subdesarrollo latino

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Subdesarrollo latinoamericano

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  • Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26701705

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Jaime OsorioSobre las recetas para salir del subdesarrollo

    Poltica y Cultura, nm. 17, primavera, 2002, pp. 69-98,Universidad Autnoma Metropolitana Unidad Xochimilco

    Mxico

    How to cite Complete issue More information about this article Journal's homepage

    Poltica y Cultura,ISSN (Printed Version): [email protected] Autnoma Metropolitana UnidadXochimilcoMxico

    www.redalyc.orgNon-Profit Academic Project, developed under the Open Acces Initiative

  • * Departamento de Relaciones Sociales, Uni-versidad Autnoma Metropolitana, UnidadXochimilco, Mxico.

    Sobre las recetaspara salir del subdesarrollo

    Jaime Osorio*

    En este artculo se analizan los supuestos tericos y metodolgicos desde los que se construye eldiscurso neoestructural, tomando como ejes las principales obras de Fernando Fajnzylber y UgoPipitone, as como algunos planteamientos de la Comisin Econmica para Amrica Latina(CEPAL) hasta la dcada de 1990. Luego de analizar el diagnstico que realiza esta corrientesobre el subdesarrollo latinoamericano, se cuestionan sus soluciones, y en la parte final se ofreceuna explicacin de las supuestas deformaciones de la regin.

    Introduccin

    El asunto del desarrollo en Amrica Lati-na se puede sintetizar en la imagen delconductor de un automvil en marchacon la mira puesta en el espejo retrovisor,por lo que mientras ms avanza, ms sealeja de la meta a la que espera llegar.1

    Hay demasiada historia en el pere-grinar latinoamericano por alcanzar el de-sarrollo, por lo que es difcil aproximarsede manera ingenua a las propuestas quese formulan en tal sentido. Por lo gene-

    1 La imagen pertenece a Walter Benjamin, aun-que aqu la empleamos con otro sentido. Jos JoaqunBrunner la retoma en Vanity Fair Inc., en Rocinan-te, nm. 2: Santiago, diciembre, 1998, p. 21.

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    ral, bajo nuevos envoltorios, aparecen viejas recetas y soluciones que, diramos paro-diando a Marx, renuevan como farsas tragedias antiguas.

    Volver a reflexionar sobre los problemas del desarrollo latinoamericano tiene lavirtud de obligarnos a repensar en la regin: sobre sus particularidades, sobre el sentidode la extraa convivencia entre lo arcaico y lo moderno y sobre su papel en elsistema mundial capitalista, temas de significativa importancia que, paradjicamente,han sido relegados por las ciencias sociales latinoamericanas en las ltimas dcadas delsiglo XX y a comienzos del XXI, periodo marcado por el auge del pensamiento neoliberalque ha propiciado a la vez un desarme terico nada fcil de superar.

    El neoestructuralismo ha intentado ofrecer un panorama alternativo ante lavisin neoclsica predominante y sus diversas derivaciones. Con la finalidad de ana-lizar este planteamiento plausible, pero limitado en sus logros nos centraremosde manera principal aunque no exclusivamente en los trabajos de FernandoFajnzylber y de Ugo Pipitone. La razn de esta eleccin no es gratuita. Fajnzylber esel autor ms consistente dentro de esta corriente y en sus propuestas2 abrevan lasformulaciones de la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL), particular-mente las de comienzos de los aos noventa,3 as como otros autores neoestructurales.4

    Pipitone nos interesa porque de manera difana pone de manifiesto los supues-tos tericos y metodolgicos desde los que se construye el discurso neoestructural, as

    2 Formuladas especialmente en La industrializacin trunca de Amrica Latina: Nueva Imagen, Mxico,1983 (IT en adelante), material que ser el centro de nuestro atencin en su produccin, e Industrializacin enAmrica Latina: de la caja negra al casillero vaco: comparacin de patrones contemporneos de industrializacin(1990).

    3 Nos referimos especialmente a Transformacin productiva con equidad: CEPAL, Santiago, 1990 (TE enadelante), y a toda la produccin posterior que gir en torno a este tema. Ricardo Bielschowsky seala que losdos textos [de Fajnzylber antes sealados] son las piezas principales de la transicin de la produccin cepalinaa la etapa que se iniciara en los aos noventa (en Evalucin de las ideas de la CEPAL, en Revista de la CEPAL,nmero extraordinario: Santiago, octubre, 1998, p. 39). En La CEPAL y el neoliberalismo (entrevista enRevista de la CEPAL, nm. 52, abril, 1994), Fajnzylber hace una apretada sntesis de las diferencias entre elpensamiento cepalino y el neoliberalismo, material en el que tambin nos apoyaremos para algunas discusionesen este trabajo.

    4 Entre ellos destacan Osvaldo Sunkel, Joseph Ramos, Vctor E. Tokman y Ricardo French-Davis, todosligados en diversos momentos y en diversas formas a la CEPAL o a otros organismos internacionales, y quedieron forma al libro El desarrollo desde dentro, de Sunkel (comp.), FCE (Lecturas de El Trimestre Econmico),Mxico, 1991. A esta lista, desde Mxico, se agrega Ugo Pipitone. No deja de llamar la atencin el hecho deque Pipitone, a lo menos en sus trabajos principales, nunca haga referencia a los escritos de Fajnzylber ni de laCEPAL antes sealados, a pesar de las claras herencias tericas y metodolgicas que de stos presenta.

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    como sus limitaciones en la caracterizacin de Amrica Latina y en las solucionespara resolver los problemas del subdesarrollo.5

    Hemos dividido la exposicin en cuatro apartados. En el primero presentamosla propuesta neoestructural en torno a cmo alcanzar el desarrollo. En el segundoexponemos el diagnstico que realiza del subdesarrollo, sus causas o manifestaciones,la caracterizacin sobre Amrica Latina y del Estado, adems de las respuestas alinterrogante de si existen una va capitalista y una socialista para superarlo. En ambosapartados hemos optado por una amplia exposicin de citas a fin de respetar al mxi-mo las ideas, as como las herramientas conceptuales a las que se recurre.

    En el tercer apartado analizamos los temas anteriores desde una perspectivacrtica, tanto de los supuestos metodolgicos y epistemolgicos presentes en la cons-truccin terica, como de la caracterizacin del subdesarrollo y de Amrica Latinaque realiza el neoestructuralismo.

    La exposicin sinttica de las claves que a nuestro entender explican el subdesa-rrollo latinoamericano (y como contrapartida, el desarrollo de las regiones centrales),constituye el tema central del ltimo apartado, que a modo de conclusin privilegiaelementos explicativos que confrontan a las visiones neoestructurales.

    Los ingredientes para alcanzar el desarrollo

    Para iniciar esta exposicin tomaremos las tres condiciones para alcanzar el desarrolloformuladas por Pipitone. La primera se refiere a la necesidad de profundas transfor-maciones en las estructuras productivas agrcolas, ya que una agricultura moderna yeficiente [...] parecera ser una conditio sine qua non para la salida del atraso econmico(FCE, p. 20).

    Fajnzylber concuerda en la importancia de la transformacin de la estructuraagraria, ya que la experiencia ensea que en muchos casos de industrializacin latransformacin estructural del sector agrcola desempe un papel importante.6 Sin

    5 Consideraremos tres de sus escritos. El ms importante en torno al problema que aqu nos ocupa, Lasalida del atraso: un estudio histrico comparativo: Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1994 (FCE en adelan-te); el segundo, Crecimiento y distribucin del ingreso en Amrica Latina: un nudo irresuelto, en ComercioExterior, vol. 46, nm. 7: Mxico, julio, 1996 (CE en adelante), y Ensayo sobre democracia, desarrollo, Am-rica Latina y otras dudas, en Metapoltica, vol. 2, nm. 7: Mxico, julio-septiembre, 1998 (M en adelante).

    6 Industrializacin en Amrica Latina: de la caja negra al casillero vaco, op. cit., p. 56.

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    embargo, establece jerarquizaciones precisas: la articulacin productiva exige re-conocer las diferentes especificidades sectoriales. No es lo mismo servicios, industriao agricultura; todos estos sectores tienen roles complementarios y diferentes. Alrespecto, termina privilegiando a la industria, ya que tiene un papel crucial por serportadora y difusora del progreso tcnico.7

    Para la CEPAL, de la mano de Fajnzylber, tambin la industrializacin constitu-ye el eje de la transformacin productiva, principalmente por ser portadora de laincorporacin y difusin del progreso tcnico....8

    Ms all de las diferencias sobre el sector econmico detonador de energasvirtuosas, importa destacar que tanto en el planteamiento de Pipitone como en los dela CEPAL y Fajnzylber existe un comn denominador: todos apuntan a la bsquedade un ncleo endgeno9 que desate y dinamice las potencialidades del desarrollobajo la figura del progreso tcnico.

