soÑar no cuesta nada

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SOÑAR NO CUESTA NADA 8va Versión 17 de Noviembre de 2005 Guión: JÖRG HILLER TÍTULO SOBRE FONDO NEGRO: “Esta historia está basada en hechos reales ocurridos en Colombia entre Abril y Mayo de 2003” FADE IN: 1. CARRETERAS DE COLOMBIA. EXT. DIA. Un bus intermunicipal recorre varios lugares del colorido paisaje nacional: valle, páramo, altiplano. Escuchamos el radio del bus, sintonizado con bastante distorsión en una emisora nacional… LOCUTOR DE EMISORA En Colombia son las cinco y treinta, y estas son las noticias… La Agencia de Noticias del Ejército Nacional informó hoy que continúa la búsqueda de los tres ciudadanos norteamericanos que fueron secuestrados por las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC hace unos días, después de derribar la avioneta en que se movilizaban sobre una zona selvática del país… FUNDE A: 2. CARRETERA RURAL. CRUCE DE CAMINOS. EXT. DIA. Ahora una destartalada chiva llega a un cruce de caminos, de ambiente húmedo y medio selvático; se interna en un pequeño caserío donde se divisa algún movimiento de personas y vehículos camperos. Las paredes de las casas están invadidas de graffiti alusivos a la guerrilla y las autodefensas. LOCUTOR DE EMISORA

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Page 1: SoÑar No Cuesta Nada

SOÑAR NO CUESTA NADA 8va Versión 17 de Noviembre de 2005

Guión: JÖRG HILLER

TÍTULO SOBRE FONDO NEGRO:

“Esta historia está basada en hechos reales ocurridos en Colombia entre Abril y Mayo de 2003”

FADE IN:

1. CARRETERAS DE COLOMBIA. EXT. DIA.

Un bus intermunicipal recorre varios lugares del colorido paisaje nacional: valle, páramo, altiplano. Escuchamos el radio del bus, sintonizado con bastante distorsión en una emisora nacional…

LOCUTOR DE EMISORA

En Colombia son las cinco y treinta, y estas son las noticias… La Agencia de Noticias del Ejército Nacional informó hoy que continúa la búsqueda de los tres ciudadanos norteamericanos que fueron secuestrados por las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC hace unos días, después de derribar la avioneta en que se movilizaban sobre una zona selvática del país…

FUNDE A:

2. CARRETERA RURAL. CRUCE DE CAMINOS. EXT. DIA.

Ahora una destartalada chiva llega a un cruce de caminos, de ambiente húmedo y medio selvático; se interna en un pequeño caserío donde se divisa algún movimiento de personas y vehículos camperos. Las paredes de las casas están invadidas de graffiti alusivos a la guerrilla y las autodefensas.

LOCUTOR DE EMISORA

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(En off) …el Ejército dice que no descansará hasta dar captura a los secuestradores y liberar a los ciudadanos extranjeros.

(Pasa sin pudor a noticias deportivas)

Y en otras noticias, la Selección Colombia obtuvo anoche en Asunción un valioso empate en las eliminatorias al Mundial de Alemania 2006. Después de comerciales ampliaremos esta importante noticia…

2 A. CARRETERA RURAL. CHIVA. EXT. DIA.

Comienzan a sonar comerciales, el sonido de la emisora se va disipando mientras vemos que de la chiva se apean unas pocas personas con enseres como bultos, canastos, gallinas, hasta un perro. Entre las personas vemos a una mujer de unos veinticinco años, HERLINDA, que va con su pequeña hija de cinco años, SIMONA, de la mano. Las dos lucen desubicadas, es claro que no son de esta zona, y todo les resulta extraño.

SIMONA Mami… ¿ya llegamos?

HERLINDA No, Simona, todavía nos falta un rato de viaje.

SIMONA Tengo hambre…

Ella la mira con ansiedad en su rostro. En sus manos acusamos una carta manuscrita, que incluye una especie de mapa dibujado a mano.

CORTE A:

3. CASERÍO. TIENDA MISCELÁNEA. INT. DIA.

Es una tienda bastante pequeña y modesta, posiblemente la única de todo el caserío, atendida por un señor mayor que está contando unos dólares que tiene en la mano. Éste se los da a un muchacho.

TENDERO Tenga, mijo, va al pueblo y me los cambia por pesitos. En sencillo mejor.

Page 3: SoÑar No Cuesta Nada

El muchacho sale con los dólares, se cruza con Herlinda que toma un pan de una pila que hay en una canasta. Revisa las monedas que trae mientras el tendero los observa a ella y a la niña. Herlinda se acerca a pagar. El tendero agarra una bolsa plástica, empaca dos panes más y se la entrega a Herlinda. Ella sorprendida se va a rehusar, pero...

TENDERO (Sonriendo)

Tranquila, llévelos, mi señora, la casa invita. No me diga que no, son para la nena.

Herlinda toma la bolsa, conmovida, sonríe triste pero agradecida.

HERLINDA Señor, necesito llegar a la vereda de Coreguaje. ¿Cómo hago?

Se hace un silencio mortal en la tienda. El rostro del tendero se ensombrece.

TENDERO ¿Para qué quiere ir a ese sitio, mi doña? Esa es zona roja, está plagada de guerrilla, de paracos, mejor dicho, hay pa todos los gustos… yo no le recomiendo que se asome las narices por allá.

HERLINDA Yo se que está peligroso, pero… (Aprieta la carta que tiene en las manos) tengo que llegar a ese sitio, es muy importante.

TENDERO Pues ahí el amigo tiene un jeep, de pronto la puede llevar.

Señala a un hombre en la puerta de la tienda, que bebe una cerveza. Es de baja estatura, malencarado y curtido por el sol. Ha escuchado la conversación.

CONDUCTOR WILLYS

Yo máximo la puedo dejar como a veinte kilómetros de ese sitio, mi señora. Y le cuesta treinta mil pesos.

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Herlinda se siente desfallecer. No tiene esa cantidad. Saca el poco dinero que tiene en la cartera, unos billetes viejos y arrugados y unas monedas. Se las enseña al conductor.

HERLINDA Esto es todo lo que me queda…

El conductor cuenta el dinero. En su rostro vemos que es muy poco.

CONDUCTOR WILLYS

No sé, mi señora, me la pone difícil… es que irme allá a exponerme por tan poquito… ¿qué tal que caiga en un retén de los guerrillos?

HERLINDA (Suplicante)

Señor, vea, de por Dios, hágame el favor, mire que llevo dos días de viaje, ya llegué hasta aquí, ahora no me puedo devolver…

El conductor la mira dudando. Simona interviene, le hala la manga al conductor.

SIMONA Por favor, señor, no sea malo, llévenos… yo quiero montar en jeep.

El conductor mira a Simona de reojo y no puede evitar enternecerse. Suspira y mira el dinero que le dio Herlinda.

CORTE A:

4. CARRETERA DESTAPADA. JEEP. EXT. DIA.

Herlinda y Simona van en el asiento trasero del jeep que comienza a devorar la inclemente carretera selvática. En la radio del jeep se escucha un vallenato distorsionado. Simna mastica el pan que le dio el tendero del caserío mientras mira por la ventana. Herlinda luce pensativa y preocupada. Mira la carta y el mapa que tiene en sus manos. Abre la carta, se queda mirándola, y comienza a releerla mentalmente.

HERLINDA (Leyendo en off)

“Herlinda, perdóneme por no haberle

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podido contar nada de esto en persona, como debiera de ser. Han pasado muchas cosas, y ya es bueno que las sepa todas, de la boca mía y no de de otros… lo primero que tenía que decirle, es que esa los ahorros de seis años que teníamos guardados se perdieron…

Mientras continuamos oyendo la lectura de la carta, escuchamos que la voz de Herlinda es relevada por la de su esposo, HELMER PORRAS.

PORRAS (Off)

“mejor dicho, yo los perdí…”

DISUELVE A:

5. PUEBLO. LOTE VACÍO. EXT. DIA.

Intercalado con lo anterior vemos apartes de esta escena. PORRAS, un hombre boyacense, de unos veintiséis años, corte de pelo a ras que delata que es militar, aun cuando ahora lo vemos en ropa de civil. Porras llega a un lote vacío, con una carpeta con documentos bajo el brazo. Mira la tierra bajos sus pies, y sonríe contento.

