semanario: abuelos en el olvido

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PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN VANGUARDIA | LUNES 3 DE FEBRERO DE 2013 | NO. 360 | Los asilos están rebasados en Coahuila y muchos de los 233 mil adultos mayores están siendo maltratados. De acuerdo a cifras de la Procuraduría de la Familia, los casos de agresión se han triplicado en los últimos tres años. ABUELOS EN EL OLVIDO

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Los asilos están rebasados en Coahuila y muchos de los 233 mil adultos mayores están siendo maltratados. De acuerdo a cifras de la Procuraduría de la Familia, los casos de agresión se han triplicado en los últimos tres años

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P E R I O D I S M O D E I N V E S T I G A C I Ó N

VANGUARDIA | LUNES 3 DE FEBRERO DE 2013 | NO. 360 |

Los asilos están rebasados en Coahuila y muchos de los 233 mil adultosmayores están siendo maltratados. De acuerdo a cifras de la Procuraduría de la Familia, los casos de agresión se han triplicado en los últimos tres años.

ABUELOS EN EL OLVIDO

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#28:“Porque me atienden como reina”.

Periférico Luis Echeverria 1416. Zona Dorada. Saltillo, Coahuila. México

Lourdes Narro Barragán

Arte original paraPour la France! creado por

Federico Jordán.Adquiera esta imagen en

impresión gicléenumerada y firmada por

el artista en:www.fjordan.com/store

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Los institutos ciudadanos son hijos naturales del mod-elo neoliberal de desarrollo que se implantó en México a partir de 1988. Son una casta de mandarines selec-cionados desde el Gobierno, con el propósito de facilitar la transición democrática. Ante la ausencia de una auténtica sociedad civil, el propio Gobierno tuvo que construir consejos e institu-tos, a nivel federal y en cada uno de los estados. Las tar-eas electorales en un prim-er momento y luego las de transparencia comenzando este siglo, fueron su justifi-cación y su materia. Ahora bien, ser consejero ciu-dadano muy pronto se con-virtió en el más lucrativo de los negocios. De hecho, en el más próspero de los ne-gocios que generó la era de la transición. La cercanía con el poder siempre ha sido atractiva, hechizante,

cuantimás si se halla acom-pañada por generosas cantidades de dinero. Aca-démicos, juristas, líderes de opinión encontraron muy apropiado atender a las grandes necesidades de la patria, si ese sacrificio per-sonal conllevaba un jugoso sueldo. La cercanía con el poder, que siempre cor-rompe, tuvo la consecuen-cia que era de esperarse en los consejos e institutos ci-udadanos. Ahora bien, uno pensaría que los organismos estatales serían los primeros en caer en el escándalo. Pero no fue así: el asombro y el ludibrio público inició en el IFAI, el más respetable de todos, cuyo consejero presidente, Alonso Lujam-bio, había saltado de allí a la Secretaría de Educación y luego a la precandida-tura a la presidencia de la República. Tan grave ha sido el escándalo, que mu-

chas personas y personali-dades piensan que lo más sano y lo más decente es desaparecer al organismo encargado de vigilar la de-cencia de las operaciones del Gobierno. El dinero y el poder han corrompido a los ciudadanos que componen estos consejos e institutos, a nivel federal y en los esta-dos. Siempre tuvieron que ser aquiescentes y obse-quiosos con los grupos de poder que los habían pro-movido. Muy pronto em-pezaron a competir entre ellos mismos para mostrar quién era más servil, más astuto, más hábil para las componendas. Hasta que terminaron ladrándose y mordiéndose unos a otros. Fueron figuras transitorias de una etapa de transición: ojalá desaparezcan pronto y dejen su lugar a ciudada-nos auténticamente res-petables.

|| Diccionario de autores

Nadie es homogéneo, análogo, todos son una mezcla de… Una pizquita genética de fulanito, otra de menganito y una cucharadita de perenganito. Si no lo crees, ve cómo metes en una licuadora un tantito de éste, más del otro y un puñito de aquél, y luego verás quién sale:

LA LICUADORA

LA FAUNAEN UN DOS POR TRES Por Alfredo García

Ilustración: Diego Hernández

Anita la huerfanita Mariana GarzaAmanda Seyfi eld Florence Cassez

Abundancia: El hambre suele producir poemas inmortales. La abundancia, únicamente indigestiones y torpezas (Hipólito Taine).

SI YO FUERA PRESIDENTE¿Se imagina sentado en la silla que ahora ocupa Enrique Peña Nieto?

Humberto Torres, estudiante Ingeniería en Materiales

1.Reduciría los salarios de los funcionarios a la mitad porque son muy altos. Todo ese dinero podría

servir para nutrir otros programas.

2.Mejoraría la educación con programas de desayunos, mejora al mobiliario con

sillas, mesas y pizarrones, ya que hay escuelas en la periferia que no tienen ni lo básico. Entregaría libros, capacitación para profesores y programas culturales.

3.El tercer punto que mejoraría sería el arte, porque pienso que es una manera de

cambiar al país y al mundo. Apoyaría más a los artistas saltillenses, a esos que no tienen recursos pero sí mucho talento. Pondría más exposiciones en museos y plazas.

4.Mejoraría los trabajos, crearía más empleos propiciando que más

empresas inviertan en proyectos

como plazas comerciales.

5.Daría mayor apoyo a las pequeñas y medianas empresas.

Dejaría de invertir tanto en puentes y en calles, impulsaría las ciclovías e inculcaría más cultura en la gente para que use más la bicicleta, o bien, que anden más a pie que en carro.

Los institutos ciudadanos

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Trasnochados. Siglo y medio después, intentan convencernos todavía de que la fotografía es un arte. Después de la muer-te de la radio y la televisión, digo, o de su transfi guración en la red virtual.

