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Por Alejandra del Castillo aledelcastillo@m-x.com.mx Fotografías: Christian Palma

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Lázaro piensa que levantarse y andar por este mundo es un acto de

mucha valentía. Probablemente sea su imaginación lo que hace que salga a la

calle, camine un poco con su perro y sea capaz de cualquier cosa.

Por eso no es extraño encontrarlo con un mariachi, o como organizador de un

concierto de sirenas de patrullas; igual lo puedes ver como director de una

banda de 10 organilleros y hasta ofreciendo un “concierto visual” con

globos en un peligroso cruce vial.

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Optó por vestirse de un modo más có-modo, se dejó una melena larga y se con-centró en el mundo de la música.

Su estancia en la universidad no fue tiempo perdido: Mauricio se asumió como representante de Lázaro Valiente, le lleva las relaciones públicas, la prensa, la agenda. A veces lo que no quiere hacer Lázaro el músico, lo hace Mauricio el ad-ministrador.

Lázaro percusionistaDesde que tenía 11 años Mauricio Pastrana pensaba en sonidos. Era capaz de desglo-sar los ritmos de una batería en su cabeza. Tomó algunas clases de guitarra, piano y violín, pero lo que realmente le llamaba eran las percusiones.

Se metió en la banda del colegio para tocar: empezó con el elemental pum pum-pum pum del bombo y se siguió de largo.

Pronto apreciaba todos los objetos —no sólo los instrumentos musicales— en

función del sonido que pudieran pro-ducir. Por eso no discrimina y hace

uso de todo material, inclusive del piso o su propio cuerpo.

Su escuela del beat fue el bombo. Cuando ya lo tenía domi-

nado tuvo la tentación de jugar con los sonidos de tambores y platillos

al mismo tiempo.Un día llegó a casa y anun-

ció: “Necesito una bataca”.Mauricio todavía vivía en

Estados Unidos, donde es posible rentar instrumentos musicales, así que al-quilaron una batería y la pusieron en una bodega llena de herramientas.

El chico no tenía idea de cómo se to-caba una batería. Tomaba sus audífonos y ponía la radio, iba sintonizando las esta-ciones y pasaba por el rock, el pop o el jazz mientras le daba durísimo a los tambores. Así aprendió.

Al regresar a México le compraron su primera batería. Tomó clases durante un mes en la Academia de Música Veerkamp y al finalizar presentó una pieza para recital que denotaba las habilidades de un ejecu-tante que “fusionaba su yo animal con el instrumento”.

Aquella presentación le valió una beca de tres meses, en los que aprendió ritmos, semitonos y lectura de pentagrama para batería. Esta base le serviría más adelan-te para comenzar a dar clases de batería a niños e independizarse económicamente cuando tenía poco menos de 16 años.

Lázaro es un perro, un portero, un músico, un proyecto y muchos otros seres más. Lázaro es Mauricio Pastrana y para entender su historia, primero hay que hablar de su perro Lázaro.

Lázaro cuadrúpedoMauricio Pastrana no va a ningún lado sin su perro Láza-ro, un minúsculo yorkshire terrier. Como sabía que la re-lación que iniciaría con el animal sería trascendente, no le puso uno de esos motes cursis para mascotas. Luego de observar a su nuevo acompañante, Mauricio concluyó que se parecía a un hombre llamado Lázaro, y así le puso.

Lázaro y Mauricio se hicieron inseparables. Juntos se les ve llegar a restaurantes, reclusorios o tocadas; el pe-queño cuadrúpedo ya no se sorprende de los escenarios y los escándalos: se han vuelto parte de su cotidianidad.

Se cuenta que fue visto muy quitado de la pena ras-cándose a placer en el mismo tablado del Vive Latino con Calle 13, mientras su dueño jugaba con los instrumentos para generar una nueva mezcla de sonidos.

Mauricio administradorDe chavito, Mauricio descubrió una serie de ha-bilidades que, sin saberlo, lo llevarían a ser hoy Lázaro Valiente. Por ejemplo, podía convencer a la gente de comprar cualquier producto; por eso ha vendido quesos, galletas, ropa, alcohol y rosas, entra muchas otras cosas.

