teoria comunidad pablo de marinis

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ESTE TRABAJO SE ENCUENTRA EN PRENSA. SERÁ PUBLICADO EN: Pablo de Marinis (comp.): Comunidad: estudios de teoría sociológica. Buenos Aires, Prometeo. La comunidad societal de Talcott Parsons, entre la pretensión científica y el compromiso normativista Pablo de Marinis “Deben evitarse simples dicotomías del tipo de comunidad y sociedad, tan sorprendentemente análoga a la dicotomía entre capitalismo y socialismo. Los intelectuales contemporáneos tienden angustiosamente a retornar a estadios primitivos de comunidad como remedio único para las enfermedades y males de la sociedad contemporánea”. Talcott Parsons (2009: 54) [1970] 1) Introducción Enfocando sobre el último tramo de la obra de Talcott Parsons, el presente artículo tiene el propósito de poner a prueba unas claves de lectura generadas y utilizadas en otros trabajos, orientados a comprender la obra teórica de algunos autores pertenecientes a la segunda generación de sociólogos clásicos. 1 En aquellos trabajos, el foco del interés investigativo había estado puesto específicamente en las elaboraciones realizadas por estos autores acerca de la idea-noción-concepto 2 de la comunidad. A contramano de buena parte de la bibliografía secundaria en el campo de la historia de la sociología, ha podido constatarse que la “comunidad” en la sociología clásica no sólo debería entenderse como un planteamiento nostálgico, ansioso por restituir un idílico y mítico pasado ya irremediablemente perdido. En efecto, para la sociología clásica (y, como veremos, no sólo para ella) la comunidad muestra además otras variadas facetas, que serán brevemente resumidas en el segundo apartado de este artículo. A continuación, en el tercer apartado, se entrará propiamente en tema, realizando un fuerte salto espacial, temporal y epistemológico por el cual se llegará a cierto tramo de la obra de Talcott Parsons. Habrá algunas incidentales menciones a la enorme importancia de este autor tanto para la historia de la sociología de todo el siglo XX como también para nuestro presente. Pero sobre todo interesará localizar, en el contexto de su vasta obra y en su específico momento epocal (los años ‘60 del pasado siglo), la emergencia y perfiles de un estratégico concepto: la “comunidad societal” (en adelante, CS). 1 A modo de ejemplo de estas claves de lectura véanse los diversos artículos que componen el número de marzo de 2010 de la revista Papeles del CEIC ( www.identidadcolectiva.es). Por ejemplo, Alvaro (2010) sobre Tönnies; Grondona (2010) sobre Durkheim; Haidar (2010), Torterola (2010) y de Marinis (2010b) sobre Weber. Sasín (2010) y Bialakowsky (2010), si bien también incluyen reflexiones sobre los clásicos, despliegan una mirada más extensa, que llega hasta autores más recientes. Véase también de Marinis (2010a) sobre Tönnies y la abundante bibliografía (tanto de los propios clásicos como secundaria) que en todos estos artículos se cita. 2 Resulta evidente que “idea”, “noción” y “concepto” remiten a niveles diferentes de entidad y consistencia de los fenómenos implicados. Por razones de espacio, no podrá desarrollarse aquí este asunto tan importante, que excede en mucho al mero preciosismo estilístico.

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SOCIOLOGÍA SITEMATICA

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  • ESTE TRABAJO SE ENCUENTRA EN PRENSA. SER PUBLICADO EN: Pablo de Marinis (comp.): Comunidad: estudios de teora sociolgica. Buenos Aires, Prometeo.

    La comunidad societal de Talcott Parsons, entre la pretensin cientfica y el compromiso normativista

    Pablo de Marinis

    Deben evitarse simples dicotomas del tipo de comunidad y sociedad, tan sorprendentemente anloga a la dicotoma entre capitalismo y socialismo. Los intelectuales contemporneos tienden angustiosamente a retornar a estadios primitivos de comunidad como remedio nico para las enfermedades y males de la sociedad contempornea.

    Talcott Parsons (2009: 54) [1970]

    1) Introduccin

    Enfocando sobre el ltimo tramo de la obra de Talcott Parsons, el presente artculo tiene el propsito de poner a prueba unas claves de lectura generadas y utilizadas en otros trabajos, orientados a comprender la obra terica de algunos autores pertenecientes a la segunda generacin de socilogos clsicos.1 En aquellos trabajos, el foco del inters investigativo haba estado puesto especficamente en las elaboraciones realizadas por estos autores acerca de la idea-nocin-concepto2 de la comunidad. A contramano de buena parte de la bibliografa secundaria en el campo de la historia de la sociologa, ha podido constatarse que la comunidad en la sociologa clsica no slo debera entenderse como un planteamiento nostlgico, ansioso por restituir un idlico y mtico pasado ya irremediablemente perdido. En efecto, para la sociologa clsica (y, como veremos, no slo para ella) la comunidad muestra adems otras variadas facetas, que sern brevemente resumidas en el segundo apartado de este artculo.

    A continuacin, en el tercer apartado, se entrar propiamente en tema, realizando un fuerte salto espacial, temporal y epistemolgico por el cual se llegar a cierto tramo de la obra de Talcott Parsons. Habr algunas incidentales menciones a la enorme importancia de este autor tanto para la historia de la sociologa de todo el siglo XX como tambin para nuestro presente. Pero sobre todo interesar localizar, en el contexto de su vasta obra y en su especfico momento epocal (los aos 60 del pasado siglo), la emergencia y perfiles de un estratgico concepto: la comunidad societal (en adelante, CS).

    1 A modo de ejemplo de estas claves de lectura vanse los diversos artculos que componen el nmero de marzo de 2010 de la revista Papeles del CEIC (www.identidadcolectiva.es). Por ejemplo, Alvaro (2010) sobre Tnnies; Grondona (2010) sobre Durkheim; Haidar (2010), Torterola (2010) y de Marinis (2010b) sobre Weber. Sasn (2010) y Bialakowsky (2010), si bien tambin incluyen reflexiones sobre los clsicos, despliegan una mirada ms extensa, que llega hasta autores ms recientes. Vase tambin de Marinis (2010a) sobre Tnnies y la abundante bibliografa (tanto de los propios clsicos como secundaria) que en todos estos artculos se cita.2 Resulta evidente que idea, nocin y concepto remiten a niveles diferentes de entidad y consistencia de los fenmenos implicados. Por razones de espacio, no podr desarrollarse aqu este asunto tan importante, que excede en mucho al mero preciosismo estilstico.

  • En un cuarto momento, se intentar aplicar a ese concepto parsoniano las mismas claves de lectura ya probadas en relacin a los clsicos. As, se detectar en qu medida en la CS parsoniana se encuentran presentes (o no) los registros de la comunidad que se haban verificado en aqullos. Como luego se ver, algunos de los viejos sentidos clsicos de la comunidad desaparecen mayormente en la obra parsoniana, mientras que otros se reconfiguran, cambiando sus contenidos y sus implicancias.

    En las conclusiones, finalmente, se resumir todo el recorrido realizado. Pero adems se plantearn algunos argumentos en los que, sintticamente, se sostendr que ni siquiera un autor como Parsons, uno de los ms fervientes cultores de una sociologa madura,3 logr desembarazarse de planteamientos de carcter ontolgico-normativista. As, sus elaboraciones acerca de la CS pueden entenderse no slo como un concepto analtico fundamental, sino tambin como un poderoso esfuerzo de autoconciencia de la racionalidad poltica keynesiana. Sin someter el concepto a una profunda historizacin, la potencialidad de su valor analtico puede verse comprometida, y de ese modo quizs quede reducido, apenas, al testimonio de un pasado (el presente de Parsons) con el que, para bien o para mal, ya no habremos de reencontrarnos jams.

