Departamento de historiaRebeldes y Excluidos

Paula GaleanoAlexei Prada

2013-II

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“Ahora la juventud indígena debe despertar y buscar su cami-no. Seguir la lucha y no caer en la oscuridad.”

Quintín Lame

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Manuel Quintín Lame

Quintín Lame siempre se consideró y presentó a sí mismo como una figura destinada a hacer justicia en beneficio de los indígenas del país.

Fuente: Gente Muy Rebelde 2 de Renán Vega

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Manuel Quintín Lame o Juan Quintín Lame, como aparece en su partida de bautismo del 12 de diciembre de 1880, de la pa-rroquia de San Miguel Arcángel de Puracé, es el primer rebelde

que se expone en la presente publicación, es muy posible que como primera edición, quepa la duda de ¿Por qué Quintín? Para responder, traemos las palabras del mismo personaje “solo los indios somos los verdaderos dueños de esta tierra de Colombia” palabras quizás un poco extremistas pero no del todo incorrectas o faltas de veracidad. Fueron los indígenas quienes pobla-ron primero estas tierras que hoy llamamos Colombia, fueron ellos quienes se encontraron con la invasión hispana y tuvieron que presenciar el cambio de sus organizaciones a sociedades con aspectos culturales muy diferentes a las indígenas. Ante los cambios que empezó a presentar el territorio, los indígenas fueron quizás los más afectados, e igualmente, fue a ellos a quie-nes más les costó adaptarse a la situación. Así entonces, creemos pertinente empezar esta serie de publicaciones sobre gente rebelde y excluida a través de la historia colombiana con un personaje descendiente de los orígenes antropológicos de esta tierra.

Describir a Lame sin mencionar su lucha es casi imposible, sin embargo, en el siguiente pasaje del relato sobre la vida de Quintín, publicado por el CRIC, es posible ver los inicios de este personaje sin llegar a términos me-ramente biográficos:

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“Quintín, Páez de pura cepa, terrajero e hijo de terrajero, nació y creció en Polindará, donde sus compañeros se decían conservadores como su pa-trón. Al estallar la guerra de los mil días fue llevado al ejército, donde sirvió de ordenanza al general Carlos Albán. Tuvo entonces oportunidad de viajar hasta Panamá y de conocer otros pueblos y otras tierras. Tal vez por eso al regresar le dolió tanto ver cómo eran explotados los terrajeros de las hacien-das y la manera como los terratenientes invadían los resguardos. A partir de allí ya no pudo someterse a la explotación del terrazgo. Se volvió entonces un ‘indio rebelde’” (Núñez, 2008).

Lo anterior es una visión grosso modo de los orígenes o del porqué de la iniciativa lamista, sin embargo es pertinente terminar el perfil de Quintín con datos como los siguientes: Manuel Quintín Lame Chantre, nace en 1880 cerca de Popayán y muere en 1967 en la región del Tolima colombiano. Lame no era un indígena de resguardo, no hablaba en “lengua”, sino español, era católico por la influencia conservadora a temprana edad, y por lo mis-mo militó durante algún tiempo bajo dicho partido. La característica más importante y destacable de este líder indígena era su “ilustración” pues las habilidades de saber leer y estar apegado a las leyes, lo hacían un personaje atípico al indígena de la época. Por otra parte, se pude mencionar el cuadro familiar de Quintín, para hacer alusión a la situación que vivía el indígena de finales del siglo XIX y principios del XX. Su hermana Licenia, quien era

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muda, fue violada y su hermano Feliciano fue mutilado, durante el conflicto de la guerra de los mil días (Ángel).

Ahora bien, el punto determinante para la decisión de Quintín a lu-char, fue la situación vivida por el indígena resguardado. Ya en el siglo XX, la sociedad cambiaba y la creación del Estado Nación era ya un hecho, esto implicaba la nacionalización de los indígenas lo cual significaba tres cosas básicamente: 1) la perdida de territorios ante el Estado y los terratenientes de la época. 2) la esclavitud y malas condiciones de trabajo 3) el pago de impuestos (Terraje) por laborar la tierra que antes era de propiedad indígena (Vega, 2002).

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Lucha y repersión

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“En 1910 se autoproclamó como defensor de los Indígenas. La opresión y explotación a que eran sometidos los indígenas por parte de los hacendados, realidad vivida en carne propia

por Quintín Lame, lo llevó a adquirir conciencia sobre la necesidad de em-prender un proyecto que implicaba luchar por defender los resguardos y por recuperar las tierras perdidas (…)” (Vega, 2002, P. 39) Lame poseía otras características muy peculiares, concernientes a su lucha. Primero por su in-fluencia católica, Quintín se veía de cierta manera como un mesías y por esto se proclama como defensor. Segundo, gracias a que “Siendo muy joven se interesó por el derecho y el estudio de las leyes, las que aprendió leyendo Códigos y manuales para tinterillos, suministrados por el abogado Francisco de Paula Pérez” (p. 39) se convirtió en un especialista en leyes, convirtiéndo-las en el eje de acción de sus luchas.

