SECCIÓN DE INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA

M A N U E L ALVAR EZ J r .

L I B E R A C I Ó N D E E N E R G Í A E N L O S T E M B L O R E S (Energy Reléase in Earthquakes) for L E O N K N O P O F F , The Geophysical Journal of the Royal Astronomical Society, Vol. No. 1, pp . 44-52, marzo de 1958.

L a idea de aplicar los métodos de elasticidad estática al estudio de las diferencias de energía, en dos estados de una estructura dada, fue extendida por Starr para porporcionar la solución a problemas que implican la propagación de grietas en campos de cizalleo. Esta técnica puede ser modificada para incluir la solución del problema de la liberación de energía al introducirse una fal la de desgarra­miento, tal como la fal la de San Andreas, en un medio, por lo demás homogéneo, sujeto a un esfuerzo uniforme de cizalleo. Leis propie­dades idealizadas de tal fa l la son una estructura alargada comparada con su profundidad y un movimiento de desplazamiento de rumbo a lo largo de la fal la. Esta configuración, por simetría, puede ser ima­ginada en la superficie de la Tierra, de modo que el problema se reduce al de una fa l la en una f a j a de longitud infinita en un medio homogéneo, isotrópico, elástico e infinito. El medio se sujeta a un esfuerzo uniforme de cizalleo en el infinito y se asume que el es­fuerzo de cizalleo se anula sobre la fa ja . Este problema de dos di­mensiones tiene una solución vectorial más bien que una tensorial y, por lo tanto, tiene una analogía en el problema eléctrico de una cinta perfectamente conductora colocada en un campo eléctrico uniforme, o en el de una cinta obstáculo colocada, en un campo de corriente hidrodinámica uniforme. S e puede obtener la distribución de esfuer­zos y el movimiento relativo a través del medio antes y después del afallamiento. P a r a el caso del temblor de San Francisco en 1906, este modelo suministra una diferencia de energía de los campos de es-

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"l̂ O B O L E T Í N D E L A A S O C I A C I Ó N

fuerzo de cizalleo, antes y después del afallamiento, de 4 x lO'-'* ergs. Este valor debe exceder la energía de la onda elástica.

FACIES D E EVAPORITAS (Evaporte Facies) por Louis J . B R I G G S , Jour. of Sed. Petrology, Vol. 28, No. 1, pp. 46-56, marzo de 1958.

La distribución lateral de facies de evaporitas, espesores, y la re­lación caliza/carbonatos puedan usarse para reconstruir la paleo­geografía y modo de depósito de rocas de evaporitas. La distribución de facies de evaporitas, desarrollada teóricamente para un modelo hipotético de cuenca a partir de los datos químicos de la evapora­ción de agua del mar y del equilibrio de reflujo muestran que:

1 .—La distribución de facies es arqueada y convexa en la vecin­dad de la entrada.

2 .—La sección esperada es más gruesa donde la balita se deposita en el centro de la cuenca cerca de la orilla de la lengua de influjo y más delgada donde se depositan los minerales carbonatados alrede­dor de la orilla de la cuenca.

3 . — L a relación caliza/carbonatos debe ser más alta en el trayecto del flujo de influjo cerca de la entrada, donde las condiciones norma­les marinas se proyectan en la cuenca de evaporación.

El análisis de facies de la formación Salina en Michigan, Ontario, Ohio y Pennsylvania confirman este desarrollo teórico.

GEOLOGÍA REGIONAL CIRCUM-MEDITERRANEA (Regional Geology of Circum-Mediterranean Región) Por H. D. K L E M M E , Bull. Amer. Assoc. Petrol. Geol., Vol. 42, No. 3 , Part I. pp. 477-512, marzo de 1 9 3 8 .

Evidencia paleogeográfica sugiere la presencia de cinco grandes elementos tectónicos en la región Circum-Mediterránea. Empezando ya sea de las masas Afro-Arábigas o Euroasiáticas estas unidades tectónicas son: ( 1 ) áreas de escudos o cratones limitadas por (2) de

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MEXICANA DE GEÓLOGOS PETROLEROS 4 8 1

presiones marginales de relativa baja movilidad, llenadas uniforme­mente con sedimentos normales; ( 3 ) geoanticlinales o levantamientos con una secuencia delgada de sedimentos, que generalmente separan las depresiones marginales de ( 4 ) depresiones internas llenas con un espesor variable de sedimentos sumamente plásticos y zonas de acti­vidad inicial ultrabásica que se flexionaron alrededor de ( 5 ) núcleos o cratones menores que suministraron sedimentos plásticos a las de­presiones internas. Explica la evolución tectónica de esta región como debida al crecimiento por acreción de cratones y núcleos que resulta en un desplazamiento hacia el exterior de dos distintos tipos de de­presiones y en una variedad de deslizamientos gravitacionales super­ficiales en las depresiones internas, debido a la plasticidad inicial de los sedimentos más que a un intenso acortamiento de la corteza o a "doblamiento".

