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REMA Hoja Parroquial Parroquia de la La Inmaculada y San Pedro Pascual de Jaén Domingo IV de Adviento Ciclo C 20 de diciembre de 2015 nº 14 La visita de María a Is- abel le permite al evangelista Lucas poner en contacto al Bautista y a Jesús antes incluso de haber nacido. La escena está cargada de una atmósfera muy especial. Las dos van a ser madres. Las dos han sido lla- madas a colaborar en el plan de Dios. No hay varones. Zacarías ha quedado mudo. José está sorprendentemente ausente. Las dos mujeres ocupan toda la escena. María que ha llegado aprisa desde Nazaret se convierte en la figura central. Todo gira en torno a ella y a su Hijo. Su im- agen brilla con unos rasgos más genuinos que muchos otros que le han sido añadi- dos posteriormente a partir de advoca- ciones y títulos más alejados del clima de los evangelios. María, «la madre de mi Señor». Así lo proclama Isabel a gritos y llena del Espíri- tu Santo. Es cierto: para los seguidores de Jesús, María es, antes que nada, la Madre de nuestro Señor. Este es el punto de par- tida de toda su grandeza. Los primeros cristianos nunca separan a María de Jesús. Son inseparables. «Bendecida por Dios entre todas las mujeres», ella nos ofrece a Jesús, «fruto bendito de su vientre». María, la creyente. Isabel la declara di- chosa porque «ha creído». María es grande no simplemente por su mater- nidad biológica, sino por haber acogido con fe la llamada de Dios a ser Madre del Salvador. Ha sabido escuchar a Dios; ha guardado su Palabra dentro de su corazón; la ha meditado; la ha puesto en práctica cumpliendo fielmente su voca- ción. María es Madre creyente. María, la evangelizadora. María ofrece a todos la salvación de Dios que ha acogi- do en su propio Hijo. Esa es su gran mi- sión y su servicio. Según el relato, María evangeliza no solo con sus gestos y pal- abras, sino porque allá a donde va lleva consigo la persona de Jesús y su Espíritu. Esto es lo esencial del acto evangelizador. María, portadora de alegría. El saludo de María contagia la alegría que brota de su Hijo Jesús. Ella ha sido la primera en escuchar la invitación de Dios: «Alégrate… el Señor está contigo». Ahora, desde una actitud de servicio y de ayuda a quienes la necesitan, María irra- dia la Buena Noticia de Jesús, el Cristo, al que siempre lleva consigo. Ella es para la Iglesia el mejor modelo de una evange- lización gozosa. Rasgos de María Misericordiae Vultus BULA DE CONVOCACIÓN DEL JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA S.S. PAPA FRANCISCO 18. Durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros de la Misericordia. Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autori- dad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca de su perdón. Serán misioneros de la miseri- cordia porque serán los artífices ante todos de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo. Se dejarán conducir en su misión por las palabras del Apóstol: « Dios sometió a todos a la desobediencia, para ten- er misericordia de todos » (Rm 11,32). Todos entonces, sin excluir a nadie, están llamados a percibir el llamamiento a la misericordia. Los misioneros vivan esta llamada con- scientes de poder fijar la mirada sobre Jesús, « sumo sacerdote misericordioso y digno de fe » (Hb 2,17). Pido a los hermanos Obispos que inviten y acojan estos Misioneros, para que sean ante todo predicadores convincentes de la miseri- cordia. Se organicen en las Diócesis “misiones para el pueblo” de modo que estos Mi- sioneros sean anunciadores de la alegría del perdón. Se les pida celebrar el sacramento de la Reconciliación para los fieles, para que el tiempo de gracia donado en el Año jubilar permita a tantos hijos alejados encontrar el camino de regreso hacia la casa paterna. Los Pastores, especialmente durante el tiempo fuerte de Cuaresma, sean solícitos en invitar a los fieles a acercarse « al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia » (Hb 4,16). Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual Carretera de Jabalcuz, 2 23002 - JAÉN 953 23 11 08 [email protected] www.facebook.com/inmaculadaysanpedropascual AGENDA PARROQUIAL: 21 LUNES 19 h: Misa 22 MARTES 19 h: Misa 23 MIÉRCOLES 19 h: Misa 24 JUEVES 24 h: Misa de Nochebuena 25 VIERNES Navidad 9’30 h: Misa 12 h: Misa 19 h: Misa 26 SÁBADO (Esteban, protomartir) 19 h: Misa 27 DOMINGO Sagrada Familia 9’30 h: Misa 12 h: Misa 19 h: Misa ¡Qué alegría saber que vienes! Me ha dado un vuelco el corazón. ¡Qué alegría cuando he sabido que la madre de Jesús, mi Señor, se ha puesto en camino y viene a visitar mi vida y la de todos sus hijos! Y me he dicho: dejaré la casa como está ahora mismo, un poco desordenada y sucia, un poco triste y un poco sola de estar tantos años cerrada. ¡Nada de mentiras y disimulos! Le esperaré con la puerta abierta de par en par, y le diré, cuando llegue: ¡Qué alegría, Madre! ¡Cómo es posible que la madre de Jesús, mi Señor, venga hasta mi casa! Y ya no podré articular más palabras, solo habrá alegría, mucha alegría y lágrimas. ORACIÓN DE NOCHEBUENA La siguiente oración, es una oración se puede rezar el día 24 de Diciembre en la cena de Navidad... "Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor. Vamos a encender un cirio en medio de la mesa para que ese cirio nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo Jesucristo. Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo. Señor, te damos gracias. Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos. Señor, te damos gracias. Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios. Señor, te damos gracias. Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás, Señor, te damos gracias. Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir, Señor, te damos gracias. Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti. Señor, te damos gracias. Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús. María, te damos gracias. Gracias San José, por cuidar de Jesús y María. San José, te damos gracias. Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon. Niño Dios, tú que llegaste al mundo para salvar, te pido años de paz. Niño Dios, tú que naciste en un pesebre, te pido que no haya más miserias en el mundo. Niño Dios, tu que naciste de una madre virgen, te pido pureza en este mundo. Niño Dios, tu que eres salvador, sálvanos de los desastres que nos provoca la naturaleza. Niño Dios, tú que nos diste la vida para vivirla, que la vivamos de acuerdo a tu gloriosa vida. ¡Amén!."