La premisa bajo las luchas dadas por Lame era que los derechos de los indígenas eran incuestionables, algo cierto, sin lugar a dudas. Sus primeros modos de lucha fueron pacíficos, absteniéndose de cultivar la tierra pues esto significaba el pago del terraje, su principal enemigo. Con el pasar del tiem-po, Quintín fue tornándose más activo, desarrollando campañas, basadas en mingas con la finalidad de educar y abrir la visión de sus hermanos indígenas ante las injusticias de los hacendados y desde esa iniciativa dar a conocer la necesidad de recuperar las tierras que eran por derecho suyas, así como

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defender los resguardos. Así fue ganando aceptación hasta convertirse en el representante indígena de la región.

Lame en su lucha, hizo sus mingas por territorios como el Tolima, el Cauca e incluso se dio a conocer en la capital, de manera que los terrazgueros o terrajeros empezaban a manifestarse y a no pagar su tributo lo significaba un cambio abrupto en el esquema de vida de los terratenientes. Esto era un evento fuera de lo común pues “por primera vez en Colombia un indígena ponía en cuestión, directa y públicamente, el poder de los terratenientes (…)” (Vega, 2002, p. 41).

El arma legislativa de Quintín era la Ley 89 de 1890, la cual aboga por la conservación y reorganización de los cabildos indígenas en caso de incluir poblados nativos a “la vida civilizada”. Mediante esta norma, Quintín pa-saba peticiones en las que inicialmente buscaba que los patrones redujeran el tiempo de terraje para reunir ciertos ahorros y adquirir tierra propia; sin embargo, sus solicitudes fueron siempre rechazadas, lo que ocasionó su mo-vilización a la capital para hacerse escuchar por las principales autoridades.

Su llegada a la capital no fue nada parecida a lo que esperaba, en este via-je, las élites dominantes empiezan con los mecanismos de represión contra el indígena Lame. La imagen popular del indígena aterrorizaba a la población pudiente de la Colombia del siglo XX por “su capacidad de impugnación y movilización contra un orden económico y social (…)” (Núñez, 2008, p. 97).

Quintín Lame y otros Indígenas presos en la cárcel de san Isidro, Cauca. Fuente: Gente Muy Rebelde 2 de Renán Vega

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Una de las principales formas de represión contra Quintín, el perso-naje, fue su encarcelamiento. Un encarcelamiento que más allá de confinar un cuerpo en solitario, buscaba alejar una mente del pueblo influenciable. Dentro de las cárceles, se le despojaba de su cabellera, símbolo de fuerza y poder, pues en las creencias populares a Quintín se le identificaba como el Sansón indígena. Así, cortándole el pelo, se le daba una apariencia “limpia” y al mismo tiempo se ponían a salvaguarda de su “mítica” fuerza. Periódi-camente, Quintín era encarcelado en épocas decembrinas durante los años 1917 y 1921.

Cuando Quintín no estaba encarcelado, se encontraba desterrado, exi-liado, segunda forma principal de reprimenda hacia el indígena. Esto para “cerrarle los espacios, no permitir que desarrollara ningún aspecto de su vida y presionarlo a no establecerse en un solo lugar” (Núñez, 2008, p. 100). Los hacendados y autoridades estaban avisados de la existencia del personaje y la manera a actuar ante su presencia. Este hecho llevó únicamente a que las actividades del líder se centraran en la región del departamento del Tolima.

También se ha de mencionar que la represión no fue únicamente contra Quintín, todo lo contrario, se castigaba a todos los seguidores del personaje en cuestión, encarcelándolos y excluyéndolos, para generar una asociación negativa al nombre de Manuel Quintín Lame.

El Pensamiento de Quintín Lame

Antonio García y Manuel Quintín Lame, c. 1943.Fuente: Banco de Imágenes, Museo del Oro

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El pensamiento de Quintín Lame está regido por un contexto, en un principio, conservador y católico, es meramente liberador y de-fensor de un pueblo oprimido, los indígenas. Es un pensamiento

bastante adelantado a su época y todavía, de una manera o de otra, actual. » Como indígena paéz, atribuye toda su sabiduría y conocimientos a la

naturaleza, “… ese jardín que me ha mostrado la naturaleza humana hasta hoy, me ordena que no debo temer decir la verdad a ninguno de los hombres por más blanco que sea… “ Quintín Lame.

