realidad escÉnica y recepciÓn del teatro religioso en el siglo xviii 98684.… · realidad...

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,, - " 1 REALIDAD ESCÉNICA Y RECEPCIÓN DEL TEATRO RELIGIOSO EN EL SIGLO XVIII Por EMILIO PALACIOS FERNÁNDEZ 1. El drama religioso llega al siglo XVIII después de haber recorrido un largo camino en el que alcanzó momentos de gran esplendor. Nacido en la Edad Media como espectáculo paralitúrgico con la intención de alimentar la fe del cristiano, se había acogido después al ambiente profano de los coliseos. En ellos aceptó, contra natura, vicios y licencias propios de un teatro popular dispuesto siempre a la diver- sión y al solaz. Los investigadores sobre esta fórmula teatral en el Siglo de Oro nos han mos- trado cómo la comedia de santos se convirtió en uno de los géneros más cultivados de la dramaturgia barroca, compitiendo incluso con la divertida comedia de capa y espada. No encontramos dramaturgo importante que no haya llevado a las tablas alguna pieza de este tipo 1 Lope de Vega nos legó el repertorio más interesante y completo, según recuerda el estudio de la profesora El isa Aragone 2 El drama sacro había alcanzado ya en el siglo XVII una importante desacrali- zación. Comedias de santos y autos sacramentales habían perdido su primitivo am- biente eclesial, salvo casos excepcionales de celebraciones en colegios religiosos o pi adosas fiestas patronales, para encerrarse en los corrales. Resultaron víctimas de un grave proceso de profanación para acomodarlo a los gustos del público del Seiscientos. Las viejas concesiones festivas de las obras sacras de Juan del Encina y Lucas Fernández, en las que se recogían tradiciones religiosas ligadas al folklo- re, son generosamente sobrepasadas. Los motivos amorosos, la cómica presencia del gracioso, lo s artificios de tramoyas y apariciones son habituales en las·comc- 1 Consúllese el amplio trabajo de Eliane ROl l X, D11 /11g11s <i fa scé1w E1hiq11c ,,, es1hé1iq1w / ,11 Dra111a111rgi e de la Comédie de dam f 'Espag11e d11 Si ec le d 'Or( / 5li0- ló35 ). Nicc. 1974. 'o ls. Y también el muestrario que prese nta Nicohís GONZÁ l.l ' Z. Pie:as m <u's lras del /carro 11·11 /ág in1 n pa - 1iol, Madrid. Editorial Cató li ca. 1968. 2 vols. <B .A.C .. 17 y 18). Una visión m{i s ge neral sohrc c'te te- ma en Carlos Alherto VEGA, H ag i ografía Li1era11m1. Madrid. El Crotalón . 1987. 2 Eli sa ARAGONE TERNI. S111di o _ ,: ,,11; C11111edias di' Sa11111s di' 1.. ope di' Vega. Firenze. C. E. <l'Anna. 1 97 1. 1169

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REALIDAD ESCÉNICA Y RECEPCIÓN DEL TEATRO RELIGIOSO EN EL SIGLO XVIII

Por EM ILIO PALACIOS FERNÁNDEZ

1. El drama religioso llega al siglo XVIII después de haber recorrido un largo camino en el que alcanzó momentos de gran esplendor. Nacido en la Edad Media como espectáculo paralitúrgico con la intención de alimentar la fe del cristiano, se había acogido después al ambiente profano de los coliseos. En ellos aceptó, contra natura, vicios y licencias propios de un teatro popular dispuesto siempre a la diver­sión y al solaz.

Los investigadores sobre esta fórmula teatral en el Siglo de Oro nos han mos­trado cómo la comedia de santos se convirtió en uno de los géneros más cultivados de la dramaturgia barroca, compitiendo incluso con la divertida comedia de capa y espada. No encontramos dramaturgo importante que no haya llevado a las tablas alguna pieza de este tipo 1• Lope de Vega nos legó el repertorio más interesante y completo, según recuerda el estudio de la profesora El isa Aragone 2•

El drama sacro había alcanzado ya en el siglo XVII una importante desacrali­zación. Comedias de santos y autos sacramentales habían perdido su primitivo am­biente eclesial, salvo casos excepcionales de celebraciones en colegios religiosos o piadosas fiestas patronales, para encerrarse en los corrales. Resultaron víctimas de un grave proceso de profanación para acomodarlo a los gustos del público del Seiscientos. Las viejas concesiones festivas de las obras sacras de Juan del Encina y Lucas Fernández, en las que se recogían tradiciones religiosas ligadas al folklo­re, son generosamente sobrepasadas. Los motivos amorosos, la cómica presencia del gracioso, los artificios de tramoyas y apariciones son habituales en las ·comc-

1 Consúllese el amplio trabajo de Eliane ROl lX, D11 /11g11s <i fa scé1w E1hiq11c ,, , es1hé1iq1w /,11

Dra111a111rgie de la Comédie de Sai111.~ dam f 'Espag11e d11 Siecle d 'Or( / 5li0- ló35 ). Nicc. 1974. ~ 'ols. Y también el muestrario que presenta Nicohís GONZÁ l.l ' Z. Pie:as m<u'slras del /carro 11·11 /ágin1 n pa -

1iol, Madrid. Editoria l Católi ca. 1968. 2 vo ls. <B .A.C .. 17 y 18). Una visión m{is general sohrc c'te te­ma en Carlos Alherto VEGA, H ag iografía 1· Li1era11m1. Madrid. El Crotalón . 1987.

