rescatando al corazon

Villanueva Rescatando al Corazón

Rescatando al Corazón Una oportunidad de amor

Co-creaciones

El-Shaddai y Karla Villanueva


Introducción

Este libro es un testimonio de como un corazón de piedra se convirtió en un corazón

hermoso, redondito, rojito y lleno de amor. Mi cambio fue logrado gracias a la ayuda de los

ángeles que Dios me mandó en los momentos indicados. Todos hemos sentido, como las

emociones nos controlan haciéndose dueñas de nuestro corazón y poco a poco van haciéndose

dueñas de todo. No creo que Dios al habernos hecho a su semejanza quiera que las emociones

negativas nos controlen toda la vida. El espera que demos amor a todo lo que nos rodea, que

abramos nuestros brazos para recibir su amor consolador. ¿Cómo sería vivir todos los días en un

mundo donde todo es guerra, ira, golpes, maltratos? Dios no quiere que vivamos en dolor o que

nos dejemos ganar por el sufrimiento. Él quiere que aprendamos de todos esos momentos de

debilidad y los convirtamos en amor para sanar nuestra alma. Llegamos a este mundo para

cumplir un propósito y que mejor que disfrutar del amor, la felicidad, y de la alegría de estar

vivos. Sabemos que hay emociones buenas y malas pero lo importante es aprender a cómo

controlarlas.

Entonces hagamos un recuento de algunas emociones negativas: rechazo, resentimiento,

odio, ira, coraje, indiferencia, decepción, confusión y muchas más. ¿Pero, por qué es que siempre

recordamos todo aquello que nos hizo mal antes de recordar lo bueno? Las emociones negativas

tienen un mayor impacto en nuestra mente porque nos hacen sufrir por más tiempo, pero cuando

nos dijeron un “TE AMO”, nos dieron un abrazo lleno de amor o nos trataron con la mayor

gentileza del mundo no es gran cosa. Por suerte los ángeles guardianes, aunque no los puedas

reconocer en todo momento, siempre están ahí para ti cuando más los necesitas, para consolarte

y confortar tú alma. Ellos fueron los que me ayudaron a sanar mi corazón y a dejar de resistirse

para así poder entregarme completamente.


Capítulo 1

Las circunstancias de una roca

Antes de pensar en los Ángeles, yo me sentía sola a pesar de tener gente a mí alrededor,

tenía problemas en mis relaciones de familia, amorosas y amistades. Así que espero que mi

historia refleje en tu corazón sentimientos que tal vez ya hayas olvidado o que desees no tener

nunca más. Ser una roca (figurativamente) significa no sentir, no amar, no dejar que tu corazón

tenga compasión por si mismo ni por los demás. Las rocas están hechas de minerales duros pero

a la vez también pueden cambiar de forma si se les moldea con agrado. Estas se pueden romper o

transformar en algo hermoso, dependiendo de quién es el escultor. Y es mas hasta son

transformadas en cristales preciosos, pero toda acción tiene una causa y un efecto.

En cada momento difícil al que me enfrentaba, yo actuaba con frialdad y dureza, pues ese

era mi mecanismo de defensa. Era mejor alejarme de las personas antes de encariñarme más con

ellas. En el primer momento cuando alguien me decepcionaba salía corriendo sin más

explicaciones. Una vez alejada de ellos me sentía tranquila pues ya no tenía que enfrentar a esa

persona o esa situación, pero después de varios días sentía un vacío aun más grande. La mayoría

de esos sentimientos que tenía era por rencor a varias cosas que pasaron en vida y a la crítica de

las personas. Me sentía atacada por todos lados y sentía que tenía que proteger me de todos y de

todo. Es que cuando somos niños aprendemos cosas y conforme vamos creciendo les damos un

significado erróneo. Nuestros padres dicen cosas sin saber que nos hieren o nos marcan por

siempre. La infancia es la etapa de nuestras vidas donde somos más sensibles y necesitamos

sentirnos protegidos. He ahí donde yo guardaba mi rencor. Mis padres tenían muchos conflictos

que por más insignificantes que fueran parecía que se convertían en un monstro gigante. Sentía


que este monstro gigante crecería hasta atacarme y atraparme. Yo me sentía insegura, yo sentía

que mi corazón poco a poco se endurecía más para poder aislar todo ese dolor. Ahora

entendiendo que la mayoría de estas circunstancias fueron naturales pues ya estaban escritas y

diseñadas para mí, especialmente para mí.