    La segunda condicin en Pipitone se dirige a las caractersticas del Estado. Esnecesario que el Estado haya alcanzado niveles relativamente elevados de consolida-cin poltica interna y eficiencia administrativa (FCE, p. 20), idea que en la CEPAL yen Fajnzylber se traduce en la concertacin estratgica pblico-privada,10 esto es,acuerdos explcitos e implcitos de largo alcance entre el Estado y los principalesactores polticos y sociales, en torno a la transformacin productiva con equidad, afin de generar comportamientos convergentes con los propsitos comunes y queinhiban las dinmicas de los intereses de grupos que podran comprometer los pro-psitos colectivos.11

    Esto va de la mano con la tercera condicin sealada por Pipitone, referida a lamasa de energa social y el factor tiempo:

    7 La CEPAL y el neoliberalismo, op. cit., p. 208.8 Transformacin productiva con equidad, op. cit., p. 14.9 Aqu existen matices que vale la pena retener. Si en Pipitone la historia del subdesarrollo latinoame-

    ricano es resultado de una modernizacin agraria frustrada (Ensayo sobre democracia, desarrollo..., op. cit.,p. 476), para Fajnzylber el problema reside en una modernizacin trunca y precaria, ubicando el ncleoendgeno particularmente en el sector de bienes de capital (La industrializacin trunca..., op. cit., cap. V:Reflexiones para una nueva industrializacin). Esta especificidad se pierde en Transformacin productiva conequidad, donde el sector industrial en general queda como motor del ncleo endgeno (CEPAL, op. cit.).

    10 La CEPAL y el neoliberalismo, op. cit., p. 208.11 Transformacin productiva con equidad, op. cit., p. 15.

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    La realidad del atraso no es generalmente un proceso lento de acumulacinprogresiva de circunstancias favorables. Al contrario, podra decirse que el trn-sito a la madurez generalmente tiene un carcter compulsivo por medio del cualen pocas dcadas se concentra una masa de energa social adecuada para impul-sar las transformaciones necesarias [FCE, p. 20].

    Esa masa de energa puede refigurarse como una secuencia dinmica entre tresdimensiones: la innovacin tcnico-cientfica, la ampliacin del mercado y la creati-vidad empresarial que, para cerrar el crculo, retroalimentan la innovacin tcnico-cientfica (FCE, p. 461).

    La crtica al papel subsidiario del Estado en la concepcin neoliberal se encuen-tra explcita en la postura neoestructural. De menos Estado de la primera se debedar paso a un mejor Estado en la segunda.12

    El diagnstico

    Cmo se concibe el subdesarrollo

    Son varios los signos que caracterizan al subdesarrollo. El primero es como deformacin.

    La clave del subdesarrollo indica Pipitone no est en una insuficiencia,en algo que puede entenderse por medio de un signo de menos, sino en una de-formacin que distorsiona la posibilidad de promover formas de desarrolloque empalmen entre s hombres, recursos naturales y necesidades sociales[FCE, p. 25].13

    12 Para Sunkel la intervencin del Estado debe ser analizada con un criterio ms pragmtico, quereconozca la vital presencia de un Estado eficiente en suplir las deficiencias del mercado y en eliminar lastendencias excluyentes en la distribucin de los beneficios del crecimiento y que rescate su verdadero papelorientador del desarrollo... El desarrollo desde dentro, op. cit., p. 69.

    13 Reiterando el punto se seala que el problema central del subdesarrollo no es por tanto un problemade insuficiencia sino de deformacin. Resultado inevitable de una herencia histrica en la cual el capitalismo,como resultado de la expansin mundial europea, naci antes que los capitalistas (FCE, p. 25).

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    El subdesarrollo tambin se presenta como dualismo de estructuras productivas ysociales que no terminan de encontrar los actores y las ideas para una integracininteractiva de los diversos subsistemas que constituyen una organizacin social (FCE,p. 25; las cursivas son mas). Se conforma as un hbrido histrico y una situacin deconvivencia precaria entre modernidad y arcasmo... (FCE, p. 441).

    En Fajnzylber el subdesarrollo se presenta como una modernizacin trunca,precaria y distorsionada respecto a la industrializacin de los pases avanzados,14

    la que debe dar paso a una nueva industrializacin, que privilegie el sector de bienesde capital, en tanto una de las especificidades de este sector reside [...] en el hecho deque uno de los objetivos que se persigue con su desarrollo es el fortalecimiento delacervo tecnolgico nacional.15

    Las razones histricas del subdesarrollo

    Entre los factores histricos que intervinieron en la gestacin del subdesarrollo sedestacan tres. El primero es la idea de un trasplante histrico fracasado.

    reas extraeuropeas, inmensos territorios de la Amrica que sera Latina, deAsia y ms tarde de frica seala Pipitone fueron abruptamente integra-dos a esquemas de organizacin productiva internacional en el mbito de loscuales, sin embargo, la lgica de funcionamiento era del todo externa a su ana-toma y fisiologa tradicionales [FCE, p. 24].

    Ms an:

    Se transfiri un producto terminado sin que fuese posible transferir aquellosfactores materiales y espirituales que haban hecho del capitalismo un productomaduro de la Edad Moderna europea. Un trasplante de rganos que a lo largo de500 aos no ha sido ni asimilado del todo ni del todo rechazado [FCE, p. 24].

    En los orgenes del subdesarrollo tambin est presente la expansin europea,ya que si el atraso es fundamentalmente un fenmeno europeo, o sea, un fenmeno

    14 La industrializacin trunca..., op. cit., cap. III: Amrica Latina: imagen fiel o reflejo deformado de laindustrializacin de los pases avanzados, pp. 149-267.

    15 La industrializacin trunca..., op. cit., p. 387.

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    tpicamente semiperifrico, el subdesarrollo es, en sustancia, el producto de la expan-sin mundial del capitalismo europeo [FCE, p. 23].

    El nfasis en este aspecto es manifiesto:

    Aquello que pudiese haber sido atraso [...] de otras partes del mundo al con-tacto con una Europa que se proyecta hacia el mundo se convierte en subdesa-rrollo. Frente al podero, la vitalidad y la agresividad expansionista de Europa, elsubdesarrollo no tuvo ninguna posibilidad histrica para evolucionar hacia for-mas superiores (y propias) de conocimiento cientfico, innovacin tecnolgicay organizacin social [FCE, p. 24; las cursivas son mas].16

    La expansin europea gest colonias y este asunto constituye un antecedentecentral para entender el subdesarrollo actual de regiones y pases:

    El haber sido colonias a lo largo de siglos en los cuales en Europa y EstadosUnidos se consolidaban estructuras histricas del capitalismo [...] supuso paralos pases que hoy denominamos subdesarrollados la acumulacin de atrasos ydeformaciones que constituyen una pesada herencia histrica [FCE, p. 441].

    Pero si las conquistas coloniales ayudan a explicar el subdesarrollo, no contribu-yen para entender el desarrollo, porque

    en la historia del capitalismo europeo las conquistas coloniales consolidaron ydieron ms fuerza a los procesos que hacan transitar a Europa del feudalismo ala economa de mercado y finalmente al capitalismo industrial moderno. Perono fueron ni las conquistas ni las colonias el factor determinante [FCE, p. 441].17

    16 El autor no quiere dejar lugar a dudas en este asunto. Por ello reitera que la Conquista antes y ladependencia econmica despus no explican todo, y si lo hacen es slo en la medida en que ponen en evidenciala imposibilidad histrica de que los pases perifricos pudieran realizar las transformaciones que, en Europa,crearon las condiciones para una nueva estructura al mismo tiempo integrada, conflictual y dinmica de orga-nizacin de la produccin y de la sociedad (FCE, pp. 14-15; las cursivas son mas).

    17 Hay un claro cuestionamiento a la idea de que desarrollo y subdesarrollo son las dos caras de unmismo proceso, como afirm la teora de la dependencia, tanto en su vertiente cepalina radical como en lamarxista. Vase, por ejemplo, de Osvaldo Sunkel y Pedro Paz, El subdesarrollo latinoamericano y la teora deldesarrollo: Siglo XXI, Mxico, 1970.

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    Existe una va capitalista para salir del subdesarrollo?

    Sobre este tema, en la obra de Pipitone se hacen presentes respuestas contradictorias.As, en FCE seala que

    hasta hoy la historia ha indicado que existe un camino capitalista para salir delatraso. La experiencia de pases como Suecia, Dinamarca, Alemania o Italia enel siglo pasado y comienzos del presente [...] son demasiado evidentes para quesea necesario insistir sobre este punto. Sin embargo, no resulta evidente, a juz-gar por los hechos maduros hasta hoy, que exista un camino capitalista capaz deconducir a los pases subdesarrollados hacia la integracin de sus estructurasproductivas y sociales [FCE, pp. 26-27; las cursivas son del original].

    Esta idea es reforzada con sus afirmaciones sobre la imposibilidad histrica delos pases subdesarrollados de lograr procesos de integracin y de innovacin tecno-lgica que los llevaran a estadios superiores de desarrollo. Sin embargo, en este mis-mo texto aparece a pie de pgina una afirmacin que intenta matizar su postura:

    [...] si proyectamos la mirada al otro lado del mundo, no puede dejar de recono-cerse el extraordinario xito obtenido por varios pequeos pases asiticos entrelos aos sesenta y ochenta de este siglo [el XX]. En los casos de Corea del Sur,Taiwn, Hong Kong y Singapur, crecimiento econmico e integracin nacionalpudieron realizarse al mismo tiempo y tal vez justamente gracias a dos requisi-tos que han faltado hasta ahora en la gran mayora de los pases del Tercer Mun-do: la existencia de estructuras estatales fuertes y la capacidad para operar, antesdel despliegue industrial, profundas reformas agrarias [FCE, p. 27, n. 10].