2 Elisa ARAGONE TERN I. S111dio _,:,,11; C11111edias di' Sa11111s di' 1..ope di' Vega. Firenze. C. E. <l'Anna. 197 1.

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di as de santos de Lope de Ve a 3 . , ·

de su Escuela. Calderón mue~tra' ~ t~mb1en en las obras ~e los demás dramaturgos No es extraño pues q 1 na m~yor finura espintual 4_ •

· ' · • ue e teatro rel · ves descalificaciones s U b . . ig1oso soportara ya en el Siglo de O , 1 · n reve lraba•o d J · ro gra-como a mezcla de devoción div . Y e a~1er Aparicio Maydeu nos recuerd ~r~vo~aron entre los clérigo/un d~~~~~~~~ ha~;a en medio de graves licencias, qu:

laªc~:st~~n~uevos testimonios, para que qu;~e ~~~~~~~a~:~~=~~i~ ~~~::r~~~s~~ En 1678 el eclesiástico Miouel Fil . ,

los autos sacramentales en laº. . guera dejo patente su oposición a re re realizaba. Estas obras, afirma s .. ~~es 1~~- P?r el escaso espíritu religioso c:n ;~~tar lo que llevo dicho, de ser de ~ I u se ~ stm~uen de las otras Comedias, mas ue se guna cosa seglar, y algunas ve:es°~~~-tona sagrada, y las Comedias tratar~e :,~

~!~ss~:t~:~~:r~s,f~e~au~~~~~ :e~~~os ~~~ ~~~~ª~!o~~~~~a~~ d~~~~c~~~º;c~º~:~~ ~~~~5~~~~~51~~ d~ I?~acejo, que to~o ~~~~~s::·,~:~~arye.~is~~.~c;aSs, Y ~ayles, y otras

. pm1on, no deben tener cab .d . ' . . . emeJantes bufona-contar c?n, el _concurso de las cómicas c i . a en la iglesia_, especialmente si han de ~º· Por ident1co motivo rechazaba los' a~-{~ sola presencia profana el lugar sagra­s~~·d~\usi habitual e~ estas funci~ne~ ;e~t;~~~l~s de mús ic~s, entremeses y bai­h ~ ones, y graciosos, que con dichos . componense todos los entreme-acen reir al auditorio" . , meneos, di sfraces y cosas se .

y . . · ' · · · meJantes por s1 estas palabras pudieran . , .

~u~~emos _l a ponderada voz de Guti~~~~~~n~s e~c,rupulo~ de clérigo moralista es-unez, quien en 1686 se ex resaba " e ?S ios y Cordoba. Conde de Fe;ná

El hombre práctico· p . en parec idos términos en su ilust d n · · · ra o ensayo

1 ' · ldem. pp. 153- 19 1 4 .

Javier APARICIO MA YDEU " A . s .. · . · · n o1ac1one~ , 0 (' Id -u t~tura (Lle1da) . 6-7. 199 1. pp. 5 l - 'i6 . o re a e ron y l;11nochi hagiogr;ífil"1 de . , . ..

· Puede hallarse ah d· . · · . _ ' , ' su 1empo , l 1. un .inte 111fornncion e · I . : 1 tograf¡lía de las co11tro1 ·er.ria.1· sohre Ir; licit11r;1 le I co11nc1do libro de Emilio t"OTAR.H o Y MOR! H'

susoc icho e~ tud i o de E re• le•mro e•n !:~1¡,01/u (M · d .· 1 1 · · · t-6 Javier l\ Pl\ RICIO . ARA~-ONE TER NI. ed. cit.. pp. 23-29. ,¡ 1 ll. 904 J. Véase lamhién

MI\ YDEt 1 «luilla ¡. . sanlos como c íl' . · r '' licrra con e l cic lo · 1 . . . . XV!!. Hi.f!oria on 11 c1~ entre emoción y de1·oci1ín··. en AA ~.V ,.111·cl-ccpc1on crílica de la comedia de

· e /1 l111a 1· teotr I E · .. · 1<·a1ro • · - I ¡-Sierra Manínez A · ·d "e•n ª -"f1wlo ele· C11rlo.1 11 ed 1 · J

11 '"!"111

" ª 11w.1· del siglo 7 M· 1 .. ll1'1e1 ;1111 . Arl a nl a -Rodopi 1989 11 . . le . 111.: rla Calvo. H. den Boer y F

an ue de F11 .rn 1i:R 1 s·· . 1. . · · · flfl . .1:~3 - 332 · · · l 19 · ' · · / .lea tcl/o her · · / · S .d. 781. p. 2 -e 1 o.1· (JU/os .rocra11w11 / • .

. la'" e·n las tglesi11.1· . . ~ . l. 1Madrid 1.