Mi mayor rencor era en contra de mi padre, por sus adicciones, sus errores y porque no

sabía cómo expresar su amor. Yo sabia que mi papá no era una mala persona pues el trabaja y

aportaba muchas cosas a la casa, nos alimentaba y pues a entre peleas y mas peleas nos dio un

techo donde vivir. Conforme mi hermano y yo crecíamos mi papá se drogaba mucho más y llego

a un punto donde su adición lo controlo por completo. El papá que una vez jugo conmigo, ahora

ya estaba tirado en el sillón drogado sin saber que día era. Yo siempre me pregunte por que si mi

papá puede elegir drogarse, porque no puede elegir parar. Yo solo quería que mi papá regresara a

ser el mismo hombre fuerte que ahora solo podía ver en fotos. Cuando toco fondo fue donde

entendí que necesitaba una rehabilitación, mi mamá, mi hermano y yo teníamos que ir a verlo al

anexo cada domingo para ver su recuperación. Pero ya no era lo mismo, parecía que los

problemas entre mis papas se incrementaron, a cada rato se peleaban por dinero y hasta por que

los trastes de la cena no estaban limpios. Mi mamá cada día se volvía más neurótica, mi hermano

cada día más se alejaba y yo buscando la manera de que se dieran cuenta que lo único que

necesitábamos era estar juntos. Una tarde los forcé a una reunión familiar, los cuatro sentados en

la mesa pero ninguno quería hablar, ninguno quería decir lo que estaban sintiendo.


Capitulo 2

Perdida en transición

Después de esa junta familiar no hubo mas remedio y mi familia se empezó a hacer

pedazos. Primero mi hermano fue el que decidió irse, así que agarro su maleta y sin más demora

viajo a los Estados Unidos a vivir con uno de mis tíos. Esta fue una de las decisiones que

comenzó a cambiar todo porque después de la desintoxicación de mi papá, nosotros pensábamos

que las cosas se mejorarían pero no fue así. Mi papá, por acuerdo con mi mamá, siguió a mi

hermano y ellos comenzaron una nueva vida del otro lado. Su separación si mejoro las cosas en

el sentido de que ya no había más peleas ni gritos, pero lo que mas anhelábamos todos era que la

vida fuera tranquila cuando estuviéramos juntos. Así que en Diciembre del 2003 mi mamá y yo

viajamos a este país. Mi familia se volvió a reunir, parecía que todo estaba en orden y mis papas

se querían como antes, entonces ahora si podríamos comenzar de nuevo. Lamentablemente el

cambio de medio ambiente no cambia a las personas y lo que parecía una esperanza se convirtió

en la hora de partida.

Mis papas no duraron mucho tiempo felices y pues mi hermano y yo ya no éramos unos

niños, así que mi hermano se mudo hasta Canadá, mi mamá se regreso a México, mi papá

empezó a hacer su vida por otro lado y yo me había quedado sola, me sentía perdida. Sentía que

no había hecho lo suficiente para que mi familia se mantuviera unida, pero que podía hacer, cada

quien tomo su camino y ahora mi única preocupación era yo. Pase los días trabajando y metida

en los libros mientras terminaba la universidad. Al principio hubo muchos días en los que me

dormía llorando y me despertaba sin ganas pero sabía que quedándome en la cama no resolvería

nada, así que me forzaba a pararme y todos mis movimientos se volvieron automáticos.


