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1 Llanes: Tras la pista de un asesino: Ruta literaria Biblioteca Sara Suárez Solís Ana Zarauza

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Textos, lugares, algunas pistas sobre la ruta a partir de la novela "Algo que ocultar" de Ana Zarauza

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Llanes:    Tras  la  pista  de  un  asesino:    

Ruta  literaria  

   

Biblioteca Sara Suárez Solís

                             

   

Ana Zarauza  

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♣ San  Vicente  de  Poo  Parroquia del concejo de Llanes, a 2 km de la capital. Destaca de su iglesia el retablo mural asuncionista obra del pintor madrileño Graciano García Canillo, recuerda la escuela de El Greco. Cuenta también con una bonita playa.    “La   urbanización   discurría   alrededor   de   una   pequeña   plazoleta   con   un   jardincillo   en  medio  donde  uno  se  podía  imaginar  fácilmente  a  los  niños  corriendo  de  un  lado  para  otro.  Atravesaron  una  primera  portilla  que  daba  paso  a  un  camino  de  adoquines  que  se  bifurcaba  para  cada  uno  de  los  adosados.  Caminaron  unos  doscientos  metros  hasta  que   dieron   con   la   que   ponía   número   tres.   De   la   Fuente   accionó   la   manilla   que,  chirriando,   cedió   sin  más.   Se  adentraron  en  un  pequeño   sendero  que  atravesaba  un  diminuto   jardín  y  que  acaba  en  un  porche  vació  por  completo.  Llamaron  a   la  puerta.  Álex  les  abrió”.  (p.  239)    “Aún  en  el  porche,  aspiró  una  bocanada  de  aire  que  inundó  sus  pulmones  del  frescor  y  de  la  tranquilidad  de  la  mañana  de  Póo,  un  hermosos  pueblecito  costero  muy  próximo  a   la   villa  de  Llanes.  Camino  por   los  adoquines   color   caldera,   recordando   fugazmente  los   últimos   meses.   Esos   pensamientos   atormentaban   su   mente.   Rememoró  apesadumbrada   su   primera   cita   con   Nacho   Ferrán,   psicólogo   y   amigo   desde   sus  tiempos  universitarios.  Agonizante  era  la  palabra  que  mejor  la  definía.  Habían  acudido  a   él   en   busca   de   ayuda   para   salvar   su  matrimonio,   y   tras   varias   sesiones,   les   había  aconsejado  que  se   fueran  a  vivir  a  una   zona   rural  alejados  de  Oviedo  y  de  cualquier  ciudad.   Así   se   distanciarían   de   la   caótica   vida   que   llevaban   (…)   Y   allí   estaban.  Enfrascados   en   la   reforma  de   la   Casa  de   Indianos  que  Raquel   había   heredado  de   su  abuela”.  (p.  12)      

♠ Casona  de  indianos  Entre 1870 y 930 miles de campesinos asturianos embarcaron para las “américas” en busca de recursos de vida. Se conoce como indiano al emigrante enriquecido en Ultramar y que sólo constituyen un 10% del total de la población que se fue en esos años. La arquitectura de indianos tiene como elemento fundamental su cliente o promotor, el indiano, que habitualmente es el que disfruta del inmueble. Es una arquitectura construida por asturianos con dinero americano, siendo Llanes uno de los conejos donde se encuentran muchos ejemplos de ella. No existe un modelo arquitectónico único, la variedad formal, de estilos, es una de sus características. Tampoco se suele conocer el nombre del arquitecto que la diseñó. La casa rodeada de terreno propio ajardinado, constituye la expresión más selecta del repertorio residencial indiano. “Agarrada  vigorosamente  con  su  mano  derecha  a   la  verja  de  hierro   forjado,  observó  maravillada  el  singular  palacete  que  con  su  esplendor  se  alzaba  por  encima  del  resto  de  los  tejados.  Decidida,  empujó  la  pesada  verja  sin  prisa,  admirando  todo  cuanto  sus  luminosos  ojos  verdes  le  descubrían  por  primera  vez.  Avanzó  lenta  pero  segura  por  el  camino  empedrado  que,  rodeado  de  un  espléndido  jardín,  finalizaba  en  el  primer  paso  de  las  solemnes  escaleras  de  piedra  del  palacete.  Admirada  ante  la  suntuosidad  de  la  

