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Sudán del Sur: pasado, presente y futuro Los retos de la Cooperación Internacional para el Desarrollo

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Los retos de la Cooperación Internacional para el Desarrollo. Informe elaborado por el Centro de Investigación sobre Seguridad y Gobernanza Transnacional (ReSeT) para REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario)

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  • 1Sudn del Sur: pasado, presente y futuro

    Los retos de la Cooperacin Internacional para el Desarrollo

  • 2Informe elaborado por

    el Centro de Investigacin sobre Seguridad y Gobernanza Transnacional (ReSeT)

    para REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario)

    Coordinacin y elaboracin del informe:

    Jess Garca-Luengos

    Equipo de ReSeT:

    Balder Hageraats, Helga Amenabar y Mara Molina

    Madrid, 2 de marzo de 2012

  • 3ndice

    Resumen ejecutivo ................................................................................................................................................. 5

    1. Introduccin .......................................................................................................................................................... 10

    2. Contexto .................................................................................................................................................................... 11

    3. La Cooperacin Internacional para el Desarrollo en Sudn del Sur. Claves sobre AOD y actores internacionales ........................................................................ 15

    4. La Cooperacin para el Desarrollo espaola. Experiencia de las ONGD espaolas en Sudn del Sur ............................................. 20

    4.1. La AOD espaola .................................................................................................................................. 20

    4.2. Principales claves reseadas por las ONGD espaolas .................................. 22

    4.3. Buenas prcticas.................................................................................................................................... 26

    5. Recomendaciones ........................................................................................................................................... 29

    6. Lecciones aprendidas y conclusiones .......................................................................................... 31

    ANEXOS

    I. Resumen de la Campaa frica: cuestin de vida, cuestin debida .................................................................... 37

    II. Fuentes documentales y bibliogrficas .............................................................................. 38

    III. Entrevistas realizadas............................................................................................................................ 39

    IV. Principales claves del conflicto Norte-Sur Sudn ..................................................... 40

    V. Datos estadsticos sobre Sudn del Sur ............................................................................ 45

    VI. Mapas. Caractersticas geogrficas y demogrficas de Sudn del Sur ...................................................................................................................................... 47

    VII. AOD internacional ................................................................................................................................... 53

    VIII. AOD espaola por agentes ............................................................................................................. 58

    IX. Ficha AECID Sudan ................................................................................................................................. 59

    X. Resumen de actividades de Solidarity with South Sudan ............................... 60

    XI. Objetivos de Desarrollo del Milenio ...................................................................................... 62

  • 4Sudn del Sur: pasado, presente y futuro

    ACRNIMOS

    AMREF: Fundacin de Investigacin Mdica en frica

    AOD: Ayuda Oficial al Desarrollo

    BSF: Basic Services Fund

    CBTF: Capacity Building Trust Fund

    CHF: Common Humanitarian Fund

    CPA: Comprenhensive Peace Agreement (Acuerdo Global de Paz)

    IGAD: Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo de frica

    IO: Intermn Oxfam

    LRA: Lord Resistance Army (Ejrcito de Resistencia del Seor ugands)

    MDTF : Multi-Donor Trust Fund

    OMUDES: Organismos Multilaterales de Desarrollo

    ONGD: Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo

    ONU: Organizacin de Naciones Unidas

    PMA: Programa Mundial de Alimentos (Naciones Unidas)

    PNUD: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo

    PROYDE: Promocin y Desarrollo ONGD

    PROCLADE: Promocin Claretiana del Desarrollo ONGD

    REDES: Red de Entidades para el Desarrollo Solidario

    SED: Solidaridad Educacin y Desarrollo ONGD

    SPLM: Sudan Peoples Liberation Mouvement (Movimiento de Liberacin del Pueblo de Sudn, Sudn del Sur)

    SRF: Sudan Recovery Fund

    SJR: Servicio Jesuita a Refugiados

    UNICEF: Fondo de Naciones Unidas para la Infancia

  • 5Resumen ejecutivoEl nuevo estado de Sudn del Sur, que proclam su independencia en julio de 2011, nace in-serto en un contexto marcado por complejas claves histricas, polticas, culturales y econmicas. El Acuerdo Global de Paz (2005) abri una nueva y decisiva etapa entre el Norte y al Sur de Sudn, enfrentados durante ms de cuatro dcadas por un conflicto con un saldo elevadsimo de vctimas mortales, refugiados y desplazados internos. Las relaciones entre la Repblica de Su-dn y Sudn del Sur siguen sujetas a importantes tensiones y seguirn condicionando durante mucho tiempo el futuro de ambos pases. El reparto del petrleo cuyos ingresos en los ltimos aos por parte de Sudn del Sur no han llegado por el momento a su poblacin, con un riesgo evidente de que se est generando una maldicin poltica y econmica es una de las claves de las relaciones bilaterales. Por su parte, el gobierno de Sudn del Sur se enfrenta a retos ingen-tes, entre ellos el desarrollar su capacidad como prestatario de servicios sociales bsicos para su poblacin y la construccin de una identidad nacional.

    El conocimiento directo de dicho escenario a travs del trabajo realizado en Sudn del Sur por parte de REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario) -, agrupacin formada por entida-des mayoritariamente ligadas a instituciones religiosas y por organizaciones de inspiracin cristia-na, con amplia experiencia en frica subsahariana - ha sido un factor clave para la elaboracin del presente informe. El cual se enmarca, a su vez, en el trabajo de REDES a travs de la Campaa sobre servicios sociales bsicos frica: cuestin de vida, cuestin debida llevada a cabo durante los ltimos tres aos.

    Otros de los aspectos que favorecieron la decisin de acometer este estudio fue el inters por disponer de un anlisis sobre aspectos clave de la cooperacin internacional para el desarrollo en Sudn del Sur y, de forma ms particular, por conocer ms en profundidad la experiencia de la cooperacin espaola, especialmente a travs de las ONGD que trabajan en el pas desde hace aos; ejercicio, este ltimo, que no se haba realizado hasta la fecha.

    La comunidad internacional ha desplegado en Sudn del Sur diversos programas y fondos multilaterales, con un volumen significativo de fondos que, no obstante, estn muy por debajo

  • Sudn del Sur: pasado, presente y futuro

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    de las necesidades actuales del pas y su poblacin. Un inadecuado conocimiento del contexto especfico por parte de aquella, junto con una gran debilidad institucional por parte del gobierno y las autoridades nacionales y factores condicionantes de todo orden, como los relativos a la seguridad y a la falta absoluta de capacidades locales, han propiciado que la eficacia de la Ayuda Internacional al Desarrollo (AOD) haya sido hasta la fecha bastante baja. Las ONGD internacio-nales han estado centradas durante los ltimos aos en la ayuda humanitaria de emergencia y en el sector de servicios sociales bsicos. Ms de dos terceras partes de stas no han podido todava alcanzar ni siquiera el 50% de sus previsiones iniciales de fondos destinados a programas de desarrollo y accin humanitaria para 2012; y casi otros dos tercios no tienen ninguna suma confirmada para 2013

    Por otro lado, la principal dificultad para el anlisis de la AOD destinada a Sudn del Sur desde la firma en 2005 del CPA es la prctica inexistencia de datos y cifras desagregadas entre el Norte y Sur de Sudn. En lneas generales la AOD internacional se ha orientado a la ayuda humanitaria, infraestructuras y sector de seguridad. Los volmenes totales de AOD destinada a servicios so-ciales bsicos, imprescindibles para Sudn del Sur, no estn en consonancia con las necesidades del pas.

    En cuanto a la Cooperacin Es-paola, la presencia de la AECID se limita a una antena en la capi-tal de la Repblica de Sudn, Jar-tum, dependiente de la OTC de Etiopa. A nivel estratgico el lti-mo documento aprobado fue el Plan de Actuacin Especial (PAE) sobre Sudn 2006-2008. Espaa ha aportado tambin su apoyo a Sudn del Sur a travs del fondo fiduciario para el desarrollo de ca-pacidades (CBTF) y al fondo fidu-ciario multidonantes de Sudn del Sur (MDTF). La informacin disponible actualmente es que, de forma coordinada con la Unin Europea, la concentracin geogrfica de la AECID para los proyectos de desarrollo en Sudn del Sur se va a orientar hacia el estado de Lakes, siendo el sector prioritario el desarrollo rural; aparte de la ayuda humanitaria.

    La AOD espaola hacia Sudn se ha concentrado de forma muy mayoritaria en la canalizada va organismos multilaterales (OMUDES). En cuanto a la AOD espaola va ONGD una parte impor-tante de la ayuda destinada a este ltimo se ha dirigido al sector de educacin, salud y agua y saneamiento.

    Las entrevistas realizadas con diversas ONGD espaolas presentes en el pas revelaron di-versos aspectos, tanto a nivel de las necesidades del pas y la falta de capacidades, a todos los niveles, como en relacin a su experiencia ms directa. En relacin a esto ltimo se destacaron las grandes dificultades para contratar personal que trabaje en sus proyectos debido a la falta de preparacin y formacin del personal local; la necesidad de valorar adecuadamente, y antes de acometer cualquier intervencin, la precariedad absoluta en materia de redes de comunicacin y transporte; las dificultades para aplicar en la prctica un enfoque de gnero consistente; el gran reto de la viabilidad de los proyectos; y problemas diversos a nivel de gestin operativa.

  • Los retos de la Cooperacin Internacional para el Desarrollo

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    Entre las buenas prcticas recabadas a travs de dichas entrevistas y la documentacin correspondien-te, se pueden mencionar las siguientes:

    En relacin con el trabajo de implicacin de las comunidades locales, cabe destacar la experiencia de IO en la creacin de comits locales para la gestin de los pozos de agua a travs de un enfoque basado en la comunidad.

    La experiencia en el mbito educativo de Entreculturas y el SJR es tambin una referencia a tener en cuenta. A partir de una evaluacin intermedia del convenio suscrito con AECID, se ha comenzado a poner en marcha una nueva metodologa de formacin de profesores, impartindose en las au-las y dentro de la jornada escolar, de tal forma que se refuerzan aspectos clave de la docencia y se favorece un entorno interactivo con los alumnos/as.

    Son tambin un referente las campaas que puedan generar avances sociales en el mbito de la educacin para la paz y que contribuyan a construir un sentimiento de identidad comn na-cional, cohesin social y valores compartidos, como la de los 101 das organizada por Solidarity with South Sudan.

    Cabe tambin destacar la formacin que se viene impartiendo en ingls dentro del programa de formacin de profesores y personal sanitario, por parte de varias ONGD.

