suplemento especial 31 aniversario ... - semanario de … · el tejido productivo español est ......

7
C oncentrados como estamos en las grandes reformas estructurales que necesita nuestra economía para salir de la crisis (consolidación fiscal, reforma labo- ral y reestructuración financiera) nos solemos olvidar de que hay otras, más a medio y largo plazo, que resultan tan necesarias como las primeras: Educación, Sanidad, Energía, Suelo y Vivienda, Comer- cio, Pymes y espíritu empresarial y emprendedor. Pero, tampoco deseo ahora cen- trarme en estas sino poner el foco de atención en una cuestión de extraordinaria relevancia que, ade- más de las reformas (y probable- mente como consecuencia de algunas de ellas) es necesario aco- meter desde este mismo momen- to: la mejora de nuestra calidad institucional. Existe una clara relación entre calidad institucional y desempe- ño económico, especialmente cuando las instituciones configu- ran un marco adecuado de liber- tad económica y de eficaz defen- sa de los derechos de propiedad a través del imperio de la ley. Por eso resulta fundamental el esta- blecimiento de un marco de regu- lación económica que siga en su diseño, aplicación y evaluación los estándares internacionales. Es este un factor de credibilidad y reputación para nuestra econo- mía que debe potenciarse median- te la coherencia con principios como la seguridad jurídica y la valo- ración continua de la idoneidad y oportunidad de cada regulación. Es decir, se deben racionalizar y simplificar las normas, especial- mente las de carácter tributario, que comporten cargas innecesa- rias, desproporcionadas o injusti- ficadas sobre las empresas. También nos preocupa, y mucho, la Justicia en la que, además de potenciar la independencia del poder judicial y de modernizar los órganos jurisdiccionales, sería con- veniente mejorar los procedimien- tos de selección y formación de los jueces, reducir el exceso de litiga- ción aligerando procedimientos extrajudiciales de arbitraje y media- ción y agilizar los procesos judicia- les que afectan a las empresas en procedimientos críticos como los laborales o el cobro de deudas a los morosos. En cuanto a los organismos reguladores, su acción se justifi- ca en la medida en que contribu- yen a garantizar la libre compe- tencia en actividades reguladas y la aplicación correcta de la nor- mativa de competencia. Entende- mos que, por motivos de eficien- cia y coordinación, se han de con- solidar en un único organismo independiente las funciones actualmente distribuidas entre los organismos reguladores de indus- tria de red (Comisión Nacional de la Energía, Comisión Nacional del Mercado de las Telecomunicacio- nes, Comisión de Regulación Eco- nómica Aeroportuaria;…) a seme- janza de lo que ocurre en otros países como Alemania. Asimismo consideramos que se han de integrar en un único orga- nismo de defensa de la competen- cia las funciones actualmente repartidas en la Comisión Nacio- nal de la Competencia y en los organismos equivalentes autonó- micos, y que son imprescindibles organismos reguladores indepen- dientes, técnica y económicamen- te bien capacitados, con un man- dato claro que defiendan median- te mecanismos adecuados de transparencia y control. Otra cuestión fundamental para nosotros, y sobre la que nos hemos pronunciado en infinidad de opor- tunidades, es la Unidad de Merca- do. En la producción reguladora debe respetarse esta unidad de mercado de manera escrupulosa. No pueden permitirse fracturas del mercado nacional por la creación de barreras de entrada a merca- dos locales. Para ello, deben aprobarse leyes marco a nivel estatal que, a través, de criterios mínimos, armonicen aquellos ámbitos don- de las diferencias normativas pue- dan quebrar la unidad de merca- do y/o dificultar la entrada de competidores en función de cri- terios geográficos. Una fórmula que convendría generalizar en España, en la medi- da de lo posible y con los corres- pondientes ajustes según el caso sectorial del que se tratase, es la del reconocimiento mutuo por el que una empresa que cumpla la normativa de su Comunidad Autó- noma de origen no necesite del cumplimiento de requisitos adicio- nales ni de nuevas autorizaciones para operar en otras comunidades. En definitiva, qué duda cabe que para el Círculo de Empresarios son fundamentales las reformas, tan- to las más inmediatas como las que deben llevar un ritmo más pausado por su propia naturaleza. Pero además de las reformas, es imprescindible una mejora de la calidad institucional que haga de España un país más creíble, res- petado e interesante para invertir, lo que redundará de inmediato en la recuperación de la actividad y del empleo. 52 20 al 26 de febrero de 2012 SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas asociaciones A nte todo, mi enhorabuena a EL NUEVO LUNES por su 31 ani- versario al servicio de la informa- ción económica española. Con el nuevo año, ha comenza- do también un nuevo y apremian- te compromiso, lleno de esfuerzos y sacrificios, por parte de todos. Un compromiso para demostrar, una vez más, que, tanto la clase dirigente de este país, los partidos políticos, las instituciones empre- sariales, sindicatos y todos los ciu- dadanos, vamos a saber estar a la altura de las circunstancias y sere- mos capaces de reconducir y adaptarnos a la grave crisis que padecemos. Y estoy convencido de que podemos hacerlo como en otros momentos duros y difíciles de nuestra reciente historia. Como cuando trabajamos y nos esforza- mos colectivamente en la Transi- ción, en las crisis de los 90 y lue- go para converger con Europa y con el euro. Como ya lo hicimos con ilusión y arrestos para cons- truir un futuro mejor para todos hasta hoy y convertir a España en una potencia económica, con la confianza e ilusión necesarias para hacer frente a unos parámetros y un escenario económico diferente, competitivo y austero que nos mira de reojo. Conocemos los males que pade- cemos, en mayor o menor medi- da. Sabemos que ya nada va ser igual que antes, que para mante- ner nuestro nivel de vida tendre- mos que trabajar más tiempo y mejor, que nuestra productividad y competitividad se están descol- gando del ranking de los líderes económicos de nuestro entorno comercial. Por eso, tendremos que mejorar para crecer, para pagar nuestras deudas y generar rique- za productiva. Y ello, acometien- do las medidas que sean necesa- rias para reducir el gasto impro- ductivo y aumentar la generación de PIB. Sólo así iniciaremos la sen- da del crecimiento económico, de la creación de riqueza y empleo. No tengo la menor duda de que afrontar la crisis y conseguir la reducción de la dramática tasa de paro de la economía española pasan, entre otros factores, por la potenciación de la actividad de las pymes y de nuestras mujeres y hombres emprendedores. El tejido productivo español está integrado, principalmente, por empresas de pequeña dimensión y autónomos (más de 3.000.000), que deben disponer de mejores condiciones para mejorar su com- petitividad a través de una mayor internacionalización, innovación e incorporación de las tecnologías de las comunicaciones y de trans- ferencia de procesos productivos. Es preciso subrayar que las pymes de nuestro país generan el 60% de nuestro PIB y suponen el 80% del empleo de España. Por eso, éstas requieren, también, de unas condiciones fiscales, labo- rales y de suministros básicos en condiciones y a precios competiti- vos, además de un contexto macro- económico y de regulación estable y los menos costoso posible. Para la creación de riqueza y empleo, es también imprescindi- ble el fomento del espíritu empren- dedor y, hacer mucho más fácil los primeros pasos de las empresas, por lo que es preciso revisar y ade- cuar las condiciones de acceso al mercado de aquellas mujeres y hombres dispuestos a crear su pro- pia empresa. Las Cámaras de Comercio hemos expuesto nuestro diagnós- tico y propuestas sobre la realidad de las pymes e insistimos en la necesidad de la toma de medidas que puedan favorecer la mejora de sus condiciones de financiación y el acceso al mercado de las emprendedoras y emprendedores. Pero ¿por qué insisto una y otra vez en el apoyo a la pequeña empresa? Porque estoy convenci- do de que va a ser la pyme quien comience a crear empleo, va a ser la pyme quien tirará de la econo- mía real, aportando sostenibilidad y porque la pyme, que no se olvi- de, es la energía que mueve el motor de nuestra economía y de nuestra industria. La recuperación pasa por las pymes y los emprendedores Manuel Teruel Izquierdo, presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación de España Además de las reformas Claudio Boada, presidente del Círculo de Empresarios “Se deben simplificar las normas, especialmente las de carácter tributario, que sean innecesarias, desproporcionadas o injustificadas” “Tendremos que trabajar más tiempo y mejor, porque nuestra productividad y competitividad se están descolgando del ‘ranking’ de líderes económicos”

Upload: lyphuc

Post on 14-Oct-2018

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

C oncentrados como estamosen las grandes reformas

estructurales que necesita nuestraeconomía para salir de la crisis(consolidación fiscal, reforma labo-ral y reestructuración financiera)nos solemos olvidar de que hayotras, más a medio y largo plazo,que resultan tan necesarias comolas primeras: Educación, Sanidad,Energía, Suelo y Vivienda, Comer-cio, Pymes y espíritu empresarialy emprendedor.

Pero, tampoco deseo ahora cen-trarme en estas sino poner el focode atención en una cuestión deextraordinaria relevancia que, ade-más de las reformas (y probable-mente como consecuencia dealgunas de ellas) es necesario aco-meter desde este mismo momen-to: la mejora de nuestra calidadinstitucional.

