tercera entrega simón bolívar

1
12 Recortar y coleccionar Entrega 3/12 de las páginas informativas que complementan a Próceres de Mi Tierra. Datos curiosos Patrocinan: José María Córdova Fuerza y valor de la Juventud Por: Demetrio Quintero Quintero Antioquia en la colonia era una región geográfica y políticamente aislada por encontrarse entre grandes ríos y su su- perficie montañosa y abrupta; escasos y tortuosos caminos, y una economía circunscrita a la minería y productos de pan coger. A esas características se ajustaron sus moradores: individuos recios, fuertes y audaces frente al me- dio que los rodeaba, individualistas y con gran sentido práctico para superar las dificultades. Los padres de José María Córdova Muñoz, don Crisanto y doña Pascuala, buscaron el bienestar de sus hijos tra- bajando duramente en la minería, y re- corrieron varios lugares con su familia: de Barbosa a Concepción, de Concepción a San Vicente y de San Vicente a Rione- gro. Don Crisanto fue alcalde y juez en Concepción, cargos públicos que en aquel tiempo se desempeñaban gratis. Desde muy joven, Córdova mostró un carácter dominante, que rápidamente supo dirigir al servicio de la causa libertaria. Cuando se supo en Antioquia que había nacido un movimiento por la indepen- dencia, algunos patriotas antioqueños se sumaron: representantes de los cabildos de Santa Fe de Antioquia, Medellín, Rionegro y Marinilla se reu- nieron en Santa Fe para formar Junta de Gobierno. No todos los antioqueños apoyaban la idea de la independencia y los realistas de Popayán querían atacar a esta provincia; por eso don Juan del Corral con mucho patriotismo y ener- gía aceptó ser Presidente Dictador de esta provincia; le ayudaron el sabio Cal- das y el coronel Manuel Serviez. En es entonces, José María Córdova dejó la escuela para entrar a la Acade- mia Militar que el sabio Francisco José de Caldas había instalado en Rionegro. Córdova apoyaba la independencia y quería ser soldado para conseguirla. Poco después se hizo apuntar en el ba- tallón que estaba entrenando Manuel Serviez para combatir a Sámano y ac- tuó como soldado patriota cuando ape- nas tenía 16 años en el combate del río Palo, cerca de Popayán. Luego se mos- tró igual de valiente en Casanare, Vene- zuela, y en toda la campaña que terminó con la victoria en Boyacá. Consciente del compromiso moral de independizar a Antioquia, en 1819 se vino de Honda a Rionegro; allí organi- zó el gobierno y reunió un ejército que derrotó al español Francisco Warleta en Chorrosblancos, cerca a Yarumal, el 12 de febrero de 1820. Y sin permitir descanso a los realistas que había de- rrotado, ordenó a su hermano Salvador que siguiera en su persecución por el bajo Cauca, por las sabanas de Corozal, Magangué y Bolívar hasta poner sitio a Cartagena, plaza que se tomaron el 10 de octubre de 1821, cuando se puede decir que se dio el punto final a la re- conquista española. Simón Bolívar y Francisco de Paula San- tander, conocedores de las dotes milita- res del antioqueño, lo estimularon man- dándolo para la campaña del Perú donde participó en batallas tan importantes, como las de Pichincha, Junín y Ayacucho. Córdova fue un hombre noble y jamás rencoroso: estando en la campaña del Perú, fue acusado por algunos actos de su ejercicio militar y llamado a respon- der ante un tribunal de Bogotá. No se excusó por estar tan lejos ni se discul- pó de lo que era acusado; emprendió el viaje y se presentó hasta ser absuelto de lo que se le acusaba. Otra faceta de su personalidad fue su cordialidad, espíritu generoso y con- quistador. Virtudes que no solo le sir- vieron en las filas militares, sino que, unidas a su presencia gallarda y victo- riosa, atraían a las jóvenes de los lu- gares que recorría. Entre sus grandes amores están Manuelita Morales, de Rionegro, y Ana Anderson, hija del cón- sul inglés en Bogotá. Las