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-"Y passando a la consideracion de las representaciones de Santos, y

misterios de la Fé, que se mantienen en son de piadosas, consideramos qué cosa mas contraria a serlo, que ver hechos escarnio, y mofa sobre el teatro los abitos de las Religiones, donde debemos creer reside la mayor perfec­cion de la nuestra: no abiendo nunca Santa, que no tenga compañero hipo­crita, borracho, luxurioso, o todo junto: y las mas escandalosas mugeres de la Republica en abito, y representacion, no solo de los Santos, que venera­mos en el Cielo, sino del mismo Dios que adoramos: siendo tan horrible como cierto, que sin desnudarse dellos, se suelen executar los pecados mas contrarios a la Religion. Fuera de que debiendo ser venerables todas lasco­sas, que miran a ella, parece grave impiedad ponerlas sobre el teatro, sitio principalmente destinado al diuertimiento, y que en las enseñarn;as auste­ras de nuestra creencia no caben los ornatos fabulosos de la Poesía." 8

Estas referencias prueban que la perversión del teatro religioso existía, a todos los niveles, en la dramaturgia barroca, y también que para entonces se habían es­grimido ya las razones más importantes para descalificarlo. Su supervivencia en el Setecientos le iba a exigir el añadido de nuevos elementos profanos para acomo­darlo a los gustos del público, alcanzando así su definitiva desacralización. Estas desviaciones motivarían críticas más airadas y su definitiva prohibición por las au­toridades ilustradas 9.

2. La correcta interpretación del teatro religioso del siglo XVIII exige conocer esta tradición barroca en la que se inserta de manera natural. Con todo, no deben olvidarse algunas novedades que nacen de las peculiares circunstancias en que se desarrolla durante esta centuria tanto en sus aspectos literarios como sociológicos.

Frente al aparente laicismo de nuestros hombres ilustrados o a la laxitud moral de ciertos grupos sociales, la mayor parte del pueblo llano se mantuvo firme en sus creencias religiosas tradicionales. Esto justifica, desde el punto de vista social . el interés genérico y difuso por estas fórmulas teatrales, aunque sea conveniente en­riquecer este hecho con justificaciones de otra índole. Alentada por predicadores tridentinos, la gente vivía una espiritualidad marcada por los excesos de la piedad y la milagrería. Evitando la religiosidad sincera y profunda que proclama la nueva filosofía, el clero conservador sigue potenciando las devociones, el interés por los

8 Flranciscol de los RlfOSI Y CIÓROORAI. El hombre practico o Disn1r.ws 1·arios .mhre .rn co110-ci111iento, .v e11.1·<'1ia11 ~a.1". Brusse las. Of. de Felipe Foppen. 1686. pp. l 03-104.

9 Véase mi artícu lo "Las comed ias de santos en el siglo XVIII: críticas a un género trad icional '"

en AA . VV .. IB comedia de nwgia y de santos (.l"ig los XVI-XIX). Madrid. Júcar. 1992. pp. 245-2ó0.

En este lihro. aparecido después de e nviar este trabajo a la imprenta. se recogen varios artículos que

<.:nm pletan In que en el presente es tudio se dice.

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milagros, las peregrinaciones la ·1 .. · . , . • • • L L . • lC1ac1oncs

Piadosas io . • PL rt1c1pac1on acti va en col·r·1d1'·1s y ase . .

Las estadísticas sobre la producción de l"b . . 1 . . nos descubren que más de un 1"' º' d 1 . . ' ios l urdntc el remado de Fernando VI

· 1 · ·' H ' e os 1 mpresos s h d especia sermones, devocio1nricls y .d ... 1 . . . on o ras e carácter relioioso en · . ' . v1 asccsantosll E ·t· t 1 · '= • ocasiones en crecimiento du1··111tc 1 - - . 1 . . . . s ,¡ cnl cnc1a se mantuvo c11

· , · ' os 1 e1 nal os post 1 ' • percus1on social de libros como el A;lo CI .· .. . . cnorcs -. Recuérdese además la rc-relatos hagiográficos llegm·on a un . r 111.1'.w110 del abate 1 rancés P. Croisset. cuyos

Nos encontramos puc . "111P 'º.numero de fieles devotos 1.i_ · . · · s, ante una socicd· 1 · to.ª la milagrería fácil como a hs SL . - . _.'1l excesivamente crédula. abierta tan-

gndad religiosa hoy nadie duda' ;-1 ·. 'p.crst~c 1oncs ancestrales. Fcijoo, de cuya intc­la mentalidad religiosa del vu 1 ºº e~'~" . '?-~~ rellex 1 vamcntc los errores comunes de torno~ las apariciones , los an~n~io~' l;~7 fi~~~ ~recnc1as clesmedid<_1s .e infundadas en el abuso de las peregrinaciones. Convirtió :' ~11u1~d~. los pro?1g1os supuestos, y l_?s ~1lagros verdaderos confirma h conci en ~x10111a. el pnnc1p10 de que si la fe en f mgrdos era motivo de irris1·c'J11 pa . '1 . . r· ~'1,c1a cnst1ana. el excesivo crédito a los · rL1 os 111 1e es " I ' . quamo se dice de milagros en la lole~i· . . . . Y iacen creer al Pueblo rudo, que sabia voz aconseJ· a que e11 ·t "" . a Cdthol 1ca es embuste y f alsed·1d" " C · , · ' es os temas sccv·t . · ' · . on rncrcdulo como el de la lioereZ'I del ~ · , ~en Unto el extremo de la impiedad del repasar la " literatura religi'os ·1:.'cl ·t· L'. go cmas.1ado propenso a la credulid·1d Al ~ . ' es dCd llUC hs v 1 1 1 ' . ' . ll as le os santos estL1r1 llenas las

111 Sohre s · · . e. le asun10 existe una a111plia hihlio" .... traha1os <le Luis M Ai.DONADO R' /' , · "I '°1.i l1a . Recuerdo a 111odo de in ventario h" .· . 1 . nn i I I I , ' 1 .~10.111 ll<l p11¡11i/11r ""'' I . I I as1co. os