Negocios de inmortales. Hace unas sema-nas, me comprometí solemnemente con mi amigo Samuel Rodríguez, a llevarle al día siguiente a su ofi cina dos libros de mi hu-milde autoría, uno de prosa y otro de poe-mas. Dejé pasar uno, dos, tres días —somos inconsecuentes, nos comportamos como si fuésemos eternos—, una, dos, tres sema-nas, y cuando fi nalmente llegué al edifi cio en la esquina de Zaragoza y Pérez Treviño, me dijeron que Samuel ya no despachaba allí. Que está destacamentado ahora en las ofi cinas de la Sección Quinta del sindica-to de profesores, cerca del Seguro Social. ¿Volveré a encontrarlo algún día?

Sangre. La fotografía del obrero asesina-do durante una huelga, de Gabriel Figue-roa: simple nota roja. ¿Es sufi ciente una banderola política para transformar esta placa policíaca en un objeto de arte po-lítico? Sin embargo, el maestro se salva por la vía del surrealismo: el pelo peinado hacia atrás corre en sentido inverso a la sangre derramada.

Infancia. La infancia es una región de sen-saciones. Cómo hacer la crónica de aquel régimen de los cinco sentidos. Antes del lenguaje, cuando se interpretaba el mundo por la piel, y los ojos eran una mera pantalla en que se traslucían los cuerpos sin nom-bre ni límites precisos. (En el entresueño, durante unos segundos retorna ese ámbi-to: despojada del lenguaje, la conciencia es

un desván lleno de bultos ciegos, donde el tiempo se arrumba y se disgrega.) El cuer-po era una mano descomunal asiendo al mundo. En la cueva del oído, el yunque y el martillo, el estribo y el caracol recuperaban sonidos emitidos en el vestíbulo del Topos Urano. La licuefacción de las cosas se des-plazaba como un soma tentacular por los cauces del olfato. En el velo del paladar, el sujeto y el objeto se fundían en una con-tinuidad, en un pequeño pliegue del velo de Maya.

Invertebrado. Los sonidos inarticulados del niño señalan este su deslizarse entre las cosas, fundido con ellas. Mis recuer-dos de esa edad son olfativos, auditivos, gustativos, táctiles, aún más que visuales, pues el ojo tiene mayor necesidad de las palabras para fi jar y precisar sus imágenes. (Mientras caigo en el sueño, experimento otra vez la sensación de un plato pequeño girando sobre un plato ovalado tres veces más grande, por la acción de una mano que no es la mía: el terso ruido se confun-de con el tacto de la cerámica, y con la sensación misma del movimiento de este rudimentario ojo de juguete.) En el estado invertebrado del sueño, el sentido del equi-librio se suspende, como el sentido común, el del tiempo y aun el de las direcciones: la imaginación coloidal desborda su plétora, anulando temporalmente todas las fi ccio-nes del lenguaje.

Epitafi os. “No hay más salida que el pánico”.

Homérica. Actualmente, las generacio-nes de los hombres son como las genera-ciones de los aparatos electrónicos: hay un abismo cuasi cósmico entre una y otra. Respuestas:1) b; 2) d; 3) a; 4) c; 5) a; 6) d; 7) c; 8) b

1.- La frenología fue creada por …

■ A) George Combe; ■ B) Franz Joseph Gall.; ■ C) Samuel Hahnemann; ■ D) James Tyler Kent.

2.- “Los de …” es una frase usada por Borola Tacuche de Burrón para referirse a los ojos.

■ A) chichicuilote; ■ B) zarapito; ■ C) huilota; ■ D) apipizca.

3.- En 1930 y 1931, hubo sendos 30 de febrero en …

■ A) la URSS; ■ B) Suecia; ■ C) Finlandia; ■ D) Grecia.

4.- Idalia era, en la mitología griega, una advocación de …

■ A) Hera; ■ B) Atenea; ■ C) Afrodita; ■ D) Gea.

5.- El Aconcagua es una montaña ...

■ A) argentina; ■ B) colombiana; ■ C) chilena; ■ D) venezolana.

6.- Merced a la Constitución de 1917, el Movimiento Armado iniciado en 1910 se convirtió en la … Revolución Social del siglo XX.

■ A) cuarta. ■ B) tercera; ■ C) segunda; ■ D) primera.

7.- A … se atribuye la construcción de los jardines colgantes de Babilonia.

■ A) Artemisa; ■ B) Dido; ■ C) Semíramis; ■ D) Elisa.

8.- El sustantivo equipal proviene del …

■ A) francés; ■ B) náhuatl; ■ C) quechua; ■ D) inglés.

|||| Por Alfredo García

|| Los menesteres del ocio

SUPERMÉNDEZ El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos) Por J. Latapí

|||| Por Miguel Agustín Perales

|| Claro que ud. lo sabe

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Por Esteban Cárdenas

Mientras que Bastardos sin Gloria era lar-ga pero con-sistente, en el caso de Django

Unchained divaga un poco. Con dos horas hubiera bastado para que el célebre realizador pudie-ra explorar todos sus fetiches con respecto a la esclavitud, así que un gesto medio necio que su película dure tres horas. Sin em-bargo, hay que darle crédito: este guión en manos de cualquier otro director hubiera dado para quince minutos de cine semi-decente, y Tarantino casi se sale con la suya.

Siendo optimista, mínimo no le pusieron Un Negrito en Apu-ros. Esto es otra cosa que tiene a favor. Con Bastardos Sin Gloria (2009) Tarantino vengó a los ju-díos en la Segunda Guerra Mun-

dial. Ahora, con Django sin Cade-nas le toca a los esclavos gringos en el viejo oeste.

