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Hacia un territorio más solidario: indicadores para la sostenibilidad en Doñana

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3AUTOR: Virginia Arnet Callealta

DIRECTOR TFM: Domingo Sánchez FuentesTRABAJO FIN DE MÁSTER

SEPTIEMBRE 2011

Esta obra está bajo una licencia Reconocimiento-No comercial- Sin obras derivadas 3.0 España Creative Commons.Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra bajo las condiciones siguientes:- Reconocimiento. Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o licenciador (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso que hace de su obra).- No comercial. No puede utilizar esta obra para fines comerciales.- Sin obras derivadas. No se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esta obra.Al reutilizar o distribuir esta obra, tiene que dejar bien claro los términos de licencia de de esta obra. Algunas de estas condiciones puede no aplicarse si se obtiene el permiso del titular de los derechos de autor. Los derechos dederivados de usos legítimos u otras limitaciones reconocidas por ley no se ven afectados por lo anterior. La licencia completa está disponible en: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/


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A los que enseñan y a los que aprenden.A los del paisaje y a los del contrapaisaje.

A los tecnológicos y a los creativos.A los que hablan y a los que escuchan.

A los que se quedaron, porque lo han visto crecer.A los que se fueron, porque también forman parte.

A los peleones, porque nunca dirán ‘no puedo’.A los soñadores tercos y molestos.

A los seres lubricantes, esos que permiten que tornillo y tuerca terminen encajando.A los que se ‘enjajan’.

A mi familia, por pasar horas de interminable escucha.A los compañeros que han querido compartir su talento dentro y fuera de las aulas.

A mi tutor, por su eterna paciencia conmigo.A ti.

A todos.

Muchas gracias.

AGRADECIMIENTOS


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ÍNDICEINTRODUCCIÓN

1. Percibiendo la problemática actual. Una ferviente necesidad de cambio.2. Paisaje, territorio y planificación: hipótesis de partida.3. Objetivos del estudio.4. Primera aproximación a la investigación. Incógnitas iniciales.5. Trayecto e instrumentos para acercarse a la problemática, más allá de la exclusividad de las cifras.

CAPÍTULO I. Doñana: contenedor histórico y natural. El pasado como medio para concebir el futuro.

1. Naturaleza, tradición e identidades nacientes en “Doña Ana”. De la marginalidad al comienzo de la preservación (hasta1960)2. El nacimiento de una conciencia conservacionista (1960-1978)3. El esplendor protector (1978-1992)4. La convergencia de reconocimientos a distintas escalas (1992-2002)5. Un cambio en la materialización de las decisiones: de la reflexión territorial a la ciudadana (2002-2011)

CAPÍTULO II. La dualidad sostenible en la actualidad: ¿realidad o ficción?

1. La búsqueda de la sostenibilidad en el territorio. Pasado, presente y futuro.

1.1. Sostenibilidad: una aproximación conceptual.1.1.1. Un metaconcepto ambiguo con aceptación global. Del vacío terminológico a la aprobación de valores1.1.2. Entre el conocimiento y la intervención. Distintos debates pendientes.1.1.3. Dicotomía sostenible. El hielo frente al fuego, lo débil y lo fuerte.1.1.4. Enfoques en la medición. Una óptica más natural, más ambiental.

1.2. La utilidad de los indicadores. De la búsqueda de objetivos a la optimización de resultados. 1.2.1. Indicadores: una aproximación conceptual. 1.2.2. La sistematización de los recursos: acercamiento a los sistemas de indicadores. 1.2.3. Índices de sostenibilidad: avances hacia el objetivo pero con pérdidas de infomación. 1.2.4. Hacia una selección útil: estudio, selección y continua evaluación.


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2. La importancia de las distintas escalas: De lo coloquial a lo político pasando por el usuario.

3. La incorporación de indicadores en la planificación: aproximación al caso español. 3.1. Instituciones observadoras. A la caza de ‘España verde’. 3.2. Publicaciones españolas: lo relevante es la expresión. 3.3. Iniciativas: la importancia del germen social.

CAPÍTULO III. Aproximación a la sostenibilidad en Doñana.

1. Planteamiento de carencia de indicadores en la planificación de Doñana: de la medida a la vinculación de cuestiones básicas.

1.1. Objetivos: las garantías para el progreso y el camino a la meta.1.1.1. Protección, mejora y regeneración de espacios con valor ambiental, paisajístico o cultural. Reducción de riesgos naturales y tecnológicos sobre la población, actividades y recursos.1.1.2. Ayuda a una mejor articulación del ámbito para contribuir al desarrollo de actividades económicas y territo-riales. 1.1.3. Ordenación y compatibilización de usos del suelo para contribuir a la mejora de potencialidades económi-cas.

1.2. Desenlace en Doñana.

2. Propuesta de indicadores: respondiendo cuestiones, resolviendo dudas.

2.1. Procedimiento de estudio: cómo recorrer un largo camino. 2.2. Resultados: de la investigación más profunda nace la información más cognoscible.

DOÑANA: 36º 58’ 24.73’’ NORTE 6º 26’ 38.50’’ OESTE. ¿HACIA DÓNDE VAMOS?

BIBLIOGRAFÍA

ANEXOS


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INTRODUCCIÓN


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“No tengo respuestas para casi nada y sin embargo tengo preguntas para casi todo”. G. Marx.


111. PERCIBIENDO LA PROBLEMÁTICA ACTUAL. UNA FERVIENTE NECESIDAD DE CAMBIO.

Para abordar este trabajo fin de máster hemos partido de un planteamiento general e interpretativo, que incide, no sólo en los aspectos más técnicos de nuestra disciplina sino que alberga aquellos puntos aún casi inexplorados por nuestros profesionales. De esta manera, conseguimos adquirir una mirada del territorio más nutrida, enriquecida y limpia. Una visión alejada de las ataduras que tradicionalmente la visión del arquitecto nos ha llevado. Una visión rebosante. Una visión desbordante de conocimiento.

De todos es sabido que la profesión del arquitecto está en ‘crisis’ (bendita-maldita palabra que da tanto juego a nuestros representantes políticos). Existe la necesidad de un cambio. Un cambio general en la sociedad, como esta-mos viviendo estos días con los manifestantes de Sol1 . Pero no sólo la sociedad debe cambiar. La mentalidad con la que afrontamos según qué tipo de intervenciones, también.

1 Movimiento popular español, nacido con la intención de promover una democracia más participativa alejada del práctico bipartidismo PSOE-PP. Aglutina a parados, mileuristas, amas de casa, inmigrantes y ciudadanos en general con un lema: «No somos marionetas en manos de políticos y banqueros. La indignación inquieta a la izquierda. Política. EL PAÍS. 16 Mayo 2011.


12Figura 1. Changing views. Ben Goossens

Figura 2. La chambre (Hotel Perron 20). Elene Usdin


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Ya, B. Latour expuso “los países del tercer mundo y los ecologistas se meten donde no los llaman y hablan de tratados internacionales, de derecho de las generaciones futuras, de derecho al desarrollo y de moratorias” 2. Aunque nos encarguemos de crear sociedad, ésta perdura en el tiempo, es tan trascendente como la naturaleza. Debemos construir una ciudad que se asemeje a este concepto de sociedad, que sea perdurable. Para ello, debemos crear in-vestigaciones que no traten de acercar la naturaleza a la sociedad, sino de incluir la primera en la segunda. Estamos hablando de una inclusión en las comunidades sociales, con el fin de establecer vínculos arraigados en ellas. Del mis-mo modo, producir una aceleración de los conocimientos mediante redes de investigación, incrementar el número de actuantes y partir de varios puntos y dirigirnos a un punto común intermedio a todos, dirigirnos a una ciudad 2.0.

Estamos lejanos a esos tiempos en los que los técnicos decidíamos sobre la ciudad. Tenemos como misión prestar atención a un nuevo paradigma que se abre a la necesidad de conocimiento y a la de plantearnos nuevas for-mas de vida, como Peter Sloterdijk3 teoriza sobre el concepto de biosofía y la teoría de las atmósferas. Todo ello tiene efectos, y esto es lo que nos debe preocupar. Aquello que no es palpable (pero que sin embargo nos enriquece), que nos hace generar un pacto social (sin dejar de tener relación con lo natural, sin perder nuestra relación con el medio), que se preocupa de aspectos inherentes al ser humano como pueden ser la sabiduría, la sociabilidad, la cultura pero sin olvidar el amor o la amistad y, sobre todo, aquello que nos hace no perder nuestra propia identidad.

Se habla desde hace tiempo de “desarrollo sostenible”, “turismo sostenible”, “viviendas sostenibles”, pero pa-rece que la realidad en la que vivimos nos enseña que los discursos políticos, proclamas y disertaciones académicas, están muy lejos de la realidad territorial. Nos hemos conformado con ponernos un traje verde, hecho a medida, que no sólo lo vestimos en nuestros ideales, pensamientos o actuaciones, sino que traviste nuestras ciudades a modo de paredes vegetales, islas artificiales o paredes pintadas de verde. Muchos de los “proyectos sostenibles” – como los presentan algunos de los grandes arquitectos – ponen en tela de juicio la verdadera sostenibilidad por sí misma.

Este es el momento de buscar otros modos de mirar, de analizar, de comprender, para alcanzar el objetivo que

2 LATOUR, B. Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica. Siglo veintiuno editores. Madrid (2007).3 SLOTERDIJK, P. Esferas. III, Espumas: esferología plural. Ediciones Siruela. Madrid (2006).


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Figura 3. Cordel. Elaboración propia


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la sociedad nos está demandando: ser felices. En definitiva, ser capaces de traducir lo invisible a visible, pues en lo primero es donde está nuestro nuevo punto de partida.

Presentamos este trabajo con una imagen de cabecera potente, que nos acompaña a todo lo largo de él. Se trata de un cordel, una línea (una línea de trabajo e investigación), de la que se ‘cuelgan’ una serie de elementos que son representativos del momento en el que nos encontramos y que ya se ha descrito con anterioridad, y de los apuntes que encontraremos a continuación. De este modo, cada uno de los elementos los identificamos con la problemática a estudiar en los capítulos de este trabajo. Queda así representada la caracterización del ámbito de Doñana mediante la hoja y la mariposa, en referencia a la importancia del espacio natural objeto de estudio; el reloj de arena, caracterizado como el tiempo en la planificación y en el uso de los indicadores de sostenibilidad; el casco como seña de identidad de la antropizacióon existente tanto en una parte como en la otra; el papel arrugado, como los tantos repletos de reflexio-nes y apuntes personales que van a parar a la papelera a lo largo del desarrollo de este documento.

Esta situación de incertidumbre ante la situación actual y nuestro papel en las ciudades, queda reflejada en la célebre cita de Groucho Marx: “No tengo respuestas para casi nada, y sin embargo tengo preguntas para casi todo”. No tenemos respuestas, pero sí numerosas preguntas al respecto. Ésta es la posición idónea para desvelar todas nuestras dudas: conocer la situación ante la que nos encontramos, preguntar e intentar responder. Continuando este discurso, podemos identificar cada una de estas fases con los capítulos del presente texto. Un conocimiento adquirido a través del análisis y caracterización del ámbito de estudio (Doñana) así como de los indicadores a escala global. Tras esto, comenzar a plantearnos una serie de cuestiones que intentaremos resolver en el último capítulo con la creación de una batería de indicadores adaptados al caso de Doñana.

Para no reiterarme ni extenderme demasiado en esta introducción, concluiré con la formidable frase con que Lindqvist4 inicia su libro Exterminad a todos los salvajes: “Tú ya sabes lo suficiente. Yo también lo sé. No es conoci-miento lo que nos falta. Lo que nos falta es el coraje para darnos cuenta de lo que ya sabemos y sacar conclusiones”. Que no falte el coraje.

4 LINDQVIST, S. Exterminad a todos los salvajes. Editorial Turner. 2004.


162. PAISAJE, TERRITORIO Y PLANIFICACIÓN: HIPÓTESIS DE PARTIDA.

El presente texto desarrolla el tema de los indicadores de sostenibilidad territorial utilizados con carácter gene-ral. Para ello se analiza el caso concreto de Doñana y la realidad que presenta.

La evaluación de los indicadores de sostenibilidad se perfila como un proceso necesario como medio para optimizar los resultados obtenidos dentro del ámbito del Parque Natural, visualizar el estado de la situación en la que nos encontramos y establecer los parámetros de diagnosis del territorio y la sociedad objeto de nuestro estudio. Esto lo logramos mediante un estudio riguroso y exhaustivo de los indicadores a nivel nacional como factores claves para verificar el cumplimiento de los objetivos marcados por el modelo planificador de este ámbito (Plan de Ordenación Te-rritorial del Ámbito de Doñana).

Son objetivos específicos aquellos orientados a visualizar la realidad ante la que nos encontramos, la sistema-tización de carácter general de los indicadores de sostenibilidad utilizados por el momento en la geografía española, así como la caracterización de una batería de indicadores adecuada, adaptada y cualificada a este entorno; con el fin de optimizar, en la medida de lo posible, los resultados obtenidos por el futuro Observatorio de la Sostenibilidad que se


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desea implantar en Doñana, cuna de la sostenibilidad a nivel europeo.

Como resultado de este estudio, presentamos una sistematización que contenga aquellos indicadores que sean claves a la hora de controlar y evaluar los distintos aspectos establecidos por el modelo planificador.


183. OBJETIVOS DEL ESTUDIO.

Desde el comienzo, nos dimos cuenta que la temática elegida para este Trabajo Fin de Máster era excesiva-mente ambiciosa. No por ello, debemos renunciar a la posibilidad de un planteamiento completo con el objetivo futuro de la tesis doctoral. De este modo, queda reducido a los siguientes objetivos generales:

I. Analizar la nueva realidad territorial presente en Doñana.

El interés de profundizar en un territorio denominado “natural”, para tratar de transgredir la terminología natural y los límites que lo definen. De esta manera, acercarnos a Doñana con una mirada “in visu”, desconocedora y capaz de liberarnos de pre-juicios, en su mayoría, infundados. Del mismo modo, analizar un territorio enriquecedor, no sólo por su importancia “natural” a nivel mundial, sino por la gran cantidad de imágenes simbólicas, patrimoniales (entendiendo esto último como la intervención cultural en el territorio) y culturales. El territorio en el parque se nos muestra como un complejo entramado de acciones superpuestas generadas por la acción humana sobre el medio físico. Un Doñana muy diferente a la que nos encontrásemos en 1969. Una vez analizado todo esto, establecer las fortalezas de este territorio,


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así como sus elementos de excelencia para identificar las actuaciones estratégicas, que nos llevarán a un territorio más sostenible. Un Doñana con mayor ámbito, mayor preocupación y mayor protección.

II. Estudio de los indicadores de sostenibilidad a escala global.

Definir, de manera general, cuestiones básicas a cerca de indicadores. Entendiendo éstos como factores cla-ves para verificar el cumplimiento de un modelo planificador. La evaluación de los indicadores de sostenibilidad se perfila como un proceso necesario como medio para optimizar los resultados obtenidos dentro del ámbito del Parque Natural, visualizar el estado de la situación en la que nos encontramos y establecer los parámetros de diagnosis del territorio y la sociedad objeto de nuestro estudio. Esto lo logramos mediante un estudio riguroso y exhaustivo de los in-dicadores a nivel nacional como factores claves para verificar el cumplimiento de los objetivos marcados por el modelo planificador de este ámbito (Plan de Ordenación Territorial del Ámbito de Doñana).

III. Análisis del alcance de la sostenibilidad establecida en el Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana.

El Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana (POTAD en adelante), establece una serie de objetivos. De este modo, quedan fijados con claridad unos generales y unas líneas de actuación pero sin determinar ninguna herramienta de medida de los mismos. NO introduce indicadores; por lo tanto, en los objetivos que marca el planeamiento existen cuestiones a las que vincular indicadores. Para una correcta detección y aplicación de los mismos habrá que sistematizar los objetivos, de manera que se agilice la detección del alcance de cada uno de ellos con el fin de lograr una rápida y eficaz localización de los parámetros verificables. En cuanto a esto, se nos plantean una serie de cuestiones que responder: ¿Cuál es el alcance de estos objetivos? ¿Qué indicadores serían aplicables al POTAD? ¿Cómo establecerlos de manera que lleven a cabo el cumplimiento de los objetivos del mismo?A modo de conclusión destacaremos la presencia de un modelo planificador desde una mirada obsoleta. Por lo tanto, existe una ferviente necesidad de cambio, de control.


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Figura 4. Anne Charlotte (3). Elene Usdin


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IV. Establecer los indicadores que, de acuerdo con el perfil cultural, social y natural que se desea de Doñana, sean los más apropiados para definir y evaluar la sostenibilidad en este espacio. Como resultado de este estudio, presentamos una sistematización que contenga aquellos indicadores que sean claves a la hora de controlar y evaluar los distintos aspectos establecidos por el modelo planificador.

De esta manera, establecemos una batería de indicadores cualificados y adaptados al ámbito de Doñana que, de acuerdo con el perfil cultural, social y natural que se desea, sean los más apropiados para definir y evaluar la sostenibilidad en este espacio. Se crean así criterios de adecuación por y para el parque. Éstos deberán ser capaces de profundizar en la calidad de los espacios contenidos dentro del ámbito del parque y, del mismo modo, deberán se cualificados para utilizarlos en el ámbito de Doñana por el futuro Observatorio de la Sostenibilidad que se instalará en el parque. Del mismo modo serán capaces de: prevenir y reducir la contaminación medioambiental y fomentar la produc-ción y el consumo sostenibles; fomentar una sociedad democrática, cohesionada, sana, segura y justa que respete los derechos fundamentales y la diversidad cultural; fomentar una economía próspera, innovadora, rica en conocimientos, competitiva y respetuosa con el medio ambiente; garantizar que las políticas internas y externas de la Unión Europea son coherentes con el desarrollo sostenible.


224. PRIMERA APROXIMACIÓN A LA INVESTIGACIÓN. INCÓGNITAS INICIALES.

Teniendo en cuenta la hipótesis de partida y los objetivos descritos con anterioridad, se nos plantean las si-guientes incógnitas:

¿Es posible plantear una batería jerarquizada, no cerrada que permita la introducción de todos los objetivos del modelo planificador del ámbito de estudio (Doñana)?¿Es posible plantear una batería igualmente jerarquizada, no cerrada que permita la introducción de indicado-res territoriales capaces de evaluar y verificar el cumplimiento de dichos objetivos y a los que, posteriormente, pudieran añadirse otros pertenecientes a otros campos?¿Este modelo podrá funcionar correctamente según los preceptos de las normativas españolas y si podrá ajustarse a los sucesivos cambios que se produzcan en ésta?¿Existen modelos precedentes similares que puedan avalar la propuesta de la misma?¿La batería se ajusta a los nuevos requerimientos que puedan surgir?

El presente Trabajo Fin de Máster pretende responder a todas estas incógnitas y dar solución justificada al mayor número posible de ellas.


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5. TRAYECTO E INSTRUMENTOS PARA ACERCARSE A LA PROBLEMÁTICA,MÁS ALLÁ DE LA EXCLUSIVIDAD DE LAS CIFRAS.

La metodología utilizada en el desarrollo de este trabajo se basa en el estudio previo de la caracterización del ámbito de Doñana, así como el de los indicadores de sostenibilidad como factores claves para verificar el cumplimiento de un modelo planificador.

Por otro lado, se estudiarán las cuestiones establecidas en los objetivos del Plan de Ordenación Territorial del Ámbito de Doñana y qué cuestiones son vinculables a indicadores. En base a esto, se procederá a definir y proponer una sistematización de indicadores cualificados para definir y evaluar Doñana, objeto de este Trabajo Fin de Máster.

Finalmente se sacarán las conclusiones finales del trabajo, así como las conclusiones colaterales que hayan surgido a lo largo de la realización del mismo.


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CAPÍTULO IDOÑANA: CONTENEDOR HISTÓRICO Y NATURAL.

EL PASADO COMO MEDIO PARA CONCEBIR EL FUTURO


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“La visión desde Sanlúcar de este supuesto penal no puede ser más hermosa, más misteriosa. Domina una masa de pinos apretados, casi negros, refracta-rios a la fortísima luz del mediodía incapaz de aclarar su verde umbrío, opaco; bordeados de sílice blanca y suelta, como esas manchas de plantas carnosas que aparecen abrazadas por la arena de los desiertos proclamando la vida. Un oasis. Una luminosa ínsula Barataria de la que de tan mala manera me han hecho gobernador”. J. Villa. El año de Malandar.

Figura 5. Bodegón en el coto. Carmen Laffón


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El paisaje más allá de ser una preocupación trivial, una entelequia científica o una actitud romántica frente al territo-rio, es cultura. No surge en un determinado momento, siempre ha existido. Esta condición cultural, inherente a los paisajes, es la esencia necesaria para llegar a comprenderlos e interpretarlos.

Otro aspecto destacable es su capacidad de contención de patrimonio. Los nuevos paisajes se construyen sobre anteriores, nutriéndonos de los vestigios que permanecen en el territorio. En ellos, aparecen marcas territoriales que identifican un lugar generando así sus señas de identidad. Todo lo que genera identidad es patrimonio; por lo tanto, del mismo modo que no existe patrimonio sin sujeto, no existe paisaje sin condición humana.

A modo de sintetizar toda la información acerca del ámbito de Doñana en un sólo documento1, se genera una matriz temporal en la que se disponen los hechos históricos, las señas de identidad, que se consideran más destacables en la historia de este territorio. De esta manera, siempre están vinculados los hitos con los distintos paisajes que este entorno natural, pero no por ello virgen, nos proporciona.

Podemos, de una sola mirada, contemplar toda la tradición del ámbito de Doñana. Del mismo modo, apreciamos que existen muchas Doñanas -todas ellas distintas.- pero, que centrando nuestra atención en profundidad, sólo existen dos: la Doñana Protegida y el Entorno de Doñana.

La primera responde a un ámbito similar al de una isla, separado por el hombre. Esta Doñana es afín a lo dispuesto en la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestre (vigen-te hasta el 15 de diciembre de 2007) y al modelo que rige el Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ICONA).

La segunda Doñana es un territorio mucho más amplios y que consta de muchos más agentes formando parte de ella. Este modelo presenta una planificación integral, que es capaz de albergar todo el territorio.

1 Capítulo redactado en colaboración con Marta Donadei y Ana Lucía Reyna Cruz.


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Figura 6. Matriz temporal. Elaboración conjunta con Marta Donadei y Ana Lucía Reyna Cruz.


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“Todo lo que no es tradición, es plagio.”. Eugenio D’Ors.

Figura 7. Torre Carbonero. Regla Alonso Figura 8. Las cruces de Doñana II. Paco Broca


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1. NATURALEZA, TRADICIÓN E IDENTIDADES NACIENTES EN DOÑA ANA. DE LA MARGINALIDAD AL COMIENZO DE LA PRESERVACIÓN (hasta 1960)

La Historia de Doñana se remonta miles de años en la historia. Ya en el siglo 10 a.c. algunos textos colocaban la mítica Tartesos en esta zona, aunque, también, civilizaciones como los etruscos, fenicios y griegos dejaron su huella en el parque.

De aquellos asentamientos que tenemos datos arqueológicos podríamos comenzar por los asentamientos romanos del siglo II a. C., (II d. C, según el proyecto Excavaciones arqueológicas del Cerro del Trigo) que se prolon-garon hasta el V d. C., dedicados fundamentalmente a la pesca y a la salazón, y que debían situarse en torno a lo que actualmente conocemos como Marismas del Guadalquivir. En tiempos de los Romanos había un gran lago llamado Lacus Ligustinus rodeado por el Río Guadalquivir y sus afluentes y por una barra arenosa al sur.

Tras la expulsión de los árabes en el siglo XIII, el rey Alfonso X “El Sabio” comienza la cristianización del te-rritorio con la construcción de las primeras ermitas. Éste es el encargado de la reconquista del condado de Niebla a los moros y, poco después, establece el Cazadero Real en los entonces llamados Bosques de La Rocina. Es en esta época cuando también manda a construir un pequeño santuario en las orillas del Arroyo de la Rocina, hoy perdido,


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llamado Santa Olalla.

Se construye la primera ermita de El Rocío. “Aquella ermita de diez varas de largo y del estilo mudéjar andaluz sus muros de tapial, las jambas y roscas de los arcos, de ladrillo a la morisca, con grueso tendel; la cubierta toda de ma-dera, allí tan abundante de par y nudillo, decorada de laceria mudéjar; la cobija de teja morisca, la portada con arco con herradura apuntado y sobre ella la espadaña con arco de herradura para su campana. En su interior, humilde y sencillo, es grato y placentero, sobre el piso ladrillado se eleva con tres escalones de bordillos vidriado de verde, el presbiterio y en su plano se alza el altar de reducidas proporciones, quizás cubierto de antipindeo tejido, de vivos colores, quizás revestido de alicatado de alfardones morisco blanco y verdes.” (“El Rocío, Las Reglas del 1758, pag. 9).

Aquella primera ermita duró hasta el terremoto de Lisboa, en 1755, sus restos se descubrieron en el año 1963 en el derrumbe de la segunda ermita y para la construcción de la actual. Debido a esto, la Virgen del Rocío fue llevada a Almonte y estuvo allí durante dos años seguidos, celebrándose allí la Romería del Rocío en el pueblo Almonteño, las reformas de la ermita acabaron en el año 1758.