. s <e rnt11 ici.rn1fl ¡w¡111/11r (Madrid 1979) · ,. . : . ~ '. g w ' e " n11ígim (Madrid. 1975) y Gé-res f }(}/Jlllllire.1· 1'11'1111111'1'.I' .\'{/) '1111/<' I' . ·, .. . . y 111.JS o pcc1l1ca1nc111 c lm <le Joc l SA l lGN IFl lX e I " Foi 1 J ·• · 111 .. i¡w ~ll <' d11 M 11re11 \ ¡ ' · ' ·

11 111

· e , u1111crcs au XVII le siecle .. en/\/\. V .· . . ' ge.l/11.r .11111ihn tParis . CNRS. 198? (1 yon Pre ·· · U · · · V .. I 111 e1l111111er · f /'/' _) Y ,

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• . sscs n1 vers11aires. 198.'i. pp. 9-2) ) · ' ·11 11

11.1· os¡)({g 11e d11 X VII/e sit\·I<'

Vid. Inmaculada l lRZA I () l ' I J , . . . .. L . 1 . • . . L\ 11\ M l·NL Nl>l'Z Al . -.• 1 prm ucc1on de J ihro' de J 7..J 'i ·1 1 7 ~ c. C . ·¡ .· .. v,11 0 Rl l lZ IJI -. l. /\ Pl ·Ñi\. )' Ju ·111 FFl'N \. Nl l .. · ¡ ¡ · - • -1 l onln 1ucH)n • . ' / J·Z

<'¡>orn <e :ern1111d11 VI. Ovicdo C"t ·d .: . L' . . a una encue,la hihlin!! rál'ica .. en AA VV / ... 12 T 1 . ,1 e i ,1 re qoo. l 9X 1 l'P , 1 S( , . . .. .<1

a cosa se deduce de h re .· · · 1 · · · - -. ' · / · . . . _ ' ' l\ lllll t c la 111a!!11a nhn ¡ . F .. . · tl llllf<ll l'.\ l'.l'fl(lllllf l'.ldt' /1·i o/11)(\ ' fff [\• · J ' I - ~ 't e 1.1ncl\c-.1 •\ (; 1rll .ARl'I Ñ \I ¡¡ ·¡¡ · / "

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.'1 _c~t '~ . < ia. Madrid. l 777- 17XO. 12 vob . La ' ll« .".. ~'lcr '"o la Vrda del San lo n1rrcspondic11-dc ¡.:~~1n_c1 ,e<1 de hla . ampliado e l \<tnlonl con nu .1,~u c~llHlc ' y adaplac1one' \llll de Jo,é de lh:í1i C1 v

Eulogio dc la VIRc;i:N IJEI C' 1\l{~ ll · ~ . 1·· . e ·" rgL1ra ' cx1r:1ída' del inarlirolo<>io . lad1'1blc · JI · · · •1 11111:1 que no 'e pu · J • d 1 "' · 111 ;9(SdL lCS1lln Lkl 111onjc hene<li clinoal crcdo cal<í li . ·· 1 .. lcLc . . UL .•1rde " la profunda. ' inccra e in -

. '·. pp. 47-!D l. rn . .i cs¡m1111alidad de l p reir«> ·· ¡• 15 B J . . . . · . o . 1•n11u.

. . . H ·.l.100. 111<'11(/'(/ c' l'ilic'O 1111i1 ·, . I M· . (Discurso 6 .. M.I· '

1·111

· .i<lnd . Imp. i\ nl · p . 1 .1gro' ' UJlU C\ lO\ .. ). '"11º cru dcl Soto. 17(

1.S. lll. p. 11 7

1172

más de las veces de "narraciones fabulosas" . Advierte sobre ellas algo que puede

aplicarse con motivos más fundados a las comedias de santos:

"No es incoveniente pensar que algunas veces intluycn en los que es­criben las Vidas de los Hcroes del Cielo las pasiones mismas, de que sue­len moverse los que publican las gloriosas acciones de los ilustres del si­glo: ya un amor desordenado. producido por parcialidad nacional, ú otro algun parentesco: yá el interés de hacer historia mas bien leída, poniendo echo á la curiosidad en lo prodigioso de la narracion: yá el deseo de sacar brillante el escrito con la retlexion de las falsas luces. que se añaden al ob-

jcto.'· 1<>

Los estudiosos modernos de la mentalidad religiosa del hombre diecioches­co manejan criterios parecidos a los que nos presenta el P. Feijoo. Joel Saug­nicux constata que la supuesta descristianización del siglo XVIII fue más cua­litativa que cuantitativa, ya que la mayoría de la gente persiste en ideas religiosas ancestrales 17 . La religión sigue invadiendo el espacio de la supersti­ción. y a la inversa. Ambas realidades espirituales se implican e influyen mutuamente. de la misma manera que pueden acabar confundiéndose en la recepción los prodigios de las comedias de magia con los milagros de las de san­tos. Al final sólo quedan los portentos (sacros o paganos) y sus tramoyas I K.

