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A 100 años de Materialismo y empiriocriticismo VIGENCIA DE LA TEORÍA MARXISTA DEL CONOCIMIENTO Rosa Nassif

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A 100 años de Materialismoy empiriocriticismo

VIGENCIADE LA TEORÍAMARXISTA DELCONOCIMIENTO

Rosa Nassif

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Me referiré particularmente en esta exposición, a lavigencia actual del debate epistemológico que planteaLenin en su libro Materialismo y empiriocriticismo2. Noabordaré los aspectos sobre el momento político enque se produce ese debate y las razones del mismo, yaque el profesor Alción Cheroni3 los ha desarrollado ensu exposición inaugural. Como señalara, Lenin dio lapolémica con posterioridad a la derrota de la revoluciónde 1905, cuando en el interior del movimiento marxistay en particular en el propio Partido Socialdemócrata

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1. Artículo escrito a partir de la exposición realizada en elSeminario sobre el tema desarrollados en la Facultad deFilosofía y Letras–UBA, el 24, 25 y 26 de septiembre de2008. Fue publicado en la revista Política y teoría Nº 100,abril-junio de 2009.

2. Materialismo y empiriocriticismo, fue escrita por Lenin en1908, en polémica con los “machistas” rusos. Se los de-nomina así por ser seguidores de Mach, filósofo alemánque junto con Avenarius fundan en la segunda mitad delsiglo XIX una corriente filosófica denominada “empirio-criticismo”. El mismo es una variedad del idealismo sub-jetivo que plantea la imposibilidad de afirmar nada másallá de las sensaciones del sujeto, plantean que “no hayobjeto sin sujeto”, negando la existencia del mundo ob-jetivo independiente de la conciencia del sujeto. (R.N.)

3. El profesor Alción Cheroni es docente en la Universidadde la República (Uruguay) y fue invitado especial para lainauguración del Seminario.

A 100 años de Materialismo y empiriocriticismo

VIGENCIA DE LA TEORÍA MARXISTADEL CONOCIMIENTO1

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Ruso habían penetrado las concepciones empiriocriti-cistas que se presentaban como marxistas, sembrandouna gran confusión. Esto ocurría en el mismo mo-mento en que se producían las divisiones entre bolche-viques y mencheviques.

Por tanto, me centraré en particular en los as-pectos de carácter gnoseológico y epistemológicoque están contenidos en la obra de Lenin y a lavigencia actual de los mismos. Vigencia que ha sidocuestionada en este propio Seminario. Me referiré tam-bién a las diferencias y similitudes con el momento ac-tual y con las posiciones que son hoy dominantes en laepistemología y gnoseología.

En segundo lugar expondré la Teoría Marxista delConocimiento –resumidamente, desde ya–, yendo altema central y tal vez más polémico de esa concep-ción, que es la teoría del reflejo desplegada por Lenin.

Previamente, querría aclarar dos temas que han es-tado en debate en estas Jornadas, y que a su vez hansido cuestionadas dentro del propio movimiento mar-xista, para dejar planteada mi posición.

¿Existe una filosofía marxista?

Uno de estos temas, controvertido en estas Jornadasdesde su comienzo, es si existe o no una filosofíamarxista. Este se da a partir del hecho de que Lenin loplantea en las preguntas que están al inicio de su libro,con el título de “10 preguntas al disertante”.Esta cues-tión, ha sido y sigue siendo, una posición que dividía alos marxistas y también a los que no lo eran. Se plante-aba entonces, que habría un aspecto científico en laobra de Marx –que estaría fundamentalmente en El Ca-

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pital– y que los aspectos filosóficos, resabios de su ante-rior hegelianismo, habrían sido explícitamente superadospor Marx y por Engels. Dichas posiciones se apoyaban enuna interpretación, a mí entender equivocada, de algu-nas formulaciones de Marx, como por ejemplo cuandoplantea en las “Tesis sobre Feuerbach” –en la númeroXI– “Los filósofos no han hecho más que interpretar dediversos modos el mundo pero de lo que se trata es detransformarlo”. Se significaba esta afirmación como siMarx sostuviera que no son necesarios ni los filósofos nila filosofía. A partir de esto se inicia en el marxismo lacontraposición entre filosofía y ciencia. Esta posición fuesostenida por Althusser quien intentó dotar a la obracientífica de Marx El Capital, de una filosofía que se co-rrespondiera con las características de la obra. En esabúsqueda le adjudica primero el estructuralismo y luegoel materialismo mecanicista de Epicuro. Ya próximo a sumuerte, Althusser reconoció que su propósito era en re-alidad expurgar a El Capital de la filosofía hegeliana quelo impregnaba, considerando que era necesario supe-rarla para dar forma verdaderamente científica a la teoríade Marx. Por tanto pretendía despojar al pensamientode Marx de la dialéctica, la que a su juicio impide el aná-lisis científico.

Entiendo que el marxismo supera esta contraposi-ción entre ciencia y filosofía, en el sentido de que efec-tivamente Marx y Engels –aunque Engels le reconocecon razón este mérito fundamentalmente a Marx,–fundarán una nueva filosofía: el materialismo dia-léctico; éste no es, como a veces se ha interpretado, lasuma del materialismo mecanicista de Feuerbach y la

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4. Ver, Lenin: “Carlos Marx”, Ed. Lenguas Extranjeras dePekín.

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dialéctica idealista de Hegel, sino una superación deambos. Interpretando equivocadamente como aspec-tos separados4 materialismo y dialéctica (inclusive entextos que se estudiaban en manuales oficiales de laUnión Soviética posteriores a la muerte de Lenin) semostraba el materialismo como la filosofía y la dialéc-tica como el método. Hay en las obras de Marx, de En-gels, de Lenin y de Mao, afirmaciones reiteradasplanteando la existencia de una filosofía marxista.

Lenin, a quién nos referimos en particular en esteSeminario, señala que la filosofía de Marx es el mate-rialismo desarrollado que supera el anterior materia-lismo mecanicista. El propio Marx plantea que en eldesarrollo de su concepción saldó cuentas, tanto con elidealismo de Hegel, como con el materialismo meca-nicista de Feuerbach.