Separado de su esposa Broomhilda (¿neta se llama así el personaje de Kerry Washington?)Django (Jamie Foxx) marcha en una fila de esclavos que acaban de comprar los deleznables her-manos Speck. Los hermanos se topan con el Dr. Shultz (Cristo-ph Waltz), un inmigrante alemán que dice ser dentista pero que también a veces le hace a eso del caza recompensas. Speck le compra a Django a los herma-nos, prometiéndole 75 dólares y un caballo si este lo ayuda a en-contrar a los hermanos Brittle, todavía peores que los Speck. Se hacen socios en el negocio de en-contrar fugitivos y hombres bus-cados, y así comienza la aventura de estos dos forasteros western, que derramarán sangre por todo el viejo oeste hasta encontrar a la esposa de Django.

Jamie Foxx, como el desafor-tunado Django, hace lo que debe, pero sin pena ni gloria. En cambio, ¿Cristoph Waltz de vaquero en una spaghetti western? Con eso me convencen para pagar el boleto. El actor alemán está sensacional, superando incluso su actuación en Bastardos Sin Gloria.

Tarantino llena las casi 3 horas de momentos ultra cool. Es una locura enorme que le funciona la mayor parte del tiempo. Y no le falta acción. Quizá le sobra un poco, esto sería lo más criticable. Las secuencias de violencia tan

impecablemente coreografia-das por el autor de Pulp Fiction (1994) y Kill Bill Vol 1 y 2 (2003 y 2004, respectivamente) siguen sorprendiendo. Reinventa sus pasos con cada interpretación, y con su violencia ultra-estética decora una película adecuada, mas no espectacular.

Esto a causa del guión, que es demasiado para digerir. Es entre-tenimiento puro (cualquier cosa firmada por él suele serlo), pero saldrá de la sala esperando con ga-nas de un poquito más, o en este caso, un poquito menos.

VIDEÓDROMO

Quentin Tarantino2012

DJANGO SIN CADENAS LA ÚLTIMA PELÍCULA DEL REALIZADOR DE CULTO NO ESTÁ A LA ALTURA DE SU MEJOR TRABAJO. Por Esteban Cárdenas

Con nuestros in-geniosos traduc-tores de títulos de películas, hubiera esperado algo mejor para bau-tizar The Hunger Games. “No es otra pelí-

cula para adolescentes hormona-les”, por ejemplo, pudiera haber funcionado, pero en lugar de po-nerse creativos la tradujeron literal-mente.

Los Juegos del Hambre está basada en el primer título de la po-pular serie de novelas de Suzanne Collins, y a diferencia de Twilight, la cual derrotó en la taquilla por cierto, esta es una película que le fascinará a su público meta, y a quienes no tenemos 15 años nos agradará.

Los Juegos del Hambre sucede en un futuro distópico no muy le-jano, en un país llamado Panem. Quién sabe qué pasó, pero Esta-

dos Unidos ya no existe, y en su lugar queda este país formado por una capital donde la gente es rica y se viste como en la época victoria-na, y tiene trece distritos colindan-tes llenos de miseria.

Cada año, el gobierno organiza Los Juegos del Hambre, en donde un chico y una chica de cada distrito son seleccionados como “tributo” para participar en una especie de reality show en donde tendrán que matarse unos a otros en una arena de juego, hasta que solo uno de los veinticuatro sobreviva y gane.

Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) se ofrece como volun-taria cuando su hermana menor es seleccionada al azar, y junto con Peeta Malark (Josh Hutcherson), representará al Distrito 12 en los juegos.

Los Juegos del Hambre tiene todo lo necesario para que los pu-bertos la devoren: amor adoles-cente, Lenny Kravitz, balas, etcé-tera, pero en comparación de su competencia vampiril, ésta sí es buena.

La historia evoca el cine de ciencia ficción ochentero (sobre todo viene a la mente Death Race 2000) y trata de hacer una pelícu-la “cool” y “futurista”, Gary Ross abraza el kitsch paranóico de la historia de Collins y lo aprovecha al máximo, para crear una película con un ritmo ágil y un tono inteli-gente.

Jennifer Lawrence como Kat-niss Everdeen está genial, y le da la profundidad necesaria a su per-sonaje para que todo funcione a su alrededor. Quizá la acción podría

ser un poco más intensa (¿alguien vio Royal Rumble de Fukasaku? ¡Esos son adolescentes sanguina-rios!), pero eso hubiera arriesgado la clasificación amistosa.

Aunque está medio color pas-tel para mi gusto, su falta de gore se compensa con otros grandes aciertos. Juegos del Hambre es una película dinámica, bien con-tada y auténtica. Además tiene un toque de subversión elocuente y bien planteado. Si tuviera hijos pubertos, no me molestaría que leyeran los libros.

VIDEÓDROMO

Gary Ross2012

LOS JUEGOS DEL HAMBREUNA PELÍCULA DINÁMICA, BIEN CONTADA Y AUTÉNTICA

Cass McCombsCatacombs2009

Eliott SmithXO

Suena a…

Andrew BirdBreak it Yourself2012

Sufjan StevensIllinois2005

RADARPor Esteban Cá[email protected]

El séptimo disco de Andrew Bird es pop casi perfecto. No es tan cursi como para caer gordo, y es lo sufi cien-temente inteligente y dis-creto en su cursilería, como para agradar al melómano más esnob sin alienarlo.

Bird produce y graba él mismo, y el disco tiene una sensación de intimidad fa-miliar que hace que luzca su sentimentalismo, que nunca había estado tan a fl or de piel como en esta ocasión.