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Hoja Parroquial de la Inmaculada y San pedro Pascual de Jaén

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R E M AHoja ParroquialParroquia de la La Inmaculada y San Pedro Pascual de Jaén

Domingo IV de AdvientoCiclo C 20 de diciembre de 2015 nº 14

La visita de María a Is-abel le permite al evangelista Lucas poner en

contacto al Bautista y a Jesús antes incluso de haber nacido. La escena está cargada de una atmósfera muy especial. Las dos van a ser madres. Las dos han sido lla-madas a colaborar en el plan de Dios. No hay varones. Zacarías ha quedado mudo. José está sorprendentemente ausente. Las dos mujeres ocupan toda la escena.

María que ha llegado aprisa desde Nazaret se convierte en la figura central. Todo gira en torno a ella y a su Hijo. Su im-agen brilla con unos rasgos más genuinos que muchos otros que le han sido añadi-dos posteriormente a partir de advoca-ciones y títulos más alejados del clima de los evangelios.

María, «la madre de mi Señor». Así lo proclama Isabel a gritos y llena del Espíri-tu Santo. Es cierto: para los seguidores de Jesús, María es, antes que nada, la Madre de nuestro Señor. Este es el punto de par-tida de toda su grandeza. Los primeros cristianos nunca separan a María de Jesús. Son inseparables. «Bendecida por Dios entre todas las mujeres», ella nos ofrece a Jesús, «fruto bendito de su vientre».

María, la creyente. Isabel la declara di-chosa porque «ha creído». María es

grande no simplemente por su mater-nidad biológica, sino por haber acogido con fe la llamada de Dios a ser Madre del Salvador. Ha sabido escuchar a Dios; ha guardado su Palabra dentro de su corazón; la ha meditado; la ha puesto en práctica cumpliendo fielmente su voca-ción. María es Madre creyente.

María, la evangelizadora. María ofrece a todos la salvación de Dios que ha acogi-do en su propio Hijo. Esa es su gran mi-sión y su servicio. Según el relato, María evangeliza no solo con sus gestos y pal-abras, sino porque allá a donde va lleva consigo la persona de Jesús y su Espíritu. Esto es lo esencial del acto evangelizador.

María, portadora de alegría. El saludo de María contagia la alegría que brota de su Hijo Jesús. Ella ha sido la primera en e s c u c h a r l a i n v i t a c i ó n d e Dios: «Alégrate… el Señor está contigo». Ahora, desde una actitud de servicio y de ayuda a quienes la necesitan, María irra-dia la Buena Noticia de Jesús, el Cristo, al que siempre lleva consigo. Ella es para la Iglesia el mejor modelo de una evange-lización gozosa.