importantes misiones militares y de mando que se le encomendaron a pesar de su juventud, dotaron a Córdova de gran madurez para comprender el pa- pel del gobierno frente al pueblo que había logrado libertad e independencia. Por ello, cuando aparecieron en Bogotá partidos que querían hacer de Bolívar un rey o un Presidente que suprimía las ga- rantías que había logrado el pueblo con la independencia, Córdova se alzó con rebeldía para defender la democracia. Para alcanzar su propósito de impedir la tiranía sobre el pueblo colombiano dejó la comandancia de Popayán para dirigirse a Antioquia a organizar la oposición. En Rionegro convocó a los antioqueños a tomar las armas para en- frentar el batallón enviado de Bogotá a someterlo. Cuando supo que O´Leary se acercaba salió a su encuentro. En el sitio que hoy ocupa el municipio de El Santuario fue herido y luego fue ase- sinado; murió ofrendando su sangre y su vida por la democracia. Sin cumplir 30 años de edad, Córdova sentó cátedra al anteponer abierta- mente el interés general de la libertad, a pesar de la amistad y lealtad debida a su amigo y jefe, Simón Bolívar. La Historia siempre se ha preguntado los valiosos aportes que este héroe antio- queño pudo hacer a esos primeros años de vida republicana, de no haber sido truncada su vida tan tempranamente por manos “amigas”. José María Córdova representa mental y espiritualmente al antioqueño de fines del siglo XVIII. Fue un volcán fogoso en el que afloraron con vigor y fuerza la ambición, la agresividad, la genero- sidad, la valentía frente a los peligros, todo ello movido por el amor por la pa- tria hasta el sacrificio. En la galería de próceres de la Indepen- dencia sobresale por ser el antioqueño de más alta graduación en el escalafón militar de ese tiempo y por haber ocu- pado los más altos cargos, en la carre- ra militar y administrativos y políticos: General de División a los 24 años de edad; altos puestos de mando antes de cumplir 20 años, en los Llanos y en la Campaña Libertadora; encargado de misiones de gran significado, como la de dar libertad a Antioquia, continuar hacia la Costa y más tarde hacia la pro- vincia de Popayán; Comandante de An- tioquia y también de Popayán. Córdoba con “b” es un nombre común en los dominios hispanos de Europa y de América: desde el emirato de Cór- doba en España y la bella ciudad cru- zada por el Guadalquivir pasó a Méjico y a la Argentina. En Colombia existe el departamento de Córdoba y más de 40 sitios y po- blados con el mis- mo nombre, todos con “b”, entre ellos tres municipios en Bolívar, Nariño y Quindío. No hay ningún si- tio en nuestro país, según el Diccionario Geográfico del IGAC, llamado Córdova con “v”, que era la forma como se firmaba nuestro pró- cer antioque- ño. El aeropuerto internacional de Rionegro, recuerda el nombre del prócer y por eso se escribe con “v”. Otro tanto debería hacerse con el departamento y muchos de los sitios mencionados, pues fueron así nom- brados como homenaje al héroe (José María Córdova está en el escudo del departamento de Córdoba, constitui- do como tal en 1951, luego de sepa- rarse del departamento de Bolívar). Curiosamente el apellido escrito con la ortografía con que se firmaba José María Córdova se encuentra fuera de Colombia en Gonzalo Córdova, elegido presidente del Ecuador en 1924 y en Jorge Córdova, militar y político boli- viano, presidente de Bolivia en 1855. Cuatro municipios antioqueños con- memoran cada año las fechas más so- bresalientes en la vida de José Ma- ría Córdova, así: Concepción, el 8 de septiembre, día de su nacimiento; Ya- rumal, el 12 de febrero, recuerda su triunfo en Chorrosblancos; Rionegro celebra el 9 de diciembre el triunfo en Ayacucho, y en El Santuario se conmemora su muerte el 17 de octu- bre de cada año. Calles y avenidas de algunas ciuda- des llevan el nombre de Córdova; es