    En cuestiones de gnero hay una serie de iniciativas que estn dando buenos resultados. Una de ellas es el apoyo financiero a las nias por medio de becas, lo que est contribuyendo a una me-jora en los niveles de acceso a la educacin secundaria. Igualmente, el suministro de kits sanitarios para las nias ha mejorado las tasas de asistencia y ha reducido su nivel de abandono escolar. Tam-bin se est incorporando a las mujeres a las actividades de construccin de la paz, como hace Solidarity a travs de su vertiente pastoral, mediante la formacin de mujeres lderes.

    En el mbito escolar, algunas de las ONGD entrevistadas sealan su especial preocupacin, y la de sus contrapartes, por la escolarizacin de las nias, dedicando una buena parte de sus esfuer-zos a sensibilizar a los padres. A lo cual se aaden las actividades de promocin de la mujer, como es el caso de la ONGD Madreselva y las hermanas salesianas. Otras entidades, como Jvenes y Desarrollo, destacan, en el marco de su amplio trabajo en el mbito educativo, la realizacin de un programa transversal de alfabetizacin de nias.

    Cabe tambin resear la importancia del trabajo de todas aquellas organizaciones que, como las de perfil religioso, llevan muchos aos trabajando y han permanecido junto a las comunidades locales, independientemente de las etapas de la guerra y los conflictos que se han sucedido en el Sur de Sudn a lo largo de las ltimas dcadas.

    Entre las lecciones aprendidas, cabe destacar:

    La compleja vinculacin entre la emergencia, la recuperacin y el desarrollo - que no se ajusta al paradigma clsico en este mbito - no ha tenido, en muchos casos, su reflejo concordante en las estrategias de los donantes y sus organismos.

    La apuesta por estrategias a medio y largo plazo tal y como han sealado algunas ONGD espa-olas a travs de una ayuda sostenida y previsible son tambin factores determinantes en un pas como Sudn del Sur.

    La mejora del seguimiento y monitoreo de los proyectos, as como el establecimiento de mecanismos adecuados de rendicin de cuentas, es otra de las cuestiones que estn a la orden del da.

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    Otra de las cuestiones constatadas es la ne-cesidad de mejora en la coordinacin a todos los niveles - entre organismos in-ternacionales, ONGD presentes en el pas, gobiernos y autoridades locales.

    Tambin existen mltiples lecciones sobre las carencias institucionales del gobierno y la administracin de Sudn del Sur. stas no se han valorado adecuadamente por par-te de los donantes internacionales, lo cual ha perjudicado de forma importante la eficacia y viabilidad de los programas de ayuda.

    Hasta la fecha los programas de los donantes internacionales se han centrado bsicamente en Juba y en las capitales de los 10 estados federados del pas, mientras que se han desatendido las reas rurales y las zonas ms enclavadas. Hay estados federados, sectores y grupos de poblacin que no reciben suficiente ayuda.

    Las ONGD espaolas han subrayado tambin cuestiones importantes en materia de planifi-cacin y gestin de los proyectos. Resulta clave abordar con una amplia antelacin estas tareas y valorar de forma muy sopesada, y en funcin del contexto fsico (enclavamiento, estado de las vas de comunicacin, poca de lluvias), los costes y plazos estimados de ejecucin.

    Otro de los grandes retos sigue siendo involucrar a las comunidades desde la fase de identificacin de las intervenciones, adems de favorecer la participacin de la organizacio-nes de base y comunitarias en procesos de desarrollo y fortalecer la sociedad civil local.

    Otros asuntos cruciales son la equidad en la asignacin de la ayuda, la atencin a los ms vulnerables y el necesario apoyo a actividades vinculadas con la agricultura y la genera-cin de un sustento que es primordial para los tres millones de personas que dependen en Sudn del Sur, de forma ms o menos crnica, de la ayuda alimentaria.

    Las recomendaciones derivadas de todo lo anterior son las siguientes:

    Desde 2005 hasta la fecha se ha generado toda una experiencia en Sudn del Sur que debe orientar la AOD y la cooperacin internacional, mejorando la eficacia y los impactos de los proyectos; combinando la atencin de las necesidades humanitarias ms urgentes con las estrategias de desarrollo; y considerando, de forma transversal, todas las implicaciones e impactos relativos a la vinculacin e interdependencia entre la seguridad y el desarrollo.

    El enfoque comunitario y de abajo a arriba es sealado de forma reiterada por diversas organizaciones y expertos como un aspecto clave.

    Es tambin necesario establecer todos aquellos cauces y reforzar por consiguiente las capacidades - que faciliten el acceso a la sociedad civil sur sudanesa y las ONG locales a fondos internacionales de ayuda.

    Tambin es preciso una mayor atencin y apoyo econmico para los proyectos y programas dirigidos a la poblacin y colectivos ms vulnerables, incluyendo nios/as desasistidos, dis-capacitados y ancianos, hogares en los que la mujer es el nico sustento, viudas y vctimas de la violencia de gnero, y personas retornadas.

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    Todas aquellas estrategias, mecanismos y programas que sean consecuentes con el con-texto y su complejidad y que, de forma creativa e innovadora, se doten de la suficiente flexibilidad y mejoren la eficacia de la ayuda, sern tambin una referencia de futuro

    Siendo la sostenibilidad de las intervenciones un aspecto determinante, resulta preciso incor-porar desde la fase de identificacin un anlisis slido sobre esta cuestin.

    Las cifras reseadas de AOD internacional reflejan claramente la necesidad de aumentar los bajos niveles de inversin en educacin, salud y agua y saneamiento.

    Tanto los organismos como las ONGD internacionales deben orientar ms sus esfuerzos y elaborar estrategias e indicadores de forma ms acorde con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que constituyen para Sudn del Sur una de sus mximas prioridades, tal y como ha declarado su Gobierno.

    constituye una fuente de aprendizaje y rendicin de cuentas muy relevante y es clave en tr-minos de eficacia e impacto.

    La incorporacin y refuerzo del enfoque de gnero de forma transversal es sustancial, y tiene margen de mejora en la gran mayora de las intervenciones.

    En el caso de la AECID, la elaboracin de una estrategia para Sudn del Sur - junto con la presencia de una persona responsable de programas en Juba - debera acometerse cuanto antes; mediante la elaboracin de un Marco Asociacin Pas que incorporase los principios internacionales sobre eficacia de la ayuda y buena implicacin en estados frgiles, y que tuviese en cuenta la valiosa experiencia y los sectores y mbitos (incluido el geogrfico) de intervencin de las ONGD espaolas.

    Es recomendable tambin que la AECID realice una valoracin de toda la ayuda canalizada a travs de organismos multilaterales a Sudn del Sur para adoptar las decisiones consiguien-tes. Y que incremente su apoyo a todos aquellos proyectos sobre servicios sociales bsicos, va ONGD, que estn bien fundamentados.

    En cuanto a las ONGD espaolas con presencia en el pas, sera muy conveniente que se creasen espacios de intercambio de informacin, experiencia y conocimientos. Igualmen-te, deberan mejorarse los canales de comunicacin entre la AECID y dichas ONGD. Una fr-mula podra ser la celebracin, e institucionalizacin progresiva, de un encuentro anual en Espaa para el debate y la reflexin conjunta sobre Sudn del Sur, en el que participasen representantes de las ONGD y entidades benficas espaolas con presencia o inters en el pas, representantes de la AECID y de aquellas Comunidades Autnomas o Ayuntamientos interesados, y expertos con experiencia en el pas.

    A su vez, la creacin de espacios y el desarrollo del trabajo en red entre las ONGD es-paolas se debera fomentar ms, no solo para reforzar los aspectos de comunicacin y coordinacin, sino tambin los de sensibilizacin de la opinin pblica e incidencia. En el caso de REDES, diversas organizaciones han coordinado su trabajo en Sudn del Sur a travs de la experiencia conjunta de Solidarity. Por otro lado, la campaa frica cuestin de vida, cuestin debida se ha orientado hacia la sensibilizacin e incidencia en relacin a los servicios sociales bsicos en frica. Estos dos ltimos aspectos tienen un amplio margen de progreso y sern cada vez ms vitales en el mbito de la cooperacin internacional para el desarrollo espaola.

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    1. IntroduccinLa Repblica de Sudn del Sur (en adelante, Sudn del Sur) se convirti en julio de 2011 en el 54 pas africano, generando la segunda excepcin histrica (la primera fue Eritrea) a la mxima adoptada por la extinta Organizacin para la Unidad Africana (OUA) de la inalterabilidad de las fronteras trazadas, de forma arbitraria, por las potencias coloniales.

    El recin estrenado pas configurado por 10 estados federados, segregados de la regin del sur de la Repblica de Sudn - nace inserto en un contexto en el que complejas claves histri-cas, polticas, culturales y econmicas han condicionado su devenir durante las ltimas dcadas y seguirn hacindolo durante mucho tiempo. El conflicto abierto que han mantenido durante casi 30 aos el Norte (la actual Repblica de Sudn) y el Sur de Sudn, descrito por los medios de comunicacin de forma simplista como un enfrentamiento entre musulmanes norteos, de un lado, y cristianos y animistas sureos, de otro, ha sido devastador; y ha tenido mltiples irra-diaciones, con apoyos cruzados a diversos grupos guerrilleros opositores, tanto sudaneses como extranjeros, por parte de ambos bandos. Como se expondr ms adelante, la situacin tanto en el mbito de la accin humanitaria como del desarrollo presenta retos ingentes.

    El conocimiento directo de dicho escenario a travs del trabajo realizado en Sudn del Sur por parte de REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario) -, agrupacin formada por entida-des mayoritariamente ligadas a instituciones religiosas y por organizaciones de inspiracin cristia-na, con amplia experiencia en frica subsahariana - ha sido un factor clave para la elaboracin del presente informe. El cual se enmarca, a su vez, en el trabajo de REDES a travs de la Campaa sobre servicios sociales bsicos frica: cuestin de vida, cuestin debida llevada a cabo durante los ltimos tres aos. En el anexo I figura un resumen de esta Campaa1.

    Otros de los aspectos que favorecieron la decisin de acometer el presente estudio fue el inters por disponer de un anlisis sobre aspectos clave de la cooperacin internacional para el desarrollo en Sudn del Sur desde la firma del Acuerdo Global de Paz (CPA; por sus siglas en ingls) y, de forma ms particular, por conocer ms en profundidad la experiencia de la cooperacin espaola, especialmente a travs de las ONGD que trabajan en el pas desde hace aos; ejercicio, este ltimo, que no se haba realizado hasta la fecha. El objetivo de las lneas que siguen es, adems, recabar las lecciones aprendidas en el mbito objeto de estudio y, a partir de las mismas, exponer las con-siguientes recomendaciones y orientaciones.