Rasgos de María

Misericordiae VultusBULA DE CONVOCACIÓN

DEL JUBILEO EXTRAORDINARIODE LA MISERICORDIAS.S. PAPA FRANCISCO

18. Durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros de la Misericordia. Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autori-dad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca de su perdón. Serán misioneros de la miseri-cordia porque serán los artífices ante todos de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo. Se dejarán conducir en su misión por las palabras del Apóstol: « Dios sometió a todos a la desobediencia, para ten-er misericordia de todos » (Rm 11,32). Todos entonces, sin excluir a nadie, están llamados a percibir el llamamiento a la misericordia. Los misioneros vivan esta llamada con-scientes de poder fijar la mirada sobre Jesús, « sumo sacerdote misericordioso y digno de fe » (Hb 2,17).

Pido a los hermanos Obispos que inviten y acojan estos Misioneros, para que sean ante todo predicadores convincentes de la miseri-cordia. Se organicen en las Diócesis “misiones para el pueblo” de modo que estos Mi-sioneros sean anunciadores de la alegría del perdón. Se les pida celebrar el sacramento de la Reconciliación para los fieles, para que el tiempo de gracia donado en el Año jubilar permita a tantos hijos alejados encontrar el camino de regreso hacia la casa paterna. Los Pastores, especialmente durante el tiempo fuerte de Cuaresma, sean solícitos en invitar a los fieles a acercarse « al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia » (Hb 4,16).

Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual

Carretera de Jabalcuz, 223002 - JAÉN

953 23 11 08

[email protected]

www.facebook.com/inmaculadaysanpedropascual

AGENDA PARROQUIAL: 21 LUNES

• 19 h: Misa22 MARTES

• 19 h: Misa23 MIÉRCOLES

• 19 h: Misa24 JUEVES

• 24 h: Misa de Nochebuena25 VIERNES Navidad

• 9’30 h: Misa• 12 h: Misa• 19 h: Misa

26 SÁBADO (Esteban, protomartir)• 19 h: Misa

27 DOMINGO Sagrada Familia• 9’30 h: Misa• 12 h: Misa• 19 h: Misa

¡Qué alegría saber que vienes! Me ha dado un vuelco el corazón.

¡Qué alegría cuando he sabidoque la madre de Jesús, mi Señor, se ha puesto en camino y viene a visitar mi

vida y la de todos sus hijos!Y me he dicho: dejaré la casa como está

ahora mismo, un poco desordenada y sucia, un poco triste y un poco sola de

estar tantos años cerrada.¡Nada de mentiras y disimulos!

Le esperaré con la puerta abierta de par en par, y le diré, cuando llegue:

¡Qué alegría, Madre!¡Cómo es posible que la madre de Jesús,

mi Señor, venga hasta mi casa!Y ya no podré articular más palabras,

solo habrá alegría, mucha alegríay lágrimas.

ORACIÓN DE NOCHEBUENALa siguiente oración, es una oración se puede rezar el día 24 de Diciembre en la cena de Navidad...

"Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor.

Vamos a encender un cirio en medio de la mesa para que ese cirio nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo

Jesucristo. Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.

Señor, te damos gracias.Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.

Señor, te damos gracias.Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.

Señor, te damos gracias.Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos

amar a los demás,Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,

Señor, te damos gracias.Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los

demás te lo hacemos a Ti.Señor, te damos gracias.

Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.María, te damos gracias.

Gracias San José, por cuidar de Jesús y María.San José, te damos gracias.

Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos

alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon.

Niño Dios, tú que llegaste al mundo para salvar, te pido años de paz. Niño Dios, tú que naciste en un pesebre, te pido que no

haya más miserias en el mundo.Niño Dios, tu que naciste de una madre virgen,

te pido pureza en este mundo.Niño Dios, tu que eres salvador, sálvanos de los desastres que nos

provoca la naturaleza.Niño Dios, tú que nos diste la vida para vivirla, que la vivamos de

acuerdo a tu gloriosa vida.¡Amén!."

PRIMERA LECTURALectura de la profecía de Miqueas 5, 1-4a

Esto dice el Señor:«Y tú, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel; sus orígenes son de antaño, de tiempos inmemoriales. Por eso, los entregará hasta que dé a luz la que debe dar a luz, el resto de sus her-manos volverá junto con los hijos de Is-rael. Se mantendrá firme, pastoreará con la fuerza del Señor, con el dominio del nombre del Señor, su Dios; se instalarán, ya que el Señor se hará grande hasta el confin de la tierra. El mismo será la paz.»

Palabra de Dios.

Salmo responsorial.- Salmo 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19R/. ¡Oh Dios!, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

V/. Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines, resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.

V/. Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hi-ciste vigorosa. R/.

V/. Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste. No nos ale-jaremos de ti: danos vida, para que invo-quemos tu nombre. R/.

