Lily en el

momento. Mi entusiasmo se desvaneció, drenado por el recuerdo de que

había estado enojado conmigo por ser obligado a usarme como su

tecladista. Después de mi humillación de esa tarde, no estaba para

hacer frente a la hostilidad de Rafe. ¿No se suponía que mi primer día

libre de la existencia de Crusty fuese perfecto?

—¿Por qué no podemos conocerlo? —Val me dio un codazo, sus oscuros

rizos castaños cayendo violentamente sobre su hombro—. ¿Rafe existe

Page 103: The fake boyfriend experiment

103

siquiera? ¿Quién quiere apostar a que hoy Lily va a sus clases de piano

como siempre?

La madre de Erin nos miró, con sus gafas de sol encaramadas en lo alto

de su cabeza.

—Val. Ya basta.

Le sonreí y ella me guiñó un ojo. Me encantaba la madre de Erin. Es más

genial que la mía. Siempre llevaba jeans y camisetas y el cabello en una

media cola de caballo. Era totalmente casual, pero siempre se veía

magnífica y divertida. Estaba relajada y siempre me sentía mejor pasando

el tiempo con ella.

Delilah abrió la puerta y salió del auto.

—Estoy de acuerdo con Val. No creo que Rafe exista. Si Lily realmente

estuviera saliendo con un chico ardiente, no seguiría usando sujetadores

de niña. Vamos a ver si este baterista ficticio realmente existe. Apuesto a

que su nombre es Albert, que tiene doce años y toca el oboe, ¿verdad,

Lil?

—No, ¡estás equivocada! —Estiré mi mano y agarré su muñeca cuando

ella comenzó a caminar a la escuela de música—. ¡Hey! No entres.

Val se apresuró a salir del auto y se unió a nosotros en la acera.

—Confiesa, Lily. Nos has estado mintiendo desde que la escuela

comenzó.

Mi corazón empezó a martillar y tragué. Oh, hombre, ¿iba a ser expuesta

en este momento, verdad? ¡Justo cuando las cosas finalmente estaban

empezando a encajar!

Page 104: The fake boyfriend experiment

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—Vuelvan al auto, niñas —dijo la madre de Erin, con impaciencia,

lanzándome una mirada comprensiva que me hizo darme cuenta de que

ella también pensaba que estaba mintiendo y que estaba tratando de

salvarme de la exposición—. Tengo una cita en la peluquería en veinte

minutos y tengo que darme prisa.

Erin inmediatamente salió del auto y se quedó a mi lado.

—Yo creo a Lily.

El alivio se apoderó de mí y le sonreí a Erin. Al parecer, todavía tenía una

verdadera amiga que estaba dispuesta a creer que por lo menos había

una posibilidad de que realmente tuviera una vida.

—Y ella nos llevará allí y lo demostrará y luego ustedes dos se verán

como unas tontas —finalizó.

O no.

Erin entrelazó su brazo con el mío y me miró.

—Vamos, Lily.

Antes de que pudiera llegar a una excusa, Rafe estacionó en el

aparcamiento con su jeep negro. El motor rugía y la música sonaba a

todo volumen desde sus altavoces con un ritmo pulsante que hizo que

golpeara todo mi cuerpo. Rafe. Estaba con gafas de sol, una chaqueta

vaquera y su cabello estaba desordenado por el viento. Mi corazón

empezó a correr. ¿Este fue el tipo que tenía mi número de teléfono y me

trajo a casa? Guau. Era mucho más genial de lo que me había dado

cuenta.

Val contuvo el aliento cuando él se bajó del Jeep.

Page 105: The fake boyfriend experiment

105

—¿Quién es?

Por favor, no dejes que me vea. Si él se acercaba y me gritaba por

arruinar su relación con su novia actual mientras yo estaba con mis

amigas, mi vida habría terminado. Para siempre.

—Está buenísimo. —Estuvo de acuerdo Erin, esponjando su cabello tan

rubio que parecía que incluso brillaba con los rayos del sol—. Estoy

enamorada.

—Yo también. —Delilah se escondió una de sus muchas trenzas diminutas

detrás de la oreja y se alisó el collar de macramé—. ¿Me veo bien?

Sonreí a la forma en que estaban babeando sobre él. Sí, ese era mi

chico, el que querían. Bueno, de algún modo era mi chico... "de algún

modo " era la frase operativa ...

Rafe nos miró. Por supuesto que lo haría. Había cuatro niñas de pie en la

acera justo delante de la escuela. Como si no se diera cuenta. Echó un

vistazo al grupo y sentí el calor de mis mejillas hasta que su mirada cayó

sobre mí. Su boca se apretó muy ligeramente y supe que seguía enojado.

¡Maldición!

Tenía que salir del apuro antes de llegase a nosotras y me expusiera

delante de mis amigas. Pero, ¿cómo iba a hacerlo? Si me excusaba, todo

el mundo sabría que había estado mintiendo todo el tiempo.

Sólo había una opción. Si no funcionaba, estaba muerta.

Tiré mi brazo de Erin y corrí a través del aparcamiento hacia Rafe para

interceptarlo antes de que pudiera llegar al alcance del oído de mis

amigas. Sus ojos se abrieron cuando me vio correr hacia él y levantó los

brazos como si fuera a rechazarme.

Page 106: The fake boyfriend experiment

106

Me lancé hacia él. Mi cuerpo se estrelló contra él con un ruido sordo y

lancé mis brazos alrededor de su cuello.

—Rafe —dije en voz alta lo suficiente para que mis amigas lo escucharan.

Gruñó por el impacto y me agarró por la cintura para impedir que nos

golpeáramos contra el suelo. El corazón dio un vuelco a mis pies mientras

sus brazos estaban alrededor de mí. Podía sentir su cuerpo contra el mío,

puro músculo y fuerza bruta. Guau.

Rafe me puso de nuevo hacia abajo, con las manos aún en mis caderas

para que yo no le saltara de nuevo. Su rostro era cauteloso y parecía

que tenía miedo que me hubiera vuelto loca.

—¿Qué fue todo eso?

Sabía que mis amigas no podían oírnos, siempre y cuando habláramos

en voz baja. Puse mis manos alrededor de sus brazos, como que los

estaba usando para mantener el equilibrio. Sus bíceps flexionados bajo

mis palmas, ondulando sus músculos haciendo que mi cuerpo entero

cosquilleara.

—Quería disculparme por conseguir aspirarte a mi miserable vida —le dije,

mi voz un poco sin aliento mientras me obligaba a curiosear mis manos

por sus brazos—. Tu vida ya es bastante mala y lo siento. —No tenía la

intención de pedir disculpas, pero de repente, parecía que es lo que

había que hacer. Sí, no había irrumpido en su banda a propósito, pero

aun así, era mi crisis la que había provocado que Crusty llegara a esa

solución.

Sus cejas se alzaron por la sorpresa, sus ojos oscuros tan malditamente

intensos incluso en el sol de la tarde.

Page 107: The fake boyfriend experiment

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—¿Lo sientes? ¿En serio?

—Sí. —Lo sentía, pero al mismo tiempo, todavía seguía siendo injusto

cómo me había tratado. Así que le di un golpecito en el pecho—. Pero

aún eres un idiota por cómo me trataste anoche.

La comisura de su boca se curvó hacia arriba y me soltó la cintura para

apartar mi flequillo de mi cara. Cuando mi padre hacía eso, me sentía

como si estuviera tratándome como a una niña pequeña. Cuando Rafe

lo hacía, sentía que mis piernas se volvían inestables y se me olvidaba

cómo respirar.

—Yo también siento lo de anoche —dijo.

Parpadeé y esta vez tuve que aferrarme a él de verdad para no caer

otra vez en la sorpresa. Nunca había esperado que Rafe se disculpara.

Había estado tan molesto y él simplemente era... bueno, demasiado

genial.

—¿Qué?

Él se encogió de hombros.

—Hablé con mi tía después. Ella dijo que no tenías nada que ver con

eso.

Levanté la barbilla.

—Te dije que no lo hice.

—Lo sé. Lo siento por saltar sobre ti. Conozco a mi tía lo suficientemente

bien que debería haberme dado cuento de que ella nos juntó

injustamente a los dos. —Se encogió de hombros, un poco incómodo—. El

punto es que lo siento. Fui un idiota y no te lo merecías.

Page 108: The fake boyfriend experiment

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—Oh. —Bueno, eso fue un poco agradable. ¿Todavía tengo que estar

enojada con él?

Le dio un tirón mi cola de caballo y pensé que iba a morir allí mismo, a

partir de la sensación de su mano a la deriva sobre las puntas de mi

cabello mientras oh… tan poco a poco las dejaba ir.

—Entonces, ¿qué dirías de una tregua? Estamos atrapados juntos por un

mes, ¿no? También podríamos lidiar con eso.

Sonreí, mi corazón acelerado.

—Supongo que puedo perdonarte. Pero sólo porque eres un buen

baterista, no porque te lo merezcas.

Él se rió entre dientes.

—Esa actitud. ¿Cómo es que tu novio la soporta?

Oh, cierto. Me olvidé de mi novio. Él tenía una novia. Yo tenía un novio.

Que estirara de mi cola de caballo no significaba nada. Rayos. Suspiré.

—Mi novio piensa que soy una diosa. Tiene razón, por supuesto.

Su sonrisa se hizo más amplia.

—Serías imposible como novia, ¿lo sabías?

Mi sonrisa vaciló. ¿Pensaba que iba a ser una novia mala? Por un

segundo, me sentí totalmente deprimida, entonces algo me golpeó.

¿Qué estaba haciendo? No era como algo que iba a pasar entre

nosotros de todos modos, ¿no? Iba a tocar en su banda, y Rafe y yo

éramos amigos de nuevo. Eso era lo más lejos que podíamos llegar. ¡No

dejaría que la cosa novio/novia arruinara la única cosa buena que tenía

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en mi vida ahora mismo! Entonces lo golpeé con mi mirada más

arrogante, la que usaba cuando me sentía muy asustada en un recital y

no quería mostrarlo.

—Sólo estás celoso. —Giré lejos con un movimiento de cabello y

comencé a caminar hacia el edificio.

Se echó a reír a carcajadas y me sonrió mientras me apresuraba a pie.

Miré de reojo a mis amigas mientras Rafe me alcanzaba y abría la puerta

para mí. Todas estaban mirándonos con la boca abierta y sorprendidas.

La mirada de incredulidad fue casi suficiente para compensar el hecho

de que Rafe pensara que sería una novia terrible.

Casi, pero no del todo.

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110

Traducido por sooi.luuli

Corregido por Aciditax

ntré al salón de práctica unos minutos después y Chris me sonrió

ampliamente. Llevaba unos jeans azul oscuro y una camisa gris

descolorida cubierta de manchas de pintura.

—Me alegro de tenerte de vuelta, Lily.

Inmediatamente me relajé bajo su calidez y sonreí de vuelta.

—Fui torturada.

—Eso escuché. —Su cabello rubio era en cierto modo ondulado y me di

cuenta de que en realidad tenía los ojos azules. ¿Cómo podía no

haberlos notado antes?

Una mano pesada aterrizó en mi hombro y levanté la vista para

encontrar a Rafe de pie, a mi lado, frunciendo el ceño.

—No has conocido a nuestro bajista. Lily, este es Nash Lyons. Nash, Lily.

Nash estaba afinando su guitarra, pero levantó la vista y me dio un

asentimiento. El pelo de Nash podría haber sido marrón oscuro, pero

estaba cubierto mayoritariamente por la gorra de los Red Sox azul

descolorido que estaba llevando. También llevaba unos pantalones de

E

Page 111: The fake boyfriend experiment

111

camuflaje que eran tan viejos que literalmente estaban desenredados en

los dobladillos y un cordón de cuero negro estaba alrededor de su

cuello con la letra "S" colgando. Asintió de vuelta hacia mí y entonces

volvió a su instrumento.

—Nash por estos días no dice mucho —dijo Rafe.

¿Por estos días? ¿Había habido un tiempo donde era hablador? Lo

estudié más de cerca y vi una gruesa cicatriz roja asomándose del cuello

de su camisa, como si su cabeza hubiera sido casi arrancada de su

cuello. ¿Qué le había pasado?

—Aunque sabe un montón. —Rafe apretó su agarre en mi hombro, me

alejó de Chris y me condujo hacia el teclado de la esquina—. Si yo no

estoy aquí, Nash es el único al que deberías ir con las preguntas.

Chris bufó y yo le eché un vistazo. Me guiñó un ojo.

—Soy el experto.

—No tengo duda —contesté, entonces sonreí cuando el ceño de Rafe

se profundizó. Le di un codazo—. Relájate, Rafe. Sólo estamos jugando

contigo.

—Estamos aquí para tocar, no para socializar.

Chris puso sus ojos en blanco y Angel guiñó un ojo.

—Tú nunca imaginarías que Rafe solía ser divertido, ¿o sí?

Rafe le echó un vistazo a Angel.

—Vete al diablo, Angel.

Page 112: The fake boyfriend experiment

112

—¿O qué? —No parecía en absoluto preocupada por él mientras

rasgueaba la guitarra, afinándola—. Dejaste de tener cualquier entrada

a mí cuando dejamos de salir.

¡Lo sabía! Había habido un trasfondo de algo entre ellos ese primer día.

Eso significaba que Rafe no sólo tenía una novia actual en su banda,

sino que también una atractiva ex novia. Estaba completamente

sobrepasada en número.

Rafe apretó mi hombro.

—Ignórala.

Dirigí una mirada hacia él, lista para enderezarle su actitud por intentar

decirme qué hacer, pero apreté mis labios ante la mirada de dolor en los

ojos de Rafe. ¡Estaba molesto por lo que Angel había dicho! ¿Por qué?

¿Porque había señalado que ya no estaban saliendo? ¿O porque dijo

que solía ser divertido?

Rafe caminó hacia el teclado. Se inclinó sobre él, escondiendo su rostro

de mí mientras dejaba que sus dedos volaran sobre las teclas. Tocó una

rápida melodía con tanto talento que literalmente me quitó el aliento.

—Esa es la melodía que quiero que toques. ¿Lo tienes? —Levantó la vista

cuando no le respondí—. ¿Qué?

¿Cómo podía responderle? Estaba muy conmocionada.

—Eres increíble en el teclado. —Estaba más allá de lo increíble. Era

mágico, igual que en la batería.

Finalmente sonrió y arrastró sus dedos por encima del teclado.

—Toco un poco.

Page 113: The fake boyfriend experiment

113

—Y la guitarra —se quejó Angel—. La única razón por la que necesita al

resto de nosotros es porque no tiene suficientes manos como para tocar

todos los instrumentos. Ese es el por qué piensa que está a cargo de la

banda, porque puede hacer cualquier cosa cuando se trata de música.

Encontré su mirada.

—Excepto cantar —susurré. Nuestro pequeño secreto. Había una cosa

relacionada con la música que él no podía hacer y la había compartido

conmigo.

Él sonrió y tocó su dedo índice con sus labios.

—Shh.

Mi corazón saltó en mi pecho mientras intercambiábamos miradas, su

dedo aún presionado contra sus labios. Era nuestro momento, el

intercambio de algo que nadie más sabía.

Me guiñó un ojo y entonces se alejó, rompiendo la conexión.

—Está bien, comencemos. Esta noche tengo que ponerme en marcha

temprano.

Angel alzó sus cejas, viéndose sorprendida.

—¿Temprano? ¿Desde cuándo sales disparado temprano? Es viernes por

la noche. ¿No deberíamos estar aquí hasta la medianoche?

¿Medianoche? Era peor que Crusty. Y Angel tenía razón.

—Dijiste que esta noche estaríamos ensayando hasta tarde porque

tenemos que estar listos para el recital en la secundaria —dije.

Page 114: The fake boyfriend experiment

114

—Concierto —corrigió Chris—. Dios me ayude si alguna vez tuve que

hacer un recital, creo que mi cabeza produciría beneficios secundarios.

Concierto. Cierto. Tenía que recordar eso.

—Tengo que salir con Paige —murmuró Rafe mientras se sentaba en su

batería—. Hoy está de malhumor.

Oh... sí... porque la habían echado para hacer espacio para mí. Podía

imaginar que hoy no le iba a dar a Rafe todo el amor. Me aclaré la

garganta y dije algo importante sobre hojear la partitura. No era mi

culpa y no iba a sentirme mal por Paige. Sí, por eso mi estómago dolía

ante la mención de su novia. Culpa. No celos ni cualquier cosa así de

estúpida.

Empezamos con una nueva canción, la única de la que Rafe me había

mostrado la melodía. Eché a perder la primera vez. Hice una mueca,

escuchando la voz de Chris en mi cabeza sobre cómo tenía que

esforzarme más.

—Lo siento. —No levanté la vista y lo intenté una vez más, jodiendo las

notas de nuevo—. Lo siento. —Oh, Dios. Ya era un fracaso.

—Hey, Lily.

Levanté la mirada.

—¿Qué? —Iba a echarme, ¿no?

Me sonrío. No con una sonrisa burlona, sino con una sonrisa genuina,

pero no ayudó a mi estrés.

—Lo estás haciendo genial.

Sacudí mi cabeza.

Page 115: The fake boyfriend experiment

115

—No, soy terrible. Sé que lo estoy fastidiando y prometo que lo

conseguiré. Estoy intentándolo, en serio.

—Relájate, Lily —dijo Chris.

Lo miré por encima, sorprendida por el gentil tono en su voz. No parecía

enojado.

Sonrió ampliamente.

—A Paige le costó un mes incluso averiguar en qué tecla estaba.

Créeme, ya estás muy por delante de donde ella nunca estuvo.

Frenéticamente, saqué el cabello de mis ojos.

—No importa. Soy mejor que esto. Los estoy decepcionando y...

—Bien, banda, vamos a cambiar de canciones —interrumpió Rafe—. La

nueva canción de JamieX. ¿Todos a bordo?

Casi lloré de alivio. Sabía que esa podía hacerla. No necesitaba música.

Le di a Rafe una mirada de agradecimiento y él me guiñó un ojo.

Rafe comenzó con la introducción de la batería de la canción y sentí

que el ritmo se movía lentamente en mis entrañas, más allá de mi

vergüenza. Nash y Angel comenzaron a tocar con sus guitarras y sentí

que la canción se entregaba a mí.

Chris asintió.

Tomé un profundo respiro y comencé a tocar. Mantuve mi atención

centrada rigurosamente en las notas repartidas por la partitura. Alcancé

cada nota con cuidado y precisión, asegurándome de acertar en

todas, determinada a ir a través de ellas sin errores.

Page 116: The fake boyfriend experiment

116

Rafe se salió de la partitura y comenzó a desafiarme de la misma manera

en que lo había hecho la última vez que tocamos juntos. Sacudí mi

cabeza hacia él. No podía hacer eso esta noche. Tenía que

concentrarme.

Él continuó tocando. El desafío deslumbraba en sus ojos y finalmente le

saqué la lengua.

Sonrió y lo amplificó aún más.

Bien. Seré de esa manera. Dejé la partitura y comencé a improvisar con

él.

El resto del grupo dejó de tocar, mientras Rafe y yo tocábamos con más

fuerza, lanzándonos a la música.

Cerré mis ojos y dejé que la canción invadiera mi cuerpo mientras mi

corazón colapsaba al ritmo de la batería de Rafe. Nos abrimos paso a

través de la canción sin detenernos, terminando en una batalla entre

Rafe y yo que sacudió las paredes. Él terminó con un brillante sólo de

batería y luego arrojó sus palillos al aire con un grito, atrapándolos

perfectamente.

Me eché sobre mis talones y sonreí ampliamente, la adrenalina

atravesándome a toda velocidad.

—Si ustedes dos han dejado de presumir, podríamos intentarlo de nuevo

como una verdadera banda —remarcó Chris secamente.

—O podríais mantener el ritmo —disparó Rafe de vuelta.

—O podríamos arrojarte por la ventana —dijo Chris.

Page 117: The fake boyfriend experiment

117

Angel me sonrió abiertamente y puso los ojos en blanco. Le devolví la

sonrisa.

Retiré mis quejas. Esto era mucho mejor que las lecciones de piano.

Después de que Rafe y Chris terminaran de tomarse el tiempo el uno con

el otro, comenzamos a ensayar en serio. Habíamos estado trabajando

en JamieX durante casi una hora y yo estaba teniendo una total

explosión cuando la señorita Jespersen metió su cabeza en el lugar.

Inmediatamente, mis dedos tropezaron con las teclas. Rafe me disparó

una mirada confusa, entonces siguió mi mirada hasta la puerta y frunció el

ceño.

Crusty entró al lugar y se sentó en la esquina, doblando los brazos sobre

su pecho. Lo eché a perder y ella hizo un sonido de desaprobación. Mi

garganta se apretó y mis dedos se tensaron.

¡No! ¡No dejaría que arruinara esto para mí! Alejé mis ojos de ella y me

concentré en la música y entonces lo arruiné de nuevo.

—Necesito un descanso —dijo Rafe de repente. Arrojó sus palillos a un

lado con un estrépito—. Lily, ven conmigo.

Apreté mis puños e intenté calmarme. ¿Por qué la dejaba llegar a mí así?

¿Y qué si su desaprobación era tan espesa que apenas podía respirar?

¿Qué derecho tenía para juzgarme?

Rafe caminó detrás de mí, su pecho rozando mi espalda.

—Lily. —Su voz era tranquila para mis oídos mientras se inclinaba sobre mi

hombro, su mejilla casi contra la mía—. Vamos. —Envolvió sus dedos

alrededor de mi muñeca y tiró de mi mano.

Page 118: The fake boyfriend experiment

118

—Tengo soda en mi auto —dijo al resto de la banda—. Estaremos de

regreso.

Angel alzó sus cejas hacia mí, pero estaba demasiado molesta como

para preocuparme. Dejé que Rafe me sacara del lugar, delante del

rostro ciruela pasa de Crusty y me hiciera entrar en el aparcamiento.