Por lo tanto, la filosofía marxista implica unanueva dialéctica y un nuevo materialismo. El reco-nocimiento y profundización sobre esta nueva filosofía,–aspecto que negaron o subestimaron los socialistasargentinos y los fundadores del Partido Comunista–, esde una importancia fundamental para la comprensiónde los procesos históricos y sociales.

Esto es particularmente válido para abordar los pro-blemas de la Teoría del Conocimiento puesto que eraimposible resolverlos, –por su complejidad–, tantodesde el materialismo mecanicista como desde el ide-alismo hegeliano u otra forma de idealismo. La únicaposibilidad de dar una respuesta científica a un acon-tecer tan complejo como es el del conocimiento, eraconcebir la posición materialista íntimamente unidacon la dialéctica. Tarea que resuelve Marx.

Por lo tanto sostenemos, en primer lugar, que hayuna filosofía marxista, que es la dialéctica materialista

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e histórica, que no es una parte secundaria sino funda-mental del marxismo. Y en segundo lugar, que es unafilosofía en ruptura con todas las anteriores, que no secoloca por encima de las ciencias ni trata de elaborarun sistema propio, sino que se nutre del desarrollo dela ciencia. Se propone, a la vez, ser una guía, no una re-ceta ni una respuesta general, que pueda servir tantopara la acción revolucionaria – objetivo central de Marxy Engels–5, como para orientar la investigación cientí-fica.

Por lo tanto, la Filosofía marxista es lo contrario aun sistema cerrado. Está abierta y cada nuevo aportede la ciencia, cada profundización en el conocimientode la realidad objetiva y sobre todo cada avance en lapráctica revolucionaria, la profundiza y desarrolla. Sonfundamentales en dicho desarrollo los aportes de Leniny Mao Tsetung.

Materialismo y empiriocriticismoy los Cuadernos filosóficos.

El otro tema al que me referiré ya que fue mencio-nado en estas Jornadas, es la supuesta contraposiciónentre dos trabajos de Lenin: Materialismo y empiriocri-ticismo y los Cuadernos filosóficos. Como se dijo aquí:“entre el Lenin de 1908 y el Lenin de 1914-16”. Estacuestión tiene una larga data dentro de los debates enel interior del marxismo. No negamos que hay desarro-

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5. Marx planteará explícitamente: "Así como la filosofía en-cuentra en el proletariado sus armas materiales, el prole-tariado encuentra en la filosofía, sus armas espirituales."Introducción a la crítica de la Filosofía del Derecho deHegel, Ediciones Nuevas, Buenos Aires, 1965 (pág.47).

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llo y profundización entre uno y otro trabajo de Lenin,pero no existe contraposición. A la vez, de ninguna ma-nera Lenin abjura de Materialismo y empiriocriticismo,luego de escribir en 1914 los Cuadernos Filosóficos, apartir del estudio de la dialéctica de Hegel.

Por el contrario, hay un prólogo* de Lenin a la se-gunda edición de Materialismo y empiriocriticismo fe-chado en 1920, en que plantea el por qué de lavigencia y la importancia de esta obra. Dice Lenin que,más allá de la polémica puntual que aborda, puede en-tenderse como un desarrollo y un punto de vistamás general sobre las cuestiones centrales de laTeoría Marxista del Conocimiento.

Aclarada nuestra posición sobre las dos cuestionesen debate anteriormente señaladas, abordaré los dos

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* “La presente edición, si se exceptúan algunas correccio-nes del texto, no se diferencia de la anterior. Confío enque no carecerá de utilidad, independientemente de lapolémica con los "machistas" rusos, como manual queayude a conocer la filosofía del marxismo, el materia-lismo dialéctico, así como las conclusiones filosóficas quese deducen de los recientes descubrimientos de las cien-cias naturales. Por lo que se refiere a las últimas obras deA. A. Bogdánov, que no he tenido la posibilidad de co-nocer, el artículo del camarada V.I. Nevski, que se insertaa continuación, aporta las indicaciones necesarias. El ca-marada V.I. Nevski, en su labor, no sólo como propagan-dista en general, sino como colaborador activo de laEscuela del Partido en particular, ha tenido la plena po-sibilidad de persuadirse de que, bajo la capa de la "cul-tura proletaria", A.A. Bogdánov sustentan concepcionesburguesas y reaccionarias”.Materialismo y empiriocriti-cismo, Ed. Lenguas Extranjeras de Pekín.

6. Ver, Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad, Ed. Pai-

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temas a los que quiero referirme en relación a Materia-lismo y empiriocriticismo y su vigencia actual.

1) ¿Cuáles son las diferencias y las similitudesentre el debate que tiene planteado Lenin con elempiriocriticismo en 1908 y los principales deba-tes actuales dentro de la gnoseología y la episte-mología?

2) La Teoría del Reflejo, ¿es piedra angular dela Teoría Marxista del Conocimiento?

1) En relación a la primera pregunta, expondré mipunto de vista acerca de las coincidencias entre las po-siciones de los empiriocriticistas y las del constructi-vismo y relativismo posmoderno.

Es sabido que Lenin polemiza con las concepcionesde los empiriocriticistas –las de Mach y Avenarius–, quese presentaban como una nueva filosofía no antagónicacon el materialismo, sino superadora del mismo. Desdeallí habían ganado o confundido a cuadros importantesdel Partido bolchevique. Lenin demostrará en su obraque las posiciones de los empiriocriticistas son idealistas,subjetivistas y que conllevan una idea empirista idealistadel conocimiento. O sea, que Mach y Avenarius partende la reducción del conocimiento a la sensación y a losensorial, y más precisamente al aspecto subjetivo de lasensación. Por lo cual, plantean que no hay dentro delconocimiento ningún elemento que remita a una reali-dad objetiva independiente del sujeto, sino que en elproceso de conocimiento el único dato cierto es la pro-pia sensación y la propia experiencia del sujeto que co-noce.

Lenin pondrá de manifiesto que estas ideas no sonen absoluto novedosas sino que se remontan a Berke-

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ley, el obispo inglés fundador del idealismo subjetivoen la época moderna, y a Hume, sostenedor del agnos-ticismo idealista.

