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1 SECRETARIA DEL MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental ASPECTOS AMBIENTALES DEL COPROCESAMIENTO ENERGÉTICO DE LLANTAS DE DESECHO ANTECEDENTES Ante la necesidad de solucionar el grave problema de acumulación de llantas de desecho que se presenta en prácticamente toda la geografía del país, especialmente en los grandes centros urbanos, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha considerado diversas alternativas para su solución, tomando en cuenta los criterios de eficiencia ambiental, tecnológica, económica y social que estipula la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos (LGPyGIR). Una de las alternativas que ha merecido especial atención es el reciclaje energético de las llantas usadas, también conocido como coprocesamiento. Las llantas de desecho constituyen un problema ambiental por varias razones: Son un residuo voluminoso que ocupa un espacio considerable en los rellenos sanitarios y en los basureros a cielo abierto En época de lluvias, las llantas se convierten en refugio de insectos perniciosos; son sitios de incubación de mosquitos transmisores de enfermedades. La malaria, el paludismo, el dengue y el virus del oeste del Nilo son algunos ejemplos de las enfermedades que trasmiten a través de mosquitos que se gestan dentro de las cavidades de las llantas rellenas con agua. Son contaminantes visuales que degradan la imagen de las comunidades Los amontonamientos de llantas pueden incendiarse accidentalmente con la emisión de grandes cantidades de humos tóxicos que pueden durar mucho tiempo por la dificultad que existe para apagar esta clase de siniestros. No se tienen datos precisos de generación de llantas pero se estima que en el país se desechan unos 25 millones de llantas al año, con un peso aproximado de 250,000 toneladas. Este valor equivale a un cuarto de llanta por habitante por año. Como comparación, en Estados Unidos se desecha una llanta por habitante por año. Las llantas usadas en nuestro país terminan, en su mayor parte, diseminadas en las calles, terrenos baldíos, tiraderos y, en pocos casos, en rellenos sanitarios. Algunas ciudades han instalado centros de acopio donde se acumulan los neumáticos en espera de un fin definitivo. Las opciones para solucionar el problema ambiental de las llantas son varias, algunas de las cuales se han aplicado en nuestro país pero de manera poco sistemática. Reciclado de sus materiales.- Existen una serie de procesos de recuperación del hule, las cuerdas de acero y las cuerdas de nylon. En uno de los procesos, las llantas se trituran y se separa el acero del hule. El primero se vende a las fundidoras mientras que el segundo se pulveriza dándosele diferentes usos; en un caso se mezcla con asfalto para elaborar fórmulas de pavimentos; en otros casos se fabrican tapetes, fórmulas para impermeabilización de techos, objetos diversos de caucho y otros productos parecidos. Otra forma de separación

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SECRETARIA DEL MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental

ASPECTOS AMBIENTALES DEL COPROCESAMIENTO ENERGÉTICO DE

LLANTAS DE DESECHO ANTECEDENTES Ante la necesidad de solucionar el grave problema de acumulación de llantas de desecho que se presenta en prácticamente toda la geografía del país, especialmente en los grandes centros urbanos, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha considerado diversas alternativas para su solución, tomando en cuenta los criterios de eficiencia ambiental, tecnológica, económica y social que estipula la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos (LGPyGIR). Una de las alternativas que ha merecido especial atención es el reciclaje energético de las llantas usadas, también conocido como coprocesamiento. Las llantas de desecho constituyen un problema ambiental por varias razones:

• Son un residuo voluminoso que ocupa un espacio considerable en los rellenos sanitarios y en los basureros a cielo abierto

• En época de lluvias, las llantas se convierten en refugio de insectos perniciosos; son sitios de incubación de mosquitos transmisores de enfermedades. La malaria, el paludismo, el dengue y el virus del oeste del Nilo son algunos ejemplos de las enfermedades que trasmiten a través de mosquitos que se gestan dentro de las cavidades de las llantas rellenas con agua.

• Son contaminantes visuales que degradan la imagen de las comunidades • Los amontonamientos de llantas pueden incendiarse accidentalmente con la

emisión de grandes cantidades de humos tóxicos que pueden durar mucho tiempo por la dificultad que existe para apagar esta clase de siniestros.

