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1 Servicios de Salud Amigables para Adolescentes y Jóvenes

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Page 1: Servicios de Salud Amigables

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Servicios de Salud Amigables para Adolescentes y Jóvenes

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2 3

Servicios de Salud Amigables para Adolescentes y Jóvenes

Proyecto: Vinculemos Informemos Humanicemos / Servicios Incluyentes de atención. CAPASITS

Manual de Capacitación y consulta para personal de salud sobre los Servicios de salud amigables para adolescentes y jóvenes.

Elaborado por consultores de la Fundación Hacia un Sentido de la Vida A.C

Revisión Técnica: Lic. Tatiana Eugenia Sotres Paez

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4 5

IntroducciónMarco normativoServicios de salud amigables en salud sexual y reproductiva para adolescentes y jóvenesAdolescencia y juventudAdolescenciaJuventudLa importancia de la adolescencia y la juventudSexualidadGénero y sexualidadSexualidad adolescente y vulnerabilidadSalud sexual y reproductiva para jóvenes yadolescentesSalud sexualSalud reproductivaDerechos humanos, sexuales y reproductivosLos derechos sexuales y reproductivos en el marco de los derechos humanosLas y los jóvenes y adolescentes y los derechos sexuales y reproductivosDerechos sexualesDerechos reproductivosLas y los adolescentes y jóvenes ante el VIH/ SIDAVIHLa población joven como grupo con comportamientos de riesgo para el VIH..Vulnerabilidad ante el SIDAServicios de salud amigables para adolescentes y VIH/SIDADiversidad sexualDiscriminación por la preferencia sexual, orientación sexual o identidad de géneroHomofobiaHomofobia, vulnerabilidad y saludServicios de salud amigables para jóvenes y adolescentes y sensibles a la diversidad sexualCultura de la denunciaBibliografía

Índice

610

14202224

26283236

38404243

46

505460

6670

7476

8082

889294

9698102

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6 7

Actualmente, México es un país de adolescentes y jóvenes con necesida-des específicas sobre sexualidad, salud sexual y reproductiva, las cuales deben atenderse con el propósito de asegurar su desarrollo, y garantizar y respetar su derecho a la salud, y otros derechos asociados.

En este marco hay que recordar que la población joven experimenta pro-blemáticas particulares, las cuales requieren de manera urgente medidas eficaces instrumentadas, entre otros actores, por los servicios de salud.

Algunas de las situaciones relacionadas con la salud sexual y reproduc-tiva de las y los adolescentes y jóvenes que hay que considerar son: el aumento en la vulnerabilidad a la infección por el VIH por la falta de in-formación y educación;1 el descenso de la edad del inicio de la actividad sexual en referencia a otros años;2 el bajo uso de métodos anticoncepti-vos en sus encuentros sexuales;3 los mayores riesgos de fallecer cuando

1 Declaración Ministerial de la Ciudad de México “Prevenir con Educación”. Lucha contra la epidemia de infección por el VIH y Sida en América Latina y el Caribe. Hoja informativa. IPPF/International Women’s Health Coalition/SIECUS, México, 2008.2 Por ejemplo, en 1995 las mujeres de 10 a 19 años iniciaban las relaciones sexuales a los 17.2 años en promedio, mientras que en 2006, esta edad disminuyó a 15.9 años, de acuerdo a lo reportado en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2006. En: Programa de Acción Específico 2007-2012. Salud Sexual y Reproductiva para Adolescentes. Secretaría de Salud/ Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, México, 2008, p.19.3 Encuestas de salud sexual y reproductiva del país reportan que aunque la población joven conoce los métodos anticonceptivos, ésta no los usa, es decir, el conocimiento de métodos anticonceptivos no

Introducción

    total   hombres   mujeres  población  total   112336538   54  855  231   57  481  307  

             10  a  14  años   10,939,937   5,547,613   5,392,324  

15  a  19  años   11,026,112   5,520,121   5,505,991  

20  a  24  años   9,892,271   4,813,204   5,079,067  

25  a  29  años   8,788,177   4,205,975   4,582,202  

Total  de  población  de  10  a  29  años  

40,646,497   20,086,913   20,559,584  

 

Tabla 1. Población total y

población de 10 a 29 años por

grupos poblacionales en México

2010. Fuente: INEGI, 2010

una mujer se embaraza en la adolescencia comparados con las de otras edades;4 el hecho de que el embarazo, el parto y el pauperio fueron en el 2006 la tercera causa de muerte entre mujeres jóvenes;5 que los prime-ros motivos de consulta médica de las y los jóvenes son las infecciones de transmisión sexual; la necesidad de ofrecer a las adolescentes y jóve-nes información para interrumpir el embarazo en condiciones seguras; el papel esencial de las y los adolescentes y jóvenes para en el recono-cimiento social de los derechos de grupos de la diversidad sexual, 6 etc.

Ante este panorama, y según lo recomendado en la Declaración Minis-terial “Prevenir con educación”, es evidente que las y los adolescentes y jóvenes requieren de manera urgente medidas eficaces de prevención de la infección por el VIH, educación integral en sexualidad y acceso a ser-vicios de salud sexual y reproductiva amigables que pongan habilidades, conocimientos y recursos a su alcance.7

garantiza el uso. 4 Datos no publicados de la Dirección General de Información en Salud, 2006. En: Programa Nacional de Salud 2007-2012. Por un México sano: construyendo alianzas para una mejor salud. México, 2007.5 Boletín de estadísticas vitales 2006. INEGI, México, 20076 Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010. CONAPRED, México, 2011. 7 Declaración Ministerial de la Ciudad de México “Prevenir con Educación”. Lucha contra la epidemia de infección por el VIH y Sida en América Latina y el Caribe. Hoja informativa. IPPF/International Women’s Health Coalition/SIECUS, México, 2008.

Ilustración 1. Población total y

población de 10 a 29 años (por

grupos poblacionales) en México,

2010.Fuente: INEGI, 2010

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8 9

En la implementación de estas medidas por parte de los servicios de salud, se ofrece este Manual a las prestadores y los prestadores de ser-vicios de salud como una guía con temas estratégicos que contribuirán a conservar el bienestar de la salud sexual y reproductiva de las y los jóvenes y adolescentes de nuestro país.

Además, este Manual llama la atención sobre la importancia de que es-tos servicios sean amigables a los adolescentes; de tomar en cuenta sus necesidades, preferencias, las diferencias entre este grupo poblacional y los miembros que lo conforman, los riesgos y situaciones de vulne-rabilidad a las que se enfrentan. Todo esto con el propósito de que los servicios de salud para las y los adolescentes y jóvenes sean adecuados, de calidad y aseguren el ejercicio de sus derechos

Ilustración 2. Distribución de casos de VIH detectados por sexo y por edad (1985-2011) Fuente: CENSIDA, 2011

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Con el propósito de asegurar el bienestar y la salud sexual y reproductiva de las y los adolescentes y jóvenes, y asegurar sus derechos; agencias internacionales, instituciones gubernamentales, y la sociedad civil han sumado esfuerzos creando mecanismos formales que marquen las direc-trices sobre las acciones a emprender al respecto y determinar el sentido de los derechos.

En este contexto, la Declaración Ministerial de la Ciudad de México “Pre-venir con Educación” aprobada por aclamación el 1 de agosto de 2008 y firmada por Ministros de Salud y de Educación de América Latina y el Caribe, entre ellos los de nuestro país, es un hito en la consolidación de los esfuerzos de prevención de la infección por el VIH en América Latina y el Caribe.1

Dicho documento, basado en los principios de igualdad y no discrimina-ción - incluido el estado serológico de las personas, orientación sexual o identidad de género-, constituye una herramienta para asegurar el acce-so a educación en sexualidad y servicios de salud sexual y reproductiva de calidad e integrales. Además, establece el compromiso de garantizar a adolescentes y jóvenes el acceso universal a los recursos de prevención de la infección por el VIH, y promueve la educación integral en sexuali-dad como estrategia de prevención de esta enfermedad y como una vía a los servicios de salud sexual y reproductiva.2

La Declaración tiene como objetivo fortalecer los esfuerzos de preven-ción a través de la educación y promoción de la salud sexual y reproduc-tiva mediante estrategias multisectoriales integrales que comprendan la creación y revisión de programas educativos, un mejor acceso a la información y a los servicios de salud y el mejoramiento de la calidad de la comunicación con la población, en colaboración con los medios de comunicación y la sociedad civil.

1 Declaración Ministerial de la Ciudad de México “Prevenir con Educación”. Principios funda-mentales de la Declaración. OPS/UNICEF/ONUSIDA/UNFPA/UNESCO/PNUD, México, 2008. 2 Ídem.

Marco Normativo

También menciona que se fortalecerá la cooperación entre el sector sa-lud y educación mediante mecanismos formales de planificación, mo-nitoreo, evaluación y seguimiento de las acciones conjuntas, así como mediante la vinculación con otros sectores.3

En el punto 3.7 puntualiza la necesidad de:

“Asegurar que los servicios de salud para jóvenes sean amigables y se presten con

pleno respeto a la dignidad humana y que, en el marco de la legislación de cada

país, atiendan necesidades y demandas específicas de salud sexual y reproductiva

de las y los adolescentes y jóvenes, considerando la diversidad de orientaciones e

identidades sexuales”.

Y sobre los servicios de salud también menciona la importancia que es-tos:

“Provean acceso efectivo a consejería y pruebas de detección de ITS y VIH; aten-

ción integral de ITS; condones y educación sobre su uso correcto y consistente;

orientación sobre decisiones reproductivas, incluyendo a personas con VIH, así

como el tratamiento para el uso problemático de drogas y alcohol, para todas las

personas, especialmente las y los adolescentes y jóvenes”.4

Este Manual es una iniciativa que busca ser parte de las estrategias inte-grales que se llevan a cabo en nuestro país bajo el marco de la Declara-ción Ministerial “Prevenir con educación” y ser una guía en la prestación de servicios amigables para adolescentes y jóvenes, lo cual también está en consonancia con los ejes de dicho documento.

Sin embargo, el Manual no se limita a atender las directrices de dicha Declaración, sino que también busca contribuir a lo dictado por el marco jurídico nacional e internacional sobre los temas en materia de salud se-xual y reproductiva adolescente y joven.

A continuación se mencionan los marcos normativos a partir de los cua-les se protegen los derechos sexuales y reproductivos de las y los ado-

3 Punto. 3.1 en Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”. UNFPA, México, 2008. 4 Punto. 3.8 en Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”. UNFPA, México, 2008.

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lescentes en México, según el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva5 del Gobierno Federal, y a lo cual se considera como de gran importancia en tanto son los mecanismos de protección a los de-rechos de esta población, y los cuales están en relación con la prestación de servicios de salud.

Legislación Nacional

• Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (especí-ficamente en los artículos 1º, 4º).

• Ley General de Población y Reglamento (artículos 16º, 17º, 18º, 20º).

• Ley General de Salud y Reglamento (artículo 47º).• Ley Federal de Protección de los Derechos de Niños, Niñas y

Adolescentes.• Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.• Norma Oficial Mexicana (NOM 005) de los Servicios de Planifi-

cación Familiar.• Legislación Internacional• Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).• Convención de los Derechos de los niños entre recomendacio-

nes del comité.• Convención para la eliminación de todas las Formas de Dis-

criminación hacia la Mujer (CEDAW) entre recomendaciones del comité.

• Conferencia Mundial de la Población y Desarrollo (Cairo), plata-forma de acción y revisiones entre 5 y 10

• Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing), plataforma de acción y revisiones entre 5 y 10.

• Declaración del Milenio (2001).

5 “Marco normativo y jurídico.” México, 2011. En: http://www.cnegsr.gob.mx/programas/salud-sexual-y-reproductiva-de-adolescentes/interes-ssr/mnj-ssr.html?showall=1 .

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Este Manual se enmarca en la necesidad plasmada en la Declaración Mi-nisterial “Prevenir con educación” de asegurar que los servicios de salud para jóvenes sean amigables.1 El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Organiza-ción Panamericana de la Salud (OPS) definen los servicios amigables como:

“Aquellos servicios en los cuales adolescentes y jóvenes encuentran oportunidades

de salud agradables, cualquiera sea su demanda, para ellos (as) y sus familias, gra-

cias al vínculo que se establece entre usuarios y usuarias con el proveedor de salud,

y por la calidad de sus intervenciones”.2

Los servicios de salud amigables para adolescentes y jóvenes tienen como propósito el cuidado y mantenimiento de la salud de este grupo, además de que con esta característica busca garantizar que las y los adolescentes y jóvenes accedan a los servicios de salud y se mantengan como usuarios/as de éstos en oportunidades posteriores y estén satisfe-chos/as con los servicios brindados.

Al ofrecer servicios de salud amigables es importante entender la dife-rencia entre los jóvenes y otros grupos poblacionales, la diversidad de los jóvenes entre sí (individual y socialmente) y las particularidades que presentan en cada contexto. Así, los servicios de salud tomarán esto en cuenta y se ajustarán de manera flexible a las características, necesida-des y posibilidades de la diversidad de adolescentes y jóvenes. Además, será de gran ayuda escuchar cómo la población atenida plantea sus ne-cesidades y busca solucionarlas.

Existe una clasificación de tres modalidades a través de las cuales se puede llegar a desarrollar un servicio de salud sexual y reproductiva ami-

1 Punto 3.7 en Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”. UNFPA, México, 2008.2 Servicios de salud amigables para adolescentes y jóvenes. un modelo para adecuar las res-puestas de los servicios de salud a las necesidades de adolescentes y jóvenes de Colombia. Segunda edición. Ministerio de la Protección Social/UNFPA, 2008, p.17.

Servicios de salud amigables en salud sexual y reproductiva para adolescentes y jóvenes

gable para jóvenes.3 Estas pueden combinarse o bien desarrollarse de manera gra-dual para organizar este tipo de servicios:

1. Consulta diferenciada para adolescentes y jóvenes.

Se realiza con la infraestructura básica con la que cuenta cada institución y debe tener el apoyo de una red de servicios. Adquiere la característica de “amigable” en tanto hay un/a profesional formado/a y sensibilizado/a para ofrecer atención de calidad, dentro de la programación de consulta diaria, guardando confidencialidad y respeto por las condiciones de adolescentes y jóvenes.

2. Unidades de salud amigables para adolescentes y jóvenes.

Son ambientes exclusivos para adolescentes y jóvenes que comparten la in-fraestructura con otros servicios de salud. Hay profesionales capacitados/as para la atención de adolescentes y jóvenes y realizan sus labores en horarios de atención diferenciados y ajustados al tiempo de adolescentes y jóvenes.

3. Centro de salud amigable para adolescentes y jóvenes.

Es un espacio físico independiente a las instituciones de salud. Cuenta con profesionales especialistas con horarios permanentes y estables y está dise-ñado para atender de forma exclusiva a adolescentes y jóvenes y no sólo para prestar servicios de salud sino también donde se planteen dudas, expectati-vas, se organicen, etc.

Los servicios amigables buscan trabajar por la salud de las y los adolescentes y jóve-nes, a quienes se reconoce como personas con derecho a la salud, a la información y que tiene la capacidad de tomar decisiones y contar con las medidas necesarias para tener una sexualidad plena, responsable, libre y saludable. Los servicios de sa-

3 Ibíd. p. 91-93.

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lud amigables se adecúan a estos sectores poblacionales y tienen como propósito tanto responder a sus necesidades como a sus expectativas y se identifican por los siguientes componentes.

• Tienen en cuenta a la población joven facilitando su acceso y oportunidad frente al servicio.

• Protegen y garantizan el acceso de las y los adolescentes y jó-venes a la información y a los servicios de salud sexual y repro-ductiva.

• Son de fácil acceso físico y están bien señalizados; los ambientes son diferenciados y los espacios permiten brindar atención con respeto y confidencialidad.

• Los horarios son convenientes y se adecúan a los de las y los adolescentes y jóvenes.

• Tienen como población objetivo y centro de interés a las y los adolescentes y jóvenes, por lo que los procedimientos adminis-trativos se optimizan para darle prioridad a la prestación de ser-vicios.

• Ofertan una amplia gama de servicios, los cuales responden a las necesidades y expectativas de los jóvenes.

• Las y los profesionales y personal de servicios (administrativo, de servicios generales y vigilantes) de salud amigables tienen actitudes positivas hacia las y los adolescentes y jóvenes, les dan un trato respetuoso y están sensibilizados/as acerca de las ca-racterísticas, necesidades, vulnerabilidades y preferencias de los adolescentes y establecen un diálogo abierto y respetuoso con ellas/ellos.

• Las y los profesionales de salud amigables contribuyen a brindar un entorno confortable, y cuentan tanto con información acerca de cómo reaccionar, los procedimientos y los mecanismos a se-guir ante cualquier caso de violencia sexual contra adolescentes y jóvenes, como organizaciones locales que protegen los dere-chos del niño y los derechos de la mujer.

• Las y los profesionales de salud amigables conocen, respetan y promueven los protocolos y normativas vigentes (internacio-nales, nacionales y estatales) que garantizan el acceso a esta población a los servicios de salud sexual y reproductiva.

• Transmiten el mensaje de que reconocen a las y los adolescentes y jóvenes como sujetos de derechos y como seres con dignidad, autónomos, libres y capaces de tomar decisiones.

• Garantizan la privacidad y confidencial de la información brinda-da por las y los jóvenes y adolescentes.

• Ofrecen la posibilidad de incorporar en la atención a personas significativas como sus padres o su pareja.

• Asumen la sexualidad como un aspecto fundamental de las per-sonas.

• Escuchan las necesidades, expectativas y preferencias de la po-blación a la que atienden.

• Promueven la participación juvenil en la planeación, ejecución y evaluación para la mejora del servicio.

• Promueve la participación juvenil social y comunitaria, e inte-ractúa como promotor de desarrollo para su área de influencia.

• Usan las herramientas de evaluación del servicio y escuchan a las y los jóvenes y adolescentes para determinar si los servicios de salud satisfacen sus necesidades.

• Los servicios de salud amigables ofrecen disponibilidad perma-nente del paquete básico de servicios.

• Hacen que el procedimiento previo a la atención sea fluido y cuentan con un sistema de seguimiento al adolescente que re-quirió el servicio. Los protocolos de atención son flexibles.4,5

4 Quintana, Alicia, y Catalina Hidalgo. Acortando distancias entre proveedores de salud y ado-lescentes y jóvenes. Servicios de salud amigables en Bolivia, Ecuador y Perú. IES/ Advocates for Youth. Lima, 2003, p.33-34. 5 Servicios de salud amigables para adolescentes y jóvenes…Op.Cit., p.93-101.

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Los servicios de salud amigables a las y los adolescentes y jóvenes par-ten del principio de no discriminación y buscan que estos grupos po-blacionales tengan un acceso universal y adecuado. En este marco, y considerando que en el país las relaciones sexuales no protegidas son la principal vía de transmisión del VIH, es necesario que los servicios ami-gables incluyan servicios eficaces de salud sexual y reproductiva, cuen-ten con medidas de educación integral en sexualidad y de prevención; briden medidas de prevención a diversas problemáticas que inciden en la salud (como el uso y abuso de drogas y alcohol); den atención, con-sejería, y orientación sobre el uso correcto de métodos de anticoncepti-vos; proporcionen condones; consideren la importancia de dar atención, brindar información sobre ITS y VIH, y proveer acceso efectivo a conse-jería y pruebas de detección de estas. Lo anterior, se esquematiza en el siguiente gráfico.