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villa,  no  se  percató  de   la  presencia  de  Flor,  una  doncella  que  estaba  atareada  con   la  limpieza  del  porche”.  (p.  19)    “Al   bajarse   del   todoterreno,   mientras   se   ponía   el   chaleco   reflectante   que   la  identificaba   como   Policía   Judicial   de   la   Guardia   Civil,   admiró   la   grandiosidad   y  hermosura  del  edificio  que  se  mostraba  ante  sus  ojos.  A  Posada  no   le  extrañaba  que  los  propietarios  quisieran  convertirlo  en  hotel.  (…)  Aquella  casa  era  una  de  las  que  más  le  había  gustado.  Quizá  porque  le  asombraba  que  un  arquitecto  de  principios  del  siglo  XX,  hubiese  sido  capaz  de  diseñar  un  edificio  modernista  como  aquel.  Su  estructura  en  forma  de  L  con   las  dos  alas  confluyendo  en  un  hermoso  porche,  debió  ser   la  envidia  del  momento,  pensó.  En  él  se  ubicaba  la  entrada  al  edificio  protegida  por  una  amplia  terraza   superior,   magistralmente   sustentada   por   dos   pilares   y   dos   columnas.   La  fachada   tenía   una   ornamentación   atrevida;   las   ventana-­‐balcón,   alargadas   hasta   el  suelo,   estaban   recercadas  de  piedra   abujardada   en   la   parte   superior,   como  muestra  ineludible   de   la   riqueza   de   sus   originarios   propietarios.   Y   culminando   el   edificio,  aquella   singular   torre  mirador,  bordeada  por  una   terraza  aún  más  amplia  que   la  del  primer  piso.  En  la  barandilla,  sobre  el  remate  de  la  cubierta,  dominando  el  edificio,  se  veían  las  iniciales  del  indiano.  Prodigiosa,  pensó.  A  Posada,  le  resultaba  difícil  imaginar  un  lugar  más  apetecible  para  disfrutar  de  unas  vacaciones”.  (p.  27)      

♣ Llanes  Concejo asturiano en el que se tiene testimonio de vida en todas las fases de la prehistoria, tal y como lo atestiguan los numerosos restos aparecidos en diferentes cuevas; no sucede así con la época del hierro, prerromana y romana. Los estudios confirman que la zona de la Llera, en las cercanías de Posada, fue el área de mayor densidad de población de Europa en el paleolítico (http://www.llanes.com/historia) Desde un punto de vista físico, marcado por el karst que perfila sus costas y sus sierras dándole esa imagen peculiar de dolinas, uvalas, lapiaces, bufones (la rasa costera), hasta llegar al sur con la Sierra del Cuera que lo define y lo cierra, que hace además que se caracterice el concejo por una elevada humedad. Entre ambas estructuras, las sierras planas. Durante la Edad Media recibió el nombre de Puebla de Aguilar. En el siglo XII las comarcas llaniscas formaban una entidad administrativa perfectamente articulada, llamada Aguilar, organizada en torno al castillo de Soberrón. Probablemente en 1225 Alfonso IV le otorga la carta puebla y posteriormente Alfonso X el Sabio le concede un nuevo fuero a la villa que estaba rodeado ya de una muralla de carácter defensivo y su torre. Ubicada en la desembocadura del río Carrocéu, río que ha marcado también una barrera social, enfrentando dos orillas contrastadas desde los inicios de la villa. El eje de la villa lo constituyen las calles Castillo-Mercades-Las Barqueras. El turismo como actividad económica ha traído la construcción de un caserío dedicado al veraneo además de un impulso al sector terciario del concejo. “Hoy, Llanes, con cogollo urbano de ciudad, ofrece el aspecto de villa moderna, pero manteniendo con celo su personalidad histórica” (Gran Enciclopedia Asturiana) Celso Amieva la definió como “marinera, rural y urbana, católica, guasona e indiana”.

