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Retiro Cuaresmal 2019 Sector Escuela

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Retiro Cuaresmal 2019

Sector Escuela

Introducción

Dice el Concilio Vaticano II que todos los cristianos estamos llamados a la santidad (Cat 825). Los padres conciliares afirmaban que todos somos hijos de Dios y que esta es nuestra vocación más radical. En este sentido, la santidad es un estilo de vida propuesto a todos, es el estilo de Jesús impulsado por el Espíritu Santo que en el mundo hace avanzar el Reino de Dios. Don Bosco propone a sus hijos un estilo de santidad en la vida cotidiana: la alegría. Domingo Savio lo entendió y lo supo decir de una manera magnífica cuando, hablando con un joven recién llegado al oratorio, expresó: “Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”. Estas no son palabras de un experto en teología, sino que expresan la experiencia vital y espiritual que los jóvenes vivían en el Oratorio de Valdocco. Es fácil mirar a los grandes santos y sentirse intimidado. Ya sea en las historias de su santidad personal, de su martirio, o simplemente cuando su grandeza es tan venerada e inalcanzable que

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tendemos a pensar que nunca podremos ser como ellos. Pensamos que la santidad está reservada para algunas personas, que en definitiva, no se parecen a nosotros Pero no es así, un santo es una persona que es llamada por Dios a un encuentro personal-íntimo con Él y testimoniarlo a los demás. Y si miramos la vida de muchos santos nos daremos cuenta que esto puede ser muy simple. Los quehaceres diarios, que parecen triviales, sin sentido o algo que solo pasa y ya, cuando son ofrecidos a Dios como oraciones, pueden convertirse en vehículos hacia nuestra santidad.

Objetivo

Aceptar el llamado, que Jesús maestro por excelencia nos hace a la santidad en la vida cotidiana

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Metodología La propuesta metodológica a seguir será:

Llamar: En esta parte de la metodología, el

objetivo es tratar de enamorar a los participantes a través de una ambientación, una historia, un video, una canción, un testimonio o alguna dinámica que les cautive y les ayude a introducirse en un ambiente de reflexión.

Escuchar: Escuchar es más que oír. Se

escucha con todo el cuerpo, no sólo con el oído. Escuchar implica afinar mis sentidos para ver más allá de lo que quiero oír. Se trata de emplear todo lo que esté a nuestro alcance para movernos hacia el otro/a y responder a sus llamados. Emplear documentos de la iglesia y textos bíblicos para iluminar y motivar a los participantes a cuestionar, dialogar, y si es necesario debatir de forma que se pueda trabajar en pequeños grupos y los motive de forma dinámica a tomar decisiones en base a las reflexiones propuestas.

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Discernir: Discernir ha de llevarnos a

movernos, o más bien, arrancarnos de nuestras seguridades y posturas para ver, con una nueva mirada, la mirada de Jesús, que invita a la búsqueda de nuevas acciones. Impulsar a los participantes al discernimiento con las conclusiones del tema. Proponer hacer una presentación de conclusiones, ya sea mediante un dibujo, redactar una oración, la invitación a dar un testimonio, escribir una canción; con los demás, de tal manera que los lleve a un compromiso comunitario y personal.

Convertirse: Se consigue mediante un total

cambio interior, que el Evangelio designa con el nombre de metanoia, una conversión radical, una transformación profunda de la mente y del corazón (Evangelii Nuntiandi, 10). En este punto proponer una acción concreta de compromiso que los transforme y los acerque hacia acciones significativas en la iglesia, la comunidad y su vida personal dando el espacio a la oración y dejar que nos transforme.

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I. Llamar a. Conectar

Se propone que el salón de encuentro esté debidamente ambientado, dígase poner una música instrumental propiciando un ambiente de reflexión; poner imágenes de santos con una breve biografía de su vida; frases que evoquen a la santidad, etc...

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Según vallan llegando los participantes, se les irá entregando una imagen con la silueta de un celular con una frase; esto irá introduciendo a los participantes al tema del retiro.