La propuesta de los servicios amigables de salud sexual y reproductiva se basa, además de los aspectos mencionados, en la identificación de las necesidades y características de las personas adolescentes y jóvenes respecto a la salud sexual y reproductiva, así como en la satisfacción de sus necesidades. Debido a esto, en los apartados siguientes se abordan temas que se consideran estratégicos para entender diversas especifici-dades y problemáticas de las y los adolescentes y jóvenes actualmente.

Ilustración 3. Servicios amigables y eficaces de salud Fuente: Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”. UNFPA, México, 2008.

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Conocer quiénes son las y los adolescentes y jóvenes y comprender los cam-bios que experimentan, es una herramienta para que la prestación de servi-cios de salud dirigidos a esta población sea adecuada a sus necesidades y características, e impacte positivamente en su salud. Aspectos demográficos, sociales, psicológicos, biológicos, y culturales dan rasgos específicos a la identidad de jóvenes y adolescentes según el contex-to en el cual se desarrollen. Debido a esto no se puede deducir que adoles-centes y jóvenes sean identidades homogéneas. Sin embargo, esperando dar una aproximación a aspectos generales y comprender quienes son, en este apartado se ofrecen algunas conceptualizaciones y aspectos que les carac-terizan. Para complementar esta información, se invita a las/los prestadoras/es de servicios de salud a acercarse a ellas y ellos, escucharles, identificar su diversidad, preferencias, actitudes y valores.

Con el propósito de dar una atención adecuada a esta población, es necesa-rio no sólo reconocer variables dadas por lo social o lo cultural, sino también retomar categorías generales que contribuyan a delimitarla, tal como la edad. Así, la OMS y OPS definen la adolescencia como el periodo de 10 a 19 años de edad y la juventud como el periodo entre 15 y 24 años, mientras que el término de “personas jóvenes” hace referencia a ambos grupos.

En este documento se utilizarán los términos adolescentes y jóvenes para denominar a hombres y mujeres entre los 10 y los 29 años considerando tan-to el inicio de la adolescencia según agencias de Naciones Unidas –OMS y OPS- que son 10 años, y la edad límite hasta la que se considera a la juventud según algunas instituciones nacionales como el Instituto Mexicano de la Ju-ventud1 (IMJUVE) y el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) que son 29 años.2

1 Por ejemplo, el artículo 2 de la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud, reformado en el Diario Oficial de la Federación el 5 de Agosto de 2011, establece que “por su importancia estra-tégica para el desarrollo del país, la población cuya edad quede comprendida entre los 12 y 29 años, será objeto de las políticas, programas, servicios y acciones que el Instituto lleve a cabo, sin distinción de origen étnico o nacional, género, discapacidad, condición social, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias, estado civil o cualquier otra”.2 Es interesante observar que no hay coincidencias acerca de la edad establecida para acotar el concepto de jóvenes entre las instituciones. Es decir, para el inicio de esta etapa se conside-ran en las nacionales los 12 años, mientras que en las de Naciones Unidas los 10 años; y acerca de la edad límite, el IMJUVE y el INEGI consideran los 29 años, mientras que el CONAPO los 24.

Adolescencia y juventud

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La adolescencia es un término que se empezó a usar a partir de la se-gunda mitad del siglo XIX y que hoy hace referencia a una etapa del ciclo vital humano. Según la UNICEF, la adolescencia es un periodo de transición compleja entre la infancia y la edad adulta, llena de transformaciones y por mo-mentos, perturbadora.1 Para su análisis, puede dividirse en las siguientes etapas: adolescencia temprana (de 10 a 13 años de edad), mediana (14-16), y tardía (17-19).2

La adolescencia ocurre en la pubertad, la cual se identifica por la presen-cia de determinados aspectos biológicos y fisiológicos. Sin embargo, la adolescencia no sólo hace referencia a transformaciones biológicas sino también psicológicas y sociales. Así, de manera general,3,4 durante esta etapa, los individuos:

• Maduran sexualmente.

• Redefinen su imagen corporal.

• Aprenden a entender y vivir su sexualidad.

• Desarrollan la capacidad de razonar con ideas más abstractas y de explorar los conceptos del bien y del mal.

• Formulan hipótesis y meditan sobre el futuro.

• Experimentan nuevas formas de hacer las cosas.

• Buscan su autonomía, se individualizan e independizan –al me-nos simbólicamente.

• Comienzan a cuestionarse a sí mismos y a los demás.

• Advierten las complejidades y los matices de la vida.

1 “Adolescencia y juventud.” 2012. http://www.unicef.org/spanish/adolescence/index_bigpic-ture.html .2 Para conocer los cambios biológicos, sociales y cognitivos en cada una de estas, ver: Servi-cios de salud amigables para adolescentes y jóvenes…, Op.Cit. p. 32 y 33.3 Adolescencia. una etapa fundamental. UNICEF, Nueva York, 2002.4 Esperanza, Tuñón, y Eroza, Enrique. “Género y Sexualidad Adolescente. La Búsqueda de un conocimiento Huidizo.” Estudios Sociológicos (enero-abril) 2001, p. 217.

Adolescencia

• Establecen una escala de valores o códigos de ética propios.

• Buscan pautas de identificación con sus pares.

• Reflexionan sobre conceptos como la verdad y la justicia.

• Adquieren nuevas responsabilidades.

• Establecen su independencia emocional y psicológica.

• Consideran su papel en la sociedad del futuro.

• Transforman el entorno y el mundo que habitan.

• Apropian y recrean características y atributos de la historia so-cial de la gente con la que conviven.

• Se perciben como invulnerables.

• Adoptan actitudes y valores diferenciados por género sobre el comportamiento sexual.

Es fundamental reconocer las características positivas que se presentan durante la adolescencia. Sin embargo, también es importante conside-rar elementos identificados en las y los adolescentes, que tienen como consecuencia la exposición al riesgo. La sensación de invulnerabilidad, la atracción de lo que no conocen, a lo que les es prohibido o establecido por los adultos, a lo que es definido como riesgo puede atraerles e im-pactar negativamente en su salud, incluyendo la sexual y la reproductiva. Esta propensión está ligada con las expectativas sociales diferenciadas para hombres y para mujeres, en donde tradicionalmente, se espera que los hombres tomen más riesgos, y las mujeres sean sumisas. Así, las re-laciones sexuales entre adolescentes que sigan estos patrones pueden representar prácticas sexuales de riesgo, en tanto los hombres no usará preservativo para probar su virilidad y las mujeres, no exigirá su uso por vergüenza.

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En las definiciones de juventud intervienen dimensiones de tipo biológi-co, especialmente para marcar el inicio de la misma, y dimensiones de tipo social para marcar el fin, las cuales están relacionadas tanto con la plena adquisición de los derechos y deberes de los adultos 1 como con la consolidación del rol social e individual.2

Según la OMS las personas entre los 21 y los 24 años de edad pertenecen a este grupo. En cambio, el IMJUVE emplea un concepto más amplio de juventud que abarca hasta los 29 años, el cual se retoma en este docu-mento.

En esta etapa los individuos son adultos jóvenes, de quienes, idealmente, se espera que gocen de buena salud y que tengan habilidades físicas, sensoriales e intelectuales desarrolladas. En la juventud, algunas perso-nas han conformado o están por conformar una familia, han ingresado o están por ingresar al mercado laboral; además, de manera general, se puede identificar que las y los jóvenes:

• Asumen su sexualidad como parte de su identidad y personali-dad.

• Cuestionan los patrones marcados por la sociedad adulta y por la cultura.

• Buscan cambiar el orden social establecido.

• Se vinculan con asociaciones, grupos o redes juveniles.

• Tienen más control sobre sus vidas.

• Toman decisiones más reflexivas que en etapas anteriores.

• Analizan las consecuencias de sus actos.

• Tienen la capacidad de pensar en abstracto.

• Afinan la inteligencia contextual o práctica.

1 Mettifogo, Decio, y Rodrigo Sepúlveda. La situación y el tratamiento de jóvenes infractores de ley en Chile. Serie: Estudios CESC. Universidad de Chile/CESC, Santiago, 2004.2 Para conocer los cambios biológicos, sociales y cognitivos en cada una de estas etapas, ver: Servicios de salud amigables para adolescentes y jóvenes…, Op.Cit. p.32.

Juventud

• Afirman los hábitos alimenticios, y aquellos relacionados con una vida sana, tales como decidir –o no– fumar, ingerir alcohol y drogas, etc.3

La juventud es una etapa relacionada con la preparación para asumir roles que permitan a los individuos organizar y conducir de manera au-tónoma su vida. Para esto es necesario brindar a las personas que se encuentren en esta etapa, los servicios y las condiciones adecuadas para su desarrollo y bienestar.

3 Ibíd. p.32 y 33.

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26 27

La adolescencia y la juventud son fundamentales en la vida de los indivi-duos ya que las vivencias, experiencias, conocimientos, competencias y aptitudes que se presenten durante estas etapas tendrán impacto tanto en su vida actual como en la edad adulta. Por muchos años los términos de “adolescente” o “joven” eran objeto de estigmatizaciones o culpabli-zaciones (especialmente los jóvenes de clases socio económica bajas) y eran asociados a la irresponsabilidad, indiferencia, la agresividad, la in-madurez y otros conceptos negativos. Con el propósito de construir una sociedad más respetuosa, incluyente y tolerante, es necesario cuestionar esta perspectiva y reconocer todos los aspectos positivos que adoles-centes y jóvenes muestran como la creatividad, la energía, el entusiasmo y la pasión por llevar a cabo proyectos, entre otros.

Además de lo anterior, la UNICEF llama la atención sobre el papel fun-damental que adolescentes y jóvenes tienen para evitar el aumento de casos VIH/SIDA, contribuir a crear un entorno protector contra la violencia, la explotación y el abuso, y para el desarrollo de un macro político dirigido a aumentar la inversión social en temas que afectan a los niños, niñas y adolescentes.1

Durante la adolescencia temprana hay un desarrollo significativo en el lóbulo frontal del cerebro, el cual gobierna el razonamiento y la toma de decisiones.2 Más tarde, durante la adolescencia tardía, el cerebro continúa desarrollándose y reorganizándose, aumentando la capacidad para el pensamiento analítico y reflexivo. 3

Estos rasgos son de gran transcendencia ya que hacen evidente la ca-pacidad de adolescentes y jóvenes para tomar decisiones y reflexionar sobre el impacto de éstas sobre sus vidas.

En este marco, estas etapas resultan idóneas para plantear a las y los ado-lescentes y jóvenes la responsabilidad y cuidados necesarios en el inicio de su vida sexual y la importancia de tener prácticas sexuales seguras.

1 Durante la Cumbre Mundial en favor de la infancia de 1990, los niños y niñas adolescentes ex-presaron sus opiniones sobre los problemas que los afectan, y su contribución a la elaboración del documento final fue decisiva. En: Estado mundial de la infancia 2011. La adolescencia. una época de oportunidades. UNICEF, 2011, Nueva York.2 Este toma más tiempo y comienza más tarde en los varones que en las niñas –quienes entran en la pubertad de 12 a 18 meses que los varones-, provocando que actúen más impulsivamen-te que en las niñas, conducta que también está combinada con patrones socioculturales de género.3 Ibíd. p. 6.

La importancia de la adolescencia y la juventud

Para asegurar que las personas jóvenes sientan confianza en la toma de decisiones sobre su vida sexual y reproductiva, los servicios de salud deberán de reconocer su capacidad de hacerlo y respetar sus elecciones; ofrecer espacios seguros, participa-tivos, incluyentes y asertivos para tomar decisiones; brindar información suficiente y adecuada que les permita decidir lo que mejor se adecúe a ellos/ellas, y acompañar-les en el proceso de la toma de consciencia sobre la importancia de cuidar su salud sexual y reproductiva a través de acciones individuales responsables. Sobre estas, habrá que hacer hincapié en que sus decisiones tienen consecuencias en sí mismos/as, en sus parejas y la comunidad; por ejemplo, decidir usar condón en una relación sexual, les protegerá de una ITS, protegerán a sus parejas y además, con su decisión, estarán tomando medidas que pueden contribuir a reducir los casos de incidencia de determinada infección en su comunidad. v

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La sexualidad humana es un concepto que alude a una dimensión fun-damental del ser humano que está presente a lo largo de toda su vida, y se refiere a las maneras en las que las personas piensan, entienden, dis-frutan –o niegan– su cuerpo y también a ciertas prácticas ligadas a este.1 Según la OMS, la sexualidad incluye el sexo, las identidades y roles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orienta-ción sexual. Se vivencia y expresa de forma diferenciada a través de pen-samientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales; y está determinada por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.

En el siguiente cuadro, se ofrecen breves definiciones de los componen-tes de la sexualidad para su mejor comprensión.

Sexo: Es usado para referirse a la diferencia anatómica entre hombres y mujeres. El sexo es un dato biológico, que, según los aportes de la teoría feminista, no puede limitarse a aludir a categorías binarias y claramente delimitadas como hombre/mujer, varón/hembra, masculino/femenino, las cuales más bien son producto de una nuestra cultura y no de carac-terísticas biológicas o realidades universales. Así, es necesario recocer cuando definamos al sexo la existencia de categorías sexuales múltiples y la intersexualidad - presencia en un individuo de ambos tipos de góna-das, o sea, testículos y ovarios al mismo tiempo. 2

Identidad de género: Remite a la realidad psíquica de cada persona.3 La identidad de género no depende del sexo biológico sino que se constitu-ye a través de experiencias vividas desde el nacimiento, discursos, ritos y costumbres atribuidos a cierto género,4 los cuales son interiorizados y vividos por los individuos.

Rol de género: Son las funciones y papeles sociales que se cumplen cuando se actúa de acuerdo con definiciones de lo que se considera lo

1 Et. Al. Borrador de glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América Latina y el Caribe, CENSIDA/Secretaría de Salud, México, (mimeo).2 Castellanos, Gabriela. Sexo, género y feminismo. Tres categorías en pugna. Universi-dad de Valle, Centro de Estudios de Género, Mujer y Sociedad, Cali, 2006, s/p.3 Ídem.4 Glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América Latina y el Caribe… Op.Cit.

Sexualidad

que debe ser femenino o masculino, lo cual está determinado socioculturalmente y por lo general está estructurado de manera jerárquica e implica desigualdad. 5

Erotismo: Es la potencialidad humana de generar y compartir el placer erótico ge-nerado por el deseo, la excitación y el orgasmo. Incluye los fenómenos sensoria-les, emocionales, subjetivos y simbólicos, conscientes e inconscientes, cognitivos e ideológicos, los cuales activan la respuesta genital y corporal. El erotismo se puede manifestar en goce, alegría, agresión, horror y puede generar placer, frustración o malestar. 6

Placer: Se refiere al goce, disfrute y satisfacción y es el resultado de la interrelación de la subjetividad del individuo con el funcionamiento de los cinco sentidos, su en-torno y la presencia de otra/s persona/s que son percibidas como estímulos eficaces.7 Como mencionamos el erotismo y placer erótico están relacionados. El placer es un elemento de la sexualidad que debe ser reconocido en todos los individuos, y al cual todas las personas tienen derecho, siempre que este no viole la integridad o deseos de otro individuo.

Intimidad: Se relaciona con la esfera privada, con la separación temporal y espiritual de un individuo y sus actos de la comunidad y con la afirmación de su autonomía e identidad. Giddens la define como “la manifestación de las emociones y actos que el individuo no puede hacer patente ante una mirada pública”8. La intimidad es un componente de la sexualidad y puede ser comunicada de manera emocional y com-partida con uno o más individuos, proceso en el cual se reconocen y respetan las características e identidad de cada uno/a.

Orientación sexual: Es el deseo o atracción erótico-afectivos hacia otras personas. Esta existe a lo largo del continuo que va desde la heterosexualidad exclusiva hasta la homosexualidad exclusiva e incluye diversas formas de bisexualidad y se manifiesta en forma de comportamientos, pensamientos y fantasías o deseos sexuales, o en una combinación de estos elementos.9

5 Leñero, Martha. Equidad de género y prevención de la violencia en preescolar. SEP, México, 2009, p. 18.6 Lagarde y de los Ríos, Marcela. Los cautiverios de las mujeres: Madresposas, monjas, putas, presas y locas. UNAM, México, 2001. 7 Glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América Latina y el Caribe…Op.Cit. 8 Giddens, Anthony. La transformación de la intimidad. sexualidad, amor y erotismo en las socieda-des modernas. Teorema. Segunda edición, Cátedra, Madrid, 1998, p. 84. 9 Guía para la acción pública contra la homofobia, CONAPRED, México, 2012, p.16.

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La sexualidad, es una dimensión humana que se construye a través de las vivencias en lo individual, en lo familiar y lo social, y se estructura por un conjunto de reglas, normas, valores, prohibiciones y costumbres.

Eusebio Rubio-Arreoles10 propone entender la sexualidad como un siste-ma formado por 4 holones (o potencialidades) sexuales que se interrela-cionan y que su consideración permite tener un abordaje integral de este concepto. Los holones son: la reproductividad, el género, el del erotismo y la vinculación afectiva interpersonal. Según el autor, el de la reproduc-ción está relacionado con la capacidad de las personas para procrearse, de las responsabilidades en la educación de otros seres humanos, esto tanto para hombres como mujeres. El de género se refiere a las ideas, actitudes, valores, suposiciones, emociones y visión del mundo acerca de lo femenino y lo masculino. El de la vinculación afectiva alude a la ca-pacidad humana de formar lazos a través de los sentimientos hacia otras personas. Y el del erotismo es el potencial que permite experimentar el deseo y el placer sexual.

El abordar la sexualidad desde los 4 holones excluye la idea de que es algo “natural”, biológico o bien sólo referido a la reproducción. Además, es importante notar que la sexualidad es una construcción sociocultural cuya conceptualización, abordaje y temas relacionados son cambiantes y se transforman según el contexto histórico, por lo que variará en dife-rentes momentos y lugares y adquirirá sentidos diferentes entre cada grupo poblacional. Por ejemplo, la vivencia y significado de sexualidad será diferente entre los adolescentes y jóvenes del área metropolitana de Monterrey y de las comunidades tzetales en los Altos de Chiapas.

Por todo esto, es importante que los servicios de salud tomen en cuenta los diferentes componentes, significados y expresiones de la sexualidad entre las y los adolescentes y jóvenes para darles información para la toma de decisiones asertivas, brindarles servicios integrales que les permitan vivir su sexualidad de manera plena, libre y responsable, así como recono-cer a esta población como sujetos de derechos y responsabilidades.

10 Rubio-Aurioles, Eusebio. “Modelo holónico de la sexualidad humana.”, 2012. http://www.amssac.org/biblioteca/potencialidades-humanas/

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El género es una categoría analítica que remite al conjunto de valores, normas, prácticas, creencias y discursos asociados al significado de lo masculino y lo femenino en la sociedad, a las identidades de hombres y mujeres, a las relaciones sociales y culturales entre personas de distinto sexo, y a los de hombres y mujeres.

El género está en estrecha relación con el sexo, entendido este como un aspecto biológico. Así, el género alude a la construcción sociocultural de las distinciones anatómicas que constituyen la diferencia sexual. La construcción de género que permea en nuestra sociedad, da cuenta de un binarismo sexual, jerárquico y excluyente basada en los pares mas-culino/femenino, hombres/mujer; este sistema de clasificación, no sólo otorga a lo femenino y las mujeres un lugar de subordinación ante lo masculino o los hombres, crea desigualdad no sólo entre mujeres y hom-bres, sino entre las mujeres y entre los hombres, además de que invisibili-za a las identidades que no se identifiquen con estas categorías binarias.