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♠ Parque  Posada  Herrera  Ubicado en las antiguas huertas de las Agustinas se abrió al público en el siglo XVII con el nombre de Posada Herrera en honor al jurista, político y Presidente del Consejo de Ministros nacido en la villa (Llanes, 1814-Llanes, 1885)  “Se   regodeaba   en   la   felicidad   por   disfrutar   de   esos  momentos   entrañables   con   ella.  Decidida,   atravesó   el   parque   a   pesar   de   que   el   camino   era   algo  más   largo.   Tenía   el  capricho  de  elegir  las  calles  más  bonitas  para  ir  de  un  sitio  a  otro,  aunque  ello  supiera  alargar  el  trayecto.  Le  hacía  sentirse  bien.  Y  desde  luego,  el  bonito  y  cuidado  parque  de  Llanes  era  uno  de  sus  itinerarios  preferidos.  La  puerta  de  la  floristería  de  Rosa  anunció  su   llegada   con   una   moderna   campanilla.   De   ella   colgaban   unos   palitos   de   metal   a  diferentes  alturas  que,  al  abrirla,  los  agitaba,  chocando  unos  con  otros”.  (p.  240-­‐241)      

♠ Hotel  Don  Paco  Ocupa parte de un antiguo convento de las Agustinas Recoletas de 1660 obra del arquitecto cántabro Ignacio de Cajigal quien unos años antes había realizado la Capilla de Santa Bárbara de la Catedral de Oviedo, considerada como la primera obra puramente barroca de Asturias. En la antigua capilla del convento está hoy el comedor. Con la invasión de los franceses fue convertido en cuartel, y tras la desamortización de 1860 en Colegio de La Encarnación para llegar al siglo XX como Hotel. “–Sargento,   San   Román   se   ha   encargado   de   cogerle   una   habitación   en   un   hotel.   En  otras  ocasiones,   lo  hacemos  en  el  Hotel  Sablón  porque  está  excelentemente  ubicado  en  primera  línea  de  playa  y  es  de  tres  estrellas;  el  capitán  no  nos  permite  reservar  en  hoteles   de  más   categoría   –aclaró-­‐.   Pero   en   esta   época,   está   cerrado.   Lo   intentó   en  otros,   pero   no   lo   ha   conseguido,   así   que   la   habitación   la   tiene   en   uno   de   cuatro  estrellas,   el   Hotel   Don   Paco.   Es   uno   de   los   mejores   de   Llanes,   le   va   a   gustar.   Está  ubicado  en  el  centro  del  pueblo,  en  un  edificio  histórico.  Si  quiere  puedo  acompañarle  antes  de  irme.  (..)  –Gracias,   pero  no.  No  necesito  que  me  acompañe  –expresó   categóricamente.   Era   lo  que  menos  deseaba  ene  se  momento-­‐-­‐.  Es  suficiente  con  que  me  dé  la  dirección”.  (p.  106-­‐107)      

♠ Plaza  de  Bandos  El nombre de esta plaza es el reconocimiento a los Bandos de Llanes por su labor de recuperación y perpetuación de las tradiciones llaniscas a través de los años. Parece que los bandos: La Magdalena, San Roque o La Guía, surgen de las antiguas cofradías devocionales medievales.  “El   apartamento   de   Roberto   estaba   ubicado   en   el   centro,   en   una   de   las   plazas  más  bonitas   y  más   populares   de   Llanes,   en   la   Plaza   de   Bandos,   rodeada   de   comercios   y  oficinas  bancarias  de  varias  entidades.  El  edificio  había   sido   rehabilitado  hacia  pocos  años   y   su   fachada   aún   lucía   con   esplendor.   El   último   piso   abuhardillado   era   el   de  Guzmán.    