Sin embargo, no es hasta el siglo XV con la organización del territorio, cuando comienzan el dominio señorial, los primeros límites y acotamientos, y la prohibición de cualquier aprovechamiento que perjudicara a la caza.

Pero el nombre de estas tierras se consolida un siglo después, en 1585, con la construcción por parte del sép-timo duque de Medina-Sidonia de un palacio para su esposa, Doña Ana Gómez de Mendoza y Silva, en pleno corazón del monte, habiendo, para ello, comprado la tierra de sus antepasados al pueblo de Almonte hasta la madre de las marismas. Las tierras circundantes pronto comienzan a ser conocidas como el Bosque de Doña Ana, el Coto de Doña Ana… hasta que finalmente la denominación se acorta a la que actualmente conocemos: Doñana. Por otro lado, en el ámbito del Parque también encontramos edificaciones de carácter defensivo como son las torres almenaras. Dichas construcciones se llevaron a cabo durante el reinado de Felipe II, a finales del siglo XVI y principios del XVII, y servían de protección frente a los ataques de los piratas berberiscos.


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Numerosas construcciones y reformas de las ya existentes tienen lugar los siglos siguientes, junto a estas se celebran infinidad de cacerías reales. Podríamos decir que la explotación del Coto durante este período está dedicada casi en exclusividad a los recursos cinegéticos, junto al mantenimiento de las dehesas y los pastos dedicados a la ga-nadería y la explotación forestal del bosque.

El interés científico y naturalista arranca en el siglo XIX, con la publicación de un catálogo de aves observadas en algunas provincias de Andalucía, realizado por Don Antonio Machado y Núñez. Es también el comienzo de una intensa búsqueda de huevos y pieles por parte de naturalistas y cazadores, lo que llega a poner en grave peligro las poblaciones de algunas especies. Doñana queda vinculado al romanticismo viajero y selecto, por un lado, y a la inves-tigación ornitológica y las aficiones cinegético-deportivas, por el otro.

Como hemos visto anteriormente, Doñana queda vinculada desde fines del siglo XIX al romanticismo viajero y selecto, por un lado, y a la investigación ornitológica y a las aficiones cinegéticas y deportivas, por otro lado.

Es ya a principios del siglo XX cuando empieza la labor de transformación de estas tierras en el lugar que co-nocemos. El arroz es elegido como cultivo ideal para los pobres suelos marismeños y, al mismo tiempo, se introducen especies animales, se plantan pinos piñoneros y organizan monterías de forma habitual.

Desde comienzos de este siglo y con el cambio de propietario (don Guillermo Garvey, de Jerez, adquiere la fin-ca al duque de Medina Sidonia-Villafranca en 1987) aquellas vinculaciones no sólo continúan, sino que se acentúan al convertirse la burguesía gaditano-jerezana en dueña, arrendataria (Chapman, Buck, Williams y González) y promotora exclusiva de los recursos turísticos del ya famoso coto.

Durante el primer tercio de este siglo, suceden una serie de acontecimientos que conducen a una elevación de los atractivos ofrecidos por Doñana. Nos referimos a las campañas arqueológicas y a las visitas regias.

Entre 1910 y 1926 el arqueólogo alemán Adolfo Schulten lleva a cabo cuatro campañas arqueológicas en Do-ñana, todas ellas costeadas por el propietario de la finca en estos momentos (duque de Tarifa). Estas excavaciones no


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sólo son de interés para el arqueólogo, sino que también captan la atención del pintor y arqueólogo inglés J. Bonsor, aristócrata afincado en el castillo de Mairena del Alcor (Sevilla), al parecer, primer buscador de la mítica Tartessos en estos lugares. Dichas excavaciones no son exitosas por encuentros tartésicos, sino por el descubrimiento de huellas grecorromanas en la zona, lo que, sin lugar a dudas, añade un nuevo atractivo del ya atrayente Doñana.

Doñana no resulta ser sólo un bello y selecto remanso de paz y de ocio para sus dueños e invitados, sino que contiene también un negocio, del que proporcionalmente obtengan beneficios económicos e, indudablemente, obtiene los beneficios sociales de representación y promoción propia. Ello nos lleva a pensar que son aquellos beneficios los móviles principales por los que dichos propietarios y usuarios emplearán todas sus influencias no sólo para mantener su propiedad ante posibles expropiaciones, sino también para conseguir que Doñana permanezca siendo, en una pri-mera instancia, un cazadero y, posteriormente, una reserva natural, un “parque nacional”.1

Tras la publicación de la ley de Reforma Agraria, el 19 de septiembre de 1932, el ayuntamiento de Almonte emprende la tarea de recopilar todos los datos que puedan demostrar el origen comunal de muchas de las tierras del coto. Todos ellos se reúnen en un único expediente.

Convergen dos razones fundamentales para finalizar con la situación de Doñana tras esta ley: su consideración como “latifundio” o explotación muy extensa y mal gestionada, y su posible origen de finca usurpada entre los bienes comunales. Desde este momento quedan consagrados dos frentes de opinión en relación al futuro de Doñana, cuyo enfrentamiento pasará a ser la columna vertebral histórica de este territorio: el desarrollista, en el que se unen técnicos del progreso y aspiraciones populares, y el conservacionista, representado por propietarios, intelectuales y grupos de científicos y deportivos de la zona.

El 14 de julio de 1936, surge la idea de convertir Doñana en “Coto Nacional de Turismo”. Doñana comienza a surgir como finca de utilidad social.

1 OJEDA RIVERA, J.F. Organización del territorio en Doñana y su entorno próximo (Almonte). Siglo XVIII-XX.


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En 1940, don Manuel María González Gordón y el marqués del Mérito, de Jerez de la Frontera y don Salvador Noguera, de la Palma del Condado, compran 16.500 Ha. De la parte norte del coto (Santa Olalla, El Palacio, Mogeda, Algaida y Casa de los Guardas) y constituyen la Sociedad del Coto del Palacio de Doñana, S.A. El resto de la finca, unas 10.500 Ha., que incluyen el palacio de las Marismillas, La Venta, El Cerro del Trigo y Vetalengua, quedan en el poder de los marqueses de Borghetto.

Se inicia la tarea reforestadora mediante la plantación de eucaliptos para experimentar en sus arenas con el guayule o mata del caucho.

Por un lado, la recientemente establecida dictadura era de la opinión que había que hacer rentables estas tie-rras por el bien del pueblo y la economía de la zona. Por otro lado los naturalistas y amantes de la naturaleza querían preservar la naturaleza y los valores biológicos para las generaciones futuras. Estos consiguen ralentizar los proyectos de plantaciones de eucaliptos. La lucha por la preservación de Doñana ha comenzado.

A finales de este período, entre 1958 y 1960, se construye una carretera de acceso a las playas de Doñana desde El Rocío. Desgraciadamente ésta y otras carreteras de construcción posterior en las inmediaciones de Doñana, serán causa de frecuentes atropellos de la fauna del lugar.

Por las mismas fechas, se inician los cultivos destinados al fresón en explotaciones de secano en el sector oc-cidental de la comarca de Doñana (municipios de Moguer y Palos de la Frontera). La llegada de las nuevas tecnologías de riego y cultivo bajo plástico hace que se extiendan estos cultivos hacia el este.


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“El hambre, el amor, el dolor, el miedo son algunas de las fuerzas internas que rigen el instinto de la persona para la auto preservación”. A. Einstein.

Figura 9. El coto desde Sanlúcar. Carmen Laffón Figura 10. Duna y corral. Regla Alonso


372. EL NACIMIENTO DE UNA CONCIENCIA CONSERVACIONISTA (1960-1978)

La percepción de Doñana como un “Espacio Natural” digno de ser conservado en su estado natural, está vinculada a las numerosas investigaciones de diferentes índoles que tienen lugar en este territorio y a las aficiones cinegéticas-deportivas.

Se palpa una creciente consciencia en Europa de la necesidad de proteger Doñana. Son numerosos aquellos que donan potentes cantidades económicas para la adquisición de hectáreas de su territorio.

En 1960, Valverde publica Vertebrados de las marismas del Guadalquivir. En este libro señala la amenaza de extinción del Lince y del Águila Imperial.

Es el comienzo de una conciencia conservacionista dentro y fuera de nuestras fronteras, que culmina en 1963 con la adquisición de unas 7.000 Ha. por parte del Estado Español, en colaboración con el Fondo Mundial para la Con-servación de la Naturaleza, World Wildlife Fund (WWF). La primera reserva se estableció en 1963, a partir de estos te-rrenos adquiridos por el Gobierno y WWF; un año después se estableció la Estación Biológica de Doñana, dependiente


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del CSIC. Esta Estación esta incluida en los límites del Parque Nacional de Doñana y está constituida por dos fincas o Reservas Científicas, según la zonificación del parque. La denominada Reserva Biológica de Doñana, propiamente dicha, tiene una superficie de 6.794 ha, cuya propiedad y gestión corresponde al CSIC. La otra, la Reserva Biológica de Guadiamar, con 3214 ha, es propiedad de WWF/ADENA y su gestión administrativa y científica corresponde también al CSIC (CSIC (1), 2010).

Otro de los grandes recursos con los que el Gobierno cuenta en la década de los sesenta, más concretamente en el verano de 1966, es el turismo, fuente de entrada de divisas en España.

España desarrolla una política de apertura turística que afecta de forma importante a la costa onubense. En Doñana, desde la playa de Torre la Higuera hacia Caño Guerrero se inician las obras de una urbanización que se llamará ‘’Matalascañas’’; y a unos quince kilómetros, cerca del núcleo costero de Mazagón, avanzan las obras de un Parador Nacional que empezará a funcionar a año siguiente. Las primeras construcciones de Matalascañas no fueron mal vistas por los conservacionistas de entonces, con Valverde a la cabeza. Con el tiempo y el elevado desarrollo que fue adquiriendo la urbanización, cambió aquella primera percepción y se consideró una de las principales amenazas del Parque. Hoy es algo asumido como inevitable, centrándose las actuaciones de conservación en ir minimizando su impacto sobre el espacio protegido, algo en lo que los propios habitantes de Almonte y de la urbanización están total-mente de acuerdo, pues todos ellos se sienten muy directamente implicados en la conservación de Doñana.

Todas las estas actividades desarrollistas provocan un nuevo gesto internacional conservacionista: WWF com-pra 3.214 Ha. de marisma y las cede al estado español para que, con ellas, cree la reserva del Guadiamar.

En 1969 se creó por decreto (Decreto 2412/1969, de 16 de octubre) el Parque Nacional de Doñana, parte de cuyo territorio era propiedad del MEC y parte, aún en manos privadas, era gestionado por el ICONA. Doñana nace como Parque Nacional con 37.425 Ha., de las que 19.946 corresponden a los terrenos del antiguo coto de Doñana y 17.479 son marismas exteriores a dicho coto y pertenecientes al Ayuntamiento de Hinojos y a propietarios particulares de las marismas de Aznalcázar. Diez años después se amplió el espacio protegido y se creó el llamado Preparque de Doñana.


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El objetivo de los conservacionistas que han trabajado decididamente por Doñana se ha cumplido, ya que Do-ñana ha pasado de ser un lujo permitido pero no necesario, a convertirse en un lujo útil del que el Estado puede obtener un beneficio: reconocimiento internacional.

El Estado declara de interés nacional el proyecto Almonte-Marismas en 1971. Consiste en poner en regadío la parte central de la comarca de Doñana mediante el bombeo de las aguas procedentes de un gran acuífero subterráneo, el Acuífero 27. Esta gran bolsa de agua aparece durante las prospecciones subterráneas efectuadas en la zona desde finales de los 50 por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). El IRYDA (Ins-tituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario) fija en unas 46.000 hectáreas la superficie transformable de marismas y terrenos forestales, en regadíos agrícolas.

Los esperados efectos positivos sobre la economía local se convierten en grandes pérdidas por daños a la red hidrológica y la situación de la especie local empeora dramáticamente. Tres son los grandes desastres que se suceden en 1973:

1. La introducción del cangrejo rojo americano en los arrozales de isla Mayor provoca daños en la red hidroló-gica y casi la extinción de especies locales. Esta catástrofe es debida a que un particular introduce en España el Cangrejo Rojo Americano (Procambarus clarkii) sin autorización, concretamente en el norte del brazo de la Torre-200kg.

2. La mortandad por botulismo (por fumigación de arrozales) de más de 35.000 aves acuáticas en la margen derecha del Guadalquivir. Este hecho afecta, entre otros lugares, a la finca de Las Nuevas, englobada en el Parque Nacional.

3. La inundación de la marisma con agua contaminada del Guadialquivir.

El 28 de diciembre de 1978 se aprueba la Ley de Doñana que amplía los límites del Parque, establece unos preparques o áreas de protección. Se promulga la Ley de Doñana (Ley 91/1978) por la que se amplían los límites del


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Figura 11 y 12. Cruces de Doñana I y II. Jorge Camacho


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Parque Nacional hasta 50.720 hectáreas. Se crean los ya citados preparques y 8.000 hectáreas de Zonas de Protec-ción (Arroyo de La Rocina, finca del Acebuche y mar litoral) que suman otras 26.540 hectáreas. La ley también con-templa medidas de gestión de los recursos propios del Parque, medidas protectoras del ámbito geográfico de Doñana y referentes a las aguas superficiales y subterráneas.

Para adoptar medidas de fomento comarcal destinadas al desarrollo socioeconómico de la zona la ley estable-ce la elaboración de un Plan director Territorial de Coordinación de la Comarca (PDTC), actualmente Plan de Ordena-ción del Territorio del Ámbito de Doñana (POTAD). El director de la EBD es el coordinador de todas las investigaciones que se realicen en el Parque Nacional.

Esta ampliación exige la confección, por parte del Ministerio de Agricultura a través de ICONA, de un Plan Rector de Uso y Gestión y crea un Patronato que garantice su cumplimiento.

Con estas últimas medidas comienza una nueva fase en los planteamientos que pretenden ordenar estos con-trovertidos territorios: el Parque (hasta el momento considerado como freno al desarrollo de la comarca) se convierte en el motor de dicho desarrollo. Esto es fácilmente explicable, los pueblos del entorno de Doñana han visto, hasta la fecha, frenados sus desarrollos en aras de la conservación del Parque y comienzan a obtener una serie de beneficios que se concretan en ciertas exenciones fiscales, asistencia técnica y financiación para proyectos sobre su futuro. Me-diante la elaboración del PDTC se tiene un doble objetivo: la conservación de Doñana y el desarrollo de su entorno. La difícil tarea que deben llevar a cabo los redactores de dicho Plan, es la de coordinar medidas que propicien un desarro-llo con medidas conservadoras.

En relación con la ordenación del territorio en Doñana y su entorno más próximo con respecto al parque, no llegan a establecer acuerdos estables y maduros.


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“Sólo puedes proteger tus libertades en este mundo protegiendo la libertad de los demás”. C. Darrow.

Figura 13. Marismas de El Rocío. Ignacio Aguilar

Figura 14, 15 y 16. Coto Doñana I, III y IV. Paco Broca


433. EL ESPLENDOR PROTECTOR (1978-1992)

A finales de los setenta, aparece una corriente externa al ámbito de Doñana cuyo principal objetivo es concen-trar la atención en el uso del acuífero, denominado acuífero 27, como recurso hidrológico. Alejando la atención de los eucaliptos y las construcciones en la costa. El uso de esta ingente volumen de agua supondría propiciar el regadío de 40.000 Ha. Estas actuaciones quedan estrechamente vinculadas a las propuestas por el Plan Almonte-Marisma de 1973.

En 1980, Doñana es clasificada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera y se crean los primeros planes para la regeneración hídrica de Doñana.

Cuatros años más tarde, se aprueba el primer Plan de Uso y Gestión del Parque Nacional.

Debido a la catástrofe que supuso la muerte de más de 30.000 aves, y como medida de protección, Doñana es clasificada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). (1982


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Figura 17. Estudio marina. Paco Broca


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El 12 diciembre 1983, se prohíbe la caza en el interior del Parque Nacional de Doñana.

Es en 1985 cuando los últimos propietarios privados de las Marismillas, los hermanos Morenés y Medina, la venden al Estado.

Un año más tarde, una nueva catástrofe tiene lugar. Se produce la mortandad de aves acuáticas en el Prepar-que Este de Doñana. Se estima que mueren más de 30.000 aves, principalmente Anátidas. La principal causa parece ser un mal uso de pesticidas en los cultivos de arroz.

En 1989, se crea por parte del gobierno andaluz el Parque Natural de Doñana, incluyendo en más de 54.000 ha las anteriormente destinadas a preparque. Todo esto supone una dura oposición social en contra de la urbanización de nuevas zonas costeras contempladas en el proyecto “Costa Doñana”. La Comunidad Autónoma Andaluza, en la Ley de Inventario de Espacios Naturales Protegidos (Ley 2/1989) declara el Parque Natural del Entorno de Doñana en zonas circundantes al Parque Nacional. Se sitúa en las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. A partir de esta fecha se inician proyectos de restauración paisajística intentando devolver a este entorno la imagen que tenía décadas atrás. Para ello se realizan programas de eliminación del Eucalipto (Eucalyptus sp.). (BOJA 60, 27/07/89; BOE 201, 23/08/89).

El final de este período tiene lugar con la aprobación de un Dictamen sobre Estrategias para el Desarrollo So-cioeconómico Sostenible del Entorno de Doñana en 1992, cuyas conclusiones fueron objeto de resolución parlamenta-ria.

El 21 de mayo de este mismo año se aprueba la directiva del Consejo 92/43/CEE (Directiva de Hábitats) rela-tiva a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres. Los sitios designados como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) pasan a formar parte de la red Natura 2000 junto con las Zonas Especia-les de Conservación (ZEC). El Parque Nacional de Doñana queda por tanto englobado en la red Natura 2000, al ser ZEPA desde 1982. También lo estará el Parque Natural de Doñana, cuando en 2005 se declare ZEPA. (DOCE L 206, 22/07/92)


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“No te preocupes si no eres reconocido, pero esfuér-zate por ser digno de reconocimiento”. A. Lincoln.

Figura 18. Autorretrato, desierto de Doñana. Jorge Camacho


474. LA CONVERGENCIA DE RECONOCIMIENTOS A DISTINTAS ESCALAS (1992-2002)

De acuerdo con el Dictamen referenciado con anterioridad, en 1993, se aprueba el primer Plan para el Desa-rrollo Sostenible de Doñana (con fuertes inversiones de la Unión Europea, el Gobierno central y autonómico), cuyas actuaciones modificaron sustancialmente la situación del Entorno Doñana, principalmente en cuanto a la superación de gran parte de los déficits infraestructurales detectados en el momento de su aprobación. A pesar de esto, este Plan está huérfano de una reflexión territorial previa sobre las decisiones que se deben tomar. Su principal objetivo es com-patibilizar las actividades de los habitantes de la zona con los recursos naturales de Doñana.

Un año más tarde, se acontecen dos sucesos importantes para la historia de Doñana. El primero de ellos, pro-ducido en abril, consiste en que la Unión Europea cataloga por primera vez a la Reserva Biológica de Doñana como Gran Instalación Europea de investigación. Esta distinción está vigente hasta el 31 de octubre de 1997. El acuerdo lleva por título “Estudios básicos y aplicados a la conservación y manejo de los recursos naturales en Doñana”. En 2002 volverá a recibir esta catalogación nuevamente. El otro, de mayor reconocimiento, se trata de la inscripción, por parte de la UNESCO, del Parque Nacional de Doñana en la lista de lugares considerados Patrimonio de la Humanidad.


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En 1997, se constituye la Fundación Doñana 21 para coordinar actuaciones de desarrollo sostenible en la comarca de Doñana. Es este mismo año cuando se modifica el nombre del Parque Natural del Entorno de Doñana, que pasa a ser Parque Natural de Doñana (Decreto 2/1997). Se amplían sus límites, quedando incluidas las dunas del Asperillo. Cuenta con 53.709 hectáreas y se asienta sobre once municipios, pertenecientes a las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Se distribuye en cuatro sectores discontinuos: oeste, Abalario - Asperillo (17.000 hectáreas); norte, Preparque Norte - Pinares de Hinojos (19.500 hectáreas); este, Preparque Este - Brazo del Este - Entremuros (14.310 hectáreas); sur, Pinares de Bonanza - Marismas de la Algaida (3.390 hectáreas). La superficie total de territorio prote-gido es de más de 100.000 hectáreas. (BOJA 13/02/97).

El 25 de abril de 1998 se sucede la mayor catástrofe ocurrida en el entorno de Doñana. Una rotura de la presa de contención de una balsa de decantación de las Minas de Aznalcóllar (Sevilla), destinadas a la extracción de pirita, propiedad de la empresa sueca Bolidén Aprisa S. A, causa el escape de miles de toneladas de lodos tóxicos hacia el Río Guadiamar. El vertido es de casi cinco millones de metros cúbicos (3,6 de agua ácida y 0,9 de lodos tóxicos con al-tas concentraciones de metales pesados) sobre las riberas de los ríos Agrio y Guadiamar, este último uno de los cauces que llegan a Doñana. Los lodos llegan sólo hasta la zona de Preparque, pero las aguas contaminadas invaden la región externa del Parque, hasta la desembocadura del río Guadalquivir. Se toman medidas de emergencia para proteger Doñana y se llevan a cabo trabajos para limpiar el cauce del río. Para ello, la EBD se encarga de la coordinación de los trabajos científicos que servirán para diseñar las tareas de limpieza de los residuos que causan importantes efectos negativos sobre el suelo, el agua, la flora y la fauna.

Es unos años más tarde, en 2002, cuando se le impone a la empresa culpable del vertido (Boliden) una multa por parte del gobierno español.

Pasado un año el desastre, la Universidad de Huelva realiza excavaciones en la zona del Cerro del Trigo. Con-cluyen que el asentamiento romano encontrado por Schulten y Bonsor puede ser una importante factoría de pesca y salazón, así como para la elaboración del garum, pasta de pescado muy apreciada en el imperio romano.El año 2000 abre con la promoción, por parte de la Junta de Andalucía, para convertir en un corredor verde el cauce del río Guadiamar. Se pretende poner en conexión Sierra Morena con Doñana, a la vez que restaurar los daños ocasiona-


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dos por el vertido de las minas de Aznalcóllar dos años atrás.

Dos años más tarde, la Unión Europea cataloga por segunda vez a la Reserva Biológica de Doñana como Gran Instalación Europea de investigación.

Los proyectos “Doñana 2005” y “Corredor Verde” se aprueban con idea de regenerar el sistema hidrológico de la zona.


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“Tú debes ser el cambio que desea ver en el mundo”.M. Gandhi.

Figura 19. Arrozal III. Paco Broca


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5. UN CAMBIO EN LA MATERIALIZACIÓN DE LAS DECISIONES: DE LA REFLEXIÓN TERRITORIAL A LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA (2002-2011)

De acuerdo con el Dictamen referenciado con anterioridad, en 1993, se aprueba el primer Plan para el Desa-rrollo Sostenible de Doñana (con fuertes inversiones de la Unión Europea, el Gobierno central y autonómico), cuyas actuaciones modificaron sustancialmente la situación del Entorno Doñana, principalmente en cuanto a la superación de gran parte de los déficits infraestructurales detectados en el momento de su aprobación. A pesar de esto, este Plan está huérfano de una reflexión territorial previa sobre las decisiones que se deben tomar. Su principal objetivo es com-patibilizar las actividades de los habitantes de la zona con los recursos naturales de Doñana.

Un año más tarde, se acontecen dos sucesos importantes para la historia de Doñana. El primero de ellos, pro-ducido en abril, consiste en que la Unión Europea cataloga por primera vez a la Reserva Biológica de Doñana como Gran Instalación Europea de investigación. Esta distinción está vigente hasta el 31 de octubre de 1997. El acuerdo lleva por título “Estudios básicos y aplicados a la conservación y manejo de los recursos naturales en Doñana”. En 2002 volverá a recibir esta catalogación nuevamente. El otro, de mayor reconocimiento, se trata de la inscripción, por parte de la UNESCO, del Parque Nacional de Doñana en la lista de lugares considerados Patrimonio de la Humanidad.


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Figura 20. Ordenación de usos residenciales en el medio rural. POTAD. p 81


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En julio de 2003 se transfieren por real decreto las competencias del Parque Nacional a la Junta de Andalucía, con lo que a partir de ahora será la administración de la comunidad autónoma quien se encargue de la gestión de los dos parques, o lo que se empieza a conocer como el Espacio Natural Doñana.

En diciembre de 2003 tiene lugar la aprobación definitiva del Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana (POTAD en adelante). En el mismo texto aparece lo siguiente: ”…tiene por finalidad establecer el marco jurídico para la ordenación y desarrollo sostenible del entorno de Doñana al objeto de garantizar y compatibilizar la preservación de los recursos ambientales y territoriales con el progreso socioeconómico y la mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos” (“Plan de Ordenamiento de Territorio del ámbito de Doñana”, Junta de Andalucía, Conse-jería de Obras públicas y transporte, secretaría General de Ordenación del territorio y urbanismo, Sevilla, 2004, pág. 55). El Plan establece las determinaciones que han de permitir el aprovechamiento de las oportunidades de desarrollo de este territorio, la más importante, sin duda, la propia presencia del espacio natural de Doñana, y las limitaciones y condicionantes que la preservación de este espacio imponen, necesariamente, a las actividades a desarrollar en su entorno, especialmente a la agricultura y al turismo. Por ello, el plan establece tres zonas a distinto nivel de protección (ver fig Potad-3 zonas), entre las cuales la zona A, es decir de máximo nivel de protección dse los recursos naturales, comprende las masas forestales junto a los espacios naturales protegidos (Parque Nacional y Parque Natural); por otro lado, también establece un modelo de viario limitado y adaptado a los diferentes espacios que atraviesa, y regula el desarrollo de la agricultura intensiva, aunque condicionando por la presencia de agua y por el mantenimiento de los


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recursos forestales existentes, y del turismo, restringido en el litoral a la zona de Mazagón y en el interior reducido a actuaciones aisladas que aprovechen los recursos para el turismo naturalístico en Doñana1.