SEGUNDA LECTURALectura de la carta a los Hebreos 10, 5-10

Hermanos:Al entrar Cristo en el mundo dice: «Tú no

Palabra de Dios para el Domingo

EL EVANGELIO EN CASAAmbientaciónMuchos cristianos nunca se han acercado a los textos evangélicos y, si algu- na vez lo hicieron, rápidamente los abandonaron por aburrimiento y por no comprender su lenguaje. Nadie los ayudó a iniciarse en la lectura y en el diálogo con los evangelios.Nos preguntamos¿Cuál ha sido o está siendo tu experiencia al acercarte a los evangelios? ¿Qué vives como positivo y qué vives como dificultad?Proclamamos la Palabra: Lucas 1,39-45.Leámoslo despacio, sin prisa, dejando que la palabra se pose en nuestra alma.Nos dejamos iluminarEn los evangelios hay vida y esa vida nos habla. Cada vez que nos acercamos a los textos escritos y les prestamos atención nos encontramos con una no- vedad, con una buena noticia. Fijémonos en el relato de hoy: en María, en Isabel, en la acción de Dios, en las palabras que comparten... ¿Qué se te ha quedado más grabado? ¿Qué descubres de Dios, de María, de Jesús...?Seguimos a Jesucristo hoy¿Puedo dedicar algún momento del día o de la semana para asomarme al Evangelio? Desde lo descubierto hoy, ¿puedo concretar una actitud con la que he de acercarme?

“Confía y sirve” quieres sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holo-caustos ni victimas expiatorias. Entonces yo dije: "He aquí que vengo pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí- para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad."»Primero dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos, ni víctimas expi-atorias», -que se ofrecen según la ley-. De-spués añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad.» Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios.

EVANGELIOLectura del santo Evangelio se-gún San Lucas 1, 39-45

En aquellos mismos días, María se levan-tó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:-«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Bienaventurada la que ha creído!, porque lo que le ha di-cho el Señor se cumplirá.»

Palabra del Señor.

1)Tómate en serio esta oferta jubilar del Papa. Muestra el rostro más afa-ble de tu persona y, con ello, estarás mostrando tu fe.

2)En tu Diócesis hay una “Puerta Santa”. Y, sobre todo, no olvides que –esa Puerta Santa- tiene dos objetivos: hacia dentro (Dios te aguarda) y hacia fuera (el

mundo te espera y te necesita).3)Un corazón que se da necesita rearmarse. Que la Palabra de Dios te ilumine. No olvides parábo-

las como el “Buen Pastor”, “Buen Samaritano” o “El hijo pródigo”. San Lucas, además, te puede ayudar durante este tiempo.

4)Aprende, memoriza y practica las obras corporales de la Misericordia: Dar de comer al ham-briento. Dar de beber al sediento. Vestir al desnudo. Visitar a los presos. Dar albergue al que no lo tiene. Visitar a los enfermos. Enterrar a los muertos.

5) Conoce, asimila y lleva a cabo las obras espirituales de la Misericordia: Enseñar al que no sabe. Dar buen consejo al que lo necesita. Corregir al que se equivoca. Perdonar al que nos ofende. Consolar al triste. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo. Rezar a Dios por los vivos y los difuntos.

6) Vive la Navidad naciendo y renaciendo allá donde veas una situación que puedas mejorar. Que seas estrella que ofrezca luz, manos que derramen generosidad y ángel que pregone Buena Noticia. Adora a Dios hecho carne en Belén.

7) No es lo mismo comer en un plato limpio que en un plato sucio. Y, la Misericordia, es mejor, más sana y más equilibrada cuando –por dentro- se está a bien con uno mismo y con Dios: ¡Confiésate y a menudo!

8) Da gracias a Dios por las “gracias” de este Año de la Misericordia. Especialmente porque, ahora en Navidad, Dios pone las cartas sobre la mesa. Nos muestra lo que tiene: amor sin límites en Belén.

9) Atrévete a ser diferente. No respondas a la ofensa con el odio sino con el perdón. Dios, a pesar del mundo y de los poderosos, eligió el camino del silencio y de la humildad para ser grande. No fue comprendido pero, por muchos, hoy sigue siendo querido.

10) Arrímate a la Virgen María para que, como Ella, seas una fuente incesante de alegría, de sencillez, de paz, de fe y de esperanza. Recuerda que, Ella, es Madre de Misericordia, de todos aquellos que salen con su corazón al encuentro y solución de las miserias de los demás.

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Decálogo para la Navidad de la Misericordia

Festejemos la llegada del Niño Jesús, que trae paz y misericordia a todos los hogaresFELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO DE LA MISERICORDIA