Quién sabe qué le haya pasado, pero Bird anda do-

lido y medio deprimido. Supongo que esto es bueno para nosotros, porque nos tocó escuchar su mejor disco hasta la fecha. Esto es mucho decir, cuando se consideran álbumes espec-taculares como el Armchair Apocrypha (2007) o el esen-cial & The Mysterious Pro-duction of Eggs.

Tan solo el dueto con Annie Clark (St. Vincent) hace que el disco valga la pena. Si no va a com-prarlo completo, busque al menos esta canción. Espectacular.

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9.1 % de la población en México es mayor a los 60 años. Los adultos mayores son el grupo de edad con la mayor tasa de crecimiento en el país. Entre 2030 y 2050 se proyecta que el 25% de la población sea mayor de 60 años. En Coahuila, por ejemplo, el 8.6% (233 mil aproximadamente) de la población es adulta mayor y muchos de ellos están abandonados en asilos del estado o viven en la indigencia. El fenómeno es tal, que hoy en día no existe capacidad de las instituciones y asociaciones civiles para atender el creciente número de ancianos en el olvido.

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La señora Celia, de 82 años, es uno de esos casos. Llegó solita al DIF de Torreón para pedir que la acomodaran en un asilo. Na-die la acercó. Hubo un tiempo en que la se-ñora tenía dinero, pero con los años lo fue perdiendo. Nunca tuvo hijos. Un sobrino se aprovechó de ella y con engaños le quitó su casa. Primero fue enviada a un albergue en la vecina ciudad de Gómez Palacio, Durango. Enseguida, una sobrina de cariño se hizo car-go de ella pero no duró mucho.

Terminó aquí, en el asilo “Samuel Silva” de Torreón, uno de los más grandes del estado,

con capacidad para 110 ancianos. Los sobrinos nunca la han visitado. Tiene

hermanos y en una ocasión uno de ellos fue a verla, pero dijo que no podía hacerse respon-sable de ella y ahí se quedó. Ahí sigue. Con una vista averiada por el tiempo.

Cerca de ella está José Rodríguez Martí-nez, de 78 años. Llegó al asilo un día caluroso de 2005. Nació en General Cepeda, Coahuila y trabajó, cuenta, al lado de su papá cuando la bonanza del algodón. Sus padres se sepa-raron cuando él nació y jamás conoció a su madre. “Yo tuve puras madrastras”, cuenta desde su silla de ruedas, con una quijada caí-da y una dentadura llena de huecos.

Luego se mudó a Monclova y más grande a San Pedro. Vivió en Gómez Palacio y ase-gura que parientes suyos vendieron la casa donde vivía. Los últimos años deambuló por las calles de San Pedro, donde dormía en las calles esperando que alguien le lanzara un pan. Por eso el DIF lo mandó acá y aquí vive tan solo como un halo de luz que aparece en la sombra. Sus parientes, esos que vendieron su casa, nunca pasan a saludarlo.

Ayudo a don José a llevarlo junto a otro anciano. Cuando me doy la vuelta me sa-luda otro abuelo recargado sobre la pared. Lo abordo y él acerca un par de sillas. Vis-te una chamarra café de cuero y una go-rra gris donada por la Cervecería Corona. Es Domingo Zúñiga Hernández, nacido un 24 de diciembre hace 72 años. Apenas uno en éste asilo que tiene lista de espera y la espera, aunque suene cruel, es esperar que un anciano muera.

Cuando le pregunto cómo llegó hasta aquí, me cuenta que una señora que conoció en el mercado Alianza, en el centro de To-rreón, lo trajo porque él se dormía en la calle, amortiguando su cuerpo tosco con ninguna otra cosa salvo cartón encontrado en los ba-sureros.

Es huérfano de padre y madre desde los 12 años. Tiene dos hermanos, que, cree, es-tán en Reynosa, pero no sabe nada de ellos y ellos no saben que está aquí.

¿Cuándo fue la última vez que los vio?, le pregunto.

Es un salón amplio con cuadros religiosos colgados en las paredes. La luz entra por ventanales grandes y rebo-ta en el centro del lugar. Alrededor, una decena de an-cianas permanecen sentadas en mecedoras, sillas, sofás o sillas de ruedas. No hablan. Otras están dormidas. Al-guna tejiendo. La mayoría permanece cruzada de bra-zos, como si esperaran a un galán que las sacara a bailar.

Camino a un lado de un par de ellas y una vestida con vivos morados me pregunta la hora: 10:30 de la mañana, le respondo. Regreso y me vuelve a pedir la hora: 10:35. Aquí es un asilo de ancianos, donde el tiempo corre en cámara lenta y las paredes replican un fenómeno que va al alza: el abandono de adultos mayores.

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“Yo creo tenía como 16 años. ¿Nunca se casó?“No, sólo tuve mujeres de pasada. Siempre

viví en la calle. Una vez tuve una mujer en Laredo pero se consiguió un negro que traba-jaba del otro lado. Un día llegó tomada y me dejó. Y la dejé.

Casi en los nudillos de su mano derecha, Domingo lleva tatuadas las iniciales del nom-bre de su mamá: Lorenza Hernández Vielma. Nació en Guadalupe Victoria, Durango. Lle-gó de aventón hasta Ceballos luego que sus papás murieran. Después se trasladó a Gó-mez Palacio, donde trabajó en la vinícola de El Vergel.

No tiene dinero y aquí en el asilo, otro an-ciano le da unos pesos por ayudarlo a con-ducir la silla de ruedas hasta la capilla. “Yo digo que tuve mala suerte. Hay mujeres que me dicen que les gusto y me abandonan”. Do-mingo está solo.

ABANDONO DE ADULTOS MAYORES, UN FENÓMENO AL ALZAEn Coahuila existen 26 asilos o albergues donde habitan cerca de 500 adultos mayores, según cifras del DIF estatal. Dentro de ellos, platica Sor Piedad Jovita Toxqui, directora del asilo “Samuel Silva” en Torreón, existen muchos ancianos heridos social y moralmen-te.

