revista pelotazo nº20

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PIPI SPÓSITO - BAERT - CAIO - CHESTER - DECUR - GILLIG - GORY – JORGE - JUAMPA - LLANSÓ - LUBRIO - LUCERO - MONTAG - NIAMH - OTTO - Las olas y el viento

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Número 20!!

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Page 1: Revista Pelotazo Nº20

PIPI SPÓSITO - BAERT - CAIO - CHESTER - DECUR - GILLIG - GORY – JORGE

- JUAMPA - LLANSÓ - LUBRIO - LUCERO - MONTAG - NIAMH - OTTO -

Las olas y el viento

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-Pipi Spósotp- Montag- Lubrio- Decur- Llansó- Rofe - Chester Greenbag- Caio di Lorenzo - Baert - Gory - Marce Mosqueira

- Furnier- Fix- Niahm- Otto- Capitán Manu - Gustavo Lucero

Portada - Pipi Spósito / Power Rangers - Pipi Spósito / Zoila Zombie - Lubrio / Estar Guars - Montag y Gory / El parque de la vida - Furnier / Historietas a la carta - El Capitán Manu / Semilla - Decur / Yiyi - Caio y Baert / Perro de plaza - Leandro Gillig / Catitos - Gustavo Lucero / Miedo a la oscuridad - J.G. Palomera y Marcelo Mosquera / Los Si y Los No - J.G. Palomera y Chester Greenbag / Animaladas - Diego LLansó / Pipi Strella - Fix y Niahm / Saludo Fin de Año - Pelotazo /

Chiste Final - Otto

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Aunque parezca increíble, por fin es Diciembre.Terminan las clases, termina el año, empieza el calor loco, empezamos a contar los días para las vacaciones.Estamos todos contentos, es-tamos todos cansados, pero la simple idea de brindar y comer turrón invita a que hagamos un esfuerzo y sigamos trabajando para vos.Este número esta lleno de gente.Decí que esto no es un departa-mento porque sino los invitados se caería por las ventanas.Arrancamos con una tapa genial del gran Pipi Spósito que nos pone en clima para empezar a planear como se viene nuestro verano. Pipi también aparece acá abajo, con otro de sus chistes. Y esta vez le toca a los pobres powers rangers.

Después tenemos una aventura en la playa de Zoila a cargo de Lubrio, y muchos chistes de ani-males obra y esfuerzo de Llansó y los recién llegados a nuestras páginas Furnier y Lucero.Vuelve la pobre Yiyí gracias a Caio y Baert, vuelven Los si y los no según Chester y Jorge y también Decur con otra de sus genialidades.Otro que nos visita por primera vez es Rofe que nos cuenta so-bre su princesa y un viejo amigo, el perro de la plaza, nos anticipa el clima por culpa de Gillig.Otro mes y otro cuento de Jorge pero esta vez lo ilustra el señor Marcelo Mosqueira que ya pro-metió volver.Montag y Gory vuelven con sus Estar Guars y también vuelven las recetas de los cocineros. Esta vez a cargo del Capitán

Manu. Digan que esta rico porque sino se enoja.Y el recuento de esta revista ter-mina con un chiste de página com-pleta. Del recién llegado Otto.Como te decimos todos los meses si te gusta la revista recomendanos a todos tus amigos y si te perdiste de algún número bajalo gratis desde http://www.revistapelotazo.com/.Para terminar, ya lo dice el dibujo-poster de Juampa pero yo lo reit-ero: ¡que tengan muy felices fiestas vos y toda tu familia!Nos estamos viendo muy pronto, en un par de días con otro año lleno de cuadritos y Pelotazo para vos y todos los que aman las historietas.

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¡Encontranos en Facebook

y vas a ver cómo los domigos se ponen más divertidos!

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Juan Carlos Villalba era un chico de mi edad que vivía en una casa grande con muchas hab-itaciones y poca luz.

Juan Carlos Villalba siempre andaba con miedo.

Le daban miedos las tormentas y los zapallitos rellenos. Las arañas y la oscuridad.

Un día la madre lo mandó a su cuarto carga-do de ropa que ella acababa de lavar. Caminó despacio, cargando en sus brazos mucha ropa de toda la familia.

Subió la escalera con cuidado para que ninguna prenda cayera al piso. Sabía que si eso ocurría lo iban a retar de lo lindo y no iba a poder ver televisión al otro día.

Llegó a su cuarto e intentó prender la luz del

pasillo con la nariz pero no pudo.

A tientas llego hasta su cama. Apoyó la pila de ropa recién lavada sobre la almohada.

Y de vago nomás, porque tenia miedo que el montón de ropa se derrumbara, abrió despacito la puerta del placard. Después se dio vuelta para prender la luz del velador…

En ese momento vio al fantasma.

Era un espectro horrible, asqueroso, repugnante, feo, horrendo. Y se desmayó.

Dos meses después cuando recuperó el habla su familia descubrió que no abría las puertas.

El terror vivido impedía que él osase entrar a una habitación (no importaba cual fuera) si tenia que

Escrito por Jorge Palomera Dibujado por Marcelo Mosqueira

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antes abrir una puerta.

Estaba claro que algunos de sus familiares jamás le creyeron. Y que cada uno de ellos tenía su pro-pia teoría sobre lo que había ocurrido. Algunos decían que seguro era todo parte de una mentira para zafar de ir a la escuela, otros que los fantas-mas no existían y que debía ser el gato del vecino el monstruo que lo asustó.

Incluso su padre sospechaba que Juanca se había tomado un vaso de vino porque había notado que la botella estaba un poco mas vacía que el día anterior.

Teorías aparte, lo concreto fue que de golpe y por-razo se hicieron cambios en la vida de los Villa-lba. Se mudaron a una casa mas pequeña. Comen-zaron a dejar las puertas de calle, baño y garaje abiertas de par en par. Y si bien eso aumentó el número de veces que les robaran la bicicleta hizo que el niño mejorara de salud un poquito.

Pero aún así Juan Carlos siguió con su paso son-ambulesco por las distintas habitaciones. Dando vueltas por esa casa que ya nunca abandonó has-ta que ocurrió aquella otra desgracia.

Muchos años más tarde, mientras sus padres es-taban en la costa de vacaciones, él estaba en el baño lavándose los dientes.

Fue entonces cuando una correntada maliciosa,

proveniente vaya uno a saber dónde, (se dijo después que de algunas de las múltiples puertas abiertas de la casa) cerró de golpe la puerta del baño.

No se sabe si fue por miedo o descompostura pero las palabras no salían de la boca de nuestro amigo. ¿Estaba aterrado por miedo a volver a en-contrarse con el fantasma? ¿Tenía miedo de no poder salir nunca más de allí y morir de hambre?

¿O sólo de quedarse sin papel higiénico?

Unos días más tarde, cuando volvieron sus pa-dres muy tostados y con algunos kilos de mas de la costa, lo encontraron ahí paradito. Muerto, al lado de la puerta.

Sus ojos abiertos expresaban mucho miedo y su mano derecha estaba cerca, a milímetros, del pomo de la puerta. Pero nunca llegó a tocarlo.

Ahora su casa es un museo. Pero casi nadie lo visita.

A mi me llevaron con la escuela. Mis compañeras lloraban y gritaban y se sacaban cientos de fotos con el celular. A mi mucho miedo no me dio ese lugar.

Eso si, me pareció que en todas las habitaciones había olor a detergente y encontré debajo de una cama un par de medias como recién lavadas.

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