El año 2005 es fundamental en cuanto se aprueban dos proyectos complementarios de regeneración del sis-tema hidrológico de la zona: se hace referencia a los proyectos Doñana 20052 y Corredor Verde3 . El Estado español ratifica el convenio Ramsar, tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos: por eso se amplía el espacio del Parque Nacional de Doñana, reconocido como Humedal de Importancia Internacional por el Convenio Ramsar en 1982. Este espacio pasa a renombrarse como humedal Ramsar Doñana, e incluye, tanto el actual Parque Nacional de Doñana y sus zonas de protección, como el actual Parque Natural de Doñana, que es declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). La última zona en ser incorporada ha sido la finca de Caracoles con 2.665 hectáreas, la auténtica joya de la corona de la ampliación. Cualquiera que se asome al antiguo mapa de Doñana podrá apreciar que la exclusión de esta finca de los límites del Parque era del todo artificial, una muela cariada en el corazón de la ma-risma. Esta impresión se refuerza al analizar la hidrología superficial del Caño Travieso, yugulado por la transformación agrícola de Caracoles. El Proyecto Doñana 2005 es muy ambicioso en este sector: en una primera fase, pretende la re-cuperación de todo el área, eliminando canales y regenerando lucios y caños originales; en una segunda, se abordará la recuperación del antiguo Caño Travieso, importante arteria de conexión de las aguas del Guadiamar con la marisma de las Nuevas y la Madre. La inclusión de los terrenos anteriores dentro del Doñana 2005 supuso su previa despriva-

1 Cfr. “Plan de Ordenamiento de Territorio del ámbito de Doñana” - Presentación, Junta de Andalucía, Consejería de Obras públicas y transporte, Secretaría General de Ordenación del territorio y urbanismo, Sevilla, 2004.2 Informaciones más detalladas sobre el proyecto Doñana 2005 pueden encontrarse en el la web del Ministerio de Medio Ambiente y me-dio Rural y Marino en el enlace: http://www.mma.es/secciones/el_ministerio/organismos/oapn/donana2005/acerca_de/proyecto.htm3 Informaciones más detalladas sobre el proyecto Corredor Verde pueden encontrarse en el la web de la Junta de Andalucía, sección de Medio Ambiente, en el enlace:http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/site/web/menuitem.a5664a214f73c3df81d8899661525ea0/?vgnextoid=33ede3d392055010VgnVCM1000000624e50aRCRD&vgnextchannel=bf477635036a0110VgnVCM1000000624e50aRCRD


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tización, condición esencial para el desarrollo de los proyectos de restauración apuntados. No obstante, este proceso se ha hecho con un mínimo de contestación social, debido al consenso previo alcanzado con los propietarios. De esta manera, la ampliación del Parque Nacional ha alcanzado una notable aceptación social, de todo punto imprescindible para garantizar los fines de conservación de Doñana4.

En el 2006 el Parque Nacional Doñana está integrado en la Red de Parques Nacionales y, desde el 1 de julio de 2006, la gestión del mismo corresponde en exclusiva a la Comunidad Autónoma de Andalucía, Ministerio de Me-dio Ambiente a la Junta de Andalucía (Ley 8/1999). En consecuencia el Parque Natural y el Nacional, ahora Espacio Natural Doñana (con más de 108.000 hectáreas), están bajo un mismo equipo de gestión. La Administración Central, por acuerdo con la Junta de Andalucía, se reserva la titularidad de la finca Las Marismillas. Se crea el Consejo de Par-ticipación del Espacio Natural. El Parque Nacional de Doñana reúne las condiciones necesarias para compatibilizar desarrollo turístico y preservación del patrimonio natural y cultural, lo que le ha hecho merecedor de la Carta Europea de Turismo Sostenible, que entrega la Federación Europea de Parques (Europarc). De esta forma, Doñana se une a La Garrotxa (Gerona) y a cinco espacios protegidos de Andalucía (Los Alcornocales; Aracena y Picos de Aroche; Cazorla, Segura y Las Villas; Sierra Nevada, y Grazalema), que ya poseían esta distinción.

Este mismo año se realiza el foro ‘Doñana para la Educación y la Sostenibilidad’, compuesto por profesores, técnicos municipales y de los espacios protegidos de Doñana, especialistas en educación, ong’s, asesores de los centros de profesores; se valoró muy positivamente la voluntad de la Junta de Andalucía por impulsar la participación ciudadana en el proceso de elaboración del II Plan de Desarrollo Sostenible de Doñana para lograr el objetivo de dar el protagonismo a la ciudadanía en la elección del modelo de desarrollo que quieren para sus municipios y para la Co-marca. Pero además, el Foro ‘Doñana de la Educación’ quiere reivindicar el importante papel de la educación ambiental en el propio proceso de elaboración del plan, y en general, como vía para la sostenibilidad de cualquier proceso o acti-vidad. “La sensibilización y la concienciación, a partir de la educación ambiental, es la vía para el cambio de actitud y de hábitos en el ciudadano” (Fundación Doñana 21).

4 Cfr. artículo “Doñana, avanzando con fuerza” de Alberto Ruiz de Larramendi en la “Revista del proyecto para la regeneración hídrica del Parque Nacional de Doñana”, nº 6, abril 2004.


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Al mismo tiempo, con el Acuerdo del Consejo de Gobierno del 27 de septiembre de 2005, se aprueba la for-mulación de un Segundo PDS de Doñana que debe ser concebido, citando el mismo Acuerdo, “como un plan-proceso en el que paralelamente a su elaboración, se estén articulando las fuerzas locales implicadas en el mismo y como un plan centrado en fortalecer una cultura social y productiva de desarrollo local basada en los valores de sostenibilidad, innovación y diferenciación, con la integración y participación de los agentes locales como eje vertebrador del mismo”. Aprobado cinco años más tarde, el 22 de junio de 2010, se desarrolla a través de programas operativos trianuales y revisables cada año (de hecho, tendrá caracter definitivo, a diferencia del anterior Plan del 1993), con el objetivo de in-tegrar procesos productivos y naturales del territorio mediante iniciativas locales compatibles con la conservación de los ecosistemas. La Estrategia de este Plan se desarrolla en 56 Orientaciones Estratégicas, clasificadas en 12 Áreas clave (Medio Natural, Gestión Racional del Agua, Turismo, Agricultura, Cohesión y Participación Social, etc.). Se identificaron 103 Actuaciones estructuradas en 6 Programas que materializan el propósito de acción integral y transversal de este Plan. Estos seis programas son: Recuperación de ecosistemas; Refuerzos de las estructuras territoriales; Mejora de los equipamientos productivos e integración territorial; Reforzamiento de las capacidades de adaptación global y local de la población y de las empresas; Mejora de la cohesión social y de la capacidad de respuesta colectiva; Refuerzo de los valores positivos y naturales de la imagen de Doñana. En el segundo Programa, Refuerzos de las estructuras terri-toriales, la mayoría de las medidas adoptadas se centrarán en reforzar los sistemas de abastecimiento y depuración de aguas residuales5 y mejorar los servicios de transporte, sobre todo de tipo público (ferroviario y por carretera).

La gran novedad de este II PDSD reside sobre todo en el hecho de que se ha querido considerar la participa-ción ciudadana como eje vertebrador en la formulación del mismo. Por ello, entre diciembre de 2005 y enero de 2008 se llevó a cabo el proceso participativo, estando estructurado en dos fases donde la primera fase de dinamización so-cial tenía como finalidad preparar el tejido socioeconómico del territorio para la segunda fase, en la que se celebraron distintos foros generales y específicos de participación. Sin embargo, todo esto no deja de ser fruto de una voluntad procedente de una administración exterior (es decir, de la Junta de Andalucía por medio de la Consejería de Medio

5 En este ámbito, el plan fija como prioritarios los proyectos de tratamiento de las aguas residuales de El Rocío y de todos los núcleos urbanos que vierten a la red de drenaje que desgarga en las marismas, incluida la cuenca del Guadiamar.


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Ambiente), con lo que conlleva los riesgos de una participación entendida sólo como mera búsqueda de consenso.

Contemporáneamente a la aprobación de II PDS-Doñana, en diciembre de 2009 tiene comienzo el denominado Coloquio Doñana Ecosocial, un nuevo proceso participativo impulsado, esta vez sí, por la Asociación de Municipios de la Comarca de Doñana, con asesoría y dirección técnica de la Fundación Doñana 21. Este proyecto marca sin duda un cambio en la concepción del proceso participativo en el ámbito de Doñana, precisamente por ser resultado de un movimiento impulsado desde el interior, aunque todavía sigue siendo una iniciativa proveniente de la administración. Sería deseable alcanzar un modelo participativo que pudiese considerarse efectivamente ascendente, “de abajo hacia arriba”, donde los ciudadanos pudieran volver a sentirse protagonistas de forma solidaria con el territorio en el que viven.

Últimamente, la consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha anunciado la intención de ampliar los límites de Doñana, iniciativa que será debatida en futuras reuniones del Consejo de Participación y sus Comisiónes de Trabajo articulándose en torno a tres propuestas. La primera de ellas consiste en proponer a la UNESCO, a través del Ministerio de Cultura, la ampliación de la superficie considerada Patrimonio de la Humanidad a la totalidad del Es-pacio Natural, es decir, el Parque Nacional y Natural de Doñana. La segunda propuesta realizada consiste en adecuar la zonificación de la Reserva de la Biosfera de Doñana y ampliarla a todo el Espacio Natural y parte de la Comarca en coherencia con la Estrategia de Sevilla; esta medida persigue una mejor adaptación a la realidad ambiental y sociote-rritorial de Doñana y el cumplimiento de los requisitos establecidos por la UNESCO para estos espacios. Finalmente, se ha propuesto ampliar el Parque Nacional y el Parque Natural para dar mayor coherencia a los límites del Espacio Natural en la zona occidental y a fin de reforzar la protección en la zona de cabecera de la Rocina, y proceder además a la ampliación del Espacio en la zona marina, desde la desembocadura del Guadalquivir hasta el límite del Parque Na-tural. Así mismo, la Consejería de Medio Ambiente ha propuesto para 2011 inversiones destinadas a la conservación y gestión del Espacio Natural durante la celebración del Consejo de Participación, se ha anunciado que la mayor parte del presupuesto contemplado en el Plan Anual de Trabajos e Inversiones de la Junta para este enclave está destinado a la puesta en marcha y ejecución de diversos proyectos de infraestructuras de uso general y adecuación paisajística, materia de seguimiento, y programas de conservación de la biodiversidad, educación ambiental y el desarrollo de pla-nes sectoriales.


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CAPÍTULO IILA DUALIDAD SOSTENIBLE: ¿REALIDAD O FICCIÓN?


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“Todas las riquezas tienen su origen en la mente. La riqueza está en las ideas, no en el dinero”. R. Collier.

Figura 21. An heart for the world and nature. Ben Goossens


611. LA BÚSQUEDA DE LA SOSTENIBILIDAD EN EL TERRITORIO. PASADO, PRESENTE Y FUTURO.

En 1972, en el marco de la Conferencia sobre el Medio Humano de las Naciones Unidas (Estocolmo, Suecia), aumenta la preocupación por el medio ambiente y comienza a ponerse especial interés sobre él. Este acontecimiento, junto a otras iniciativas, como el Primer Informe al Club de Roma, pusieron en entredicho la viabilidad del crecimiento de la población a todas las escalas, como objetivo de la economía planetaria.

A partir de este hito, la idea de un desarrollo poblacional que considere lo ambiental se va materializando me-diante los términos ‘ambiente y desarrollo’, ‘desarrollo ambientalmente significativo’,… hasta que, en 1978, se llega al término ‘ecodesarrollo’ (revisión del programa ambiental de la ONU).

En 1987, con los precedentes de los dos informes Brandt1, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y De-sarrollo redacta un informe conocido como el Informe Brundtland en el cual, se le da un carácter relevante al desarrollo sostenible, como pieza fundamental en todo proceso de planificación. Es en este documento donde se formula la ya

1 Programa para la Superviviencia (1980) y Crisis Común (1983)


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célebre definición de desarrollo sostenible como:

“el desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para enfrentarse a sus propias necesidades”.

Según este planteamiento el desarrollo sostenible tiene que conseguir a la vez:

• satisfacer a las necesidades del presente, fomentando una actividad económica que suministre los bienes ne-cesarios a toda la población mundial. La Comisión resaltó “las necesidades básicas de los pobres del mundo, a los que se debe dar una atención prioritaria”.

• satisfacer a las necesidades del futuro, reduciendo al mínimo los efectos negativos de la actividad económi-ca, tanto en el consumo de recursos como en la generación de residuos, de tal forma que sean soportables por las próximas generaciones. Cuando nuestra actuación supone costos futuros inevitables (por ejemplo la explotación de minerales no renovables), se deben buscar formas de compensar totalmente el efecto negativo que se está produciendo (por ejemplo desarrollando nuevas tecnologías que sustituyan el recurso gastado).

De forma paralela, se proponen diversas estrategias cuyo objetivo es alcanzar una trayectoria más sostenible. Hacen referencia a esto la revitalización del crecimiento, el cambio en la calidad del crecimiento, la satisfacción de las necesidades básicas, asegurar un nivel de vida adecuado a la población,…2

Es ya en el año 1992, cuando se elabora un plan de acción estructurado en cuarenta capítulos y consensuado en el marco de la Conferencia sobre el Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, que tuvo lugar en Río de Janeiro3.Este encuentro intenta definir y establecer los objetivos más relevantes para la realización de un proceso cuyo requisito indispensable sea alcanzar la sostenibilidad. Del mismo modo, es en este momento, donde se acuerda la

2 JIMÉNEZ HERRERO, L.M. Desarrollo sostenible. Transición hacia la coevolución global. Ediciones Pirámide. Madrid (2000). Pág 239.3 Conocida por ‘Conferencia de Río’.


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establecimiento de un sistema de información que permita el seguimiento y monitorización de los planas de acción que se acuerden para tal efecto.4

Desde este momento, y posteriormente con la Conferencia de Habitat II en Estambul (Naciones Unidas, 1996), el concepto de sostenibilidad se ha vinculado de manera necesaria a la planificación urbana. Debido a esto se han desarrollado iniciativas como la Agenda 21, introducido criterios y objetivos de naturaleza ambiental en los procesos de decisión de los distintos modelos planificadores que antes eran claramente secundarios en las prioridades políticas.

Posterior a la cita de Río, siguieron una serie de instancias de orden internacional que han intentado cu-brir diversos aspectos relacionados con la sostenibilidad. Entre ellas podemos nombrar el Cairo (1994), Copenhague (1995), la conferencia de Beijing (1995), la ya citada de Estambul (1996), Roma (1996), Kyoto (1997), Johannesburgo (2002),…

En cuanto a los indicadores, cabría destacar, casi a modo de escueta introducción que son modelos que permi-ten, a través de datos objetivos, el seguimiento y la transmisión de información sobre el comportamiento de la realidad y sobre su evolución y tendencias. No sucede así en cuestiones medioambientales, en la que el desarrollo conceptual y sobre todo los datos de base necesarios tienen una vida más corta y un alcance mucho más limitado.

Por otro lado, estas aproximaciones son mucho más complejas y añaden reflexiones más profundas en cuanto a la evaluación del estado y la dinámica de una sociedad. Un buen ejemplo de esto es la introducción de conceptos de sostenibilidad ligados a la capacidad de carga o “huella ecológica”5. Estas aproximaciones ponen en cuestión concep-tos aceptados hasta ahora como el Producto Interior Bruto o Renta per Cápita, utilizados hasta hace poco pero ahora no sólo claramente insuficientes sino también mistificadores de las auténticas condiciones de equilibrio y sostenibilidad de los modelos de desarrollo.

4 QUIROGA, R. Indicadores de sostenibilidad ambiental y de desarrollo sostenible. Estado del arte y perspectivas. Serie Manuales, nº16. Santiago de Chile. Septiembre, 2001.5 Primera publicación académica en referencia a este concepto, fue realizada por William Rees en 1992.


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Figura 22. Le Monde (D). Elene Usdin


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Todo esto nos lleva a plantear la reflexión que estos indicadores no son única y exclusivamente una discusión técnica y sectorial sobre determinadas cuestiones ambientales, sino que afectan al corazón del modelo de sociedad que se tiene en mente y en consecuencia, a las medidas políticas que se realizan sobre ellas.


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“El destino sólo se puede superar por comprensión”. H. Hesse.

Figura 23. Enredos3, 2008, Kodak Endura/aluminum, 150x225cm. Daniel Canogar


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1.1.1. Un metaconcepto ambiguo con aceptación global. Del vacío terminológico a la aprobación de valores.

El concepto de desarrollo sostenible tal y como se definió anteriormente ha sido clasificado de ambiguo con-siderándose más “ (...) un deseo general pero sin precisar mucho el contenido ni el modo de llevarlo a cabo” (Naredo, 1996).

En esta línea, Rivas se pregunta también “cuál es la virtualidad del desarrollo sostenible o, lo que viene a ser lo mismo, para qué se acuña y se defiende un concepto vacío, ambiguo (...), la respuesta es, aparentemente sencilla: el desarrollo sostenible no es, propiamente, un concepto, sino un metaconcepto. La virtualidad de la idea, del principio general, radica, en primer lugar, en algo que es evidente: el consenso que provoca en torno a sí. Desde este momento, la protección del medio (...) requiere un acuerdo general, encontrándose íntimamente ligado a la implantación de un nuevo orden económico mundial y a la democratización de las organizaciones internacionales” (Rivas, 1997).

No obstante, a pesar de la ambigüedad del concepto, si es posible aceptar un cierto consenso en torno al mis-mo. Por ejemplo, hay unanimidad respecto a su interpretación en cuanto que se entiende la sustentabilidad como la capacidad para continuar en el futuro realizándose, además, este proceso como la interacción entre tres sistemas: el

1.1. SOSTENIBILIDAD: UNA APROXIMACIÓN CONCEPTUAL.


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ecológico (biológico), el económico y el social (Daly y Gayo). En esta última componente incluiríamos la componente cultural de tanta relevancia en el momento social en el que nos encontramos.

Todo esto lleva implícito:

- El cumplimiento de los principios operativos en cuanto a recursos.

- Un cambio en los valores humanos

- Un compromiso moral de las generaciones futuras

- Un proceso de cambio

- Un consenso y compromiso político respecto a la conservación del medio ambiente

Como ya hemos comentado con anterioridad, los conceptos de sostenibilidad y desarrollo sostenible no tienen una definición precisa y uniformemente aceptada, a pesar de las numerosas aproximaciones conceptuales existentes. Por el contrario, el término insostenibilidad se percibe de manera más intuitiva y generalizada. Esto es debido a que, sin lograr explicar con exactitud el significado de lo que es sostenible, se admite, aunque de una manera más abstracta, aquello que se percibe como insostenible.

La celebración de la Cumbre de la Tierra en 1992, era explícita cuando afirmaba: “La causa mayor del deterioro continuo del medio ambiente global es el insostenible modelo de producción y consumo, particularmente en los países industrializados”, en tanto que “en los países de desarrollo la pobreza y la degradación ambiental están estrechamente interrelacionados”.

Ante esta situación, algunos argumentos se presuponen en el acuerdo conceptual del término. En primer lugar, en los procesos de cambio global ambiental y social, se admite que los fenómenos ecológicos deben ser tratados junto


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a los sociales mediante la integración real de la relación medio ambiente-desarrollo. Los problemas ambientales requie-ren un tratamiento mundial, que van aumentando su contribución a la degradación de la naturaleza. En esta dirección cabría destacar que el subdesarrollo y la pobreza dejan de ser un problema exclusivo de los países del Sur para ser tratados a nivel mundial con responsabilidad compartida, teniendo en cuenta que la pobreza es causa y efecto de la degradación ambiental en estos países, afectando finalmente a los del Norte.

En segundo lugar, conseguimos de esta manera una cooperación global que supera los anteriores plantea-mientos del Orden Económico Internacional. Hoy en día, no sólo se plantea el tradicional problema del reparto de rique-zas naturales, sino que se debate sobre la explotación de bienes, la capacidad de absorción de residuos, la regulación de la contaminación, la estabilidad de la atmósfera,… Todo esto nos lleva a un nuevo planteamiento del reparto de los riesgos ambientales.

Si bien el grado de incertidumbre sobre cómo y dónde debemos actuar para frenar, mitigar o adaptarse al cam-bio producido es muy alto, tampoco resulta fácil determinar con precisión cuándo. El punto central de esta decisión po-demos decir que se encuentra en la intersección de las acciones humanas que producen una transformación ambiental inmediata y que, al mismo tiempo, afectan al bienestar humano. O, dicho de otro modo, a lo que la especie humana puede percibir, en general, y más exactamente los “sistemas humanos dominantes son capaces de percibir y valorar” en función de los intereses de sus grupos hegemónicos y sistemas de valores predominantes (Jiménez Herrero, 1996).

1.1.2. Entre el conocimiento y la intervención: distintos debates pendientes.

Como hemos visto en el apartado anterior, el concepto de sostenibilidad es lo suficientemente poliédrico como para plantear diversas concepciones. De esta manera se establecen diversos ámbitos en los que puede desarrollarse el debate, en los cuales se obtiene una superposición de visiones más o menos solapadas, de las que es posible tanto un reconocimiento de distintos puntos de encuentro como de discrepancia.

En estos debates posible identificar cuatro lecturas: el debate conceptual, el debate contextual, el debate dis-


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Figura 25, 26, 27, 28, 29 y 30. De izquierda a derecha: Particle sand box, gravity fields I,II,III,IV y V. Peter Blaskovic

Figura 24. Counterpoint (5). Robert & Shana Parkeharrison


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ciplinar y el debate geopolítico1.

El debate conceptual tiene que ver con todo lo que deriva de la formulación de los temas de sostenibilidad. Este es un terreno en el que el lenguaje utilizado expresa diversos significados que dependen del marco de referencia en el que nos movamos. Algunos puntos destacables son:

• Las diferencias etimológicas: ‘sustainable’ (término inglés), no tiene una correspondencia exacta con la pala-bra ‘sostenible’ en español. El término anglosajón es más dinámico (to keep going continuously) mientras que el español es más estático (mantener, sostener).• El término ‘desarrollo sostenible’ pretende conciliar dos términos que pueden mostrarse contradictorios. La palabra ‘desarrollo’ se sigue considerando, al menos en círculos movidos por intereses específicos, en térmi-nos meramente cuantitativos, es decir, de crecimiento económico. Este concepto se enfrenta frontalmente al concepto de sostenibilidad, lo que haría del término ‘desarrollo sostenible’ un arreglo meramente cosmético.• Las diferencias culturales: las diferencias en la cultura desde las que ambos términos son concebidos se ven reflejadas en la construcción de distintas escalas de valor para lo que es y lo que debería ser el desarrollo, y lo que es y debería ser la sostenibilidad.

El debate contextual hace referencia a los distintos contextos en los que nos encontramos relacionados con el término sostenibilidad. Tenemos un amplio espectro de visiones que abarcan desde el contexto institucional, donde toman peso las cuestiones políticas y económicas, hasta lo estrictamente académico, donde se intenta establecer una base objetiva sobre la que valorar la sostenibilidad. No sólo se generan debates entre distintos contextos, sino también dentro de éstos. Como por ejemplo:

• Los límites: este es un excelente ejemplo en el que se mezcla ciencia e ideología y en el que podemos en-contrar un amplio espectro, que abarca desde un optimismo generalizado basado en la fe en la solución tecno-

1 RÍOS OSORIO, L.A., ORTIZ LOBATO, M., ÁLVAREZ DEL CASTILLO, X. Debates on Sustainable Development: towards a holistic View of Reality. Development and Sustainability. The Netherlands (2004)


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Figura 31. Tuas maos. Maria jose Amorim


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lógica, hasta los que se declaran partidarios de un estado estacionario, detectando, incluso, la manifestación de algunos límites.• Usos de la sostenibilidad: se plantean dos grandes usos. Uno, de carácter normativo (lo que se debe hacer) realizado desde el estamento político, y otro de carácter positivo (lo que es), más relacionado con el estamento académico.• Tipos de sostenibilidad: sostenibilidad débil y sostenibilidad fuerte que en el siguiente apartado explicaremos con más detenimiento. En líneas generales, se hace una distinción entre la aceptación de un amplio rango de sustitución (sostenibilidad débil) y el establecimiento de límites a la sostenibilidad (sostenibilidad fuerte).• Sostenibilidad y desarrollo sostenible: representan dos conceptos que, aunque similares, tienen matices diferentes.

