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152 MAXILLARIS, septiembre 2009 152 MAXILLARIS, septiembre 2009 ROG simultánea a implante en incisivo inferior: técnica de doble membrana

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ROG simultánea a implante en incisivo inferior: técnica de doble membrana

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perdido debido a una fractura, a un proceso endodónti-co fallido, a un problema periodontal, etc.). Aunque loideal es realizar una TC para el diagnóstico exacto, estatécnica puede resultar relativamente costosa para la res-tauración de un diente unitario, sobre todo cuando nova a ampliar nuestras opciones terapéuticas. La ROG (eneste caso la técnica de doble membrana descrita por eldoctor Buser) nos permite solucionar casos relativamen-te complejos con gran predicibilidad.

Paciente de 54 años de edad, sin antecedentes médicosde relevancia, que acude a consulta para reposición deun incisivo central inferior mediante prótesis implanto-soportada.

No siempre es sencillo detectar los defectos óseosbajo los tejidos blandos, y este caso clínico es un ejem-plo: el paciente llega a nosotros con el defecto ya cica-trizado y desconocemos la historia clínica previa, asícomo la patología que ha afectado a ese diente (si se ha

Dr. Ramón Gómez Meda

Licenciado en Odontología. Universidad de Santiago de Compostela, 1996.Premio “Fin de Carreira da Xunta de Galicia á Excelencia Académica”.Práctica privada en Ponferrada (León)[email protected]

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Es importante despegar un colgajo medianamente amplio, al menos de 10 mm de profundidad, y no sólo en lazona vestibular sino también por lingual. Simplemente con ampliar el colgajo a los dientes adyacentes, podemosevitar descargas que pueden derivar en cicatrices antiestéticas. Al despegar el colgajo comprobamos, con sorpresa,que el defecto óseo no está localizado exclusivamente en la zona vestibular sino también en la lingual.

Emplazar nuestro implante tridimensionalmente en la posición ideal supone la aparición de dehiscencias porvestibular y lingual (de unos 5 ó 6 mm esta última). Colocamos un implante Xive® (Dentsply Friadent) de 3,4 x 13mm de longitud. Un implante más ancho comprometería el hueso que sustenta las papilas, pues debemos conser-var un mínimo de 1,3-1,4 mm por mesial de hueso entre nuestro implante y los dientes adyacentes. No vamos ainsistir sobre este aspecto, que ya hemos expuesto en artículos anteriores (MAXILLARIS: diciembre 07, págs. 126-140;julio 08, págs. 152-174).

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Decidimos realizar la regeneración ósea guiada simultánea a la colocación del implante, para lo que utilizamosla técnica de doble membrana descrita por el doctor Buser. Usamos una membrana Bio-Gide® (Geistlich), que mode-lamos siguiendo la forma del defecto. El material sobrante de la membrana, que mide 25 x 25 mm, nos servirácomo segunda membrana y prolongaremos así, teóricamente, el tiempo de reabsorción de la misma. Usaremoscomo material de relleno un xenoinjerto Bio-Oss® (Geistlich).

Colocamos el xenoinjerto y, con cuidado, lo cubrimos con la primera membrana, recortada siguiendo la formadel defecto.

El material sobrante de la membrana Bio-Gide® nos sirve para cubrir la primera membrana, una vez humedecidocon suero fisiológico para facilitar su fijación. Obsérvese que nos hemos visto obligados a realizar incisiones dedescarga para facilitar la manipulación de los biomateriales y liberación del colgajo. Tendremos que suturar, comohemos dicho en otras ocasiones, con una combinación de colchoneros horizontales y puntos simples, evitando entodo momento puntos de tensión.

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Radiografía panorámica del antes y el después.

Control 15 días después de la cirugía, en el que podemos apreciar el punto de colchonero horizontal y los pun-tos simples. Apenas son apreciables las incisiones de descarga.

Control a los tres meses.

Control a los seis meses.

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Reentrada a los siete meses de la primera cirugía. Realizamos una incisión intrasulcular evitando descargas. Podemos observar laregeneración ósea conseguida por vestibular y lingual de nuestro implante. Encontramos hueso sobre el tapón de cicatrización.

Imágenes una vez retirado el hueso que cubre el tapón de cicatrización.

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En este momento la anchura de la cresta es considerable.

Colocamos un tapón de cicatrización de 3 mm de altura para un implante de 3,4 mm Xive®.

