serna, justo, pons, anaclet. la historia cultural - cap i, los preparativos del viaje. mapa y...

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1 LOS PREPARATIVOS DEL VIAJE. MAPA Y DESTINOS Naturaleza y cultura La historia cultural es probablemente uno de los dominios más innovadores de las últimas décadas, aquel sector en el que seguramente se están haciendo los avances más destacados, más deslumbrantes, más controvertidos, tal vez por los muchos y variados temas que sus practicantes se proponen investigar. En el terreno historiográfico, claro. En efecto, sus objetos se multiplican sin cesar, abarcando no solo la literatura, el arte, el pensamiento, que han sido sus dominios tradicionales, eso que en otro tiempo se llamó la alta cultura, sino también otras elaboraciones humanas a las que se les suponía escaso prestigio o menor brillo. De acuerdo con esto, sería propio de la historia cultural de hoy en día todo producto humano que nos distanciara de la naturaleza, que nos sirviera para edificar un entorno propiamente artificial: es por eso que se habla de cultura material, popular, de masas, gastronómica, sexual, etcétera. De lo visto a lo leído, desde los artefactos visuales hasta el libro, desde los utensilios hasta el arte, todos esos productos cabrían bajo su dominio. Eso no significa que la historia cultural absorba los géneros y especialidades tradicionales: la historia de la literatura, la del arte, la de la ciencia, la de la música, etcétera. Lo que quiere decir es que esos objetos abordados por los especialistas son vistos ahora

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SERNA, Justo, PONS, Anaclet. La Historia Cultural - Cap I, Los Preparativos Del Viaje. Mapa y Destinos, p. 5-30)

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1LOS PREPARATIVOS DEL VIAJE. MAPA Y DESTINOSNaturaleza y culturaLa historia cultural es probablemente uno de los dominios ms innovadores delas ltimas dcadas, aquel sector en el que seguramente se estn haciendo los avancesms destacados, ms deslumbrantes, ms controvertidos, tal vezpor los muchos yvariados temas que sus practicantes se proponen investigar. En el terrenohistoriogrfico, claro. En efecto, sus obetos se multiplican sin cesar, abarcando no solola literatura, el arte, el pensamiento, que han sido sus dominios tradicionales, eso que enotro tiempo se llam! la alta cultura, sino tambin otras elaboraciones humanas a las quese les supon"a escaso prestigio o menor brillo. #e acuerdo con esto, ser"a propio de lahistoria cultural de hoyen d"a todo producto humano que nos distanciara de lanaturaleza, que nos sirviera para edificar un entorno propiamente artificial$ es por esoque se habla de cultura material, popular, de masas, gastron!mica, se%ual, etctera. #elo visto a lo le"do, desde los artefactos visuales hasta el libro, desde los utensilios hastael arte, todos esos productos cabr"an bao su dominio. Eso no significa que la historiacultural absorba los gneros y especialidades tradicionales$ la historia de la literatura, ladelarte, ladelaciencia, ladelamsica, etctera. Loquequieredeciresqueesosobetos abordados por los especialistas son vistos ahora como productos compleos quese relacionan entre s" a travs de esa mirada cultural que aprecia sus v"nculos, de modoque un libro tal vez tenga ms en comn con un lienzo o con un programa televisivo quecon otro volumen perteneciente al mismo gnero. Eso obliga al historiador cultural nosolo a saber de literatura o arte, sino a franquear los dominios y las fronterasacadmicas.El sentido podr"a ser pr!