No se tienen datos precisos de generación de llantas pero se estima que en el país se desechan unos 25 millones de llantas al año, con un peso aproximado de 250,000 toneladas. Este valor equivale a un cuarto de llanta por habitante por año. Como comparación, en Estados Unidos se desecha una llanta por habitante por año. Las llantas usadas en nuestro país terminan, en su mayor parte, diseminadas en las calles, terrenos baldíos, tiraderos y, en pocos casos, en rellenos sanitarios. Algunas ciudades han instalado centros de acopio donde se acumulan los neumáticos en espera de un fin definitivo. Las opciones para solucionar el problema ambiental de las llantas son varias, algunas de las cuales se han aplicado en nuestro país pero de manera poco sistemática.

• Reciclado de sus materiales.- Existen una serie de procesos de recuperación del hule, las cuerdas de acero y las cuerdas de nylon. En uno de los procesos, las llantas se trituran y se separa el acero del hule. El primero se vende a las fundidoras mientras que el segundo se pulveriza dándosele diferentes usos; en un caso se mezcla con asfalto para elaborar fórmulas de pavimentos; en otros casos se fabrican tapetes, fórmulas para impermeabilización de techos, objetos diversos de caucho y otros productos parecidos. Otra forma de separación

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consiste en congelar la llanta con nitrógeno líquido haciendo que el hule se convierta en un sólido rígido quebradizo que se pulveriza fácilmente. El polvo resultante se utiliza en las aplicaciones ya mencionadas.

• Uso como relleno.- En algunos países, principalmente Estados Unidos, se han utilizado llantas trituradas como relleno de taludes en carreteras y puentes. Sin embargo, varios incidentes de incendios dentro de estos taludes han detenido este tipo de aplicaciones.

• Aprovechamiento energético.- Desde el punto de vista de la composición del hule de las llantas, se puede decir que éstas constituyen piezas de combustible sólido, ya que están constituidas mayormente por hidrocarburos. Por ese motivo, uno de los destinos es usarlas como combustible alterno en hornos industriales, ya que, kilo por kilo, tienen un poder equivalente a cualquier combustible fósil siendo, incluso, superiores al carbón. Pueden alimentarse a plantas generadoras de energía, hornos de fundición y otras aplicaciones similares. Uno de los procesos ideales para este fin son los hornos de las plantas cementeras, donde se queman a temperaturas del orden de 1450 ºC que aseguran una combustión completa sin generación de hollín ni otros contaminantes El acero también se aprovecha fundiéndose e incorporándose al propio cemento. Este uso tiene la enorme ventaja de que permite ahorrar combustibles fósiles como el gas y el combustóleo generando mucho menos dióxido de azufre que este último.

Además de las aplicaciones mencionadas, se han propuesto otras como la construcción de maceteros, la fabricación de huaraches, de adornos para patios y otros usos de corte artesanal; sin embargo, dada la enorme generación, el único uso verdaderamente masivo que permitirá acabar con el rezago y la generación es su empleo como combustible alterno. La nueva ley sobre residuos requiere la elaboración de un plan de manejo para las llantas de desecho. Este plan deberá elaborarse tomando en cuenta el ciclo de vida completo de estos materiales y a todos los que intervienen en ello. En forma complementaria al plan, en SEMARNAT se ha discutido la necesidad de elaborar una norma y una estrategia de manejo de este residuo que requiere una solución integral. Existen algunas propuestas a las que se les está dando forma y que estarán disponibles para su discusión en un futuro cercano. COPROCESAMIENTO ENERGÉTICO Y CONTAMINACIÓN La utilización de llantas como combustible alterno en procesos industriales ha generado cierta preocupación en algunos círculos de la opinión pública. Se ha señalado que estos residuos tienen características que los hacen más contaminantes que los combustibles convencionales como el gas, combustóleo, coque o carbón. Se menciona que los contaminantes denominados dioxinas y furanos, así como los metales pesados, se producen en cantidades tales que constituyen una amenaza para la salud de los seres vivos. Con el fin de dar respuesta a esas preocupaciones, en los siguientes párrafos se discuten las implicaciones ambientales de la combustión de llantas en plantas cementeras. Desde que se expresaron las primeras voces de preocupación por un grupo de compuestos químicos orgánicos, denominados genéricamente dioxinas y furanos (DyF)[a], especialmente a raíz de un evento catastrófico ocurrido en la población

