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JARDÍN KYOTO BONSAI

TALLER DE BONSAI

Dictado por:

ALEXIS VIDAL BARRAZA Ingeniero Agrónomo


La Cañada 6479, La Reina Fono:277313 E-mail: [email protected] Pag. Web: www.bonsaichile.cl

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INDICE

I. Introducción Pág. 3

II. Conocimientos generales de Bonsai Pág. 5

III. Herramientas y Accesorios Pág. 14

IV. Técnicas para lograr la formación de un Bonsai Pág. 16

V. Plantación, replantación y propagación Pág. 26

VI. Enfermedades, plagas y mantención Pág. 30



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I. INTRODUCCION Bonsai es una planta vivaz de tronco leñoso, cuyo nombre se compone de dos signos gráficos japoneses, Bon (盆) que significa recipiente y SAI ( 栽) árbol. Luego, la traducción literal no es otra cosa que árbol de maceta, ó más exactamente, planta cultivada en maceta. Sin embargo, si hacemos una traducción extensiva , podemos decir que BONSAI, es un árbol que habiendo reducido su tamaño, conserva y expresa toda la belleza y el volumen de un árbol desarrollado en condiciones naturales, y éste es el verdadero significado de este arte, venerar la inconmesurable belleza de la naturaleza a través de los árboles, pero, en un espacio reducido como es su maceta. La elección de la maceta es también un factor importante dentro de la composición del Bonsai. Y si observamos fotografías de buenos bonsais, veremos que las diferencias en forma y color entre ellos son notables, así los veremos florecidos en primavera, con diversas tonalidades en el otoño y con sus frutos en el verano. También un Bonsai tiene volumen, un frente y un lateral. Su semejanza con otras artes lo hacen equivalente a una escultura, con la diferencia de que esta obra jamás está acabada y es posible ir mejorándolo a través de los años. En realidad los Bonsais son reproducciones de los viejos árboles que crecen libremente en la naturaleza y que con técnicas apropiadas de poda, alambrado y composición, se consigue darles ese aire de árbol añoso a pesar de su pequeño tamaño. Como planta base pueden utilizarse: el pre-bonsai compardo en un vivero, plantas recuperadas de la naturaleza, árboles que proceden de esquejes y también de semillas, pero éstas tardan mucho en llegar a ser verdaderos árboles y el aficionado puede llegar a cansarse y aburrirse mientras espera. Pasado un tiempo, seremos nosotros mismos los que ampliemos nuestra colección, adquiriendo nuevos ejemplares o bien recuperándolos de la naturaleza o mejor aún en nuestro jardín. Como la moda impone sus criterios, los Bonsais son expuestos normalmente en los comercios como especies de interior, por lo que es posible que el principiante crea que todos son de interior. Si bien, algunos de ellos pueden llegar a adaptarse con mayor o menor éxito al clima especial de nuestro hogar, no existe ninguna especie de interior, los Bonsais son árboles y por lo tanto, su hábitat natural es el exterior. Orígenes del Bonsai: Se sabe a ciencia cierta que fue en China hace alrededor de 2000 años cuando comenzó la aventura del Bonsai, aunque fue en Japón donde tomó fuerza hace más de 800 años. Las referencias sobre bonsais más antiguas de las que se tiene constancia, aparecen en China, reflejadas en unas pinturas de la dinastía Tang (años 618 – 906), donde se pueden apreciar ejemplares de pinos, ciruelos, cañas de bambú y sageretia, plantados en pequeños recipientes como los tiestos actuales. En China hay dos maneras de cultivar el Bonsai, la del sur consiste en cultivar los árboles tratando de imitar la naturaleza, por lo cual se crían únicamente los ejemplares encontrados en el monte, y se conservan más o menos con la forma natural evitando la