Existe una clara relación entrecalidad institucional y desempe-ño económico, especialmentecuando las instituciones configu-ran un marco adecuado de liber-tad económica y de eficaz defen-sa de los derechos de propiedada través del imperio de la ley. Poreso resulta fundamental el esta-blecimiento de un marco de regu-lación económica que siga en sudiseño, aplicación y evaluación los

estándares internacionales.Es este un factor de credibilidad

y reputación para nuestra econo-mía que debe potenciarse median-te la coherencia con principioscomo la seguridad jurídica y la valo-ración continua de la idoneidad yoportunidad de cada regulación.Es decir, se deben racionalizar ysimplificar las normas, especial-mente las de carácter tributario,que comporten cargas innecesa-rias, desproporcionadas o injusti-ficadas sobre las empresas.

También nos preocupa, y mucho,la Justicia en la que, además depotenciar la independencia delpoder judicial y de modernizar losórganos jurisdiccionales, sería con-veniente mejorar los procedimien-tos de selección y formación de losjueces, reducir el exceso de litiga-ción aligerando procedimientosextrajudiciales de arbitraje y media-ción y agilizar los procesos judicia-les que afectan a las empresas enprocedimientos críticos como loslaborales o el cobro de deudas alos morosos.

En cuanto a los organismosreguladores, su acción se justifi-ca en la medida en que contribu-yen a garantizar la libre compe-tencia en actividades reguladas yla aplicación correcta de la nor-

mativa de competencia. Entende-mos que, por motivos de eficien-cia y coordinación, se han de con-solidar en un único organismoindependiente las funcionesactualmente distribuidas entre losorganismos reguladores de indus-

tria de red (Comisión Nacional dela Energía, Comisión Nacional delMercado de las Telecomunicacio-nes, Comisión de Regulación Eco-nómica Aeroportuaria;…) a seme-janza de lo que ocurre en otrospaíses como Alemania.

Asimismo consideramos que sehan de integrar en un único orga-nismo de defensa de la competen-cia las funciones actualmenterepartidas en la Comisión Nacio-nal de la Competencia y en losorganismos equivalentes autonó-micos, y que son imprescindiblesorganismos reguladores indepen-dientes, técnica y económicamen-

te bien capacitados, con un man-dato claro que defiendan median-te mecanismos adecuados detransparencia y control.

Otra cuestión fundamental paranosotros, y sobre la que nos hemospronunciado en infinidad de opor-tunidades, es la Unidad de Merca-do. En la producción reguladoradebe respetarse esta unidad demercado de manera escrupulosa.No pueden permitirse fracturas delmercado nacional por la creaciónde barreras de entrada a merca-dos locales.

Para ello, deben aprobarseleyes marco a nivel estatal que, através, de criterios mínimos,armonicen aquellos ámbitos don-de las diferencias normativas pue-dan quebrar la unidad de merca-do y/o dificultar la entrada decompetidores en función de cri-terios geográficos.

Una fórmula que convendríageneralizar en España, en la medi-da de lo posible y con los corres-pondientes ajustes según el casosectorial del que se tratase, es ladel reconocimiento mutuo por elque una empresa que cumpla lanormativa de su Comunidad Autó-noma de origen no necesite delcumplimiento de requisitos adicio-nales ni de nuevas autorizacionespara operar en otras comunidades.

En definitiva, qué duda cabe quepara el Círculo de Empresarios sonfundamentales las reformas, tan-to las más inmediatas como lasque deben llevar un ritmo máspausado por su propia naturaleza.Pero además de las reformas, esimprescindible una mejora de lacalidad institucional que haga deEspaña un país más creíble, res-petado e interesante para invertir,lo que redundará de inmediato enla recuperación de la actividad ydel empleo.

52 20 al 26 de febrero de 2012

SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas asociaciones

A nte todo, mi enhorabuena aEL NUEVO LUNES por su 31 ani-

versario al servicio de la informa-ción económica española.

Con el nuevo año, ha comenza-do también un nuevo y apremian-te compromiso, lleno de esfuerzosy sacrificios, por parte de todos.Un compromiso para demostrar,una vez más, que, tanto la clasedirigente de este país, los partidospolíticos, las instituciones empre-sariales, sindicatos y todos los ciu-dadanos, vamos a saber estar a laaltura de las circunstancias y sere-mos capaces de reconducir yadaptarnos a la grave crisis quepadecemos.

Y estoy convencido de quepodemos hacerlo como en otrosmomentos duros y difíciles denuestra reciente historia. Comocuando trabajamos y nos esforza-mos colectivamente en la Transi-ción, en las crisis de los 90 y lue-go para converger con Europa y

con el euro. Como ya lo hicimoscon ilusión y arrestos para cons-truir un futuro mejor para todoshasta hoy y convertir a España enuna potencia económica, con laconfianza e ilusión necesarias parahacer frente a unos parámetros yun escenario económico diferente,competitivo y austero que nos mirade reojo.

Conocemos los males que pade-cemos, en mayor o menor medi-da. Sabemos que ya nada va serigual que antes, que para mante-ner nuestro nivel de vida tendre-mos que trabajar más tiempo ymejor, que nuestra productividady competitividad se están descol-gando del ranking de los lídereseconómicos de nuestro entornocomercial. Por eso, tendremos quemejorar para crecer, para pagarnuestras deudas y generar rique-za productiva. Y ello, acometien-do las medidas que sean necesa-rias para reducir el gasto impro-

ductivo y aumentar la generaciónde PIB. Sólo así iniciaremos la sen-da del crecimiento económico, dela creación de riqueza y empleo.

No tengo la menor duda de queafrontar la crisis y conseguir lareducción de la dramática tasa deparo de la economía españolapasan, entre otros factores, por lapotenciación de la actividad de laspymes y de nuestras mujeres yhombres emprendedores.

El tejido productivo español estáintegrado, principalmente, porempresas de pequeña dimensióny autónomos (más de 3.000.000),que deben disponer de mejorescondiciones para mejorar su com-petitividad a través de una mayorinternacionalización, innovación eincorporación de las tecnologíasde las comunicaciones y de trans-ferencia de procesos productivos.

Es preciso subrayar que las

pymes de nuestro país generan el60% de nuestro PIB y suponen el80% del empleo de España.

Por eso, éstas requieren, también,de unas condiciones fiscales, labo-rales y de suministros básicos encondiciones y a precios competiti-vos, además de un contexto macro-económico y de regulación establey los menos costoso posible.

Para la creación de riqueza yempleo, es también imprescindi-ble el fomento del espíritu empren-dedor y, hacer mucho más fácil losprimeros pasos de las empresas,por lo que es preciso revisar y ade-cuar las condiciones de acceso almercado de aquellas mujeres yhombres dispuestos a crear su pro-pia empresa.

Las Cámaras de Comerciohemos expuesto nuestro diagnós-tico y propuestas sobre la realidadde las pymes e insistimos en lanecesidad de la toma de medidasque puedan favorecer la mejora desus condiciones de financiación yel acceso al mercado de las

emprendedoras y emprendedores.Pero ¿por qué insisto una y otra

vez en el apoyo a la pequeñaempresa? Porque estoy convenci-do de que va a ser la pyme quiencomience a crear empleo, va a serla pyme quien tirará de la econo-mía real, aportando sostenibilidady porque la pyme, que no se olvi-de, es la energía que mueve elmotor de nuestra economía y denuestra industria.

La recuperaciónpasa por laspymes y losemprendedoresManuel Teruel Izquierdo, presidente del Consejo Superior de Cámaras deComercio, Industria y Navegación de España

Además de lasreformasClaudio Boada, presidente del Círculo de Empresarios

“Se deben simplificar lasnormas, especialmentelas de carácter tributario,que sean innecesarias,desproporcionadaso injustificadas”

“Tendremos que trabajarmás tiempo y mejor, porquenuestra productividad ycompetitividad se estándescolgando del ‘ranking’de líderes económicos”

SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas asociaciones

2 012 creo que va a ser un añodifícil para los españoles

debido al largo período de crisiseconómica que lleva soportandonuestro país. En cualquier caso,quiero mirar el futuro con espe-ranza y confiar en que la llegadade un nuevo Gobierno ayude acolocar a España otra vez en ellugar que le corresponde dentrode la Unión Europea.

La situación de crisis en que nosencontramos exige ser serio y rigu-roso, y no permite hacer ningún tipode concesión a la galería. Éste seríaun lujo injustificado en un momen-to en el que las decisiones han detomarse teniendo en cuenta un soloobjetivo: remontar. Con un país conmás de 5,2 millones de desemple-ados e innumerables empresascerradas –o al borde de la quiebra–urge tomar medidas que creen unascondiciones de base que permitanrevertir esta situación: reducir nues-tro déficit, volver a generar puestosde trabajo y contar con compañíasfuertes y seguras, que garanticen laactividad y sean capaces de com-petir con eficacia y eficiencia en unentorno global.