La autoexpresión de la masculinidad o feminidad –según sean entendi-das en cada cultura- de cada individuo no dependen del sexo biológico, ni de ciertas características anatómicas, y fisiológicas, sino de las ex-periencias vividas desde la infancia, de cómo cada persona asume y se identifica con la división de roles sociales para hombres y mujeres y de las relaciones sociales en las que se está inmerso. A la vivencia y expre-sión de la masculinidad y la feminidad se le conoce como identidad de género, la cual no es sólo un producto social que determina y define a los individuos sino una posibilidad de ser y actuar, lo cual, en cierta medida, es elegido y reafirmado por cada persona.

Tomar en cuenta al género en el abordaje de la sexualidad puede ayudar a entender cómo operan los estereotipos de género, la manera en que se manifiestan, cómo se reproducen o vulneran las relaciones de poder en las relaciones de género, cómo influyen éstas en la manera que hombres y mujeres viven, disfrutan y cuidan su cuerpo, cómo se expresan las di-ferentes identidades de género, etc. Además, considerar esta categoría,

Género y sexualidad

contribuirá a entender cómo las diferencias y desigualdades entre hom-bres y mujeres se manifiestan en las prácticas sexuales. Por ejemplo, el asociar a las mujeres con la idea de que son sujetos débiles y el que se les descalifique como personas con la libertad y la capacidad para deci-dir sobre sus cuerpos, pueden tener como consecuencia que ellas no se sientan con la capacidad y/o autoestima para exigir a su compañero el uso del condón en una relación sexual, o bien que sus decisiones sobre su sexualidad y sobre su salud sexual y reproductiva no sean respetados.

En el abordaje de la sexualidad, tomando en cuenta las diferencias y desigualdades de género,1 un tema esencial es el de las masculinidades. Esto se refiere a cómo se construye la identidad de los hombres en una sociedad determinada, qué implica esta construcción, qué roles conlleva, que expectativas sociales hay para ellos, cuáles son las normas que los rigen, entre otros.

En la construcción de las masculinidades están relacionadas ciertas pro-blemáticas como la mortalidad masculina, la cultura de la violencia en la identidad masculina, las tendencias al alcoholismo, estilos de paternidad, el papel masculino en la reproducción, diversidad sexual, la homofobia, entre otros. 2 Para ejemplificar este tema, se puede mencionar que la asociación de los hombres como sujetos no vulnerables y las expecta-tivas sociales para que éstos lo demuestren tomando riesgos y enfren-tando peligros, pone en situaciones de riesgo en sus prácticas sexuales a los adolescentes y los jóvenes, teniendo consecuencias no sólo en ellos sino también en sus parejas, y tener implicaciones que pueden incluir las infecciones de VIH/SIDA o de ITS. 3

Por otra parte, las mujeres jóvenes son vulnerables debido que la femini-dad está construida a partir de relaciones de género desiguales, jerarqui-zadas y excluyentes que implican situaciones de desventaja de las muje-

1 A esto se le conoce como perspectiva de género.2 Rodríguez, Gabriela. Guía de actividades. Módulo III. Género, salud y sexualidad. Diplomado Formación Cívica y Ética. Nexos/SEP/Dirección General de Formación Continua de Maes-tros en Servicio, México, 2008, p.30-33. 3 Ante la construcción de las masculinidades a partir del riesgo, hay esfuerzos que se han concen-trado en forjar nuevas masculinidades, las cuales partan del respeto y cuidado de sí mismos y de las demás. En relación con esto se encuentra la importancia de fomentar en los varones respon-sabilidades productivas, en donde se pone énfasis en el comportamiento sexual de los hombres y cómo éstos se enfrentan al hecho reproductivo. Entre las consecuencias positivas de fomentar esta responsabilidad es el uso de anticonceptivos, su involucramiento para evitar embarazos no desea-dos y a la paternidad responsable. La última se refiere a la participación de los varones durante el nacimiento y crianza de sus hijos y/o hijas.

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res frente a los hombres. La consecuencia de esto es que las adolescentes y las jóvenes pueden tener poco o nulo acceso y control sobre recursos, como lo es la información sobre salud sexual y reproductiva, incluyendo la prevención del VIH/SIDA, anticoncepción o cualquier tema relacionado con su sexualidad; también es más común que ellas realicen trabajo se-xual o tengan sexo intergeneracional, lo cual aumenta las probabilidades de adquirir VIH y otras ITS; que sean víctimas de abuso sexual, y que no sea socializado el derecho y la importancia de que estas usen preservati-vos durante las relaciones sexuales e incluso que los exijan.

Las y los adolescentes y jóvenes tienen necesidades y desafíos espe-cíficos en cuanto a planificación familiar y salud sexual y reproductiva, relacionados sobre todo con la infección de VIH/SIDA, la protección de la sexualidad y la postergación de la maternidad.4 Así al brindarles servicios de salud, es fundamental considerar cómo influyen y ser sensibles ante las diferencias y desigualdades de género, la edad, la pertenencia étnica, etcétera, y asegurar que los servicios de salud no reproduzcan o rea-firmen dichas desigualdades, sino que contribuyan a eliminar cualquier brecha social y asegurar el desarrollo de los individuos.

4 Situación actual de los jóvenes en México, CONAPO, México, 2010.

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De manera general, las y los adolescentes jóvenes son vulnerables so-cialmente, lo cual tiene consecuencias en su desarrollo y en su salud. La vulnerabilidad tiene varias causas, algunas de estas son:

• La concepción que define a las y los adolescentes y jóvenes como personas inmaduras y débiles.

• El reconocimiento formal de sus derechos es relativamente re-ciente.

• Obstáculos culturales e institucionales que impiden el pleno ejercicio de sus derechos. Por ello, se hace necesario el afina-miento de los mecanismos de protección a estos sectores po-blacionales.

• Las desigualdades relacionadas con la edad se entrecruzan con otras como las derivadas del género, del sector socio económico o grupo étnico al que pertenecen, etc.

Lo anterior se suma a problemáticas generalizadas como la pobreza, la violencia (política, social, familiar y/o individual), la trata de personas, la explotación infantil, el desempleo juvenil, la falta de atención de algunos sistemas de apoyo a las y los jóvenes y a sus familias, hacen que los miembros de estos grupos poblacionales, en ciertos contextos políticos y sociales, se enfrenten a factores y situaciones de riesgo que limitan su desarrollo y que impiden la vivencia de una sexualidad plena, libre y digna.

La vulnerabilidad a la que se enfrentan adolescentes y jóvenes y las situaciones de riesgo condicionan su salud y pueden tener como conse-cuencia el abuso y la explotación sexual, las prácticas sexuales de riesgo, el embarazo no deseado, la mortalidad materno infantil, la prostitución forzada, la infección de VIH/SIDA y la transmisión de infecciones sexua-les, etc. Además, de estos, hay otros elementos que afectan de manera negativa en la salud como los problemas de adicciones, trastornos emo-cionales (estrés y depresión que pueden llevar al suicidio) y/o nutricio-nales (anorexia, bulimia, vigorexia y obesidad).

Para evitar esto y con el propósito de promover e incidir de manera po-sitiva la salud sexual y reproductiva de las y los jóvenes, reconocer y

Sexualidad adolescente y vulnerabilidad

promover sus derechos sexuales y reproductivos, es importante que los servicios de salud reconozcan y sean sensibles a las problemática a las que se enfrentan las y los adolescentes y jóvenes que atienden, provean información para desarrollar conocimientos y habilidades que permitan tomar decisiones responsables y libres sobre su sexualidad, incluyendo la prevención de VIH/SIDA e ITS.

Asimismo, resulta fundamental superar la visión que definía a las y los adolescentes y jóvenes como incapaces, inmaduros, e irresponsables, y reconocer su dignidad, derechos, potencialidades, y verles como indivi-duos autónomos y capaces.

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En la IV Conferencia Internacional de Población y Desarrollo del Cairo en

1994 se hizo pública la importancia de que agencias internacionales, gobier-

nos, organizaciones no gubernamentales y donantes formularan políticas

públicas y programas para satisfacer las necesidades y proteger los derechos

de las y los adolescentes de países en vías de desarrollo. Además, se hizo

énfasis en el derecho de las y los adolescentes a la educación sexual, a recibir

información sobre salud sexual y reproductiva, y a tener servicios adecuados

a sus necesidades que les permitieran un manejo positivo y responsable de

su sexualidad.1

Considerando este marco y con el propósito de brindar servicios de salud

adecuados para las y los adolescentes, estos tendrán que ser diferenciados2

de los ofrecidos en la adultez. Es decir, deberán considerar las especifici-

dades de este grupo poblacional –lo demográfico, lo social y lo cultural-,

valores,3 identidades y actitudes -de ambos sexos-, para de esta manera dar

respuesta a sus necesidades específicas de salud y expectativas.

Los servicios diferenciados para adolescentes y enfocados a proteger y

mantener su salud sexual y reproductiva contribuirán a preservar, fomentar

y mejorar su salud de manera integral. Además, de manera específica, darán

elementos para ejercer una sexualidad libre, plena, responsable y sin riesgos,

y dentro de esto, prevenir el VIH/SIDA e infecciones de transmisión sexual

(ITS) y factores y situaciones de riesgo relacionados con el abuso sexual,

embarazos no planeados, abortos, entre otros.

Los términos de salud sexual y reproductiva están íntimamente ligados, sin

embargo uno no equivale o sustituye al otro, y ninguno de los dos puede

limitarse a la procreación. Por ejemplo, las experiencias de las y los adoles-

centes, quienes exploran su sexualidad y establecen prácticas sexuales sin

el deseo de reproducirse, tomando las medidas anticonceptivas para esto,

están relacionadas con elementos tanto de la salud sexual como de la re-

productiva. Considerando la estrecha relación entre estos dos términos, se

recomienda que los servicios de salud tengan una perspectiva que tome en

cuenta ambos con el propósito de dar un tratamiento integral a los temas

sobre sexualidad y salud adolescente.

1 The Sexual y Reproductive Health of Younger Adolescents. Rsearch Issues in Developing Countries. OMS, Ginebra, 2011. 2 Con el término servicios de salud diferenciados se alude a aquellos que toman en cuenta las características específicas del grupo población al que atienden.3 Los valores no pueden desligarse del concepto de salud sexual y reproductiva en tanto la salud se considera como un estado de bienestar integral. Además la atención y la promoción de la salud basadas en la ciencia no pueden llevarse a cabo desde una perspectiva totalmente desligada de los valores.

Salud sexual y reproductiva para jóvenes y adolescentes

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La salud sexual, según la OPS, es un proceso continuo de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad que se hace evidente en las expresiones libres y responsables de capacidades sexua-les que conducen al bienestar personal y social, enriqueciendo la vida individual y social de los individuos. 1

La salud sexual no se refiere sólo a la ausencia de disfunciones, enferme-dades y/o dolencias sino que hace referencia a un estado de bienestar integral relacionado con todos los aspectos relacionados con la sexuali-dad. Ejemplos de indicadores de la salud sexual, según la OMS y la OPS, son: el conocimiento y aprecio del propio cuerpo, el desarrollo de rela-ciones relevantes y la capacidad de negociación.

La salud sexual requiere un acercamiento positivo y respetuoso a la sexualidad, a las relaciones sexuales, y a las posibilidades de los indi-viduos de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia.

La salud sexual está influida por lo social, encontrándose estrechamen-te ligada a factores físicos, psicológicos, cognitivos, socioculturales, re-ligiosos, legales, políticos, y económicos. Así, no resulta pertinente dar explicaciones o soluciones a problemas de salud sexual que se reduzcan a “disfunciones sexuales” a nivel individual, sino es necesaria una pers-pectiva, un diagnóstico y tratamiento integrales, que atiendan las espe-cificaciones del caso que se presente.2

En el marco de la salud sexual no se busca clasificar una sexualidad sana de la que no lo es, sino lograr un estado de completo bienestar. Además, la conceptualización de una sexualidad sana llevaría a crear o reproducir prejuicios o normas que se consideran como aceptables en determina-

1 Para la OMS es un estado de bienestar de bienestar físico, mental y social relacionado con todos los aspectos de la sexualidad.2 Measuring sexual health: conceptual y practical considerations y related indica-tors, OMS/UNFPA, Geneva, 2010, p. 3.

Salud sexual

das sociedades y a la estigmatización de prácticas que no se reconocen como la norma, por ejemplo las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

A partir de la IV Conferencia Internacional de Población y Desarrollo del Cairo en 1994 se ha hecho énfasis en que el término de salud sexual no debe de limitarse a la procreación, al asesoramiento y a la atención en materia de reproducción y de infecciones de transmisión sexual, sino que debe trascender al desarrollo de la vida de manera integral y de las relaciones personales. En este marco, la salud sexual se entiende como la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos.

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Según la OMS, la salud reproductiva supone un estado de bienestar físi-co, mental y social en lo referente al sistema reproductor, sus funciones y procesos a lo largo de la vida, y no solamente a la ausencia de enfer-medad o afecciones. La salud reproductiva implica que las personas son capaces de tener una vida sexual responsable y satisfactoria, saludable y sin riesgos, y la libertad de reproducirse en el momento y con la fre-cuencia que lo deseen. En la salud reproductiva está implícito el derecho de hombres y mujeres a estar informados y a tener acceso a métodos de control de natalidad seguros, efectivos, asequibles, aceptables y de su elección. También supone el derecho de tener acceso a servicios de salud apropiados que permitan a las mujeres tener un embarazo y un parto sin riesgos y que den a las parejas las posibilidades de tener un hijo sano o una hija sana.

La salud reproductiva trasciende al periodo reproductivo y a la procrea-ción en sí misma y está relacionada con el ejercicio de una sexualidad responsable y sin riesgos; el bienestar de la madre, del niño en gesta-ción, de los infantes y de las y los adolescentes.1 También está ligada con los servicios de planificación familiar y anticoncepción; la prevención, detección y tratamiento de enfermedades del sistema reproductor; las relaciones interpersonales y los valores de las personas. Considerando lo anterior, se afirma que la salud reproductiva contribuye a evitar abuso sexual, embarazos no planeados, la muerte prematura de niños y niñas e infecciones de transmisión sexual y el VIH/SIDA.

1 Glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América Latina y el Caribe… Op.Cit.

Salud reproductiva

Los derechos humanos son todas aquellas facultades y libertades fun-damentales inherentes a los seres humanos por el sólo hecho de serlo, y cuyo efectivo ejercicio es indispensable para favorecer su desarrollo in-tegral.1 Estos derechos son obligatorios y están establecidos en la Cons-titución y en las leyes y distintas disposiciones normativas que emanan de ésta, por lo que deben ser reconocidos y garantizados por el Estado.2

La Comisión Nacional de Derechos Humanos señala que quienes vivimos en el país, tenemos la obligación de respetar los derechos humanos de las demás personas. Además, esta institución puntualiza que, según el mandato constitucional, quienes tienen mayor responsabilidad en este sentido son los hombres y mujeres que ejercen la función de servidores públicos.3 De ahí la importancia de que las/los prestadoras/es de servi-cios de salud se familiaricen con los temas de derechos humanos, y con ellos de los derechos sexuales y reproductivos.

Los derechos humanos son universales y tienen como fundamento la dignidad humana. De esto se desprende que todas las personas tienen los mismos derechos sin importar cualquier frontera territorial o diferen-cia social, racial, étnica, cultural, político o económica.4

También se considera que son inalienables, es decir que son inherentes a todas las personas;5 por lo tanto, “todo ser humano, por el hecho de serlo, es titular de derechos fundamentales que nadie -ni el Estado, ni otras personas o grupos sociales- puede arrebatarle”.6 Sobre esto hay que decir que el Estado tiene la obligación de respetar, proteger y hacer

1 Glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América Latina y el Caribe…Op.Cit. 2 “¿Qué son los Derechos Humanos?» 2012. 05/2012. http://www.cndh.org.mx/node/30 .3 Ídem. 4 Et. Al., Glosario de términos básicos sobre derechos humanos, CDHDF/UIA, México, 2005, 54 p.p. 5 Ídem.6 “América Latina genera. Gestión del conocimiento para la igualdad de género.”2011.http://www.americalatinagenera.org/es/index.php?option=com_content&view=article&id=360&Itemid=185 .

Derechos humanos, sexuales y reproductivos

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cumplir los derechos humanos, y de garantizar las condiciones para su ejercicio.

Además, son indivisibles, interdependientes e interrelacionados, lo cual implica que todos los derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales o colectivos son necesarios para el desarrollo de la dignidad y vida humana, y que ningún derecho debe sustituirse o privilegiarse sobre otro.

Estos derechos también son históricos, es decir, son construcciones ela-boradas por las personas en contextos determinados y los cuales no permanecen estáticos, sino que son dinámicos y se transforman. Los de-rechos humanos han sido el resultado de movilizaciones sociales, “con-flictos internacionales y transformaciones geopolíticas, tecnológicas y culturales”7, demandas sociales y políticas de ciertos sectores y grupos sociales.

Actualmente, hay una clasificación de los derechos humanos de carácter histórico que considera cronológicamente su aparición o reconocimien-to por parte del orden jurídico normativo. Esta hace un corte de tres generaciones reconocidas por el derecho internacional, en donde una da paso a la otra. Cada una de estas generaciones hace referencia a ciertos derechos.

Así, se establece que los derechos de “Primera generación” integran li-bertades fundamentales, derechos civiles y políticos. Estos surgen con la Revolución Francesa y a través de ellos, se busca imponer que el Estado o cualquier autoridad respeten siempre los Derechos Fundamentales de los individuos, como el derecho a la vida, a la libertad, a la igualdad, etc.8

Los derechos de “Segunda generación” incluyen los de tipo colectivo, los derechos sociales, económicos y culturales. Éstos tienen como pro-pósito mejorar las condiciones de vida de las personas. Surgieron en el contexto de la Revolución Industrial y fue en la Constitución mexicana de 1917 cuando se incluyeron por primera vez en el mundo. Los derechos de esta generación amplían las esferas de responsabilidad del Estado y su

7 Glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América Latina y el Caribe…Op.Cit. 8 Aguilar, Magdalena. “Las tres generaciones de derechos humanos”, en Derechos Huma-nos. abril 1998, 93-102.

reclamo está condicionado a las características y posibilidades del país. 9

Los derechos de “Tercera generación” son los de los Pueblos o de Soli-daridad. Estos surgen en fechas recientes, ante la necesidad de coope-ración entre las naciones y comprenden derechos que hacen referencia a 3 tipos de bienes en los cuales se pueden englobar, estos son: paz, desarrollo y medio ambiente. Estos pertenecen a grupos de personas con un interés común y pueden ser reclamados ante el Estado o ante la Comunidad Internacional.10

9 Ídem.10 Ídem.