Estableciendo la mayor diferencia en el objetivo final de ambos: mientras la sostenibilidad hace referencia a la viabilidad ambiental, el desarrollo sostenible lo complementa con objetivos sociales y económicos.2

El debate disciplinar se deriva de la necesidad de incorporar nuevos enfoques que den cuenta de la comple-jidad del objeto de estudio. Esta complejidad configura un marco en el que las decisiones implican incertidumbre y riesgo. Esto plantea la necesidad de que se reformulen ciertos aspectos relativos a la calidad de la información y a su utilización, de manera que se involucren a todos los agentes que se vean afectados.

La posibilidad de interacción entre distintas disciplinas es un paso que debe darse. Sin embargo, no está claro aún cómo se puede llegar a esta unificación, ya que hay que considerar los aspectos específicos de cada disciplina para crear un nexo común de unión a todos ellos.

Por último, el debate geopolítico está vinculado a aquellos análisis que cuestionan la división del mundo en ‘desarrollado y ‘subdesarrollado’, basándose en el ideal de desarrollo de Occidente. Dentro de esta diferencia, no po-

2 RÍOS OSORIO, L.A., ORTIZ LOBATO, M., ÁLVAREZ DEL CASTILLO, X. Debates on Sustainable Development: towards a holistic View of Reality. Development and Sustainability. The Netherlands (2004)


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Figura 33. Fototropismo fotografico. Roberto Fernández ibáñezFigura 32. Cuestión de peso. Roberto Fernández ibáñez


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demos dejar a un lado el debate en torno a la deuda externa y la deuda ecológica, por parte del mundo industrializado.

1.1.3. Dicotomía sostenible: el hielo frente al fuego, lo débil y lo fuerte.

Haciendo referencia a la sostenibilidad, resulta práctico diferencia entre los términos sostenibilidad débil y sostenibilidad fuerte3, en base a la consideración de la sustituibilidad plena o parcial entre los distintos tipos de capital. Para ello, debemos hacer referencia al ‘capital natural’ como variable clave para definir el mayor o menor grado de sostenibilidad.

De este modo, podemos distinguir cuatro tipos diferentes de capital que forman el capital total (KT) según Pear-ce y Turner (1993):

KT = Kn + Km+ Kh+ Ksci

De esta fórmula obtenemos:

Capital natural, Kn, creado por la naturaleza como stock que proporciona flujo de bienes y servicios útiles para el presente y el futuro. Corresponden a este capital, los sistemas que soportan la vida, biodiversidad, bosques, especies, recursos naturales,…

Capital artificial o manufacturado, Km, hecho por el ser humano mediante medios de de producción. Corres-ponden a este capital, los edificios, carreteras, maquinarias, bienes de equipo,…

Capital humano, Kh, basado en los conocimientos humanos y en su capacidad intelectual.

3 Véanse Pearce et al. (1989;1990), Pearce y Atkinson (1993;1995), Pearce y Barbier (2000), Solow (1990), Daly (1992), Turner (1993) y Neumayer (1999), entre otros, para profundizar en el origen y la distinción entre los conceptos de sostenibilidad débil y fuerte.


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Capital social, cultural e institucional, Ksci, que proporciona integridad, cohesión, estabilidad y capacidad or-ganizativa a los sistemas sociales.

A pesar de esta distinción, existe una relación complementaria entre el capital natural y el manufacturado. Una parte, que siendo capital natural, está promovido por la acción humana, como son los cultivos marinos, los forestales, la ganadería, la agricultura,…

Sostenibilidad débil

La idea de sostenibilidad débil implica una plena ‘sustituibilidad’ entre el capital natural y el capital artificial. Del mismo modo, establece que, un país es débilmente sostenible si su tasa de ahorro es igual o superior a la suma del capital natural y el artificial. Aquí predomina el enfoque económico de la sostenibilidad referido principalmente al mante-nimiento en el tiempo (crecimiento o, al menos, la no-disminución) de una ’renta sostenible’ que nos posibilite mayores o, al menos no menores, cotas de utilidad, consumo per cápita o bienestar social. Así, la sostenibilidad se configura como una modalidad de eficiencia económica aplicada al uso de bienes y servicios del medio ambiente.

Como ya se ha visto, el punto de partida de aquellos que defienden esta idea es que existe una ‘sustituibilidad’ perfecta entre las diferentes formas del capital y que el capital en su conjunto se debe mantener constante para que las generaciones futuras mantengan su capacidad de generación de bienestar. Se podría reducir a la Regla de Capital Total Constante: KT ≥0.

En este caso, el medio ambiente no juega un papel relevante, ya que se considera simplemente una de las formas de capital disponible y sustituible. El agotamiento de recursos no renovables, se vincula a la sustitución por recursos renovables. A partir de este enfoque, la satisfacción, utilidad y bienestar de las generaciones futuras se puede conseguir en teoría, con, por ejemplo, menos árboles pero con más coches y más educación.

Sostenibilidad fuerte

En este punto de vista, predomina el enfoque ecológico de la sostenibilidad. Así, el fundamento es la Regla de


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Capital Natural Constante: Kn ≥0.

De esto último podemos derivar la que la sustitución entre capital natural y artificial es nula, a pesar de que am-bos sean complementarios y no independientes. A partir de esta idea anterior, podemos afirmar que existe la necesidad de mantener la totalidad del capital natural en su integridad.

Como apuntaran Pearcy y Turner en 1990, la sostenibilidad fuerte ha de centrar todos los esfuerzos dado que:

• Realmente el capital natural y el manufacturado o artificial no son plenamente sustitutivos.

• Existen problemas de incertidumbre asociados a las decisiones de consumo de recursos naturales.

• Se ha de preservar el capital natural intacto o mejorado para las generaciones futuras con idea de que tengan las mismas posibilidades iniciales para su desarrollo.

1.1.4. Enfoques en la medición. Una óptica más natural, más ambiental.

Tras analizar los conceptos claves de la sostenibilidad, la aceptación del término, las características en sus opciones débil y fuerte, debemos concretar algunos métodos de medición y evaluación. Pero, ¿por dónde comenzar? En principio, podemos aunar conceptos hasta llegar a la conclusión de que la mayoría de las cuestiones planteadas tienen un denominador común: mantener niveles de desarrollo, progreso y bienestar no decrecientes y sostener tanto los procesos productivos y estructuras sociales como la base natural en la que se fundamentan.

Sólo será posible entender la verdadera esencia de los procesos de sostenibilidad del desarrollo en el contexto de un sistema global formado por un planeta único y varias ‘partes’ de diferentes niveles de desarrollo. Por tanto, se trata de procurar la sostenibilidad del conjunto y no sólo de algunas de las partes.

Para comprobar si evolucionamos en sendas sostenibles tenemos que tratar de medir, evaluar e indicar los


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Figura 34. f, l, o, w, e, r, s. Norihiko Terayama. Studio Note


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procesos de sostenibilidad del desarrollo humano. De esta manera, se nos plantean una serie de dudas: ¿cómo sa-bemos hacia dónde vamos?, ¿cómo podremos corregir el rumbo y contrarrestar lo desestabilizado? Los indicadores de sostenibilidad además de señalar el estado y variación del medio ambiente (indicadores ambientales), tienen que indicar el estado y la variación del sistema humano en relación con el sistema natural.

En la actualidad, los indicadores que relacionan la actividad humana con el medio ambiente se encuentran desarrollados en menor medida que los indicadores económicos clásicos. Esto es un buen argumento para comenzar a corregir los indicadores tradicionales incorporándoles una vertiente ambiental y social con el fin de reorganizar y re-orientar los insostenibles modelos actuales. Parece lógica la siguiente secuencia del siguiente proceso: en primer lugar, concretar, en términos operacionables, la dimensión parcial del desarrollo económico ambiental sostenible, para pos-teriormente, configurar con precisión un sistema de indicadores de sostenibilidad global o una matriz de sostenibilidad. En todo caso, parece lógica la investigación sobre nuevos indicadores que converjan y se complementen, con el fin de alcanzar unos objetivos mucho más eficientes.

1.2. LA UTILIDAD DE LOS INDICADORES. DE LA BÚSQUEDA DE OBJETIVOS A LA OPTIMIZACIÓN DE RESULTADOS.

El objeto de este estudio es ofrecer una metodología para la búsqueda y selección de los indicadores más adecuados en cada caso. Esta acción debe ser vinculante, lo que sólo podrá llevarse a cabo a través de los modelos planificadores. Existen determinados aspectos en relación con los indicadores que resultan problemáticos a la hora de aplicarlos a los distintos municipios, ya sean de aplicación al caso español o en al extranjero. Por todo esto, se han tenido en cuenta que los indicadores pueden y deben conllevar acciones que mejoren la sostenibilidad de un ámbito. Para mejorar estos resultados, la sociedad que pertenece a un ámbito de planificación debe implicarse y ofrecer el apoyo necesario.

Es imprescindible una correcta elección de los indicadores en cada caso que propongan los objetivos de un


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modelo planificador y, establecer un plan de acción paralelo que permita mejorar los resultados de los indicadores para que una ciudad sea sostenible. Los resultados no serán visibles y favorables a la sostenibilidad, si no se produce un cambio de mentalidad en la sociedad, con pequeños pasos como la reutilización, el reciclaje, el civismo, el respeto,… De igual modo, surge la necesidad de establecer prioridades; es decir, saber en qué situación estamos para decidirpor dónde empezar.

Un indicador debe ser claro, comprensible, fiable y, en la planificación, debe ayudar a cumplir objetivos de mejora. Los indicadores deben responder a necesidades o problemas detectados o que simplemente se intuyen para profundizar sobre ellos, acotarlos y ser capaces de arbitrar soluciones. Del mismo modo, son una creación intelectual con una precisión variable en función del contexto en el que se formulan y con distintos niveles de complejidad, con los que se pretende una visión integral y holística1.

Los indicadores de sostenibilidad deben ir más allá de una aproximación sectorial (Comisión Europea, 2000) y con ellos se deben buscar objetivos que respondan a los puntos débiles prioritarios, y a las metas alcanzables, co-herentes y progresivas, para lo que es necesario que se revisen periódicamente. Esto enfatiza y asevera la idea de un documento de planeamiento abierto, no cerrado. En constante revisión. De esta forma, se descarta con claridad el hecho de que un indicador sea solamente un dato, si no que es una herramienta simplificada mediante la cual se consigue evaluar, seguir y controlar la gestión medioambiental de las ciudades. Por todo esto, un buen indicador debe contener dos variables: una que comprenda ciertos aspectos de información, y otra de acción que permita corregir los aspectos insostenibles detectados en su aplicación.

Las tres funciones básicas de los indicadores (OCDE, 1997) son: simplificación, cuantificación y comunicación. Tres funciones que analizaremos con mayor profundidad en las líneas siguientes.

1 Podemos consultar: Feria Toribio (2003, 250), Instituto Universitario de Geografía (2001, 43), la FEMP (2001, 41) y Meadows, D.H. (1998, 17).


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1.2.1. Indicadores: una aproximación conceptual.

Los indicadores como herramienta para medir el estado de la sostenibilidad, constituyen uno de los aspectos de mayor interés en los trabajos e investigaciones publicados en los últimos diez años.

Son muchos los autores que han definido este concepto, muchas las concepciones generadas en torno a ellos, pero todos confluyen en un concepto general. Una aproximación conceptual similar, alejada de la ambigüedad que conlleva el término sostenible.

Tomando como referencia términos coloquiales, un indicador no es más que un signo que ofrece información más allá del dato en sí mismo, permitiendo conseguir un conocimiento más profundo de la realidad que se está anali-zando. Es una medida de la parte observable que nos permite valorar otra porción no observable de dicho fenómeno. Pasa a ser de este modo un valor que nos ‘indica’ el estado de una realidad, la cual no conocemos de forma completa o directa, como por ejemplo el nivel de desarrollo, el bienestar,… Por otro lado, un indicador puede ser la forma más simple de información, ya que en una cifra alberga infinitud de datos. Antequera y Carrera señalan ya en 2009 que los indicadores son “medidas en el tiempo de las variables de un sistema que nos dan información sobre las tendencias de éste, sobre aspectos concretos que nos interesa analizar. Un indicador es un signo, típicamente medible, que puede reflejar una característica cuantitativa o cualitativa (distinción que veremos más adelante), y que es importante para hacer juicios sobre condiciones del sistema actual, pasado o hacia el futuro”.

Gallopín (1996) sostiene una teoría muy interesante al respecto. Este autor define a los indicadores como va-riables, y no como valores o cifras; es decir, los interpreta como representaciones operativas de un atributo de un siste-ma. De esta manera, los sistemas de indicadores funcionando del mismo modo que una analítica clínica. Disponemos una serie de aspectos a analizar, les aplicamos un rango de valores aceptable, los analizamos para comprobar en qué posición dentro de este rango se encuentran y verificamos la localización dentro de estos rangos de valores.

Otros autores, como M. J. González y M. L. Lázaro, I. Murray, M. Blázquez y O. Rullán, han prestado especial atención a este asunto. Los dos primeros han focalizado su interés en los aspectos relacionados con la solidaridad


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urbana con el fin de generar una herramienta capaz de identificar aquellos indicadores más adecuados a cada caso y que, asimismo, sea capaz de demostrar cómo la sostenibilidad local o territorial debe estar planificada para un lugar o contexto determinado. Del mismo modo que Antequera y Carrera, señalan que los indicadores deben ser claros, comprensibles y fiables, y deben ayudar a cumplir objetivos de mejora. Por otro lado, Murray, Blázquez y Rullán, se han interesado por actuaciones interdisciplinares, profundizando en la aplicación de la huella ecológica. Este indicador es capaz de recoger la cantidad de territorio que se precisa para satisfacer las necesidades de un país o una región. Para realizar su cálculo, todos los consumos de un mismo territorio son transformados en hectáreas que posibilitan el conocimiento de la superficie requerida para su idónea e idílica sostenibilidad. Esta superficie es aplicable a un país, un municipio o a un individuo determinado.

Otro aspecto destacable dentro de este epígrafe son las funciones esenciales de los indicadores. Las tres funciones básicas de éstos (OCDE, 1997) son: simplificación, cuantificación y comunicación. Como ya hemos visto, los indicadores son representaciones de la realidad en las que se reduce el número de componentes. Además de esto, han de medir cuantitativamente, en relación a una escala de valores, el objeto de estudio. Por último, ha de utilizarse para transmitir información referente al objeto de estudio.

Del mismo modo, podemos realizar una distinción entre indicadores simples e indicadores complejos, sintéticos o índices. Los indicadores simples se refieren a estadísticas no muy elaboradas, obtenidas directamente de la realidad, normalmente representadas en base a la superficie o la población. La información que trasmiten estos indicadores es muy limitada. Los indicadores complejos, por el contrario, son el resultado de combinar varios simples. La información que se obtiene en este caso es mucho mayor, más rica, a pesar de que la trasmisión de información es bastante más complicada. No obstante, esta jerarquía, como Gallopín expone, no puede tomarse como una regla general, pues en muchos casos, los indicadores simples son utilizados como índices para la toma de decisiones.

A la vez, podemos realizar otra distinción entre indicadores cuantitativos (objetivos) e indicadores cualitativos (subjetivos). Los primeros son cuantificables de forma exacta o generalizada, mientras que los segundos hacen refe-rencia a información basada en percepciones subjetivas de la realidad pocas veces cuantificables pero necesarias para un conocimiento completo de la misma. Un ejemplo de ambos sería, como indicador cuantitativo la tasa de alfabetiza-


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ción, y como indicador cualitativo la percepción individual del paisaje urbano.

Para concluir este apartado, cabría destacar una serie de criterios que revisa la importancia a la hora de desa-rrollar indicadores claros y concretos para medir un conjunto específico de actividades y para el ajuste de los plantea-mientos particulares de una organización:

• Los indicadores constituyen un reflejo básico, fundamental y a largo plazo de cuestiones relacionadas con el bienestar económico, social o medioambiental.• Los indicadores resultan claros y fáciles de entender a simple vista; permiten una rápida asimilación y acep-tación.• Los indicadores son cuantificables.• Los indicadores son receptivos al cambio tanto de tipo espacial como entre distintos grupos.• Los indicadores son de carácter previsor o anterior a los hechos.• Los indicadores disponen de valores de referencia o de límites.• Los indicadores concretan si los cambios son reversibles y controlables.• Su recogida y posterior aplicación resulta relativamente fácil.• Los indicadores presentan aspectos relativos a la calidad. Los métodos de desarrollo de un indicador deben estar claramente definidos, descritos con exactitud, ser aceptables desde el punto de vista social y científico, así como reproducibles.• Los indicadores se encuentran escalonados en el tiempo. Cuando se aplican cada año, facilitan la visualiza-ción de las tendencias de forma más representativa.

Con estas líneas hemos resumido de una manera muy somera aquellos aspectos más importantes a la hora de aproximarse a la conceptualización de los indicadores de sostenibilidad. A todo esto debemos añadir los avances realizados con los sistemas de indicadores, los cuales son capaces de responder a un interés genérico y total.


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1.2.2. La sistematización de los recursos: acercamiento a los sistemas de indicadores.

Un sistema de indicadores ambientales es algo más que la simple suma de una serie de indicadores ambien-tales como ya hemos visto con anterioridad. Surgen como respuesta a la necesidad de obtener información adecuada para tomar decisiones acertadas, para hacer un seguimiento eficaz de sus resultados y para satisfacer la petición de información pública. Del mismo modo, nos ayudan a interpretar una gran cantidad de información mediante un número cómodo de parámetros.

Pero un sistema de indicadores es algo más. No es una simple suma de indicadores. Un sistema nos ofrece una realidad nueva y distinta, mucho más compleja y eficaz. Partiendo de un modelo inicial, un sistema de indicadores ofrece un instrumento de análisis capaz de representar dicho modelo, así como de realizar el seguimiento de las varia-bles en base a la consecución de los objetivos especificados. Si cada indicador se refiere a un problema en concreto, el sistema de indicadores responde a un interés general. Es decir, el sistema, como totalidad de un conjunto de indicado-res, tiene por objeto proporcionar una información que es mayor y distinta de la que ofrece cada una de sus partes por separado. Podemos definirlo, por tanto, como un conjunto ordenado de problemas cuyo objetivo es proveer una visión totalizadora de intereses predominantes.

Para llegar a un equilibrio entre la conservación del medio ambiente y el desarrollo humano, es necesario integrar los problemas ambientales en la política socioeconómica y sectorial de los países y sus distintos municipios, así como en sus sistemas administrativos y productivos. Trabajar desde esta integración, es precisamente el objetivo primordial de la sostenibilidad. Con relación a este equilibrio, los indicadores deberían insertarse en las políticas de desarrollo para conseguir condicionar los procesos de toma de decisiones. De esta manera, los indicadores muestran inclinaciones con carácter pretérito y forman parte, en este sentido, de una medida del éxito o fracaso de un sistema político determinado.

Las propuestas de sistemas de indicadores de sostenibilidad arrancan en la década de los ochenta (como veremos en el apartado 3 de este capítulo), y es a principios de los noventa cuando se empiezan a hacer públicas. La inclusión de las Agendas 21 expresa la necesidad de definir indicadores con el fin de dar una base robusta a la toma


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de decisiones. En este sentido, podemos destacar una célebre frase de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), también conocida como la ‘Cumbre para la Tierra’, “es necesario desa-rrollar indicadores de desarrollo sostenible para proveer de bases sólidas a la toma de decisiones a todos los niveles y para contribuir a una sostenibilidad autorregulada de sistemas ambientales y de desarrollo integrados” (CNUMAD, 1993).

Durante los cuatro años siguientes a la Conferencia de Río se impulsaron muchas y muy diversas iniciativas a favor de la sostenibilidad. Como resultado de todas ellas, se aprobó en abril de 1995 un programa de trabajo sobre “indicadores de desarrollo sostenible”. Desde entonces, el conjunto de los expertos de las diferentes organizaciones dedicadas a la elaboración de dichos indicadores ha dado origen a la lista presentada en el ‘Libro Azul’2.

Los sistemas de indicadores pueden utilizarse para numerosas posibilidades, y podemos distinguirlos en cuatro gran-des grupos según las utilidades que presenten:

1. Modelización. Un sistema de indicadores elaborado de forma rigurosa permite el análisis de todos los ele-mentos que componen el sistema, los que forman parte de subsistemas y de las relaciones entre los distintos elementos.2. Simulación. A partir del modelo de partida es posible utilizar indicadores para analizar las variaciones que se producen modificando sólo algunos componentes y manteniendo el resto.

2 Indicators of Sustainable Development Framework and Methodologies, Naciones Unidas, 1996. El “Libro Azul”, publicado en 1996, reúne 132 fichas con la definición, el marco metodológico y el interés que presenta cada uno de los indi-cadores elegidos. Se definen cuatro categorías que representan los aspectos que deben integrarse para llegar a la realidad del desarrollo sostenible (económica, social, ambiental e institucional), y dentro de cada una de ellas se distinguen tres tipos de indicadores: • los de fuerza motriz: indican cuales son las actividades, los procesos y los modelos humanos que tienen incidencia sobre el desarrollo sostenible• los de estado: vienen a ser una fotografía del estado actual • los de respuesta: aportan diversas medidas que se están adoptando ante las distintas presiones


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3. Seguimiento y Control. Al establecer unos objetivos, los indicadores permiten cuantificar el grado de con-secución de los mismos, así como las causas que llevan a dicha situación.4. Predicción. Al trabajar con fenómenos que varían en el tiempo es posible aproximarse a la realidad de un futuro más o menos cercano.

La estructura lógica a la hora de organizar un sistema de indicadores presenta diferentes variantes, en función de los objetivos que se planteen:

1. Por temas, medios o sectores. 2. Estructura casual. 3. Estructura espacial o ecosistémica.

De la inmensa cantidad de utilidades que presenta un sistema de indicadores, la principal de ellas, sin duda alguna, consiste en resolver los problemas existentes de información que se hallan. Sin embargo, no sólo es suficiente recoger la información, sino también es necesario estandarizar las técnicas de planificación con el fin de crear sistemas de indicadores compatibles entre distintos núcleos urbanos, rebasando de esta manera la problemática existente en cuanto a la comparación espacio-temporal.

Debemos añadir que uno de los objetivos más buscados en la actual planificación española es estudiar la viabilidad de incluir nuevos indicadores de sostenibilidad que puedan ser fácilmente calculados. De esta forma, podrán complementarse con los indicadores habitualmente incluidos en los sistemas homologados de indicadores de sosteni-bilidad.3

En lo que se refiere a estos sistemas, son muchos los que han sido elaborados pero sólo algunos de ellos sirven como referencia al desarrollo de los actuales y como punto de partida para la generación de medidas sintéti-cas. Entre la totalidad de baterías de indicadores que presenta el panorama actual planificador, debemos distinguir en

3 OCDE, 1991. HABITAT, 1999. EUROSTAT, 2001. AEMA, 2004. Ver anexo 1.


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primer lugar, la publicación realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE en adelante) en 1991 en la que se incluyen 51 variables distribuidas en dos categorías: medioambiental y socioeconómica. En 2002, se realiza un compendio más amplio de variables estableciéndolas en tres categorías: social, económica y medioambiental. Del mismo modo, junto a dicha clasificación se adopta un esquema Presión- Estado- Respuesta (PER en adelante) ajustado a cada variable. En 1999, la Comisión de las Naciones Unidas y para los Asentamientos Hu-manos (UNCHS/HABITAT) presenta un nuevo compendio de indicadores con cuatro dimensiones de la sostenibilidad perfectamente definidas: económica, medioambiental, institucional y social. Del mismo modo, presenta la relación de los indicadores con la Agenda 21 y su inserción dentro del planteamiento PER. Se resume en un listado de 59 variables. Dos años más tarde, la Unión Europea, tomando como punto de partida las dos baterías indicadas con anterioridad, elabora una primera aproximación a mediciones globales de sostenibilidad (EUROSTAT). En este caso, la estructura es similar a la de HABITAT en cuanto a dimensiones aunque se dividan, en este caso, a su vez en temas y subtemas. Este compendio está compuesto en su totalidad por 22 indicadores sociales, 16 medioambientales, 21 económicos y 4 institucionales. Por último, aunque no por ello menos importante, debemos referirnos a la propuesta realizada por la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) en 2004, ya que supone uno de las referencias más significativas en relación a este tema ya que dedica una atención particular a la ciudad a través de un análisis comparativo de 72 ciuda-des en 46 países diseminados. Se proponen una serie de indicadores ambientales agrupados en 16atributos urbanos y clasificados en tres dimensiones: estructura urbana, flujos de recursos y calidad ambiental urbana.

Dichas contribuciones son los precedentes más inmediatos de la nueva generación de medidas de sostenibili-dad que aún está en sus inicios. Asimismo, son el punto de partida en cuanto a la generación de medidas sintéticas de evaluación.

1.2.3. Índices de sostenibilidad: avances hacia el objetivo pero con pérdidas de información.

De cara a la toma de decisiones, resulta muy útil manipular un único valor de medida que logre sintetizar toda la información. No obstante, han de valorarse también los inconvenientes de adoptar esta medida sintética. La cons-trucción de índices de sostenibilidad busca la medición de avances hacia el objetivo de la sostenibilidad en términos genéricos, de ahí que la pérdida de información derivada del uso de un factor común para agregar los indicadores, no


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siempre sea notable.