Su padre fue quien le enseñó a vender. Cuan-do Lázaro tenía 10 años, su padre renunció a la empresa en la que laboraba para pasar más tiem-po con su familia e iniciar su propio negocio. A veces compraba un tráiler lleno de artículos de segunda mano a un precio muy bajo y, junto con Mauricio, emprendía la misión de acomo-dar la mercancía en los famosos mercados de pulgas.

De ahí que Mauricio pueda comerciabilizar cual- quier objeto con una habilidad casi mágica.

Cuando su familia volvió de Estados Unidos a Méxi-co, estuvo en distintos colegios particulares y terminó en la preparatoria de la Universidad Panamericana. Llegó el momento de decidir carrera y no tenía claro qué estu-diar, pero recordó lo fácil que le resultaba la dinámica de compra-venta y eso lo animó a optar por la carrera de Ad-ministración de Empresas en la Universidad Iberoameri-cana.

Así, Mauricio se inició en el aprendizaje formal de los negocios, ya saben: cómo analizar las oportunidades y los mercados, visualizar contextos... esas cosas.

Su paso por la Ibero lo transformaría. Había llegado con un perfil “muy fresa”: bien vestido, el cabello corto y una pulcritud que en algunas ocasiones fue motivo de burla. En la Ibero descubrió que a sus compañeros “les vale madre la escuela y todos ya están con la vida resuel-ta, tienen muy poca conciencia, viven en círculos sociales muy utópicos, como en una burbuja. Se dedican a verse galanes y a fiestear, es mucha pose, y entonces me cayó el veinte de que mi rollo no iba por ahí”. | E

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En esa época Mauricio se unió a sus pri-meras agrupaciones musicales.

Fue invitado a formar parte de la banda de su hermano Adrián, El Dorado 70; luego, en el 2002, conformaron juntos la banda Hombre Bala.

En Hombre Bala trabajó como manager y baterista. La banda se desintegró justo en el momento en que Mauricio acababa de presentar su proyecto al músico, productor y compositor Mark Plati, reconocido por tocar con David Bowie.

Lázaro se levantóTras la disolución de Hombre Bala, Mauricio se dedicó a hacer música solo. Tomó su guitarra y grabó sus prime-ros tracks con el micrófono de su computadora. Abrió una dirección de MySpace y a la gente que pasaba por ahí le gustaban sus canciones.

Eligió un punto para estrenar su nuevo material: via-jó a Canadá para presentar su proyecto en el festival local Le Phoque de Montreal con una guitarra, un xilófono y un pandero.

Lázaro en marcha

Al regresar de Montreal decide incorporar diferen-tes “cositas” en sus presentaciones. El tiempo que cede al proceso creativo es largo y libre, lo com-bina con el acceso a la cannabis, explora, viaja y el resultado son composiciones intensas.

En un paseo a Valle de Bravo destina la ma-ñana a escribir una canción homónima que hace referencia a la ruptura con su novia Daniela.

En el camino de regreso al DF piensa en qué requeriría para tocar esa canción. “Necesitaría trompetas, violines, pensé. Empecé a buscar y dije: ¡mariachi!”, recuerda.

Fue a Garibaldi por el Mariachi Victoria 90, que era el más barato. Buscó una pared blanca en el barrio de San Ángel y con la ayuda de cuatro personas grabó su primer video.

“A mí me motiva mucho Valle de Bravo, se me ocurren ahí de esas ideas que son geniales en tanto son muy sen-cillas, muy realizables”, dice Lázaro emocionado cuando habla sobre la grabación del primer video que obtuvo bue-nos resultados en YouTube.

Continúa Mauricio: “Valle de Bravo es un parteaguas cabrón, además de que la gente empezó a decir ‘este cuate está loco’. Se preguntaban: ‘¿Es una pieza sonora? ¿Es una canción? ¿Es un happening? ¿Es una intervención públi-ca? ¿Qué es?’ ”.

Fue a partir de ese video que Mauricio se presentó como Lázaro Valiente y determinó los principios de com-posición que tendría su proyecto en el futuro inmediato.

La pieza se presentó en Nueva York arriba del Museo del Barrio. Después, en Manhattan y ciudades de Texas.