Muchos de las y los adultos mayores están solos, unos nunca se casaron y no tuvieron des-cendencia, otros fueron abandonados porque los hijos tenían que trabajar o porque los viejos se enfermaron, otros fueron moviéndose de es-tado y al llegar a la tercera edad, se encontraron solos y lejos de la familia.

Para Jovita Toxqui, ahora la familia trata de relegarlos o muchas veces olvidarlos en un asi-lo. La situación económica, amplía, obliga a los matrimonios a trabajar y los ancianos se que-dan ermitaños en el hogar, sin atenciones, sin saber si comen o se caen. “Hay muchos casos de cuando han llegado los hijos se los encuen-tran sin conocimiento”, asegura Jovita.

Valentín Ulloa, director del Hogar de la Misericordia, un asilo cuyo requisito para permitir la entrada de ancianos es que es-tos no tengan familia o vivan en la indigen-cia, respalda el fenómeno de los abuelos abandonados:

“Hace dos años, el promedio de abuelos en el lugar era de 12, cuando mucho 20. Hoy en día no se baja de 25 abuelos abandonados y a veces tenemos hasta 32. En estos momen-tos tenemos 28, lo que nunca.

Ulloa, enfermero de profesión, comenta que existen decenas de ancianos en la calle que apa-rentemente no tienen familia, pero asegura que después aparece un pariente; sin embargo, el pro-blema es que nunca existió un apego.

-Los abuelos maltratados o indigentes van en aumento. Yo le echo la culpa a que se han perdido los valores. Un abuelo era conside-rado como lo más preciado de la familia, caía enfermo y todos estaban ahí, ya no. Ahora cae enfermo y ves cómo se pelean los hijos por ver quién lo atiende, se desesperan.

A decir de Clementina Aguilera, directora de Vinculación con Organismos no Guber-namentales del DIF, también uno de los fac-tores, además del económico, es la cuestión demográfica. En Coahuila, 8.6 por ciento de la población es mayor a 60 años, según el último censo del INEGI en 2010. Además, el 36.1 % de la población tiene entre 30 a 59 años; un grupo poblacional que se convertirá

en los futuros ancianos. -Los hijos, que regularmente podían aten-

der al adulto mayor, están saliendo a trabajar y los dejan solos todo el día y esto repercute. Nos solicitan un asilo porque no los pueden cuidar, es el argumento. Te ponen la cara y jamás vuelven por ellos. Ayer tuve un señor que vive en su casa, tiene su hija, su nieta pero me dice que no lo visitan. Hay muchos casos difíciles, dice Clementina.

Juan Manuel Cardona Valdés, Delegado en Coahuila del Instituto Nacional de las Perso-nas Adultas Mayores (INAPAM), asegura que en México se logró en poco tiempo lo que en Francia tardó 200 años, pues apenas en el año dos mil el país era una nación joven. “El enve-jecimiento del país va a provocar problemas. En 2050 el 25 por ciento del país serán adultos mayores y tenemos que empezar a establecer mecanismos para que nuestros adultos mayo-res tengan una vida digna e independiente”, comenta Juan Manuel Cardona.

Jaime Bueno Zertuche, director en Coahui-la del DIF, reconoce el fenómeno y lo califica como lamentable. Además, admite que los asilos en Coahuila están saturados y que las atenciones no están resultando suficientes.

-Es tarea de todos y es una falla de la so-ciedad como tal el hecho que tengamos adul-tos mayores abandonados.

VIOLENCIA HACIA LOS ANCIANOSExiste la violencia intrafamiliar: hacia los niños, hacia las mujeres, hacia los hombres… y hacia los abuelos. Según datos de la Procuraduría de la Familia en Coahuila, en 2011 se documenta-ron 186 casos de violencia contra adultos ma-yores en la familia. Para el 2012 (hasta el 29 de noviembre) la cifra de casos con violencia era

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de 247. Dulce Pereda, directora del DIF en Torreón,

asegura que los adultos mayores son muy vulne-rables y llegan a sufrir violencia psicológica, física o económica. En México, las personas adultas ma-yores son consideradas el cuarto grupo de pobla-ción vulnerable a la discriminación. Según la úl-tima Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, en sus resultados sobre adultos mayores, tres de cada diez personas en México consideran que los derechos de las personas adultas mayores no se respetan en nada y otros tres opinan que se respetan poco.

Dulce Pereda añade que muchas veces man-tienen a los ancianos con la familia sólo porque existe una pensión de por medio: en 2011, la Pro-curaduría de la Familia comprobó 36 casos de violencia patrimonial contra adultos mayores; 24 de ellos era contra abuelas y para 2012 (hasta noviembre) se comprobaron 31; 24 de ellos eran también ancianas utilizadas.

Según cifras de la Unidad de Víctimas, de 700 personas que llegan al mes, un 20 por ciento obe-dece a ancianos que sufrieron algún tipo de vio-lencia.

Valentín Ulloa, del Hogar de la Misericordia, dice que hay casos de abuelos maltratados que han reci-bido golpes de los propios hijos, otros que los lan-zan a la calle por quitarles el poco dinero que tienen o quedarse con su casa o porque ya no dependen de sí mismos.

La Procuraduría de la Familia registró 13 casos de ancianos maltratados físicamente por sus familias, 12 de ellos eran ancianas maltratadas en 2011. Sin embargo, para el 2012 la cifra se triplicó: 39 ancianos documentó la Procuraduría que fueron agredidos fí-sicamente por algún integrante de la familia. Incluso en 2012 se documentaron dos casos de ancianas que fueron abusadas sexualmente.