Uno de los factores clave parael desarrollo de la actividad pro-ductiva y económica es la energíay dentro de este capítulo, es clavela energía eléctrica. La electrici-dad es esencial para la industria,locales y servicios que permitenque se genere empleo que a su vezes motor de nuevas inversiones.España cuenta actualmente con unsistema eléctrico seguro, fiable yque garantiza el suministro en losmomentos de máxima demandade energía. El precio de la electri-cidad se sitúa en la media de lospaíses de nuestro entorno euro-peo, por lo tanto, si no le añadié-ramos unos costes no del todonecesarios, la electricidad es unfactor que puede ayudar a la com-petitividad de nuestras empresasy a la recuperación económica denuestro país.

Como todos saben, la actividadeléctrica está muy marcada pormedidas de política energéticaadoptadas por los gobiernos. Todadecisión implica una serie de con-secuencias y en momentos de cri-sis como el actual, las medidas quese adopten tendrán consecuencias

para la evolución del sistema eléc-trico español y del recibo quepague el consumidor.

El nuevo Gobierno se ha encon-trado con una situación difícil. Susprimeras decisiones en terrenoenergético reflejan que su punto demira es poner fin al déficit de tari-fa eléctrica, esa deuda contraídacon las empresas de UNESA queronda ya los 24.000 millones deeuros acumulados, según datosdel propio Ministerio.

Para acabar con este problemaque supone una deuda equivalen-te casi al 2,5 por ciento del PIB,hay que tomar medidas. La prime-ra debería ser explicar a los con-sumidores en qué consiste estadeuda, por qué se ha obligado aunas compañías que generanriqueza y empleo a prestar dineropara, entre cosas, financiar unosproyectos que no son imprescin-dibles para España en estemomento.

En segundo lugar, acabar con eldéficit de tarifa ya existente y porúltimo impedir que este se sigagenerando. Para conseguirlo esabsolutamente necesario que losconsumidores paguemos el costereal de nuestra factura eléctrica. Sino queremos que esta sea más altade lo que en realidad debe ser,habrá que descargarla de gastoscomo son las primas a las energí-as termosolares, caras e innecesa-rias en este momento.

El Gobierno ha roto el hielo y hadecidido aprobar una moratoriapara la concesión de primas a las

nuevas instalaciones renovables,un paso que parece ir en la direc-ción adecuada. No obstante, que-dan aún muchos frentes abiertos.El futuro de la economía españolaes todavía bastante incierto en elcorto plazo. Pero será una baza anuestro favor contar con empresasrobustas; con una energía que lesayude a ser más fuertes y compe-titivas en el mercado internacional;y con compañías eléctricas inver-soras y creadoras de empleo ycapital humano.

Todo ello contribuirá sin duda,a que las empresas españolas seanlíderes en los mercados interna-cionales. “Repensar la economía”implica ser consciente de que nosmovemos en un mercado cada vezmás global.

E n un mundo conceptual, elseguro puede entenderse

como aquella porción de la rentaque un agente económico dedicaa protegerse frente a pérdidas patri-moniales que puedan causarleeventos inesperados. Por tanto,sería un mero porcentaje de la ren-te y debería compartir su destino.

La información sobre la renta dis-ponible en el año 2011, aunque aúnno se conoce el cuarto trimestre,nos ofrece varios puntos de vistainteresantes.

La renta media por hogar es alta-mente elástica a la crisis. En el año2009, la senda evolutiva giró brusca-mente e inició un descenso suaveque parece haber acelerado su des-censo en el 2011. En otras palabras:con la misma intensidad con la quelos hogares ganaban capacidad decompra y de ahorro en los años exce-lentes, el momento presente empie-za a presentar perfiles iguales, sóloque del sentido contrario.

Nos encontramos por tanto enel punto de la crisis en el que, paraevitar consecuencias excesiva-mente negativas, es decir sistémi-cas, estructurales o permanentes,

sería de gran importancia detenerla sangría de desempleo (que esel «colateral» que causa el dete-rioro de las rentas). En este pun-to, ya no tanto como presidentade UNESPA como en mi condiciónde vicepresidenta de la CEOE, nopuedo por menos que señalar quelos empresarios llevamos yamucho tiempo, demasiado inclu-so, señalando la necesidad detomar medidas valientes y eficien-tes en este sentido.

Los hogares respondieron en elaño 2009 al descenso de su rentamedia mediante una «sobreactua-ción», una acción híper-conserva-dora, que redujo el consumo drás-ticamente como reacción a la incer-tidumbre. Sin embargo, en 2010los hogares respondieron con unmovimiento de signo contrario, ycasi igual intensidad, casi reequi-librando su ratio con el del 2008.

Estos datos nos están sugirien-do que el consumo por hogar tie-ne un suelo; que «le cuesta», porasí decirlo, descender por debajounos niveles, y que la caída del2009 tuvo mucho de coyuntural,afectada por la percepción de una

incertidumbre instantánea. Si estoes así, pues, la continuación de lacrisis tendrá que suponer unamayor convergencia de las curvas,esto es: medido en términosmedios por hogar, renta y consu-mo tenderán a identificarse, sacri-ficándose todo lo demás.

Esto afecta, fundamentalmen-te, al seguro de vida; ya que losseguros llamados de no vida, entanto que líneas de la Encuesta dePresupuestos Familiares, son par-te del consumo. Y, en efecto, esen este punto en el que hay quematizar el concepto de ahorro.Aunque sé que los enfoques de laContabilidad Nacional no son cre-ación local sino que están some-tidos a una disciplina europea,creo que sería muy esclarecedorque la contabilidad nacional porsectores institucionales dejase dehablar de ahorro para pasar ahablar de no-consumo. Son cosas

distintas, y utilizar la misma pala-bra para designarlas es equívoco:para ahorrar hay que no-consu-mir; pero no todo el no-consumoes ahorro.

Lo que la Contabilidad Nacionalnos mide es el no-consumo, estoes, el remanente que los agenteseconómicos (en este caso, loshogares) constituyen sobre el con-sumo. En términos coloquiales yburdamente genéricos, lo que nose gastan el mismo año que loganan. Este no-consumo, sinembargo, tiene tres grandes obje-tivos, sólo uno de los cuáles, ennuestra opinión, debiera conside-rarse, propiamente, ahorro:

(1) No gastar para disponer deuna capacidad de reacción ante loinesperado. Esto es el no-consu-mo puro y duro, y el principal ele-mento para estudiarlo y detectar-lo está en las Cuentas Financierasde la Economía Española si aten-

demos a la adquisición neta deproductos financieros líquidos(efectivo y depósitos en la termi-nología ESA).

(2) Colocar el dinero, inmovilizar-lo, con el objetivo de obtener ren-tabilidades («ponerlo a trabajar») ode incrementar el patrimoniomediante adquisiciones: aquí nosencontramos con varias líneas delas propias cuentas financieras(adquisiciones de renta fija, varia-ble, fondos de inversión…) asícomo con otras realidades, comola adquisición de inmuebles, quehan de inferirse de otras estadísti-cas. Esto es lo que podríamosdenominar inversión.

(3) Diferir la renta hacia el futuro,con la intención de percibirla en unmomento distante en el tiempo,normalmente relacionado con elretiro o jubilación, con la expecta-tiva de acrecerlo durante el perio-do de iliquidez. Esto es lo que nos-otros consideramos, propiamente,ahorro, o ahorro-previsión, expre-sión ésta último que hubo de des-arrollarse para distinguirse del res-to del ahorro, puesto que realida-des tan distintas como la primeray la segunda eran colocadas bajoel mismo paraguas semántico.

Es importante, por lo tanto, des-terrar el binomio crisis/ahorro. Exis-te, en efecto, un binomio, que detodas formas el tiempo está mati-zando; pero es un binomio crisis/noconsumo. La crisis, en términosmedios, está haciendo que loshogares ahorren menos.

En estas circunstancias es cla-ramente elogiable el sector asegu-rador, que ha conseguido cerrartodos los años con cifras globalespositivas y, además creandoempleo y empleo de calidad. Peroesto no va ser eterno. Es impres-cindible no ya hacer reformas decalado en la economía que incen-tiven el empleo y la recuperacióneconómica, sino anticiparlas en eltiempo lo antes posible para tratarde detener en 2012 la sangría deactividad y de valor añadido.

20 al 26 de febrero de 2012

Remontar es elobjetivo principalEduardo Montes, presidente la Asociación Española de la IndustriaEléctrica (Unesa)

No estamosahorrando,estamos no-consumiendo Pilar González de Frutos, presidenta de la Unión Española de EntidadesAseguradoras y Reaseguradoras (Unespa)

“Uno de los factores clavepara el desarrollo de laactividad productiva yeconómica es la energía y,dentro de este capítulo, esclave la energía eléctrica”

54

20 al 26 de febrero de 2012

Tribunas asociaciones SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO

55

L as Instituciones de InversiónColectiva (Sociedades y Fon-

dos de Inversión) constituyen, jun-to con los Fondos de Pensiones,el más importante instrumento decanalización del ahorro hacia lainversión productiva. Además, sonimportantes instrumentos de aho-rro-previsión, orientados a comple-mentar los ingresos de los futurospensionistas. A nivel mundial, exis-ten cerca de 100.000 Institucionesde este tipo, con un volumen deactivos que supera los 33 billonesde euros.