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aplicación de alambre en sus ramas y tronco, dándole forma únicamente basándose en podas. En el norte, en cambio la idea es diferente, consiste en conseguir formas armoniosas para estos arbolitos, aunque para ello se tengan que utilizar alambre u otros objetos como pueden ser pesos en las ramas, etc. Probablemente a partir del Siglo X u XI, los misioneros budistas chinos, llevaron al Japón el Bonsai como objeto religioso, considerándolo como una forma de acercarse a Dios. Los japoneses llegaron pronto a ser expertos cultivadores que aprendieron la mejor forma de educar ramas, troncos y raíces. Aunque en un principio eran símbolo de distinción y privilegio de la nobleza y realeza nipona, pronto se fueron haciendo popular entre las clases medias. En 1934 el Museo Metropolitano de Tokyo celebra la primera “Exposición Nacional de Bonsai”, que anualmente expone las mejores obras del país. Pero es recién en 1937, en la “Exposición Internacional de Paris”, donde se exhibieron por primera vez en el extranjero, causando considerable impacto en el público. También en la “Expo’70 de Osaka” marcó un hito importante en la internacionalización de este arte. La formación y cuidado de un Bonsai constituye en sí para muchas familias japonesas una tradición milenaria que se ha traspasado de generación en generación. Es así como hoy en día en las exposiciones en Japón, es posible encontrar bonsais de más de cien años hasta llegar incluso a varios siglos.



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II. CONOCIMIENTOS GENERALES DE BONSAI Para aprender a apreciar un Bonsai, es necesario que conozcamos los distintos estilos y técnicas que se aplican para su formación. Para darle forma a un Bosai el artista debe imaginar el contexto natural que lo rodeará, debe comprender cuales son las fuerzas de la naturaleza a las que estaría sometido en la realidad si su obra estuviese en ese hábitat. Si observamos árboles que han sido formados en su ambiente natural verificaremos que dependiendo de las condiciones climáticas, del terreno y de altitud tendremos especies que se adaptan mejor a ciertos ambientes que otros. Por lo tanto, dependiendo del estilo del Bonsai que se escoja aplicar, habrá plantas o árboles que se prestan en mayor o menor medida para la finalidad del artista según la forma que quiera darle (estilo). Para emular la fuerza de la naturaleza el artista del Bonsai aplicará, entre otras, técnicas de alambrado, poda, plantación, fertilización y estética. Al aplicar estas técnicas se deberá cuidar siempre de no ir en contra de la naturaleza misma del árbol, es así como para cada árbol habrá un macetero que sea más apropiado al estilo escogido. Además, es importante mencionar que al igual que un cuadro de pintura, en el que el macetero vendría a ser el marco del Bonsai tiene una orientación desde la cual debe ser apreciado, es decir tiene un frente, costado y detrás. Dentro de la apreciación del Bonsai se debe prestar atención a la ubicación que este tiene dentro del macetero con el cual deberá guardar una perfecta relación de estética y equilibrio, para entregar la sensación de amplitud, además de impresión de “firmeza”. “Armonía” en las formas, o sea que exista proporción en la inserción de las ramas en el tronco y el largo de estas acorde con el “aspecto natural” que el árbol otorgue. “Variedad” en la dirección de crecimiento del árbol al suelo, lo que se puede obtener dejando levemente más alto el punto en que el árbol está inserto en la tierra dejando que las raíces que se desarrollan en la base del tronco sobresalgan levemente del suelo; esto ayuda también a que el Bonsai represente mayor edad. Para cumplir con todo lo anteriormente expuesto es fundamental la altura de la maceta y el estilo del árbol que se va a plantar en ella. Lo ideal es que el macetero sea de poca altura, pero ancho y largo, conjugando estas dimensiones según el tamaño del árbol, grosor del tronco, grado de inclinación, número de árboles y paisaje que se desea representar. Como último requisito de un Bonsai, está la simplicidad que debe expresar, lográndose esta última cualidad eliminando, con paciencia, a través de los años, todo lo que sea innecesario para el árbol. Respetando estas condiciones, se pueden definir tres niveles de observación para un Bonsai, según el grado de sensibilidad que tenga el observador: Nivel A: para alguien que no lo cultive, sobresale la belleza de las hojas, las flores o el fruto, la cantidad de años, el grosor del tronco, el número y uniformidad de las ramas, y en general, una impresión limitada de la belleza de los árboles. Nivel B. por el contrario, quién ha estado cuidándolos aunque sea sólo durante unos años, los contempla en el conjunto del árbol y la maceta, condiciones en que está



