surgimiento del orden neocolonial
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Trabajo FUAATRANSCRIPT
HISTORIA DEL PENSAMIENTO POLÍTICO LATINOAMERICANO / 2015-1
Estudiante: Carlos Ariel Betancur Pino Cód.: 1088020895
EN TORNO A UN ESCRITO DE TULIO ALPERIN DONGHI: SURGIMIENTO
DEL ORDEN NEOCOLONIAL.
Resumen:
El objeto del presente trabajo es realizar un comentario al capítulo cuarto del libro Historia
contemporánea de América Latina, escrito por Tulio Aperin Donghi, y que se titula
“surgimiento del orden neocolonial”. Así, pues, se expone en seguida de una manera breve
dicho por el autor, acompañando su posición con definiciones del diccionario político de
Norberto Bobbio, Nicola Matteucci, y Gianfranco Pasquino.
Palabras clave:
Surgimiento, orden, neocolonialismo, librecambio.
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El crecimiento de los países latinoamericanos reclama, como cualquier crecimiento,
una distinción por etapas claramente diferenciadas. Así, no se puede decir, so pena de
cometer un error, que los variados acontecimientos históricos en estos pueblos (como son la
conquista, la colonización, la independencia y la neocolonización) se dieron todos al mismo
tiempo; esto implica desconocer la evolución interna que conlleva la palabra crecimiento, la
articulación algo precisa de los movimientos de la historia y el desenlace actual que el
fenómeno ha conseguido. Hecha esta primera aclaración, no sobra hacer una segunda: el
crecimiento de Latinoamérica no es parejo país por país, no es uno solo; cada país dentro
del continente latinoamericano tiene un crecimiento que le es particular. Hay que advertir,
así como se hizo con la palabra crecimiento, la extensión del continente latinoamericano y
la cantidad de países que abarca, que no es poca; advertir, además, las condiciones sociales,
económicas, políticas y culturares propias de cada uno de estos territorios.
Ahora bien Aperin Donghi en el capítulo cuarto de su libro Historia contemporánea
de América Latina tratará un problema propio del crecimiento del continente
latinoamericano: el del surgimiento del orden neocolonial. Fíjese que cualquier surgimiento
histórico no es una creación ex nihilo. Como hace parte del crecimiento de una unidad
política, el surgimiento de cualquier institución, modelo político, etc., tiene un antecedente
o cuerpo de antecedentes que son los que posibilitan, precisamente, su surgimiento;
también dependen de él, en gran medida, las consecuencias impulsadas por ese movimiento
y su desenlace histórico. En todo caso, háblese un poco del surgimiento del orden
neocolonial.
El autor empieza haciendo una diferenciación, aunque no de modo explícito, pero sí
de tal manera que se deja inferir, entre emancipación y surgimiento del orden neocolonial; a
grandes rasgos, la distinción en el tiempo es la siguiente: la emancipación se ubica atrás de
1850, y, por su parte, el surgimiento del orden neocolonial después de esa fecha, como
fruto de la emancipación. Así, además de la diferencia en el tiempo, hay una diferencia
consecuencial.
Si la emancipación se apropió de ideas de revolución y actos revolucionarios, el
surgimiento del orden neocolonial refleja una nueva preocupación: las relaciones con las
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zonas económicas metropolitanas y su consecuente modernización de la economía
latinoamericana. Aquí las cosas ganan bastante en claridad: la emancipación fue una época
de des-estructuralización de un régimen y la apuesta por la modernización de la economía
implica, en cambio, la creación de una estructura y de un orden.
La coyuntura económica mundial, que no se sabe si se debe directamente al
descubrimiento del oro californiano, vincula a América Latina al mercado mundial. A partir
de la mayor disponibilidad de capitales y la mayor capacidad por parte de las metrópolis
para absorber exportaciones hispanoamericanas, resultan las inversiones y créditos a los
gobiernos latinoamericanos que tienen una importancia significativa en todo este proceso:
además de contribuir a la consolidación del Estado, permite la superación de las fuentes
normales de ingresos fiscales del momento: la agricultura.