    2) La sociologa clsica y sus variados registros de la comunidad

    Resulta un lugar comn en muchos trabajos sobre historia de la sociologa atribuirle en bloque a los socilogos clsicos una visin nostlgica de la comunidad perdida debido al avance arrollador de los procesos de modernizacin y racionalizacin social. Un versado historiador del pensamiento sociolgico clsico como Nisbet caracteriza el siglo XIX como grave transicin histrica (1996: 101).4 Debe admitirse que algo de cierto hay en ello. En el mismo sentido, Tnnies, uno de los autores ms detalladamente analizados por Nisbet, a finales del siglo XIX haba descrito el proceso de modernizacin-racionalizacin como una desintegracin incontenible en su progresivo avance (1947: 272).5

    Pero, con todo, si se carga excesivamente el nfasis en posiciones de esta ndole, toda la sociologa clsica del siglo XIX podra quedar reducida apenas a una mera sociologa del orden, una sociologa con la que simpatizan conservadores como Nisbet y a la que deploran otros autores, crticos o informados por el marxismo. As, si la sociologa clsica hubiera sido slo eso, no cabra otra opcin que entenderla apenas como un emprendimiento refutador -o, en el mejor de los casos, crtico interlocutor- del materialismo histrico, o como un temeroso observador de la ebullicin revolucionaria de las masas, o como ambas cosas a la vez. En suma, como una sociologa que simplemente se dedicara a rememorar con incontenible nostalgia los apacibles tiempos idos del mundo premoderno. En este trabajo se sostiene que esa mirada de la historia 3 En (1967) Parsons formul claramente sus crticas a la inmadurez de la sociologa de su tiempo. Este ensayo, escrito en 1949, apareci publicado el mismo ao en una compilacin de ensayos de su autora. La segunda edicin ampliada, de 1951, es la que fue traducida al castellano y es la que se cita aqu.4 Es precisamente Nisbet (y este libro suyo) a quien Parsons menciona en la cita del epgrafe inicial de este trabajo, como ejemplo prototpico de uno de esos intelectuales contemporneos que apelan a la vieja comunidad como antdoto frente a los males de la sociedad contempornea (2009: 54).5 Por supuesto, no es esto lo nico que Tnnies tuvo para decir acerca de la comunidad (la llave maestra de toda su sociologa), pero no es ste el lugar para demostrarlo. Otra vez, vase de Marinis (2010a) y, mucho ms profunda y extensamente, la tesis doctoral de Alvaro (2012), donde aparecen problematizadas las posiciones acerca de la comunidad no slo de Tnnies, sino tambin de Marx y de Weber.

  • de la sociologa contiene algunos elementos certeros, porque alguna evidencia puede hallarse en ese sentido en varios de los textos de los clsicos, pero en su conjunto ofrece una visin excesivamente sesgada y unilateral.

    La idea-nocin-concepto de comunidad ofrece una plataforma excelente sobre la cual poner a prueba todas estas cuestiones. Muy lejos de una posicin tan sesgadamente unidimensional, puede observarse en autores como Tnnies, Weber, Durkheim (en cierto modo tambin en Simmel y, antes de todos ellos, en Marx) una problematizacin terica acerca de la comunidad que, por lo menos, reviste las siguientes facetas, todas compleja y confusamente superpuestas:

    1) Una incorpora el concepto de comunidad como fundamental para la constitucin-fundacin de un discurso sociolgico formal, abstracto y con elevadas pretensiones de cientificidad (al menos, las pretensiones por entonces exigibles). Se trata de una contribucin para una especie de sociologa sistemtica o de sociologa pura que pretende describir la realidad tal cual es, aceptando con resignacin las duras realidades de la vida moderna. En este caso, la comunidad conforma un tipo ideal en la jerga weberiana, o un concepto normal en la perspectiva tnniesiana, al cual iban adheridas una serie de notas distintivas alrededor de significados tales como cohesin, comunin, autenticidad, permanencia, intimidad, naturalidad, fuerte sensacin subjetiva de pertenencia, intensidad emotiva, copresencia, etc. Estos conceptos tpico-ideales fueron especialmente diseados para servir a la comparacin con fenmenos empricos reales as como con otros tipos, dotados de otras y a menudo contrapuestas notas distintivas (eminentemente, la sociedad, caracterizada por significados muy otros: motivacin racional para la persecucin de intereses, artificialidad, artefactualidad, impersonalidad, frialdad, contractualismo, instrumentalidad, etc.).

    2) Otra apuntala este discurso sociolgico formal y vaciado de historia por medio de una consecuente narracin histrica, que supo tambin aunque no de manera exclusiva- llevar consigo una actitud en cierto modo nostlgica respecto del pasado comunal de la sociedad moderna. En este ejercicio, se vislumbra un esfuerzo por desplegar una especie de sociologa histrica que intenta comprender y explicar causalmente un presente moderno eminentemente societal, partiendo de la consideracin de un pasado comunal. De este modo, y en contraste con el sentido anterior (donde comunidad aparece como una de las opciones empricamente posibles en el presente), comunidad es lo que ya no somos, o lo que estamos dejando atrs, o lo que quizs ya hemos dejado de ser.

    3) La tercera problematizacin de la comunidad involucra una actitud de proyeccin utpica. Esto supone la utilizacin de este concepto como dispositivo terico-ideolgico que permite, por un lado, condenar un presente societal plagado de males y patologas (despersonalizacin, anomia, prdida de sentido, alienacin, etc.) al que condujeron los procesos de modernizacin; por otro lado, proyectar o esbozar los perfiles de un futuro comunitario (as sea fragmentario, acotado, excepcional, puntual, local, episdico) como posible salida del pozo ciego al que ha conducido la racionalizacin moderna. En este futuro deseable habran de reactualizarse, aunque adecuadamente reacondicionados y remozados, algunos de los viejos componentes de la vieja virtud comunitaria. En esta empresa, nuevamente, son instrumentos propios de la ciencia los que se disponen para apuntalar una suerte de imaginacin poltica. Esto no implica una ciencia inundada de valores, o meramente puesta al servicio de

    YoyResaltado

  • la propaganda ideolgica, sino una situacin en la que, de la mano de una demarcacin precisa de mbitos y de incumbencias, se aspiraba no obstante a establecer fructferas relaciones entre ambos campos de intervencin: la ciencia y la poltica, el saber y el poder, la razn y la pasin.

    Abundantes evidencias textuales tomadas de los propios autores podran presentarse aqu para apuntalar cada uno de estos registros de la comunidad, registros que -como ya se dijo y vale la pena volver a subrayar- en sus obras aparecen siempre entremezclados, superpuestos. Pero dado que no es ste el tema del presente trabajo, se remite simplemente a los textos citados en la nota nmero 1, que los abordan consecuentemente. En lo que sigue, se intentar en cambio aplicar esta misma grilla conceptual consistente en, por lo menos, estos tres registros de la comunidad, para el anlisis de un concepto tan nodal como relativamente poco estudiado de la obra parsoniana: la CS.6 Pero para ello ser necesario, primero, realizar una caracterizacin general del concepto, as como apuntar algunos de los problemas que necesariamente deja abiertos.

    3) Parsons y la comunidad societal

    Talcott Parsons fue, sin duda alguna, una de las figuras ms importantes de la historia de la sociologa del siglo XX. Esta es una afirmacin cuyo peso aumenta cuando se tiene en cuenta que la sociologa, como disciplina autnoma de conocimiento, no tiene siquiera dos siglos de existencia. Gracias a su tan peculiar como pionera lectura de los clsicos (sobre todo de Durkheim y Weber), contribuy al establecimiento del primer canon sociolgico, que tuvo una relativamente larga vigencia y que, aunque de manera parcial, an subsiste;7 realiz la primera gran sntesis terica, ambiciosa y compleja, sobre los sistemas sociales de accin;8 y lleg a alcanzar una posicin de relativa hegemona en el campo sociolgico, en las dcadas centrales del siglo pasado.9

    Por diversas razones, tanto internas como externas, entre los aos 60 y 70 del siglo pasado Parsons fue destronado del lugar de relativo privilegio que haba ocupado hasta entonces. En ello, jugaron un importante papel tanto sus propias debilidades, confusiones e inconsistencias intrnsecamente tericas como tambin arraigados prejuicios de carcter ideolgico (propios y de sus detractores), as como problemas histrico-coyunturales. Hasta tal punto esto sucedi as que hoy son muy pocos los que leen y discuten su obra, pese a que ella no slo marc el tono del debate sociolgico de

    6 Esta grilla conceptual comprende, por el momento, slo estos tres registros de la comunidad, dado que ellos son los nicos que han logrado sostenerse a travs de diversos ejercicios de reconstruccin conceptual de la obra de los clsicos de la sociologa, como los mencionados ms arriba. La tarea investigativa sigue su marcha, a los fines de revisar o ampliar este esquema analtico. Los diversos artculos que componen este libro (ms otros actualmente en curso) son una buena muestra de ello.7 En efecto, debemos principalmente a Parsons la incorporacin de Durkheim y Weber (aunque no de Marx) en los lugares ms destacados del panten de padres fundadores de la sociologa.8 Segn sostienen unos importantes conocedores de su obra, Parsons procur desarrollar un esquema conceptual exhaustivo y coherente que pudiera ser aplicado a toda sociedad y a cualquier poca histrica, y que diera cuenta de todos los aspectos de la organizacin social humana (Fox, Lidz y Bershady, 2005: 2).9 Vale aclarar que con esto no slo se est hablando de su pas, Estados Unidos. As, la obra de Parsons fue central, por ejemplo, para la constitucin de las sociologas cientficas de los aos 50 y 60 del siglo pasado en varias universidades latinoamericanas. Lo mismo vale para la reconstruccin de las sociologas europeas de la segunda posguerra mundial.