» Su pensamiento resulta sumamente actual, se caracteriza por denunciar la injusticia, que sigue presente hoy en día, en cuanto a la posesión de las tierras y al elitismo de la educación.

» Quintín propone una reforma agraria, que las tierras indígenas sean devueltas y que los indígenas sean –realmente- los dueños de estas, pide que todos tengan acceso a la educación y, políticamente, aclama por un representante indígena en cada instancia del gobierno.

» Lame sabe que el poder está en las masas, las moviliza y reúne para obtener resultados que los favorecerían directamente y acabarían con la injusticia.

» Sus creencias católicas influyen mucho en su pensamiento, se ve así mis-mo como a un mesías salvador del pueblo y esto repercute directamente en cómo lo ven los demás a él, como el redentor.

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» Sabe que el poder está en la pluma, escribe para movilizar y concientizar a sus hermanos, para transmitir una realidad a quienes la viven.

» Busca siempre la justicia, pide una proporción racional entre el salario y el trabajo y lucha contra la ignorancia y el analfabetismo.

» Quintín estaba en contra del bipartidismo, proponía alejarse completa-mente del liberalismo y del partido conservador para empezar de ceros con partidos nuevos con ideas nuevas.

» Critica la acumulación de capital y de bienes materiales sobre ser al-guien con valores como la solidaridad con el hermano y la naturaleza.

El legado de Quintín

Quintin Lame, una vida dedicada a la lucha por la recuperación de tierras y la reconstitución de los resguardos Indígenas.

Fuente: Gente Muy Rebelde 2 de Renán Vega

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Quintín es, sin duda, un punto de referencia obligatorio para todo aquel que busque a un pensador y revolucionario indígena colom-biano. A continuación se muestran hechos que ocurrieron inspira-

dos en su pensamiento y características de su personalidad que lo definieron como revolucionario y nos quedan a todos como ejemplo.

» La utilización de medios escritos para llegar a sus compañeros y que él mismo fuera personalmente incitando a sus hermanos, son medios no solo novedosos, para la época, sino también, convincentes a la hora de mostrar resultados en cuanto a movilización de masas.

» Sus denuncias son directas y retadoras, no se cohíbe en el momento de enfrentar y denunciar a sus opresores.

» Quintín es un ser curioso, lo demostró desde el principio de su vida cuando pidió a su padre que lo llevara a estudiar y, aunque la respues-ta de su padre fuera negativa pues no era un deber indígena, hizo lo contrario al estudiar las leyes para tener bases sólidas que respaldaran legalmente su lucha.

» También es un ser inconforme, siempre busca más y no se queda con una idea en la cabeza, actúa para llevarla a cabo. Este es el legado más importante que nos deja este rebelde, es insuficiente denunciar la incon-formidad, hay que actuar para que se haga justicia.

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» Los indígenas ven en Quintín un héroe, lo usan como símbolo de re-sistencia e inspiración en su lucha por ser reconocidos. Las quintiniadas fueron memorables por constituirse en las primeras rebeliones organi-zadas por los indígenas en pos de sus propios intereses, inspiradas por el pensamiento de Lame.

» Su lucha es señalada como fuente de inspiración y principal causa del despertar de las comunidades en la defensa de sus tierras. Desde media-dos de la década de 1910, incluso antes de la emergencia de las luchas agrarias, se inicia la persistente lucha de Quintin Lame contra el poder terrateniente en el muy conservador Departamento del Cauca, enca-minada a que los indígenas no pagaran terraje y preservaran sus tierras.

» Su libro “Los pensamientos del indio que se educó dentro de las selvas colombianas” es fuente de enseñanzas que recogen su pensamiento y re-sulta de gran valor para los indígenas, pues revive su tradición y plantea una recuperación de la memoria indígena.

Queremos cerrar con esto, la primera edición de la revista Rebeldes y Excluidos, haciendo una invitación a los lectores a indagar un poco más so-bre el primer personaje presentado, Manuel Quintín Lame, es una invitación a hacer memoria, aquí se presenta solo una muestra, un extracto del que se considera el principal dirigente y primer pensador indígena colombiano del

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siglo XX. Lame es una inspiración no solo para la comunidad indígena co-lombiana, sino para todos los ciudadanos pues los temas que trataba Quin-tín, hoy en día, nos competen a todos, y como ya fue mencionado, siguen en su mayoría, inconclusos, por ejemplo el tema de la repartición de tierras y de la educación igualitaria y pública. Muchos colombianos conocen y malin-terpretan su nombre por la guerrilla creada hacia 1984 llamada Movimiento Armado Quintín Lame, este es también un intento de limpiar su nombre e intentar traerlo a la conciencia de las nuevas generaciones.

Bibliografía

Cibergrafía

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Raúl Eduardo MahechaRebeldes

y excluidos