Pasaron los días y en ocasiones sentía alivio de que en mi familia disfuncional por fin se

había terminado y con ella se habían acabado los problemas, parecía como que todo se hubiese

borrado. A pesar de la distancia tratamos de llevarnos bien pero yo me sentía más sola que

nunca. Los años pasaron y solía recordar las experiencias que sufrí cuando alguien me

preguntaba por mi papá. Sentía que cada vez que tenia que hablar con el me daba un dolor muy

fuerte en el estomago. Mi hermano y mi mamá me decían que yo era muy dura con el y que por

que no le daba una oportunidad. Pero cuando me decían cosas de mi papá yo reaccionaba con

mucha ira y rencor, lloraba de coraje. La relación entre mi hermano y yo cada día más se

deterioraba, nos peleábamos por teléfono y cuando quería hablar con el parecía que ni tema de

conversación había. Miles de kilómetros apartados y aun así no teníamos nada bueno que decir y

ni que decir con la relación que tenía con mi mamá. Esta era mas difícil pues el hecho de que ya

no estábamos en el mismo país la mortificaba mucho y pues yo no hacia nada para mejorar la

situación. Llegue a un punto que nadie me importaba, era egoísta y si les llamaba una vez cada

varios meses para mí ya era suficiente.

Desde que todos estos problemas comenzaron me sentía perdida, yo solo quería de

regreso a mi familia, entonces yo me hice una promesa que nunca volvería a pasar por lo mismo.

Prometí que mis hijos, aun no nacidos, jamás verían a sus padres discutir así y me prometí a mi

misma que el alcohol y las drogas no formarían parte de mi vida. Pero las criticas de los demás

resonaban más fuerte “tú vas a ser igual que tu papa, un adicto, tú también te vas a casar con un

enfermo, tu eres una persona co-dependiente” esas y muchas mas criticas eran de personas que

querían dar su opinión, pero tenían una verdad que no entendía, la verdad de saber que mi

corazón por ser duro no podría dejar entrar a una persona valiosa a mi vida.


Capitulo 3

Pasar por el fuego

Si tú te puedes relacionar con partes de esta historia hasta este momento es por que has

vivido con padres alcohólicos, drogadictos, neuróticos o tienes alguien en tu familia que está

pasando por algo similar. Sientes que tu vida está llena de encubrimientos, promesas

incumplidas, y quieres negar la realidad porque eso resulta más fácil que enfrentar que no puedes

ser normal. Quiero que sepas que sea lo que sea que tú hayas pasado todo tiene solución. Tal vez

no como quisieras pero si como Dios lo ha querido, así que tienes que pasar por el fuego de la

transformación para que todo ese dolor NO te domine y puedas ser el maravilloso ser que Dios

pensó mucho antes de que tus padres te tuvieran. Muy a pesar de todo lo que me paso con mi

familia y muchos incidentes que pudieron dejar una cicatriz en mi corazón quiero que sepas que

si yo pude superarlo tú también puedes.

Yo me di cuenta que lo único que yo necesitaba era el amor de mi padre, necesitaba que

él me dijera que todo estaría bien; yo solo quería sentirme segura. Yo sentía que mi papá me

había abandonado. Trate muchas formas de quitarme el dolor, fui a terapias grupales, fui con

consejeros, fui a Al-Anon, hice el 4to y 5to paso, busque ayuda en la iglesia con grupos de

jóvenes, retiros espirituales, y por ultimo pensé que a pesar de todo lo que hacia, yo ya no tenia

remedio, que tendría que vivir con ese dolor para siempre. Pero que tan grande fue mi sorpresa

cuando por fin pude encontrar el momento exacto para cambiar y pedir PERDON para ahí dejar

ese rencor que por tanto tiempo sentía que cargaba sobre mis hombros.

Bueno te preguntaras “¿perdón? Como que pedir perdón YO, si a mi fue a la que le

hicieron daño, si a mi fue a la que abandonaron, ¿que no se supone que mi papá y mamá son los


que tienen que reparar todo?” si, así yo pensaba, pues tomaba el papel en el que todos nos

sentimos muy cómodos… EL DE VICTIMA. Sientes que el mundo te debe una disculpa y

sobretodo Dios por que te hizo pasar por esos momentos desagradables. Te muestro un ejemplo:

primero yo como víctima pensaba que me dolía que mi papá prefiriera el alcohol más que a mí

(era egoísta) pero en realidad lo que me dolía era que mi papá, ese papá que me abrazaba y me

daba besos, ya no estaba porque él no podía controlar como él alcohol y las drogas (dejar que él

se hiciera responsable de sus acciones). Yo no tenía nada que ver como el reaccionaba a el dolor

que EL sentía.