En este panorama de cosas, dice el autor, es donde se define el rumbo que tomará la
historia de América Latina: en este momento se fija un nuevo pacto colonial; Aperin
Donghi (2005, p.216) dice, además, algo verdaderamente revelador: el neocolonianismo es
el objetivo primero para algunos protagonistas de la emancipación de España y Portugal. El
nuevo pacto colonial o, si se prefiere, la estructura neocolonial que surge, instaura estos dos
puntos, a saber: la posición de Latinoamérica dentro del mercado mundial como 1)
productora de materias primas y 2) consumidora de la producción industrial; este segundo
punto facilitado por la adopción de políticas librecambistas en casi toda América Latina. En
razón de la situación que asume América Latina se dio a llamar el proceso que aparece en
esta época como neocolonialismo.
El neocolonialismo, según Bobbio, Matteucci y Pasquino (p.239), es un término que
(…) empieza a aparecer en la literatura en los años cincuenta para definir las formas
de dependencia económica, social, política y cultural a las que son sometidos los
países ex coloniales o aquellos que en la época se aprestaban a acceder a la
independencia. El neocolonialismo hoy, más que el dominio político exclusivo de una
metrópoli sobre sus ex posesiones coloniales, por el dominio del mercado capitalista
internacional sobre países productores de materias primas, privados de estructuras
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industriales integradas, dependientes financiera y tecnológicamente, gobernados por
clases políticas condicionadas fuertemente por la estructura de la dependencia
económica.
Del proceso de neocolonización, pues, resultan unas clases más y otras menos
favorecidas. Entre las más favorecidas se encuentras los terratenientes, que son clases ricas
en tierras pero no en dinero, y los políticos reclutados en las élites urbanas; entre las
víctimas, sobre todo, los sectores rurales. Además de esta división tajante de clases
sociales, el neocolonialismo impulsa otros fenómenos sociales. La inmigración que, aunque
los países latinoamericanos habían empezado a tomar medidas respecto a la población
extranjera en el nivel político y económico nacional desde 1810, en esta época, después de
mediados del siglo XIX, presenta un incremento considerable en Argentina, Uruguay y
Brasil; el crecimiento demográfico, que no depende de los inmigrantes; el comercio
internacional, impulsado fuertemente por unos países y moderadamente por otros, y que, en
su mayoría, depende de influencias británicas (con un aparecimiento no muy visible por
parte de Francia y los Estados Unidos –este último interviene apenas después de la guerra
civil entre estados libres y de esclavitud).
Este proceso, en fin, termina por reducirse dentro del poder político a un proceso
interno de los sectores dirigentes. La Iglesia, por ejemplo, cuenta como uno de los rasgos
más notables de ese cambio ocurrido en Hispanoamérica. Sin embargo, la renovación, en
sus comienzos, encontró muchas resistencias. Y estas resistencias toman unas
características propias de acuerdo al país donde se manifiesten; por eso el autor termina el
texto indicando las condiciones especiales de distintos países de esta Hispanoamérica:
México, Argentina, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Guatemala (que sirve de ejemplo para
casi toda Centroamérica, pues deben una evolución sustancialmente similar). El orden
colonial se establece desde el momento en que estas resistencias disminuyen y los sectores
económica y socialmente dominantes se identifican con ese nuevo orden, lo que oriente,
termina por decir el autor, la ideología dominante del liberalismo al progresismo.
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Conclusiones:
1. El surgimiento del orden neocolonial es fruto de la emancipación. También se
diferencia con ella en el tiempo. El surgimiento del orden neocolonial viene a
ubicarse después de mediados del siglo XIX; la emancipación, antes.
2. El orden neocolonial implica la posición de América Latina dentro del mercado
mundial como continente productor de materias primas y consumidor de
productos industriales.
3. El neocolonialismo trae consecuencias notables en materia de inmigración,
crecimiento demográfico y comercio internacional.
4. El nuevo orden colonial aparece plenamente constituido en el momento a partir
del cual disminuyen las resistencias frente a las renovaciones políticas y las clases
dominantes se identifican con el nuevo orden.
Referencias:
Bobbio, N., Matteucci, N., Pasquino, G. Diccionario de política. Argentina: Siglo
veintiuno editores.
Halperin Donghi, T. (2005) Historia contemporánea de América Latina. España:
Alianza editorial.
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