Rafe se aferró a mi muñeca todo el camino hasta su auto y yo no intenté

alejarme de él. Ambos estábamos saliendo con otras personas (ejem) así

que su acto heroico de rescatarme de Crusty no significaba que quisiera

mi verdadero y eterno amor, pero aun así me sentía mejor con él

tocándome.

Así que demándenme. No es como si estuviera intentando romper su

relación o algo así.

Soltó mi muñeca para alcanzar la parte trasera del Jeep.

—Hablaré con mi tía y le pediré que ya no venga a los ensayos. No

dejes que te afecte.

No había necesidad de mentir. Él sabía qué me molestaba. Gemí y me

senté en los parachoques de la parte trasera.

—¿Cómo puedo hacer que no me afecte?

Sacó una bolsa de papel y la colocó en mis brazos.

—A ella le gustas, Lily. Por eso está aquí.

La bolsa era pesada, así que la apoyé en mi regazo.

—La odio.

Page 119: The fake boyfriend experiment

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La oscuridad parpadeó en los ojos de Rafe, recordándome que

estábamos hablando de su tía. Ahora me sentía mal de nuevo.

—Sólo está intentando apoyarte —dijo.

—No, ¡está intentando presionarme! ¿Tienes alguna idea de lo que es

que te llamen fracasada todo el tiempo? —Pestañeé ante la repentina

humedad en mis ojos. Oh, Dios. Qué vergüenza. Me limpié mis ojos con mi

muñeca, alejándome de tal manera que Rafe no viera lo cobarde que

era—. ¡No tiene derecho a hacerme sentir tan horrible!

Rozó mi mejilla con sus dedos y yo me congelé.

—Tú no apestas, Lily.

Tragué con fuerza y dejé que girara mi rostro hacia él. No había modo

de ocultar las lágrimas en mis ojos y sentí que una se deslizaba por mi

mejilla.

—Eso no es lo que dice ella, ni mi madre.

Rafe maldijo bajo su aliento.

—Al diablo con ellas —dijo tranquilamente mientras pasaba su pulgar por

encima de mis lágrimas.

Lo miré, demasiado sorprendida como para responder. Su pulgar

quemaba mi mejilla y su voz era tan amable. Él no me estaba juzgando

por llorar. ¿Por qué estaba siendo tan amable conmigo si no estaba

interesado en mí?

—Pero ella lo dice todo el tiempo —susurré.

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—¿Y qué? —Su voz se endureció y se alejó, su mano cayendo de mi

rostro—. ¿A quién le importa lo que los adultos digan? ¿Piensas que

siempre tienen razón?

Me mordí el labio mientras agarraba otra bolsa del Jeep, observando la

ondulación de su tatuaje sobre sus músculos mientras levantaba la bolsa.

—¿Tú no crees que ella tiene razón?

Apoyó la bolsa en su cadera.

—Los adultos tienen su propia carga y se desquitan con nosotros. La

única cosa a hacer es hacerles caso omiso. No vale la pena llorar por

ellos. Lily, créeme.

Una sonrisa tiró de la esquina de mi boca ante su actitud impertinente.

Como si fuera así de fácil ignorarlos.

—¿Cómo se supone que haga caso omiso de ella? Está allí adentro

echándome un mal de ojo.

—¿Y qué? Puedes ignorarlo. No dejes que te moleste.

Alcé mis cejas.

—Si eres tan duro, ¿cómo es que ella era capaz de intimidarte para que

me dejaras en la banda?

Se encogió de hombros.

—Decidí que era más fácil estar de acuerdo con ella que luchar, lo cual

no es lo mismo que permitirle arruinar mi vida. Además, se lo debo. Ella nos

consiguió el espacio para ensayar gratis en la escuela. —Sus ojos se

estrecharon y apartó su mirada de mí—. Además, conseguí mantenerla lo

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suficientemente feliz para que no se deshiciera de mí. El siguiente paso es

una familia adoptiva, ¿cierto?

No pude evitar que mi boca se abriera.

—¿En serio? ¿Tus padres te dejaron con una familia adoptiva?

Se alejó y comenzó a caminar de vuelta al edificio.

—Vamos.

—¡Oye! —Intenté alcanzarlo, pero no había manera de que pudiera

correr con mi bolsa de bebidas. Era demasiado pesada. Así que en

cierto modo cojeé por el césped, intentando alcanzarlo—. No quería

ofenderte. Lo siento.

No se giró, caminando incluso más rápido.

—¿Tienes planes para el domingo por la mañana?

Pestañeé ante el cambio de tema.

—Um, normalmente ensayo con el piano, así que supongo que estoy libre.

—Encuéntrame aquí a las nueve. Te voy a poner al día con el nuevo

material. —Se estaba alejando aún más de mí, aparentemente no

obstaculizado por el peso de la bolsa que estaba llevando.

Claramente, llevaba pelotas de algodón en su bolsa y a mí me había

dado la de bloques de cemento.

Arrugué mi nariz hacia su espalda.

—Eres más negrero que Crusty.

Él se encogió de hombros y me lanzó una mirada descuidada por

encima de su hombro.

Page 122: The fake boyfriend experiment

122

—O puedes aprenderlo delante de la banda.

Ah, no gracias.

—Bien. Veré si mi madre puede llevarme.

—Te recogeré —dijo mientras se giraba para mirarme—. Está de camino.

¡Sí! Erin debería tener que pasar la noche para que pudiera ver que me

recogía.

—Supongo que estaría bien. —Mis brazos se sentían como si fueran a

caerse por llevar la bolsa.

—Bien. —Él se detuvo para dejarme alcanzarlo. Tan pronto como lo hice,

agarró mi bolsa, su brazo rozando mi estómago mientras la agarraba de

mí. Mi piel se estremeció donde me había tocado y contuve el aliento.

¡Mierda! ¿Cuál era mi problema? ¿Así que accidentalmente me tocó?

Tenía que superar eso y rápido.

Las lecciones privadas con Rafe no significaban nada. ¡Nada!

Page 123: The fake boyfriend experiment

123

Traducido por Maia8

Corregido por Aciditax

amá me dejó en casa de Keith para la fiesta en la piscina a las

dos y cuarto del día siguiente, a quince minutos de la zona

elegantemente tarde, (traducción: Pensé que mis amigas estarían

allí en ese momento y no me arriesgaría a quedar varada sin ellas).

Tan pronto como salí del auto y estuve lo suficientemente lejos de mamá,

me quité la camiseta para mostrar el traje que no estaba dispuesta a

dejar que inspeccionara muy de cerca. Llevaba mi nuevo bikini debajo

de un par de pantalones cortos de jeans bajos y una camiseta

recortada lo suficiente como para mostrar mi piercing en el ombligo.

Mi corazón latía mientras me paraba en la puerta de la casa de Keith.

Traté de conseguir que Erin me trajera, así no tendría que llegar por mi

cuenta, pero mi madre insistió en llevarme para que pudiera ver la casa y

asegurarse de que no había barriles de cerveza en el césped delantero.

La miré fijamente. Ella me saludó con la mano desde el auto, esperando

un atisbo de unidad parental, Dios.

Qué vergüenza.

Tomé una respiración profunda y toqué el timbre de la puerta.

M

Page 124: The fake boyfriend experiment

124

Una mujer que supuse era la madre de Keith abrió la puerta. Llevaba un

bikini con una toalla envuelta alrededor de su cintura y gafas de sol en

su cabeza. En realidad se veía bastante bien en bikini para una madre.

Ella me sonrió.

—Debes estar aquí para la fiesta de Keith.

—Um, sí. Soy Lily. —Mamá tocó su bocina y sentí el calor de mis mejillas.

¿Podría ser más vergonzoso? —. ¿Puede usted, como, saludar a mi madre

o algo así?

La madre de Keith miró más allá de mí hacia la calle.

—Saldré y diré hola. —Ella abrió la puerta más—. Sólo sigue recta por el

pasillo hasta la parte de atrás de la casa y pasa por las puertas

correderas de cristal al patio trasero.

—Está bien. —Abracé mi toalla al pecho y seguí. Aunque si mis amigas no

estaban allí, me escondería en el baño hasta que llegaran. De ninguna

manera iba a ir por ahí sola.

Me acerqué a la parte trasera de la casa hacia el sonido de

salpicaduras, con mi corazón acelerado. ¿Qué estaba haciendo aquí?

Yo no conocía a nadie. Yo no pertenecía aquí. Yo... Necesitaba una

cita para el semi.

El semi. Dios. Necesitaba una cita porque mi novio Rafe no podía venir.

Ugh.

Me detuve en la puerta y me quedé mirando a la piscina. Había cuatro

chicos y tres chicas en el agua, jugando a Marco Polo. Eran mis amigas y

los chicos de Inverness, incluido Les.

Page 125: The fake boyfriend experiment

125

Todos estaban riendo, gritando y divirtiéndose. El agua salpicaba por

todas partes. Val y Erin estaban sentadas en los hombros de dos de los

chicos mientras corrían alrededor de la piscina tratando de evitar a

Delilah, quien gritaba “Marco”, mientras luchaba por mantenerse a flote

en el agua con las manos extendidas.

Mientras observaba, Val cayó de los hombros de algún chico, gritando

mientras desaparecía bajo la superficie.

Parecía que se estaban divirtiendo mucho. Yo quería estar allí con ellos.

Quería ser parte del grupo. Quería eso tanto que sentía ardiendo mi

estómago. Pero ¿cómo podría? No conocía a esos chicos. Ni siquiera

podía recordar quién era quien, ni siquiera cuáles eran sus nombres. Me

sentía como si ni siquiera conociera a mis amigas. Ellas se divertían sin

incluirme. Yo no podría hacer esto. No sabía cómo ser ese tipo de

persona.

Me giré para irme...

—¡Lily!

Mi corazón tartamudeó y me di la vuelta. Erin estaba saludándome

desde su posición.

—¡Lily! ¡Vamos! ¡El agua está genial! —Ella estaba vestida con su nuevo

bikini y se veía increíble. Morena y todo.

Los chicos también estaban todos en trajes de baño. Todo el mundo

estaba en traje de baño. Bueno, obvio. Era una fiesta en la piscina, ¿no?

Con cautela, salí al patio, todavía abrazando mi toalla a mi pecho.

—Hola, chicos. —Mierda. ¿Cómo de temblorosa era mi voz?

Page 126: The fake boyfriend experiment

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Erin gritó de repente y salió volando hacia arriba en el aire antes de

aterrizar con un toque a un metro de distancia. El chico en cuyos

hombros había estado sonrió.

—¡Te tengo!

Ella farfulló a la superficie.

—¡Keith! ¡Eres un idiota! —Pero estaba sonriendo mientras comprobaba

que su parte superior estaba bien colocada.

—¡Genial! —exclamó Val—. Ahora que Lily está aquí, somos los suficientes

para hacer peleas de pollo.

—Elijo a Val. —Un tipo que supuse que era Hugh desapareció bajo el

agua y luego volvió a surgir con Val en sus hombros. Era el mismo tipo

que había visto antes llevándola y Val le acarició la cabeza

cariñosamente.

Ella se rió y enganchó los pies detrás de su espalda.

—Creo que me toca con Hugh —anunció, pareciendo completamente

satisfecha con el hecho de que hubiera sido obligado a asociarse con

él.

Oh, Dios. ¿Iba a tener que sentarme en los hombros de Les? No podía

hacerlo.

—Vienes, ¿Lily?

Miré hacia abajo para ver a Les de pie, en la piscina, mirándome. Era

musculoso y su cabello estaba húmedo al salir de la piscina. Era

realmente muy guapo. No tanto como Rafe, pero decente. Y él me

miraba como si realmente pudiera gustarle. Lo miré fijamente.

Page 127: The fake boyfriend experiment

127

—¿Tienes novia? —pregunté. Hora para establecer ciertas cosas antes de

seguir adelante.

Sus ojos se abrieron.

—No.

Punto para él. Estaba disponible. Pero me abracé a mi toalla con más

fuerza.

—¿Tienes novio? —preguntó, ladeando la cabeza con curiosidad, como

si estuviera tratando de averiguar por qué había hecho la pregunta.

—Uh. —Rápidamente inspeccioné la piscina y me di cuenta de que Val

estaba escuchando, esperando oír mi respuesta. Bueno, caramba, esto

no era un momento incómodo, ¿no? Podía salvar mi reputación con mis

amigas y decir que sí, lo que a su vez daría lugar a la estúpida decisión

de anunciar al chico con el que quería ir al baile que ya estaba pillada.

Podría decir que no y mostrarle que estaba disponible, y exponer mi

estado de completa perdedora a mis amigas. Um...

—¿No me vas a contestar? —Sus ojos se abrieron aún más—. ¿Eso significa

que tienes novio?

Mierda. Esto no iba a ayudarme a conseguir una cita para el semi-formal,

¿verdad?

Una repentina sonrisa iluminó su rostro y el interés brilló en sus ojos.

—Lily, escondes muchas sorpresas. Me gusta.

Parpadeé. ¿Le gustaba el hecho de que tuviera novio?

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Entonces sentí como si me golpearan en la cabeza. Por supuesto que le

gustaría. Si le gustaba a algún chico, entonces debía haber algo bueno

en mí, ¿verdad? Los chicos eran esos dolores de cabeza.

—¿Vienes? —preguntó, salpicando agua sobre mis pies.

Me quité mis chanclas rosas.

—Sólo tengo que encontrar un lugar para guardar mis cosas. —Sujeté mi

toalla—. No quiero que se mojen.

—Sólo tienes que tirarla en una silla. —Sus ojos brillaban ahora con

anticipación. ¿Qué? ¿Por verme en bikini?

Ja. Como si fuera a tener la oportunidad.

—No, yo sólo...

Les se detuvo en el borde de la piscina. El agua corría por sus hombros y

noté los músculos de sus brazos mientras se flexionaban para fácilmente

izarlo fuera del agua. Sus brazos eran casi tan fuertes como los de Rafe,

pero no tenía tatuajes.

—Ven. Tengo que preguntarte algo.

Eso me puso aún más nerviosa. ¿Iba a pedírmelo en este momento? ¿Lo

del semi? Me mordí el labio y me incliné hacia él.

—¿Qué?

—¡Esto! —Él agarró mi muñeca y tiró de mí, desequilibrándome.

Grité, pero no tuve ninguna oportunidad mientras volaba por encima de

su cabeza y me estrellaba contra el agua. Oh, ahora estaba enojada.

¡Qué idiota! Me puse de pie y me limpié el agua de los ojos.

Page 129: The fake boyfriend experiment

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—¡Les!

Pero no lo vi por ninguna parte. ¿Dónde estaba? Me di la vuelta

rápidamente, pero de nuevo, nada.

Val y Erin le estaban animando y Delilah se subía a los hombros de otro

tipo, preparándose para la pelea de pollos.

—¿Dónde fue? —pregunté a mis amigas.

Erin se rió y señaló detrás de mí.

Me di la vuelta, pero no estaba detrás de mí.

—¿Dónde...? —Sentí algo rozar contra mis piernas. Grité y salté hacia atrás,

chillando mientras Les nadaba entre mis pantorrillas. Intenté retroceder,

pero me agarró de las piernas y se puso de pie debajo de mí,

levantándome del agua sobre los hombros.

Agarré su cabeza para mantener el equilibrio y sonrió mientras se

apartaba el agua de la cara

—Estamos listos —anunció.

—No, no, no, no haré peleas de pollo. —Podía sentir sus hombros

desnudos contra mis piernas. ¡Su piel estaba húmeda y caliente y yo

estaba completamente asustada! ¡No quería estar en sus hombros! ¡No

quería sus manos sobre mis piernas!—. ¡Bájame!

—De ninguna manera. Vamos a ganar. —Pasó a través del agua hacia

Val—. Voy a tratar de sacar a Hugh y tú agarra el top de Val.

—¿Quieres que le robe el bikini? ¿Es una broma? —¡Estaba tan contenta

de todavía llevar mi camisa! ¿Era esto lo que mis amigas habían estado

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haciendo todo el verano? No tenía ninguna experiencia con este tipo

de cosas. Esto me estaba superando ahora mismo.

—Se apartará de Hugh para colocarlo y luego caerán. —Los dedos de

Les se apretaron alrededor de mis espinillas y yo quise darle una patada.

—Mi novio se enfadaría si te viera agarrarme así —le susurré mientras

avanzaba sobre Val y Hugh. Erin, Delilah y los otros dos chicos que ya

estaban con su propia lucha de pollos, estaban riendo tan fuerte que mi

cabeza dolía.

—Bueno, entonces, es algo bueno que tu novio no esté aquí, ¿verdad? —

dijo Les alegremente cuando llegamos a Val y comenzaron a girar.

Val me dio una mirada suplicante.

—Vamos a hacer algo más. Yo no quiero. —Ella me agarró del brazo y

tiró de mí hacia los lados—. ¡Oye!

Les maldijo y se lanzó hacia la izquierda para permanecer debajo de mí.

—¡Vamos, Lily! ¡No lo aceptes! Lucha.

Miré a Val.

—¡Ya basta!

—¡No! —Se rió y se abalanzó sobre mí. Me agaché y le agarré la muñeca.

Les enganchó el pie alrededor de una de las piernas de Hugh, yo tiré a

Val y de repente cayeron. Les levantó los brazos en victoria mientras Val

y Hugh desaparecían bajo el agua en un chorro y yo me aferraba a la

cabeza de Les para no caerme.

—¡Somos geniales! —cantó él. Levantó la mano para chocar los cinco y

de mala gana choqué con la palma de la mano.

Page 131: The fake boyfriend experiment

131

Bueno, tenía que admitirlo, había sido algo divertido ver a Val y a Hugh

caer. Pero todavía quería que Rafe estuviera aquí. Me hubiera gustado

que fueran los hombros Rafe.

Demasiado malo para mí, ¿no?

Una hora y media más tarde, estaba acostada en un sillón junto a Erin,

tomando el sol por primera vez en todo el verano. Los chicos estaban

cocinando hamburguesas y perritos calientes en la parrilla y no nos

prestaban atención, lo cual era un alivio.

Como estaban en el otro extremo de la piscina, por fin había cedido a

la presión de Erin a quitarme la camisa.

Había mantenido mi ropa el tiempo que estuve en la piscina, caer

mientras estaba vestida había sido la excusa perfecta. Pero no había

manera de justificar tomar el sol en camisa, por lo que me la quité.

Aunque mantuve mis pantalones cortos. Me di cuenta de que Erin

también se había vuelto a poner los suyos, así que no me sentía tan

consciente de usarlos.

Val y Delilah estaban ayudando a los chicos con la parrilla, vistiendo su

bikini y nada más. ¿No se sentían desnudas? De ninguna manera iba a

hacer eso. Bueno, tal vez si Rafe estuviera aquí... ¡Argh! ¡Tenía que dejar

de pensar en Rafe!

—¿Así que ya te lo ha pedido Les? —preguntó Erin.

Page 132: The fake boyfriend experiment

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—No. —Por lo menos no había tenido que entablar una conversación

con él. Conseguir tirar a otros al agua varias veces se había ocupado

de los silencios incómodos. Sin embargo, tenía que admitir que había

sido un poco divertido. Sin duda mucho mejor que estar en casa

ensayando en el piano. ¿Era esto lo que mis amigas habían estado

haciendo todo el verano? No es de extrañar que estuvieran tan tensas.

—¿Te lo pidió Keith?

—¡Sí! —Erin me miró mientras se aplicaba un poco de protector solar sobre

sus brazos—. ¿No es maravilloso?

—Fantástico. —Miré a través de la piscina a Les. Se reía con Val y

parecía que estaba pasándoselo muy bien. Todos ellos parecía que se

estaban divirtiendo mucho, pero ahora que estábamos fuera de la

piscina, me sentía incómoda de nuevo.

¿Qué se supone que debía decirle? No me sentía tan interesada en ir al

baile con Les. Realmente no quería ir con él, pero no podía soportar la

idea de quedarme en casa sola. Quería sentirme cómoda e incluida, no

ocultarme en el otro extremo de la piscina porque no sabía cómo

coquetear mientras que los chicos estaban en la parrilla.

—Rafe es muy guapo —dijo Erin, con los ojos brillantes de interés.

Sonreí a Erin y se dejó caer hacia atrás contra las tiras de plástico de la

silla. Rafe. Sólo pensar en él hacía que mi cuerpo se relajase.

—Lo sé.

—¿Estás segura de que no puedes conseguir que vaya al semi? —Ella se

apoyó en los codos y se protegió los ojos contra el sol—. Quiero decir,

Les es lindo, pero ¿por qué ir con él si pudieras ir con Rafe?

Page 133: The fake boyfriend experiment

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—Rafe no puede ir. —Evité su mirada tirando de mis gafas de sol y

limpiándolas en mi toalla—.Voy a ir con Les porque quiero pasar el rato

con ustedes en el baile. Cita cuádruple.

—¿En serio? —Ella me miró, pareciendo demasiado escéptica—. ¿Por qué

quieres pasar el rato con nosotras cuando puedes estar con Rafe? Me

refiero a que es totalmente sexy.

—Ya paso mucho tiempo con él. —Fingí inspeccionar las uñas de mis pies,

que anoche había pintado de naranja fluorescente. No más esconderlas

en mis zapatos. Las chanclas y uñas de los pies anaranjados hoy se

sentían bien, tenía que admitirlo. Sonreí ante mis uñas. Eran fluorescentes

a rayas anaranjadas y rosadas. ¡Genial!—. Especialmente ahora que

estoy en la banda. —Le lancé una mirada astuta—. Me está dando

clases particulares para ayudarme a aprender música.

Sus ojos se abrieron.

—Y bueno, ¿es un gran besador o qué?

—Ah...

Oh, así se hace, Lily. ¿No puedes a veces pensar antes de abrir la

boca?

