salmos de p bojorge

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Prof. P. HORACIO BOJORGE CURSO SOBRE LOS SALMOS Introducción General y Textos Comentados ( Salmos 1 al 5 y 117 ) MOSCA HNOS. S.A. - EDITORES - MONTEVIDEO 19 7 6

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analisis salmo

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Prof. P. HORACIO BOJORGE

C U R S O S O B R E

L OS S A L M O S

Introducción General y Textos Comentados

( Salmos 1 al 5 y 117 )

MOSCA HNOS. S.A. - EDITORES - MONTEVIDEO1 9 7 6

Obra «uS.ow.Ta.da. ^or el Conse\o nacional de ^d^cacro-a ^ ec\ xn d ar\ a 15> a sa ca -"j <&\x$ervRst,

corcvo ta to de censada -para las bibliotecas Yicsáves. ds. \ad» <Yv Baís,, B,edo\ixc.\bn.\

B. C. WVij'l'o.

\k¡% \e d \\.€ütws> •JK tQ&aádssis. en eaVa dota han sido tomados de una B ib l ia H e b re a editada por las Sociedades Bíblicas Unidas, con la gentil autorización de su representante en el U ru g u a y , Pastor Guillermo Milován.

Con las debidas licencias.

Reservados Todos los DcrcehPK. Copyright by Mosca Hnos. S.A. - Montevideo - 1976

D epósito L ^ l ■ » 107.120/76

“El pueblo de Israel ocupa un lugar especial en

la historia de la estética. Porque para Israel lo

bello era más un acontecer que un ser, pues no

lo consideraba tanto como una emanación del ser

divino, cuanto de su actividad”.

G erhard von Rad

^ VW*o I w a \<Lx\j

" Y l - IrC

I N D I C E

PRIMERA PARTE: INTRODUCCION GENERAL

Página

L EL SALTERIO ....................................... 91: Nombre del Libro, 9. — 2: Numeración de los Salmos, 9. — 3: Fecha o Epoca de Composición, 10. — 4; Colecciones de Cantos en el Salterio, 11.5: Salmos Repetidos. Su significación, 11. — 6 : Criterios de Recopilación del Salterio, 11. — 7: Datación del Salterio en su Conjunto, 13.

IL GENERALIDADES LITERARIAS .............................................................. 138: Títulos de los Salmos, 13. — 9: Los Salmos son Canciones, 15. —10: La Poesía Hebrea, 16.

m. L A CANCION H E B R E A ......................................................................................... 1811: Cantos durante e l Trabajo, 18. — 12: Cantos Festivos en Ocasión de Banquetes y Nupcias, 19. — 13: Cantos de Centinela, 19. — 14: Cantos de Burla y Lamentaciones Fúnebres, 20. — 15: Cantos al Rey o Regios, 23.

-16: Cantos de Victoria. El Canto de Déborah, 24.

IV. EL TEXTO DE LOS SALMOS .. 17: Texto Hebreo y Versiones, 25.

25

BREVE HISTORIA Y PRINCIPALES ESCUELAS DE LAINTERPRETACION DE LOS SALMOS ............................................................. 2618: Los Salmos y la Biblia, 26. — 19: La Epoca Patrística, 26. — 20: El Siglo Diecinueve, 26. — 21: La Escuela de Wellhausen, 27. — 22: La Escuela de la Historia de las Formas. Gunkel, 27. — 23: La Escuela de M owinckel (o Cúltica, o Escandinava), 28. — 24: Tendencias Actuales y Prospectiva para la Interpretación de los Salmos, 29.

V L CLASIFICACION DE LOS SALMOS EN GRUPOS O GENEROS 25: Nota, 30.

30

SEGUNDA PARTE: TEXTOS COMENTADOS

v n . SALMO 1 Y SALMOS SA P IE N C IA L E S........................................................... 3326: Texto Hebreo, 33. — 27: Trasliteración Fonética y Traducción, 33. —28: Esquema Estructural y Nota Explicativa, 34. — 29: División del Salmo, 35. — 30: Proemio del Salterio, 36. — 31: Temas del Salmo, 36.32: Género Literario: Bendición, Poema Sapiencial, Salmos de la Ley, 36.33: Salmos que tienen como Tema la Ley, 37. — 34: Poemas Sapiencia­les, 37. — 35: El Vocabulario del Salmo 1, 38. — 36: Los Personajes del Salmo, 39. — 37: Las Imágenes del Salmo: El Arbol y el Heno. Valor Sim bólico, 40. — 38: Salmos Sapienciales, 42.

VIII. SALMO 2 Y SALMOS DEL REY ...................................................... ........ .. 4339: Texto Hebreo: Trasliteración Fonética y Traducción, 43. — 40: Nexo con el Salmo 1. ¿Dos Salmos o Uno solo?, 44. — 41: Otros indicios de Unidad con el Salmo 1, 44. — 42: División del Salmo, 45. — 43: ¿Quién pronuncia el Salmo?, 45. — 44: Género Literario y Ocasión Vital. Salmos del Rey, 45. — 45: Salmos de Dios-Rey, 46. — 46: Los Salmos de Sión y los de Subida a Jerusalén, 46. — 47: Paralelos Literarios Bíblicos y Extrabíblicos, 46. — 48: Lugar en la Vida, 47. — 49: El Rey en Israel, 48.50: El Rey y Yavé, 49. — 51: Evolución de la Realeza en Israel, 49. —52: Rey y Sacerdote, 50. — 53: Cómo leyó el Nuevo Testamento al Salmo 2, 50.

IX. SALMO 3 Y SALMOS DE LAMENTACION (I) ........................................... 5254: Texto Hebreo: Trasliteración Fonética y Traducción, 52. — 55: Divi­sión del Salmo, 53. — 56: Género Literario: Lamentación Individual, 53.57: ¿Quién se Lamenta?, 53. — 58: Datación, 54. — 59: Salmos de Lamen­tación: División y Relación con Otros Géneros, 54. — 60: Lamentaciones Individuales. Generalidades, 55. — 61: El Yo de los Salmos, 55. — 62: Las Lamentaciones Individuales en el Antiguo Testamento, 55. — 63: Los Tres Personajes de las Lamentaciones, 56. — 64: Los Enemigos, 57. — 65: Acla­raciones de Vocabulario, 57. — 6 6 : El Y o de las Lamentaciones Indivi­duales: ‘Aní y ‘Anáv, 58. — 67: ‘Aní, 58. — 68: ‘Anáv, 58. — 69: Jelekah,5 9 . — 70: ’Ebyón, 59. — 71: Dál, 59. — 72: Los Estudios sobre el Tema, 60.73: E l Pobre y su Goel, 61.

X . SALMO 4 Y SALMOS DE P E T IC IO N ................................ 6274: Texto Hebreo: Trasliteración Fonética y Traducción, 62. — 75: Género Literario, 63. — 76: Explicación Global, 63. — 77: Notas a la Traduc­ción, 63. — 78: Nota, 67.

XI. SALMO 5 Y SALMOS DE LAMENTACION (II) ......................................... 6 8

79: Texto Hebreo: Trasliteración Fonética y Traducción, 6 8 . — 80: Divi­sión y Género, 69. — 81: Los Enemigos, 69. — 82: ¿Quiénes son pues los Enemigos del Individuo?, 72. — 83: Los Obradores de Iniquidad - La Identidad Ultima de los Enemigos, 73.

XII. SALMO 117 E HIMNOS DE A LA BA N ZA .................................................... 7484: Texto Hebreo: Trasliteración Fonética y Traducción, 74. — 85: Género Literario y Situación Vital, 74. — 86: Himnos, 74. — 87: Estructura delos Himnos, 75. — 88: Temática de los Himnos, 76. — 89: Sitz im Leben Cultual, 76. — 90: Paralelos Extrabíblicos, 77.

BIBLIOGRAFIA ................................. 79

PRIMERA PARTE

I N T R O D U C C I O N G E N E R A L

I. — EL SALTERIO

I NOMBRE DEL LIBRO

En hebreo: séfer iehilím (= libro de cantos) o simplemente tehilím (cantos). A esta designación hebrea corresponde la que se les da en el griego del Nuevo Testamento: bíblos psalmón (Lucas 20,42; Hechos 1,20) y el título psálmoi con que se designa a este libro en muchos manuscritos de la Biblia griega. De aquí proviene nuestra palabra Salmos. Algunos otros manuscritos griegos de la Biblia titulan esta colección con la palabra psaltérion, que quiere decir dos cosas: l9 colección de cantos; 29 es el nom­bre de un instrumento musical de cuerdas. De aquí el nombre castellano salterio.

2 NUMERACION DE LOS SALMOS

El libro bíblico llamado Salterio contiene 150 salmos. Y aunque nos limitaremos a hablar de ellos, conviene recordar que también en otros libros bíblicos se encuentran salmos. Para citar un solo ejemplo de estos salmos fuera del Salterio, véase el que aparece en el capítulo segundo del libro de Jonás.

Se observará que en las traducciones castellanas del Salterio, muchos salmos tienen una numeración doble. Esto se debe a que la Biblia hebrea (abreviamos en adelante: M) difiera de la Biblia griega (abreviaremos: G) en la numeración de cuatro salmos. Lo que en el texto hebreo son los salmos 9 y 10, la Biblia griega los presenta juntos como uno solo bajo el número 9. Y lo mismo sucede con los salmos 114 y 115 del texto hebreo, que se juntan en G bajo el número 114.

Pero por otro lado, G divide en dos los salmos 116 y 147 del texto hebreo. Con esto, el número de salmos en la colección griega, se mantiene en 150.

La numeración de ambas corre pare- 113G. Los salmos 117M al 146M son losja hasta e l salmo 8. Pero el 9G contiene que llevan los números 116G al 145G.ya el 10M. Por lo cual resulta que los En cambio el salmo 147M equivale asalmos 10M al 113M corresponden a los los dos salmos 146G y 147G. Desde elsalmos 9G a 112G. Los salmos 114M salmo 148, la numeración de ambas co-y 115M corresponden al único salmo lecciones vuelve a coincidir.

¿Qué sugiere esta diferencia en la numeración de ambos cánones?

Sugiere que el original hebreo que usaron los traductores griegos, era po­siblemente diverso del nuestro en este aspecto de la división y numeración de los salmos. Este hecho no debe sor­prender, y muestra hasta qué punto es difícil a veces, establecer las líneas d i­visorias entre salmo y salmo, o entre las partes de lo que parece un único salmo.

Si se observa bien, los salmos 42M y 43M, que tanto M como G consideran unidades in d e p e n d ie n te s , pueden sin embargo ser considerados com o una sola composición. Así lo sugiere el es­tribillo “ ¿por qué desfalleces alma mía y te agitas en m í?” , que encontramos en el salmo 42. versículos 8 y 12, y en el salmo 43, versículo 5, (En adelante abreviamos las citas así: 42,6.12; 43,5).

Por el contrario, el Salmo 19, que M y G consideran una unidad, hay que dividirlo en dos salmos. El primero (19,2-7) es un himno a Yavé como crea­dor de todas las cosas, especialmente del sol. El segundo (19,8-15) contiene un himno de alabanza de la Ley de

M G

1 - 8 1 - 89 y 10 9

11 1012 - 113 11 - 112

114 y 115 113116 114 y 115

117 - 146 116 - 145147 146' y 147

148 - 150 148 - 150

Yavé. Mientras el primero es un poe­ma de tipo cúltico, el segundo es un poema sapiencial. S u p on en a lg u n os que p u d o u n ir lo s a lg ú n escriba sa­piencial, para u n ir el m o t iv o de la divinidad com o cre a d o ra del orden cósmico, con el motivo de la divinidad como sabia legisladora, q u e ilu m in a como un sol el orden moral.

3 FECHA O EPOCA DE COMPOSICION

Como sucede todavía hoy con los libros de música y con los cancio­neros, esta colección de cantos recoge y contiene material de muchas épocas y de diferentes siglos. Muchos de ellos han sido retocados, corre­gidos, reelaborados, expurgados o amplificados a través de los siglos. Por eso, la pregunta acerca de la fecha de composición de los salmos no se puede responder fácilmente. Incluso es muy difícil determinar, en la ma­yoría de los casos, si se trata de composiciones anteriores al exilio o post- exílicas. Es indudable que el salterio contiene salmos nacidos en el período exílico y post-exílico (Ps. 126 y 127). Los Ps. 122; 134 y especialmente el 137. muestran además que los desterrados se llevaron consigo al exilio sus canciones (Cantos de Sión en especial) y que por lo tanto ya había salmos anteriores al exilio. El salterio contiene probablemente materiales muy antiguos. Pero para determinarlo, cada salmo deberá ser estudiado cuida­dosamente. La atribución de una parte sustancial del Salterio al Rey David, encuentra nuevos defensores en la actualidad.

La expresión hebrea: IaDavid, que encabeza 73 salmos, puede ser inter­pretada y traducida de diversas maneras: compuesto por David, dicho para David, o también relativo a David. Pero, como veremos más adelante, pue­de tratarse de una preposición que significa el genitivo de autor: de David.

rH COLECCIONES DE CANTOS EN EL SALTERIO

Cinco doxologías (aclamaciones de alabanza que proclaman la gloria —dóxa en griego— de la divinidad) que se encuentran al final de los salmos 41; 72; 89; 106 y 150; dividen el salterio en cinco colecciones más breves. El esquema numérico en cinco partes, debe interpretarse quizás como una imitación de la división en 5 del Pentateuco o Torah.

Esta división deriva en parte de antiguas colecciones aquí reunidas y cuyas doxologías finales (FIN) se conservaron al reunirías en un conjunto mayor. Las doxologías guían por lo tanto a la pre-historia del Salterio.

Distintos títulos, y o tro s d e ta lle s , permiten rastrear la e x is te n c ia de otras colecciones menores, que se han conservado por lo menos parcialmente en el Salterio actual. Así por ejemplo los salmos 120 al 134, que se distinguen por el título: sir hamma'alól o lamma- ‘alol (por ej.: Salmo 121) que significa cantos de subida, o sea de peregrina­ción a Jerusalén, que está situada sobre una montaña. Así también los salmos

de Qoré’ (42; 44-49; 84-85; 87-88) y los de Asaf (50; 73-83). Todos estos tipos de salmos sugieren la pertenencia a colec­ciones preexistentes e independientes. Lo mismo sugiere 72,20: “ fin de las ora­ciones de David, Hijo de Jesús” , que parece indicar qu e a llí te rm in a la colección de sa lm o s d a v íd ico s . Esta colección comprendía p o s ib le m e n te sólo los salmos 50-71.

5 SALMOS REPETIDOS. SU SIGNIFICACION

Dentro del Salterio se repite el mismo salmo con el número 14 y el 53. El salmo 40,14-18 se repite con el número 70. El salmo 108 es una repetición de 47,8-12 al que se agregó el 60,7-14.

La repetición de algunas composiciones dentro del salterio nos revela que la recopilación que dio origen al Salterio actual, no fue una recopila­ción de salmos sueltos, sino de colecciones completas, que contenían a veces los mismos salmos, por lo menos en parte. Un fenómeno parecido ocurre también en los libros históricos, legales y sapienciales de la Sagrada escri­tura. Y también los libros proféticos contienen repeticiones de oráculos del profeta (Jeremías 10,12-16 y 51,15-19). Compárese II Reyes 19, con Isaías 37.

6 CRITERIOS DE RECOPILACION DEL SALTERIO

Dentro de la Biblia hay otros libros que son el resultado de colección o recopilación de ciertos materiales. El libro de los Proverbios, por ejem­plo, es una colección de dichos, o máximas de sabiduría, que tuvo lugar sin mayor esfuerzo de ordenación. En el Salterio, por el contrario, ha habido más que una mera recopilación de cantos.

Ha habido un esfuerzo por darle una cierta ordenación, según criterios que es posible desentrañar en cierta medida.

I) Los Ps. 3-41 son claramente una colección atribuida a David. Por que llevan todos (con excepción del 1;2;10 y 33) el título de David-

Los Ps. 1 y 2 fueron agregados más tarde. Posiblemente por el reco­pilador, a modo de prólogo o introducción a todo el salterio. Son por lo tanto importantes para descubrir las intenciones que tuvo el recopilador, porque quieren guiar el espíritu con que se debe uno aproximar a estos cánticos. El salmo 1: es una exhortación a observar la Torah. El 2 es un testimonio de fe en el Mesías.

El salmo 10. Se explica que carezca de título porque es sólo la conti­nuación del 9. El Ps. 9 es un acróstico alfabético (Alef-kaf) que se continúa en el diez (Lámed-tau).

El salmo 23. Se conserva su título primitivo en la versión griega.II) Los Ps. 42-83 aparecen como una colección. El criterio que per­

mite agruparlos es que sólo aquí se evita nombrar el Nombre divino Yavé y se lo ha sustituido por Elohim (sólo 43 excepciones). El resto del Salterio sólo usa Elohim en 29 casos, sobre 642. Esta colección es llamada elohisla.

III) Los Ps. 84-89 (excepto el 86 atribuido a David) son atribuidos a agrupaciones de cantores. Lo mismo sucede con grandes secciones de los Ps. 42-83 pero no vuelve a ocurrir después del 89. Este hecho, junto con la aparición de la doxología final, que marca claramente el fin de la colección al final del salmo 89, está diciendo que los salmos 84-89 deben conside­rarse como un apéndice de la colección Elohista, que no fue afectada por la revisión y conservó los nombres de Yavé. posiblemente por haber sido agregados más tarde.

IV) Los salmos 90-150 contienen 4 colecciones más pequeñas, las cuales se distinguen principalmente por los títulos de los salmos que contie­nen. Y además por que cada una de ellas concluye con salmos de acción de gracias (hodú = agradeced!) o de alabanza (hallelú-Yáh; hallélú = alabad!).

Estas cuatro colecciones son:I) 90-104 La mayoría de los salmos de entronización del Rey han

sido reunidos aquí. (Ver otros: 47; 93; 96-99). Esta colección ter­mina con los salmos 105-107.

II) 108-110 De David. Concluye con los Ps. 111-118. El Ps. 115 ño tiene Halleluyah al comienzo, quizás porque, como lo hace la Biblia griega, debe considerarse como prolongación del 114.

III) 120-134 Salmos de Peregrinación (subida). Concluye con los salmos 135 y 136.

IV) 138-145 De David. Concluye con los salmos 146-150.Los salmos 119 y 137 no calzan dentro de estos criterios y fueron posi­

blemente agregados posteriormente.Así quedan divididos los 150 salmos, según las colecciones menores.

Pero éstas contienen a su vez, grupos de salmos o colecciones más peque­ñas. Así por ejemplo, la sección 42-83 consta de: 1) Salmos de David 51-71 con el 72, de Salomón, como apéndice. 2) de los Qoraítas o Qoritas 42; 44-49; 3) de Asaf 50; 73-83.

El criterio utilizado para reunir los salmos 42-49 ha sido claramente el de los títulos.

7 DATACION DEL SALTERIO EN SU CONJUNTO

Es posible determinar vagamente la antigüedad relativa de estas colec­ciones. Se cree comunmente que la más antigua es Pss. 3-41.

¿Pero cuándo se cerró definitivamente el Salterio? ¿Cuándo se terminó de agregar la última colección? Actualmente no es posible hacer la historia de las agregaciones sucesivas, ni datar las colecciones con precisión.

Para responder a la pregunta acerca de la fecha de clausura del Sal­terio, habría que datar los salmos más tardíos que contiene. Pero los críticos no están de acuerdo, precisamente en la datación de aquellos sal­mos que más podrían iluminarnos al respecto: 44; 74; 79; 83.

Algunos colocan estos salmos en el período Macabeo (T? mitad del s. II a.C.). Pero otros los fechan varios siglos antes. Y ambas posturas alegan razones serias.

El salterio pudo haberse cerrado en el s. IV a.C. pero también pudo cerrarse recién en la primera mitad del siglo segundo (a.C.). Nunca más tarde, ya que el libro I Macabeos, recopilado hacia el año 100 a.C., cita al salmo 79,2 como Sagrada Escritura (I Mac. 7,17). Además el Eclesiástico (Ben Sira), escrito hacia el 117 a.C. parece presuponer ya la existencia de los Keiubim, o sea de aquella 3? parte del canon hebreo (Torah, Nebiim Ketubim) dentro del cual se encuentra el Salterio.

Los descubrimientos de Qumram, nos han revelado sin embargo, que todavía a los comienzos de la era cristiana, circulaban manuscritos del Salterio cuya ordenación difería de la actual.

Más precisión no puede alcanzarse en la respuesta a esta pregunta acerca de la datación del Salterio.

II. — GENERALIDADES LITERARIAS

8 TITULOS DE LOS SALMOS Y OTRAS ANOTACIONES

La mayoría de los salmos tienen anotaciones de diverso tipo. Unas hacen referencia a sus autores, otras al modo de composición, a la ejecu­ción musical, etc. Estas referencias encabezan los salmos a manera de títulos. Pero también aparecen intercalados en medio del texto, o al final.

Su trasmisión textual es muy incierta. La Biblia griega carece de muchas que se encuentran en el texto hebreo, pero trae a su vez otras de las que éste carece. La versión siríaca difiere notablemente en este sentido, y tiene un sistema de anotaciones propio.

Estos hechos demuestran que estas anotaciones, por lo menos en gran parte, son adiciones tardías.

En cuanto a la significación de estas anotaciones, permanece oscura en la mayoría de los casos. Y los esfuerzos por determinar su sentido han arrojado más hipótesis que resultados positivos. Incluso el catalogarlas es riesgoso.

SírEs la palabra hebrea más frecuente para designar un canto o canción

El “Cantar de los cantares” es en hebreo el sir hassirím: “canto de los cantos” (expresión superlativa).

Aunque este término Sir, puede designar (Jueces 5,12) un proverbio, un exorcismo o un ensalmo, normalmente sin embargo, designa el canto acompañado de un instrumento musical (Génesis 31,27; Amos 6,5; Isaías 23,16; 30,29) y asociado a la danza (I Samuel 18,6; Ps. 87,7).

Israel, como los pueblos orientales, cultivaba el canto. Toda su vida se expresaba a través de cantos diversos. Es natural que los cantos que nos conserva la Biblia y en especial el Salterio, nos hayan conservado preferentemente el repertorio cultual y religioso. Pero no faltan algunos ejemplos de cantos de tipo profano. Incluso a través de los profetas, que se valieron a menudo de canciones profanas para trasmitir su mensaje religioso, conocemos algunos cantos de la vida diaria. En el salterio parece siempre designar cantos cultuales.

MizmórY también sir-mizmór, parece sinónimo de sir. La única diferencia en

el uso de esta palabra dentro del salterio, está en que se usa solamente como término técnico, en los títulos o encabezamientos, y nunca en el texto mismo de los salmos. El griego traduce “psalmos” y excepcional­mente: “oda” .

TefillahOración, plegaria (Pss. 17; 86: 90; 102; 142). Fuera de estas cinco veces,

y por su uso en el salmo 72 (fin) es posible precisar que se entendía como sinónimo de Tehilláh: alabanza, himno.

MaskilAunque por el sentido de la raíz: sakal = hacer sabio, ser prudente,

podría sospecharse el sentido de esta expresión, el uso que se le da (Pss. 32; 42; 44; 45; 52-55; 74; 78; 88; 89; 142 y 47,8) no designa precisamente salmos sapienciales. Por eso se inclinan algunos a pensar que se refiere a poemas cultos, elaborados con arte.

Miklam y ShiggayónEl primero (Pss. 16; 56-60) no ha podido ser aún interpretado satisfac­

toriamente. La segunda (Ps. 7) podría designar un género de lamentación.

LedavidLas expresiones anteriores aparecen a veces en combinación con esta

expresión de significado muy discutido. Pero la opinión que predomina actualmente en cuanto al significado de la preposición le es que se trata de un lamed auctoris, que atribuye la autoría a David.

Los términos vistos hasta ahora se refieren más bien al género de cada salmo, !_ su autor; en general se encuentran al comienzo de cada Ps. Las que siguen

enntinuación pueden encontrarse también en medio del texto y en su mayoría “ interpretadas como anotaciones de tipo musical, destinadas a guiar la ejecución

• interpretación de los salmos, su uso litúrgico, etc.

(Una explicación más detallada de cada una podrá encontrarse en: GARCIA CORDERO, iliano, Biblia Coznenlada Profesores de Salamanca Vol. IV: Sapienciales, B.A.C. Madrid,

págs. 170-173. Más extensa y científica aún es la explicación de KRAUS, Hans-Joachim, “ Band I, Biblischer Kommentar Altes Testaments XV/1 - Neukirchen 1961; págs. XVIII- . Aquí bastará retomar lo fundamental, siguiendo a EISSFELDT, Otto, en: The Oíd Testa- An Iniroduciion. Ed Blackwell, Oxford, 1966).

Sriah; (Pss. 3.3; 4.5; 7.6; 9.17.21 etc.). Según unos indica un “forte”, según otros Calzar (el tono)”, otros interpretan “repetición” ya sea de un estribillo, o de una estrofa, o “interludio” , e.d. repetición de la música con pausa del canto. No hay argumentación decisiva.

Lamenatséaj

Al director o maestro del coro. Pero según la G y el Targum, Mowin- dtel lee lemmintsáj (subst. abstr. y propone como tradución; para hacer brillar, o hacer gracioso. (Targum: se llama a traducciones bíblicas al ara- meo, usadas en el culto sinagogal).