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Dos meses después de la cirugía. Colocamos la prótesis definitiva, realizada por el laboratorio de José AvelinoMéndez (Ponferrada).

Control radiográfico de la prótesis definitiva y del perfil gingival obtenido tras la regeneración ósea guiada.

Control transcurridos 12 meses. Hemos decidido realizar una corona ligeramente más ancha que los dientesadyacentes para evitar diastemas excesivos. El paciente, que es bruxista, ha perdido parte del material dental y, portanto, ha perdido los puntos de contacto originales entre los incisivos inferiores. La falta de un punto de contactomás próximo a la papila ósea hace menos predecible el conseguir de forma espontánea una buena papila conecti-va. De todas formas, podemos observar que, en el control al año, la situación por mesial y distal de las papilas denuestra prótesis ha mejorado considerablemente.

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Resolución de un caso extremo de atrofia alveolar con la técnica del injerto de hueso autólogo

particulado y hueso bovino inorgánico en capas

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la colocación de una barrera física, con el objetivo de quesean las células formadoras de tejido óseo las que repue-blen la herida en proceso de cicatrización4.

De los materiales de injerto, el hueso autólogo se consi-dera como la referencia debido a sus propiedades osteogé-nicas, osteoinductoras y osteoconductoras. Este hueso autó-logo puede obtenerse de áreas intraorales o, cuando el casorequiere gran demanda, extraorales. Las áreas intraoraleshabituales incluyen la tuberosidad maxilar, rama y sínfisismandibular. Las limitaciones de los injertos óseos monocor-ticales obtenidos de la sínfisis mandibular (que suele ser lazona de elección) incluyen la posibilidad de alterar el con-torno facial, trastornos sensoriales posoperatorios y prolap-so de la musculatura sinfisaria.

IntroducciónLas restauraciones implantosoportadas constituyen una opciónterapéutica consolidada en zonas edéntulas de ambos maxila-res1. No obstante, el déficit de volumen óseo ha demostradoser la razón principal que impide el tratamiento con implan-tes2. En aquellas áreas en las que el volumen óseo es inadecua-do son necesarias técnicas de aumento de la cresta alveolar3. Elobjetivo de estas técnicas será conseguir una morfología y uncontorno óseo adecuado, que permita la colocación de losimplantes en las localizaciones óptimas desde el punto de vis-ta de la restauración protética.

Las técnicas de regeneración ósea guiada (ROG) se suelencombinar con injertos óseos autólogos o sustitutos óseos, yse basan en el principio de la cicatrización compartimenta-lizada de las heridas, creando un espacio cerrado mediante

Dr. Rafael Naranjo Motta

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Dr. Rafael Naranjo Motta.Médico odontólogo. Máster en Periodoncia, Facultad deOdontología UCM. Profesor colaborador del Máster enPeriodoncia e Implantes UCM. Practica privada limitada aPeriodoncia e Implantes en Má[email protected]

Dra. Josune Antía Mendiaraz.Odontóloga. Máster en Periodoncia, Facultad de OdontologíaUCM. Profesora colaboradora del Máster en Periodoncia eImplantes UCM. Práctica privada limitada a Periodoncia eImplantes en Córdoba.

Dr. José Luis Fernández Quesada.Médico odontólogo. Máster en Periodoncia, Facultad deOdontología UCM. Profesor colaborador del Máster enPeriodoncia e Implantes UCM. Práctica privada limitada aPeriodoncia e Implantes en Córdoba.

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de la cresta (figs. 4 y 5) con una estrechez extrema, sobretodo en su aspecto más mesial.

Se procede con una fresa lanceolada (fig. 6) a realizarperforaciones en la cortical para favorecer la salida de célu-las de la medular (fig. 7). Una vez preparada la zona recep-tora, pasamos a actuar en la zona donante.

Como zona donante se elige la sínfisis mandibular, porsu facilidad de acceso para la toma del hueso particulado.Se realiza un colgajo de espesor total con una incisión enla línea mucogingival y dos incisiones liberadoras en losángulos distovestibulares de las piezas 33 y 43. Con el ras-cador curvo de hueso (Safescraper® de Meta®) obtenemos3 cc de hueso particulado.

El hueso obtenido se coloca sobre la zona donante enuna gruesa capa (figs. 8 y 9). Sobre esta primera capa, secoloca una segunda capa de Bio-Oss® (fig. 10).