—¿Quieres un perrito caliente?

Miré hacia arriba para mirar a Les bloqueándome el sol, sosteniendo un

par de perritos calientes.

—Por supuesto. —No hay nada como la comida para evitar tener que

responder a una pregunta que no te gusta.

Page 134: The fake boyfriend experiment

134

Erin carraspeó, se echó hacia atrás en su silla y cerró los ojos. Les se

sentó en mi silla y tuve que sacar mis pies para que no se sentara sobre

ellos. Me entregó el perrito caliente.

—Entonces, ¿quién es un buen besador? ¿Tu novio?

Di un mordisco al perrito en lugar de responder. ¡Esto iba tan mal!

—¿Cómo es que no te lleva al semi? —persistió Les.

Tragué saliva.

—Porque él es... um... —¿Qué sonaría bien?—. Tiene una audición.

Les tenía esa mirada vidriosa en sus ojos, como si pensara que iba a

hablar de piano.

—¿Por qué? —Pero ya estaba mirando a través de la piscina hacia sus

amigos, como si tratara de averiguar lo rápido que podía escapar de mí.

¡Que le jodan! Yo no era tan aburrida ni mi vida tampoco.

—Él tiene una audición para la MTV —espeté—. Toca la batería.

—¿Qué? ¿MTV? —Erin se sentó y se quitó sus gafas de sol de descuento

para mirarme—. ¡No contaste eso! ¿Desde cuándo?

—Están haciendo un nuevo reality show y necesitan un baterista guapo y

con talento asombroso. Mueller-Fordham siempre envía un par de chicos

a las audiciones. —Bueno, siempre enviaban a los chicos a las

audiciones para todos los programas clásicos en el país, como Erin

sabía. No sería raro que a Mueller-Fordham también se le pidiese que

contribuyera a un reality show de la MTV. Cuando las mejores escuelas

de música lograban ser reconocidas, fin de la historia. Sabía que Erin se

Page 135: The fake boyfriend experiment

135

lo tragaría—. Rafe ganó el premio esta vez. Volará a Nueva York el fin de

semana.

La boca de Les se abrió.

—¿Va a estar en la MTV?

—Sí, pero no podría hacer el show real. —Tomé otro bocado del perrito

caliente, sintiendo una especie de satisfacción con la forma en que

ambos estaban embobados. El hecho de que mi falso novio tuviera una

audición para la MTV catapultaba mi posición social. Sí, sabía que todo

era una mentira, pero todavía se sentía bien.

Erin suspiró de forma soñadora.

—Por supuesto que lo hará. Es completamente hermoso. ¿Te imaginas? ¡Tu

novio va a ser famoso!

Les se inclinó y apoyó su brazo sobre mis rodillas, que yo había doblado.

—Supongo que no le verás mucho si hace el show, ¿eh? —Incluso parecía

más interesado en mí, lo que era un poco molesto. Quiero decir, tenía

novio, ¿verdad? Si era un buen tipo, no estaría tratando de hacer

movimientos con la novia de alguien más, ¿verdad?

Lo fulminé con la mirada.

—A mi novio no le gustaría eso. —Moví las piernas para sacarlo, pero él

no se movió. En será que no quería que me tocara. Quiero decir, él no

estaba haciendo nada, no realmente, pero lo único en lo que podía

pensar era en Rafe.

Rafe con su novia, ¿recuerdas? ¡Argh!

Decidí no hacer a Les moverse después de todo.

Page 136: The fake boyfriend experiment

136

—¿Qué es lo genial de hacer una audición en la MTV? —Les me sonrió—.

No importa lo famoso que es si no está aquí para proteger su territorio. Si

fueras mi novia, pasaría el rato contigo todo el tiempo. Ningún hombre

podría tener la oportunidad de hablar contigo.

Erin me dio un pulgar hacia arriba desde detrás de Les, entonces saltó

sobre sus pies y se dirigió hacia la parrilla, dejándome sola con Les.

Oh, oh. Iba a tener que hablar de nuevo, ¿no? Realmente no era buena

en eso.

—Entonces, Lily —dijo arrastrando las palabras y dándome una extraña

mirada fija, como si estuviera tratando de ser sexy.

—Entonces, Les. —Tomé otro bocado de mi perrito y decidí masticar

durante un largo tiempo. Un tiempo muy, muy largo. Oye, sería de mala

educación hablar con la boca llena, ¿no?

Dio unos golpecitos con los dedos sobre mi espinilla.

—¿Quieres ir al semi conmigo?

Me quedé helada mientras masticaba y luego tragué el nudo entero de

una sola vez. Mi corazón latía con fuerza y me sentía mareada.

—¿No importa que tenga novio?

Él sonrió y sacudió mi flequillo de la frente con la mano libre. Era lo mismo

que Rafe había hecho, pero con Les, me hacía querer golpearle con

fuerza la mano, como si fuera un mosquito molesto a mi alrededor.

—Es sólo un baile, ¿verdad? —Se encogió de hombros—. No es para

tanto. No es como si estuviera tratando de robarle la novia.

Page 137: The fake boyfriend experiment

137

Pero había un brillo en sus ojos que sugería qué era exactamente lo que

pensaba hacer. Su expresión hizo que mis dedos temblaran y no estuve

segura de si era algo bueno o malo.

—¿Y? ¿Quieres ir? —preguntó de nuevo.

Di otro bocado, pretendiendo jugar mientras trataba frenéticamente de

ordenar mis pensamientos. ¿Debía ir con él? Debería, ¿no? Quiero decir,

no es como si Rafe fuera repentinamente a quedar libre y ser capaz de ir

conmigo. E incluso si estaba sólo, él no era del tipo de chico que va al

semi-formal. ¿Pero y si lo era? ¿Y si fuera si se lo pidiera? Pero, ¿podría

preguntárselo? No podía. ¿O sí? No, él tenía novia. Pero ¿y si yo lo

invitara como amigos? Pero entonces, ¿qué? Estaría atrapada en mi

posición inicial. Les era mi oportunidad de conseguir otro tipo para que

yo pudiera, cortar, con Rafe y salir del círculo de mentiras que había

tejido.

—¿Lily? —La sonrisa de Les se había desvanecido y me estudiaba con

atención—. ¿Debo tomar el silencio como un no?

Me tragué mi perrito caliente.

—No.

Él frunció el ceño.

—¿No, de no es un no, o no, de que no vas a ir conmigo?

Está bien, así que no pude evitarlo. Era algo divertido ver a Les así

después de que había estado tan preocupada por impresionarle el

primer día. Me gustaba tener el control. Así que le sonreí.

—¿Cuál crees que es?

Page 138: The fake boyfriend experiment

138

Entrecerró sus ojos hacia mí.

—¿Estás jugando conmigo?

—Sí. —De repente me sentí mucho más alegre, mirando a Les

retorciéndose. Era increíble el poder que mi novio falso me había dado.

Tendría que asegurarme y agradecérselo a Rafe la próxima vez que lo

viera.

Les entrecerró los ojos, como si estuviera tratando de desentrañarme. Lo

que, por supuesto, hacía. Lily Gardner, mujer misteriosa.

—¿Jugando conmigo como que estás a punto de decir que no, o

jugando conmigo como pensando en decir que sí, pero primero

torturándome?

—¡Exacto! —Sonreí ampliamente ante la mirada contrariada en su rostro.

Él gimió.

—¡Lily! ¿Vas a ir conmigo o no?

—¡Sí!

Empezó a sonreír y frunció el ceño.

—Sí, de que vas a ir conmigo, o si de que no.

Di unas palmaditas en su mejilla.

—Tengo que consultarlo con mi novio. Llámame el domingo por la noche

y te lo haré saber, ¿de acuerdo?

Pareció sorprendido.

—¿Jugando duro para conseguirlo?

Page 139: The fake boyfriend experiment

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—Soy difícil de conseguir. — Ah, una buena, Lily.

—Parece que sí. —Él sonrió y pasó los dedos por encima de mi rodilla,

con los ojos brillantes por un interés que no había estado allí el día que

nos conocimos en el campo—. Te llamaré. Sin duda. —Entonces se puso

de pie y caminó hacia la parrilla.

Dejé caer mis brazos sobre mi cabeza y observé a todos coqueteando

por encima de la parrilla. Yo era la única que no estaba allí. Debería

sentirme bien, ¿verdad? Quiero decir, Les me invitó. Podía ir a una cita

cuádruple con mis amigas.

Había establecido mi posición social de toda mi carrera en secundaria.

Pero no me sentía bien. En realidad, no. Quiero decir, me sentía

poderosa y eso era bueno, pero también sentía que tenía un peso en el

pecho, provocándome dolor.

A Les solamente le gustaba porque tenía novio, no porque pensara que

había algo atractivo en mi persona. Yo no era una idiota y me daba

cuenta de que había empezado a estar interesado en el momento en

que se dio cuenta de que estaba pillada. ¿Qué pasaría cuando se

enterase de que estaba socialmente libre? ¿Sería de nuevo como en el

campo de fútbol? ¿Abandonándome y saliendo corriendo?

Era popular sólo porque tenía un novio falso. Un novio falso con una

falsa audición para la MTV. Un novio falso que tenía una novia real. Un

novio falso en el que no podía dejar de pensar.

Me superaba.

Page 140: The fake boyfriend experiment

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Traducido por guillugui

Corregido por Aciditax

esde el minuto que Rafe me recogió la mañana del domingo,

todo lo que hizo fue hablar sobre la música de la banda. Fue

todo sobre Mass Attack durante todo el camino hacia Mueller-

Fordham y una vez que entramos en el salón de ensayos.

Desafortunadamente, no estaba escuchando una palabra de lo que

decía.

Mientras él hablaba, todo lo que podía hacer era pensar en que era

mucho más guapo que Les. En como no me tiraría a la piscina con toda

mi ropa puesta, al menos que supiera que yo estaba de acuerdo con

eso. En como de buen chico fue al dejar en claro que estaba con Paige

desde el primer momento, así no había mal entendidos. Al contrario de

Les, que se había encendido con la idea de robarle la novia a alguien.

Les era un idiota inmoral y aburrido. Rafe era un increíble músico

talentoso con un tatuaje, ojos hipnotizadores, una tía loca, padres

jodidos y una sonrisa genial. Llevaba una gorra de los Red Sox, un par

de pantalones cortos caqui con un montón de bolsillos y una camiseta

roja desteñida que parecía como si hubiese sido salpicada de cloro. Era

tan diferente de Les y del resto de los chicos de Inverness con sus cortes

de cabello perfectos y parrillas al lado de la piscina.

D

Page 141: The fake boyfriend experiment

141

Rafe era real.

—¿Estás escuchando? —preguntó.

Pestañeé y lo miré. Estaba sentado a la batería y yo estaba en el

teclado. Tenía una cara expectante, como si hubiese esperado una

respuesta a su pregunta.

—Um, me apagué por un minuto. —Estudié su tatuaje, era una variedad

de colores brillantes y formas geométricas, pero no podía descifrar que

era. ¿Sería ofensivo si le preguntara?

—Pregunté si estabas lista para tocar.

—¿Tocar qué? —¿Investigar el arte en el cuerpo? ¿Trazar los diseños de

sus bíceps? ¿Enseñarle a la chica del piano como besar? Todo eso

sonaba como buenos tocamientos.

Me miro como si estuviese loca.

—¿Música?

—Oh, claro, música. —Suspiré, volviendo a la realidad—. Um, no. Necesito

ensayar yo sola un segundo. —Me forcé a mirar la partitura que me había

dado en la práctica pasada. Lo intenté un par de veces y no era tan

difícil. Toqué un par de líneas y luego miré a Rafe, expectante.

—¿Bien?

Para mi sorpresa, Rafe sacudió su cabeza.

—Esto no es clásico. Necesitas poner energía en ello.

Me sentí tensar ante la crítica.

—Hay energía en mi música.

Page 142: The fake boyfriend experiment

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—No, no la hay, escucha. —Tocó un par de líneas con la batería. Simple,

bien—. Ahora compara eso con esto. —Tocó exactamente lo mismo, pero

era diferente, Vibrando con energía—. ¿Ves la diferencia?

Apreté mis labios, mirando sombríamente al teclado. Esto se estaba

empezando a sentir como una lección de piano.

—Sí.

—Así que, hazlo así.

Asentí y la toqué de nuevo, luego levanté la vista. Mordí mi labio cuando

vi a Rafe sacudiendo su cabeza de nuevo.

—¿Qué estuvo mal?

—Sólo la tocaste más fuerte, fuerte no es mejor. Tócala como tocaste la

canción de JamieX.

Estaba empezando a sonar como Crusty, ¿no? Mi cabeza empezó a

doler, pero canté un par de líneas de la canción de JamieX y luego

toqué la nueva canción de nuevo.

Esta vez no necesité mirar a Rafe para saber que no había sido

suficiente. Bajé mis manos y retrocedí, mi garganta apretada mientras

toda la vieja presión chocaba contra mí. Eso era. El experimento de la

banda fue un gran error. Lily Gardner apestaba.

—Sabes, creo que la idea de la banda no es muy buena.

Rafe descansó sus palillos en sus muslos y su frente se arrugó como si no

tuviese ni idea de qué estaba hablando.

—¿Por qué estas entrando en pánico? ¿Por qué aún no te sale la

canción bien? ¿Y qué? Para eso es el ensayo.

Page 143: The fake boyfriend experiment

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—No. Esa cosa estúpida sobre la pasión. —Empecé a sacudir la cabeza

y dirigirme hacia la puerta—. Yo no lo tengo, por eso renuncié al piano,

porque no voy a hacer mi audición. Porque no puedo. —Estaba

balbuceando, pero no me importó—. Me tengo que ir, tengo que salir de

aquí.

—¿Salir de aquí? —Sus cejas se levantaron—. ¿Dónde vas?

No le respondí, sólo abrí la puerta y me disparé por el pasillo. Lejos. Sólo

tenía que irme lejos.

—¡Lily!

Rafe me alcanzó mientras bajaba las escaleras, tomó mi brazo, tropecé y

ambos salimos volando. Su impulso lo hizo chocar contra mí y caímos

bruscamente sobre el césped. Gruñí cuando quedamos tendidos sobre

el césped, mi cuerpo dolorido por el impacto.

No me molesté en levantarme, no valía la pena. En su lugar me giré sobre

mi espalda y miré hacia el cielo. El estúpido cielo azul. ¿Por qué pensé

que estar tocando con una banda iba a ser diferente que estar en una

clase de piano? Nada había cambiado.

—Perdón. —Rafe se levantó sobre su codo y me miró desde arriba—. No

era mi intención derribarte. ¿Estás bien?

—Sí. Al parecer, este es mi fin de semana para ser derribada por chicos. —

Me di cuenta de que su cara estaba justo encima de la mía. Como que

sus labios estaban a centímetros de mi cara. Todo lo que él tenía que

hacer era inclinarse un poco y... Cerré mis ojos y suspiré. Rafe nunca me

besaría y yo no necesitaba pensar en eso—. Vete.

—¿Qué audición no vas a hacer? —preguntó.

Page 144: The fake boyfriend experiment

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Oh, claro, porque eso era lo que quería discutir, otro fracaso de Lily.

—Nada.

—Lo mencionaste. ¿Qué audición? —Volvió a preguntar.

Abrí mis ojos.

—Eres molesto.

Él sonrió, pareciendo nada ofendido por mi comentario.

—Probablemente. ¿Qué audición?

—Dios, está bien. —Sacudí mis brazos con exasperación—. El programa

de la escuela secundaria del Seminario de Música del Noreste. —Él aún

estaba sobre mí, tan cerca que podía oler si perfume o su loción para

después de afeitar o lo que sea que fuese, no importaba lo que fuera,

simplemente olía impresionantemente. Así que cerré mis ojos de nuevo y

empecé a respirar por mi boca.

—¿Estás bromeando? —Sonaba realmente impresionado—. ¿Obtuviste

una audición para la SMN? ¡Eso es asombroso!

Una burbuja de orgullo apareció por su genuina admiración, pero

inmediatamente la reventé.

—No, porque voy a fallar y avergonzar a tu tía y a mi familia. Así que no

iré.

Sentí un golpe en mi frente. Abrí mis ojos para encontrar a Rafe

observándome.

—¿Qué? —Su cabello se había caído sobre su frente y lucía totalmente

lindo—. ¿De verdad no vas a ir?

Page 145: The fake boyfriend experiment

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—De verdad. —Esperé a que me dijera que estaba tirando mi futuro por

la borda, lo tan idiota que era. Pero todo lo que hizo fue girar sobre su

espalda, con su hombro descansando junto al mío—. Genial.

Esta vez me levanté yo sobre mi codo para mirarlo. No podía entender

porque no estaba dándome un sermón. Claramente sabía lo importante

que era una audición para la SMN.

—¿Genial? ¿ qué hay de genial en que no vaya?

Sus ojos verdes se volvieron hacia mí.

—Me parece genial que te encargues de tus asuntos, si no estás

preparada, entonces está bien no hacerlo.

Fruncí el ceño.

—¿De verdad? ¿Lo dices en serio? —No le creía, nadie piensa así.

Encontró mi mirada sin vacilar.

—Claro.

Me di cuenta de que lo decía en serio, que yo debía saltarme la

audición si no quería ir. El alivio corrió por mí y sentí como un poco de

presión abandonaba mi cuerpo. Estaba bien, estaba a salvo con él. Él

no iba a presionarme.

—Oh. —Caí sobre mi espalda de nuevo, ya sin tocado. O sea, quería

hacerlo, pero no iba a arrastrarme por todo el patio para hacerlo.

En su lugar, él se movió hasta que su cabeza quedó junto a la mía.

—Estás equivocada, lo sabes.

Aquí viene. Me tensé inmediatamente, esperando la crítica.

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—¿Por no hacer la audición?

—No, por pensar que no tienes pasión. La tienes cuando tocas la

canción de JamieX.

—Oh. —Está bien, así que de verdad no le importaba la audición. Me

relajé y traté de no pensar sobre el hecho de que su cabeza estaba

tocándome—. Pero no puedo tocar con esa clase de pasión. Cuando lo

intento, es como si mutilara el piano y lo dejara morir lentamente en el

desierto. —Oh, espera, podría ser yo la que estaba muriendo lenta y

fulminantemente en el desierto...

Rafe se rió entre diente.

—No lo intentes, sólo diviértete.

—¿Divertirme? —respondí—. La música no es sobre divertirse.

Inmediatamente se sentó y se inclinó sobre mí. Esta vez estaba muy cerca,

tan cerca que podía oler su crema de dientes, de menta. Su sonrisa se

desvaneció y sus ojos eran súper intensos.

—¿Qué acabas de decir?

Um, buena pregunta. Estaba teniendo un poco de problemas pensando

con su boca tan cerca de la mía. ¿Y si Rafe fuera mi primer beso? Eso

sería tan genial.

—¿Realmente piensas que la música no es sobre divertirse? —solicitó.

Oh, claro, había dicho algo sobre eso.

—Es trabajo, una carrera. No es por diversión.

negó con la cabeza y puso una cara rara.

Page 147: The fake boyfriend experiment

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—Estás tan equivocada, nena.

¿ Nena? ¿Yo era su nena?

—Tú y yo, Martes por la noche. Tenemos una cita.

Pestañé mientras una repentina excitación me recorría.

—¿Una cita?

Una disconformidad recorrió su cara.

—Bueno, no una cita, cita.

—Porque tú tienes novia. —Estúpida novia.

—Y tú tienes novio. —Me disparó de vuelta.

Oh... sí... es verdad. Las palabras flotaron en el aire y por un momento,

con él aún mirándome desde arriba, quise decirle la verdad. Para ver si

le importaba, si cambiaba algo. Pero no dije nada, simplemente no

podía. ¿Qué pasaría si admitía que había mentido sobre mi novio y él

aún adoraba a Paige? Sólo iba a quedar como una patética. Al menos

de esta manera, yo tenía orgullo. Era una mentirosa, pero no una

perdedora.

Rafe se giró lejos de mí y se levantó, rompiendo la conexión.

—Vamos, Lily, tenemos algunas canciones que aprendernos.

—No, no puedo. —Crucé mis brazos sobre el pecho y me establecí más

firme sobre el césped—. ¿No escuchaste lo que dije? Soy horrible y lo voy

a arruinar para el resto de la vida.

—Déjalo, Gardner. —Rafe tomó mi brazo y me alzó—. Hoy te vas a

preocupar en sólo aprender la música para el concierto del sábado de

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la secundaria. Olvídate de la pasión y toda la otra basura. Sólo

apréndete la música, ¿de acuerdo? Lo puedes hacer, ¿verdad?

Asentí.

—Bueno, sí, pero…

Rafe puso su mano sobre mi boca y mis rodillas casi se vencieron.

—No lo digas, Lily. Aprende la música, sólo eso. ¿De acuerdo? —Si no

asentía, ¿cuánto tiempo iba a dejar su mano sobre mi boca?—. Lily —

advirtió—. Di de acuerdo.

—De acuerdo. —Asentí y el sacó su mano. Qué fastidio. ¿Por qué no me

fastidió de esta manera cuando Les dejó de tocarme?

Rafe puso su mano en mi espalda y me guio hacia la escuela.

—Martes por la noche, Lily, vas a encontrar cuanta música divertida

puede haber.

Martes por la noche. Oh, guau. Tenía una cita con Rafe. No una cita,

cita, pero una cita. ¿Y si le gustaba un poco? ¿Y si no tenía que ir al

semi-formal con Les? ¿Y si le decía a Les que sí esta noche y luego el

Martes Rafe me decía que le gustaba? Como gustar. Le eché una

miradita a Rafe mientras caminábamos de vuelta.

—Um, ¿Rafe?

—Sí. —Abrió las puertas para mí.