PORRAS (Off)

“…yo quería darles una sorpresa a usted y a Simona, por eso usé los ahorros para comprar una tierrita a la salida del pueblo…

Pero de repente se encuentra con un hombre vestido con una ruana, que sostiene una escopeta y lo mira amenazante. Porras le enseña los documentos. El hombre los mira, se ríe lacónico y le devuelve la carpeta a Porras, que apenas mira los documentos, impotente y con un tremendo vacío en el estómago.

PORRAS (Off)

“… pero me estafaron, me robaron toda la plata y se volaron. Nunca pude encontrar al tipo al que le había dado todos nuestros ahorros… Por favor perdóneme que no fui capaz de decírselo en ese momento. No fui

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capaz de decepcionarla… no quería que se desilusionara de mi…”

Porras se restriega el rostro y se enjuaga los ojos que tiene llenos de lágrimas de rabia.

CORTE A:

6. CIUDAD. WHISKERÍA LAS PANTERAS. INT. NOCHE.

Encontramos a Porras con sus tres amigos soldados: VENEGAS (acuerpado, con el rostro lleno de cicatrices de guerra y aspecto peligroso) LLOREDA (raquítico, desgarbado y de aspecto enfermizo) y PERLAZA (bajito, enjuto y bastante feo) tomándose una cerveza en un lugar de prostitutas de la ciudad. Dos docenas de muchachas agraciadas y vestidas vaporosamente se pasean de un lado a otro en busca de gente con dinero. Algunas de ellas bailan con sus clientes en la pista.

LLOREDA Oiga, Porras, Perlaza nos contó lo que le pasó con el lote que había comprado. Qué cagada.

PERLAZA Ese es mucho infeliz el que lo estafó así, hermano. No hay derecho.

Porras no dice nada, solo baja el cabeza, apesadumbrado.

VENEGAS (Cruento)

Si yo me encontrara a ese hijueputa, le meto un tiro en las huevas y lo miro desangrarse mientras me ruega que lo termine de matar…

Todos lo miran un poco aterrados.

PORRAS Estaba pensando en ir a hablar con mi mayor, a ver si de pronto me hacía un préstamo hasta el día de pago.

VENEGAS No, hermano, mi mayor qué le va a prestar, si ese tipo es más amarrado

Page 7: SoÑar No Cuesta Nada

que maleta e loco. Olvídese.

Revisan sus botellas, ya se ha acabado la cerveza.

PERLAZA ¿Nos alcanza para otra ronda?

Todos se revisan los bolsillos, las billeteras, sacan unas pocas monedas y billetes de dos mil pesos.

VENEGAS Alcanza para dos. Mejor que nada.

PERLAZA (Llama una mesera) ¡Niña! ¡Dos frías!

Una voluptuosa mesera con una cortísima falda les recoge las botellas. Todos menos Porras se le quedan mirando el trasero.

VENEGAS ¿Sí ve? Ese es el problema de venir aquí a Las Panteras, que se llena uno los ojos, y uno todo vaciado, sin plata ni para olerle una tetica a estas bellezas…

PERLAZA (Buscando con la mirada)

Ya en cualquier momento empieza el show de Dayana. Lo vemos y nos vamos.

De repente se acaba la música bailable, bajan las luces y se encienden otras de color rojo intenso. Se hace silencio por un momento, todos los comensales dirigen sus miradas hacia el escenario que queda al fondo de la pista de baile. Una escultural morena aparece en el escenario, todas las luces y las miradas se posan sobre su esbelta figura.

PERLAZA (Deslumbrado, muerto de amor) ¡¡Dayana!!

Comienza a sonar una sugestiva canción por los altoparlantes del local. La despampanante DAYANA ligera de ropas, comienza a

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hacer un strip tease. Es todo un show, que todos los ojos del local ven con deseo. Pero el más deslumbrado de todos es Perlaza, que se abre paso entre los clientes del lugar para acercarse más a la tarima y ver a Dayana más de cerca. Dayana baila sensualmente y comienza a quitarse prendas. Se desprende del top, lo zarandea y finalmente lo lanza al público. Perlaza se lanza a atraparlo pero no está totalmente a su alcance y tiene que tirarse sobre varias personas para conseguirlo. Aterriza sobre unos jóvenes que se ve que se creen de mejor familia, y que están muy bebidos. Estos se molestan.

JOVEN Ey, ey, ¿qué le pasa, amigo? ¡No muestre tanta hambre, mijo!

Los jóvenes rodean a Perlaza de forma amenazadora. Este tiene el top de Dayana en la mano y lo aprieta como protegiéndolo.

JOVEN 2 Este por el peluqueado debe ser soldado…

Los muchachos comienzan a empujarlo buscándole camorra. Hay tensión en el bar, aunque la música y el strip tease sigue.

JOVEN 3 ¿Qué pasó, muertodiambre? ¿Está buscando pelea, o qué?

PERLAZA

¡Dejen de joder y váyanse a la mierda!

JOVEN 1 ¡Uy, qué machito el soldadito de la patria! A ver, gonorrea, sin fusil ¿cómo va a hacer pa´ defenderse?

El joven empuja a Perlaza contra una mesa, logrando que éste rompa varios vasos que había sobre ella. Los muchachos se ríen. En ese momento aparece Venegas, con aire de camorra.

VENEGAS ¡¡Ey!! ¡Pilas que este man no vino solo!

Los muchachos se voltean a verlo, y no alcanzan a reaccionar. Venegas arremete ferozmente contra uno de ellos, y le propina un tremendo cabezazo en la nariz que lo deja knock out de inmediato. De inmediato los otros corren a pegarle a Venegas, Perlaza lo ayuda,

Page 9: SoÑar No Cuesta Nada

comienza una tremenda gresca entre los soldados y los jóvenes de buena familia. Venegas parece un toro, y arremete contra ellos. Más y más personas se suman a la pelea. Se apaga la música, Dayana detiene el strip tease y sale a refugiarse. Llegan los porteros a detener a los camorristas. Porras trata de intervenir para que no se maten…

PORRAS ¡Paren! ¡Paren, carajo, no más!

Pero sus gritos son apenas susurros en medio de la tremenda batahola que se ha armado en Las Panteras.

CORTE A:

7. CIUDAD. FACHADA WHISKERÍA LAS PANTERAS. EXT. NOCHE.

Un nutrido grupo de porteros tienen agarrados a los soldados y a los jóvenes y los expulsan a las malas del local. Ellos caen en plena calle.

PORTERO

¡¡Y cuidadito se les ocurre volver por aquí!!

Les cierran las puertas. Todos se ponen de pie como pueden. Venegas se lanza sobre los jóvenes para seguir pegándoles, pero Porras lo alcanza a atajar. Los jóvenes, asustados, se van corriendo lejos de Venegas. Ya a prudente distancia le lanzan improperios:

JÓVENES ¡Hijueputas soldados! ¡Malparidos! ¡Ojalá y la guerrilla les de chumbimba!

PORRAS (Firme)

Ya, no les paren bolas a esos gomelos de mierda. Somos soldados, carajo, miren la imagen que estamos dando…

VENEGAS Siempre pasa la misma joda cuando venimos a ver a su famosa Dayana, Perlaza.

Perlaza tiene el top de lentejuelas de Dayana en la mano, lo guarda cuidadosamente en un bolsillo del pantalón. Luego se limpia la sangre que le sale de la boca.

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PORRAS Sí, hombre, ¿cuándo se le va a quitar la verraca obsesión que tiene por esa mujer?

PERLAZA Pues sí, pero ¿qué hago, si me gusta más que cualquiera otra mujer en el mundo? Estoy enamorado, Porras, así como usted de su señora…

VENEGAS Esa mujer es puta fina, hermano, nunca va a ser la mujer suya, métase eso en la cabeza.

PERLAZA ¡Yo daría todos los millones del mundo por estar con ella!

VENEGAS Sí, los millones. Pero no tiene ni mil pesos para coger un bus al batallón.