    1 El contenido y objetivos de la Campaa se puede consultar en: http://www.africacuestiondevida.org

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    A dichos efectos, se exponen en primer lugar algunas claves sobre el contexto, para luego analizar los aspectos ms relevantes vinculados con la Ayuda Oficial (AOD) al Desarrollo destinada al pas durante los ltimos aos, as como la experiencia de la Cooperacin espaola y de algunas de sus ONGD y entidades benficas en el sector de los servicios sociales bsicos.

    Para la elaboracin del informe, en una primera fase se procedi a recabar y seleccionar una serie de fuentes documentales (que figuran en el anexo II), con el fin de analizar y extraer toda aque-lla informacin que pudiese ser til y relevante para el trabajo de investigacin, y establecer las entidades y personas que seran entrevistadas; mantenindose adems diversas reuniones y co-municaciones con REDES. La primera fase se cerr con un breve documento sobre metodologa y enfoque del informe, y un listado de entrevistas que fue cotejado y consensuado con REDES.

    La segunda fase consisti en la realizacin de diversas entrevistas (reseadas en el anexo III), tanto en Espaa como, va skype, con personas residentes en el extranjero; en el anlisis de las fuentes documentales; y en la elaboracin del borrador del informe y de los anexos. Se hizo un esfuerzo especial por obtener los volmenes de AOD internacional y espaola destinados du-rante los ltimos aos al Sur de Sudn, y los sectores especficos, si bien la gran mayora de los datos disponibles no estn desagregados entre el Norte y el Sur de Sudn.

    2. ContextoLa recin estrenada independencia de Sudn del Sur (julio de 2011) est marcada por numero-sos retos que condicionan directamente la viabilidad del nuevo Estado. El papel que desempe-en las elites polticas nacionales y sus relaciones con el vecino del Norte sern determinantes para el futuro de sus ms de ocho millones de habitantes, cuyas expectativas de paz, estabilidad y progreso son directamente proporcionales al hartazgo de casi cuatro dcadas (con una inte-rrupcin de once aos) de conflicto con el Norte de Sudn; con un saldo - de dimensiones abso-lutamente dramticas y, por contra, con una escasa atencin internacional y cobertura meditica - de 2 millones de muertos y 4 millones de personas desplazadas o refugiadas. Dicho conflicto lleg a su fin en 2005 tras la firma del CPA - que - entre otras cuestiones, estableci diversas estrategias de reparto de poder entre el Norte y el Sur, y que culmin con un referndum sobre la independencia (enero de 2011), con un 98% de los votantes a favor de la misma. En el anexo IV se abordan las principales claves de este conflicto.

    Desde 2005 la comunidad internacional y sus programas de cooperacin para el desarrollo han tenido que desenvolverse en un escenario muy complejo, que requiere un slido conocimiento del contexto poltico, econmico y social. Las situaciones de emergencia - derivadas de conflictos, tanto internos como externos, y catstrofes naturales como sequas e inundaciones crnicas - se han venido entremezclando con necesidades acuciantes en el mbito del desarrollo y de secto-res sociales bsicos, como la educacin y la salud.

    Sudn del Sur ha accedido a la independencia como uno de los pases con los indicadores de desarrollo humano ms bajos del planeta (segn el ndice elaborado por el PNUD2). Por otro lado, la mayora de la poblacin vive en reas rurales (83%) y depende sobre todo de la gana-dera (78%).

    Teniendo adems en cuenta los antecedentes histricos, el contexto actual y las bases de partida, el nuevo pas es un caso excepcional en cuanto a los retos de construccin estatal, que conllevan,

    2 http://hdr.undp.org/es/

  • Sudn del Sur: pasado, presente y futuro

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    entre otras cuestiones, la creacin de instituciones slidas, el funcionamiento plural del mbito poltico, la confianza entre actores internos y el establecimiento de relaciones externas. En el anexo V figuran una serie de datos estadsticos sobre poblacin, pobreza, mortalidad materna e infantil, salud, educacin primaria, gnero y personas desplazadas.

    La capacidad del Estado para prestar servicios bsicos y consolidar progresivamente sus cotas de buen gobierno sern determinantes para dotar de credibilidad y legitimidad al nuevo gobierno de Sudn del Sur. El otro reto fundamental ser el de la construccin de una identidad nacional comn.

    Claves socio-econmicas y polticas

    La Repblica Democrtica de Sudn del Sur est dividida en 10 estados y 86 condados, con capital en Juba. El nuevo pas tiene una superficie de 644.000 km2, mientras que su poblacin apenas supera los 8 millones de habitantes (como dato de referencia, la superficie de Espaa es de 504.645 Km2). El pas est poblado por numerosos grupos tnicos, predominando los Dinka (15%) y Nuer (10%); se hablan numerosas lenguas indgenas (ms de 60); y la mayo-ra de la poblacin profesa creencias religiosas tradicionales basadas en el animismo, mientras que una minora (que en los ltimos aos ha aumentado, hasta unos 2 millones de personas, segn algunos informes) son cristianos creyentes; si bien con un importante sincretismo. En el anexo VI figuran las caractersticas geogrficas y demogrficas de Sudn del Sur, a travs de diversos mapas.

    Pese a los actuales ndices de pobreza y desarrollo, Sudn del Sur cuenta con reservas significa-tivas de recursos naturales, especialmente de petrleo; con reservas de crudo en 4 de sus 10 estados. Tambin exporta madera. Hasta la fecha, los diez mil millones estimados de dlares asignados al gobierno del SLPM durante el CPA procedentes de los ingresos del petrleo no se han visto reflejados de forma acorde y significativa en la mejora de infraestructuras o en la mejora de sectores sociales bsicos.

    Sudn del Sur detenta la mayor parte del crudo (3/4 partes de la produccin diaria, unos 500.000 barriles) y el 80% estimado de las reservas sin explotar. Mientras que las refineras, los oleoduc-tos y las instalaciones portuarias para la exportacin estn bajo control de la Repblica del Su-dn. Segn el CPA, ambos pases deben repartirse a partes iguales los ingresos petrolferos. Sin embargo, la gestin del petrleo est ocasionando tensiones muy fuertes entre ambos vecinos, hasta el punto de que el gobierno de Sudn del Sur decidi en enero de 2012 suspender tem-poralmente sus exportaciones de crudo3. Teniendo en cuenta que el petrleo supone el 98% del presupuesto estatal del Sudn del Sur y que las estimaciones actuales cifran entre 20 y 30 aos la duracin de las reservas, uno de los grandes retos del pas - adems de la gestin transparente y redistributiva del petrleo - es la diversificacin econmica.

    Adems, actualmente la Repblica de Sudn y la de Sudn del Sur mantienen abiertos otros conflictos, con una gran tensin y violencia en las zonas fronterizas e implicaciones humanitarias y polticas para el conjunto de la regin La no inclusin en el CPA de dos Estados clave para las relaciones entre ambos pases, como son Blue Nile y South Kordofan (a cuya poblacin se le ha impedido hasta la fecha pronunciarse libremente sobre su futuro) est generando tensiones e inestabilidad crecientes, miles de desplazados internos y niveles alarmantes de malnutricin

    3 La suspensin de la exportacin obedece a la consideracin como exorbitante de la tasa que la Repblica de Sudn pretende cobrar a su vecino del Sur por el trasvase del petrleo a travs de los oleoductos ubicados en el Norte. Sudn del Sur acusa adems al gobierno de Jartum de haberse apropiado indebidamente de 815 millones de dlares de ingresos petrolferos.

  • Los retos de la Cooperacin Internacional para el Desarrollo

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    y mortalidad4. Por otro lado, tambin las tensiones son crecientes en el Estado de Abyei, donde conforme al CPA deba celebrarse en 2011 un referndum para que su poblacin decidiese in-corporarse bajo soberana de uno u otro pas. Los intentos del gobierno de Jartum por controlar los diversos procesos en curso activados a raz del CPA - y la incapacidad de la comunidad inter-nacional para ejercer mayor presin sobre el Norte - han sido, a su vez, una constante durante los ltimos aos. Algunos de los contenciosos abiertos entre los dos pases estn siendo actualmen-te negociados con el apoyo de la Unin Africana, centrndose en cuatro reas clave: la ciudadana (con algo menos de 1 milln de sur sudaneses que todava permanecen en Sudn), seguridad, acuerdos internacionales (como el Acuerdo sobre las Aguas del Nilo) y asuntos financieros (entre los que se tiene que resolver la manera en que ambos pases se reparten la cuantiosa deuda de la actual Repblica de Sudn).

    Por otra parte, el partido gobernante, el Mo-vimiento de Liberacin del Pueblo de Sudan (SPLM, por sus siglas en ingls) tiene que afrontar grandes retos, siendo uno de los prin-cipales configurarse como un autntico parti-do poltico y crear el espacio adecuado para la oposicin poltica. En un Estado, adems, cuyos ndices de corrupcin son elevadsimos5. Otros retos acuciantes se centran en la reforma del sector de seguridad (con fuertes tensiones inter-tnicas y cientos de miles de armas lige-ras circulando en manos de diversos grupos) y en la progresiva consolidacin de la Adminis-tracin de Justicia.

    Tambin en el orden interno existen numerosas tensiones y conflictos, tanto inter-tnicos como intra-tnicos (sujetos igualmente a una continua manipulacin de las elites polticas), entre co-munidades sedentarias y pastoriles, o motivados por la apropiacin de tierras u otros recursos naturales. Las acciones del Ejrcito de Resistencia del Seor ugands (LRA, por sus siglas en ingls) han causado tambin decenas de miles de desplazados internos en el pasado. Adems, muchas regiones an se encuentran en una situacin de post-conflicto en trminos de regene-racin social o econmica. Por otro lado, se calcula que desde 2005 han regresado al pas 2,3 millones de personas desplazadas o refugiadas. La situacin de stas personas, entre los que se encuentran cientos de miles de retornados que llegan de Sudn, sobre todo de Jartum, y que han tenido que abandonar su trabajo y sus hogares (sujetos a la prohibicin del gobierno de Jartum de que vendiesen sus casas) es de una precariedad absoluta.

    La comunidad internacional y la cooperacin para el desarrollo

    Por parte de los donantes internacionales, su presencia se ha centrado sobre todo por el mo-mento en la capital, Juba (y en otros ncleos poblacionales importantes, como Wau), y sus esfuerzos se han concentrado en el gobierno y la administracin central. Entre los pases que

    4 En junio de 2011 los enfrentamientos en Southern Kordofan entre las fuerzas armadas del Gobierno de Sudan y la faccin Norte del SPLM provocaron 300.000 desplazados internos. En Blue Nile unos 35.000 personas se refugiaron en Etiopa y 23.000 en Sudn del Sur. En febrero de 2012 diversas agencias y expertos estiman que cada da hay 1.000 personas que cruzan la frontera entre ambos pases hacia el sur y, en el mismo sentido, advertan de un posible nuevo flujo de 150.000 para los siguientes meses, de continuar las tensiones y la violencia.