el nombre oficial del Centro Adminis- trativo de Antioquia y Medellín, más conocido como “La Alpujarra”. Entre los monumentos más expresivos de Córdova están, la bella estatua en el parque Boston de Medellín; la que se levanta en su ciudad natal, Concep- ción; el bello monumento de Arenas Betancur, en Rionegro, y la estatua semiyacente, en el museo y lugar don- de fue asesinado en El Santuario. Toponimia *Córdova fue masón. Con San- tander, Sounlette, Páez, Hermó- genes Maza y demás altos oficia- les reunidos en los Llanos durante la Campaña Libertadora trabaja- ban intensamente en sus logias con el fin de crear conciencia de la libertad dentro de una gran república americana. Un autor afirma que fue el 8 de octubre de 1821 cuando se fundó en Rionegro la Logia La Concordia, por Pedro Acevedo Tejada, y que a esa logia pertenecieron José María Córdo- va y Liborio Mejía. *Chalán humillado. El 28 de di- ciembre de 1819, en Rionegro, con entusiasmo y alegría celebraba las fiestas navideñas y montado en su caballo llamado “El inca” exhibía sus dotes de gran chalán ante su novia Manuela Morales. De repen- te estalló un cohete, el caballo dio un salto inesperado y José María Córdova fue a dar al piso; el golpe lo produjo un golpe en la cabeza con trauma que lo tuvo en estado de coma durante varios días. *Córdova y Manuelita Sáenz. Eduardo Posada cuenta: “En el buque que lo condujo de Lima lo acompañaban Giraldo…y la célebre doña Manuela Sáenz. Aseguraba Giraldo que las impertinencias de esta señora y su manera de ser para con Córdova en la travesía fueron causa de algunos desaires de parte del general, todo lo cual motivó la enemistad que reinó des- pués entre los dos, y que tan fu- nesta fue, en el andar de los tiem- pos, al héroe de Ayacucho”. *Defendió a un periodista en Bo- gotá. En los días anteriores a la reunión de la convención de Oca- ña, 1828, Vicente Azuero se había dedicado a su tarea de escritor para su periódico El Conductor con franca oposición a la constitu- ción boliviana que habría de pre- sentarse a discusión en Ocaña, lo que ocasionó constantes amenazas contra su vida. Transitaba por la calle Florián, centro de Bogotá, y de repente le cayó encima el co- ronel venezolano José Bolívar, de gran estatura y complexión atléti- ca, recientemente incorporado al séquito del Libertador. Le fractu- ró la mano y lo golpeó fuertemen- te en el suelo hasta dejarlo ba- ñado en sangre. Apareció en ese momento el general José María Córdova quien, al ver aquello mon- tó en cólera y arremetió contra el salvaje agresor quien cobar- demente huyó del lugar. De este hecho nació la inquina de la oficia- lidad venezolana contra Córdova hasta su muerte. Hoy circula el figurín de José María Córdova y su ficha técnica, espera el próximo lunes, 21 de marzo, sus trajes intercambiales. Retrato de Córdova a los 18 años, pintado en Quito, 1822. Autor anónimo. Firma de Córdova. Nótese cómo escribía su apellido con “v”. Dibujo a lápiz por el maestro José María Espinoza. Quinta de Bolívar, Bogotá D.C. Retrato al óleo en el Museo Nacional de Bogotá. Autores: Constancio Franco, Julián Pubiano y José Montoya. Casa donde murió Córdova a manos de Ruperto Hand, en El Santuario, Antioquia. Encuéntrame hoy, y mis trajes el próximo lunes 21 de marzo. Retrato al óleo de Córdova como General de División. Autor: José María Espinoza. Museo 20 de julio, Bogotá D.C. Mural sobre la Batalla de El Santuario, por el maestro Claver Ramírez. Consejo municipal de El Santuario, Antioquia. Pinta aquí tu retrato de José María Cordova José María Córdova en la escultura del maestro Rodrigo Arenas Betancur, ubicada en el parque principal del municipio de Rionegro. Estatua en bronce por el escultor francés Jules de Chin, en el parque de Concepción, Antioquiq. Fue donada por el Ecuador y en la inscripción reza: “A la verdadera cuna de Córdova”.