    En el ltimo texto aqu considerado las dudas desaparecen, adscribindose a latesis de que es factible una salida capitalista del subdesarrollo:

    La conclusin es inescapable: no existen en la realidad contempornea otros cami-nos al desarrollo que no sean capitalistas, caminos que puedan hacerse realidadindependientemente de la capacidad de los pases para moverse con eficacia enmercados cada vez ms competidos y en redes financieras internacionales que

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    puedan apoyar u obstaculizar las aspiraciones de desarrollo de los pases quepermanecen entrampados en el atraso econmico, en agudas formas de polari-zacin social y en contextos de escasa solidez de las instituciones estatales[M, p. 466; las cursivas son mas].

    Va socialista para salir del subdesarrollo?

    Frente al socialismo y sus posibilidades en materia de desarrollo, el planteamiento semueve en la confusin. Inicialmente

    pocas dudas deberan caber acerca del xito econmico del socialismo (en suversin histrica de capitalismo de Estado autoritario) como instrumento pol-tico para promover la salida del subdesarrollo. Haciendo a un lado toda consi-deracin relativa a los problemas de la democracia, la experiencia de un pascomo China en las ltimas cuatro dcadas parece mostrar la eficacia del socia-lismo para romper con una parte considerable de los dualismos tpicos delsubdesarrollo [...] [FCE, p. 27].

    Pero es una salida del subdesarrollo limitada. Slo hacia formas histricamenteoriginales de atraso en el mbito de las cuales operan factores de rigidez poltico-institucional que terminan por trabar la continuacin de procesos sostenidos de creci-miento a largo plazo (FCE, pp. 27-28; las cursivas son mas).18

    Las citas parecen apuntar a la idea de que el socialismo (chino, en particular)permite el paso del subdesarrollo hacia el atraso, pero sin permitir la integracinpropia del desarrollo.19 El texto hasta aqu citado, publicado en 1996, puede explicar

    18 El capitalismo ha mostrado su eficacia histrica para promover el trnsito del atraso al desarrollo.El socialismo se ha revelado (aunque sea en los lmites de una realidad de capitalismo de Estado autoritario) enalgunos casos nacionales como un instrumento eficaz para romper una parte considerable de las inercias y lasdeformaciones del subdesarrollo sin poder, sin embargo, constituir estructuras sociales y econmicas con altosgrados de interaccin dinmica(FCE, p. 28; las cursivas son mas).

    19 Algunas confusiones en torno a la distincin entre atraso y subdesarrollo las introduce Pipitonecuando indica que sobre todo en la tercera parte de este libro [FCE, JO] se usar a veces la expresin atrasocomo sinnimo circunstancial de subdesarrollo [creo que sera ms claro decir que se usar subdesarrollo comosinnimo de atraso], en tanto el subdesarrollo se nos presenta as como una forma de un fenmeno general que

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    el error de afirmar que operan factores de rigidez poltico-institucional que termi-nan por trabar la continuacin de procesos sostenidos de crecimiento a largo plazo;China es un caso excepcional en materia de crecimiento en las ltimas dcadas.

    Pero en el texto M el caso chino ya no aparece ubicado en el atraso, sino en eldesarrollo. Adems, como pas capitalista. Al hablar de los distintos estilos (de desa-rrollo econmico), y al cierre del segundo y la apertura del tercer milenio, Pipitoneindica que no hay manera de nadar sino en el ro universal que es el capitalismo,ubicando a China junto a pases desarrollados como Alemania, los Estados Unidos,Suecia y Corea del Sur (M, p. 466; las cursivas son mas).

    Los escritos no aportan, sin embargo, los elementos que de 1996 a 1998 (fechasde los textos citados) llevaron a China del atraso al desarrollo y de nacin socialistaa capitalista.

    La caracterizacin de Amrica Latina

    Para Pipitone,

    [...] gran parte de la historia del subdesarrollo latinoamericano es imagen es-pecular de una modernizacin agraria frustrada. Historia de la imposibilidad deconvertir a la agricultura en factor de integracin de los mercados, de movilidadsocial ascendente, de semilleros de capacidades empresariales, de generacin deahorros capaces de entrar en circuito con los procesos generales de moderniza-cin [M, p. 476].

    Desglosando consecuencias, Pipitone seala:

    Atraso agrcola implica, desde siempre, escasa generacin de ahorro, desvo derecursos escasos a la adquisicin de alimentos en el mercado internacional, im-posibilidad de activacin de dinmicas econmicas locales, procesos caticos, y

    es el atraso (FCE, p. 25). En el captulo XIV, ubicado en esa tercera parte, hace sin embargo esfuerzos pordistinguir atraso y subdesarrollo, cuando seala que el subdesarrollo se nos presenta as, a diferencia del atraso,ya no como una situacin de estancamiento y pobreza tcnica generalizada para regresar a las confusiones,sino como una situacin en que la modernizacin avanza por caminos que retroalimentan el atraso, impidien-do el trnsito a una integracin tcnico-social de la economa (FCE, p. 456; las cursivas son mas).

  • SOBRE LAS RECETAS PARA SALIR DEL SUBDESARROLLO 79

    siempre costossimos, de urbanizacin, elevado desempleo que detiene la din-mica ascendente de los salarios reales y, con ello, estrecha la amplitud de losmercados nacionales as como la activacin de presiones endgenas a la innova-cin tecnolgica [M, p. 477].20

    El asunto de la falta de integracin de estructuras y procesos es reiteradamentesealado:

    La aguda polarizacin del ingreso en Amrica Latina es uno de los indicadoresms claros de la elevada segmentacin interna de los pases de la regin. Testimo-nio vivo, podra decirse, de un inacabado proceso histrico de integracin (o, lo quees lo mismo, de formacin) nacional [CE, pp. 516-517; las cursivas son mas].

    Todo ello da origen a una forma particular de modernizacin: Globalmentehablando, Amrica Latina es el indiscutible paradigma mundial de lo que se podrallamar modernizacin excluyente (CE, p. 519).21

    20 La lista de consecuencias o manifestaciones del subdesarrollo latinoamericano se hace ms exten-sa; as, se seala que el problema de la regin [Amrica Latina] casi nunca ha sido su incapacidad para crecer,sino ms bien la dificultad para crecer al tiempo que se consolidan estructuras productivas integradas y seforman tejidos sociotcnicos capaces de hacer de las sociedades regionales cuerpos recorridos por factores din-micos de renovacin y creciente coherencia interna (CE, p. 515).

    Amrica Latina ha experimentado ciclos de crecimiento prolongados que, sin embargo, dejaron tras des una estela de deformaciones estructurales y desequilibrios macroeconmicos de distinta gravedad (CE, p. 515).

    Cules son esas deformaciones y rigideces acumuladas a lo largo de dcadas...? [...] Las ms grandes yestorbosas son: el dualismo sectorial y territorial que caracteriza a gran parte de las economas regionales; eldesempleo, pero sobre todo el subempleo crnico de amplios sectores de la poblacin econmicamente activa;la elevada polarizacin del ingreso que contribuye a segmentar las estructuras productivas y a impedir econo-mas de escala adecuadas para muchas empresas; la insuficiente consolidacin de administraciones y eficacesdepositarias de amplios mrgenes de legitimacin social; el uso de tecnologas fuera de lnea respecto a losprecios relativos nacionales; la peridica fragilidad de las cuentas externas excesivamente dependientes de ex-portaciones de bienes con escasa elasticidad-ingreso en su demanda internacional, y la ya crnica deficiencia deahorro interno que vuelve a la regin en exceso dependiente a menudo de manera crtica del flujo de capitalesexternos (CE, p. 516).

    21 El smil con la modernizacin de escaparate sealada por Fajnzylber (1983, 1990) es manifiesto. Espertinente insistir en que son muchas las herencias cepalinas, y en particular de Fernando Fajnzylber, en laargumentacin de Pipitone, aunque nuestro autor nunca las seale. La heterogeneidad estructural (plantea-da por Anbal Pinto), o temas clave en la propuesta de la transformacin productiva con equidad, como elprogreso tcnico, la articulacin productiva; el pleno empleo y la equidad como condicin necesaria

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    En Fajnzylber, la industrializacin dinmica con urbanizacin que se ha gestadoen Amrica Latina entre los aos cuarenta y setenta, tiene lugar en una regin queposee, entre mucha otras, dos caractersticas que la diferencian fundamentalmentede los pases avanzados: en primer lugar, un incremento de la poblacin que alcanzalos niveles ms altos del mundo y, en segundo lugar, una acentuada concentracindel ingreso (IT, p. 166).

    Esto no es atribuible a la industrializacin como tal, sino a la ausencia deliderazgo efectivo en la construccin de un potencial industrial endgeno capazde adaptar, innovar y competir internacionalmente en una gama significativa de sec-tores productivos (IT, pp. 176 y 177), resultado de la precariedad del empresariadoindustrial nacional (IT, p. 171) y de la ineficiencia de las estructuras productivasque han configurado las empresas extranjeras (IT, p. 176), agentes que han sidoobjeto de un proteccionismo frvolo en contraposicin a un proteccionismo parael aprendizaje (IT, p. 180).

    En todo esto hay responsabilidades internas, que recaen en la relativamentefrgil vocacin industrializadora de la cpula dirigente (donde han participado sec-tores no despreciables del empresariado local), que ha establecido las pautas de ac-cin de los agentes econmicos locales y extranjeros (IT, p. 179).