DIFERENCIACIÓN ESTRATIGRAFICA DE FACIES Y NOMEN­CLATURA (Stratigraphic Facies and Nomenclature) por J . MARVIN W H E L L E R , Bull. Amer. Assoc. Petrol. Geol., Vol. 4 2 , No. 3 , Parte I , pp. 6 0 9 - 6 3 9 , marzo de 1 9 3 8 .

El reciente interés en las relaciones de las facies estratigráficas ha resultado en la propuesta de numerosos términos con la intención de distinguir las diferentes clases de facies. Sin embargo, en vez de promover la precisión en el pensamiento y la expresión, esto ha te­nido por resultado mucha confusión porque es evidente el poco acuer­do en el uso corriente de los términos de facies. Se da una lista de veinticuatro términos junto con las variadas definiciones que de ellos se han presentado y ejemplos de su diverso uso.

Las muchas ideas expresadas en conexión con las facies estrati­gráficas muestran que pueden distinguirse varios tipos, clases y as­pectos diferentes de facies de variable objetividad.

Esto introduce tantas variables en las consideraciones de facies que no parece posible una clasificación sencilla. Asimismo, si se les diera nombres a todas variedades de facies, la nomenclatura que­daría poco razonablemente recargada. La corrección a la poco satis-

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FACTORES PRIMARIOS E N BIOESTRATIGRAFIA (Primary Factors in Biostratigraphy) por HARRY E . W H E E L E R , Bull. Amer. Assoc. Petrol. Geol., Vol. 42, Nos., Parte I, pp. 640-655, marzo de 1958.

Las unidades bioestratigráflcas tridimensionales contiguas, como las unidades de rocas, pueden considerarse como pertenecientes a tres categorías conceptualmente distintas: (1) las unidades definidas esen­cialmente por su posición en la sucesión vertical pueden incluir zonula y zona; (2l) se propone el término biosoma para unidades mutua­mente interdigitadas definidas sobre la base de ambas relaciones de posición verticales y laterales; y {S) unidades de biofacies que son variantes laterales cuantitativas bioestratigráficas de un intervalo es­tratigráfico.

Las analogías bioestratigráficas-litoestratigráficas controladas por el ambiente son: (1) zonula-litostroma, (2) biosoma-litosoma, (3) biofacies-litofacies, y (4) biotopo-litótopo; pero las zonas controla­das por la evolución no tienen una analogía litológica.

Finalmente deben reconocerse entidades faunalmente estériles en cada una de las categorías bioestratigráficas.

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factoría situación actual demanda que la terminología de facies sea sistematizada y simplificada.

Los veinticuatro términos de facies son reexaminados para deter­minar su utilidad y necesidad. Se llegó a la conclusión de que sola­mente dos son importantes en la aplicación a la estratigrafía. Estos son facies y Utofacies las cuales se redefinen en forma tal que cada uno pueda usarse en más de un sentido sin confusión. Unos cuantos términos más pueden ser útiles en situaciones especiales o en consi­deraciones teóricas y se dan definiciones para ellos. Más de la mitad de los veinticuatro términos se consideran superfinos y pueden re­chazarse sin pérdida.

I N F O R M A C I Ó N B I B L I O G R Á F I C A

ALGUNOS ASPECTOS D E LOS YACIMIENTOS D E AZUFRE EN DOMOS SALINOS Y SU EXPLOTACIÓN EN E L ISTMO, por el Ing. M A N U E L C A S T I L L Ó N , Minería y Metalúrgica, abril de 1958, pp. 39-50.

Esta conferencia muestra en escasas doce páginas de pequeño for­mato un resumen de la industria azufrera que recientemente ha al­canzado una gran importancia en México. Después de una breve introducción inicia una descripción general de la geología de la Cuenca Salina del Istmo en la que señala que los principales ele­mentos tectónicos de la región ístmica son: el Geoanticlinal de la Sierra Madre; el Macizo de San Andrés Tuxtla; la Cuenca de Vera-cruz y la Cuenca Salina del Istmo. A continuación define el geo­anticlinal como sigue: "En el geoanticlinal de la Sierra Madre están comprendidos todos los plegamientos que forman la Sierra Madre del Sur." Después discute el origen del azufre, describe los domos pro­ductores y el método de explotación Frasch y tej-mina señalando algunos aspectos económicos.

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ORIGEN Y CLASIFICACIÓN D E L A S ARENISCAS DEL CRE­TÁCICO, PALEOCENO Y EOCENO D E VENEZUELA OCCIDENTAL (Origin and Classification of Cretaceous, Paleocene, and Eoceno San-stone of Western Venezuela) por T J E E R D H . V A N A N D E L , Bull. Amer. Assoc. Petrol. Geol., Vol. 42, No. 4, pp. 734-763, abril de 1958.

