thai tims: cuando unir personas es unir fronteras

2
REPORTAJE SOCIEDAD Thai Tims: cuando unir personas es unir fronteras THE GOOD CHILD FOUNDATION TIENE VÍNCULOS MUY ESTRECHOS CON EL CELTIC La mayoría de niños tailandeses con síndrome de Down no tienen la posibilidad de integrarse en el sistema educativo de este país asiático. En teoría, esta terrible realidad no tiene nada que ver ni con Escocia, ni con el fútbol. Sin embargo, la constancia de Paul Lennon y su esposa Pun ha hecho posible que muchos niños puedan tener una mínima educación de calidad, además de ten- der puentes entre dos culturas completamente distintas. La principal misión de The Good Child Foundation es ayudar a las personas que padecen síndrome de Down a labrarse un futuro en base a una educación, esencial para su confianza, desarrollo e in- dependencia futura. En la provin- cia tailandesa de Chanthaburi, la familia de cualquier bebé con esta enfermedad es informada inme- diatamente de que tiene una plaza educativa en este centro para el futuro. Así arranca la vida educativa de los niños. Las lecciones que se imparten no son estrictamente las mismas que en una clase normal, pero la prin- cipal función de los profesores, que se dividen en voluntarios, procedentes en su mayoría de Glasgow, y profesores cualifica- dos, es la de conseguir que los niños aprendan inglés, básico para poder obtener un trabajo allí y que alcancen la universidad. Un inicio con muchos obstáculos En el año 2003, Paul Lennon y su esposa Pun tuvieron un hijo con síndrome de Down. A partir de ese momento sus vidas cambia- ron para siempre. “Nuestro hijo Berni nació con síndrome de Down y pronto nos preocupa- mos, sobre todo por el futuro que le esperaba a él y también a nosotros como padres. Los tres primeros años fueron bastante inciertos porque Berni sufrió problemas de salud y estuvo mucho tiempo en hospitales”, afirma la pareja, que pronto chocó con la realidad social y la marginación que se vive en Tai- landia hacia los niños con proble- mas físicos o mentales. “Después de una larga bús- queda, encontramos una escuela en Triamsuksa que aceptó a Berni a cambio de que nosotros ayudáramos a enseñar inglés a los estudiantes de la escuela”. La lucha había terminado, aunque empezó otra mayor que remove- ría cimientos. La familia Lennon empezó a im- plicarse y quiso revitalizar The Good Child Foundation, que había sido creada apenas un año antes para ayudar a los niños y las familias que menos condicio- nes y posibilidades tenían. Con la ayuda de las donaciones y de los voluntarios, lo consiguieron. Una escuela distinta Los niños con síndrome de Down comienzan su vida escolar en los jardines de infancia a los tres o cinco años de edad. Están en cla- ses ordinarias y participan en todas las actividades del resto de la clase a diario. Gracias a ello, desarrollan habilidades de con- centración vitales para poder in- gresar en la educación primaria sin ningún tipo de problema. “En la escuela, los niños con sín- drome de Down aprenden tanto de sus amigos como de sus maestros, y a la inversa. Es el ob- jetivo a largo plazo, cambiar la percepción de la sociedad y eli- minar los prejuicios que hay en ella. Cuando empezamos a hacer esto, se miraba con recelo y resis- tencia, pero ahora dentro de la comunidad se observa con orgu- llo”, explica el profesor volunta- rio Ian Johnston. Pero no sólo con niños con sín- drome de Down trabaja el centro. La ONG también pretende ayu- dar al resto de niños que viven con dificultades económicas y cuyos padres no pueden pagarles una educación privada. Por eso, el beneficio en la escuela es mutuo. La mayoría de estudiantes del co- legio proceden de las zonas rura- les de Tailandia. Alrededor del 70% de los padres son trabajado- res de las plantaciones de caucho de la zona y el resto, o son jorna- leros agrícolas, o son trabajadores de la construcción. Una buena educación es la mejor vía para es- capar de esta situación de po- breza, ya que los ingresos en ese tipo de trabajos son muy bajos. Como no hay un estado de bien- estar en Tailandia que les ayude, a las familias con hijos que pa- dece síndrome de Down les cuesta mucho encontrar una edu- cación de calidad para sus hijos. La fundación trabaja con estos niños desde los 3 años de edad hasta los 18 y les permite un fu- turo que no tendrían de no estar ahí. “Antes de aparecer The Good Child Foundation solo habían dos opciones disponibles para los padres en la zona. Una era la de mantener a sus hijos en casa y otra la de enviarlos a una es- cuela residencial en la ciudad de por TONI PONCE. VALENCIA. Recuperar la sonrisa Con la iniciativa de esta fundación, la gente con menos recursos en Chanthaburi puede garanti- zar una educación de calidad a sus hijos y salir, no solo del espiral de pobreza de las familias, sino conseguir que sus hijos recuperen la ale- gría y se integren en la sociedad.