    La caracterizacin del Estado

    Segn Pipitone Occidente es, en general, expresin de formas democrticas de sali-da del atraso, mientras Oriente expresa en este fin de siglo el xito de frmulas pol-ticas autoritarias (M, p. 466)

    Pero en Occidente debajo de las formas autoritarias y democrticas existe unacapa ms profunda del Estado, no siempre inmediatamente visible, que homologaentre s regmenes polticos de distinta naturaleza (M, p. 467; las cursivas son mas).

    En ese mximo comn denominador estaran comprendidas:

    Primero: la existencia de una administracin pblica profesionalizada, eficaz y conun alto espritu de cuerpo. Segundo: la suficiente fuerza o prestigio del Estado quele permita un margen significativo de autonoma frente a intereses oligrquicos

    para la competitividad, la concertacin estratgica pblico-privada y el papel del Estado, temas recurrentesen Pipitone, son slo una muestra de lo que sealamos. Vanse CEPAL. Transformacin productiva con equidad,op. cit.; Fernando Fajnzylber. La CEPAL y el neoliberalismo, op. cit.

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    interesados en conservar estructuras productivas tradicionales. Tercero: la existen-cia de una percepcin generalizada entre los lderes polticos de la urgencia deldesarrollo como factor de seguridad nacional. Cuarto: sinergias positivas y abier-tas a elevados grados de cooperacin entre sistema-empresas y sistema-Estado.Quinto: la capacidad de la poltica econmica de modificarse en la marcha adap-tndose a circunstancias y prioridades cambiantes. Sexto: la existencia entre lasmximas autoridades del Estado y la administracin pblica, central y perifrica,de una relacin fluida y de recproca confianza [M, p. 467].

    De entre los cimientos para el desarrollo, ausentes en Amrica Latina, Pipitoneseala [...] la construccin de una administracin pblica altamente profesionalizadacon espritu de cuerpo, sentido de responsabilidad colectiva y amplios mrgenes deautonoma respecto a los vaivenes de la poltica (M, pp. 478-479), puesto que noexisten casos de desarrollo econmico de largo plazo que se hayan dado en condicio-nes de corrupcin ms o menos flagrantes, de ineficacia, de graves y reiterados des-vos de recursos, de clientelismo poltico-corporativo y de pobre credibilidad pblicade las instituciones (M, p. 479).

    Refirindose a la base social de sustentacin de la nueva industrializacin,Fajnzylber perfila su visin del Estado y las caractersticas de los actores que debendar vida al proyecto. As, seala que el centro de gravedad de aquella base socialdebe localizarse en movimientos, agrupaciones o partidos capaces de asumir un com-promiso estratgico con la dignidad nacional, la superacin de las carencias socialesheredadas, el desarrollo de la potencialidad creativa de la poblacin y la soberana enel uso de los recursos naturales (IT, p. 414).

    Tambin deben formar parte de aqulla la burocracia empresarial pblica,portadores de una proporcin elevada del acervo tcnico con que se cuenta en laregin (IT, p. 415).

    Sobre el tema, la CEPAL seala que la realizacin de la transformacin produc-tiva con equidad [...] entraa ciertos requisitos sociopolticos, entre los cuales se des-taca el apoyo de los distintos agentes sociales, asunto particularmente importantecuando sta debe llevarse a cabo en sistemas democrticos (TE, p. 57).

    Estos sistemas democrticos estables exigen la presencia de partidos polticoscon amplio apoyo, que expresen los intereses coherentes de clases o grupos dentro dela sociedad, pero que estn dispuestos a llegar a acuerdos en forma realista (TE, p. 58).

  • 82 POLTICA Y CULTURA

    El Estado, por otra parte, enfrenta tareas cruciales: participar en la superacinde las carencias acumuladas en los mbitos de la equidad y de la competitividadinternacional (TE, p. 154).22

    Observaciones crticas

    El sistema mundial capitalista: un asunto secundario

    A pesar de que Pipitone hace sealamientos, en diversos momentos, sobre el papeldel sistema mundial y sus repercusiones en los procesos que gestan centros y perife-rias, stos permanecen como un marco general que no terminan de desempear unpapel significativo ni actual en el anlisis. El sistema-mundo aparece predominante-mente en la historia pasada. Es as como menciona que aquello que pudiera habersido atraso [...] de otras partes del mundo al contacto con una Europa que se proyec-ta hacia el mundo se convierte en subdesarrollo, y que frente al podero, la vitalidady la agresividad expansionista de Europa, el subdesarrollo no tuvo ninguna posibili-dad histrica para evolucionar hacia formas superiores (y propias) de conocimientocientfico, innovacin tecnolgica y organizacin social.23 O cuando cita a PaulBairoch para afirmar que si la colonizacin no juega un papel importante en expli-car por qu nosotros nos hicimos ricos, s juega un papel crucial en explicar el porquellos quedaron pobres (FCE, p. 441). Las referencias se ubican claramente en lossiglos de colonizacin.

    Ms all de que se seale que subdesarrollo y desarrollo son situaciones que compar-ten el mismo tiempo histrico; fragmentos al mismo tiempo separados y vinculados, deuna misma realidad viva (FCE, p. 443), los conceptos que permitan dar cuenta de lostejidos y relaciones, de lo que separa y vincula (por ejemplo, deterioro en los trminos deintercambio, intercambio desigual, apropiacin de valor, u otros) no aparecen, hacin-dose presentes el subdesarrollo y el desarrollo, ahora s, como fragmentos en el anli-

    22 Dejamos nuestros comentarios crticos para el apartado que sigue. Sealemos simplemente que todoindica que el Estado latinoamericano ha caminado ms en resolver la segunda tarea crucial sealada por laCEPAL, a costa, justamente, de acumular carencias en el mbito de la equidad. Por qu ocurre esto? En lostrabajos posteriores de la CEPAL es difcil encontrar alguna respuesta a este interrogante.

    23 La salida del atraso..., op. cit., p. 24.

  • SOBRE LAS RECETAS PARA SALIR DEL SUBDESARROLLO 83

    sis. El sistema mundial, en definitiva, permanece como un sustrato que, a lo ms,alcanza lugares secundarios en la exposicin: se ofrecen algunas estadsticas que noterminan de ser integradas en la constitucin actual de centros, semiperiferias y perife-rias. En M, y como una referencia muy de paso, se ofrecen cifras sobre el pago deutilidades e intereses,24 o del peso de la deuda externa.25 Pero no hay atencin paramostrar sus efectos en trminos de reproducir desarrollo y subdesarrollo.

    En la evolucin de los planteamientos de la CEPAL, la prdida o el relegamientode las nociones centro-periferia, que caracterizaron su etapa inicial,26 son expresindel abandono de una visin sistmica mundial y de sus efectos en los problemas quenos ocupan, para subrayar posteriormente los asuntos referidos al ncleo endgeno.

    En este cuadro, el campo de la economa internacional se hace presente en lasdiscusiones sobre las polticas para mejorar la insercin en la economa mundial,27

    y en los procesos de integracin, tras la nocin de regionalismo abierto,28 lo hacenplanteamientos en los que se analizan las potencialidades y obstculos de lo externopara las polticas de apertura. La idea de una totalidad mundial integrada y conlegalidades que gestan desarrollo y subdesarrollo ha desaparecido.

    La propia conceptualizacin empleada por Fajnzylber desde su trabajo de 1983(IT), en donde habla de pases avanzados y atrasados, es un anticipo del abandono dela visin sistmica de la economa internacional en la CEPAL y de la asuncin, almenos en este terreno, del lenguaje neoclsico predominante.

    Si bien la nocin centro-periferia presenta lmites,29 al menos alude a un sistemaintegrado y jerarquizado, con ncleos geogrficos que se apropian de exceden-

    24 Si a mediados de los aos setenta el pago neto regional para utilidades e intereses giraba alrededor de6 mil millones de dlares anuales, en 1980 la cifra se ubicaba alrededor de 19 mil millones. Y la crisis de ladeuda an no haba llegado (M, p. 470).

    25 [...] el problema con efectos macroeconmicos ms potencialmente desestabilizadores en el prximofuturo es la persistencia de una deuda exterior especialmente elevada que en 1997 est por arriba del 40 porciento del PIB (M, p. 473).

    26 Bielschowky sostiene, por el contrario, que el enfoque histrico-estructural, basado en la idea de larelacin centro-periferia constituye uno de los rasgos analticos comunes a los cinco decenios en la historiade la CEPAL. En Evolucin de las ideas de la CEPAL, op. cit., p. 22.

    27 CEPAL. Polticas para mejorar la insercin en la economa mundial: CEPAL, Santiago, 1995.28 CEPAL. El regionalismo abierto en Amrica Latina y el Caribe: CEPAL, Santiago, 1994.29 Como su acento en las relaciones externas entre naciones y regiones, dejando de lado los elementos

    internos que las propician y reproducen.

  • 84 POLTICA Y CULTURA

    tes de regiones y naciones que se ubican en posiciones subordinadas. Hablar depases avanzados y atrasados es romper con los vnculos que los ligan, y subraya,por el contrario, la idea de naciones o regiones que pueden interactuar, pero sinconsecuencias sustanciales en materia de desarrollo y subdesarrollo.