Este importe representaba, afinales de 2011, casi el 60% delPIB mundial y una cifra casi equi-valente al volumen de capitaliza-ción de todas las empresas coti-zadas en las Bolsas mundiales. Supeso es decisivo en la financiacióndel sector público y de las empre-sas privadas, en el desarrollo eco-

nómico y en la potenciación de losmercados financieros.

Después de un período de fuer-te expansión hasta 2007, la crisiseconómica y financiera desenca-denada en dicho año hizo perdera estas Instituciones un 20% desus activos, que pasaron de 31billones a 25 billones de euros,debido exclusivamente a la caídade los mercados.

Sin embargo, a diferencia deotras crisis, la recuperación deestos sectores en volumen de acti-vos y flujos se produjo muy rápi-damente, como lo fue la de losmercados, hasta el punto de que,a finales de 2011, el volumen deactivos superaba el nivel históricode 2007, alcanzando los 33 billo-nes de euros.

El comportamiento de nuestropaís ha sido muy diferente, debidoal carácter conservador de los

inversores y a la escasa exposicióna la renta variable (menos del 10%).Ello hizo que la caída de activos en2008 se debiese exclusivamente altrasvase a depósitos bancarios,dada su mayor remuneración y lanecesidad de las entidades de cré-dito de incrementar su pasivo.

Sin embargo, la crisis recientede los mercados de deuda públi-ca y de renta variable, no ha afec-tado a nuestras Instituciones, quemantienen un volumen de activosdel orden de 300.000 millones deeuros desde 2008.

En nuestro país, están registra-das en la CNMV y en la DirecciónGeneral de Seguros y Fondos dePensiones cerca de 10.000 Socie-dades, Fondos de Inversión y Fon-dos de Pensiones.

Ello da lugar a una gran variedadde Instituciones, tales como sonlas Sociedades y Fondos de Inver-sión Mobiliaria o Inmobiliaria, espe-cializados en los mercados mone-tarios, en la inversión en renta fijao variable, en inmuebles, commo-dities, metales preciosos y otrosactivos, o con vocación de actua-ción en determinadas áreas geo-gráficas o sectores de actividadeconómica.

En los Fondos de Pensionesexiste la misma variedad de opcio-nes de inversión, tanto en los Pla-nes Individuales como en los deEmpleo y Asociados.

Las Sociedades y Fondos de

Inversión tienen cerca de sietemillones de accionistas y partíci-pes, mientras que los partícipesde Fondos de Pensiones son másde ocho millones.

El perfil de los inversores enestos instrumentos representabásicamente a la clase media. Lainversión media por partícipe enlos Fondos de Inversión es de30.000 euros y la de los partícipesde Fondos de Pensiones es toda-vía más baja, de 10.000 euros,dado el período más corto de acu-mulación de este ahorro y los lími-tes de las aportaciones.

Por otra parte, las familias des-tinan un 24% de su ahorro a estosinstrumentos, y a seguros, frenteal 42% a depósitos bancarios. En1985, dos tercios del ahorro de lasfamilias estaban en depósitos ysólo el 2% en Instituciones deInversión Colectiva, Fondos dePensiones y seguros.

Respecto al futuro, a nivel inter-nacional, las Instituciones de Inver-sión Colectiva y los Fondos dePensiones se consolidarán, en lamedida en que los mercados dedeuda y de renta variable recupe-ren su signo positivo, tras el perí-odo de volatilidad reciente.

A más largo plazo, la reducciónprogresiva del endeudamiento delas familias, el incremento del aho-rro de las mismas, y las reformasde los sistemas de pensiones quese están llevando a cabo en lamayor parte de los países, permi-tirán que el ahorro canalizadohacia estos instrumentos se incre-mente significativamente.

Finalmente, desearía expresara la revista EL NUEVO LUNES la mássincera felicitación por su trigési-mo primer aniversario, período enel que ha dedicado una especialatención a los temas relaciona-dos con el ahorro colectivo y elahorro-previsión.

L a larga y profunda crisis queatraviesa nuestra economía

ha tenido un duro efecto sobre laactividad de la construcción. Si asu inicio afectó muy negativamen-te a la actividad residencial, desde2010 este efecto negativo se haextendido y amplificado a causadel derrumbe de la inversión públi-ca en infraestructuras porque lamayor incidencia de los sucesivosajustes se ha concentrado en estasinversiones.

Desde 2008 la actividad cons-tructora en España ha evoluciona-do muy negativamente hasta cotasinéditas en nuestra historia recien-te, pero lo peor es que, en la evo-lución de los indicadores que ade-lantan la actividad a corto plazo, nose atisba una próxima salida de lacrisis por parte de la construcción.El consumo de cemento ha vueltoa los niveles de hace más de dosdécadas, con caídas ininterrumpi-das desde el año 2008, y la licita-ción pública ha sufrido desde finalde ese mismo año a final de 2011una disminución del 65% (40.000millones de euros en 2008, 13.700

millones de euros en 2011). Elempleo sectorial ha mostrado en2011 su peor dato desde el iniciode la crisis; los trabajadores del sec-tor en alta en el régimen general hanpasado de 1.871.128 en 2007 a845.509 a finales de 2011, una pér-dida nada menos que del 55% des-de el comienzo de la crisis.

Nos encontramos, pues, con undilema que debemos resolver posi-tivamente, el que enfrenta aparen-temente la reducción del déficitpúblico con la drástica disminuciónde la inversión en infraestructuras.

No solo España, sino todos lospaíses del mundo afectados por lacrisis están aplicando, para redu-cir su alto déficit, severas limitacio-nes al desarrollo de infraestructu-ras financiadas con dinero públicoa causa de la ingente cantidad derecursos que éstas exigen. Estaslimitaciones se ven agravadas ade-más porque la situación financierade muchos de estos países, inclui-da España, dificulta y encarece suacceso a los mercados de capita-les en tiempos en los que seríannecesarios estímulos extraordina-

rios para iniciar o consolidar larecuperación y generar empleo.

Por ello hemos de ser capacesde encontrar alternativas que per-mitan mantener la inversión sindetrimento del necesario ajuste deldéficit para detener la enorme san-gría de empleo y actividad que estáasolando a la construcción. Hayque hacerlo escogiendo aquellosproyectos que sean más urgentesy que no deban ser relegados, por-que su ausencia conllevará inelu-diblemente quedarnos fuera de jue-go ante la salida de la crisis. Hemosde apoyarnos en nuestras venta-

jas competitivas para afrontar unanueva forma de pensar sobrecómo atender las necesidades ycómo financiarlas dentro de losestrechos parámetros a queactualmente nos obliga la escasezde recursos disponibles.

Sin la construcción no se saldráde la crisis, por lo que hay que cre-ar un círculo virtuoso de medidasanticíclicas. El gobierno debe habi-litar fondos para inversiones públi-cas a través de fórmulas que pue-dan conjugar los objetivos de défi-cit con la dinamización de la eco-nomía y la creación de empleo. Es

necesario destinar un porcentajedel gasto público –que en CNCevaluamos en el entorno del 10%del mismo– a inversión que creeempleo en el corto plazo y benefi-cie a las arcas públicas del altoretorno fiscal de hasta el 58% queestas inversiones generan.

Pero sobre todo se deben acti-var fórmulas de financiación alter-nativas, ya existentes y de proba-da eficacia, que venimos preconi-zando hace ya tiempo. Debe ins-tauraste el pago por uso en lasinfraestructuras que sean suscep-tibles de ser tarificadas de modoque no solo se generen ingresosque aseguren su mantenimiento yconservación, sino que las paguenquienes las usen y no todos loscontribuyentes. Hay que estable-cer planes de inversión en infraes-tructuras –con riguroso criterioselectivo– mediante financiaciónprivada y sistemas CPP, con tari-fas que se compadezcan con loscostes reales y con apelación arecursos financieros de los gran-des inversores institucionales,explorando fórmulas tales comolos proyect bonds que pueden,además, tener el respaldo de la UE.Hay que evitar, en suma, que unapolítica focalizada solo en el recor-te termine por profundizar aún másla dura crisis de la que es urgentesalir, y salir fortalecidos.

Es verdad que la actual situa-ción que atraviesa nuestra econo-mía condiciona la promoción públi-ca de infraestructuras. Pero tam-bién lo es que en la promoción deestas inversiones está en granmedida la respuesta a la propia cri-sis, no solo por su capacidaddirecta de generar empleo y rique-za sino, más a medio plazo, por suindiscutible aportación a la pro-ductividad y la competitividad denuestra economía.

El impacto de lacrisis en el ahorrocolectivo y elahorro previsión Mariano Rabadán, presidente de la Asociación de Institucionesde Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones(Inverco)

La construcciónes esencial parasalir de la crisis Juan F. Lazcano, presidente de la Confederación Nacional de laConstrucción (CNC)

“Las Sociedades y Fondosde Inversión tienen cercade siete millones deaccionistas y partícipes.Los Fondos de Pensiones,más de ocho millones”

56

SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas asociaciones

20 al 26 de febrero de 2012

E s para mí una gran satisfac-ción felicitar a la publicación

EL NUEVO LUNES con motivo de su31 aniversario, casi un tercio desiglo en el que la industria delautomóvil ha experimentado cam-bios significativos, que la han con-vertido en una pieza clave tantode la economía de los países des-arrollados como de la calidad devida de sus ciudadanos. Fue apartir del año 1983 cuando nues-tra industria, en España, aumen-tó significativamente su capaci-dad productiva y se amplió nues-tra capacidad de ventas al exte-rior, renglón que hoy es básicopara nuestra economía.