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Al  llegar  a  la  puerta,  un  felpudo  de  fondo  negro  con  letras  en  gris,  daba  la  bienvenida  en  inglés.  Eso  presagiaba  la  sofisticación  que  se  encontrarían  en  su  interior.  Al  entrar  se  sorprendieron  por  la  claridad  que  penetraba  a  través  del  enorme  ventanal  que  daba  a   la   calle   y   las   diferentes   claraboyas   que   se   repartían   por   el   techo.   Era   un   piso  completamente  diáfano  quedando,  por  tanto,  a  la  vista  el  dormitorio  y  la  cocina”.  (p.  237)        ♠ Iglesia  Santa  María  de  la  Asunción,  Basílica  menor,    

llamada  también  Santa  María  del  Conceyu  Con origen en el siglo XII, como muestra la portada románica de la fachada oeste, en el siglo XIII ya sufre una profunda reforma y a este momento pertenece la portada principal ya con arcos apuntados propios del momento de transición románico-gótico. El interior ya es plenamente gótico. Fue una iglesia que costeó el pueblo de Llanes mediante la contribución económica de las familias más pudientes de la época, y con la creación de un impuesto gracias al cual colaboraban todos los vecinos; por ello la iglesia de Llanes es uno de los pocos casos que existen en el que la propiedad corresponde aún hoy en día al pueblo de Llanes, y no al clero como es lo habitual. La torre cuadrada es del siglo XVII.Retablo e estilo plateresco del siglo XVI obra de León Picardo.  “Al   llegar,   se   encontró   con   unos   pocos   parroquianos   arremolinados   en   el   exterior,  aguardando  a  que  finalizase  la  misa.  Sólo  esperaba,  que,  por  una  vez,  don  Celestino  no  se  enrollase  y  acabase  a  tiempo.  No  podía  soportar  mucho  más.    El  desapacible   viento  que   soplaba  gélido  no   importunó  a   Juan.   Sus   sentidos  estaban  insensibles  reservándose  para  el  ansiado  momento  del  reencuentro.    Los   golpeteos   desaforados   contra   su   pecho   se   iniciaron   cuando   comenzó   a   salir   el  gentío.  Escudriñado  en  la  oleada  de  rostros  buscó  a  su  ex.  No  porque  tuviera  ganas  de  verla,  sino  porque  la  vería  antes.  Y  una  vez  localizada,  vería  a  la  niña.  Al  momento,  una  melena   rubia   artificial   ondeó   destacando   del   resto   de   los   feligreses.   Una  mueca   de  desagrado  asomó  a  su  rostro  al  confirmar  que  iba  acompañada  de  un  hombre.”  (…)    “La   espesa   lluvia   disipó   al   gentío   en   un   instante.   Él   quedó   tan   solo   como   se   sentía.  Empapado.   Con   las   gotas   de   lluvia   entremezclándose   con   sus   lágrimas   permaneció  inmóvil   durante   un   tiempo   difícil   de   determinar.   Entretanto,   se   lamentaba   de   su  suerte.  Todo  lo  que  había  hecho  por  recuperar  a  sus  hijos  había  sido  en  vano.  La  ira  le  abrasaba  el  alma”.  (p.  57-­‐58)      

♠ Plaza  de  San  Roque  “En  esta  ocasión,  Posada  evitó  los  lugares  que  solía  frecuentar  con  Carlos.  No  deseaba  cruzarse  con  él  y  mucho  menos  si  iba  acompañado  de  Lara.  Prefería  dejar  tranquilo  su  corazón   sin   sobresaltos   por   el   momento.   Se   acercaron   a   una   vinoteca   que   habían  inaugurado  recientemente  en  la  Plaza  de  San  Roque  y  que  Julia  tenía  ganas  de  probar.  La   impoluta   decoración   íntegramente   de   color   blanco   irradiaba   luminosidad.   Se  arrimaron   a   la   barra   sentándose   en   unos   taburetes   acolchados   que   permanecían  libres.  El   largo  y  placentero  sorbo  que  Posada  dio  a  su  cerveza  según  se   la   sirvieron,  dejó  boquiabierto  al  sargento”.  (p.  215)  