PERLAZA Pues no, pero ¿quién quita que algún día tenga la plata para sacarla de este antro y hacerla mi mujer?

VENEGAS Siga soñando, huevón.

PERLAZA Soñar no cuesta nada.

PORRAS (Interviene)

¡Ya, no jodan más! Mejor arranquemos ya pa´l batallón, que toca caminar y mañana nos toca chupar monte, que está hasta las tetas de guerrilla.

7 A. CALLES DE LA CIUDAD. EXT. NOCHE.

Los soldados caminan por las oscuras calles de la ciudad en dirección a la salida de la ciudad. Los vemos en silencio y cabizbajos.

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FUNDE A:

8. SELVA. EXT. MADRUGADA.

Aun no ha salido el sol entre la tupida maleza de la húmeda e inhóspita selva. Todo es oscuridad. Escuchamos repetidas ráfagas de fusil que disparan en medio de la noche. Descubrimos a una docena de soldados vestidos con trajes camuflados que avanzan agachados entre los arbustos mientras persiguen a una columna guerrillera, que les devuelve el fuego.

TE SOLÓRZANO ¡¡¡Equipo A avanzar!!!

Los disparos de los fusiles enemigos se perciben como ráfagas de luz en medio de la oscuridad. Los soldados, entre los que reconocemos a Venegas, quien toma la delantera disparando como loco sobre los invisibles guerrilleros. Detrás de Venegas corren unos seis soldados, entre ellos Porras y Perlaza. Vemos a Lloreda mucho más atrás, muerto de susto, escondido entre unos arbustos.

VENEGAS ¡¡Granada!! ¡¡Cúbranse!!

Los soldados se tiran al suelo, se escucha el tremendo estallido de una granada de fragmentación. Un soldado que no alcanzó a lanzarse a tierra recibe una esquirla en el hombro y cae a tierra herido y gritando de dolor.

PORRAS ¡Hombre herido! ¡Cataño, hombre herido!

El soldado CATAÑO, que es el enfermero de combate, se acerca corriendo agachado a atenderlo, se le ve muerto de miedo. Mientras, hay más intercambio de disparos, por un momento solo se escuchan tiros que van y vienen de todas direcciones, explosiones, es tremendo caos. Los soldados avanzan valientemente por entre los árboles que reciben los disparos de la columna guerrillera.

CORTE A:

9. SELVA. TRINCHERA. EXT. MADRUGADA.

Porras y Perlaza llegan hasta una trinchera natural donde se refugian del fuego enemigo. Sobre sus cabezas zumban los disparos de los fusiles enemigos. Los dos jadeantes, sus cuerpos rebosantes de adrenalina.

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PERLAZA (Jadeante y asustado)

¡Mierda, son muchos! ¡Y están armados hasta el culo! ¿Le ha dado a alguno?

PORRAS No sé, creo que sí, pero no se ve nada en esta oscuridad…

PERLAZA Yo creo que nos tienen rodeados, hermano, la estoy viendo grave…

PORRAS (Decidido)

Pues yo sí no me pienso dejar matar hoy. A Herlinda y a mi hija no les sirvo de cadáver…

Porras recarga su fusil, toma aire, y sale de la trinchera corriendo y disparando. Perlaza lo observa. Mete la mano dentro de un bolsillo de su uniforme y saca el top de lentejuelas.

PERLAZA ¡Porque nos volvamos a ver, Dayanita! ¡Ahí voy, mamita!

Perlaza besa el top, se lo guarda de nuevo y sale detrás de Porras dando un grito de guerra y disparando. Vemos de nuevo a los soldados que avanzan entre los disparos y las explosiones. La batalla es cruenta.

VENEGAS (Off) ¡Están retrocediendo, mi teniente! ¡Huyen como ratas!

TE SOLÓRZANO ¡Fuego y movimiento, soldados! ¡Vamos por ellos!

Los soldados corren a perseguir a la columna guerrillera, aún no cesa el fuego.

CORTE A:

10. SELVA. QUEBRADA. EXT. MADRUGADA

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Los soldados corren fuera de la maleza y llegan a una quebrada de aguas caudalosas, la cual es atravesada por un puente colgante. No hay rastro de los guerrilleros.

SOLDADO

¡Por el puente!

Algunos soldados se disponen a cruzar el puente, pero la voz de Venegas los detiene.

VENEGAS ¡Alto, esperen! ¡No se suban a esa hamaca!

Todo el mundo queda quieto ante la advertencia. Venegas y el teniente se acercan al puente y lo observan. Perlaza y Porras llegan detrás.

TE SOLÓRZANO ¿Qué pasa, Venegas?

VENEGAS Esta hamaca está minada, mi teniente. Ellos cruzaron y la activaron del otro lado. Ahí se ven clarito los cables… (Señala) El que cruce ese puente es hombre muerto.

Efectivamente, se alcanzan a percibir los cables escondidos entre las cuerdas del puente colgante. El teniente mira la quebrada. Es demasiado caudalosa para cruzarla a nado.

TE SOLÓRZANO Malparidos. ¡Se nos volaron! ¡Mierda, tres semanas siguiendo a estos infelices y otra vez se nos fueron!

VENEGAS Mi teniente, para solicitarle, ¿cuál es el afán de perseguir esta columna? (Le señala una insignia en el pecho) ¿Es pa ganarse otra gris, o es que hay algo más?

El teniente se tensiona ante la pregunta, y prefiere ignorarla.

TE SOLÓRZANO Cataño, ¿qué pasó con el soldado

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herido?

CATAÑO Nada grave, mi teniente, una herida superficial no más.

TE SOLÓRZANO Bien. Cabo Suárez, organice la gente y la seguridad.

Los soldados asienten y se repliegan. Baja un poco la tensión, al menos están vivos. El cabo SUAREZ, se acerca al teniente.

SUAREZ Mi teniente, como a trescientos metros hacia el norte me pareció ver una construcción entre la maleza.

TE SOLÓRZANO (Se queda pensando)

¿Será el campamento de esos hijuemadres? Vamos allá.

CORTE A:

11. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. DIA.

Ya despunta el sol cuando el pelotón de soldados de la compañía Destroyer avanza pesadamente hasta la construcción camuflada entre la maleza que vio Cataño. Efectivamente, allí se erige un campamento madre de la guerrilla, abandonado. Es inmenso y muy bien construido. Revive la tensión. Todos a la expectativa.

TE SOLÓRZANO Parece abandonado. (A sus soldados) Entremos, pero revisen cada centímetro, puede que todavía haya gente, o que esté minado!

Varios soldados, entre ellos Porras, Venegas y Perlaza se disponen a cumplir la orden. Con sus fusiles preparados se disponen a requisar las diferentes barracas.

TE SOLÓRZANO (Mirando los árboles circundantes)

¡Revisen el perímetro! ¡Atención a las

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copas de los árboles, que puede haber francotiradores!

Otros soldados se disponen a revisar el perímetro del campamento.

CORTE A:

12. SELVA. CAMPAMENTO. BARRACA COCINA. INT. DIA.

Porras, Lloreda y otros soldados entran cautelosamente a lo que es la barraca que funciona como cocina del campamento. Revisan con cuidado que no haya nadie escondido allí. Al entrar se llevan una desagradable sorpresa: en el suelo de tierra de la cocina hay clavadas varias estacas de madera, que en sus puntas tienen ensartadas cabezas de monos.

LLOREDA (Asustado)

¿Mierda, qué es esto?

Todos observan con prevención y asco la dantesca imagen de las cabezas de mono ensartadas en las estacas.

PORRAS Son cabezas de micos. Debe ser que los matan para cocinarlos.

Cataño, el enfermero, se acerca donde hay un fogón y una olla. Levanta la tapa de la olla, dentro hay un cadáver de mono descabezado, desnudo y cocinado.

CATAÑO Tal cual, Porras, este debe ser el desayuno de hoy. (Bromeando) ¿A quién le provoca mico con aguaepanela?

Cataño saca el mico de la olla de una pata y lo enseña a los otros. Lloreda sale corriendo para trasbocar afuera. Todos lo miran con aún mayor asco.