El principal reto del sector para

el año 2012 será intentar mante-ner los volúmenes de matricula-ciones en el mercado español aunos niveles más aceptables quelos previstos. Todos los analistasapuntan a que el primer semestredel año seguirá siendo muy difí-cil, con una tasa de desempleoalta, que es uno de los mayoresproblemas para generar confian-za al consumidor. Por lo tanto, larecuperación económica, será len-ta. Para acelerar la misma seráimportante reducir la tasa de des-empleo y regularizar la situacióndel crédito para que haya liquidezen los mercados y en las empre-sas y, así, poder generar confian-za en el consumidor.

Conviene recordar que, ademásde la evolución de la producción,un mercado fuerte y sólido es unfactor de localización para las fac-torías españolas porque las mar-cas instaladas en España son filia-les y sus centros de decisiónestán alejados de España. Nopodemos olvidar que las matricesde los fabricantes instalados enEspaña representan casi el 80%del mercado español y que en losúltimos tres años han dejado devender en el mercado español

más de 1,3 millones de turismos.La industria del automóvil insta-

lada en España tiene una enormeimportancia para la economía deeste país. Es un sector eminente-mente exportador y el principalejemplo de las inversiones extran-jeras en nuestro país con firmasmultinacionales de primer nivel.Este efecto exportador hace quela balanza comercial del automó-vil sea positiva para el Estado conun superávit de cerca de 10.000millones de euros.

Además, sirve de motor de arras-tre para otros muchos sectoresindustriales que agrandan el tejidoindustrial de nuestro país. A títulode ejemplo, existen en Españaimplantadas más de 1.000 empre-sas de componentes.

El sector del automóvil en Espa-ña también tiene una proyeccióninternacional muy importante, yaque es el octavo fabricante mun-dial, el segundo país productor devehículos en la UE y el primero envehículos industriales.

F eliz e irreversiblemente, laeconomía ha devenido global

y, de este modo, ya no cabenapuestas ni soluciones “carpeto-vetónicas” para que España pue-da competir y prosperar con éxito.

Envuelto en una crisis que, aun-que hay quienes siguen insistien-do en que es global, en realidad esmuy particular –ya que la sufrenmenos de un 5% de los países delmundo, aquellos que, además dehaberse sobreendeudado, nogeneran confianza en sus acree-dores financieros–, nuestro país notiene elección posible. Debe hacertres cosas a la vez: limitar severa-mente los gastos públicos, resti-tuir la solvencia y liquidez de nues-tro sistema financiero y volver acrecer y crear empleo.

Dejaré a otros expertos la tareade prescribir la resolución de losgraves problemas financieros denuestra economía, para adentrar-me en lo que de verdad importa: elcrecimiento, porque, sin él, no seráposible restituir el funcionamientosostenible de nuestras finanzaspúblicas y privadas.

Es incuestionable que, puesto

que la inversión y el consumointernos no podrán impulsar -almenos durante algunos años- elcrecimiento económico, la únicaposibilidad que tenemos es expor-tar e internacionalizar a nuestrasempresas: todo un desafío y unagran oportunidad para nuestraeconomía.

Si en el año 2000 las exportacio-nes españolas representaban un29% de nuestro PIB –frente a un32,3% de Alemania–, en 2008 habí-an descendido a un 26,5%, frentea un 47,5% de dicho país. Por otraparte, la demanda mundial, sobretodo la asiática, sigue creciendo ygenerando enormes oportunida-des que hasta ahora no hemossabido –ni siquiera pretendido–aprovechar.

Competir en una economíaabierta y globalizada exige empre-sas innovadoras, pues basar laexportación en costes salarialescompetitivos carece de sentido;para eso ya están los países en víasde desarrollo.

Y ¿qué podemos y debemoshacer al respecto? Básicamente:

(1) Reformas estructurales que

liberalicen los mercados –especial-mente los de factores, y entre ellos,el laboral– y hagan más competi-tivas a nuestras empresas.

(2) Políticas económicas que denprioridad absoluta, incluso presu-puestaria, a la innovación y laexportación.

(3) Reformas institucionales: Edu-cación, Justicia, barreras al desem-peño de la función empresarial, fis-calidad, etcétera, que posicionen aEspaña como un país líder y atrac-tivo para la inversión tecnológica eindustrial nativa y extranjera.

Pocas veces en nuestra historiaha habido más consenso doctrinaly apoyo social a las reformas ins-titucionales que deben hacer posi-

ble que España regrese a una sen-da de sostenido y sostenible cre-cimiento económico y del empleo.¿Podrán los intereses creados deunos pocos –como sostenía Man-cur Olson en su obra, ahora muyde moda, The Logic of CollectiveAction– imponerse al interés gene-ral de todo un país?

En materia laboral, es perento-rio que nuestras empresas dispon-gan de al menos la misma o mejorflexibilidad que los países –Alema-nia, Dinamarca, Holanda,...– conlos que competimos. ¿Cómo seexplica el apego de España a unasobsoletas reglas de origen corpo-rativo gestadas en un tiempo tanpretérito como poco democrático?

En cuanto a políticas relaciona-das con el impulso de la presenciaespañola en el exterior, es dramáti-co constatar la sistemática caídadurante los últimos años –¡e inclu-so en el actual!– del presupuestodel ICEX –nuestra eficaz agenciapública de apoyo a la exportación–,mientras que los recursos dedica-dos a la “cooperación internacio-nal” no sólo han venido creciendo,sino multiplicando –absurdamente–los dedicados a la internacionaliza-ción de nuestras empresas. ¿Cómoexplicar las enormes –¡según laOCDE, entre las primeras del mun-do¡– sumas de dinero público dedi-cado -incontroladamente- a un sin-número de ONG´s para los másperegrinos fines, mientras que elapoyo a la presencia exterior denuestras empresas se reduce aextremos ridículos que en el sec-tor TIC, se ha dividido por tres enlos últimos cuatro años?

Puesto que sin capital tecnoló-gico e innovación no es posiblecompetir en una economía globa-lizada, ¿tiene sentido que el esfuer-zo presupuestario y la política eco-nómica den la espalada al sector

TIC, quintaesencia de la competi-tividad de nuestra economía? Laindustria tecnológica española, laque debería impulsar la salida dela crisis, a diferencia de la de lospaíses líderes, no encuentra en lapolítica económica apoyo mínima-mente suficiente para mirar conoptimismo al futuro. Obsoletos inte-reses creados siguen dominandola acción política, como si quisie-ran permanecer en un pasado tanimposible como indeseable.

Después de todo lo dicho, sobrarepensar nuestra economía: es lahora de actuar sin demora.

El sector delautomóvil antesus retos másinmediatos Francisco Javier García Sanz, presidente de la Asociación Española de Fabricantesde Automóviles y Camiones (Anfac)

Repensando y,sobre todo,actuando ennuestra economía Jesús Banegas Núñez, presidente de la Asociación Multisectorial deEmpresas de la Electrónica, las Tecnologías de laInformación y la Comunicación, de lasTelecomunicaciones y de los Contenidos Digitales(Ametic)

“Lo que de verdadimporta: sin crecimientono será posible restituir elfuncionamiento sosteniblede nuestras finanzaspúblicas y privadas”

58

SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas asociaciones

20 al 26 de febrero de 2012

S in la industria, embrión delque se desarrolló la actual

potencia económica europea nopueden entenderse la historia, lacultura y la economía del conti-nente, y, en España, a la escala desu desarrollo y su particular pro-ceso de industrialización, ocurrelo mismo.

Es la Industria la que da con-sistencia al conjunto de la econo-mía, y el sector que más se impli-ca en la Investigación, el Desarro-llo y la Innovación, y en la aplica-ción de tecnologías para la reduc-ción de las emisiones de gasesde efecto invernadero, y quienlidera, en ambos casos, las inver-siones del conjunto de la econo-mía española.

La Industria es el segmento deactividad más sólido y competiti-vo de las economías más próspe-ras del mundo, lo que los últimosaños de crisis han permitido com-probar. Los países con las indus-trias más modernas y competiti-vas han resistido mejor la situa-ción, y en todos ellos el sectorindustrial ha sido el que menordeterioro ha registrado en sus índi-ces de actividad.

Una industria manufacturerafuerte y competitiva es el elemen-to esencial para superar la crisis yesa industria tiene en el Sector delMetal su núcleo fundamental. Des-de la construcción, la energía, eltransporte y las telecomunicacio-nes, hasta la industria alimentaria,la química, y el reciclaje y la recu-peración, todos los sectoresdependen para su desarrollo delequipamiento, la tecnología y lainnovación del Metal

Mantener esa posición –clavepara el conjunto de la economía–y contribuir a elevar el nivel de bien-estar y a crear un futuro sosteni-ble, es el gran reto al que se enfren-ta la propia industria del Metal y elpaís en su conjunto, pero ello nodepende sólo de la propia Indus-tria ni de que la economía recupe-re su crecimiento, sino también dela atención que desde las adminis-traciones se preste a aspectosdecisivos para el correcto desen-volvimiento de su actividad.