Upload: alexander-hernandez

Post on 16-Mar-2016

241 views

Category:

Documents


4 download

DESCRIPTION

Tercera Entrega Simón Bolívar

TRANSCRIPT

Page 1: Tercera Entrega Simón Bolívar

12Re

cort

ar y

colec

cion

arEn

treg

a 3/

12 d

e la

s pá

gina

s in

form

ativ

as q

ue c

ompl

emen

tan

a Pr

ócer

es d

e M

i Tie

rra.

Datos curiosos

Patrocinan:

José María CórdovaFuerza y valor de la Juventud

Por: Demetrio Quintero Quintero Antioquia en la colonia era una región geográfica y políticamente aislada por encontrarse entre grandes ríos y su su-perficie montañosa y abrupta; escasos y tortuosos caminos, y una economía circunscrita a la minería y productos de pan coger. A esas características se ajustaron sus moradores: individuos recios, fuertes y audaces frente al me-dio que los rodeaba, individualistas y con gran sentido práctico para superar las dificultades.Los padres de José María Córdova Muñoz, don Crisanto y doña Pascuala, buscaron el bienestar de sus hijos tra-bajando duramente en la minería, y re-corrieron varios lugares con su familia: de Barbosa a Concepción, de Concepción a San Vicente y de San Vicente a Rione-gro. Don Crisanto fue alcalde y juez en Concepción, cargos públicos que en aquel tiempo se desempeñaban gratis. Desde muy joven, Córdova mostró un carácter dominante, que rápidamente supo dirigir al servicio de la causa libertaria. Cuando se supo en Antioquia que había nacido un movimiento por la indepen-dencia, algunos patriotas antioqueños se sumaron: representantes de los cabildos de Santa Fe de Antioquia, Medellín, Rionegro y Marinilla se reu-nieron en Santa Fe para formar Junta

de Gobierno. No todos los antioqueños apoyaban la idea de la independencia y los realistas de Popayán querían atacar a esta provincia; por eso don Juan del Corral con mucho patriotismo y ener-gía aceptó ser Presidente Dictador de esta provincia; le ayudaron el sabio Cal-das y el coronel Manuel Serviez.En es entonces, José María Córdova dejó la escuela para entrar a la Acade-mia Militar que el sabio Francisco José de Caldas había instalado en Rionegro. Córdova apoyaba la independencia y quería ser soldado para conseguirla. Poco después se hizo apuntar en el ba-tallón que estaba entrenando Manuel Serviez para combatir a Sámano y ac-tuó como soldado patriota cuando ape-nas tenía 16 años en el combate del río Palo, cerca de Popayán. Luego se mos-tró igual de valiente en Casanare, Vene-zuela, y en toda la campaña que terminó con la victoria en Boyacá.Consciente del compromiso moral de independizar a Antioquia, en 1819 se vino de Honda a Rionegro; allí organi-zó el gobierno y reunió un ejército que derrotó al español Francisco Warleta en Chorrosblancos, cerca a Yarumal, el 12 de febrero de 1820. Y sin permitir descanso a los realistas que había de-rrotado, ordenó a su hermano Salvador que siguiera en su persecución por el

bajo Cauca, por las sabanas de Corozal, Magangué y Bolívar hasta poner sitio a Cartagena, plaza que se tomaron el 10 de octubre de 1821, cuando se puede decir que se dio el punto final a la re-conquista española. Simón Bolívar y Francisco de Paula San-tander, conocedores de las dotes milita-res del antioqueño, lo estimularon man-dándolo para la campaña del Perú donde participó en batallas tan importantes, como las de Pichincha, Junín y Ayacucho.Córdova fue un hombre noble y jamás rencoroso: estando en la campaña del Perú, fue acusado por algunos actos de su ejercicio militar y llamado a respon-der ante un tribunal de Bogotá. No se excusó por estar tan lejos ni se discul-pó de lo que era acusado; emprendió el viaje y se presentó hasta ser absuelto de lo que se le acusaba.Otra faceta de su personalidad fue su cordialidad, espíritu generoso y con-quistador. Virtudes que no solo le sir-