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Los derechos sexuales y reproductivos actualmente son parte de la cul-tura de los derechos humanos. El argumento principal en dicha vincula-ción es que la sexualidad es una dimensión inherente a todo ser humano, presente desde su nacimiento hasta la muerte. 1

Los sexuales y reproductivos resultan esenciales para asegurar la liber-tad, igualdad dignidad y desarrollo de las personas. Además, debido a que los derechos humanos reconocen la interdependencia de los dere-chos, los sexuales y reproductivos no sólo suponen el ejercicio de otros, sino que también son protegidos por ellos. Los derechos humanos con los que se encuentran relacionados son:

El derecho a la salud

El derecho a la vida

El derecho a la educación e información

El derecho a la privacidad

El derecho a decidir el número y espaciamiento de los hijos

El derecho a vivir sin violencia

El derecho a consentir al matrimonio y a la equidad dentro del mismo

El derecho a no sufrir prácticas que perjudiquen a las niñas y a las mu-jeres

El derecho a vivir sin discriminación2

Los derechos sexuales y reproductivos al estar bajo el marco de los de-

1 Et. Al. Marco Internacional y Nacional de los Derechos Sexuales de Adolescentes, CDHDF/Afluentes, México, 2006, p. 172.2 Ahumada, Claudia, y Shannon Kowalski-Morton. Derechos sexuales y derechos repro-ductivos. Guía para activistas jóvenes, Plan International, Ayuda en Acción/UNFPA-Ecua-dor, Ottawa, 2006.

Los derechos sexuales y reproductivos en el marco de los derechos humanos rechos humanos deberán de basarse en los principios de universalidad,

inalienabilidad e indivisibilidad,3 equidad y no discriminación, participa-ción e inclusión.4 Considerando esto, estos derechos competen a las mu-jeres, los hombres, las parejas, los matrimonios, las y los adolescentes, los homosexuales, lesbianas, bisexuales, personas trans e intersexuales, es decir a todas las personas independientemente de su edad, sexo, identidad y/o preferencia sexual.

En tanto que la sexualidad es una dimensión que va más allá de lo repro-ductivo, y los derechos sexuales y reproductivos hacen referencia a esta, tales derechos no sólo se limitan al acceso de las personas a métodos anticonceptivos, a la planificación familiar y al derecho al aborto, sino a situaciones que involucran todos los componentes de la sexualidad.

En el proceso de reconocimiento de estos derechos como humanos ha habido obstáculos derivados de ideologías conservadoras que se opo-nen tanto a reconocer aspectos de la vida privada –ligados con el cuer-po y la sexualidad- que históricamente habían estado excluidos de las esferas política y legislativa, como a la ampliación de los derechos hu-manos de las personas para adquirir autonomía sobre su propio cuerpo y sexualidad, 5 siendo víctimas de esto en la mayoría de los casos, las mujeres, las personas que desafían las normas de género y sexualidad y los menores de edad.

A pesar de lo anterior, ha habido grandes avances en el reconocimiento de estos en marcos internacionales, nacionales y estatales, y en el desa-rrollo de su conceptualización. Esto ha sido gracias al esfuerzo de movi-mientos de mujeres, de la comunidad de la diversidad sexual,6 y grupos juveniles.

El impulso que han dado estos grupos a los derechos sexuales y repro-ductivos ha derivado, entre otros factores, de la necesidad por el reco-nocimiento de los derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos –evitando así embarazos no deseados-, por reconocer la libertad sexual de adolescentes y jóvenes, por atender y respetar a quienes viven con

3 Derechos sexuales: Una declaración de IPPF. IPPF, Londres, 2006. 4 Estos cuatro principios, son algunos de los reafirmados en la Conferencia Internacional de los Derechos Humanos de Viena en 1993.5 Facia, Alda. Los derechos reproductivos son derechos humanos. IIDH/UNFPA, San José, 2008.6 “América Latina genera. Gestión del conocimiento para la igualdad de género.”…Op.Cit.

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VIH/SIDA, y por llamar la atención sobre la importancia del respeto y la no discriminación a la diversidad sexual.7

Aunque al inicio la sexualidad, la salud sexual, la salud reproductiva, los derechos sexuales y reproductivos no estaban integrados en las pri-meras declaraciones de derechos humanos, ni tampoco se encontraran precisados, en conjunción con otros movimientos como el feminista, en-contraron espacios de incidencia en la armonización de diferentes leyes y legislaciones en el mundo. Como resultado, actualmente están pro-tegidos indirectamente por múltiples tratados y conferencias, además de que se sigue trabajando en su conceptualización para afinarlos y en construir mecanismos para garantizar su ejercicio. Entre ellos están los Principios de Yogyakarta sobre la Aplicación de la Legislación Interna-cional de Derechos Humanos a las cuestiones de Orientación Sexual e Identidad de Género, adoptados en 2006, los cuales fueron desarrolla-dos como respuesta al abuso sistemático en contra de personas por su orientación sexual o a su identidad de género, real o percibida. Así, los Principios de Yogyakarta establecen los estándares legales acerca de las formas en que los gobiernos y otros actores podrían detener la violencia, el abuso y la discriminación contra lesbianas, homosexuales, bisexuales, transexuales, personas intersexuales y transgénero, con el propósito de asegurar una igualdad plena.

El Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo en 1994 es el primer instrumento internacional que incluye de manera explícita la “salud sexual y reproductiva” y los “derechos reproductivos” dentro de los derechos humanos a proteger. Un año después, en 1995, la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing, reafirmó la definición de los derechos reproductivos y amplió el alcance de los derechos de las muje-res a cuestiones que podrían reconocerse como una formulación inicial de los derechos sexuales: “Los derechos humanos de la mujer incluyen su derecho a tener control sobre las cuestiones relativas a su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva, y decidir libremente respecto de esas cuestiones, sin verse sujeta a la coerción, la discriminación y la violencia. Las relaciones igualitarias entre la mujer y el hombre respecto de las relaciones sexuales y la reproducción, incluido el pleno respeto de

7 Et. Al. Marco Internacional y Nacional de los Derechos Sexuales de Adolescen-tes, CDHDF/Alfuentes, México, 2006.

la integridad de la persona, exigen el respeto y el consentimiento recí-procos y la voluntad de asumir conjuntamente la responsabilidad delas consecuencias del comportamiento sexual” (Párrafo 96).8

Hoy los derechos sexuales y reproductivos se encuentran protegidos por la legislación internacional referente a derechos humanos, incluyendo documentos y protocolos de las Naciones Unidas. Entre los principa-les instrumentos legales internacionales se encuentran: la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948); el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1976); el Pacto de Derechos Económicos y Sociales (1976); la Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1981); Convención sobre los Derechos del Niño (1990), Declaración y Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Derechos Humanos, Viena (1993), Progra-ma de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, El Cairo (1994), Programa de Acción de la Conferencia Mundial de la Mujer, Beijing (1995).9

El conocimiento de que los derechos sexuales y reproductivos son parte de los derechos humanos contribuye a que, quienes estén en contac-to con las y los jóvenes y adolescentes como las y los prestadores de servicios de salud, en su práctica profesional, incorporen conductas y prácticas acordes con el respeto, promoción y protección a los derechos sexuales y reproductivos

8 Marco Internacional y Nacional de los Derechos Sexuales de Adolescentes…Op.Cit. 9 “Derechos sexuales y reproductivos.” http://www.colombiaaprende.edu.co/html/pro-ductos/1685/articles-172254_recurso_1.pdf

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Los derechos sexuales y reproductivos “garantizan la libre decisión sobre la manera de vivir el propio cuerpo en las esferas sexual y reproductiva”1, y al formar parte de los derechos humanos, tienen asociada su aplicación universal por lo cual por lo cual las y los jóvenes y adolescentes también son titulares de estos derechos. Aunque los derechos sexuales y reproductivos están regidos por el prin-cipio de universalidad, hay limitaciones políticas, sociales y culturales que impiden a las y los jóvenes y adolescentes un disfrute efectivo y acceso a éstos en condiciones de igualdad y no discriminación. Ante tal panorama, resulta de gran importancia conocer los mecanismos legales que defiendan, protejan y garanticen sus derechos y brindar las condi-ciones necesarias en los servicios de salud para su ejercicio.

El proceso del reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de jóvenes y adolescentes ha sido gradual y objeto de controversias. Los debates, de manera general, se han dado alrededor de la temática si las y los menores edad - bajo las normativas nacionales e internacionales-, pueden ser autónomas/os de sus padres y del Estado. Sobre esto, los marcos de protección a nivel internacional y nacional sobre estos temas pueden ser usados como pautas e instrumentos de apoyo para garanti-zar el acceso a los derechos. 2

La Convención sobre los Derechos del Niño que entró en vigor en 1990 indica en el Artículo 5 que los derechos de los padres sobre sus hijos e hijas no son absolutos, y puntualiza en el Artículo 3 que “en todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administra-tivas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”.3 Además, el Comité de Dere-

1 Vargas Escobar, Milu. “Derechos Humanos: Derechos Sexuales y Reproductivos.” http://www.mujeresenred.net/IMG/pdf/Milu_Vargas.pdf2 Ver: Marco Internacional y Nacional de los Derechos Sexuales de Adolescen-tes…Op.Cit. 3 “Convención sobre los Derechos del Niño”. http://www2.ohchr.org/spanish/law/crc.htm

Las y los jóvenes y adolescentes y los derechos sexuales y reproductivos

chos del Niño4 establece que si bien los padres, familia ampliada, tutores o representantes legales son responsables de guiar y orientar a las y los menores de 18 años en sus decisiones, en consonancia con la evolución de sus facultades, y con el propósito de que ejerzan los derechos de la Convención sobre los Derechos del Niño, no tienen el derecho absoluto a tomar decisiones sobre sus vidas o su salud. 5

Por su parte, el Programa de Acción de la Conferencia Internacional so-bre la Población y el Desarrollo de 1994 enfatiza que los derechos de los padres deben guardar un equilibrio con los derechos de las y los ado-lescentes para garantizar el más alto nivel posible de salud, privacidad, confidencialidad, educación y consentimiento informado. Este programa también llama a la eliminación de los obstáculos sociales y legales en el acceso de servicios de salud reproductiva por parte de las y los adoles-centes.

En el país es relativamente reciente el reconocimiento formal de la no discriminación por edad, siendo hasta el 2001 que este principio se reco-noció en el Artículo 1 de la Constitución Política, formando parte de esta manera de las garantías individuales.6

Los derechos sexuales y reproductivos no pueden ser ejercidos sino exis-ten las condiciones para ello. En esta sección se hizo énfasis en los dere-chos de las y los jóvenes a ser titulares de estos; en este marco, hay que decir que, el contexto económico, social, cultural, político en que vivan determinará si pueden acceder a ellos o no.

Debido a que los servicios de salud son un componente esencial de la vida de las y los adolescentes, estos deberán de contar con las condi-ciones y los medios adecuados para que las y los adolescentes puedan ejercer sus derechos como el obtener información oportuna y adecuada y servicios de salud de calidad.

Además, con el propósito de velar por que esta población ejerza sus

4 Este es un órgano formado por expertos independientes que supervisa la aplicación de la Con-vención sobre los Derechos del Niño por sus Estados Partes y la aplicación de los dos protocolos facultativos de la Convención, relativos a la participación de niños en los conflictos armados y a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía.5 Derechos sexuales y derechos reproductivos. Guía para activistas jóvenes…Op.Cit. 6 Marco Internacional y Nacional de los Derechos Sexuales de Adolescentes…Op.Cit.

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derechos sin sufrir de discriminación por edad –u otro motivo-, cumpla con las obligaciones y responsabilidades que de estos se desprenden y respete los derechos de los demás, resulta esencial que las y los presta-dores de servicios de salud reconozcan su derecho a decidir; escuchen sus necesidades; promuevan y permitan su participación en todos los ámbitos de la vida –familiar, escolar, comunitario-; aseguren el acceso a un sistema que garantice el ejercicio de sus todos derechos, entre otros.

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Según la Declaración Universal de los Derechos Sexuales adoptada por la Asociación Mundial de Sexología,1 los derechos sexuales son derechos humanos universales cuyos principios son la libertad, dignidad e igual-dad inherentes a todos los seres humanos. Estos se encuentran basados tanto en la autodeterminación y el reconocimiento de la capacidad de las personas para tomar decisiones sobre su integridad corporal y acti-vidad sexual, en la igualdad y el respeto a la diversidad cultural y sexual. Dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico. Para asegurar el desarrollo de una sexualidad saludable en los seres humanos y las sociedades, los dere-chos sexuales deben ser reconocidos, promovidos, respetados y defen-didos por todas las sociedades con todos sus medios.

Desde el año 2000 la OMS y la OPS han llamado la atención a que estos derechos no sólo se reconozcan en el marco de la reproducción y de las enfermedades de transmisión sexual, sino que se comprendan desde una postura más amplia e integral relacionada con todos los aspectos de la sexualidad. Así, actualmente los derechos sexuales se encuentran relacionados con la sexualidad de las personas y su ejercicio de manera libre, responsable, sin coerción, discriminación ni violencia; el respeto de la integridad física del cuerpo humano; el derecho de niñas, niños, ado-lescentes, mujeres y hombres a la información científica y a los servicios de salud sexual; el derecho a tomar decisiones sobre la propia sexuali-dad y la reproducción. Dentro de este marco, se incluyen temas como el disfrute de la sexualidad, el desarrollo de las relaciones personales, y las diferentes manifestaciones de la sexualidad.

En el proceso de la construcción y reconocimiento de estos derechos de manera pública, los movimientos juveniles, feministas, lésbicos, gays, bisexuales, travestistas, transgenéricos, transexuales e intersexuales han tenido una gran incidencia2 incorporando demandas a la conceptualiza-ción de los derechos, llamando la atención sobre población vulnerable y aspectos relacionados con diferencias y desigualdades que impiden un ejercicio efectivo por parte de toda la población. Los esfuerzos y las de-mandas históricas de estos grupos han incidido en instrumentos y nor-mativas que buscan proteger los derechos sexuales. Un ejemplo son las

1 Esta declaración, elaborada en Valencia, fue revisada y aprobada por la asamblea general de dicha organización el 26 de agosto de 1999 en Hong Kong.2 Glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América Latina y el Caribe …Op.Cit.

Derechos sexuales

Directrices internacionales sobre el VIH/SIDA y los derechos humanos del 2006, que señala que los derechos sexuales deberán de garantizar la protección a los derechos de las personas con VIH/SIDA proporcio-nando servicios de prevención, información y atención, fortaleciendo el combate contra la discriminación hacia las poblaciones de mayor riesgo, y garantizando el respeto a la vida privada, la confidencialidad y la ética en la investigación sobre seres humanos.3

Los derechos sexuales son parte de los derechos humanos a los que tie-nen derecho todas las personas, incluyendo las y los adolescentes, y tie-nen como objetivo conseguir y mantener la salud sexual de las personas.

En México en el 2003 fue lanzada la Cartilla nacional de los derechos sexuales de las y los jóvenes impulsada por organizaciones de la so-ciedad civil y avalada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). La Cartilla, que representa un importante esfuerzo por incor-porar los derechos sexuales en las políticas públicas dirigidas a adoles-centes, jóvenes, niñas y niños, retoma y complementa los que se hicie-ron públicos en la Declaración Universal de los Derechos Sexuales de la Asociación Mundial de Sexología. Los trece derechos de la Cartilla son:

Derecho a decidir de forma libre sobre mi cuerpo y mi sexualidad.

Hace referencia a las diversas formas de vivir la sexualidad y al derecho a que se respeten las decisiones que las y los adolescentes tomen sobre su cuerpo y su vida sexual, haciendo hincapié en la responsabilidad de sus decisiones y actos, y en la importancia de que nadie debe presionar, condicionar ni imponer sus valores particulares sobre la vivencia de la sexualidad de alguien más.

Derecho a ejercer y disfrutar plenamente mi vida sexual.

La sexualidad de las y los jóvenes es fundamental para su salud y bien-estar físico, mental y social. Así, este derecho se refiere a la capacidad de vivir cualquier experiencia o expresión sexual o erótica, siempre que

3 Ídem.

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sea lícita. Esta vivencia se reconoce como una práctica de una vida emo-cional y sexual plena y saludable. Se hace énfasis en que ejercer o no ac-tividades relacionadas con el disfrute del cuerpo y la vida sexual deben estar libres de coerción, discriminación y violencia.

Derecho a manifestar públicamente mis afectos

Este es el derecho a ejercer las libertades individuales de expresión, ma-nifestación, reunión e identidad sexual y cultural, independientemente de cualquier prejuicio y a la posibilidad de expresar ideas y afectos sin sufrir de discriminación, chantaje, o violencia verbal o física.

Derecho a decidir con quien compartir mi vida y mi sexualidad

Este derecho reconoce distintos tipos de familias, uniones y convivencia social y se refiere al derecho de las y los jóvenes a decidir libremente con quién compartirán la vida, su sexualidad, emociones y afectos y que nin-guna de sus garantías individuales debe ser limitada por esta decisión. Puntualiza en que el matrimonio o unión con una pareja debe ser una elección libre y autónoma. Para el ejercicio de este derecho, las personas menores de edad deberán de conocer las especificaciones al respecto que señala el Código Civil de cada entidad.

Derecho al respeto de mi intimidad y mi vida privada

Es el derecho al respeto de sus espacios privados y a la confidencialidad en todos los ámbitos de su vida, incluyendo el sexual. Reconoce que el cuerpo, espacios, pertenencias y la forma de relacionarse de las y los jóvenes son parte de su identidad y privacidad. Por ello, sin su consen-timiento ninguna persona debe difundir información sobre los aspectos sexuales de sus vidas.

Derecho a vivir libre de violencia sexual

Es el derecho a la libertad, a la seguridad jurídica y a la integridad física y psicológica y se refiere a que ninguna persona debe abusar, acosar, hostigar o explotarles sexualmente y a que cualquier forma de violencia hacia las y los jóvenes afectará el disfrute pleno de su sexualidad. Pun-tualiza que el Estado deberá garantizar que las y los jóvenes no sean torturadas/os, ni sometidas/os, o víctimas de maltrato físico, psicológico, abuso, acoso o explotación sexual.

Derecho a la libertad reproductiva

Reconoce que las decisiones sobre la vida reproductiva forman parte del ejercicio y goce de la sexualidad de las y los jóvenes. Como mujeres u hombres jóvenes tienen derecho a decidir, de acuerdo con sus deseos y necesidades, tener o no hijos, cuántos, cuándo y con quién. El Estado de-berá respetar y apoyar sus decisiones sobre su vida reproductiva, brin-dando la información y los servicios de salud que esta población requie-re, haciendo efectivo su derecho a la confidencialidad. Para el ejercicio de este derecho, las personas menores de edad deberán de conocer las especificaciones al respecto que señala el Código Civil de cada entidad.4

Derecho a la igualdad de oportunidades y a la equidad

Reconoce que las mujeres y los hombres jóvenes, aunque diferentes, son iguales ante la ley. Es el derecho a un trato digno y equitativo y a go-zar de las mismas oportunidades de desarrollo personal integral. Nadie, bajo ninguna circunstancia, debe limitar, condicionar o restringir el pleno goce de todos los derechos individuales, colectivos y sociales de las y los jóvenes.

Derecho a vivir libre de toda discriminación

Las y los jóvenes son diversos y, por tanto, tienen diferentes formas de expresar sus identidades. Así, este es el derecho a no ser discriminados por su edad, género, sexo, preferencia, estado de salud, religión, origen étnico, forma de vestir, apariencia física o por cualquier otra condición personal. Reconoce que cualquier acto discriminatorio atenta contra la dignidad humana y que el Estado debe garantizar la protección de las y los jóvenes contra cualquier forma de discriminación.