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♠ Plaza  de  Parres  Sobrino  La plaza de Parres Sobrino está situada fuera de la antigua muralla medieval frente a la calle de los Mercaderes. Es el centro de la actividad comercial de la villa de Llanes. Tres de sus lados están cerrados por edificaciones de los siglos XVII y XIX de tradición popular. El nombre de la plaza deviene del político llanisco José Parres Sobrino, nacido en 1865, que destacó como orador especialmente en temas económicos y de política internacional. Llegaría a ser nombrado fiscal del Tribunal Supremo en 1913, muriendo en Llanes 4 años más tarde.  “Julia  salió  del  cuartel  en  dirección  a  Aramburu,  una  tienda  de  delicatesen  en  el  centro  de   Llanes,   con   la   intención   de   cumplir   su   plan   nocturno.   Se   olvidaría   de   todo   y  disfrutaría  con  Carlos  de  una  romántica  velada.  Estaba  tan  cansada  que  por  una  vez  se  había  permitido  aparcar  el  coche  en  la  zona  de  carga  y  descarga  próxima  a  la  tienda,  a  tan   sólo   unos   pasos.   A   esas   horas   y   con   la   gélida   noche   acechando   no   había  prácticamente   nadie   por   la   calle.   Únicamente   algún   que   otro   vecino   apuraba   una  respetable  copa  de  vino  en  solitario  en  alguna  de   las  vinotecas  de   la  Plaza  de  Parres  Sobrino,   con   la   vista   en   el   partido   de   fútbol   que   televisaban.   Nada   más   entrar,   el  propietario  salió  a  atenderla  muy  amablemente  a  pesar  de  ser  domingo  y  casi  la  hora  de  cierre”.  (p.  108-­‐109)        

♠ Sidrería  El  Cuera  “¿Dónde  podemos  comer  algo  rápido?-­‐  preguntó  sin  darle  opción  a  que  decidiera  por  sí  misma.  La  propuesta  le  cogió  por  sorpresa.  Pero  sin  pensarlo  contestó  la  elección  que  siempre  tenía  en  la  cabeza  cuando  se  trataba  de  comer  bien  y  con  un  servicio  rápido.  -­‐   En   la   “Sidrería   El   Cuera”   Tienen   un   menú   del   día   muy   rico   y   a   buen   precio   y,   al  tratarse  de  menú,  el  servicio  es  rápido.  -­‐Bien.  Pues  ese  mismo-­‐  decidió  De  la  Fuente.  Vamos  para  allá.  (…)    El  recorrido  hasta  la  Plaza  de  Parres  Sobrino  donde  estaba  ubicada  la  sidrería  les  llevó  unos   escasos   quince  minutos.   Al   entrar,   De   La   Fuente   pudo   deducir   fácilmente   que  Julia   frecuentaba   el   lugar.   Todos   la   trataban   por   su   nombre   y   la   saludaban  efusivamente.   El   ambiente   alegre   y   distendido     que   se   respiraba,   hizo   sonreír   al  sargento(…)  La  cuidada  decoración  tematizada  en  la  sidra  con  toneles  de  madera  de  roble  antiguos,  botellas   vacías   de   sidra   colgadas   a   distintos   niveles   como   si   se   tratara   de   una  exposición  de  arte  moderno  y  varios  escanciadores  saciando  a  los  clientes,  ayudaban  a  buen  seguro  a  favorecer  la  animación  que  se  palpaba”.    (p.  152,  155)      

♠ Pizzería  Los  Molinos  “–Parece  que  el  sargento  te  da  tiempo  libre  para  comer,  ¿picamos  algo?  –Sí,  me  vendría  bien  comer  algo  decente.  Y  un  poco  de  compañía  femenina,  también  –pensó  para  sus  adentros  

