ROCAS METAMÓRFICASAlgunas clasificaciones de las

Introducción

Metamorfismo: es el conjunto de procesos endógenos por los que pasa una roca, que provocan cambios texturales y/o composicionales y mineralógicos en la misma. Estos cambios se dan con la roca siempre en estado sólido (o mayoritariamente sólido). Los factores que provocan y regulan estos cambios son 4: la temperatura, la presión, la presencia de fluidos (agua más que nada), y el tiempo.

Tipos de metamorfismo:

Regional: orogénico (dinamotérmico), de fondo oceánico, de soterramiento.

Local: de contacto, de impacto, hidrotermal, cataclástico.

Clasificaciones…

Existen diversas clasificaciones para rocas metamórficas, basadas en sus distintas propiedades: textura, composición y origen, más que nada.

En esta clase se desglosarán algunas de las más utilizadas.

Estructural y textural:

Textura: Es el conjunto de relaciones espaciales intergranulares y de características morfológicas (tamaño y forma) de los componentes (esencialmente granos y/o agregados minerales) de la roca. Las denominaciones texturales y los criterios utilizados varían según el tipo de roca considerada.

En rocas metamórficas las texturas principales son 4. Existen otras texturas que se usan para describir, pero no son las determinantes a la hora de elegir el nombre de la roca. Las 4 texturas principales son:

La granoblástica: Los cristales forman un mosaico de granos más o menos equidimensionales. Los contactos entre granos tienden a formar 120º en puntos donde se juntan tres de ellos (denominados puntos triples). Esta textura es común en rocas monominerálicas como cuarcitas y mármoles, así como en rocas de grado metamórfico muy alto como granulitas.

La lepidoblástica: Está definida por minerales tabulares (en general filosilicatos, normalmente micas y cloritas) orientados paralelamente según su hábito planar. El hecho de que esta textura presente orientación preferente de sus componentes minerales supone que las rocas con esta textura presentan fábrica planar (o plano-lineal), lo que confiere a la roca una foliación. Estas rocas presentan, por tanto, comportamientos mecánicos contrastados según las direcciones perpendicular y paralela a la superficie de foliación. Esta textura es la típica de metapelitas (pizarras, micacitas, esquistos y gneises pelíticos).

La nematoblástica: Está definida por minerales prismáticos o aciculares (e.g., inosilicatos, normalmente anfíboles) orientados paralelamente según su hábito elongado en una dirección. Las rocas con esta textura presentarán fábrica lineal (o plano-lineal), lo que igualmente les confiere una anisotropía estructural (lineación) según la cual las rocas tienden a escindirse. Esta textura es típica de anfibolitas y algunos gneises y mármoles anfibólicos.

La porfidoblástica: Está definida por la presencia de blastos de tamaño de grano mayor que el resto de los minerales que forman la matriz en la que se engloban. La matriz por su parte puede tener cualquiera de las texturas anteriores (grano-, lepido- o nematoblástica), o una combinación de ellas. Cualquier tipo de roca metamórfica puede tener textura porfidoblástica, y los porfidoblastos pueden ser de cualquier mineral que la forme.

Dependiendo del predominio que pueda ocurrir de cada una de estas texturas en la roca, y de los esfuerzos de deformación a los que se la sometiese a la misma, la estructura resultante dará lugar a una segunda clasificación que distingue entre rocas foliadas y no foliadas.

A su vez las foliadas se dividen en pizarrosas, esquistosas y bandeadas de acuerdo al tamaño de grano y a la regularidad del plano formado.

Rocas Foliadas:Pizarras: son de grano fino (protolito pelítico). Con

predominancia de filosilicatos (compuesta principalmente por minerales arcillosos y algunas micas derivadas del metamorfismo de estas arcillas) los minerales ceden con facilidad a la deformación y sus planos se disponen perpendicularmente a la dirección del esfuerzo principal, generando un clivaje de roca perfecto.

Filitas: Son las que le siguen en intensidad de metamorfismo a las pizarras. La cantidad de minerales micáceos es mucho mayor que en las anteriores, lo que le da un brillo “satinado” a la roca generalmente. No tiene tan buen clivaje de roca como la pizarra pero aún, éste, es muy bueno.

Esquistos: de grado metamórfico intermedio, ya comienzan a contener una cantidad considerable de blastos que se pueden apreciar a simple vista. Su composición continúa siendo rica en filosilicatos (por lo menos > 5%) lo que hace que conserve su foliación de acuerdo.