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plantado, curvaturas del tronco, soltura e independencia de las ramas, es decir, el grado de esmero con que esta cultivado. Nivel C: en cambio, una persona que haya cultivado Bonsai muchos años, llega a adquirir una forma superior de apreciación que, basada en las características del conjunto, le permite saborear despacio como se ha conseguido el equilibrio de la composición, que sensaciones expresa su donaire, y sugerencias que de él recibimos, o sea comunica una emoción. Dentro de los distintos estilos de Bonsai encontramos: Chokkan (Tronco Recto) Este estilo imita árboles que se dan en la llanura y donde no hay un viento fuerte que los incline. Los árboles que mejor se prestan para este estilo son: kaedes, arces, taxus, olmos tanto chinos como japoneses, pino negro y hayas. Maceta fuerte preferentemente rectangular.

Shakan (Tronco Inclinado) Este estilo reproduce a árboles que han sido inclinados por viento, sin embargo, también es un estilo que demuestra fortaleza al igual que el anterior. Prácticamente todas las especies que sirven para Bonsai se pueden modelar en este estilo.



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Sokan (Árbol de dos troncos) Imita a los árboles de las laderas de montañas en general un tronco es más alto y grueso que el segundo. Simboliza dos árboles que han crecido unidos y el pequeño se desarrolla en el espacio que le otorga el grande para crecer. Para lograrlo se puede juntar dos árboles y amarrarlos a la altura de la raíz, alternativamente se puede partir el tronco de un árbol para dar origen a los dos troncos. Algunas especies utilizadas en este estilo son los granados, azaleas, arces chinos o japoneses, hayas, juníperos, abetos (piscea), olmos tanto chinos como japoneses, etc. Maceta baja ovalada.

Moyoogi (Tronco ondulado) Este estilo pretende emular aquellos árboles que sometidos a la agresividad de la naturaleza (desplazamiento del terreno, obstrucción de la luz natural, condiciones climáticas como viento y lluvia) han debido alterar la forma de su crecimiento para poder sobrevivir. En general corresponden a árboles que sobreviven a las adversidades propias de la naturaleza al amparo de la vegetación adyacente. Entre las especies tenemos granados, arces, azaleas, pinos, juníperos, abetos, hayas y en general la mayoría de las especies que se prestan para ser terminados como Bonsai. Maceta baja redonda.



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Yoseue (Estilo bosque) Este estilo imita formaciones naturales de árboles o bosques. Es importante destacar que mirado de frente y en forma lateral no deben estar alineados y además debe ser notoriamente diferente el árbol más grande de los más pequeños y deben ser siempre impares. Son frecuentemente utilizados árboles como los arces, kaedes, abetos (piscea) y olmos japoneses. Maceta muy plana.

Ishitsuki (Piedra/unir) (Unido a la roca) Sugiere árboles que se encuentran en laderas de volcanes, orillas de lagos y ríos que han sufrido un proceso de erosión quedando las raíces abrazando a una roca. También en este estilo están las plantas que crecen sobre una roca. Los árboles que mejor se adaptan a este estilo son los granados, azaleas, kaedes, juníperas, arces, etc. Maceta baja redonda.



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Kabudachi (Crece de un tocón) Árboles que crecen agrupados en una raíz común o tocón (siempre en número impar). Los árboles que se utilizan en este estilo son azaleas, kaedes, membrillos de flor, granados, etc. Maceta baja redonda.

Kengai (Estilo cascada) Representan a árboles que están en un risco de una montaña y que se han inclinado por efecto de un temporal. En este caso las ramas del Bonsai caen más allá del borde del macetero. Los árboles usados son juníperos, azaleas, etc. Maceta alta casi cilíndrica cuadrada.



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Hankengai (Semi-cascada) Imita árboles que están en una cavidad de una montaña y que se han inclinado a causa del viento o de una avalancha. Las ramas del Bonsai de este estilo no pasan el borde del macetero. Los árboles que mejor se adaptan a este estilo son juníperos, azaleas, pinos. Maceta casi igual al estilo anterior, aunque un poco más baja.