Basten estos dos ejemplos para mos­trar hasta qué punto son todavía hipo­téticas e in c o n tr o la b le s las diversas interpretaciones que se dan de estas numerosas expresiones o notas musi­cales.

Hay otras anotaciones de tipo litúr­gico cuyo sentido es generalmente más daro. Por ejem plo el Ps. 30 lleva como título: sir janukkál habbáyii = canto da la Dedicación del Templo. Ya vimos que los Pss. 120-134 son titulados: sal­m os de las subidas (peregrinaciones).

Hay por fin algunas expresiones que parecen hacer referencia a ciertas me-

9 LOS SALMOS SON CANCIONES

No vamos a insistir en estas anotaciones, cuya relevancia para la inter­pretación de los salmos no habría sin embargo que descartar demasiado rápido. En el estado actual de la investigación no pueden ayudar mucho al no-especialista. Pero aún al no-especialista, le están indicando que los salmos deben interpretarse como lo exige el género al que pertenecen: siendo canciones, exigen que de alguna manera sean leídos y sentidos con el color afectivo del canto. Su mensaje no es en primer lugar un mensaje conceptual y nocional. Su teología es una teología impregnada de piedad, de oración, inseparable de su contexto “religioso” : cultual y afectivo.

lodías de cantos famosos sobre las cua­les se cantaría el salmo. Sobre la cierva de la Aurora ( = ‘ A l - ‘ a y y é le t h a s- sajár). Sobre la paloma muda de las lejanías ( = ‘A l-yonái ‘élem rejoqím) que era según parece un canto de des­tierro, ya que G traduce: “sobre el pueblo que ha sido alejado de los san­tos” (Yonáh: paloma, se aplica como nombre simbólico a Israel). Hay otras indicaciones de este tipo, como: sobre la muerte; sob re la m u erte del hijo; sobre la enfermedad; sobre los lirios (según otros: a rpa d e se is cu e rd a s ); sobre la octava (cuerda?) etc.

La verdad de los salmos, no es sólo su verdad teológica, sino sobre todo su verdad poética: lo que dice directamente al alma del creyente, a través de la comunicación intuitiva directa, por simpatía y connaturalidad.

Hay mucha distancia entre la repetición precipitada de un Santo, Santo, S an to .. . sin relieve ni carga emotiva, como mero enunciado de un atributo divino (¡así será no más!) y la profesión estremecida y estremecedora, efusión de una santidad entre experimentada y entrevista y que según Isaías 6 , exige ser procla­mada y al mismo tiempo impone exigencias de purificación con carbones ardientes.

I 0 LA POESIA HEBREA

No podemos detenernos demasiado en un análisis de las formas poéti­cas hebreas. Sin embargo, la interpretación de los salmos, que son como hemos visto, poesía, exigen por lo menos algunas nociones de poética.

Una obra fundamental sobre el tema es la de ALONSO-SCHOKEL, L.: Estudios de poética hebrea. Barcelona, Ed. Flors, 1963. Bastará, como mínimo indispensable el capítulo III de DRIJ- VERS, P.: Los Salmos, Barcelona, Herder, 1964.

El Verso hebreo, difiere del verso castellano. No conoce la rima, aun­que usa a veces aliteraciones y otros efectos sonoros. Pero el verso hebreo se estructura fundamentalmente, en lo que se refiere al aspecto musical, en función del metro y el ritmo. Se está todavía muy lejos de haber desen­trañado las leyes que rigen el verso hebreo. Es importante el número de sílabas y la colocación de los acentos. El verso suele dividirse en hemisti­quios que pueden ser simétricos o asimétricos.

El paralelismo. Tan importante o más que el ritmo sonoro, es el ritmo de los contenidos. La Poesía hebrea se estructura sobre todo a base de miembros paralelos: los dos hemistiquios de un mismo verso, dos versos (o más) entre sí, etc. Este fenómeno de la repetición de las frases con ligeras variantes, que es un principio muy común en la música, fue observado y descrito como el elemento esencial de la poesía hebrea, en 1753 por R. Lowth en su obra "De sacra poesi Hebraeorum".

Paralelismo sinónimo o sinonímico consiste en una repetición, que admite ligeras variantes sintácticas o de imagen. Su efecto es de penetra­ción contemplativa. Cuando en dos versos se repite uno de los miembros, (a veces todo un hemistiquio) de manera que quedan cruzados tenemos un quiasmo. que normalmente va combinado con la repetición al comienzo del versículo de la idea que concluía el verso anterior.

Paralelismo antitético consiste en la oposición de realidades contras­tantes (justo-pecador; fiel-infiel; hombre-Dios; ellos-nosotros) su finalidad puede ser la de expresar la totalidad (arriba-abajo; día-noche; bien-mal) o expresar un cambio de situación (pecado-castigo). Por el contraste resaltan así mejor cada uno de los dos términos opuestos.

Paralelismo sintético consiste en continuar y completar, desarrollán­dola, la idea contenida en el primer miembro. Este tercer tipo de parale­lismo es muy discutido por los exégetas y no todos lo aceptan. Drijvers

coloca aquí procedimientos como los de Pregunta-respuesta; primero y segundo término de una comparación; y otras formas de coordinación y subordinación (contraste, causalidad eficiente, final; condicionalidad).

Concatenación o encadenamiento consiste en una forma de paralelismo continuada a lo largo de varios miembros. El últim o elem ento de un miembro se retoma al comienzo del miembro siguiente.

Paralelismo gradual, es una forma sostenida de paralelismo progresivo a lo largo de varios versos.

Inclusión podría llamarse paralelismo a distancia, y consiste en la repetición de un término, que aparece al final de un período y al comienzo del mismo. Tiene su importancia exegética, porque a menudo sirve para delimitar una unidad literaria.

Estribillo: un verso que se repite a lo largo de una composición, entre estrofa y estrofa. Suele ser importante para determinar la idea principal de un pasaje o de la composición entera.

Acróstico alfabético: Consiste en que la primera palabra de cada versículo del salmo, comienza por una letra del alefato (= alfabeto hebreo) y sigue normalmente el orden alfabético. El alefato consta de 22 letras.

Estructuración concéntrica. A veces, todo un trozo poético puede estar compuesto de manera que haya una correspondencia simétrica entre sus extremos y sus demás partes en relación a un centro. Así está construido —afirma Boismard— el Prólogo del Evangelio según San Juan. Otros autores han estudiado estas estructuraciones concéntricas de trozos bíblicos y aún de libros bíblicos enteros.

Véase por ejem plo: VANHOYE, Albert, La Siruclure liiiéraire de l'Epilre aux Hébreux, Paris-Brugges, 1963; GILBERT, M.. La Sirudure de la Priére de Salomón (Sabiduría, Cap. 9} en: Bíblica (Roma) Vol. 5*1 (1970) p. 301 ss.

Letanías. Ya sea que se las tome como un caso especial de los estri­billos, ya sea como una forma de paralelismo de repetición, son una forma de plegaria poética, característica de las liturgias comunitarias.

Algunos críticos observan el valor mnemotécnico de los procedimientos poéticos hebreos: repetición, paralelismo, acrósticos, etc.

III. — LA CANCION HEBREA

Dijimos ya (ver N9 9) que los salmos son canciones. La palabra hebrea genérica para “canción” es sir (ver N9 8). La Biblia nos conserva frag­mentos de canciones hebreas. Vale la pena detenerse a ver algunas.

(Reproducimos aquí sustancialmente la presentación de EISSFELDT).

I | CANTOS DURANTE EL TRABAJO

Números 21» 17-18 nos conserva un canto sobre el pozo:“Pozo que cavaron príncipes que excavaron los jefes del pueblo con el cetro, con sus bastones” .

Entre los árabes se ha registrado la costumbre de cantar al excavar un pozo. La canción tiene algo de oración y de presagio, de deseo de éxito en una empresa vital como es ésta. En el texto de Números está intercalada en un paréntesis explicativo, como se ve por el contexto inmediato y anterior. El pozo cobrará en otros textos bíblicos un valor simbólico: La Ley de la cual se saca el agua de la Sabiduría divina: Proverbios 13,14; Eclesiástico 1,5; Jeremías 2,13.

En un pueblo agrícola como el israelita, abundaban las canciones para las labores del campo: cosecha y vendimia, siega y trilla son ocasión de alegría por la abundancia de la tierra y el fruto del trabajo.

“Se han alegrado al verte, como se alegran en la siega”(Isaías 9,2)

Esta alegría es proverbial. Su ausencia es tema de lamentaciones como en Isaías 16.9ss.:

“Por eso voy a llorar como llora Yazer, viña de Sibmá,Te regaré con mis lágrimas, Jesbón y Elalé,porque sobre tu cosecha y tu siega se ha apagado el clamory la alegría y el alborozo se retiraron del vergely en las viñas no se oyen los cantos de júbilo y los gritos;y ya no hay quien pise en los lagaresy e l clamor ha cesado.Por eso mis entrañas resuenan como un arpa. . . ” .

De esos cantos de alegría nos habla Jueces 9,27:“ Salieron al campo a vendimiar sus viñas, pisaron las uvas, y hicieron fiesta y entraron en el templo de su Dios”

Jueces 21.21 relata cómo los hijos de Benjamín raptan a las doncellas de Silo:“ Id a preparar una emboscada en las viñas. Estaréis alerta y cuando las muchachas de Silo salgan para danzar en c o r o .. . ” .

Salmo 126,6 hace alusión a estos cantos de cosecha:“ Se va llorando al llevar la semillamas se vuelve entre gritos de júbilo al traer las gavillas” .

Nótese que aquí el canto de cosecha tiene ya una trasposición teológica: la vuelta a Jerusalén. Más tarde se traspondrá en medios cristianos a los tiempos mesiánicos (Juan 4,35).

* Cantos en ocasión de banquetes.

Amos 6,3-7; Isaías 5,11-13 hacen mención de los banquetes de los impíos y sus canciones. Tema que se desarrolla en Sabiduría Cap. 2. A estos banquetes de insensatez se opone en Proverbios 9,1-6 el banquete de la Sabiduría de Dios (La Ley) y la Mesa que Dios prepara a los suyos:

“Tú preparas una mesa ante mí frente a mis enemigos unges con óleo mi cabeza y mi copa desborda” (Ps. 23,5)

También este banquete se convierte en figura de los tiempos mesiá- nicos. El cuadro mesiánico está en evidente oposición con el “coronémonos de rosas, porque mañana moriremos” (Sabiduría 2) que es sin duda reflejo de un canto de banquete, como sugiere el pasaje de Isaías 22,13.

* Cantos nupciales.

También proverbialmente alegres y por eso usados por los profetas como sinónimos de alegría; o cuando enmudecen: de desolación.

“He aquí que voy a hacer desaparecer de este lugar...toda voz de gozo y alegría: la voz del novio y la voz de la novia”

(Jeremías 16,9)“haré desaparecer de ellos voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido de la muela y la luz de la candela”

(Jeremías 25,10)El Cantar de los Cantares nos ofrece en abundancia ejemplos de este

tipo de canciones. Parece que 3,6-11 y 7,1-6 son cantos para la fiesta de bodas. (Acerca de estas fiestas, que solían durar siete días: Génesis 29,27ss. y Jueces 14, 10,18). A pesar de que actualmente muchos exégetas dudan de que sean cantos populares y se inclinan más bien a considerarlos como composiciones cultas, los cantos de este libro reflejan sin duda la realidad de los cantos nupciales hebreos. Véase Ps. 45.

I 3 CANTOS DE CENTINELA

Tarea importante en tiempos bíbli­cos. Palacio, Templo, campamento gue­rrero, huerto y viña eran custodiados. Jueces 7,19 habla de los somrim (cen­tinelas) madianitas en la h is to r ia de Gedeón. I Samuel 14,16, los vigías (so- fim) de Saúl preparan el ataque a los filisteos. II S a m u e l 18,24-27 cuenta cómo un v ig ía d e l ca m p a m en to de David observa la aproximación de dos

mensajeros de Joab. II Reyes 9,17-20 cuenta cómo informan al rey sobre lo que ven. Las cimas de las montañas eran lugares utilizados para trasmitir, por medio de hogueras, mensajes a lar­gas distancias, sobre todo en tiempos de guerras.

No se nos conservan cantos de centi­nela en el Antiguo Testamento. Pero sí

A menudo se lamenta la “muerte” de una colectividad: tribu, ciudad, Si se trata de enemigos, el lamento fúnebre es irónico y se con-

en una burla funeral, o un funeral burlesco. Ambos géneros están ' os. Los usan sobre todo los profetas.

Cantos de burla.

El canto y el dicho burlesco (o refrán burlesco) reciben el nombre de masbal (= proverbio). “Convertirse en proverbio” es, en el lenguaje bíblico, sinónimo de convertirse en objeto de burla. Véase: Deuieronomio 28.37; Salmo 69,12.

La burla tenía un poder temible en Israel, como hoy todavía entre árabes. Ejemplos de refrán burlesco: Oseas 9,7 (El profeta es un loco) y Ps. 42» 4.11 (¿dónde está vuestro Dios?).

Un canto de burla individual aplica­do a un s u je to c o le c t iv o nos ofrece b ú a s 23,15-16:

“ le sucederá a Tiro como en la canción de la ramera:“ Toma el arpa, rodea la ciudad, / ramera olvidada: / tócala bien, canta a más y mejor / para que se acuerden de tí” .

El refrán b u r le s c o p re d o m in a en burlas a individuos. La canción bur­lesca parece preferirse cuando se trata de burlas a grupos sociales. En el Anti­guo Israel, la s itu a c ió n de guerra y conquista provocó un uso muy frecuen­te de cantos burlescos contra los ene­migos, que se explica fácilmente. Aún hoy el panegírico propio, implica un reverso de sátira contra el enemigo. Por eso los cantos de victoria, contie­nen a menudo burlas a los enemigos. La canción burlesca cumple una fun­ción semejante a la de la actual pro­paganda periodística y su e fe c t o es temible.

Con el surgir de la profecía, las can­ciones de burla del antiguo Israel pa­recen haber cedido paso a los oráculos contra las naciones, qu e h ered a n e l mismo rol político. La palabra tiene un poder sacramental: opera lo que dice. Isaías 37,22-29: 47,lss. son o rá cu lo s contra las naciones que contienen cla­ros elementos de cantos de burla.

Números 21,27-30, es u'n a n tig u o canto de burla, aplicado al contexto de una victoria amorrea sobre los moa- bitas.

En el canto de victoria de Débora (Jueces 5,15-17) se hace burla de Rubén

y Gat, qu e n o in te r v in ie r o n en la batalla. También los w . 27-30 descri­ben la muerte de Sisera a través de un diálogo entre sus madres y las prince­sas, que por su contraste con la reali­dad, obedece a leyes del estilo bur­lesco: contraste entre gloria pasada y deshonor presente, jactancia anterior y lamentable estado actual, etc.

El Deulero-Isaías (Isaías Cps. 40-55)usa el género para hacer burla de los ídolos, de sus constructores y adorado­res. Ver: Isaías 44,12-20.

En los profetas, el canto de burla es una anticipación que se refiere a un hecho futuro, Un ejemplo II Reyes 19, 21-28 = Isaías 37.22-29 donde Dios se burla de la retirada de Senaquerib de delante de Jerusalén. Tiene elementas de burla y está concebida com o una canción de centinela. La canción ter­mina:

“Porque te alzaste airado contra mí / y tu arrogancia ha subido hasta mis oídos / voy a ponerte mi argolla en la nariz / m i brida en tu boca / y a hacerte volver por tu camino, / por e l camino por donde viniste” .

Aunque desde el comienzo del canto se presenta al rey en retirada, su opro­bio definitivo se presenta com o futuro.

También hay elementos burlescas en el oráculo contra e l Rey de Tiro de Ezequiel 28:

“ ¿P o d rá s d e c ir a ú n : “ so y un Dios!” / delante de tus verdugos? / Serás un hombre, y no un dios / delante del que te traspase!”

* Lamentaciones fúnebresComo nos dice Jeremías 9,16, la qináh o lamentación fúnebre (elegía)

la cantaban a menudo mujeres profesionales.“llamad a las plañideras, que vengan, mandad por las más hábiles, que vengan.Pronto. Que entonen con nosotros una lamentación (= nehí)

Dejen caer lágrimas nuestros ojos y nuestros párpados den curso al llanto.

Sí. Una lamentación se deja oir desde Sión:¡Ayl que somos saqueados! qué vergüenza tan grande...

.. .enseñad a vuestras hijas esta lamentación (= nehí) y las unas a las otras esta elegía (= qináh):

La muerte ha trepado por nuestras ventanas ha entrado en nuestros palacios barriendo de la calle al chiquillo, y a los mozos de las plazas.Los cadáveres humanos, yacen como bosta sobre el campo,como manojos detrás del segadorpero no hay quien los reúna (en parvas).

(Jeremías 9,16-18; 9,19b-21)Pero también las cantaban los pa­

rientes, como se ve por una insinuación de este pasaje (en señ a d a v u estra s hijas) y por las dos lamentaciones de David: su elegía sobre Saúl y Jonatán (II Samuel 1,19-27) y sobre Abner (II Samuel 3,33)

Característica de las lamentaciones es e l ¡A y! (h e b re o : ’ ék , ’ ek á h ). Ver Jeremías 9,18; II Samuel 1,19.25.27.

La forma d e s a rro lla d a con que se presenta este género ya a los comien­zos de la literatura hebrea, sugiere a algunos críticos q u e fu e tom a d o de pueblos vecinos: de Babilonia y Egipto a través de los Cananeos.

De su aplicación a casos individuales, pasó a ser aplicada a los lutos colecti­vos por ruinas de pueblos, ciudades o tribus, dando lugar a elegías políticas. En algunos casos, como vimos, se com ­binaba con befas dando lugar a elegías satíricas por la ruina de los enemigos.

A lg u n o s e je m p lo s nos los o fr e c e EzequieL Ver caps. 29,1-14; 26,17; 27,32. Pero el m ejor ejemplo es precisamente el libro de las L a m e n ta c io n e s , sobre todo los capítulos 1; 2; 4 que son ele­gías fúnebres t íp ic a s , que comienzan con la clásica fórmula ¡A y! ( = ’ekáh), y tienen su aplicación política a la rui­na o muerte de Jerusalén. en figura de mujer. Característico de los procedi­mientos del género elegiaco es el con­

traste entre la pasada belleza y el pre­sente estado.

La lamentación o elegía política en los profetas, se caracteriza por antici­parse a lamentar un estado de ruina futuro. Así Amós, qu e en la a leg re f ie s ta r e lig io s a de Betel, entona un canto fúnebre (5,2), cosa q u e d e b ió surtir un efecto aterrador.

Los profetas usan muy a menudo la elegía satírica, caracterizada indistinta­mente como mashal o qináh. Así Isaías 14,4 y Ezequiel 27,2; 28,12; 32,2.16. Es­pecialmente éste último (Ezequiel) los entona contra Tiro y Egipto, que em­barcaron a Judá en una aventura polí­tica desastrosa contra Babilonia. (Eze­quiel 27; 28). El o r á c u lo contra Tiro tiene reminiscencias del relato del Pa­raíso y está en relación con Isaías 14. Isaías 32,2-16 se dirige contra Egipto y el Faraón.

La sátira elegiaca, o elegía satírica de Isaías 14,4-21 es una joya que reúne todas las características del género (y de ambos géneros). Comienza con un ¡ay! que se repite (v. 12). Contiene una descripción del she’ol, y esto lo hereda de las elegías. Pero características de los cantos de burla son las descripcio­nes del alivio universal por la muerte del tirano, así como la comparación de su caída con la del Lucero (Lucifer) hijo de la Aurora.

Muy importantes en los pueblos vecinos de Israel, sobre todo en Egipto. Pero en Israel no se han conservado en su versión profana. Queda la casi cierta convicción de su existencia. En la corte de David había ya cantores y cantoras (II Samuel 19, 36ss.). Estos coros, frecuentes en las cortes veci­nas, tenían un vasto repertorio, celebraban la coronación, las bodas, el nacimiento de los príncipes, las victorias guerreras del rey. Y es seguro que también en Israel existieron cantos de alabanza al Rey como los que se cantaban en otros pueblos.

II Samuel 23,1-7 nos describe a David como “e l favorito de los cantos de Israel” , o sea con un título semejante al que e l Ps. 22.4 aplica a Yavé. De esos cantos de alabanza a David no se ha conservado ninguno.

I Macabeos 14,6-15 nos conserva un poema sobre el reino victorioso de Simón Macabeo.

El Salmo 45, epitalamio real, es originalmente un canto profano, que fue incorporado a una colección de cantos religiosos porque fue reinterpretado, car­gándolo con un sentido religioso: la relación de Dios con su pueblo. Según algunos críticos este salmo celebraba las bodas del joven Salomón con la hija del Faraón. Según otros la bodas de A jab con la princesa Jezabel de Tiro (I Reyes 16,31).

Este tipo de cantos debe haber existido en Israel ciertamente. Debió entrar con el ceremonial cortesano de sus vecinos. Cuando se menciona al rey en el Antiguo Testamento se usa una serie de frases descriptivas que provienen presumiblemente de dichos cantos:

“El Dios que me ciñe de fuerza,y hace mi camino irreprochable,que hace mis pies como de ciervas,y en las alturas me sostiene en pie,el que mis manos para el combate adiestray mis brazos para tensar arco de bronce. (Ps. 18,33ss.)

Igualmente el epíteto “ A n g e l d e D io s ” a p lica d o al R e y (I Samuel 29,9; II Samuel 14,17.20; Lamentaciones 4,20).

Restos de estos cantos deben haberse prolongado y conservado en los profetas: las profecías mesiánicas, sobre todo. C u an d o p o r e je m p lo Isaías 9,3-6; 11.1-9; Miqueas 5,3; Jeremías 23,5-6 glorifican las virtudes del Mesías y los tiempos de felicidad y paz que ha de traer.

“Príncipe de Paz,Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino para consolidarlo y restaurarlo... (Isaías 9,5c-6).

“No juzgará por las apariencias ni sentenciará de oídas.Juzgará con justicia a los débilesy sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra” (Isaías 11,2)

“ Suscitaré a David un Germen justo reinará un rey prudentepracticará el derecho y la justicia en la tierraen sus días estará a salvo Judá e Israel vivirá en seguro.Y este es el nombre que le darán:Yavé, Justicia-nuestra” (Jeremías 23,5-6)

“B e lé n .. . de ti me ha de salir aquélque ha de dominar en Israely cuyos orígenes son desde la antigüedad. . .El se alzará y pastoreará con el poder de Y a v é ... y él será la P a z .. . (Miqueas 5,1-3)

I 6 CANTOS DE VICTORIA. EL CANTO DE DEBORAH

Se nos conservan buenos ejemplos en el Antiguo Testamento y relati­vamente mucho más numerosos que los del tipo anterior.

El canto de María, en Exodo 15,20ss. lo veremos tratar junto con los himnos. También tiene muchos elementos hímnicos el canto de Déborah (Jueces 5). pero tiene inequívocos elementos de un canto de victoria y puede considerarse como el mejor ejemplo de todos.

Referencia a la costumbre de entonar este tipo de cantos, hacen Jueces 11,34; I Samuel 18,6-7; Jueces 16,23-25.

Una impresión de la naturaleza de estos cantos nos la da I Samuel 18.7: “Saúl mató mil, pero David mató diez mil”.

Algo más extensamente Jueces 16,23ss.:“Nuestro Dios entregó en nuestras manos a Samson nuestro enemigo el que devastaba nuestra tierra y multiplicaba nuestras heridas”.

El canto de Deborah, comienza con una invitación a la alabanza de Dios (vv. 2-3) pasa a describir la epifanía (aparición, aspecto) de Dios (vv. 4-5) y termina considerando a Dios como autor y dador de la victoria. Estos tres elementos son típicamente hímnicos. No se olvide que antes de la monarquía, en el período de los jueces, Dios es propiamente el Rey de los hebreos y que los jueces son sus lugar-tenientes.

Los vv. 6-8 describen las lamentables condiciones de necesidad y opresión.

Los vv. 9-15a miran el presente, describen la movilización de las tribus (con excepciones que son objeto de burla: 15b-17). Zebulón y Neftalí, las dos tribus líderes son especialmente ensalzadas en el v. 18.

Los vv. 19-22 describen la batalla.Los vv. 24-27 describen la muerte del jefe enemigo Sisera.

Los vv. 28-30 son uf| epitafio burlesco, donde se adelanta la frustrada esperanza de la madre y las princesas del enemigo.

El v. 31 termina:“Así morirán todos tus enemigos, Yavémientras tus amigos serán como un sol que nace esplendoroso” .

Hasta aquí hemos pasado revista a los principales tipos de cantos pro­fanos del antiguo Israel. Comenzando por aquellos de corte más individual, pasando luego a los de carácter colectivo. Fuera de algunas referencias que hicimos a propósito de los primeros tipos, acerca del desarrollo ulterior de sus motivos en el Antiguo y Nuevo Testamento, no hemos hecho refe­rencia al material de los salmos. Este material lo volveremos a retomar ahora, teniendo como panorama de fondo estos géneros ya vistos. Los salmos retoman muchos de estos géneros y motivos y los trasponen a la esfera religiosa de la piedad privada y colectiva, del culto y la liturgia.