A partir de los mismos fundamentos que Berkeley,Hume concluye que no podemos saber si a nuestrasideas corresponde o no una realidad externa ya que es-tamos presos dentro de nuestra propia experiencia.Ambos niegan por lo tanto el punto de vista funda-mental de todo materialismo: la existencia de una rea-lidad objetiva independiente del sujeto, realidad que esreflejada por éste en su cerebro, a través de las sensa-ciones, representaciones y conceptos.

Alrededor de esta posición de los empiriocriticistas,que sostienen la imposibilidad de ir más allá de la pro-pia experiencia subjetiva en el proceso de conocimientoy del error que supondría por lo tanto, afirmar la exis-tencia de una realidad objetiva independiente del su-jeto, giran hoy las posiciones hegemónicas sobre laTeoría del Conocimiento, sostenidas desde la epistemo-logía y la filosofía dominantes.

En consonancia total con el empiriocriticismo éstasse presentan apoyándose supuestamente en los nuevosdesarrollos de la ciencia, particularmente los de la físicacuántica, interpretándolos en clave idealista.

Así se expresan, por ejemplo, en todas las corrientesfenomenológicas y constructivistas, neo-positivistas yneo-kantianas. Abarcan un amplio arco en el que se ins-criben los que directamente niegan la existencia de unarealidad externa al sujeto, los que afirman que el sujetoconstruye la realidad, o que sostienen una construcciónsocial de la realidad y también, los que plantean que nose puede discriminar –en el conocimiento– qué perte-nece al sujeto y qué a la realidad objetiva.

Todos ellos enfrentan a la teoría materialista dialéc-

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tica del conocimiento acusándola de mecanicista o derealista ingenua por sostener que hay una realidad ob-jetiva y que es posible conocerla.

Sus representantes más significativos, conocidos enla década del 90 sostienen los llamados Nuevos Para-digmas y son, entre otros, Ernest Von Glasersfeld,Heinz von Foerster, Edgar Morin, Felix Guattari, Hum-berto Maturana. Sus ideas incidieron no sólo en elmedio académico universitario sino en toda la sociedady en particular en el ámbito de la educación, ya queempalmaron con las teorías psicogenetistas basadas enJean Piaget, de amplia difusión en nuestro medio. Po-siciones, estas últimas, que sostienen que el niño cons-truye el conocimiento: absolutizando los procesossubjetivos y negando o subestimando la importanciadel objeto y del maestro que conduce el proceso deaprendizaje.

Para plantear la similitud existente entre el debatede Lenin con los empiriocriticistas y el que sostenemoscon los constructivistas actuales, lo ejemplificaré con lapolémica que Lenin hace en su libro con las posicionesde Berkeley y de Hume, y las compararé con las soste-nidas hoy por Ernest von Glasersfeld, que es como se-ñalamos, uno de los teóricos principales delconstructivismo y que se inscribe en la corriente de los

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dós, 1994.– En referencia a la polémica con corriente he-gemónica conocida como “ los nuevos paradigmas”; Ver, Rosa Nassif , Nuevos paradigmas, ¿verdaderamentenuevos?”, en Temas de Psicología Social, Nº15, EdicionesCinco, Bs. As. Octubre de 1996, y La psicología social pi-choniana y el discurso de los nuevos paradigmas, Ana P.de Quiroga y Rosa Nassif, Temas de psicología social, Ed.Cinco, Bs. As,. Nº 17, octubre de 1998.

7. Lenin, diferenciará en los agnósticos, a los idealistas sub-

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nuevos paradigmas. Estuvo en la Argentina en un se-minario conjunto con Prigogine, Edgard Morin y otrosrepresentantes destacados de esta corriente.6

Lenin polemiza con Berkeley, quien niega la existen-cia de una realidad objetiva independiente del sujeto ycon Hume, que parte de que no es posible conocer lafuente externa objetiva de la sensación, por lo cual –según él– no se puede afirmar ni negar que exista algoindependiente del sujeto, ubicándose dentro del escep-ticismo y del agnosticismo.7

Ambos cuestionan un principio central de la teoríamaterialista del conocimiento que Lenin remarcará en sulibro: el que las sensaciones tienen dos aspectos, un as-pecto objetivo que es la fuente de la sensación –o seaque hay una realidad objetiva que produce la sensaciónal actuar sobre nuestros órganos de los sentidos– y unaspecto subjetivo, que es el reflejo del estímulo ex-terno. Berkeley y Hume reconocen entonces, sólo el as-pecto subjetivo de la sensación. De allí que Berkeleyplanteará que las cosas son sólo “complejo de sensa-ciones” y que “existir es ser percibido”. Si a este con-junto o complejo de sensaciones le agregamos laexistencia, –dice Berkeley– realizamos algo arbitrario eincorrecto. Por lo tanto, no podríamos afirmar queexista algo más allá de nuestras sensaciones.

Hume agrega a lo de Berkeley el agnosticismo ide-alista. Dice: (transcribo la cita que hace Lenin porquerefleja claramente la posición de Hume),

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jetivos de los idealistas objetivos, señalando que éstosúltimos“oscilan entre el materialismo y el idealismo”, re-firiéndose particularmente a Kant quién reconoce unarealidad independiente del sujeto –“la cosa en si”– perola declara “incognoscible”.

8. Lenin: Materialismo y empiriocriticismo”, O.C. T.XIV, Pág.

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“Los hombres, por instinto o predisposición natural,son propensos a fiarse de sus sentidos y (…) siempresuponen la existencia de un mundo exterior (…) queno depende de nuestra percepción (…) ¿Con qué argu-mento puede probarse que las percepciones en nuestramente deben ser suscitadas por objetos exteriores com-pletamente diferentes de estas percepciones, aunquesemejantes a ellas (…), y que no pueden ser debidos,bien a la energía de nuestra propia mente, bien a la su-gestión de algún espíritu invisible y desconocido, o biena cualquier otra causa aún más desconocida?(...)¿Cómo puede resolverse esta cuestión? Evidente-mente, por medio de la experiencia, como todas lasdemás cuestiones de este género. Pero la experienciacalla sobre este punto y no puede menos que callar. Lamente no tiene nunca ante sí ninguna cosa que nosean la percepciones y en modo alguno está en condi-ciones de realizar experiencias, cualesquiera que sean,referentes a la correlación entre las percepciones y losobjetos.”8

Esta afirmación de Hume coincide exactamente conlas posiciones de la mayoría de los posmodernos, seanconstructivistas, fenomenólogos, etc. Entre ellas la sos-tenida por Ernest von Glasersfeld a la que denomina la“paradoja de la experiencia”. Repitiendo los argumen-tos de Hume, dirá que no hay manera de demostrarque a nuestra sensación corresponda un elemento delmundo objetivo, ya que para probarlo tendríamos queapelar a nuestra experiencia, lo que nos hace, segúnél, prisioneros de nuestra subjetividad. Por eso, adhiere

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33. Ed. Cartago (cita de Hume: Investigaciones sobre elentendimiento humano).