Calixta es una anciana que vivía con su hija y

fue tirada en el centro de Torreón porque le dio elefantiasis –una enfermedad que se caracteriza por el aumento de algunas partes del cuerpo, en su caso las piernas-. Su hija no pudo atenderla y ahí la dejó. Tiene otra hija en Durango, pero lleva años sin saber de ella.

-Ya perdimos ese respeto hacia el adulto mayor, no como nos lo inculcaron nuestros padres; se ha quitado mucho esta idea. Tampoco hay lugares para atenderlos; los asilos no se dan abasto. Hay mucho adulto mayor encerrado y sintiéndose in-útil cuando hay muchas cosas qué hacer con ellos, dice Dulce Pereda del DIF.

En 2011, la Procuraduría de la Familia docu-mentó 93 casos de omisión de cuidados (abando-no) hacia los ancianos de familias coahuilenses y para 2012 la cifra se duplicó: 197 casos registrados, donde el abandono es mayor en abuelas que en abuelos casi al dos por uno. La violencia emocio-nal también se presenta: en 2011 fueron 80 casos y en 2012 iban 63.

También existe la explotación laboral de los adultos mayores. Aunque la Procuraduría sólo documentó un caso en 2012, Jovita Toxqui expli-ca la forma: “Un joven con un anciano pidiendo limosna, el joven podría trabajar muy bien, para qué lo tiene, eso me llama la atención y lo pueden estar utilizando”.

LA MAYORÍA SON VARONESJovita Toxqui cuenta que existen también muchos casos de ancianos que no son procurados por su familia porque en el pasado, quizá no fueron los mejores padres.

En los asilos se escuchan historias de ancianos que dejaron a la esposa con todo y niños cuan-do pequeños y continuaron su vida. “Al final de la vida, cuando ya no pueden trabajar, querían ayuda de los hijos. Pero eso lo escuchas mucho, cuando necesitábamos ayuda él no estuvo, mi madre fue la que nos sacó adelante, la que nos dio estudios. La que hizo todo por nosotros y él nunca nos pro-curó”, arguyen los hijos, según Jovita.

Pese a que los datos de la Procuraduría de la Familia en Coahuila revelan que son las ancianas las que sufren más algún tipo de violencia en la familia, los ancianos son los que habitan con más frecuencia los asilos. “Los hombres aceptan que se portaron mal y que por eso los hijos no quieren hacerse cargo de ellos”, ejemplifica Clementina Aguilera.

Un caso podría ser el de Jesús García, 84 años, sin nadie que lo procure. Tiene cinco años vivien-do en el asilo. Fuma un cigarro y medio al día. Es respingón y asegura que si se pone a hablar de su vida se le vuela la cabeza. Pero empecemos: era velador, trabajó en la obra, fue bolero en la cárcel municipal y trabajó también en la aceitera. Afir-ma que tiene puros sobrinos y hermanos. Uno de ellos vive en Nuevo México.

¿Hijos no tiene?, le pregunto.-Pues decían, no sé yo. Decían que eran míos

pero yo creo que no.-¿Por qué no? -Hacía las cuentas y como que no, aparte tam-

bién una hermana me decía que no eran míos. ¿Y cuántos eran?-Es que no soy casado, me arrejunté. Trabajé

también en el tránsito. Con mi primera mujer es-tuve en la zona (de tolerancia). Puras viejas de se-gunda, de tercera, nomás no me convenía lo que hacían y las aventaba a la fregada.

-¿Tuvo más?-En Juárez, y crié a los chiquillos. Eran

como siete. La más chica tiene tres chavitos,

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“Hace dos años, el

promedio de abuelos en el

lugar era de 12, cuando mucho 20. Hoy en día no se baja de

25 abuelos abandonados

y a veces tenemos hasta

32. En estos momentos

tenemos 28, lo que nunca.

VALENTÍN ULLOA, DIRECTOR DEL HOGAR DE

LA MISERICORDIA.

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ya se casaron.-¿Y no hablan con usted?No, usted sabe, esa mujer andaba en la vida

y a mí no me gusta eso. A mí me gusta decir la verdad.

LOS QUE ESTÁN INVÁLIDOSA nivel nacional, según cálculos del Censo de Población y Vivienda 2010, el 50.2 por ciento de las mujeres adultas mayores tienen alguna dis-capacidad; mientras que en los hombres el por-centaje es del 41.6 %.

A nivel estatal no existe una estadística feha-ciente de cuántos ancianos residentes de asilos están discapacitados. En el Samuel Silva, por ejemplo, de 105 viejitos, 28 mujeres y 22 hombres están inválidos, es decir, dependen de otros para moverse o incluso comer, como si fueran niños.

En 2012, 33 adultos mayores con discapaci-dad fueron atendidos por la Procuraduría de la Familia por problemas de violencia en casa; 18 más que en 2011. Muchos de los ancianos de los asilos de Coahuila están postrados en alguna si-lla de ruedas, padecen Alzheimer, tienen alguna enfermedad mental, tienen fracturas en la cade-ra, batallan para hablar, oír o ver; padecen de depresión, como el 25 por ciento de los adultos mayores en Coahuila, según datos del Centro Estatal del Adulto Mayor.

Enrique Pérez tiene 64 años y está en el asilo del Padre Estala, uno de los más pobres del Es-tado, donde apenas habitan 13 abuelos. Es origi-nario de la Sierra de Jimulco, en Torreón. Hace 12 años le dio una embolia y quedó parapléjico.

Alejandra Vázquez, una de las encargadas del asilo, cuenta que lo encontraron abandonado en una finca, sucio, sin comer, hasta que un matrimo-nio se apiadó de él y lo trajo a la casa hogar.