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italiana de Seveso, estas sustancias han llamado la atención de especialistas y el público en general. En su mayor parte, las dioxinas y furanos existen como subproductos indeseables de fenómenos fortuitos como los incendios forestales y las quemas de basura, así como de procesos de fabricación de ciertas sustancias, especialmente plaguicidas y de operaciones de combustión de diversa índole. El balance global de las DyF muestra que la fuente principal es, por mucho, los incendios, tanto de basura, como forestales. Le siguen otras fuentes de combustión industriales, y la producción de compuestos orgánicos que contienen átomos de cloro. Un estudio hecho por el Centro Nacional de Investigación y Capacitación Ambiental perteneciente al Instituto Nacional de Ecología [1] muestra un balance de la emisión de estos compuestos donde se puede advertir que las quemas de residuos agrícolas y de basura son, por mucho, los mayores contribuyentes a la emisión de las DyF.

Tabla 1.- Inventario de Emisiones de Dioxinas y Furanos en el País en 2000, g TEQ IF QDA IRPBI IRI QD ISD B LL L C PyP PVC HAE TOTAL

1.85 221.8 5.271 0.84 103.8 115.5 0.091 0.058 0.46 7.71 0.774 2.428 0.805 461.367

Simbología: IF Incendios Forestales QDA Quemas de residuos agrícolas IRPBI Incineración de residuos hospitalarios peligrosos QD Quema de basura doméstica IRI Incineracion residuos industriales peligrosos ISD Incendios de basureros B Combustión de biogas L Ladrilleras artesanales C Plantas de cemento PyP Plantas de celulosa y papel HAE Hornos de arco eléctrico PVC Plantas de PVC Fuente: Final Report of Pilot Program for the measurement of environmental D&F in Mexico and Selection of 6 initial sites. North American Commission for Environmental Cooperation, 2003 A las dioxinas y los furanos se les atribuyen efectos serios a la salud de los seres vivos. Estos compuestos han resultado agudamente tóxicos en los animales de laboratorio, donde aún a bajas concentraciones, han resultado fatales para ciertas especies, lo que ha llevado a suponer que también son peligrosos para los seres humanos. La toxicidad en seres humanos todavía no ha sido comprobada de manera clara porque a pesar de que un número de personas en Seveso resultaron expuestas a estos compuestos, todavía no se han identificado dolencias graves derivadas de dicha exposición [b]. De cualquier manera y considerando otros estudios realizados por diversas instituciones, las legislaciones ambientales de un buen número de países han impuesto límites estrictos, de forma precautoria, a las emisiones de estas sustancias. Entre las cosas que hacen que las DyF sean tan indeseables, aparte de su posible afectación a la salud, es su persistente resistencia a la descomposición por los rayos ultravioleta que acompañan a la luz solar. Esta radiación natural de alta energía causa que la gran mayoría de las moléculas orgánicas se rompan para producir compuestos más simples cuando se encuentran expuestas al rayo del sol. Contrario a esta degradación, los compuestos orgánicos persistentes, a los que pertenecen las DyF, se quedan en el ambiente durante muchos años y se van acumulando en los tejidos grasos y algunos órganos de los seres vivos a través de un proceso que se denomina precisamente, bioacumulación.

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La formación de las DyF en los procesos fortuitos, naturales o tecnológicos, requiere de una serie de ingredientes y condiciones especiales para poder llevarse a cabo [2].

• Por tratarse de una molécula orgánica, es necesaria la presencia de sustancias que contengan carbón y que pueden provenir de diversas fuentes, entre ellas los combustibles que se queman de manera ineficiente. Los incendios forestales o de basura son un ejemplo de combustiones incompletas evidenciadas por la humareda negra rica en hollín, característica de estos incidentes.