9. Ernest von Glasersfeld: La construcción del conoci-

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totalmente a la posición de los escépticos: “Lo que ellossostuvieron se mantuvo esencialmente intacto durantedos mil quinientos años; y si no se modificó fue porquesu argumentación, bien formulada ya por los presocrá-ticos en el Siglo VI a C, es lógicamente incontroverti-ble”. (Es imposible resistir la sonrisa que nos produceque estos posmodernos hablen de “nuevos” paradig-mas, así como los empiriocriticistas hablaban de la “no-vísima” filosofía, calificando de vetusto al marxismo,cuando sus mentores reconocen explícitamente susfuentes en los escépticos griegos!!! R. N.).Y concluyevon Glasersfeld: “Tal como yo lo veo es muy simple. Losescépticos sostenían que lo que llegamos a conocerpasa por nuestro sistema sensorial y nuestro sistemaconceptual y nos brinda un cuadro o imagen. Perocuando queremos saber si ese cuadro o imagen es co-rrecto, si es una imagen verdadera del mundo externo,quedamos completamente trabados, ya que cada vezque contemplamos el mundo externo, lo que vemos esvisto de nuevo a través de nuestro sistema sensorial yde nuestro sistema conceptual. Estamos atrapadospues, en una paradoja (…) Queremos creer quesomos capaces de conocer algo sobre el mundo ex-terno, pero jamás podemos decir si dicho conoci-miento es o no verdadero, ya que para establecer esaverdad deberíamos hacer una comparación que sim-plemente no podemos hacer. No tenemos manerade llegar al mundo externo si no es a través denuestra experiencia de él y, al tener esa experien-cia, podemos cometer los mismos errores; por

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miento, Nuevos paradigmas….. pags. 117/118.10. La realización de este seminario es expresión de que esto

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más que lo viéramos correctamente, no tendría-mos modo de saber si nuestra visión es correcta.”9 (El destacado es de la autora).

Como vemos, es exactamente el mismo planteoque hacen Hume y Berkeley, y que toman Mach yAvenarius, los empiriocriticistas con los que pole-miza Lenin. De allí la total vigencia de Materia-lismo y empiriocriticismo, para orientar la críticaactual a las posiciones idealistas y agnósticas sos-tenidas por los contructivistas, relativistas, neo-positivistas, etc. y que son hoy dominantes en lafilosofía y en la teoría del conocimiento. (El desta-cado es de la autora)

Lenin cuestionará por equívoca la palabra “expe-riencia”, –la llama “palabreja”–, señalando que no eslo mismo hablar de “experiencia”, (que como vemos,puede considerarse sólo en su aspecto “subjetivo”),que de “práctica”. Veremos más adelante, al referirnosa la teoría materialista dialéctica del conocimiento, queprecisamente esta aparente paradoja acerca de quesólo se puede llegar al mundo objetivo a partir de losubjetivo únicamente puede resolverse a partir de lapráctica, que permite confrontar nuestras ideas con larealidad objetiva.

Antes de desarrollar sintéticamente la respuesta dela filosofía marxista a esta falsa paradoja, expuesta porLenin en la obra que nos ocupa, querría introducir otrasdos cuestiones.

La primera a la que me referiré es que hoy, al igualque en época de Lenin, los sostenedores de estas posi-ciones no provienen en su mayoría, como algunos ima-ginan, de las Ciencias Sociales o de la filosofía, sino queson físicos o biólogos como Humberto Maturana; o sea,formados en las llamadas “ciencias duras”.Esta realidad

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debería echar por tierra el prejuicio de que sólo los quese dedican a las disciplinas humanísticas están propen-sos a estos desvaríos relativistas y agnósticos; prejuicioque lleva a muchos de los que se dedican a otras dis-ciplinas científicas a sentirse inmunes y a observar dis-plicentemente estos debates filosóficos. Formados en elpositivismo, el neopositivismo, el neokantismo, etc.,consideran que es cuestión de la “metafísica” discutiracerca de la existencia del mundo objetivo. Desprecianla filosofía y de hecho ceden el terreno al idealismo y alagnosticismo.

No se tiene en cuenta que en definitiva, como de-muestra Lenin en Materialismo y Empiriocriticismo, laFísica era en ese momento y lo es hoy también al igualque todas las ciencias, un terreno concreto de lucha fi-losófica entre la interpretación idealista o materialistade sus conocimientos y sus descubrimientos. Esta luchase expresará y repercutirá no sólo en el mundo acadé-mico sino en la cotidianidad. Por ejemplo, el que sellame “La máquina de Dios” al acelerador de partículasrecientemente instalado en Europa al que se dio ampliadifusión, o que se sostenga que la Teoría del Big-Bang–suponiendo su validez– daría cuenta de la creación delUniverso. A la vez la necesidad de librar la lucha en elterreno filosófico no significa creer que la filosofíapuede suplantar la investigación y resolución concretade cada problema científico.

La categoría filosófica de “materia”

Uno de los grandes méritos de Lenin en su obra esque aclara algunas confusiones que se dieron y se danrespecto a las relaciones entre ciencia y filosofía. Una

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de ellas es la que se plantea entre la categoría filosóficade “materia” y el estudio científico concreto de la es-tructura de la misma. Lenin dirá que esta última cues-tión es un problema de la Física y que se irádesarrollando, profundizando y cambiando en la me-dida en que avance esta disciplina. En tanto que la ca-tegoría filosófica de materia, es sólo equivalentea “todo lo que existe independientemente del su-jeto que conoce”. O sea, es sinónimo de “realidadobjetiva” o “concreto real”, según los términos deMarx. “La Filosofía marxista, afirma Lenin, no estácomprometida con ninguna otra definición demateria”.