Dan lugar así a una serie de cantos cultuales que analizaremos después.Antes, sin embargo, es necesario decir algo sobre las dificultades de

interpretación que provienen del texto y esbozar brevemente la historia de la interpretación de los salmos.

IV. — EL TEXTO DE LOS SALMOS

1 7 TEXTO HEBREO Y VERSIONES

Vimos que contamos con un texto hebreo (= M, o TM: Texto Masoré- tico) y con una traducción griega (= G, o Versión de los Setenta, o Septua- ginta: LXX). Hay además una versión siríaca (abreviada: P, por su nombre Peshillah); hay también varias otras versiones griegas, diferentes de la de los Setenta: Aquíla, Símaco y Teodocio, por sus traductores, y que se nos han conservado parcialmente gracias a la Biblia Políglota de Orígenes, un estudioso de la Biblia del siglo III d.C.

Entre las versiones latinas, hay que destacar la de San Jerónimo y citar la Vetus Latina, de la cual procede el Salterio Romano y la Vulgata Sixto Clementina.

El texto hebreo es un texto difícil. Defectuoso en muchos pasos, reto­cado y glosado a menudo, heredero de las faltas de innumerables copistas.

La Versión de los Setenta: “Una de las peores del Antiguo Testamen­to” dice Auvray (en la Introducción a la Biblia, de Robert-Feuillet (Vol. I p. 594, ed. francesa) “Debido al texto hebreo y a la mediocridad de los traductores. Ofrece contrasentidos m anifiestos. Servil y mecánica en muchos puntos, descuidada en otros. Su única utilidad es que representa un texto hebreo que difería del Texto Masorético que poseemos nosotros” .

La versión siríaca sobre un texto muy semejare al actual Texto Maso- rético y con influencias de la LXX.

Las versiones griegas de Aquila, Símaco y Teodocio ofrecen poco interés.

La versión de San Jerónimo hecha a partir de un Texto Masorético igual al actual es la mejor de todas las latinas.

Este panorama de las versiones y los textos originales, nos pone sobre- aviso: hay pasajes de los salmos de difícil interpretación que es imposible traducir si no es con conjeturas. Podemos pues toparnos con algún pasaje oscuro, traducido muy diferentemente según la opción o las conjeturas que haya preferido el traductor; o según el texto que haya seguido.

V. — BREVE HISTORIA Y PRINCIPALES ESCUELAS DE LA INTERPRETACION DE LOS SALMOS

I 8 LOS SALMOS Y LA BIBLIA

El primer hecho que habría que dejar asentado, es que el Salterio mismo, y cada salmo, contiene una interpretación, es decir una lectura de la Sagrada Escritura desde una situación existencial. El Salterio es ya una interpretación de la Escritura. Recíprocamente, la Escritura contiene inter­pretaciones de los Salmos. Por lo menos de algunos de ellos.

El Nuevo Testamento contiene citas e interpretaciones de los Salmos 2, 8 , 16, 18. 22. 40. 41. 45, 6 8 , 6 8 , 72, 82, 89. 91. 95, 97, 102. 110, 118, 132, etc. Para citar un par de ejem plos concretos: Mateo 4,6; 21,42; Lucas 20,17. En el Nuevo Testamento la interpretación de los salmos tiene un carácter claramente mesiánico. El proce­dimiento de interpretación es a menudo muy libre, de acuerdo a los cánones de interpretación habitual en los medios judíos (sobre todo fariseos) de la época, y reflejando la interpretación de Jesús. Esto explica que la primitiva Iglesia haya heredado las interpretaciones de Jesús y las haya conservado y repetido, desarro­llando posiblemente ciertos puntos o temas, según las necesidades del momento: polémica, apologética, parénesis, etc.

1 9 L A EPOCA PATRISTICA

(Orígenes, Jerónimo, Agustín) usa los salmos más bien como puntos de partida para una interpretación edificante, con fines de predicación y enseñanza.

20 EL SIGLO DIECINUEVE

Ve aparecer un fenómeno nuevo: el análisis literario, aplicado primero a las obras de la Antigüedad Clásica, pero pronto también a la Biblia, y dentro de ella a los Salmos.

2 1 LA ESCUELA DE WELLHAUSEN

Llamada ta m b ié n E scu e la c r ít ic a porque se presenta como una crítica de las interpretaciones de la tradición cristiana y judía. Wellhausen, lleva a término la obra de numerosos antece­sores hacia fines del s. X IX .

Su crítica se dirige sobre todo a la tradicionalmente aceptada a tr ib u c ió n (por los títulos de los salmos) a David, y a la antigüedad de los salmos. Para esta escuela todo el libro es post-exí- lico. La escuela, h i ja de su tiem p o, asigna gran importancia a los proble­

mas de autor, autenticidad, fecha de composición, etc. Problemas históricos de la obra literaria.

A pesar de sus e x a g e ra c io n e s , el e s c e p t ic is m o crítico de estos autores (Kirkpatrick, Konig, Baethgen. Duhm) deja saldos positivos y prepara el te­rreno a una exégesis literaria cientí­fica, que habría de dar sus frutos en lo sucesivo, y que servirá en último tér­mino para una interpretación más rica, aún en su dimensión religiosa o espi­ritual.

22' LA ESCUELA DE LA HISTORIA DE LAS FORMAS. GUNKEL

Los aportes de la Arqueología, que ponen al descubierto las culturas del Antiguo Cercano Oriente, permiten, a partir del siglo pasado un estudio com­parativo de la literatura bíblica, a la luz de textos egipcios, babilonios, etc. Surge así, en literatura y en exégesis el descubrimiento de los “Géneros lite­rarios”. Las antiguas literaturas orientales se manifiestan y comienzan a ser comprendidas desde sus propios mundos culturales. Ya no se las “reduce" sim­plistamente a la mentalidad occidental. Los textos literarios se iluminan también colocándolos en un contexto vital, cultural, comprendiéndolos de una manerafuncionai: el lugar en la vida (.Sitz im

Género literario, Sitz im Leben ( =lugar en la vida), c o m p a r a c ió n con lite ra tu ra s v e c in a s . He ahí los tres grandes n u ev os c r it e r io s con que se acomete el e s tu d io d e la B ib lia . Se cuenta además con una a g ig a n ta d a ciencia de las lenguas s e m ít ica s , del egipcio, etc.

Gunkel aplica todo este ca u d a l de ciencias auxiliares a la exégesis de los salmos. Parte de un axioma: la piedad colectiva es anterior a la piedad indi­vidual. Por lo tanto se d e b e p re s ta r más atención a los sa lm os cu ltu a le s colectivos. El Culto israelita se debe estudiar a la luz de las religiones ve­cinas. Detrás de cada salmo hay una situación cultual determinada. Adivi­narla y recrearla es colocar al salmo en su situación vital en el marco que nos p e rm it irá comprenderlo. El Sitz im Leben nos ayuda a determinar el Género Literario del S a lm o . Y hecho esto, podemos distinguir distintos gru­pos, tipos, clases de salmos: dividir el salterio, ordenar su material.

Leben) de las civilizaciones pasadas.

La división que establece Gunkel es la siguiente:

a) Himnos e je c u ta d o s en grandes fiestas, durante el s a c r if ic io . Gunkel distingue en ellos una introducción, un cuerpo y una conclusión. Este esquema literario permite analizarlos y descu­brir su naturaleza. Una comparación con material egipcio y babilonio mues­tra paralelismos que Gunkel destaca y exagera. (Ejs.: 19,2-7; 29).

b) Lamentación colectiva en ocasión de pestes, guerras, calamidades. Plega­rias en el Templo (Rogaciones públicas) dan lugar a los salmos de penitencia: confesión de pecados para aplacar el castigo de Dios. Pero (44) también a las protestas de inocencia. Suelen ter­minar con fó rm u la s q u e a n u n cia n brusca, súbitamente el perdón de Dios. Gunkel lo interpreta como la respues­ta del sacerdote. (Ejs.: 44; 60,3.7; 74; 79; 80; 94).

c) Salmos reales grupo pequeño pero importante: 2; 18; 20; 21; 45; 72; 101;

110; 122; 144. Se cantaban en el san­tuario en la coronación del monarca o en la fiesta del aniversario de su acce­so al trono, en sus bodas, o cuando iba o volvía de sus guerras, o en sus des­gracias. Estilo cortesano. Expresa los augurios del pueblo en lenguaje hiper­bólico. Gunkel sugiere un origen babi­lónico.

d) Poemas c u ltu a le s in d iv id u a le sprincipalmente de a c c ió n de g ra c ia s por haber escapado de algún peligro. Género antiquísimo según constaría a través de paralelos egipcios (tabletas votivas) y el salmo babilónico del justo sufriente. Ejs.: 18; 30-31; 34; 41; 6 6 ; 92; 100; 107; Job 33; Jonás 2.

e) Lamentación individual: son nu­merosísimos en el salterió: 3; 5-7; 13; 17; 22; 25-28; 31; 35; 38-39; 42-43; 51, 54-57; 59; 61; 63-64; 69-71; 8 6 ; 8 8 ; 102; 109; 120; 130; 140; 143. Estilo muy ca­racterístico por su forma y sus temas. (Enfermedad, persecución). C om o las colectivas, da lugar a c o n fe s io n e s de pecado o a protestas de inocencia.

23 LA ESCUELA DE MOWINCKEL

Mowinckel, d is c íp u lo de G u n k el, profundiza el estudio de las raíces cúl- ticas de los salmos. Su celo por deter­minar el cuadro cúltico de cada salmo, lo lleva a reconstruir incluso una fiesta de la cual no tenemos testimonio direc­to en la Escritura (si no es a través de conjeturas): La fiesta de la entroniza­ción de Yavé com o Rey. M owinckel la postula a partir del paralelo babiló­nico: la fiesta del Año Nuevo. A esta fiesta responderían los salmos “reales” .

Mowinckel cree poder afirmar que los “enemigos” contra los que se pide protección en a lg u n o s sa lm os de la­mentación, son los magos, que con sus sortilegios causan las enfermedades y otros males. Coincide con Gunkel en aceptar que hay en los salmos “orácu­los divinos” o sea respuestas a la ora­ción. Pero no las atribuye a un sacer­dote sino a un profeta cultual. (Ver I Samuel 10,5ss.; I Reyes 18; II Reyes 3,15).

Las teorías de M owinckel conocieron mucho éxito y difusión. Según algunos continuadores suyos (S. H. Hooke) los salmos reales deben entenderse en pa-

f) Otros tipos. Cantos de peregrina­ción, a c c io n e s de g ra c ia s colectivas, salmos de venganza, relatos de gestas pasadas, etc.

Gunkel señala además grandes líneas del desarrollo teológico de los temas del salterio. El influjo profético intro­duce en los salmos cultuales el ele­mento escatológico. La era judía, des­pués del exilio, complica las formas, mezcla salmos, introduce el tema de la meditación piadosa de la Ley, la sabi­duría y las discusiones acerca de la retribución.

El método de Gunkel consiste pues en determinar el género literario de cada salmo, para lo cual hay que: de­terminar su función o lugar en la vida (Sitz im Leben); determinar la relación con la literatura de los pueblos veci­nos; notar cuál sea la idea general del salmo; su estructuración o esquema, y el sentido de sus detalles.

Los descubrimientos a r q u e o ló g ic o s en Ugarit c o n fir m a r o n , d e sd e 1928, muchas de sus afirmaciones.

(O CULTICA, O ESCANDINAVA)

ralelismo con el “mito” , o sea la parte hablada de la celebración cultual, que junto con el “ rito” (la parte mimada, o representada) pretende r e p r o d u c ir sacramentalmente, o sea “eficazmente” un acontecimiento originario. En Babi­lonia, la fiesta de e n tr o n iz a c ió n del Rey, c o n s is t ía en una representación dramática de la muerte y resurrección del dios unida a una r e c it a c ió n del mito de la creación. En ese mito había una lucha entre el dios y las fuerzas del caos (dragón, etc.) que era imagen de la lucha del Rey contra sus enemi­gos. (Ps. 74,13-14). Ligado a este ritual había una celebración h ie ro g á m ica , destinada a asegurar la fecundidad. (Ps. 45) y una procesión triunfal (Ps. 132,8; 96.13). El Rey era c o n s id e r a d o así como un sacramento de la divinidad y de sus acciones benéficas para los hombres.

La existencia de una fiesta seme­jante en Israel, es admisible, pero es claro que en caso de haber existido, los elementos dispersos en los salmos, no dan pie para reconocerla en su pleni­tud “mítica” , sino precisamente libe­rada de esos elementos míticos.

TENDENCIAS ACTUALES Y PROSPECTIVA PARA LA INTERPRETACION DE LOS SALMOS

Este panorama de la interpretación de los salmos (que es un caso particular de la interpretación de la Escritura en conjunto) nos muestra cómo han inci­dido en el estudio y comprensión de los salmos, los descubrimientos arqueoló­gicos y el desarrollo de los estudios de historia y literatura de las culturas del Antiguo Oriente.

El desarrollo de estas ciencias suministró a los exégetas y teólogos nuevos instrumentos de estudio e interpretación. Es previsible que de manera seme­jante, se note en lo futuro la incidencia sobre la interpretación bíblica, de las actuales ciencias del hombre, que han conocido un notable desarrollo en lo que va del siglo. Las religiones comparadas y la fenomenología de la religión, ofre­cerán sin duda sus puntos de. partida nuevos para el estudio de los salmos, que son formas de ese fenómeno religioso que es la liturgia y la oración, colectiva e individual. Los nuevos conocimientos sobre los símbolos religiosos, sobre su importancia en la psicología de pueblos e individuos, como expresiones de lo que Jung llamó el inconsciente colectivo, siguiendo los estudios de Freud sobre los sueños y el significado revelador de las imágenes oníricas. . . todo ello tiene que dar lugar, sin duda a estudios sobre la simbología bíblica, sobre su naturaleza teológica y religiosa.

Asistimos de hecho ya a los comienzos de nuevas teorías de la inter­pretación que tienen en cuenta estas ciencias del hombre, aunque todavía permanecen en estado de teoría y no han sido aplicadas al análisis bíblico de manera pormenorizada y sistemática. Un libro como el de Ricoeur: "Freud. una interpretación de la cultura" es ya un intento de síntesis interdisciplinar.

“Es indiscutible, señala Ricoeur, que el problema de la herme­néutica (= interpretación) se ha constituido en gran parte, en este recinto de la interpretación de la Sagrada Escritura; lo que se ha llamado tradicionalmente los cuatro sentidos de la Escritura cons­tituye el corazón de la hermenéutica; al respecto, nunca sería demasiado insistir en que los filósofos deberían prestar mayor atención a esos debates exegéticos donde se ha puesto en juego una teoría general de la interpretación. Allí es en particular donde se han elaborado las nociones de analogía, alegoría y sentido simbólico. . . ”.(RICOEUR, Paul, Freud: una Interpretación de la Cultura, Ed. Siglo XXI, México, 1965, págs. 25-26).

Las nuevas ciencias del hombre redescubren así la exégesis patrística y medieval y nos ofrecen nuevos instrumentos para replantear los problemas de las relaciones entre los dos Testamentos. Las interpretaciones religiosas de los salmos, vuelven a tomar■ carta de ciudadanía como instancias legítimas, después de un largo exilio a la que la exégesis racionalista las había relegado.

VI. — CLASIFICACION DE LOS SALMOS EN GRUPOS O GENEROS

25 NOTA

En los números 6, 11-16 y 22-23 se ha dado ya información intro­ductoria acerca de este tema. Para evitar repeticiones, parece mejor tratar más detenidamente cada uno de los géneros más ciaros y menos discu­tidos en la Segunda Parte de este libro, a propósito del comentario de los textos concretos. Allí tratamos: I) D© los Salmos Sapienciales a propósito del Salmo 1; II) De los Salmos del Rey o Regios, o Mesiánicos a propósito del Salmo 2; III) De los Salmos de Lamentación Individual o Colectiva a propósito de los Salmos 3 y 5; IV) De los Salmos de Petición o Súplica de los que es un buen ejemplo el Salmo 4, pero que por tratarse de un género subordinado a las Lamentaciones, se trata con éstas a propósito del Salmo 3; V) De los Salmos o Himnos de Alabanza a propósito del Salmo 117 .

SEGUNDA PARTE

T E X T O S C O M E N T A D O S

VII. — SALMO 1 Y SALMOS SAPIENCIALES

26 TEXTO HEBREO

P S A L . I . &

« T r a ffstáh r a j » v b - ip x úrkrt p P K| v jv : j* t : v“ " : r* l~ t j <v • t / • s r

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n aspas □TPniaj xb > *rn“i rriPx fías« c a p ,,!Tac t t t m rr jr r|a* * - | V JV T - J**

27 TRASLITERACION FONETICA

1 ’asheré ha’ísh ’ashér ló’ halákh ba‘atsát resha‘ím ubedérekh jatta’ím lo’ ‘amád ubemosháb letsím lo ’ yasháb

2 ki ’im-betorát Adonáy jeftsó

ubetorató yehgéh yomám valáylah

3 vehayáh ke‘éts shatúl ‘al-palgé[ máyim

’ashér pireyó yittén be'ittó ve ‘aléhu ló ’-yibból vekól ’ashér-ya‘aséh yatslíaj

4 lo ’-khén harresha'ím ki ’im-kammóts ’ashér tidfénnu rúaj

5 ‘al-kén lo ’-yaqúmu resha'ím bam- mishpát vejatta’ím ba'adát tsadiqím

6 ki-yodéa‘ ’adonáy dérekh tsadiqím

vedérekh resha'ím to’béd

3 npp, a'XtSlT]n a x n a ^ P n p ¡ r n .

TRADUCCION

Feliz el hombre que no anda (sigue) en él consejo de los impíos y en el sendero de los pecadores no se detiene y en la habitación de los depravados no habita

sino que en la enseñanza del Señor (tiene)[ su beneplácito

y en Su enseñanza medita (musita) de día[ y de noche

será como un árbol plantado junto a las[ acequias de agua

qUe su fruto dará a su tiempo y sus hojas (copa, follaje) no se marchitará y todo cuanto haga saldrá bien

no así los impíos, sino que como el heno (serán) que los disipa un viento

Por eso no se levantarán los impíos en él juicio y los pecadores en la reunión de los justos

Porque conocedor (es) el Señor del camino[d e los justos

pero el camino de los impíos perecerá

S A L M O 1

2 8 ESQUEMA ESTRUCTURAL

• •

3 Feliz e2 hombre que no camina AD según el consejo de los impíosB

II

y en el sendero de los pecadores no se detiene y en la reunión de los depravados no se sienta

sino que su deleite y y _|_ en la enseñanza del Señor (tiene)

y en Su enseñanza medita de día y de noche

serácomo un árbol plantado junto a acequias de agua

que su fruto dará a su tiempo _ y sus hojas no se marchitarán 3

Y TODO CUANTO HAGA SALDRA BIEN NO (serán) ASI LOS IMPIOS

b

sino que (serán)como la paja que disipa un viento

BPor esono se levantarán los impíos en el juicio ni los pecadores en la reunión de los justos

1,2^ Porque 3 conoce el Señor el camino de los justos A

n peroO el camino de los impíos perecerá f>

Nota explicativa del esquema estructural

Para captar la idea general del salmo, se ha de leer el principio (encuadrado como número romano 1,1) e inmediatamente el fin (encuadrado con el número romano 1,2). La causa de la felicidad del justo 1,1 a se explica en 1,2 a, por el conocimiento (= reconocimiento apro­batorio) del Señor. Ese conocimiento divino de los caminos (= conductas humanas, se anuncia ya en 1,1 A-B, para retomarse en l,2aA y Bb con un fuerte paralelismo contrastante de ambos caminos. Este paralelismo se combina con un paralelismo quiástico (cruzado) que se advertirá comparando I.2a con I,2b y I,2A con I.2B. La repetición de los mismos temas al comienzo y al fin (1,1 y 1,2) es lo que se llama: Inclusión.

i

L

La idea central del salmo es por lo tanto la de la retribución del bien y del mal. Un tema típicamente sapiencial, expresado en forma de proverbio (1,1 _j_ 1,2).

El cuerpo central del salmo, encuadrado con el número romano XI, desarrolla los elementos de que consta el proverbio sapiencial que lo enmarca y lo incluye. También en este cuerpo central se advierte una estructura a base de paralelismos. IIA continúa, en una mitad negativa ( —), la descripción de la conducta del justo iniciada en I,1A 4. B. Los tres verbos: no camina, no se detiene, no se sienta, marcan una progresión (paralelismo progresivo). La descripción de la conducta del justo se completa con otra parte positiva ( 4 . ) que constituye con lo anterior un paralelismo contrastante.

A esta primera parte ( IIA— y _¡_ ) corresponde lo que se dice bajo IIB de los impíos. Entre ambas partes hay paralelismos de oposición. También lia y Ilb se construyen sobre la misma ley de paralelismo contrastante. El centro de la composición ha de verse en el resul­tado que se anuncia para la obra del justo y del impío: Todo cuanto haga el justo saldrá bien. No asi los impíos. Este centro de la composición explícita la idea de la retribución anunciada en los extremos (1,1 4 . 1,2 ). A estas estructuraciones de múltiples paralelismos alrededor de un centro es lo que suele llamarse: estructuras circulares o parabólicas o concéntricas.

Uniendo con líneas diagonales los cuatro puntos negros, el lector podrá apreciar además una estructura quiástica que domina toda la composición.

29 DIVISION DEL SALMO

vv. 1-3. Proclama feliz al justo. Su figura se describe primero negati­vamente por oposición a los impíos. Esta separación del justo se define mediante un paralelismo progresivo triple, sugerido por los tres verbos: halak-caminar; ’amad-estarse; yashab-sentarse, habitar. Positivamente (en el v. 2) la conducta del justo consiste en una actitud interior y su mani­festación: se complace en la Torah y la lee (musita: medita) asiduamente, de dfa y de noche. La Ley (Torah) se toma aquí en su sentido de “sabi­duría” normativa de la vida, (jokmáh) en oposición al “consejo” de los impíos (‘atsáh), o sea sus pautas de vida. El v. 3 describe la existencia del justo mediante la comparación con un árbol, plantado junto a las aguas perennes. El símil se explica en tres frases: fecundidad oportuna; vigor perenne; éxito en las empresas.

vv. 4-5. La desdichada suerte del impío. Esta segunda parte se cons­truye en una serie de contrastes y oposiciones con la anterior. Si la pri­mera es una bienaventuranza (¡Feliz!) ésta es —implícitamente— un juicio condenatorio (¡Ay!). En contraste con el árbol, término de comparación del justo, el término de comparación para el impío es el heno, la paja. Por un lado la quieta firmeza, la fecundidad vigorosa y perenne. Por otro lado la brevedad destinada a marchitarse, a arder, la ligereza que arrebata el viento. Vegetación de secano, sin el riego vivificante, no resistirán erguidos (como puede hacerlo un árbol!) el juicio (representado por el viento que separa la paja del trigo!). Los pecadores no se levantarán, no estarán de pie, en la asamblea de los justos, (‘adai: reunión, congregación; homófono del ‘alsát en el v. 1!).

v. 6. El versículo final nos confirma que todo el salmo consiste en una contraposición de dos caminos, o sea de dos formas de vida, de dos con­ductas. De dicha contraposición surge no sólo una descripción sino una valoración —positiva en un caso y negativa en el otro— de ambos términos comparados.

30 PROEMIO DEL SALTERIO

Este salmo fue aparentemente agregado al Salterio a modo de proe­mio. Así piensa Kraus, entre otras cosas porque una variante de Hechos 13.33 cita el salmo 2, como si fuera “el primer salmo”. No contaba pues al salmo 1. Esto tiene su importancia para comprender el sentido del salmo. Como proemio del salterio, su mensaje sería declarar dichoso al que lea y medite los salmos dejándose guiar en su vida por el mensaje que ellos contienen. Es una invitación a meditar la Escritura y a vivir según ella. Los salmos contienen ya un multiforme ejemplo de oración y medi­tación de las enseñanzas de Dios en las más diversas situaciones y aspectos de la vida del hombre. “Feliz el que entra en esta escuela!”

31 TEMAS DEL SALMO

La Torah, o sea la Ley, en su aspecto de enseñanza y sabiduría divina, como camino de Vida. (Camino, Verdad y Vida. Tres temas que sugieren ya una lectura en la perspectiva del Nuevo Testamento).

Retribución y juicio.Como imágenes, resaltan: el árbol, el heno, el agua, el viento, el fruto

y el follaje.

U GENERO LITERARIO: BENDICION, POEMA SAPIENCIAL,SALMOS DE LA LEY.