  • una poca completa, sino tambin de la que lo habra de suceder. Al respecto, tngase en cuenta que los ms importantes tericos de la sociologa de las dcadas finales del pasado siglo (Giddens, Habermas, Luhmann, por ejemplo) sintieron la obligacin de, al menos, ajustar cuentas con la obra parsoniana, lo cual fue especialmente notable durante la dcada del 80, en la cual tuvo lugar una suerte de rehabilitacin de la gran teora.10 Muy lejos de pretender sistematizar aqu una obra tan vasta como compleja,11 en este apartado se ofrecer apenas una somera aproximacin a un concepto clave, acuado tardamente por Parsons (la CS), y que pese a su centralidad ha sido asombrosamente poco discutido por la recepcin posterior (Sciortino, 2005: 111). Pero, para ello, habr que dar algunos breves rodeos, que ataen, primero, a la caracterizacin general de las etapas en las que se divide su obra; luego, al momento especfico en el cual introduce este novedoso concepto; finalmente, se avanzar en la caracterizacin del concepto mismo. Esta caracterizacin ser completada en el cuarto apartado del trabajo, analizando la CS parsoniana desde la grilla de los registros de la comunidad sintetizados en el segundo apartado.

    Hay cierto consenso en la parsonologa acerca de la identificacin de diversas etapas en su obra. La CS apareci casi al final de ese recorrido. Ms all de las novedades que cada etapa introdujo, son notables las continuidades que se expresan a lo largo de su produccin terica. Ellas fueron reconocidas por el propio Parsons en su autobiografa intelectual, en la que hizo referencia por ejemplo al problema del orden en la condicin humana, en general, y en el sistema social, en particular (1986: 70). Sobre la base de la evidente insatisfaccin que le causaba la solucin hobbesiana a este problema,12 en su primer gran libro (1971) [1937] se aboc a encontrar convergencias entre varios autores (sobre todo Weber, Durkheim, V. Pareto y A. Marshall) alrededor de la importancia de los factores normativos de la accin humana, en forma analticamente independiente de los intereses econmicos y polticos. El orden (social) es, entonces, un primer concepto clave que atraviesa toda su obra. Segundo: la racionalidad. En ello, Parsons mostr un marcado inters por analizar el papel y la naturaleza de los componentes racionales de la accin en relacin con aquellos que no deberan ser considerados como tales (1986: 73).

    Luego de las fases que se conocen como voluntarista y estructural-funcionalista,13 desde mediados de los aos 50 Parsons desarroll su famoso modelo AGIL (o

    10 A modo de ejemplo de la abundante bibliografa donde el alcance y el significado de esta rehabilitacin se discute, vase Zabludovsky (2002).11 Tres libros disponibles en castellano cumplen adecuadamente ese papel: Savage (1998), algunos captulos de Alexander (1989) y Almaraz (1981). Se advierte que, en los tres casos, no se trata de trabajos introductorios, y su lectura exige el conocimiento previo de los textos ms importantes de la propia bibliografa parsoniana. La literatura en ingls es, obviamente, ms abundante. A modo de ejemplo, Alexander (1983), Gerhardt (2002), o ms reciente y brevemente, los captulos introductorios de las compilaciones de Trevio (2001) y Fox, Lidz y Bershady (2005). Tambin resultan tiles -por su sinttica claridad pero a la vez por la rigurosidad conceptual con la que tratan a la obra parsoniana- los captulos II a IV de Joas y Knbl (2009). Como buenos exponentes de un cierto revival parsoniano luego de unos 20 aos de olvido prcticamente total, vanse tambin los trabajos reunidos en Holton y Turner (1986) y Robertson y Turner (eds.) (1991).12 En resumidas cuentas, para Parsons no hay orden social posible si los actores slo persiguen sus intereses instrumentales.13 El libro central de la primera etapa es (1971) y uno de los ms importantes de la segunda es (1988). Los ensayos compilados en (1967) muestran claramente la transicin de una etapa a la otra.

  • paradigma de las 4 funciones),14 donde incorporando sugerencias de la teora general de sistemas, afirma que todo sistema social, como cualquier sistema vivo, es un sistema abierto, involucrado en un proceso de intercambio (o en unas relaciones de inputs elementos que el sistema recibe- y outputs elementos que el sistema genera-) de informacin y energa con otros sistemas y sus ambientes.

    Este modelo se convirti en el marco conceptual para prcticamente todo lo que Parsons escribiera de all en ms. Segn l, todo sistema tiene que enfrentarse a cuatro desafos, problemas o exigencias. La letra A del AGIL corresponde a la adaptacin, orientada a satisfacer las exigencias situacionales externas. El sistema debe adaptarse a su entorno y hacer que su entorno se adapte a l. La adaptacin consiste en los procesos activos que generan nuevos recursos para el sistema (o asignan ms eficientemente los recursos disponibles entre los actores individuales y colectivos del sistema), de manera de poder asegurar nuevas capacidades para l. El organismo conductual (al que posteriormente llamara sistema conductual) es el especializado en el cumplimiento de esta funcin. La G corresponde al logro de metas (o Goal Attainment). Todo sistema debe definir y alcanzar unas metas primordiales en relacin a su ambiente. El logro de metas consiste en organizar las actividades de los actores en la forma de esfuerzos concertados, para alcanzar los cambios buscados. El sistema de la personalidad es el encargado de esta funcin. La I se relaciona con la integracin. Todo sistema debe regular la interrelacin entre sus partes integrantes, y lograr un ajuste mutuo entre las unidades del sistema, para garantizar la lealtad, la adhesin y la interdependencia entre ellas. Estos procesos comprenden, por ejemplo, mecanismos de control social, institucionalizacin de rdenes normativos y sistemas de estratificacin. Se podra decir que la integracin es la contrapartida de la adaptacin (que conecta al sistema con el ambiente exterior), en tanto atae a la organizacin del ambiente interno del sistema. La diferenciacin de unidades dentro del sistema requiere que se desarrollen mecanismos de integracin entre ellas que creen solidaridad y, mediante pautas generales, confronten los conflictos que inevitablemente surgen de esta diferenciacin. Esto est a cargo del sistema social.15 Finalmente, la L corresponde a la Latencia (o: Mantenimiento de Patrones y Manejo de Tensiones). Todo sistema debe mantener y renovar las pautas culturales que estn en la base de la motivacin de sus miembros. Aqu se trata de valores compartidos, que aseguran la adhesin a largo plazo de los principios bsicos de la accin. Socializacin y aculturacin son los principales procesos implicados aqu. Tiene que ver con la necesidad de formular y mantener la base de identidad del sistema, es decir, lo que es especfico de l, lo que lo distingue de su ambiente. Esta funcin es llevada a cabo por el sistema cultural.

    Al bajar un nivel en el anlisis, y al introducirse en la especificidad del sistema social16 aplicando el mismo modelo AGIL, los 4 subsistemas resultan ser ahora la 14 Para Almaraz, este modelo representa la definitiva formalizacin lgica de la estrategia de anlisis de Parsons (1981: 441).15 Para Parsons, el sistema social es el ncleo de los sistemas de accin humana, puesto que constituye el vnculo primordial entre la cultura y el individuo considerado a la vez como personalidad y como organismo (1976: 710-1). En esta afirmacin pueden verse entrelazados los 4 componentes del paradigma tetrafuncional.16 Para Parsons, sistema social no debe ser equiparado sin ms a sociedad. La sociedad es slo un tipo de sistema social, precisamente aquel que alcanza el nivel ms elevado de autosuficiencia en relacin a sus ambientes (1974a: 21). Autosuficiencia remite a la capacidad del sistema, lograda tanto a travs de su organizacin y recursos internos como de su acceso a las entradas que le ofrecen sus ambientes, para funcionar de manera autnoma con objeto de realizar su cultura normativa, es decir, sus normas y objetivos colectivos y, sobre todo, sus valores (1976: 712).

  • economa (A), la poltica (G), la comunidad societal (I), y el sistema fiduciario (L). Cada uno de estos subsistemas dispone de un medio que le es especfico, y que intercambia con sus ambientes, tanto intra como extrasociales. Estos medios son, respectivamente, el dinero, el poder, la influencia y los compromisos de valor.17

    Si bien obras anteriores ya venan preparando el terreno para ello, por ejemplo (1964), es recin en La Sociedad (1974a) [1966] donde el concepto de CS aparece por primera vez y de manera explcita, en el marco de su intento por delinear una perspectiva evolutiva y comparativa general que, partiendo de las sociedades primitivas y arcaicas, pudiera llegar a la comprensin de los perfiles actuales y posibles tendencias de desarrollo de las sociedades modernas.

    En resumidas cuentas, la CS es el ncleo estructural de la sociedad, su subsistema integrativo. En tanto sistema, es el orden normativo organizado dentro de un patrn, a travs del que se organiza colectivamente la vida de una poblacin. Como orden, contiene valores y normas diferenciadas y particularizadas, as como reglas, que requieren referencias culturales para resultar significativas y legtimas. Como colectividad, despliega un concepto organizado de membresa que establece una distincin entre los individuos que pertenecen o no a ella (1974a: 24).