    Individualismo metodolgico

    La ausencia de la nocin de sistema mundial (o sistema-mundo) capitalista y decategoras que expliquen la heterognea red de relaciones entre naciones y regionesno es un asunto casual. Ello obedece a que lo que se jerarquiza en el anlisis es la historiade naciones, ms que la red de relaciones entre naciones o regiones,30 las que por razonesinternas aunque en un contexto donde existen otras naciones y regiones termi-nan destrabando o trabando las energas econmicas, sociales y polticas que las lle-van al desarrollo o al subdesarrollo. Tenemos as un anlisis inscrito en los parmetrosdel individualismo, que es el trasfondo epistmico-metodolgico de las teorasneoclsicas en el campo econmico, o del rational choice en el poltico, en donde es laracionalidad de las unidades consideradas la que permite explicar los fenmenossocietales. El atomismo prevalece sobre el aspecto relacional.

    En este terreno, el neoestructuralismo sigue a Popper, quien afirma:

    Todos los fenmenos sociales, y especialmente el funcionamiento de las institu-ciones sociales, deben ser siempre considerados resultados de las acciones, ac-titudes, etc., de los individuos humanos y [...] nunca debemos conformarnoscon explicaciones elaboradas en funcin de los colectivos (estados, naciones,razas).31

    Al fin que

    los colectivos no actan, no tienen intereses; los colectivos no tienen planes,aunque podamos decir (por razones de sencillez) que los colectivos actan, tie-nen intereses, tienen planes, etc. Quien verdaderamente acta, tiene intereses,

    30 Como es el caso del estudio de los diversos casos nacionales que se presentan en La salida del atraso...,op. cit., y en La industrializacin trunca en Amrica Latina, op. cit.

    31 La sociedad abierta y sus enemigos: Paids, Madrid, 1981, p. 283.

  • SOBRE LAS RECETAS PARA SALIR DEL SUBDESARROLLO 85

    planes, etc., es el individuo [o las naciones, agreguemos]. sta es, en sntesis, latesis del individualismo metodolgico.32

    En definitiva, para los individualistas metodolgicos en el campo de la econo-ma internacional, el sistema mundial capitalista es un simple recurso discursivo,pero sin incidencia en la historia real.33

    Un enfoque endogenista

    En el marco de naciones y no de las relaciones entre naciones, el nfasis est centra-do en la definicin de los elementos internos que hicieron del capitalismo europeoun producto histrico de extraordinario potencial dinmico, un producto histricoobviamente anterior a las conquistas, los saqueos y los comercios coloniales (FCE, p. 22;las cursivas son mas).

    La preocupacin de los neoestructuralistas es identificar el ncleo endgeno,como hemos visto en el primer apartado de este trabajo. Frente a los discursos teri-cos que hicieron hincapi en los problemas externos como fuente de explicacin delsubdesarrollo,34 emerge una postura igualmente equivocada, pero que se ubica en lasantpodas: las causas se encuentran en los factores internos.

    La tarea de identificar elementos internos no es trivial. Sin embargo, existe unaestrecha imbricacin de los factores externos y de los internos en la g,estacin delsubdesarrollo (y del desarrollo).

    Tiene razn Pipitone cuando indica que de la misma manera como el renaci-miento del comercio europeo antecedi en cuatro siglos a la expansin colonial,hubo tres siglos (por lo menos) de evolucin econmica del capitalismo antes de la

    32 Encuentro con Karl Popper, de Pedro Schwartz, Carlos Rodrguez Braun y Fernando Mndez Ibisate(comps.): Alianza Editorial, Madrid, 1993, p. 29.

    33 Por ello, no es extrao que las citas de Pipitone sobre Fernand Braudel o Immanuel Wallerstein, dosde los tericos que han revivido las propuestas gestadas inicialmente por los tericos del subdesarrollo y ladependencia en torno al sistema mundial como unidad bsica para comprender el desarrollo y el subdesarrollo,son por lo general la toma de datos para reforzar algn tema referido a los elementos endgenos de algunos delos casos considerados, sin mayores menciones al papel del sistema-mundo. Adems Prebisch, Frank, DosSantos o Marini, simplemente no existen.

    34 Donde se ubican las primeras propuestas de las teoras cepalinas, que en definitiva cumplan la fun-cin poltica de dejar intocadas las responsabilidades de los poderes nacionales en el subdesarrollo.

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    Revolucin industrial (FCE, p.77), y que las dos grandes ventajas de Inglaterrafrente al resto de Europa fueron, antes de la Revolucin industrial, de origensociopoltico: un Estado nacional fuerte y una estructura agraria liberada de rigidecesserviles (FCE, p. 79), y subraya justamente los elementos internos que favorecieronel desarrollo y auge capitalista y la conversin de Inglaterra en centro del sistemamundial por un largo periodo.

    Sin embargo, todas esas transformaciones internas no son suficientes paraexplicar el caso ingls, porque es sabido que, con la formacin de los modernosimperios mercantiles a partir del siglo XVI y el consiguiente auge del comercio colo-nial, en ciertas regiones de Europa se estuvo operando un importante proceso deacumulacin de capitales,35 que habrn de desempear un papel preponderante enlos procesos posteriores que darn origen, entre otros, a la Revolucin industrial.sta, por lo tanto,

    no es [...] un proceso que pueda explicarse y comprenderse slo en trminos depases aislados, como Inglaterra o de regiones aisladas, como Europanoroccidental. En realidad, se desenvuelve dentro de un sistema econmico ypoltico mundial que vincula aquellos pases y regiones entre s y con sus respec-tivas reas coloniales y pases dependientes; dichas vinculaciones contribuyeronde manera importante al proceso mismo de la Revolucin industrial a travs dela generacin y extraccin de un excedente, la apertura de mercados y el aprove-chamiento de los recursos naturales y humanos de las reas perifricas.36

    En definitiva, el capitalismo y sus resultados en lo que se refiere a naciones yregiones desarrolladas y subdesarrolladas no puede explicarse sino desde una perspec-tiva que imbrique lo externo y lo interno, en donde ambos elementos se integren,permitiendo que lo exgeno se internalice y lo endgeno se externalice, para conformaruna energa social unificada.37

    35 Osvaldo Sunkel y Pedro Paz. El subdesarrollo latinoamericano y la teora del desarrollo: Siglo XXI,Mxico, 1970, p. 43.

    36 Sunkel y Paz. El subdesarrollo latinoamericano, op. cit., pp. 44-45.37 Considerando los casos del sudeste asitico, uno de los ejemplos ms citados por la bibliografa

    econmica neoestrucural como modelos de salida del subdesarrollo en tiempos recientes, generalmente sedestacan elementos como el papel del Estado, el proteccionismo, la capacidad de innovacin tecnolgica, etc.,

  • SOBRE LAS RECETAS PARA SALIR DEL SUBDESARROLLO 87

    Una reedicin de las teoras de la modernizacin

    Uno de los problemas de las teoras de la modernizacin en los campos econmico ysociolgico es su ahistoricidad y su formalismo. Los pases desarrollados cubrierondeterminadas etapas, las cuales son ineludibles para los pases subdesarrollados, siquieren aproximarse a las metas de los primeros.38

    Pipitone, si bien seala que el desarrollo del capitalismo a escala mundial se daa travs de procesos que no repiten experiencias previas sino que promueven estruc-turas econmicas, pero sobre todo lgicas de funcionamiento, que difcilmente se-ran reconocibles a partir del molde metropolitano primario,39 al mismo tiemposeala que la historia no es [...] una sucesin de hechos y circunstancias accidentalesque imposibilitan toda definicin de secuencias relativamente confiables.40

    Ms all del cuidado de este autor para no poner a los pases desarrollados comomodelos, as como identificar etapas de desarrollo, la recurrencia a calificativostales como que el subdesarrollo es una deformacin (respecto a qu?); que el desa-rrollo implic pasar de formas arcaicas a formas maduras,41 y otros en igual sentido,pone en evidencia la figuracin de un modelo de desarrollo y de etapas o cimientos

    y se pone poca atencin a factores de la economa internacional que operaron de manera significativa en taldireccin. Se olvida, por ejemplo, que la industrializacin sustentada en las exportaciones [en esa regin]no habra tenido xito sin los siguientes [...] factores: [...] las modificaciones en la divisin internacional deltrabajo, propiciadas por el traslado de lneas de produccin a pases con escaso desarrollo [...]; el inicio de lasestrategias exportadoras coincidi con un periodo de rpida expansin del comercio internacional y con elaumento del precio de los productos manufacturados; el variado apoyo que estos pases recibieron por supapel geopoltico en el enfrentamiento Este-Oeste, y el liderazgo y el efecto dinamizador que ejerci Japnsobre sus antiguas colonias. Vase Ernesto Marcos Giacomn. Las exportaciones como factor de arrastre deldesarrollo industrial. La experiencia del Sudeste de Asia y sus enseanzas para Mxico, en Comercio Exterior,vol. 38, nm. 4: Mxico, abril, 1988, p. 281.

    38 La formulacin clsica en trminos econmicos correspondi a Walt W. Rostow, en Las etapas delcrecimiento econmico: Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1961. Su mejor y ms conocida versin sociol-gica pertenece a Gino Germani. Poltica y sociedad en una poca de transicin: Paids, Buenos Aires, 1966.

    39 La salida del atraso, op. cit., pp. 13-14.40 Ibidem, p. 17; las cursivas son mas.41 Germani lo seala as: El desarrollo econmico es concebido en trminos de trnsito de una sociedad

    tradicional a una sociedad desarrollada. La primera se caracteriza sobre todo por una economa de subsisten-cia; la segunda, por una economa expansiva fundada en una creciente aplicacin de la tcnica moderna.Poltica y sociedad en una poca en transicin, op. cit., p. 71. Cambiando algunos trminos, las ideas presentes enPipitone fueron claramente expuestas hace mucho por los tericos de la modernizacin.