Posteriormente, se recubre con membrana reabsorbiblede colágeno Bio-Gide®. Debido al tamaño de la zona edén-tula, fueron necesarias dos membranas para cubrir total-mente el injerto (fig. 11). Una vez adaptadas las membranasal material de injerto, se procede a la sutura del colgajo. Serealiza de forma pasiva, sin tensión, con puntos simples ysutura de nylon monofilar de cinco ceros (fig. 12). La zonadonante se sutura con idénticos material y técnica.

Tras la intervención se prescribe antibioterapia (2 gr deamoxicilina y ácido clavulánico cada 12 horas durante cua-trodías) y medicación antinflamatoria (600 mg de ibupro-feno cada ocho horas durante siete días). Además, se pres-criben enjuagues con clorhexidina al 0,12% cada 12 horashasta la retirada de las suturas.

Tras un periodo de espera de 24 semanas, se realiza unnuevo estudio tomográfico con Dentascan (fig. 13), en elque podemos observar el aumento de cresta logrado. Anteesta situación, se pueden colocar los implantes guiadospor la férula quirúrgica.

Se procede a realizar una cirugía para la colocación detres implantes en las localizaciones 12, 14 y 15. Una vezdespegado el colgajo mucoperióstico, se observa la nuevamorfología de la cresta en anchura (figs. 14 y 15) y secomienza el fresado de los lechos implantarios, usando la

Por otra parte, las zonas usadas como donantes de huesoextraoral son principalmente la cresta iliaca y la calota cra-neal. Ello permite una amplia obtención de hueso, peroincluye procesos quirúrgicos complejos asociados a unamorbilidad elevada.

Estudios experimentales y clínicos han evaluado de for-ma positiva el uso del hueso bovino desproteinizado comosustituto óseo5. Además, debido a su lenta reabsorción, pue-de usarse como efecto barrera, reforzando la eficacia de lasmembranas de ROG.

El objetivo de la presentación de este caso es aplicar la téc-nica del injerto de hueso autólogo particulado y hueso bovinoinorgánico (Bio-Oss®) en capas6 para resolver una situaciónextrema de atrofia del proceso alveolar.

Caso clínicoPaciente mujer, de 48 años, que acude a nuestra clínicapresentando ausencia de las piezas dentarias 12, 13, 14 y15. Su motivo de consulta es valorar la posibilidad de reem-plazar las piezas perdidas por implantes, pues refiere ladificultad para portar una prótesis parcial removible.

La exploración clínica revela la existencia de una crestaestrecha (figs. 1 y 2). El estudio radiográfico y el Dentascan(fig. 3) confirman la sospecha clínica, observándose unacresta en “filo de cuchillo” que impide la colocación deimplantes.

Informada la paciente de las alternativas terapéuticas,se procede a realizar la intervención, la cual se lleva a cabobajo sedación intravenosa realizada por un especialistaanestesiólogo.

Tras la anestesia local de la zona, se comienza por la pre-paración del lecho receptor mediante la elevación de uncolgajo de espesor total, que abarca la zona edéntula, conuna incisión crestal y dos liberadoras en el ángulo disto-vestibular de la pieza 16 y mesiovestibular de la pieza 11.Estas incisiones sobrepasan ampliamente la línea muco-gingival y, además, se realiza otra incisión en periostio parapermitir, posteriormente, la sutura del colgajo sin tensión.

Una vez despegado el colgajo, se observa la morfología

Figs. 1 y 2. Imágenes clínicas del reborde alveolar. En la palpación ya se intuye una cresta estrecha.

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Figs. 4 y 5. Una vez levantado el colgajo, se observa la morfología de la cresta con una atrofia severa del proceso alveolar.

Fig. 3. Imagen del Dentascan en la que los cortes confirman la sospecha clínica. Se observa una cresta en “filode cuchillo” que limita las posibilidades terapéuticas.

férula quirúrgica (figs. 16 y 17). Se colocan tres implantesde 11 mm de longitud por 3,75 mm de diámetro Screw-vent® de Zimmer® en las posiciones correspondientes alas piezas dentarias 12, 14 y 15 (figs. 18, 19, 20 y 21). Pos-teriormente, se sutura el colgajo con el material ya descri-to (fig. 22).