CORTE A:

13. SELVA. CAMPAMENTO. CAMBUCHE. INT. DIA.

Los soldados Venegas y Perlaza registran un cambuche que está desolado. Levantan improvisadas bancas de madera, mesas. En un

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rincón encuentran unos baúles de madera.

PERLAZA Mire ahí, Venegas…

Venegas salta sobre los baúles. Los abre.

VENEGAS ¡Intendencia!

Venegas produce gran cantidad de material de intendencia del baúl. Linternas, baterías, y algunos uniformes camuflados.

VENEGAS Pilas, camuflados, linternas…

PERLAZA (Revisando ansiosamente)

Pero nada de lo bueno.

VENEGAS No, aquí no, pero…

Venegas repara en un plástico tapado con tierra en el suelo del cambuche. Corre hasta él. Destapa el plástico descubriendo un hueco en la tierra. Una sonrisa se dibuja en su rostro. Aún no vemos de qué se trata.

VENEGAS Aquí guardaban los jugueticos…

Perlaza se asoma a mirar. Su rostro no se emociona.

PERLAZA Ah, pero nada de lo bueno…

Vemos ahora que se trata de una buena cantidad de fusiles AK47 y cajas de munición. Venegas y Perlaza sonríen.

PERLAZA Camine, toca avisarle a mi teniente.

CORTE A:

14. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. DIA.

Ponen los fusiles AK47 al suelo. El teniente Solórzano los observa

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interesado.

TE SOLÓRZANO AK47, buena incautación, con esto sí le vamos a coger vara a mi mayor. Ahí para que mi mayor se ponga contento. Organícenlos y cuéntenlos, para informar al batallón.

VENEGAS

También hay material de intendencia, y camuflados.

TE SOLÓRZANO ¿Y algo de lo bueno?

PERLAZA

No, mi teniente.

En ese momento aparece Porras y Lloreda, cargando un par de costales llenos de cosas. Lucen emocionados.

PORRAS ¡Nosotros sí encontramos!

Todos los soldados se acercan a mirar, curiosos. Porras y Lloreda vacían los costales en el suelo. Aparecen entonces una buena cantidad de jabones de olor, desodorantes roll on, crema dental y papel higiénico. Los soldados, como niños en una piñata, se lanzan a por los implementos de aseo desesperadamente. El teniente se va quedando por fuera de la repartición.

TE SOLÓRZANO ¡Dejen algo, ole… a ver, que yo soy su comandante! ¡Esta joda parece una piñata! ¡Un jaboncito, por lo menos!

Porras le lanza algo al teniente, que lo agarra al vuelo. En un par de segundos ya no queda rastro de nada.

PERLAZA (Feliz con una crema dental y un jabón en las manos)

¡Esto sí es lo bueno…! Déjenme un rollito de papel, por favor, que no tengo nada. ¡Por favor!

Pero no logra hacerse al preciado papel higiénico. Los soldados se

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apartan con los tesoros que han obtenido. Se van oliendo hasta la saciedad los jabones, los desodorantes, que parecen sacados del paraíso. Mientras los vemos, escuchamos al teniente Solórzano en off dando el parte del hallazgo por radio…

TE SOLÓRZANO (En off, por radio)

… Fortaleza, Destroyer reporta el hallazgo de un campamento narcoterrorista abandonado. Se incautaron 53 fusiles referencia AK47 y 93 cajas de munición para el mismo… también material de intendencia…

CORTE A:

15. SELVA. CAMPAMENTO. CHOZA. INT. DIA.

El radio ha sido instalado provisionalmente en una choza del campamento. Allí se encuentra el teniente Solórzano dando el parte al batallón.

MAYOR LOAIZA (Por radio)

Y en qué estado se encuentra la tropa, teniente.

El teniente mira por la ventana del cambuche a lo lejos a sus soldados tirados en el suelo, agotados y en muy mal estado.

TE SOLÓRZANO Pues mi mayor, actualmente el estado de la tropa no es el mejor que digamos. Tenemos epidemia de diarrea, unos seis soldados tienen paludismo. Para solicitarle, mi mayor, lo mejor sería relevar esta tropa. Esperamos órdenes.

El teniente se queda esperando a que el mayor le de sus órdenes.

CORTE A:

16. SELVA. CAMPAMENTO. ALREDEDORES. EXT. DÍA.

Encontramos a Perlaza en cuclillas, defecando cerca de un arbusto. Vemos el dolor en su rostro.

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PERLAZA Juemadre diarrea tan macha… y yo sin papel…

Lo sorprende la voz del soldado Lozano, que aparece allí.

LOZANO Perlaza…

PERLAZA Oiga, lanza, respete, ¿no ve que estoy cagando?

LOZANO Mi teniente mandó formar.

Lozano regresa a buen paso. Perlaza, apurado, toma su machete, se corta un pedazo de pañoleta y con ella se dispone a limpiarse.

CORTE A:

17. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. DIA.

El teniente está frente a sus soldados, formados en desorden frente a él. Algunos de ellos están tirados en el suelo, sudorosos, afectados por el clima, por las enfermedades. Lloreda, que luce cansado, no puede evitar abrir la boca para dar un gran bostezo.

TE SOLÓRZANO (Burlón)

Soldado Lloreda, cierre la boca, que de pronto se le mete una verga voladora.

Lloreda cierra la boca de inmediato, mientras los soldados del pelotón se ríen de la ocurrencia del teniente.

TE SOLÓRZANO Soldados, vamos a quedarnos en este campamento un par de días, pero luego tenemos que empezar a desplazarnos por seguridad ¿entendido?

VENEGAS Mi teniente, ¿y es que no piensen sacarnos de aquí?

TE SOLÓRZANO Mi mayor Loaiza me acaba de

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informar que no hay condiciones climáticas para venir a recogernos.

Esto causa comentarios entre las filas. El teniente recompone el orden.

TE SOLÓRZANO La vida militar es de sacrificios, soldados. Eso ya lo saben.

PORRAS Mi teniente, permiso para hablar.

TE SOLÓRZANO Qué pasa, Porras.

PORRAS Mi teniente, el problema es que los víveres ya se nos agotaron. Apenas tenemos un poco de arroz y no más.

TE SOLÓRZANO Pues tocará salir a cazar el almuerzo.

Venegas de una se interna en la maleza blandiendo su fusil.

TE SOLÓRZANO Mucho cuidado, que puede haber minas en el perímetro…

CORTE A:

18. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. DIA.

Una olla de los guerrilleros hierve con un mono cazado dentro. Alrededor de la olla están esperando los soldados con caras largas e insatisfechas. Se escucha una emisora en el radiecito de pilas de Lloreda, con bastante interferencia. En la radio, unos locutores intercambian opiniones a cerca de la situación del país.

LOCUTOR 1 Hay noticias de orden público: el Ejército informó el hallazgo de un campamento de la guerrilla en zona selvática del Caquetá… durante la persecución de la columna de la guerrilla que secuestró a los tres ciudadanos norteamericanos de la

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avioneta.

LOCUTOR 2 Ya llevan varias semanas y nada que dan con ellos.

Los soldados se timbran.

PERLAZA ¡Mierda, esos somos nosotros!

PORRAS ¿Estamos tratando de rescatar a unos gringos?

La tropa mira fijamente al teniente Solórzano. El teniente incómodo, se pone de pie como para irse disimuladamente.

VENEGAS Mi teniente, ¿estábamos arriesgando el pellejo por unos gringos? Pensábamos era que estábamos detrás de la guerrilla…

TE SOLÓRZANO Claro que estamos detrás de la guerrilla, soldado, ellos tiene secuestrados a los gringos. Nuestras órdenes eran rescatarlos.

El teniente se retira prudentemente.

PERLAZA Qué tal lo de los gringos, no joda… es como en esa película, la del soldado Rallan, que mandan un pelotón de 15 soldados pa rescatar a un solo huevón. Al final salvan al Rallan, pero los matan a casi todos…

Los soldados lo miran sombríos.

PERLAZA ¿No la vieron?

Más silencio. Perlaza se da cuenta que mejor se calla. Escuchamos de nuevo a los locutores en el radio.

Page 22: SoÑar No Cuesta Nada

LOCUTOR 1 Pues esperamos el ejército cumpla, y que muy pronto puedan rescatar a los ciudadanos norteamericanos sanos y salvos.