Se comienza el retiro con la oración inicial invocando la presencia del Espíritu Santo, con un canto.

o Oración de inicio: Ayúdanos a ser santos (coral)

Mujeres: Señor, conoces mi vida y conoces la vida de los que amo, somos personas de carne y hueso, con debilidades y virtudes, con defectos y con valores. Ayúdanos a alcanzar la santidad en nuestra vida ordinaria, a imitarte en todo para asemejarnos cada día más a ti. Hombres: Danos el valor de vivir tus mensajes e imitar a los santos que te dan gloria. Que el ejemplo de los santos, Señor, nos inspire hoy para cambiar de vida de modo que el amor, la paz y la justicia sean los valores que impregnen nuestro actuar cotidiano. Todos:

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Señor, tu espíritu que nos comunica tu gracia para ser santos hoy, trasforme nuestro interior para hacer tu voluntad. Amen Sacerdote: Dios todo poderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican; y que has dicho: “donde haya dos o tres reunidos en mi Nombre, ahí estoy en medio de ellos”, derrama sobre nosotros tu misericordia, y ya que tu Nombre nos tiene aquí reunidos, asístenos bondadosamente y danos la luz y la fuerza de tu Espíritu, para que descubramos los designios de tu voluntad y realicemos con decisión lo que encontremos ser grato a tu Amor en Santidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Concluida la oración, se les mostrará un video titulado: ´´Llamado a la santidad en el mundo de hoy´´.

b. Profundización de la llamada

Un moderador abrirá el espacio para que los participantes compartan con los demás a modo de plenario: ideas, imágenes y frases que les

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hayan llamado la atención sobre el video: ´´Llamado a la santidad en el mundo de hoy´´

II. Escuchar

a. Lectura bíblica: 1 Pedro 1: 15 Se lee la siguiente cita bíblica.Se sugiere que una persona la proclame delante de todos. ´´Sean santos en todo su comportamiento como es santo el que los ha llamado, pues está escrito: Sean santos, porque yo soy santo´´

b. Profundización de la escucha

• A continuación se propone una reflexión acerca de la palabra de Dios ya leída. Para este momento se sugiere que los participantes lean y mediten a solas la siguiente reflexión:

Llamados a la santidad

Dios, tu Padre, que te ha creado, quiere lo mejor para ti y, por eso, quiere que seas santo. La voluntad de Dios es tu santificación (1 Tes 4,3). Dios te eligió desde antes de la formación del mundo para que seas santo e inmaculado ante Él

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por el amor (Ef 1,4). Por eso, en la Biblia, que es una carta de amor de Dios, se insiste mucho: “Sed santos, porque yo vuestro Dios soy santo” (Lev 19,2; 20,26). Y Jesús nos dice: “Sed santos como vuestro Padre celestial es santo” (Mt 5,48). Así que tú y yo, y todos "los santificados en Cristo Jesús, estamos llamados a ser santos" (l Co 1,2).

El mismo Catecismo de la Iglesia Católica nos habla en este sentido: "Todos los fieles son llamados a la plenitud de la vida cristiana" (Cat 2028). "Todos los cristianos, de cualquier estado o condición están llamados cada uno por su propio camino, a la perfección de la santidad" (Cat 825).

No necesitas entrar a un convento o hacer grandes penitencias o grandes obras para ser santo. Basta que cumplas fielmente tus obligaciones de cada día con amor.

Éste fue precisamente el gran mensaje que nos dejó el santo Josemaría, él decía: “La santidad grande que Dios nos reclama se encierra aquí y ahora, en las pequeñas cosas de cada jornada” (Amigos de Dios 312). “La santificación del trabajo ordinario constituye como el quicio de la

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verdadera espiritualidad para los que, inmersos en las realidades temporales, estamos decididos a tratar a Dios" (ib. 61). “Dios nos espera cada día en un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en el taller, en el campo, en el hogar de la familia y en todo el inmenso panorama del trabajo. Sépanlo bien, hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes que toca a cada uno de nosotros descubrir"(Conversaciones 114).

“Hay que santificar el trabajo, santificarse en el trabajo, santificar a los demás con el trabajo” (ib. 55). Por eso, “vive tu vida ordinaria, trabaja donde estás, procurando cumplir los deberes de estado. Sé leal, comprensivo con los demás y exigente contigo mismo. Sé mortificado y alegre. Ése será tu apostolado” (Amigos de Dios 273).