—Está ese baile… semi-formal en la escuela en dos semanas y um, si

necesitara una cita, como si estuviese desesperada y no fuera una cita ni

nada así, pero sabes, bueno, ¿te gustaría venir conmigo, como si yo

necesitase un favor o algo así?

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Rafe se congeló y me miro.

—¿Qué?

Oh, Dios, ¿de verdad dije eso? ¿De verdad tengo cero control sobre mi

boca? Él parecía completamente sorprendido, como si de repente un

vampiro sediento hubiese aparecido de las sombras para absorberle

toda la sangre. ¡Dios! ¡La cagué! Cruce esa línea de la amistad y él iba a

rechazarme fácilmente. Iba a estar tan avergonzada que no sería capaz

de mirarlo a los ojos de nuevo y todo va a ser incomodo entre nosotros

para siempre y todos en la banda hablaran sobre esto y sabrán que me

tiré sobre él y el me rechazó. ¡Soy tan idiota!

—No pasa nada. Olvídalo. —Mis mejillas ardían. Me aparté de su brazo y

me dirigí a la sala de ensayos.

Él no trató de llamarme, ni de alcanzarme.

Bueno, está bien, eso dijo más o menos todo lo que necesitaba saber,

ya que había desarrollado como un hábito el perseguirme cuando me

alejaba de él.

Ya estaba tocando el teclado cuando entró. ¿Iba a decirme algo? ¿Me

diría que le gustaría ir? O sea, ahora ya estaba dicho. Él podía retomarlo

donde lo dejé. Lo miré a través del escudo de mi cabello. Se giró hacia

mí y mi corazón se paró. ¿Qué es lo iba a decir? Sus mejillas estaban

rojas y parecía un poco nervioso. Inseguro. Oh, Dios. Me iba a decir que

vendría conmigo, ¿no?

Tomó un respiro.

—¿Lista para aprender algunas melodías?

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—¿Melodías? —Le hice eco. ¿Melodías? ¿Él no iba a aceptar el hecho

de que casi lo invité a venir conmigo a mi baile semi-formal? ¿Simplemente

iba a dejarlo ahí, colgando en el aire de esa manera?

—Sí —dijo, su voz tensa—. Hoy se trata sobre aprender música,

¿recuerdas?

Justo lo había invitado a mi baile semi-formal y todo lo que él quería era

hablar sobre música.

Mi vida se había acabado.

Page 151: The fake boyfriend experiment

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Traducido por Onnanohino Gin

Corregido por Aciditax

sa noche, Erin me llamó a las ocho y media. Fue directa al grano:

—¿Y? ¿Te llamó Les?

—No. —Estaba acostada en mi cama, escuchando a JamieX. Debería

estar ensayando las canciones de la banda. O haciendo la tarea. Pero

no podía. Lo único en que podía pensar era en lo incómoda que se

había vuelto la práctica con Rafe. Apenas me había mirado y se había

asegurado de no tocarme, ni siquiera accidentalmente. Había sido

horrible. No podía creerlo. Había sido lo suficientemente estúpida como

para soltarle esa medio ininteligible especie de invitación, como una

completa idiota.

—Bien —dijo Erin—. Creo que deberías volver a preguntarle a Rafe a ver si

puede ir al semi contigo. Está tan bueno. ¿MTV? ¿Bromeas? ¡Se convertirá

en la próxima súper estrella! ¿Crees que tus padres te dejarían irte de gira

con él? Porque eso sería increíble. Podría ir a visitarte y…

—Se lo pregunté. No puede ir. —Oh Dios, se lo había preguntado. Por lo

menos no tenía que mentir en eso, aunque dudaba de que alguna vez

pudiese llegar a ser sincera y admitir que después de pedírselo, Rafe

E

Page 152: The fake boyfriend experiment

152

había actuado como si yo me hubiese transformado en un zombi leproso

y rarito que intentaba matarlo. Sí, me había ido bien.

Suspiré y apoyé un pie sobre la pared, al lado del poster de JamieX. Ni

JamieX era tan apuesto como Rafe y ahora ni siquiera tenía a Rafe como

amigo, menos aún como novio. Era bastante impresionante que hubiese

sido capaz de arreglármelas para arruinar tanto las cosas.

—Vaya —dijo Erin—. Qué mal. Bueno, entonces Les, ¿no?

Suspiré.

—No me ha llamado. —Qué gran sorpresa. Probablemente habrá

decidido que ni siquiera el hecho de que tuviese novio me hacía lo

suficientemente interesante como para pasar toda una noche conmigo.

—Oh, te llamará. Estuve hablando con Keith esta noche y me dijo que

Les no podía parar de hablar de ti después de la fiesta. Le encantó tu

piercing del ombligo. Dijo que era genial.

Me miré los dedos gordos de los pies. Debería volver a pintarlos. A lo

mejor de negro. Sí, negro estaría bien. Nada de colores alegres para mí

esta noche.

—¿Lily? ¿Me oíste? Les está loco por ti.

—Sí. —No tenía esmalte de uñas negro. Puede que sí mezclaba azul,

púrpura y verde, pudiese formar un color turbio y un tono marrón vomitivo

que reflejase mi estado de ánimo. Así podría mantenerme hasta que me

pudiese comprar el negro.

Sonó el pitido de la llamada en espera y mi corazón dio un salto. Me

alejé el teléfono de la oreja para mirar la pantalla. Srta. Jespersen. Por

favor, que sea Rafe y no la señorita Jespersen.

Page 153: The fake boyfriend experiment

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—Rafe me está llamando. Tengo que irme. —Colgué incluso antes de que

Erin acabase de ordenarme que le contara si Les llamaba.

—¿Hola?

—Hola Lily. Soy Rafe.

Mi corazón dio un pequeño salto.

—¿Qué pasa?

—Olvidé decirte que no habrá ensayo mañana por la noche. Voy a salir

con Paige. Tengo que hacerlo ahora que ya no la veo en los ensayos. —

Su voz sonaba fría y reservada, como si estuviese llamando al dentista

para pedir cita.

Me hundí en la almohada.

—Ah.

—Pero puedes ensayar por tu cuenta, ¿no? Quiero decir, ya conoces

bastante la música, ¿no?

—Claro. —Arranqué una pelusa pegada en el edredón. Oh, por supuesto,

podía ensayar yo sola. Había estado sentada sola en el piano durante

años. Ya lo tenía superado.

Rafe se aclaró la garganta:

—Así que, eh, ¿te recojo el martes a las siete?

Me enderecé enseguida. ¿Aún estaba en pie lo del martes por la noche?

¡Estaba segura de que iba a cancelarlo!

Page 154: The fake boyfriend experiment

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—¿Para nuestra cita no cita? —pregunté cautelosamente, asegurándome

de haberle entendido. No iba a dar otro alocado paso en falso esta

vez.

Él dudó.

—Eh, sí.

—No puedo esperar. —Me aclaré la garganta—. Para nuestra cita no cita

—agregué, quería dejarle muy claro que sabía dónde estábamos. Habría

hecho cualquier cosa con tal de acabar con esa terrible incomodidad

que crecía entre nosotros. Hubo una pausa e hice una mueca. ¿Lo había

empeorado al enfatizarlo? ¿Es que no podía hacer nada bien?

—Eh, Lily…

—Tengo que colgar. Voy a cenar. Nos vemos el martes. —Colgué antes

de que él pudiera sacar lo del semi. Esa invitación había sido el

momento más vergonzoso de mi vida. ¿Yo le pedía que me llevara al

baile y él llamaba, doce horas más tarde, para decirme que tenía una

cita con su verdadera novia? Humillación total. El teléfono sonó otra vez

y respondí al primer timbrazo, mi corazón daba saltos ante la persistencia

de Rafe. ¿Y si había cambiado de opinión?

—¿Qué?

—¿Lily?

—Ah… —No era Rafe. Volví a recostarme sobre mi almohada,

decepcionada. Era la voz de un chico que no reconocí—. ¿Chris? —Tal

vez la banda iba a ensayar sin Rafe.

—No, soy Les. ¿Quién es Chris? Pensaba que tu novio se llamaba Rafe.

Page 155: The fake boyfriend experiment

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¿Les? ¿De verdad estaba llamando? Vaya. No podía creerlo. No es que

me emocionara demasiado. Sabía por qué Les me prestaba atención.

—Chris es mi otro novio —dije—. Lo siento. Es difícil llevar la cuenta.

—¿De verdad? ¿Tienes dos?

Puse los ojos en blanco ante el tono excitado de su voz. Estaba tan

claro que iba a perder cualquier interés cuando descubriese que no

tenía ninguno.

—¿Qué pasa, Les?

—Bueno, el semi. Dijiste que me darías una respuesta esta noche.

Me mordí el labio. ¿Qué elección tenía? Tenía que buscarme una vida y

Les era el único que me lo había pedido.

—¿Lily? No me dejes esperando.

Ir al semi con él sería el primer paso hacia la construcción de una nueva

vida social e ir con él me haría ganar algo de respeto después del

fracaso con Rafe. Tenía que aprovecharlo.

—Sí, iré.

—Excelente. —Su voz sonaba melosa, pero llena de satisfacción.

Suspiré. ¿Por qué no estaba más emocionada? Es decir, era apuesto, era

un estudiante de segundo año y yo le gustaba. O por lo menos le

gustaba la persona que él creía que era. Esto era casi el paraíso,

¿verdad?

—Bueno, los chicos están pensando en alquilar una limusina para las

cuatro parejas. ¿Suena bien?

Page 156: The fake boyfriend experiment

156

Hice una mueca:

—¿De verdad? ¿Una limo? —Nunca antes había estado en una limosina.

—Sí. Será como, ¿cena primero y luego el baile? ¿Y después de regreso a

casa de Keith para post fiesta? ¿Nadar a medianoche y más cosas?

Y más cosas. No me gustaba como sonaba eso. Para nada. A ver, la

madre de Keith no salió ni una vez en todo el tiempo que nos pasamos

en la piscina. ¿Qué pasaría de noche? ¿Cómo cuando sus padres

estuviesen dormidos? ¿Qué tipo de cosas tenía en mente? De repente

me puse muy nerviosa.

—Así que, ¿la limusina debería pasarse por tu casa o tú y las chicas

piensan quedar?

Pestañeé.

—En casa de Erin. Puedes recogerme en casa de Erin. —Como si fuese a

meterme en esa limo yo sola. Había sido bastante difícil entrar a la fiesta

en la piscina sola. Así que esta vez llevaría refuerzos.

—Entendido. ¿Te parece bien a las cinco?

—Claro. —Abrí el cajón de la mesita de noche y saqué el esmalte de

uñas azul. Hora de empezar a preparar a la nueva Lily—. De acuerdo,

entonces. Tengo que irme.

Colgué y dejé el teléfono encima de la almohada. Genial. Mi vida era

genial. Tenía a Les asegurado. Nada de piano. Nada de audiciones.

Todo era perfecto. ¿Y entonces por qué estaba tan triste?

Page 157: The fake boyfriend experiment

157

Para el jueves por la noche, era un manojo de nervios. Había ensayado

la música de la banda hasta memorizarla perfectamente, pero me daba

cuenta de que al tocarla sonaba pesada y sosa. Estaba tan frustrada

que quería arrancarme el cabello. Pero ser calva sólo traería dificultades

a mí ya complicada vida social, así que tenía que conformarme con

enterrar la cabeza en la almohada y gritar hasta que me ardiera la

garganta. Resultó que lo de los gritos sofocados ayudaba un poco, así

que fue un buen descubrimiento. ¿Ves? Las cosas no estaban tan mal,

¿verdad?

Me pasé todo el lunes y el martes debatiendo sobre nuestros planes

para el semi en la escuela, con mis amigas; y preocupándome más y más

por lo de la fiesta de después. Mis amigas estaban totalmente decididas

a tener algo de acción con sus parejas, pero la idea de que Les viniera

a darme un beso no funcionaba para mí. Para nada.

Mi única esperanza era que mis padres no me dejaran ir al semi y casi

había funcionado. Mamá se había puesto como loca cuando se enteró

de que el baile era la noche antes de la audición. Pero tan pronto

como lo dije mi padre se había puesto en modo “Lily necesita ir”. A ver, sí,

genial, porque eso quería decir que él había aceptado el hecho de

que no iba a ir a la audición, pero… ¡vamos! ¡No quería tener que lidiar

con lo de la fiesta de después! Aunque tampoco es que pudiese

negarme. Es decir, apenas estaba empezando a tener una reputación y

a salir de la fosa de los perdedores. Y si aguaba la fiesta, me mandarían

de vuelta a perdedorlandia.

Page 158: The fake boyfriend experiment

158

Y Rafe. Ugh. No podía soportar el hecho de tener que verlo. Estaba

completamente avergonzada. Pensé en cancelar lo de la cita no cita

del martes por la noche. De hecho, hasta agarré el teléfono para

llamarlo una vez. Pero al final, no pude. Y no era sólo por la cita. Era el

hecho de pensar que había prometido mostrarme cómo la música podía

ser divertida. Tenía que averiguar si él tenía razón.

Rafe llegó cinco minutos antes. Lo vi estacionando el Jeep mientras

terminaba de ponerme los pendientes. Casi me los clavé en la mejilla

cuando oí la música atronadora que salía de los altavoces. ¡Al final

había venido! Bajé las escaleras y corrí a abrir la puerta justo cuando él

estaba estirando la mano para golpear. Parecía sobresaltado, como si

hubiese abierto la puerta y hubiese saltado sobre él. Maldición. ¡Ahora él

sabía que lo había estado espiando! Pestañeé con fingida sorpresa.

—¿Rafe? Estaba a punto de ir a recoger el correo. ¿Ya es la hora?

Él asintió, sus ojos estaban registrando el precioso modelito que me

había pasado tres horas eligiendo. Una minifalda, mis botas Uggs y un

top negro que enseñaba el bronceado de la fiesta de la piscina y el

piercing del ombligo. Su mirada se detuvo un momento en mi estómago y

noté que me acaloraba.

—¿Piercing en el ombligo? —preguntó—. No pareces de ese tipo.

Oh… Iba a derretirme si seguía mirándome tan atentamente. Él estaba

tan bueno en ese par de pantalones de jeans, con su camiseta negra y

sus botas negras. Tenía puesta una chaqueta de cuero y el cabello un

poco revuelto. También llevaba un collar de cuero anudado con una

herradura colgando, que lo hacía aún más sexy. Mis padres iban a

alucinar. Parecía el típico chico malo.

Page 159: The fake boyfriend experiment

159

Sonreí.

—No les digas a mis padres lo del piercing del ombligo.

Alzó una ceja, contemplándome como si me estuviera viendo por primera

vez.

—¿No lo saben?

—No. —Me anudé un jersey alrededor de la cintura—. ¿Ves? Está

escondido.

Él sonrió.

—Qué rebelde.

—Eh, fuiste tú el que me dijo que me olvidara de los adultos, ¿cierto?

Me miró intensamente, como si estuviera intentado descifrar cómo era

posible que Lily, la pianista clásica, estuviese usando joyería para la

barriga.

—Mmm…

—¡Mamá! —grité, siendo semi consciente de lo tan atentamente que Rafe

estaba estudiándome —. ¡Rafe está aquí! ¡Nos vamos!

—¡Espera!

El sonido metálico de una olla chocando con algo nos llegó desde la

cocina y mi madre salió, limpiándose las manos en los pantalones. Mi

padre venía justo detrás de ella. Mamá miró a Rafe y recorrió su atuendo

con la mirada:

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160

—Así que tú eres el sobrino de la señorita Jespersen —dijo, sonando

escéptica. ¿Y por qué no iba a estarlo? Al verlo no parecía que la

sangre de Crusty estuviese corriendo por sus venas.

—Sí, señora. —Estrechó su mano y luego la de mi padre—. Rafe Turner.

Encantado de conocerlos a ambos. No entretendré a Lily hasta muy

tarde y tendré mi teléfono conmigo en todo momento por si necesitan

localizarnos. Puedo darle mi número si quiere.

Mi padre alzó las cejas y yo noté como me llegaba el calor a las mejillas.

Rafe se estaba comportando como la cita perfecta. Como si estuviese

intentando impresionar a mis padres. La expresión de mi madre se suavizó

y sonrió.

—Sí, lo del número de teléfono sería genial.

—No hay problema. —Tomó el lapicero y el papel que le pasaba mi

padre y garabateó algo—. El espectáculo dura hasta las diez, así que

deberíamos estar de vuelta para las diez y media. ¿Les parece bien?

¿Espectáculo? ¿Qué espectáculo? ¿Es que íbamos a ir a algún

espectáculo? Mi madre frunció el ceño:

—Es un poco tarde para una noche de entre semana.

—¿Qué espectáculo? —preguntó mi padre.

Rafe sonrió, mirándome de reojo con picardía.

—Vamos a ir a un piano bar.

Fruncí el ceño.

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—¿Qué es un piano bar? —Sonaba terrible—. ¿Es que todo el mundo se

sienta por ahí a beber y hablar de cuántos tipos de piano hay o algo

así? —Sinceramente, no me imaginaba lo que podía ser un piano bar.

Rafe me guiñó un ojo.

—Es una sorpresa. No te preocupes. Te gustará.

No pude evitar poner cara de pánico.

—No sé…

—Oh, vamos, Lily. Confía en Rafe. —Mi padre pasó el brazo alrededor de

mi madre, con una sonrisa presumida en la cara—. Diviértete.

Miré a mi padre con los ojos entrecerrados. ¿Qué era lo que él sabía y

yo no?

—Papá…

—Nos lo pasaremos muy bien, gracias. —Rafe estrechó sus manos otra vez

y entonces me aguantó la puerta, igual que si estuviéramos en una

verdadera cita. Y no lo estábamos. Yo ya lo sabía, pero no había

manera de engañarme mientras pasaba delante de él y bajaba los

escalones de la entrada. Deseaba que lo estuviéramos. Deseaba que

Rafe estuviese allí como mi novio y que me estuviese llevando a una

verdadera cita. De verdad lo deseaba.

Iba a ser una noche muy larga.

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Traducido por Jhos

Corregido por Aciditax

einte minutos después, Rafe golpeó la puerta lateral de un bar en

el centro de Boston. ¡Un bar! ¡En serio estábamos yendo a un bar!

¡Y mis padres habían aceptado! Me moví nerviosamente junto a él,

inspeccionando la calle buscando oficiales de policía para arruinarnos.

—¿No nos vamos a meter en problemas? No es como si tuviéramos

veintiún años.

Rafe mi guiñó un ojo.

—Este no es ese tipo de bar.

Sí, lo que sea, estaba haciendo demasiado hincapié en su empalagoso

guiño. Bueno, está bien, sólo era un poco empalagoso. ¡Argh! ¡Tenía que

parar de dejarle hacerme esto! ¡Esto era sobre una noche de piano, no

una cita!

La puerta fue abierta por una hermosa mujer que parecía de la misma

edad que mi madre. Llevaba un vestido negro de seda y tacones altos y

exudaba clase y sofisticación. Nos sonrió nosotros, sus ojos brillantes

pero un poco dudosos.

V

Page 163: The fake boyfriend experiment

163

—Me alegro de verte, Rafe. —Ella lo alcanzó y lo abrazó, pero vi a Rafe

tenso antes de que lo agarrara.

¿Quién era?

Lo soltó y me miró.

—¿Y quién es tu amiga?

Rafe puso su abrazo a mí alrededor.

—Esta es Lily Gardner. Ella es pianista. Lily, esta es mi madre, Rose Turner.

¿Su madre? ¿La que le había echado? De ninguna manera.

El rostro de Rose se iluminó y me sonrió con genuina calidez.

—¿Tocas el piano? ¡Que adorable! ¿Tal vez podrías tocar para nosotros

esta noche?

Me congelé.

—Um, lo siento, pero estoy retirada.

Rose sonrió con comprensión y tocó mi mejilla, de la misma manera que

antes había hecho Rafe.

—Por supuesto. —Retrocedió un paso—. Vamos adentro. Las puertas no

están oficialmente abiertas hasta dentro de veinte minutos, así que

siéntanse libre para pasear. —Ella pasó sus dedos a través del cabello

de Rafe, dándole una mirada triste, entonces dio media vuelta y se alejó

en la parte posterior del club.

—Sentarse en frente es mejor. —Rafe aclaró su garganta y comenzó a

caminar a través del club. Había mesas por todos lados, con pequeñas

velas blancas en el centro de cada una. A lo largo del perímetro de la

Page 164: The fake boyfriend experiment

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habitación había pianos negros. Había cinco en cada lado, con dos

grandes pianos en el frente de la habitación. Todos los pianos estaban

elevados, por lo que estaban a un par de pies del suelo. El techo era

bastante alto y del tipo curveado, con todo tipo de hermosas tallas.

—¿Qué es este lugar?

—Ya lo verás. —Rafe se detuvo junto a una mesa en la segunda fila, justo

en medio—. Esta es mi mesa favorita.

Me senté junto a él y exploré la sala. Había gente bulliciosa alrededor,

gritando y haciendo cosas organizadas. Era una especie de energía

frenética, pero no una mala. Del tipo de emoción y diversión. Uno de los

chicos arrojó un paquete de servilletas sobre nuestras cabezas y alguien

más la atrapó y corrió lejos, gritándole a alguien más.

Sonreí.

—Este lugar es genial.

—Sí. —Rafe se inclinó hacia atrás en su silla, observando el lugar con la

expresión de alguien que estaba muy conectado con la sala. Parecía

tan en paz, tan supremamente contento de estar aquí, a pesar de la

frenética energía del lugar.

¿Qué era este lugar para él?

Una mujer con un chaleco marrón y camisa blanca vino y puso dos

aguas, dos refrescos y un plato de vegetales y patatas fritas frente a

nosotros.

—Me alegro de verte, Rafe. Ya ha pasado un tiempo.

—Gracias, Jeannie. —Le sonrió y ella sonrió de regreso.