-¿Cómo se siente?, le pregunto a Don Enri-que, así como para romper el hielo.

-Más o menos. No me he muerto de hambre. Qué puedo hacer así como estoy, contesta en-tumido.

-¿Qué hacía allá en Jimulco?-Haciendo que hacía y no hacía nada. Estaba

en la casa de oquis, no tengo familia. Asegura que tiene tres hermanos allá en el

rancho y que nunca se casó. Afirma que una hermana y un sobrino son los que ocasional-mente lo visitan. Que se enamoró cuando joven pero nadie quiso juntarse.

Ramona Muro ya no está bien de su mente. Me pregunta que si vivo con ella, que si su her-mano Miguel vive con ella. Que tiene 17 años pero 28 viviendo en el asilo y si le pregunto cómo es eso posible explica que el tiempo es otro. La realidad es que tiene ochenta y tantos años y que la encontraron tirada en la calle, me-dio devorada por los asqueles, hasta que la Cruz Roja la trajo al hogar de la Misericordia.

Sólo tuve un hermano, Miguel, pero que cree lo mataron.

-Lo mataron, verdad que no apá. Y por qué no viene a comer aquí, me pregunta.

-Porque no me invitan. -Ah vieja babosa, pues mire, hace como 20

días nos invitaron a comer y no nos dieron nada, nada. Ni un taquito, nada, apá, nada.

Cuenta Valentín Ulloa, director del asilo, que a Ramona la llegaron a ver con una mujer que al parecer era su hermana. Que por ratos dice que trabajaba en “la vida galante”, pero cuando le pregunto por esos tiempos me dice:

-Onde cree que yo iba a hacer eso. Yo estudié para mecanógrafa cajera, apá.

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Mi papá es el que está aquí en la esquina. Es dueño de todo Torreón, se llama José Manuel Muro, tiene millones de pesos mi padre…

LA EXCLUSIÓN DE LOS ADULTOS MAYORESEn México, el 27.9% de las personas mayores de 60 años han sentido alguna vez que sus derechos no han sido respetados por su edad; 40.3% des-cribe como sus problemas principales los econó-micos, 37.3% la enfermedad, el acceso a servicios de salud y medicamentos, y 25.9% los laborales, según datos de la Encuesta Nacional sobre Dis-criminación en México (Enadis 2010), diseñada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y respaldada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y el INAPAM.

Poco más de la mitad de las personas de se-senta años o más considera estar de acuerdo o totalmente de acuerdo con la idea de que en Mé-xico no se respetan los derechos de las personas adultas mayores.

En el análisis introductorio de la Encuesta, se hace referencia a las políticas públicas, donde así como se crean guarderías y estancias infantiles, de-ben de existir casas de cuidado diario y residencias para adultos mayores.

Juan Manuel Cardona del INAPAM, ahonda en que así como se hallan centros para niños, jóvenes y adultos, también deberían existir para los adul-tos mayores, “pero no hay nada, excepto algunas actividades deportivas que se realizan”, recalca.

Cardona propone, para dignificar la vida del adulto mayor, tres medidas de carácter público que debieran ser apoyadas por el gobierno y por las mismas familias, pues aclara que tampoco nada debe ser regalado:

Estimular entre los adultos mayores el acceso

a centros de día, donde puedan reunirse con gen-te de su propia edad, pues no existen espacios de convivencia para adultos mayores.La existencia de un padre comunitario que pueda estar en una sec-ción establecida y tener contacto con los adultos mayores de una comunidad.La creación de clubes con actividades económicas y culturales; donde los ancianos puedan recrearse y generar ingresos.

El último punto, sobre crear ingresos, es uno de los mayores obstáculos en las personas adultas mayores. Según la Enadis, los adultos mayores de 60 años señalan las dificultades relacionadas con la cuestión laboral como uno de los principales problemas para las personas de su edad en el país.

Aunque la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores establece que los adultos mayo-res tienen el derecho a gozar de igualdad de opor-tunidades en el acceso al trabajo (Artículo 5to. Fracción V), la realidad es que los empleadores discriminan a éste grupo poblacional.

De hecho, a partir de los 40 años conseguir un empleo es una odisea: “Los mayores de 40 años batallan para conseguir empleo, mucho de ello se debe a la cultura de las empresas, que consideran a esas personas como una carga”, explica Edgar Rodríguez Dávila, Coordinador del Servicio Na-cional del Empleo en la Laguna.

La Enadis ofrece otra cifra que respalda el fe-nómeno: seis de cada diez personas adultas ma-yores las sostiene un familiar u otra persona. Sólo 2.7 personas de cada diez reciben pensión por su trabajo.

Por si fuera poco, en materia educativa también existe un rezago comparado con los países en desa-rrollo: 24.6 por ciento de las personas adultas ma-yores en el país, son analfabetas y el 59.6% tienen nivel de secundaria o menos, según estimaciones del Censo de Población y Vivienda 2010.

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Los abuelos maltratados o

indigentes van en aumento. Yo le echo la culpa a que se han

perdido los valores. Un abuelo era

considerado como lo más preciado

de la familia, caía enfermo y todos

estaban ahí, ya no. Ahora cae enfermo

y ves cómo se pelean los hijos por

ver quién lo atiende, se desesperan”.

VALENTÍN ULLOA, DIRECTOR DEL HOGAR DE LA MISERICORDIA.

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LOS ABUELOS QUE MIGRARONEn muchos asilos de la entidad existen ca-sos de abuelos, principalmente, que no son de Coahuila. Que en su edad adulta llegaron a esta tierra y aquí radicaron, sin familia. Cuentan que tienen hermanos o sobrinos en Durango, Chihuahua, Tamaulipas, Zaca-tecas, pero tienen años sin saber de ellos.