    5 En el puesto 177 (de 182), con ndice de un 1,6/10 segn el ndice de Percepcin de la Corrupcin 2011 elaborado por la organizacin Transparency International.

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    han respaldado la independencia de Sudn del Sur se encuentran los 27 que forman parte de la Unin Europea.

    Los organismos multilaterales como la ONU, que han estado centrados en Jartum, estn en estos momentos en un proceso de revisin de su trabajo de los ltimos aos y reforzando sus capaci-dades en Sudn del Sur6. Actualmente la ONU tiene una importante presencia en Juba a travs de sus agencias. Igualmente, varios de los donantes internacionales han empezado a reorientar sus esfuerzos en la generacin de capacidades en Sudn del Sur. Suecia y los Pases Bajos han trasladado a su personal permanente de Jartum a Juba. Otros, como la Comisin Europea y EEUU (a travs de su agencia de desarrollo USAID), tienen tambin presencia permanente en Juba7.

    La debilidad institucional de Sudn del Sur - y la incapacidad consiguiente para absorber y ges-tionar adecuadamente la AOD - han lastrado tanto el volumen de fondos como la eficacia de los programas de los donantes internacionales; temerosos a su vez de canalizar su ayuda hacia un contexto caracterizado por la fragilidad e inestabilidad a diversos niveles. Por su parte, las ONGD internacionales han estado centradas durante los ltimos aos en la ayuda humanitaria de emergencia y en el sector de servicios sociales bsicos. Teniendo en cuenta este factor y todo lo reseado en relacin al contexto, los proyectos de dichas entidades han tenido que enfrentar numerosas dificultades que han condicionado la eficacia y el impacto de sus intervenciones.

    El Plan de Desarrollo del gobierno de Sudn del Sur (2011-2013) se basa en cuatro pilares: go-bernanza, crecimiento econmico, desarrollo humano y social, seguridad y resolucin de conflic-tos. Dicho Plan pretende ser el instrumento que oriente y gue la inversin nacional y los apoyos de los donantes y actores internacionales en la etapa actual8.

    6 Es el caso de la OCHA, que ha incluido en sus presupuestos la previsin de contratar 10 trabajadores internacionales y 9 nacionales para su oficina de Sudn del Sur.

    7 Otros, sin embargo, como la La agencia de desarrollo britnica, DFID, que canaliza todos sus fondos de ayuda humanitaria a travs del Fondo Humanitario Comn (CHF), mantendr por el momento a su personal humanitario en Jartum.

    8 Se puede obtener informacin y un documento en pdf del Plan de Desarrollo del gobierno de Sudn en: http://reliefweb.int/node/426709 (fecha de comprobacin del enlace: 29 de febrero de 2012)

  • Los retos de la Cooperacin Internacional para el Desarrollo

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    3. La Cooperacin Internacional para el Desarrollo y la AOD en Sudn del SurLa principal dificultad para el anlisis de la AOD destinada a Sudn del Sur desde la firma en 2005 del CPA es la prctica inexistencia de datos y cifras desagregadas entre el Norte y Sur de Sudn. Los flujos de ayuda tanto de la OCDE, a travs del CAD, como de la ONU, a travs de la OCHA, no han sido desagregados por regiones, y lo mismo sucede con otros organismos internacionales9.

    En consecuencia, los datos que se presentan en este apartado han sido extrados de diversas fuentes, con el fin de aglutinar los que se consideran ms significativos y los que reflejan una estimacin de la ayuda destinada a Sudn, y al Sur de Sudn10.

    La Repblica de Sudn est situada como el 13 pas del mundo receptor de AOD (sin incluir la condonacin de deuda) entre los aos 2000-2009. La AOD destinada a Sudn desde 2005 a 2009 ha venido oscilando entre 2.000 y 2.3000 millones de dlares anuales; correspondiendo en este ltimo perodo el 60,6% de los fondos a ayuda humanitaria. El 96% de la ayuda humanitaria destinada a Sudn (entre 2000 y 2010) ha provenido de los pases miembros del CAD de la OCDE. Se estima que alrededor de un tercio de los fondos recabados a travs del sistema llamamiento consolidado y destinados por la OCHA (ONU) a Sudn han tenido como destino el Sur de Sudn11. En el grfico 1 del anexo VII se expone la financiacin desti-nada al Norte y al Sur de Sudn a travs del proceso de llamamiento consolidado de la OCHA.

    Justo despus de la firma del CPA los donantes prometieron volmenes muy importantes de ayuda para la recuperacin y el desarrollo de Sudn: 4.500 millones de dlares para la etapa 2005-2007 (siendo, a nivel de la OCDE las cifras reales de desembolso para dicho periodo de 4.100 millones, sin incluir la condonacin de deuda); y 4.800 millones para el periodo 2008- julio 2011.

    El primer donante bilateral de ayuda humanitaria entre 2000-2009 fue EEUU (47,8% del total, equivalente a 4.000 millones de dlares), seguido de la Unin Europea (13,1%, equiva-lente a 1.100 millones de dlares).

    La OCHA ha organizado evaluaciones para sustentar el plan de trabajo humanitario desde 2010 y tambin se ha encargado de la elaboracin de las estadsticas en materia de salud, nutricin, dis-ponibilidad de alimentos, y acceso a agua y saneamiento. Los resultados reflejan una ligera me-jora en algunos de estos sectores, si bien las necesidades estn sujetas a una continua evolucin, dado el contexto. El grueso de la ayuda humanitaria se ha concentrado en ayuda alimentaria, mientras que otros sectores reflejan porcentajes de ayuda muy bajos, como el agrcola (alrededor

    9 Varios de los grandes donantes bilaterales han desagregado por regiones la ayuda que han destinado a Sudn durante los ltimos aos, si bien stas no coinciden con las fronteras de los dos nuevos Estados, Repblica de Sudn y de Sudn del Sur. Para un mayor conocimiento sobre cmo han venido actuando los donantes internacionales a la hora de contabilizar la ayuda destina a Sudn, se puede consultar el documento, de 2011, Aid in Transitition: South Sudan del organismo Global Humanitarian Assistance.

    10 Se han consultado las pginas web de la OCDE-CAD, Banco Mundial, Joint Task Donors y de todos los fondos multidonantes que operan en Sudn del Sur, as como las publicaciones de algunos organismos especializados como el Global Humanitarian Assistance. Los enlaces correspondientes figuran en el Anexo II.

    11 El Global Humanitarian Assistance elabor en 2011 dos documentos de referencia sobre la AOD destinada a Sudn: Aid in transition: South Sudan y Ressource flows to Sudan-Aid to South Sudan.

  • Sudn del Sur: pasado, presente y futuro

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    de un 4%), salud (en torno a un 10%) y agua y saneamiento (que oscila, segn los aos, entre un 2,4% y un 6,4%). En el grfico 2 del anexo VII figura la AOD de ayuda humanitaria destinada a Sudn entre 2000 y 2010.

    Desde julio de 2011 la OCHA ha comenzado a resear los volmenes de ayuda humanitaria de los donantes en el marco del proceso de llamamiento consolidado destinados a Sudn del Sur. Segn estos datos, Espaa figura en el lugar 12 con 400.000 dlares, un 0,2% de lo reseado. En el grfico 3 del anexo VII figura el listado de los principales donantes.

    El resto de la AOD destinada a Sudn durante el periodo 2005-2011 y que no ha sido ayuda humanitaria, se ha asignado en buena medida al fortalecimiento de capacidades del gobierno y sociedad civil, una parte significativa de ella destinada al gobierno de Sudn del Sur12. En el grfico 4 del anexo VII se reflejan los sectores de destino de dicha ayuda. Como consta en este grfico, los volmenes de ayuda destinados a salud, educacin y agua y saneamiento han estado muy por debajo de los destinados al referido sector mayoritario.

    Por otro lado, es clave destacar que durante el perodo 2005-2009 nicamente un 8,7% (996 millones de dlares) de la AOD destinada a Sudn tuvo como destino los sectores de salud, sa-lud reproductiva y otros servicios de salud a la poblacin, educacin y agua y saneamiento13. Este porcentaje vara si se acota a 2006-2009, y se toma como referencia los datos publicados en 2011 por la OCDE, y que figuran en el grfico 5 del anexo VII. Conforme a estos datos, la media de la AOD durante dicho perodo destinada a servicios sociales bsicos es del 16,75%. Lo cual, repartido por sectores implica una media de un 4,75% destinado al mbito de la educa-cin; 6,75% al de salud; y 4,75% al de agua y saneamiento.

    En cuanto a volmenes en cifras de AOD bilateral, sin contar la ayuda humanitaria, destinadas a Sudn del Sur, y ante la falta de estadsticas u otros datos desagregados, la estimacin comu-nicada por una fuente consultada que trabaja en el pas es que durante 2009 y 2011 se han destinado aproximadamente alrededor de 600 millones de euros en AOD, la mitad de los cuales por parte de EEUU y su agencia de desarrollo (USAID) y la otra mitad por el resto de donantes, siendo los principales Reino Unido, Noruega y Pases Bajos. Igualmente, se estima que la mayor parte de la AOD de estos ltimos aos se ha destinado al sector de la seguridad y de las infraes-tructuras, en lnea con las prioridades del gobierno del Sudn del Sur, en cuyo presupuesto de 2011 se asigna un 28,46% del mismo a seguridad y un 10,98% a infraestructuras. El grfico 6 del anexo VII recoge el presupuesto de 2010 de Sudn del Sur por sectores.

    La arquitectura de la ayuda internacional en Sudn del Sur est concentrada en cinco fon-dos conjuntos multidonantes. Varios de estos fondos son apoyados por el denominado Joint Donor Team (JDT), creado en 2006 por parte de Pases Bajos, Noruega, Suecia y Reino Unido, al cual se adhirieron posteriormente Dinamarca y Canad, y que trabaja en estrecha colaboracin con el gobierno de Sudn del Sur. Los cinco fondos conjuntos referidos son los siguientes:

    El Multi-Donor Trust Fund (MDTF), establecido en 2006. Destina, principalmente a travs del Banco Mundial, su ayuda a diversos sectores, sobre todo a seguridad e infraestructuras. El gasto entre 2004 y 2010 super los 500 millones de dlares.

    El Capacity Building Trust Fund (CBTF), creado en 2004 y dotado actualmente con cerca de 50 millones de dlares. Est gestionado por el Joint Donor Team y una entidad privada de gestin (Mott MacDonald). Los fondos van destinados al refuerzo de capacidades del gobierno central.