Uno de los principales problemas que se nos presentan a la hora de abordar la construcción de medidas sin-téticas es el de eliminar, principalmente, la subjetividad que lleva implícita la elección del analista: la selección de los indicadores de partida, la manera en la que se agrupan, la normalización o no de los datos,… Todos ellos constituyen aspectos subjetivos que el analista aporta al definir la medida sintética. En 1987, como ya comentamos en líneas anteriores, se instauró por primera vez el término ‘desarrollo sosteni-ble’. A partir de esta fecha, surgieron un gran número de investigaciones y estudios al respecto y muchos de ellos, en concreto, se destinaron a la generación de metodologías y a la propuesta de medidas alternativas a las tradicionales para decidir si las vías de desarrollo de las economías eran compatibles con la sostenibilidad.

En cuanto a los intentos de aproximación a las medidas sintéticas, debemos destacar dos aspectos. En primer lugar, la mayoría de las aproximaciones a este tipo de mediciones son muy complejas y tienen escasa representación práctica. En segundo lugar, la gran pluralidad de estos índices sintéticos están destinados a evaluar la sostenibilidad débil (propia del análisis clásico, como ya hemos visto con anterioridad).

Por otro lado, debemos destacar los avances realizados en índices sintéticos de sostenibilidad, simples y glo-bales. Entre los primeros podemos destacar los cuatro índices más desarrollados hasta el momento: ISEW (Índice de Bienestar Económico Sostenible), GPI (Indicador de Progreso Genuino), FNB (Felicidad Nacional Bruta) y EF (Huella Ecológica).4 Entre los últimos, debemos distinguir todos los intentos de normalización de las nuevas medidas por parte de organismos con relevancia internacional tales como la OCDE que presentó en 1991, junto al gobierno canadiense, una propuesta de indicadores de sostenibilidad y demás instituciones que realizaron publicaciones internacionales al respecto, como podemos leer en líneas anteriores. La innovación de este tipo de medida radica en la aportación meto-dológica que nos permite construir un único índice sintético que facilita la comparación y la toma de decisiones.

4 Ver Anexo 2.


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El procedimiento más sencillo, dentro de lo habitual, para elaborar un índice de sostenibilidad es5:

1. Selección de las variables. 2. Estandarización de las variables.3. Ponderación y agregación.4. Estandarización de las puntuaciones de los casos.

Con este procedimiento se pretende diseñar y aplicar un único índice global que sea capaz de cumplir la totali-dad de las condiciones y que pueda acercarse a un sistema de análisis que, aún dentro de una complejidad considera-ble, pueda aplicarse a distintos ámbitos. Para ello, debe corresponderse con las cuatro dimensiones ya citadas (social, económica, medioambiental e institucional) y estar bajo el esquema o modelo adoptado por los organismos internacio-nales. Del mismo, deben recoger los principios de sostenibilidad establecidos en la Agenda 21. El índice generado, así como los indicadores, subindicadores y variables de las que se compone, deben ser coherentes. En definitiva, se define un denominado Índice Sintético de Desarrollo Sostenible de forma piramidal; de esta manera queda compuesto a su vez por cuatro dimensiones divididas en indicadores. Éstos provienen del cálculo de un determinado número de subindicadores compuestos, cada uno de ellos, por una serie de variables. El objetivo final es integrar las distintas va-riables de partida en un índice sintético de sostenibilidad. Sin embargo, este método está lleno de subjetividad y puede dar como resultado diferentes opciones.

1.2.4. Hacia una elección útil: estudio, selección y continua evaluación.

A pesar de que la mayoría de autores utilizan indicadores cuantitativos en la definición de indicadores de soste-nibilidad, Gallopín (1997) considera preferibles los cualitativos en el momento en el que no se disponga de información

5 Otras técnicas para obtener índices se derivan del escalamiento multidimensional. Los procedimientos más habituales son, según Grimm y Wozniak: índice sumativo (agregando los valores 1 para variables binarias), escalamiento Likert (puntuando los indicadores de 1 a 5 o de 0 a 4 y agregando resultados), escalamiento factorial (basado en el modelo factorial y el uso del coeficiente de correlación), análisis de es-calamiento Guttman (buscando estructuras únicas en el 90-95% de los casos revisados), coeficiente de reproducibilidad (% de respuestas que reflejan una estructura única o de Guttman) y escalamiento Thurstone.


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cuantitativa, cuando el objeto no es cuantificable o cuando las consideraciones de coste sean determinantes. Esta idea se complementa con la falta de datos generalizada y la poca calidad de los mismos, tal y como nos encontramos en los distintos anexos metodológicos de la gran mayoría de los trabajos realizados en materia de indicadores.Las nuevas herramientas de control y evaluación de la planificación sostenible deberán atender a lo local desde la com-prensión del contexto global, construirse sobre un diagnóstico global de la realidad urbana y territorial elaborado desde el conocimiento profundo de lo sectorial y con la participación de todos los agentes sociales, responder a los objetivos consensuados por todos los actores sociales, traducirse en programas y proyectos concretos realizables y someterse a un proceso continuo de evaluación y seguimiento de los resultados (indicadores) y de corrección de rumbo en función de los mismos.

Para seleccionar los indicadores más adecuados al ámbito requerido deben tenerse en cuenta las caracterís-ticas principales de éste y el grado de precisión que se pretende conseguir con dicha evaluación. En este sentido, el proceso de selección de indicadores es tan relevante como los propios indicadores. Citando a Glave y Escobal, “indi-cadores mal elegidos pueden proveer una apreciación incorrecta del estado de situación del sistema bajo estudio”.

Para determinar la mejor selección podemos seguir los siguientes pasos marcados por Glave y Escobal en 2000:

1. Seleccionar un número de indicadores potenciales o posibles.2. Cada uno de estos indicadores potenciales es evaluado para cerciorarse de su capacidad de reflejar deter-minadas características del objeto de estudio.3. Asimismo, se desarrollan los valores que toman los umbrales cuantitativos o cualitativos a partir de los cua-les se puede admitir que hubo un cambio en el sistema bajo observación.4. Cuando ello es posible, se realiza una evaluación de la sensibilidad del indicador.5. Finalmente, en la medida que cualquier evaluación o proceso de monitoreo es costoso, la relación costo-beneficio del proceso de creación del indicador es tomada en cuenta como parte integral del proceso de se-lección del mismo.

De todo lo descrito con anterioridad, destacamos que para una correcta y útil elección, los indicadores deben


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construirse con información existente o disponible dentro de una relación coste-beneficio razonable. De acuerdo con las características del indicador, la información debe actualizarse periódicamente. Del mismo modo, es muy importante el equilibrio entre los indicadores científicos-técnicos y aquellos obtenidos mediante los procesos de participación ciu-dadana. Debido a esto, la combinación de ambos tipos de indicadores suele ser necesaria y conveniente, con lógicas variaciones según los objetivos que se marque cada sistema de indicadores.

En referencia a su validez científica, los indicadores deben estar basados en unos fundamentos científicos sóli-dos con el fin de proporcionar fiabilidad; es decir, los datos utilizados no deben contener dudas acerca de su garantía. Por este motivo, cada indicador debe medir un aspecto significativo de la sostenibilidad y reflejar fielmente las modifi-caciones producidas en las distintas dimensiones de ésta. Por último, en torno a los indicadores debe establecerse un consenso y una relación con otros instrumentos científicos, pues la multidisciplinariedad es un paso acertado hacia el progreso.

Resumiendo, los indicadores deben ser claros y sencillos de interpretar, tanto para facilitar su integración en los procesos de toma de decisiones como para su difusión social. En la búsqueda de esta simplificación obtenemos que un menor número de indicadores, seleccionados con rigor, facilita su comprensión y aumenta las posibilidades de aplicación. Asimismo los indicadores deben integrarse en los procesos de planificación con el fin de señalar la evolución de los distintos componentes de la sostenibilidad en relación con los valores de referencia.


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“La crisis terminará cuando nos impliquemos decidi-damente en este tipo de propuestas, ya que en este proceso los representantes institucionales somos meros transmisores y precisamos del empuje de los habitantes del territorio”. Francisco Bella, ex-alcalde de Almonte.

Figura 35. Huellas. Elaboración propia


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En este contexto, un informe del World Resources Institute ya planteó en 1995 una serie de criterios básicos para que los indicadores se conviertan en instrumentos eficaces para orientar las políticas públicas. En primer lugar, deben tener una elevada capacidad de síntesis y expresar a través de un valor cuantitativo una gran cantidad de infor-mación. De hecho, los indicadores están en el vértice de la pirámide informativa, cuya base está constituida por una gran cantidad de datos e información sobre las distintas cuestiones a considerar.

El segundo criterio es el de la utilidad para el usuario: los indicadores deben ser accesibles y comprensibles para profanos, debiéndose evitar tanto denominaciones como expresiones en valores que requieran un conocimiento específico, académico y exhaustivo de la materia. En este sentido, una buena batería de indicadores adecuadamente trabajados y transmitidos pueden constituir no sólo una fuente de información, sino que tienen la posibilidad de con-vertirse en un instrumento de educación y concienciación pública que ayude a incrementar el grado de implicación y participación de la sociedad en estos temas, una de los objetivos claves de la sostenibilidad. A este criterio dedicaremos una especial atención por su importancia en el proceso de planificación actual, ya que existen procedimientos en los que la participación ciudadana desborda los procesos reglamentarios, y otros en los que es insuficiente.

2. LA IMPORTANCIA DE LAS DISTINTAS ESCALAS: DE LO COLOQUIAL A LO POLÍTICO PASANDO POR EL USUARIO.


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En los últimos quince años se han puesto en funcionamiento una serie de impulsos que animan a la participa-ción ciudadana en los municipios, tales como la Agenda 21 Local o las directivas europeas, que tratan, en un principio, de promover una mayor participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. Bajo esta mirada, se conjetura que esta fórmula puede ser la solución a los conflictos sociales ocultos entre los diferentes grupos sociales. Sin embargo, la participación ciudadana se centra en un área de conflictividad sociopolítica de primer orden y, asimismo, es un derecho social y político básico en las sociedades democráticas. Debido a esto, analizar aquellos factores que obstaculizan el proceso puede servir para avanzar hacia la construcción de nuevas metodologías más eficaces.

Generalmente, la intensidad y evolución de la participación ciudadana depende más de la historia exclusiva de cada ciudad y de las oportunidades políticas generadas por los distintos agentes. A pesar de las generosidades que el modelo de democracia actual y participativa reflejan en relación a la implicación de los ciudadanos en el debate político y a pesar de los esfuerzos de las Administraciones realizan por los procesos participativos, lo cierto es que el ciuda-dano no se muestra comprometido con las cuestiones públicas. Este comportamiento se puede explicar a través de ciertos comportamientos como: el aburrimiento, desidia e irritación que producen las cuestiones ligadas a la política; la escasez de tiempo y posibilidades que tiene el ciudadano para dedicarse a cuestiones públicas; la falta de información para comprender el sistema de adopción de decisiones públicas; el individualismo del ciudadano; la falta de represen-tatividad que aportan las asociaciones ciudadanas.

En un estudio reciente del Centro de Investigaciones Sociológicas, los ciudadanos manifestaban las dificulta-des que para ellos representa no sólo entender y comprender aquellas cuestiones ligadas a los asuntos públicos, sino también el distanciamiento que, en relación con su percepción, manifiesta la clase política con respecto a ellos.

Las dificultades que con mayor presencia se encuentran en los procesos participativos son tales como: la falta de transparencia informativa por parte de las Administraciones, la falta de coordinación entre los movimientos sociales, los conflictos entre distintas instancias técnicas y políticas, un control excesivo por parte de las Administraciones que provocan la obstaculización en la integración de todos los grupos sociales, la desconexión entre las asociaciones y la sociedad, o la falta de continuidad en los propios procesos de participación, entre muchos otros.


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A pesar de todos los avances que se realizan en este campo, existe todavía una brecha ancha e insalvable entre los discursos y las prácticas relativas a la participación ciudadana. El conocimiento y debate público de las dificul-tades redactadas en el párrafo anterior, sería el paso decisivo previo necesario para alcanzar un modelo participativo más efectivo.

En tercer lugar, los indicadores deben ser relevantes para las políticas, debiendo buscar siempre una relación entre la situación ambiental, la humana y los objetivos políticos, tanto a escala global como local. Esto dependerá en gran medida de que estos tengan una orientación ligada a dicha finalidad.

Regresando al estudio que el Centro de Investigaciones Sociológicas realizó en 2007, es significativo compro-bar cómo una gran parte de los ciudadanos entrevistados (60,7%) considera que el voto es la única herramienta me-diante la cual participar en la vida pública. A su vez, un porcentaje aún más relevante (72,5%) piensa que los políticos no son afines a las prioridades o demandas de los ciudadanos. Este último aspecto refleja con claridad la separación evidente entre la clase política y los ciudadanos.

Una clara manifestación de la sociedad de la información y del conocimiento es el alto porcentaje de ciuda-danos (81,2%) que intentan informarse sobre asuntos de actualidad, lo que les permite formarse elementos de juicio para expresar sus opiniones. En contraposición, alrededor de un 40% de los ciudadanos encuentra dificultades para entender los procesos políticos. Este aspecto indica la necesidad de formar a los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones cuando participen en procesos políticos de decisión.

Para concluir, destacaremos que los procesos participativos en los programas públicos se encuentran estre-chamente vinculados al compromiso de las autoridades. Desde este punto de vista, los planes que se diseñan para construir ciudad son una herramienta potencialmente utilizable por líderes políticos para comprometer a los ciudadanos en la participación. El grado de consenso se encuentra vinculado tanto al número de asociaciones que forman parte del proceso participativo, como al contenido vinculante de las decisiones que puedan tomar.

Gracias a la participación ciudadana y a todos los procesos participativos de las Administraciones Públicas, el


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Figura 36. Huellas en el territorio. Elaboración propia


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ciudadano ha pasado de ser un simple receptor de los servicios públicos a asumir un papel más exigente con respecto a la forma que utiliza la Administración pública para prestarlos. Bajo esta perspectiva, el ciudadano desea intervenir en la toma de decisiones sobre los servicios públicos que directamente le afectan, comprometiéndose con las cuestiones públicas y haciendo del modelo de participación un referente sobre el que construir los principios de la democracia participativa.


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“El documento en elaboración se convierte en una percha de la que podemos colgar todo lo que vayamos a hacer en los próximos años. Por fin tenemos la opor-tunidad de hacerlo y hacer de esta marca un activo al que sumar el conocimiento de sus lugareños”. Fran-cisco Bella, ex-alcalde de Almonte.

Figura 37. Architect’s brother(11). Robert&Shana Parkeharrison


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Vivimos en un planeta donde existen 28 ciudades cuya población excede los cinco millones de habitantes cen-sados, donde las urbes de un millón de habitantes son más de 290, y en el que alrededor de dos tercios de la población mundial se concentra en ciudades de más de 100.000 habitantes.

Las ciudades nunca albergaron poblaciones de la magnitud actual. Entre 1950 y 1990, la población urbana mundial se ha multiplicado por diez, desde los doscientos millones a hasta más de dos mil millones. El futuro de la población estará determinado por y en las ciudades. Actualmente, los núcleos urbanos consumen tres cuartas partes de la energía mundial y son los causantes de tres cuartas partes de la contaminación total. Son lugares de producción y consumo de la mayoría de los productos industriales. Se han convertido en parásitos dentro del paisaje, capaces de absorber energía del planeta para su mantenimiento.

La humanidad se enfrenta hoy en día a una gran cantidad de retos sociales, culturales, ambientales, patrimo-niales, demográficos, económicos… donde, la mayoría de todos ellos, gozan de un carácter global. La actual crisis financiera en la que estamos inmersos, constata los desequilibrios que tenemos en el planeta, aún más si cabe. Como

3. LA INCORPORACIÓN DE INDICADORES EN LA PLANIFICACIÓN: APROXIMACIÓN AL CASO ESPAÑOL.


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bien hemos presentado en las líneas iniciales de este documento, el origen de estos desequilibrios radica en el caduco modelo de planificación actual, el cual, desde mi humilde opinión, necesita con urgencia una revisión para que sea capaz de evolucionar hacia una sostenibilidad global. El proceso de cambio hacia este modelo planificador necesita ayudarse, entre otros muchos apoyos, de metodologías potentes y de herramientas de medida, evaluación y control que faciliten la toma de decisiones, tanto en el ámbito global como en el local.

Podemos considerar así que la realidad planetaria es dominantemente urbana y que los modelos actuales de de desarrollo deben ser planteados de manera diferente a los planteados hasta el momento. España se encuentra en el límite de estos datos, por esto es el momento de reaccionar. Las ciudades del mundo, y entre ellas las españolas, viven a costa de sus territorios y éstos dependen cada vez más de las primeras para su subsistencia, en una relación desigual dominada por los flujos de energía, personas y materias. A medida que la extensión de lo urbano adquiere potencia, los territorios rurales están asistiendo a una pérdida progresiva de su diversidad, de su capacidad de autosuficiencia y de sus rasgos de identidad social, cultural y paisajística. De ahí la necesidad de un cambio.

A partir de los ochenta y principio de los noventa es cuando se produce con claridad el paso de la reflexión teórica a la efectiva puesta en práctica de indicadores que muestren el estado de ciudades y territorios, desarrollándose numerosos programas que incluyen el uso de dichos indicadores para la ciudad. Estos programas pertenecen tanto a organismos internacionales de ámbito global como a ciudades y redes de ciudades, constituyendo un instrumento perfectamente asentado en la práctica institucional de los diferentes agentes públicos. Los desafíos globales a los que debemos enfrentarnos manifiestan la necesidad de adoptar un nuevo modelo de desarrollo más íntegro y equitativo, que avance hacia una sociedad sostenible.

En la última década española, los movimientos de impulsión de avances hacia planes más ’sostenibles y glo-bales’ están en auge. No sólo hablamos de las herramientas de evaluación de sostenibilidad que, con mucho sigilo, se han filtrado en las Administraciones, si no de los muchos modelos planificadores que, ya desde sus orígenes, requieren de un equipo técnico adecuado y especializado en la búsqueda del cumplimiento de distintos objetivos específicos que den lugar a un territorio o ciudad más adecuado, más acondicionado al medio, más concienciado, más sostenible.


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Tras estas tendencias, debemos destacar la presencia de diversas instituciones españolas creadas con estos fines, como el Observatorio de la Sostenibilidad en España que analizaremos en mayor profundidad posteriormente. Del mismo modo, hemos de distinguir las publicaciones realizadas en España que recogen estudios, análisis, investi-gaciones, resultados, puestas en prácticas,… de medidas encaminadas a la consecución de dicha sostenibilidad. En este sentido, un referente nacional de gran relevancia es la Revista internacional de sostenibilidad, tecnología y huma-nismo; planes generados a partir de la idea de la recopilación de indicadores de medida de un determinado territorio; tesis doctorales como resultado de largos períodos de estudio y profundización acerca de temas relacionados con los indicadores; la celebración de congresos cuya finalidad es la muestra de estudios y análisis en relación a la evaluación de la sostenibilidad. Por otra parte, debemos señalar las iniciativas sociales que se generan en nuestro país y que se encuentran estrechamente vinculadas a procesos de creación de baterías de indicadores, como es el caso del Fórum Cívico de Barcelona. Todas estas ‘buenas prácticas’ hacia la sostenibilidad, las analizaremos brevemente a continua-ción con el único fin de tener una visión global del panorama planificador español y su relación con la sostenibilidad española.

3.1. INSTITUCIONES OBSERVADORAS. A LA CAZA DE ‘ESPAÑA VERDE’.

La implantación del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE en adelante) en el año 2005, dio un impulso a la preparación de indicadores de sostenibilidad en este país. Desde sus inicios y con sus actuaciones ha pretendido estimular el cambio social hacia la sostenibilidad. Muchas son las actividades a las que se ha dedicado, pero podríamos destacar sus informes, ya sean de carácter general o específico. Entre los primeros encontramos distintas baterías o sistemas de indicadores que son capaces de evaluar los avances hacia la sostenibilidad. Entre los segundos, podemos encontrar informes referidos a la ocupación del suelo, la calidad del aire, el agua,… entre otros. El principal objetivo es estimular el cambio que la sociedad española necesita hacia la sostenibilidad. Todo ello se realiza a través de la aportación de información mejorada y disponible para todos, y la integración de los ciudadanos en la toma de decisiones mediante la participación pública.

La creación de esta institución ha sido, y sigue siendo, una medida positiva hacia el alcance de la sostenibili-dad. Desde sus comienzos, se recogen anualmente baterías de indicadores, como ya hemos citado con a


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Estos informes han ido profundizándose a medida que han pasado los años, llegando a aumentar el número de indi-cadores y abordando nuevos ámbitos de estudio, como por ejemplo la reciente incorporación de aspectos sociales, culturales, patrimoniales y paisajísticos como herramienta de medida de la sostenibilidad de un territorio determinado. Un pequeño paso a nivel internacional, pero un gran paso hacia la sostenibilidad española.

3.2. PUBLICACIONES ESPAÑOLAS: LO RELEVANTE ES LA EXPRESIÓN.

A pesar de encontrarnos en el panorama internacional una cantidad ingente de revistas científicas que debaten acerca de temas relacionados con el medio ambiente y la sostenibilidad, cabe destacar la publicación española digital “Revista Internacional de Sostenibilidad, Tecnología y Humanismo”. Esta revista nace con el objetivo de convertirse en un espacio para dar a conocer experiencias, análisis, investigaciones, aportaciones,… todas ellas relacionadas con el campo de la sostenibilidad, el perfeccionamiento de herramientas y los procesos sociales.

Entre los muchos y diversos contenidos publicados en los últimos cinco años debemos destacar tres números contribuyentes a la recopilación de las distintas conferencias realizadas en la I y II International Conference on Sus-tainability Measurement and Modelling (Conferencia Internacional de Medida y Modelado de la Sostenibilidad).

Los temas de dichas conferencias cubren estudios y proyectos en relación con la sostenibilidad desde distintos ámbitos. De esta manera, se recogen textos relacionados con el tratamiento de la información y las bases de datos, como herramientas adecuadas de selección de datos con el consiguiente análisis del sistema complejo que supone la sistematización de indicadores, como ya vimos en apartados anteriores. Asimismo, abarca el estudio de indicadores cuantitativos y cualitativos, su cálculo y su representación gráfica, así como la aplicación de estos en sistemas de evaluación y la agregación junto con otros para generar índices sintéticos. Del mismo modo, tiene en su haber textos destinados a la evaluación de la sostenibilidad mediante metodologías y herramientas que permitan valorar todo el proceso y generar escenarios de futuro; en concreto, aquellas que estén relacionadas con los procesos de toma de decisión, los procesos participativos, la planificación y su evaluación.


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Igualmente, recopila notas acerca del Informe de Sostenibilidad de Cataluña1, del año 2006. En el docu-mento se realiza un análisis de dicho informe que recorre todo el proceso de elaboración, desde su comienzo hasta la selección final de aquellos indicadores considerados más relevantes. Los indicadores recopilados (un total de 172) se seleccionan para su posterior clasificación en cuatro dimensiones: ambiental, social, institucional y económica, con el fin de analizar de manera global situación y los avances hacia la sostenibilidad en Cataluña. Además, dicho documento recoge los avances que se han producido en la sociedad catalana hacia la sostenibilidad, fomentando el progreso y la transformación en una sociedad multicultural con un programa político adaptado a los valores y aspiraciones actuales de la misma.

En relación al caso anterior, debemos destacar el escrito que hace referencia al programa informático “Modelo Integrado de Valor para Evaluaciones de Sostenibilidad”2 (MIVES en adelante) en el que se explica cómo obtener una única medida sintética capaz de medir el grado de sostenibilidad de un material o proceso objeto de evaluación. Para alcanzar el objetivo final, será necesario estudiar las condiciones de contorno y los límites del sistema con el que estamos trabajando, se estructurarán los aspectos que se van a analizar, se establece un valor para cada uno de ellos y se ordenarán según su relevancia. Es aquí, en este momento, donde el proceso de sintetización de las herramientas de evaluación de la sostenibilidad llevan su carga subjetiva, pues el primer filtro de indicadores que siempre se toma de base es elección personal de un sujeto. La primera decisión es siempre subjetiva. Con este método se propone un procedimiento de valoración objetiva de análisis de distintos criterios. Mediante esta tecnología se consigue generar un índice de valoración de la sostenibilidad que integra todos los aspectos objetos de estudio y que permite comparar y clasificar las distintas alternativas consideradas. Sin lugar a dudas, entiendo que esta metodología creada en la Uni-versidad Politécnica de Cataluña, representa un avance en relación a la valoración del alcance de la sostenibilidad, ya que aporta una mayor objetividad y claridad al proceso.

Otra publicación que debemos destacar en este apartado de este capítulo es el Plan Especial de Indicadores de Sostenibilidad Ambiental para Sevilla, realizado en 2006 bajo la dirección de Salvador Rueda. Con él se pretende

1 Sureda, B. De Felipe, J.J. Cruz, I.2 Viñolas, B. Cortés, F. Marques, A. Josa, A. Aguado, A. Universidad Politécnica de Cataluña.