Para Lenin, no hay razón para que cada avance dela ciencia haga entrar en crisis al materialismo dialéc-tico, por el contrario: permite su desarrollo.

Lenin se refiere en particular a la crisis en la que en-traron los materialistas mecanicistas y los físicos a co-mienzos del siglo XX. Esta se dio al profundizar la Físicael conocimiento de la estructura interna de la materia,del átomo con sus electrones girando alrededor de unnúcleo. Se demostró entonces que la materia no era niimpenetrable, ni indivisible como se creía hasta ese mo-mento. Tal crisis se expresó en planteos como: “nosquedamos sin materia”. Los avances de la Física, diceLenin, al profundizar en el conocimiento de la estruc-tura interna de la materia, confirma lo que sostiene ladialéctica materialista; o sea, que todo lo que existeestá en permanente movimiento y cambio causado porcontradicciones internas.

Entiendo que es importante esta delimitación entreel objeto de las ciencias concretas y las categorías de lafilosofía marxista, porque precisa que ésta no pretendede ninguna manera dar una concepción general para

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que de ella se deduzcan conclusiones para las cienciasparticulares. La dialéctica materialista, por el contrario,trata de recoger los aportes de las ciencias particularespara sistematizar las leyes más generales del desarrollode la naturaleza, de la sociedad y del propio pensa-miento. Puede por ello servir como guía y orientar lainvestigación concreta y la práctica en cada terreno par-ticular.

El momento actual y sus diferencias con elmomento histórico en el que debate

Lenin.

Una segunda cuestión a abordar antes de ir a nues-tro último punto es que hasta ahora nos referimos alas similitudes entre los debates actuales y los queaborda Lenin en Materialismo y empiriocriticismo. Nosfalta señalar la diferencia sustancial existente entre éstey aquel momento histórico.

Dicha diferencia consiste en que Lenin polemiza conquienes defendían su condición de marxistas, entreellos Bogdánov, Lunacharsky y otros importantesmiembros del propio Partido bolchevique. Estos consi-deraban compatibles las posiciones empiriocriticistascon el marxismo, o sea con la dialéctica materialista.Por lo tanto Lenin, tratará de demostrar que estas po-siciones no son ni materialistas ni dialécticas, sino quepor el contrario, son idealistas y subjetivistas.

O sea, que polemiza en un momento en que, si bienes cierto que los revolucionarios han sufrido una derrotaimportante en 1905, (lo que hizo crecer el escepticismopolítico), desde el punto de vista teórico e ideológico sinembargo, éstos mantienen la adhesión al marxismo.

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Este debate lo hemos realizado –y creo que es ne-cesario continuarlo– en un momento en que se sostuvocasi unánimemente el fracaso de la teoría marxista,frente a la implosión de la URSS, en 1989.

A partir de la derrota más importante que ha sufridoel proletariado históricamente, con la caída de los regí-menes socialistas y la restauración capitalista en la URSSa partir de 1957 y, finalmente en China, luego de lamuerte de Mao Tsetung, en 1978, se confundió esaderrota con el fracaso de la teoría que guió el ac-cionar revolucionario y proliferaron las más diversasideas reaccionarias y revisionistas que centraron su ata-que en la validez de la teoría marxista.

Por lo tanto, la discusión sobre si tal o cuál posiciónresultaba o no contradictoria con los principios funda-mentales del marxismo dejó de tener importancia, yaque lo que estaba en primer plano de la polémica erala validez del mismo. Por eso se trata hoy de argumen-tar sobre la vigencia de Materialismo y empiriocriti-cismo y la teoría del conocimiento marxista en élexpuesta. No basta sólo con señalar el carácter idealistay no marxista de las otras concepciones hoy dominan-tes, ya que esto para la mayoría resulta irrelevante. Loque tenemos que demostrar, principalmente, es que elmarxismo sigue siendo un instrumento válido, aptopara conocer el mundo y para transformarlo y por lotanto, para guiar la investigación científica. Esta es labatalla que está planteada hoy con más fuerza quenunca.

Es cierto que no transitamos ya lo peor de aquelmomento. La gravedad de la crisis que hoy azota al ca-pitalismo desnudando las lacras de su etapa imperia-lista, ha dado por tierra con muchas de las teorías quepronosticaban el “fin de la historia” y las maravillas de

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este sistema de explotación y opresión.Esto no significa que podamos decir que el mar-

xismo es hoy una corriente mayoritaria, ni en la univer-sidad ni fuera de ella. Sin embargo, se han creadomejores condiciones para difundir y defender el mar-xismo como una concepción científica capaz de guiarla práctica, que permite conocer y transformar la so-ciedad y la naturaleza.

Partimos del hecho de que la universidad es tam-bién un terreno en el que se libra la lucha de clasestanto en su aspecto político, como ideológico y teóricoy que los marxistas tenemos la obligación de implicar-nos activamente en esa lucha.

Sabemos que no es posible lograr, en esta sociedad,que las concepciones marxistas predominen en la Uni-versidad, pero sí aspiramos a ganar para ellas un lugarde respeto y consideración a la par de las otras teoríasque se enseñan en los claustros.10

Uno de los campos de batalla de esta lucha es aquelque hace al meollo de la obra de Lenin y al que nos re-feriremos finalmente: la Teoría Marxista del Conoci-miento.

La respuesta de la filosofía marxistaa la llamada “paradoja de la experiencia”

¿Cómo resuelve la filosofía marxista y la dialécticamaterialista el problema de la llamada “paradoja de laexperiencia” a la que nos hemos referido anterior-mente? ¿Qué respuesta da a los planteos de los agnós-

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es posible y consideramos necesario defender y ampliareste espacio.

11. El libro de Engels, Ludwing Feuerbach y el fin de la Filo-

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ticos y relativistas que sostienen que no es posible de-mostrar que a nuestras sensaciones e ideas corres-ponda una realidad objetiva independiente del sujeto?O dicho de otra manera: que no es posible demostrarque existe una verdad objetiva, independiente del su-jeto y que éste pueda llegar a apropiarse de ella.