Así que está claro que puedes ser santo. Dios lo quiere ¿y tú? No digas que no tienes las cualidades necesarias. No digas que Dios no te ha llamado. No has venido al mundo por casualidad. No eres un cualquiera para Dios, no eres uno más entre los millones de hombres que han existido, existen o existirán. Él te ama con un amor personal. Él te conoce por tu nombre y

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apellidos. Él quiere siempre lo mejor para ti y sigue soñando maravillas en tu vida. ¿Lo vas a defraudar en sus planes divinos? ¿Crees que no vales nada? ¿Crees que todos los demás valen más que tú? Tú tienes que cumplir tu misión y ser santo, cumpliendo tu misión con las cualidades que Dios te ha dado. No envidies a nadie. No sueñes con otras misiones, no te sientas triste por no tener lo que tú quisieras “humanamente hablando”. Dios te ama así como eres. No te compares con los demás para devaluarte o para creerte superior. Levántate de tus cenizas y de tus pecados. Levanta la cabeza y mira hacia el cielo. Allí te espera tu Padre Dios y cuenta contigo para salvar al mundo. Eso es ser santo, santos como nuestro Padre Dios.

III. Discernir

a. Compartir

Luego de haber reflexionado personalmente la profundización de la palabra, se reunirán en grupos no mayor de cinco integrantes. En los grupos compartirán las siguientes preguntas acerca de la reflexión anterior:

1. ¿Qué sentimientos suscitan en ti la profundización de la palabra?

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2. ¿Te sientes llamado a la santidad? ¿Por qué?

3. En tu vida cotidiana: trabajo, familia, amigos, comunidad, ¿existen personas que te inspiren a la santidad? ¿Por qué?

IV. Convertirse

a. Respuesta

Acto penitencial y adoración al santísimo

En este momento, ya terminado el compartir en grupos y reunidos todos en el salón de encuentro, se comenzará el acto penitencial simultáneamente con la adoración al santísimo. Se propone el siguiente esquema:

1. Canto inicial: (se expone el santísimo) 2. Oración introductoria por el celebrante:

¡Oh Jesús de nuestra alma, encanto único de nuestro corazón!, henos aquí postrados a tus plantas, arrepentidos y confusos, como llegó el hijo pródigo a la casa de su padre. Cansados de todo, sólo a Ti queremos, sólo a Ti buscamos, sólo en Ti hallamos nuestro bien. Tú, que fuiste en busca de la Samaritana; Tú, que nos llamas a la santidad, no nos arrojes de tu presencia, ahora que te buscamos. Míranos con ojos

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benignos en este tiempo de cuaresma donde deseamos seguirte día a día santificados por tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.

3. Lectura: Lucas 15:11-32 4. Canto de penitencia

En este momento se iniciaran las confesiones. Mientras se deja un momento para la oración y meditación personal ante el santísimo sacramento. Durante este tiempo se pueden poner o cantar algunos cantos que propicien la reflexión.

5. Oración conclusiva por el celebrante:

6. Canto final: (se retira el santísimo)

b. Compromiso

Terminada las confesiones y la adoración al santísimo se les entregará una silueta en forma de huellas como signo de seguir las huellas del maestro. En la misma escribirán un compromiso a vivir para esta cuaresma 2019 según lo vivido en el retiro.

Se puede abrir un espacio para compartir el compromiso con todos.

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Al final se les entregará a los participantes un signo visible, dígase pulsera de mano, collar con una cruz (algo que puedan portar todo los días) para que puedan recordar la experiencia vivida y el compromiso que han realizado.

Cantos 1. El Espíritu del Señor (Kairoi) EL SEÑOR OS DARÁ SU ESPÍRITU SANTO, YA NO TEMÁIS, ABRID EL CORAZÓN, DERRAMARÁ TODO SU AMOR. (2) 1. Él transformará hoy vuestra vida, os dará la fuerza para amar. No perdáis vuestra esperanza, Él os salvará. 2. Él transformará todas las penas, como a hijos os acogerá. Abrid vuestros corazones a la libertad. 2. Ven Espíritu de Dios sobre mí (Kairoi) VEN, ESPÍRITU DE DIOS, SOBRE MÍ.ME ABRO A TU PRESENCIA, CAMBIARÁS MI CORAZÓN. (2) 1. Toca mi debilidad, toma todo lo que soy; pongo mi vida en tus manos y mi fe. Poco a poco llegarás a inundarme de tu luz; Tú cambiarás mi pasado. ¡Cantaré!