Si realmente quieres sanarte tienes que entender los siguientes pasos: el primer paso para

sanarte es dejar de sentirte victima. Entiende que tú no tenías ningún control sobre las acciones

de tus papas o de las circunstancias en las que de niño te encontrabas. El segundo paso es

reconocer tu dolor, reconoce de donde viene y que es realmente lo que te duele. Escucharte

sinceramente y dejar que tu corazón te diga que es lo que necesitas sanar. No es nada más decir

ya pude perdonar lo que me hicieron pero jamás podre olvidarlo. Si piensas así estas equivocado,

el perdonar y pedir perdón es olvidar todo lo que esa persona te hizo. Es un nuevo comienzo.

Perdonar sin olvidar es como querer construir un hogar en una casa que se está derrumbando.

Tienes que poner bien los cimientos para poder tener unas bases fuertes y mantener un hogar

feliz. Tienes que vaciarte completamente olvidarlo todo y seguir adelante, como tener un vaso de

agua turbia y querer llenarlo con agua cristalina para que el agua se limpie, NO, solo puedes

tener agua cristalina cuando ya hayas limpiado ese vaso y ahora si puedas poner agua limpia.

Estamos acostumbrados a tomar atajos, como pensar que puedes usar una goma de borrar y hacer

que todo se desaparezca pero aun así una goma de borrar deja residuos y si no quieres que esos

residuos queden mejor usa una hoja en blanco.


Yo no sabía porque mi papá tomaba o por que se drogaba pero finalmente, gracias a la

ayuda de Dios, de mis ángeles guardianes, los arcángeles y las personas que en esta tierra puedo

llamar ángeles, entendí que YO le tenía que pedir perdón a mi papá por haber olvidado todo lo

bueno que el me medio. ¿Como se me fue a olvidar que mi papá me dio la vida? ¿Como se me

fue a olvidar que a pesar de todo él no nos abandonó? Que el seguía siendo mi padre a pesar de

cualquier circunstancia. Ese mismo día lo busque y cuando le pedí perdón sinceramente, sentí

que ese peso de encima y la venda que tenía en los ojos se calló por completo. Lo único que

realmente quería era tener otra oportunidad de tener un papá. El estar enojada con el me hizo ver

que estaba bloqueando la oportunidad de realmente amarlo y amar a otras personas no solo en el

sentido romántico sino también aceptarlos tal y como son.


Capítulo 4

De roca a Diamante

Hay una frase popular que dice “mi pasado me ha hecho la persona que soy ahora”, que a

pesar de ser cierta, no significa que tu futuro ya está escrito. Tú, así como yo logre transformar el

rencor de mi corazón por medio del perdón, puedes también cambiar tu corazón pero más

importante tu futuro. Comienza por ser gentil con tu corazón. Reconoce que por mucho tiempo

esa roca ahora tiene que ser manejada con sutileza y compasión. Cuando empiezas a

re-descubrirte tienes que rodearte de personas generosas y compasivas. Personas que tus ángeles

te mandan si tú se los pides, pues dime ¿quién quiere regresar al maltrato o a vivir en esa guerra

interna otra vez? Ese amor que comienza a crecer dentro de ti cuídalo mucho, aléjate de

situaciones que sabes que son dañinas para tu corazón y ten fe de que Dios solo quiere que estés

lleno o llena de amor. Es un proceso tan hermoso que cuando te das la oportunidad de que Dios

(el escultor) transforme esa roca en algo maravilloso vas a poder ver todas las bendiciones que te

rodean. Abrázate a este cambio, no te conformes con el dolor que ya estás acostumbrado o

acostumbrada a sentir. No permitas que esas emociones sigan controlando tu vida, no creas que

eso no tiene que ser normal porque ya lo has sentido por mucho tiempo. Toma en tus manos ese

corazón de roca y con la mejor intención ve quitándole las impurezas. Todo pasa exactamente en

el momento que tiene que pasar, no importa cuanto tiempo pase.