Este tema, el de la posibilidad de conocer la realidadobjetiva y de comprobar la verdad o no de nuestro co-nocimiento, es abordado por Marx en la que puedeconsiderarse su primera obra “marxista” en la que, ha-biendo saldado cuentas con el idealismo de Hegel, sepropone un plan –que lamentablemente no desarro-llará luego–, el de sistematizar los nudos de su rupturacon el materialismo mecanicista de Feuerbach. Son lasTesis sobre Feuerbach, escritas en 1844 y recuperadaspor Engels en 1888.11

En ellas, a nuestro entender, Marx sentará las basesde la Teoría Marxista del Conocimiento. Lo hará diferen-ciándose centralmente de la concepción materialista me-

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sofía clásica alemana, (Ediciones La Rosa Blindada, Bue-nos Aires, 1975), que incluyen como apéndice las oncetesis redactadas por Marx, diferenciando su punto devista del de Feuerbach –y también respecto al idealismo–es sin duda un aporte fundamental para la comprensióndel materialismo dialéctico e histórico.

12. Tesis Nº 1: “El defecto fundamental de todo el materia-lismo anterior –incluyendo el de Feuerbach– es que sóloconcibe el objeto, la realidad, la sensoriedad, bajo laforma de objeto (objekt) o de contemplación, pero nocomo actividad sensorial humana, como práctica, no deun modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese des-arrollado por el idealismo, por oposición al materialismo,pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, na-

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canicista, –o sea, de la filosofía materialista desprovistade la dialéctica–. Filosofía ésta, sostenida por la burgue-sía en su momento de ascenso revolucionario.

Marx cuestionará a Feuerbach el que conciba al su-jeto como pasivo y al conocimiento como el procesoen el cual la realidad objetiva “impacta” sobre el su-jeto.12 Marx señala que esta concepción no tiene encuenta la actividad sensorial del sujeto y, por lo tanto,deja el lado activo al idealismo. Marx sostiene que es através de la práctica que se da la posibilidad de supe-rar históricamente, en el terreno filosófico, tanto al ide-alismo como al materialismo mecanicista.

El idealismo, afirma Marx, atendiendo a la actividaddel sujeto, cae en el subjetivísimo porque no concibe elconocimiento como resultado de una actividad prácticaconcreta, sino en forma abstracta. Por el contrario, elmaterialismo premarxista, aceptando la existencia deuna realidad objetiva y la posibilidad de conocerla,niega la necesaria actividad del sujeto en el proceso deconocimiento. Ambas posiciones son incapaces de darcuenta del complejo proceso de conocimiento.

En varias de las Tesis, en particular en la tesis Nº 2,

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turalmente, no conoce la actividad real, sensorial comotal. Feuerbach quiere objetos sensibles, realmente distin-tos de los objetos conceptuales; pero tampoco él concibela actividad humana como una actividad objetiva. Por esoen La esencia del cristianismo sólo considera la actitudteórica como la auténticamente humana, mientras queconcibe y plasma la práctica sólo en su forma suciamentejudaica de manifestarse. Por tanto no comprende la im-portancia de la actuación ´revolucionaria´, práctico-crí-tica” Ob. cit.

13. El idealismo objetivo, sea éste el de Platón, Kant o Hegel,

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Marx planteará el lugar central de la práctica. Señalaráque el problema de la verdad o no de un conoci-miento no es un problema teórico sino práctico yque es en la práctica donde el hombre tiene quedemostrar la verdad, es decir, la realidad y el po-derío, la terrenalidad de su pensamiento. Con-cluirá que, la discusión sobre la realidad o no de unpensamiento aislado de la práctica es un pro-blema puramente escolástico.

Por lo tanto, anticipa la respuesta a la que se llamará“paradoja de la experiencia”, que tiene como base ob-jetiva la contradicción inherente al proceso de conoci-miento. Esta contradicción se funda en el hecho de quesólo es posible conocer la realidad objetiva a tra-vés de lo subjetivo, de la actividad del Sujeto. Larealidad se refleja en el sujeto a partir de su actividad ynunca de su pasividad. La contradicción que implicaque lo objetivo se refleja a través de lo subjetivo sólopuede ser resuelta desde la dialéctica.

Sólo la dialéctica materialista podía dar res-puesta correcta al verdadero dilema que recorrióla historia de la filosofía.

Este consistía en que si se era materialista se conce-bía el lado activo sólo en el mundo objetivo y al sujetose lo consideraba pasivo. Al decir de Locke, como unacera o “tabula rasa” en la que el objeto imprimía suhuella como el anillo sobre la cera. O por el contrario,

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no niega la posibilidad de conocer, ni la existencia de unarealidad independiente del sujeto, sino que conciben elconocimiento como una pura actividad subjetiva (Platóny Hegel), o que el conocimiento no llega a la esencia dela “cosa en si” (Kant).

14. Vale aclarar que la concepción filosófica de Marx no se

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se jerarquizaba la actividad del Sujeto arribándose a lasconclusiones idealistas subjetivistas,- no forzosamenteagnósticas o relativistas13, que sostienen que no existeo no es posible afirmar una realidad objetiva indepen-diente del sujeto.

En trabajos posteriores, Marx profundizará sobre suconcepción del proceso de conocimiento.14 Es de fun-damental importancia la exposición que hace en Con-tribución a la Crítica de la Economía Política, obra de1859 en la cual expone el método que debe seguir laeconomía política. En ella Marx fundamenta que el pro-ceso de conocimiento, que parte de la realidad objetiva–“concreto real”– no es nunca el producto inmediatode la percepción. Este primer reflejo del Objeto en elSujeto –“concreto percibido o representado”– serásólo un reflejo abstracto, pobre, simple, del concretoreal. Sólo a través de la elaboración de conceptos y ra-zonamientos puede el pensamiento, –dice Marx–,apropiarse del objeto en toda su riqueza concreta, re-flejarlo como un “concreto de pensamiento”.

En un texto que no se caracteriza por su claridadpero que nos deslumbra por su profundidad dialéctica,Marx nos dirá que la forma que tiene el pensamientode apropiarse de la realidad concreta es elevándosede lo abstracto a lo concreto.