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generar un instrumento de ayuda en el proceso de transformación urbana de la capital hispalense, una transformación hacia la sostenibilidad sevillana. Resumiendo, los indicadores seleccionados por el equipo de Rueda, pretenden dar respuesta a los distintos retos que la ciudad en su proceso de transformación plantea. Del mismo modo, se establecen las pautas que han de seguir para alcanzar los objetivos establecidos. Así, se consigue reducir contundentemente el impacto contaminante y el impacto sobre el territorio. Todo el procedimiento de selección de los indicadores que com-ponen el sistema resultado, está basado en el urbanismo de los tres niveles3, también definido por Salvador Rueda, distribuyendo la ordenación del espacio público en tres niveles (subsuelo, superficie y altura). Finalmente, el documento recoge un total de 44 indicadores listados según su ámbito de aplicación – Morfología Urbana, Espacio Público y Movi-lidad, Complejidad, Metabolismo urbano, Biodiversidad, Cohesión Urbana y sostenibilidad -; siendo este último el que evalúe la eficiencia del sistema urbano. Al igual que el ayuntamiento de Sevilla solicitó a la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona la redacción de su Plan para disfrutar de un sistema de indicadores que les permitiese medir y evaluar el alcance de la sostenibilidad en su territorio, son muchas las Administraciones que realizan el mismo procedimiento. Así surgen sistematizaciones públicas capaces de controlar un territorio con un ámbito mucho mayor al local. Del mismo modo, en referencia a la utilización de indicadores como herramientas de medición de la sostenibilidad española, existen diversos equipos de investigadores en las universidades españolas, cuyo objetivo diario es la aproximación al más adecuado instrumento de medida y evaluación. Son muchos los esfuerzos existentes, por ello pienso fehacientemente que, aunados, podre-mos alcanzar el objetivo marcado: una sostenibilidad española fuerte.

3 “En la actualidad el urbanismo se entiende casi exclusivamente como una disciplina que se desarrolla en la superficie.Cada nivel se diseña en su totalidad, haciendo uso de su propia lógica y se interconecta con la lógica del resto de niveles. La interconexión viene de la mano de la edificación (que contempla los tres niveles), la movilidad, los servicios, la biodiversidad y los ciclos de los materiales, el agua y la energía. El urbanismo de los tres niveles obliga a buscar la coherencia de la lógica vertical y horizontal, a la vez que la aplica-ción de las mismas resuelve de manera sistémica las funciones y las disfunciones urbanas.

Las cubiertas están vinculadas a la biodiversidad, la energía y el agua. El subsuelo se vincula a los servicios, la distribución urbana, el apar-camiento, la movilidad masiva de pasajeros, al ciclo del agua y a la gestión de la energía. El suelo se relaciona con los usos, la funcionali-dad y el espacio público”. El urbanismo de los tres niveles. Agencia de Ecología Urbana de Barcelona.


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3.3. INICIATIVAS: LA IMPORTANCIA DEL GERMEN SOCIAL.

Hoy en día, es sabido que casi ninguna gestión de la vida es posible sin la participación de las personas y de los colectivos sociales. Esto queda evidenciado por Bernardo Klisberg en su estudio “Las seis tesis sobre la participación”, donde explica cómo la participación está dando resultados favorables en todos los programas sociales, cómo enfrenta fuertes resistencias e interese y cómo está presente en la propia existencia del ser humano.

Estamos inmersos en un momento histórico en el que están presentes movilizaciones constantes de sectores sociales, movimientos y el tejido de distintas redes sociales. El germen social es importante para promover el intercam-bio de opiniones que permitan la construcción de la nueva sociedad en el día a día. Todos, desde nuestros lugares de origen, desde nuestros lugares de trabajo o de estudio, podemos formar parte de esta nueva realidad. Todos y cada uno de nosotros tenemos el derecho y el deber de contribuir al logro de una sociedad más íntegra y centrada en el ser humano.

Las iniciativas públicas inician el germen de la energía social que reactiva la ciudad y sus espacios. Estas inter-venciones demuestran el compromiso de todos, se establecen relaciones. Unas relaciones adecuadas para la ciudad, unas actuaciones invisibles con resultados palpables en la planificación en muchos de los casos.

Un claro ejemplo de estas iniciativas es la establecida por Fórum Cívico de Barcelona Sostenible que nace en 1998 como respuesta a una necesidad social de conseguir una ciudad sostenible en los ámbitos económico, social y ambiental. Lo novedoso de esta iniciativa fue lo que atrajo el interés de numerosas personas que, a medida que se desarrollaba el proyecto, se iban incorporando a él. El objetivo consistía en generar un sistema de indicadores (65 indi-cadores finalmente) capaces de evaluar, controlar y definir la sostenibilidad de Barcelona de manera que los recursos de la ciudad fueran utilizados de manera eficiente, no se superara la capacidad de carga medioambiental, se diera valor a la combinación de funciones y se fomentara una alianza global con otros ámbitos urbanos. El carácter voluntario de esta práctica es uno de los factores más contribuyentes en la dinámica que se generó en torno a la intervención. En la actualidad, la principal aspiración del Fórum Cívico de Barcelona Sostenible es la de convertirse en un observatorio per-manente de la sostenibilidad de la ciudad que, ayudado por otras instituciones y junto a otras iniciativas, logren generar


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Figura 38. Municipios adheridos al programa ciudad 21. Junta de Andalucía


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acciones positivas para que el modelo de transformación urbana sea respetuoso con el entorno, la sociedad actual y las generaciones futuras. Asimismo este futuro observatorio llevará a cabo el desarrollo de sistemas de indicadores, al igual que el Observatorio de la Sostenibilidad en España.

Del mismo carácter pero con menos relevancia en el panorama internacional, destacamos Estrategia andalu-za de sostenibilidad urbana Ciudad 21, promovida por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y dirigida a formar una Red de Ciudades y Pueblos Sostenibles en Andalucía. Como punto de partida para alcanzar esta sostenibilidad deseada se utiliza un sistema compuesto por nueve indicadores: la gestión sostenible de los residuos urbanos, el ciclo urbano del agua, el uso racional y eficiente de la energía, la mejora del paisaje y zonas verdes, la protección de la flora y fauna urbana, la calidad del aire, la protección contra la contaminación acústica, la movilidad urbana sostenible y la educación ambiental y participación ciudadana.

De esta forma la Consejería de Medio Ambiente emprendió un proyecto pionero en España. Ciudad 21 sirve como referencia para la Estrategia Andaluza de Sostenibilidad Urbana, cuya vocación es convertirse en un documento necesario para la coordinación de actividades en relación a la sostenibilidad urbana, sin sustituir, por ello, otros docu-mentos sino complementándolos y desarrollándolos.


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CAPÍTULO IIIAPROXIMACIÓN A LA SOSTENIBILIDAD EN DOÑANA.


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“La educación del futuro se ve confrontada a este problema universal, ya que existe una inadecuación cada vez más amplia, profunda y grave entre, por un lado, nuestros saberes desarticulados, parcelados y compartimentados y, por el otro, las realidades o pro-blemas cada vez más polidisciplinarios, transversales, multidimensionales, transnacionales, globales, plane-tarios…”. Edgar Morin. Los sietes saberes necesarios para la educación del futuro


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El Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana (POTAD en adelante), supone un punto de inflexión en la planificación territorial del ámbito de Doñana a finales del año 2003 con su aprobación.

En su Memoria de Ordenación, establece una serie de objetivos, en los cuales se describe literalmente: “El Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana tiene por finalidad establecer el marco jurídico para la ordenación y desarrollo sostenible del entorno de Doñana al objeto de garantizar y compatibilizar la preservación de los recursos ambientales y territoriales con el progreso socioeconómico y la mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos”.De este modo, quedan fijados con claridad unas finalidades de carácter general y unas líneas de actuación pero sin determinar ninguna herramienta de evaluación de las mismas. Como ya indicamos al inicio de este documento, el PO-TAD no introduce indicadores que sirvan de herramienta de control, evaluación y diagnóstico de la sostenibilidad de un territorio calificado por sus integrantes como ‘cuna de la sostenibilidad’; por lo tanto, en los objetivos que marca el planeamiento existen cuestiones pendientes a las que vincular indicadores.

Para una correcta detección y aplicación de los mismos habrá que sistematizar los objetivos, de manera que

1. PLANTEAMIENTO DE CARENCIA DE INDICADORES EN LA PLANIFICACIÓN DE DOÑANA: DE LA MEDIDA A LA VINCULACIÓN DE CUESTIONES BÁSICAS.


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Figura 39. Architect’s brother(19). Robert&Shana Parkeharrison


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se agilice la detección del alcance de cada uno de ellos con el fin de lograr una rápida y eficaz localización de los pará-metros verificables. En cuanto a esto, se nos plantean una serie de cuestiones que responder: ¿Cuál es el alcance de estos objetivos? ¿Qué indicadores serían aplicables al POTAD? ¿Cómo establecerlos de manera que lleven a cabo el cumplimiento de los objetivos del mismo?

A modo de conclusión destacaremos la presencia de un modelo planificador desde una mirada obsoleta. Por lo tanto, existe una ferviente necesidad de cambio, de control.

1.1. OBJETIVOS: LAS GARANTÍAS PARA EL PROGRESO Y EL CAMINO A LA META.

Con la finalidad global descrita anteriormente, y con la meta de sacar partido y potenciar las oportunidades que nos ofrece el territorio objeto de nuestro estudio, en el Plan se propone que el modelo territorial deseado se encamine a la consecución de tres objetivos generales (A, B y C):

A. Proteger, mejorar y regenerar los espacios con valor ambiental, paisajístico o cultural y reducir los riesgos naturales y tecnológicos sobre la población, actividades y recursos.

B. Favorecer una mejor articulación del ámbito para contribuir al desarrollo de actividades económicas y terri-toriales.

C. Ordenar y compatibilizar los usos del suelo para contribuir a la mejora de potencialidades económicas.

Cada uno de estos objetivos se desarrolla a lo largo de la Memoria de Ordenación del modelo planificador del ámbito, sintetizándose en unas líneas de actuación que analizaremos con más calado en el siguiente apartado. De to-dos modos, la protección y preservación del espacio natural enclave que recoge el Parque Nacional y el Parque Natural de Doñana, es uno de los puntos de partida sobre los que vincular todas las actuaciones que se llevarán a cabo y que el Plan, además, coordina con una serie de objetivos específicos dentro de cada uno de los tres objetivos generales.


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Para alcanzar todos los fines deseados y propuestos por la planificación, debemos apoyarnos en un esquema de orde-nación territorial que responde a:

Articulación del ámbito. Una idónea articulación del territorio basada en el corredor Sevilla-Huelva que sirve de línea permeable a las distintas partes de este territorio.Identificación de los núcleos urbanos que componen el territorio. De esta manera conseguimos identificar las estructuras urbanas que componen el ámbito y podemos establecer la red infraestructural que organice las conexiones entre los distintos puntos poblacionales.Identificación de zonas para la ordenación territorial. El POTAD organiza el territorio en tres grandes zonas(A, B y C) donde cada una de ellas se corresponde con una determinada área homogénea del entorno. La zona A recoge aquellos espacios incluidos en los Espacios Naturales Protegidos y zonas colindantes. La zona B agrupa territorios destinados a usos agrícolas que, debido a su situación colindante a los anteriores, ponen en peligro a estos últimos. Por último, la zona C corresponde al espacio corredor Sevilla-Huelva que no contiene especiales valores naturales.Esquemas infraestructurales. Estos son capaces de organizar la articulación del modelo territorial por medio del diseño de las redes y la determinación de sus funciones.Potenciación de los cauces de agua. La relación directa de éstos con el territorio hace evidente una articulación natural del mismo, a la vez que suponen una seña de identidad del espacio y el paisaje. Con el fin de potenciar el apro-vechamiento recreativo de los cauces de este territorio, se deberán fijar pautas sobre el tratamiento y la protección de los mismos.Integración de la parte Este y Oeste del ámbito. Así se consigue potenciar el paisaje de transición entre las marismas y la campiña, definir itinerarios turísticos-recreativos y articular el espacio turístico de carácter natural y paisajístico. Desarrollo de los sectores productivos del ámbito. La agricultura intensiva, el aprovechamiento de recursos tu-rísticos y las actividades productivas urbanas deben sufrir un desarrollo sin poner en riesgo la conservación de otros valores existentes.

Una vez establecidas estas pautas básicas en el esquema de ordenación, pasamos a analizar íntimamente cada uno de los objetivos generales establecidos por el POTAD y sobre los cuales debemos trabajar para intentar dar respuesta a aquellos indicadores que sean capaces de evaluar y controlar la sostenibilidad que se desea alcanzar en


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este territorio objeto de nuestro estudio. Estos serán las garantías para el progreso y nuestro punto de partida en el camino hacia la meta.

1.1.1. Protección, mejora y regeneración de espacios con valor ambiental, paisajístico o cultural. Reducción de riesgos naturales y tecnológicos sobre la población, actividades y recursos.evaluación.

Para alcanzar esta finalidad global, el Plan propone una sucesión de actuaciones que, a continuación, anali-zaremos con un mayor detenimiento. Intentando, de esta manera, clarificar aquellos puntos finales propuestos por la planificación del ámbito como hitos a los que dar respuesta en el camino hacia la sostenibilidad.

A1. Establecer medidas de protección de las grandes superficies forestales, con objeto de mantener su con-tribución al equilibrio en la ordenación general de los usos del ámbito y para coadyuvar a la conservación de los Espacios Protegidos. Los espacios forestales constituyen un fragmento de gran relevancia para el objetivo de conservación del patri-monio natural del ámbito de Doñana. Asimismo, constituyen una pieza clave en la conexión entre la conservación y el desarrollo y en la potencialidad de usos recreativos que pueden contener en su amparo. De esta manera, queda ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “mantener los usos forestales de la corona que bordea los Espacios Naturales” estableciendo medidas para la recuperación forestal de las zonas transformadas en regadío y para la pro-tección de las superficies existentes que contribuyen a la conservación de espacios protegidos.

Como propuestas a esta intervención protectora el POTAD establece:- El fortalecimiento de las funciones del espacio forestal potenciando su papel como franja de amortiguación entre el espacio natural de Doñana y los suelos productivos, como área de recarga natural del acuífero Almon-te-marisma y como soporte de contención de las afecciones a los Espacios Naturales Protegidos mediante el mantenimiento de su uso forestal y su aprovechamiento recreativo.- Se prohíbe en esta zona nuevas instalaciones turísticas y las urbanizaciones con fines residenciales así como los usos agrícolas e industriales.- Se permite la construcción de edificaciones e infraestructuras asociadas a la explotación forestal y al uso


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Figura 40. Restricciones de uso del acuífero para regadío. POTAD. p 62


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recreativo siempre que, en este último caso, las mismas se adapten a las características paisajísticas del entorno y mediante la utilización de las edificaciones preexistentes en el poblado forestal de Mazagón y otras edificaciones aisladas.

De este modo, se consigue generar una franja protectora, libre de edificaciones (ya sean de uso turístico, resi-dencial o recreativo), que posibilite la contención de la explotación del suelo mediante usos productivos y, a la vez, sirva como proceso de regeneración de los recursos naturales del territorio.

A2. Limitar la expansión de los regadíos con aguas subterráneas en el territorio de vinculación directa con el sistema hídrico y ecológico de Doñana y controlar la repercusión de la actividad agrícola sobre los recursos naturales. Como bien dice la célebre frase: el agua, un bien escaso. Esta situación universal, convertida en axioma en la actualidad, no podía ser diferente en este territorio. El agua es el elemento que más condiciona la evolución de este ámbito, debido a que es la base sobre la que se sustenta la parte más importante de la actividad económica y la que mantiene los valores naturales que caracterizan Doñana.

La vulnerabilidad de los ecosistemas a los déficits hídricos en períodos de sequía unida a la expansión de los cultivos intensivos, hacen necesario el establecimiento de medidas ajustadas a las actividades agrarias y a los ecosis-temas y recursos naturales, con el fin de lograr una compatibilidad entre los procesos en desarrollo y la protección de los recursos.

Los estudios realizados hasta el momento de la situación hídrica del acuífero demuestran una gran variabilidad al respecto, por lo que el POTAD ha dividido el territorio en dos zonas diferenciadas. Zona I, aquella que soporta los principales ecosistemas de Doñana y el resto del ámbito queda recogido en la zona II, como se puede apreciar en el plano que se presenta adjunto.

De esta manera, queda ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “establecer un modelo de aprovechamiento de los recursos hídricos que compatibilice el mantenimiento de los ecosistemas con el sometimiento


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de las demandas urbanas y productiva” estableciendo medidas que limiten los regadíos que repercuten o pueden re-percutir en el sistema hídrico y ecológico de Doñana de las superficies con derecho a riego de la zona I y aquellas que restrinjan la transformación de los espacios forestales y el uso de los recursos subterráneos de la zona II.

Como propuestas a esta intervención protectora el POTAD establece:- En la zona I: - Prohibición de nuevas superficies de regadío. - Las captaciones del acuífero estarán sujetas a las normas de explotación establecidas por el Plan hidrológico del Guadalquivir en la zona no autorizada Almonte-Marismas. - El ámbito del Plan Almonte-Marismas queda limitado a la superficie existente y con derecho legal a riego.- En la zona II: - Las captaciones del acuífero estarán sujetas a las normas de explotación establecidas por el Plan hidrológico del Guadalquivir en la zona sin restricciones específicas del acuífero Almonte-Marismas. - No se permitirá la transformación a regadíos de masas forestales de pinares, alcornocales u otras especies arbóreas autóctonas.- En general, se deberán adoptar medidas limitantes de la erosión de suelos y de la contaminación de la red de drenaje.

De este modo, se consigue limitar el riesgo de desequilibrios en el sistema hídrico debido a nuevas captaciones y evitar el incremento de procesos erosivos y nuevas afecciones sobre los ecosistemas con la sustitución y ocupación de masas forestales.

A3. Proteger los espacios litorales, asegurando la preservación de las especies en las aguas interiores y la conservación de los valores de los espacios costeros. El espacio litoral en Doñana es una zona especialmente sensible a las actividades antropomórficas y, en adi-ción, reúne unas características naturales, ambientales y paisajísticas excepcionales. La demanda de actividades de ocio en la franja costera, ponen en peligro su conservación debido a la presión ejercida. Por otro lado, el litoral está


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sometido a una fuerte actividad marina, lo que hace que estos espacios sean muy sensibles a cualquier intervención que altere su perfil actual en equilibrio.

De esta manera, queda ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “mantener las actuales condi-ciones naturales del cordón litoral y mejorar su uso recreativo” estableciendo medidas que ayuden al mantenimiento y la protección de las playas naturales.

Como propuestas a esta intervención protectora el POTAD propone:- La preservación del espacio litoral destacado en tonos verdes en el plano adjunto en el reverso de este texto.- La prohibición de infraestructuras marítimo-terrestres, de carácter náutico-deportivas, que puedan alterar la dinámica litoral.- El refuerzo de las formaciones arenosas con el fin de regenerar y proteger las playas y los cordones dunares.

De este modo, se consigue proteger y ordenar las condiciones privilegiadas del medio y los usos y actividades ociosas que se desarrollan en el tramo costero de Doñana, con el fin de frenar la expansión urbanística litoral y asegu-rar sus condiciones de equilibrio natural.

A4. Reducir la presión sobre los acuíferos del ámbito sustituyendo la captación de recursos subterráneos para usos urbanos por recursos superficiales. Doñana se identifica como una zona vulnerable en relación con su captación de recursos subterráneos de agua. De esta manera, queda ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “establecer un modelo de aprove-chamiento de los recursos hídricos que compatibilice el mantenimiento de los ecosistemas con el sometimiento de las demandas urbanas y productiva” estableciendo medidas que establezcan determinaciones para reducir el consumo de recursos hídricos tanto por los usos agrarios como urbanos.

Como propuestas a esta intervención protectora el POTAD establece:- Los recursos necesarios para el abastecer al conjunto de los núcleos urbanos del ámbito procederán de sistemas supramunicipales que captan en los embalses de la sierra de Huelva y el Andévalo y del acuífero


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Figura 41. Protección del litoral. POTAD. p 63


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Almonte-Marismas como garantía de suministro.- Se garantizará la operatividad de los sistemas de captación de aguas subterráneas y su integración con los respectivos sistemas supramunicipales de abastecimiento.

Así, se consigue que todos los vecinos del ámbito contribuyan a la conservación de los espacios con valores naturales, sin renunciar a las aguas subterráneas como recurso complementario que garantice el suministro de agua para el abastecimiento urbano.

A5. Dotar a los núcleos urbanos de sistemas de depuración de vertidos acordes al volumen y características de su carga contaminante y a las condiciones del medio receptor y favorecer su reutilización. La escasez de recursos hídricos y la contaminación sobre los ecosistemas de Doñana requieren adoptar medidas de tratamiento de los vertidos para eliminar sus efectos negativos. En relación a la contaminación por aguas residuales urbanas, su resolución sólo es posible si se actúa de forma coordinada en global en todo el ámbito. De este modo, queda ligada esta línea al objetivo específico de “establecer un modelo de aprovechamiento de los re-cursos hídricos que compatibilice el mantenimiento de los ecosistemas con el sometimiento de las demandas urbanas y productiva” estableciendo medidas que garanticen la depuración de los vertidos urbanos favoreciendo su reutilización.

Como propuestas a esta intervención protectora el POTAD establece:- Todos los núcleos del ámbito contarán con sistemas de depuración de vertidos.- En los poblados forestales se deberá contar con sistemas de depuración conforme a las características de los vertidos y el medio receptor.- En la reutilización de vertidos se exigirá un nivel de depuración que sea conveniente para garantizar las con-diciones higiénicas y sanitarias de la población.- Se estudiará la viabilidad de la reutilización de aguas residuales tratadas para recargar algunos sectores de cabecera del acuífero.- Los núcleos que queden fuera del ámbito pero que viertan a la cuenca deberán tener sistemas de depuración en su haber.


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Figura 42. Ordenación del paisaje. POTAD. p 67


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De este modo, se consigue limitar el riesgo de contaminación en el sistema hídrico y reutilizar la mayor canti-dad de agua posible dentro del ámbito.

A6. Ordenar la relación entre las distintas unidades de paisaje, mejorar la definición de las zonas de transición y proteger los elementos de mayor singularidad que contribuyen a la diversidad paisajística. En Doñana apreciamos distintas unidades de paisaje expresivas que están interrelacionadas, como podemos apreciar en el plano que se presenta adjunto a este texto. De esta manera, queda ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “poner en valor y proteger los recursos paisajísticos y culturales como elementos singulares de la identidad de Doñana” estableciendo medidas que garanticen la recomposición de espacios naturales de gran valor naturalístico, así como la adecuada integración de los núcleos en el medio circundante. Del mismo modo, se establecen restricciones a las instalaciones de infraestructuras para reducir su impacto paisajístico.

Como propuestas a esta intervención protectora el Plan propone:- Se protegen las líneas divisorias de cuencas fluviales- Se establecen criterios para la ordenación de las zonas de transición.- Se establecen propuestas para la ordenación mediante el tratamiento de los bordes de la carretera A-483.- Se establecen criterios para la ordenación paisajística de la zona regable Almonte-Marismas, mediante la inclusión de referencias visuales.- Se establecen criterios de tratamiento paisajístico del Polígono Nuevo Puerto, que palie su impacto visual en el entorno forestal y agrario en que se inserta.- Se determinan criterios para la integración de los bordes urbanos de El Rocío en el paisaje de Doñana.- Se delimitan pasillos infraestructurales y se establecen restricciones para la implantación de antenas.

Así, se consigue destacar los elementos y áreas que caracterizan el paisaje de Doñana y aportan las señas de identidad más reconocibles en la percepción del ámbito.

A7. Prevenir las situaciones de riesgos naturales y tecnológicos, reduciendo los posibles efectos sobre la po-blación, las actividades productivas y el medio natural.


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Los fenómenos de riesgo son, casi en su totalidad, imposibles de predecir; esto hace que no sea posible esta-blecer una normativa reguladora al respecto. El Plan establece cautelas y medidas territoriales para la prevención de sus efectos. Estos riesgos son, en su mayoría, procedentes de incendios y avenidas. Quedando, de este modo, ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “establecer medidas que limiten las situaciones de riesgos naturales y tecnológicos” estableciendo medidas preventivas de protección frente a riesgos previsibles de carácter natural o tecno-lógico sobre la población , que limiten sus posibles efectos.

Por este motivo, el POTAD propone:- La restauración ecológica de los arroyos.- La delimitación de zonas inundables.- La protección contra la erosión mediante la forestación y manejo de los espacios agrarios, y el tratamiento del Corredor Verde.- La delimitación de una zona de protección contra incendios en torno a las zonas forestales que impida la construcción de edificaciones.- En cuanto a los riesgos tecnológicos, se establece la delimitación de pasillos por los que deben transcurrir las infraestructuras.

De este modo, se consigue adoptar las medidas para impedir daños a la población, infraestructuras, instalacio-nes y edificaciones en las zonas susceptibles de afección de riesgos.

A8. Potenciar el valor territorial y ambiental de los cauces y riberas de los ríos y arroyos del ámbito. La gran cantidad de ríos y arroyos que confluyen en las marismas de este territorio tienen una gran relevancia para Doñana debido a su función de aporte de agua, por la conexión que establece con otros ámbitos naturales y por su función como soporte de ecosistemas de gran valor. Estos márgenes han perdido sus funciones territoriales y naturales en las últimas décadas debido a la presión agrícola que soportan. Lo que ha hecho que merme su vegetación de ribera, reduciéndola a un débil bosque, en algunos casos inexistente. Por todo esto, queda ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “mantener los usos forestales de la corona que bordea los Espacios Naturales” y al de de “po-ner en valor y proteger los recursos paisajísticos y culturales como elementos singulares de la identidad de Doñana”


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estableciendo medidas que garanticen la protección de los ríos y arroyos mediante la reforestación de sus riberas y la recuperación de los mismos como pasillos ecológicos; además de proteger las principales cuencas para potenciar su finalidad territorial.