Gneiss: en estas rocas ya es más irregular, y difícil de distinguir, la foliación, puesto que los minerales (o bien los heredados del protolito o los formados en condiciones de metamorfismo alto) suelen ser más granudos (cuarzo, feldespato, granate), propensos a formar una textura granoblástica que no genera foliaciones.

Milonitas: Distintas de las mencionadas anteriormente por ser producto de otro tipo de metamorfismo: el metamorfismo cataclástico (las anteriores eran todas típicas del metamorfismo orogénico). La foliación se forma en una zona de cizalla a partir de la trituración de los clastos hasta tamaños de grano muy fino. A partir de cierta profundidad (10 km) éstos recristalizan preferencialmente de acuerdo al plano de cizalla, dando a la roca la apariencia haber sufrido una deformación dúctil, que encontramos al ver la foliación.

Rocas no foliadas: Dentro de esta categoría se encuentran

todas las rocas producidas por los otros tipo de metamorfismo o aquellas cuya composición mineralógica inicial no permitió la formación de capaz preferenciales pese a las presiones dirigidas ejercidas.

Ejemplo de este tipo de rocas son las corneanas, las granulitas, los mármoles y las cuarcitas.

Clasificación mineralógica modal:

La clasificación modal de las rocas metamórficas contempla tanto si algún mineral se encuentra en una proporción harto superior al resto de los minerales (>80%); como también los tipos de asociaciones minerales que se encuentran en la roca, que muchas veces son indicadores de la intensidad del metamorfismo al que ésta fue sometida.

Se da en algunos casos de metamorfismos, que la composición mineralógica resultante es prácticamente monominerálica, ya sea por la estabilidad de este mineral por sobre otros o porque se da la blastesis de ese mineral unicamente en determinadas condiciones de temperatura y presión. Cuando se dan estos casos, se nombre a la roca con la raíz del nombre del mineral más la terminación “ita” (ej.: cuarcita), salvo en el caso de la predominancia de calcita en donde a la roca se la denomina “mármol”.

Mármol

Cuarcita

Hay determinadas asociaciones minerales que son características de determinadas rocas cuyo nombre se había dado con anterioridad por ejemplo para determinar lo que sería el concepto de “facies” desarrollado por Eskola, que indica el grado de metamorfismo (alto o bajo) y de qué tipo (Franciscano, Barrowiano, Buchaniano, de Contacto).

Ejemplo de estas asociaciones minerales son: el granate y la onfacita (sin piroxeno) en las eclogitas; la hornblenda, la plagioclasa y la estaurolita en las anfibolitas, etc.

Conociendo el origen.

Otra clasificación muy común, distingue a las distintas rocas metamórficas dependiendo de su origen, es decir, su protolito. De esta forma, si de alguna manera se llegase a saber con certeza el origen de alguna roca metamórfica, a ésta se la nombra con el prefijo “para” u “orto” si la misma es de origen sedimentario o ígneo respectivamente (ej.: ortogneiss, para-anfibolita)

También, si aún más, sabemos con certeza cuál fue el protolito que dio origen a la roca, se la nombra anteponiéndole el prefijo “meta” al nombre del protolito (ej.: meta-arenisca).

Rocas cataclásticas

Una última clasificación, sería la que se emplea específicamente para las rocas de metamorfismo cataclástico que es aquel metamorfismo, mayoritariamente dinámico, que ocurre en las zonas de cizalla ya sea rúptil o dúctil.

Éstas se clasifican en base a si presentan foliación y luego basándose en el grado de cohesión que presenta la roca.

Las rocas cataclásticas foliadas son las ya mencionadas Milonitas, que a su vez pueden ser subclasificadas de acuerdo al porcentaje en volumen de porfiroclastos que presente en: protomilonitas, milonitas, y ultramilonitas; si estos pasan el 50% del volumen de la roca, están entre el 10% y el 50%, o si representan menos del 10% del volumen total, respectivamente.

En el caso de que no sean foliadas, dependiendo de si la roca presenta cohesión primaria o no, recibe el nombre de cataclasita o brecha de falla respectivamente.

Milonita Cataclasita

Brecha de falla

Otros calificativos

Además de todas las clasificaciones anteriormente nombradas, se usa también, con menor frecuencia, otros calificativos que clasifican y pueden incluirse al nombrar una roca. Estos son los calificativos de color, texturales, de tamaño de grano, y mineralógicos que se usan en otros tipos de rocas también.

Bibliografía.

BGS Classification of Metamorphic Rocks – S. Robertson

Diapositivas de clases de Rossana Muzio y Henri Masquelin.

Wikipedia

http://www.ugr.es/~agcasco/msecgeol/secciones/petro/pet_met.htm