Netsuranari (Árbol con raíz común) Este estilo imita a árboles que han caído y cuyo tronco ha echado raíces como ocurre en las zonas costeras, constituyéndose sus ramas en los nuevos troncos. Las especies de bosques se utilizan en este estilo. Maceta baja ovalada.



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Bankan (Forma de culebra o espiral) Este estilo imita a aquellos árboles cuyo tronco ha sido labrado y deformado debido a inclemencias climáticas como el peso de la nieve y deshielo, caída de rayo, avalanchas, por lo tanto su tronco a sido continuamente resquebrajado por acción de estos agentes climáticos. Es en general un árbol de pocas ramas y compacto. Los árboles utilizados en este estilo son ciruelos y juníperos. Maceta grande rectangular.

Como mencionamos y pudimos observar con anterioridad para cada estilo existe un tipo de maceta y color apropiado a la manifestación más hermosa de la planta, color del tronco, hojas o frutos. Por ejemplo, en el caso de las coníferas se utilizarán maceteros color café, gris, verde oscuro, opacos en general, en cambio en plantas de hoja caduca, frutales y florales, las macetas que se usan son menos pesadas, esmaltadas, predominando los colores azul, verde y beige. A continuación se ofrece, una referencia aproximada del tipo de recipiente a utilizar dependiendo del estilo.



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Maceteros bajos, ovalados, redondos o rectangulares: Ideales para los estilos paisaje (saikei), enraizado en piedra (ishitsuki), raíz común (netsuranari), tocón o troncos múltiples (kabudachi), bosque (Yoseue), etc.

Maceteros rectangulares, ovalados o redondos altos: Ideales para los estilos de árboles más fuertes como son tronco recto (chokan), tronco inclinado (shacan)

Maceteros ovalados o redondos levemente bajos: Ideales para los estilos de árboles como kabudachi, de doble tronco (sookantai), tronco ondulado (moyoogui)



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Maceteros cúbicos, cónicos altos y gruesos: Ideales para los estilos de semi-cascada (hankengai) y cascada (kengai)

Maceteros rectangulares, hexagonales o redondos de bordes gruesos y pesados: Ideales para árboles fuertes y de tronco grueso como shakan, chocan y tronco retorcido grueso (bankan).

Todos los maceteros deben tener orificios en su base que permitan un buen drenaje.



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III. HERRAMIENTAS Y ACCESORIOS Para la formación y cuidado del Bonsai existen herramientas especializadas. Entre las principales tenemos: Herramientas

Tijeras para ramas

Tijeras para pinzado

Podadora de raíces

Tenazas para alambre

Partidor de troncos

Gancho para raíces

Corta alambre

Tijeras para raíces

Tijeras para defoliado

Corta rama

Corta cototo o muñón

Pinza y Rastrillo (garra de oso)

Complementos

Tensor

Cedazo (para sacar el polillo de la tierra)

Masilla Poda

Masilla Injertos

Líquido de Jin (Pilosulfuro de Calcio)

Alambre de cobre recocido

Tierra (Akadama) gruesa, mediana, fina, color oscuro y color amarilla

especial para coníferas.

Rejilla (es muy importante que sea de material plástico)