La exclamación del comienzo: ¡Feliz! es un equivalente de tinte secular de expresiones como “bendito” , “bienaventurado” . Ella coloca al salmo en el género de las bendiciones (y correlativas maldiciones). Véanse profusos ejemplos en Deuieronomio 27,15 hasta el final del 28. Un resumen nos lo ofrece Deuteronomio 30,15-20:

“Mira: yo pongo ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Si escu­chas los mandamientos de Yavé tu Dios que yo te prescribo hoy, si amas a Yavé tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivirás y te multiplicarás; Yavé tu Dios te bendecirá en la tierra que vas a entrar para poseerla. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar para postrarte ante otros dioses y a darles culto yo os declaro hoy que pereceréis sin remedio y que no viviréis mucho sobre el suelo en cuya posesión vas a entrar al pasar el Jordán. Pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra: te pongo delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando a Yavé tu Dios, escuchando su voz, uniéndote a El; pues en esto está tu vida, así como la prolongación de tus días mientras habites en la tierra que Yavé juró dar a tus padres.. . ”

Jeremías 21,8: “Mirad que yo os propongo el camino de la vida y el camino de la muerte” .

El género de bendición y maldición, era común como una de las partes integrantes de los pactos de vasallaje, que incluía la invocación de los dioses como testigos y ejecutores de la recompensa y el castigo.

Muy importante como pasaje paralelo de este salmo 1, es Jeremías 17.5ss. porque ilustra el género de bendición-maldición con imágenes casi idénticas:

5 “Así dice Yavé: Maldito sea aquel que fía en hombre, y hace de la carne su apoyo, y de Yavé se aparta en su corazón.

6 Pues es como el tamarisco en la Arabá, y no verá el bien cuando viniere. Vive en los sitios quemados del desierto, en saladar inha­bitable.

7 Bendito sea el que se fía en Yavé, pues no defraudará Yavé su confianza.

8 Es como árbol plantado a las orillas del agua, que a la orilla de la corriente echa sus raíces. No temerá cuando viniere el calor y estará su follaje frondoso; en año de sequía no se inquieta, ni se retrae de dar fruto.

9 El corazón es lo más retorcido; no tiene arreglo ¿quién lo conoce? Yo Yavé exploro el corazón, pruebo los riñones,para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras. (Jeremías 17,5-9)

33 SALMOS QUE TIENEN COMO TEMA L A LEY

Son el 19.8-15 y 119. La ley como sabiduría y camino se destaca por ejemplo en el 119,98.101. Es una instrucción de Dios y debe ser meditada. La lectura meditada, susurro, porque siempre se lee pronunciando lo leído en la antigüedad (qara’ = decir, clamar, leer), inspira la imagen de la dulzura de la ley: miel en los labios (v. 103). Y de allí los libros dulces y amargos: Ezequiel 3,1-3; Apocalipsis 10,10.

34 LOS POEMAS SAPIENCIALES

La mayoría de los salmos son composiciones cúlticas o espirituales. Pero hay algunos que tienen más bien el carácter de instrucción o ense­ñanzas. Algunos de ellos, en estilo hímnico, precian el valor de la sabiduría. Otros, contienen, al igual que los proverbios, exhortaciones a obrar el bien, invitaciones a apartarse del mal, en una palabra, normas de vida. Otros por fin son meditaciones sobre el misterio de la retribución, el escándalo del sufrimiento de los justos y el éxito de los impíos. Véase el N? 36.

Fuera del salterio hay composiciones de este tipo, sobre todo en los libros: Proverbios, Job y Eclesiástico. Citemos algunos:

Proverbios 8,1-36 es el famoso himno donde la Sabiduría se recomienda como Maestra.

Proverbios 9,1-18 el contraste entre la personificación de la Sabiduría y Necedad.

Job 28 pondera a la Sabiduría inalcanzable.Eclesiástico 1,1-20 Canta el Origen de la Sabiduría.Job 18,5-21; 20,5-29; 27,11-23 hablan del terrible final de los impíos.Eclesiástico 14,20 al 15,10 la Bendición de la Sabiduría.Proverbios 31,10-31 Alabanza de la mujer fuerte.

Este tipo de com posiciones deriva de los círculos de Sabios, los hakhamim, que según Jeremías 18,18 era, junto con sacerdotes y profetas, una de las tres categorías de guías o jefes espirituales del pueblo. (Ver Isaías 5,21; Jeremías 9,22). El retrato ideal de este tipo humano nos lo ofrece el Eclesiástico 38,24 al 39,11. Su obra se refleja en el libro de los Proverbios 22,17-24,22; 24,23-24; y en otros sapienciales.

Es en estos círculos de “sabios” donde hay que buscar a los autores de los salmos 1; 37; 49; 73; 78; 91; 128; 133; 139. La actividad de estos sabios no era exclusivamente, ni siquiera principalmente literaria. Eran más bien guías en los asuntos de la vida privada y pública: Maestros de vida. Como “profesores” sus composiciones literarias obedecen a menudo a leyes y reglas destinadas a favorecer la memorización: proverbios numéricos, poe­mas acrósticos, etc.

Los poemas sapienciales son en el fondo también “mashal” , proverbio. A veces, como se ve por ejem plo claramente en el salmo 37, los salmos sapienciales contienen una colección de sentencias sobre un tema, que aparentemente eran independientes antes de haber sido combinados. De ahí quizás la necesidad de recordarlos gracias al orden que les da su forma acróstica, según las letras del alefato. El salmo 37 opone conti­nuamente la vida y suerte de justos e impíos: “aridecen presto como el heno, como la hierba tierna se marchitan” (v. 2), “ la boca del justo susurra sabiduría” (v. 30), “ he visto al impío empinarse como un cedro del líb a n o ... pasé de nuevo y ya no estaba” , (v. 35-36) “poseerán la tierra los humildes” (v. II) “Yavé conoce los días de los íntegros” (▼. 18). Todos temas comunes con el salmo 1, que es fácil de reconocer.

35 EL VOCABULARIO DEL SALMO 1

’Asheré = Feliz!

Literalmente significa: ¡oh felicida­des d e . . . ! Pues es una palabra plural y en genitivo ( = forma g ra m a tica l para e l objeto poseído). En este caso: ¡Oh felicidades del hombre! Esta pala­bra aparece siempre, en toda la Escri­tura sólo en esta forma plural genitiva. Ver I Reyes 10,8: Felices tus hombres, felices tus siervos!; Job 5,17: ¡Feliz el hombre al que corrige Dios!; Salmo 119, 2: ¡Felices los rectos en e l c a m in o ! ; Proverbios 20,7: ¡Felices sus hijos des­pués de él!

Esta expresión se usa predominante­mente en textos y libros sapienciales. Pertenece al v o c a b u la r io del género bíblico de las bendiciones, y más pro­piamente al de las Bienaventuranzas. Ejemplos típicos de este último género es Mateo Cap. 5 y Lucas Cap. 2 (Cán­ticos de Isabel y de María).

Toráh = LeyEste sustantivo, deriva de la raíz he­

brea yaráh, cuya significación es la de tirar, por ejem plo una flecha, también

la de hacer llover, o irrigar, y la de señalar o apuntar, de la cual deriva la significación de enseñar. La Torah, es una Ley en el sentido de enseñanza. De la misma raíz yaráh deriva la pala­bra hebrea moréh: maestro.

Toda la interpretación del salmo de­pende del sentido de esta palabra en este contexto. Torah, d e s ig n a los 5 libros de Moisés. Designa también la Ley de Moisés, co n te n id a en esos 5 libros. Pero en el Ps. 1, no debe ser interpretada como Ley en su sentido normativo. Torah en el Ps. 1, es la ma­nifestación o revelación de la voluntad de Dios como Enseñanza. Y en su d i­mensión escrita, de texto que se lee y se estudia y m e d ita . Es la Sagrada Escritura, destinada a ser leída: Deu- leronomio 31,9.11 y releída: Josué 1,7. Esta revelación, que contiene sin duda uno o varios códigos de leyes, contiene también un fuerte núcleo histórico, no menos desprovisto de carácter pedagó­gico (D e u te r o n o m io 1,5; Salmo 78; Nehemías 8,13ss.), aunque algunos pa­sajes com o Malaquías 3,22 subrayen su núcleo legal.

Se trata pu es en e l sa lm o, de la Sagrada Escritura, como mediadora y testigo de la revelación de Dios. En ella encuentra el tsadíq — dice Kraus— la viva interpelación de Dios (Ps. 119), que lo refresca (Ps. 19,8) y alegra con su fuerza (19,9), irradia luz y claridad (Ps. 119,105.130). Es p o r e l lo qu e se explica el Jéfeis: beneplácito, placer, gusto; que experimenta el lector.

Jéfets = beneplácito

Define la resonancia afectiva de la Torah en el tsadíq. En el Salmo 119,24.

77.92.143.174; y en lo s v v . 97 .165 ,dicha resonancia se describe con ex- p re s io n e s s in ó n im a s sha‘ashu‘ím y ’ahab re s p e c t iv a m e n te . Estos senti­mientos de deleite en la manifestación del querer de Dios son el afecto típico del hombre verdaderamente feliz.

yehgéh = m u sita r (m e d ita n d o ). Rumiar, podríamos decir en castellano.

y o m a m v a lá y la h = d e d ía y de noche. Un par de opuestos suele indi­car en hebreo la totalidad. Por lo tanto: siempre, en todo momento. (Ps. 119,97 y 98).

36 LOS PERSONAJES DEL SALMO

Tsadiqím = los justos y Resha'ím = los impíos, son dos tipos anta­gónicos. Los impíos son aquí mera figura contrastante, al servicio de la pintura del justo y su dicha. (De ahí que el salmo no incluya una maldición, como Jeremías 17).Tsadiqím

Nombre plural masculino de la raíz tsédeq = rectitud, justicia.

Ya hemos visto la c a r a c te r iz a c ió n negativa y p o s it iv a de este tipo de hombre. La caracterización n e g a t iv a resaltará todavía cuando a continua­ción delimitemos las características de los resha'ím. Su caracterización positiva está íntimamente vinculada al sentido que en este salmo tiene la palabra: Torah: Ley, Enseñanza. En ella tiene el justo su complacencia y la lee día y noche.

Resha‘ím = los impíos

Nombre plural masculino de la raíz rashá', que significa originalmente el reo, el culpable, el que ha sido conde­nado en el juicio.

Pero además es el que ha sido cul­pable de una tra sg re s ió n contra la Torah, y como tal excluido del santua­rio por una se n te n c ia del sacerdote (Ps. 15; y 5,5 comp. con 5,8).

Este último aspecto es importante para comprender el sentido de la pa­labra en este salmo, los resha'ím son los que desprecian la Torah de Dios, y siguen sus propios principios de vida, sus máximas, su línea, su programa de conducta = ‘atsát.

Como sinónimos de resha'ím se usan dos términos más:

Jatta’im = los pecadoresReconocibles por su pecado, que es

su dérekh = camino.

LelsímPlural de léts. Es el tipo de malvado

que describe el salmo 73,8-11:“ . . .el orgullo es su collar, la violencia el vestido que los cubre la malicia les cunde de la grasa su corazón desborda de artimañas, se sonríen, pregonan la maldad, hablan altivamente de violencia; ponen en el cielo su boca y su lengua se pasea por la tierra. Por eso mi pueblo acude a ellos

dicen: ¿Cómo va a saber Dios?¿Hay conocimiento en el Altísimo?

Lels es un tipo de malvado, que se caracteriza por su arrogancia, su orgu­llo, y una positiva y militante impie­dad, que se expresa en fórmulas de positiva rebelión contra Dios y su ma­nifestación; además son proselitistas, y arrastran al pueblo detrás de sí. (Ver además Jeremías 28,15; Malaquías 3, 14). Este aspecto social de su maldad se expresa en la p a la b ra moshab = grupo, corro, rueda.

El justo (tsadíq) se caracteriza por evitar el trato con ellos: no sigue, no camina (halak) la línea de los resha'ím, ni se detiene en el camino torcido de los jatta’ím, ni se sienta en e l corrillo de los letsím.

Y J LAS IMAGENES DEL SALMO: EL ARBOL Y EL HENO.J * VALOR SIMBOLICO.

“ ...le s découvrant préts á mourir pour des vérités illusoires, je saignals dans mon coeur. Et je disais á Dieu: ‘Ne peux-tu m ’ e n se ig n e r une vérité qui domine leurs vérités particuliéres et les accueille toutes en son sein? Car sL de ces herbes qui s'enire- dévoreni, je fais un arbre qu'une ame unique anime, alors cette branche s’accroitra de la prospérité de l’autre branche, et tout l ’arbre ne sera plus que collaboration merveilleuse et épanouissement dans le soleil” (St. Exupery, Citadelle XIII).

* LA IMAGEN DEL ARBOL

La comparación del hombre feliz con un árbol es un motivo conocido en la literatura sapiencial del Antiguo Oriente. En el libro egipcio de la “Sabiduría de Amen(em)opet” (entre s. X y VI a.C.) se lee:

“ En cuanto al hombre acalorado de un temploes como un árbol que crece en lo descubiertoen la ejecución de un momento (llega) la pérdida de sus hojas.Y tiene fin en los astilleros;(o) se le lleva a flote lejos de su lugar y la llama es su mortaja sepulcral.

(Pero) el verdaderamente silencioso se mantiene aparte.Es como un árbol creciendo en un jardín.Florece y dobla su fruto; (se yergue) frente a su señor.Su fruta es dulce; su sombra grata;Y tiene su término ( = vive largamente) en el jardín . . . ” .

(Tomado de PRITCHARD, James B., Ancienl Near Eastern TexisRelaling lo Ihe Oíd Teslamenl. Ed. Princeton Univ. Press. Frin-ceton, New Jersey 1969; pág. 422).

Dentro de la Sagrada Escritura, ya hemos citado el texto paralelo de Jeremías17. (Véase una breve sistematización del tema árbol en la Sagrada Escritura, en X.León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, Herder, Barcelona, 1966).

La figura del árbol está presente en la Sagrada Escritura desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Arbol de Vida, símbolo del Reino, árbol de la Cruz. . . resuenan aquí ecos de símbolos religiosos universales, arquetí- picos. Pero nos interesan ahora dos aspectos de la imagen del árbol: su comparación con el justo y con el pueblo.

Desde los primeros versículos del Génesis, el árbol aparece siempre vinculado a su fruto, que es alimento y semilla. Es objeto junto con las demás creaturas, de la bendición de fecundidad. Como símbolo de la fecun­didad, el árbol frondoso es apto para los cultos paganos de la tierra (Deuie- ronomio 12,12: bajo todo árbol frondoso; 16,21: no plantarás árbol alguno para Asera = objeto idolátrico). La zarza, inferior al árbol (Jueces 9,8ss.) y el cardo inferior al cedro (2 Reyes 14,9) son vehículo de comparación entre hombres. La Tierra Prometida muestra su bondad por sus árboles y frutos (Números 13,20) y los hombres por sus obras comparadas a frutos (Ps. 1; Jeremías 11,19; Mateo 3,10; 7,17).

El árbol refleja el carácter de ciertos hombres. Así por ejemplo en Ezequiel 31,2-9 “ ¿A quién compararte en tu grandeza? Mira: a un cedro del

Líbano!” y en 19.10 “Tu madre era como una vid plantada a orillas de las aguas, era fecunda, exuberante, era imponente por su altura y su riqueza de ramaje”. La alegoría del águila de Ezequiel 17, se cierra con esta pro­mesa:

“También yo tomaré la copa de un gran cedro, de la punta de sus ramas escogeré un ramo; y lo plantaré yo mismo en un monte elevado y macizo. . . echará ramas y producirá frutos, y se hará un cedro magnífico. Debajo de él habitarán toda clase de pájaros...

Esta promesa de restauración se refiere al pueblo de Israel:“ Todos los de tu pueblo serán justos, para siempre heredarán la tierra; retoño de las plantaciones del Señor!” (Isaías 60,22).

Ya Isaías 6,13 anunciaba la ruina y restauración:“ Aún el décimo que quede en él volverá a ser devastado como la encina o el roble, en cuya tala queda un tocón, semilla santa será ese tocón” .

Oseas 14,6 nos muestra de nuevo al pueblo como un árbol que Dios riega:“ Seré como el rocío para Isra e l... florecerá ... hundirá sus raíces, sus ramas se desplegarán, como las del olivo será su eflorescencia. Efraím ... ¿qué tiene que ver aún con los ídolos? soy yo quien lo cuido y miro por él, Yo soy como un ciprés siempre verde y gracias a mí se le encuentra fru to. . . ” ,

El árbol plantado (= shatúl) sugiere que ha sido puesto junto al agua con solicitud por alguien, como un gajo, trasplantado a un lugar propieio que asegura su desarrollo. Palgé: nombra las aguas que corren artificialmente, una acequia, obra de una intención de fecundidad y de un cultivo permanente, que asegura el aflujo de aguas siempre nuevas e incesantes.

En la imagen del árbol hay, además de la asociación con la fecundidad, otras asociaciones. Su verticalidad, que comparte con el hombre, la bús­queda de la luz, la dificultad en sostenerse, su raigambre, su impulso hacia lo alto, su capacidad de acoger (a las aves del cielo).

“ Es precisamente este dinamismo vertical lo que forma entre la hierba y el árbol la dialéctica fundamental de la imaginación vegetal. Por muy derecha que sea la umbela en tiempo de siega, conserva la gran línea horizontal del prado. Por muy florida que esté sigue siendo siempre la espuma de un mar de verdor que ondula blandamente en la mañana de estío. Sólo el árbol s o s t ie n e firm e m e n te , para la imaginación dinámica, la constancia vertical” .

(BACHELARD, G. El airo y los sueños (Breviarios FCE 139) México-Bs. As. *1958; pág. 256).

* LA IMAGEN DEL HENO

La paja seca (mots), aparece siempre arrebatada por el viento y siem­pre como término de comparación, ya sea de los malvados (Job 21,18; Ps. 1.4; 35,5; Oseas 13,3) ya de las naciones enemigas (Isaías 17,3; 29,5). La fuerza del viento que la dispersa es hipérbole del poder de Dios (Sofonías 2.2) o de Israel, como instrumento o ministro de la acción divina (Isaías 41,15).

Este símbolo bíblico está relacionado con una serie de otras figuras: la hierba: ésheb o jatsir; la flor: tsits; la paja: qash; o hierba seca: jashash.

Véase la variedad de expresiones acumuladas en Isaías 37,27 o II Reyes 19.26.

La hierba se relaciona por un lado con el verdor y la opulencia, con la flor y la espiga, con el agua y la cosecha. Pero sugiere la idea de tran- sitoriedad estacional, de brevedad. Pasa rápidamente del verdor y el fruto fecundo, al estado de sequedad y de aridez. Seca la hierba y marchita la flor, queda a merced del viento, de los animales. Se mezcla con tierra para hacer ladrillos, se quema y desaparece en el fuego. Es por lo tanto una figura apta para ser comparada con la brevedad de la vida del hombre; con la efímera fortuna de los malvados; que acabarán en el juicio, figu­rado a menudo por el bieldo que aventa y el fuego que consume. Por ambos procedimientos se separa y discierne, o sea se juzga sin lugar a engaños, entre paja y grano, entre lo que arde y lo incombustible. Sobre la hierba sopla el viento y la agosta; el viento sirve para aventar la paja; el viento aviva el fuego que transforma en inconsistencia de humo la ya escasa consistencia del heno. Toda esta simbología está presente y activa en la teología bíblica.

“ El hijo del hombre es como el heno” (Isaías 51.12).“Jacob como la hierba tardía” (Amos 7,lss.).Véase también: Ps. 37,2; 90,5; 92,7; 102,4; 102.11; 103,15; 129,6; Isaías 15,6; 37,27;

40,6-8 44,4; 66,14; Jeremías 12,4; Daniel 4,15; Miqueas 5,7; etc.Bastará recorrer en una concordancia (Denyer, por ej.) las palabras: Heno,

flor, florecer, hierba, paja, etc. para completar en detalle este cuadro.NOTA: Una Concordancia es un índice de palabras que aparecen en la Biblia. Bajo cada voz, se indican todos los textos bíblicos en que figura dicha palabra. Un trabajo científico exige las Concordancias hebreas y griegas. Pero para quien debe manejarse con traducciones, existe desde hace pocos años una excelente Concordancia de una de las versiones de la Biblia al Castellano. Se trata de la Concordancia de C. P. Denyer, que sigue el texto de la Versión Revisada de 1960 de las Sociedades Bíblicas, ed. Caribe, San José de Costa Rica - Miami 1969.

38 SALMOS SAPIENCIALES

El comentario del salmo 1, nos ha dado la ocasión de ocuparnos ya largamente de este género de poemas o salmos sapienciales. Véanse los números 32-34. Completamos aquí la información sobre ellos.

Hay algunos salmos fácilmente reconocibles por su forma como perte­necientes a este grupo de salmos. Son los llamados alfabéticos (más exac­tamente: alefáticos) o también acrósticos. Son los salmos: 9 y 10; 25; 34; 37; 111; 112; 119; 145. En hebreo, estos salmos, muestran claramente el prin­cipio formal que ha servido a su composición. Sus versículos comienzan por las letras del alefato según su orden. Así por ejemplo el salmo 119 que está compuesto por estrofas de ocho sentencias que comienzan por la misma letra hebrea. En la traducción, naturalmente, este principio de ordenación no es evidente, y se pierde el efecto de este principio unifi- cador. Las sentencias sapienciales parecen así reunidas al azar, sin mucha cohesión.

Si se atiende a los temas, los salmos sapienciales pueden dividirse en alabanzas de la Ley (1; 19; 119); históricos, o de la historia de salvación (78; 105; 106; (107); 114; 135; 136) acerca del hombre (8; 90; 139); los que tratan de la conducta (camino!) (14; 15; 24; 32; 52; 62; 101; 112; 127; 133); los que tratan del tema de la retribución (34; 37; 49; 73; 91).

VIII. — SALMO 2 Y SALMOS DEL REY

39 TEXTO HEBREO: TRASLITERACION FONETICA Y TRADUCCION

1 lámmah rageshú goyím ule’ummím yehgú-ríq

2 yityatsebú malkhé-’érets verozním nosedú-yájad ‘al-’adonáy ve'al-meshijó

3 nenatteqáh ’et-moserotemó venashlíkhah mimménnu ‘abotemó

4 yoshéb bashamáyim yisjáq ’adonáy yilTág-lamó

5 ’áz yedabbér ’elémo be’apó ubajaronó yebahalemó

G va’aní nasákhti malkí ‘al-tsiyyón har-qodshí

7 ’asaperáh ’el joq ’adonáy ’amár ’eláy bení ’attáh ’aní hayyóm yelidtíkha

8 she’ál mimménni ve ’ettenáh goyím najalatékhava’ajuzzátekhá ’afsé-’érets

9 tero'em beshébet barzél kikhelí yotsér tenapetsém

10 ve'attáh melakhím haskílu hivvaserú shof-eté ’érets

11 ‘ibedú ’et-’adonáy beyir’áh vegilú bir'adáh

12 nasheqú-barpen-ye’enáf veto’bedú dérekh ki-yib ‘ár kime‘át ’appó ’asheré kol-josé bó

¿Por qué se amotinan las naciones y los 'pueblos musitan (murmuran) en vano?

se preparan los reyes de la tierray los príncipes conspirancontra el Señor y contra su ungido:

" ¡Rompamos sus coyundas arrojemos de nosotros sus yugos!"

sentado en los cielos se ríe el Señor se burla de ellos.

luego los increpa con ira y con su cólera los espanta:

"¡Yo mismo he instalado a mi rey sobre Sión mi montaña santa!"

¡Voy a promulgar el decreto del Señor!M e ha dicho: “Tú eres mi hijo, yo mismo hoy te he engendrado

pídemelo y te daré a las naciones como herencia tuyay en posesión tuya los confines de la tierra

los regirás con cetro de hierrocomo vasija de alfarero los quebrantarás"

Ahora, pues, reyes ¡sentad juicio! ¡recapacitad gobernantes de la tierra!

¡someteos al Señor con reverencia rendidle homenaje temblando

(Besad al Hijo)no sea que se irrite perezca el camino por que se enciende con poco su ira ¡Felices los que confían en él!

40 NEXO CON EL SALMO 1. ¿DOS SALMOS O UNO SOLO?

Puesto que probablemente el Salmo 1 fue agregado al Salterio más tarde, en forma de Proemio, el Salmo 2 es el primer salmo del Salterio. Vimos que Hechos 13.33 (Ver N? 30) lo cita como el primero. No obstante es posible que esto también pueda explicarse por el hecho de que ambos salmos estuvieran unidos. En esta dirección puede hacernos pensar la inclusión que formarían el comienzo del Salmo 1 con el final del Salmo 2. Ambos son una exclamación: ¡Feliz!

En esta hipótesis, ambas exclamaciones serían sinónimas:“Feliz el varón que no camina según el consejo de los impíos!” “Felices los que confían en él (= en el Señor o en el Justo)”

Todo el salmo primero, que como vimos es sólo un desarrollo del pro­verbio contenido en los versículos la + 6, sería una meditación sobre la figura del Rey. En ese caso, el Salmo 2 podría haber comenzado con las palabras:

“Feliz el hombre que no anda en el consejo de los impíos porque conocedor es el Señor del camino de los justos pero el sendero de los impíos perecerá ¿Por qué se amotinan las naciones. . . etc.”

Más tarde, en círculos sapienciales, se habría desarrollado más la teología del Salmo 2, que opone al ungido de Dios a las naciones impías y rebeldes. El desarrollo sapiencial aplicaría la teología mesiánica del salmo 2, al ámbito de la piedad privada, ampliándola así. Y esa ampliación habría dado lugar al Salmo 1.