    La propiedad ms importante de la CS es el tipo y nivel de solidaridad que en el sentido durkheimiano del trmino caracteriza las relaciones entre sus miembros (1976: 712). Solidaridad es entendida como el grado hasta el que (y las formas en que) es de esperar que el inters colectivo prevalezca sobre los intereses de sus miembros siempre que ambos entren en conflicto (ibdem).

    En suma, la CS se basa en un conjunto de normas compartidas en la interaccin cotidiana de sus miembros. Su funcin especfica es la de desarrollar estructuras que permitan la unidad y la armona interna de la sociedad como tal. Sostiene Almaraz que es como un programa que rige la accin de los miembros de una sociedad bajo el aspecto de su solidaridad como miembros de la misma (1981: 489). As, debe facilitar la sensacin de pertenencia. Justamente aqu pasa Parsons a localizar su solucin al problema hobbesiano del orden, problema que ya lo vena aquejando desde sus primeros trabajos. Al diferenciarse de la economa y de la administracin del poder, en la CS se institucionalizan formas de solidaridad social a travs de su medio especfico que es la influencia. As, la comunidad societal debe proveer marcos de juicio delimitados, que dejen pocas alternativas para la desviacin de la accin que ha sido socialmente sancionada de acuerdo a valores compartidos y deseados (Chernilo, 1999: 18-9).

    El concepto de la CS fue concebido por Parsons a un nivel de abstraccin tal que permitiese un amplio anlisis comparativo de diversos momentos o etapas en el marco del proceso general de la evolucin social. Pero es evidente que para su aplicacin al anlisis de la sociedad moderna tuvo que introducir consideraciones especficas. As, al considerar los procesos de cambio, que constituyen en su conjunto una evolucin

    17 En este trabajo se pondr el foco en la CS. Por eso, se remite a otros textos donde tambin los otros subsistemas del sistema social son convenientemente desplegados (Chernilo, 1999; Almaraz, 1981; y, obviamente, Parsons y Smelser, 1956). Para el anlisis especfico de cada uno de los medios de intercambio hay abundante bibliografa del propio Parsons (por ejemplo, 1963).

  • progresiva en direccin hacia la sociedad moderna,18 Parsons (1974b: 39) subraya la centralidad de cuatro de ellos: adems de los sociolgicamente ms convencionales conceptos de diferenciacin e inclusin, menciona el ascenso de adaptacin y la generalizacin de valores. Para los fines de este artculo, es indispensable hacer aunque sea una breve referencia a esta ltima.19

    Parsons afirma que la generalizacin de valores complementa a los otros tres procesos a fin de que las diversas unidades de la sociedad puedan lograr una legitimacin apropiada y modos de orientacin para sus nuevos patrones de accin (1974b: 40). Estos nuevos patrones emergen cuando la red de situaciones socialmente estructuradas se hace ms compleja, y as el mismo patrn de valores deber establecerse a un nivel de generalidad ms elevado, con el fin de asegurar la estabilidad social (ibdem).

    Para Parsons, en las especficas condiciones de la modernidad avanzada, la CS no podra sostenerse si no se asentara sobre la base del pluralismo. En efecto, en la sociedad moderna asistimos de hecho a la proliferacin y a la yuxtaposicin de una variedad de pluralismos: de intereses econmicos, de grupos polticos, en el plano cultural (lo cual incluye, de especial inters para Parsons, el pluralismo multidenominacional religioso), el pluralismo de disciplinas intelectuales, y el pluralismo tico (1976: 713). Pero para Parsons esto va mucho ms all de una mera constatacin de la realidad de la existencia del pluralismo moderno, fuertemente contrastante con el carcter comparativamente ms rgido y sencillo del orden premoderno. Esto es, que el pluralismo constituye para l prcticamente una respuesta a una exigencia funcional: las sociedades modernas han de ser plurales, o no habr orden, esto es, no habr sociedad.

    Es evidente que estos conceptos parsonianos ofrecen numerosos problemas, muestran abundantes puntos ciegos. En un trabajo sumamente sugerente, Girola (2010) explora el lugar que ocupan los conceptos de anomia e individualismo en las teoras parsonianas de la modernidad cultural. Para ello, retoma el problema de la generalizacin de los valores y lo conecta adecuadamente con el problema del pluralismo de las sociedades modernas. As sintetiza la intrincada argumentacin parsoniana: cuando una sociedad se complejiza, como es el caso de las sociedades modernas, los sectores, grupos y clases que la componen son mltiples y variados, as como diversos son sus intereses y los valores que los animan. Es por ello necesario que el marco valorativo sea cada vez ms incluyente a la vez que plural (2010: 38) (nuestro nfasis).

    De tal forma, en condiciones de modernidad avanzada, la CS requiere la consolidacin de una serie de valores bsicos, generales y abstractos. Al mismo tiempo, estos valores generales deben admitir, tolerar o al menos no deben interferir sobre la vigencia y validez de valores ms especficos, concretos y particulares, relativos a los diferentes grupos, sectores, estratos, organizaciones, instituciones en los que se encuentra dividida una sociedad o sistema social crecientemente diferenciado. A este panorama plural Girola lo describe con la plstica figura conceptual de reas de operacin normativa diversa (2010: 39), que hace pensable, por ejemplo, que en cierto espacio predominen orientaciones universalistas, y simultneamente en otros espacios, esquemas

    18 Las comillas en la palabra progresiva son del propio Parsons, y slo han servido para alimentar la interminable serie de discusiones que tuvieron lugar entre quienes consideraban a Parsons como un evolucionista lineal y quienes lo consideraban mucho ms cauteloso o moderado en ese aspecto.19 Para una explicacin detallada de los cuatro procesos vase Parsons (1974a, 40-49; 1974b, 39-41).

    YoyResaltado

  • particularistas, o que ambas orientaciones coexistan en el mismo espacio segn cules sean las relaciones de relevancia.20

    Parsons no deja de reconocer que esta situacin puede acarrear conflictos para los individuos y los subgrupos, que se vern de alguna manera confrontados con la exigencia de tramitar las tensiones que supone su lealtad simultnea tanto hacia la CS, en general, como hacia otras colectividades de ms bajo rango de las que tambin son miembros (1974b: 22). As, dado que el pasaje hacia un tipo moderno de sociedad supone un notable incremento en el pluralismo de papeles (ibdem), esto puede traer aparejado un importante problema de integracin para la comunidad societaria (1974b: 23). Ms all de que, con ello, Parsons realiza una concesin importante en el marco de una teora que pone el mayor de sus nfasis en los aspectos integrativos y consensuales de los sistemas sociales, no parece ser mucho ms lo que est dispuesto a decir al respecto.21

    No cabe duda de que la comunidad es un concepto con una fuerte carga semntica que invariablemente ha denotado proximidad, intimidad, unin, cohesin y recalentamiento del lazo social, y as lo fue ya tambin para los clsicos de la sociologa en los que, a su peculiar manera, tambin abrev Parsons. No parece forzoso pensar que, en su novedosa articulacin del sustantivo comunidad con el adjetivo societal, Parsons haya procurado romper uno de los dualismos conceptuales22 que, de Tnnies en adelante, ms larga carrera ha hecho en la historia de la teora sociolgica: Gemeinschaft-Gesellschaft, o comunidad-sociedad. Todo esto a los fines de subrayar la importancia de lo comunitario que persiste, pervive o late en lo societal moderno (e incluso lo sostiene) o, al revs, el influjo que lo societal puede ejercer incluso en las esferas ms ntimas, personales y privadas de los individuos. Dicho de otro modo, este concepto de la CS permitira romper tanto con la nostlgica obsesin por la comunidad perdida como con las imgenes unilaterales de una racionalizacin imparable que no dejara espacio alguno para el cultivo de la intimidad o de la intensidad afectiva.