Derecho a la información completa, científica y laica sobre la sexualidad

Reconoce que para decidir libremente sobre su vida sexual, las y los jó-venes necesitan información veraz, no manipulada o sesgada. Los temas relativos a la información sobre sexualidad deben incluir todos los com-ponentes de ésta: género, erotismo, vínculos afectivos, reproducción y diversidad. El Estado deberá brindar permanentemente información lai-ca, científica y acorde de acuerdo con las necesidades particulares de las y los jóvenes.

4 Sobre este derecho, la Declaración Universal de los Derechos Sexuales de la Asociación Mundial de Sexología de 1997, hace hincapié en que la toma de decisiones reproductivas deberán de ser libres y responsables.

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Derecho a la educación sexual

Reconoce que la educación sexual es necesaria para el bienestar físico, mental y social, y para el desarrollo humano, de ahí su importancia para las personas jóvenes y se refiere al derecho a una educación sexual sin prejuicios que fomente la toma de decisiones libre e informada, la cultu-ra del respeto a la dignidad humana, la igualdad de oportunidades y la equidad. Los contenidos sobre sexualidad en los programas educativos del Estado deben ser laicos y científicos, estar adecuados a las diferentes etapas de la juventud y contribuir a fomentar el respeto a la dignidad de las y los jóvenes.

Derecho a los servicios de salud sexual y a la salud reproductiva

La salud es el estado de bienestar físico, mental y social de las personas, así las y los jóvenes tienen el derecho a recibir los servicios de salud se-xual, gratuitos, oportunos, confidenciales y de calidad. El personal de los servicios de salud pública no deberá negar información o atención bajo ninguna condición y éstas no deben estar sometidas a ningún prejuicio. Para el ejercicio de este derecho, las personas menores de edad deberán de conocer las especificaciones que señalen las leyes en material de sa-lud de cada entidad.

Derecho a la participación de las políticas públicas sobre sexualidad

Reconoce que las y los jóvenes pueden tener acceso a cualquier inicia-tiva, plan o programa público que involucre sus derechos sexuales y a emitir su opinión sobre los mismos. Las y los jóvenes tienen derecho a participar en el diseño, implementación y evaluación de políticas públi-cas sobre sexualidad, salud sexual y reproductiva; a solicitar a las auto-ridades gubernamentales y a las instituciones públicas que construyan y promuevan los espacios y canales necesarios para su participación; al derecho de asociarse con otras/os jóvenes para dialogar, crear y promo-ver acciones propositivas para el diseño e implementación de políticas públicas que contribuyan a su salud y bienestar. Ninguna autoridad o ser-vidor público deberá negar o limitar, de manera injustificada, la informa-ción o participación referente a las políticas públicas sobre sexualidad.

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Los derechos reproductivos abarcan el derecho a la atención en salud reproductiva y el derecho a la autodeterminación reproductiva.1 El ejer-cicio de estos será de manera libre, informada y responsable y busca alcanzar el más alto nivel de salud relativa a la sexualidad y la reproduc-ción de los individuos.2 Los derechos reproductivos son garantías y obligaciones que reconocen la capacidad, la libertad y la igualdad de todas las parejas e individuos para elegir o no la procreación,3 el número de hijos/as que tendrán, el espaciamiento entre los nacimientos, disponer de la información y los medios con estos fines, tomar decisiones sobre su salud reproductiva sin ser víctimas de discriminación, coacción ni violencia.

Los derechos reproductivos se constituyen como una garantía indivi-dual, por lo que es obligación del Estado, a través de las instituciones y servidores públicos -entre ellos, las y los prestadoras y prestadores de servicios de salud-, salvaguardarlos, ofreciendo información y asegu-rando la disponibilidad y el acceso a los servicios en salud reproductiva por toda la población. Esta obligación se basa en el principio de la no discriminación por sexo, edad, pertenencia étnica, socioeconómica; en el derecho a la integridad física; en el derecho a la intimidad; en el derecho a planificar la propia familia, y en el derecho a estar libre de todas las formas de violencia y coerción que afecten la vida sexual o reproductiva de mujeres y hombres.4

En tanto los derechos reproductivos son derechos humanos, las y los jóvenes y adolescentes, como cualquier persona, son titulares de éstos. Con el propósito de respetarlos, los servicios brindados a esta población serán independientes de la patria protestad de los padres, de las creen-cias ideológicas y religiosas de éstos y de quienes presten los servicios.5

1 “Los derechos reproductivos a la vanguardia.” http://reproductiverights.org/es/document/los-derechos-reproductivos-a-la-vanguardia .2 “Derechos reproductivos.” 2011. http://www.ddeser.org/index.php?option=com_content&view=article&id=84&Itemid=170 .3 Lamas, Marta. “Los derechos reproductivos de las y los adolescentes, y un nece-sario servicio de salud sexual y reproductiva”, México, 2004. 4 “Los derechos reproductivos a la vanguardia”, Op.Cit. 5 Hay controversias al respecto, sin embargo, ante las situaciones y prácticas de riesgo a la que se enfrentan las y los adolescentes actualmente, se considera necesario que sean titulares todos los derechos humanos, incluidos tanto los reproductivos como los sexuales. Normativamente, desde 1959, la Declaración de los Derechos del Niño reconoció la necesidad de extender a los menores de 18 años los derechos humanos y en el artículo 1º de la Constitución Mexicana desde el 2001 se garantiza la no discriminación por edad, permitiendo así la exigibilidad de todos los derechos humanos para los menores. Para una discusión a detalle sobre el tema, ver: Et. Al. Marco Interna-

Derechos reproductivos

A pesar de que las y los jóvenes y adolescentes tienen los mismos dere-chos reproductivos que los adultos, por el significado de ser adolescente en las sociedades contemporáneas, la falta de autonomía que se relacio-na con éstos, y a la vulnerabilidad con la que ciertos sectores viven, de manera general, tienen más obstáculos para ejercer y disfrutar de estos derechos que otros grupos poblacionales.

Para proteger sus derechos reproductivos y contribuir a hacer efectivo su ejercicio, las autoridades y prestadores de servicios de salud y educa-ción, deberán tomar en cuenta sus necesidades; garantizar el acceso a información y educación sobre salud reproductiva; garantizar su acceso a servicios de salud reproductiva y protegerles de la violencia y las prác-ticas discriminatorias. Además, deberán asegurarse que la información ofrecida sea imparcial, completa y basada en los progresos científicos y tecnológicos; que tanto la información como los servicios brindados contribuyan a que las y los jóvenes y adolescentes tengan las condicio-nes óptimas para ejercer una sexualidad plena y sin riesgos. Así la infor-mación y servicios deberán abordar la prevención de la transmisión de infecciones sexualmente transmisibles y VIH/SIDA –promoviendo el sexo seguro- y de embarazos no deseados y ampliar el conocimiento de los métodos anticonceptivos y los riesgos del embarazo adolescente. Tam-bién se deberá garantizar el derecho a usar el método anticonceptivo de su elección, y que al suministrar los métodos anticonceptivos, los servi-cios de salud aseguren que estos sean eficaces, seguros y acordes a sus necesidades y expectativas. Y también garantizará brindar tratamiento, atención y apoyo amigable, de calidad y libre de violencia y discrimi-nación. Las adolescentes embarazadas, las que decidan practicarse un aborto en el marco de la ley y quienes vivan con VIH/SIDA e ITS, deberán ser considerados como una población prioritaria para los servicios de salud.

Algunos de los derechos reproductivos son:

Derecho a la autonomía y a la autodeterminación sobre el cuerpo.

Se refiere a la capacidad de cada persona de decidir sobre su cuerpo. Este derecho implica la autodeterminación sexual y reproductiva, la cual

cional y Nacional de los Derechos Sexuales de Adolescentes…Op.Cit.

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a su vez, está en estrecha relación con el derecho a estar libre de todas las formas de violencia y coerción que afecten la vida sexual o reproductiva y en la capacidad de todas las personas de decidir sobre su posibilidad de procrear o no, y en ese sentido planear su propia familia.

Derecho a la vida.

Alude a que la vida de ninguna persona deberá ser puesta en riesgo o en peligro por falta de acceso a servicios de atención de la salud y/o información, asesoramiento o servicios relacionados con la salud repro-ductiva

Derecho a la procreación.

Es un derecho individual y se refiere a la libertad y capacidad de decidir si procrear o bien, abstenerse de hacerlo. Implica también la responsabili-dad de hombres y mujeres del producto de la concepción en caso de que se desee procrear.

Derecho a la salud reproductiva.

Es el derecho a servicios completos de atención a la salud reproductiva, la cual contribuirá a decidir con quién y en qué momento unirse con una pareja, cuántos hijos y cuándo tener, implica el acceso a servicios para tener partos seguros y para evitar las infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH. La salud reproductiva también implica contar con las condiciones de equidad necesarias para tomar decisiones de manera vo-luntaria e informada, así como el derecho a la privacidad y a una vida libre de violencia y coerción sexual.

Implícito en esto está el derecho de los hombres y mujeres a estar plena-mente informados y a tener acceso a los métodos de planificación fami-liar de su elección, que sean seguros, efectivos, asequibles y aceptables y también el derecho a obtener información especializada sobre el funcio-namiento reproductivo del cuerpo.

Derecho a que se respeten los derechos como usuarias/os de los servi-cios de salud reproductiva.

Derecho a servicios de salud reproductiva integrales, adecuados, confiables, de alta calidad, amplia cobertura y que provean información científicamente válida.

Derecho a los avances científicos en materia de reproducción.

Todas las personas tienen el derecho de acceso a todas las nuevas tecnologías re-productivas que sean seguras y aceptables, se incluye la tecnología relacionada con la infertilidad, anticoncepción y aborto. También implica el derecho a la protección contra cualquier efecto perjudicial que la tecnología de atención de la salud repro-ductiva pudiera tener para su salud y bienestar.

Derecho a adoptar decisiones sobre la reproducción, sin sufrir discriminación, coer-ción o violencia.

Este derecho incluye la elección voluntaria de cónyuge, la formación de una familia y la determinación del número, el momento de nacer y el espaciamiento de los propios hijos; y el derecho de tener acceso a la información y los medios necesarios para ejercer una opción voluntaria de manera libre, en un marco de respeto a la dignidad humana, y sin violencia.

Derecho a interrumpir un embarazo en los casos en que la ley lo permita.

Es el derecho a poder actuar y de decidir en caso de que se desee interrumpir el embarazo.

En nuestro país, existen siete circunstancias en las que no se considera al aborto como delito. Estas son cuando:

El embarazo es resultado de una violación

El aborto es provocado por accidente (aborto imprudencial)

A juicio del médico, el embarazo pone en riesgo la vida de la mujer

El feto tiene malformaciones genéticas (aborto embriopático)

De continuar con el embarazo se provocaría un grave daño a la salud de la mujer

El embarazo es producto de una inseminación artificial no deseada, y

La mujer tiene razones económicas para interrumpir el embarazo y es madre de tres hijos.

Las primeras tres son aceptadas en todos o casi todos los estados de la República,

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el resto de las causas de aborto no punible varían de un estado a otro, por lo que es fundamental consultar el Código Penal de cada entidad federativa, y recordar que el 24 de abril del 2007, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la reforma de ley que despenaliza el aborto hasta la semana doce de gestación, lo cual implica que la interrupción del embarazo es legal a libre demanda de la mujer hasta las 12 semanas de gestación.6

Derecho a la libertad de reunión y la participación política.

Es el derecho a tratar de influir en la arena pública y política para dar prioridad a la salud y los derechos relacionados a la sexualidad y a la reproducción.

Derecho a la libertad y a la seguridad de la persona.

Este derecho se refiere a la libertad de decidir de manera responsable sobre la sexualidad y reproducción. También alude al derecho a no ser sometido/a a tortura o tratos crueles, inhumanos y degradantes, a vivir libre de violencia, y el derecho a vivir libre de explotación sexual.

6 María, Fondo de Aborto para la Justicia Social, en Red Balance. http://www.redbalance.org/maria/home_maria.html

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Las y los adolescentes y jóvenes ante el VIH/SIDA

La exposición a la transmisión del VIH/SIDA, es uno de los principa-les riesgos a los que se enfrentan las y los adolescentes y jóvenes actualmente.1 Este Manual se centrará en el VIH/SIDA debido a su prevalencia en la población joven y a que constituye un problema de salud pública en nuestro país.

VIH

VIH significa virus de la inmunodeficiencia humana y según la OMS infecta a las células del sistema inmunitario, alterando o anu-lando su función. La infección produce un deterioro progresivo del sistema inmunitario, con la consiguiente “inmunodeficiencia”. Se considera que el sistema inmunitario es deficiente cuando deja de poder cumplir su función de protección contra las infecciones y en-fermedades.2

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es un término que se aplica a los estadios más avanzados de la infección por VIH y se define por la presencia de alguna de las más de 20 infecciones oportunistas o de cánceres relacionados con el VIH.

La infección que provoca el virus es de desarrollo lento, por lo que pueden pasar años hasta que se manifieste la enfermedad. Durante este período no se presenten molestias que indiquen si hay o no virus en el organismo, pero la persona ya vive con el virus, y por ello es capaz de transmitirlo.

El VIH es transmitido por medio del contacto sexual y sin protección así como con determinados liquidos corporales de una persona que vive con el VIH como la sangre, la leche materna, el semen o las se-creciones vaginales. No es posible la transmisión por besos, abrazos o apretones de manos o por compartir objetos personales, alimentos o bebidas. Algunos de las vías de transmisión del VIH son:

• coito anal o vaginal sin protección con una persona con VIH;

1 En este documento nos centraremos en el VIH/SIDA debido a su prevalencia en la población joven y a que constituye un problema de salud pública en nuestro país. 2 “Temas de salud. VIH/SIDA.” OMS, 2012 http://www.who.int/topics/hiv_aids/es/

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• transmisión de la madre al niño durante el embarazo, el parto o la lactancia;

• transfusión de productos sanguíneos con VIH;

• utilización de material de inyección, tatuaje o perforación cu-tánea o de instrumental quirúrgico contaminado.3

Existen dos tipos de VIH, el VIH-1 y el VIH-2. Ambos tipos de VIH causan daños en el cuerpo humano al destruir células sanguíneas es-pecíficas, llamadas células T CD4+, fundamentales para defenderse de las enfermedades.

Algunas personas tienen síntomas similares a los de la gripe que du-ran una semana o dos, pero otras no presentan ningún síntoma. Las personas con VIH pueden tener una apariencia saludable y sentirse bien durante varios años. Sin embargo, aun cuando estén sanas, el VIH está afectando su cuerpo.

Las personas con VIH deben consultar habitualmente a personal mé-dico especializado en tratar la infección puesto que un tratamiento oportuno puede aumentar su calidad de vida, ya que los medica-mentos antiretrovirales tienen la propiedad de limitar o retrasar la destrucción del sistema inmunitario, mejorar la salud de las personas con VIH y reducir su capacidad de transmitirlo.

La infección por el VIH que no se tratan en forma oportuna puede generar muchas enfermedades de tipo cardiovascular, renal, hepáti-cas y cánceres y llevar al desarrollo de la fase SIDA. También existen servicios de apoyo para personas con el VIH. Estos servicios pueden ayudar a los pacientes a enfrentar su diagnóstico, reducir sus prác-ticas de riesgo y encontrar los servicios que requieran,4 lo cual debe ser tomando en cuenta por los servicios de salud amigables.5

A pesar de que los medicamentos que hay actualmente pueden mejorar la salud de las personas que viven con el VIH y retrasar que la infección avance hasta conver-

3 VIH/SIDA. Nota descriptiva 360. OMS/Centro de Prensa, Nueva York, 2011. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs360/es/index.html4 “Información básica sobre el VIH y el SIDA.” CDC, 2012. 05/2012. http://www.cdc.gov/hiv/spanish/topics/basic/index.htm5 Ídem.

tirse en SIDA, los tratamientos que deberá de tomar el/la paciente todos los días deben ser objeto de una vigilancia cuidadosa.

Factores de riesgo

Por el momento no existe cura para la infección por el VIH. Ante este panorama, la prevención es fundamental. Una persona puede reducir el riesgo de infección por el VIH limitando su exposición a los facto-res de riesgo. Estos son:

• practicar coito anal o vaginal sin protección;

• padecer alguna otra infección de transmisión sexual como sí-filis, herpes, clamidiasis, blenorragia o vaginosis bacteriana sin tratamiento;

• compartir agujas o jeringas contaminadas, soluciones de dro-ga u otro material infeccioso para consumir drogas inyecta-bles;

• recibir inyecciones o transfusiones sanguíneas sin garantías de seguridad o ser objeto de procedimientos médicos que entrañen corte o perforación con instrumental no esteriliza-do;

• pincharse accidentalmente con una aguja, lesión que afecta en particular al personal de salud.6

6 VIH/SIDA. Nota descriptiva 360…Op.Cit.

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Prevención

Debido a que las formas más frecuentes de transmisión del VIH son a tra-vés de las relaciones sexuales anales o vaginales, o por compartir equipo para inyectarse drogas con una persona con VIH, es importante tomar medidas para reducir los riesgos asociados a esta transmisión.1 Algunas de las medidas son:

• Educación integral en sexualidad. Favorece que adolescentes y jóvenes adquieran los conocimientos y habilidades para tomar decisiones responsables e informadas sobre sus relaciones se-xuales y sociales. También promueve conductas que reducen los riesgos y propicia que las personas jóvenes se expliquen y clari-fiquen valores y actitudes.

• Acceso a servicios de salud sexual y reproductiva que briden ha-bilidades y recursos esenciales para prevenir el VIH y otras ITS; que provean condones y asesoramiento y pruebas de detección de ITS y VIH.

• Uso de preservativos. El uso correcto y sistemático de preserva-tivo masculino y femenino en el curso de la penetración vaginal o anal puede proteger de la transmisión de infecciones de trans-misión sexual, entre ellas la infección por el VIH.

• Pruebas de detección y asesoramiento en relación con el VIH y las ITS. Se aconseja a toda persona expuesta a cualquiera de los factores de riesgo que se someta a pruebas de detección del VIH y otras ITS, para conocer su estado y llegado el caso acceder a los oportunos servicios de prevención y tratamiento sin demora.

• Profilaxis anterior a la exposición por relaciones sexuales para la persona VIH-negativa. Se ha demostrado que una dosis diaria de los fármacos antirretrovíricos tenofovir y tenofovir/emtricitabina es eficaz para impedir que una persona VIH-negativa contraiga el virus al mantener relaciones sexuales con una persona VIH-positiva.

1 “Información básica sobre el VIH y el SIDA.”…Op.Cit.

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• Profilaxis posterior a la exposición al VIH (PPE). Este método para prevenir la infección entraña el uso inmediato de fárma-cos antirretrovíricos, dentro de las 72 horas siguientes a la ex-posición accidental al VIH. A menudo se recomienda la PPE al personal sanitario que se ha pinchado con una aguja en el lugar de trabajo. La PEP incluye también asesoramiento, primeros au-xilios, pruebas de detección del VIH y, dependiendo del nivel de riesgo, la administración de una terapia antirretrovírica durante 28 días junto con atención complementaria.

• Circuncisión masculina. La circuncisión masculina, cuando corre a cargo de personal sanitario cualificado, reduce en aproxima-damente un 60% el riesgo de que un hombre resulte infectado por el VIH al mantener relaciones sexuales heterosexuales. Se trata de una intervención fundamental en situaciones de epide-mia generalizada con alta prevalencia del VIH e índices bajos de circuncisión masculina.