%imo, salvando las distancias, al que propusiera &arcel&auss ensuEnsayosobrelos dones. El regalo, quees indudablementeunobetocultural, eraobservadoporaquel soci!logofrancscomounhechosocial total$ losobsequios tienen un coste y, por tanto, son hechos econ!micos' pero los presentes sontambin gestos de amistad, de apaciguamiento, de obligaci!n, de reconocimiento,individual y colectivo, aparentemente voluntarios aunque a la postre obligatorios en lamedida en que implican devoluci!n. Etctera. ( este eemplo que proponemos no ese%temporneo ni forzado, pues ha sido e%presamente abordado por una de las grandeshistoriadoras culturales, )atalie *emon #avis, en su Essai sur le don dans la France duXVle sicle. +,uin se atrever"a a decir que el regalo es un asunto menor, balad", o quesolo merece ser tratado desde un nico punto de vista- .l igual que la transferencia deobsequios es susceptible de ser analizada desde la historia cultural, numerosos obetos oactos de la vida cotidiana de hoy y del pasado pueden y deben ser estudiados as". /onnuestros productos y son nuestra elaboraci!n, aquello que nos hace artificiales, aquelloquenosdistanciadelanaturaleza, inclusoconnuestropropiocuerpo, porsupuesto,hacemos cosas que van ms all del organismo$ la sonrisa, por eemplo. 0omo indicaba1emo 2odei, si diramos que ese gesto es una contractura muscular, estar"amos en locierto, pero ser"a una e%plicaci!n muy insatisfactoria, muy reduccionista. 3abr"a, pues,que completarla a4adiendo que tiene un significado en conte%to, que forma parte de unadeterminada cultura en la que una sonrisa o un gui4o tienen un sentido que va ms allde la reacci!n puramente f"sica.0omo el lector podr apreciar, hay en esta idea, la de la cultura como dispositivoque nos alea de la naturaleza, una influencia ms o menos e%pl"cita de grandes te!ricosy pensadores del siglo 55 que podemos ver refleada en esa ltima historia cultural.3ablamos, por eemplo, de /igmund 6reud. .ceptamos por convenci!n, lo damos porsabido y evidente, que la cultura es lo opuesto a la naturaleza. 6reud lo de! dicho paradiscernir las posibilidades del psicoanlisis. La naturaleza es lo universal, lo que se daaqu" yall, antesydespus, loqueesnecesidadye%igenciaprimarias, loque, enprincipio, es instinto animal. #e modo que, por eemplo, abalanzarse sobre los frutoscrudos,comerysaciar elhambre, son requerimientos que nos acucian atodos,perorecolectar, cocinar, disponer la mesa, preparar los cubiertos y presentar los manares sonya artificios culturales que var"an temporal y espacialmente. Es sabido que, a partir deesas distinciones, de lo que separa lo crudo de lo cocido, 0laude Lvi7/trauss construy!algunos de sus argumentos principales sobre la diversidad cultural y sobre esesolapamientoquees lareglayel artificioconqueabordamos ysatisfacemos lasnecesidadesnaturales.. elloa4adi!, enclavemuyfrancesa, quehayunainstanciaintermediaalaquebienpodr"amos llamarcivilizacinyqueenglobar"alas pocasprescripciones y prohibiciones, las pocas reglas, que son efectivamente universales, esdecir, que siendo artificiales estar"an presentes en todas las culturas. 8ero no es esto loque ahora nos interesa, sino aquella contraposici!n de la que part"amos.9Es decir, lo natural es lo que de entrada no producen o controlan los hombres,sinolo que :es sobreviene sin elgobierno de su voluntad,ese dominio en el que laintervenci!n humana es siempre aprendida, e%tema, postiza, posterior. En principio, lasmonta4as y los r"os, los terremotos y las tormentas, no son causados por los individuos'comotampocolamaterialidadmismadenuestrocuerpoysusnecesidadessonunaelaboraci!n intencional de las personas. )acemos con un organismo, pero nadie nos hamoldeado a su antoo' tenemos hambre o urgencias se%uales, pero nadie ha decidido queesto sea as" ni cundo deben ser satisfechas esas presiones acuciantes de nuestro cuerpo.Lo que somos es, desde este punto de vista, naturaleza, algo que se nos impone y que esfruto, llammoslocomoqueramos, delanecesidad, del azar, delachiripaodelacombinaci!ndefactores. 