vieron en las filas militares, sino que, unidas a su presencia gallarda y victo-riosa, atraían a las jóvenes de los lu-gares que recorría. Entre sus grandes amores están Manuelita Morales, de Rionegro, y Ana Anderson, hija del cón-sul inglés en Bogotá.Las importantes misiones militares y de mando que se le encomendaron a pesar de su juventud, dotaron a Córdova de gran madurez para comprender el pa-pel del gobierno frente al pueblo que había logrado libertad e independencia. Por ello, cuando aparecieron en Bogotá partidos que querían hacer de Bolívar un rey o un Presidente que suprimía las ga-rantías que había logrado el pueblo con la independencia, Córdova se alzó con rebeldía para defender la democracia.Para alcanzar su propósito de impedir la tiranía sobre el pueblo colombiano dejó la comandancia de Popayán para dirigirse a Antioquia a organizar la oposición. En Rionegro convocó a los antioqueños a tomar las armas para en-frentar el batallón enviado de Bogotá a someterlo. Cuando supo que O´Leary se acercaba salió a su encuentro. En el sitio que hoy ocupa el municipio de El Santuario fue herido y luego fue ase-sinado; murió ofrendando su sangre y su vida por la democracia.Sin cumplir 30 años de edad, Córdova sentó cátedra al anteponer abierta-mente el interés general de la libertad, a pesar de la amistad y lealtad debida a su amigo y jefe, Simón Bolívar. La Historia siempre se ha preguntado los valiosos aportes que este héroe antio-queño pudo hacer a esos primeros años de vida republicana, de no haber sido truncada su vida tan tempranamente por manos “amigas”.José María Córdova representa mental y espiritualmente al antioqueño de fines del siglo XVIII. Fue un volcán fogoso en el que afloraron con vigor y fuerza la ambición, la agresividad, la genero-sidad, la valentía frente a los peligros, todo ello movido por el amor por la pa-tria hasta el sacrificio. En la galería de próceres de la Indepen-dencia sobresale por ser el antioqueño de más alta graduación en el escalafón militar de ese tiempo y por haber ocu-pado los más altos cargos, en la carre-ra militar y administrativos y políticos: General de División a los 24 años de edad; altos puestos de mando antes de cumplir 20 años, en los Llanos y en la Campaña Libertadora; encargado de misiones de gran significado, como la de dar libertad a Antioquia, continuar hacia la Costa y más tarde hacia la pro-vincia de Popayán; Comandante de An-tioquia y también de Popayán.

Córdoba con “b” es un nombre común en los dominios hispanos de Europa y de América: desde el emirato de Cór-doba en España y la bella ciudad cru-zada por el Guadalquivir pasó a Méjico

y a la Argentina. En Colombia existe el departamento de Córdoba y más de 40 sitios y po-blados con el mis-

mo nombre, todos con “b”, entre ellos

tres municipios en Bolívar, Nariño y Quindío. No hay ningún si-tio en nuestro

país, según el Diccionario Geográfico del IGAC, l l a m a d o C ó r d o v a con “v”,

que era la forma como se firmaba

nuestro pró-cer antioque-ño. El aeropuerto internacional de Rionegro, sí recuerda el nombre del

prócer y por eso se escribe

con “v”.

Otro tanto debería hacerse con el departamento y muchos de los sitios mencionados, pues fueron así nom-brados como homenaje al héroe (José María Córdova está en el escudo del departamento de Córdoba, constitui-do como tal en 1951, luego de sepa-rarse del departamento de Bolívar). Curiosamente el apellido escrito con la ortografía con que se firmaba José María Córdova se encuentra fuera de Colombia en Gonzalo Córdova, elegido presidente del Ecuador en 1924 y en Jorge Córdova, militar y político boli-viano, presidente de Bolivia en 1855.Cuatro municipios antioqueños con-memoran cada año las fechas más so-bresalientes en la vida de José Ma-ría Córdova, así: Concepción, el 8 de septiembre, día de su nacimiento; Ya-rumal, el 12 de febrero, recuerda su triunfo en Chorrosblancos; Rionegro celebra el 9 de diciembre el triunfo en Ayacucho, y en El Santuario se conmemora su muerte el 17 de octu-bre de cada año.Calles y avenidas de algunas ciuda-des llevan el nombre de Córdova; es el nombre oficial del Centro Adminis-trativo de Antioquia y Medellín, más conocido como “La Alpujarra”. Entre los monumentos más expresivos de Córdova están, la bella estatua en el parque Boston de Medellín; la que se levanta en su ciudad natal, Concep-ción; el bello monumento de Arenas Betancur, en Rionegro, y la estatua semiyacente, en el museo y lugar don-de fue asesinado en El Santuario.