En Venezuela occidental, la tectónica, facies y paleografía del Cretácico, Paleoceno y Eoceno son relativamente bien conocidas. Un estudio de las areniscas de estas series proporcionan un buen caso concreto para probar algunos de los conceptos modernos de la pe­trografía sedimentaria, tales como el control tectónico de las propie­dades de las areniscas y la madurez mineralógica y de textura. En este caso, la mineralogía y madurez mineralógica de las areniscas son funciones de la petrografía del área de donde provienen los se­dimentos, del intemperismo y de la erosión. La madurez de textura, por lo contrario, está relacionada con los ambientes en la cuenca de depósito.

I N F O R M A C I Ó N B I B L I O G R Á F I C A

DEFORMACIÓN EXPERIMENTAL Y FALLAMIENTO EN EL MARMOL DE WOMBEYAN (Experimental Deformation and Faulting in Wombeyan Marble) por M. S. P A T E R S O N , Bull. Geol. Soc. Amer., Vol. 69, pp. 465-476, abril de 1958.

Al efectuarse pruebas de esfuerzo-deformación de compresión en mármol de grano grueso a diferentes presiones confinantes hasta de 1,000 Kg/cm^, se ha puesto especial atención a la transición entre el comportamiento quebradizo al dúctil. La aplicación de presiones con­finantes bajas suprime las fracturas longitudinales características de falla a la presión atmosférica, y se desarrollan fallas de cizalleo bien definidas. La formación de las zonas localizadas de cizalleo acompa­ñan a una gradual disminución en el esfuerzo necesario para la defor­mación continua, pero no lleva inmediatamente a la fractura completa. Este comportamiento puede iniciarse por un tipo de inestabilidad plás­tica. Se discute su importancia para el afallamiento geológico, puesto que las zonas de cizalleo desarrolladas en los ejemplares de mármol parecen ser semejantes a las fallas geológicas.

El texto J e esta conferencia revela un amplio conocimiento y fa­miliaridad con el tema, pero también un uso un tanto descuidado de los términos tectónicos como en el caso del término "geoanticlinal"; pues ni lo usa con el significado que dan a este término los geólogos alpinos, de cordillera submarina formada por los lomos de los anti­clinales que se forman en el centro de los geosinclinales al iniciarse la compresión de estos últimos, ni le da el significado que le atri­buyen la mayor parte de los demás geólogos, o sea el de una flexión hacia arriba de la corteza terrestre en contraposición con el término geosinclinal, que es una flexión hacia abajo de la corteza terrestre. Probablemente estaba pensando en el término "anticlinorio", que pa­rece que se ajusta mejor a los pliegues frontales de la Sierra de Chiapas, pues la Sierra Madre del Sur está formada por grandes ba-tolitos, que sí constituyen un geoanticlinal, pero no por pliegues.

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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA

MEXICAN.\ DE GEÓLOGOS PETROLEROS 485

LOS TEMBLORES DE FEBRERO DE 1956, SAN MIGUEL, BAJA CALIFORNIA NORTE (San Miguel, Baja California Norte, Earth-quakkes of February, 1956: a Field Report) Por GEORGE G . SHOR y E L L I S ROBERTS, Bull. Seism. Soc. Amer., Vol. 4S, No. 2, pp. 101-116, abril de 1958.

Los temblores dsl 9 y 14 de febrero de 1956 en San Miguel, Baja California Norte, se sintieron en casi todo el norte de Baja California y partes del sur de California. Se originaron en la falla de San Miguel Esta falla recientemente bautizada corre del extremo sur de la Sierra de Juárez, cerca del extremo oriental de la falla de Agua Blanca, hacia el N 60° W a través de la llanura de Álamo. Cuando menos cerca de 20 Kms. de ruptura superficial ocurrieron a lo largo de esta línea du­rante los temblores de febrero. Las grietas fueron abiertas uniforme­mente y en échelon, escalonándose a la izquierda.

La magnitud del desplazamiento fue variable, pero la dirección fue siempre lateral hacia el noreste. Las evidencias superficiales indican que la falla es casi vertical.

Una zona de manantiales, colinas lineales y valles, drenaje despla­zado, y cuencas cerradas se extienden más allá de la zona de ruptura superficial por 80 Kms. al noroeste hasta la vecindad de Guadalupe.

El temblor principal de febrero 9 ocurrió cerca de la proyección noroeste de la traza superficial; los dos principales temblores poste­riores de febrero 14 ocurrieron cerca de la proyección sureste. Esto implica un afallamiento progresivo de noroeste a sureste, semejante al afallamiento de suroeste a noreste en el temblor de Arvin-Tehachapi.

Ocurrieron deslizamientos en las fuertes pendientes de la Sierra do Juárez. Se formaron manantiales tibios temporales a unos cuantos kilómetros de la falla, y los manantiales cercanos existentes tuvieron variaciones en su flujo.

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