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165

Cuando Rafe tomó su bebida, lo miré.

—¿Vienes aquí a menudo?

Se encogió de hombros.

—Normalmente. Mi madre y mi padre son los dueños, así que básicamente

crecí aquí.

Inspeccioné la sala más cuidadosamente. ¿Este lugar era de los padres

de Rafe? No me asombraba que pareciera tan en casa aquí. Este era su

territorio.

—¿Dónde está tu padre?

—Probablemente escondiéndose atrás. Ellos tratan de evitarse el uno al

otro, ya que no pueden estar en la misma habitación sin gritarse entre

ellos. —La amargura en su voz me hizo mirar de regreso a él, pero estaba

mirando a algo invisible en el escenario—. Dejé de venir cuando el lugar

se convirtió en una zona de guerra —murmuró.

—Oh. —No podía imaginar a mis padres peleando como esto. Los

hombros de Rafe estaban tensos y su mandíbula apretada. Sin pensarlo,

toqué la parte posterior de su mano—. Eso apesta.

Él miró mi mano sobre la suya, pero no la apartó.

—Sí, apesta.

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que estuviste aquí?

Dio la vuelta a sus manos, por lo que su palma estaba contra la mía y

curvó sus dedos a través de los míos, frotando su pulgar en mi palma.

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166

—Desde el día que me dijeron que se iban a divorciar. Cerca de ocho

meses.

Mi mano se sentía tan caliente en la suya. Era simplemente perfecto.

—Eso es una eternidad. ¿No lo extrañas?

Se encogió de hombros.

—No quería venir aquí y ver a mis padres gritándose el uno al otro.

—Sí, puedo ver eso.

Caímos en silencio por un momento y miré a una mujer arreglar un ramo

que estaba en el escenario entre los dos pianos.

—Entonces, ¿cómo viniste aquí ahora?

Me miró, había algo latente en sus ojos que no pude descifrar.

—Porque quise traerte aquí.

—Oh. —Una calidez me llenó y agaché la cabeza contra la súbita

urgencia de abrazarlo.

Miré lejos, notando que la sala estaba llenándose con clientes. Se

estaba volviendo fuerte y ruidoso.

Las personas estaban riéndose y claramente entusiasmados por una

buen rato. Entonces me enderecé y miré a una mujer a través de la sala.

Llevaba unos jeans, un top brillante rojo y le estaba hablando a la

madre de Rafe. Riendo con la madre de Rafe. Casi se parecía a…

—¿Rafe? ¿Esa es tu tía?

Él siguió mi mirada y asintió.

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—Sí, ella es una clienta fija en los martes por la noche.

—¿En serio? —Miré a Crusty mientras se giraba hacía un hombre mayor y

atractivo que llevaba pantalones color kaki y una camisa polo. Ella dijo

algo que lo hizo reír y entonces pasó su brazo a través del suyo. Ella

estaba sonriéndole y riéndose. Parecía tan casual, relajada y feliz. Eso

era tan raro que casi incluso no podía comprenderlo—. Parece tan

normal. Nunca pensé en ella como teniendo una vida fuera de la

escuela de música. ¿Es ese su novio?

—Sí. Es un bombero.

—¡De ninguna manera! ¿Crusty saliendo con alguien que se ensucia para

vivir? —Increíble. ¿Cómo podía esta ser la misma mujer que me torturaba a

diario?

Rafe agarró un par de patatas de nuestra cesta y se las metió en la

boca.

—Te lo dije, es bastante genial. Es la única que me dio permiso para

hacerme un tatuaje. Mis padres nunca lo hubieran hecho.

Miré su tatuaje.

—¿Qué es, exactamente? No lo puedo entender.

—¿Mi tatuaje? —Rafe giró su brazo hacia mí y subió su manga, dándome

una clara vista. Era un mosaico de todo tipo de diferentes formas en

brillantes colores, tan vibrantes que casi saltaban de su brazo—. Es

música —dijo.

—¿Música? —Miré más de cerca, pero no podía ver ninguna nota o

instrumentos—. No lo entiendo. ¿Es como arte moderno o algo? —Toqué

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una forma geométrica azul brillante en sus bíceps—. ¿Esto se supone que

es un piano?

Él se rió.

—No, esto no es literalmente música. Es como la música se siente para mí

cuando la toco. —Señaló un rayo—. ¿Ves esto? Eso es como se siente

cuando toco ese primer golpe en mi batería. Como algo que salta a la

vida dentro de mí. Todos los colores y formas son lo que siento cuando

toco. Es como… —Se detuvo, como si estuviera tratando de pensar—. Es

como una explosión dentro de mí y cada nota que toco es otro color,

otra forma, como el sol que explota y gira dentro de un millón de piezas

del arcoíris.

Lo miré asombrada, abrumada por su descripción.

—Eso es la cosa más asombrosa que he escuchado. —Estaba

repentinamente llena con una desesperada necesidad de sentir lo que

estaba diciendo—. Mi música nunca se sintió como eso —dije—. Eso es

increíble.

Él sonrió, una enorme sonrisa cálida.

—Sé que entiendes lo que quiero decir.

—Pero no. Nunca lo he experimentado. —Extendí mi mano sobre su

tatuaje, presionando mi palma en él, como si pudiera absorber ese tipo

de energía simplemente por tocarlo—. Quiero eso —susurré—. Quiero

sentir eso de lo que estás hablando.

Puso su mano sobre la mía, sosteniendo mi palma en su brazo.

—Lo harás —dijo—. Por eso estamos aquí esta noche.

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169

—¿De verdad? —Busqué en su rostro y sólo vi genuina honestidad—.

¿Piensas que puedo sentirlo como tu tatuaje? —Corrí mis dedos sobre su

brazo, pretendiendo que estaba volando sobre las teclas del piano en

lugar de su piel.

—Lo sé. —Me miró y por un momento, todo quedó lejos. El ruido, el

bullicio, las deslumbrantes luces del escenario, las personas. El mundo

sólo se detuvo, hasta que no había nada salvo Rafe, yo y la promesa de

su tatuaje viniendo a la vida para mí.

Rafe se inclinó hacia mí, sus ojos buscando en los míos, todavía

sosteniendo mi mano en su brazo.

—Tengo que preguntarte algo.

Sentí un nudo en mi garganta por la intensidad en su expresión. Mi

corazón comenzó a tronar en mis oídos.

—¿Qué?

Vi las dudas en sus ojos, un anhelo que no entendí.

—El domingo —dijo—. ¿Me pediste ir al semi-formal contigo?

Oh… ¿eso es lo que quería saber? Presioné mis labios juntos. ¿Qué

respuesta quería?

—Yo…

—¿No va a ir tu novio contigo? —Estaba mirando mi cara tan

cuidadosamente que sentí que estaba tratando de derrumbar mis

defensas y sacar todos mis secretos directamente de mi mente.

Me moví inquieta en mi silla.

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—Bueno… —Mierda. ¿Qué debería decir? Quiero decir, ¿iba a admitir

que había mentido todo el tiempo?

—¿No tienes una cita? —preguntó.

Oh, hombre. La forma en la que estaba mirándome, como si era la única

cosa en el mundo entero digno de notar, era abrumador e increíble. De

repente quería que supiera la verdad. No quería mentirle. De cualquiera

en el mundo para saber quién era en realidad, quería que fuera Rafe.

—Bueno, supongo que tengo una cita, pero sólo le dije que sí anoche

porque, bueno…

Algo brilló en sus ojos.

—Tú de verdad me lo pediste.

Abrí mi boca para decirle que sí, para confesárselo todo, cuando

recordé a Paige. Anoche, Rafe había salido con ella. No importaba lo

que dijera, no cambiaría eso y si le decía que mentí, podría pensar que

me gusta y entonces toda esta intimidad se habrá ido. No podía tener a

Rafe de nuevo porque lo estaba acechando. Quería que permaneciera

como estaba. No podía exponer la verdad y, ¿por qué debería? Él tiene

novia, así que la verdad no va a beneficiarme en algo, pero podría

hacerme perder todo.

—No, no te lo pedí. —Logré un bufido de risa y empujé mi mano libre,

incluso aunque mi corazón estaba golpeando—. Sólo estaba

preguntando en caso de que necesitara pedirlo después. Como si mi

cita fuera atropellado por un autobús o algo.

Él me disparó una mirada escéptica, haciendo claro que no me creía.

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—¿De verdad piensas que encajaría en el semi-formal de St. Mary? —Ahí

estaba un parpadeo de vulnerabilidad en su rostro y noté que él estaba

serio.

¿Él no pensaba rebajarse por un baile en St. Mary? Estaba loco. Yo

sabía todo sobre no sentirse lo suficientemente bueno y lo superé. Así

que, lo miré directo y le dije la verdad.

—Tú encajas en cualquier parte que quieras, Rafe. En cualquier lado.

Una lenta sonrisa curvó sus labios y sonreí de regreso.

—¿Tu novio va a ir a Inverness? —preguntó.

Ahí estaba. Mi oportunidad de decirle que Les no era mi novio. Pero,

¿cuál era el punto? Él sólo tomó anoche a Paige. Ella no era falsa y no

quería que Rafe estuviera incómodo de nuevo a mi alrededor. Este

momento era tan bueno como para arruinarlo. Entonces, asentí.

—Les es un estudiante de segundo año. Juega al futbol americano.

—Ah. Un jugador de fútbol americano. —Rafe me dio una mirada

especulativa—. No creo que seas del tipo de estar con un jugador de

futbol americano.

No lo era, pero, ¿cómo lo sabía?

—¿Cuál es mi tipo? ¿Tú?

Él parpadeó.

—¿Qué? ¿Por qué dices eso?

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Oh, Dios. ¿En serio había dicho eso? ¿Sólo cuando acabábamos de

pasar la torpeza de él creyendo que me gustaba, tenía que ir y decir

bruscamente eso? ¿Qué estaba mal conmigo? ¿En serio?

—Sí —dije, tratando de convertirlo en una broma—. Eres el sobrino de la

mujer que está en este mundo para torturarme. Mi chico de ensueño.

Su mirada se estrechó y la calidez se desvaneció de sus ojos.

—¿Me juzgas por ser el sobrino de la tia Joyce?

No. Creo que eres perfecto. Como si pudiera decir eso. Entonces, me

encogí de hombros y agarré una zanahoria del plato en nuestra mesa.

—Ella me odia.

Rafe frunció el ceño.

—Ella no te odia. —Miró alrededor y entonces se inclinó hasta que sus

labios estuvieron a sólo unos centímetros de mi oído—. No se lo digas a

mis padres, pero ella me salvó cuando ellos enloquecieron, Lily. Ella es

dura, pero sin ella… —Se detuvo y lo miré. Su rostro estaba tan cerca del

mío, todo lo que tenía que hacer era inclinarme y entonces nuestros

labios…

Entonces noté sus ojos. Estaban tan tristes. Tan increíblemente solitarios.

Toqué su mejilla y agarró mi mano y la sostuvo contra su rostro.

—Sin ella, lo habría perdido. Dale una oportunidad para ayudarte

también, Lily. Es todo lo que ella quiere hacer.

Presioné mis labios juntos y traté de comprender lo que estaba diciendo.

Ella había hablado con mi madre en darme un descanso de las

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173

lecciones y ella estaba aquí esta noche, ¿cierto? Además si a Rafe le

gustaba, entonces tenía que estar bien, ¿no?

Las luces de pronto se atenuaron y la madre de Rafe caminó en el

escenario.

—Quiero darles la bienvenida a nuestro tradicional noche de Martes de

la Batalle de las teclas.

Rafe y yo nos giramos hacia el escenario y sentí a Rafe inclinándose en

su silla y descansar su brazo sobre el respaldo de la mía. Probablemente

porque estaba más cómodo así. No porque estuviera haciendo un

movimiento. Pero aun así, supe que eso significaba que sintió nuestra

conexión. Tal vez era sólo como amigos, pero todavía estaba allí entre

nosotros, una comprensión. Algo muy genial.

Sonreí y me incliné contra su brazo. Rafe podía estar saliendo con Paige,

pero esta noche, éramos sólo nosotros. Pero me di cuenta de que era

bueno que fuera al semi-formal con Les. Necesitaba hacer cualquier

cosa para detenerme de pensar en Rafe como un novio, porque una

noche como esta era simplemente una forma demasiado tentadora. No

quería perderlo por hacerle creer que me gustaba o lo deseaba como

mi novio.

No iba a ocurrir y tenía que superarlo.

Rafe apretó mi hombro para conseguir mi atención, entonces me guiñó

un ojo.

—Estás a punto de ver como el piano puede ser divertido —susurró.

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—Imposible —susurré de regreso, pero no pude evitar mirar a su tatuaje. El

anhelo apoderándose de mí. Quería sentirme como eso. De verdad, lo

quería.

Escuché un furioso estallido de música desde mi izquierda y giré

alrededor. Un tipo con un chaleco negro de cuero y con cresta estaba

al piano, tocando la más asombrosa música que había escuchado. Era

rápida, frenética y loca. Escuché con asombro, sorprendida, mientras el

golpeaba. Entonces deslizó la cuerda final y antes de se hubiera

esfumado, la música saltó desde mi otro lado.

La multitud entera volvió a girarse a la derecha, donde una mujer con un

traje azul marino estaba aplastando las teclas.

—¡Guau! Es asombrosa. —Me incliné pasando a Rafe, tratando de

acercarme a ella.

Él se rió y descansó su brazo sobre mi espalda cuando me incliné sobre

él.

—Sólo espera. Se pone mejor.

—De ninguna manera. —Y entonces sólo como eso, ella se detuvo de

tocar y la música de piano estalló desde mi izquierda. Azotó alrededor

de nuevo y el centro de atención estaba en el segundo piano. Ahí

estaba un hombre mayor con el cabello gris haciendo que las teclas

vinieran a la vida con fuego y pasión. Estaba de pie, bailando y

balanceándose a través de su canción, con la energía estallando de su

cuerpo y de la música.

Entonces se detuvo y el segundo piano de la derecha estalló dentro de

la luz. Estuve cerca de caer sobre Rafe en mi esfuerzo por ver quien

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estaba tocando, para atrapar un vistazo de quien fuera que estaba

ejecutando esa música que me hacía explotar por dentro.

—¡Esa es tu madre!

Él estaba tocando el piano en mi espalda, golpeando su pie izquierdo

al ritmo con la música.

—Sí. Es buena, ¿eh?

—¡Increíble!

Entonces la música estalló del otro lado y volví a girarme.

—¡Nunca escuché un piano como ese! ¡Es como si estuvieran hablándose

el uno al otro!

—Por eso lo llaman la Batalla de las teclas. —Me dio un codazo y señaló

el hombre de cabello color arena derramando la música—. Ese es mi

padre.

Reboté en el borde de mi asiento.

—¡No me asombra que seas un música tan asombroso! Desciendes de la

grandeza.

Me miró.

—¿Piensas que soy asombroso?

—¡Dios, sí! Mucho mejor que cualquiera de Mueller-Fordham! —Giré

alrededor cuando el tercer piano de la derecha comenzó a tocar.

Apreté el hombro de Rafe, dejando que la música barriera sobre mí. Era

rápida, enérgica y furiosa con el poder. ¡Nada aburrido sobre eso! ¡Esto

estaba vivo! ¡Todo! Las personas estaban gritando, aplaudiendo,

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vitoreando y alguien incluso estaba de pie. ¡Debido al piano! Por el

rabillo del ojo, incluso vi a Crusty saltando y gritando—. Esto es tan

asombroso. Increíble. ¡No puedo creerlo!

Al instante en que el padre de Rafe terminó, salté sobre mis pies como

una media docena de otras personas y comencé a aplaudir como loca,

incluso cuando el próximo pianista saltaba a la palestra. Rafe se puso

de pie, también aplaudiendo fuerte.

Él me sonrió.

—¿Te estás divirtiendo?

—¡Esto está genial! —Pasé mis brazos alrededor de su cuello y lo abracé,

mi cuerpo vibrando positivamente con emoción. La energía batió a

través de la sala cuando más personas saltaron a sus pies con un

estruendo cuando el siguiente pianista comenzó a tocar—. ¡Esta es la

mejor noche de mi vida!

Sus brazos fueron alrededor de mi cintura y de repente me di cuenta que

estaba colgando de él. Retrocedí, pero él no me dejo. Y seguidamente

estábamos mirándonos el uno al otro, sus brazos sosteniéndome contra

él, mis dedos en el cabello de su nuca. La música vibró a través de

nuestros cuerpos y todo lo que pude hacer era mirarlo, con mi corazón

golpeando.

Por un largo momento, sólo estuvimos ahí, en medio de todas esas

personas. La música estaba golpeando a través de nosotros. Las luces

estaban parpadeando. El suelo estaba sordo de todos los pisotones. La

música rasgaba a través del aire. Sentí como mi cuerpo estaba

chisporroteando con electricidad y apenas podía respirar mientras

estaba ahí de pie, con la mirada de Rafe trabada con la mía. Todo lo

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que podía pensar era que quería que él me besara más de lo que

incluso había querido cualquier cosa en mi vida entera.

Su mirada bajó a mi boca y mi estómago dio un triple salto mortal. ¿De

verdad iba a besarme? ¿Justo aquí? ¿Delante de todas esas personas?

Entonces se aclaró la garganta, bajando sus manos de mi cintura y

dando un paso atrás.

E inmediatamente tiré mis manos fuera de su cabello y apreté mis puños a

mis lados.

Nos miramos otro largo momento y luego ambos nos sacudimos y giramos

a la vez para enfrentar al pianista que estaba tocando.

No hubo ni un sólo toque accidental entre nosotros el resto de la noche.

Pero todavía era la mejor noche que nunca había tenido.

Porque, por primera vez en mi vida, la música vino a la vida para mí,

exactamente de la forma que el tatuaje de Rafe había sido pintado,

exactamente de la manera que él dijo que lo haría. Y porque algo

había pasado entre nosotros que era tan asombroso como la misma

música.

Supe que nunca la olvidaría.

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Traducido por Onnanohino Gin

Corregido por Aciditax

Me fui directamente a casa desde el bar, corrí al salón, me senté en el

piano e intenté imitar lo que había escuchado esa noche. Cerré los ojos

y visualicé el tatuaje de Rafe, con sus colores vibrantes como si tuviese

vida, saltando de su brazo y saliendo disparado directamente al aire.

Imaginé el suelo temblando por toda la gente eufórica que saltaba.

Sentí la presión en mi pecho, como si la música me golpeara y entonces

empecé a tocar.

Me olvidé de la música clásica y del rock, simplemente golpeé las teclas,

volviéndome loca con lo que salía volando de mis dedos. Mi madre

asomó la cabeza una vez y me detuve, pensando que diría que dejase

de tocar porque ya era tarde. Pero lo único que hizo fue sonreír; cerró

las ventanas para no molestar a los vecinos y volvió a subir las escaleras.

Así que seguí tocando.

Después de una hora, estaba bañada en sudor, mi corazón latía

acelerado y estaba completamente entusiasmada. Era increíble. No

recordaba la última vez que tocar el piano me había hecho sudar,

excepto cuando estaba enferma y no estaba lista para parar. A

medianoche, saqué las partituras de la música de la banda y empecé a

Page 179: The fake boyfriend experiment

179

trabajar en ellas, cerré los ojos y me imaginé que estaba en el piano bar

y que todos gritaban, bailaban y aplaudían.

A la una de la mañana, saqué el teléfono de Rafe del papelito que les

había dejado a mis padres por si querían llamarlo. Él entendería lo

eufórica que estaba. Respondió al tercer timbrazo:

—¿Sí? —Su voz sonaba atontada y adormilada, casi colgué—. ¿Quién es?

Oh vaya, lo había despertado. Me estremecí, pero ya era demasiado

tarde.

—Soy Lily. Lo siento. No quería despertarte…

—Oh, hola Lily. —Noté que lo decía sonriendo e inmediatamente me

relajé. Le gustaba que lo hubiese llamado, se le notaba—. ¿Qué pasa? —

Se aclaró la garganta y oí cómo se movía.

Sonreí y acaricié las teclas con mis dedos:

—Sólo quería darte las gracias por lo de esta noche. Fue increíble. He

estado tocando desde que he vuelto a casa y estoy disfrutando

muchísimo.

Él se rió, con una risa profunda de barítono que me atravesó como el

ritmo con el que tocaba la batería.

—Te lo dije.

Sonreí.

—Sí, bueno, tenías razón.

—Siempre tengo razón.

Page 180: The fake boyfriend experiment

180

—Eres imbécil —dije riéndome—. Así que, ¿nos vemos mañana en el

ensayo?

—¿Querrás decir hoy?

—Sí, hoy. —Hice una pausa, de repente no sabía qué más decir—. Bueno,

creo que me iré a la cama. —Estaba a punto de colgar cuando oí que

pronunciaba mi nombre, así que me llevé el teléfono al oído—. ¿Qué?

—Yo también me divertí —dijo—. Gracias por ir conmigo.

Sonreí.

—Claro.

—Mi madre me llamó cuando llegué a casa. Le gustaste y quiere que

volvamos alguna otra vez.

Mi sonrisa se volvió más grande y bobalicona, empecé a dar vueltas en

el taburete, con los pies colgando en el aire.

—Me encantaría.

—Hacía semanas que no me llamaba. Creo que le gustó que fuéramos.

Dios, qué horrible debe ser que tus padres no te llamen. Mi estado de

júbilo se desvaneció y de repente me dieron ganas de abrazarlo otra

vez.

—Cuando quieras, Rafe. Iré contigo cuando quieras.

—Gracias —gruñó. Nos vemos.

—Adiós. —Colgué y apoyé el teléfono sobre mis muslos. ¿Por qué él nunca

llevó a Paige allí? ¿Por qué yo?