• Eliminación de la transmisión del VIH de la madre al niño. La transmisión del VIH de una madre seropositiva a su hijo(a) du-rante el embarazo, el parto o la lactancia se denomina trans-misión vertical o maternoinfantil. Es posible prevenir esta clase de transmisión administrando tanto a la madre como al niño un tratamiento o una profilaxis con antirretrovíricos en todas las etapas en que pudiera producirse la infección.

• Tratamiento con antirretrovíricos. Cuando una persona VIH-po-sitiva sigue un régimen terapéutico eficaz con antirretrovíricos, se puede reducir en un 96% el riesgo de que transmita el virus a una persona no infectada con la que mantenga relaciones se-xuales.

• Reducción de daños en los consumidores de drogas inyectables. Las personas que se inyectan drogas pueden resguardarse de la infección por el VIH utilizando para cada inyección material es-téril, esto es, aguja y jeringa. Un conjunto completo de medidas

de prevención y tratamiento de la infección, en particular la te-rapia de sustitución con opiáceos para consumidores de drogas, incluye el tratamiento de la drogodependencia, asesoramiento y pruebas de detección del VIH, tratamiento contra el VIH y aten-ción a los infectados, acceso a preservativos y tratamiento de las ITS, la tuberculosis y la hepatitis vírica.

• Relaciones sexuales sin penetración. Se refiere a tener prácticas sexuales sin penetración vaginal o anal, como por ejemplo darse besos, hacerse caricias y/o masturbación mutua.

• Mantenerse en una relación estable mutuamente monógama con una pareja. Previamente, se debe comprobar a través de un exa-men que ambos no tienen el virus.

• Abstinencia sexual. No tener relaciones sexuales es la forma más segura de no adquirir el virus por vía sexual.

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En el 2010 más de la mitad de nuevos casos de infecciones de transmisión sexual y del virus del Sida en el mundo se reportó en jóvenes de 15 a 24 años de edad.1,2 En México, la población de menores de 25 años con VIH, se ha incrementado a lo largo del tiempo, y para el 2010 repre-sentó el 31% del total.3 Además, en el país, a pesar que en los últimos años, hubo una disminución de las ITS clásicas (sífilis, gonorrea), se re-gistró el incremento no sólo del VIH/SIDA sino de la tricomoniasis, y del Virus del Papiloma Humano (VPH), cuya presencia también se ubica entre jóvenes de 15 a 24 años. Tanto en México como en el mundo, una gran cantidad de adolescentes son sexualmente activos antes de los 20 años de edad, sin embargo, no toda la población adolescente y joven usa alguna protección contra el embarazo, ni para prevenir infecciones sexualmente transmisibles, inclu-yendo el VIH/SIDA, a pesar de conocer al menos un método anticoncep-tivo.4

Según la Declaración Ministerial “Prevenir con educación”, en América Latina y el Caribe, incluido México, la principal vía de transmisión del VIH son las relaciones sexuales no protegidas. Por ello, los servicios de salud deben tomar en cuenta las expresiones diversas de la sexualidad de la población adolescente y joven y los contextos de vulnerabilidad en los que ésta se ejerce. 5

A pesar de la prevalencia de las ITS, y sobre todo del VIH/SIDA en ado-

1 UNFPA con cifras de ONUSIDA. En: “Jóvenes, 50% de Nuevos Infectados por VIH,” El Universal, 15/11/2011. 2 Más de cinco millones de jóvenes en el mundo viven con el VIH/SIDA y según información publicada en el marco de la Declaración Ministerial, se tiene que hay aproximadamente 11,000 niños y adolescentes menores de 15 años que tienen infección por el VIH o Sida en el Caribe y 44,000 niños y adolescentes menores de 15 años que presentan infección por el VIH en América Latina. Alrededor de 400,000 jóvenes con edades entre los 15 y 24 años son seropositivos. En: Declaración Ministerial de la Ciudad de México “Prevenir con Educación”. Lucha contra la epidemia de infección por el VIH y Sida en América Latina y el Caribe. Hoja informativa…Op.Cit.3 El VIH en México 2011. Numeralia Epidemiológica…Op.Cit. 4 Según la UNFPA 97% conoce al menos un método anticonceptivo y que entre el 60 y 80% de los embarazos adolescentes no planeados. En: “Salud sexual y reproductiva en adolescentes y jóve-nes.” UNFPA, 2010. 05/2012. http://www.unfpa.org.mx/ssr_adolescentes.php .5 Punto 2.2 en Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”. UNFPA, México, 2008.

La población joven como grupo con comportamientos de riesgo para el VIH

lescentes y jóvenes, aún hay jóvenes en el país que no cuentan con el conocimiento ni las habilidades necesarias para prevenir la transmisión de VIH.6 Debido a esto, es necesario que los servicios de salud se centren en estos aspectos, diseñen intervenciones preventivas pensadas espe-cíficamente para los y las adolescentes y jóvenes, y les proporcionen información, educación integral en sexualidad7 apropiada para su edad, habilidades, servicios, productos básicos y el apoyo social que requieren para prevenir el VIH. 8

La prestación de servicios de salud para adolescentes y jóvenes deberán de considerar, según el UNFPA, que las y los adolescentes y jóvenes son un componente central de la epidemia de VIH/SIDA considerando sus tasas de prevalencia, su vulnerabilidad, el impacto de la enfermedad en sus vidas y también con respecto a su papel clave como agentes poten-ciales de cambio.

6 Diagnóstico mundial de la juventud, CONAPO, México, 2010. 7 Podemos empoderar a los jóvenes para que se protejan de VIH. Acción Conjun-ta para Obtener Resultados Marco de Resultados de ONUSIDA: Caso Práctico 2009–2011. ONUSIDA, Ginebra, 2010. 8 Ídem.

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No todas y todos los jóvenes y adolescentes tienen los mismos riesgos ante el VIH/SIDA. Así, hay grupos vulnerables que corren un alto riesgo de infectarse con este virus. Según la Declaración Ministerial “Prevenir con educación”:

Las relaciones desiguales de género y entre grupos de edad, las dife-rencias socioeconómicas y culturales, y las orientaciones e identidades sexuales individuales, al asociarse con factores de riesgo, propician si-

tuaciones que incrementan la vulnerabilidad a la infección por VIH/ITS. 1

Entre los sectores identificados como los más vulnerables por agencias de Naciones Unidas están las personas que usan drogas inyectables; per-sonas en situación de explotación sexual comercial; hombres que tienen sexo con hombres; población transgénero; jóvenes que viven en situa-ción de calle; jóvenes migrantes; refugiadas/os; personal de las fuerzas armadas; personas que carecen de acceso a servicios de salud y sociales; jóvenes en reclusión en penales para menores infractores, y mujeres.

Según la Declaración Ministerial, estos sectores han sido, de manera ge-neral, excluidos de las intervenciones para la prevención del VIH, no han contado con información acerca de cómo acceder a ellas o bien no han tenido acceso, o han sentido que esos programas no son apropiados para sus necesidades. Ante esto, es importante que los servicios de salud amigables tomen en cuenta las necesidades de las poblaciones vulnera-bles, y cómo estas han sufrido las deficiencias en los servicios.

En México, el 80% de los casos de VIH/SIDA se reportan en hombres y 20% en mujeres; la epidemia está concentrada en hombres que tienen sexo con hombres, personas que realizan trabajo sexual y personas que usan drogas inyectables; para el 2011, 32% de los casos registrados de SIDA en varones, refirieron una transmisión por relaciones homosexua-les, y 22%, bisexuales. En las mujeres, 86.6% de los casos fueron por relaciones heterosexuales, y 80% de ellas, contrajeron el VIH a través de sus parejas.2

Sobre la mortalidad se reportó en el 2011 que complicaciones relaciona-

1 Punto 2.4 en Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”. UNFPA, México, 2008.

2 El VIH en México 2011. Numeralia Epidemiológica…Op.Cit.

Vulnerabilidad ante el SIDA

das con el SIDA fueron la quinta causa de muerte entre hombres adoles-centes y la cuarta entre hombres de 20 a 24 años; en tanto que no tuvo un lugar destacado como causa de mortalidad, entre las mujeres.3 Sin embargo, hay que notar que tal tendencia está cambiando y que a nivel mundial la epidemia ha tenido un efecto devastador en mujeres jóvenes. Ante esto, es esencial prestar atención a las diferencias y desigualdades de género y la manera en que éstas representan factores de vulnerabili-dad que ponen en riesgo de adquirir VIH/SIDA a niñas y mujeres, hacien-do que la proporción de mujeres con VIH en el país aumente.

La vulnerabilidad de las adolescentes y jóvenes ante la epidemia se rela-ciona con manifestaciones de la violencia y la inequidad de género que ellas sufren como la coacción sexual, sexo transaccional, abuso sexual, falta de acceso a información estratégica y específicamente acerca de VIH, servicios y productos básicos relacionados con el sexo seguro y el VIH, desempoderamiento causado por las condiciones sociales, cultura-les y económicas. Así, con un enfoque preventivo, los servicios de salud nacionales, deberán de considerar a las mujeres como una población vulnerable al VIH/SIDA.

En México, los hombres gays, hombres que tienen sexo con hombres, personas bisexuales y travestis, transexuales, transgénero e intersexua-les, representan una población vulnerable ante el VIH/SIDA que están siendo fuertemente afectadas por la epidemia de VIH. Esto está en in-terrelación con el hecho de que las prácticas e identidades sexuales y genéricas han sido discriminadas socialmente, haciéndoles más vulnerables que otros sectores de la población. La discriminación y vulnerabilidad a la que se hace referencia está en estrecha relación con la construcción de género en nuestra sociedad, en la cual prevalece un modelo heterosexual y binario: mascu-lino/femenino. Así, todas las personas que no cumplan con el modelo, corren el riesgo de ser violentadas y marginadas de los servicios que no estén preparados o sensibilizados a tratar a personas cuya sexualidad sea diferente a la hetero-sexual. Esto se manifiesta en obstáculos para la prevención, consejería, atención y servicios asistenciales relacionados al VIH y en la consecuente disminución de las respuestas para prevenir la epidemia.

Por otra parte, la evidencia sugiere que la ingesta de alcohol y el consumo de drogas en adolescentes y jóvenes están relacionados con el VIH y con la morta-

3 Guía de actividades. Módulo III. Género, salud y sexualidad…Op.Cit.

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lidad por infecciones por esta causa, en tanto, bajo el influjo de alguna sustancia se establecen prácticas sexuales de riesgo. 4

La vulnerabilidad que experimentan ciertos sectores de adolescentes y jóvenes provoca mayores riesgos de contraer VIH/SIDA y de limitaciones para enfrentar la epidemia. Esto porque las problemáticas vividas, se agravan con la estigmati-zación, discriminación y exclusión social que sufren quienes viven con VIH/SIDA. Estas manifestaciones representa un obstáculo para el ejercicio de los derechos sexuales y el acceso a los servicios esenciales de prevención y tratamiento del VIH, servicios de salud para las y los jóvenes, servicios sociales y/o de apoyo en el marco de la enfermedad.5 Ante ello, es necesario que los servicios de salud para adolescentes y jóvenes sean sensibles a los diferentes problemas que la población con VIH enfrenta y satisfaga sus necesidades de manera adecuada.

4 Diagnóstico mundial de la juventud…Op.Cit. 5 Podemos empoderar a los jóvenes para que se protejan de VIH…Op.Cit.

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Los servicios de salud amigables para adolescentes buscarán preve-nir el VIH en adolescentes y jóvenes y dar un servicio adecuado y de calidad a las y jóvenes con VIH/SIDA.

Para lograr los objetivos anteriores, se deberá recolectar y analizar in-formación vigente y estratégica sobre el VIH y los jóvenes para así dar respuestas que tomen en cuenta las características a la población que se atiende y las problemáticas a las que se enfrenta.1

Según ONUSIDA, con el propósito de prevenir el VIH en adolescentes y jóvenes, los servicios de salud, bajo el principio de equidad y dignidad, buscarán brindar información y orientación para la toma de decisiones asertivas sobre su vida sexual, garantizar el acceso a herramientas y tecnologías biomédicas, como son los condones tanto femeninos como masculinos, que disminuyan la probabilidad de prácticas de riesgo que lleven a la transmisión del VIH, y contribuir a alterar las normas sociales y culturales o el entorno físico para facilitar la reducción del riesgo y maxi-mizar el alcance e impacto de los servicios de prevención. 2

Los servicios de salud deberán de ser sensibles a las necesidades de las y los adolescentes que viven con VIH/SIDA, como por ejemplo, ofrecer servicios libres de estigmatización a esta población.

También es necesario que la información de las y los pacientes con VIH/SIDA sea confidencial con el fin de que las y los adolescentes y jóvenes puedan confiar en los servicios de salud y acepten usarlos de manera regular.

La información que se brindará será integral, incluyendo temas sobre salud sexual y reproductiva, opciones para manejar el conocimiento de su condición de VIH, etc.

Asimismo, es importante ofrecer educación integral en sexualidad y pro-moción de la salud sexual y reproductiva, en la cual sectores de salud y educación tienen una relación sinérgica. Al respecto, la Declaración Ministerial, señala que:

1 Ver: Podemos empoderar a los jóvenes para que se protejan del VIH…Op.Cit. 2 Ídem.

Servicios de salud amigables para adolescentes y VIH/SIDA

“La evidencia científica ha demostrado que la educación integral en sexualidad, que incluye medidas de prevención de VIH/ITS – como el uso del condón masculino y femenino en forma correcta y consistente, el acceso a las pruebas de detección y al tratamiento integral de ITS, y la disminución en el número de parejas sexuales – no acelera el inicio de

actividad sexual, ni la frecuencia de las relaciones.” 3

Así, el brindar educación integral en sexualidad puede tener como con-secuencia el retraso del inicio de la actividad sexual, o bien que se usen métodos anticonceptivos que eviten una ITS, incluyendo el VIH/SIDA, en la primera relación sexual, o bien en los encuentros sexuales en esta etapa. 4

Proporcionar información adecuada y completa acerca de salud sexual y reproductiva, habilidades, servicios y productos básicos en un entorno seguro y de apoyo, ayudará a que los servicios de salud sean amigables y estén acorde a las necesidades de los adolescentes y jóvenes.

3 Punto 2.7 en Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”. UNFPA, Mé-xico, 2008.4 Adolescencia. una etapa fundamental…Op.Cit.

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Diversidad sexual

La diversidad sexual se refiere a la pluralidad de prácticas, identidades, comportamientos, estilos de vida, gustos y creencias que determinan la manera en cómo cada persona asume, vive y expresa su sexualidad en un contexto específico. Así, alude a cómo se expresa el erotismo, la afec-tividad, el deseo, las diferentes formas de amar y de asumir identidades y preferencias que no se limitan a lo conocido como heterosexualidad.1 El término de diversidad sexual reconoce la condición de ser diverso/a, de ser diferente y desigual, y sugiere una distancia respecto de “la nor-ma” que define a la heterosexualidad como la única manera de practicar la sexualidad.2

Además, hace visible diferentes conductas y manifestaciones del género, a las cuales se llama no sólo a reconocer sino a respetar y no discrimi-nar, tales como la homosexualidad masculina y femenina3, bisexualidad, transexualidad, transgeneridad, intersexualidad, travestismo,4 aquellas sin carácter identitario, y otras.

La diversidad sexual se estructura a través de: a) la práctica sexual, b) la preferencia sexual, y c) la identidad sexogenérica.5

Es importante decir que aunque estas se muestran socialmente como resultado de algo natural, de lo biológico, algo fijo o ya dado, éstas son productos socioculturales y también construcciones individuales. Las prácticas sexuales, las preferencias sexuales y las identidades sexoge-néricas se encuentran permeadas por diversos aspectos de un contexto sociocultural específico, los cuales se entrecruzan con factores psíquicos de cada individuo, son moldeados por nuestros actos, ideas, experien-cias y vivencias, y en cierta medida, son producto del deseo, las prefe-rencias y las expectativas de una persona sobre sí misma.

La práctica sexual se refiere a las elecciones que cada persona toma en el ejercicio de su sexualidad, o sea, la elección de su objeto de placer o deseo.6

1 Orientación sexual de una persona hacia las del otro género.2 Flores, Julia (coord.), La diversidad sexual y los retos de la igualdad y la inclusión. Colección Estudios, núm.5, CONAPRED, México, 2007, p.17. 3 Para referirse a las mujeres homosexuales se emplea el término lesbiana. 4 Estas se explican a lo largo de este apartado. 5 Guía para la acción pública contra la homofobia, CONAPRED, México, 2012, p.11. 6 Ídem.

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La preferencia7 u orientación sexual se refiere a la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, física, intelectual, afectiva y sexual por personas de un género diferente al suyo, o de su mismo género, o de más de un género; 8 involucra la organización es-pecífica del erotismo y/o el vínculo emocional de un individuo, y puede manifestarse en forma de deseos –incluidos los sexuales-, sentimientos, prácticas, comportamientos, pensamientos, fantasías o deseos sexuales, o en una combinación de estos elementos.

La preferencia u orientación sexual se puede clasificar en tres categorías generales, 9 las cuales son:

• Bisexualidad. Se refiere a la atracción erótica y/o afectiva por otras personas sin importar su sexo o género.

• Heterosexualidad: Se refiere a la atracción erótica y/o afectiva hacia personas de sexo o género distinto al identificado como propio.

• Homosexualidad: Se refiere a la atracción erótica y/o afectiva hacia personas del mismo sexo o género.

Las distintas manifestaciones de la orientación sexual de una persona se van descubriendo a lo largo de su vida; es decir, no se nace con una u otra orientación o preferencia, sino que ésta es el resultado de un pro-ceso en el que intervienen múltiples factores, incluyendo el género, la familia, la cultura, la personalidad, etc.10

La identidad sexogenérica incluye las maneras de autodenominarse y presentarse frente a los/las demás. Esta no debe confundirse con la pre-ferencia u orientación sexual sino entenderse como:

7 En México se hace uso del término de preferencia sexual en documentos como la Constitución y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación. Este, según la Guía para la acción pública contra la homofobia, se encuentra relacionado con el proceso histórico de reivindi-cación del derecho al ejercicio libre de la sexualidad impulsado por los colectivos de la diversidad sexual mexicanos. Sin embargo, a nivel internacional, el término de orientación sexual es empleado de manera más frecuente. 8 Declaración de los Principios de Yogyakarta, 2007. 9 Sin embargo, algunas posturas a favor de la diversidad sexual consideran que categorizar a los individuos conlleva el riesgo de clasificar con criterios poco flexibles, simplistas e incluso basados en estereotipos. Sin embargo, estas resultan útiles sistematizar información o focalizar una respuesta a una población con necesidades determinadas.10 “Sexualidad.” http://www.infojoven.cl/2-3.php .

“La construcción de identidades en relación con la sexualidad y […] un proceso único e individual que permite a las personas construir su per-sonalidad y sentirse parte de la comunidad en que viven; abarca aspec-tos biológicos, de identidad y expresión en relación con el género, de preferencia sexual, de maneras de expresar el deseo y de prácticas para

realizarlo”.11

La identidad sexogenérica, aunque se manifiesta dentro de un contex-to sociocultural específico, alude a lo individual, y con ello a la realidad psíquica de los individuos12, y a la intimidad de las personas, sus deseos y prácticas, conformando con ello su identidad y las maneras de relacio-narse sexo-afectivamente con otras personas.