Salvador Chávez Hernández es uno de ellos. Tiene 75 años, es oriundo de Mon-terrey pero desde hace años se vino a To-rreón. Lleva cuatro años viviendo en el asilo del Padre Estala, ubicado en la zona ponien-te de la ciudad.

“Que rápido pasan los años”, lamenta don Salvador, paletero de oficio en los años en que no cargaba con arrugas en la cara ni dolores en los riñones. “Llegué más muerto que vivo. Duré una semana sin comer, sin nada hasta que me trajeron aquí”, rememora Salvador, de orejas grandes y manos entre-lazadas, como si tuviera frío.

Cuenta que estuvo 40 años casado pero su señora no pudo darle familia. Recalca que tie-ne hermanos pero está solo. Con la voluntad de Dios, añade. A su esposa le dio cáncer de tanto fumar y murió y él se quedó solo.

En el mismo asilo está una señora modo-sita. Habla suave, educada y siempre a los ojos. Es María Elena Ruedas Soto, 63 años. Hace nueve viajó de San Luis Potosí a To-rreón sólo para estar con sus hijos y cuál fue su sorpresa que una de sus hijas la trajo al asilo para olvidarse de ella.

-Ella no quería batallar conmigo. Por eso me trajo. Padezco de esquizofrenia. Ella ya no quería, por lo hijos, que me fuera a po-ner mala. Aquí solo una vez me puse mala. Tengo más de 15 años que no me he enfer-mado. También padezco de diabetes.

Tiene dos hijas y un hijo, María Elena, David y Claudia. En nueve años sólo han ve-nido una vez a visitarla. Tiene también nue-ve nietos y un bisnieto y sólo conoce a los más grandes. Nunca se los han presentado.

-Me vine por estar cerca de ellos, nunca me imaginé que me iban a traer al asilo, vi-vía en San Luis Potosí. Pensé que iba a vivir con alguno de ellos y no –suelta una risa pe-nosa- el pensamiento de ellos era otro. Sentí tristeza, nunca me imaginé que iba a llegar a un asilo.

Narra que se separó de su esposo a los 10 años de casados porque éste no era res-ponsable. Tuvo que trabajar para sostener a sus hijos. Laboró en el DIF de San Luis, en una casa hogar para niños tocaba el piano, la guitarra y el acordeón y también trabajaba por horas en una escuela especial.

Alejandra Vázquez, encargada del asilo, explica que los hijos le echan en cara que de pequeños no los atendía y ahora ella busca su ayuda. Sin embargo, los hijos no entien-den que su madre estaba –está- enferma. Los hijos discuten que ella los abandonó.

-Dicen que tengo eso (esquizofrenia), pues quien sabe. Mi hija me llevaba al hos-pital. Una vez aquí me puse mala, dicen que en la misa me empecé a quitar la ropa, y que les estaba gritando a los niños y cantaba en inglés. Luego vino la ambulancia y me puso una camisa de fuerza y me llevaron. En la loquera salió eso. Gracias a Dios ya no me ha vuelto a dar.

Alejandra lo confirma: Se puso agresiva, se metía a los cuartos de los señores des-nuda, se metía cuando se bañaban. Fue en Torreón donde le diagnosticaron la enfer-medad y a la fecha la ve un psiquiatra y la controlan con medicamento.

De hecho, el caso de María Elena es uno de pocos donde se ha demandado a los hijos para que se hagan cargo al menos con el me-dicamento. Los hijos no querían ni eso. Se ganó la demanda y los hijos se vieron obli-gados a comprar la medicina; sin embargo, ellos no se presentan. Cada mes envían a un taxista a que deje el medicamento.

-Mi hija últimamente no me ha hablado, aunque sí me llegó a hablar. Mi hija traba-ja en Sanborns, un hijo en Altos Hornos de

Monclova y mi hija se dedica al hogar pero hace pasteles.

-¿Qué le diría a sus hijos si pudiera?-Que no me dejaran tanto tiempo aban-

donada, que necesito verlos para saber cómo están. Pasa el tiempo y pido por ellos, es lo único que hago.

Tiene también nueve hermanos repar-tidos en Guadalajara, México e Irapuato. Tres de sus hermanos le prometieron que en marzo la visitarían. Torreón no le gusta porque no tiene jardines ni árboles. Aquí en el asilo gusta de ver películas bonitas y bordar.

NADIE DENUNCIALa Fracción VIII del artículo quinto de la Ley de los Derechos de las Personas Adul-tas Mayores, menciona que toda persona, grupo social, organizaciones no guber-namentales, asociaciones o sociedades, podrán denunciar ante los órganos com-petentes, los hechos, actos u omisiones que puedan dañar a las personas adultas mayores

Juan Manuel Cardona Valdés, delegado en Coahuila del INAPAM, menciona que uno de los problemas es que en México no se denuncia a los hijos por la vía legal. El caso de la señora María Elena, pues, es uno de pocos.

Para el delegado, existe una ausencia de legislación al respecto, pues la Ley vigente no es clara y no establece la obligación de los hijos a atender las necesidades de sus adultos mayores sino que habla, en el apar-tado de deberes, de cumplir con su función social.

La Ley en México establece que los hi-jos, al igual que los sectores públicos, serán “corresponsables”. “No se ha discutido y no se ha aprobado. No hay mecanismos lega-les para sancionar el abandono de adultos mayores”, critica Juan Manuel Cardona del INAPAM.

María Elena Ruedas Soto, 63, su hija la dejó en un asilo por su esquizofrenia.

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Ella no quería batallar conmigo. Por eso me trajo.

Padezco de esquizofrenia. No quería, por

lo hijos, que me fuera a poner

mala. Tengo más de 15 años que no me he enfermado. También padezco

de diabetes”.

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