No se trata de reclamar medi-das, una lista de buenas intencio-nes, tradicionalmente empaqueta-das para su mejor “venta” en unenvase de diez, veinticinco o cien

unidades, sino de que los legisla-dores, lejos de remedios milagro-sos, planteen medidas que seanaplicables, eficaces y útiles.

La Industria necesita innovación,y para ello han de acercarse lainvestigación y el mercado. Sedebe hacer más por aprovechar losresultados de la investigación y porfacilitar su incorporación en lasPYMEs, y hay que mejorar la finan-ciación. Un “banco para la innova-ción”, financiación a más largo pla-zo bajo condiciones comerciales,y un “fondo para la innovación” queasistiese en las diferentes fases delos proyectos, desde la investiga-ción y los ensayos, a la implanta-ción y la producción comercial,

serían buenas soluciones.La Industria necesita un marco

regulador resuelto y eficaz. La nor-mativa europea es compleja y cam-biante y la española le añade com-plicaciones. En este marco hipe-rregulado, es clave la legislaciónmedioambiental europea que, lejosde estimular la armonización, sóloestablece niveles mínimos y per-mite a los gobiernos nacionales,regionales o locales añadir nuevosrequisitos.

Si hemos de procurar un des-arrollo sostenible, se debe garan-tizar que la legislación medioam-biental respete y se integre en elmarco del mercado interior, o lasempresas se resistirán a adaptar-se a normas que considerarán másuna amenaza, que la oportunidadque los legisladores pretenden quesean.

Reducir el impuesto de socieda-des –España sufre uno de losmayores tipos impositivos de laUE– será eliminar el mayor obstá-culo a la inversión y el crecimien-to. Además, el sistema fiscal debetener en cuenta que la industria escíclica. La posibilidad de contabi-lizar pérdidas de ejercicios anterio-res sin límite de tiempo permitiríaa las empresas reducir distorsio-nes, y la compensación sería degran ayuda a empresas de nuevacreación, microempresas y nego-cios de alto riesgo.

También se ha de armonizar labase del impuesto de sociedadesen el conjunto de la UE, eliminan-do diferencias en la regulación dela depreciación, el tratamiento delos dividendos, las deduccionesaplicables, etcétera. Los costesasociados a tratar con sistemas fis-

cales múltiples y complejos sonmuy elevados para las Pymes ydesincentivan la inversión en otrosestados miembros.

La Industria necesita tambiénpara un crecimiento continuado ysostenible que se un suministroenergético seguro y competitivo enprecio que, además, permita lareducción de las emisiones de car-bono, sin perjudicar el desarrollo yel bienestar social.

Por último, son decisivos losrecursos humanos. La industria seenfrenta a una fuerte escasez demano de obra cualificada, incom-patible con conceptos como com-petitividad, desarrollo tecnológicoy potencial innovador.

Una fuerza laboral cualificada,comprometida y flexible es esen-cial para mejorar la productividady garantizar la sostenibilidad denuestro modelo social. Competircon las economías emergentes entérminos salariales no es posible nideseable. Hay que hacerlo con for-mación universitaria, profesional,ocupacional y continua eficaces, ycon condiciones laborales flexiblesque permitan la movilidad que lasempresas necesitan para respon-der a la presión de la competenciaglobal.

En definitiva, se trata –nada másy nada menos– de que la indus-tria en general y el sector del Metalen particular sigan siendo atracti-vos para trabajar e invertir. Por-que sólo con una base industrialfuerte la sociedad española recu-perará su senda de crecimiento,lo que significa ofrecer mejorescondiciones de vida y un nivel debienestar más alto al mayor núme-ro de ciudadanos.

E spaña y la zona del euro vivenun momento especialmente

complejo. El futuro de la uniónmonetaria pende, quizá más quenunca, de la determinación políticapara acometer reformas de calado.No sólo aquellas que afectan a lagobernanza fiscal del euro, sino tam-bién las que requieren países comoEspaña para poder salir adelante yretomar de nuevo la senda del cre-cimiento y del empleo.

Las crisis resquebrajan muchosde los moldes prestablecidos y, amenudo, ponen sobre la mesa losgrandes problemas estructurales.En definitiva, nos devuelven a la rea-lidad. En el caso de España, el asfi-xiante problema del desempleo urgea tomar grandes medidas: los ata-jos y las reformas a medias no sir-ven, es necesario mejorar la com-petitividad por la vía real. Una metaque sólo se conseguirá si España escapaz de alumbrar un marco eco-nómico y legal más favorable paraemprendedores, empresas e inver-sión extranjera.

En este sentido, pocas veceshabía existido un diagnóstico tancompartido sobre los problemasde fondo de España, ni un consen-so tan amplio (dentro y fuera denuestras fronteras) sobre las cues-tiones prioritarias que se debenabordar en las reformas: mercado

laboral, sector financiero, raciona-lización del sector público y uni-dad de mercado.

El mercado labora requiere sinlugar a dudas la reforma más cru-cial. La alarmante cifra de paro, quese ceba especialmente con la pobla-ción menor de 30 años, es un cue-llo de botella para la recuperaciónespañola, el restablecimiento de laconfianza y la activación del consu-mo doméstico. Los empresarios, enlínea con las recomendaciones delos principales organismos interna-cionales, reclamamos desde hacetiempo un marco legislativo que per-mita una mayor flexibilidad internade las empresas para adaptarse deuna manera más ágil a las nuevasdemandas de sus mercados o a lasvariaciones significativas que se pro-duzca en las mismas; un sistema decontratación más equilibrado y rea-lista que favorezca la contratación ycon unos costes en la salida del mer-cado de trabajo similares a los denuestros países competidores. Eneste sentido, resulta imprescindiblemodificar la actual regulación delcontrato a tiempo parcial que cons-tituye una barrera infranqueable a laincorporación al mercado de traba-jo especialmente de los jóvenes. Esineludible plantearse la asimilaciónde nuestros costes de seguridadsocial a los países de nuestro entor-

no ya que resultan un impuesto alempleo y la competitividad de lasempresas españolas. Habrá queabordar decididamente los altísimosíndices de absentismo que tantoperjudican la competitividad. En elcaso del mercado laboral, cincomillones de parados son razones depeso para abordar una reforma dura-dera y de largo plazo.

El sector financiero es la otraEspada de Damocles de la econo-mía española. Europa y los merca-dos siguen con lupa los pasos delGobierno para acelerar el sanea-miento de los balances de las enti-dades y el previsible proceso defusiones. Esta reforma es imperio-sa para restablecer, en el medioplazo, la normalidad en el créditoa las empresas y familias y, por tan-to, de todo nuestro sistema pro-ductivo. Pero sobre todo, es indis-pensable para la imagen exteriordel país.

Igual o más indispensable es laracionalización del sector público.En este asunto, el debate se ha pola-rizado en torno a la austeridad y elsupuesto recorte de derechos socia-les. Desde una visión más pragmá-tica, el conjunto de las Administra-ciones Públicas (Central, comunida-des autónomas y ayuntamientos)deben adaptarse a las nuevas cir-cunstancias. El nivel de ingresos fis-

cales se ha desplomado como con-secuencia del retroceso del consu-mo, la inversión y el paro. Y las pre-visiones de crecimiento no apuntana que en el medio plazo se puedanrestablecer las fuentes de recauda-ción. Por tanto, España sólo puedealcanzar los objetivos fiscales com-prometidos con Bruselas si raciona-liza al tamaño de su sector público.Eso implica hacer un ejercicio dereflexión colectiva que permita dife-renciar qué parte de la Administra-ción pública es indispensable paraseguir avanzando como país (edu-cación, sanidad, infraestructuras) ycuál no. Por otro lado, sería conve-niente comenzar a aplicar criteriosde gestión privada y de empresa enlos servicios que se pagan con lacontribución de todos los ciudada-nos, para hacerlos más eficientes.

Si España logra estos tres cam-bios en un plazo razonable de tiem-po habrá asentando las bases de unnuevo camino económico. No obs-tante, el engranaje precisa de otrapieza fundamental para la confian-za de los empresarios y la inversiónextranjera: la unidad de mercado. Elatractivo de una economía no sólodepende de la salud de sus institu-ciones, la fortaleza de su sistemafinanciero y la calidad de su merca-do de trabajo. También requiere unasreglas del juego claras y sencillas.

Lamentablemente, la descentra-lización de competencias hacia lascomunidades autónomas ha dadopie a un modelo económico fractu-rado, a una sobrelegislación e hipe-rregulación que en sectores comoel del comercio minorista resultaalarmante (como han denunciadoen el pasado reciente institucionescomo la OCDE o el FMI). Es abso-lutamente inviable mantener unestado con 18 Gobiernos y Parla-mentos legislando profusamente yde forma descoordinada sobreaspectos que inciden en la activi-dad empresarial y, en muchas oca-siones además, con el afán de pro-ducir una normativa singular, pro-pia y bien diferenciada del resto. En

este sentido, la Asociación Nacio-nal de Grandes Empresa de Distri-bución (ANGED) siempre ha defen-dido la libertad del comercio comouna pieza indispensable para favo-recer el consumo y la creación delempleo. Más si cabe en un momen-to tan complejo como el actual.