Como propuestas a esta intervención protectora el Plan propone:- Potenciar la función territorial de las principales cuencas. Para ello, el planeamiento urbanístico deberá orde-nar la articulación territorial de estos ríos y arroyos con sus respectivos territorios colindantes.- Ordenar las márgenes de los ríos Tinto y Guadalquivir acondicionándolas para su uso recreativo.- Restaurar los principales canales de desagüe procedentes de riegos agrícolas.- Articular el corredor verde del Guadiamar con la finalidad de conseguir una integración más acorde.

De esta manera, se consigue recuperar los cauces y riberas para dotarlos de sus antiguos valores naturales, recrear su paisaje, garantizar el tránsito y la dispersión de la fauna y flora y generar aguas libres de contaminación.

A9. Proteger los valores culturales del ámbito y, especialmente, los que se refieren a la identidad de Doñana. En Doñana existen edificaciones rurales, construcciones singulares y conjuntos urbanos de especial valor constructivo, histórico, religioso o cultural. Buena parte de ellas se encuentran incluidas en el Catálogo General del Pa-trimonio histórico Andaluz. De este modo, queda ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “poner en valor y proteger los recursos paisajísticos y culturales como elementos singulares de la identidad de Doñana” estableciendo determinaciones urbanísticas para la protección de edificaciones en el medio rural, en su mayoría.

Por este motivo, el POTAD propone:- Incorporar a sus catálogos respectivos estas edificaciones rurales con el fin de mejorar su preservación.- Establecer perímetros de protección que condicionen la implantación de usos y actividades y que permitan integrar estas edificaciones en su entorno inmediato.- En los conjuntos históricos destacados (La Rociana y Lugares Colombinos- Moguer, Palos y la Rábida) se deberán incorporar a los planes especiales, medidas que regulen los espacios públicos y el tratamiento del mobiliario urbano.


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Figura 43. Conjuntos históricos y edificaciones rurales de interés. POTAD. p 71


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- Considerar aquellas edificaciones de interés etnológico a fin de evaluar su interés arquitectónico para incluir-las en los catálogos correspondientes para su protección.

Las edificaciones de interés son las señaladas mediante un cuadrado en el plano que se adjunta a este texto. De esta manera, se consigue proteger las edificaciones señaladas con anterioridad que, debido a su interés, contribu-yen a conformar la identidad de Doñana, dejando latentes en ellas la cualificación territorial, las formas constructivas, las tradiciones, los modos de vida,… del ámbito de estudio.

1.1.2. Ayuda a una mejor articulación del ámbito para contribuir al desarrollo de actividades eco-nómicas y territoriales.

En este caso, para alcanzar este objetivo general, el Plan propone una sucesión de intervenciones que, a con-tinuación, analizaremos con un mayor detenimiento. Intentando, de esta manera, dejar claro aquellos puntos finales propuestos por la planificación del ámbito de Doñana como asuntos a los que dar solución para alcanzar la sostenibili-dad deseada.

Para ello, las siguientes actuaciones quedan ligadas al objetivo específico de “articular las unidades territoriales que conforman el corredor Sevilla-Huelva, concentrar en el mismo las actividades urbanas, y establecer un modelo de conexión de este corredor con el litoral adaptado a la singularidad de Doñana” estableciendo medidas que logren la articulación interna del territorio, la ordenación de los usos productivos de acuerdo con los objetivos locales y las direc-trices para establecer las dotaciones y servicios de carácter supramunicipal.

B1. Consolidar el sistema urbano y su funcionalidad, determinando los equipamientos y servicios públicos de carácter supramunicipal necesarios para los distintos núcleos de población. Con el fin de facilitar las comunicaciones entre los distintos núcleos que conforman el ámbito de Doñana (Al-monte, Bollullos Par del Condado, Moguer, Palos de la Frontera, Almonte, Matalascañas, Mazagón, El Rocío, la Palma del Condado, La Rábida, Rociana del Condado, Bonares, Pilas, La Puebla del Río, Hinojos, Lucena del Puerto, Az-nalcázar, Villamanrique de la Condesa, Isla Mayor), es necesario propiciar una mayor y mejor articulación del sistema


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Figura 44. Red viaria y servicios de transporte. POTAD. p 75


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urbano.

Como propuestas a esta intervención el Plan propone:- La localización de equipamiento urbano para los servicios públicos de carácter supramunicipal en el Conda-do Sur (Almonte y Bollullos), en el Bajo Guadiamar (Pilas) y en la margen izquierda del Tinto y Arrozales del Guadalquivir.- Los equipamientos públicos que generen centralidad y no requieran extensas superficies para su ubicación, podrán implantarse en los núcleos urbanos tradicionales para contribuir a su revitalización.- Los núcleos especializados dispondrán de equipamientos que les cualifique para un mejor desarrollo de las funciones territoriales que les son propias.

Con todo esto, se logra una mejor organización del corredor y se refuerza la estructura incipiente en el ámbito. Del mismo modo, se fomenta la articulación entre cada una de las partes en que se divide el territorio con el fin de me-jorar las relaciones entre los distintos núcleos del ámbito de Doñana.

B2. Mejorar las conexiones con el exterior, potenciando las relaciones en el corredor Sevilla-Huelva y definir el esquema de articulación interior del ámbito haciéndolo compatible con los valores naturales y ecológicos de Doñana. Al igual que se realizan intervenciones para mejorar la articulación interior de la zona, como hemos visto en las líneas anteriores, se potencia las comunicaciones de Doñana con el exterior. Para ello, el plan propone mejoras en relación a las infraestructuras viarias mediante una serie de conexiones externas e internas al territorio como podemos ver en el plano anexo a este texto. Del mismo modo, se realizan intervenciones en los servicios e infraestructuras de transportes, con la finalidad de dotar la zona con instalaciones de transporte público adecuado al número de servicios en los distintos núcleos y generando un transporte común a todos ellos que sirva de permanente conexión entre los mismos.

B3. Integrar los municipios del ámbito de Doñana en sistemas supramunicipales de abastecimiento de agua. Actualmente, existen en Doñana diversos sistemas de abastecimiento de agua que han ido ampliando sus


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prestaciones, incluyendo nuevos núcleos y mejorando la gestión de recursos. Esta línea de actuación tiene como meta integrar a todos los núcleos de población en los diversos sistemas supramunicipales que satisfacen en la actualidad las demandas de los municipios en el corredor Sevilla-Huelva.

Los recursos necesarios procederán de los sistemas supramunicipales Chanza-Piedras, Sistema del Condado, ALJARAFESA y EMASESA, como podemos ver en el plano adjunto a este texto. Esta actuación debe coordinarse con la sustitución de captación de aguas subterráneas.

B4. Adecuar la ubicación y ordenación de suelo para actividades productivas, industrias y distribución, a las funciones territoriales de los núcleos, sin afectar a las características ambientales de Doñana. La localización de la industria y las actividades logísticas deben situarse en una posición alejada de los ecosis-temas más sensibles del ámbito y que, al mismo tiempo, sea apropiada para el cumplimiento de las funciones de este espacio. Como propuestas a esta intervención el Plan propone prever suelo urbano ordenado para servir de soporte a la industria y a la logística. Los suelos destinados a actividades productivas deben estar ubicados en zonas con buena accesibilidad a la red viaria, próximas a los núcleos urbanos de tamaño mínimo y con una posición que permita dis-poner de suelo suficiente para dotaciones. Esto supone una componente esencial de la organización del sistema de ciudades. No se admitirán actividades industriales en los núcleos turísticos y culturales.

B5. Establecer los criterios para el planeamiento urbanístico sobre la ordenación de usos residenciales en el medio rural. Doñana se encuentra sujeta a tensiones inducidas por la demanda de nuevas formas de viviendas. Este hecho unido a la numerosa cantidad de parcelaciones urbanísticas ilegales, hacen que el POTAD favorezca la capacidad de intervenir para regularizar las distintas situaciones siempre que no afecten a los Espacios Naturales Protegidos. Esta línea de actuación establece, por un lado, las directrices para el planeamiento urbanístico en relación con la for-mación del núcleo de población y, por otro, las determinaciones para ordenar la situación creada por las parcelaciones existentes no ajustadas al planeamiento urbanístico.

Como propuestas a esta intervención el Plan propone:


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- En relación con los núcleos de población, el POTAD divide el ámbito en tres zonas (A, B y C), como podemos apreciar en el plano adjunto. Para las zonas A y B se plantea que los nuevos desarrollos residenciales han de ser colindantes con los núcleos de población ya existentes, mientras que para la zona C sólo se permite cuan-do se cumplan los siguientes requisitos: no afectar a los espacios protegidos; no ocupar las zonas de cauces de corrientes naturales; disponer de infraestructuras para el acceso a la red viaria, abastecimiento de agua, abastecimiento de energía y sistema de depuración de vertidos adecuado; estar situado a más de 1500m de los suelos urbanos o urbanizables existentes en la zona; no estar situados a más de 500m de la red viaria.- En relación con las parcelaciones urbanísticas ilegales existentes, el planeamiento deberá declarar fuera de ordenación aquellas que, debido a su ubicación, afecten a Espacios Naturales Protegidos. Del mismo modo, se establecerán los criterios de regularización de las mismas.

De esta manera, se consigue establecer medidas que permitan compatibilizar la necesaria protección de los ecosistemas de Doñana frente a cualquier tipo de actuación que pueda afectarles. Debido a esto, se establecen li-mitaciones al planeamiento urbanístico en relación con la posible clasificación de suelo, estableciendo condiciones y criterios de previsión.

1.1.3. Ordenación y compatibilización de usos del suelo para contribuir a la mejora de potenciali-dades económicas.

Para alcanzar esta última finalidad global planteada, el Plan propone una serie de intervenciones que, a conti-nuación, analizaremos con mayor profundidad. Intentando, con ello, esclarecer aquellas metas finales propuestas por la planificación del ámbito.

C1. Favorecer la ordenación de la agricultura para mejorar su integración territorial, el ahorro de recursos y la reducción de su impacto ambiental. En Doñana, la agricultura constituye la principal actividad del ámbito y ha experimentado una importante ex-pansión en el territorio. Esta ha sido debida a la conversión de los cultivos de secano en regadío por la alta rentabilidad de los cultivos intensivos. Al mismo tiempo, se está llevando a cabo un despegue de la agricultura ecológica que, poco


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a poco, va tomando una mayor presencia en el territorio. De esta manera, queda ligada esta línea de actuación al obje-tivo específico de “articular las unidades territoriales que conforman el corredor Sevilla-Huelva, concentrar en el mismo las actividades urbanas, y establecer un modelo de conexión de este corredor con el litoral adaptado a la singularidad de Doñana” estableciendo medidas que logren dotar al territorio de una estructura funcional y establecer criterios de protección paisajística y reducir los riesgos naturales derivados de los procesos tecnológicos.

Por este motivo, el POTAD propone:- Efectuar un plan de ordenación de las zonas de cultivos intensivos.- Establecer la parcela mínima vinculada a la vivienda y las edificaciones destinadas a la explotación agraria.

De esta manera, se consigue generar una actividad agrícola más eficiente. Por este motivo, el Plan establece criterios de ordenación para la implantación de infraestructuras, localización de servicios auxiliares y adoptar medidas para evitar procesos erosivos y de contaminación agraria. Estos criterios comprenden todo el ámbito a pesar de que los cultivos intensivos se concentren en unas zonas determinadas del territorio.

C2. Contribuir al aprovechamiento de las oportunidades de uso turístico del territorio, determinando los cri-terios de localización de actuaciones que garanticen su compatibilidad con la conservación de los valores naturales. Los valores ambientales y paisajísticos de Doñana han favorecido en las últimas décadas un interés creciente por este territorio, plasmado en una fuerte actividad turístico-residencial, que ha originado Mazagón y Matalascañas y la definición de iniciativas y proyectos de desarrollo turístico. De esta manera, queda ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “reorientar el aprovechamiento turístico-recreativo hacia fórmulas menos dependientes del uso residencial y del excursionismo diurno y más vinculadas a l interés de los valores naturales, paisajísticos y culturales del ámbito” y “mantener las actuales condiciones naturales del cordón litoral y mejorar su uso recreativo” estableciendo medidas que salvaguarden los valores naturales y culturales y aseguren su conservación mediante su conversión en motor de actividad económica. Asimismo, se establecen medidas que recualifiquen y ordenen los núcleos turísticos existentes mediante la potenciación de la función actual de los mismos.


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El Plan propone un nuevo modelo de uso del ámbito para la actividad turística en las franjas norte y oeste del Parque. Como propuestas a esta intervención el Plan propone:

- La mejora de los núcleos urbano-turísticos y la ordenación de las playas urbanas de Matalascañas y Maza-gón.- La recualificación de los centros turístico-culturales de El Rocío y La Rábida.- La promoción del uso turístico de los poblados forestales o de colonización: Bodegones, Cabezudos, El Abalario y La Mediana, orientando su oferta turística hacia el turismo rural y de naturaleza y controlando su dimensión máxima para no permitir fenómenos de urbanización en zonas ambientalmente sensibles.- La regulación y desarrollo de iniciativas de localización de servicios turísticos que valoricen los recursos na-turales y paisajísticos sin afectar a su conservación.

De esta manera, se plantea un modelo de aprovechamiento turístico apoyado, entre otras medidas, en la orien-tación de sus recursos hacia la formación de productos específicamente turísticos. En este sentido, es posible integrar en Doñana instalaciones y equipamientos turísticos que permitan realizar una explotación controlada y ordenada de los atractivos turísticos del destino Doñana, si por ello verse afectados los ecosistemas del territorio. C3. Valorizar los espacios forestales, fluviales y litorales con potencialidad de uso recreativo para satisfacer las crecientes demandas de la población turística y de la población residente en las aglomeraciones urbanas próximas al ámbito. Existe un importante aspecto que debemos destacar en relación a esta intervención. La utilización de áreas forestales, ríos, arroyos y playas supone un papel fundamental en la configuración del espacio turístico de Doñana. La adecuación de estos espacios, unidas a una conciencia conservadora, naturalista y protectora, constituye uno de los atractivos más incondicionales de este territorio. De esta manera, queda ligada esta línea de actuación al objetivo específico de “mantener los usos forestales de la corona que bordea los Espacios Naturales” estableciendo medidas para la ubicación de áreas recreativas para cubrir la demanda de naturaleza de los habitantes de las aglomeraciones urbanas próximas. Como propuestas a esta intervención protectora el POTAD establece:


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- El acondicionamiento de las áreas recreativas.- El establecimiento de itinerarios recreativos para su uso mediante medios de locomoción no motorizados: senderismo, caballo, bicicleta,… Esta red permite el uso y disfrute del ámbito al completo, transmitiendo la imagen de amplitud y complejidad de paisajes y ecosistemas que tiene este ámbito.- El frente litoral debe considerarse como una gran área recreativa vinculada al uso de la playa.- La ordenación recreativa de los ríos Tinto, Guadiamar y Guadalquivir.- La creación de itinerarios paisajísticos como pieza clave en el conocimiento de la identidad de Doñana.

De este modo, se plantea un modelo de turismo que hace hincapié en las zonas de interés natural o paisajístico mediante la inclusión de dotaciones o el tratamiento con diferentes técnicas de los itinerarios generados en el territorio. Con ellos se pretende conseguir una mejor integración en el ámbito, unas condiciones de circulación de menor veloci-dad y una percepción para el usuario de estar circulando por una zona de especial interés.

1.2. DESENLACE EN DOÑANA.

En relación a los objetivos establecidos por el POTAD, cabría hacerse las siguientes preguntas con el único fin de conseguir un territorio que avance hacia la sostenibilidad:

¿Realmente son necesarios tantos cultivos masivos?, ¿existe la posibilidad de sintetizar la comida necesaria y abandonar la agricultura?Conexiones: ¿por qué asfaltarlas? ¿es necesario crear nuevas? Conservar vs aislar: ¿acceso limitado al Par-que o sin límites?¿Necesitan los municipios del ámbito de Doñana el turismo típico costero? ¿presentar alternativas adecuadas a este espacio?¿Conservación solo de lo ‘natural’ o también de las raíces culturales de la sociedad de Doñana? ¿Debemos poner límites al crecimiento?Inteligencia humana: ¿habilidad o peligro?


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Como hemos podido descubrir a lo largo de este documento, en Doñana se trabaja desde hace varias décadas en un modelo de ordenación basado en criterios sostenibles, ya que se ha convertido en la ’cuna de la sostenibilidad’ a nivel autonómico, nacional y europeo. Resulta necesario para definir el futuro sostenible de Doñana, establecer las fortalezas del ámbito y aquellas actuaciones que son estratégicas para la evolución hacia la sostenibilidad de ella. Más allá de esta serie de cuestiones lanzadas al aire, debemos crear una herramienta de control que sea capaz de aportar una nueva mirada renovada a la planificación. Para ello, es necesario un cambio. Un cambio de sentido:

¿Por qué olvidamos a los peatones y el transporte público en nuestras ciudades?¿Por qué hemos convertido el coche en un elemento fetiche?¿Cuál es el principal problema de la educación vial? ¿la empatía?¿Quién marca los plazos temporales de los políticos? Necesidad de proyectos a largo plazo

Una vez analizados y clasificados todos los objetivos que expone el POTAD en sus páginas y tras una reflexión profunda al respecto, tenemos una base sólida sobre la que detectar los aspectos más destacables sobre los que tra-bajar para generar un sistema de indicadores capaz de evaluarlos y controlar el alcance de la sostenibilidad en este territorio pionero en la implantación de la Sostenibilidad.

Para finalizar, citando palabras textuales de Domingo Sánchez Fuentes, tutor de este Trabajo Fin de Máster, “el éxito de la ordenación territorial de Doñana reside, en buena parte, en la existencia de un liderazgo político fuerte, una sociedad civil madura y una notoria cohesión interinstitucional; es decir, en una comunidad activa capaz de organi-zarse para diseñar y alcanzar un consenso con respecto a un proyecto de futuro diseñado mediante un proceso abierto y continuo”1.

1 Eje tres. Doñana territorio sostenible. Conclusiones; en Informe del Coordinador de Doñana Territorio Sostenible en Coloquio Doñana ecosocial.


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Cuadro resumen objetivos a conseguir establecidos en el Plan de Ordenación del Ámbito de Doñana


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“Cada uno de nosotros tiene que encontrar por sí mismo lo que es lícito y lo que es ilícito. Cabe no ha-cer nunca nada prohibido y sin embargo ser un gran infame” H. Hesse.

Figura 45. Look at the bright side of life. Ben Goossens


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Como hemos podido comprender a lo largo de las páginas que componen este documento, el modelo planifi-cador de nuestro territorio de estudio (Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana), no ordena ni gestiona usos ni recursos naturales de los Espacios Naturales Protegidos, sino que instaura una serie de intervenciones que ar-ticulan el territorio en su globalidad. Estas son las que nos han ayudado a analizar en profundidad el ámbito y a conocer aquellas oportunidades que nos presenta, sin olvidarnos de la importancia naturalística y la conciencia conservadora y preservadora que invade todas sus hectáreas.

A lo largo de este recorrido, hemos avanzado e intentado despejar la incertidumbre con la que comenzábamos este texto. Conocemos la situación actual; no sólo ante el panorama técnico de la planificación encaminada hacia la sostenibilidad, sino ante la caracterización y conocimiento profundo de un territorio rico y complejo como los propios paisajes que lo componen. Es un lugar dinámico, que lejos de permanecer constante a lo largo de los años, lleva tácito un movimiento de regeneración y vida latente en sus tierras. Del mismo modo, este flujo de actividad producida a lo largo de cientos de años queda implícito en el proceso de un año. Doñana es movimiento. Es cambio.

2. PROPUESTA DE INDICADORES: RESPONDIENDO CUESTIONES. RESOLVIENDO DUDAS.


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Despejadas las inquietudes de partida y posicionados claramente del lado del territorio y sus habitantes y, final-mente, habiendo lanzado numerosas cuestiones al aire que pretendemos resolver, estamos en la situación idónea de empezar a darnos a nosotros mismos las respuestas, o, al menos, intentarlo.

Desde esta situación nueva de partida, buscamos una nueva Doñana. Una Doñana que, más allá de sus lí-mites, se ponga en contacto con la realidad social y territorial que alberga dentro de sus fronteras. Una Doñana que, no sólo abandere el nombre ‘sostenibilidad’, sino que sea sostenible en el sentido más global del término. Para ello, procedemos a continuación a seleccionar aquellos indicadores que verifiquen el cumplimiento de los objetivos esta-blecidos en el documento de planificación del territorio de Doñana (POTAD). Quedando todos ellos, posteriormente, sistematizados en una base de datos o listado???

2.1. PROCEDIMIENTO DE ESTUDIO: CÓMO RECORRER UN LARGO CAMINO. Con el fin de generar una herramienta de indicadores que posibiliten el control y la evaluación de la sostenibi-lidad en Doñana, se procede a diseñar un sistema completo que recoja, en la medida de lo posible, la totalidad de las condiciones de aquellos aspectos destacados en los objetivos y analizados en el epígrafe anterior “1.1. Objetivos: las garantías para el progreso y el camino a la meta”. Finalmente, debe construirse una base metodológica contrastada y con posibilidades de desarrollo posterior.

Surge, de todo este estudio, un inconveniente. Los objetivos establecidos en el modelo planificador de nuestro territorio de estudio, sólo incluyen cuestiones vinculadas a la dimensión ambiental de la sostenibilidad, alejándose así de un sistema completo capaz de evaluarlo con gran profundidad. Por ello, incluimos una serie de indicadores que, a pesar de no dar respuesta a la sostenibilidad planteada en el Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana, entiendo que son relevantes para ahondar en el proceso adecuado para llevar a cabo un cambio global en la planifica-ción de este lugar. Un cambio hacia un territorio más solidario. Un cambio hacia una planificación más sostenible. Con esto conseguimos una gran variabilidad respecto del conjunto inicial de indicadores.

Partiendo de un total de 184 variables objeto de selección, se han agrupado éstas en siete temas considerados


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destacables en referencia a dar respuesta a las cuestiones planteadas en líneas anteriores, que a su vez, cada una de ellas se encuentran agrupadas en diversos temas dependiendo del grado de complejidad de la realidad a evaluar en cada caso.

Una primera aproximación nos lleva a un número extenso de indicadores, y optamos por seleccionar de cada grupo de indicadores un número más reducido que sea representativo, facilitando de esta manera la interpretación de los resultados por parte de los usuarios finales. Para dicha selección, se utilizan los resultados de los análisis en com-ponentes principales realizados para obtener los indicadores pertenecientes a cada tema genérico planteado:

- Producción y consumo- Conservación y gestión de los recursos naturales- Cambio climático- Población permanente y estacional- Movilidad- Política y cohesión social

En concreto, se seleccionan aquellos indicadores que tienen una relación directa con las componentes prin-cipales del sistema. De este modo, se reduce el sistema inicial a un conjunto compuesto por 117, que suponen una herramienta de control mucho más abarcable y manejable para su futura utilización.En el siguiente apartado se muestra la aproximación al alcance del contenido del sistema de medición propuesto.

2.2. RESULTADOS: DE LA INVESTIGACIÓN MÁS PROFUNDA NACE LA INFORMACIÓN MÁS COGNOSCIBLE.

Producción y consumo

La contaminación, la deforestación, la desaparición de especies y el calentamiento global son efectos colate-rales de las actividades que proporcionan a los consumidores comida, transporte, techo, ropa y un sin fin de bienes de consumo. Debido a que los aspectos ecológicos y sociales se están volviendo cada vez más importantes, planteamos


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un modelo alternativo de producción y consumo.

De esta manera, conseguimos una producción más sostenible al reducir el uso de energía, materias primas o materiales tóxicos. Asimismo, se consiguen unos procesos más eficientes con claros beneficios ambientales y eco-nómicos, al tiempo que se genera una producción mucho más limpia. En referencia al consumo, hacemos hincapié a aquel que responde a cuestiones básicas y que conlleva una mejor calidad de vida. Se consigue así un menor consumo de recursos naturales, no comprometiendo las necesidades de las generaciones futuras. Estos aspectos pueden ser medidos con los indicadores que se presentan a continuación.

Usos del suelo- Superficie urbanizada- Superficie urbanizada en franjas litorales- Superficie edificaciones rurales identitarias de Doñana- Superficie residencial en medio rural- Superficie urbano-turística El Rocío-La Rábida- Superficie forestal total- Superficie áreas recreativas- Superficie agrícola- Superficie agrícola ecológica- Superficie productiva- Superficie destinada a pasillos infraestructurales- Aprovechamientos forestales autorizados- Densidad de población en municipios litorales- Construcciones residenciales en los municipios litorales- Construcciones infraestructurales en los municipios litorales- Gestión de edificaciones rurales identitarias: superficie en planes especiales de protección o delimitación- Gestión de superficie residencial en medio rural: superficie en planes especiales de protección o delimitación


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Residuos- Generación de residuos - Generación y origen de los residuos- Residuos municipales - Generación y composición de residuos municipales - Generación anual de residuos municipales per cápita - Tratamiento de los residuos municipales - Deposición en vertederos biodegradables- Residuos poblados forestales - Generación y composición de residuos locales - Generación anual de residuos locales per cápita - Tratamiento de los residuos locales - Deposición en vertederos biodegradables- Consumo de materiales - Huella ecológica

Conservación y gestión de los recursos naturales

Se consideran las nuevas circunstancias ambientales y socioeconómicas que caracterizan al ámbito, así como el marco normativo y directrices políticas actuales. La ordenación de Doñana no puede entenderse desde la conser-vación de pequeñas partes del territorio desconectadas entre sí, sino que es necesaria una ordenación que integre el ámbito en su totalidad, considerando las diferentes escalas espaciales y temporales, en las que radica la base de su funcionamiento. Para ello, se disponen los siguientes indicadores como herramienta de control de dicha situación.