• Otro de los ingredientes requeridos es el cloro; este elemento se encuentra presente en los compuestos denominados halogenados, tales como el PVC (plástico que se usa en las tuberías para drenaje doméstico y en algunos envases) solventes como el tetracloruro de carbono, plaguicidas como el clordano, DDT y otros, aceites de transformador como los askareles o BPCs, etc. Todos estos materiales contienen el cloro necesario para la formación de dioxinas.

• Otro ingrediente indispensable y muy abundante es el oxígeno. Este gas se encuentra presente en forma libre, aún en procesos de combustión ineficientes.

• Además de las sustancias anteriores, también se necesita que la temperatura de los procesos se encuentre en el rango preciso. A temperaturas muy elevadas, no se forman las DyF porque la energía de la mezcla de ingredientes es muy alta y las moléculas se encuentran en un estado de mucho desorden; a temperaturas muy bajas, las DyF no se generan porque no existe suficiente energía que permita las reacciones de formación. El rango de temperaturas apropiado se encuentra entre 250 y 450 ºC. Además, esta “ventana” de temperaturas, debe mantenerse en esos valores durante un tiempo relativamente largo para permitir la combinación precisa de todos los ingredientes que participan en las reacciones.

• Otro factor de contribución es la presencia de materiales que actúan como catalizadores como es el caso del cobre. Otros metales como el fierro, zinc y plomo, al parecer, no tienen efectos catalíticos significativos.

En el caso específico de la industria cementera, como cualquier otro proceso de combustión, sí se llegan a producir dioxinas, pero su generación depende del tipo de proceso que se use. En el caso de plantas modernas, que cuentan con ciertos equipos que las plantas antiguas no tienen, la generación es baja, inferior a los límites impuestos por diversas legislaciones. Esta baja formación se debe a que las instalaciones modernas tienen características que evitan los factores que propician la generación de tales contaminantes.

• En primer lugar, los materiales que se procesan en ellas tienen un mínimo contenido de cloro, muy por debajo de las cantidades que se encuentran en otras ramas industriales. Las materias primas, piedra caliza, sílice y arcillas contienen sólo trazas de este elemento. Asimismo, los combustibles también tienen un bajo contenido de cloro.

• En segundo lugar, la combustión en los hornos cementeros es sumamente eficiente, alcanzándose temperaturas extremadamente altas que destruyen cualquier compuesto orgánico. Los gases dentro de un horno alcanzan alrededor de 2000 ºC y el material calcinado se encuentra al menos, a 1450 ºC.

• En tercer lugar, el proceso de enfriamiento de los gases procedentes del horno es muy rápido, ya que las plantas están equipadas con una torre precalentadora totalmente sellada, donde los gases calientes ascendentes se ponen en contacto

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directo con los polvos de materia prima que vienen descendiendo de la torre por gravedad; esta operación hace que los gases sufran un enfriamiento muy rápido que impide la formación de dioxinas a través de la “ventana” de temperaturas mencionada con anterioridad.

• En quinto lugar, las plantas cementeras no manejan cobre ni sus compuestos, mismos que parecen ser un ingrediente catalizador indispensable para las reacciones de formación de DyF.

• Una ventaja adicional es que el polvo que baja por la torre precalentadora tiene sustancias alcalinas que reaccionan de manera preferente con los halógenos presentes (cloro y otros elemento afines) formando sales sólidas y evitando que aquellos continúen reaccionado para formar las DyF.

En el caso de plantas cementeras que utilizan llantas como combustible alterno, la situación es muy similar a las que sólo utilizan combustibles convencionales. Las llantas tienen un bajo contenido de cloro, menos de 0.3% de halógenos totales (ver Tabla 2 y referencia [3]), porcentaje muy inferior a otros materiales plásticos, tales como el PVC. Además, las condiciones de combustión a las que se someten las llantas, iguales a las de otros combustibles convencionales, impiden la formación de dioxinas por encima de cualquier límite ambiental. En los siguientes párrafos se muestran datos publicados por la Agencia Norteamericana de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) sobre diversos estudios hechos en relación a la combustión de llantas en hornos industriales a principios de la década de los noventa. En este sentido, es importante mencionar que el coprocesamiento de llantas en plantas de cemento es una práctica común desde aquella década. Actualmente, de acuerdo con la EPA, alrededor de 53 millones de llantas se coprocesan cada año en plantas cementeras distribuidas en todo ese país. Otros 62 millones se consumen en plantas papeleras, termoeléctricas, calderas de servicios e industriales y otras instalaciones donde las llantas se convierten directamente a combustible líquido [4]. En la siguiente tabla se muestra el análisis de las llantas en su carácter de combustible alterno [5].