Las empresas de ANGED tienenparalizados proyectos de inversiónpor valor de 2.500 millones de eurosque, de materializarse, permitiríancrear entre 7.000 y 8.000 empleosdirectos. Sin embargo, lamentable-mente la reciente transposición dela Directiva de Servicios en Espa-ña se ha alejado del espíritu libera-lizador que promovían las institu-ciones europeas. La realidad es quesigue existiendo un exceso regula-torio y burocrático que demoraentre 5 y 8 años la obtención delicencias y las aperturas de nuevoscentros comerciales. Un coste tem-poral y económico demasiado altopara cualquier empresa que deseeinvertir en España.

El comercio está sometido a otroscorsés y disparidades que lastransu competitividad. Por ejemplo, entemas como la regulación horariosde apertura o las rebajas. ANGEDcelebra la decisión reciente de laComunidad de Madrid de liberalizarlos horarios comerciales, porquesupone equiparar las normas de fun-cionamiento del comercio a las querigen para otros sectores de la eco-nomía. Pero sería deseable que estásimplificación normativa continúe enotras administraciones.

La crisis precipita cambios socia-les. Y el comercio, una de las acti-vidades económicas más antiguasde la historia, siempre ha sabidodar respuesta a las nuevas deman-das. Eso requiere un entorno ágil,sin barreras ni trabas, en el que sepuedas ensayar nuevas fórmulasde negocios, nuevos formatoscomerciales y productos más inno-vadores. Y, sobre todo, adaptadoe integrado en las nuevas realida-des comerciales que proporcionaInternet.

Una industria defuturo Javier Ferrer Dufol, presidente de la Confederación Española deOrganizaciones Empresariales del Metal (Confemetal)

Un entorno más favorablepara la inversión Javier Millán Astray, director general de la Asociación Nacional deGrandes Empresas de Distribución (Anged)

60

SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas asociaciones

20 al 26 de febrero de 2012

E n primer lugar, una felicitacióny un agradecimiento. Felici-

tación no sólo por los 31 años a lolargo de los cuales hemos podidocontar con una voz como la de ELNUEVO LUNES, imprescindible paraconfigurar opinión sobre la reali-dad española en un período tantrascendente de nuestra historia,sino porque la iniciativa de cele-brarlos haciendo una prospectivasobre el futuro económico de Espa-ña es extraordinariamente oportu-na. Así pues, el agradecimiento esconsecuencia de la felicitación y,además, por la oportunidad que senos ofrece a los empresarios parahacer llegar nuestras reflexiones ala opinión pública española.

A pesar de que por naturaleza,los empresarios siempre mantene-mos un grado de optimismo quenos hace confiar en un cambio detendencia cuando las cosas vienenmal dadas, es evidente que el ini-cio económico del año 2012 noshace presagiar que el resto no sepuede decir que vaya a ser siquie-ra algo mejor.

La cifra de españoles que no tie-nen trabajo es tal que ya hemosagotado los calificativos, y quédecir del volumen de empresas quese han visto obligadas a echar elcerrojo ante la imposibilidad de saliradelante por falta de recursos. Nosencontramos sin duda ante lo queyo sí llamo las dos Españas: la deaquellos que afortunadamente

tenemos trabajo y la de quienes nolo tienen, y aquí incluyo no sólo alas cifras de asalariados que estána la espera de encontrar unempleo, sino a la de los empresa-rios que lo han perdido todo y tam-poco disponen de ninguna cober-tura siquiera temporal.

¿Y ante esta situación dramáti-ca acaso debemos resignarnos aque no hay solución? En absoluto.Creo firmemente que estamos enel momento más oportuno –no pordeseado ni deseable– para queEspaña inicie una nueva era basa-da en un profundísimo cambio nosólo de estructuras económicas,sino sociales de todo tipo. ¿Acasodebemos seguir viendo comonuestros socios europeos más sóli-dos afrontan esta tremenda crisisglobal con mayores garantías quenosotros? ¿Acaso España no esuna de las grandes naciones quehan configurado Europa a lo largode la Historia y hemos demostra-do en situaciones probablementemás delicadas que somos capa-ces de salir adelante con un com-promiso de esfuerzo común?

Me reafirmo en lo que hace aho-ra prácticamente dos años tuve laoportunidad de decir desde la tri-buna del Club Siglo XXI. En aquelmomento me atreví a exponer, bajoel titulo La hora de la responsabili-dad, la conveniencia de un compro-miso de todos los sectores socia-les españoles –partidos políticos,

organizaciones sindicales, empre-sariales, mundo del pensamiento,de la ciencia, etcétera– para, bajoel extraordinario paraguas de esta-bilidad institucional que representanuestra Monarquía constitucional,alcanzar grandes acuerdos quegaranticen para las generacionespróximas de españoles un futuroque ahora vemos más comprome-tido de lo que pensábamos.

El deterioro no sólo de nuestraeconomía, sino la evidencia del fra-caso de otros ámbitos sustancia-les para nuestra vida colectivacomo es, por ejemplo, el de la Edu-cación, o el funcionamiento de laJusticia, o el del desajuste en la efi-

cacia de nuestro Estado autonó-mico, nos obligan irremediable-mente a ponernos manos a la obrapara poner en marcha más tem-prano que tarde lo que vengo endenominar un Plan Renove Espa-ña. Tenemos el deber para connuestros hijos y nietos de repen-sar España.

Cada uno de los capítulos mere-cería una extensión especial, perome detendré en el primero deellos. La profundísima reforma quedebemos llevar a cabo de nues-tra economía. No voy a volver aanalizar las consecuencias de unaestructura económica basada enla construcción, porque es másque conocido. Lo que sí es ciertoes que para paliar esas conse-cuencias, las reformas que nece-sita España han de ser profundaspor imprescindibles.

Desde luego, la del mercado detrabajo es una de ellas. El Gobier-no salido de las urnas a finales delpasado año está comprometido

con las reformas. Lo ha puesto demanifiesto acelerando el procesode reforma de nuestro sistemafinanciero, y con la determinaciónde facilitar un nuevo marco de rela-ciones laborales que deje ya almargen el obsoleto con el queempresarios y trabajadores noshemos tenido que mover con muypocas variaciones durante las tresúltimas décadas.

Debo decir que después demucho tiempo empleado en nego-ciaciones que no dieron un frutoacorde con las necesidades quevive nuestra sociedad, las organi-zaciones empresariales y sindica-les hemos firmado un acuerdo queregula la negociación colectiva has-ta el 2014, que va más allá de unpacto sobre salarios. Es un acuer-do que empieza a abrir las vías deesa modernización que pide a gri-tos nuestro mercado laboral. Has-ta ahora parecía muy difícil, por nodecir imposible, abordar con lasorganizaciones sindicales aspec-tos como la flexibilidad interna enlas empresas, la posibilidad efec-tiva de que los descuelgues de losconvenios sea real, y otros temascomo buscar soluciones al absen-tismo laboral.

Como presidente de los empre-sarios de Madrid saludo esteacuerdo y me felicito de que en elámbito de nuestra ComunidadAutónoma, las centrales sindica-les y CEIM hayamos dado el pasode ser los primeros en implemen-tar el acuerdo nacional en medi-das que, dentro de nuestras com-petencias, favorezcan crear pues-tos de trabajo. Si todos ponemosde nuestra parte las mejores ide-as sin rechazos aprioristicos, sal-dremos sin duda adelante antesde lo que pensamos. Ése es hoyel compromiso y la voluntad de losempresarios. Por nosotros no vaa quedar.

L a crisis económica se ha lle-vado por delante, según las

estimaciones de los analistas, amás de 200.000 empresas. Es unacifra trágica, porque además delempleo, situaciones como la actualdestruyen también proyectos via-bles, ilusiones audaces y ahoganel espíritu emprendedor.

Durante estos difíciles añoshemos oído decir en incontablesocasiones a los políticos que losuperaremos con sacrificio, refor-mas y capacidad de adaptación,pero lo que no hemos escuchadocon la misma intensidad es que latarea de los gobiernos es crear elmarco para la recuperación, y la decrear riqueza y empleo es de losempresarios. Reivindicar, por tan-to, su figura como un elemento fun-damental para la salida de la crisises una de nuestras asignaturaspendientes.

En Estados Unidos, durante lapasada Super Bowl, el mayor even-to deportivo del país –seguido por180 millones de personas en todoel mundo– se emitió un originalanuncio que interpelaba así a laaudiencia: “Un emprendedor conuna idea puede cambiar el mundo.¿Serás tú?”. No es fácil imaginaralgo así en España durante un

Madrid-Barça. El espíritu empren-dedor está bien arraigado en lasociedad americana y fomentadopor su sistema educativo.