4 I OTROS INDICIOS DE UNIDAD CON EL SALMO 1

El vocabulario del Salmo 2 ofrece muchos indicios en apoyo de esta hipótesisque se suman al que constituye la inclusión arriba citada.

1?) A l consejo (‘atsáh), al sendero (dérekh) y a la asamblea, a la reunión y a la morada de los impíos, que vimos en el salmo 1 , corresponde en el salmo dos e l conciliábulo de las naciones (rageshú) en el v. 1 y el camino (dérekh) de las mismas en el v. 1 2 .

Como observa M. Dahood (Psalms I, The Anchor Bible 16, págs. 2,5,14) dérekh es aquí sinónimo de asamblea. Una semejante duplicidad de sentido existe en castellano en la palabra dirección, que significa el sentido de un movimiento o un camino, pero también (la Dirección de una fábrica) el cuerpo, órgano o asamblea de donde emanan las directivas.

29) A la meditación (yehgéh) del justo en 1 ,2 , corresponde el yehgú-ríq o sea lavana maquinación de las naciones en 2,1. Mientras el justo se complace medi­tando la ley, las naciones meditan vana rebeldía.

39) A la enseñanza (torah) de 1,2 corresponde el decreto (joq) de Dios en 2,7 ss.

49) A la perdición (to’bed) del camino (dérekh) de los impíos en 1,6 correspondela perdición (to’bedú) de la asamblea (dérekh) de las naciones en 2 ,1 1 .

5?) A la elección de que es objeto el rey instalado en Sión, corresponde la imagen del árbol plantado (shatúl). (Véase a este propósito la simbología bíblica a que hacemos referencia en el comentario del Salmo 1 N? 37: Ezequiel 17, etc.).

6?) Téngase en cuenta que en hebreo, las palabras ira y nariz son sinónimas (res­piración, soplo, resoplo) por metonimia. Dios dispersa a los pueblos en su ira como el viento a les impíos en el salmo 1 .

79) En ambos salmos se opone por un lado al justo-rey y su camino, su conducta,su apego a la enseñanza de Dios por un lado con los impíos-naciones y sucamino, su consejo, sus pautas de vida. Y en ambos salmos se contrapone laasamblea de los justos-pueblo-rey por un lado, con la asamblea de las naciones- reyes rebeldes-enemigos de Israel por otro.

42 DIVISION DEL SALMO

1-3 Presentan una confabulación o amotinamiento de las naciones con­tra Dios y su ungido (Rey elegido y consagrado mediante la unción, ver I Samuel 9,16; 10,1).

4-6 La reacción del Señor ante esa rebeldía: Se ríe y les opone a Su Rey, entronizado en Sión.

7-9 Desarrolla y explica la afirmación de Dios en el v. 6. Dios llama y establece al Rey. Es un decreto de entronización.

10-12 Es una exhortación a la rendición o un ultimátum a las naciones rebeldes.

43 ¿QUIEN PRONUNCIA EL SALMO?

El Rey que reina en Sión. Es él mismo el que comprueba la rebeldía de las naciones (1-3), el que describe la reacción de Dios (4-6), el que pro­clama su propia coronación (7-9) y el que proclama un ultimátum (10-12). Así opina Kraus. Eissfeldt y otros quieren ver en cambio alternancias de voces: la del Rey, alternando con la de un profeta y /o un sacerdote.

A A GENERO LITERARIO Y OCASION VITAL (SITZ IM LEBEN):SALMOS DEL REY

Es un Salmo Real. (Recuérdese aquí lo dicho en la Introducción al Salterio, acerca de los cantos al Rey (N? 15). Los principales salmos reales son: 2; 18; 20; 21; 72; 101; 110; 132; 144,1-11. (Dejamos de lado algunos salmos que son más discutidos). (Para lo que sigue: Eissfeldt, Introd.).

La interpretación de estos salmos ofrece a menudo dificultades por pasos oscuros del texto, o por corrupciones (sobre todo en el 2 y 110). Pero con todo es posible determinar con certeza lo siguiente:

Los salmos 2; 21; 72; 110 son cantos de entronización o acceso al trono.Es incierto y discutido hasta qué punto la ceremonia de entronización era una ceremonia religiosa. Se discute también si se celebraba anualmente

en el aniversario del acceso al trono. Asimismo se discute si como ceremo­nia cultual, iba asociada con una dimensión religiosa, en la cual se cele­braba una concomitante entronización de Dios como Rey. Ver. N? 23.

El Salmo 101 presenta un juramento del Rey que podría explicarse como el que éste prestaba con motivo de su entronización.

El Salmo 132 celebra la fundación de la dinastía de David al mismo tiempo que la fundación del templo de Jerusalén. Es verosímil que al subir al trono, los reyes de Judea, que a excepción de Atalía (II Reyes 11) eran todos descendientes de David, hasta la caída del Reino del Sur, miraran agradecidos y orgullosos hacia atrás hacia el origen de su casa real. Punto de donde irradiaban tanto el poder como su inspiración religiosa, con la Promesa.

El salmo 20 es un canto del pueblo o de un coro, en ocasión de la salida delRey a una batalla. Y el salmo 144,1-11 es una oración del Rey mismo en una oca­sión semejante, en el estilo de la lamentación individual.

El salmo 18 es un canto de acción de gracias que el Rey recita al volver de la batalla y que se desenvuelve en dos movimientos paralelos (vv. 2-31 y 32-51).

A propósito de la ocasión, cultual o no, en que se pronunciaron estos salmos, o sea de su Sitz im Leben (Lugar en la vida), o marco vital, está entablada una de las polémicas más arduas en el estudio de los salmos. Véase en la Introducción al Salterio N? 23, la Escuela de Mowinckel.

45 SALMOS DE DIOS-REY

Hay un grupo de salmos próximo a éste por su tema, aunque por su forma deba agruparse entre los himnos, son los salmos que celebran la realeza de Dios: 47; (48); 93; 96-99.

46 LOS SALMOS DE SION Y LOS DE SUBIDA A JERUSALEN

Están también muy próximos, por su tema a los salmos del Rey, que tenía allí su sede. Recuérdese que David había llevado allí el Arca de la Alianza, con una gran festividad religiosa, subrayando la unión de su reinado con la Alianza del Sinaí y el dominio de Dios sobre su pueblo.

47 PARALELOS LITERARIOS BIBLICOS Y EXTRABIBLICOS

mágico consistía en escribir los n om ­bres de los enemigos potenciales sobre tablillas de arcilla, sobre estatuitas o vasijas de barro cocido que luego se rompían. Pensaban así quebrantar al enemigo mismo. Es p o s ib le qu e e l versículo 9 de nuestro salmo, haga alu­sión a una costumbre semejante:

“ los regirás con cetro de hierro como vasija de alfarero los quebran-

[ tarás” .

El tema de los reyes rebeldes es muy común en toda clase de anales y docu­mentos del Antiguo Oriente. Precisa­mente la c o r o n a c ió n del Rey era el momento que elegían los vasallos para intentar sacudir el yugo.

En la c o le c c ió n de textos reunida por Pritchard (ANET 328-29) se nos da cuenta de una costumbre mágica del Antiguo Oriente. “Los e g ip c io s ejer­cían la magia maldiciendo a sus ene­migos auténticos o posibles” . El rito

En el Museo de Berlín se conservan fragmentos de cerámica de este tipo. El texto que nos conserva Pritchard, arriba citado, dice:

“El Gobernante de Iy-anaq, Erum, y todos los clientes suyos. . .“ El Gobernante de Sutu, Ayyabum y todos los clientes suyos. . .“El Gobernante de Asqanu, Halu-kim, y todos los clientes suyos. . .“El Gobernante de Jerusalén, Yaqar-Ammu, y todos lo s . . .“El Gobernante de Jerusalén, Setj-Anu, y todos lo s . . .“Todos los gobernantes de Yysipi y todos los—“Todos los asiáticos - de Biblos, de Ullaza, de Iy-anaq, de Sutu, de Iymuaru, de Qehermu, de Rehob, de Yarimuta, de In h ia ... de Aqhi, de Arqata, de Mut-ilu, de Jerusalén, de Ahnut, de Iahenu, . . .sus hom­bres fuertes, sus veloces corredores, sus aliados, sus asociados y los mentu (vecinos) de Asia, los que puedan rebelarse, los que puedan conspirar, que puedan luchar, que puedan hablar de luchar, que puedan hablar de rebelarse - en toda esta tierra” .

(Véanse otros paralelos en PRITCHARD J. B., (obra citada en la pág. 40). Hay una traducción castellana de parte de esta obra, con textos seleccionados: Ed. Garríga, Barcelona, 1966, con el título: "La Sabiduría del Antiguo Oriente".

Un oráculo de la diosa Nin-lil sobre el rey Asurbanipal de Asiría dice así:

“Los reyes de la tierra complotan juntamente diciéndose:

Ea! levantémonos contra Asurbani­pal. . . que por su poder no cause divi­siones entre nosotros.

Nin-lil respondió: A los reyes de la tierra los aniquilaré, los subyugaré y los encadenaré con fuertes cadenas” .

Este himno tiene los caracteres de un oráculo divino que sigue el mismo esquema:

1 . anuncio de la intención agresiva de los enemigos

2 . cita de las palabras belicosas de aquéllos

3. cita de las palabras del oráculo divino

4. declaración de la inanidad de los intentos de los contrarios.

Este e sq u em a fue usado, ya en la Biblia, no solo en nuestro salmo 2 sino en los profetas. Y es desde allí de donde llegó hasta el salmo y el culto. Isaías 7 nos relata siguiendo ese esque­ma el complot de los reyes de Samaría y Damasco (lss.); cita las palabras de los c o n s p ir a d o r e s (6 ); trasmite un oráculo de Dios en defensa de su pro­tegido (4); y la futilidad de los intentos de Aram y Efraim (7-9). Algo seme­jante es o b s e r v a b le en Jeremías 18, 18ss. y I Macabeos 1,12. El salmo 48, 4-6 ofrece un paralelo para el punto 4.

48 LUGAR EN LA VIDA (SITZ IM LEBEN)

A la luz de los paralelos extra-bíblicos es posible tejer más conjeturas acerca de la oportunidad en que podía ser cantado este salmo. Es, como señalamos ya, sobre todo la escuela de Mowinckel, la que lo sitúa en una fiesta de entronización del Rey. En favor de esta conjetura pueden adu­cirse muchos datos que la hacen verosímil. Pero en contra aboga un hecho importante, y es que en ningún lado encontramos evidencia de que existiera una fiesta cultual, periódica o anual, que celebrara la entroni­zación del Rey, en el culto de Israel- Ver. N° 23.

Sí la había en las culturas vecinas. Tanto en Egipto como en Mesopo- tamia, el Rey era considerado “Hijo” de la divinidad. En Egipto era hijo

física y metafísicamente, por ser engendrado por un dios encarnado, en una hierogamia. Esta hierogamia era un acontecimiento mítico que se celebraba anualmente y estaba ligada al misterio de la fecundidad de la Tierra.

En las fiestas de celebración del rey, la divinidad concedía al Rey sus deseos. Le otorgaba el poder y el dominio sobre sus enemigos y los de su pueblo. Castigaba a los vasallos infieles.

Era precisamente aprovechando el cambio de rey y la ascensión al trono del nuevo soberano, que los vasallos desconformes intentaban con más frecuencia sus rebeliones. Era la coyuntura propicia, porque el poder del nuevo rey no estaba consolidado. Y se negaban a rendirle homenaje.

Todos estos datos hacen pensar que el salmo 2, calza bien en una de esas ceremonias, o en su celebración aniversaria.

En gran parte, la resistencia a la hi­pótesis de M o w in c k e l proviene del justificado recelo de admitir elementos míticos en el culto de Israel. Pero el mismo M owinckel reconoce que: "los paralelos fe n o m e n o ló g ic o s son fácil­mente engañosos. Cuando la misma ex ­presión o la m ism a im a g en , o una misma idea se encuentra en dos sitios diferentes, en dos c iv i l i z a c io n e s y religiones, no se sigue que ellas signi­fiquen lo m ism o , aún cu a n d o haya habido un influjo histórico y un prés­tamo en un sentido u otro. Cada deta­lle obtiene su significación a partir del lodo estructural en que se encuentra incorporado, y del cual forma parte. El problema no está primeramente en ave­riguar o probar que una determinada idea es Israelita, o si ha sido tomada en préstamo de Babilonia o de Egipto.

Lo esencial es averiguar cuál es el sig­nificado que ha recibido en su nuevo contexto: ¿qué hizo la religión de Israel con é l?" (The Psalms in Israel's Wor- ship, Oxford, B la c k w e ll , 1962, págs. 56-58).

Y como reconoce en seguida Mowin­ckel: "N o cabe duda alguna de que la religión yavisla tra n s fo rm ó radical­mente la idea del rey propia del con­torno oriental, y en consecuencia (debe haber transformado) aquéllas fo rm a s del culto que estaban asociadas a d i­chas ideas". "A u n q u e Is ra e l adoptó muchas ideas, funciones, formas y esti­lo de las m o n a rq u ía s orientales, las concepciones básicas fueron alteradas (en Israel) su s ta n c ia lm e n te , bajo el influjo de la religión de Yavé".

49 EL REY EN ISRAEL

En todo el Oriente es caracterizante de la peculiar posición del Rey dentro de cada cultura, un doble parámetro.

1) La relación del Rey con el Pueblo.2) La relación del Rey con la divinidad.

El Rey y el Pueblo en Israel.El antiguo ideal del jefe (sheik) proveniente del medio patriarcal y de

la vida en el desierto no se extingue nunca en Israel. Al contrario. Es como un sello perenne sobre la figura del rey ideal. El tipo oriental del rey despótico no pudo dominar jamás los rasgos, más democráticos, del jefe de la tribu en el desierto. El jefe patriarcal tenía un mayor grado de iden­tificación con su pueblo y estaba, solidario con él, ante Yavé. Se identifi­caba más con el pueblo que con la divinidad. Era ministro de un Rey divino frente a un pueblo.

El Réy es el ungido de Dios. Esto es, participante de su Espíritu (I Samuel 10,6.9ss.; ll,6s.; 16,13) y por ello de poderes y facultades sobre­naturales (Ps. 89,22; Miqueas 5,3; Números 24,17).

Es elegido por Dios (I Samuel 10,24; 16,lss.; II Samuel 7,8; Ps. 45,8; 89,21) adoptado y cuidado por El (Ps. 2,2; 18,35; 89,27ss.).

Es el Hijo de Dios (Ps. 2,7; 110,3 G).Está en una relación peculiar frente a Dios. El es su Dios (I Samuel 25,

29; II Samuel 14,11 etc.).Es Siervo de Dios, en un sentido especial (Ps. 18,1; 36.1; 89,4.21; 132,10;

Ageo 2,23; Zacarías 3,8) y cumple sus encargos, goza de un favor especial.Dotado de una fuerza vital extraordinaria, sobrehumana (Ps, 21,5; 72,5)

y “divina” (Ps. 45,7). Es sanio. Y por lo tanto es pecado horrible alzar con­tra él la mano (I Samuel 24,7; 31,4; II Samuel 1,14).

Por la unción se transforma en oiro hombre, con otro corazón (I Sa­muel 10,6.9). Santificado y hecho capaz de cumplir la misión a la que se lo aboca. Porque deberá ser fuente de fuerza y aliento del pueblo (Lamenta­ciones 4.20); igual a diez mil de los nuestros (II Samuel 18,3); la lámpara de Israel (II Samuel 21,7); portador de fuerzas divinas, sin las que Israel no puede subsistir (Oseas 3,4) protector, a cuya sombra se vive (Lamenta­ciones 4,20). Dotado de suerte y éxito (Ps. 20,5ss.; 72,6.17; II Samuel 23,3ss.); de victoria y gloria (Ps. 110.2) de justicia (Ps. 72,1.4s.; 45,7ss.; 101) de sabi­duría (II Samuel 14.7; I Reyes 3.5ss.) y piedad (Ps. 20,4; 72,1; 18,21ss.).

Como Hijo y virrey del Dios altísimo, Yavé, le corresponde una sobe­ranía cósmica (mundial) (Ps. 2,8; 72.8-11; 89.26ss.). Está sentado a la diestra del trono de Dios (Ps. 110,1). El trono del Rey en Jerusalén simboliza la montaña del mundo (morada de la divinidad). Representado con cuernos (I Samuel 2,10; Ps. 89,18; 132,17; Deuteronomio 33,17) símbolo de los dioses (Números 24,8; Ps. 89,24). También es signo divino la corona o diadema (II Samuel 1,10; 12,30 G) y quizás el cetro (Ps. 110,2; 45,7; Exodo 4,17-20).

5 I EVOLUCION DE L A REALEZA EN ISRAEL

La institución real surgió sin duda por motivos religiosos. Es muy proba­ble que el criticismo que encontramos en Jueces 8, no fuera originario, sino que se haya ido formulando como con­secuencia de una experiencia histórica. Pero bien pudo ser que desde el co­mienzo existiera una cierta prevención contra la posibilidad de que los reyes usurparan algo de la soberanía directa de Dios sobre su pueblo. Gradualmente surge sin embargo un acento cada vez mayor sobre la r e s p o n s a b il id a d del Rey, y se subraya su obligación de rea­lizar un ideal de justicia y rectitud, de

auxiliar a los pobres y oprimidos, a los sufrientes y desprovistos de derechos en Israel con sabiduría y poder tauma­túrgico. Todo esto es posible en virtud de los poderes divinos que recibe en su fidelidad a su Alianza con Dios, fuente de dichos poderes. De ahí la importan­cia que tiene su piedad, su humildad, su obediencia y sumisión a la voluntad de Dios. Ellas son la condición de apti­tud para constituirse en canal de las gracias divinas sobre el pueblo. Como intercesor e intermediario, el rey cum­ple así un rol sacerdotal, de mediador.

Rey en Jerusalén, es decir en Sión, montaña santa de Dios, rey según el orden de Melkitsédeq, es decir del Rey- sacerdote de Salem (J eru sa lem ) que en tiempos de A b ra h a m , bendice al patriarca, cuando éste vuelve de gue­rrear con los impíos. (Génesis 14,17ss.).

Como nos lo muestra el ejem plo de David, tiene o ca s io n a lm e n te un rol cultual. Salomón, constructor del Tem­plo, tiene también su participación en

el orden del culto (II Samuel 6; I Reyes 8; 21,9; II Reyes 16,10ss.; Isaías 37,14ss.).

Hablando en n o m b re d e l p u eb lo , puede hacerlo en primera persona sin­gular: Yo, dentro del cual debe enten­derse comprendido el Yo colectivo de Israel.

El Rey tiene también dones proféti- cos. El Rey es ungido generalmente por un profeta sacerdotal.

53 COMO LEYO EL NUEVO TESTAMENTO A L SALMO 2

Antes que nada una aclaración. Se­gún las costumbres de la argumenta­ción rabínica propias de la época de Jesús y del Nuevo Testamento, no es necesario trascribir entero un pasaje de la Escritura. Basta trascribir un ver­sículo para remitir al oyente instruido a todo un contexto. Más aún, para re­mitirlo no solo a un texto, sino a todo un grupo de textos organizables alre­dedor de esa idea o frase común. Así por ejemplo, basta citar una frase del salmo 2 para hacer de alguna manera presentes los pasajes paralelos de otros salmos regios, e incluso pasajes histó­ricos conexos.

De ahí viene otra costumbre exegé- tica. La de combinar en una sola cita, dos o más textos, incluso de libros y autores diversos. Véase por ejemplo la combinación que hace Marcos 1,2-3 de una cita de Malaquías y otra de Isaías. En esta combinación hay ya una argu­mentación t e o ló g ic a im p líc ita . La combinación de ambos textos tiene por finalidad i lu m in a r lo s m u tu a m en te , completar el sentido del uno por el otro.

Las citas no siempre son “ explícitas” en el Nuevo Testamento. No siempre se dice: “ como dice Isaías” . A menudo se anuncia sólo “ como está escrito” , “com o fue dicho por el profeta” . Otras veces ni siquiera eso.

Citas del Salmo 2 en el Nuevo Testamento

El pasaje 2,7: “Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy” lo citan:

Lucas 3,22: textualmente.M aleo 3,17 y Marcos 1,11: combinán­

dolo posiblemente con Isaías 41,8ss. y

42,lss. Aproximan así teológicamente los temas del Rey-Mesías con los del S ie rv o S u fr ie n te . (Es la escena del Bautismo y la Voz del cielo).

Marcos 9,7; M aleo 17,5 y Lucas 9,35presentan una combinación semejante de los temas del Rey (Ps. 2) y los del Siervo Sufriente (Es en los tres sinóp­ticos la escena de la Transfiguración y la Voz del cielo).

Hechos 13,33: cita te x tu a lm e n te el salmo (como Lucas 3,22) a propósito de la resurrección de Jesús, como cumpli­miento de las promesas hechas a los padres y cumplidas en nosotros. Pablo conecta este texto con la promesa de Isaías 55,3 (contexto amplio de los can­tos del Siervo) en su argumentación ante los fieles de la sinagoga donde pronuncia su discurso.

Hebreos 1,5 y 5,5: Cita textualmente el salmo am bas v e c e s (“ lo que Dios dijo, reveló") en un contexto lleno de citas de los salmos regios (8; 45; 182; 110; etc.) El conjunto de la argumen­tación de este pasaje, va dirigido a hacer la apología de la excelsa iden­tidad de Jesús, s u p e r io r a todos los ángeles.

Esta coincidencia entre los diversos autores y libros del Nuevo Testamento, se explica p o r e l uso d e la Ig le s ia primitiva en t ie m p o s pre-canónicos. Posiblemente los discípulos aprendie­ron de Jesús mismo esta interpretación del Salmo 2, así como su vinculación con el resto de los salmos reales y con

la te o lo g ía d e l S ie rv o del Deutero- Isaías.

DODD, C. H. "According ío the Scriptur©»"James Nisbet & Co., Londres 1952; reed. Fon­tana Books 2005R; Collins, Londres, 1965, pág. 31-32.

El cuadro sinóptico que presentamos permitirá comparar los textos paralelos de Maleo, Marcos y Lucas, con los pa­sajes del Antiguo Testamento que citan y combinan, a la vez que entre sí.

Maleo 3,17 Marcos 1,11 Lucas 3,22

Este esel Hijo mío (utos) querido en el cual me complací

Tú eresEl Hijo mío (uios)queridoen time complací

Hijo mío eres tú

Yo hoy te he engendrado

Isaías 42.1ss. Isaías 41,8ss. Salmo 2,7

He aquía mi Siervo (país) a quien yo sostengo mi elegido en quien se complace mi alma He puesto mi espíritu sobre ély dictará ley a las naciones

Y tú, Israel,Siervo mío (país)simiente de mi amigo Abraham,te llamé y te dije:"Siervo (país) mío eres tú te he escogido y no rechazado, contigo estoyte tengo asido con mi diestra No temas, yo te ayudo

Hijo mío (uios)

eres túYo te he engendrado hoy

Mateo y Marcos coinciden, excepto en que Mateo se refiere al Hijo en 34 persona, mientras Marcos lo interpela en 2*. Esta misma d ife r e n c ia existe entre los textos de Isaías 42,1 y 41,8. Lucas cita literalmente el Salmo 2 sin combinar co n lo s tem as del Siervo, como lo hará en el pasaje de la Trans­

figuración (9,35). El montaje de textos revela una visión teológica acerca del carácter del Reino de Jesús.

Para apreciar las sem e ja n za s que existían ya en el Antiguo Testamento entre las figuras del Rey, del Siervo Sufriente y del Hijo del Hombre com ­párense los tres textos siguientes:

EL REY UNGIDO Salmo 2, 6-8

EL SIERVO DE DIOS Isaías 52,13; 53,9.12

EL HIJO DEL HOMBRE Daniel 7,13-14

Yo instalé a mi Rey sobre Sión

Me dijo: “Tú eres mi Hijo, yo mismo te he engendrado. Pídemelo y le daré a las naciones como herencia

Mi siervoserá exaltado, enaltecido, levantado sobremanera

Por eso le daré su herenciaentre los grandes repartirá sus despojos

Un H ijo de H om bre.. .a él se le dio imperio honor y re in o .. .

a él se le dio imperio honor y reino y todos los pueblos naciones y lenguas le sirvieron

IX. — SALMO 3 Y SALMOS DE LAMENTACION (I)

54 TEXTO HEBREO: TRASLITERACION FONETICA Y TRADUCCION

1 mizmór ledavíd beborjó mippené ’abshalóm benó

2 ’adonáy máh-rabbú tsaráy rabbím qamím ‘aláy

3 rabbím ’omerím lenafshí’éin yeshu'atáh ló be’lohím (selah)

4 ve’attáh ’adonáy magén ba'adí kebodí umerím ro’shí

5 qolí ’el-’adonáy ’eqrá’ vayya'anéni mehár qodshó (sélah)

6 ’aní shakhábti va’ishánah heqitsóti ki ’adonáy yismekhéni

7 lo ’- ’irá’ meribebót ‘am ’ashér sabíb shátu ‘aláy

8 qumáh ’adonáy hotsi’éni ’eloháy ki hikkíta ’et-kol-’oyebáy léji

shinné resha'ím shibbárta

9 la’donáy hayeshu‘áh *al-‘ammekhá birkhatékha (sélah)

Un salmo de David en su huida ante Absalom su hijo.