El mundo de los pliegos de cordel refleja una sensibilidad similar a la del tea­tro. Entre la variada panoplia de temas que esta antigua fórmula literaria había lle­vado al público en boca ele los ciegos y nuevos juglares. el religioso parece ser el más frecuentado. Los estudios sobre los romances vulgares confirman la presencia en ellos de los motivos que inquietaban al vulgo en materia religiosa: elementos mágicos. intervenciones de Dios o del demonio. vírgenes y santos protectores de sus fieles devotos, milagros. renegados. apariciones . crucles'castigos de pecados. Muestran "una religión de temor. de infierno y demonio· ·

1'>. donde parecen impo-

111 Ídem. p. 120. 17

Adviene: "Pero la supervivencia. o aparici <'111. de creencias pnpulan:s más o menos supcrs1icin-

sas. d esprovista ~ de iodo fundamento 1e11llígico serio. demuestra por nlra parte que huhn cnnH1 una 1 uelta al cri,1i a ni ~mo folkl ori1ado de finall' ' de la Edad Media .. ( .. llustraci.'111 catúlica y rcligin,idad popular: el nrl!o mariano en la E'paña dcl sigln XVlff -_ en i\A .VY .. La 1'pol't1 de Femt1111ffl \ ' l . cd .

cit. . p. 280). IX E'la rclaciún ha sid1> , uhrayada por el pnik, nr Ermanno C1\l !ll -.R,\ . t .. lk la cn111cdia de 'anl•" barroca a la c11111cdia de magia dieciochesca .. . en A/\ .VY .. Cnl"'¡11io /1111 ·mac i111111/ s11/1rt' el rcarm ,., _

¡1ai/o l dl'i .1ig /o .'(\1/11. i\hann Termc . Pio \' an hl. . llJXX. pp. <)9- 111 ).

1" Sir\'c para c' tc ' il!lo In que afirmaba del anterior María Crut c;.\IH 'L\ lll · l·:-.l·1TRRi ·\. en , u Jil n1

\ol'ir·dotl r ¡11•n r'u tlr· ""u /el 1·11 , •/ l ia rron>. Madrid . Tauru '. llJ7 .1. p. 186.

. 117>

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nerse más los inst_intos prim?rios del homhrc y las rucrn1s ele la natural eza que e l verdadero scnt11rnento csrmtual. Joaquín Marco anali1.a en un conocido estudio uno de los rasgos en el que estos romances se asemejan m<Ís a nuestro teatro sacro: la mezcla de ele1~1entos rcl igiosns y prora nos 2n Recuerda adcm<Ís. coincidiendo en esto con el e~ud1to Caro Baroja. la concordancia de ternas. personajes y títulos en uno y otro genero 2 1. ·

, Si el análisis ele la mentalidad religiosa del puchlo no hasta rara explicar el fe­non~eno _del d~ama sac~o. tamroco la 1 itcratura rcl igiosa se puede definir al margen d_e la soc1ol_ogia. Ncce_s 1ta1i;os aunar la perspectiva antropológica con la 1 itera ria pa­ra conseguir un estudio mas completo del fenómeno dramático.

, . 3. El teatro religioso vive en el s ig lo XVIII el último episodio de un ciclo fruc­tdcro que va.ª concluir con la prohibición ele 1765. Siguiendo la tradic ió n barroca la dran~aturgia sacra se_ concreta en una serie ele suhgéneros que recuerdan a su ve; los_ v1e1os tenrns de la literatura religiosa tradicional. Las comedias ele santos csce­n1 f1caban las vidas ele mártires y santos. cuya ascendencia habría que retrotraer en nuestra lengua romance a los relatos hagiográficos del clérigo de Berceo. Los an­t1 gu<l~ 1111ra ~·u/a medievales_ s_iguen presentes en las comedias piadosas en las que los l1cl<_:s cnst1anos _son auxiliados en momentos de dificultad por los santos ele su cl ~voc_1on o por la Virgen. madre y protectora . Otras ohras recuerdan historias de la l,t.lcs1<1, de ordenes rcl1 g1osas o leyendas pías. Los dramas bíblicos buscan su arou­mcnto en algunos de los succs~s más destacados de las Sagradas Escrituras, sobre todo de los Evangelios. Tamb1cn la comed ia histórica y la tragedia sirvieron de aco-1 .~odo formal para algunos episodios ele la Hihlia. Los autos s~1cramcntalcs estaban sm embargo. en plena dccadcn_cia. aunque se representaron hasta su prohibició 1~ dentro ~e las_celcbrac1 oncs festivo-religiosas del Corpus Christi.

. La d1vcr~1dad de l argumento marca,la diferencia entre unos subgéneros y otros. La estructu1 ,1 111t? rna . los recursos cscen1cos y aún c iertos rasgos de estilo depen­den en gran.medida de la va riedad de las fübulas que se relatan~ Con todo. el públi­co }ncn~s s_,1?10 que asiste a los corrales. e incluso algunos autores cultos e n sus roc t1 cas. esta acostumbrado a reconocer sólo tres rórmuhs b·ís1·c·1s ··co u' n · , 1 '. l- . , • (. . , ,"I e se Cltl

211 MAR('O, .lo;iquín : l.it<"rcit11 n1 1101111lt1r <'11 C111<11ill <'11 1111 1i~l111 X\lfff "XIX M· 1 ·· 1 T· · 1977. 1. PP·

21..i .

2.u . . . . ,1( 111. .1u1u'.