    Con todo, compartimos con Girola la afirmacin de que Parsons pinta un cuadro excesivamente armonioso de la sociedad contempornea (2010: 66).23 La imagen de una sociedad como compuesta por numerosas y plurales esferas de sociabilidad que exigen de los individuos lealtades y compromisos valorativos, que demandan de ellos sacrificios al tiempo que les garantizan libertades, que sirven a la persecucin instrumental de los intereses pero que tambin les ofrecen espacios de refugio, de afectividad e intimidad, conserva bastante de la imagen durkheimiana de la democracia, el asociacionismo moderno y la moral cvica (que en sus Lecciones de Sociologa aparece con particular claridad), o de la imagen tocquevilliana donde aparece realzado el papel de las asociaciones intermedias en el marco de un juego de pesos 20 Subyace a toda esta argumentacin la conocida arquitectura conceptual parsoniana de las variables pautas (pattern variables), y dentro de ellas en particular la que se refiere a la polaridad universalismo-particularismo. Sobre este importante tema se volver ms abajo.21 En este mismo libro, vase el trabajo de Sadrinas, que problematiza en detalle las ambivalencias del pensamiento parsoniano en torno a los aspectos incluyentes y excluyentes de la CS.22 Oposiciones metafsicas, llama a menudo Alvaro (2011) a este tipo de dualismos conceptuales.23 La mayora de los crticos de Parsons, desde los llamados tericos del conflicto, Mills, Gouldner hasta autores ms recientes, ha sostenido exactamente lo mismo. Pero los argumentos de Girola son mucho ms sutiles y balanceados, y as pretendemos que sean los nuestros. Quizs esto nos resulte posible por el mero hecho de estar localizados en una poca en la cual buena parte de las pasiones antiparsonianas se ha mayormente apagado, y cuando el hacer lea de un rbol que evidentemente se ha cado se nos representa como un ejercicio que carece absolutamente de atractivo.

  • y contrapesos entre los intereses individuales y el creciente poder del Estado.24 Las conceptualizaciones parsonianas acerca de la CS ofrecen tambin una evocacin del conocido tema weberiano de la fragmentacin moderna de las esferas de valor y de la Eigengesetzlichkeit (la propia legalidad) de cada una de ellas. Pero, en todos los casos, se termina desembocando en una posicin que, otra vez segn Girola, lo muestra a Parsons como menos crtico y escptico que sus maestros (2010: 67). Pues en la CS parsoniana no parece haber demasiado espacio ni para prdidas de sentido, ni para despersonalizacin, ni para alienacin, ni para formas anmicas de un individualismo exacerbado, ni para desbordes de la cultura objetiva sobre la subjetiva, elementos todos infaltables en los diagnsticos sociolgicos clsicos de la modernidad, y que no sera forzado esperar de una posicin que llega incluso a reconocer la existencia de reas de operacin normativa diversa.

    4) La comunidad societal revisitada. (O: qu tan comunitaria es la comunidad societal parsoniana?)

    Todas las cuestiones hasta aqu planteadas se retomarn en lo que sigue, cuando de manera explcita habrn de recuperarse para la consideracin de la CS parsoniana las claves de lectura que en otros trabajos se han utilizado para la lectura de los clsicos de la sociologa, y que se han sintetizado en el segundo apartado de este trabajo. En un primer momento, se analizar si la CS puede ser tambin entendida como un tipo histrico (4.1). Luego, se intentar comprender si constituye o no un tipo ideal (4.2). Finalmente, se considerarn los componentes utpicos y normativos que el concepto involucra (4.3). Vale la pena subrayar que estos tres aspectos constituyen distinciones de carcter meramente analtico. De tal forma, las evidencias textuales tomadas tanto de la obra del autor como de sus comentaristas, y que sern utilizadas para sostener estas hiptesis, podrn servir simultneamente a diferentes propsitos.

    4.1) Comunidad societal, historia, evolucin

    Comunidad es lo antiguo y sociedad lo nuevo, como cosa y nombre, sostena Ferdinand Tnnies en 1887 (1947: 21), entre muchas otras afirmaciones que realiz en su pionero libro acerca de la comunidad, acerca de la sociedad, y sobre todo acerca de la oposicin polar entre ambas. Nada parecido a esto puede encontrarse en la obra parsoniana, y mucho menos an en relacin al concepto que aqu nos ocupa, la CS. En efecto, el fuerte sentido secuencial-histrico de la polaridad conceptual comunidad-sociedad, presente al menos en una parte del pensamiento sociolgico clsico, resulta mayormente desdibujado en la CS de Parsons. Por eso no hay en l una concepcin de la comunidad como lo meramente sido ni tampoco como antecedente de lo que es la sociedad moderna. As, la CS parsoniana no es directamente asimilable a una poca histrica especfica, sino que es el substrato bsico de solidaridad e integracin de los ms diversos sistemas sociales, en las ms diversas constelaciones histricas. Es por

    24 Parsons fue uno de los primeros autores estadounidenses en efectuar una cuidadosa recepcin de la obra del socilogo francs, y esto ya se hizo patente desde (1971) [1937]. En su autobiografa intelectual (2009) reconoce la fuerte deuda que mantuvo con Durkheim a lo largo de toda su vida. Y, finalmente, en la fase de su obra que aqu ms nos interesa, se producen las ms intensas reelaboraciones, en especial de la nocin de solidaridad social, estratgica para acuar su concepto de la CS (vanse, por ejemplo, las voces Sistema social y Emile Durkheim en 1976 [1968]). Tiryakian (2000) reconstruye acabadamente la recepcin completa de la obra durkheimiana por parte de Parsons. Las relaciones de Parsons con Tocqueville, en cambio, han sido mucho menos problematizadas. En Henao (1990) hay algunas incidentales referencias al respecto.

  • eso que Parsons puede hacer referencia tanto a la CS griega, como a la de la ciudad medieval, como a la CS estadounidense moderna. Todo esto no quita que, en la misma veta abierta por los clsicos, la consideracin que hizo Parsons acerca de remotos pasados haya estado estrictamente puesta al servicio de la (auto)comprensin de la modernidad.

    Frente a las fuertes acusaciones de ahistoricidad y abusiva abstraccin que le realizaron numerosos crticos, cabe aqu subrayar que efectivamente la historia y la evolucin social han sido objeto especfico de reflexin de este autor, aunque quizs no en la forma que pudiese agradar a estos crticos, abonados a otras teoras del cambio social. Precisamente en la fase de su obra que aqu mayormente nos interesa, Parsons desarroll una completa teora de la evolucin social, en la cual despleg unas conceptualizaciones que pretendieron dar cuenta de un conjunto extenso de transiciones epocales, suministrando herramientas tericas de cuo ciberntico para un anlisis evolutivo y comparativo de pautas institucionales en un marco histrico extenso. En textos tales como 1964, 1974a y 1974b esta intencin se expresa con la mayor elocuencia.25 Los procesos mencionados ms arriba (diferenciacin, inclusin, ascenso de adaptacin y generalizacin de valores) son los que estn en la base de (y sirven para explicar) todas estas transiciones evolutivas.

    Para reforzar el argumento, esta seccin se cerrar haciendo una referencia a las famosas variables pauta parsonianas. El punto de partida de Parsons para la elaboracin de estas variables pauta fue la ya mencionada dicotoma Gemeinschaft-Gesellschaft que acu Tnnies y que luego habra de hacer una larga carrera. Si bien fueron concebidas en una etapa de la obra parsoniana anterior a la que ms interesa aqu,26 y si bien no pueden ser directamente relacionadas con los problemas que plantea la CS, parece relevante mencionarlas porque en ellas se revela el esfuerzo por conectar las abstractas categoras estructural-funcionales con intereses empricos de anlisis histrico.

    Mediante la elaboracin de estos pares de conceptos (afectividad-neutralidad afectiva; orientacin hacia s mismo-orientacin hacia la colectividad; universalismo-particularismo; adscripcin-logro; especificidad-difusividad) Parsons pretendi varias cosas a la vez: identificar disyuntivas concretas y ante las que los actores deben enfrentarse al elegir sus cursos de accin, es decir, al nivel concreto de la experiencia comn, en la medida en que la conducta concreta implica elecciones implcitas o explcitas (Almaraz, 1981: 289), pero tambin se encuentran en ellas articulaciones importantes con los sistemas de la personalidad, la sociedad y la cultura. En efecto, respectivamente, en las variables pauta se expresan tanto disposiciones de necesidad inscritas en el sistema de la personalidad de los actores, como definiciones

    25 Habiendo ya sentado algunas bases tericas en (1964), al presentar su concepto de universales evolutivos, el recorrido de (1974a) comienza con las llamadas sociedades arcaicas y finaliza considerando las sociedades de semillero (Israel y Grecia). La consideracin de la sociedad moderna, y de sus fundamentos premodernos, se realiza en otro libro, concebido como continuacin del anterior (1974b). Esta fase de la obra parsoniana est magnficamente sintetizada en Trevio (2001: xlix-lii), as como por Fox, Lidz y Bershady (2005: 13-15). Cf. la interesante apropiacin de los universales evolutivos parsonianos que desarrolla Mouzelis (1999), para desarrollar una teora no eurocntrica de la modernidad, ms sensible que Parsons para la identificacin de variantes de modernidad. En versin revisada, este trabajo fue posteriormente republicado en Mouzelis (2008).26 En efecto, un primer desarrollo completo de las variables-pauta aparece en la fase estructural-funcional de la obra parsoniana. Vase, sobre todo, Parsons (1988).

  • institucionales de roles (que, como se sabe, corresponden al sistema social), as como reglas de legitimacin y orientacin propias del sistema cultural. Al volcarse hacia uno u otro de los polos de estos pares dicotmicos, en el contexto de sus inter-acciones, los actores ponen en juego la interdependencia y la interpenetracin de estos sistemas.