Agua- Ciclo integral de agua dulce en Doñana- Disponibilidad y uso de recursos hídricos renovables por m3 habitante y año- Evolución del uso del agua en los hogares por habitante (litros/habitante/día)


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- Evolución del uso del agua en los cultivos por superficie (litros/m2/día)- Usos del agua por sectores- Uso del agua según tecnología de riego- Estado del saneamiento- Evolución de la extracción y consumo de agua procedente de sistemas supramunicipales de abastecimiento- Evolución de la extracción y consumo de agua procedente del acuífero

Pesca- Evolución de las capturas del pescado- Evolución de la acuicultura- Evolución de la flota pesquera (capacidad)- Evolución de los trabajadores ocupados en el sector- Evolución del precio de la captura de pescado

Biodiversidad- Áreas protegidas

- Superficie del sistema de espacios protegidos- Superficie terrestre de espacios protegidos en el litoral- Superficie de cuencas fluviales protegidas- Gestión de espacios protegidos: superficie en planes especiales de protección o delimitación- Gestión de espacios protegidos en el litoral: superficie en planes especiales de protección o delimitación- Gestión de espacios protegidos en cuencas fluviales: superficie en planes especiales de protección o delimi-tación

- Especies en peligro de extinción- Especies amenazadas por tipo de especie y grado de amenaza- Población de especies protegidas seleccionadas- Número de especies no autóctonas- Número de especies autóctonas


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- Incendios forestales- Superficie afectada por incendios forestales (arbolada y no arbolada)- Causa de los incendios forestales- Pérdidas ocasionadas por los incendios forestales- Superficie reforestada o aforestada

Cambio climático

El aumento de las temperaturas, la reducción de las lluvias y el incremento de la velocidad del viento llevarán a Doñana una disminución de los aportes de los cauces, la bajada de la humedad del suelo y la sobreexplotación e incremento de la contaminación del acuífero Almonte-Marismas. Estos son algunos de los efectos del cambio climático inducido, puesto que su origen principal está el hombre, que durante este siglo podrá vivir el Parque Nacional y que lo llevarán a un proceso de aridificación y desertización. Con el fin de evitar, evaluar y controlar esta situación, se dispo-nen los siguientes indicadores.

Cambio climático- Cambio de temperatura del aire de superficie- Cambio de las precipitaciones - Nivel del mar en Doñana- Temperatura del mar en Almonte

Emisiones- Emisiones GEH (gases efecto invernadero)

Población permanente y estacional

El turismo es uno de los sectores socioeconómico estratégicos en el ámbito de Doñana. La importancia de esta actividad turística es debido a su importancia en la economía territorial de este lugar, además de ser uno de los puntos


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más importantes para la difusión de los valores de Doñana, así como herramienta clave para fortalecer su imagen.

De este modo, es fundamental establecer una planificación activa, una gestión eficaz y un seguimiento acorde con el territorio con el fin de aminorar la dispersión existente en los núcleos poblacionales costeros.

Asimismo, se deberá potenciar el valor natural y cultural para establecer una promoción homogénea en todo el ámbito y crear una idea de identidad. Dicha idea debe radicar en la protección natural y cultural, así como favorecer la integración de espacios naturales y turísticos en el ámbito, como hemos visto en los indicadores establecidos en relación a la conservación y gestión de los recursos naturales. Para la cuestión del cambio poblacional estacionario, se disponen los siguientes indicadores a la hora de evaluar la situación de este territorio.

Residencial- Evolución del número de hogares - Evolución del gasto de los hogares- Evolución de los turismos por hogar- kWh/hogar- Tep/hogar- Residuos toneladas/hogar- m3 agua/hogar

Turismo- Entrada turistas extranjeros- Llegada de turistas extranjeros por tipología de alojamiento- Llegada de turistas extranjeros por vía de acceso- Llegada de turistas extranjeros por tipo de organización del viaje- Gasto declarado de los turistas españoles en Doñana- Capacidad de alojamiento- Trabajadores en el turismo


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- Gasto medio por turista extranjeroCambio poblacional- Población total- Población total por grupos de edad - Tasa de natalidad - Población por nacionalidades- Tasa de mortalidad- Migración interna- Residentes extranjeros- Tasa de fecundidad- Tasas de extranjeros que habitan viviendas por nacionalidad, actividad, paro y sexo

Movilidad y accesos

En cuanto a la movilidad en Doñana, cabe destacar la necesidad de restringir el tráfico privado en la A-483, carretera con más número de accidentes de automovilistas y atropellos de linces que existe en el territorio. Del mismo modo, se debe crear un gran aparcamiento de vehículos, un sistema de transporte público -de tranvías o autobuses- entre El Rocío y Matalascañas, enclave costero de gran relevancia. Todo esto quedará recogido con mayor detalle en el Plan de Movilidad del Entorno de Doñana, pero como evaluación del mismo se proponen los siguientes indicadores.

Transporte- Distribución modal

- Vehículo-km de carretera y día- Toneladas mercancías-km- % de personas que se desplazan- Distancia media de recorrido en los desplazamientos cotidianos intermunicipales- Relación entre viajes intramunicipales e intermunicipales- Rapartición modal de los viajes


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- Ecoeficiencia- Consumo final de energía en el transporte- VAB transporte- CO2 transporte- PM10 transporte- NOX transporte

- Situación- Parque de vehículos- Muertes por millón de vehículos- Muertos en accidentes- Turismos/1000 habitantes- Camiones y furgonetas/1000 habitantes- Autobuses/1000 habitantes- Motocicletas/1000 habitantes- Total vehículos/1000 habitantes

Accesos- Acceso y superficie de equipamientos- Acceso e itinerarios a áreas recreativas

Política y cohesión social

La política y la cohesión social son dos aspectos fundamentales en Doñana. De ahí radica la importancia a la hora de ejercer un sistema de evaluación sobre ellos. Es importante que, en un territorio ‘cuna de la sostenibilidad’ la política y la participación social vayan unidas, ya que sólo de este modo se consigue debatir ideas y acercar posturas sobre Doñana con el fin de definirla como figura unitaria y consensuar una visión compartida sobre la sostenibilidad en ella. Para alcanzar estos objetivos, se proponen las siguientes variables de medición.


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Gobernanza y democracia- Participación electoral

- Participación/abstención electoral - Participación ciudadana

- Grado de satisfacción con la democracia- Interés por la política- Participación política no electoral- Pertenencia a grupos o asociaciones

- Capacidad institucional para la sostenibilidad- Implantación de agendas 21 locales- Cooperación y sostenibilidad global- Grado de cumplimiento de la normativa ambiental- Evaluaciones de impacto ambiental

- Control de las instituciones- Actuaciones de control al gobierno del síndico- Valoración positiva de la labor de los gobiernos

Cohesión social- Asociacionismo


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DOÑANA: 36º 58’ 24.73’’ NORTE 6º 26’ 38.50’’ OESTE. ¿HACIA DÓNDE VAMOS?


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“De pasos que ya hemos dado y de muertes que ya hemos muerto no debemos arrepentirnos”. H. Hesse.

Figura 46. Blanco y negro. Marta Eva Llamera


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Estoy convencida de que la planificación urbana puede evolucionar para aportar herramientas imprescindibles que estén encaminadas a la salvaguarda de nuestro futuro. De esta manera, conseguiremos generar ciudades y terri-torios que sean capaces de producir entornos sostenibles y civilizadores.

El fundamento de mi pensamiento positivo al respecto radica en tres aspectos fundamentales: la existencia de una potente difusión de la conciencia ecológica, la era tecnológica en la que estamos inmersos y la producción au-tomatizada. Esto forma parte de unas condiciones idóneas para el desarrollo de una cultura urbana sensibilizada con el entorno y socialmente responsable. Ecólogos, científicos, pensadores, políticos, urbanistas, artistas, ciudadanos,… todos. Todo el mundo exige que las perspectivas globalizadoras se integren en las de crecimiento de futuro.

La ciudad ha terminado por ser entendida como un templo destinado al consumismo. La complejidad de lo cotidiano ha sido abandonada y la vida pública ha pasado a dividirse en compartimentos individuales. Las calles se han convertido en el artículo de lujo de la cultura publicitaria, presente en todos los lugares y en todos los tamaños, hacen que incentivar los debates provocadores sean el objetivo de muchas de las acciones artísticas-arquitectónicas que


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toman por escenario las calles y otros espacios públicos. De todo esto, lo más importante es que es una energía social que viene de abajo para arriba, basada en la búsqueda de hacer algo, de decir algo, de fomentar encuentros y mínimos cambios de postura. Por otra parte, que estas sean dinámicas cada vez más presentes demuestra el compromiso de todos, se establecen relaciones. Unas relaciones adecuadas para la ciudad, unas actuaciones invisibles.Por todo esto, pienso que la sostenibilidad debería configurarse como una asignatura interdisciplinar entre el arte, la historia, la biología y la técnica. Por ello, debemos enseñar conducta ciudadana a gente de todas las edades y, sobre todo, es importante escuchar lo que plantean. La mayor parte de nuestra futura calidad de vida depende de esta labor. Debemos construir ciudades flexibles y abiertas, y, del mismo modo, trabajar a favor y no contra el proceso inevitable de cambio de las mismas. La llamada a la sostenibilidad requiere una planificación urbana de largo alcance y un re-planteamiento de sus principios y objetivos. La única solución al respecto es la planificación de territorios sostenibles por parte de los gobiernos.

La planificación se considera ya una práctica interdisciplinar que no está estrictamente limitada a las fronteras, sino que se amplía a una visión mucho más global del territorio. De esta manera, se consideran núcleos colindantes generando un modelo planificador basado en objetivos estratégicos a largo plazo.

Como es bien sabido, vivimos tiempos emocionantes, que equivale a decir tiempos de dificultades, o tiempos de oportunidades. El último año ha estado marcado por una crisis global, primero alimentaria, luego financiera y final-mente de confianza, y reconocer un problema es la primera condición para resolverlo. Todas las crisis son motivo y necesidad de cambio y creo que lo mejor que puede salir de la actual es que todos comprendamos que no podemos seguir viviendo en la insostenibilidad. Nuestra meta debe ser lograr un equilibrio entre las ciudades, la sociedad y la naturaleza. La educación, la participación y la innovación deben ser las fuerzas que nos conduzcan a una sociedad sos-tenible.Por ello, resulta indispensable crear herramientas de control real de un territorio, que sean capaces de, además de identificar la realidad presente en él, prever las situaciones venideras que se sucederán. Sólo con una herramienta eficaz, completa y sencilla, que abarque todos los campos en los que el propio territorio demande necesidades, se consigue alcanzar un territorio más solidario.

Terminemos con una coda. Para desatar el ‘nudo gordiano’ de la ambigüedad y la oratoria, que nos lleve a


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progresar con más confianza y sin complejo alguno hacia la sostenibilidad, encaminémonos a la consulta de los dic-cionarios. En este sentido, el Diccionario de la Real Academia Española o el Diccionario de uso del español de María Moliner, nos servirán como punto de partida. Podemos situar el sustantivo ‘sostenibilidad’ junto a otras categorías de similar esencia, como por ejemplo la belleza o la paciencia.

La belleza, tiene una naturaleza abstracta, que se hace latente en las cosas bellas. El adjetivo bello, se fija a cosas que, percibidas por la vista o el oído, producen placer inmaterial y emocional. Del mismo modo, se aplica a aquellos elementos que afectan a la inteligencia, a la sensibilidad, a lo espiritual con una sensación similar a la descrita anteriormente.

La paciencia, es una virtud. Virtud, es cualquiera de las cualidades que se estiman como positivas en las perso-nas. La paciencia es una virtud aplicable a las personas. Es la facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho. El adjetivo paciente se aplica al que espera con sosiego.

Del mismo modo, sostenibilidad es la cualidad de sostenible, aplicada a las actividades antropológicas. Al igual que la belleza, tiene una naturaleza abstracta, innovadora y, debido a ello, difícil de asimilar pero se realiza en los pro-cesos sociales. Y como la paciencia, es una virtud aplicable a las personas que se estima como positiva. Podríamos decir que la sostenibilidad tiene carácter de virtud social, ya que es la moderación en el comportamiento de individuos y los procesos sociales.

Al igual que Umberto Eco recorre la “Historia de la Belleza”, podemos recorrer la Historia de la Sostenibilidad. Una historia que está constituida por distintas etapas, todas ellas recientes, entre las que podemos destacar su prehis-toria (con la emergencia de desigualdades), su modernidad (con la constatación del agotamiento acelerado de los re-cursos naturales) y su contemporaneidad (con el reconocimiento de la necesidad de una acción responsable y solidaria con la naturaleza, la ciudad y la sociedad). Ahora estamos en su presente, el que nos reclama una actitud pensante y creativa acorde con la historia de nuestro tiempo. Aunque sólo sea por razones de imagen, la sostenibilidad está de moda y parece estar al alcance de nuestras manos el momento en que la masa crítica será suficiente para cambiar todo el enfoque de nuestra sociedad. Una nueva mirada a la planificación.


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Figura 6. Matriz temporal. Elaboración conjunta con Marta Donadei y Ana Lucía Reyna Cruz.

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Figura 10. Duna y corral. Regla AlonsoFUENTE: PASEANDO POR PAISAJES DE DOÑANA DE LA MANO DE ALGUNOS DE SUS CREADORES CONTEMPORÁ-NEOS


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(*) Juan Fco. Ojeda Rivera Universidad Pablo de Olavide Sevilla (PAG27) en http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:F2KFEORI F0J:www.upo.es/ghf/giest/documentos/paisaje/ojeda06_paseando.pdf+El+coto+desde Sanlúcar+Carmen+Laffón&cd=7&hl=es&ct=clnk&gl=es

Figura 11 y 12. Cruces de Doñana. Jorge CamachoFUENTE: PASEANDO POR PAISAJES DE DOÑANA DE LA MANO DE ALGUNOS DE SUS CREADORES CONTEMPORÁ-NEOS (*) Juan Fco. Ojeda Rivera Universidad Pablo de Olavide Sevilla (PAG22) en http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:F2KFEORI F0J:www.upo.es/ghf/giest/documentos/paisaje/ojeda06_paseando.pdf+El+coto+desde Sanlúcar+Carmen+Laffón&cd=7&hl=es&ct=clnk&gl=es

Figura 13. Marismas de El Rocío. Ignacio AguilarFUENTE: PASEANDO POR PAISAJES DE DOÑANA DE LA MANO DE ALGUNOS DE SUS CREADORES CONTEMPORÁ-NEOS (*) Juan Fco. Ojeda Rivera Universidad Pablo de Olavide Sevilla (PAG23) en http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:F2KFEORI F0J:www.upo.es/ghf/giest/documentos/paisaje/ojeda06_paseando.pdf+El+coto+desde Sanlúcar+Carmen+Laffón&cd=7&hl=es&ct=clnk&gl=es

Figura 14, 15 y 16. Coto Doñana I, III y IV. Paco BrocaFUENTE: http://www.pacobroca.com/paginar.asp?pag=3&id=1

Figura 17. Estudio marina. Paco BrocaFUENTE: http://www.pacobroca.com/paginar.asp?pag=3&id=1

Figura 18. Autorretrato, desierto de Doñana. Jorge Camacho FUENTE: http://memorandumvitae.blogspot.com/2011/03/jorge-camacho-1934-2011-danzon-masacre.html

Figura 19. Arrozal III. Paco BrocaFUENTE: PASEANDO POR PAISAJES DE DOÑANA DE LA MANO DE ALGUNOS DE SUS CREADORES CONTEMPORÁ-NEOS (*) Juan Fco. Ojeda Rivera Universidad Pablo de Olavide Sevilla (PAG18) en http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:F2KFEORI F0J:www.upo.es/ghf/giest/documentos/paisaje/ojeda06_paseando.pdf+El+coto+desde Sanlúcar+Carmen+Laffón&cd=7&hl=es&ct=clnk&gl=es

Figura 20. Ordenación de usos residenciales en el medio rural. POTAD. p 81FUENTE: AA.VV. Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Secretaría General de Ordenación del Territorio y Urbanismo. Diciembre de 2003.


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Figura 21. An heart for the world and nature. Ben GoossensFUENTE: http://www.fotocommunity.de/pc/pc/display/21207174

Figura 22. Le Monde (D). Elene UsdinFUENTE: http://baularchivo.blogspot.com/2009/03/elene-usdin-le-monde-2.html

Figura 23. Enredos3, 2008, Kodak Endura/aluminum, 150x225cm. Daniel CanogarFUENTE: http://www.larepublicacultural.es/foto.php3?article2381&id_document=5233

Figura 24. Counterpoint (5). Robert & Shana Parkeharrison FUENTE: http://wurzeltod.ch/wurzelforum/index.php?topic=1158

Figura 25,26,27, Particle sand box, gravity fields I, II, III, IV y V. Peter Blaskovic 28,29 y 30. FUENTE: http://www.escapemotions.com/experiments.html

Figura 31. Tuas maos. Maria jose AmorimFUENTE: http://photo.net/photodb/photo?photo_id=13686976

Figura 32. Cuestión de peso. Roberto Fernández ibáñezFUENTE: http://www.robertofernandez.com.uy/esp/espfp.html

Figura 33. Fototropismo fotográfico. Roberto Fernández ibáñezFUENTE: http://www.robertofernandez.com.uy/esp/espfp.html

Figura 34. f, l, o, w, e, r, s. Norihiko Terayama. Studio NoteFUENTE: http://arch.itect.us/2009/10/15/flowers-by-norihiko-terayama/

Figura 35. Huellas. Elaboración propia

Figura 36. Huellas en el territorio. Elaboración propia

Figura 37. Architect’s brother(11). Robert&Shana ParkeharrisonFUENTE: http://www.parkeharrison.com/slides-architechsbrother/index.html

Figura 38. Municipios adheridos al programa Ciudad 21. Junta de AndalucíaFUENTE: http://www.ciudad21.org/


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Figura 39. Architect’s brother(19). Robert&Shana ParkeharrisonFUENTE: http://www.parkeharrison.com/slides-architechsbrother/index.html

Figura 40. Restricciones de uso del acuífero para regadío. POTAD. p 62FUENTE: AA.VV. Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Secretaría General de Ordenación del Territorio y Urbanismo. Diciembre de 2003.

Figura 41. Protección del litoral. POTAD. p 63FUENTE: AA.VV. Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Secretaría General de Ordenación del Territorio y Urbanismo. Diciembre de 2003.

Figura 42. Ordenación del paisaje. POTAD. p 67FUENTE: AA.VV. Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Secretaría General de Ordenación del Territorio y Urbanismo. Diciembre de 2003.

Figura 43. Conjuntos históricos y edificaciones rurales de interés. POTAD. p 71 FUENTE: AA.VV. Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Secretaría General de Ordenación del Territorio y Urbanismo. Diciembre de 2003.

Figura 44. Red viaria y servicios de transporte. POTAD. p 75FUENTE: AA.VV. Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Secretaría General de Ordenación del Territorio y Urbanismo. Diciembre de 2003.

Figura 45. Look at the bright side of life. Ben GoossensFUENTE: http://vi.sualize.us/bothoan/magritte/

Figura 46. Blanco y negro. Marta Eva LlameraFUENTE: http://photo.net/photodb/folder?folder_id=381311

Figura 47. HUELLA ECOLOGICA PLANETARIA FUENTE: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:World_map_of_countries_by_ecological_footprint.svg

PORTADA Y CONTRAPORTADA Imagen retocada por el autor sobre imagen aérea de Doñana. FUENTE: AA.VV. Doñana. Paisaje y poblamiento. Edificaciones en el Parque Nacional. Dirección General de Arquitectura y Vivienda. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla (1994).


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ANEXOS


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ANEXO 1Indicadores de la OCDE, 1991.


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FUENTE: CMA (2001a)


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Indicadores de HABITAT, 1999.


177

FUENTE: UNCHS (2000)


178

Indicadores de EUROSTAT, 2001.


179

FUENTE: Comisión de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, UNCSD (1996).


180

Indicadores de AEMA, 2004.


181

FUENTE: EEA (2004).


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ANEXO 2Índice de bienestar económico sostenible (ISEW)

Se evalúa mediante técnicas similares al Producto Interior Bruto (PIB), pero en lugar de contabilizar los bienes y servicios de la economía contabiliza de un lado el gasto de los consumidores, la utilidad aportada por el trabajo do-méstico y del otro, descuenta el coste de las externalidades asociadas a la polución y el consumo de recursos. Puede ser definido mediante la siguiente fórmula:

IBES = (CP + CC- CPS – CCS) + I + PD – ( dA + dNK)

Donde,CP es el consumo privado o personal (sin contar los gastos en seguridad).CC es el consumo o gasto público pero sin incluir los gastos militares y de seguridad.CPS y CCS son el consumo privado en seguridad y el gasto público o consumo colectivo en seguridad nacional.I es la formación bruta de capital o inversión.PD es el valor de los servicios producidos y consumidos en el propio hogar.dA y dNK son el coste de degradación ambiental y la depreciación del capital natural.

Índice de progreso genuino (GPI)

Se viene aplicando desde 1950 y amplía el marco de la contabilidad tradicional incluyendo al alza las inversio-nes netas de capital y las inversiones en trabajo con el fin de reflejar actividades no remuneradas por el mercado, como por ejemplo el trabajo doméstico no remunerado, el voluntariado y el cuidado de familiares. Asimismo, contabiliza a la baja los costes derivados de la degradación ambiental y la pérdida de recursos naturales, las desigualdades de renta, la deuda externa y la delincuencia.

Se considera un índice que tiene en cuenta valores ecológicos y el desarrollo sostenible como necesarios para el bienestar social. Fue diseñado para sustituir al criticado PIB y es similar al Índice de bienestar económico sostenible


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aunque incluye más variables.

Felicidad Nacional Bruta (FNB)

Se considera para medir el bienestar y la felicidad, parámetros alejados del PIB. Las dos medidas coinciden, sin embargo, en que valores subjetivos como el bienestar son más relevantes e importantes que los valores objetivos como el consumo. No puede ser medido directamente, pero sí los factores que lo alteran. La felicidad nacional bruta (FNB) o felicidad interior bruta (FIB) es un indicador que mide la calidad de vida en términos más holísticos y psico-lógicos que el producto interno bruto (PIB). El término fue propuesto por Jigme Singye Wangchuck, rey de Bután, en 1972 como respuesta a las críticas de la constante pobreza económica de su país. Este concepto se aplicaba a las peculiaridades de la economía de Bután.

El concepto principal de FNB se basa en la premisa de que el desarrollo de la sociedad se encuentra en la com-plementación del desarrollo material y espiritual, por ello sus cuatro pilares son: la promoción del desarrollo socioeco-nómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.

Huella ecológica (EF)

Definida por Wackernagel & Rees en 1996 como “el área de territorio productivo o ecosistema acuático necesa-ria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población definida con un nivel de vida específico, donde quiera que se encuentra esa área”. Es una medida indicadora de la demanda humana que se hace de los ecosistemas del planeta poniéndola en relación con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos. Representa el área productiva necesaria para generar los recursos necesarios y, además, para absorber los residuos producidos por cada población determina-da. Todo ello, en relación con su modo de vida. El objetivo fundamental al calcular las huellas ecológicas consiste en evaluar el impacto sobre el planeta y compararlo con la biocapacidad del planeta. En consecuencia, es un indicador


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sintético clave para evaluar la sostenibilidad.

El cálculo de la huella ecológica es complejo. Por ello, existen diversos métodos de estimación a partir del análisis de los recursos que una persona consume y de los residuos que produce. Desde un punto de vista general, en 2003 se estimó en 1,8 hectáreas la biocapacidad del planeta por cada habitante, o lo que es lo mismo, a cada uno de los más de seis mil millones de habitantes en el planeta, les corresponderían 1,8 hectáreas para satisfacer todas sus necesidades durante un año. Con los datos de 2005, el consumo medio por habitante y año es de 2,7 hectáreas, por lo que, en líneas generales, estamos consumiendo más recursos y generando más residuos de los que el planeta puede generar y admitir.

Figura 47. Huella ecológica planetaria, 2007. wikimedia commons

Las huellas ecológicas de las ciudades ya cubren virtualmente todo el planeta, y mientras los núcleos urba-nos aumentan su consumo, crece la competitividad por disponer de una mayor cantidad de recursos. Su expansión se está produciendo al mismo tiempo que la erosión de tierras fértiles, océanos y bosques. Debido a esta limitación, debemos reducir y circunscribir el efecto dramático que para la ecología ejercen los trazados urbanos.


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NOTAS


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NOTAS


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NOTAS

tfm final.pdf

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