Page 181: The fake boyfriend experiment

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Como estaba tan animada por lo de la noche anterior y el piano, los

ensayos fueron muy bien durante el resto de la semana. Cada vez que

empezaba a hartarme de la música, Rafe me recordaba lo de la Batalla

de las Teclas. Recordaba a todos en el público disfrutándolo y me

volvía a relajar, recordándome a mí misma que tenía que divertirme.

Y funcionaba.

El sábado por la noche, cuando estábamos montando los instrumentos

en la secundaria donde íbamos a actuar, me sentía muy feliz de estar allí.

Era tan distinto a prepararme para una actuación con otras personas.

No estaba sola. Tenía un equipo dándome su apoyo y esa era la mejor

de todas las experiencias. Estábamos riéndonos y metiéndonos los unos

con los otros, pero también ayudándonos entre todos para estar

eufóricos y listos. Esta preparación no trataba de estar sentada

tranquilamente y arreglar cada mechón de cabello que se me salía de

su sitio. Era sobre volverse loco y llenarse de emoción y energía.

¡No estaba sola y eso era alucinante!

Parecía que le caía bien a todos los de la banda, la música nos salía

bien y nadie había mencionado a Paige en toda la semana. Erin incluso

iba a intentar traer a Val y Delilah para ver a la banda esta noche.

¿No era genial?

Por fin, yo era genial. Me había olvidado de los vestidos azul marino y las

medias de nylon. Esa noche llevaba puesto un par de pantalones

blancos ajustados con rayas horizontales, una camiseta blanca ajustada

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con un chaleco corto encima, guantes de encaje rojo sin dedos y un

collar genial que había comprado en el centro comercial el jueves por la

noche, con Angel. Incluso nos habíamos comprado un tinte para el

cabello, ahora Angel y yo llevábamos mechas rojas a juego en el

cabello. Puede que no tuviese un tatuaje cubriéndome un brazo entero

como Rafe, pero me sentía totalmente llena de poder y energía

corriendo por dentro de mí. ¡Estaba lista para llevar el rock al gimnasio!

Cuando sólo faltaban un par de minutos para que empezáramos a

tocar, yo estaba en el teclado, tocando mientras el gimnasio se llenaba

y Angel vino a mi lado. Sus uñas eran de color rosa neón y yo sonreí. Las

mías eran de un dorado brillante con rayas negras. Hoy no me sentía

nada celosa, me sentía genial.

Angel inclinó la cabeza hacia mí mientras afinaba su guitarra:

—Bueno, Lily, ¿qué pasa entre Rafe y tú? —Su voz y su lenguaje corporal

parecían casuales, pero yo supe instantáneamente que la pregunta no

lo era. ¡Me estaba intentando sacar información! Noté el calor en las

mejillas y la miré con una expresión de pánico.

—¿Qué quieres decir? —Seguramente ella no había notado que yo

estaba enamorada de Rafe desde hacía bastante, ¿o sí? Es decir, sabía

que nosotros éramos sólo amigos, pero eso no significaba que pudiese

parar las fantasías sobre lo que podría haber pasado si me hubiese

inclinado más en el piano bar y él me hubiese besado…

—Quiero decir, ¿qué pasa? —preguntó Angel con un poco más de

actitud.

Me aclaré la garganta y me concentré en quitarle un polvo imaginario al

teclado.

Page 183: The fake boyfriend experiment

183

—Nada.

Ella resopló, inclinándose más e invadiendo mi espacio, abandonando

totalmente cualquier intento de aparentar que esta pregunta era casual.

—Nena, has estado babeando por Rafe toda la semana en los ensayos

y ustedes dos tenéis una especie de sonrisas secretas.

¿De verdad? ¿Teníamos sonrisas secretas? La emoción corría dentro de

mí y no pude disimular la sonrisa tonta que apareció en mi rostro.

—Sólo tocamos música.

Ella me tomó por la muñeca y la miré. Me estaba estudiando

detenidamente y su cara estaba muy seria.

— Rafe es un chico genial. No te juntes con él.

—¿Yo? —La miré, molesta porque se metía y me estaba culpando por la

química que había ido en aumento entre Rafe y yo esta semana. ¡Eso era

un asunto entre nosotros dos!—. Él es el de la novia.

—Y tú eres la del novio. —Me soltó la muñeca y su hostilidad se

desvaneció—. Él vuelve a parecer feliz, y si eso es por ti…bueno… — Me

miró con una expresión especulativa, como si estuviese intentando

descubrir de qué iba todo esto exactamente—. Si lo haces feliz, entonces

quiero que estén juntos. Pero no juegues con él. Si no quieres algo serio

con él entonces no te metas en su cabeza.

Me sentí mareada. ¿Yo hacía feliz a Rafe? ¿En serio? No tenía ni idea de

qué decir. NI siquiera estaba segura de poder hablar. Todo lo que

sabía era que él también me hacía feliz y que me había mostrado cómo

disfrutar de la música esta semana. ¿Por qué tenía una estúpida novia?

¡Argh!

Page 184: The fake boyfriend experiment

184

—¿Lily? —Me miró—. ¿Te gusta?

Me mordí el labio.

—Tiene novia.

Ella me estudió atentamente:

—¿Y si no la tuviera?

Sentí que mi corazón se hundía y subí la barbilla.

—Sí que la tiene, ¿así que qué más da eso? No importa lo que yo piense.

Ella sonrió inmediatamente y le dio un golpecito a su guitarra.

—¡Te gusta!

¡Buah! ¡No podía permitir que saliera la verdad! La tomé del brazo:

—¡No! Eso sería una estupidez y…

—Hola Rafe —me interrumpió, mirando sobre mi hombro, con sus ojos

risueños.

Cerré los labios y noté cómo mi cara se encendía. No iba a darme la

vuelta. Pero lo hice, por supuesto. ¿Cómo evitarlo? Rafe me sonrió, sus

ojos oscuros recorrieron mi cuerpo.

—Estás muy guapa esta noche. No pareces una aburrida pianista.

No pude hacer nada más que devolverle una sonrisa radiante. Me

había pasado todo el día eligiendo lo que me iba a poner. Llevaba

unos pendientes largos geniales y un diamante falso en el piercing del

ombligo. Y sí, había comprado un sujetador nuevo en Victoria’s Secret.

Era uno de encaje rojo y podía verse un poquito a través de la

Page 185: The fake boyfriend experiment

185

camiseta. ¿Rafe se habría dado cuenta de que iba vestida para ser

puro fuego y no para parecer aburrida? ¿Finalmente se daría cuenta de

que yo era la chica de sus sueños? ¡Argh! No debía importarme. Él tenía

novia. Y a mí no me importaba.

Angel le dijo bromeando.

—Cuando dejes de babear por ella, ¿podemos empezar a tocar?

Rafe se puso rojo inmediatamente y se alejó de mí, hacia el resto de la

banda.

—¿Están listos, chicos?

Yo dirigí mi mirada hacia Angel:

—¿Estaba babeando por mí? —susurré.

Ella sonrió y asintió.

—Totalmente, pasa mucho tiempo mirándote.

Sonreí para mí mientras ella ocupaba su sitio en el escenario. Todos

gritaron que estaban listos para el rock, así que Rafe fue hacia la batería

y empezó a tocar. Nash y Angel se unieron y yo también, cerrando los

ojos y dejando que mis caderas se movieran como las de los pianistas

del bar. Entonces Chris empezó a cantar y todo el mundo se volvió loco.

Abrí los ojos, alucinando por ver que de repente todos los estudiantes

habían empezado a gritar y bailar como locos. Todo por nosotros. Era

totalmente increíble. Le sonreí a Rafe y él me guiñó un ojo. Todo esto era

tan distinto a mis recitales, donde todo el mundo simplemente se sentaba

en silencio y aplaudía educadamente. ¡Esto era impresionante!

Page 186: The fake boyfriend experiment

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El baile acabó demasiado pronto y todos chocamos los cinco entre

nosotros cuando acabamos de tocar. Incluso Angel me abrazó.

Entonces, cuando me soltó, Rafe se acercó y también me abrazó. No fue

un abrazo rápido, como el de Angel. Sino uno largo y cálido, me apretó

fuerte, como si no quisiese dejarme ir.

—Lo has hecho genial —dijo. Estaba tan calentito y olía tan bien. Enterré

la cara en su pecho. ¿Este era simplemente un abrazo de amigo? Porque

se sentía como si fuese mucho más.

—Esto es lo mejor que me ha pasado —dije—. ¡Ha sido tan divertido!

—¿Te lo imaginas? —Me alejó un poco para poder mirarme, dejando una

de sus manos en mi cadera—. La música es divertida. Vaya concepto. —

Me acarició la mejilla y mi corazón empezó a acelerarse.

—Gracias a ti —dije—. Tú me enseñaste cómo disfrutarla. Te lo debo a ti.

—Nah, ha sido un placer. —Enredó sus dedos en mi cabello mientras Chris

se acercaba a mí, pero ninguno de los dos desvió la mirada del otro.

Rafe mantuvo la mirada fija en mi rostro:

—Me prometí que no diría nada pero… —Hizo una pausa.

—¿Pero qué? —¿Qué me iba a decir? ¿Angel tenía razón? ¿Iba a decirme

que le gustaba? ¿A pedirme que dejara a mi novio por él? Eh sí, ¡la

respuesta a esa pregunta iba a ser que sí!

Rafe me tomó por la parte de atrás del cuello:

—Creo que deberías ir a la audición.

Page 187: The fake boyfriend experiment

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Pestañeé.

—¿Qué? —¿Audición? ¿Quería que habláramos sobre la audición? ¿Pero

y qué pasaba con el abrazo? ¿Y con su forma de mirarme? ¿Y qué

pasaba con lo que había dicho Angel de que yo le gustaba?

—La audición del SMN—dijo, como si yo no hubiese caído—. No vayas

para tocar algo de Mozart o de Bach. Toca la música de la banda.

Toca algo que haga que te sientas viva. No tienes que tocar algo de

clásica para hacerlo genial.

—¿Por qué me estás hablando de la audición? —Acabábamos de dar la

actuación más increíble que había dado en toda mi vida, la química

entre nosotros era muy caliente, ¿y él quería hablar sobre la audición?

Me sujetó la cadera con más fuerza, sus ojos adquirieron un brillo salvaje

e intenso que me atravesó.

—Porque eres increíblemente talentosa, Lily, y mereces ser reconocida.

Pero debes hacerlo bajo tus propias condiciones. Toca lo que te guste.

De repente sentí que se encendía una llama de esperanza en mi pecho,

ante la posibilidad de ir y hacer la audición bajo mis propios términos.

Nunca antes se me había ocurrido algo así, pero esta noche había sido

impresionante. Esta noche, había amado la música. ¿Él tenía razón?

—No quiero que la presión…

—Yo te llevaré. Ni siquiera tenemos que contárselo a mi tía o a tus

padres. Simplemente iremos. —Su mirada estaba atrapada en la mía, y me

obligaba a no desviar la vista—. ¿A qué hora es la audición?

—Diez.

—Entonces te recogeré a las ocho y media. El próximo sábado.

Page 188: The fake boyfriend experiment

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Me sentía muy tentada a decir que sí, a zambullirme en lo que me ofrecía,

pero entonces regresé a la realidad, recordé cómo era estar atrapada

en esa sensación de estar atormentada y de odiar la música. No podía

volver a estar así. No podía hacerlo otra vez. Sacudí la cabeza y me

aparté de él.

—No, no puedo. No quiero.

Él me dejó ir, observé cómo respiraba profundamente, como si estuviese

intentando serenarse.

—Muy bien. Si quieres, iré contigo. —Se acercó y volvió a meterme los

dedos en el cabello—. Y si no, también está bien. Tú seguirás… —Y se

calló.

Yo aguanté el aliento:

—¿Yo seguiré qué? —¿Gustándote?

—¡Lily! —El grito de Erin fue como una sacudida repentina que nos hizo

dar un salto.

¡No! ¡Ahora no! Ignoré la voz de Erin y no me separé de Rafe.

—¿Tú seguirás qué? —dije con urgencia, moviéndome cerca de él—. ¿Qué

ibas a decir?

—¡Lily! —gritó Erin otra vez.

Rafe desvió la mirada hacia Erin y entonces nuestro momento se perdió.

¡Argh! Me giré para mirar a Erin a la cara y entonces casi me desmayé.

Estaba allí de pie y no sólo con Val y Delilah, sino también con los chicos

de Inverness. Incluyendo a Les. El cual miraba atentamente a Rafe. ¡Oh,

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no! Dos novios falsos en el mismo lugar tenían toda la pinta de acabar

siendo un feo y terrible desastre. Rafe dejó caer la mano de mi cabello.

—¿Estos son tus amigos?

Sonreí, preguntándome cómo iba a salir de esta.

—Sí. —Rápidamente me giré y me apresuré hacia el teclado—. Creo que

deberíamos empezar a guardar nuestros instrumentos, ¿no?

Erin subió al escenario de un salto y Les fue detrás de ella. Erin chilló y se

abalanzó sobre mí para abrazarme. Bueno, esa salida rápida de “ir a

guardar los instrumentos” no había funcionado. ¡Maldición!

—¡Eres tan genial Lily! —chilló Erin—. ¡No tenía ni idea de que tuvieses todo

eso dentro de ti! Le dijimos a los vigilantes del baile que estábamos con

la banda y nos dejaron entrar, estaban delirando al hablar de lo

excelentes que habíais estado.

—Eh, gracias. —Mientras miraba a Les abracé a Erin. Él me estaba

sonriendo con demasiado aprecio y como satisfecho de sí mismo. En

cuanto Erin me dejó ir, Les me tomó por la muñeca y me atrajo hacia él,

dándome un abrazo.

—Has estado genial —susurró contra mi oído—. Y estás buenísima. —Me

dejó ir y alzó la voz—. No puedo esperar para verte con tu vestido del

semi la semana que viene. —Mis mejillas se encendieron y miré a Rafe. Él

estaba mirando a Les con el ceño fruncido. Les le sonrió—. Tú debes ser

Rafe.

—Tú debes ser Les. —La voz de Rafe sonó fría y baja, sin el más mínimo

rastro de amistad. Ninguno extendió la mano al otro, lo cual estuvo bien

porque parecía que Rafe estuviese deseando tirar a Les del escenario.

Page 190: The fake boyfriend experiment

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—¡Rafe! ¡Rafe! —Todos nos dimos la vuelta al mismo tiempo para ver una

familiar cabellera morena perteneciente a una súper sexy pianista que

tenía puestos unos jeans incrustados con brillantes y una camiseta negra

muy corta, corriendo hacia el escenario y alzando sus brazos hacia Rafe

para que la ayudara a subir.

Paige. Qué asco.

El rostro de Rafe se iluminó, agarró sus muñecas y tiró de ella para que

pudiera subir. Entonces ella se tiró en sus brazos y le besó, era un ataque

propio de una verdadera novia.

Y Rafe le devolvió el beso.

Justo ahí.

Delante de todo el mundo.

Page 191: The fake boyfriend experiment

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Traducido por Milyepes

Corregido por Aciditax

rin fue la primera del público en reaccionar al tango lingual

Paige/Rafe.

—¡Hey! —Ella pateó la espinilla de Rafe mientras él aún besaba a

Paige.

¡Oh, mierda!

—¡Ay! —Él quitó su boca de Paige y sostuvo su pierna, saltando lleno de

dolor—. ¿Por qué fue eso?

—¡Estás engañando a Lily! —gritó ella—. ¡Justo en frente de ella!

Una mirada de total confusión se apoderó de su rostro.

—¿De qué estás hablando? —Él me miró, mientras yo retrocedía, tratando

de desaparecer.

—¡Tú! —le gritó Erin—. ¡Engañando a mi mejor amiga!

—¿Qué...? —Rafe me miró mientras una súbita comprensión se expresaba

en su rostro—. ¿Les dijiste que estamos saliendo?

E

Page 192: The fake boyfriend experiment

192

Yo estaba casi al borde del escenario. Si tan sólo pudiera salir de él y

desaparecer entre la multitud, podría llegar a casa a tiempo y mudarme

a un nuevo estado antes de que todos se dieran cuenta...

Paige golpeó a Rafe en el pecho y se zafó de sus brazos.

—¿Estás saliendo con Lily? ¡Me juraste que sólo estaba en la banda

porque tu tía te obligó a preguntarle si quería tocar! ¡Te pregunté si te

gustaba y me juraste que no! ¡Sabía que tenías algo que ver con ella!

Hice una pausa. ¿Paige pensaba que yo le gustaba? ¿En serio? ¿Había

notado algo en la forma en que él hablaba de mí?

—No estoy saliendo con Lily. —Rafe trató de tomar las manos de Paige

mientras ella le golpeaba el pecho, despotricando contra él.

—¡Lily! Dile que no estamos saliendo.

Me quería morir. Morir. Justo ahí.

Les dio un paso y puso su brazo alrededor de mi hombro.

—Voy a cuidar de ti, Lily. Vas a estar mejor sin él.

Estaba demasiado entumecida para sacudírmelo. Me quedé allí,

muriendo lentamente.

Los ojos de Rafe me fulminaron, había una ira furiosa en su rostro. Y

traición. Oh, Dios, me sentía muy mal.

—¿A qué juego estás jugando? —me exigió responder.

—Rafe. —Paige lo empujó con tanta fuerza que tropezó con uno de los

cables y se estrelló contra su batería. Salió volando, los platillos giraban

por el escenario y un tambor saltó por encima del escenario y rodó por

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el suelo. Alguien le dio una patada e hizo un horrible sonido de un

instrumento moribundo. Oh no, sus hermosos tambores...

—No puedo creer que me mintieras —le gritó Paige.

—No lo hice. —Rafe se desenredó de la carnicería y se puso de pie,

dirigiéndose hacia mí—. Díselo, Lily. Dile a Paige la verdad. —Él me miró, la

acusación se veía profundamente en sus ojos.

Tragué saliva, todo dentro de mí se marchitó por la expresión en el rostro

de Rafe. Había reventado todo. Yo lo había traicionado de la peor

manera, como una amiga, violando totalmente la confianza que

habíamos construido. Nunca se recuperaría.

—No estamos saliendo —dije en voz baja—. Nosotros nunca lo hicimos.

Paige dejó de vociferar y me miró fijamente.

—Estás mintiendo.

No me fijé ni en Les ni en Erin. Sólo sostuve la mirada furiosa de Rafe.

—Lo siento, Rafe. Fue un accidente, y entonces, bueno, yo...

Les dejó caer su brazo de mi hombro y se apartó de mí, con una

expresión de puro disgusto en su rostro.

—¿Él no es tu novio? ¿Mentiste al respecto? ¿Por qué? ¿Para tratar de

conseguir que yo te llevara al semi? ¿Eres tan perdedora?

Erin golpeó a Les en el hombro.

—Ella no es una perdedora —gritó, desatando un mundo de Defensa de

Lily sobre él.

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Rafe los ignoró a ambos para centrarse en mí, y yo no pude apartar mi

mirada de él. Todavía parecía molesto, pero había algo más en su rostro.

Algo más suave. ¿Confusión?

—¿Él no es tu novio? —preguntó.

Me mordí el labio y negué con la cabeza. Las lágrimas ardían en mis ojos

y luché por controlarlas, por ser fuerte.

—¿Por qué mentiste? —preguntó.

—Yo…

Todo el mundo esperaba que diera una explicación, pero no tenía

ninguna. Ninguna. Así que en su lugar, me giré y salí corriendo.

No me levanté de la cama hasta el miércoles, cuando mamá por fin se

dio cuenta de que realmente no estaba enferma y me obligó a volver a

la escuela. Todas mis amigas me habían llamado varias veces, pero no

respondí a las llamadas, ni siquiera cuando mi madre golpeó mi puerta.

Incluso Angel había intentado contactar conmigo.

Pero no Rafe.

Y Les tampoco.

Era horrible.

Y fue aún peor cuando entré en el aula y vi a Erin, Val y Delilah juntas en

un rincón. Susurrando. Todas felices, sin mí.

Page 195: The fake boyfriend experiment

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Me mordí el labio y me senté en mi escritorio, haciendo caso omiso de

ellas.

Entonces la silla junto a mí fue retirada. Miré hacia arriba para ver a Erin

sentada a mi lado, Val se sentó sobre mi escritorio y Delilah se dejó caer

en la silla a mi otro lado. Alcé la barbilla y las miré, desafiándolas a que

me acosaran. Yo era muy consciente de lo tan perdedora que era y

realmente no quería escucharlo.

—Entonces —dijo Erin—. Todas hemos hablado sobre ello y hemos

llegado a una conclusión.

Ellas ahora me iban a abandonar. Lo sabía.

—No me importa. —Apreté los puños debajo de la mesa, enterrando mis

uñas en las palmas de mis manos.

—Mira, hemos visto tu desempeño toda la noche —dijo Val—. Y es

bastante obvio que Rafe está enamorado de ti.

Sentí un nudo en mi garganta y miré mi escritorio.

—Eso no es gracioso.

—Estamos hablando en serio —dijo Erin. La miré y mis entrañas quedaron

atrapadas por la expresión en su rostro.

—¿De verdad?

—Sí. —Delilah me tocó el brazo—. ¿Él realmente está saliendo con la fea

morena esa?

Asentí lentamente, tratando de entender su respuesta inesperada. ¿Por

qué no me odiaban?

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—Bueno, entonces por eso besó a Rafe, porque pudo ver como se

obsesionaba contigo durante el concierto —dijo Val.

La miré fijamente.

—¿En serio?

—Lo juro. Quería reclamarlo porque sabía que lo estaba perdiendo.

—¿Perdiéndolo? ¿Por mí? —Las miré a todas. ¿Por qué no estaban

acosándome por mentir? Pero no lo estaban. Todas estaban serias y sus

ojos brillaban de emoción—. ¿De verdad creen... que yo le gusto?

—Tanto como a ti te gusta —dijo Erin.

Sentí el calor en mis mejillas y Erin sonrió.