8ero, evidentemente, ademsdeeseorganismoconel quehemos nacido, y adems del espacio silvestre que nos envuelve y ante el que somos unaparte infinitesimal que poco o nada puede, hay algo ms$ hay, en efecto, otra dimensi!na la que convendremos en llamar cultura.Lo cultural parece ser el dominio de los seres humanos, aquella esfera que ellosmismos han producido individual o colectivamente, reciente o remotamente, deliberadao inconscientemente. La cultura es un molde, una demarcaci!n que delimita los confinesde lo humano. 8or un lado, es todo aquello que nos alea de los animales, es una fronterafrente a lo natural, como lo es la choza que alguien construye para protegerse de lasamenazas de las bestias y de la adversidad meteorol!gica. 8or otro, lo cultural se dacuando modificamos esa naturaleza que es constitutiva de los individuos o del entornoque les rodea. Es decir, el bosque feraz, aquel en el que los rboles arraigan y crecen sinconcursohumano, puedeser domesticado, sometido, alterado, colonizado, reducido,eliminado. Esto es, el cuerpo material, los !rganos con que la naturaleza nos dota, soloes una posibilidad que debe actualizarse a partir del adiestramiento propiamente culturaldelos sentidos, uncompendiodefunciones posibles quedebemos aprender yquedebern ser activadas. Los entra4ables eemplos de aquellos relatos de ni4os salvaes,que tanta fortuna tuvieron en el siglo 5:5 ;como el del clebre ipling,El libro de la selva, son, entre otros,casos de ese enigma +Es posible hacerse humanos sin el concurso de otros semeantes,sin el au%ilio de la cultura-&s an, ese cuerpo y sus requisitos los revestimos. 0omo dec"amos, el hambre11? se sacia simplemente arrancando el fruto silvestre del rbol que ya estaba all", sinoque lo alcanzamos y lo desprendemos, lo cultivamos o lo cocinamos. Es decir, la culturanoessoloesel"mitequelos sereshumanos imponenalanaturaleza, sinoqueestambin prolongaci!n. 8ara que la marcha erecta de los primeros hom"nidos fuera reglay luego necesidad, las manos desarrollaron funciones cada vez ms amplias. El apndicesuperior se convierte en e%tensi!n y en herramienta./irve para arrancar y agarrar elfruto' sirveparaconstruirnidosytechumbres' sirvecomoarmaygarrote..l final,tantas funciones afinanhereditariamenteel instrumento. @peraciones cadavezmscomplicadas se realizan, con ese perfeccionamiento capaz de crear portentos$ desde elhacha de s"le% hasta los cuadros de roeber y >lucJhohn en un obeto indispensable y prometedor.Esto, a su vez, abrir una brecha en el s!lido edificio funcionalista, brecha por laque en las dcadas posteriores, a finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta,irn filtrndose perspectivas y corrientes, ms o menos aleadas de 8arsons.#e entretodas ellas, ciertas teor"as pondr"anel nfasis enlas esferas simb!licas enquesedesenvuelvenlosindividuos. Enparticular hablamosdel interaccionismodeGeorge3erbert &ead y de las microsociolog"as que triunfan a partir de Erving Goffman, comotambin, por eemplo, la etnometodolog"a de3aroldGarfinJel o, en fin, lafenomenolog"a de 8eter2erger y Dhomas LucJmann. 8ero unto a estos nombres hayotro cuya importancia ser mayor y cuya influencia ser decisiva en lo que podemosllamar el giro cultural de las ltimas dcadas. .ludimos a 0lifford Geertz, otro de losahiados inconformistas de DalcoQ 8arsons. )os referimos, pues, a un antrop!logo, quea comienzos de los setenta, con Lei interpretaci!n Ne las culturas, parece dar el cierredefinitivo al vieo funcionalismo, cuya hegemon"a estaba en declive desde tiempo atrs.8erodeemosdemomentoaesteetn!logo, quetandecisivovaaserenlahistoriacultural de las ltimas dcadas, y regresemos a >roeber y >lucJhohn, los primeros quesubrayaron abiertamente la dimensi!n simb!lica.