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–¡Genial!  –contestó  Pili.  Cojo  el  bolso  y  nos  vamos.  ¿te  apetece   la  pizzería?  La  pasta  está   buenísima   y   si   tenemos   suerte   y   cogemos   una  mesa   próxima   a   la   ventana,   las  vistas  son  magníficas  –dijo  animadamente  buscando  su  aprobación.  –Perfecto  –respondió.  San   Román   no   le   pidió   disculpas   por   su   arrebato   mañanero.   Se   conocían   de   poco  tiempo,   pero   pensó   que   era   mejor   dejarlo   pasar   y   no   darle   importancia.   Iban  caminando  por   la  peatonal  de   la   calle  Mayor  en   silencio,   tímidas   y   con  el  dilema  de  cómo   comenzar   una   conversación   para   romper   el   hielo.   Cuando   enfocaban   la   calle  donde  estaba  ubicada  la  pizzería,  en  Cotiello  bajo,  San  Román  se  decidió  a  preguntarle  lo  que  llevaba  barruntando  desde  hacía  un  rato”.  (p.  193)      

♠ Plaza  de  las  Barqueras  “La  venganza  es  un  plato  que  se  sirve  frío.  Entretanto,  tenía  a  mi  mellizo  vigilándoos  de  continuo,   conocía   cada   uno   de   vuestros   pasos   –explicó   en   un   tono   perverso.   Mi  siguiente  objetivo  fue  hacerme  amiga  tuya.  No  me  resultó  difícil,   teniendo  en  cuenta  que  no   tenías   amistades   en  el   pueblo   y,   como   se   suele  decir,   todos  necesitamos  un  amigo.   Yo   sería   ese   amigo.   Ese   tropiezo   “casual”   en   las   Barqueras…   ¿recuerdas?   –comentó   evocando   el   pasado-­‐.   Estabas   esperando   turno   para   encargar   la   deliciosa  empanada  de  morcilla  y  puré  de  manzana  con  la  que  querías  agasajar  a  tus  padres  en  su  primera  visita  a  tu  nuevo  hogar.  Al  poco  llegué  yo.  Mi  hermano  te  estaba  siguiendo  –  dijo  sin  aclarar  más-­‐.  No  me  costó  entablar  conversación  contigo.  Eras  recién  llegada  y   tenías   ganas   de   conocer   gente.   Y   la   verdad   es   que   fuiste  muy   agradable.   Pero   yo  contigo  más”.  (p,  246)        ♠ Cuartel  de  la  Guardia  Civil  

“En   el   Cuartel   de   la   Guardia   Civil   de   Llanes   se   respiraba   un   ambiente   relajado   y  distendido.   En   aquella   época   del   año   no   solían   tener   excesivos   problemas.   Algunas  multas  de  tráfico,  altercados  entre  borrachos  (sobre  todo  al  caer  los  fines  de  semana),  robos  de  poca  monta  y  algún  que  otro  problema  con  las  lindes  de  las  parcelas  eran  los  temas  más  acuciantes  (…)  Ella  cogió  las  llaves  de  uno  de  los  coches  del  tablero.  Como  siempre  que  podía,  eligió  las  del   todoterreno.  Bajaron  al  garaje  y  accionó  el  mando  a  distancia  para   identificar  rápidamente  de  cuál  se  trataba.  Salieron  del  cuartel,  avanzaron  los  pocos  metros  que  lo   separaban   de   la   calle   principal   y   giraron   a   la   derecha.   En   la   rotonda,   decidió  atravesar  el  pueblo  en  vez  de  tomar  la  circunvalación.  Acercarse  a  Poo  no  les  llevaría  más  de  cinco  minutos”.  (p.  22-­‐23)    “Se   asombró   del   tamaño   y   modernidad   de   sus   instalaciones;   era   evidente   que   el  edificio  estaba  casi  recién  inaugurado.  Todo  el  recinto  estaba  rodeado  de  un  vallado  de  color  blanco  de  aproximadamente  dos  metros  de  altura.  El  edificio  estaba  cubierto  por  una   losa  de   color  gris  hasta  el  primer  piso  de  altura.  A  partir  de  ahí   la  pared  estaba  pintada   de   color   blanco.   Frente     a   la   entrada   principal,   encima   del   garaje   donde  estaban  aparcados  los  coches  patrulla,  había  una  galería  de  vigilancia”.  (p.  74)      