¡Señor! ¡Cuántos son mis enemigos!¡Cuántos los que insurgen contra mí!

¡Cuántos los que dicen acerca de mí:“ ¡N i en Dios hay salvación -para él!’ ’

Pero tú Señor (eres) un escudo ante mí(eres) mi gloria y el que mantiene erguida

[m i cabeza.

Mi voz clama al Señory me responde desde la montaña de su

[ santidad.

Yo me acosté para dormirme, desperté porque el Señor me apoya.

No temeré los millares de gente que alrededor se apostan contra mí.

¡Levántate Señor! ¡Sálvame Dios mío! Porque tú golpeaste a todos mis enemigos

[ (en) la mejilla,

los dientes de los impíos quebrantaste.

De Dios la salvación (viene)Sobre tu pueblo (está) tu bendición.

Es éste el primer salmo de la colección de Salmos de David (Ps. 3-41). El ledavid del título, aparece a la cabeza de 73 salmos. Para esta expresión y para la palabra mizmór (Ver N? 8 ).

1 El título: contiene una indicación de género, de autor y acerca dela oportunidad en que lo pronunció David. La coyuntura histórica puede verse en II Samuel 15,13ss.

2-3 Lamentación: Se lamenta un individuo, David, que sin embargo,como rey inviste cierta representatividad de su pueblo, también delIsrael de todos los tiempos. David se lamenta delante de Dios. Se lamenta de la confabulación e insurrección de numerosos enemigos. Recuérdense las naciones que se confabulan contra el ungido (Ps. 2). Al frente de los insurrectos está nada menos que un propio hijo de David: Absalom.

4-7 Confianza. Fundada en Dios y sus beneficios.

8 Súplica, en la cual se da por concedido lo que se pide.

9 Profesión de fe y bendición.

56 GENERO LITERARIO: LAMENTACION INDIVIDUAL

Se trata de un salmo que pertenece al grupo de las lamentaciones individuales (ver N9 14). Esto lo revela ya la estructura misma del salmo: Lamentación - confianza - súplica - seguridad de ser escuchado - alabanza y bendición. La estructura es muy lógica y manifiesta una experiencia religiosa en forma veraz. Del estado deplorable y de la experiencia de los beneficios de un Dios providente brota una oración confiada, cierta de ser escuchada y capaz de dar ya por sucedido lo que pide. La alabanza brota al final, espontánea, como manifestación de la gratitud adelantada. Nótese que en el salmo dominan las expresiones de confianza, mientras que la lamentación propiamente dicha y la súplica ocupan un espacio más redu­cido, aunque no forzosamente pierdan fuerza por ello. Algunos lo clasifican entre los salmos regios, y otros entre las oraciones matinales (v. 6).

57 ¿QUIEN SE LAMENTA?

Si nos atenemos a la indicación del título se trata de David en una ocasión bien determinada: II Samuel 15-18.

Pero los críticos han propuesto otras soluciones, ya que no suelen muchos de ellos, prestar im p o r ta n c ia a esos títulos. Kraus razona así: “Este título, no sirve para aclarar el texto y el con­tenido del salmo manifiesta que está equivocado. Porque el cantor de nues­tro Salmo — prosigue Kraus— no huye, como hizo David, y no deja traducir ni una huella de dolor, como David tuvo

por la muerte de su hijo Absalom. La divergencia de detalles es manifiesta” .

Gunkel lo atribuye a un individuo anónimo, que pinta su desgracia va­liéndose de imágenes que toma presta­das a la épica, y procura así magnificar la expresión de su dolor. Kraus se in­clina por esta solución, pero con re­paros.

Kittel piensa en algún jefe militar israelita, en ocasión de un gran peli­gro que ha vivido.

Duhm, propenso siempre a post-datar los salmos, quiere c o m p r e n d e r este salmo s o b re e l fo n d o de las lu ch a s Macabeas.

Bentzen dice que es un salmo perte­neciente al g ru p o de lo s r e g io s , y afirma que todos los salmos que, siendo lamentaciones, nombran al rey, deben colocarse en el grupo de los salmos reales y no en el de las lamentaciones.

Weiser, en la línea de la escuela cúl- tica, cree que pertenece al ritual de las fiestas del rey, y debe entenderse en el marco de la teología de Dios como gue­rrero contra las naciones (ver N9 47).

Retomemos las objeciones de Kraus. No parecen concluyentes. El salmo no tiene por qué haber recogido lodos los sentimientos de David. Los enemigos se dan por castigados en una especie de adelanto profético, pero no forzo­samente porque ya se haya realizado el castigo. Y David luchó contra su hijo Absalom, para vencerlo — y como rey, es decir, como responsable de su pueblo y de su unción— una guerra que era política y santa a la vez. Su tragedia p e rs o n a l en este conflicto consistió en el encontronazo entre su

calidad de rey por un lado y su calidad de padre del in s u r r e c to por el otro. Este conflicto se asemeja mucho al trá­gico dilema de Abraham, cuando debe sacrificar a su hijo, porque se lo exige la fidelidad a Dios. Las objeciones de Kraus, ignoran así una tensión trágica inherente a la situación de David. Es cierto que la situación no se manifiesta como trágica en este salmo. David no lamentó la derrota de su hijo, sino su muerte, que no estaba prevista, y que no habría sido necesaria. Por otra par­te, Absalom encabezó una insurrección que se alimentaba sin duda de descon­tentos y rivalidades en círculos más amplios. Es muy posible que haya sido utilizado como bandera política, para presentar una a lte rn a t iv a davídica frente a David mismo. No puede extra­ñar que David orara por el castigo de los rebeldes .

Contra la atribución del salmo a un hombre cualquiera, está el hecho de que sólo un rey puede identificar su suerte con la del pueblo, y su salva­ción con la bendición del pueblo en­tero (v. 9). Hay que atribuirlo, como todo lo sugiere en el salmo, a un rey. Y todavía no se ve por qué no a David.

58 DATACION

Kraus piensa que nada se opone a que sea pre-exílico. (Sobre los criterios de datación ver el N? siguiente).

C Q SALMOS DE LAMENTACION: DIVISION Y RELACION CON OTROS GENEROS

Los salmos de lamentación los dividen los comentaristas en dos tipos:1) Lamentación individual; 2) Lamentación colectiva. Algunos comentaris­tas los llaman también: Salmos de súplica (Drijvers por ej.), ya que la lamentación va generalmente unida a una oración de petición. Otros suelen estudiar este género junto con los salmos de petición, de confianza, y de acción de gracias. La estructura de los salmos de lamentación explica este parentesco con los otros géneros.

Como explica Claus Wesiermann, a la lamentación pura —propia de los pri­meros tiempos— se agrega más tarde una oración de súplica. En épocas posteriores, esta súplica cobra vida independiente y se constituye en género autónomo. Inspi­rado en esta evolución, Westermann descubre un criterio para determinar la anti­güedad relativa de un salmo. Una lamentación aislada y pura, sin elementos de súplica, de confianza o de gratitud, es probablemente más antigua. Una súplica aislada, es probablemente más tardía. Las combinaciones de estos elementos, indican una época intermedia.

(Ver: Struklur u. Geschichte der Klage im Alten Teslamenl en: Gesammelte Studien. Ed.Kaiser, München 1964, pp. 266-305).

Por ser el salmo 3 una lamentación individual, nos ocuparemos ahora de las generalidades de este tipo de salmos, dejando para después las gene­ralidades de la lamentación colectiva. Pero es necesario decir ahora una palabra acerca del debatido problema del YO de los salmos. Puesto que sobre la respuesta a este problema se fundamenta la distinción entre lamentaciones individuales y colectivas.

6 1 EL YO DE LOS SALMOS

La discusión gira alrededor del problema que plantea el uso de la primera persona singular. ¿Se trata de un YO colectivo? Así se usa sin duda en algunos casos, por ejemplo en el salmo 129 (acción de gracias):

Pero ¿hasta qué punto es colectivo ese YO en todos y cada uno de los salmos?

En un primer período la interpretación generalizada de este YO como colectivo gozó de extenso favor. En los últimos cincuenta años, como resul­tado de los estudios de Gunkel, Baila y Bergrich, se prefirió la interpreta­ción estrictamente individual de ese YO. Weslermann (en el estudio citado en él N9 59), se opone a diluir la diferencia entre las lamenciones indi­viduales y colectivas. Sus análisis de la estructura y de los motivos de las lamentaciones, confirma la distinción entre salmos individuales y colec­tivos. Gunkel y su escuela reducían a un mínimo el caso de YO colectivo.

Más recientemente Mowinckel, apoyado en estudios sobre la persona­lidad corporativa o incorporante, reivindica una representatividad colec­tiva, sobre todo en el caso de los salmos reales, para la primera persona.

Hay que contar pues con la posibilidad de que algunos salmos que son en apariencia lamentaciones individuales puedan haber sido entendidos como lamentaciones colectivas o nacionales. Pero e n su i n m e n s a m a y o r í a , dentro y fuera del Salterio, e l YO i n d i c a c i e r t a m e n t e u n f i e l i n d i v i d u a l .

Mucho me han asediado desde mi juventud; dígalo Israel”.

62 LAS LAMENTACIONES INDIVIDUALES EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Recuérdese ante todo lo dicho acerca de las la m e n ta c io n e s fúnebres en el N9 14.

sés ora así cuando se ve encadenado yconducido a Babilonia:

El género de las lamentaciones es importantísimo. No sólo pertenece a dicho género el grupo más numeroso de salmos (unos 40) sino que a él per­tenecen abundantes pasajes y casi li­bros enteros del Antiguo Testamento (Job, Lamentaciones, Jeremías) Mana-

“ Cuando se vio en angustia, quiso a p la ca r a l S e ñ o r su Dios, humi­llándose p ro fu n d a m e n te en pre­sencia del Dios de sus padres. Oró a él y Dios accedió, oyó su oración y le concedió el retorno a Jerusa­lén, a su reino” (II Crónicas 33, 12-13; ver v. 18).

Las desgracias que suele lamentar el individuo son: la muerte, la enferme­dad, el insulto y la burla de los enemi­gos. Esta última toma motivo de las

63 LOS TRES PERSONAJES DE LAS

Un repaso de la historia de las la­mentaciones, desde las de Moisés, Elias, Jeremías, Job, etc., h asta las de los apocalipsis apócrifos (Esdras) muestra — a pesar de las diferencias— una es­tructura semejante en todas ellas. Lo común y característico de todas es su carácter de drama de tres personajes:1) el fiel que se lamenta; 2) Dios; 3) los enemigos. La desgracia del fiel, viene de otros hombres. Si se volcara direc­tamente sobre ellos sería mera “críti­ca” . Lo que la constituye en “ lamen­tación” es que e l fiel se vuelve hacia Dios y presenta su causa ante el tribu­nal de Dios. Esta estructura es común con las la m e n ta c io n e s c o le c t iv a s . Léanse como ejemplos:

Ps. 13, 2 ¿hasta cuándo Señor me tendrás olvidado?¿Hasta cuándo me ocul­tarás tu rostro?

3 ...¿hasta cuándo triunfa­rá sobre mí mi enemigo?

Ps. 79, 1-3 los enemigos4 nosotros (colectivo)5 Tú Señor. . .

LAMENTACIONES

desgracias del fiel, puesto que en la mentalidad del tiempo, se co n s id e ra que la muerte y la e n fe rm e d a d son fruto de un castigo divino.

LAMENTACIONES

Aún cuando no esté explícito en al­gunos casos, la fa lta de uno de los miembros no to c a a la e s tru c tu ra común a las lamentaciones. Es precisa­mente en las variaciones de estos ele­mentos donde se manifiesta una evolu­ción y una historia del género de la lamentación. En las lamentaciones más primitivas, fuera del Salterio, predo­mina la queja dirigida a Dios. En los salmos se alcanza un equilibrio de los tres elementos. Más tarde desaparece la queja a Dios, casi por completo. Por ej.: Baruc. Debido a una aguda con­ciencia de la culpa de los padres, y de la c o r r e s p o n s a b il id a d del pueblo, se acalla la queja y se substituye por los motivos de conformidad, de aceptación y de alabanza de la justicia de Dios, que castiga justamente. Pero las pre­guntas acerca del ¿por qué? y del ¿has­ta cuándo? no desaparecen nunca del todo.

Es en las lamentaciones individuales, donde puede faltar frecuentemente la m e n c ió n de lo s e n e m ig o s . Hay en efecto lamentaciones individuales, cuyo tema principal es la muerte, la enfer­medad, o el estado (indefinido) de tri­bulación. Pero los tres elementos apa­recen en la mayoría como lo muestra este esquema tomado de Westermann:

INDIVIDUALES

Salmo Tú = Dios Yo Enemigos

6 (2) 4 7-8 3b13 2 3a (6 )22 2-3 7-9. 15s. 18a 8-9. 13s. 17. 18b-1935 17 12b. (15a) 7. 11-16. 19b-2138 3 4-11. 18s. 12-13. 20-2142 1 0a 4a. lOb-11 4b. (10b-ll)43 2 b 2 c 2 d8 8 7-8 4-6. 9b-10a 9a

15-19a 16. 19b (17-18)1 02 11 4-8. 10. 12 9109 (Ib) (16b) 22-25 2-5. 16.

Jeremías 20,7-11 7a 7b-9 (8 a) 1 0 .

64 LOS ENEMIGOS

El tema de los enemigos es por lo tanto importantísimo, no sólo en el salmo 3 sino en la mayor parte de las lamentaciones individuales y sobre todo es infaltable en las colectivas. Tratándose del grupo más nume­roso de los salmos, nos plantea como ineludible la obligación de estudiar más detenidamente la identidad y la naturaleza de estos enemigos, su actividad, la actitud del salmista ante ellos. Eliminar a los enemigos del salterio equivaldría a renunciar a una parte sustancial de todo el salterio. Nos ocupamos más extensamente del tema en el comentario del Salmo 5. Ver Nos. 81-83.

65 ACLARACIONES DE VOCABULARIO

v. 3Ni en Dios hay salvación para él!Debe traducirse propiamente: “ Ni de

D io s .. . ” (.Ver Dahood, The Psalms, vol. I, p. 16).

v. 4magán: "un escudo" o "un soberano"Según Dahood es m e jo r t r a d u c ir :

soberano. Es decir un rey que protege al reyezuelo vasallo. La traducción que propone Dahood está sólidamente fun­damentada.

(Ver Dahood Ugarilic Lexicography en:Mélanges, Eugene Tisserant, I, pp. 81-104).

El argumento se basa en el salmo 84,12. En vez de tra d u c ir “ a lm en a y escudo” como hace la Biblia de Jeru- salén, sh ém esh u m a gá n , lo traduce Dahood, teniendo en cuenta los parale­los e x t r a b íb l ic o s (púnicos, egipcios, hititas, y de El Amama) como "Sobe­rano y Señor feudal ( = e l que tiene dominio sobre otros señores) es Yavé, Dios concede favor y honores". El ma- gan o Señor feudal es el que concede los favores. En Prov. 4,9 coexiste con la concesión de una corona de gloria. En el salmo 84,10 es paralelo con la unción mashíaj. En el salmo 89,19 es paralelo con mélek (r e y ) . E l t ítu lo divino de magan vuelve a aparecer en Ps. 7,11; 18,31; 47,10; 59,12; Génesis 15, 1; Proverbios 2,7; 30,5.

ba‘adí: "mientras viva" o "ante m í"Hemos traducido ante mí. Pero si se

sigue la opción de Dahood es mejor traducir: mientras viva.

David perseguido, viendo en peligro su corona, que ha recibido de Dios, se tranquiliza pensando que su soberanía sobre Israel es un don de un Señor

más poderoso, que la garantiza. Dios mantiene, mientras viva David la gloria sobre su cabeza y sostiene erguida la cabeza de su v a s a llo , que no deberá doblegarla ante ningún otro.

El Señor feudal, denominado magan, aparece aquí bajo el aspecto del que favorece o concede, del b ie n h e c h o r . Recuérdese Lucas 22,25: “ los reyes de las gentes dominan sobre sus súbditos y gustan ser llamados bienhechores, no así v o so tro s ...”

A la luz de estas a c la ra c io n e s , y recordando el papel del Señor, según los tratados y pactos de vasallaje del Antiguo Oriente se c o m p re n d e que David, al ver amenazado su reino, se vuelva confiado al Soberano que ase­gura su corona y su dinastía.

v. 5Me responde desde la montaña de susantidad.La oración de David, tiene lugar en

el Templo, Sión, sobre la montaña, en Jerusalén. A llí tiene Dios su morada, allí habita Su Santidad.

Todos los necesitados, pobres, opri­midos, acuden allí a derramar su la­mentación y su ruego ante el Señor. El que necesita ayuda se acoge a la protección del Santuario, al que está unida la promesa de la ayuda. Eso se desprende de textos como el de Isaías 14,32:

“Dios se eligió a Sión y allí encuentran refugio los pobres de su pueblo” .

Estos p o b re s (a n a v im ) tienen un derecho a ser ayudados por Yavé. El que se da ese título, reclama para sí un derecho sagrado de los débiles de Dios, para los cuales Dios se convierte en Goel familiar.

Los Salmos hablan a menudo de los pobres, de los necesitados, de los opri­midos. Se trata de los que necesitan ayuda y la piden al Señor, lamentando su estado pero llenos de confianza, llegan al Templo a orar, a pedir, en la seguridad de ser escuchados por el que puede hacerlo.

Estos necesitados se denominan a sí mismos con diversos términos:

67 ‘ANÍ:

“Bajo el orgullo del impío (rasha‘) el desdichado ( ‘aní) se consume” (Ps. 10,2)

“ . . .que Dios está por la raza del justo (tsadiq)de los planes del desdichado (‘aní) hacéis burla vosotrospero Dios es su refugio” (Ps. 14,5b-6)

“ Tú que salvas al pueblo humilde (‘am -‘aní) y abates los ojos altaneros” (Ps. 18,28)

“ Oh Dios, da al rey tu juicioal hijo del rey tu justicia,que con justicia gobierne a tu pueblo.con equidad a tus humildes ( ‘aniyékh)” (Ps. 72,2)

“El hará justicia a los humildes del pueblo” (‘aniyé-‘am) (Ps. 72,4)

“No entregues a la bestia el alma de tu tórtolala vida de tus pobres (‘aniyékh) no olvides para siempre” (,Ps. 74,19)

68 ‘AN AV:

“ Salmodiad a Yavé, que se sienta (juzga) en Sión publicad por los pueblos sus hazañas porque él pide cuentas de la sangre, y de ellos se acuerda, no olvida el grito de los desdichados (‘anavím)” (Ps. 9,12-13)

“ El deseo de los humildes (‘anavím) escuchas tú, Yavé,su corazón confortas, alargas tus oídos,para hacer justicia al huérfano, al vejado (dak)para que cese la tiranía del hombre salido de la tierra” (Ps. 10,17-18)

“Los pobres ( ‘anavím) comerán, quedarán hartos, los que buscan a Yavé le alabarán” (Ps. 22,27)

“ Poseerán la tierra los humildes (‘anavím) en heredad y gozarán de inmensa paz” (Ps. 37,11)

“ Lo han visto los humildes ( ‘anavím) y se alegran . . .porque Yavé escucha a los pobres (’ebyonim )” (Ps. 69,11)

“ Yavé sostiene a los humildes (‘anavím) hasta la tierra abate a los impíos” (Ps. 147,6)

“Porque Yavé en su pueblo se complace,adorna de salvación a los humildes ( ‘anavím)” (Ps. 149,4)

“ Todo ojo espía al desvalido (jelekháh)” (Ps. 10,8)“ al acecho para. . . el desvalido cae en su poder” (1 0 ,1 0 ) “el desvalido (jelekháh) se abandona en ti tu socorres al huérfano (yatom )” (10,14)

70 ’EBYON:

“Y yo, pobre y desdichado (‘aní ve ’ebyón)Oh Señor, piensa en mítú, mi socorro y mi libertadorOh Dios mío, no tardes” (Ps. 40,18)“ Y yo, desdichado y pobre (‘aní vé ’ebyón) oh Dios, ven presto a mí,Tú mi socorro y mi libertador,Yavé, no tardes” (Ps. 70,6)“Tiende tu oído, oh Yavé, respóndemeque desdichado y pobre soy ( ‘aní ve’ebyón)guarda mi alma, porque yo te amosalva a tu siervo que confía en ti” (Ps. 86,1-2)“Por que soy pobre y desdichado (‘aní ve’ebyón) se me retuerce dentro el corazón (Ps. 109,22)

Este último salmo describe la relación de los impíos con los desdichados:“ Oh Dios de mi alabanza, no te quedes callado Boca de impío, boca de engaño, se abre contra mí.Me hablan con lengua de mentira,con palabras de odio me envuelven, me atacan sin razón.

En pago de mi amor, se me acusa, y yo soy sólo oración se me devuelve mal por bien y odio en lugar de amor” (Ps. 109,1-5)

71 DAL:

“Dichoso el que se cuida del débil (dál) en día de desgracia le libera Yavé le guarda, vida y dicha en la tierra le depara y no le abandona al ansia de sus enemigos le sostiene en su lecho de dolortú rehaces entera la postración en que se sume” (Ps. 41,2ss.)

“Porque él liberará al pobre ( ’ebyón) suplicantey al desdichado ( ‘aní) que no tiene quien lo ampare (‘ozer)se apiadará del débil (dál) y del pobre (’ebyón)el alma de los pobres (’ebyoním) salvará” (Ps. 72,12-13)“Juzgad en favor del débil (dál) y del huérfano (yatóm) al humilde (aní) al indigente (rash) haced justicia al débil (dál) y al pobre (’ebyón) liberad, de la mano de los impíos arrancadle” (Ps. 82,3-4)

Hasta aquí este panorama del uso de los principales términos en el salterio, creemos que los textos reproducidos valen más que largas explicaciones sobre sus significados.

Seguimos como guía el excurso que Kraus dedica a ‘aní y ‘anav, en su co­mentario (Psalmen, vol I, pp. 82-83).

A. RAHLFS dedicó un e s tu d io al problema en 1892. Y creyó ver en estos ‘aní y anavim un partido dentro de Israel, el partido de los seguidores de Yavé. Esta tesis suya influye en Duhm, Kittel, Staerk y Gunkel.

A. CAUSSE Les p a u v re s d'Israel(1922) introduce otra explicación. Ve en ellos una familia o cofradía espiri­tual cuyos miembros conocían la dul­zura de la u n ión d e las a lm as, la solidaridad en el culto y en la inspira­ción.

H. A. BRONGERS y J. VAN DER PLOEG se o p o n e n a las te o r ía s del Partido o Cofradía.

(J. J. Stamm. Ein Vierleljahrhunderl Psal- tnenforschuna: Theologische Rundschau, Neue Folge 23 (1955) 1-68.

MOWINCKEL subraya la interrela- ción constante y el contraste en que siempre aparecen los pobres con sus enemigos. Y este es el aspecto valioso de su aporte. N o es v á lid o e l o tro aspecto. Y es que, partiendo de una peculiar visión de los enemigos como “magos” , ve en los pobres a las vícti­mas de sus sortilegios. Esta opinión de Mowinckel, puede ser correcta en al­gún caso, pero la generaliza abusiva­mente.

(Mowinckel, Psalmen Sludien, Vol. I, '113ss.; VI, 61).

BIRKELAND H., (1933) con Mowin- ckel rechaza la teoría del “partido” . Los pobres son los que sufren.

KRAUS admite con Mowinckel, que los pobres sean las v íc t im a s de sus enemigos, y no los m ie m b ro s d e un partido o de un grupo. Para Kraus, el pobre es el perseguido y el desprovisto de derechos, que a n te sus e n e m ig o s violentos busca refugio y protección en Yavé y p re se n ta su cau sa (perdida) ante Dios como Juez justo. El pobre es pues el que se encomienda a la ayuda “ legal” de Dios (ver Ps. 9,12-13.15.17a 20b; Ps. 10,13.15.18; etc.).

‘aní, ‘anavim, ’ebyoním, dál, etc. sig­nifican las ideas sinónimas de desam­parado, miserable, oprimido, débil, pe­queño, despreciado, pobre. En dichas situaciones, e s to s p o b re s , acuden al

Templo y piden la in te r v e n c ió n de Yavé para que venza a sus enemigos.

(Goel; véase H. Bojorge, “ Dios salva a los suyos". Revista Bíblica 33 (1971) 8-11).

La persecución de que son objeto por parte de sus enemigos puede ser multi­form e: calumnia, p r e te r ic ió n , expul­sión e incluso — como exagera M owin­ckel— ensalmo.

Los pobres son los v is ita n te s más asiduos del Templo, de Sión. Son los yode‘é shemékha: los que conocen Tu Nombre, o sea los que son familiares, habitúes de la presencia de Dios —re­presentada p o r Su N om b re— en el Templo.

Pero el pobre e x p e r im e n ta sobre todo el auxilio y el milagro de la inter­vención s a lv a d o r a de Dios, en una fuerza que r e c o n fig u r a su destino y renueva su vida.