Valle de Bravo se tocó en vivo por primera vez en México gracias a Mauricio Marcin, curador del Museo de la Ciudad de México, recinto que fungió como sede de la pieza pionera del proyecto Lázaro Valiente.

Lázaro en La isla bonitaTras su ruptura con Daniela, Mauricio partió a Brasil a grabar su primer disco, el cual lleva dos años guardado y no ha salido

porque los compromisos de Lázaro se lo han impedido.

El disco, que pronto estará en circulación, llevará por nombre La isla bonita. Todos los ins-trumentos fueron grabados por Mauricio, que compuso temas en inglés y en español.

Lázaro y las sirenasUn día cayó en manos de Lázaro Va-

liente la convocatoria de Arte en Vía, que proponía una intervención pública de varios cruces viales conflictivos de las colonias Condesa y Roma del Distrito Fe-deral, donde gran número de personas son atropelladas y hay frecuentes colisiones de vehículos.

Entre las propuestas recibidas apa-reció la de Lázaro Valiente: Sugerencias aplicables para manejar el tráfico. “Yo quiero hacer una intervención pública con elementos de la ciudad en cada uno de los cruces”, explicaba.

Pensando en el tráfico y en el estrés que éste genera, el músico plantéo la acepta-ción del tráfico en primera instancia y lue-go la generación de un espacio personal, entre organilleros, patrullas, carritos de tamales, globos y demás. Posteriormen-te hizo composiciones para “que la gente sueñe y se imagine estos espacios”.

Con las sirenas de cuatro patrullas creó una melodía: entrecortó el casi insoporta-ble sonido continuo y generó silencios. Así inauguró el proyecto de Arte en Vía.

¿No te imaginas cómo se hace un concierto con patrullas o con globos? ¿Quisieras ver a Lázaro Valiente cantando con mariachi? Entra a www.m-x.com.mx ahí hallarás videos suyos

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Además presentó una intervención con 10 organilleros asignados en diferentes partes de un cruce: en la azotea de un edificio, en un balcón, en un estacionamiento. Todos ellos dirigidos por Lázaro Valiente.

En las siguientes intervenciones ofreció un concierto ruidoso de armónicas en un camellón, generó una “cua-drafonía musical” con cuatro carritos de tamales y armó una “orquesta visual” con globos en uno de los cruces.

Intervino también la radio desde dos estaciones del Instituto Mexicano de la Radio: Reactor 105.7 FM e Inter-ferencia 710 AM donde, en una llamada, enlazó a varias personas en distintas partes del mundo.

Arte en Vía propició que las acciones de Lázaro Va-liente rebasaran su proyecto musical. Ahora tiene una búsqueda conceptual y artística… aunque siempre care-ce de presupuesto. Pero esta limitación suele llevarlo a un esfuerzo mayor de creatividad.

Lázaro en el reclusorioEn últimas fechas Lázaro-Mauricio se ha presentado en el interior de los recluso-rios.

Sube al escenario y comparte algunas canciones con los internos. La dinámica se convierte en un festejo donde todos pueden participar.

A los internos se les ve tomando fo-tografías, dibujando o jugando con pa-labras. Algunos más aventurados se han subido al escenario, donde pueden ha-cer música con Lázaro, que dispone tres mesas con objetos para generar sonidos: claves, flautas, panderos, baquetas, ju-guetes, cajas musicales, maracas, embu-dos, mangueras, timbres, teteras, vasos con agua y hasta una secadora que vuela por encima de todos. Algunos internos se aventuran a cantar.

La fiesta siempre es de ellos.

Lázaro internacionalLázaro ha tenido la oportunidad de com-partir el escenario con bandas conocidas, como Calle 13.

En el festival musical de Coachella 2010 repartió aproximadamente 500 ju-guetes del Mercado de Sonora con los que invitó a los asistentes a ser una extensión de lo que sucedía en los escenarios.

El futuro de Lázaro Valiente

Actualmente Lázaro Valiente realiza un video para Furland. Pronto grabará una canción con Natalia Lafourcade, produ-cirá el disco de los Drama Queers y par-ticipará en la nueva producción de Calle 13. Seguramente podrás verlo en alguna anida haciendo una de sus intervenciones. Y sabrás que es Lázaro por su perro. ¶

Lázaro al cuadrado.

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