+0ul hab"a sido la definici!n que estos autores ofrec"an de la cultura en 1HCI,enplenahegemon"aparsoniana-Lacultura, dec"an, es unsistemadesignificados,actitudes y valores compartidos, as" como de formas simb!licas a travs de las cuales see%presa y se encarna. Es una definici!n til, amplia, operativa, una definici!n que, sinembargo, e%cluyee%presamentelasinstituciones, comoyave"amos. +Esque, acaso,estas no forman parte de la dimensi!n cultural de la actividad humana- En cualquiercaso, apesardeloscargosquepudieranhacrselesodelase%clusionesdelasquepart"an sus autores, la definici!n de >roeber y >lucJhohn habr"a de ser enormementeinfluyente a lo largo de las dcadas sucesivas y en diversas disciplinas. +Diene algo quever esta idea de la cultura con la que nosotros mismos plantebamos al inicio de estaspginas- +/e aprecia en lo que dec"amos la influencia remota de >roeber y >lucJhohn-.unque nosiempre coincidanlos referentes, comoes el casode 6reud, hay, sinembargo, en nuestras primeras pginas un nfasis deliberado, tambin Keberiano, en ladimensi!n significativa y simb!lica como lo propio de la cultura. En ello no decimosnada sustancialmente nuevo que no hubieran dicho o esbozado con anterioridad >roebery >lucJhohn.8or eso, no sorprender que uno de los primeros historiadores que se propusorenovar la viea historia cultural partiera de esa conceptualizaci!n. En efecto, en 1HEO,cuando 8eter 2urJe public! en ingls su clebre libro $a cultura !o!ular en la Euro!a#oderna, que tanta influencia ha llegado a tener en este campo, empezabareproduciendo aquella definici!n clsica y esa opci!n era suficientemente significativa..s" pues, tambin para nuestros prop!sitos es este un punto de partida adecuado puestoque8eter2urJenofueelnicoenaceptarlautilidadprcticadeestereferente, suoperatividad. .s", en 1HO?, cuando se publica la versi!n italiana de ese volumen, quiense encarga de introducirlo es 0ario Ginzburg, otro de los historiadores que tambin sepropon"arenovar losestudios delaculturapopular. 8uesbien, enesebrevete%to,Ginzburg valoraba positivamente la definici!n de >roeber y >lucJhohn reproducida por2urJe. ( emit"a este uicio porque a su entender era una propuesta elstica e inclusiva,aunque a la vez reconociera que no bastaba, que faltaban por incorporar otros elementosde la cultura que los estudiosos norteamericanos no hab"an tenido en cuenta y que, porel contrario, las tradiciones europeas contemplaban..dmitido esto, cabr"a preguntarse qu historia cultural iba a desarrollarse desdefinalesdelossetentapartiendodeesadefinici!nyquobetosser"anlostratados.&uchos a4os despus, en 1HH1,el propio 2urJe volver"a sobre el particular al escribire% !roesouna introducci!n a la edici!n espa4ola de $a cultura !o!ular en la Euro!a#oderna. 0on la e%periencia que le daban el periodo transcurrido, su propia19investigaci!n y la lectura de las muchas obras que hab"an ido apareciendo sobre estecampo, llegaba a la conclusi!n de que el concepto de cultura se hab"a vueltoproblemtico conforme se le hab"a ido atribuyendo un sentido cada vez ms amplio. #eese modo, insist"a, este trmino se empleaba ahora y cada vez ms para designar todoaquello que pudiera ser aprehendido de una determinada sociedad ;comer, beber, andar,hablar, callar, etctera=. .s" pues, volvemos de alguna manera al punto de partida puestoque esta acepci!n se asemea mucho ms a la que nosotros hab"amos propuesto en lasprimeras pginas. +/ignifica esto que hemos convenido ya en los contenidos posibles dela cultura- #e algn modo, as" es, pero el problema bsico, el de la erarqu"a de esoscontenidos, de esos mltiples contenidos, permanece.