Esta dialéctica de lo abstracto y lo concreto en elproceso de conocimiento echa por tierra con todas lasconcepciones empiristas, subjetivistas y simplistas delconocimiento, sean estas idealistas o materialistas me-

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encuentra expuesta en un solo texto sistemáticamente,sino que hay que buscarla en sus diversos trabajos, enparticular, en su obra fundamental, El Capital.

15. Engels, Anti-During, cit. Por Lenin, Materialismo y empi-

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cánicas. Nos alumbra las causas por las que el empi-rismo, aún el de los materialistas del Siglo XVII y XVIIIcomo Bacon o Locke, y aun el más grande de ellos,Feuerbach, terminan abriéndole las puertas al empi-rismo subjetivo e idealista cuando quieren explicar elproceso de conocimiento. Lo mismo sucede cuandoabordan el terreno de la historia y las demás cienciassociales.

Sin comprender la relación dialéctica entre el sujetoy la realidad objetiva, en la que a través de la prácticatransforma sus condiciones concretas de existencia, esproducido y productor, no se puede comprender el pro-ceso por el cual el hombre conoce la realidad objetiva,la transforma y se transforma. La respuesta a todos losdesvaríos o aparentes paradojas sobre la verdad del co-nocimiento lo da la práctica social, que es el único cri-terio de verdad.

Para abonar esto, Lenin cita largamente a Engels ensu refutación de la “cosa-en-si” incognoscible de Kant,para afirmar que: “La refutación más contundentea estos subterfugios filosóficos….es la práctica, osea el experimento y la industria. Si podemos demos-trar la exactitud de nuestro modo de concebir un pro-ceso natural reproduciéndolo nosotros mismos,creándolo como resultado de sus mismas condiciones,y si además lo ponemos al servicio de nuestros propiosfines, daremos al traste con la “cosa en sí” inasequible,incognoscible, de Kant…”15.

En la práctica se comprueba lo que hay de erróneoy lo que hay de verdadero en nuestro conocimiento.

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riocriticismo, pag, 100.16. Mao Tsetung: Cinco tesis filosóficas. Ed. Agora.17. La profundización en el desarrollo de la dialéctica mate-

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Como hemos dicho, es la comprensión dialéctica deeste proceso el que permite abordar y resolver la con-tradicción entrañada en el hecho de que no hay formade conocer la realidad objetiva si no es a través denuestra subjetividad. Al mismo tiempo, el desarrollohistórico del conocimiento y de la ciencia es la pruebacabal de que somos capaces de conocer la realidad ob-jetiva y de transformarla. De ahí la afirmación contun-dente que formula Lenin, siguiendo a Marx y Engels,que la práctica es el único criterio de verdad.

Aunque no podamos desarrollarlo en esta exposi-ción, no queremos dejar de señalar que la obra de MaoTsetung: Acerca de la Práctica16, es un aporte funda-mental a la Teoría Marxista del Conocimiento. En ellaexplica cómo éste se desarrolla por etapas que se ele-van de lo sensorial a lo racional y cómo la práctica so-cial es no sólo el origen de todo conocimiento, sino elobjetivo del mismo: conocer para transformar. Esetexto también fundamenta la afirmación de que lapráctica social es el único criterio de verdad.

Mao aborda y desarrolla desde otro ángulo, el aná-lisis de Marx de la dialéctica entre lo concreto y lo abs-tracto en el proceso de conocimiento y su indisolublevinculación con la práctica social.

2) La Teoría del Reflejo, piedra angularde la Teoría materialista dialéctica

del conocimiento.

La cuestión de cómo la realidad objetiva se refleja enel proceso de conocimiento fue resuelta por Marx y por

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rialista realizada por Lenin en los Cuadernos Filosóficos

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Engels, como núcleo de la nueva filosofía a la que daráorigen: la dialéctica materialista e histórica. Más tardeeste tema será desplegado y desarrollado por Lenin ensu polémica con los empiriocriticistas. En ella expondrá,basándose en ambos autores, la concepción materia-lista del conocimiento, mostrando a éste como pro-ducto del reflejo en el cerebro humano, de la realidadobjetiva.

Lenin explica entonces por qué la Teoría del Reflejoes atacada con furia por los idealistas de cualquier es-pecie, ya que ella implica el reconocimiento de queexiste algo independiente del sujeto que es reflejadopor éste.

Dice Lenin: “…se comprende que el reflejo nopuede existir sin lo reflejado, mientras que lo reflejadoexiste independientemente de lo que lo refleja”. Estaes la base de la concepción materialista y de su dife-rencia con toda forma de idealismo.

Otra cuestión, señala también Lenin, es cómo seconcibe este reflejo; si en forma simple, especular, in-mediato, o como un proceso complejo, infinito, inaca-bado, de una serie de abstracciones…Este cómo es loque diferenciará al materialismo mecanicista del mate-rialismo dialéctico.

Puede haber y ha habido una concepción mecánica,simplista, del reflejo, que ha dado apoyatura al cuestio-namiento de la teoría materialista dialéctica del reflejo.Se le ha atribuido en particular esta concepción a En-gels, tomándose del hecho que usa la palabra “copia”–entre muchas otras– en el Anti-During, para referirseal reflejo.

Acordamos en que es erróneo hablar de “copia” yaque abre paso a una idea simplista del reflejo cognos-citivo. Sin embargo es totalmente fuera de contexto

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acusar de mecanicista a Engels precisamente en la obraen que polemiza con el materialista mecanicista Duringy en la que abunda en el tratamiento dialéctico de lostemas más complejos de la teoría del conocimiento,entre ellos, el proceso del reflejo. El mejor ejemplo delpensamiento dialéctico de Engels está dado por suabordaje de la relación entre la verdad absoluta y la ver-dad relativa.

El tratamiento de esta compleja relación entre “ver-dad objetiva”, “verdad absoluta” y “verdad relativa”,–en la que Lenin se apoya fundamentalmente en En-gels– es una de las elaboraciones en las que a mi enten-der se expresa con más nitidez la profunda concepcióndialéctica que recorre Materialismo y empiriocriticismo.Esto nos lleva a sostener lo erróneo y en muchos casosinteresado de las posiciones que plantean que el Leninde esta obra es materialista y mecanicista mientras queel de Cuadernos Filosóficos es dialéctico.