    Pero lo que interesa subrayar respecto de las variables pauta no es slo la evidente intencin analtica de Parsons, sino el registro histrico que tambin est implicado en ellas. As, Parsons tiende a visualizar algunos de los polos de las variables pautas como tpicamente modernos (por ejemplo, los compradores se relacionan con los vendedores de mercancas siguiendo, de manera predominante, orientaciones afectivamente neutrales), y otros como tpicamente premodernos (por caso, la preponderancia del elemento adscripto por sobre los logros). Pero las cosas no son tan sencillamente esquemticas, y en ello vuelve a tallar fuerte la alta diferenciacin de espacios normativos que es propia de las sociedades modernas, as como los diferentes niveles de anlisis implicados. As, se vuelve perfectamente posible que los afectos resulten prevalecientes en las relaciones de intimidad, y que esto pueda muy bien coexistir con la persecucin racional de intereses en las acciones pblicas (si se las quiere llamar as) de los actores. Resumiendo: para algunos de los exponentes de la sociologa clsica (en especial Tnnies y Weber, aunque slo sea en parte de la obra de ellos), instalados firmemente en el contexto epocal de la modernidad y aspirando a constituir una suerte de autocomprensin de la misma, comunidad parece referirse al pasado premoderno de las sociedades tradicionales; por el contrario, el concepto parsoniano de la CS est dotado de un nivel de generalidad y abstraccin tal que impide su utilizacin para hacer referencia estricta a un momento histrico determinado. Y esto puede afirmarse incluso cuando Parsons, como se ha intentado demostrar, ha puesto tambin en juego importantes teorizaciones acerca del cambio evolutivo de las sociedades.27

    4.2) La comunidad societal como tipo-ideal?

    Sabido es que adems de constituir un tipo histrico, para la sociologa clsica la comunidad haba sido a la vez un tipo ideal y, en tanto tal, un constructo ficcional, ahistrico y abstracto, pero que -como cualquier tipo ideal- estaba especialmente puesto al servicio del anlisis histrico-emprico. En qu sentido puede decirse que esto mismo vuelve a manifestarse en el caso del concepto de la CS parsoniana? Para responder este interrogante ser necesario realizar algunos rodeos argumentativos, por los que se llegar a sostener que el sentido ideal-tpico de la comunidad en los clsicos resulta fuertemente reconfigurado en la CS de Parsons.

    As, por un lado, pareciera no haber en este autor relaciones tpicas de comunidad, con todas las notas distintivas que a ella iban asociadas, por ejemplo en Tnnies o en Weber (comunin, cohesin, afectividad, intimidad, etc.). As, para l, todas las relaciones interindividuales (o inter-acciones) son connotadas simplemente como relaciones sociales. Y la CS se pretende instalar en un nivel muy diferente que el tipo ideal weberiano o el concepto normal tnniesiano, esto es, no precisamente en el nivel emprico-descriptivo de las relaciones interindividuales sino en el nivel analtico para

    27 Sobre las tensiones entre cambio y evolucin en la etapa del pensamiento parsoniano que aqu ms nos interesa vase el trabajo de Pags y Rub en este mismo libro.

  • caracterizar a un subsistema del sistema social, justamente al subsistema encargado de la funcin de la integracin. Ms an, el nombre del propio concepto (comunidad societal), que en realidad articula dos conceptos sociolgicos fundamentales, expresa el intento de romper con (o de ir ms all de) la clsica distincin dicotmica comunidad-sociedad, como ya se apunt ms arriba. As lo afirma expresamente el propio Parsons,28 y as lo reconocen varios de sus comentaristas.29

    Por otro lado, no parece ser casual que para designar el subsistema integrativo del sistema social, Parsons haya recurrido a este sustantivo (comunidad) que a travs de la historia del pensamiento social (y no slo de la sociologa) ha experimentado tal carga semntica. Esta afirmacin se mantiene en pie aunque el sustantivo lleve anexado el adjetivo societal. As, es indudable que en la CS persiste algo del sentido tan claramente subrayado por Weber como propio de las relaciones de Vergemeinschaftung, esto es, la sensacin subjetiva (por el lado de los partcipes) de conformar un todo, de formar parte constitutiva de un colectivo, de un nosotros que se distingue de otros nosotros. Sin embargo, en el caso de la CS, la inmersin en el colectivo parece tambin incluir un componente voluntario, activo, de adhesin consciente, racional y deliberada, y no tanto esa sensacin de fusin colectiva, de intensa afectividad y naturalidad, de ribetes tan romnticos, y que es propia de la versin alemana de la Gemeinschaft. As, la comunidad societal en la versin parsoniana (de tonalidad tan anglosajona, por cierto), parece incluir mucho ms los rasgos de una sobria civil society y de una mesurada esfera cvica con rasgos individualistas, contractuales y liberales, que de la tormentosa y bullente comunidad primordialista, esencialista, culturalista, y tan cercana a nociones de sangre y suelo, que suele aparecer invariablemente -con la sola excepcin de Plessner (2002)- en el pensamiento alemn sobre la comunidad.30

    Retomando lo planteado ms arriba, debe recordarse que los resquemores de Parsons respecto de esta famosa distincin, polaridad o antinomia entre comunidad-sociedad ya se haban empezado a manifestar muy temprano. En 1937 ya haba elaborado unas notas sobre comunidad y sociedad (1971: 836-846) en las que expres sus reparos por la forma polar que asumieron estos conceptos en la obra tnniesiana y que, segn l, se habra prolongado, aunque modificada, en la obra weberiana. Tambin en este contexto deben volver a mencionarse las variables-pauta, para cuya elaboracin Parsons tambin abrev crticamente en la obra de Tnnies, como ya se ha dicho, aunque rompiendo con el sentido secuencial-histrico que, se sabe, es central (aunque no de manera exclusiva) en el fundador de la sociologa alemana.

    Por razones de espacio, no podr reconstruirse el recorrido completo de los reparos que plante Parsons ante la famosa dupla sociolgica Gemeinschaft-Gesellschaft, pero se citar un pasaje de un texto que constituye un interesante punto de llegada de su reflexin. Se trata de un manuscrito publicado pstumamente, cuya escritura se vio

    28 Vase, por ejemplo, la cita que se ha colocado como epgrafe al comienzo de este artculo.29 Por ejemplo Sciortino (2010: 243).30 El importante problema de las diferentes semnticas de la comunidad implicadas en diferentes contextos de produccin cultural, aunque ya mencionado incidentalmente en otros trabajos del autor de este artculo, merece un anlisis detallado sobre el que lamentablemente no puede avanzarse aqu. Vanse los trabajos de Grondona, Haidar y Torterola, en este libro, que avanzan en parte en esa direccin al abordar, entre otros temas, el pensamiento de la comunidad de la Escuela de Chicago de Sociologa y sus antecedentes del pragmatismo estadounidense. Numerosas sugerencias para el anlisis de las diversas semnticas de la comunidad pueden hallarse en el - tan breve como profundo - trabajo de Honneth (1999).

  • interrumpida por su muerte, en 1979,31 y donde Parsons lleg a afirmar lo siguiente: Gemeinschaft y Gesellschaft tienen una utilidad analtica limitada, no slo () porque esas categoras toman como unidas entre s variables sobre las que, de hecho, puede demostrarse que varan independientemente, sino porque no constituyen en absoluto una genuina polaridad antittica. Una no es la anttesis de la otra, sino que ambas se posicionan en una relacin ortogonal (Parsons, 2007: 87; traduccin PdM).