  • 88 POLTICA Y CULTURA

    que deben cumplirse, como una agricultura eficiente y socialmente integrada yuna administracin pblica altamente profesionalizada con espritu de cuerpo. Laidea se repite cuando se seala que el capitalismo desarrollado puede refigurarsecomo una secuencia dinmica entre tres dimensiones: la innovacin tcnico-cientfi-ca, la ampliacin del mercado y la creatividad empresarial, para cerrar el crculo,retroalimentando la innovacin tcnico-cientfica [...] (FCE, p. 461; las cursivasson mas).

    En igual sentido debe leerse la idea de un dualismo estructural en AmricaLatina, en donde conviven modernidad y arcasmo, ideas que remiten a las viejastesis modernizadoras de obstculos (arcaicos) que deben ser removidos para alcan-zar el desarrollo.42

    Desde la utilizacin de la categora pases avanzados, Fajnzylber pone de mani-fiesto el supuesto de entidades que se constituyen en metas por alcanzar en los pasesatrasados. Por otra parte, en el tratamiento comparativo43 que establece entre estospases, el supuesto implcito es la asuncin de los avanzados como modelo a seguir. Laindustrializacin en Amrica Latina es trunca, precaria o distorsionada, porquealcanza similitudes formales, pero no de fondo, con la de los pases avanzados.

    Un recetario formal

    Desde ese horizonte de reflexin, el neoestructuralismo termina estableciendo unalista de medidas que se han llevado a cabo en el mundo desarrollado, y otro con lasacciones no realizadas en el mundo perifrico o subdesarrollado, ambos con el signode un recetario que puede contener mayores o menores medidas frente a otros recetariosconstruidos con la misma lgica.

    42 Las crticas en la bibliografa latinoamericana a estas propuestas tericas y metodolgicas son elemen-tales y antiguas. Pero ante la reedicin del modernismo en las propuestas neoestructurales hay que volver amencionarlas. Vase por ejemplo A. G. Frank. Sociologa del desarrollo y subdesarrollo de la sociologa, enAmrica Latina: subdesarrollo o revolucin: Era, Mxico, 1973. De Dos Santos consltense sus ensayos La crisisde la teora del desarrollo y La crisis del modelo de desarrollo en Amrica Latina, escritos a fines de lossesenta y reeditados en su libro Imperialismo y dependencia: Era, Mxico, 1978. Por ltimo, vase RodolfoStavenhagen. Siete tesis equivocadas sobre Amrica Latina, en Sociologa y subdesarrollo: Nuestro Tiempo,Mxico, 1972.

    43 Para evitar discusiones intiles sealemos que el problema en Fajnzylber o Pipitone no es que realicenestudios comparativos, sino las categoras y metodologas con las cuales los realizan.

  • SOBRE LAS RECETAS PARA SALIR DEL SUBDESARROLLO 89

    El problema central, ms all de una lgica ahistrica y formal, es que se da porresuelto un problema de investigacin exactamente en el punto en donde debe comenzar.Por qu tales medidas se realizaron en ciertas regiones y pases y por qu ellas noalcanzaron concrecin en otras?

    De manera ms especfica: por qu en Amrica Latina no se han realizado lostipos de reformas agrcolas o las industrializaciones que Pipitone y Fajnzylber consi-deran fundamentales?, por qu en los casos en que las reformas se han llevado a caboy la industrializacin ha tomado curso no terminan de cumplir con esa vocacinvirtuosa alcanzada en otras regiones?, por qu no se gesta un proceso que dinamicela innovacin tcnico-cientfica? Y la lista podra continuar.

    Sin una respuesta explicativa a estos y otros interrogantes, el anlisis queda re-ducido, a la hora de las propuestas, a una enumeracin de buenas intenciones, perocarentes de historia, por ms que las propuestas enumeradas emanen de ejemploshistricos.

    Lo descriptivo por encima de lo explicativo

    La falta de respuestas a interrogantes como los enunciados no es un asunto menor.Obedece a la ausencia (o deficiencia) de interpretacin, lo que propicia unsobredimensionamiento de lo descriptivo sobre lo explicativo.

    Existe en el anlisis de Pipitone una suerte de abuso de categoras que descri-ben un mapa que reclama esfuerzos de otra naturaleza para entender la forma comodeterminados procesos se motorizan. Modernizacin excluyente, estructuras pro-ductivas desintegradas, dualismo estructural, segmentacin interna, polariza-cin social, deformaciones estructurales y muchas otras son empleadas para carac-terizar el subdesarrollo. Es difcil sealar alguna concatenacin de categoras quepermita el paso de la descripcin al campo de la explicacin.

    El trabajo de Fajnzylber es ms slido en el campo terico y metodolgico. Peroel peso de las categoras con que se realiza (sustentado bsicamente en las teoras de lamodernizacin) y los supuestos desde donde se construye (los del individualismometodolgico) constituyen una pesada carga que limita el horizonte de reflexin.Ante esas limitaciones, la recurrencia a lo descriptivo gana lugar: industrializacintrunca, proteccionismo frvolo, modernizacin de escaparate, etctera.

    Si algo caracteriza a las ciencias sociales en general, y a las latinoamericanas

  • 90 POLTICA Y CULTURA

    en particular, en los tiempos actuales es su debilidad terica en tanto construccin decuerpos conceptuales interrelacionados que permitan explicar. Es uno de los signosde nuestro tiempo, mismo que el neoestructuralismo no logra sortear.

    El Estado como reino de la razn

    En la propuesta neoestructural el Estado desempea un papel central en tanto catali-zador de las energas sociales que dan vida al desarrollo. Pero no es cualquier Estado,sino uno en donde existe una administracin pblica altamente profesionalizadacon espritu de cuerpo, sentido de responsabilidad colectiva y amplios mrgenes res-pecto a los vaivenes de la poltica (M, pp. 478-479).

    Tambin un Estado que desarrolle la potencialidad creativa de la poblacin y lasoberana en el uso de sus recursos naturales, al fin que la historia muestra quela solidez de los avances que se logran con el esfuerzo interno es significativamentemayor que los que, circunstancialmente, se obtienen a cambio de concesiones en laautonoma (IT, p. 414).

    En fin, un Estado que permita superar las carencias acumuladas en el campode la equidad y que permita compatibilizar esta tarea con avances en la competitividadinternacional (TE, p. 154).

    En las propuestas neoestructurales prevalece la visin del Estado como reino dela razn, que opera por encima de los conflictivos intereses de clase (y de los vaivenesde la poltica!) y propicia la bsqueda del bien comn.44 No s si ese Estado existe enalguna parte, incluso considerando el mundo desarrollado. Pero concediendo tal su-puesto, cabe preguntarse: por qu dicho Estado no se ha conformado en la Perife-ria?, qu razones explican su ausencia?, por qu el Estado latinoamericano no renelas cualidades que nuestros autores suponen a los estados de las regiones y nacionesdesarrolladas y que los convirti en un motor y catalizador de energas modernizan-tes? Como frente a otras preguntas, en la propuesta neoestructural no existen res-puestas a estos interrogantes. La falta de historicidad y el formalismo vuelven a hacer-se presentes.

    44 Para una sinttica exposicin y contrapunteo entre la visin del Estado como reino de la razn ycomo reino de la fuerza, puede verse Norberto Bobbio. Marx, el Estado y los clsicos, en Norberto Bobbio:el filsofo y la poltica, antologa compilada por Jos Fernndez Santilln: Fondo de Cultura Econmica, Mxi-co, 1996.

  • SOBRE LAS RECETAS PARA SALIR DEL SUBDESARROLLO 91

    Desde este punto se puede dibujar el mejor de los mundos posibles y suponerque los empresarios ahorrarn e incrementarn sus inversiones; que destinarn recur-sos a la innovacin tecnolgica; que pagarn salarios que permitirn ensanchar elmercado interno y disminuir la desigualdad social; que propiciarn una nueva indus-trializacin e invertirn en las ramas de bienes de capital; que el Estado operar comoexpresin de una comunidad y no de poderes excluyentes; que se realizarn transfor-maciones en el agro que harn quebrar el poder de viejas y nuevas oligarquas allenquistadas; que habr una transformacin productiva con equidad, etc., pero nuncase explicar el mundo poltico, social y econmico que realmente tenemos ni los actoressociales que pudieran llevar a cabo tales tareas en la lgica de un capitalismo, eldependiente, que nos muestra conductas sociales, al menos de las fracciones empre-sariales hegemnicas, que caminan en una direccin opuesta.

    El subdesarrollo: un capitalismo inmaduro?

    En su caracterizacin del subdesarrollo, Pipitone seala que su clave no est enuna insuficiencia, en algo que pueda entenderse por medio de un signo de menos,sino en una deformacin que distorsiona la posibilidad de promover formas dedesarrollo [...].45

    Ya hemos indicado que en los anlisis de Fajnzylber y Pipitone, a pesar de losesfuerzos por tomar distancia respecto de la idea de un modelo de capitalismo, elsubdesarrollo es visto como un estadio, si no previo, al menos alejado de dicho mo-delo; si no, cul es el parmetro para hablar del subdesarrollo como deformacin?,46

    cul para hablar de distorsin?, cul es el capitalismo normal, regular, no defor-mado, no distorsionado?