Upload: spanishhoop

Post on 14-Apr-2017

267 views

Category:

Documents


4 download

TRANSCRIPT

Page 1: Thai Tims: cuando unir personas es unir fronteras

REPORTAJE SOCIEDAD

Thai Tims: cuando unir personas es unir fronteras

THE GOOD CHILD FOUNDATION TIENE VÍNCULOS MUY ESTRECHOS CON EL CELTIC

La mayoría de niños tailandeses con síndrome de Down no tienen la posibilidad de integrarse enel sistema educativo de este país asiático. En teoría, esta terrible realidad no tiene nada que verni con Escocia, ni con el fútbol. Sin embargo, la constancia de Paul Lennon y su esposa Pun hahecho posible que muchos niños puedan tener una mínima educación de calidad, además de ten-der puentes entre dos culturas completamente distintas.

La principal misión de The GoodChild Foundation es ayudar a laspersonas que padecen síndromede Down a labrarse un futuro enbase a una educación, esencialpara su confianza, desarrollo e in-dependencia futura. En la provin-cia tailandesa de Chanthaburi, lafamilia de cualquier bebé con estaenfermedad es informada inme-diatamente de que tiene unaplaza educativa en este centropara el futuro. Así arranca la vidaeducativa de los niños.Las lecciones que se imparten noson estrictamente las mismas queen una clase normal, pero la prin-cipal función de los profesores,que se dividen en voluntarios,procedentes en su mayoría deGlasgow, y profesores cualifica-dos, es la de conseguir que losniños aprendan inglés, básicopara poder obtener un trabajo allíy que alcancen la universidad.

Un inicio con muchos obstáculosEn el año 2003, Paul Lennon y suesposa Pun tuvieron un hijo consíndrome de Down. A partir deese momento sus vidas cambia-ron para siempre. “Nuestro hijoBerni nació con síndrome deDown y pronto nos preocupa-mos, sobre todo por el futuroque le esperaba a él y también anosotros como padres. Los tresprimeros años fueron bastanteinciertos porque Berni sufrióproblemas de salud y estuvomucho tiempo en hospitales”,afirma la pareja, que prontochocó con la realidad social y lamarginación que se vive en Tai-landia hacia los niños con proble-mas físicos o mentales.“Después de una larga bús-queda, encontramos una escuelaen Triamsuksa que aceptó aBerni a cambio de que nosotros

ayudáramos a enseñar inglés alos estudiantes de la escuela”. Lalucha había terminado, aunqueempezó otra mayor que remove-ría cimientos.La familia Lennon empezó a im-plicarse y quiso revitalizar TheGood Child Foundation, quehabía sido creada apenas un añoantes para ayudar a los niños ylas familias que menos condicio-nes y posibilidades tenían. Con laayuda de las donaciones y de losvoluntarios, lo consiguieron.

Una escuela distintaLos niños con síndrome de Downcomienzan su vida escolar en losjardines de infancia a los tres ocinco años de edad. Están en cla-ses ordinarias y participan entodas las actividades del resto dela clase a diario. Gracias a ello,desarrollan habilidades de con-centración vitales para poder in-gresar en la educación primariasin ningún tipo de problema.“En la escuela, los niños con sín-drome de Down aprenden tanto

de sus amigos como de susmaestros, y a la inversa. Es el ob-jetivo a largo plazo, cambiar lapercepción de la sociedad y eli-minar los prejuicios que hay enella. Cuando empezamos a haceresto, se miraba con recelo y resis-tencia, pero ahora dentro de lacomunidad se observa con orgu-llo”, explica el profesor volunta-rio Ian Johnston.Pero no sólo con niños con sín-drome de Down trabaja el centro.La ONG también pretende ayu-dar al resto de niños que vivencon dificultades económicas ycuyos padres no pueden pagarlesuna educación privada. Por eso,el beneficio en la escuela esmutuo.La mayoría de estudiantes del co-legio proceden de las zonas rura-les de Tailandia. Alrededor del70% de los padres son trabajado-res de las plantaciones de cauchode la zona y el resto, o son jorna-leros agrícolas, o son trabajadoresde la construcción. Una buenaeducación es la mejor vía para es-capar de esta situación de po-breza, ya que los ingresos en esetipo de trabajos son muy bajos.Como no hay un estado de bien-estar en Tailandia que les ayude,a las familias con hijos que pa-dece síndrome de Down lescuesta mucho encontrar una edu-cación de calidad para sus hijos.La fundación trabaja con estosniños desde los 3 años de edadhasta los 18 y les permite un fu-turo que no tendrían de no estarahí.“Antes de aparecer The GoodChild Foundation solo habíandos opciones disponibles paralos padres en la zona. Una era lade mantener a sus hijos en casay otra la de enviarlos a una es-cuela residencial en la ciudad de

por TONI PONCE. VALENCIA.