Este tipo de identidad es independiente al sexo, genotípico y fenotípico, y a cualquier característica física de las personas. Así, cuando el sexo biológico no coincide con la identidad de un individuo, -lo cual es co-nocido como discordancia sexo-genérica- hay una expresión de tran-sexualidad.13 En este marco, las personas transexuales y transgénero son personas con un sexo biológico y con una identidad de género opuesta a él. Es decir, son hombres biológicos con identidad femenina o mujeres biológicas con identidad masculina.

Además de la transexualidad, hay que reconocer también la intersexuali-dad, la cual se refiere a un estado en el que un individuo presenta desde el nacimiento caracteres sexuales primarios y/o secundarios de ambos sexos.

Las personas intersexuales no son un “tercer sexo”, sino que en su ana-tomía presentan órganos sexuales con características de ambos sexos o bien, estructuras que son difíciles de definir o resultan ambiguas desde una lógica que reconoce sólo dos sexos.

A continuación, se presentan algunos términos que complementan la información ofrecida en este apartado sobre diversidad sexual.

Gay: Es un término angloamericano que significa “alegre” o “con-tento” y que actualmente, en el idioma español, es una expresión alternativa a homosexual. Tiene un contenido político y su uso es po-

11 Guía para la acción pública contra la homofobia…Op.Cit. p. 13 12 “Sexo, género y feminismo: tres categorías en pugna”…Op.Cit. 13 Ídem.

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pular. Por lo general, se emplea como sinónimo de la identidad de los hombres homosexuales, aunque también es utilizado para referirse a mujeres homosexuales. Ser gay es una construcción identitaria y también una manera de autodenominación.14

HSH (hombres que tienen sexo con hombres): Es una categoría epi-demiológica que hace referencia a una práctica sexual más que a una identidad. Responde a que muchos hombres no se auto identi-fican como bisexuales u homosexuales, que se identifican como he-terosexuales y tienen prácticas sexuales homosexuales o bisexuales, que son transgénero o bien que no se autodefinen bajo ninguna de las clasificaciones existentes. HSH es un concepto que considera a todos los hombres, independientemente de su preferencia u orienta-ción sexual, o identidad genérica y, que tienen actividades sexuales con otros hombres.

Lesbiana: Es un término que se emplea para referirse a una mujer que se siente atraída erótica, afectiva y amorosamente por las mu-jeres. Así, hace alusión a la identidad de las mujeres homosexuales y al igual que ser gay, es una construcción identitaria, una manera de autodenominación y una elección determinada por factores indivi-duales y sociales y que ciertas mujeres descubren en algún momen-to de su vida.

Travesti o travestista: Este término se refiere a una persona cuya marca identitaria no es el sexo sino su elección de género y que modifica de manera temporal su expresión de género y que en este proceso no experimenta discordancia entre su cuerpo y su identidad o bien, no tiene el deseo de vivir permanentemente con el género representado.15,16 Por lo general, una persona travesti o travestista viste con ropa asociada al sexo contrario con propósito de disfrutar de manera temporal de una experiencia lúdica, y/o con fines sexua-les que les provoque excitación; o como una forma de exploración y expresión de lo femenino o masculino, entre otras.

Colectivo de la diversidad sexual: Se refiere a una amplia variedad de

14 Guía para la acción pública contra la homofobia…Op.Cit.15 Es decir, no desea un cambio de sexo permanente u otro tipo de intervención quirúrgica de reasignación de sexo.16 Glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América Latina y el Caribe…Op.Cit.

organizaciones, colectivos y asociaciones civiles, cuyo trabajo consiste fundamentalmente en promover el reconocimiento de la diversidad se-xual y la legitimidad de los derechos de los grupos que la componen.17 En México, en la historia del movimiento por el reconocimiento de la diversi-dad sexual, el colectivo ha adoptado varios nombres, como LGBT, siglas que designan colectivamente a lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero; y LGBTTTI, que es el que está en boga, y que son las siglas que hacen referencia a la población lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual. En cuanto al movimiento social cono-cido hoy como LGBTTTI, hay que decir que ha conseguido posicionar la lucha por los derechos sexuales en el terreno de los derechos humanos logrando cambios fundamentales en los últimos 25 años.

En este Manual se usa el término de personas de la diversidad sexual para referirse a homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales, trans-género, travesti, intersexuales y quienes que no se identifiquen con nin-guna de las anteriores.

La diversidad sexual hace evidente las distintas y legítimas formas de pensar, sentir y desear de las personas. Además, reconoce y defiende los derechos de las personas con prácticas sexuales, preferencias u orien-taciones sexuales, y/o identidades sexogenéricas distintas a lo que se considera como la norma y la normalidad, quienes, por ser diferentes, son víctimas de discriminación y estigmatización.18

Según el CONAPRED, en México, el reconocimiento legítimo de la diver-sidad sexual, la igualdad con base en la representación y la inclusión en términos de derechos están lejos de alcanzarse.19 Incluso, la institución se-ñala que en la sociedad mexicana predominan prácticas discriminatorias, excluyentes y homofóbicas, las cuales representan retos fundamentales en la el acceso de las y los jóvenes y adolescentes de la diversidad sexual a servicios de salud amigables, incluyentes, adecuados y de calidad.20

17 La diversidad sexual y los retos de la igualdad y la inclusión…Op.Cit. 18 “Diversidad sexual, de género y orientación sexual”. América Latina Genera.”2011.http://www.americalatinagenera.org/es/index.php?option=com_content&view=article&id=301&Itemid=166 .19 La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010 arrojó que la prefe-rencia sexual provoca mucha división entre la gente. Esta tendencia se mantiene prácticamente en cuatro de cada diez personas, sin importar el rango de edad. 20 La diversidad sexual y los retos de la igualdad y la inclusión…Op.Cit.

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El artículo 1º de la Constitución Política de nuestro país establece que:

“Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y li-

bertades de las personas.”1

La discriminación es una práctica social que jerarquiza a las personas o a sus actos estableciendo ciertas identidades, actos o acciones como superiores frente a otras, consideradas como inferiores.

2

Esta se manifiesta en todos los ámbitos de la vida a través de la nega-ción, la exclusión,3 el rechazo, la burla, la humillación o la utilización de lenguaje ofensivo y reacciones violentas –en ocasiones atentando contra la vida de una o más personas- con el propósito de anular o menoscabar el ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales del individuo o el grupo considerado como inferior.4

Según el Artículo 4to de la Ley federal para prevenir y eliminar la discri-minación, se entiende por discriminación como:

“Toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étni-co o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas.”5

1 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, México, 2012. 2 La diversidad sexual y los retos de la igualdad y la inclusión... Op.Cit. 3 La exclusión tiene como propósito mostrar la incompatibilidad entre los diferentes las identidades consideradas como inferiores y las superiores. Así, las prácticas de exclusión suprimen o tratan de eliminar lo que es incompatible y que se vive como amenaza a la existencia presente y futura. En: La diversidad sexual y los retos de la igualdad… Op.Cit. 4 Glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América Latina y el Caribe…Op.Cit. 5 Ley federal para prevenir y eliminar la discriminación, Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, México, 2007.

Discriminación por la preferencia sexual, orientación sexual o identidad de género Así, la discriminación se basa en diferencias raciales, étnicas, políticas,

religiosas, sexuales, de preferencia sexual, orientación sexual o identidad de género, entre otras. Este Manual se centrará en la discriminación por las 3 últimas. Es importante señalar que las manifestaciones de un tipo de discriminación pueden presentarse de manera simultánea con las de otros tipos, producto de un entrecruzamiento entre sí. Por ello, la discri-minación por preferencia sexual, orientación sexual o identidad de gé-nero se recrudece cuando también hay discriminación basada en la raza, la edad, la religión, la discapacidad, el estado de salud y la condición económica. Ante esto, las y los adolescentes y jóvenes que asumen prác-ticas o identidades de la diversidad sexual representan una población vulnerable al ser posibles víctimas de más de un tipo de discriminación.

La discriminación se sustenta fundamentalmente en prejuicios y es-tigmas que afectan a las identidades consideradas como diferentes a lo aceptado socialmente y consideradas como la norma –por ejemplo, como todo lo diferente a la heterosexualidad-6 y se amplían a quienes denuncian actos discriminatorios y defienden los derechos de las perso-nas. Según la Guía para la acción pública contra la homofobia el prejuicio es:

“La predisposición irracional (sin reflexión) a adoptar un comportamien-to negativo hacia una persona en particular o un grupo poblacional, so-bre la base de una generalización errónea y rígida acerca de tales perso-

nas o colectivos, que se plasma en estereotipos.”7,8

Los prejuicios se producen, reproducen y aprenden en el ámbito familiar, escolar, religioso, laboral, institucional y a través de los medios de comu-nicación; se basan en las ideas, los temores o las fobias de grupos socia-les con respecto a otras personas o grupos y se manifiestan en refranes, canciones, dichos, estereotipos y prácticas, etcétera, que tienen como consecuencia el rechazo, el aislamiento, la restricción o ala exclusión de

6 Toda/os diversa/os, iguales en derechos. Cuaderno sobre diversidad sexual y derechos humanos, HCHR, México, 2010. 7 Guía para la acción pública contra la homofobia… Op.Cit. p. 18. 8 Un estereotipo es la creencia popular o que asigna modelos fijos o atributos para caracterizar a determinado grupo poblacional, dictando características específicas sobre sus aspectos físicos, mentales o de comportamiento. Los estereotipos tienen la tendencia a empobrecer y desfigurar la realidad de acuerdo con los criterios de un supuesto “nosotros”. En: Guía para la acción pública contra la homofobia… Op. Cit… p. 20.

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una persona de los espacios públicos o de los servicios de salud, educa-ción y empleo, entre otros.

En tanto al estigma, hay que decir que este alude a:

“La marca física, social, cultural o de otro tipo que hace aparecer como diferente a una persona o grupo, pero también descalifica y reduce de

antemano el estatus de esa persona frente a la sociedad.”9

El estigma se presenta como algo natural a pesar de ser una construc-ción de un grupo o sector determinado dentro de un contexto histórico particular. A lo largo de la historia se ha manifestado en prácticas discri-minatorias como el antisemitismo, el racismo, el sexismo, la intolerancia religiosa, el clasismo, la xenofobia, la misoginia, la homofobia, etc.

El campo de la sexualidad está cargado de prejuicios que tienden a des-calificar a aquello que se considera inadmisible desde el punto de vista de los estereotipos convencionales. Por esto, la sexualidad y sus múl-tiples expresiones y vivencias, y dentro de esto la preferencia sexual, orientación sexual o identidad de género, son terrenos privilegiados de la moral discriminatoria.10

La discriminación por motivos de preferencia sexual, orientación sexual o identidad de género, según el CONNAPRED, se refiere a:

“Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en la orien-tación sexual o la identidad de género que tenga por objeto o por re-sultado la anulación o la disminución de la igualdad ante la ley o del reconocimiento, goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos

los derechos humanos y las libertades fundamentales.”11

En México, este tipo de la discriminación es una de las exclusiones con una gran carga de prejuicios culturales y sociales que estigmatiza y vio-lenta a las personas con orientaciones sexuales e identidades de género no normativas. Como consecuencia, éstas sufren la discriminación a tra-vés de: insultos, hostilidad, despido del lugar de trabajo, exclusión comu-nitaria. A esto también se suma la discriminación en los servicios de salud

9 Guía para la acción pública contra la homofobia… Op.Cit. p. 18. 10 Toda/os diversa/os, iguales en derechos. Cuaderno sobre diversidad sexual y derechos humanos, Op.Cit. p.24 y 25. 11 Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010, CONAPRED, México, 2011, p.47.

y en centros educativos.12

Para evitar esto, el personal de los servicios de salud deberá favorecer en las y los adolescentes y jóvenes el derecho a la información, respetar sus derechos sexuales y reproductivos y conocer el marco normativo e identificar el procedimiento a seguir ante situaciones de discriminación para su tratamiento cuando sean denunciadas.13

También hay que decir que el estigma, la discriminación y la violencia contra personas homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgénero, tra-vestis e intresexuales amenazan los esfuerzos para detener la epidemia de VIH/ Sida. 14 Por ello es necesario garantizar un acceso adecuado y libre de discriminación a los servicios de salud amigables.

La discriminación por preferencia sexual, orientación sexual o identidad de género tiene diferentes manifestaciones, una de ella es la homofobia, la cual se aborda a continuación.

12 Diversidad sexual, de género y orientación sexual”, en América Latina Genera, RSCLAC/PNUD, en http://www.americalatinagenera.org/es/index.php?option=com_content&view=article&id=301&Itemid=16613 Glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, VIH y SIDA para América latina y el Caribe (mimeo)…Op.Cit.14 Diversidad sexual, de género y orientación sexual”… Op.Cit.

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La homofobia se refiere a una práctica discriminatoria basada en el es-tigma sexual,1 el heterosexismo2 y el prejuicio sexual3 hacia las personas que tienen –o se supone que tienen4– prácticas sexuales con personas de su mismo sexo, o hacia las personas que asumen una identidad sexo-genérica distinta de la heterosexual o del género socialmente asignado a su sexo de nacimiento.5 La homofobia supone otras manifestaciones de la discriminación como la lesbofobia que se da en contra de las mujeres lesbianas y la transfobia hacia la población transgénero, travesti o transexual. Estas tienen ele-mentos en común con la homofobia y al mismo tiempo características específicas. En este Manual por ser un documento introductorio al tema, el término de homofobia se utilizará como un término generalizado para referirse a la discriminación por motivos de preferencia sexual, orienta-ción sexual o identidad de género; sin embargo, no por eso se dejará de reconocer la importancia que tienen las manifestaciones mencionadas como formas específicas de la discriminación hacia la diversidad sexual.

La homofobia hace evidente la heteronormatividad, lo cual implica que socialmente se reconoce a la heterosexualidad como una sexualidad do-minante que determina el “deber ser” y la norma a través de la cual se clasifican y valoran las demás orientaciones, manifestaciones e identi-dades sexuales y de género. Con esto se crea una distinción entre lo “normal” y lo que es aceptado como sexualidad sana, y lo “anormal”. Además, se estigmatiza a la homosexualidad como una sexualidad pato-lógica, inmoral, perversa, disfuncional, equivocada, problemática e inclu-so criminal. La consecuencia de esto es un temor basado en el prejuicio intolerante y que se manifiesta en desprecio, odio, rechazo y violencia hacia lo clasificado como lo “anormal”.6

Así, la homofobia se refiere a la intolerancia y el desprecio hacia perso-nas con orientación, identidad o prácticas y conductas diferentes a la

1 Es el conocimiento social compartido de lo negativo de los comportamientos, identidades, relacio-nes y comunidades no heterosexuales. En: La diversidad sexual y los retos de la igualdad y la inclusión… Op.Cit.2 Se refiere a la ideología cultural que perpetúa el estigma sexual. En: La diversidad sexual y los retos de la igualdad y la inclusión… Op.Cit.3 Alude a las actitudes negativas basadas en la orientación sexual. En: La diversidad sexual y los retos de la igualdad y la inclusión… Op.Cit.4 O sea, incluye a las personas heterosexuales percibidas como homosexuales. 5 Guía para la acción pública contra la homofobia… Op.Cit. p.21.6 Ibíd. p. 21.

Homofobia

heterosexual y que transgreden las convenciones sexuales y de género. 7

La homofobia está en estrecha relación con la denigración de lo femeni-no y el valor social que esto tiene en determinado contexto. Por ello, la homosexualidad en los hombres, su feminización y lo que es interpreta-do como falta de virilidad son severamente sancionados.8 Por otro lado, la violencia e inequidad de género, provoca que las mujeres bisexua-les y lesbianas sufran una doble discriminación, una por ser mujeres y otra, por tener una preferencia sexual distinta a la heterosexual, teniendo como consecuencia que estas sean víctimas de violencia por la familia y comunidad que, de manera general, buscan controlar su sexualidad.9

La homofobia trasciende lo individual, en tanto que es una práctica que tiene causas y consecuencias en el entramado social. Por ello, esta no se puede entender solamente como un comportamiento de una persona hacia otra o hacia un grupo. Sin embargo, aunque la homofobia se cons-truya en lo social, esta no se justifica a nivel individual como una con-ducta disculpable, no intencional, sino como una práctica social y una responsabilidad de determinados individuos o instituciones con conse-cuencias en individuos concretos.

Las expresiones de la homofobia son el odio, rechazo -en el trabajo, en su comunidad, en la escuela, en grupos e instituciones religiosas y en sus propios hogares-, ridiculización, negación de servicios - incluyendo los de salud-, estereotipos y estigmas -reproducidos por las personas, por las instituciones o por los medios de comunicación-, humillación, rupturas familiares, abandono, invisibilidad, opresión y otras formas de violencia, que causan daño o perjuicio a las personas en la esfera de su dignidad por cuestiones de sus prácticas, orientaciones o identidades sexogenéricas, y que en casos extremos provocan la muerte. 10,11

7 Duranti, Ricardo. Diversidad sexual: conceptos para pensar y trabajar en salud, OPS/ONUSIDA/UNFPA/PNUD/Dirección de Sida y ETS, Buenos Aires, 2011.8 “Diversidad sexual, de género y orientación sexual”. América Latina Genera…Op.Cit. 9 Guía para la acción pública contra la homofobia… Op.Cit., p. 25. 10 Ibíd. p. 2111 “Discriminación, Diversidad Sexual.” 05/2012. http://www.conapred.org.mx/redes/in-dex.php?contenido=pagina&id=145&id_opcion=48&op=48 .

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Debido a que la homofobia no existe ni se da de manera aislada de otras formas de discriminación social,1 las y los adolescentes y jóvenes de la diversidad sexual son una población vulnerable en materia de salud.En este contexto, la Declaración Ministerial “Prevenir con educación” re-conoce que las relaciones desiguales de género y entre grupos de edad, las diferencias socioeconómicas y culturales y las orientaciones e identi-dades sexuales individuales incrementan la vulnerabilidad a la infección por VIH/ITS.

Esto se suma a otros factores como la vulnerabilidad biológica provo-cada por la mayor transmisión en el sexo anal y a la elevada prevalencia entre potenciales parejas;2 la falta de conocimiento de los servicios de salud sobre las prácticas sexuales de la población LGTTTBI debido a los tabúes, ocultando así los riesgos que conllevan y siendo un obstáculo para la falta de información acerca de la prevención; y la homofobia a nivel institucional.3 Esta última es evidente a través de la exclusión de personas de la diversidad sexual de los servicios de salud, la estigmati-zación, los malos tratos, o cualquier tipo de violencia, por parte del per-sonal que labora en tales servicios, o bien la falta de adecuación de las necesidades sanitarias de las poblaciones de gays, lesbianas, travestis, transexuales, transgénero, bisexuales e intersexuales.

Además de lo anterior, las y los adolescentes y jóvenes que sufren de dis-criminación por orientación sexual sufren de la exclusión de la mayoría de formas disponibles de intervenciones para la prevención del VIH, no cuentan con la información acerca de cómo acceder a ellas o no pueden hacerlo, o sienten que esos programas no son apropiados para sus ne-cesidades.4

La vulnerabilidad de la que son objeto las y los adolescentes jóvenes ho-mosexuales, lesbianas, travestis, transexuales, transgénero, bisexuales e

1 Pecheny, Mario y Jones, Daniel, Guía de acciones estratégicas para prevenir y com-batir la discriminación por orientación sexual e identidad de género: Derechos humanos, salud y VIH, ONUSIDA, Río de Janeiro, 2006, 29 p.p. 2 Ídem. 3 También está la social o interpersonal que es la que” circula entre las personas a partir de creen-cias, transformando la potencialidad de los prejuicios acerca de la homosexualidad en acto” y la personal o internalizada la cual “se constituye a partir del sistema personal de valores, creencias, juicios, mandatos, actitudes, etc. que la persona va incorporando desde el momento en que nace, cuando se le asigna un sexo y se le cría/educa en función de esa asignación.” En: Diversidad sexual: conceptos para pensar y trabajar en salud…Op.Cit. 4 Declaración Ministerial de la Ciudad de México “Prevenir con Educación”. Prin-cipios fundamentales de la Declaración…Op.Cit.