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2. Quiero ser signo de paz, quiero compartir mi ser. Yo necesito tu fuerza, tu valor. Quiero proclamarte a Ti, ser testigo de tu amor. Entra y transforma mi vida. ¡Ven a mí!

3. Hemos venido a este lugar (Leona Von Brethorst) Hemos venido a este lugar juntos en su nombre a adorar. (2) Hemos venido a este lugar juntos en su nombre a adorarle a Él. Cristo, nuestro Dios y Rey. 1. Las manos altas levantad, glorificad su nombre y adorad. (2) Las manos altas levantad, glorificad su nombre y adoradle a Él. Cristo, nuestro Dios y Rey. 2. En su presencia estamos ya justificados por la sangre. (2) En su presencia estamos ya justificados por la sangre que Él vertió. Cristo, nuestro Redentor. 4. Enséñanos a orar (Grupo Kairoi)

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SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR, A HABLAR CON NUESTRO PADRE DIOS.SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR, A ABRIR LAS MANOS ANTE TI. 1. Orar con limpio corazón, que sólo cante para Ti, con la mirada puesta en Ti, dejando que hables, Señor. Orar buscando la verdad. Cerrar los ojos para ver. Dejarnos seducir, Señor, andar por tus huellas de paz. 2. Orar hablándote de Ti, de tu silencio y de tu voz, de tu presencia que es calor, dejarnos descubrir por Ti. Orar también en sequedad, las manos en tu hombro, Señor, mirarte con sinceridad: aquí nos tienes, háblanos. 5. Desde lo hondo (Miguel Manzano ; salmo 129) 1. Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. MI ALMA ESPERA EN EL SEÑOR, MI ALMA ESPERA EN SU PALABRA; MI ALMA AGUARDA AL SEÑOR, PORQUE EN ÉL ESTÁ LA SALVACIÓN.

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2. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. 3. Mi alma aguarda al Señor, más que el centinela a la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora. 4. Porque del Señor viene la misericordia y la redención copiosa y Él redimirá a Israel de todos sus delitos. 6. Vaso nuevo 1. Gracias quiero darte por amarme. Gracias quiero darte yo a ti, Señor. Hoy soy feliz porque te conocí. Gracias por amarme a mí también. YO QUIERO SER, SEÑOR AMADO, COMO EL BARRO EN MANOS DEL ALFARERO.TOMA MI VIDA, HAZLA DE NUEVO,YO QUIERO SER UN VASO NUEVO. (2) 2. Te conocí y te amé. Te pedí perdón y me escuchaste. Sí, te ofendí perdóname Señor, pues te amo y nunca te olvidaré. 7. Dios está aquí

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DIOS ESTÁ AQUÍ: TAN CIERTO COMO EL AIRE QUE RESPIRO, TAN CIERTO COMO LA MAÑANA SE LEVANTA, TAN CIERTO COMO QUE TE CANTO Y LO PUEDES OÍR 1. Lo puedes oír moviéndose entre las butacas. Lo puedes oír cantando con nosotros aquí. Lo puedes llevar cuando por esa puerta salgas. Lo puedes sentir muy dentro de tu corazón. 2. Lo puedes notar junto a ti en cualquier momento, le puedes hablar de esa vida que te quiere dar. No temas ya más Él es Dios y nos perdona a todos, Jesús está aquí, si tú quieres lo puedes seguir. 8. Entraré (Jesed) Entraré, entraré, entraré a su presencia, en libertad por su amor el Espíritu me lleva; al trono de la gracia para adorar cara a cara, sí, al Dios vivo adorar libre soy, libre soy para entrar. 9. PARA SER SANTO (Jesed)

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Para ser santo hay que ser feliz No hay santidad sin felicidad Para ser santo hay que ser feliz primero. Para ser santo hay que ser sencillo, no hay santidad sin sencillez. Para ser santo hay que ser sencillo primero Para ser santo hay que estar un poco loco, un poco loco. Un poco loco para ser feliz un poco loco para ser sencillo un poco loco para estar enamorado y loco por Dios.

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