Regadera



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IV. TECNICAS PARA LOGRAR LA FORMACIÓN DE UN BONSAI Técnica del alambrado Esta técnica sirva para orientar o dar forma a nuestro Bonsai en la dirección que deseamos corregir defectos en los troncos y ramas. La técnica del alambrado es sencilla de hacer, pero para alcanzar destreza, hace falta un poco de tiempo y paciencia. Consiste básicamente en enrollar un alambre de cobre previamente recocido alrededor de la rama, para poder doblarla y mantenerla en la dirección deseada. Una vez que la rama haya crecido y consolidado, el alambre podrá extraerse con la herramienta corta alambre apropiada para no dañar nuestro Bonsai. El tiempo de consolidación de una rama dependerá de la especie. En general las coníferas, especialmente los juníperos o enebros, pueden tardar varios años, tiempo durante el cual, será necesario extraer y volver a poner varias veces el alambre. Esto se hará para evitar que se clave en la corteza, y que le produzca heridas que tardan mucho en cicatrizar. Los caducifolios por lo general tardan menos, incluso algunas especies pueden tardar pocas semanas. Se debe considerar a cada Bonsai en forma particular, por lo tanto la experiencia nos dirá cuanto puede tardar una rama o un Bonsai en conseguir la forma deseada, teniéndose en cuenta que cuanto más viejas y grandes son las ramas, más tardan en doblarse. El alambre de cobre previamente recocido para darle ductibilidad, es el que mejor se adapta a la técnica. Las características de este metal permiten que una vez utilizado vaya adquiriendo mayor rigidez, sin embargo, en ocasiones para darle más consistencia se puede utilizar alambrado doble. Siempre que procedamos a efectuar el alambrado en un Bonsai tendremos que tener cuidado de no arañar ninguna de sus partes, a modo de ejemplo, los de hojas caducas poseen una corteza más sensible a la técnica del alambrado, por lo que bajo ciertas circunstancias protegemos esta con cinta para después alambrar sobre la misma.



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Instrucciones para el alambrado

Las figuras de más abajo muestras las técnicas utilizadas para el correcto alambrado de un Bonsai y también errores comunes que se cometen al efectuarlas.

1. Coger la rama 2. Cortar un trozo de alambre que sea un tercio de la rama, darle la vuelta

alrededor del tronco, y asegurar el alambre en la orquilla de la rama. 3. A continuación seguir enrollando 4. Enrollar hasta donde haga falta. Después doblar con suavidad la rama. Si se

desea hacer un dobladura muy pronunciada hacerlo progresivamente, cada semana un poquito.

5. Debemos recordar que la medida del alambre es un tercio de la rama a alambrar.

6. Se debe utilizar un mismo trozo de alambre para doblar dos ramas de una vez



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Correcto alambrado



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Técnica de poda de un Bonsai La poda es aplicada dentro del Bonsai para cumplir con varias necesidades, entre ellas, la de su modelado. También es necesaria para ir obligando a la creación de nuevos brotes en sustitución de los que envejecen (se secan), permitiendo así la revitalización del árbol. El grado de la poda irá en función del tamaño que deseamos para nuestra planta. Si queremos que sea bien ramificada, tendremos que mantener durante el crecimiento un control de poda en cada brote nuevo de las ramas a tratar. En el caso que queramos que nuestro Bonsai tenga un tamaño mayor, le podaremos en los brotes nuevos solamente dos o tres hojas finales y si queremos mantener su forma le podaremos el brote nuevo entero. Normalmente, aplicaremos el criterio de los dos brotes o yemas, tal como lo muestra la siguiente figura. Cortar, conservar 2 hojas o yemas