Como puede observarse, la concentración de halógenos totales, expresados como cloro, es de sólo el 0.31%. Asimismo, el contenido de metales pesados también es muy bajo. Los datos mostrados en la tabla indican que las llantas no tienen una composición muy diferente a otros combustibles convencionales, superando, incluso, a varios de ellos en ventajas ambientales. Por ejemplo, el combustóleo que tiene un uso

Tabla 2.- Análisis Típico de Llantas como Combustible Alterno Análisis Último Humedad 0.84% Carbón 76.02% Hidrógeno 7.23% Nitrógeno (Kjeldhal) 0.34% Azufre 1.75% Halógenos totales 0.31% Cenizas 7.20% Metales Cadmio < 5 ppm Cromo < 5 ppm Fierro 295 ppm (sin

cuerdas) Plomo 51 ppm Zinc 2.14% Poder calórico 37,177 kJ/kg Fuente: Air Emissions from Scrap Tire Combustion, EPA 1997

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muy amplio en termoeléctricas y cementeras contiene hasta 5% de azufre, concentración tres veces superior al 1.75% que tienen las llantas En el mismo estudio realizado por EPA se formuló un combustible a partir de las llantas y se quemó en un horno piloto de tipo giratorio diseñado para tener un comportamiento similar a un equipo industrial. En la siguiente tabla se muestra un análisis comparativo de las emisiones de metales cuando se usa gas natural puro y cuando se usa hasta un 17% de la carga térmica en forma de llantas [6].

En la tabla puede apreciarse que las concentraciones de metales en los gases de combustión son muy similares cuando se quema gas natural puro que cuando se usa un porcentaje de llantas. En todos los casos se tienen emisiones muy bajas de estos elementos, inferiores los límites que se han establecido en algunos países. La excepción es el

zinc, ya que este elemento se utiliza en forma de óxido como un aditivo para el hule. En el caso de un horno cementero, las emisiones de zinc se atrapan en los filtros de polvo y prácticamente se recuperan en su totalidad en el propio cemento. Además, el zinc no está clasificado como un contaminante para el aire ni se encuentra regulado. La misma prueba de combustión incluyó el análisis de dioxinas y furanos, encontrándose que ninguna de estas especies tuvo una concentración detectable [7]. Como puede verse, las preocupaciones por emisiones de dioxinas y metales pesados que han expresado diversas organizaciones en el caso del coprocesamiento de llantas en hornos cementeros no tienen un sustento técnico. Además de las pruebas en el horno giratorio piloto realizadas por la EPA, el multicitado estudio también incluye los reportes de emisiones de varias plantas de diverso tipo, incluyendo cementeras, que utilizaron llantas como combustible alterno. Estas tablas muestran que las emisiones por coprocesamiento de llantas tienen un comportamiento muy similar al mostrado por el uso de otros combustibles tradicionales [8]. Se midieron 40 contaminantes encontrándose que, en 38 de los casos, hubo una disminución de la emisión de contaminantes cuando se usaban llantas (de 9 a 17% de sustitución en carga térmica) que cuando se usaba únicamente el combustible base. En lo que respecta a nuestro país, la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA) [9] hizo una investigación muy amplia y elaboró un reporte donde se resumen, entre otros datos, los factores de emisión de DyF por tonelada de producto de la industria cementera de México y de los otros dos países del TLCAN. En algunas de estas plantas se utilizaron, y siguen utilizándose llantas como combustible alterno. En ese documento, en la sección correspondiente a México, la Cámara Nacional del Cemento (CANACEM) reporta los resultados de pruebas realizadas en 8 instalaciones encontrando generaciones que van desde 0.052 microgramos [c] por tonelada de clinker [d] (µg TEQ/ton) hasta 0.27 µg TEQ/ton.