Toponimia

*Córdova fue masón. Con San-tander, Sounlette, Páez, Hermó-genes Maza y demás altos oficia-les reunidos en los Llanos durante la Campaña Libertadora trabaja-ban intensamente en sus logias con el fin de crear conciencia de la libertad dentro de una gran república americana. Un autor afirma que fue el 8 de octubre de 1821 cuando se fundó en Rionegro la Logia La Concordia, por Pedro Acevedo Tejada, y que a esa logia pertenecieron José María Córdo-va y Liborio Mejía.*Chalán humillado. El 28 de di-ciembre de 1819, en Rionegro, con entusiasmo y alegría celebraba las fiestas navideñas y montado en su caballo llamado “El inca” exhibía sus dotes de gran chalán ante su novia Manuela Morales. De repen-te estalló un cohete, el caballo dio un salto inesperado y José María Córdova fue a dar al piso; el golpe lo produjo un golpe en la cabeza con trauma que lo tuvo en estado de coma durante varios días.*Córdova y Manuelita Sáenz. Eduardo Posada cuenta: “En el buque que lo condujo de Lima lo acompañaban Giraldo…y la célebre doña Manuela Sáenz. Aseguraba Giraldo que las impertinencias de esta señora y su manera de ser

para con Córdova en la travesía fueron causa de algunos desaires de parte del general, todo lo cual motivó la enemistad que reinó des-pués entre los dos, y que tan fu-nesta fue, en el andar de los tiem-pos, al héroe de Ayacucho”.*Defendió a un periodista en Bo-gotá. En los días anteriores a la reunión de la convención de Oca-ña, 1828, Vicente Azuero se había dedicado a su tarea de escritor para su periódico El Conductor con franca oposición a la constitu-ción boliviana que habría de pre-sentarse a discusión en Ocaña, lo que ocasionó constantes amenazas contra su vida. Transitaba por la calle Florián, centro de Bogotá, y de repente le cayó encima el co-ronel venezolano José Bolívar, de gran estatura y complexión atléti-ca, recientemente incorporado al séquito del Libertador. Le fractu-ró la mano y lo golpeó fuertemen-te en el suelo hasta dejarlo ba-ñado en sangre. Apareció en ese momento el general José María Córdova quien, al ver aquello mon-tó en cólera y arremetió contra el salvaje agresor quien cobar-demente huyó del lugar. De este hecho nació la inquina de la oficia-lidad venezolana contra Córdova hasta su muerte.

Hoy circula el figurín de José María Córdova y su ficha técnica, espera el próximo lunes, 21 de marzo, sus trajes intercambiales.

Retrato de Córdova a los 18 años, pintado en Quito, 1822.

Autor anónimo.

Firma de Córdova. Nótese cómo escribía su apellido con “v”.

Dibujo a lápiz por el maestro José María Espinoza. Quinta de

Bolívar, Bogotá D.C.Retrato al óleo en el Museo Nacional de Bogotá. Autores:

Constancio Franco, Julián Pubiano y José Montoya.

Casa donde murió Córdova a manos de Ruperto

Hand, en El Santuario, Antioquia.

Encuéntrame hoy, y mis trajes el próximo lunes 21 de marzo.

Retrato al óleo de Córdova como General de División. Autor: José María Espinoza. Museo

20 de julio, Bogotá D.C.

Mural sobre la Batalla de El Santuario, por el maestro Claver Ramírez. Consejo municipal de El Santuario, Antioquia.

Pinta aquí tu retrato de José María Cordova

José María Córdova en la escultura del maestro Rodrigo Arenas Betancur, ubicada en el parque principal del municipio de Rionegro.

Estatua en bronce por el escultor francés Jules de Chin, en el parque de Concepción, Antioquiq. Fue donada por el Ecuador y en la inscripción reza: “A la verdadera cuna de Córdova”.