21 Juli n_<AIH> llA IHll 1. f :'11 1orn 10111-,. lo lirl'mt1m1 cil' nmld. M:1drid. Rc v. de Occidente J C)( l) 1? 1 )' " V • t 1 • I . . ' . p. - . . la'c a111 >1cn e rec1t•11t e e11'ª) u de 1kriberto111 lll'- \ ¡:1 · . I .· ¡ · 1 X\' fff 1 . . /(//11(/1/( (' ( <' ( ll ' ~ll .I ( 11/Wltl' "' 11 -

g 11. .·. ew y,:r~. Ll~vll. llJX7. i:n u11a l''t:1dí\lica t•k111rntal re:tlitada q1bre Jo, ;latm que prop;>r-l 1011.1 un.1 .1 11tul11!!1 a de pl1e!!c" 1 ha11 L· 1,c11 \CI · 11 ·11{ l'l \I \ I /' . . I · drid CSI . ' ; .. ·. • . ' . . .. ,1111111111 c·1111"11111 <1r del .11gl11 X\lfff . Ma-

.. e. 1 )7_) leoi .lllL'' 1 CdllO, Ita l'' tabkc1d11 e l 'i!!u iente orden de pr .. J·1L··11í11· S·111 A t . 1 P·1 1 · S· J ' S· . . .· . . . .. . . . • ' · · · • · n 011111 1 e ' ( u.1. · ,1n º'L. • .111t.1 1.111;1 l ·.g1pual'<1 ( Rel 1.!!11"1dad l'"J'll l:1r (¡..¡ , 1· ,_,1 11 XV 111 · s 1 1 · ' . an .lo"' rn lm plie-gus 'e con el ... 1:"1tl/(li111 .fo1l'fi11"' . X XX . 11" ~·J. l 'J7r1 . pp. 7 .~ - 1 10 ). • .

1174

en los cartelones que anunciaban las obras en los col iscos: la comedia de santos. el

auto sac ramental y el drama bíblico. El auto sacramental fue el género menos creativo a lo largo del siglo. Llegado

a su esplendor en el Barroco de la mano de Calderón de la Barca 22

• ~u frió. desde entonces una sucesiva degradación que afectó tanto a sus elementos htcranos co­mo a las circunstancias de la representación . El último dramaturgo de quien _tene­mos constancia de que escribiera autos fue Antonio de Zamora, poeta q.ue v1~c la transición del Barroco al Setecientos 2'. Durante la nueva cent una se contmuara ut1 -

lizanclo casi en exclusiva el repertorio calderoniano. . La celebración del Corpus se mantenía en toda España, salvo exccpcmnes. pe-

ro muy de lejos ele su antigua brillantez. Las vistosas procesiones de antaño se ha­bían contagiado de vicios profanos que las hacían cada vez n;c1~os soportables pa­ra \os espíritus religiosos. Pero, sobre tocio , el alto coste econom1co del montaje del espectáculo sagrado le hicieron entrar en unacrisis .irreversible tanto en Madnd co­mo en la mayor parte de las capitales de provincia, mclu1clas aquellas que contaban

con una más rica tradición . El Corregidor Annona nos proporciona algunas infonnaciones sobre su perviv~n-

cia en la corte 24. Los festejos se representaban en los consabidos carros en vanos lugares de la ciudad. Una disposición de Femando VI de 1747 quiso trasladare\ espec­táculo a la plaza del Palacio del Buen Retiro. cosa que no se llevó a afccto

25 Durante

22 Sohre la evolución del auto sacramental véanse los estudios c lásicos de Jaime M1\RISC1\l. DE

fi/\NTE. Los a11

tos sacrame11tales desde SI/ origen '1t1slll 11wdiwl11s ele/ sig lo XVfl I (Madrid. Renaci­miento. 1911). y de Bruce W. W/\RDROPPER. l11trru l11ccicí11 al tl'atro cle'I Sigl11 de• Oro (Salamanca. Anaya. 1967 ). Y más específicamente el ensayo de Alcxandcr A. PARKl'R. Le1s t111te1s sc1nw1w 11t1ile.1

ele Calclercí11 de la Barca. B:m:elona. Ariel. 19l(\. 2.1 Vid. José María DÍEI. noR()l ll'. "Lo' autos del 9X ... en AA.VV .. U teatro <'Sf'//liol afines ele/

siglo XVf/ ... , e<l. cit.. 11. pp. 4:15 -449. 2~ José Antonio de /\RMON/\ Y MI IRGA. Memorias 1-r11110/rígic<1s .rnhre el tl'lltro <'11 Lspi/lia ( 1785 J. prólogo. ed ición y notas <le Emi lio Palacios FcrnCindct .. Joa4uín Álvarc7 Barricnto' Y Ma1ía del Car­men SCinchet García. Vi1oria. Dipu1ación. 1988. pp. t 87 - 189. Véanse algunos dalo~ sohrc c' Iª' l'll'· tumbrcs en fecha' an1eriores en J.E. VAR l:Y. "La puesta en escena <le los au1os sacra111en1alc' en Ma­drid en los si¡:los XV I y XVII" (en C11s111111 ·isic í11 y <'.fft11111gm(í<1: U tl'<1tro <'Sf'tlliCll en c·I Sig l" de Oro.