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♠ Faro  Punta  de  San  Antón  Ubicado sobre el acantilado en la margen de babor de la entrada al puerto de Llanes, fue inaugurado el 30 de septiembre de 1860 y electrificado en 1920. Un incendio producido el 9 de noviembre de 1946, destruyó las instalaciones. Se reconstruyó en 1950 conservando la torre original. Hasta hace pocos años también cumplió la función de Radiofaro. Desde él se puede observar “Los cubos de la memoria” de Ibarrola.  “Cuando   alcanzó   su   punto   de   encuentro,   aún   no   había   llegado.   El   viento   soplaba  enfurecido   y   los   ojos   le   lagrimeaban   sin   remedio   ante   el   frío   invernal.   Miró   con  dificultad  el  reloj  mientras  paseaba  arriba  y  abajo  por  la  explanada  ubicada  delante  del  faro   y   que   se   adentraba   en   el   acantilado,   en   parte   por   el   frío   que   le   entumecía   los  miembros,   pero   sobre   todo   por   la   congoja   que   lo   embargaba.   La   espera   se   le   hizo  eterna,   hasta   el   punto   que   por   su   cabeza   rondó   la   idea   de   que   había   sido   en   vano.  Estaba  convencido  de  que  no  se  avendría  a  verse  con  él.  Con  todo,  estaba  equivocado:  el  interés  era  mutuo,  mucho  más  de  lo  que  se  podía  imaginar”.  (p.  212)    “Reposó  su  cansado  cuerpo  contra  el  blanquecino  faro  con   las  manos  metidas  en   los  bolsos   de   sus   vaqueros   sin   saber   qué  hacer   ni   qué  decir.   Posada   volvió   a   percibir   la  respiración   agitada   al   apreciar   la   cercanía   de   su   cuerpo.   Ella   tampoco   sabía   cómo  actuar”.  (p.  221)    

 

♣ Cue  Parroquia de Llanes a 2 km de la capital del concejo. Se ubica en un privilegiado emplazamiento sobre la rasa al abrigo de una pequeña sierra plana. Había una tradición de enramas dos fuentes, la de Arriba por San Fernando y la de Abajo (hoy sin fuente que parece estar en un chalé de una veraneante) por San Antonio. La Playa de Cue o de Las Antilles, es de arenas finas y blancas con forma de concha inmersa en medio rural. Tiene 380 m. de largo y se caracteriza por el tómbolo. De este modo, en bajamar se comunica con la Islona o Isla Grande a través de un pasillo de arena. En pleamar, los espacios se cubren de aguas generalmente tranquilas, que dan paso a "piscinas naturales", término utilizado por la geógrafa Belén Martínez Solar.  “–El  mar  lo  arrastró  hasta  Cue  y  al  bajar  la  marea  quedó  al  descubierto  en  una  zona  de  difícil  acceso.  En  uno  de  los  acantilados  próximos  a  la  playa  de  Las  Antilles,  cerca  de  los  bufones.  No  tenéis  perdida  –dijo  intuyendo  el  pensamiento  del  sargento.  En  cuanto  lleguéis  a  Cue,  veréis  el  helicóptero.    –Gracias  –contestó  a  secas-­‐-­‐.  ¡Vamos!  Aparcaron  el  todoterreno  en  lo  alto  de  un  acantilado  desde  el  que  se  podía  observar  las  maniobras  del  grupo  de  rescate.  Caminaron  hasta  alcanzar  el  capitán.  El  helicóptero  estaba  sobrevolando  un  abrupto  acantilado  de  corte  vertical  unos  metros  más  allá,  lo  que  dificultaba  las  maniobras  de  todo  el  equipo”.  (p.  232)