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Toda esta operación es diferente en cada familia de árboles, hay algunas especies que sólo brotan una vez en primavera, otros varias veces durante la época de crecimiento, por lo que según el Bonsai que tengamos, deberemos podarle una o varias veces. Con estas podas también cambiaremos la forma y dirección de cada rama en función del brote que quede de guía. Cuando podamos, el momento más propicio es generalmente en invierno, puesto que los árboles permanecen en reposo, los cortes cierran mejor (todo esto también esta relacionado con la variedad del árbol) así mismo en los árboles de hoja caduca veremos mejor donde necesita hacerse la poda al carecer en esta época de hojas. Como norma trataremos el corte dado en la poda con pasta cicatrizante, para colaborar en el proceso de cierre y evitar la penetración de hongos, parásitos que puedan dañar la parte podada. Siempre cerrará un corte más rápidamente cuanto más limpio sea, por lo que es necesario disponer de una herramienta adecuada y en perfecto estado. Otra aplicación de la poda es la del aclarado del Bonsai planifolio. Este se aplica cuando nuestro Bonsai tiene una edad en la que sus ramas se amontonan motivo por el cual podemos podar parte de las ramas hasta que veamos a la planta sin tanta fronda, con más transparencia, dándole más luz al interior. Esta poda se aplicará a las ramas que no deformen la estructura general que tiene la planta. Técnica de trabajo en la madera del Bonsai. (Jin y shari) La madera muerta en Bonsai, es un elemento estético que imprime un gran carácter a los árboles. Es propia de árboles que crecen en lugares en que la naturaleza muestra su cara más cruel. Árboles partidos por rayos, desgajados por el viento, con parte de su tronco desnudo de corteza (Shari, Sabamiki) o ramas peladas (Jin). Suele tratarse de árboles de la familia de las coníferas: pinos, juníperos, tejos, etc., aunque también podemos encontrar ejemplos en árboles de flor como el prunus. El trabajo de madera muerta es una faceta artística más del trabajo con Bonsai. Ante todo debemos considerar la idoneidad o no de realizarlo en determinado árbol, dependiendo del resultado expresivo que deseamos obtener. Lo más difícil de conseguir en la naturalidad en la madera desnuda y que no se note el trabajo de herramientas. Para este trabajo se utilizan diversas ayudas como: alicates, cuchillos, gubias, taladros, fresadoras. Hemos de tener en cuenta que se trata de un trabajo de escultura, cuyo fin es imitar la naturaleza, para ello se debe cuidar la finura del acabado, evitando que luzca artificial. Es conveniente proteger de la pudrición la madera así trabajada, lo que puede hacerse aplicando un par de veces al año polisulfuro cálcico (líquido para Jin).



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Se debe aplicar Líquido de Jin un par de veces al año para evitar la pudrición de la madera.



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V. PLANTACIÓN, REPLANTACION Y PROPAGACIÓN La operación de trasplante es vital para un árbol que vive en un tiesto. Con el paso del tiempo la tierra que contiene se va degradando por la acción del agua, los abonos y la presión de las raíces, convirtiéndose en una pasta que impide la circulación del aire y retiene demasiado la humedad, lo cual asfixia las raíces y acaba produciendo la muerte del árbol. Es la causa principal de pérdida de un Bonsai. Con cada trasplante lo que obtenemos es una vigorización del árbol, por tanto, si se trata de un árbol joven que queremos cultivar, permitiéndole un gran crecimiento con el fin de disponer de elementos para podar y formar, trasplantaremos cada 1 o 2 años, utilizando una tierra de grano grueso. Si lo que tenemos es un árbol ya formado que precisa sólo de mantenimiento, tardaremos más en trasplantar, cada 3 ó 4 años y utilizaremos tierra de grano fino. Generalmente, se presta mucha atención a la parte que vemos del Bonsai, el tronco, las ramas, la copa, pero no debemos olvidar que una parte también muy importante son las raíces, y si no le proporcionamos los cuidados necesarios nos quedaremos sin Bonsai. El momento óptimo para trasplantar es cuando el árbol va a iniciar su brotación tras el período de letargo invernal. También podemos hacerlo tras el defoliado (eliminación total o parcial de las hojas de un Bonsai) Pasos de Plantación y Replantación:



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Técnica de Propagación La propagación del Bonsai puede realizarse tanto a través de la plantación de semillas, como esquejes (patilla). Tanto una como otra forma tomará un tiempo que pudiese ser muy prolongado para quien se inicia en este arte. Es por eso que se aconseja acudir a un vivero en busca de un pre-Bonsai, lo que permitirá ahorrar varios años al principiante. De todas formas, a continuación se ofrece la técnica de propagación de esquejes para la cual se deberán seguir los siguientes pasos:

• Se planta el esqueje en una caja de 10 x 6 x 4 cms. • La caja contendrá una mezcla 50% de arena, 50% tierra gruesa de hoja. • Se hace en los meses de julio y agosto • Al año siguiente en el mes de mayo se lleva a macetero, pues la planta ya tendrá

raíces.