LOCUTOR 2 Le tengo una noticia positiva para nuestro país, y tiene que ver con Shakira.

LOCUTOR 1 ¿Qué pasó con Shakira?

LOCUTOR 2 Pues que anoche se celebraron los premios MTV, y la barranquillera resultó galardonada en tres categorías, mejora artista latina femenina, mejor video, y…

No alcanzamos a escuchar el final, porque Venegas se ha parado rabioso, ha cogido el radiecito, y lo ha lanzado lejos entre la maleza.

LLOREDA

¡¡Qué hace, Venegas, mi radio!!

El radio se pierde entre las copas de los árboles.

VENEGAS Nosotros acá llevados del hijueputa, y esos periodistas de mierda exigiendo que cumplamos… ¡como si fuera tan fácil!

Lloreda sale a buscar su radio. Venegas mira la olla.

VENEGAS Listo el rancho… ¿quién quiere arroz con mico?

Absolutamente nadie se entusiasma, pero resignadamente sacan el menaje y hacen fila para pasar a comer arroz con mico.

CORTE A:

19. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. NOCHE.

Page 23: SoÑar No Cuesta Nada

Ha caído la noche en el campamento. La tienda de campaña de Perlaza se abre intempestivamente, y éste sale corriendo de ella, agarrándose el estómago adolorido.

PERLAZA

Ayayayayayaya…

Doblado sobre el vientre, se aleja corriendo del campamento, para buscar un sitio donde aliviarse.

CORTE A:

20. SELVA. CAMPAMENTO. ALREDEDORES. GUACA. EXT. NOCHE.

Perlaza se interna en los matorrales cerca al campamento. Va con cuidado, por si hay minas antipersonales. Encuentra un arbusto propicio para evacuar. Saca una linterna con filtro (roja) que enciende y sostiene en su boca para iluminarse. Se baja los pantalones, se acurruca, y comienza a defecar. Suelta un suspiro de alivio. Se revisa el uniforme, saca el top de Dayana, le da un beso y lo guarda como el tesoro que es para él.

PERLAZA

Figuró pañoleta otra vez.

Perlaza toma el machete que lleva al cinto, y se corta otro pedazo de la pañoleta del uniforme. Una vez logra cortarlo, clava el machete en el suelo a su lado, y sin esperarlo, escucha un “click”. Se queda helado, pensando que le dio a una mina.

PERLAZA

Ay, jueputa…

Se queda muy quieto, apretando el top de lentejuelas, esperando que algo pase, que algo estalle… pero no pasa nada. Entonces se espabila, se mueve muy despacio. Revisa el terreno donde clavó el machete.

PERLAZA

No es una mina…

De nuevo clava el machete y de nuevo se repite el sonido metálico. Con gran curiosidad, comienza a excavar en el lugar utilizando el machete, luego las manos. Descubre una tapa de plástico, con un anillo metálico, y un polvo blanco alrededor. De repente se acuerda que no se ha limpiado. Lo hace con el trozo de pañoleta, y continúa excavando, hasta sacar una caneca de metal de unos 70 centímetros

Page 24: SoÑar No Cuesta Nada

de altura. Perlaza, respirando agitadamente, la mira por unos momentos. Nervioso, revisa que no haya nadie cerca. Al ver que no hay moros en la costa, toma el machete y destapa la caneca. Se queda mirando el interior con ojos abiertos como platos.

PERLAZA (Atragantado)

Ah gran hijueputa…

CORTE A:

21. SELVA. CAMPAMENTO. TIENDA. INT. NOCHE.

En una tienda de campaña encontramos a Porras, Venegas y Lloreda, acostados, pero sin poder conciliar el sueño. Muy bajito suena música en el radiecito de Lloreda, que pudo recuperarlo.

LLOREDA (Mal)

Por qué putas no nos sacarán de este infierno…

PORRAS

Moral, Lloreda. Toca tener paciencia.

LLOREDA ¿Paciencia? No, mi hermano, yo ya la perdí toda… además estoy cagado del hambre.

VENEGAS ¿Quién le manda a hacerle el feo al arroz con mico?

LLOREDA (Con náuseas)

No me acuerde de eso, ¿sí?

En ese momento los interrumpe Perlaza, que entra muy agitado a la tienda. Viene sin aire, de haber corrido.

PORRAS ¿Qué fue, Perla?

VENEGAS ¿Se encontró la Patasola, o qué?

PERLAZA

Page 25: SoÑar No Cuesta Nada

No, algo mucho mejor.

Ante los ojos aterrados de sus amigos, Perlaza saca de su uniforme varios fajos gruesos de billetes de cincuenta mil pesos. A cada uno le lanza de a dos fajos. Ellos los reciben, pero los miran como si fueran objetos de otro planeta.

PERLAZA

Una propinita para ustedes, muchachos. No se la gasten todo en trago.

Todos se incorporan, impávidos, mirando los fajos, no lo pueden creer.

PORRAS Perlaza, ¿qué es esto?

PERLAZA ¡Plata, mi hermano, plata, no me diga que de tanto tiempo metido en el monte ya no la reconoce! Platica, papá, pa ustedes. (Saca del uniforme sus fajos) Tranquilos, que yo tengo lo mío.

LLOREDA (Revisando como loco sus fajos)

¡Pero… aquí hay un resto de billete, Perlaza, estos son millones!

PERLAZA Millones, sí, pero bastantes millones. Haga de cuenta que es un bono pensional de parte de la guerrilla.

VENEGAS Espere, ¿de dónde la sacó, Perlaza?

PERLAZA (Baja la voz)

¡Pues me fui a cagar, y por ahí donde me agaché, de pura chiripa me encontré una caleta de los guerrillos, llena, llenita de fajos de plata! Me traje lo que me cupo, pero allá todavía quedó más billete.

Page 26: SoÑar No Cuesta Nada

Todos se miran sin habla. Venegas mira sus fajos de dinero, sonriente y muy exaltado.

VENEGAS ¡Mi amá dice que la plata es la mierda del diablo… eso es que no conoce aquí a mi lanza, Perlaza, que caga plata!

Perlaza y Lloreda ríen, mirando su dinero, celebran, abrazan a Perlaza.

LLOREDA ¡Gracias, mi hermano!

VENEGAS ¡Se ganó el cielo, malparidito!

Porras muy serio le regresa el dinero a Perlaza.

PORRAS Perlaza, usted hizo un hallazgo, hay que reportárselo a mi teniente.

Perlaza, Venegas y Lloreda se quedan mirando a Porras, que les mantiene la mirada muy serio y convencido.

LLOREDA Porras, hermano…

PORRAS Todo, las caletas de los guerrillos que uno encuentra toca que reportarlas. Y esa plata no la podemos coger. Venga, vamos a informarle a mi teniente.

Porras se pone de pie, con la intención de salir, pero Venegas lo retiene del brazo.

VENEGAS Aguante, aguante, Porras… no le vamos a decir nada a mi teniente, no todavía…

PORRAS

Pero es que…

Venegas le clava una mirada preventiva y le aprieta el brazo. Porras siente un escalofrío que le pasa por el cuerpo.

Page 27: SoÑar No Cuesta Nada

VENEGAS Perlaza dice que allá quedó plata. ¿Quién quita que haya más caletitas por ahí? Eso donde hay una, hay más… Mañana vamos a ir los cuatro solitos al sitio a ver qué. Todavía no le vamos a decir nada a mi teniente ¿estamos?

Porras piensa en revirar, pero la mirada fría de Venegas lo atemoriza.

VENEGAS ¿Estamos, mi hermano?

Porras asiente quedo. Venegas sonríe y le da una cachetadita afectuosa, pero no sin algo de fuerza. Todos menos Porras regresan a sus fajos. Venegas le da un beso a los suyos. Comienzan a contar la plata, totalmente extasiados…Porras apenas los mira prevenido.

CORTE A:

22. SELVA. CAMPAMENTO. ALREDEDORES. GUACA. EXT. MADRUGADA.

No ha salido el sol aún cuando Porras, Perlaza, Venegas y Lloreda regresan al lugar del hallazgo. Sacan de nuevo la caneca. Venegas ansioso la destapa. Ven asombrados que los fajos de billetes que aún están ahí.