—Eres tan tonta. ¿Por qué no fuiste honesta con nosotras desde el

principio?

La verdad salió de mí antes de que pudiera detenerla.

—Debido a que todas ustedes tenían a estos tipos y yo no tenía a

nadie, y me sentía como una perdedora y luego solté la lengua y no

sabía cómo detenerla y... —Tomé una respiración profunda—. No tiene

importancia. Él tiene novia.

Erin suspiró.

—Sí. Está eso.

—Y Les ya no está interesado —dije.

—Les es un idiota —dijo Val—. Me alegro de que no vayas con él. No

quería decírtelo cuando te gustaba, pero hizo algunos comentarios muy

desagradables sobre ti después de la fiesta en la piscina. Es un cretino.

Page 197: The fake boyfriend experiment

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Eso no me sorprendió.

—Por lo tanto, creo que no voy a ir al semi. —Suspiré. Estaba de vuelta a

donde había estado el primer día de clase. Pero al menos mis amigas no

parecían estar interesadas en darme una patada. Eso estaba bien. No

sólo bien. Era increíble. Sabían exactamente lo que era y, aun así,

seguían siendo mis amigas. De hecho, incluso pensaron que yo era tan

fantástica que estaban listas para declarar el amor eterno de Rafe por

mí. Todo estaba bien.

Intercambiaron miradas significativas y rápidamente se incorporaron.

—¿Y ahora qué?

Val puso su mano sobre mi hombro y lo apretó con firmeza.

—Este es el trato, Lily. La primera regla de no ser una perdedora es no ser

derrotada. Tienes que ir al semi con un chico y demostrárselo a Rafe y a

Les.

¿Aló? ¡Esa fue la situación que creó este lío en primer lugar!

—¿Sí, como quién? —¿Otro tipo Inverness? Muchas gracias, pero prefiero

quedarme en casa y sacarme los vellos de las axilas uno por uno.

—El cantante de la banda —dijo Erin—. Todas decidimos que él es

totalmente lindo.

—¿Chris? —Me senté de nuevo y pensé en ello. Huh—. Él es muy lindo. Y sus

ojos azules son impresionantes.

—Hazlo —dijo Val—. Todavía puedes tener una cita cuádruple con

nosotras.

Page 198: The fake boyfriend experiment

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Yo las miraba, dándole vueltas a la idea de Chris en mi mente. Tenía

potencial, supuse.

—Tal vez…

La señora Griffiths entró en el aula y todos se deslizaron a sus asientos.

Erin apuntó una nota y la deslizó hacia mí.

Estuviste muy bien el sábado por la noche. ¿Has pensado en buscar una

banda para tocar de verdad? Estuviste genial.

Había subrayado la palabra bien seis veces y sonreí. Seguí mi dedo

sobre las palabras. Había sido divertido, eso era seguro. Pero había sido

muy divertido sobre todo por Rafe.

¿No había sido así?

Me decidí a hacerlo. Tenía que tomar el control. Tenía que ser dueña de

mi vida. O por lo menos conseguir una cita para el semi que no implicara

ninguna mentira, novios falsos, ni nada de eso. Sólo yo. Llamé a Chris el

jueves por la noche. Colgué las tres primeras veces que marqué.

Entonces llamé a Erin, tuve una charla motivadora y luego lo llamé de

nuevo.

Él respondió casi de inmediato.

—¿Sí?

Me aclaré la garganta.

Page 199: The fake boyfriend experiment

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—Um, ¿Chris?

—Sí. ¿Quién es?

Estuve a punto de colgar de nuevo, pero me obligué a contestar.

—Soy Lily. De la banda.

—Hey, Lil. —Su voz se calentó de inmediato—. Me pareció reconocer tu

voz. Fue un gran trabajo el del sábado. Te fuiste antes de que pudiera

decírtelo.

—Sí, bueno, toque de queda. —Me apuré antes de que pudiera

mencionar el incidente con Rafe—. Así que, de cualquier manera, tengo

este baile semi-formal en mi escuela el viernes por la noche y me

preguntaba si querrías ir conmigo. —Fui tan rápida con la invitación que

no estaba segura de que hubiera entendido lo que le había dicho.

—¿Este viernes?

—Sí. Fue el único día en que pudimos conseguir el lugar que queríamos.

Quiero decir, por lo general es en sábado, pero elegimos viernes, para

así poder tener el Club de campo Red Pines. Es propiedad del padre

de una chica en mi clase y la comida va a estar muy buena, tienen una

gran pista de baile y...

—Relájate, Lily —interrumpió—. No tienes que convencerme para pasar un

rato contigo. Cuenta conmigo.

Me quedé sin aliento.

—¿En serio? ¿Sólo así?

Él se carcajeó.

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200

—Sí, así de fácil. Rafe es un idiota. Yo no. Estoy por encima de eso.

—Oh. —Me incliné de nuevo en mis almohadas y aflojé mis dedos del

teléfono. El alivio corrió sobre mí y mis pulmones comenzaron a trabajar

de nuevo. Eso no estuvo tan mal, ¿verdad? ¿Pedirle a un chico que

saliera conmigo?—. Bueno. Eso es genial. —Eso era bueno. El comienzo

de mi nueva vida sin novios falsos.

—¿A qué hora empieza?

—Ocho.

Se quedó en silencio por un segundo y sentí la tensión deslizándose

sobre mí. Él me iba a sacar del apuro, ¿verdad?

—¿Qué tal si quedamos allí? —dijo—. Tenemos ensayo en la banda hasta

las ocho. Voy a llevar mis cosas, luego correr y encontrarnos.

Me di cuenta de que no me preguntó si yo iba a ensayar. Supuse que

había sido despedida.

Abandonada por dos novios falsos y despedida de la banda. Mi

semana de suerte. Pero por lo menos tenía una cita para el semi. Las

cosas estaban mejorando. Ra, ra.

—Sí, está bien si nos encontramos allá.

—¿Lily? ¿Qué pasa?

Hice girar mi pelo alrededor de mi dedo.

—Nada. —Yo no permitiría que nada fuera mal. El asunto con Rafe tenía

que ser historia y no iba a permitir que arruinara mi primer semi-formal. Chris

era agradable y lindo, estaba emocionado de ir y eso era todo lo que

iba a dejarme pensar.

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—Vamos a pasarlo bien, lo prometo.

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Traducido por hanna

Corregido por Aciditax

l viernes por la noche, a las ocho y cuarto, estaba de pie junto a la

puerta del salón de baile del Club de campo Red Pines. Llevaba

un vestido negro con tirantes y una chaquetita de seda que se

deslizaba sobre mi piel. Mis tacones decorados con diamantes de

imitación me daban por lo menos diez centímetros más y mi cabello

brillaba con reflejos rubios que hacían que mi sucio cabello rubio luciera

escandalosamente hermoso.

Mi vestido era ideal, pero mi corazón se sentía como si alguien hubiera

envuelto cadenas con púas alrededor de él y poco a poco se fuera

aplastando cuanto más tiempo me quedaba allí esperando. Chris no iba

a venir, ¿verdad? Vi cada chico entrar y mirarme. Sus pensamientos eran

obvios: mira la perdedora de pie, ahí sola.

El vestido de seda podía ser demasiado solamente para mí, al parecer.

¿Por qué había aceptado reunirme con Chris aquí? ¿Qué idiota era eso?

Hubiera sido mucho mejor que lo encontrara en mi casa, no importaba lo

tarde que estuviéramos aquí. Quiero decir, en serio, todo el mundo

estaba aquí con una cita. No era como si tuviera a alguien con quien

pasar el rato.

E

Page 203: The fake boyfriend experiment

203

Erin se acercó detrás de mí y apoyó la barbilla en mi hombro.

—Dijiste que Chris vendría desde el ensayo, ¿no?

El alivio corrió a través de mí por tenerla allí y asentí, mirando fijamente la

puerta, agradecida de que ella hubiese zanjado a Keith durante unos

minutos para pasar el rato conmigo. Les tenía una cuádruple cita con

ellos, con una chica fea de St. Mary. Una de primero, me había dicho Erin.

De cierto modo me hizo sentir mejor.

Les había enganchado a una de primer año en el último minuto.

Yo había quedado en pie.

—Entonces, tengo una teoría —continuó Erin.

Fruncí el ceño y me giré hacia ella. Llevaba un vestido azul sin tirantes

que apenas llegaba a la parte superior de su muslo y se envolvía

alrededor de ella como si se tratara de una segunda piel. Se veía tan

caliente y yo estaba feliz de que ella y Keith se llevaran tan bien, aunque

de alguna manera acentuaba lo mala que mi noche estaba resultando

ser.

—¿Crees que Rafe le dijo a Chris que no viniera? ¿No? —Pisoteé mi pie—.

¡Lo sabía! Estaba pensando en eso, pero luego pensé que a Rafe no le

importaba lo suficiente, o que Chris era demasiado amable para

dejarme colgada. Pero eso es lo que pasó, ¿no? ¿Por eso Chris llega

tarde? ¡Estúpido Rafe!

Ella sonrió.

—En realidad, creo que Chris le dijo a Rafe que iba a traerte y Rafe le

convenció para dejarlo traerte en lugar de Chris.

Page 204: The fake boyfriend experiment

204

Mi corazón tartamudeó.

—¿En serio?

Su sonrisa se ensanchó.

—Creo que la razón de que tu cita llegue tarde se debe a que Rafe te

va a llevar y tuvo que correr a casa para conseguir un traje.

Me aferré a sus brazos, la emoción saltando a través de mí.

—¿En serio? ¿Lo juras? ¡Porque te voy a matar si te equivocas!

Ella se rió, sus ojos brillaban.

—¡Rafe te ama totalmente! Cualquiera que haya visto el espectáculo lo

habría visto. Ahora que sabe que estás soltera y va a hacer su

movimiento.

Fruncí el ceño.

—El gusto de Les se detuvo una vez que sabía que yo estaba soltera.

—Eso es porque Les es un idiota. —Metió un cabello perdido de nuevo

en mi peinado—. Te ves increíble. Rafe va a morirse cuando te vea.

De repente, una mano se posó en mi hombro y vi los ojos de Erin

ampliándose hacia quien estaba detrás de mí.

De inmediato me di la vuelta.

Era Chris.

La decepción se apoderó de mí mientras sonreía.

—Hey, Lily. Te ves increíble. —Él se inclinó hacia delante y me besó en la

mejilla, sus dedos sueltos alrededor de mi muñeca.

Page 205: The fake boyfriend experiment

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Logré una sonrisa.

—También pareces bastante decente en un traje. —La verdad. Tenía el

cabello peinado hacia atrás y todo él olía bien. Por desgracia, no era

Rafe.

Me tendió un ramillete.

—Para ti.

Me quedé mirando el hermoso arreglo de rosas.

—¿Me trajiste flores?

—Por supuesto. Es un semi-formal, ¿no? —Él tiró de una banda elástica

libre—. Es un ramillete de muñeca. Extiende tu mano.

Suspiré mientras colocaba las flores alrededor de mi muñeca. Eran tan

bonitas. Las aproximé a mi cara e inhalé. Olían genial. Y Chris parecía

muy guapo. Entonces, ¿por qué me sentía como si estuviera a punto de

llorar?

Lanzó su brazo alrededor de mi hombro y empezó a caminar hacia la

pista de baile.

—Creo que necesitas un baile.

—No tengo ganas de bailar.

—Aun así. —Él me soltó y empezó a bailar—. Vamos, niña piano. Agita el

botín como lo haces cuando estás tocando el teclado.

Sentí el calor de mi mejillas elevarse incluso mientras sonreía.

—Cállate.

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—Nunca. —Él agarró mi mano y tiró de mí hacia él—. Baila conmigo, Lily. —

Envolvió su brazo alrededor de mi cintura y puso su boca cerca de mi

oído para que yo pudiera oírle por encima de la música—. Sé que no soy

Rafe, pero todavía podemos divertirnos esta noche, ¿no?

Eché mi cabeza hacia atrás para mirarlo. ¿Él sabía que me gustaba

Rafe?

Sonrió, aparentemente leyendo mi expresión.

—Todo el mundo lo sabe —gritó sobre la música—. Esa fue una gran

escena el pasado fin de semana después de nuestro concierto. Lo

dejaste totalmente por los suelos. ¡Buena!

Sentí que un poco de tensión se aliviaba alejándose.

—¿En serio?

—¡Claro que sí! —Él me dio la vuelta—. Es bueno para Rafe ser golpeado

un poco. Fue muy gracioso ver su cara —dijo—. Ha estado abatido en la

escuela toda la semana, lo que se merece por elegir a Paige sobre ti.

Bueno, eso me hizo sentir mucho mejor, ¡saber que Rafe había sido

miserable durante toda la semana! Sonreí y comencé a bailar cuando

Chris me soltó.

—Gracias por venir conmigo.

—¿Estás bromeando? Fue increíble ver la cara de Rafe cuando le dije

que esta noche me habías pedido.

Sentí a mi corazón tartamudear.

—¿Qué ha dicho?

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Chris alzó los brazos por encima de su cabeza y empezó a hacer un

loco movimiento agitando sus caderas.

—¡Nada! Sólo parecía sorprendido. ¡Fue genial! Estaba tan celoso que

pensé que iba a golpearme.

—¿En serio? —¡Esa fue la mejor noticia!

Chris se inclinó hacia adelante y me gritó al oído.

—Lily, sigue saliendo con Paige. Renuncia a él.

Hice una mueca. Tenía razón.

—Lo sé —grité de vuelta—. Ya lo superé.

—Bien. Tal vez entonces me tomes en cuenta.

Le miré boquiabierta mientras Chris me guiñaba un ojo y luego se dio la

vuelta hacia la música.

¿Chris y yo? Hmm...

Sonreí y comencé a bailar de verdad.

Chris y yo nos detuvimos para tomar una copa después de una hora de

duro baile. Se fue a un par de vasos de agua y yo me hice con un

asiento en una de las mesas, todavía respirando con dificultad de

trabajar en la pista de baile. Chris realmente podía moverse y me hizo reír.

La noche iba mucho mejor de lo que esperaba.

Apenas había pensado en absoluto en Rafe.

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Sintiéndome sorprendentemente feliz, me recosté en mi asiento y examiné

la sala. Arrugué la nariz cuando me di cuenta de Les a mi derecha, de

pie, solo y mirando a todos los demás bailando.

Su rostro se ensombreció cuando notó a una muchacha hermosa en un

baile lento con otro hombre. A medida que se arremolinaban junto a él,

extendió la mano y la agarró del brazo y tiró de ella libremente.

Me incliné hacia delante para escuchar mientras la chica miraba a Les.

—Déjame en paz, Les.

—Tú eres mi cita —gritó sobre la música—. ¡No la de él!

¡Oh, de ninguna manera! ¡Esto era muy impresionante! Sonreí mientras

ponía los ojos en blanco.

—Bueno, te estoy abandonando. Sé un hombre y supéralo.

—Pero…

Ella levantó la mano para hacerlo callar y luego se dio la vuelta hacia su

nuevo chico.

Les dio la vuelta y me vio. Inmediatamente me limpié la sonrisa de mi cara.

Frunció el ceño, pareció notar que estaba sola y cabeceó hacia mí. Se

metió las manos en los bolsillos.

—Y bueno… ¿quieres bailar o qué?

Guau, ¿creía que podría haber sido atrapada con esa actitud toda la

noche? No, gracias. Sintiéndome un poco presumida, le hice una seña a

Chris, que caminaba detrás de él.

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—Tengo una cita. —No podía dejar de reírme al ver la agría expresión en

el rostro de Les sobre el tamaño de Chris, que parecía decididamente

caliente en su traje y era un poco más alto que Les.

Vi el momento en que Chris lo reconoció. Sus ojos se estrecharon una

fracción, entonces rompió en una amplia sonrisa y una palmada en el

hombro de Les.

—Hombre, me alegro de que fueras demasiado estúpido como para

pasar de ella. Tú te lo pierdes, amigo. —Él colocó mi copa frente a mí y

puso su mano sobre mi hombro, dejando en claro que estaba conmigo y

feliz.

Sonreí en la profundización del ceño fruncido en el rostro de Les.

—¿Estás realmente con ella? —preguntó.

—Ya lo creo. No me habría perdido la oportunidad. —Chris asintió y se

sentó a mi lado, cubriendo el brazo sobre el respaldo de mi silla—. Nos

vemos —dijo a propósito.

Les nos miró a los dos y se marchó. Me eché a reír en cuanto quedó

fuera de la vista.

—¡Eso fue muy divertido!

Chris sonrió y me tendió mi bebida.

—Ese tipo es un idiota. No puedo creer que fueras a venir con él. Déjame

adivinar, ¿jugador de fútbol americano?

Asentí mientras tomaba el agua.

—Él no sabe nada de música.

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—Como dije, idiota. —Me dirigió una mirada—. ¿Es eso en lo que te estás

metiendo? ¿Los jugadores de fútbol americano?

—¿Por qué? ¿Eres uno? —Me di cuenta de que sabía muy poco acerca

de Chris, aparte de que estaba bien para mí.

Él negó con la cabeza y empujó las mangas de su chaqueta hasta los

antebrazos, poniendo una pequeña ventaja en su aspecto adecuado.

—Cantante todo el camino. ¿Eso te molesta?

—De ninguna manera. Es genial. —Tomé un sorbo de mi agua y

disfrutamos de la vista de Les merodeando por la ponchera, luciendo

molesto—. Eso sí, no me pidas que cante contigo.

Él arqueó las cejas.

—¿Crees que no puedes cantar?

¡Como si hubiera alguna duda acerca de eso!

—Oh, yo sé que no puedo cantar.

—Todo el mundo puede cantar. Sólo tienes que ensayar.

Fruncí el ceño.

—No, de verdad, no puedo.

Soltó un bufido de incredulidad.

—Claro que puedes. Sólo tienes que intentarlo.

Suspiré al pensar en Rafe y cómo había aceptado mi falta de habilidad

de cantar. Ya que él sufría de lo mismo. Él me entendió y no quería que

yo cambiara. Oh, porquería, ya estaba de nuevo pensando en Rafe. Sí,

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está bien, no era el tren correcto del pensamiento. ¡Tenía que parar!

Levanté mi mano, mientras Chris continuó presionando con lo de cantar.

—Déjalo estar, ¿de acuerdo?

Se quedó en silencio por un momento y luego me sentí mal. Quiero decir,

él había sido muy agradable y todo. No era su culpa que no fuera Rafe.

—¿Quieres bailar?

Sonrió y relajó sus hombros.

—Por supuesto.

Lo dejé tomar mi mano y tirar de mí para levantarme. Me encantaba

bailar y yo iba a dejar fuera a Rafe y a divertirme con Chris, fin de la

historia.

Después del baile, estábamos de pie en mi patio delantero.

Yo.

Chris.

En la oscuridad.

Se metió las manos en los bolsillos, su rostro medio ensombrecido por la

luz del porche.

—Bueno, me divertí esta noche. Gracias por invitarme.

Sonreí.

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—Gracias por venir. Eres un bailarín increíble.

—Tú también. —Sacó la mano del bolsillo y pasó los dedos sobre la falda

de mi vestido.

—Esto te queda muy bien.

Mi pulso empezó a vibrar con los nervios al ver la expresión en su rostro.

—Um, gracias.

Puso su otra mano en mi cintura y en cierto modo se inclinó.

—Lily...

Uh, oh. Iba a besarme. Me incliné hacia atrás y se inclinó más cerca, mi

corazón acelerado. Era lindo.

Estaba muy bien. Me gustaba. Debería darle un beso... ¿o no?

Debería. Rafe estaba fuera de mi vida. No iba a ser mi primer beso y esa

era la forma en que era.

Levanté mi cara y esperé a que Chris se inclinara… más cerca... casi...

luego volví la cabeza y dejé que sus labios golpearan mi mejilla. Hizo un

ruido de sorpresa y chasqueó con los ojos abiertos.

—¡Me tengo que ir! —Me di la vuelta corrí hacia dentro y cerré la puerta

antes de que pudiera hablar.

Corrí todo el camino hasta mi habitación y me tiré sobre la cama,

mientras la realidad de lo que acababa de pasar me golpeaba.

Me senté en el horror. ¿Qué había hecho? ¡Había salido corriendo y

cerrado la puerta en la cara de mi cita! El chico estaba interesado en mí

Page 213: The fake boyfriend experiment

213

y yo acababa de hacer lo imposible para nunca hablar con él de

nuevo.

Agarré mi almohada, la coloqué en mi cara y grité.

Page 214: The fake boyfriend experiment

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Traducido por Didy

Corregido por Aciditax

la mañana siguiente me desperté por un suave toque en mi

puerta.

—¿Lily? ¿Estás levantada? —preguntó mamá.

Gemí y miré mi reloj.

—¡Mamá! Son sólo las 8:30. Sábado. —Empujé mi almohada sobre mi

cabeza—. ¡Déjame dormir!

—Hay un auto frente a la casa —dijo, sonando sospechosamente

complacida—. Creo que es para ti.

—¿Qué? —Salté sobre mis pies mientras mamá abría mi puerta y entraba.

Tiré la cortina a un lado y levanté la persiana.

Había un Jeep negro estacionado frente a la casa.

Rafe estaba en él, usando gafas de sol y su chaqueta de cuero. Estaba

tocando la batería sobre el volante y echando una ojeada hacia la

casa cada pocos segundos.

Brinqué hacia atrás, mi corazón latiendo desbocadamente.

A

Page 215: The fake boyfriend experiment

215

—¡Es Rafe!

—Lo sé. —Mamá levantó la persiana correctamente, una pequeña sonrisa

jugando en sus labios—. ¿Hay ensayo de la banda hoy? ¿O algo… más?

—No, yo… —¡Oh! Estaba aquí para llevarme a la audición. Pero, ¿por

qué? Lo mencionó esa única vez y no hablamos del tema desde

entonces. Ni siquiera me decidí si quería ir… de hecho, no quiero, ¿o sí?