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VI. ENFERMEDADES, PLAGAS Y MANTECIÓN Al igual que la mayoría de los árboles y plantas debemos tener presente que nuestro Bonsai se encuentra expuesto a ciertas plagas y enfermedades. A continuación detallaremos algunas de ellas. Diferentes tipos de plagas Pulgones: insectos muy comunes, delatan su presencia sus deyecciones untuosas azucaradas, por lo que las hormigas suelen acudir para alimentarse, detalle que descubre este parásito. Los bonsáis de hoja caduca son más propensos a sufrir ataques de los pulgones. Atacan generalmente durante la primavera a manzanos, membrillos y arces. Los parásitos como la cochinilla o el pulgón en sus ataques colaboran con la fumagina, hongo que anula parte de la fotosíntesis por la costra que produce, dañando a la planta al no permitirle transpirar. El tratamiento con productos anticriptogámicos dificulta el crecimiento de la fumagina. También son frecuentes en árboles como membrillo en flor, catetus, etc. Escama de San José: en forma de conchuela chica, color blanco, de 1mm de tamaño, ataca a especies como el árbol ciruelo en flor, manzano, juníperos, etc. Arañita: ataca cuando el árbol está excesivamente seco, con falta de agua, o mal riego. Aparece en azaleas, manzanos, granados, etc. Se combate con acaricida. Hongos: aparece cuando el árbol tiene mal drenaje. Para evitar esto es muy importante colocar la planta sobre una mesa, pues eso permite una mejor ventilación, al evitar el contacto directo con el suelo, etc. Recomendaciones En caso de detectarse en nuestro Bonsai, la aparición de algunas de estas plagas deberemos acudir a personas expertas en el uso de químicos especializados para combatirlas. Sin embargo, una alternativa de bajo costo y efectiva es diluir en un litro de agua una cucharada de lavalozas líquido biodegradable y rociar nuestra planta con esta solución. Mantención Para mantener una planta en buen estado es necesario tener en claro los elementos fundamentales para el desarrollo normal de la planta.

• Agua • Luz • Aire • Nutriente • Temperatura

Agua: es fundamental el buen riego de la planta. En verano el riego debe ser todos los días de preferencia en la mañana (10:00 horas) y si la temperatura excede de los 30º, también se debe regar en la tarde (18:00 horas). En invierno el riego debe ser dos veces por semana idealmente al mediodía para evitar que el agua este muy helada. También



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es conveniente tener agua en un recipiente para permitir que el agua elimine el cloro y tome además la temperatura ambiente. Esto no quiere decir que no se pueda hacer el riego directamente desde una manguera, pero de preferencia utilizaremos una regadera. Luz: es importante tener claro que los Bonsai no son plantas de interior, por tanto necesitan la luz del sol para provocar los diferentes procesos que vive una planta. También es importante tener en cuenta que en verano no se pueden colocar en un lugar muy asoleado, pues esto dañaría a la planta. Para evitar esto es conveniente colocar una malla de kiwi de modo de provocar media sombra. Aire: es necesario poner la planta sobre una mesa para una mejor ventilación ya que el viento es más fuerte en altura que a ras de suelo, además en altura la planta recibe mayor luz de rebote. Nutriente: NPK (Nitrógeno, Fósforo y Potasio), el árbol por nuestras características zonales necesita más fósforo que nitrógeno o potasio, por lo tanto hay que suministrarle los nutrientes con mayor cantidad de este elemento, para que pueda crecer bien. Respecto de los fertilizantes, existen los pellets especiales para Bonsai. Estos se colocan sobre la tierra en cantidades de cuatro pastillas por planta, luego solamente se riega sobre ellos. La época ideal para su utilización son los meses de marzo, abril y mayo; y octubre, noviembre y diciembre. Durante el resto del año deben ser en menor cantidad. (Enero, febrero, junio, julio, agosto y septiembre) se debe fertilizar en menor cantidad. Temperatura: los bonsáis no son plantas de interior, resisten bien las temperaturas ambientales, y necesitan los períodos de frío nocturno para poder romper el receso. Micorriza : es una asociación simbiótica entre la raíz de una planta y un hongo específico. La cual hace que este hongo reciba la energía producida de la fotosíntesis de la planta, y a su vez el hongo ayuda en el desarrollo radicular de la planta. Se aplica una cucharadita en el momento de transplante en la zona radicular del Bonsai.

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