    El capitalismo latinoamericano (y el perifrico en general) es distinto del capita-lismo del llamado mundo desarrollado (o central). No basta con concebir al desarro-llo y al subdesarrollo como procesos simultneos que comparten el mismo tiempohistrico, sino entender que han madurado y se siguen desarrollando de maneras diver-sas en la contemporaneidad de sus interrelaciones y en las dinmicas que han gestadoy que recorren y dan forma a sus circuitos y procesos internos.

    45 La salida del atraso..., op. cit., p. 25; las cursivas son mas.46 Algunos sinnimos de deforme son: contrahecho, irregular, anmalo, anormal, grotesco. Vase

    Pequeo Larousse ilustrado: Larousse, Mxico, 1982, p. 321.

  • 92 POLTICA Y CULTURA

    A estas alturas del desarrollo del sistema mundial capitalista, lo que tenemosentonces son formas diversas de capitalismos que la literatura econmica ha califi-cado como desarrollado y subdesarrollado; central, semiperifrico y perifrico; impe-rialista y dependiente, segn los esquemas tericos elegidos que se imbrican y secondicionan, pero donde y esto es quiz lo ms importante son maduros, cadauno a su manera. Tenemos as capitalismos originales, que en sus interrelaciones ter-minan por alimentar formas particulares de construirse como capitalismo, de produ-cir capitalismo y de reproducirse como entidades capitalistas.

    En este sentido, las supuestas insuficiencias, deformaciones o distorsionesdel subdesarrollo (que tomando algunas de las propuestas de Pipitone se expresanen dualismo estructural, convivencia entre arcasmo y modernidad, polarizacionessociales, insuficiente integracin nacional, etc., y en Fajnzylber como industrializa-cin trunca, modernizacin precaria o distorsionada), no son ms que expresio-nes de la madurez de ese capitalismo, no de su inmadurez.47

    El subdesarrollo, entonces, no es un capitalismo de segunda categora,48 endonde slo el capitalismo desarrollado legtimamente merece el nombre de capi-talismo.49

    A modo de conclusin: algunas caractersticas del capitalismo dependiente

    En su estudio clsico sobre las caractersticas originales del capitalismo latinoameri-cano, Ruy Mauro Marini seala que es el conocimiento de la forma particular queacab por adoptar el capitalismo dependiente latinoamericano lo que ilumina el es-tudio de su gestacin y permite conocer analticamente las tendencias que desembo-caron en ese resultado.50

    47 Idea presente en frases como sta: en ningn pas que pas de formas arcaicas a formas maduras dedesarrollo capitalista, el trnsito se dio sin que, previa o simultneamente, se dieran profundas transformacionesen las estructuras productivas agrcolas. La salida del atraso..., op. cit., p. 20; las cursivas son mas.

    48 La salida del atraso..., op. cit., p. 461.49 Ibidem. No creo que sea un asunto menor la forma apologtica como Pipitone desde una gran

    perspectiva histrica termina caracterizando el capitalismo que legtimamente merece ese nombre, a pesarde sealar, de manera previa, algunas de sus aberraciones (p. 461).

    50 Dialctica de la dependencia: Era, Mxico, 1973, p. 15.

  • SOBRE LAS RECETAS PARA SALIR DEL SUBDESARROLLO 93

    En esa lnea, nos detendremos en algunos puntos que permiten comprender laforma que ha terminado por asumir el capitalismo dependiente y que hacen queAmrica Latina, a pesar de experimentar ciclos de crecimiento prolongados, stosdejaron tras de s una estela de deformaciones estructurales y desequilibrios macro-econmicos de distinta gravedad,51 o bien, procesos de industrializacin truncos oestancados.52

    Entre otras, a esta peculiaridad de la dependencia se refiere la generalmente malentendida frase de Andr Gunder Frank del desarrollo del subdesarrollo.53 Las eco-nomas latinoamericanas pueden crecer, pero lo harn al costo de exacerbar sus con-diciones de dependencia y subdesarrollo, esto es, de agudizar las deformaciones es-tructurales y los desequilibrios a los que alude Pipitone. En este sentido, cabe destacarque, al menos en este terreno, Pipitone comprende algo que otros crticos de Frank yde la teora de la dependencia an no terminan de entender: que subdesarrolloo dependencia no es lo mismo que estancamiento;54 que se puede crecer, y por largosperiodos y con tasas elevadas, pero al costo de profundizar los desequilibrios internos yde ensanchar la brecha entre desarrollo y subdesarrollo.

    51 Pipitone. Crecimiento y distribucin del ingreso en Amrica Latina, op. cit., p. 515. Nuevamentedebe llamarse la atencin sobre la similitud de ideas de este trabajo con los realizados por Fajnzylber, el cualnunca aparece mencionado.

    52 Fajnzylber. La industrializacin trunca de Amrica Latina, op. cit., p. 155.53 Idea formulada en Capitalismo y subdesarrollo en Amrica Latina: Siglo XXI, Buenos Aires, 1970.54 El subdesarrollo no es una modalidad especfica para un fenmeno general que pudiramos llamar

    estancamiento. La salida del atraso, op. cit., p. 259. Celso Furtado es uno de los autores que estableci esarelacin. Vase Subdesarrollo y estancamiento en Amrica Latina: Eudeba, Buenos Aires, 1966. Debe sealarse,sin embargo, que fue un caso excepcional en la materia entre los tericos del subdesarrollo y de la dependencia.Como ejemplo de cmo en la actualidad se sigue repitiendo esta idea, atribuida al conjunto de la teora de ladependencia, Alejandro Portes seala que esta literatura [la teora de la dependencia] busc demostrar cmo elflujo de capitales desde Occidente, en vez de contribuir al desarrollo de los pases perifricos, produjo estanca-miento [...]. Vase El neoliberalismo y la sociologa del desarrollo: tendencias emergentes y efectos inespera-dos, en Rolando Franco (coord.). Sociologa del desarrollo, polticas sociales y democracia: Siglo XXI/CEPAL,Mxico, 2001, p. 63.

  • 94 POLTICA Y CULTURA

    Claves en el origen y la reproduccin del subdesarrollo latinomericano 55

    Tras los procesos de independencia,56 los pases latinoamericanos se insertaron en loscircuitos del sistema mundial como exportadores de materias primas y alimentos,particularmente para el mundo central, siguiendo el patrn iniciado en la etapa colo-nial. Este proceso, que ha sido caracterizado como el modelo agro-minero exportador,tuvo diversas consecuencias para los problemas que nos ocupan:

    a) Propici la gestacin de una divisin internacional del trabajo que operara conlas pautas de un intercambio desigual. Cada vez se debieron exportar mayoresmontos de materias primas y alimentos para tener acceso a bienes manufactura-dos, fuesen equipos, maquinarias o bienes de consumo. Prebisch caracteriz esteproceso como el deterioro en los trminos de intercambio, en perjuicio de lasnaciones perifricas, en una crtica a la teora clsica del comercio internacional.

    b) Esta modalidad de insercin en el mercado mundial permiti a los capitalistaslocales contar desde sus inicios con un mercado constituido, el que ofreca lademanda de los pases centrales, vidos de carne, trigo, azcar, caf, salitre, pla-ta, oro, etc. Ello constituy un elemento que no alent las fuerzas que operanen aras de expandir socialmente el mercado interno. La demanda externa era,por el contrario, el motor que potenciaba el proceso, al tiempo que las importa-ciones de bienes industriales satisfacan los requerimientos de consumo de lascapas locales que podan tener acceso a esos productos.

    c) Esta situacin va a favorecer la gestacin de un capitalismo particular: paracompensar la transferencia de valor realizada en el comercio internacional, loscapitales locales buscarn equilibrar dichas transferencias traspasando parte delfondo de consumo de los trabajadores al fondo de la acumulacin. La explota-

    55 Pondremos nfasis en algunas claves que explican los movimientos y formas de reproduccin delcapitalismo dependiente y, a su vez, en las razones de los arcasmos o desviaciones que perciben Pipitone yFajnzylber en el subdesarrollo. Nos apoyamos en las tesis centrales de Marini formuladas en Dialctica de ladependencia: Era, Mxico, 1973, y en El ciclo del capital en la economa dependiente, en Mercado y depen-dencia, compilado por Ursula Oswald: Nueva Imagen, Mxico, 1979.

    56 Dejamos de lado, no por falta de importancia, el saqueo de metales preciosos y materias primas quesufrieron las colonias latinoamericanas y caribeas en el periodo colonial, prctica que, como hemos visto,desempe un papel de significativa relevancia en la acumulacin de capitales que se realiz en Europa princi-palmente.