VENEGAS ¡Mierda, Perlaza, aquí todavía hay un montón de billete!

PERLAZA Yo les dije…

LLOREDA (Emocionado)

¡Varios milloncitos sí quedan…! ¡Ay, vida hijueputa, plata, platica, venga pa acá!

Como buitres se lanzan sobre los billetes para guardárselos. Venegas le va a tirar uno a Porras, pero él hace un ademán de que no.

PORRAS

No, gracias.

Page 28: SoÑar No Cuesta Nada

VENEGAS Como quiera, Porritas. Nadie lo va a obligar a salir de pobre.

Lloreda y Perlaza felices con el dinero. Venegas se termina de guardar los fajos, vacía la caneca. Se pone a mirar el terreno circundante con mirada analítica.

VENEGAS Ojo por donde pisan que este terreno está minado. Buena vaina…

LLOREDA ¿Buena vaina?

VENEGAS Claro, eso quiere decir que esta canequita no es la única que hay por aquí enterrada…

Venegas comienza a dar pasos hacia unos matorrales, vigilando donde pisa. Los otros lo siguen a cierta distancia. Venegas sonríe codicioso.

VENEGAS ¡Lanzas, esto está lleno de marcas! Miren, miren…

Venegas señala unos matorrales, toma en sus manos las hojas, que están blancas en las puntas.

VENEGAS Vean, los guerrillos pintan las puntas de las hojas con pintura, para marcar la caleta…

Venegas se lanza sobre la mata, la arranca de un solo golpe, y comienza a escarbar con su machete. Lloreda y Perlaza lo ayudan, hasta que sacan otra caneca azul. La destapan y encuentran más fajos de billetes. Sus ojos desorbitados y sus sonrisas lo dicen todo. Ríen como desquiciados triunfantes.

LLOREDA ¡Esta joda está llena de plata!

Miran a su alrededor nerviosos y exaltados, presienten que hay mucho más.

Page 29: SoÑar No Cuesta Nada

VENEGAS ¡Lanzas, estamos parados encima del banco de las FARC!

Los tres se lanzan raudos a cavar en la tierra alrededor, con sus machetes, buscando desesperadamente más canecas enterradas. Porras apenas los mira, y al final se decide a ayudarlos.

PERLAZA

¡Busquen, busquen, que seguro hay más!

Venegas deja un hueco en la tierra donde no encontró nada. A unos metros ve el tronco que un árbol que aparentemente está marcado con pintura.

VENEGAS ¡Allá hay una!

Lloreda va a correr en esa dirección, pero Venegas lo detiene.

VENEGAS ¡¡Lloreda!! ¡¡Pare!!

Lloreda se queda quieto. Mira el árbol sin ver nada raro.

LLOREDA ¿Qué pasa?

VENEGAS

Cúbranse.

Los demás obedecen. Venegas agarra una tapa de una de las canecas y la lanza como un frisbee sobre el terreno en frente. La tapa cae sobre unas hojas, y…

CORTE A:

23. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. MADRUGADA.

Un estallido en la distancia despierta a los soldados que dormían en el campamento. Los centinelas se alistan. Hay conmoción en el lugar, los soldados, que no saben qué pudo ser la explosión, se apresuran a coger sus armas y a ponerse las botas. Los soldados salen a cubrir posiciones listos a disparar.

CENTINELA ¡Mi teniente, hubo una explosión!

Page 30: SoÑar No Cuesta Nada

TE SOLÓRZANO ¡Ya la oí, hombre! (Grita) ¡¡Suárez, verifique con su escuadra donde fue la explosión, los demás a posición listos a reaccionar!

Los centinelas corren hacia el lugar de la explosión. El teniente y los demás soldados se aprestan a seguirlos.

CORTE A:

24. SELVA. CAMPAMENTO ALREDEDORES. GUACA. EXT. MADRUGADA.

Los soldados están tirados en el suelo y se levantan aun aturdidos por la explosión. En ese momento llegan los centinelas corriendo, detrás de ellos el teniente. Se percatan de la situación.

TE SOLÓRZANO Mierda, un campo minado…

El teniente enfrenta a Porras, Venegas, Perlaza y Lloreda, que lo miran muy nerviosos.

TE SOLÓRZANO Soldados, ¿se puede saber qué hacen fuera del perímetro? ¡Se han podido matar en este campo minado!

Pero antes de que cualquiera pueda contestar, comienza a caer sobre el lugar una lluvia de pequeños trozos de papel, como confeti. Todos miran en silencio hacia el cielo, de donde caen los pedacitos de papel que se posan sobre las cabezas y los hombros de los militares. El teniente alarga la mano, le cae un trocito de papel. Lo mira detenidamente.

TE SOLÓRZANO ¿Qué es esta joda?

Los soldados se acercan a la mano del teniente. El soldado centinela, LOZANO, da su opinión…

LOZANO Parece como un ojo, mi teniente.

Efectivamente, el pedacito de papel tiene un ojo pintado. El teniente abre ojos como platos.

Page 31: SoÑar No Cuesta Nada

TE SOLÓRZANO ¡Este ojo es del man que sale en los billetes de veinte… este, este loco, el de los billetes de veinte!

LOZANO

¡¡Está lloviendo plata, mi teniente!!

Todos miran la lluvia de pedacitos de papel sobre sus cabezas, boquiabiertos. El teniente mira interrogante a Lloreda y a Perlaza.

PORRAS Mi teniente, parece que las minas están protegiendo una… caleta con plata de la guerrilla…

El teniente analiza el terreno, se da cuenta que lo han removido

TE SOLÓRZANO Y ustedes estaban buscando la plata, ¿no? ¿No pensaban informar?

PERLAZA

Claro que sí, mi teniente, ya íbamos a eso…

TE SOLÓRZANO ¡Venegas, revise el área, no sea que haya explosivos! (A los soldados) ¡Muchachos, saquen machetes, palas, lo que haya, vamos a remover este terreno, pero ya!

Los soldados no tienen que recibir la orden dos veces. Los que tiene machetes arrancan a cavar, otros se ponen a cavar con las manos.

FUNDE A:

25. SELVA. CAMPAMENTO ALREDEDORES. GUACA. EXT. DÍA.

En un collage de imágenes, vemos a los soldados de la Destroyer como locos que remueven la tierra del lugar. Arrancan arbustos, abren la maleza. Buscan con gran esfuerzo, y poco a poco van encontrando una y otra y otra caneca: azules con pesos colombianos, y otras amarillas con dólares.

TE SOLÓRZANO

Page 32: SoÑar No Cuesta Nada

(Se acerca a verlos y se queda sin aliento)

¡Estos son dólares…! ¡Dólares, jueputa!

Cada minuto se oye un “aquí hay una!” y al rato “aquí hay otra!”. Entre más encuentran, con más tesón buscan.

En cuestión de una hora aparece el sol completamente y los vemos completamente sucios de tierra, sus dedos sangran, pero absolutamente nada los detiene en su labor de cavar y sacar canecas. De una docena pasan a dos, a tres, a cuatro docenas de canecas, que van apilando juntas en el centro del perímetro. En menos de nada vemos una pila de canecas llenas de billetes.

FUNDE A:

26. SELVA. CAMPAMENTO. ALREDEORES. GUACA. EXT. DÍA.

Un par de horas después vemos el montón de canecas con dinero. Han sacado más de cincuenta canecas. El terreno circundante ha sido cavado casi en su totalidad. Los soldados, extenuados, sudorosos, se han ubicado al lado del montón de dinero y lo miran como hipnotizados. Sus rostros son de incredulidad. Lo que tienen frente a sus ojos es una fortuna como nunca la soñaron.

PERLAZA (Con la voz cortada)

Esto sí es mucha, mucha cantidad de plata en la vida, mi teniente.

TE SOLÓRZANO Y lo que nos falta sacar todavía... (Grita triunfante) ¡Oído comandos: quebramos a la guerrilla!

Aullidos y aplausos de todos, emocionados.

LLOREDA Pero… ¿qué tal que les de por volver por su billete….?

Todos se miran entre sí, emocionados, pero de repente tensos.