Tabla 2.- Emisiones en Horno Piloto de EPA, ng/J [c] Metal Gas Natural 17% Llantas Antimonio 7.72 E-05 9.05 E-04 Arsénico 4.80 E-04 1.59 E-02 Berilio No detectable 2.14 E-05 Cadmio 1.76 E-04 4.54 E -04 Cromo 2.78 E-04 1.66 E-03 Plomo 3.45 E-03 2.83 E-02 Manganeso 1.21 E-03 2.48 E-03 Níquel 3.00 E-04 1.50 E-03 Selenio 3.56 E-04 1.93 E-03 Zinc 1.23 E-01 15.21 Fuente: Air Emissions from Scrap Tire Combustion, EPA, 1997

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En el caso de Estados Unidos, la generación es mayor porque la gran mayoría de sus instalaciones son muy viejas. En ese país se calcula que tienen un factor de emisión del orden de 6.3 µg TEQ/ton. A nivel mundial, los corporativos de las grandes cadenas de la industria cementera reportan emisiones que varían entre 0.05 y 0.5 µg TEQ/ton (microgramos por tonelada métrica de clinker) en el caso de Lafarge [10] y entre 0.06 y 0.11 µg TEQ/ton en el caso de Holcim [11]. Además de los datos reportados por la CCA para nuestro país, en pruebas realizadas en 1997 en diferentes plantas, de manera previa a las autorizaciones que se dieron para el coprocesamiento de combustibles alternos, se obtuvieron resultados de concentraciones de DyF en rangos muy bajos. En diversos monitoreos con coprocesamiento de llantas se determinaron valores que varían entre 0.04 y 0.1 nanogramos por metro cúbico de equivalente tóxico en gases de chimenea. Estas cantidades son inferiores a estándares internacionales y al mismo límite de 0.2 nanogramos por m3 que se establece en la norma oficial mexicana para plantas de cemento, la NOM-040-ECOL-2002. CONCLUSIONES La combustión de llantas en hornos industriales representa una ventaja sustancial para el medio ambiente porque permite recuperar energía de materiales que ya cumplieron su vida útil. Esta recuperación evita quemar combustible fósil extra lo que ahorra afectaciones al ambiente durante la extracción de dichos combustibles y permite conservar estos recursos naturales por más tiempo. Además, se resuelve, en forma masiva y contundente, el problema de acumulación de llantas de desecho con todos los problemas que ello implica. La información que se presenta en este documento, basada en datos obtenidos por la EPA al principio de la década de los noventa, de otras fuentes internacionales, y de pruebas realizadas en nuestro país, demuestra que, a las ventajas anteriores, se debe sumar el hecho de que las emisiones son iguales o mejores a las producidas por los combustibles convencionales representando una disminución en la contaminación ambiental. La recuperación energética en plantas cementeras es reconocida como una práctica ambientalmente segura por organizaciones internacionales como la Convención de Basilea, que se ocupa y estudia, de manera sistemática, toda clase de residuos [12]. Es comprensible que existan preocupaciones por parte de las organizaciones sociales cuando se emprenden iniciativas nuevas en nuestro país en materias ambientales, sin embargo, en el caso del aprovechamiento energético de las llantas, no existen novedades puesto que, desde hace más de 10 años, es un asunto resuelto el usar combustibles alternos en hornos industriales. Tanto en Europa como en Estados Unidos se ha tomado ventaja de estas instalaciones que tienen temperaturas muy elevadas, tiempos de residencia largos y alta turbulencia de gases de manera tal que se puede lograr el aprovechamiento y destrucción sustentable de diversas clases de residuos.

