cocina

Comida para cougars#

Esas sofisticadas mujeres lideradas por la Demi de los últimos cinco años, que parecen sacadas de La muerte os sienta tan bien, tienen una figura que mantener, pero con cierta edad ya no tiene una ganas de privarse de lo bueno, ni bajo las sábanas ni sobre el mantel. He aquí una muestra de lo que come una cougar entre reuniones de trabajo, visitas al cirujano, sesiones de compras con las hijas y salidas nocturnas de caza con amigas. H T: Virginia de la cruz (lovecook.wordpress.com) / F: Luciana Gonzales-Daly

cHampaGnE brEakFasT

Como dice George Clooney… What else? Con su Methuselah Cristal de unos 50.000 euros la botella, fruta exótica importada esa misma noche y cortada en formas caprichosas y una selección proteínica de salmón ahumado y caviar sobre tostas de sésamo para empezar el día con alegría… todo ello servido en la cama por el maromo de turno, claro.

LuncH

La dieta de la sopa de berro es lo más ahora mismo, y una cougar que se precie tiene que sacrificar algo para poder tener la cinturita de Taylor Swift con la edad de su madre. Consiste en tomar toda la sopa de berro necesaria para llenarse, ya que con tanta agua y tanta fibra es poco probable que quede hueco para ese cupcake que ronda las fantasías de la pobre cougar.

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Al salir de la oficina, la cougar para a repostar y acompaña el gin tonic de hendricks, con su depurador pepino, con un capricho indulgente: chips de remolacha, que tiene antioxidantes a cubos pero cuenta con el sabor dulce y la textura crujiente que demanda el capricho cougar.Hendrick’s G&T: 60 ml de ginebra Hendrick’s, ocho rodajitas finas de pepino y cubitos de hielo de agua mineral con un toque de lima.

cEna LiGHT

Ensalada ligera, con su rúcula, su hoja de roble, su tomatito cherry y la promesa de no volver a comer nada hasta mañana o incluso pasado...

aTraco a Las 3... DE La mañana y a La nEVEra

Con tanto berro y tanta rúcula, la pobre cougar, que no tiene el metabolismo de Kate Moss (ni sus “hábitos”, que quitan mucho el hambre por lo visto), vuelve a casa de juerga y se adentra en la cocina para saciar eso que lleva todo el día evitando: su hambre canina. Y cuando el hambre aprieta, no hay nada tan rápido y tan satisfactorio como un par de huevos fritos... y un buen pastel de chocolate de postre...