Si ese país, con todos sus pro-blemas y carencias, tiene ese dina-mismo y empuje económico esporque, entre otros factores, hainteriorizado la importancia de for-mar a los jóvenes en el convenci-miento de que una idea puedeconvertirse en un proyecto quegenere empleo, riqueza y bienes-tar social. No se trata de meterpájaros en la cabeza a nadie, sinode hacer ver que la creatividad,complementada con esfuerzo,puede dar su fruto. Ese es el sue-ño americano.

Nuestro país tiene indudablesfortalezas. Es una de las principa-les economías del mundo, muchasde sus empresas son líderes inter-nacionales en sus distintos sec-tores de actividad, y sirve de puer-ta de entrada privilegiada a doscontinentes en pleno crecimiento:América del Sur y África. Conta-mos con activos muy importan-tes, pero el más valioso es elempresario que arriesga, trabajay lucha por desarrollar y mantenersu idea, en muchos casos paraque perviva a lo largo de las gene-

raciones de su propia familia. Algunos sectores de opinión

siguen viendo al empresario comoun explotador, que se aprovechade sus empleados, y que se enri-quece con el trabajo que otroshacen para él. En pleno siglo XXInuestra sociedad sufre estereoti-pos como estos, profundamenteinjustos. El empresario arriesga consu idea, busca financiación o invier-

te su propio patrimonio, contratapersonas que le ayudan a desarro-llarla, y obtiene un fruto del que sebenefician todos los implicados.También la sociedad, a través delos impuestos que paga y los pues-tos de trabajo que crea, sin olvidarlas actividades de mejora de suentorno que muchos emprenden através de sus programas de res-ponsabilidad social.

Grande, mediano o pequeño, elempresario es un bien social y unactivo económico que hay que pre-servar. Ya hemos perdido los pro-yectos de más de 200.000 de ellos.No podemos permitirnos la pérdi-da de ninguno más, y debemosrecuperar, en la medida de lo posi-ble, el terreno perdido.

¿Cómo lo hacemos? Desde elInstituto de la Empresa Familiarllevamos muchos años insistien-do en la necesidad de impulsar yproteger el espíritu emprendedor.Lo venimos haciendo desde losaños de bonanza económica. Yaentonces estábamos convencidosde que el crecimiento económicoque disfrutábamos no era soste-nible a largo plazo simplementeporque las nuevas generacionesno cuentan hoy con un sistemaeducativo que les genere la inquie-tud de tratar de crear, con el tiem-po, algo propio.

Para promover el espírituemprendedor es necesario que losplanes de estudio enseñen a losestudiantes que una de sus opcio-nes de futuro puede ser convertir-se en empresario. Hace falta tam-bién que las empresas participenen el diseño de los planes de estu-dio, especialmente los universita-rios y los de formación profesional.También se requieren políticas acti-vas por parte de las Administracio-nes, que faciliten, a través dededucciones fiscales y bonificacio-nes de las cuotas a la SeguridadSocial, los primeros pasos de losemprendedores.

Pienso que es labor de todoscrear un clima de opinión favora-ble al empresario, porque es un ele-mento fundamental en la vertebra-ción económica y social de un país.La figura del que arriesga para cre-ar empleo y riqueza debe recupe-rar la dignidad que les ha arreba-tado la demagogia, las visionesreduccionistas de los problemas yla necesidad de echar la culpa aalguien cuando van mal las cosas.Serán ellos los que nos saquen,una vez más, las castañas del fue-go. Se les debe todo el reconoci-miento, y también una disculpa,porque aquí no hay Super Bowl.

Repensar España Arturo Fernández, presidente de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) y de la Cámara de Comercio de Madrid y vicepresidente primero de CEOE

Aquí no haySuper Bowl Javier Quintana, director general del Instituto de la Empresa Familiar

“La tarea de losgobiernos es crear elmarco para larecuperación; la decrear riqueza y empleoes de los empresarios”

“Nos encontramos antelo que yo sí llamo las dosEspañas: la de aquellosque afortunadamentetenemos trabajo y la dequienes no lo tienen”

20 al 26 de febrero de 2012

Tribunas asociaciones SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO

63

L a situación económica queviene produciéndose desde

2008 va revistiendo distintos mati-ces, según evoluciona no sólo enEspaña sino en el conjunto de lospaíses, particularmente en la lla-mada “Zona Euro”. Tras una faseen la que se puso el foco en lasentidades financieras, llegó otraen la que el tema principal fue, ysigue siendo, la reducción del défi-cit de las administraciones públi-cas, para después resurgir lanecesidad de revisar la situacióndel sistema financiero. Ahora,vamos entrando en una etapa enla que cada vez más voces públi-cas y privadas alertan sobre lanecesidad de recuperar políticasde estímulos al crecimiento, dadolo impensable de superar las con-secuencias de la crisis sin conse-guir incrementar significativamen-te éste.

La cuestión de la competitividadde nuestra economía ha sido obje-to de atención y preocupación des-de mucho antes de manifestarsela actual situación. Ahora que parala superación de la misma serenueva el interés por la capacidadde las empresas para generar acti-vidad, vuelve a estar en primerísi-mo primer plano la necesidad deser competitivos.

Decir que las empresas españo-

las no son competitivas es unageneralización peligrosa –comocasi todas– ya que cualquier per-sona informada sería capaz denombrar como mínimo cinco sec-tores en los que las organizacio-nes españolas son una referenciamundial. Sin embargo, la falta decompetitividad del conjunto es unalosa que nos aprisiona desde quela competitividad basada exclusi-vamente en precios y costes dejóde ser una opción para cualquierpaís desarrollado.

Como todas las grandes tareas,abordar ésta con éxito requiere delconcurso de muchos; y de eso enAENOR sabemos algo. No existeun factor que por sí mismo haga anuestra economía competitiva, sinoque se trata de una combinaciónde elementos que sume y cree uncírculo virtuoso.

En AENOR creemos firmemen-te que las normas técnicas y lascertificaciones constituyen dosaportaciones imprescindibles enel esfuerzo por ser cada vez máscompetitivos. Así lo entiendenotros países desarrollados, comoAlemania, donde el esfuerzo nor-malizador tanto doméstico comointernacional es verdaderamentenotable. En los veinticinco años deexistencia de AENOR se ha dadoun salto notable respecto a la dife-

rencia que nos separaba de nues-tros homólogos europeos enambos campos, aunque todavíaestamos lejos del uso que seríadeseable. Según un estudio inde-pendiente llevado a cabo recien-temente, la normalización ya supo-ne el 1% de nuestro PIB, pero lasnormas técnicas siguen siendounas desconocidas para muchas

organizaciones españolas, aúncuando son una herramienta quereduce considerablemente los ries-gos empresariales.

Las normas técnicas indicancómo debe ser un producto ocómo debe funcionar un serviciopara que cumpla adecuadamentela tarea para la que ha sido conce-bido y responda a lo que el consu-midor espera de él. De aplicaciónvoluntaria, las normas contienensoluciones eficaces y aprobadaspor el mercado, que afectan a lascuestiones relevantes para la com-petitividad de prácticamente todoslos sectores de actividad. La apli-cación de las normas no sólo mejo-ra y refuerza el modo en que unaempresa o administración abordasus tareas; refuerzan la competiti-vidad de las organizaciones, apo-yan la innovación y facilitan el acce-so de los productos y servicios a

los mercados internacionales. Seestima que el 80% de los produc-tos que se comercializan en todoel mundo están sujetos a normastécnicas.

Hoy día, el catálogo español denormas está compuesto por cercade 30.000 documentos. Es decir,medio millón de páginas en nues-tro idioma, que contienen la verda-dera enciclopedia de nuestra tec-nología. Además, en una lenguacomún para 400 millones dehablantes, con lo que ello suponede impulso a la proyección exte-rior de nuestras empresas.

En cuanto a la certificación, setrata de la mejor tarjeta de presen-tación para una empresa, sus pro-ductos y sus servicios, muy espe-cialmente en el caso de pymes,menos conocidas que las grandescorporaciones. La certificaciónpotencia la confianza que soncapaces de despertar las empre-sas entre todos sus interlocutores,constituyendo un verdadero pasa-porte que abre puertas en merca-dos domésticos y exteriores. Asi-mismo, ayuda a las organizacio-nes a su colocación en la sendade la creación de valor, porquemejora su eficacia e impulsa lacapacidad de crear productos yservicios de calidad, que seancapaces de responder a lo queesperan los consumidores, pro-ductos y servicios mejores que losde los competidores.

España ya superó una vez labarrera mental que separaba laapreciación de nuestros produc-tos y servicios de la atribuida a losprovenientes de otros países euro-peos. Es el momento de redoblarese esfuerzo para volver a ganarla batalla de la confianza, con lasnormas y los certificados queacreditan su uso como eficacesaliados. Sigue siendo una cues-tión de calidad.

Reforzar lacompetitividad Manuel López Cachero, presidente de la Asociación Española deNormalización y Certificación (Aenor)

“Hoy día, el catálogoespañol de normas estácompuesto por cerca de30.000 documentos. Esdecir, medio millón depáginas en nuestroidioma, que contienen laverdadera enciclopedia denuestra tecnología”