    La relacin ortogonal entre comunidad y sociedad es apenas postulada pero lamentablemente no resulta profundizada de manera explcita por el propio Parsons. Quizs haya sido slo una metfora til a los fines de rechazar el carcter de anttesis polar de comunidad-sociedad. La variacin independiente de las dos variables podra sugerir que en Parsons, a contramano de muchos relatos sociolgicos clsicos, no sera correcto afirmar que a ms sociedad menos comunidad, y viceversa. Comunidad y sociedad, entonces, no se derivan una de la otra, en el sentido de representar una secuencia histrica donde una surge sobre las ruinas o como consecuencia de la disolucin de la otra. Desde luego, queda pendiente elucidar qu tipo de espacio o de plano es el que estn dibujando estos dos vectores al relacionarse ortogonalmente. Quizs se trate, sin ms, del espacio abstracto de la socialidad, en el cual cada uno de los infinitos puntos que lo integran contiene, en proporciones diversas, componentes de uno y otro vector, y resultan de proyecciones de diferente longitud. Esto podra estar relacionado con lo apuntado ms arriba en trminos de las reas de operacin normativa diversa. Segn cul sea la localizacin o, mejor dicho, la proyeccin de cada punto respecto de los respectivos vectores ser posible identificar mayor o menor presencia de rasgos tpicos de cada uno.32

    4.3) La comunidad societal como utopa keynesiana de integracin

    El argumento que se verter en esta seccin puede resumirse como sigue: en la CS parsoniana, el sentido utpico de la comunidad tal como apareciera en los autores clsicos permanece presente, aunque sus contenidos resultan fuertemente reconfigurados. Esto se debe, sobre todo, a que se halla bajo el paraguas de una racionalidad poltica diferente (keynesianismo) a la que haba alojado al pensamiento de aqullos o, mejor dicho, de la que fueron crticos interlocutores (liberalismo). Formulado esquemticamente: la moralizacin de un mercado desgarrado por el conflicto de clases que haba ambicionado Durkheim, o la contencin del avance de la burocracia a travs de la emergencia de un liderazgo poltico a la vez fuerte y responsable propuesta por Weber, o la rehabilitacin de la virtud comunitaria en clave postsocietal postulada por Tnnies, medio siglo despus ceder su paso en Parsons a una posicin diferente, aunque tambin dotada de una fuerte impronta utopista. Ella estaba movida por unos deseos incontenibles de ampliacin de las esferas de la ciudadana social, en el contexto de un esquema balanceado que sin frenar los avances del proceso de la diferenciacin funcional (y sin dificultar la optimizacin de los rendimientos especficos de aquello que se diferencia) a la vez no bloquee el

    31 Dormido en los cajones del archivo de la Universidad de Harvard, gracias a la tarea editorial de Sciortino, recin en 2007 pudo ver finalmente la luz.32 Es evidente que estas afirmaciones requieren de mayores profundizaciones sobre las que lamentablemente no se podr avanzar ahora. Es de esperarse que su ausencia no afecte los propsitos de este artculo. Son de agradecer las ilustrativas explicaciones de Ferdinand Simonowicz (en comunicaciones personales con el autor de este trabajo) sobre el significado de las proyecciones ortogonales en fsica y matemtica.

  • despliegue de la individualidad o limite las esferas de libertad personal. Todo esto deber demostrarse a continuacin.

    Ms an que en las partes previas de este trabajo, ser necesario aqu subrayar con particular nfasis el contexto histrico-social y poltico donde las conceptualizaciones parsonianas sobre la CS tuvieron lugar: los EE.UU. en los aos 60 del siglo XX, lo cual remite a dos rdenes de fenmenos, tanto internos como externos a esa sociedad. Por el costado interno, se asiste a un escenario de profunda conflictividad: luchas por los derechos civiles, pobreza tnicamente sesgada y ghettificacin, revueltas estudiantiles, inconformismo moral y generacional, secuelas del macartismo, Vietnam, etc. Por el lado externo, las fuertes tensiones polticas y armamentsticas derivadas de la Guerra Fra entre el mundo libre (a cuya cabeza se localizaban y an pretenden seguir localizndose los EE.UU.) y los pases detrs de la Cortina de Hierro.

    Frente a todo esto, Parsons, un optimista verdaderamente incurable, no da el brazo a torcer en lo referente a uno de sus supuestos fundamentales, presente ya desde sus obras ms tempranas: la realidad y la posibilidad de la existencia de un orden asentado en un consenso en torno a unos valores compartidos y autnomamente asumidos por los actores, tanto en lo referente a un orden domstico como en los parmetros que podran regir las relaciones internacionales. Y si tanto en lo interno como en lo externo arreciaban las evidencias contra la existencia real de ese orden, Parsons opta ms bien por redoblar la apuesta: in the long run, justicia social e integracin habran de constituir un crculo virtuoso, en especial en su propio pas.33

    Alguna evidencia trata de aportar para ello. Un buen ejemplo viene dado por su conocido ensayo Full citizenship for the Negro American? (1965), donde describe en una larga y entreverada exposicin histrica y conceptual los sucesivos avances realizados en la integracin de los diversos grupos en la CS estadounidense y, sobre todo, apunta las tareas an tristemente pendientes en referencia a las poblaciones negras.

    Precisamente en este contexto se inserta la intensa relectura de Durkheim que realiza Parsons, en la cual recupera el viejo tpico sociolgico de las formas de la solidaridad social. As, para l, el aspecto mecnico de la solidaridad viene garantizado por la ciudadana en el sentido de T.H. Marshall, es decir, incluyendo tambin aspectos sociales, un suelo bajo el cual se supone ninguna categora de personas debe caer (1974b: 140). En ello, todos somos segmentos. La solidaridad orgnica, a su vez, revela facetas mucho ms problemticas, como tambin lo eran para Durkheim, puesto que se trata de cohesionar todo aquello profundamente diferenciado en roles, y la diferenciacin de espacios normativos que ello trae consigo.

    El modelo estratificado y secuencial de la ciudadana de Marshall encuentra intenso eco en varios trabajos de Parsons de aquellos aos, en especial en el ya mencionado Full citizenship, as como en la voz sistemas sociales de la Enciclopedia.34 Es justamente en este tipo de trabajos donde los resbalones normativistas de Parsons

    33 Vase Fernndez Reyes (2010), quien tambin ensaya un ejercicio que, como el que aqu se plantea, pone de alguna manera en tensin el discurso terico normativista de Parsons con los caldeados aos 60 del pasado siglo.34 Mouzelis (2008), en especial en el captulo 2, desarrolla sintticamente las apropiaciones del pensamiento de Marshall que hizo el Parsons de los aos 60.

  • adquieren la mayor visibilidad, justamente cuando las cosas no necesariamente se estaban manifestando como deban ser. Por ejemplo: La nueva comunidad societaria, concebida como institucin de integracin, puede funcionar a un nivel diferente de los que son familiares a nuestras tradiciones intelectuales; debe ir ms all del dominio del poder poltico, la riqueza y los factores que los generan, llegando a los compromisos de valores y mecanismos de influencia (1974b: 154; nuestro nfasis, PdM.). Legtimo es preguntarse qu hacer si estos compromisos de valores y mecanismos de influencia no logran llegar ms all del reino del dinero y el poder, como tan a menudo ha sucedido y sigue evidentemente sucediendo.

    En el mismo optimismo parsoniano, a veces rayano con la inocencia, recaen algunos de sus comentaristas ms encomisticos, como Sciortino, quien por otro lado afirma algo indiscutible: que el periodo histrico en el cual Parsons vivi estuvo caracterizado por una expansin que por entonces pareca irreversible de la economa keynesiana. Pero luego agrega algo que puede resultar ciertamente controvertido, y que requerira mayores evidencias empricas que las que se pueden aportar en breves artculos como el suyo o como el que aqu se presenta. Dice Sciortino: Seguramente la comunidad societal en los Estados Unidos sigue estando fuertemente fragmentada a lo largo de lneas religiosas, tnicas y raciales, pero es mucho ms ampliamente inclusiva y des-etnicizada de lo que muchos observadores podran haber estado dispuestos a aceptar cuatro dcadas atrs (2010: 252; traduccin PdM). Por cierto, Sciortino afirma esto en relacin a un pas donde la eleccin de un presidente catlico suscit grandes escndalos hace apenas medio siglo, y que hoy ha llegado a tener un presidente negro, pero que de todos modos sigue albergando profundas desigualdades en las cuales el componente tnico-cultural no ocupa un lugar menor.

    Tambin en un texto reciente, un antiguo colaborador de Parsons, Victor Lidz (2009), realiza un anlisis retrospectivo de Full Citizenship 40 aos despus de que viera la luz. Sintetiza una serie de cambios positivos experimentados desde entonces por las poblaciones negras (desde inserciones comparativamente mejores en el mercado de trabajo y en la participacin poltica, pasando por el acceso a servicios de salud), pero tambin admite algunos costados negativos (la persistente sobrerrepresentacin de los negros entre los pobres y las personas encarceladas, la degradacin de los servicios pblicos en zonas de fuerte presencia negra, etc.). Y finalmente, identifica tres cuestiones que Parsons no pudo en su momento prever, y que de haberlas conocido deberan haber mitigado aunque sea parcialmente su acentuado optimismo por las capacidades integradoras de la CS estadounidense: la fragilidad que a la postre tuvieron algunas iniciativas polticas de los demcratas, que se vieron fcilmente contrarrestadas por las posteriores administraciones republicanas; el retroceso de la industria con el consecuente aumento del desempleo en especial en poblaciones negras; y los importantes cambios demogrficos acaecidos de la mano del crecimiento de poblaciones asiticas y latinoamericanas, que si bien matizaron el fuerte clivaje histrico blanco vs. negro en EEUU plantearon un nuevo foco de competencia para los negros en el mercado de trabajo, o en la recepcin de beneficios sociales.

    En suma, las pautas de ciudadana que estn en la base de la CS no parecen haberse desarrollado en esa direccin expansiva y acumulativa que Parsons avizoraba, siguiendo a T.H. Marshall y traducindolo de algn modo a la realidad de su pas, en ciertos sentidos tan distinta a la de la mayora de los pases de Europa Occidental. En efecto, esto no sucedi ni en EE.UU y tampoco, justo es decirlo, en otras partes del mundo.