No—. Dile que se vaya.

Sacudió su cabeza, aun pareciendo entretenida.

—Un trato es un trato, Lily. Tienes que tocar en la banda. Ve.

—Pero…

Me dio su mirada de madre y salió de la habitación. ¿Cuánto tiempo me

esperaría él?

Corrí hacia la ventana otra vez y miré hacia fuera. Había inclinado hacia

atrás su asiento y se veía como si estuviera tomando una siesta.

¡Maldición! No iba a irse, sin importar cuánto tuviera que esperar.

Retrocedí, mis manos temblaban. ¿Qué debería hacer? Salir de aquí. Sí.

Así podría decirle que se fuera. Correcto.

Agarré mi pantalón de ejercicio y entonces me puse en pie. ¿Qué tal

si…? Corrí a mi armario y agarré mi atuendo del acto de la escuela

secundaria. Pantalones blancos, guantes de encaje… todo el paquete

de Lily la “patea traseros”. No es que fuera a ir a la audición ni nada.

Pero, si fuera, quería recordar exactamente bajo los términos de quién

iba. Mis términos. Lily Gardner, la chica con un aro en el ombligo, no Lily

Gardner la chica del lazo de terciopelo y vestido de pana.

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216

Después corrí al baño y forcé mi cepillo de dientes en mi boca, mientras

me maquillaba rápidamente. Tomé unos minutos extra en obtener un

peinado con actitud para asegurarme de que nadie me confundiera

con una desapasionada y aburrida pianista clásica.

Respiré profundamente y me miré al espejo. Mis mejillas estaban

sonrojadas, mis ojos brillaban y me veía… Guau… me veía como si fuera

a apropiarme de cualquier piano que intentara interponerse entre mi

pasión y yo. Maldición, me gustaba esa mirada. Me gustaba quien me

miraba de regreso desde el espejo. Mucho.

—Bueno, Lily —susurré—. ¡Vamos a hacerlo!

Bajé corriendo las escaleras, salí por la puerta y bajé la parte delantera.

Rafe aún estaba ahí, como sabía que estaría. Se sentó erguido mientras

frenaba junto al Jeep. No podía ver sus ojos por las gafas de sol. ¿Qué

estaba pensando? De verdad desearía saberlo. Ninguno dijo nada por

un minuto. Luego, aclaró su garganta.

—Entonces, ¿la audición? —Mi corazón estaba martillando y cerré mis

manos en puños dentro de mis guantes de encaje.

—¿Por qué querría ir a la audición?

—Porque el piano es divertido.

—¿Y? —Estaba tentada, demasiado tentada, pero también estaba

asustada. Asustada de que el atuendo y el cabello no fueran suficiente

para evitar que cayera en el infierno que intentó devorarme antes.

—Y puedes ir y tocar lo que quieras —dijo Rafe—. No algo clásico. Hazlo

divertido.

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Presioné mis labios, sabiendo que parte de mí estaba de acuerdo con

él. El piano había sido diferente para mí desde que conocí a Rafe.

Divertido.

—Eres brillante en el piano. Te mereces este descanso.

Sentí una burbuja de calor en mi pecho.

—Brillante, ¿eh?

—Sí.

—Oh. —Arrastré mi dedo a través de la tierra. Realmente quería ir. Bajo mis

términos. Con Rafe, pero sin mis padres, Crusty ni nadie más conocido.

Sólo nosotros. Divirtiéndonos.

—¿Lily?

Pero ¿podría manejar ir a la audición con Rafe? ¿Sabiendo que sólo

éramos amigos y que eso es todo lo que seríamos?

Pero, nuevamente, él estaba aquí, incluso sabiendo que había mentido.

No me odiaba, entonces, ¿por qué debería odiarlo? ¿Por qué debería

sentirme estúpida a su alrededor?

Respiré profundamente y salté dentro del Jeep.

—Iremos a ver. No estoy diciendo que vays a tocar ni nada.

Sonrió y encendió el motor.

—De acuerdo.

Encendió la radio, se alejó del bordillo y comenzó a cantar junto con

JamieX.

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218

Sonreí y me uní inmediatamente.

Sonábamos horrible juntos y era genial.

Noventa minutos después, estaba sentada junto a Rafe atrás en el

auditorio del SMN, escuchando tocar a cada prodigio musical. La sala

era alucinante, con un tremendo techo de catedral con hermosos

grabados a través de su completa extensión. Asientos de terciopelo

bermellón oscuro combinaban con las majestuosas cortinas en el

escenario y el modo en que el sonido se transportaba era tan pleno y

rico que instantáneamente quedé fascinada.

Este era un lugar con el peso de un siglo de tradición, del estudio de la

música a una profundidad que jamás manejé. Era un lugar para vestidos

de pana y lazos de terciopelo, para artistas que sabían cómo honrar a

los grandes compositores de la historia. Estaba tan por encima de mí y lo

que era. Ahora entiendo por qué Crusty me dio una paliza tan fuerte

para esta audición. La mediocridad era un insulto para este lugar. Jamás

escuché tanta gente talentosa y sabía que no pertenecía a este lugar.

Pero quería pertenecer. No esperaba quererlo, pero lo quería. Tanto. Me

quemaba el deseo de subir ahí y hacer mío el lugar.

Pero me aterraba subir y pretender que era merecedora de este lugar.

Todo en lo que podía pensar era en sentarme frente al piano y

congelarme como el primer día que ensayé con la banda y no había

sido capaz de tocar ni siquiera las notas más básicas. El simple

pensamiento de caminar hacia ese escenario hacía que mi cuerpo se

tensara y mi corazón comenzara a correr. No quería subir ahí y tocar del

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219

modo que tocaba para Crusty, seca y desapasionadamente. Ahora que

sabía lo que podía hacer, ese tipo de desempeño no sería suficiente, no

porque quisiera impresionar a Crusty, sino porque quería hacerlo por mí.

Rafe se inclinó hacia mí, su respiración cálida contra mi oído.

—Eres mejor que ellos.

Sacudí mi cabeza, sujetando mis dedos en mi regazo.

Tiró de mi cabello juguetonamente.

—¿Cómo puedes negarlo? Perteneces ahí arriba.

—¿De verdad? —Me giré para verlo, lanzándole un desafío—. No soy

mejor que tú. Si pertenezco ahí, ¿por qué no lo estás tú?

Parecía sorprendido por mi comentario.

—¿Yo?

—Sí. —Apoyé mi codo en el brazo del asiento—. ¿Por qué tú no?

Me miró fijamente por un momento y luego agitó su cabeza.

—No lo sé. Nunca pensé en eso.

Ladeé mi cabeza, una súbita idea formándose.

—Lo haré si tú también lo haces. —No podía hacerlo sola, pero con Rafe,

sabía que sería capaz de tocar como quería. Sería capaz de perderme

en nuestra música, en vez de entrar en pánico y tensarme para tocar.

Sus cejas se levantaron.

—¿En serio?

Page 220: The fake boyfriend experiment

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—Seguro, ¿por qué no? Haremos esa canción que escribiste para la

banda.

—Eso es rock duro. —Sus cejas se levantaron incluso más—. Estás

haciendo la audición para el programa clásico, no el contemporáneo.

—¿Y? Una chica puede cambiar de parecer. —Me tensé mientras la mujer

del escenario me llamaba. Oh, Dios. Aquí llegaba. Mi momento. Me posé

al borde de mi silla, queriendo desesperadamente ir, pero sabiendo que

no podría hacerlo sola—. ¿Entonces? ¿Estás dentro? La batería ya está

en el escenario.

Encontró mi mirada por un largo momento y a continuación su cara se

iluminó con determinación y entusiasmo.

—Vamos a divertirnos.

—¡Genial! —Salté a mis pies, la excitación zumbando a través de mí.

Realmente iba a hacerlo, ¡bajo mis términos! Rafe agarró mi mano y

apreté la suya firmemente, tan feliz de sentir su mano alrededor de la mía.

Éramos un equipo nuevamente, una asociación con la que nadie podría

meterse.

Sostuvo mi mano todo el camino hacia el escenario. Ni siquiera la soltó

mientras le informaba a la mujer a cargo que estaría cambiando mi

audición y que Rafe se me uniría. Ella intentó protestar, pero la ignoramos

y caminamos hacia los instrumentos de todos modos.

Me senté en el piano y mi corazón comenzó a martillar mientras miraba a

todas esas relucientes teclas blancas. Mi cuerpo entero se tensó y

súbitamente no pude respirar. No podía hacerlo. Yo…

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El auditorio se llenó con el sonido de las baquetas de Rafe

repiqueteando una contra la otra mientras empezaba el ritmo. El sonido

pulsó en mi pecho, llenándome con la energía de su música. Miré hacia

arriba y lo vi mirándome.

Sonrió y ladeó su cabeza para quitar el cabello de sus ojos. Estaba

usando jeans negros, una camiseta desteñida y unos zapatos viejos. Su

tatuaje estaba brillando en su brazo, la luz solar se había desmenuzado

en fragmentos de arco iris. Era tan Rafe y tan fuera de mi mundo de

música clásica. Recordé cómo se había sentido en ese piano bar,

cuando la música se volvió personal y apasionada. Sentí esa excitación

de cuando Rafe y yo tocamos juntos en esas sesiones improvisadas,

nuestra música prendiendo el aire con tanto fuego que casi había

explotado dentro de mí.

Rafe no quitó su mirada de la mía mientras comenzaba a tocar. El

poderoso ritmo golpeando secamente en mi pecho, como choques

eléctrico pulsando a través de mí, sacudiéndome fuera de mi estupor y

empujándome hacia la persona que quería ser.

Le sonreí y tamborileé mis dedos sobre las teclas. El sonido era claro y

puro, llenando el aire con magia. Sonreí y toqué más. Rafe aumentó su

compás, levantando sus cejas al desafío. Me reí de él y le respondí con

el piano.

Vino justo hacia mí, un brillo arrogante en sus ojos, como si supiera que

iba a vencerme. ¡Ah! ¡No hay oportunidad! La adrenalina corría a través

de mí y liberé la música, dejándola derramarse desde mí al piano,

atravesar el escenario y directo a Rafe.

Sonrió y súbitamente sus tambores saltaron a la vida y sabía que ya no

estaba conteniéndose. Ni siquiera un poquito. La euforia me atravesó y

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ataqué el piano. Podía sentir la energía construyéndose, como si

estuviéramos nuevamente en el piano bar, sólo que esta vez Rafe y yo

en una batalla por vida, por energía, por la verdad de quiénes éramos.

La música cobró vida, hasta que todo lo que quedaba éramos yo y mi

piano, Rafe y su batería. El resto del mundo desapareció, barrido en la

magia del infierno que estábamos creando. Era la mejor música que

jamás escuché, sentí o toqué, y entonces supe que la música era quien

yo era, y la amé con cada fibra de mi ser.

¡Aquí es donde pertenecía! Golpeé mis dedos en las teclas y las

baquetas de Rafe volaron sobre la batería con una velocidad

paralizadora de mentes, mientras nuestra música se levantaba hacia el

crescendo y luego ¡boom!

Terminamos.

La sala estaba en completo silencio. El único sonido era nuestra

respiración pesada, mi corazón golpeteando en mi pecho tan

ruidosamente que sentía que emergería libre. Rafe me sonrió y asintió.

Sólo un asentimiento, nada más, pero lo dijo todo.

La habitación súbitamente explotó en aplausos y gritos mientras la gente

se levantaba de sus sillas, gritando y alentando con un entusiasmo que

no tenía lugar en una audición de música clásica. ¡Me sentía increíble!

Supe entonces que no importaba si entraba en el SMN o no. Era

suficiente haber venido a la audición y pateado traseros a mí modo.

Porque lo hice. Encontré mi lugar.

Lily Gardner ya no era un fracaso musical. Lily Gardner era simplemente

música.

Page 223: The fake boyfriend experiment

223

La mujer a cargo llamó a la siguiente persona. Salté fuera del escenario y

Rafe aterrizó a mi lado. Me agarró en un gran abrazo.

—Estuviste brillante.

Lo abracé.

—¡Gracias a ti! ¡También estuviste genial!

Me bajó y me miró, su cara poniéndose seria.

—Lily…

—¡Lily! —Ambos nos giramos para ver a mi madre y a la señorita Jespersen

apurándose a llegar al pasillo a nuestro lado. Me tensé

inmediatamente—. ¿Qué están haciendo aquí?

—No tengo ni idea. —Rafe se movió a mi lado, poniendo su brazo

alrededor de mi hombro y poniéndome contra él—. Hola, tía Joyce —dijo

cuidadosamente—. ¿Qué pasa?

Crusty no contestó. Simplemente tiró sus brazos alrededor de los dos y

nos abrazó tan fuerte que pensé que iba a estallar. Cuando nos soltó,

pensé que vi sus ojos llenarse de lágrimas.

—¡Estoy tan orgullosa de los dos! —dijo. Agarró mis hombros—. Lily, sabía

que podías hacerlo.

La miré perpleja.

—Pero no toqué clásico. ¿No está enojada?

Sacudió su cabeza y se rió mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

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224

—Estuviste brillante. ¿Cómo podría pedir nada más? Iré a hablar con ellos

sobre cambiar tu aplicación para el programa contemporáneo. Eso es lo

que quieres, ¿no?

Asentí instintivamente antes de poder procesar la pregunta, dándome

cuenta de que exactamente era lo que quería.

—Sí, lo quiero. ¡Sería genial!

—Haré que ocurra. —Luego se giró hacia Rafe, acariciando suavemente

su hombro—. ¡Y tú! ¡Hablaré con ellos también sobre ti! ¿Cómo pudiste

ocultarme tu talento? ¡No tenía ni idea de que eras tan bueno!

Rafe se encogió de hombros y arañó sus pies, pero no había error en la

expresión satisfecha de su rostro.

—Sólo estaba haciendo lo mío. No pensé que importara.

—Oh, Rafe, importa. Tú importas. —Nos abrazó a los dos nuevamente,

murmuró algo sobre tener una charla con la madre de Rafe y después se

fue a hablar con la mujer a cargo de la audición, dejándonos atrás con

mi madre.

También estaba mirándome radiantemente.

—Lily, corazón, esperó que no estés molesta, pero cuando vi que Rafe y

tú salieron pensé que podrían venir aquí. Llamé a la señorita Jespersen y

decidimos venir.

La miré cuidadosamente, esperando que me saltara encima por mi

elección musical.

—¿Y?

—Estoy tan orgullosa de ti.

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El alivio corrió por mí.

—¿En serio?

—Estuviste brillante allí arriba, Lily. —Me abrazó, apretándome fuerte

cuando le regresé el abrazo—. Lamento tanto haberte presionado,

querida. La señorita Jespersen tenía razón en que necesitabas tu

espacio. Prometo retroceder y escucharte, ¿está bien?

Resoplé, pero me sentía ridículamente mareada.

—No serás capaz de hacerlo.

Empezó a defenderse, luego levantó sus manos y se rió.

—Lo intentaré, ¿está bien?

Sonreí a su honestidad.

—Está bien. —Tal vez, esto funcionará. Tal vez lo hará. ¡Estaba tan

entusiasmada!

La señorita Jespersen vino corriendo.

—¡Rafe! Les encantaste y están aceptando tu solicitud para el semestre

de invierno, aunque sea tarde. —Nos miraba radiantemente a ambos—.

No lo dijeron abiertamente, pero indicaron que ambos pasaron la

audición y empezarán en el SMN en enero. ¡Estoy tan orgullosa!

Mamá chilló y me abrazó.

—Tengo que llamar a papá. Saldremos a celebrarlo esta noche,

incluyendo a Rafe y a la señorita Jespersen. —No esperó una respuesta,

mientras desenterraba el teléfono de la cartera y se apresuraba fuera

del auditorio para llamar a papá.

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La señorita Jespersen nos abrazó nuevamente y se apresuró para

trabajarse a la sala, sin duda intentando consolidar nuestras solicitudes.

Nuestras solicitudes. Como en Rafe y yo yendo juntos a SMN. Juntos. Le

miré y él aún parecía estupefacto. Le di un codazo.

—Tierra a Rafe.

Me miró, sonrió, luego agarró mi mano y tiró de mí hacia el pasillo y fuera

del auditorio para poder hablar. Se detuvo inmediatamente en la sala

de fuera y me giró para poder mirarme cara a cara.

—¿Vendrás a SMN si entras? —pregunté.

—Puedes apostar a que sí. —Se pasó su mano por el cabello—. No

puedo creerlo. Qué magnífica oportunidad. —Entonces me miró—. ¿Qué

hay de ti? ¿Lo harás?

Asentí.

—Creo que el programa contemporáneo será genial.

Su sonrisa se ensanchó.

—Entonces, estaremos juntos el próximo semestre. ¿Podrás tolerar verme

tanto?

Inmediatamente fruncí el ceño y retrocedí.

—La cuestión mayor es, ¿podrá Paige tolerar que pases tanto tiempo

conmigo?

So sonrisa decayó y su expresión fue seria nuevamente.

—Bueno, iba a decirte esto antes, pero no quería distraerte de la

audición.

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Oh, aquí viene. ¿Había algún modo de evitar esta humillación?

—Rafe…

—Chris me dijo lo de anoche. Lo de que no le besaste.

Mi boca cayó abierta y quise esconderme bajo la mesa más cercana

por la vergüenza.

—¿Te lo dijo?

—Sí. —Rafe parecía tenso y algo nervioso—. Me estaba mentalizando

cuando me lo dijo.

Levanté mi barbilla y puse mis manos en la cadera. ¿Cómo se atreve a

decir que se estaba mentalizando? ¿No se dio cuenta que eso me daría

esperanzas? Era tan injusto y no iba a ir por ese camino nuevamente.

—A quien bese no es de tu incumbencia. ¿De todos modos, por qué te

interesaría? Tienes novia.

Sacudió su cabeza, sin quitar sus ojos de mi cara.

—En realidad, no. Rompí con ella.

—¿Qué? —Golpeé su pecho asombrada—. ¿Desde cuándo?

—La noche del baile de secundaria. Después de que te fueras.

Lo miré fijamente, mis oídos empezaban a tener este raro zumbido.

—¿En serio? ¿Por qué?

—Me dijo que podía darse cuenta de que me gustabas por el modo en

que te miraba durante el concierto. —Se encogió de hombros—. Tenía

razón.

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Era vagamente consciente de los estudiantes deambulando, pero no

podía quitar mi mirada de Rafe.

—Pero ¿por qué no me lo dijiste?

Se encogió de hombros.

—No sabía si te gustaba.

Le pegué nuevamente.

—¿Eres idiota?

Sonrió y agarró mi mano.

—Bueno, le pediste a Chris que fuera al baile contigo, no a mí.

—¡Tenías novia!

—No, en realidad. —Se acercó a mí, con su dedo gordo acariciando mi

barbilla—. Pero no lo besaste. Por eso decidí venir hoy.

Mi corazón se agitaba en mi pecho.

—Quizás es sólo que no quiero besar en la primera cita.

—Tal vez. —Se acercó aún más, tan cerca que pude oler su pasta

dental—. ¿Besas en salas de ensayo, a plena luz del día?

Tragué duro, mi corazón latiendo tan rápido que podía sentirlo

golpeando contra mis costillas.

—Depende.

Bajó su mirada a mis labios.

—¿De qué?

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—Um… —No pude recordar lo que iba a decir.

Su mano se curvó alrededor de mi barbilla, levantó mi cara y entonces

me besó. Sus labios eran cálidos y suaves, pero no había errores en su

beso. No era un beso destinado a una aburrida y estirada pianista

clásica. Era un beso cálido y audaz, el tipo de beso que un baterista

tatuado daría a la chica con la que puede hacer rock en un escenario.

Era un beso que se metía en mis dedos, incendiando cada célula de mi

cuerpo y gritaba por más. Lo que me dio.

Era un beso que estaba hecho con toda la pasión que Rafe trajo a la

vida dentro de mí. El fugo que inició en mí como pianista, como persona,

como la chica a la que estaba teniendo en sus brazos tan apretados

que sentía como si nunca, nunca, dejaría que me fuera.

No más mentiras para mí. Terminé con eso. Desde ahora, si alguien me

preguntara si Rafe era mi novio, les diría la verdad.

Y esa respuesta sería: sí, él es, más que sin ninguna duda, mío.

Porque ahora mismo, con la forma en que estaba besándome, estaba

bastante segura de que lo era.

Hey mundo, ¿adivina qué? ¡Lily Gardner al fin alcanzó su potencial! Rock,

nena, todo el día. Estaba en llamas, ¡y también lo estaba mi vida!

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La cuatro veces nominada al Premio

RITA® y ganadora del Golden

Heart®, Stephanie Rowe es una

autora de éxito a nivel nacional con

más de veinte libros. Una lectora de

larga vida, comenzó la elaboración

de sus historias a los diez años, pero

no se dio cuenta de que era su

sueño hasta que fue adulta.

Una vez se hizo la luz, inmediatamente dejó atrás "el trabajo" como el

mundo lo define y se fue a "trabajar", como ella lo define, lo que significa

levantarse cada mañana con una sonrisa en su corazón para poder

pasar el día haciendo lo que dicte su espíritu.

Stephanie cree en aprender a escuchar a tu corazón, a fin de averiguar

cuáles son tus sueños y después abrirse a la inspiración que te dirigirá.

Cree que todos merecemos el derecho a disfrutar de la vida, que el

paseo sea tan fácil como queramos que sea y que no debemos aceptar

otra cosa que no sea hacer nuestros sueños realidad.

Stephanie vive en Nueva Inglaterra y se pasa cada día esforzándose al

máximo en llenarlo de gente, de observaciones y de actividades que

eleven su alma, que incluyen la escritura, el tenis, los amigos y su increíble

familia.