Por ejemplo, un carbón cuando tú lo vez es solo una roca negra y sin sentido pero este

puede ser transformado en diamante por medio de un calor incandescente. Este carbón está

expuesto a temperaturas y presiones extremas que a pesar de existir como una piedra negra por

miles de años puede ser convertido en un hermoso cristal. Que por más que sea expuesto a


condiciones extremas una vez que el carbón se convierte en diamante este mantiene su brillo y su

belleza inigualable por siempre.

Tal vez te preguntaras, “¿Por qué tardaste tantos años en perdonar a tu papá?” La

verdad es porque solo cuando pude analizar el porqué de sus motivos y de realmente entender

que el hizo lo mejor que pudo como padre y como humano, empecé a liberar todos esos

sentimientos negativos que ya no me servían para nada. Empecé a ver la vida con amor, me

sentía feliz y por fin me sentía libre. Eso dio cabida a más felicidad pero sobretodo sentía que por

fin tenía a mi papá, que ya no lo tenía que andar buscando en personas incorrectas o lugares

incorrectos. El perdón es un arma de sanación tan inmensa que cuando la usas, sientes que todo

ese amor es un nuevo regalo de Dios. Tú puedes seguir con la venda en los ojos, ser común y

corriente, viviendo como si lo único que haces es despertar en piloto automático hasta que

realmente tomes conciencia y cambies tu manera de pensar. Tal vez en este momento sientas que

pasar por el fuego es muy difícil, tal vez quieras seguir viviendo en el dolor porque estas

cómodo, pero la vida te va a llevar a tocar fondo hasta que ya no puedas cargar más ese dolor. El

miedo existe solamente si tú lo alimentas pero ten fe y confianza en que este fuego te va a

transformar, agarra valor enfréntalo y vas a ver que todas las puertas que ahora ves cerradas se

comenzaran a abrir.


Capítulo 5

Pisando Fuerte

Cuando empecé a sanarme a mí misma fue cuando pude lograr un cambio en mi familia.

Le pedí una segunda oportunidad a mi papá para ser su hija y demostrarle mi amor

incondicional. Logre que la relación entre mi hermano y yo cambiara solo con decirle que ya

había hecho las paces con mi papá. Y mi mamá, ahora sabe que ya no tiene que preocuparse

tanto por mí o por los errores cometidos en el pasado. Ella sabe que un día no muy lejano nos

volveremos a ver y podremos sentir ese amor incondicional que nada ni nadie puede cambiar.

Tomar la decisión de cambiar solo puede venir de ti, nadie más que tú puede caminar en tus

zapatos y cargar esa piedra que cada día se hace más grande por no reconocer que algo está mal.

Pisa fuerte en esta nueva vida y emprende un cambio eterno no solo para tu alma sino para las

almas de tus hijos, nietos y todas aquellas futuras generaciones. Así que te dejo con esta Oración

de fortaleza para que cuando te sientas solo, sola les pidas ayuda a tus ángeles y arcángeles…

Arcángel Miguel

Te entrego todas mis cargas para con tu espada de rayo azul puedas cortar todo pesar que siento

y no me deja ser realmente quien yo soy.

Arcángel Jofiel

Dame el entendimiento para reconocer todas mis emociones negativas y cambiar mi ser.

Enséñame a ser compasivo y paciente conmigo mismo.


Arcángel Chamuel

Transforma mi corazón de roca en un corazón sano y lleno de amor, para que todas las cicatrices

del pasado se disuelvan en tu rayo rosa y mi corazón se convierta en un corazón de diamante

listo para brillar día con día.

Arcángel Gabriel

Llena mi ser con tu luz blanca para pueda encontrar paz en mi ser y que de mi boca solo salgan

palabras de amor para todas las personas que me aman y que yo amo.

Arcángel Rafael

Sana mis emociones y mis pensamientos para que pueda sanar desde la divinidad de vive en mi

todos aquellos malos recuerdos y resentimientos que me limitan.

Arcángel Uriel

Protégeme con tu luz amarilla-rubí, tómame en tus manos y hazme sentirme segura en este

mundo para que pueda sentir mi propósito en esta tierra.

Arcángel Zadkiel

Transforma mi corazón para que pueda recibir todo el amor de los ángeles, arcángeles pero

sobretodo el amor de Dios.

AMEN


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