Madrid. Castalia. 1987. pp. 339-350). Sohrc el dc,arrnllo de los festejlls. en tre religioso' y paganos. que 'e l'elcbraban con moti\'o del

CC1rf'lll Christi pueden recordarse los trabajos de F. C. V~RY. Tlw S1)(/11ish < ·"rf'11.1

Chri.1ti l'ron'.1-siC111 : ¡\ / .itenin· une/ ¡:e1lkle1ric · St11cl1· (Valcnl'ia. J 962l y de J. l·.Sl'lt'OS. l ,11 /i1 '.1ta cid CC1r1JJ1.1 Chri,ti

<'11 Moclritl (Madrid. Avuntamicnto. l lJ85 ). 2' "Que co1110 lo' ~arrn'. en que se hadan. tenían e l volumen v pe'º de I"' teatro' portCitik'. no

podían entrar por la ' puerta' de la Plata del Retiro. y pnr e'ta rat<Ín 'e había dado di,tint11 modo de crn1,truirlc". pero que no ad111itía aquella bre\'e y pronta mudanta de un ,¡¡ju a ntrn. e impedía ab"

1-

lut;n11e11te e l repre,entar ad"' o 111:i' Con,ei<" en un mi,nH> día. L·,111111 ;1nte' '<'hacía . Que la mt't,ica

117)

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al 0 ún tiempo parece que h lie .1, .. . . , ci~ncs al aire libre con ol1~as e~ f~:c1 ~ r,¡'~11~nl~}. al1.cr110 con 1'011una_varia las rcprcscnla­nización y sobre tod 1 . .· . co r:--cos . Lis numerosas drl rcultadcs en la orna-

' · o. os crcc rcnlcs problcnns ccon · · . . ... L . "" auto sacramental en los corr-ilcs s· . ' · omrcos dcdoaron por recluir al exacta en que se lomó tal de;cr . ' .' '.n.q_uc ~O! el '.nomcnlo podamos precisar la lecha Tapia. e! Ayunlamicnlo madril~~~,:~·~~~: .º~'.1v1ac'.1 17(~3 .. s:gún recuerda Romea y que se v1slan los Autos con d . y dbd .. " lc~s -~0111 1 cos con diez md reales para

. . · ccoro y 111agn1l 1cenc1a ~1. Los dalos que conocemos sobre ccl h . . .

co aportan referencias dem<.;s.iado hal <~;~·~.•oncs ~n c~t'.·~s lugares d.c_I país .. tampo­Granada a las autoridades de M d 'd º 1 n,1s. Una cc11 la que dmg10 el obispo de presentaciones lealrales ~n la ciu~ .. ~~ en ,7_5 l, ~.oli~1lando la prohibición de las rc­parecidos. Tras recordar las raz . ~en e~pec1<1I la de los autos. refleja problemas nos la celebración ele la l'iest ·1 d~~c¿ h~1b1tu,licls en lalcs ?cas1ones, pasa a describir-

. ' º'1111·' en a pohlac1on andaluza:

"Ya la ciud ·1d ·1 I· · . . . . . de ella con cst~ ~ d .m1sm<1 cc1sa de Comedias (¡Es cosa indigna!). sa len diant<;s y en . po:)drccsl,~1·sGl· ~gCan1e,s.dlarasca. diahlillos. comediantes y come-

• • • " u 1 U( a y con eslc · 1 d cslación. por donde ha de . . . . . . . , . . . o1 (en, o csorclcn . pasean la de la Catedral y . . d11 l I~ proc cs1on . cnlran por una puerta principal cislol s· 1 . . P'.~' Ulld e oro se mlroduccn en él y dan buclla al F1-

. ' . a en poi 011 d , suben al Crucero y vi ' ne r <

lo a la Sacrislía: donde reciben -;ill, .. . , e nasa JI' por UJ_1a puerlajun­ban a la Ph1·1 ( "1 · " . . 1 . etc1 os_ en s1 llas a las comediantas. las lle-

' " si 10 P11 nc 1pa de la eslacrlÍn) · l . . .. para cantar cuando el Sciior fJ 'I . . 1 . 1 ·.su )Cn pu1 csc,lic1 a un labiado

':--.i" gunc1 et1a. Esla es toda la solemnidad

de ;1quc llo, lie111p11' no era difícil de ll L' \"11·, . ·11 11 . • • L.: t: L' ()\ 111 "'l' ll \' 1h ·111111 ·' .

arpa . gu11arra v 1·iol <Í l1 . , ie l1do ¡., JIHÍ . .. . . ' ' "' 111 , 1n1111e11111., que lo' bajo, ,k 1 . . . ' \IL d p1 e,e11IL' flllll lr;1h·i¡ t1v 1 11· 11"1 .. 1 1 . . :1' co1111 c;1' e111111 11Ji , 1110 día . Que l1 eL-e, i1·11 1 I· . - " ' ' ' L.1 11 ;1r a y rq1L'l1rla l;1111a, VL'l'C '

. 1 • 1 ' " .1 <lft¡U l'\ la de· l11ll l' htl\ in 1. J1f'L'C f\O\ , o had;111 pre'e fllL' ·ti c i1 ·1 l 1 •¡ . . 1 ' '11111e1110,, que e 1111111l'e ' eran I· . . . . ' • ' 1 " ·' ~ '" ' 0 111 1! J;1vor dl' S M . •1 I' . . . .1 icp1 c .. e nt ;1c10 11 a lo' C'o 11 ,e jt1' v ·1 M· d " 1 . 1 l'I . . .. con L l ll l,1111L' ll de que ' e' h1 l' ie'e

I· .. d ·' .lfllc11 ;1 ;1111elalklaV ilh · i ··"· I ª' c.1' n' e Ayu111a111i e111 0 ' e ¡1 ·11"1th111. l . . "L t11u 1111cm " ;1 lo ' h;tlL·onL'\lk d • • • en L. \ pnr \ ll orden 'l'º LÍll / · . · · ·

tan o e l de C 1'till ;i e l día ' i!! uie' l11L' al tll . : . . . . . · ~ .i p1 ;1l' t1 c;1 antig ua . e, ¡0 L' '· empe-.. I· r . • fL \e lcpíc\c lll .l\e L' I 'L"' Llfld t1 ·111 . SS l\1M