Recuperar la sonrisaCon la iniciativa de esta fundación, la gente conmenos recursos en Chanthaburi puede garanti-zar una educación de calidad a sus hijos y salir,no solo del espiral de pobreza de las familias,sino conseguir que sus hijos recuperen la ale-gría y se integren en la sociedad.

Page 2: Thai Tims: cuando unir personas es unir fronteras

REPORTAJE SOCIEDAD

El Celtic FC ha donado 300 camisetas a la escuela

El pasado agosto el Celticdonó 300 camisetas de juegoa la escuela (foto de la iz-quierda), al igual que previa-mente lo han hechonumerosos seguidores deeste equipo de fútbol. “Estafundación es un ejemplo deque el Celtic es algo más queun simple club de fútbol. Noshan llegado al corazón”, ex-plica el director general delCeltic, Peter Lawwell.

Rayong, que está a más de 50 ki-lómetros de distancia de sus fa-milias”, afirma Tanapa Jangjit,logopeda del hospital de Chan-thaburi.“Los niños que se quedan encasa no desarrollan todo su po-tencial, no toman parte de lavida comunitaria y los padres seavergüenzan de ellos excluyén-dolos. Con la educación inclu-siva de esta organización laactitud de la sociedad tailandesapuede cambiar”, explica Jangjit.

El fútbol como medio para crearconcienciaUna de las señas de diferencia-ción de la escuela es la forma deeducar. Lennon era consciente deque tenía que crear de algunaforma un elemento que ayudaraa difundir la gran tarea que lleva-ban ejerciendo, recaudar dineropara seguir creciendo comoONG y conseguir más adeptosque se unieran a la causa.

Y todo ello lo logró con unequipo de fútbol, el Celtic. Du-rante sus clases, en música, em-pezaron a practicar cancionessobre el club escocés de Glasgowy sobre Irlanda para colgarlas enla plataforma de vídeos de You-tube. El éxito fue rotundo y todoel mundo entorno al club em-pezó a reconocer la gran labor so-cial de la fundación. No en vano,el Celtic de Glasgow nació con elfin de alimentar a los niños irlan-

deses pobres que emigraron de lagran hambruna de Irlanda en elsiglo XIX.Este espíritu se mantiene hoy endía por parte de los aficionados yson éstos una parte primordialde la buena salud que goza la or-ganización, a la que hace unosmeses le fue concedida el statusde organización con fines benéfi-cos que otorga el gobierno tailan-dés.A través de la propia organiza-ción benéfica del club, la CelticCharity Fund, los aficionadoshan conseguido donar durante elúltimo año la cantidad de 83.000euros.The Thai Tims, como se les co-noce al coro de niños que cantan,han sido vistos más de dos millo-nes de veces en la plataforma so-cial y una canción (Just Can’t GetEnough), ha sido versionada porel cantante Shane McGowan,para intentar llegar al númerouno de las listas semanales musi-cales en el Reino Unido. No con-siguieron alcanzarlo, pero lacanción llegó a estar en el nú-mero tres en las listas de des-carga.Ahora el gran objetivo de la fun-dación es que los niños puedanviajar a Glasgow para presenciarun partido del equipo y tocarante 60.000 personas en el propioestadio del club, Celtic Park. Paraello están recaudando los más de40.000 euros que son necesariospara hacer posible el viaje, algoque no es nada fácil debido a queademás tienen que mantener losgastos de la escuela y pagar a losprofesores. Sin embargo, el em-peño de la gente que les apoyapuede hacer que el sueño se con-vierta en realidad muy pronto. “El trabajo de la fundación es

fantástico y los niños son unainspiración real para todos nos-otros. Estamos encantados por elapoyo que nos han dado ellos anosotros y ojalá podamos seguirayudándoles desde el club”,afirma el entrenador del equipo,Neil Lennon.The Good Child Foundation es elejemplo perfecto de que la globa-lización en el siglo XXI no tieneporqué ser negativa. Con su

buena obra extienden un puenteentre dos culturas tan diferentescomo la tailandesa y la escocesae irlandesa, y además, mejoran lavida de cientos de niños con sín-drome de Down o que simple-mente no tienen suficientesrecursos económicos para ir a lasescuelas de pago. Sin esta opciónno tendrían el derecho a inte-grarse en la sociedad cubierto. Lafundación les abre las puertas.

¿Cómo donar?Las donaciones a la fundación se pueden enviar

vía Internet desde el enlace a su página web:www.thegoodchildfoundation.com

El Celtic de Glasgow seha convertido en lamejor forma de difun-dir la obra de la propiafundación

Un hall, en memoria de Reamonn GormleyEl pasado año, Reamonn Gormley, un estudiante de 19años que trabajó como voluntario en la escuela, fueasesinado en Escocia. Ahora, la fundación está traba-jando para construir un hall dedicado al joven con sunombre. Las obras empezarán el próximo marzo.