DiscusiónEl tratamiento de los defectos de cresta alveolar con el obje-tivo de la colocación de implantes constituye un tema quesuscita gran interés por parte de los clínicos. Se han desa-

rrollado numerosas técnicas para abordar este problema,desde la corticotomía de expansión, uso de expansores óse-os roscados o impactados, técnicas de ROG, injertos óseosparticulados, sustitutos óseos hasta injertos monocortica-les intra o extraorales. No obstante, cuando la atrofia maxi-lar es severa, las opciones terapéuticas se reducen notable-mente. En este caso clínico, la extrema estrechez de lacresta y su longitud (que afecta al espacio de 4-5 piezasdentarias) haría necesario el uso de injertos óseos extraora-les. Ello causaría una notable morbilidad a la paciente porla existencia de dos heridas quirúrgicas y la necesidad derealizar la intervención en ámbito hospitalario. Por ello se

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Figs. 6 y 7. Con la fresa lanceolada, se procede a realizar perforaciones en la cortical para favorecer la salida de células de la medular.

Figs 8 y 9. El hueso autólogo particulado se coloca como primera capa del injerto, de forma homogénea y con un grosor suficiente.

planteó la posibilidad de realizar la técnica de injerto dehueso autólogo particulado y Bio-Oss® en capas. Esta técni-ca nos permite abordar el tratamiento de una amplia exten-sión de cresta edéntula con una relativa escasa cantidad dehueso donante intraoral. De esta forma, la morbilidad poso-peratoria se reduce considerablemente. Ello es debido a queal estar el hueso autólogo de forma particulada se aumentasignificativamente su volumen, por lo que se hace necesariauna menor cantidad de hueso donante, incidiendo en la dis-minución de las molestias posopoeratorias.

Aunque en un principio pudiera parecer que la indicaciónfundamental de esta técnica sería las áreas edéntulas de pocaextensión, nosotros pensamos, al contrario, que su principalventaja puede estar en las zonas edéntulas extensas comouna alternativa a los injertos óseos extraorales. Así se evitaría

la necesidad de dos campos quirúrgicos y la morbilidad queconlleva la toma de hueso de cresta iliaca o de calota craneal.

Por otra parte, el uso del hueso bovino inorgánico con fun-ción fundamental de barrera ha sido documentado en diver-sos estudios7, demostrando su efecto en la menor tasa dereabsorción de los injertos monocorticales. Nosotros hemosquerido aprovechar esta cualidad del Bio-Oss® para usarlocomo capa externa del injerto, favoreciendo la creación ymantenimiento de un espacio cerrado que facilite la madura-ción de la capa interna (hueso autólogo particulado).

En resumen, en este caso se observa cómo esta técnicade injerto puede ser considerada como una alternativa tera-péutica válida en aquellos casos de grandes demandas dehueso para la reconstrucción de crestas alveolares severa-mente atrofiadas.

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Fig 11. Todo el injerto se recubre con dos membranas de colágeno (Bio-Gide®), que se adaptan cuidadosamente sin necesidad de fijarlas al reborde alveolar.

Fig. 10. Sobre la capa de hueso autólogo particulado se coloca una segunda capa de Bio-Oss®.

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Fig. 13. Dentascan realizado a las 24 semanas de la primeraintervención. Se observa la nueva morfología de la crestaósea tras el injerto.Si la comparamos con la figura 3,se puede valorar la gananciaobtenida en anchura que va a permitir la inserción de los implantes.

Fig. 12. El colgajo se sutura con puntos simples de nylon unifilar de cinco ceros.Es imprescindible la ausencia de tensión en la sutura.

Figs. 14 y 15. Al despegar el colgajo mucoperióstico, se puede valorar la nueva morfología crestal si la comparamos con las imágenes 4 y 5.

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Figs. 16 y 17. Nos valemos de la férula quirúrgica para la colocación de los implantes en las localizaciones requeridas por la futura prótesis.

Figs. 18, 19, 20 y 21. Los tres implantes de 11 mm x 3,75 mm de diámetro de Zimmer® colocados en su posición.

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Fig. 22. Sutura final del colgajo.

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Extrusión ortodóntica: un procedimientopara tratamiento implantológico

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cuando se trata de restaurar dientes perdidos en el áreaanterosuperior.

En este caso clínico, describimos cómo la aplicación de laextrusión ortodóntica forzada, previa a la inserción quirúrgica delimplante y su posterior restauración prostética, nos ayuda a mejo-rar la posición tridimensional del lecho implantario y a aseguraruna adecuada arquitectura ósea y gingival al finalizar el caso.