    12 Tal y como se resea en el informe referido del Global Humanitarian Assistance

    13 Informacin extrada del Global Humanitarian Assistance Resource flows to Sudan-Aid to South Sudan.

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    El Basic Services Fund (BSF), creado en 2005. Ha desembolsado un total aproximado de unos 100 millones de dlares hasta la fecha. Est gestionado por la entidad Mott McDonald y presta apoyo a ONGD en proyectos de hasta 2 millones de dlares cada uno. El objetivo de este fondo es aumentar la cobertura, acceso y utilizacin, de forma sostenible, de los servi-cios sociales bsicos (centrados en educacin primaria, salud primaria y agua y saneamiento) para la poblacin sur sudanesa, adems del fortalecimiento de las capacidades tanto de las comunidades como del gobierno de Sudn del Sur (a nivel central, de estados federados y de condados); con el fin de que ste ultimo refuerce sus capacidad de planificacin, monitoreo y coordinacin de los servicios prestados por actores no estatales.

    El Common Humanitarian Fund (CHF), creado en 2006 para el conjunto de Sudn, y con un desembolso total de cerca de 900 millones de dlares. Apoya sobre todo a ONGD interna-cionales y agencias de Naciones Unidas en el mbito de la emergencia y ayuda humanitaria, y viene destinando aproximadamente un 40% de los fondos recibidos a Sudn del Sur. A finales de 2011 estaba prevista la creacin de una oficina de este fondo en Juba con el fin de centrar en ella, por parte del PNUD y OCHA, la gestin y administracin de recursos. De esta forma se establecen dos fondos diferentes, uno en la Repblica de Sudn y otro en Sudn del Sur, con la consiguiente necesidad para los donantes de tener que tomar las consiguientes decisiones sobre sus apoyos.

    El Sudan Recovery Fund (SRF) creado en 2009, y con un desembolso aproximado hasta la fecha de unos 100 millones dlares, est gestionado por el PNUD. Financia acciones de desa-rrollo local que no cubre el BSF, como agricultura u otras actividades generadoras de ingresos para el sustento de las familias.

    En el grfico 7 del anexo VII figuran los volmenes de dichos fondos entre 2004 y 2010.

    El balance de estos fondos conjuntos es, en lneas generales, bastante negativo. Son muchos los expertos y entidades que consideran que la planificacin no ha sido acorde con el contexto, los desafos y el dficit de capacidad institucional, a todos los niveles, del pas. La poca capacidad del gobierno para la gestin de la ayuda ha supuesto la existencia en el pas actualmente de ms de 100 unidades de ejecucin de proyectos (estructuras especficas de gestin), en paralelo con

  • Sudn del Sur: pasado, presente y futuro

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    las estructuras estatales. La ejecucin de las sumas previstas ha quedado en muchos casos muy por debajo de los presupuestos iniciales y tampoco se han cumplido los plazos previstos, con las consiguientes implicaciones en trminos humanitarios y de desarrollo; mxime considerando los ndices de pobreza, la fragilidad acuciante y los indicadores de desarrollo del pas. El nico fondo que desde diversos sectores se ha valorado en trminos bastante positivos es el BSF.

    A nivel bilateral destacan algunas agencias como la de EEUU, Reino Unido (DFID) y Alemania (KFW/GIZ) cuya ayuda se ha destinado a diversos sectores, entre los que destacan el de seguri-dad (formacin a ejrcito y polica) e infraestructura (construccin y mantenimiento de carreteras, entre otras). Los pases del Joint Donor Team, salvo Dinamarca, tienen tambin presencia en Juba a travs de sus propias agencias de desarrollo y realizan proyectos a nivel bilateral.

    El IGAD (Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo de frica) es el organismo regional que engloba a diversos pases del Cuerno de frica y al cual se incorpor en noviembre de 2011 Sudn del Sur. El IGAD presta su apoyo de forma coordinada con el gobierno y los donantes internacionales a travs de diversos programas y fondos conjuntos, como el MDTF. En 2011 se inici un programa financiado por Noruega para la formacin de funcionarios sur sudaneses por parte de sus homlogos de varios pases miembros del IGAD.

    En cuanto a las ONGD internacionales ms de dos terceras partes de stas no han podido to-dava alcanzar ni siquiera el 50% de sus previsiones iniciales de fondos destinados a programas de desarrollo y accin humanitaria para 2012; y casi otros dos tercios no tienen ninguna suma confirmada para 2013. Estos datos son suficientemente explcitos respecto a la imposibilidad de afianzar a medio plazo una cuestin tan decisiva como es la predictibilidad de la ayuda, para abordar de forma adecuada y sostenible los programas de recuperacin y desarrollo. Esta cues-tin cobra todava ms relevancia si se tiene en cuenta que dichas ONGD vienen desempeando en los ltimos aos un papel clave en sectores como el de los servicios sociales bsicos. En el mbito de los servicios salud, por ejemplo, se estima que actualmente el 80% de los mismos dependen de las ONGD internacionales.

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    Por otro lado, muchos de los donantes internacionales estn perfilando su estrategia de forma concordante con el Plan de Desarrollo del Gobierno de Sudn del Sur 2011-2013, cuyos ejes centrales son la seguridad, la red de caminos y carreteras, la salud primaria, la educacin bsica, el agua y los sectores productivos. En cuanto a las estrategias especficas de algunos donantes relevantes, cabe sealar que los Pases Bajos, con una estrategia orientada a los prximos cuatro aos, y sustentada en un consistente anlisis sobre seguridad y conflictos, tiene cuatro sectores prioritarios que son: alimentacin, seguridad, agua y salud sexual reproductiva. Por su parte el gobierno britnico desarrollar estrategias diversas en cada uno de los dos pases, y el sueco, cuya estrategia de los ltimos aos expir en 2011, est actualmente realizando una estrategia diferencia para la Repblica de Sudn y de Sudn del Sur.

    La Unin Europea retom en 2005, despus de una suspensin de 15 aos, su ayuda a Sudn. A travs del 9 Fondo de Desarrollo Europeo en 2010 se destinaron 20 millones de euros al sector de gobernanza democrtica, otros 20 a seguridad alimentaria y desarrollo agrcola y 11,5 a educacin y salud. En 2011 la UE prometi 200 millones de euros, que irn destinados, en parte a apoyar el Plan de Desarrollo del gobierno de Sudn del Sur 2011-2013. Entre 2012 y 2014 la UE tiene previsto desarrollar un programa conjunto en Sudn del Sur, cuyos ejes centrales son la educacin y las infraestructuras en materia de salud, sanidad, agua potable y saneamiento y desarrollo rural.

    Por su parte, la FAO ha redactado un Plan Provisional de Ayuda (IAP, por sus siglas en ingls) por un valor de 50 millones de dlares para el sector agrcola. Pretende servir de ayuda para crear capacidades a nivel ministerial, mediar para prevenir conflictos sobre los recursos hdricos y desarrollar el sector ganadero. Dicho Plan contribuir al plan de desarrollo general del gobierno de Sudn del Sur. El plan de la FAO incluye el establecimiento de un sector de produccin de semillas y un componente de agricultura urbana y periurbana. Muchos retornados estn llegando a Juba y otras grandes ciudades del pas y necesitan producir sus propios alimentos. El Programa Mundial de Alimentos les aporta una ayuda durante tres meses y posteriormente el gobierno les asigna un espacio de tierra para que se instalen. Como se ha sealado, sus condiciones de vida son absolutamente extremas.

    En cuanto al Banco Mundial, en 2011 anunci un compromiso de 75 millones de dlares des-tinado a servicios bsicos y creacin de empleo en Sudn del Sur. Y tiene previsto celebrar una conferencia en Juba en 2012 con otros donantes.

    Un documento de referencia para conocer la experiencia de los donantes internacionales en el pas es el captulo dedicado a Sudn del Sur en el marco del monitoreo vinculado a la Declara-cin de Pars y los principios para una buena implicacin internacional en estados y situaciones frgiles, apoyado por la OCDE14.

    A la luz de lo reseado y de los datos aportados, resulta evidente la escasez en materia de es-tadsticas y datos desagregados en relacin a Sudn del Sur. Esta cuestin ha dificultado hasta la fecha un anlisis que se revela determinante a la hora de extraer informacin y orientar estrate-gias. Mxime si se tiene en cuenta que en Sudn del Sur las fases de emergencia, recuperacin y desarrollo no son etapas claramente diferencias; siendo por tanto clave la obtencin de datos fiables y cualitativos sobre la AOD con el fin de asignar y reequilibrar en su caso la Ayuda inter-nacional con destino al pas.

    14 Monitoring the Paris Declaration and the Principles for good internacional engagement in fragile Status and situations,. Country Chapter, Southern Sudan, 2011. OCDE.

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    4. La Cooperacin para el Desarrollo espaola. Experiencia de las ONG espaolas en Sudn del Sur

    4.1. La AOD espaola

    Despus de diversas vicisitudes durante las ltimas dcadas, marcadas por el conflicto entre el Norte y el Sur, en 2006 se produjo la reapertura de la embajada Espaola en Sudn, y en 2010 se firm un acuerdo marco de cooperacin para facilitar el desarrollo de nuevos programas de cooperacin bilaterales.

    Actualmente, la presencia de la Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollo (AECID) se limita a una antena en la capital de la Repblica de Sudn, Jartum, dependiente de la Oficina Tcnica de Etiopa. Esta antena est formada por dos personas, una responsable de los proyectos de desarrollo y otra de los de accin humanitaria. Ambas personas se encargan tanto de los proyectos de la cooperacin espaola en la Repblica de Sudn como en la de Sudn del Sur, ya que hasta la fecha no se ha conseguido cubrir la plaza de responsable de programas creada por la AECID en Juba, la capital de este ltimo pas.

    A nivel estratgico el ltimo documento aprobado por la Cooperacin espaola fue el Plan de Actuacin Especial (PAE) sobre Sudn 2006-2008. En l se destaca como ventaja comparativa de dicha Cooperacin el mbito de la gobernanza democrtica previndose una concentracin a corto plazo, con la mencin explcita de Sudn del Sur, en el sector de la pre-vencin de conflictos y la construccin de la paz. Se resea adems el apoyo a este pas a travs del fondo fiduciario multidonantes de Sudn del Sur y la prioridad a nivel regional de los Estados de Bahr-el- Ghazal y Bahr-el-Jebel. Igualmente, dicho plan recomienda concentrar el trabajo de la cooperacin espaola en el primero de dichos Estados y en el de Ecuatoria Central, con el fin de reforzar el impacto conseguido a travs del trabajo de ONGD como Intermn Oxfam (IO), Fun-dacin de Investigacin y Mdica en frica (AMREF) y Cruz Roja, en los mbitos de educacin, salud y agua y saneamiento. El mbito de educacin es considerado un pilar fundamental para el futuro del pas.