La indudable profundización en la dialéctica que sig-nificó el estudio crítico de la Lógica de Hegel y de otrostrabajos de este filósofo, realizada por Lenin entre1914-1916,17 enriqueció la comprensión filosófica de

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está expuesta como conclusión de su estudio en el artí-culo:”Sobre el problema de la dialéctica” contenido enlos mismos. Allí define que “La división de un todo únicoy el conocimiento de sus partes contradictorias es laesencia (…) de la dialéctica”. Basándose en este textoMao Tsetung, realiza un aporte fundamental a la Filoso-fía marxista, en particular a la dialéctica materialista, ensu obra: “Sobre la contradicción”. Cinco Tesis filosóficas,ob. cit.

18. Ob.cit. Pág. . 134,135 y 136.19. No puede dejar de asociarse la ignorancia, muchas veces

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la Teoría del Reflejo en su inconmensurable compleji-dad. Su análisis de cómo este reflejo no puede ser com-prendido como inerte, como muerto, sino que es unreflejo vivo, inacabado, contradictorio, dialéctico.

Este estudio crítico de Hegel aportó también al des-arrollo de otros terrenos teóricos decisivos de la obra deLenin. Él mismo señala, por ejemplo, que la posibilidadde comprender la rapidez con que se daba en Rusia eltránsito entre la etapa democrática y la socialista de larevolución, le hubiera sido imposible sin el estudio dela dialéctica de Hegel. Este hecho indudable no justifica,insistimos, que se menosprecie el valor de Materialismoy empiriocriticismo, y su aporte a la Teoría Marxista delConocimiento, calificándolo de mecanicista y contrapo-niéndolo a Cuadernos Filosóficos.

Relación entre “Verdad absoluta”y “Verdad relativa”

Para finalizar me extenderé en algunos párrafos deLenin en los que éste aborda una de las cuestiones cen-trales, complejas y controvertidas de la Teoría del Cono-cimiento. En ellos se demuestra claramente, comodijimos, su profundo manejo de la dialéctica materia-lista. Se trata de la resolución de la relación entre la ver-dad absoluta y verdad relativa, entre la existencia deuna verdad objetiva –o sea independiente del sujeto– yla forma concreta en que nos podemos apropiar deella. Dice Lenin:

“…el pensamiento humano por su naturaleza escapaz de darnos y nos da en efecto la verdad abso-luta que resulta de la suma de verdades relativas.Cada fase del desarrollo de la ciencia añade nuevos

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granos a esa suma de verdad absoluta; pero los lí-mites de la verdad de cada tesis científica son rela-tivos, tan pronto ampliados como restringidos por elprogreso ulterior de los conocimientos”. (…)

“Desde el punto de vista del materialismo mo-derno, es decir, del marxismo, son históricamentecondicionales los límites de la aproximación denuestros conocimientos a la verdad objetiva, abso-luta, pero es incondicional la existencia de esta ver-dad, es una cosa incondicional que nosaproximamos a ella.(…) Es históricamente condicio-nal cuándo y en qué condiciones hemos progresadoen nuestro conocimiento de la esencia de las cosashasta descubrir la alizarina en el alquitrán de hullao hasta descubrir los electrones en el átomo, peroes incondicional el que cada uno de estos descubri-mientos es un progreso del “conocimiento incondi-cional objetivo”. (….) “Direis: esta distinción entrela verdad absoluta y la verdad relativa es im-precisa. …justamente es lo bastante “impre-cisa” para impedir que la ciencia se conviertaen un dogma en el mal sentido de esta pala-bra, en una cosa muerta, paralizada, osificada;pero al mismo tiempo es lo bastante “precisa”para deslindar los campos del modo más re-suelto e irrevocable entre nosotros y el fide-ísmo, el agnosticismo, el idealismo filosófico yla sofística de los adeptos de Hume y de Kant.He aquí un límite que no habeís notado…Es el lí-mite entre el materialismo dialéctico y el relati-vismo”. (….) “La dialéctica materialista de Marxy Engels comprende ciertamente el relati-vismo, pero no se reduce a él, es decir, reco-noce la relatividad de todos nuestros

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conocimientos, no en el sentido de la negaciónde la verdad objetiva, sino en el sentido de lacondicionalidad histórica de los límites de laaproximación de nuestro conocimiento a estaverdad” 18 (El resaltado es de la autora)

Entendemos que resultaría innecesario y redun-dante insistir, luego de esta cita premeditadamente ex-tensa, en que la obra de Lenin mantiene la vigencia quehoy tiene, por su exposición clara de la teoría materia-lista dialéctica del conocimiento. Y porque a la vez, re-suelve la polémica con el agnosticismo y el relativismohoy dominantes, desde el materialismo, sin deslizarse almecanicismo sino, por el contrario, resolviéndolo dia-lécticamente.

La acusación de mecanicista de Materialismo y em-piriocriticismo, explicable sólo desde la ignorancia o lamala fe, contribuyó al ocultamiento de esta obra fun-damental para la Teoría Marxista del Conocimiento.Ocultamiento que aportó sin duda a muchos de loserrores de los marxistas argentinos.19

Rescatar esta obra cumpliéndose los cien años desu aparición debe servirnos para motivarnos a profun-

desdeñosa, de esta obra de Lenin por los fundadores delpartido Comunista de la Argentina, con el hecho de quenunca pudieron desprenderse del lastre de las concepcio-nes positivistas que caracterizó al socialismo de Juan B.Justo y que está en la base filosófica del revisionismo y elreformismo, desde Eduardo Bernstein en adelante.( Enrelación a esta cuestión ver: Otto Vargas, EL marxismo yla revolución argentina, T.I, Ed. Agora).

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dizar en su estudio. Este nos ayudará a comprendermejor la filosofía marxista y su contenido esencial: laTeoría del conocimiento. Así como nos impulsará a con-tinuar la polémica con las concepciones idealistas, rela-tivistas, neopositivistas y agnósticas que hoypredominan en filosofía. Ellas abonan las concepcionesescépticas sobre la posibilidad del cambio social revo-lucionario, ya que si la realidad no se puede conocer,mucho menos es posible transformarla.

Ente libro se termino de imprimiren Artes Gráficas Neiga, Rio Cuarto 2450,

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