ResumenEl éxito a largo plazo clínico y estético de una restauraciónimplantosoportada hoy día está determinado por la mor-fología periimplantaria estable del tejido blando, que debeestar en armonía con la arquitectura tisular de la denticiónnatural remanente.

Un tratamiento multidisciplinar puede mejorar consi-derablemente la predictibilidad del caso, especialmente

Dr. Luis J. Pazos Cóppola

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Dr. Luis J. Pazos Cóppola.Licenciado en Medicina y Cirugía por la UPV. Licenciado enOdontología por la UPV. Formación en prostodoncia avanzada en la clínica del doctor Antín, en San Sebastián.Honorary member of BSOI (British Society of Oral Implantology).Práctica privada dedicada a Odontología Restauradora en Gijón y Mieres (Asturias)

Dra. M. Elena Plaza Macho.Licenciada en Medicina y Cirugía por la UPV.Especialista en Anestesiología, reanimación y terapia del dolor (MIR)por el hospital de Basurto (Bilbao).Actualmente en excedencia del Hospital de Jove en Gijón y práctica privada dedicada a la sedación consciente intravenosa en odontología.

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Ciencia y prácticaCiencia y práctica

Cuando los dientes son extruidos usando fuerzas ortodónti-cas ligeras, el hueso y la encía migran coronalmente. En este artí-culo describimos un caso de tracción ortodóntica forzada previaa la extracción del incisivo central superior con el fin de crearuna situación ósea y gingival tridimensional adecuada para lasustitución del diente por una corona implantosoportada.

Caso clínicoPaciente sano de 45 años de edad, que acude a nuestra consul-ta indicándonos que ha observado un cambio de color en suincisivo central superior (fig. 1). En su historia clínica reflejamosque no presenta antecedentes médicos de interés ni ningunacontraindicación relativa o absoluta a la realización de cualquiertipo de cirugía implantológica.

Realizamos exploración extraoral e intraoral completa (figs.2, 3, 4 y 5), despistaje de caries, sondaje periodontal de todaslas piezas, toma de modelos y registro de mordida para monta-je en articulador (fig. 8). Hacemos una serie periapical completay una OPG (fig. 6). Ante la sospecha de una inminente necesi-dad de tratamiento ortodóntico, solicitamos también una tele-rradiografía lateral de cráneo (fig. 7).

Tras analizar clínica y radiológicamente el caso, apreciamosfallo endodóntico irreversible en el central superior, por lo queel tratamiento de elección es su extracción y sustitución por unimplante dental. Observamos también apiñamiento en los inci-sivos inferiores (fig. 4) así como rotaciones y apiñamiento en elsector anterosuperior (fig. 5). El paciente presenta a su vez unbiotipo gingival fino, circunstancia que dificulta aún más el éxi-to estético del caso. La telerradiografía lateral del cráneo nos

IntroducciónA pesar de que sustituir dientes unitarios perdidos por implan-tes dentales ha llegado a ser un procedimiento rutinario en lamayoría de las clínicas dentales, restaurar dientes anterosupe-riores con coronas soportadas por implantes permanece comouno de los máximos desafíos para el clínico restaurador.

Entre los factores que influyen directamente en el éxito ofracaso del procedimiento debemos incluir la cantidad de cres-ta residual remanente, el biotipo gingival, el correcto posicio-namiento del implante en los tres planos del espacio, la restau-ración provisional, el diseño y el material del abutment y lafabricación de la corona definitiva.

Uno de los factores clave en el éxito estético del caso resideen la presencia o ausencia de adecuado hueso alveolar tantoen altura, volumen, como espesor de la cortical vestibular en elsitio a implantar, ya que el contorno gingival sigue a la estruc-tura ósea subyacente. Debemos prestar atención también alhabitual remodelado de los tejidos óseo y blando que tienelugar entre los tres y seis meses posteriores a la cirugía de inser-ción de las fijaciones.

Un método que puede ser utilizado para contrarrestar laesperada remodelación ósea y la ulterior recesión gingival es la“extrusión ortodóntica forzada”. Se trata de una técnica no qui-rúrgica destinada a mejorar la topografía tridimensional dellecho implantario, previamente a la extracción del diente y susustitución por un implante dental. Esta técnica, descrita inicial-mente por Heithersay y después por Ingber, se fundamenta enprincipios ortodónticos y osteofisiológicos. La extrusión orto-dóntica ha sido ampliamente utilizada para corrección dedefectos infraóseos aislados, para reposicionamiento del mar-gen gingival o alargamiento clínico de coronas.