Homofobia, vulnerabilidad y salud

intersexuales5 ante el VIH/SIDA es de gran emergencia en México ya que según el CENSIDA, los hombres que tienen sexo con hombres, son de los sectores poblacionales en donde se concentra la epidemia. 6 El 32% de los casos registrados de SIDA en hombres refieren una categoría de transmisión por relaciones sexuales homosexuales y el 22% bisexuales. El 41% indica la vía heterosexual, lo cual según la institución, esto podría estar sobre reportado ya que muchos hombres no se asumen homo-sexuales aunque tengan sexo con otros hombres. Por otra parte, el 86.6% de los casos registrados de SIDA en mujeres refieren una categoría de transmisión por relaciones sexuales heterosexuales. Ante, esto resulta necesario ofrecer servicios de salud amigables, adecuados, incluyentes y libres de discriminación.

El VIH/SIDA debe ser una prioridad en los servicios de salud para ado-lescentes y jóvenes de la diversidad sexual, sin embargo, también deben de considerarse otros padecimientos que afectan su salud física, mental, sexual y reproductiva. Por ejemplo, la angustia, la depresión, el estrés, los crímenes y actos de violencia que les afectan y que por causas socio-culturales no son sancionados y sus perpetradores no son investigados y condenados.

5 Incluyendo a las y los jóvenes que ejercen trabajo sexual o prostitución. 6 Otros sectores están representados por personas que realizan trabajo sexual y personas que usan drogas inyectables.

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Servicios de salud amigables para jóvenes y adolescentes y sensibles a la diversidad sexual

La Declaración Ministerial “Prevenir con educación” señala que los servi-cios de salud deben abordar las necesidades particulares de quienes se encuentran en mayor riesgo y sean más vulnerables como lo son ado-lescentes y jóvenes homosexuales, bisexuales, lesbianas, transgénero, travestis e intersexuales.

En este marco, el respeto a la igualdad, dignidad, a los derechos sexua-les y reproductivos de las y los jóvenes y adolescentes de la diversidad sexual y la no discriminación por motivos de preferencia sexual, orienta-ción sexual o identidad de género representan aspectos fundamentales a tomar en cuenta por los servicios de salud con el propósito de que es-tos sean amigables, adecuados, incluyentes y sensibles a las necesidades de la personas de la diversidad sexual.

Para esto es fundamental que los servicios y profesionales estén prepa-rados/as en aspectos técnicos y de sensibilización hacia las personas cuya sexualidad no se ajuste al modelo heterosexual y/o cuya identidad de género no corresponda al modelo binario masculino/femenino.1 Tam-bién tendrán que garantizar el acceso igualitario, promover el respeto a la orientación sexual e identidad de género y respetar las necesidades específicas de las personas de la diversidad sexual, combatiendo el pre-juicio y la discriminación.

Además, es importante ofrecer capacitación acerca del mejor cuidado de diferentes grupos de ITS, como por ejemplo las enfermedades del recto, ano y colon, lo cual podría mejorar el diagnóstico y tratamiento precoz de las ITS.

Otro elemento esencial a considerar por los servicios de salud amigables es el acceso universal a los tratamientos antiretrovirales, especialmente a la población LGTTTBI; además del establecimiento de acciones de pre-vención, atención, cuidado y apoyo en VIH/SIDA que sean culturalmen-te adecuadas para esta población, servicios de prevención secundaria y terciaria específica, consejería para sexo más seguro y provisión de condones y tratamiento de ITS.

1 Pecheny, Mario y Jones, Daniel, Guía de acciones estratégicas para prevenir y com-batir la discriminación por orientación sexual e identidad de género: Derechos humanos, salud y VIH, ONUSIDA, Río de Janeiro, 2006.

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Cultura de la denuncia

En México ha habido avances importantes en materia de derechos sexuales y reproductivos, no discriminación, información y a la educa-ción, universalidad y cobertura en servicios de salud, en los derechos de las y los niños, adolescentes y jóvenes, las mujeres, de quienes viven con VIH/SIDA u otras ITS y las personas de la diversidad sexual, entre otros colectivos.

Aún hay grandes retos y obstáculos al respecto, tanto en lo cultural como en lo institucional y lo normativo; sin embargo, resulta fundamental reco-nocer, promover y emplear la cultura de la denuncia la cual representa un instrumento de participación ciudadana en la defensa de los derechos y el apego a la ley.

La cultura de la denuncia tiene como propósito que la sociedad civil de a conocer a las autoridades competentes a nivel municipal, estatal o federal, cualquier acto delictivo que agravie la integridad física, moral o psicológica de una persona, a un grupo de personas o bien a una comu-nidad.

En el país, la administración pública tiene órganos competentes para dar cabida a las denuncias que la ciudadanía realice. Por ejemplo, las de-nuncias formales podrán presentarse en agencias del Ministerio Público, delegaciones del Ministerio Público y estaciones de policía, las cuales trabajan 24 horas todos los días.

En el proceso, es importante conocer cuáles son los derechos de las y los adolescentes y jóvenes que están siendo violados; conocer las leyes y tratados que definen tales derechos; tener claridad sobre las obliga-ciones de la función pública que no fueron cumplidas y que motivaron el agravio; saber a qué instancia acudir para hacer la denuncia; de pre-ferencia, contar con las pruebas que sustenten la denuncia; estar cons-ciente de que se iniciará un procedimiento administrativo en el que es necesario invertir tiempo y de los beneficios, riesgos y consecuencias de la denuncia; estar al tanto de los procedimientos necesarios para hacer una denuncia dependiendo del agravio; conocer la manera en que tiene que emitirse la denuncia según las normas, lo cual implica seguir los re-quisitos pertinentes, como por ejemplo:

• Hacer la denuncia en forma escrita, oral o por medio de una na-rración. Actualmente las denuncias pueden ser hechas de ma-

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nera anónima, por teléfono o vía electrónica. Sin embargo, de-pendiendo el caso será preciso ratificar el hecho ante alguna autoridad para dar paso a su investigación.

• Firmar la denuncia en caso necesario.

• Otorgar información del agraviado como el nombre, apellido, edad, profesión, lugar de nacimiento, domicilio, teléfono.

• Entregar documentos probatorios (actas, fotos, videos, etc.).

• Dar información que identifique agraviante.

• Describir el lugar de los hechos.

La cultura de la denuncia es fundamental en el respeto de los derechos humanos y el acceso a la justicia ya que incentiva a poner de conoci-miento de una autoridad un delito. La denuncia es el inicio de las in-vestigaciones necesarias para resarcir justicia a la víctima. Además, la cultura de la denuncia conlleva el hacer público vejaciones, agresiones y discriminación de la que son objeto ciertos sectores poblacionales y de los riesgos más frecuentes a los que se enfrentan. La denuncia tendrá un efecto multiplicador motivando a las personas que no habían usado esta herramienta.

Es posible realizar denuncias sobre delitos sexuales, explotación sexual, discriminación por motivos de preferencia sexual, orientación sexual o identidad de género, la violación al derecho a la salud, a la información, a la educación y delitos derivados de la violencia intrafamiliar en perjui-cio las y los adolescentes y jóvenes, prostitución de menores, privación ilegal de la libertad, tráfico de personas, abuso sexual, homicidio, entre otros.

En México, existen entidades gubernamentales federales y estatales, especializadas en niñas y niños, adolescentes y jóvenes, mujeres, perso-nas con VIH/SIDA y de la diversidad, las cuales no sólo dan cabida a de-nuncias, sino también tramitan quejas y realizan investigaciones sobre presuntas violaciones a los derechos humanos, informen a adolescentes y jóvenes acerca de sus derechos en materia de sexualidad, a dónde dirigirse en caso de haber sufrido una violación a sus derechos o un

delito. Asimismo, organizaciones de la sociedad civil brindan atención, orientación en caso de violaciones a los derechos y orientación y acom-pañamiento al realizar la denuncia o bien, durante el proceso jurídico.

Cabe señalar que las instancias federales tienen sus contrapartes en cada entidad federativa, que buscan dar respuesta a las necesidades de la po-blación, por lo que se sugiere conocer la dependencia en cada estado.1 Del mismo modo, hay organizaciones de la sociedad civil a lo largo de la República Mexicana, las cuales buscan dar propuestas a problemas foca-lizados en cada región del país. Por ello, se sugiere explorar cuáles son éstas y los servicios que ofrecen. Además, se llama a informarse, según el delito, los mecanismos de denuncia de cada entidad y el marco norma-tivo que la rige y que protege la salud sexual, la salud reproductiva, los derechos sexuales y reproductivos de jóvenes y adolescentes.

A continuación se brinda un pequeño directorio de instituciones guber-namentales relacionadas con las y los jóvenes y adolescentes, sexuali-dad, derechos humanos y a través de las cuales se puedan hacer denun-cias, quejas o bien recibir orientación al respecto.

1 Por lo general, la información básica se encuentra en la página web de cada dependencia.

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Comisión Nacional de Derechos Humanos

Secretaria de Salud

Secretaría del Trabajo y Previsión Social

DIF

Instituto Nacional de las Mujeres

Comisión Nacional de Derechos Humanos

Defensoría de Oficio

Instancia ¿Qué es? Misión Algunos de los servicios que brinda Contacto

Organismo autónomo, con personalidad ju-rídica y patrimonio propios, perteneciente al Estado mexicano.

Secretaría de estado con instancias en cada entidad federativa

Secretaría de estado con instancias en cada entidad federativa.Secretaría de estado con instancias en cada entidad federativa

Organismo autónomo, con personalidad ju-rídica y patrimonio propios, perteneciente al Estado mexicano.

Institución del Gobierno Federal con instan-cias en cada entidad federativa.

Organismo con autonomía técnica y de ges-tión, dependiente del poder ejecutivo de cada entidad federativa.

Proteger y defender los derechos humanos consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Contribuir a un desarrollo humano justo in-cluyente y sustentable, mediante la promo-ción de la salud como objetivo social com-partido y el acceso universal a servicios integrales y de alta calidad que satisfagan las necesidades y respondan a las expectativas de la población.

Fortalecer la política, entre otros elementos, construyendo relaciones laborales basadas en una distribución equitativa del trabajo y atender los conflictos colectivos, a fin de mantener la paz laboral.

Proteger y defender los derechos humanos consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Dirigir la política nacional para lograr la igual-dad de oportunidades entre mujeres y hom-bres

Proporcionar obligatoria y gratuitamente los ser-

vicios de defensa jurídica en materia penal, a las

personas que carezcan de defensor particular; y ase-

soramiento en materia civil, familiar, mercantil, admi-

nistrativa y laboral, a las personas que acrediten la

necesidad de asistencia por no estar en condiciones

de retribuir los servicios de un abogado.

Recibe quejas sobre presuntas violaciones a los derechos humanos, e investiga presuntas violaciones a los derechos humanos.

Atención médica y psicológica de la violencia familiar y se-xual

Asesoría a víctimas de acoso y hostigamiento sexual en cen-tros de trabajo.

Apoyo jurídico, psicológico y social a personas en situación de maltrato, abuso, abandono y/o desamparo.

Recibe quejas sobre presuntas violaciones a los derechos humanos, e investiga presuntas violaciones a los derechos humanos.

Asesoría jurídica y orientación psicológica personalizada a mujeres víctimas de violencia, psicoterapia en grupos de mutua ayuda con perspectiva de género, atención a pro-blemáticas varias, pláticas y talleres de sensibilización en género, paternidad responsable, masculinidades y violencia, bolsa de trabajo.

Servicios de asesoría, asistencia y defensa jurídica a los adolescentes que tengan el carácter de acusados en Materia Penal.

Federal: Información telefónica: 56 81 81 25 extensiones 1127 y 1129; Coordinación de Guardias (atención las 24 horas) 56 81 51 12 ó 56 81 81 25 extensiones 1123 y 1242. Fax 56 81 84 90.Teléfono de larga distancia gratuita 01 800 715 2000.Consultar las Comisiones Estatales de Derechos Humanos de cada entidad federativa.

http://clues.salud.gob.mxConsultar según la entidad federativa

Periférico Sur 4271, Tlalpan, Distrito FederalTeléfono:01 55 5645 1220

Consultar según la entidad federativa.

Federal: Información telefónica: 56 81 81 25 extensiones 1127 y 1129; Coordinación de Guardias (atención las 24 horas) 56 81 51 12 ó 56 81 81 25 extensiones 1123 y 1242. Fax 56 81 84 90.Teléfono de larga distancia gratuita 01 800 715 2000.Consultar las Comisiones Estatales de Derechos Humanos de cada entidad federativa.

Información telefónica del DF: 53 22 42 00 Lada sin costo: 01 800 0 911 466

Consultar según la entidad federativa

Consultar según la entidad federativa.

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Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia

Fiscalía especializada para la atención de delitos contra la salud

Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas

Dirección General de Atención a Víctimas del Delito

Agencias estatales especializadas en Asuntos del Menor e Incapaz

Agencias especializadas en Delitos Sexuales

Centro nacional de atención ciudadana

Instancia ¿Qué es? Misión

Servicio de la PGR.

Dependencia de la PGR

Agencias del Ministerio Público de cada es-tado

Agencias del Ministerio Público de cada es-tado

Dependencia de la PGR

Dependencia de la PGR

Dar atención a la denuncia ciudadana

Proporcionar, orientar y asesorar jurídicamente a las vícti-mas y ofendidos del delito en el orden federal, promover que se garantice y haga efectiva la reparación del daño e intervenir para que se les proporcione atención médica, psi-cológica y asistencial.

Federal:Reforma 72, tercer piso, Col. Guerrero, Del. Cuauhtémoc, C.P. 06300, Distrito Federal.Teléfonos: 53 46 42 14 y 53 46 42 16.Horario de atención: lunes a viernes de 09:00 a 19:30 horas.Cada estado cuenta con una unidad.

Dirigir la política nacional para lograr la igual-dad de oportunidades entre mujeres y hom-bres

Facilitar el acceso de la ciudadanía propor-cionando un contacto ágil y gratuito entre las instancias sustantivas de la PGR, responsa-bles de la atención de las denuncias.

Algunos de los servicios que brinda Contacto

Atiende casos de maltrato, descuido y abuso sexual entre miembros de la misma familia; proporciona servicios gratui-tos de orientación social, jurídica y psicológica; da atención a grupos, con la finalidad

Concertación y enlace con diversas instituciones para la rea-lización de programas de prevención de delitos federales contra la salud.

Recibe denuncias y comentarios a través de un buzón elec-trónico

Atiende y canaliza las denuncias de la ciudadanía, propor-cionando orientación a las victimas o testigos de un delito a través de un servicio telefónico.

Consultar según la entidad federativa.

http://www.pgr.gob.mx/servicios/mail/plantilla.asp

http ://www.pgr.gob.mx/serv ic ios/mai l/p lant i l la .asp?mail=25

Consultar según la entidad federativa.

Consultar según la entidad federativa.

Información telefónica del DF: 53 46 15 40.Desde cualquier estado de la República: 01 800 00 85 400, las 24 hrs. los 365 días del año

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Unidad especializada en investigación de delitos cometidos por servidores públicos y contra la administración de justicia

CONAPRED

TelSIDA

Dirección General de Atención a Víctimas del Delito

SiRSeQ (Sistema de Registro y Seguimiento de Quejas)

Instancia ¿Qué es? Misión

Órgano de Estado sectorizado a la Secretaría de Gobernación.

Dependencia de la PGR

Servicio del Centro Nacional para la Preven-ción y el Control del VIH/SIDA (CENSIDA)

Servicio del Centro Nacional para la Preven-ción y el Control del VIH/SIDA (CENSIDA)Servicio del Centro Nacional para la Preven-ción y el Control del VIH/SIDA (CENSIDA)

Dependencia de la PGR

Contribuir a que toda persona goce sin discri-minación de todos los derechos y libertades consagrados en el orden jurídico mexicano.

Dirigir la política nacional para lograr la igual-dad de oportunidades entre mujeres y hom-bres

Proporcionar, orientar y asesorar jurídicamente a las vícti-mas y ofendidos del delito en el orden federal, promover que se garantice y haga efectiva la reparación del daño e intervenir para que se les proporcione atención médica, psi-cológica y asistencial.

Federal:Reforma 72, tercer piso, Col. Guerrero, Del. Cuauhtémoc, C.P. 06300, Distrito Federal.Teléfonos: 53 46 42 14 y 53 46 42 16.Horario de atención: lunes a viernes de 09:00 a 19:30 horas.Cada estado cuenta con una unidad.

Algunos de los servicios que brinda Contacto

Recibe denuncias y querellas respecto a hechos probable-mente constitutivos de delito del orden federal cometidos por servidores públicos a través de un buzón electrónico.

Recibe quejas por presuntos actos de discriminación im-putables a personas físicas o morales o reclamaciones pre-suntos actos de discriminación atribuidos a autoridades o servidores públicos federales en ejercicio de sus funciones o con motivo de ellas.Asesora a los o las peticionarios (as), que presuntamente hayan sido discriminadas, respecto de los derechos que les asisten y los medios con los que cuentan para hacerlos va-ler y orienta en la defensa de los citados derechos ante las instancias correspondientes por tratarse de un asunto en el que no se surte la competencia legal del CONAPRED.

Ofrece un directorio de las diferentes instituciones o cen-tros de atención en el país a donde se canaliza a las y los usuarios de acuerdo a sus dudas o necesidades (ubicación de CAPSITS y otros servicios de salud en los estados, prue-bas rápidas y tradicionales de detección del VIH, medica-mentos antirretrovirales, consejería, intervención en crisis, sexualidad, percepción del riesgo de infección, e informa-ción relacionada en general)

Sistema telefónico de recepción de quejas a través de la lí-nea de orientación e información TelSIDA. Tiene un carácter confidencial con el lineamiento de resolver cada queja a la brevedad posible, ya sea en refe-rencia a medicamentos o para canalizar y derivar las quejas a las instancias correspondientes, como la Comisión Nacio-nal de los Derechos Humanos (CNDH) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONPRED)

http://www.pgr.gob.mx/servicios/mail/plantilla.asp?mail=13

Teléfono gratuito: 01-800-543-0033.

Para recepción de documentos, la cual se encuentra abierta para el público en general en un horario corrido de lunes a viernes, de 9:00 a las 18:30 horas, en la planta baja en Dante No. 14, Col. Anzures, C.P. 11590Deleg. Miguel HidalgoMéxico, D.F. Teléfono: 52 62 14 90 Ext. 5418

Información telefónica del DF y zona metropolitana al 5207-4077, y sin costo de los estados al 01-800-712-0886 y 01-800-712-0889.Horario de atención: de lunes a viernes de 08:30 a 21:30 horas

Información telefónica del DF y zona metropolitana al 5207-4077 y sin costo de los estados al 01-800-712-0886 y 01-800-712-0889.

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