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Notas [a] Las dibenzodioxinas policloradas son compuestos que contienen dos anillos bencénicos unidos por un par de átomos de oxígeno: las posiciones de los átomos de hidrógeno pueden sustituirse por átomos de cloro en diversas combinaciones. Existe un total de 75 posibles combinaciones con diversos grados de toxicidad, donde la especie 2,3,7,8 tetraclorodibenzo-p-dioxina (TCDD) es la que exhibe el más alto potencial de efectos a la salud. Al grupo de estos compuestos se le conoce comúnmente como dioxinas. En forma similar se tienen los dibenzofuranos policlorados con estructuras similares, con la diferencia de que sólo se tiene un enlace con oxígeno entre los dos anillos bencénicos. La forma de reportar las cantidades de los DyF es mediante un método de equivalencia tóxica, TEQ o I-TEQ, mediante el cual se pondera la toxicidad relativa de las moléculas que participan en la mezcla, refiriéndolas a la especie TCDD descrita arriba, a la que se le atribuye la máxima toxicidad. [b] En Seveso, donde una planta de herbicidas tuvo un descontrol en su proceso, el 10 de julio de 1976, que originó la formación y emisión de una cantidad preocupante de estos compuestos, existen dudas de que se tenga una incidencia anormal de daños serios dentro de la población que resultó expuesta. En el estudio realizado en esa región, donde se estima que unas 100,000 personas fueron expuestas a 2,3,7,8 tetraclorodibenzo-p-dioxina, no se encontró evidencia de malformaciones en 15,291 niños que nacieron dentro de los 6 años siguientes al accidente [13]. Aunque el accidente no produjo víctimas fatales sí se presentaron 640 casos de una afectación severa de la piel denominada cloracné que posteriormente sanaron. Tampoco se han encontrado, hasta la fecha, tasas de cáncer mayores a las típicas de poblaciones no expuestas. [c] La abreviatura ng significa nanogramo y la expresión µg significa microgramo. El nanogramo es una unidad de masa equivalente a la mil millonésima parte de un gramo mientras que el microgramo equivale a la millonésima parte de un gramo. La expresión J significa Joules que es la unidad básica de energía en el Sistema Internacional de Medidas. Por su parte, la expresión E-03 es equivalente a tres lugares a la derecha del punto decimal. Por ejemplo 1 E-03 equivale a una cantidad igual a 0.001. [d] El clinker es un producto intermedio en la fabricación de cemento. Es un material vidriado en formas esféricas que resulta de la calcinación de las materias primas. A este material, una vez frío, se le adicionan otros complementos, entre ellos el yeso, y se muele muy finamente para formar lo que se conoce propiamente como cemento. Referencias [1] Ustarán, J.I., Gutierrez Avedoy, V.A., Solórzano Ochoa, G. Final Report of Pilot Program for the measurement of environmental D&F in Mexico and Selection of 6 initial sites. North American Commission for Environmental Cooperation; 2003 [2] H. Huang, A Buekens; De Novo Synthesis of Polychlorinated dibenzo-p-dioxins and dibenzofurans. Proposal for a Mechanistic Scheme; The Science of the Total Environment, 193 (1996) 121-141 [3] Convención de Basilea; Guías Técnicas para la Identificación y Manejo de Llantas Usadas; adoptado por la 5ª Conferencia de las Partes, 1999.- La Guía reporta un contenido de halógenos totales de 0.1%, Tabla 3, pág 2. [4] Ver página electrónica de la EPA: http://www.epa.gov/epaoswer/non-hw/muncpl/tires/index.htm

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[5] EPA Office of Air Planning and Standards and US-Mexico Border Information Center on Air Pollution; Air Emissions fron Scrap Tire Combustion; 1997; Tabla 17, pág 33 [6] Mismo documento, Tabla 19, pág 36 [7] Mismo documento que en [5] pág. 35 [8] Mismo documento que en [5]pags A-24, A-25, A-26, A-27. [9] Commission for Environmental Cooperation; Energy Use in the Cement Industry in North America: Emissions, Waste Generation and Pollution Control, 1990-2001 [10] Lafarge; Sustainability Report; 2003 (www.lafarge.como/sustainability/) [11] Holcim Ltd; Corporate Sustainable Development Report; 2003 [12] Mismo documento que en [3] pág. 10 [13] Manahan, Stanley; Environmental Chemistry; Lewis Publishers, 1991