Fig. 1.

Fig. 2. Fig. 3.

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muestra una relación esqueletal de clase I con una biprotru-sión dentaria, con lo que el incisivo inferior se encuentra enuna posición proclinada que no deseamos incrementar.

Una vez estudiados todos los condicionamientos clínicosy radiológicos y viendo la dificultad de implantación inme-diata por el escaso espacio mesiodistal del central, propo-nemos al paciente un tratamiento ortodóntico previo de ali-neamiento y nivelación para corregir rotaciones y apiñamientoy, posteriormente, extrusión ortodóntica del central para, final-mente, extraerlo y sustituirlo por una corona implantoso-portada. Finalmente, y tras explicar detalladamente alpaciente los pros y contras de esta alternativa de tratamien-to así como el costo-beneficio del procedimiento, él aceptay, tras firmar el correspondiente consentimiento informado,comenzamos el tratamiento.

Iniciamos siempre este tipo de tratamientos con proce-dimiento de detartraje supragingival e instrucciones dehigiene oral.

Cuando el paciente se encuentra en un adecuado estadode salud gingival, procedemos a la colocación de los bracketsque, en este caso, serán de segundo premolar a segundo pre-molar. Con el fin de evitar la proclinación del incisivo inferior,obtenemos el espacio necesario para corregir el apiñamientomediante la realización de Stripping que hacemos con tirasOrtostrip (Dentacare) (fig. 9).

Comenzamos la fase de nivelación con un arco redondode cobre NiTi de 016 (figs. 10 , 11 y 12 ). Una vez consegui-do el alineamiento (figs. 13 y 14), progresamos a arcosredondos de acero inoxidable de 020 y, finalmente, a acerode 19 x 25.

Aún con arco redondo de acero de 020 en la arcadasuperior, y para mejorar la arquitectura gingival y compen-sar la temida recesión gingival debida al remodelado óseoy gingival que se produce con la cirugía de implante, pro-cedemos a extruir ortodónticamente el incisivo centralsuperior (fig. 15). Para ello colocamos el bracket 0,5 mmmás cervical que el incisivo adyacente y vamos progresiva-mente extruyendo y colocando nuevamente el bracket 0,5mm más cervical cada vez.

Una vez conseguida una adecuada migración coronaldel hueso y la encía, procedemos a la estabilización de lanueva situación por un periodo de seis meses.

Pasado este tiempo, realizamos extracción atraumáticadel incisivo y colocación de un implante en el alveolo de3,75 x 13 mm (Ace Surgical) con 45 Ncm de torque de inser-ción. Realizamos carga inmediata con un cilindro provisio-nal de titanio recubierto con resina modelada con la formadel incisivo y atornillado al implante. Seis meses después,tomamos una impresión a implante y elaboramos una coro-na de metal-cerámica atornillada (figs. 16 a 21).

Fig. 4. Fig. 5.

Fig. 6. Fig. 7.

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Fig. 8. Fig. 9.

Fig. 12.

Fig. 10.

Fig. 11.

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Fig. 15. Fig. 16.

Fig. 13. Fig. 14.

Fig. 17. Fig. 18.

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ConclusionesUn tratamiento multidisciplinar combinando extrusión ortodóntica forzada con inserción inmediata de implante en el alveolode extracción, provisional de carga inmediata y finalmente corona metal-cerámica fija atornillada, puede suponer un plan de tra-tamiento exitoso y predecible en determinadas situaciones seleccionadas, lo que reduce la necesidad de costosos y largos pro-cedimientos quirúrgicos con mayor morbilidad.

Sin embargo, la elección de este tipo de tratamientos depende principalmente de la experiencia y el conocimiento del clíni-co, así como la cooperación del paciente que debe entender que este tipo de soluciones requieren tiempo.

La integración del tratamiento ortodóntico dentro de la disciplina implantológica nos proporciona a los clínicos un nuevohorizonte de posibilidades de tratamiento que incrementa la predictibilidad de determinadas situaciones complejas.

AgradecimientosDeseamos expresar nuestro máximo agradecimiento a los doctores Ramón y Marisa Antín, de San Sebastián, sin cuyo continuoapoyo y enseñanzas, nunca hubiéramos podido acometer este tipo de casos.

Fig. 20. Fig. 21.

Fig. 19.

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