VENEGAS Que vengan. Aquí los recibimos a plomo.

Page 33: SoÑar No Cuesta Nada

FUNDE A:

27. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. DÍA.

Los soldados descargan las canecas con el dinero en el centro del campamento. Venegas se lanza sobre las canecas, coge los billetes, se los restriega por la cara, los lame.

VENEGAS ¡¡Somos ricos, juemadre, ricos!! ¿Yo que pensaba que el Mono Jojoy era un hijueputa? ¡Qué va, es un bacán, mire la propinita que nos dejó!

Venegas emocionado agarra el fusil de algún centinela que tiene al lado. Comienza a hacer disparos al aire.

VENEGAS ¡¡Mono: gracias, malparido, nos volviste ricooos!! ¡¡Estamos pichos de plata!!

Varios soldados lo agarran y le quitan el fusil a Venegas. Porras se acerca al teniente, que mira la escena pensativo.

PORRAS Permiso para hablar mi teniente… este hallazgo toca reportarlo al comando del batallón, ¿no?

Se hace un pesado silencio en las filas. El teniente, tenso, mira de reojo a Porras, que no le quita la mirada de encima.

PORRAS

Esta plata hay que entregarla al comando.

VENEGAS Párela ahí, lanza, ¿usted qué es lo que está diciendo…? (Se acerca a Porras) esta plata no la vamos a entregar, esta plata es de nosotros.

PORRAS Es un hallazgo de material del enemigo. Hay que reportarla.

CATAÑO

Page 34: SoÑar No Cuesta Nada

¿Pa qué? Pa que se la queden otros más vivos que nosotros, y no nos den ni un peso a nosotros, nooo…

PERLAZA ¡Si acaso nos darán una medalla, pero pa lo que sirven las verracas medallas!

LLOREDA

Con una medalla no se compra una mierda.

El volumen de los murmullos entre la tropa sube. El teniente continúa en silencio.

VENEGAS Mi teniente, esa plata era de los guerrillos asesinos esos, usted sabe que es plata sucia, de droga, de secuestro, de muerte… ¡Ellos la dejaron tirada, nosotros la encontramos, punto, ya no es de ellos, es de nosotros, carajo!

Casi todos los soldados apoyan a Venegas.

LOZANO ¡Si reportamos la plata, se la roban unos políticos que ni prestaron servicio, ni tienen ni idea de lo que es esta verraca guerra…!

PERLAZA Nosotros somos los que estamos aquí chupando bala, arriesgando la vida por el país… ¡nosotros nos merecemos ese billete!

PORRAS Pero es botín de combate, mi teniente, lo correcto es que le informemos al batallón.

VENEGAS (Interrumpe)

Qué va, sapo, lo correcto es que seamos ricos.

Ahora sí se arma la batahola. Todos los soldados de acuerdo en

Page 35: SoÑar No Cuesta Nada

apropiarse el dinero. Porras tratando de hacerse oír para dar sus razones. El teniente continúa en silencio, sin decir una palabra. De repente Lloreda muestra un fajo de dólares que ha cogido de una caneca amarilla.

LLOREDA Yo no se, pero esta plata verde no son pesos, no se usan aquí en Colombia. Si esta plata no sirve aquí, ¿entonces qué tiene de malo que nos los repartamos?

Todos se quedan mirando a Lloreda asombrados de su absurdo razonamiento. Pero nadie dice nada, voltean a mirar al teniente.

TE SOLÓRZANO (Haciéndose el tonto)

Buen punto, soldado Lloreda, por fin le pegó a una. (A viva voz) Atención compañía ¡vamos a repartir el botín de guerra!

Todos dan un grito de júbilo menos Porras, que se queda mirando al teniente extrañadísimo. El teniente le evita la mirada.

PERLAZA Mi teniente, pero ¿solo vamos a repartir los dólares?

TE SOLÓRZANO Vamos a repartir dólares, euros, pesos, bolívares, yenes, lo que haya en esas canecas, soldado. Y ya no contesto más preguntas. Mar.

CORTE A:

28. SELVA. CAMPAMENTO. BARRACA. EXT. DÍA.

Se ha improvisado una tienda para el dinero. Lo han sacado completamente de las canecas, y se ve en su verdadera dimensión: montañas y montañas de fajos de billetes. Lloreda y el soldado Lozano cuentan un montón de dinero bajo la supervisión del teniente. Los demás soldados alrededor, en ansiosa espera.

LLOREDA (Terminando de contar)

¡Doscientos ochenta… doscientos

Page 36: SoÑar No Cuesta Nada

noventa… mi teniente, en este morro hay trescientos millones de pesos…!

El teniente y los soldados ven que es apenas un morrito y que les falta contar al menos cien veces lo mismo. Hay murmullos de exaltación en las filas.

TE SOLÓRZANO (Atragantado)

Nos podemos pasar el resto de nuestras vidas contando esta plata… y no sabemos cuando nos vengan a recoger…

LOZANO Mi teniente, yo de pelao en mi pueblo trabajaba pesando bultos de papa en la plaza. Yo puedo decir si dos bultos pesan lo mismo…

TE SOLÓRZANO ¡No me diga, soldado Lozano, nos resultó la “báscula humana”! Pues hagámosle. Un bulto de trescientos millones para cada quien, y luego repartimos los dólares. ¡A ver, empiece! (A los soldados) ¡Atención, compañía, formar en fila india, vamos a repartir la paga!

No ha terminado de decirlo cuando todos los soldados se agolpan a hacer la fila india.

SOLDADOS (Ad lib)

¡No empujen, yo estaba primero!

Lloreda junta fajos en un costal, y el soldado Lozano carga con cada mano uno, para comparar el peso.

LOZANO (A Lloreda)

Póngale más… otro poco más… eso, por ahí…

Le entregan el montón de dinero al primer soldado de la fila, que es Perlaza. Este sale feliz con su botín. No lo puede creer. Grita de alegría.

Page 37: SoÑar No Cuesta Nada

PERLAZA (Agradece al cielo)

¡Gracias, Chuchito lindo! ¡¡¡Gracias!!!

Se repite la operación. Uno a uno van pasando los soldados, reciben su pequeña fortuna y salen extasiados cargando sus billetes. También reparten los dólares. Finalmente llegan al último de la fila: Porras. Le van a dar su montón, pero él lo rechaza:

PORRAS Yo no voy a coger esa plata.

De repente se hace un denso silencio en la barraca.

TE SOLÓRZANO (Lo encara muy serio)

¿Cómo así que no, soldado Porras?

PORRAS Yo no quiero ser parte de esto. Usted sabe que no podemos quedarnos con esa plata, mi teniente. Eso no es honrado.

TE SOLÓRZANO ¡Ay, qué pena, su santidad!

PORRAS Si nos robamos esa plata no somos más que los guerrillos que matan y secuestran. Vamos a ser los típicos colombianos corruptos, ladrones…

TE SOLÓRZANO ¡Silencio, soldado! ¿A mi no me viene a decir ladrón, ni deshonesto ni nada, me oye? Si usted no quiere recibir su plata, la que se ha ganado por comer mierda en esta jungla como todos nosotros, ¡pues allá usted, lanza! ¡¡Y ojo va a decir algo de esto, ¿me oyó!?

Porras no le baja la mirada, valientemente.

PORRAS ¿Lo tomo como una orden, mi

Page 38: SoÑar No Cuesta Nada

teniente?

TE SOLÓRZANO Sí, soldado, le estoy ordenando que se calle.

Porras sencillamente asiente, da media vuelta, y se retira. Los demás soldados se quedan mirándolo cómo se va sin un solo peso.

FUNDE A:

29. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. DÍA.

Más tarde, a punto de atardecer en la jungla. Hay un hoguera prendida. Se vive un ambiente de fiesta en el campamento. Todos los soldados están escondiendo sus fortunas en sus morrales, entre las hamacas, o en los cambuches, etc. Hay risas y comentarios por lo bajo… Los soldados besan sus billetes, otros los huelen, otros se los restriegan en la cara, en los brazos, los lanzan al aire y los cogen de nuevo. Aparece Lloreda llega con su modesta camarita fotográfica a tomarle fotos a sus lanzas.