    La situacin actual caracterizada por la falta de desarrollo de una estrategia de la cooperacin espaola para ambos pases y la ausencia de personal en Sudn del Sur; con el aadido de que ya no hay vuelos entre Jartum y Juba por parte de la ONU evidencia los retos actuales de la cooperacin espaola en el nuevo pas. Las visitas al terreno son muy escasas y condicionan de raz tareas fundamentales como, por ejemplo, la valoracin de las propuestas que las ONGD espaolas presentan a la AECID y el seguimiento de los proyectos.

    En diciembre de 2008 la AECID solicit la participacin de todas las ONGD para la realizacin de dos cuestionarios con el fin de que stas hicieran aportaciones al proceso de seguimiento y evaluacin de dicha agencia en Sudn, sin que hasta la fecha hayan recibido respuesta de los resultados.

    La informacin disponible actualmente es que, de forma coordinada con la Unin Europea, la concentracin geogrfica de la AECID para los proyectos de desarrollo en Sudn del Sur se va a orientar hacia el estado de Lakes, siendo el sector prioritario el desarrollo rural.

  • Los retos de la Cooperacin Internacional para el Desarrollo

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    Sudn figura en el actual Plan Director de la Cooperacin Espaola (2009-2012) como pas de asociacin focalizada (grupo B). Los volmenes de AOD no estn desagregados entre el Norte y el Sur del pas.

    La Repblica de Sudn ha ocupado un lugar significativo como destinatario de ayuda de emer-gencia. El grueso de la AOD espaola proviene de la AECID, siendo la aportacin de la coope-racin descentralizada (CCAA y Ayuntamientos) de orden muy menor. En 2010 (ltimos datos disponibles), y bajo el epgrafe infraestructuras y servicios sociales del PACI, se resea una partida de educacin de 2.066.587 (29,7% del total); un importe de 784.698 asignado a salud (11,65%); y 666.938 (9,89%) a abastecimiento y depuracin de agua. La partida en ese ao ms voluminosa es de gobierno y sociedad civil, con un 44,70% del total15. Los porcentajes de la AOD espaola destinados a Sudan en el sector de los servicios sociales bsicos ha sido del 58,01% en 2007; 53,51% en 2008; 74,31% en 2009; y 23,34% en 2010. El descenso en trminos de porcentaje en este sector entre 2009 y 2010 fue de 75,35%.

    La AOD espaola hacia Sudn se ha concentrado de forma muy mayoritaria en la cana-lizada va organismos multilaterales (OMUDES). En 2010 estas aportaciones supusieron un 84,81% del total, mientras que la AOD asignada a las ONGD represent nicamente un 14,40%. La tendencia de los aos anteriores ha sido la misma.

    Como refleja el anexo VIII, en el que figuran las subvenciones otorgadas por la AECID a ONGD espaolas desde 2006 a 2011 en Sudn y Sudn del Sur, una parte importante de la ayuda destinada a este ltimo se ha dirigido al sector de educacin, salud y agua y saneamiento. La apuesta de la cooperacin espaola se ha centrado en priorizar estos mbitos y apoyar pro-yectos de refuerzo de capacidades profesionales; adems del aumento de las posibilidades de insercin laboral, el apoyo a retornados o la mejora de la seguridad en relacin a medidas soste-nibles contra las minas. En trminos econmicos, y en relacin a algunos proyectos y convenios, las cuantas asignadas denotan un apoyo significativo.

    En cuanto a la ayuda multilateral, en el anexo IX se recogen los datos facilitados y recabados de la AECID correspondientes a 2009-2011. nicamente estn desagregados entre Sudn y Sudn del Sur los datos de 2011. La AOD multilateral refleja volmenes considerables de ayuda canalizados a travs de organismos de Naciones Unidas, como UNICEF, PNUD o el PMA. La accin humanitaria ha concentrado buena parte de los fondos, que tambin han ido dirigidos a otros mbitos como la educacin, salud, desarrollo rural y lucha contra el hambre, construccin de la paz o gobernabilidad democrtica. Los volmenes destinados a la Unin Euro-pea son tambin significativos. Como es evidente, la ayuda multilateral va OMUDES requiere un seguimiento adecuado, con el fin de poder analizar y valorar sus resultados e impactos.

    Parte de la informacin de los anexos VIII y IX ha sido facilitada directamente por la AECID con ocasin del presente informe, al no estar accesible de forma directa a travs de su pgina web. Es el caso de la AOD asignada a ONGD anterior a 2009 y el de la AOD multilateral de 2011. En otros casos, se hecha en falta informacin complementaria, como respecto de la AOD multila-teral de 2007 (que no aparece desagregada por pases, sino solo por regiones) o de 2008 (en las que no figura el sector). En el anexo X se resean los volmenes de ayuda espaola entre 2006 y 2010 en funcin de los agentes, y diferenciando la que se ha canalizado va OMUDES, as como la ayuda humanitaria. El anexo XI consiste en una ficha de la AECID con las previsiones para Sudn en 2011, que debido a los recortes de AOD anunciados, tendrn previsiblemente un importante reajuste a la baja.

    15 En el PACI de 2010, pgs. 288 y 289 se pueden consultar los datos completos relativos a Sudn entre 2007 y 2010.

  • Sudn del Sur: pasado, presente y futuro

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    Por su parte, el informe de seguimiento del Plan frica de 2010 seala la apuesta de Espaa por apoyar a Sudn por la va multilateral y su materializacin a travs de tres ejes fundamentales para la estabilizacin del territorio: el refuerzo de las instituciones de Sudn, la consolidacin de la paz y el apoyo al desarrollo efectivo de los servicios sociales bsicos. Igualmente, se seala que Espaa apoya plenamente la consolidacin de la IGAD como actor de referencia en la regin, sin que se hayan podido identificar aportaciones econmicas concretas a este organismo.

    En el plano institucional y dentro del mbito de la cooperacin en materia de gobernabilidad de-mocrtica, destaca el apoyo de Espaa a Sudn del Sur a travs del fondo fiduciario para el desa-rrollo de capacidades (CBTF) y al fondo fiduciario multidonantes de Sudn del Sur (MDTF). No se han podido recabar datos sobre la cuanta de esta ayuda. Por otro lado, segn dicho documento, el apoyo de Espaa en el marco del actual Plan frica al sector de servicios sociales bsicos se ha cumplido, a travs de proyectos y convenios con ONGD en cuestiones como: agua y saneamien-to, seguridad alimentaria, salud reproductiva y educacin. Destaca la colaboracin con ONGD como PROYDE, PROCLADE y SED; Jvenes y Desarrollo; Madreselva; IO y AMREF. Los mbitos de trabajo son la mejora de la atencin primaria en salud; el sector educativo; el acceso al agua y saneamiento, y la creacin de una red de formacin de profesionales en educacin y salud.16

    4.2. Principales claves reseadas por las ONGD espaolas con presencia en el pas

    Como se desprende de lo referido, la cooperacin internacional se desenvuelve en un escenario repleto de carencias a todos los niveles. A travs de las entrevistas realizadas, en las que han participado personas con un amplio conocimiento del contexto africano y un trabajo en diversos pases del continente durante dcadas, se subraya que Sudn del Sur presenta carencias todava ms extremas que la mayor parte de pases y regiones africanas; adems de caractersticas en el mbito humanitario y de desarrollo de gran complejidad.

    Ms de seis aos despus de la firma del CPA, Sudn del Sur sigue sujeto a una situacin de con-tinua emergencia humanitaria y sigue siendo uno de los pases con los indicadores de desarrollo ms bajos del mundo, afectando especialmente a nias y mujeres. Los ndices de mortalidad materna e infantil, la falta de acceso a agua potable (que afecta a ms de la mitad de la poblacin del pas), las altas tasas de analfabetismo y la acuciante falta de medios y vacunas sanitarias, son algunos de los aspectos ms relevantes.

    Decenas de miles de personas se ven afectadas por los conflictos recurrentes intra-tnicos e inter-tnicos, por las acciones de grupos guerrilleros, a veces forneos, y por las acciones de la Repblica de Sudn y el enfrentamiento que todava persiste en varios mbitos con Sudn del Sur; adems del impacto de inundaciones y sequas. En 2011 se estima que hubo cerca de 300.000 desplazados internos. A esta situacin se aade el flujo continuo de retornados a Sudn del Sur procedentes de la Repblica de Sudn. Se estima que en total sern unos dos millones de personas, 700.000 de los cuales estn todava en este ltimo pas.

    Todo ello configura un escenario en el que, como se ha sealado, las fases de ayuda, recupera-cin/rehabilitacin y desarrollo post-conflicto se entremezclan y no responden al paradigma de otros contextos ms clsicos. Adems, existen importantes desigualdades geogrficas y el foco de los donantes y agencias internacionales se ha puesto principalmente en la capital, Juba, y en las principales ciudades del pas, quedando al margen la inmensa mayora de las zonas rurales. El estado absolutamente precario de las vas de comunicacin es otro factor condicionante. Los

    16 En dicho documento figura adems un cuadro relativo a Sudn con los objetivos generales, lneas de accin y actividades especficas.

  • Los retos de la Cooperacin Internacional para el Desarrollo

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    retos del gobierno actual son de orden diverso, estando todava pendiente la descentralizacin de competencias a los estados federados y la asignacin de recursos econmicos concordantes. La inseguridad generalizada condiciona de forma transversal todos los procesos de desarrollo.

    Por otro lado, y como nota positiva, cabe destacar algunos aspectos del proceso de preparacin y construccin social orientado hacia la nueva etapa que inici el pas en 2011, especialmente durante los meses previos a la independencia. Algunas organizaciones, como las que trabajan en la plataforma Solidarity with South Sudan (en adelante, Solidarity) pusieron todos los medios, a su alcance, para contribuir a la cohesin social y a la coexistencia pacfica de cara al futuro.

    A continuacin se exponen algunos de los aspectos ms relevantes sealados por las personas entrevistadas para este informe. Algunos son especficos del pas y otros son, en trminos gene-rales, comunes a otros contextos pero adquieren caractersticas particulares aplicados al contexto de Sudn del Sur.

    El primer aspecto que cabe destacar es la importancia de un adecuado conocimiento del contexto poltico, social, cultural, comunitario y de todos aquellos factores que condicionan los programas y proyectos en el pas. Las deficiencias en esta cuestin han sido reconocidas por diversos donantes internacionales y sealadas como una de las causas de la inadecuada planifi-cacin o ejecucin de sus programas. Son numerosos los ejemplos de fracaso de proyectos de cooperacin internacional por una falta previa de anlisis. Tambin es el caso de algunas ONGD internacionales. Uno de los ejemplos destacados en las entrevistas es el de aquellos programas educativos que no se ajustan al nivel real de formacin de sus beneficiarios, impartindose, por ejemplo, tcnicas avanzadas de pedagoga a profesores/as en formacin, cuando lo que realmente se necesita es empezar por mdulos de pedagoga de nivel bsico.