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    cin tom as la manera de una sobreexplotacin, esto es, de una dinmicaestructural sustentada en la violacin del valor de la fuerza de trabajo. De estamanera se estrechaban an ms las potencialidades de gestacin y ensancha-miento del mercado interno. Los capitales locales estaban ms preocupados porel potencial de consumo de los trabajadores y capitalistas del mundo desarrolla-do que por el de los trabajadores del mundo perifrico. El proceso implic as yano slo una compensacin a la transferencia de valor entre naciones, sino eldesarrollo de mecanismos de traspaso de plusvala (entre clases sociales) en el seno delas economas dependientes. La polarizacin social tiene una vieja data, y no essino una manifestacin de la dinmica estructural en las economas perifricas.

    d) Esta modalidad de funcionamiento del modelo agro-minero exportador tuvootros efectos sustantivos, ahora para las economas centrales. El abaratamientorelativo de materias primas y alimentos, sea por el deterioro en los trminos deintercambio que favoreca el monopolio industrial mantenido por las econo-mas centrales, o absoluto, por el incremento de la oferta de aquellos bienescomo una medida para compensar el deterioro de sus precios, permiti contra-rrestar las tendencias a la cada de la tasa de ganancia en las regiones desarrolla-das, al reducir los costos en capital constante y en capital variable. Adems decontrarrestar la cada de la tasa de ganancia en el Centro, el proceso favoreca elensanchamiento del mercado en esas regiones y naciones. Su contrapartida fueacentuar las limitaciones del mercado interno perifrico conformado por el sa-lario y redoblar los mecanismos de sobreexplotacin. La dependencia alcanzabaas los perfiles maduros de su condicin.

    e) El desgaste y la muerte prematura de la fuerza de trabajo en la Periferia, iniciadadesde la etapa colonial, dadas las brutales condiciones a la que fue sometida, seextendi tambin con posterioridad a los procesos de independencia. La abun-dante oferta de mano de obra se mantuvo con la importacin de esclavos parasostener cultivos de azcar, caf, algodn, e incluso para la produccin minera.A su vez, se redoblaron los mecanismos de extraccin de productos excedentesen las organizaciones productivas agrcolas (haciendas, fundos, etc.), reforzndoselas modalidades serviles y otras cercanas a la organizacin feudal. De este modose reprodujeron formas de produccin (esclavistas o serviles) no tpicamentesalariales (o capitalistas), pero en el cuadro de un incremento de ganancias capi-talistas. Aqu se encuentra la base de la aparente dualidad estructural. Lo ar-

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    caico y lo moderno se imbricaron en la gestacin de lgicas capitalistas. Nofueron ni son, por tanto, elementos que caminaran de manera autnoma e in-dependiente.

    f ) Las tendencias a incrementar la ganancia en el mundo central debieron caminaren otra direccin. La expansin de la oferta de bienes industriales oblig a loscapitalistas a buscar mecanismos que, a ms de incrementar la explotacin, per-mitieran la incorporacin de los trabajadores al consumo. La solucin a estedilema se encontrar en el incremento de la productividad del trabajo que, altiempo de favorecer la reduccin del valor de la fuerza de trabajo (al reducirse eltiempo de trabajo necesario), permiti un incremento del tiempo de trabajoexcedente. As pudieron crecer de manera simultnea mercado interno y plusvala.Las bases para una bsqueda cada vez ms intensa de innovacin tecnolgicaestaban creadas. Ellas se reforzaran por la lucha intercapitalista de apropiacinde plusvala extraordinaria. El capitalismo desarrollado generaba as un camino dereproduccin diametralmente distinto al del capitalismo dependiente.

    g) Los procesos de industrializacin iniciados en Amrica Latina, una vez avanza-do el siglo XX, alcanzaron forma sobre estas bases estructurales y son ellas las quenos permiten entender sus limitaciones y contradicciones. As, por ejemplo, laproductividad se mover sobre una dinmica en donde el traspaso de parte delfondo de consumo al fondo de acumulacin ya era parte de la organizacinestructural del capitalismo dependiente.

    h) La crisis del modelo agro-minero exportador no implic la muerte de los secto-res oligrquicos que le dieron vida. A pesar de la bancarrota en los precios de lasmaterias primas y alimentos provocados por la crisis del 29 y la Segunda GuerraMundial, las divisas de las exportaciones de aquellos productos siguieron siendouno de los soportes de las inversiones en la naciente industria. De esta manera,la oligarqua latinoamericana pudo seguir contando con importantes cuotas depoder estatal, expresadas en alianzas contradictorias con la burguesa industrial.Esto explica las dificultades de llevar a cabo transformaciones agrarias sustantivasen la regin, lo que no aconteci en el mundo central, donde por lo gene-ral la burguesa industrial debi romper muy pronto con el poder agrario,reformando sus bases de sustentacin, con el fin de alcanzar la hegemona esta-tal. En Amrica Latina, y en particular en Bolivia, hasta 1952, las reformas alcampo fueron resultado de revueltas o revoluciones campesinas, nunca de ini-

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    ciativas burguesas. Slo en la segunda mitad del siglo XX se dio marcha a algu-nas reformas burguesas en el campo que slo afectaron a los ncleos agrariosms parasitarios.

    i) La industrializacin, en su primera etapa, se limit en lo sustancial a la sustitu-cin de importaciones, esto es, a la produccin interna de algunos bienes ma-nufacturados adquiridos anteriormente en los mercados del mundo central. Nacipor tanto para satisfacer un mercado interno ya creado, fundamentalmente el delas clases dominantes y de franjas de la pequea burguesa, por lo que no seenfrent a la urgencia de crear mercado con la fuerza que debi hacerse en elmundo central. En su segunda etapa, la importacin de equipos y maquinariasdel mundo central, particularmente de bienes obsoletos en la economa estado-unidense, tras la renovacin de equipos que all se produjo luego de la SegundaGuerra Mundial, favorecer la produccin de bienes industriales que si bien enlos Estados Unidos formaban parte de los bienes salario (autos, refrigeradores,televisores, etc.), en Amrica Latina, dada la brutal constriccin de los salariosprovocada por la sobreexplotacin, se constituyeron en bienes suntuarios. Eldesfase entre produccin y mercado que caracteriz el modelo agro-mineroexportador, termin trasladndose al interior de las economas latinoamerica-nas, y se gest un mercado alto, estrecho socialmente pero con un elevado po-der de consumo, y un mercado bajo, extenso socialmente pero de demandaestrecha. De este modo, ms que cerrar la brecha social, la industrializacintermin acentuando la polarizacin social.

    j) De acuerdo con este esquema, muchas economas regionales pudieron crecer,pero agudizando viejos desequilibrios y creando nuevos, y esto hizo patente eldesarrollo del subdesarrollo. De estos ltimos, destaca la gestacin de enor-mes cinturones de miseria alrededor de las grandes urbes, resultado de masivasmigraciones rurales y de una industria que no demanda empleos suficientes,dada su estrechez y su abrupto paso a una composicin orgnica del capitalelevada respecto a las condiciones internas, ante la importacin de equipos pro-venientes de economas en donde el peso del capital constante es alto.

    k) Con la gestacin de un nuevo modelo volcado hacia el exterior, en las ltimasdcadas del siglo XX, Amrica Latina vuelve a reeditar, en nuevas condiciones, losdesfases y desequilibrios sociales del modelo agro-minero exportador. La agudiza-cin de las formas de explotacin (ocultas en categoras como flexibilidad laboral

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    o precariedad en el empleo) no hacen sino poner de manifiesto una modalidad dedesarrollo capitalista que en lo sustancial privilegia el consumo en los mercadosexternos y en la esfera alta interna, deteriorando el mercado conformado por lossalarios. La polarizacin social, la informalidad y el subempleo no son sino algu-nas de las manifestaciones ms inmediatas de este proceso.

    l) En sus aspectos centrales, el Estado latinoamericano ha expresado los interesesde clase de los proyectos econmicos que en breve hemos esbozado. Los actua-les procesos de reforma estatal van dirigidos a hacer ms eficiente la parte admi-nistrativa del manejo y funcionamiento estatal, pero no a cuestionar su aspectopoltico: el poder de las clases que hegemonizan los actuales proyectos. La mul-tiplicacin de consultas electorales, desde la dcada de 1980, que desat unauge inusitado de estudios sobre la transicin democrtica y ms tarde sobrela consolidacin democrtica, entrado el siglo XXI tiende a regresar el agua asus niveles: esa forma de democratizacin (procedimental) no ha logrado tocarlos centros reales del poder estatal y, por el contrario, se asiste a una neo-oligarquizacin estatal en medio de un coro electoral.57

    m) En este contexto, alcanza sentido la paradoja de naciones que se empobrecenfrente al crecimiento de enormes riquezas locales, las cuales no se han vistoafectadas por dcadas perdidas y otros eufemismos empleados para ocultartanto las enormes transferencias de recursos de la Periferia al Centro (por la vadel pago de intereses de deudas externas que siguen creciendo, patentes, traspa-so de ganancias de transnacionales a sus pases de origen, etc.), as como elincremento de la sobreexplotacin y de las transferencias de plusvala de lasclases asalariadas al capital (por la va de constricciones brutales de los salarios,empleo precario, largas jornadas laborales, etc.), y favoreciendo la constitucinde poderosos grupos econmicos (mediante la venta de empresas estatales aprecios irrisorios, aumento de la intervencin estatal dirigida a salvaguardarnegocios de aquellos grupos, etc.). Por ello, a pesar de las modernizacioneseconmicas llevadas a cabo en la Periferia, con un nuevo patrn de reproduc-cin exportador, en el marco de la mundializacin, la brecha entre desarrollo ysubdesarrollo se acenta, lo mismo que la polarizacin social interna.

    57 Estos temas los hemos desarrollado en Paradojas de la poltica y la democracia en Amrica Latina:una crtica a la teora de la transicin democrtica, en Sociolgica, ao 16, nm. 45/46, enero-agosto, 2001.