Por ello son los pobres, los recepto­res privilegiados de la yeshu‘áh o sea de la salvación. Ellos son los testigos de la activa y g ra c io s a presencia de Dios y del auxilio justiciero que El, Justo Juez, ejerce desde su trono en Sión. Desde esa e x c e ls a posición, el Dios altísimo (’e l-‘elión) salva: Ps. 9,19; 10,17; 18,28; 22,27; 25,9; 37,11; 69,33; 147,6; 149,4.

En Sión gozan pues los pobres de in­comparables privilegios, basados todos en que Dios es un Dios de los desam­parados de su pueblo. Son estos privi­legios, los que explican que se hable de estos pobres como de un grupo, cosa que hizo pensar en que fuesen un par­tido.

Todo necesitado que ora, puede aco­gerse a esos privilegios: Ps. 40,18; 70,6; 86,1; 109,22. Kraus invita a evitar dos errores de interpretación: los pobres no son ni un partido ni un tipo de hombre espiritual, cuya piedad pudie­ra haber sido elevada a un símbolo de piedad o religiosidad. Los pobres son en cambio — concluye Kraus— los que tienen un derecho a reclamar la ayuda de Yavé.

Como dice Isaías:"Y avé fundó a Sión y allí encuentran refugio los pobres de su pueblo" (Isaías 14,32)

BONNARD, P. E. en su "L e Psautier selon Jéremie" (Lectio Divina 26, Du Cerf, París, 1960). Ve en Jeremías un

maestro de oración, que influyó en los salmos, precisamente por la creación de esta espiritualidad de la pobreza y la confianza:

“ El más perseguido de todos los profetas, Jeremías, descubre la ri­queza espiritual de su vocación en la fidelidad a veces desgarradora a la misma. Los fracasos, las pruebas, lejos de desesperarlo, lo devolvie­ron a Dios, y éste lo volvió a en­viar más atrevidamente a la lucha, ante nuevos combates. Alejado de sus p a rien tes , acosado por ellos, privado de la dulzura de un hogar, golpeado, sospechado, encarcelado, amenazado de muerte, desguarne­cido en una palabra de toda segu­ridad, J e rem ía s se confió total­mente en Dios (Jeremías 12,6; 16,2; 20,2-3; 26; 37; 38). Jeremías se con­sideró como un POBRE, expresan­do con esa palabra su despojo, pero a la vez su esperanza: Jeremías 20,13. Y e s te t ítu lo de pobre le es aplicable con tanta propiedad, que se convierte en el gran pobre del Antiguo Testamento, el Padre de los Pobres, desdichados como él, pero ciegamente c o n fia d o s en la bondad de Dios” .(Bonnard, ob. cit. p. 16)

GELIN Albert, d e d ica un e s tu d io ("Les pauvres de Yavé" [T é m o in s de Dieu 14] Du Cerf, París, 1954) al tema de los pobres en todo el Antiguo Testa­mento, y a las proyecciones del tema en su transposición cristiana. Un apén-

73 EL POBRE Y SU GOELA l retomar los temas de la teología

de los pobres de Yavé, se ha olvidado sin embargo a menudo de que son po­bres de Yavé. Que el fundamento de sus derechos a pedir y recibir ayuda, está en la Alianza de la que son miem­bros y que los hace familiares de Dios, y a Dios lo constituye en Goel (parien­te poderoso, protector y vengador de sus parientes débiles). No basta la po­breza material, ni el estado de opre­sión, para poner en m o v im ie n to la acción salvadora de Dios. A l buscar los fundamentos bíblicos de una creencia en la s a lv a c ió n se ha de te n e r en cuenta este aspecto de los datos bíbli­cos. No basta negarlos, ni ignorarlos, como puede hacerlo aún un autor tan serio como Yves Congar en sus Jalones para una reflexión sobre el misterio de los pobres.

dice bibliográfico breve (pp. 157-159) resume y comenta los aportes de nu­merosos libros, tesis y artículos, con comentarios críticos s in té t ic o s . Este librito ha tenido una influencia muy grande en la obra de Bonnard. Este concluye su libro:

“Así, a través de una decena de salmos, Jeremías y Jesús, se en­cuentran . , , el primero le dio a estos salmos su sorprendente pro­fundidad. . . e l segundo les dio un alcance nuevo e imprevisible” . (Bonnard, ob. cit. p. 259)

Es la intención que anunciaba Gelin en la introducción de su libro:

“ A l bosquejar en este libro un re­trato de estos “clientes” de Dios — con su sentido comunitario, su fe y su esperanza— es un tipo defi­nido de hombre bíblico el que he­mos tratado de delinear, histórica y p s ic o ló g ic a m e n te . El hombre bíblico es el h om b re delante de Dios: “Vive Dios, delante del cual estoy!” (II Reyes 18,15). En el caso de los “Pobres de Yavé” se trata de un recurso total, de una entrega completa, y de una ciega confianza. Jeremías, recordémoslo, se inserta en esta línea mística como un esla­bón esencial, y este estudio . . .ha­blará todavía mucho de él y de sus discípulos. Con la Virgen del Mag­níficat, la línea llega a una cumbre; con Jesús, llega a su perfección” . (Gelin, ob. cit. p. 10)

(Publicado en la revista Parole et Mission, N9 16 de julio de 1964; y luego en apéndice en el libro de Paul Gauthier La Pobreza mi el Mundo, ed. Estela, Barcelona, 1967, pp. 253- 269).

Sólo si se toma en serio la plenitud del concepto de pobre en la Escritura, se evitarán reducciones o mutilaciones de los conceptos correlativos: los ene­migos, los pecadores, la liberación, la salvación, la victoria y viceversa.

En el Nuevo Testamento, se habla de una Nueva Alianza, que configura ne­cesariamente la imagen cristiana del pobre. Esta Nueva Alianza, se da en la fe en Cristo, es Nueva Alianza en su Sangre. La fe lleva aneja la tribula­ción. Pero no toda tribulación es la tribulación predicha por Jesús a sus discípulos. Ni cualquier pobreza hace acreedor a una lib eración -sa lvación . Son salvedades que p a re ce n o b v ia s , pero que no se suelen tener en cuenta.

X. — SALMO 4 Y SALMOS DE PETICION

74 T E X T O HEBREO: TR A SLITE R A C IO N FO N ETIC A Y TRA D U CCIO N

1 lamenatséaj bineginót

mizmór ledavíd

2 beqor’í ‘anéni ’elohé tsidqí

batsár hirjábta lí jonnéni ushemá1 tefilatí

3 bené ’ísh ‘ad-méh kebodí likhelimmah te’ehabún ríq tebaqeshú khazáb (sélah)

4 ude'ú ki-hifláh ’adonáy jasíd ló

’adonáy yishmá’ beqor’í ’eláv

5 rigezú ve’ál-tejetá’u ’imrú bilebabkhém ‘al-mishkabkhém vedómmu (sélah)

6 zibjú zibjé-tsédeq ubitjú ’el-’adonáy

7 rabbím ’omerím mí-yar’énu tóbnesáh-'alénu ’ór panékha ’adonáy

8 natáttah simjáh belibbím e‘ét deganám vetiroshám rábbu

9 beshalóm yajdáv ’eshkebáh ve ’ishán ki-’attáh ’adonáy lebadád labétaj toshibéni

Al director del coro. Con instrumentos[ de cuerdas

Salmo de David

Cuando llamo, ¡respóndeme! ¡Oh Dios de mi[ justificación!

En (mi) angustia ábreme salidaten piedad de mi y escucha mi oración.

¡Notables! ¿hasta cuándo mi Gloria ( = Dios) será insultado?(hasta cuándo) preferiréis una vanidad consultaréis un ídolo?

¡Reconoced que el Señor hará milagros por [su fiel ( = mí)!

Mi Señor me escuchará cuando lo llame.

Inquietaos pero sin pecar Examinad vuestra conciencia Sobre vuestros lechos llorad!

Ofreced sacrificios de justicia y confiad en el Señor

Muchos dicen ¿quién nos hará ver algo bueno ( = lluvia)?¡Huyó de nosotros la luz de tu rostro, Señor!

Pon alegría en mi corazón(Pon) desde ahora su grano y su vino en

[ abundancia

En paz, junto con él, me acostaré y dormiré Porque tú mi Señor, sólo tú, aseguras mi reposo

Más que tratar de la estructura o esquema de este salmo, conviene dirimir a qué género literario debe atribuirse. Según Deissler es un salmo de expresión de confianza. Kraus lo considera una lamentación individual con un motivo de confianza predominante.

Más exacta parece la lectura de Dahood: se trata de un salmo de petición de lluvia, de una rogativa o súplica por lluvia. A este mismo gé­nero pertenecen los salmos 65,10-14; 67 y 85.

La in te r p r e ta c ió n de Dahood es a primera vista s o rp re n d e n te , porque una primera lectura desprevenida del texto, no deja entrever el motivo de la lluvia. Por eso mismo nos parece con­veniente comentar este salmo como un ejem plo de hasta qué punto puede en­gañar la lectura superficial de los sal­mos y la atención que exige, para en­tenderlo a través del contexto amplio

de toda la Biblia. A llí ha de buscarse el sentido posible del lenguaje y de las expresiones bíblicas.

Expondremos los principales pasos y argumentos de la exégesis de Dahood. (The Psalms, Vol. I, págs. 22-27). He­mos adoptado básicamente su traduc­ción, con retoques a partir de las de Kraus, Deissler, etc.

76 EXPLICACION GLOBAL

Hay sequía en la Tierra Prometida. El salmista, un jasíd, o sea un fiel, un devoto, está muy afligido. Los guías de su pueblo, presas de pusilani­midad, critican a Yavé y piden lluvia consultando oráculos y rogando a las divinidades de la naturaleza, viejos dioses de los campesimos del país cananeo, a los que una población rural tradicionalista persiste en atribuir tenazmente poderes. El salmista les recuerda a estos supersticiosos, que Dios escuchará sus oraciones si examinan sus conciencias, si lloran sus culpas (se convierten) y si ofrecen sacrificios a Quien deben. La correcta interpretación de este salmo como una petición de lluvia surge de la comparación con frases y contextos similares en otros salmos y oraciones pidiendo lluvia (65,10-14; 67; 85).

El comentario de Dahood consiste fundamentalmente en una traduc­ción del salmo, seguida de notas que explican y justifican argumentada- mente las opciones de su versión.

77 NOTAS A LA TRADUCCION

v. 2

Dios de mi justificación

La oración es co m o un ju ic io de Dios. Si ella no es escuchada, la repu­tación del fiel sufre mengua. Por eso, este devoto jasíd desea ardientemente ser escuchado para que se manifieste que es justo, que Dios oye su oración. Pero no sólo está en juego el prestigio del fiel. En el fondo, lo que está en

juego, es el enfrentamiento de Dios (Yavé) con los baales cananeos de la fecundidad. Véase como ilustración el enfrentamiento de Elias con los pro­fetas de Baal (I Reyes 17-18).

La expresión Dios de mi justifica­ción aparece en Ps. 17,1; 35,27; Isaías 50,8; 53,11; Job 33,32.

Hay en este epíteto una teología afín a la del dicho de Jesús: al que me confesare delante de los hombres, lo confesaré delante

de mi Padre. El fiel, al orar a Dios, proclama la grandeza de Dios sobre los demás dioses. La necesidad del individuo, se eleva así a piedra de toque t e o l ó g ic o y apologético, cobra una dimensión religiosa de signo y testimonio.

En la angustia ábreme salida(Dahood: set me at large) hirjábta

tiéne un sentido p r e c a t iv o , optativo perfecto, en paralelismo con los impe­rativos siguientes.

v. 3Notables = bené ’ishLiteralmente: Hijos de H o m b re , es

decir: hombres. Pero esta e x p re s ió n designa a los notables en el Ps. 49,3 y en 62,10.

V. 4Mi Gloria o mi Glorioso

Es un epíteto o Nombre de Dios. Ver Ps. 3,4; 52,8; 56,2. Kabod. gloria, es una raíz que sugiere la idea de peso, de solidez. Aquí se contrapone a la vani­dad (ríq) y a la mentira (khazáb), o sea a los ídolos. K a b o d d e s ig n a en Exodo 33,18.22; Ps. 113,4 la E sen cia misma de Dios.

Insultado e. d, preterido; prefiriendo a otros dioses los israelitas insultan a su Dios.

Preferiréis = ’aheb: lit.: amar. Aquí, como es frecuente en la m e n ta lid a d hebrea, con una im p líc ita oposición entre amar-aborrecer. Amar una cosa es preferirla a otra. Como nota Dahood, que traduce “worship” ( = dar culto), se trata de una preferencia religiosa y cultual.

C o n s u lta ré is íd o lo s : literalmente: buscaréis mentira. Es decir consulta­réis. Para averiguar a través de signos oraculares, cu á n d o v e n d rá la lluvia. Khazáb: ídolo, simulacro, aparece en Am os 2,5 y Ps. 40,5. Eclesiastés 11,1-4 se refiere a un v ic io s o consultar las nubes y el viento, inquiriendo “los sig­nos” . El Nuevo Testamento reprocha a los jefes del pueblo que conozcan los signos dé los tiempos (clima) pero no los signos del tiempo (e s c a to ló g ic o ) (por ej. Mateo 16,2-3). Sobre la consulta

de Dios o falsos oráculos: Ezequiel 14, 3.10; 20,1-3; 21,21. Estos temas bíblicos son esenciales p ara co m p re n d e r el Nuevo Testamento en lo relativo a los “signos de los tiempos” , y los signos que niega o concede Jesús (Mateo 12, 39-41; 16,4; Lucas 11,29-32).

Su fiel o su devoto: jasíd, de la raíz jésed: es el afecto que liga a los hom­bres entre sí, y el que lo liga al hombre con Dios (piedad: filial, por ej. o pie­dad religiosa). Algunas versiones tra­ducen bien: su amigo. Podría traducirse en criollo: su compadre.

Jésed es una simpatía a testigu a d a espontáneamente, sin que una asocia­ción previa la haya hecho natural o necesaria entre dos in d iv id u o s . Pero también es un vínculo jurídico o moral entre unos hombres que se han asocia­do o relaciqnado. En estas o ca s io n e s jésed es en el fo n d o s in ó n im o de alianza: de familia, de a m ista d o de soberanía. En este sentido: jésed desig­na los deberes jurídicos o morales que derivan de la situación de la alianza” . (Neher, André, La esencia del Profe- iismo, Ed. Sígueme, Salamanca, 1975, pp. 230-231).

v. 5

Inquietaos sí, por la falta de lluvia, ella se debe a vuestros pecados, pero sin pecar — más todavía— consultando a Baal.

Examinad vuestra conciencia literal­mente: "hablad con vuestro corazón". El verbo 'amar: hablar, decir, tiene a menudo el significado de ver, mirar, escrutar, espiar. (Ver Dahood, en B í­blica 44 (1963). 295 s. y The Psalms, Vol. I, p. 16). El corazón es la sede de los pensamientos íntimos: conciencia.

Llorad sobre vuestros lechos. El lecho es el lugar donde se derraman las lá­grimas: Génesis 48,30; Ps. 6,7; Mateo 6 ,6 ; Aquí en contraste con e l descanso del fiel (v. 9) que duerme confiado en el Señor. El sueño del labriego, que se entrega al descanso, o que se ator­menta en vano sin poder dormir, se menciona en el Nuevo T e s ta m e n to : Marcos 4,26-27 donde el Reino se com ­para a un plantío, en e l que Dios da el crecimiento y la lluvia.

v. 7¿Quién nos hará ver la lluvia?Muchos traducen en vez de lluvia: dicha. Así también Deissler. Kraus

traduce el bien (das Gute). De la traducción de esta palabra hebrea: tob. depende la correcta intelección del Salmo. Dahood dice:

“El bien por excelencia en Palestina es la lluvia. En una serie de textos, la palabra tob sin otras precisiones significa lluvia. Deuteronomio 28,12: “Yavé abrirá sus tesoros de lluv ia" (= ’otsaró hattób).

Otros ejs.: Jeremías 5,25; 3,3; Amos 4,7; Ps. 85; Deuteronomio 28; I Reyes 8,35 donde se explica también la relación entre pecado y sequía o lluvia.

Jeremías 17,6:“Es como el tamarisco en el desierto y no verá el bien (la lluvia) cuando viniere”

En dicho texto, se explica así el contraste con el árbol plantado junto a las aguas corrientes, que es imagen del justo. (Ver Ps. 1).

El salmo 85,13:“El mismo Yavé dará la dicha (la lluvia: tob) y nuestra tierra dará su cosecha”.

Todo el salmo 85 debe, o por lo menos puede, leerse como una petición de lluvia. A la lluvia se refieren “la vida”, tu amor, tu salvación, paz, gloria.

“ Como la lluvia destilará mi Ense­ñanza = Torah” .

(Deuteronomio 32,2)

La dependencia de la fertilidad de Palestina del régimen de lluvias y ro­cíos tiene un profundo sentido teoló­gico según Deuteronomio ll,10ss.:

“Porque la tierra que vas a entrar a poseer no es como el país de Egipto de donde habéis salido, don­de después de sembrar había que regar con el pie (m o v ie n d o con esfuerzo las ruedas de riego), como se riega un huerto de hortalizas” .

“ Sino que la tierra que vais a pa­sar a ocupar es un país de montes y valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo. De esta tierra se

No hay que olvidar sin embargo qué significación teológica profunda tiene en la T ie rra P ro m e tid a incluso una realidad aparentemente tan p ro fa n a como la fecundidad de la tierra. Re­cuérdese que la lluvia es imagen por excelencia de la Palabra (es decir tam­bién del juicio, como re sp u e s ta a la oración, como revelación) de Dios:

“ Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan, y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer: así será mi pa­labra, la que salga de mi boca, que no tom ará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo, y haya cumplido aquello a que la envié” .

(Isaías 55.10-11)

cuida Yavé vuestro Dios; los ojos de Yavé tu Dios están constante­mente puestos en ella, desde que comienza el año hasta que termina. Con toda se g u r id a d si vosotros obedecéis puntualmente... yo daré a vuestro país la lluvia en el tiem­po oportuno, l lu v ia de o to ñ o y lluvia de primavera, y tú podrás cosechar tu grano, tu mosto y tu aceite, yo daré a tu campo hierba para tu g a n a d o , y tu comerás hasta hartarte” .

Por el contrario:“ Cuidad que no se pervierta vues­tro corazón y os descarriéis a dar culto a otros d ioses.. . , pues la ira de Yavé se encendería contra vo­sotros y c e rra r ía lo s c ie lo s , no habría más lluvia, el suelo no daría su fruto y vosotros pereceríais bien pronto, en esta espléndida tierra que Yavé os da” .

Isaías 44,lss. nos presenta el aconte­cimiento escatológico (o sea la inter­vención de Dios, final y d e f in it iv a ) como una efusión de lluvia desde el cielo:

“Derramaré agua sobre el sediento suelo / raudales sobre la tierra seca / derramaré mi Espíritu sobre tu linaje / mi bendición sobre cuanto de ti nazca. / Crecerán como hier­ba en medio del agua” .

La efusión del E sp ír itu , esperada para e l fin de los tiempos (Joel) es como una lluvia. Y así lo interpreta la liturgia cristiana:

“ Envíen los cielos su rocío y las nubes lluevan al justo” .

El resto d e l c a p ít u lo 44 de Isaías combina temas conexos con las plega­rias de lluvia: la vanidad de los ídolos, la confusión de los adivinadores. Temas que también encontramos juntos en el Salmo 4.

“La sed elemental de agua y la ora­ción por la lluvia -afirm a Buber— están vinculadas en un mismo movimiento de deseo por la palabra de Dios y por la efusión del Espíritu de Dios. Y esta asociación no es literaria y metafórica sino real. Naturaleza y fe, lluvia y sal­vación, son ambas, p r o d u c to s de un mismo gesto y vienen de una misma mano” . Así lo expresa una antiquísima oración judía, citada por Buber:

“ Grande eres Tú, y no hay nadie más fuerte que Tú / Nadie que pueda mandar e l viento y enviar la lluvia / conservar la vida y resucitar a los muertos, / porque eres grande en el auxilio” .

Esta oración nos introduce en el uni­verso mental de un hebreo creyente, para el cual, lluvia y resurrección son correlativas. Porque para ese creyente no hay discontinuidad entre los fenó­menos “ naturales” y las realidades no experimentables sensiblemente. En el universo mental de este hombre, no rige la distinción entre lo natural y lo sobrenatural, como a veces suele en­tenderse. “Para él —prosigue Buber— la lluvia no es m ás n a tu ra l que la Resurrección y la Resurrección no es más milagrosa que la lluvia” .

BUBER, Martín: Israel und Palastina. Zur Geschichie einer Idee, DTV 494; München 1968 (p. 48ss.).

V. 7bLa luz de tu rostroComo signo de gracia y beneficio, es

una antigua metáfora frecuente en El Amarna y Ugarít. El soberano se com ­para a un sol, y el brillo del disco solar es un rostro, (co m o to d a v ía hoy en heráldica y banderas). Ver Salmo 67,2 que revela así ser también una petición de lluvia. ¿Hay quizás alguna conexión con el Arco Iris com o s ig n o d e la Alianza noáquica?

v. 8

Grano y vinoComo en el contexto de Deuterono­

mio 1 1 ,1 0 y ss. que citábamos arriba. Esto nos confirma en el carácter y el contexto de este salmo como plegaria por lluvia.

v. 9Junto con élQuizás sería más acertado traducir

como propone Dahood: “su presencia” , traduciendo el v. así: "En su pacifica presencia, me acostaré y dormiré” , o literalmente: “En la paz de su rostro” . Todo está en que se considere la pala­bra yajdao como proveniente de y jd ( ’jd) o de jdy (jzh). La primera raíz lleva el sentido de unidad. La segunda el de visión.

El Ps. 4 ofreee un ejemplo útil y la oportunidad de mostrar valién­donos del comentario de Dahood, un tipo de comentario de los salmos que procede a un análisis más detallado de cada término. Hemos aliviado con todo este resumen, de las discusiones a que Dahood somete ciertos aspectos gramaticales y sintácticos. Nos hemos centrado sobre todo en el análisis del v. 7 y la palabra tob ampliando incluso los análisis de Dahood con textos paralelos, o que iluminaban de alguna manera las múltiples implicaciones y aspectos del término, de la lluvia y de su significación dentro del pensamiento bíblico.

XI. — SALMO 5 Y SALMOS DE LAMENTACION (II)

79 TEXTO HEBREO: TRASLITERACION FONETICA Y TRADUCCION

1 lamenatséaj ’el-hannejilót mizmór ledavíd

2 ’amaráy ha’azínah ’adonáy bínah hagigí

3 haqshíbah leqól shave'ímalkí ve’loháy ki-’elékha ’etpalál

4 ’adonáy bóqer tishmá* qolí bóqer ’e‘erákh-lekhá va’atsapéh

5 ki lo ’ ’él jaféts résha* ’attáh

ló ’ yegurekhá rá‘

6 lo ’ -yityatsebú holelím lenéged ‘enékha sané’ta kol-po‘alé ’áven

7 te’abbéd doberé khazáb ’ísh-damím umirmáh yeta'eb

[ ’adonáy

8 va’aní berob jasdekhá ’abó’ betékha’eshtajavé ’el-hekhál-qodshékha beyir’atékha

9 ’adonáy nejéni betsidqatékha lemá'an shoreráy hayashár lefanáy darkékha

10 ki ’éin befíhu nekhonáh qirbám havót qéber-patúaj geronám leshonám yajaliqún

11 ha’ashimém ’elohím yipelú mimo'atsotéhém berrob pish'ehém hadijémo ki-máru bákh

12 veyismejú khol-josé bákh

le'olám yerannenuvetasékh ‘alémo veyaTetsú bekhá’ohabé shemékha

13 k i-’attáh tebarékh tsadíq ’adonáy katsináh ratsón ta'terénnu

Al Maestro del coro. Para flautas (?).Salmo de David.

¡Mis palabras escucha Señor!¡Atiende a lo que digo!

¡Presta atención a mi voz de socorro!¡Rey mío y Dios mío! ¡por que a tí ruego!

¡Señor! ¡De mañana escucharás mi voz; de mañana te presentaré (mi causa) y esperaré

[ (fallo)!

Porque no eres un Dios que se complace en[ el mal, tú

No es huésped tuyo el malvado

No resistirán erguidos los soberbios delante de tu mirada.Odiaste a todos los que obran iniquidad

Destruyes a los que dicen mentira.Al hombre de ídolos y figurines, detesta el

[ Señor

Pero yo, a causa de tu grande amor entraré a tu casa.me prosternaré ante el templo de tu santidad en reverencia a tí.

Mi Señor: condúceme con tu justicia a causa de mis enemigos. Lo recto ante mí es tu camino.

Porque no hay en sus bocas cosa cierta, sus entrañas son las pasiones, un sepulcro abierto sus gargantas, (en el que) sus lenguas hacen resbalar.

¡Acúsalos Dios! ( = decláralos culpables!) Caerán en sus propias tramoyas En la multitud de sus crímenes tropezarán Porque se rebelaron contra tí

Para que se alegren todos los que buscan[ refugio (confían) en ti.

Por siempre se alegrarán.Tú los proteges, y en ti se regocijan los que aman tu nombre.

¡Porque tú bendices al justo, Señor!Como con un escudo de favor nos protegerás.