LLOREDA ¡Una foto, millonarios, que esto hay que recordarlo pa toda la vida!

Los soldados se abrazan unos a otros, posando para la cámara de Lloreda. Este dispara el flash y toma varias fotos a grupos de soldados que saltan felices, cantan, gritan y enseñan su dinero a la cámara, triunfantes y llenos de sí mismos. Flash viene y va en medio de la selva. Porras mira la escena por unos instantes, y luego se retira fuera del campamento.

SOLDADOS (Ad lib)

¡Somos ricos, ricoooos! ¡Viva el ejército! ¡Viva Colombia!

Lloreda llega a la tienda donde están Venegas y Perlaza. Se hace al lado de ellos.

LLOREDA ¡El que tenga plata que sonría!

Los tres sonríen jubilosos. Lloreda alarga la mano con la cámara, la apunta hacia ellos y toma una foto de los tres.

PERLAZA

Page 39: SoÑar No Cuesta Nada

Como es la vida, ¿no? Nosotros en este monte buscando a los americanos, y vea, (Muestra un fajo de dólares) ¡encontramos a los “americanos”!

LLOREDA

¡Nunca soñé con ver tanta plata junta en mis manos!

VENEGAS ¡Pues creálas, Lloredita, creálas, que usted ahora es rico, mi hermano, millonario como cualquier político, o cualquier hijo de papi!

LLOREDA ¡O cualquier cabecilla de la guerrilla! ¡Bueno, esos ya no, esos ahora quedaron pobres como nosotros antes!

Los tres ríen histéricos. LLOREDA (Besa sus billetes)

¡¡Los amo, los amo muchísimo, mis billeticos divinos, papacitos!!

PERLAZA Oiga, y… ¿Porras? No lo he visto hace rato.

VENEGAS Cogió para allá, fuera del campamento.

CORTE A:

30. SELVA. CAMPAMENTO ALREDEDORES. EXT. NOCHE.

Porras se encuentra sentado solo, fumándose un cigarrillo a escondidas mientras observa el jolgorio que hay al lado de los restos de la fogata ya apagada. Llega Lloreda, tiene un pesado morral al hombro, y está oliendo un fajo de dólares que trae en la mano. Se sienta al lado de su amigo.

PERLAZA El olor de harta plata junta es lo más

Page 40: SoÑar No Cuesta Nada

rico que hay, ¿no cree, Porritas? PORRAS

No sabría decirle.

PERLAZA Mire, le traje algo.

Perlaza regresa el fajo de dólares al morral, vemos que en éste hay una gran cantidad de fajos. Se lo entrega a Porras.

PERLAZA Lo que sobró de la repartición mi teniente me lo dio a mi por haber sido el primero en encontrar plata… es para usted, lancita. Hay como doscientos mil dólares ahí mal contados… cójalos…

Porras no mueve un músculo.

PERLAZA Mire que me costó harto meterlos en el morral este. Me tocó sacar todas las cartas de amor que le he escrito a mi Dayanita. (Le alarga el morral) Agarre, hombre, no se haga insistir.

PORRAS Yo no soy un ladrón, lanza.

PERLAZA ¿Y a quién le va a estar robando? Esta plata ya no era de nadie… por eso la cogimos nosotros, que sí la necesitamos, ¿o no? ¿Usted es que no la necesita o qué?

Porras callado. Perlaza saca el top de lentejuelas de Dayana y se lo enseña.

PERLAZA Yo por lo menos sí, mi hermano, necesito estos millones para sacar a Dayana de puta y hacerla mi mujer, sólo mía, me entiende… eso de pobre no lo voy a lograr, en cambio con plata sí. (Besa el top) ¡Por eso la cojo, porque me va a solucionar la vida,

Page 41: SoÑar No Cuesta Nada

como se la puede solucionar a usted! ¿No necesita esta plata para recuperar lo que le robaron del lote, para responderle a su mujer?

PORRAS ¡Pues claro que la necesito, pero esta no es la forma de conseguirla, así no se hacen las vainas!

PERLAZA ¿Entonces cómo? ¿Rompiéndose el espinazo el resto de su vida? Así nunca va a conseguir nada. Piénselo, lancita.

PORRAS No tengo nada que pensar, llévese eso. Nos vamos a meter en un problema por esto, y ahí sí, de la risa al llanto…

Perlaza agarra el morral, se pone de pie.

PERLAZA Usted sí se pasa de buena persona, Porritas… pero ¿será que eso sí le sirve de algo? Le guardo el morral en la tienda, por si cambia de idea...

Perlaza regresa al campamento, dejando a Porras solo y sumido en sus pensamientos.

CORTE A:

31. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. NOCHE.

Los soldados echados en el suelo alrededor de la hoguera apagada. Lucen como embriagados, pero por supuesto, no han tomado una gota de alcohol.

CATAÑO Esto es un regalo de la virgen, nos tuvo en cuenta por lo que es semana santa. Es que mi virgencita no se olvida de sus soldados. (Se echa la bendición)

SOLDADOS ¡Buena esa, virgencita! ¡Eres una bacana, mamacita!

Page 42: SoÑar No Cuesta Nada

VENEGAS ¡Como quisiera tener una botella de guaro en mis manos, pa tomármela fondo blanco!

PERLAZA ¡Fresco, lanza, que cuando volvamos, se puede comprar tres bares enteros si quiere!

VENEGAS No, yo apenas salga de aquí, lo primero que voy a hacer es pedir la baja.

LLOREDA ¿Verdad? Yo pensaba que a usted le gustaba la milicia.

VENEGAS Pues claro, me gusta la milicia, por eso voy a pedir la baja, pa poder irme de una a la escuela militar a pagar mi carrera de oficial. Es que ya me mamé de ser soldado profesional. ¡No… yo voy a ser es teniente, y en unos añitos, general, y ahí sí me voy a dedicar a darle chumbimba a esos vergajos guerrillos hasta borrarlos de este país…!

LLOREDA Yo... (soñando) lo primero que voy a hacer cuando lleguemos al batallón, es pedir la baja. Y luego voy a coger mi billete y me voy a comprar una camioneta de esas gigantes, con las llantas bien gruesas, pa salir a la calle, y que todo el mundo me coja respetico, carajo… ya me imagino yo por la ciudad en mi nave… (hace ademán de estar manejándola) ¡¡¡bbbrrrrmmmmmm… bbbbrrrrrrrrmmmmmm!!!

Todos se quedan mirando las copas de los árboles de la selva, sumidos en sus pensamientos y los sueños que cumplirán cuando

Page 43: SoÑar No Cuesta Nada

regresen a la civil.

FUNDE A:

32. SELVA. CAMPAMENTO. TIENDAS. EXT. NOCHE.

Horas después encontramos a los soldados dormidos en sus hamacas colgantes de los árboles. Todos duermen con sonrisas en sus rostros. Los fajos de billetes les sirven de almohadas y descansan sobre ellos. Entramos a la tienda de Porras, Venegas, Lloreda y Perlaza, donde los amigos están durmiendo. Lloreda ronca, y vemos que tiene dulces sueños, pues habla dormido:

LLOREDA ¡¡Bbbbrrrrrmmmmmm! Quiten de ahí, peatones de mierda…!!

El único que no duerme es Porras, a quien vemos acostado, pero con los ojos abiertos, expectante, pensativo y sobre todo, preocupado...

FUNDE A:

33. SELVA. CAMPAMENTO. EXT. DÍA.

Al día siguiente, el ambiente en el campamento ha cambiado totalmente: los soldados están extasiados, felices con sus fortunas, la que cuentan una y otra vez. Nadie hace actividades militares. Todos descansan y se sienten millonarios. Escuchamos la canción que sirve de fondo musical para el show de Dayana en Las Panteras en el radiecito de pilas de Lloreda. Este está con Venegas y Porras y Perlaza descansando junto a sus bolsas de dinero. Perlaza tararea la canción…

PERLAZA (A sus amigos, soñando)

Esta es la canción del show de mi Dayanita, pero cuando yo llegue, se la va a bailar solamente a este pecho.

Todos asienten. En eso aparece el soldado Cataño y aborda a Lloreda.