    La implicacin de las comunidades es tambin un aspecto determinante, tanto para la apropiacin y sostenibilidad de los proyectos como para generar un vnculo con las autoridades locales basado en la exigencia de responsabilidades y la rendicin de cuentas. Este aspecto sin embargo encuentra importantes dificultades en la prctica. Las largas dcadas de conflicto han generado una evidente descomposicin del tejido social y de las estructuras comunitarias.

    Tampoco hay una predisposicin significativa para la cooperacin en proyectos de desarrollo o para la organizacin del trabajo a travs de asociaciones o cooperativas. Si bien esta cuestin no se puede generalizar en exceso, ya que existen diferencias segn las zonas y grupos tnicos, tanto a nivel cultural como sobre la mayor o menor disponibilidad a colaborar en los proyectos de desarrollo. En el mbito educativo, por ejemplo, son frecuentes las referencias sobre la falta de disponibilidad de determinados grupos tnicos en relacin a actividades de sensibilizacin sobre la escolarizacin infantil, as como la desmotivacin y falta de asistencia por parte de algu-nos profesores beneficiarios de los talleres de formacin. En algunas zonas, las poblaciones son nmadas, lo que dificulta el trabajo continuado con la poblacin en la materia, por ejemplo, de sensibilizacin y de educacin sanitaria.

    La implicacin de las comunidades desde la fase de identificacin resulta un factor clave, como lo demuestra la experiencia de algunas ONGD en relacin, por ejemplo, con la construccin de pozos de agua y la creacin de comits de voluntarios/as con normas para su gestin.

    Los grandes dficits en relacin a las capacidades estatales en todos los niveles de la je-rarqua poltica y de la administracin pblica (Administracin central, Estados federados, Con-dados y payam) es otro de los elementos que condicionan las intervenciones de desarrollo. Los nuevos ministerios del pas estn formados por comandantes y otros miembros del SLPM y lderes de guerrillas, que ocupan los principales cargos de responsabilidad. Por otro lado, los

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    funcionarios estatales adolecen tanto de formacin, en general, como de conocimientos bsi-cos para la planificacin o gestin de los proyectos. Todas las estructuras gubernamentales son extremadamente frgiles. La falta de recursos econmicos es tambin un lastre decisivo. Por otra parte, la estructura federal y sus rganos inferiores (estado federado-condado) implican diversos niveles de comunicacin, competencias y negociacin que complican la puesta en prctica de las intervenciones de desarrollo y sus avances. Las ONGD se encuentran a veces inmersas en difciles negociaciones con los diferentes niveles administrativos, lo cual dificulta de forma importante su tarea.

    Tambin existen grandes carencias en cuanto a los mecanismos de rendicin de cuentas en to-dos los sectores. A modo de ejemplo, en el mbito educativo, y tal y como refleja la experiencia de una de las ONGD consultadas, los funcionarios con competencia a nivel de payam y condado no han establecido en muchos casos un sistema de supervisin regular de la asistencia de los profesores en las escuelas y no se adoptan medidas en caso de ausencia injustificada (incluso en aquellos casos en los que se podra ejercer cierta presin a travs de la retencin de una parte del salario). Por otro lado, tampoco hay apoyos por parte de las autoridades educativas locales a los directores de las escuelas, por lo que el vnculo a travs del cual se pueden exigir responsa-bilidades, a estos ltimos, tampoco existe.

    En otras ocasiones las carencias estatales conllevan retrasos en el pago, como el de los trabajado-res de los centros de formacin de personal sanitario en todo el pas. Existen tambin deficiencias de ndole tecnolgica que impiden, por ejemplo, poner en marcha en los plazos previstos pro-yectos de enseanza on line y programas educativos de radio.

    En la actual situacin, hay que tener en cuenta tambin la incipiente conformacin tanto de las estructuras del Estado y la toma de decisiones y cambios en polticas y estrategias del gobierno.

    Estos cambios pueden tener una incidencia directa en los programas de desarrollo. A modo de ejemplo, una de las ONGD entrevistadas llev a cabo, en sintona con las autoridades, un pro-grama de formacin de parteras tradicionales (comunitarias) que se vio completamente alterado por la decisin del gobierno de exigir una formacin con un programa distinto y una duracin de

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    3 aos para formar comadronas. Entre otras implicaciones, esta decisin significa que hasta que se graden las nuevas matronas transcurrir un perodo de dos aos en el que no habr profe-sionales tituladas para ejercer, conforme a las nuevas disposiciones.

    Las ONGD presentes en el pas se encuentran tambin con grandes dificultades para contra-tar personal que trabaje en sus proyectos debido a la falta de preparacin y formacin del personal local. En muchas ocasiones se ha recurrido a personal expatriado de otros pases ve-cinos. Adems, la gran cantidad de organismos internacionales y de ONGD que trabajan en el pas complica todava ms este aspecto. Se ha generado mucha competencia para conseguir recursos humanos, con la consiguiente dificultad para que, sobre todo ONGD que no pueden ofrecer remuneraciones tan altas como algunos organismos internacionales, consigan equipos estables a lo largo del tiempo. El resultado es una alta movilidad en el pas adems de la emigracin de aquellos sursudaneses, profesionalmente cualificados, que son contratados por empresas y organizaciones extranjeras -, adems de la dificultad aadida que existe para conse-guir profesionales dispuestos a trabajar en zonas enclavadas y remotas, donde las condiciones de vida son difciles, y las necesidades de la poblacin son, a su vez, mayores.

    Las claves descritas pueden tambin afectar a los beneficiarios/as de los proyectos, por ejemplo, a aquellos profesores que, una vez que completan sus estudios de secundaria, estn recibien-do formacin. sta se traduce adems en un aprendizaje o refuerzo del ingls, y puede resultar muy atractiva para diversos organismos o empresas internacionales o locales, en detrimento del refuerzo del cuerpo de docentes (con una necesidad estimada de entre 30.000 y 45.000 pro-fesores en todo el pas).

    Otra de las claves reiteradas durante las entrevistas es la necesidad de valorar adecuadamen-te, y antes de acometer cualquier intervencin, la precariedad absoluta en materia de redes de comunicacin y transporte, lo cual es un condicionante muy importante en los pro-yectos ubicados en zonas rurales enclavadas. Adems, durante la poca de lluvias hay grandes zonas en el pas que permanecen inaccesibles durante varios meses, lo cual exige igualmente una planificacin acorde.

    En aquellos casos en los que es necesario transportar material para la construccin de infraestruc-turas (una escuela, un hospital) este factor ha resultado ser un condicionante muy importante. Al igual que para conseguir subcontratistas dispuestos a trabajar en las zonas ms enclavadas, como, por ejemplo, para la construccin de pozos. El pas necesita profesionales a todos los niveles y suelen ser empresarios de los pases vecinos, como Kenia y Uganda, los nicos con capacidad para acometer estas tareas.

    El nivel de formacin de los beneficiarios/as de los proyectos es tambin muy bajo. En algunos proyectos analizados no haba como base de partida ningn profesor local formado. nicamente hay 5 centros de formacin de profesores en todo el pas y, adems, con proble-mas de financiacin.

    Como cabe suponer, el avance en cuestiones de gnero presenta dificultades de todo orden. Las mujeres son, en muchas ocasiones, el pilar familiar en cuanto al sustento y la re-coleccin de recursos, si bien cualquier reequilibrio en las relaciones de poder y de toma de decisiones sobre la gestin de ingresos en el mbito domstico est sujeta a mltiples restric-ciones. El hecho de que sean muy pocas las mujeres con un cierto nivel de formacin y que acceden al mundo laboral formal, as como la ausencia por el momento de polticas pblicas sobre igualdad de gnero, son dos factores tambin claves. La desigualdad se da, y se genera, igualmente, en el mbito escolar, donde los nios son los que tienen la prioridad por parte de sus padres para incorporarse a la escuela y continuar con los estudios. Mientras, a las nias se

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    les suele asignar tareas como el cuidado de sus hermanos menores o la recoleccin de agua o alimentos, y abandonan con frecuencia la escuela como consecuencia de los matrimonios pactados por sus padres. Un buen ejemplo sobre este aspecto es el bajo nmero de nias que finalizan la secundaria y pueden acceder a su formacin posterior como profesoras17.

    La sostenibilidad entendida como la capacidad de las intervenciones para que sus logros perduren en el tiempo de los proyectos ha sido otro de los aspectos ms reseados en las entrevistas mantenidas. Esta cuestin est ligada directamente a la poca capacidad y solvencia institucional a nivel estatal, en todos sus escalafones administrativos, y es un reto determinante para la viabilidad de las intervenciones.

    Todas las ONGD consultadas han expuesto su inquietud sobre esta cuestin, variando las pro-puestas al efecto, en funcin de las caractersticas de los proyectos. nicamente parece no pre-sentar incgnitas a medio plazo en aquellos casos en que la contraparte local (como es el caso de algunas congregaciones religiosas, como las Hermanas Salesianas) tiene una clara vocacin de continuidad en el pas. O cuando las infraestructuras que se construyen se integran desde el inicio en la red de servicios pblicos de salud, y el Estado asume su gestin, si bien normalmente con menos personal del establecido o del que debera haber para un servicio adecuado.

    En otros casos, como el de Solidarity, se est ya intentando poner las bases de cara al futuro para que la comunidad local asuma los resultados y la responsabilidad futura de los proyectos; siendo una va posible la creacin de espacios asociativos de gestin en los que se integren reli-giosos, autoridades y profesores o personal sanitario local.

    Otro de los problemas aducidos por algunas de las ONGD espaolas est relacionado con la gestin cotidiana de los proyectos y la justificacin que se ha de realizar a la AECID. En este sentido, se ha aludido a aspectos como la imposibilidad de conseguir facturas, consumir bie-nes internos (ya que, de hecho se importa prcticamente todo) y la dificultad para la operativa bancaria.

    Tambin se han sealado otras cuestiones relacionadas con la planificacin y, sobre todo con los imprevistos - derivados del enclavamiento de algunas zonas o de haber contado con el gobierno acometera determinadas infraestructuras viarias - que posteriormente han generado retrasos en la ejecucin de los proyectos y su conclusin final. Con el consiguiente perjuicio tanto para la comunidad como en relacin a los vnculos de sta con las ONGD, los cuales estn siempre precedidos de un largo proceso de arraigo y generacin de confianza entre ambas partes.