Lamentación individual. Cinco estrofas contrastan alternativamente al justo y al malvado. Tiene mucho de protesta de inocencia, como los salmos 26 y 139.

El vocabulario es jurídico, y todo el salmo parece un alegato del justo acusado injustamente, en un juicio, en el que ha de definirse su inocencia y la culpa de sus malvados adversarios.

El juicio parece ser pues, la circunstancia vital de este salmo, su Silz im Leben. Juicio son muy a menudo los oráculos de los profetas y los alegatos de Dios contra su pueblo. Las peripecias de una Alianza, que es un pacto se dirimen judicialmente. Sin duda influye aquí la concepción del Tribunal eterno de los cielos, desde donde Dios imparte justicia y gobierna. Una instancia terrena paralela es el tribunal del Templo de Sión, en Jerusalén, donde Dios tiene su trono y está presente. Allí imparten justicia las instancias legales del pueblo, los sacerdotes y escribas. En tiempos de Jesús, el Sanhedrín. La importancia de la dimensión jurídica en la vida profana y religiosa de Israel, se pone de manifiesto en la posterior litera­tura judía. Mishna y Talmud son obras legales, jurídicas.

No insistiremos en los aspectos literarios y formales de esta lamenta­ción individual que ya tratamos en el salmo 3, ver Nos. 59-64. Pero a propósito de este salmo quinto, tomaremos oportunidad para tratar del problema de los enemigos.

(Cfr. Kraus, vol. 1. págs. 40-43; Dahood, vol. II. págs. 85, 296; Westermann ob. cit. N9 58).

81 LOS ENEMIGOS

* Los enemigos de Israel

Tanto en las lamentaciones nacionales como en los salmos reales se habla de éstos (tsarím, ’oyebím), que son sin lugar a dudas potencias extranjeras, que amenazan al pueblo elegido y a su Rey ungido (Ps. 44,11; 74,3ss.; 89,23; 106,10). Son también y en último término y propiamente los enemigos de Dios: tus enemigos (Ps. 21,9; 66,3; 83,3; 89,11; 89,52; 92,10; 110, 1.2) o también en tercera persona: sus enemigos (18,1; 89,43; 132,18).

* Los enemigos del individuo

De estos enemigos “privados” se habla en las lamentaciones, así como en los salmos de confianza y de petición o acción de gracias privadas.

Se los nombra con los términos hebreos: ’oyeb; rashá‘ ; tsar; y también son llamados: “los obradores de iniquidad” (= po‘alé-’áven: Ps. 5,6).

Más fácil que determinar su identidad, es definir su acción. Los ene­migos son:

perseguidores: Ps. 7,2; 142,7calumniadores: Ps. 27,11; 54,7; 56,3; 59,11odian: Ps. 35,19; 38,20; 41,8; 69,5; 86,17obran a su antojo, arbitrariamente: 54,5; 86,14obradores de mentira y engaño contra el fiel (pássim).

* La actividad de estos enemigos se describe echando mano de tres tipos de comparaciones o imágenes:

1) La imagen dél ejército que ataca y sitia: 3,7; 27,3; 55,19; 56,2; 59,5; 62,4; etc.

2) La imagen del cazador o el pescador, que acecha y engaña a supresa: 7,16; 9,16; 31,5; 35,7-8; 57,7; 59,8; 64,4; 140,6.

3) La imagen de los animales salvajes, que persiguen su presa: 7,3; 22, 13-14; 27,2; 35,21.

* Enfermedad, Muerte, Acusación falsa. Pecado, Juicio, Satán.

La Muerte: Comentando el salmo 61,4; “Tú eres mi refugio, torre potente contra el enemigo (’oyeb)”. Dahood afirma que cuando este tér­mino aparece en el contexto en compañía de ’éreís —como en Ps. 7,6 yaquí (ver v. 3)— se trata de la muerte. En estos casos el país (’érets)designa las regiones subterráneas. Abunda además en convincentes paralelos extrabíblieos. Normalmente aparecen también en este contexto el barro o el polvo (’afar).

No hay que extrañarse de que ciertas realidades que nosotros consi­deramos impersonales, puedan tener una consistencia personal para el salmista. La muerte, la enfermedad, no suceden si no es por la intromisión de una fuerza hostil (Génesis: relato del pecado de los primeros hombres; Job: relato del origen de su enfermedad).

Recuérdese además un texto como Deuteronom io 30,15-20 (Ver el comentario al Ps. 1) según el cual el camino de la vida y el de la muerte, provienen de una opción libre y suponen un componente personal.

En el relato de Job cap. 1, Satán, aparece como acusador (fiscal) del justo en el tribunal celestial. Satán no quiere decir otra cosa que eso: acusador, y es un término tomado del lenguaje jurídico. Lo que Satán exige son “pruebas” de la inocencia. Por eso exige poner a prueba a Job. Esas pruebas son lo que en el lenguaje religioso se llaman tentaciones. La tentación, es pues la prueba testimonial que exige el adversario (el acusa­dor o la parte contraria) en el juicio.

Otro tema conexo es la prohibición de “tentar a Dios” , de “ponerlo a prueba”, o sea de “someterlo a juicio”. Es decir de juzgarlo de acuerdo a un

patrón de comportamiento preestablecido, a partir de los pre-conceptos del hombre. A este intento se responderá entre otras cosas: “mis caminos no son vuestros caminos”.

A l trasponerse a un medio cristiano, los temas de los enemigos, del juicio, de la tentación, de la victoria, experimentan una renovación, pero no desaparecen ni se esfuman de su rol central en la vida religiosa. En el cristianismo se considera que Cristo ha vencido a la muerte “ ¿dónde está muerte tu estímulo (tu aguijón, arma ofensiva)?” pregunta Pablo, I Corintios 15,54-57. En ese mismo texto aclara San Pablo su visión acerca de la naturaleza del enemigo: el pecado. Y Juan aclara el sentido de la raíz del pecado: la incredulidad.

El tema del juicio sufre también modificaciones muy profundas. Según Juan, el Hijo del Hombre no ha venido a condenar al mundo. El que cree en él, no es juzgado, el que no cree ya está juzgado (Juan 3).

* Discusión de opiniones

Kraus (Die Psalmen, vol. I, pág. 41-42) registra sucintamente la discusión exegética acerca de la identidad de los enemigos del individuo en las lamentaciones individuales.

La escuela escandinava minimiza la dis­tinción entre enemigos del pueblo y enemi­gos de los individuos. Ello se debe a que con­sideran los salmos de lamentación y acción de gracias individuales como pronunciados por el Rey, o más tarde por el Sumo Sacer­dote.-Estos salmos pasan así a formar parte de los salmos reales. El principal represen­tante de esta hipótesis es Mowinckel. Tam­bién Birkeland en su estudio “ Los enemigos del individuo en la l it e r a tu r a sa lm ó d ica israelita (1933). Según éstos, los enemigos son siempre no-israelitas y su oposición a los jus­tos estarja primariamente determinada por motivaciones nacionalistas. Reflejaría las opo­siciones in te rn a c io n a le s . Habría pues que buscar al individuo, al Yo de las lamenta­ciones individuales entre los altos jerarcas del pueblo.

Esta interpretación de la escuela escandi­nava obedece a un prejuicio acerca del valor de la religiosidad popular israelita.

El transfondo teológico de la escuela es­candinava se revela también por otro com­ponente de su interpretación. Las lamenta­ciones individuales no serían sólo lamenta­ciones del rey, sino que tendrían su “ Sitz im Leben” en las fiestas de entronización, copia­da dé rituales miticos. Los enemigos deberían comprenderse así, a la luz de las fuerzas del caos, que se oponen a la acción creadora de Dios, reproducida ritual y míticamente en la ascensión al trono del Rey, que sería un tipo del arquetipo primitivo. ,

Resumiendo: en la hipótesis de la escuela escandinava, los enemigos, son figuras origi­nalmente historicizadas a partir del mito y que surjen de las oposiciones del pueblo con

las naciones extranjeras. Mowinckel admite, empero que estos salmos fueron más tarde adoptados y usados por individuos del común, que los aplicaron a sus situaciones privadas (Religión und Kulius, 1953). Esto constituiría lo que la escuela e s ca n d in a v a llama una "democratización" de los salmos de lamen­tación reales.

¿Es justo eliminar así la diferencia entre enemigos del pueblo y enemigos de los indi­viduos?

Sin duda que ha habido, a través de las metáforas aplicables a todo enemigo, y a toda relación de conflicto, un intercambio natural entre ambos tipos de enemigos. Los individuos pueden hablar metafóricamente de "ejércitos que lo rodean” . También se da ese intercambio en el uso de imágenes tomadas del reino de los animales salvajes que persi­guen al fiel. Estas imágenes pueden haber sido a veces tomadas del mundo mítico, que trasciende la esfera de lo individual estricto.

No parece que se pueda, sin embargo, en­contrar indicios de una democratización de los salmos reales. En los salmos individuales de lamentación no se encuentran rastros de un origen cultual relacionado con fiestas de entronización.

Por el contrario. Los salmos de lamenta­ción y acción de gracias individuales nos muestran a un fiel que no tiene nada de notable del pueblo. P o r lo g e n e r a l es un hombre del común, sin influjo, sin fuerza, sin poder. Y que a veces se distingue explí­citamente de los que están investidos de autoridad (Ps. 4,3).

No hay pues que id e n t i f ic a r a ambos enemigos, aunque pueda admitirse, como ya lo hacia Gunkel, que los salmos reales hayan podido tener un influjo sobre el lenguaje y las metáforas de los salmos individuales.

Los fieles los llaman generalmente “mis enemigos” (6,11; 9,4; 17,9; 25,11; 27,6; 30,2; 35,19; 41,6, etc.) sin ulteriores determinaciones.

Lo mejor es por lo tanto, partir del análisis de los dos principales sufri­mientos que lamenta el fiel: la enfermedad y una acusación en el nivel legal. Los enemigos del fiel individual se presentan siempre en uno de esos contextos.

* En la enfermedad

Los enemigos acusan al fiel de haber sido “abandonado por Dios”. Lo calumnian, atribuyendo su enfermedad a una falta o pecado y se burlan del que ha sido castigado por su pecado. La gravedad y agudeza hiriente de esta afirmación está en que el justo (tsadíq) aparece como separado de Dios. Allí reside la enemistad, la hostilidad de estas afirmaciones. La maldad de estos enemigos, devotos partidarios de una piedad ramplona: de causa y efecto es así enorme. Sus rostros se transforman en rostros diabólicos, cobran las facciones del Satán = acusador, que aparta de Dios, y que separa al justo de su Mayor Bien. Ello explica que el fiel se pueda lamentar, atribuyéndoles títulos e imágenes tomados del mundo de lo demoníaco: figuras míticas de la Bestia.

* En el desamparo legal dentro del contexto de un juicio

El perfil de los enemigos se aclara aún más. En este contexto los ene­migos aparecen con dos rasgos dominantes: la calumnia y la persecución

Deuteronomio 17,8-13 nos dice que las causas legales más difíciles e intrincadas, que superan las atribuciones de los tribunales locales, deben juzgarse en el Templo de Jerusalén. Allí, la decisión de Dios, la sentencia, era dictada por los sacerdotes. Los enemigos del acusado, entran también en el Templo, buscan a menudo acumular nuevas acusaciones y agravan­tes, invocan falsos testimonios. El acusado en cambio, pide por su causa, protesta su inocencia (Ps. 7) y busca su refugio en su Dios justo y justi­ciero. Recuérdese además que el Santuario cumplía la función de “asilo” del perseguido; una función jurídica y religiosa a la vez. Allí, Dios se constituía en garantía de la justicia de la sentencia, y el refugiado estaba al amparo de la arbitrariedad de los que lo odiaban.

Estos elementos deben ser tenidos en cuenta para comprender mejor las lamentaciones del justo perseguido.

LOS OBRADORES DE INIQUIDAD = LA IDENTIDAD ULTIMA DE LOS ENEMIGOS

¿Quienes son esos misteriosos obradores de iniquidad (po'alé ’áven) de que nos habla el salmo 5,7?

Hasta la iluminadora interpretación de Dahood, se había discutido mucho este tema. Para Mowinckel se trataba de hechiceros, que usaban sus artes mágicas para perjudicar al fiel. El cual se lamenta de sus malvados intentos. También Pedersen (Israel His Life and Worship 1926) lo interpretaba así, al explicar el término 'aven como “poder mágico” . Efectivamente, según Gunkel-Bergrich, en su introducción a los salmos, ’avén designa lo oscuro, aterrador, tenebroso. Pero el sentido mágico de la palabra, opina Kraus, apenas conserva rastros en los salmos. Y cita como ejemplos el Ps. 10,9 y el Ps. 59,13.

La interpretación de Dahood, nos los muestra es verdad como "magos”, pero el justo no lamenta que utilicen sus poderes contra él para dañarlo, sino que traten de hacer llover por medio de ellos. Son sus enemigos, en el mismo sen­tido en que son enemigos de Elias los falsos profetas de Baal: en cuanto se oponen a su Dios, al Dios verdadero y extravían a ese pueblo, que el tsadíq tiene conciencia de querer guiar, por lo menos con su ejemplo, por los caminos de la obediencia a su Dios.

Allí se nos revela la raíz más profunda de la e n e m i s t a d . El enemigo es el i n c r é d u l o , en cuanto su incredulidad actúa como una fuerza que aleja a los hombres de la fe, de Dios, de unq. vida y de un camino recto. Son enemigos en cuanto son peligro (tentación) para el mismo justo, con el atractivo de sus doc­trinas, de sus normas de vida, de su filosofía de la vida, que conducen lejos de Dios. Son causa de escándalo y de engaño para el fiel y para muchos, debido al éxito de sus empresas, que los sabios se preocupan de calificar de efímero y de comparar con la hierba del campo, que hoy está sí, verde, pero mañana irá al fuego y será dispersada por el viento.

Claro está que la opción del hombre ante Dios, no sólo conduce a disputas o debates académicos. En los hechos conduce a cosas más graves. El impío, oprime sin remordimientos, prospera en su malicia, por que nada le impide utilizar todos los medios. Está favorecido ejh la lucha por su misma fuerza sin freno, es “como la bestia salvaje” ante su presa, guiado sólo por su instinto. Se convierte en la clase de persona opresora, que acumula poder y riquezas, porque no corre con el lastre de la piedad. Porque por ejemplo no está obligado a ayudar a los suyos, a sus familiares próximos, pero también a todos los miembros de su pueblo, que son parientes suyos y en cierta manera acreedores a su goelalo.

XII. — SALMO 117 E HIMNOS DE ALABANZA

84 TEXTO HEBREO: TRASLITERACION FONETICA Y TRADUCCION

1 halelú ’et-’adonáy kol-goyím shabbejúhu kol-ha’ummím

¡Alabad al Señor pueblos todos! ¡celebradle naciones todas!

2 ki gabár ‘alénu jasdó ve ’emét-’adonáy le'olám

, halelú-yah

Por que es fuerte su amor sobre nosotros y la fidelidad del Señor es eterna Alleluya! (— Alabad al Señor)

E l Salmo más breve del Salterio. Algunos críticos proponen considerarlo como comienzo del 118 o como final del 116. Pero a pesar de su brevedad, el salmo es una unidad autónoma. Algunas versiones cuentan el Aleluya final como pertene­ciente al Ps. 1 18 ....................

85 GENERO LITERARIO Y SITUACION VITAL

Se trata de un himno. Su estructura es claramente hímnica. a) invita­ción a la alabanza; b) motivos de alabanza. El versículo 1 es la típica invitación hímnica a la alabanza. El versículo 2, articula los motivos me­diante el “por que” (hebr.: ki). Su Silz im Leben: es un himno pertene­ciente al culto del Templo.

86 HIMNOS

A este género pertenecen salmos que en hebreo reciben nombres varia­dos: siráh, sír, zimráh, mizmór, tehiláh.

Son himnos los salmos: 8; 19; 29; 33; 47; 65; 66; 93; 96-100; 104-105, 111; 113-114; 117; 135; 145; 146; 148-150.

Por su temática se distinguen sub-grupos. Los salmos de Dios-rey: 47; 93; 96-99- Los himnos de Sión: 46; 48; 76; 84; 87; 122; (132). Y muchos de los salmos de acción de gracias. Hay además elementos hímnicos en numerosos salmos de otros géneros, como los salmos graduales, en los sapienciales, en los de historia de la salvación.

El himno se estructura según un esquema bastante fijo y simple. Una introducción, un cuerpo y una conclusión.

a) Introducción: Se caracteriza por una invitación a la alabanza enmodo imperativo (alabad! cantemos!). Frecuentemente se hace alusión a posturas, o gestos, o a instrumentos musicales (prosternémonos! tocad!). Algunas veces se identifican los grupos de personas que son objeto de esta invitación a la alabanza (Israel! justos! sacerdotes del Señor! pueblos to­dos!). Un ejemplo de acumulación de todos estos elementos es el salmo 148.

Algunas veces, en vez de la invitación a la alabanza, se encuentra una descripción de la alabanza en acto.

Se subraya explícitamente que el himno se dirige al Señor, caracteri­zado con diversidad de nombres y de títulos de gloria, que a veces son ya una breve descripción de sus portentos, o de sus cualidades.

b) Cuerpo del Himno: el signo que caracteriza el comienzo del cuerpo del salmo es la expresión hebrea Ki = por que, que introduce los motivos de alabanza. Estos motivos son muy variados. Pueden ser los atributos del poderío de Dios (Ps. 18,2s). Desde el punto de vista del lenguaje, el cuerpo suele abundar en participios, que se aplican a-las perfecciones de Dios, a su acción y a sus obras- Dios es: el que salva, el que devuelve la vida, el que protege, etc. (Ps. 66,9; 114,8; 135,21...)

En el foco de la alabanza domina el NOMBRE de Dios (Yavé) al que se refieren todos los predicados hímnicos. El que canta se refiere a él en 3° persona o se dirige a él directamente en 2° (Tú!). Puede incluso pasar de una persona a otra, mezclando los “el” con los “tu”. El himno oscila así entre una alabanza de tipo “testimonial” a una alabanza que es direc­tamente “oración” .

Las alabanzas celebran el Poder, la Bondad de Yavé. También su Palabra y su obra en la Creación y en la Historia.

íEl “ Gloria” de la liturgia eucarística católica presenta una transición semejante. El Prefacio, presenta claramente la separación entre la invitación (dialogada) y el cuerpo).

c) Conclusión: A menudo se retoman al final los elementos caracte­rísticos de la introducción, creándose así una inclusión (Ps. 8). Algunas veces se repite algún elemento del cuerpo central, o se agrega todavía algún elemento más. Pero lo más propio de estas conclusiones son las expresiones de algún deseo, una petición. También puede cerrar el himno una fórmula de ofertorio, que acompaña sin duda un sacrificio o una ofrenda de acción de gracias.

Los himnos engrandecen a Yavé, el Dios de Israel, en su excelsiíud, poderío y gloria. Alaban al Señor de los cielos, superior a todo lo creado (Ps. 113); anuncian su manifestación, aparición o revelación (Ps. 29); cele­bran al Creador de cielos y tierra (Ps. 8; 19; 33; 194) y el hecho de que El gobierna (providente) la historia entera y la vida de los hombres (Ps. 65; 66; 105; 114; 146). Sólo este Dios altísimo y Juez del mundo, Rey y Señor de la historia, es acreedor de alabanza.

89 SITZ IM LEBEN CULTUAL

El lugar en la vida de los himnos es el Templo de Jerusalén y su liturgia. Pueden señalarse distintas ocasiones:

* A la entrada en el Santuario se canta alabanza y gratitud (Ps. 100,4; 132,16).

* Procesiones dentro del templo mismo son ocasión de alabanzas (Ps. 48,13; 68,25s.).

* Danza cultual (Ps. 149,3).

* En el Patio o atrio del Templo tenían sus lugares y sus turnos asignados los cantores y músicos, encargados de alabar incesan­temente a Dios (Ps. 135,2); también durante la noche (Ps. 134,1). Inclinándose ante la Presencia del Dios Creador y Soberano del Mundo (Ps. 95,6; 96,9; 99,5; 132,7) y cantando acompañados de música. Es en el contexto de esta inclinación ritual o postración de adoración, que debe situarse los himnos a Yavé-Rey (Adonáy- Mélek).

Pero los himnos no sólo cumplían una función en el Culto del Templo. Tam­bién eran usados —y lo son todavía— en la liturgia sinagogal e incluso en la piedad privada o doméstica. En la liturgia hebrea, e l grupo de salmos 113-118, al que perte­nece el 117, son conocidos con el nombre de Gran Hallel, y su canto tiene lugar en las mayores fiestas. En la celebración de la Pascua según la liturgia hebréa, que tiene lugar en familia y reviste la forma de una cena, estos salmos de alabanza se recitan después del relato ( = Haggadáh) de las hazañas y prodigios hechos por Dios en favor de su pueblo al salir de Egipto: “ Y es por lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto: por eso es nuestra obligación agradecer, alabar, encomiar, glorificar, exaltar, honrar, bendecir, ensalzar, adorar al que hizo todos esos milagros en favor de nuestros padres y en favor nuestro, porque nos condujo del dolor al gozo, del llanto al júbilo, de las tinieblas a la luz y de la servidumbre a la redención. Digamos entonces: A leluya!” .

Todavía hoy se mantiene sustancialmente esta usanza de recitar el Gran Hallel, interrumpiendo el recitado para beber las copas de vino rituales o para pronunciar una bendición. La antigüedad de esta costumbre está atestiguada por la tradición escrita hebrea (Mishnáh, Pesajím, Cap. 19. 5-7); y cristiana (Mateo 26,30 y pasajes paralelos de los demás Evangelios).

Himnos religiosos sumerios, alaban a los dioses como soberanos. Tam­bién los himnos acádicos alaban a la divinidad.

Particularmente semejantes a los himnos hebreos son los himnos egip­cios. Comienzan con el nombre de la divinidad que se alaba. Siguen con una ¡alabado seas! o un ¡honor a ti! y continúan con un encadenamiento de adjetivos y epítetos, participios o frases relativas, que pintan las cua­lidades y rememoran las hazañas de la divinidad. Véase por ejemplo el himno al dios Atón, que presenta paralelos con el salmo 104, pero también hace recordar a los salmos 40,5 y 90,10, etc. Citemos un. trozo:

¡Cuán múltiple es lo que tú hiciste!Está oculto el rostro del hombre ¡Oh dios único que no tiene par!Tú creaste el mundo según tu deseo, mientras estás solo,todos los hombres, ganado y animales salvajes, cuanto hay en la tierra, andando sobre sus píes y cuanto hay en lo alto, volando con sus alas”

(Cfr. PRITCHARD. Ancient Near East Texts 369-371; trad.La Sabiduría del A. Oriente, Garriga, Barcelona. 1966; págs.2fias%)

B I B L I O G R A F I A

Introducciones

EISSFELDT, Otto: The Oíd Testament. An Introduction, Blackwell, Oxford 1966. (Original alemán: Mohr, Tübingen 34 ed.) pp. 444-454.

DRIJVERS, Pius: Los Salmos. Introducción a su contenido espiritual y doctrinal, Herder, Barcelona, 1964 (Original holandés: Speetrum, lltrecht 1958).

ROBERT, A., FEUILLET, A .: Introduction á la Bible, Vol. I: Ancien Testament. Desclée’ et Cié. Tournai (Bélgica) 1959, pp, 585-622 (por P. Auvray). Existe traducción castellana, Ed. Herder, Barcelona 1967.

Comentarios : : ;

GARCIA CORDERO, Maximiliano: Lihro de los Salmos en: Biblia Comentada, Vol IV, Sapienciales, BAC, Madrid 1962 (Por los Profesores de Salamanca) pp. 167-674. Véase allí más Bibliografía pp. 196 ss.

GONZALEZ, Angel: El Libro de los Salmos. Introducción, versión y comentario. Herder, Bar­celona (Sección de Sgda. Escritura Vol. 73).

DEISSLER, Alfons: Los Salmos, (Orientaciones Bíblicas 10) Ed. Paulinas, Bs. As. 1966. (Orig. alemán: Patmos, Dusseldorf 1962/65).

KRAUS, Hans Joachim: Psalmen, (2 Vols.) Biblischer Kommentar Altes Testaments Neukir- chen, 1961.

DAHOOD, Mitchell: The Psalms, (3 Vols.). (The Anchor Bible 16 - 18). Doubleday NY 1968. Interesante desde el punto de vista filológico. Integra los conocimientos del ugarítico.

MOWINCKEL, Sigmund: The Psalms in Israel’s Worship (2 Vols.) Blackwell, Oxford, 1962.

Esta Bibliografía no pretende ser exhaustiva. Indica por un lado las principales obras consultadasy usadas en este libro. Señala por otro lado algunas obras en castellano que son más útiles yaccesibles.

ESTE LIBRO SE TERMINO DE IMPRIMIR EN LOS TALLERES GRAFICOS

DE MOSCA HNOS. S. A.Av. 18 DE JULIO 1578

EL DIA 31 DE MAYO DE 1976 MONTEVIDEO — URUGUAY

COMISION DEL PAPEL. EDICION IMPRESA AL AMPARO DEL ART. 79 DE LA LEY 13349