  • Porque apenas una dcada despus de que Parsons desarrollara su teora de la CS, el castillo de naipes del Estado de Bienestar se derrumb estrepitosamente, y a ello le siguieron por lo menos tres dcadas de hegemona neoliberal, de la que lejos se est an de poder postular su finalizacin, ms all de los problemas que evidentemente ha venido mostrando, y de lo cual la actual crisis europea es una fuerte expresin.

    Otros autores, como Gerhardt (2001; 2002) y Sciortino (2004; 2005; 2010), insisten en defender la actualidad y la pertinencia de las teoras parsonianas de la CS para comprender fenmenos actualmente en curso como la globalizacin, el multiculturalismo y la reconfiguracin de nociones como sociedad civil. Pero otros prefieren mantener una mayor distancia, francamente escptica ante la posible actualidad de la CS parsoniana.

    Tal es el caso de Alexander quien, en este sentido, ha experimentado un recorrido mucho ms accidentado que sus colegas recin mencionados en lo que se refiere a su apego o distanciamiento de la obra parsoniana. En efecto, en relacin a Parsons, Alexander ha transitado un camino sinuoso que va de la elaboracin en la misma lnea abierta por Parsons (1983) a la creacin de nueva teora claramente no parsoniana (2005), pasando por un momento intermedio signado por la revisin y reconstruccin neofuncionalista (1989).35 En lo que especficamente atae a la CS, apenas se podan leer unas pocas referencias incidentales en el volumen cuarto, el dedicado a Parsons en su monumental Theoretical Logic in Sociology (1983). Pero, aos despus, Alexander dedica un artculo entero a este tema, de tono abiertamente crtico (2005), donde termina acusando a Parsons de haber acuado una nocin de CS que, para l, sospechosamente roza con pretensiones antidemocrticas de hegemona cultural, y que peligrosamente sacrificara el valor de la justicia respecto del valor (segn Alexander, para Parsons ms elevado) de la integracin.36

    No resulta intelectualmente honesto criticar a Parsons por los fenmenos que, como resulta evidente, no pudo anticipar. Pero s resulta posible, como aqu se ha hecho, localizar su posicin de entonces en el contexto de una poca que, para bien o para mal, qued definitivamente atrs. Queda en pie, entonces, explorar las potencialidades analticas que reviste la CS parsoniana para comprender nuestro presente. Esto se har, brevemente, en las conclusiones del presente trabajo.

    5) Conclusiones

    Las conclusiones tendrn la forma de dos breves tesis que slo apuntan a resumir el recorrido realizado en este trabajo, as como a dejar preparado el terreno para futuras indagaciones en el contexto de una tarea investigativa que, se advierte, se encuentra en pleno desarrollo.37

    1) Las claves de lectura utilizadas para comprender el significado y alcances de la comunidad en los autores clsicos de la sociologa (sintetizadas ms arriba, en el segundo apartado de este artculo) mantienen slo una parcial vigencia a la hora de 35 Resulta curioso ver cmo, en este sentido, Alexander (2005) encuentra paralelos entre su propia Auseinandersetzung con Parsons y la que Marx hizo con Hegel, o la que el propio Parsons realiz en relacin con los clsicos de la sociologa.36 Cf. Opielka (2006: 306), quien considera exagerada esta crtica de Alexander a su viejo maestro.37 En lo desarrollado hasta aqu en este trabajo se cree haber aportado algunas evidencias para sostener la primera tesis, en tanto la segunda quedar apenas postulada.

  • analizar la CS parsoniana.1.1) La CS no aparece como un hito histrico en el mismo sentido que la comunidad lo fue para los clsicos, sino como un concepto instalado en un nivel trans-histrico, como subsistema integrativo del sistema social que puede desplegarse en momentos distintos del desarrollo evolutivo de las sociedades. As, la CS disuelve la vieja polaridad conceptual sociolgica entre Gemeinschaft y Gesellschaft, en la cual se hallaba empotrada una suerte de filosofa de la historia.1.2) La CS parsoniana tampoco reviste propiamente un carcter ideal-tpico. As, no pueden detectarse en Parsons rasgos tpicos de una accin o relacin de carcter comunitario tal como todava le resultaba posible hacerlo a los clsicos. Sin embargo, resulta notable que para la designacin del subsistema integrativo del sistema social Parsons haya elegido un sustantivo tan cargado semnticamente como comunidad, an cuando venga con el aadido del adjetivo societal.1.3) En contraste con los dos puntos anteriores, la CS parsoniana no slo se presenta como concepto analtico, sino que asume un costado utpico-normativo de primer rango. Ese esquema tetrafuncional de un substrato general de valores (L) especificado en normas (I), que a su vez regulan la direccin poltica (G), la cual finalmente controla a la economa (A), si es que alguna vez tuvo validez, as sea relativa, slo pudo serlo en aquellos breves 30 gloriosos que dur la experiencia estadobienestarista. Esto es, ni siquiera un autor tan ambicioso como Parsons logr desinstalar ese complicado interjuego entre juicios de hecho y juicios de valor que, desde Weber en adelante por lo menos, ha venido aquejando a vastas legiones de socilogos.38

    2) Ms all de las crticas que necesariamente merece, la CS parsoniana sigue resultando analticamente promisoria y a la vez tiene rasgos polticamente emancipatorios, en tanto postula la existencia de una esfera autnoma de socialidad que deriva de una concepcin ampliada de la ciudadana, anclada en normas y valores consensuados, y no en el dinero y el poder. 39 Viejos desafos progresistas ya planteados an bajo otras coordenadas de la racionalidad poltica por los socilogos clsicos (de manera notable por Durkheim) siguen an pendientes, y podran reformularse, hoy, del siguiente modo: cmo hacer, pues, para habilitar los mecanismos que permitan o para neutralizar los mecanismos que obturan- la generacin de normas y smbolos culturales lo suficientemente estables y motivacionalmente vinculantes como para que la solidaridad prevalezca sobre el autointers, pero que sean al mismo tiempo lo suficientemente abstractos y universalistas como para que los diferentes grupos y subgrupos que componen una sociedad compleja y diferenciada como la moderna puedan adherirse voluntariamente a ellos sin sentir sojuzgada o avasallada su peculiaridad y su particularidad?

    Las respuestas a estas preguntas debern despojarse de toda nostalgia por los ya perdidos tiempos keynesianos y debern encarar, con imaginacin poltica, la construccin de nuevos espacios-tiempos, postneoliberales. As como Parsons podra suministrar algunas pistas para ello, tambin resultar necesario ir decididamente ms all de l.

    38 Sobre este mismo problema avanzan, tambin en este volumen, los trabajos de Sadrinas y Pags-Rub.39 Alexander (2005) es francamente escptico respecto de las posibilidades emancipatorias del concepto parsoniano de la CS. Su anlisis pone el mayor nfasis en la distincin que Parsons establece entre el core group de la CS y el resto de los grupos sociales, que tambin participaran de ese consenso pero ocupando un lugar subordinado y francamente heternomo.

  • Coda

    Es evidente que la segunda de las tesis que se vierten en las conclusiones le ha cambiado fuertemente el tono al texto, el cual, debe tambin admitirse, ya vena cambiando desde la seccin 4.3. Con ello, se ha pretendido simplemente seguir las ambivalencias de la veta parsoniana, mostrar la diversidad de proyectos que anidaban en su Proyecto, e ilustrar acerca de un problema que arrastra la sociologa desde sus tiempos fundacionales y que ni siquiera un autor como Parsons logr solucionar: la superposicin de ambiciones analticas (propias de la ciencia) con deseos normativos (propios de la poltica), y la mezcla entre los esfuerzos por describir las cosas como son y el deseo de que sean de determinada manera (y no de otra).

    As, la comunidad societal parsoniana, ms que una llave para dar cuenta de manera abstracta y general de todos los modos de integracin societales, pasados, presentes y por venir, as como de las transiciones histricas que han tenido lugar entre ellos, no habr terminado siendo -tambin ella- una suerte de limitada autoconciencia de la racionalidad poltica keynesiana? Quizs no haya habido entonces ninguna torre de marfil en Harvard, sino ms bien lo contrario: un concepto pretendidamente transhistrico que termina estando fuertemente anclado en su poca, y en los debates de su poca. Y yendo ms lejos an: si todo esto le ha sucedido incluso a Parsons, no estar realmente toda reflexin sociolgica de alguna manera condenada a tensionar su orientacin histrica y su orientacin sistemtica, y a su vez ambas con los propsitos de intervencin en el mundo prctico, administrando problemticamente la coexistencia de todas estas variadas orientaciones pero sin poder reconciliarlas jams?

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