    Cabe tambin resear que entre la gran mayora de las ONGD espaolas que desarrollan pro-yectos en Sudn del Sur no hay una comunicacin fluida que permita generar informacin prctica y de utilidad entre ellas, y compartir su experiencia.

    4.3. Buenas prcticas

    Algunos de los aspectos positivos de la experiencia de las ONGD espaolas en Sudn del Sur son los siguientes:

    En relacin con el trabajo de implicacin de las comunidades locales, cabe destacar la experien-cia de IO en la creacin de comits locales para la gestin de los pozos de agua a travs de un enfoque basado en la comunidad: la implicacin desde la fase de identificacin

    17 Solidarity with South Sudan form en 2011 1.248 profesores mientras que la cifra de profesoras fue de solo 283 profesoras (22,68%; datos de octubre de 2011). En los aos anteriores del programa los hombres inscritos en los cursos de formacin fueron 771 mientras que el nmero de mujeres se limit a 170.

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    de hombres y mujeres de la comunidad y de lideres locales con capacidad para sensibilizar y generar un efecto de emulacin a nivel social; la gestin participativa de dichos comits; y el contenido de la formacin impartida, basado en una experiencia de largo recorrido en el pas. Todo ello ha contribuido a que los comits, formados por hombres y mujeres voluntarios, se hayan ido consolidando con el tiempo.

    La experiencia en el mbito educativo de Entreculturas y el SJR es tambin una referencia a tener en cuenta. A partir de una evaluacin intermedia del convenio suscrito con AECID, se ha comenzado a poner en marcha una nueva metodologa de formacin de profesores, impartindose en las aulas y dentro de la jornada escolar, de tal forma que se refuerzan aspectos clave de la docencia y se favorece un entorno interactivo con los alumnos/as. Otra prctica interesante ha sido el taller de devolucin de los resultados de la evaluacin, orga-nizado en terreno con la participacin de los beneficiarios/as y autoridades locales, como una forma de transmitir los principales mensajes del ejercicio realizado y reforzar la sensibilizacin y apropiacin. Tambin ambas entidades valoran positivamente la participacin de un consultor local en la fase de identificacin, lo que, entre otros aspectos, permiti una buena comunica-cin y conexin culturar con los beneficiarios.

    A juzgar por la informacin recabada, el sistema de becas de educacin por parte del SJR para los profesores en formacin, incluyendo algunos que se formaron en la universidad en Uganda, ha dado buenos resultados. Debido a las restricciones que sufren las mujeres para desplazarse, varias de ellas no pudieron aprovechar esta oportunidad.

    Aquellas campaas que puedan generar avances sociales en el mbito de la educacin para la paz y que contribuyan a construir un sentimiento de identidad comn nacional, cohesin social y valores compartidos, como la campaa de los 101 das organizada por Solidarity, son tambin acciones recomendables y tendencias positivas de cara al futuro. Con-forme a la experiencia de Entreculturas y el SJR, la buena preparacin de quienes imparten los talleres y la eleccin de los mismos por parte de sus propias comunidades, principalmente en base a sus cualidades personales de compromiso social y servicio a la comunidad, son tam-bin un buen referente. En el anexo XII figura un resumen de la intervencin y proyectos de Solidarity en Sudn del Sur.

    Por parte de varias ONGD cabe destacar tambin la formacin que se viene impartiendo en ingls dentro del programa de formacin de profesores y personal sanitario, materia a la que progresivamente se van apuntado cada vez ms mujeres. Hay que tener en cuenta ade-ms que son muchos los profesores, que han retornado desde la Repblica de Sudn al pas y que nicamente hablan el rabe, mientras que el idioma oficial en Sudn del Sur es el ingls.

    En cuestiones de gnero hay una serie de iniciativas que estn dando buenos resultados. Una de ellas es el apoyo financiero a las nias por medio de becas, lo que est contribuyendo a una mejora en los niveles de acceso a la educacin secundaria. Igualmente, el suministro de kits sanitarios para las nias ha mejorado las tasas de asistencia y ha reducido su nivel de abandono escolar.

    Tambin se est incorporando a las mujeres a las actividades de construccin de la paz, como hace Solidarity a travs de su vertiente pastoral, mediante la formacin de mujeres lderes. Igualmente, varias de las entidades entrevistadas han tratado de involucrar, desde la fase de identificacin, a las mujeres, organizando reuniones mixtas o bien separadas por sexos, con el fin de incentivar su participacin y crear condiciones adecuadas para que se expresen libremente. En el caso de los citados comits para la gestin de pozos de agua, la participacin de las mujeres ha alcanzado en ocasiones el 50%.

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    En el mbito escolar, algunas de las ONGD entrevistadas sealan su especial preocupacin, y la de sus contrapartes, por la escolari-zacin de las nias, dedicando una buena parte de sus esfuer-zos a sensibilizar a los padres. A lo cual se aaden las activida-des de promocin de la mujer, como es el caso de la ONGD Madreselva y las hermanas sa-lesianas. Otras entidades, como Jvenes y Desarrollo, destacan la realizacin de un programa transversal de alfabetizacin de nias.

    Cabe tambin resear la im-portancia del trabajo de todas aquellas organizaciones que, como las de perfil religioso, llevan muchos aos trabajan-do y han permanecido junto a las comunidades locales, independientemente de las etapas de la guerra y los conflictos que se han sucedido en el Sur de Sudn a lo largo de las ltimas d-cadas. Ello ha generado vnculos muy importantes de confianza. Tal es el caso de las hermanas salesianas (contraparte local de la Fundacin Madreselva), los hermanos salesianos (contrapar-te local de la ONGD de Jvenes y Desarrollo), y los combonianos, entre otras congregaciones religiosas. Las hermanas corazonistas y los hermanos claretianos, salesianos y maristas estn tambin presentes en el pas a travs de Solidarity.

    Las organizaciones religiosas, cuyo papel y trayectoria ha estado tradicionalmente al margen de los anlisis al uso en el mbito de la cooperacin al desarrollo, vienen desempeando una labor muy estimable en muchos contextos en frica subsahariana; destacando su labor, muy arraigada, en el mbito comunitario y en servicios sociales bsicos. La educacin formal en el Sur de Sudn fue introducida por misioneros cristianos, quienes fundaron las primeras escuelas.

    Su papel como catalizadores del cambio social ha sido tambin valorado desde distintos foros, destacando el papel que desempean en relacin a la consolidacin de una identidad nacional comn en torno al cristianismo - y que trasciende las diversas identidades tnicas - y su apoyo moral a las comunidades, con las que hablan un mismo lenguaje (tanto en sentido literal como figurado). Muchas veces su trabajo se realiza en zonas donde no hay presencia de otras entida-des extranjeras, orientando su accin a los ms marginados y vulnerables.

    Su papel tambin ha sido bien valorado en relacin a operaciones histricas de ayuda en emer-gencia, como la operacin Lifeline Sudan (1989), en la que participaron 11 ONGD de corte reli-gioso (5 de ellas locales) o en procesos de construccin de la paz, como la labor desempeada por el New Sudan Council of Churches en relacin a los enfrentamientos entre dinka y nuer en el seno del SPLA18.

    18 Para profundizar en el papel de las entidades religiosas en Sudn del Sur es recomendable consultar el trabajo de Ana Paredes: Challenging secular development-Faith Based Organisations as core agents of transformation in South Sudan, septiembre de 2011.

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    5. Lecciones aprendidas y conclusiones

    Lecciones aprendidas

    Algunas de las principales lecciones aprendidas en Sudn del Sur, en el mbito de la coopera-cin internacional para el desarrollo, son las siguientes:

    La compleja vinculacin entre la emergencia, la recuperacin y el desarrollo - que no se ajusta al paradigma clsico en este mbito - no ha tenido, en muchos casos, su reflejo concordante en las estrategias de los donantes y sus organismos. Por otro lado, desde la firma del CPA en 2005 el foco se ha puesto, fundamentalmente, en abordar los sntomas y las necesidades sectoriales. Falta un anlisis consistente sobre las causas, multidimensionales, que subyacen y explican las situaciones de emergencia humanitaria y los retos de la cooperacin al desarrollo.

    Tampoco se ha prestado una adecuada atencin a las cuestiones relativas a la reinsercin de desplazados internos y refugiados que han regresado al pas y a las necesidades de stos; que han de tenerse en cuenta no solo a corto plazo (a travs de ayuda de emergencia) sino tambin a medio y a largo plazo. Igualmente, se sigue sin profundizar en el conocimiento de los meca-nismos tradicionales de proteccin social en las comunidades y en qu tipo de apoyo externo procede realizar.

    La apuesta por estrategias a medio y largo plazo tal y como han sealado algunas ONGD espaolas a travs de una ayuda sostenida y previsible son tambin factores determi-nantes en un pas como Sudn del Sur. En un contexto que requiere combinar la ayuda de emergencia con la de desarrollo, as como un fortalecimiento progresivo de capacidades tanto a nivel comunitario como de las estructuras institucionales y administrativas.

    La mejora del seguimiento y monitoreo de los proyectos, as como el establecimiento de mecanismos adecuados de rendicin de cuentas, es otra de las cuestiones que estn a la orden del da. Algunos fondos de donantes como el BSF han establecido sistemas que estn resultando eficaces. Por otro lado, el establecimiento de indicadores slidos con la dificultad aadida de establecer lneas de base consistentes - para valorar el alcance y logro de las inter-venciones es tambin clave. Las dinmicas de la cooperacin internacional no estn haciendo suficiente nfasis en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). A modo de ejemplo, en el mbito educativo y en relacin al ODM 2, las intervenciones se han centrado en los inputs (tales como la construccin de escuelas o las tasas de escolarizacin) y no se han atendido su-ficientemente los outputs (tales como la calidad de la enseanza o los resultados en trminos de aprendizaje)19.

    Otra de las cuestiones constatadas es la necesidad de mejora en la coordinacin a todos los niveles - entre organismos internacionales, ONGD presentes en el pas, gobiernos y autoridades locales. Algunas de las ONGD consultadas subrayan la necesidad de establecer alianzas de trabajo con instituciones locales y organismos internacionales para asegurar enfo-ques integrales y con capacidad para abordar la amplitud de las prioridades y necesidades de las comunidades.

    19 En el anexo XII figuran los ODM.

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    Tambin existen mltiples lecciones sobre las carencias institucionales del gobierno y la administracin de Sudn del Sur. stas no se han valorado adecuadamente por parte de los donantes internacionales, lo cual ha perjudicado de forma importante la eficacia y viabilidad de los programas de ayuda. Tambin se han producido desajustes a la hora de valorar la perti-nencia y coherencia de las polticas del gobierno de Sudn del Su