L it d '- nn,e,1 0 e l re irc,co iiue 'l' huh · . , ¡ . . . . "' • 1 0 .! · · · .. y que Cll\le'a'e 1 ( ' . ll'\L l l ILl1 L' f. l'l lfll( I ª" '. h· I " ., 1 .

t L' ;1, 111ia L' I ;11l u de 1 (17 1" ( 1 ¡\ I • , . L '1 " " 1c' 11e lo por S.M .. a L'l lfl \ Ult;1 del F . . - ... t l: ,\l{ \10'\ .\ . A 11·11111 n t1\ <T1111of,jr.:iu1\ , 1 . · ;' le ,1110 ac; 1h;1r011 repre'L' Jll ;Índt h e' en .1, . 1. I · I · · ... . u. Lll .. p. IX X). -" Ta le ' hedH " p;1reL·c 11 dctlu l' ir'L' de 1~ 1 i1.11l i• :;.: 1~ - ~,. : : .• ~,' ~'1 :: del ,\ ~ 11111 ;11111e1110.

1;0111. ) .1 .1'.. \ ·\RI\ . l'l1 '/ ('( // /'(/\\ ' . , . ,, . . LllflleJll ;tl l/ll L' llt ... Jlf'lll' ll n1n . D. \ 1111< T . 'o11u1101 "" , orlnrl: / fi'J9 17111 ¡. .

.llllC\J \ H tlo~ '- l'JX(1. pp. 3::>- 1.J \ .j () . .j 1. !;1111hi e' 11 • .. · . ". . . 1111rl1111 1· d t1f't11J11 ' 1t / r>1. l .1 111Llo11 . IO 'Lkl lJX''. p . .j .j() \ "· . e I .! ll le lll t1 Ll l.1 dt1 de• .J . l\'J. llll/ l!()l<l) l '1. " l .tl\ ;111 -

27 .luan Chri,¡, ;, a l l<fl\ ll l)l.'L't11·,,, IV . 11. 1:' 1. \ \ ·¡ \ l'l \ . 1.1 ,.,,.,.,,,,, ,¡,, ti1 11 /11 . l;1drid . ( )1 '. 1 i\I 1 1\1 _ lL' I a1HJL' a rtin . 17(1,1_

1176

que esta gente da a esta fiesta . Qué obsequio es éste para Cristo Sacramcn­lado, véalo Vuestra Magcstad ." 2x

Nada se dice de la representación del auto sacramental. que se realizaba en la plaza de la ciudad . Pero no es extraño el enfado del clérigo ya que. como se •Jbscr­va, se prestaba más atención a las actrices que a las autoridades ec lcsiástic;•-; "· tal vez. más que al Santísimo. Pero le preocupaba también al obispo e l asun to cc:onó­rnico. Según tradición, e l coli seo debía aportar 2.000 ducados de sus propias ren­tas para el festejo, pero el promedio de ingresos de las últimas temporadas no ll e­gaba. dice, a trescientos. Queda claro, pues, que la Iglesia tampoco estaba demasiado entusiasmada por la celebración del Corpus. porque le parecía profana en exceso y devengaba ob ligaciones económ icas a las que no podía hacer frente .

Resulta oc ioso advertir que los autos, aherrojados al espacio festivo del local teatral, acabaron contagiándose de los defectos habituales de las representaciones profanas. Si ya en el pasado admitían. quebrando su sincera religiosidad primitiva. las gracias de los entremeses y sainetes. ahora los intermedios se hacen más diver­tidos. y la actuación de los cómicos se torna más atrevida. El auto se ha asimilado a la función de teatro. en la que se valora espccialmenlc lo espectacular de la tra­moya y la riqueza de la escenografía. Esto. que constituía un gozoso atractivo pa­ra e l público. era también e l principal motivo de rechaw para las personas más sen­sib les . Nipho, que reseña en e l Diario Estrn11gero la puesta en escena de los autos en e l Madrid de 1763.justifica e l fracaso de los mismos por la deficiente actuación de los cómicos y constata tristemente. recordando con añora111.a las representacio­nes de su juventud. que la recusación habría sido lolal de no haber mediado las sa­les de los sainetes 29 . El profesor Andioc, que cxpurgcí pacientemente los datos de los archivos madrileños. asegura que cluranlc los años anteriores a la prohibiciún la ocupación de los coliseos para asistir a los aulos no ll cgaha al )()7, ' 11 .

Por el contrario. la comedia de sanlos. aun siendo un género de tradicicín tan añeja. seguía viva en las preferencias del público y también en la creacicín de lo~ dramaturgos. Poco importaba que esta pcrvivencia se consiguiera a costa de su:-

2x Recog ido por Ramón E QllE R lll RRI s. "1.a' prohihiL'i tHlL' ' de L'llflll'dia ' y au111' 'ana1m·n1ak' e11 el ' ig lo XVIII. C lima que rndc6 a la RL' al Orde11 dl' l 7(>''i' '. .'\i·g i.,1111111dn. l. l '1(1.'i . p. ::>OO. RernL·nltl

i¡c ual111e111 e e l lihm de Manuel MORI 1 1. 1;0~11 · 1 . !:'/ C11 r¡111.' "'' ( ;r111uu/11 " " 17-11 . Ciranada . l '>7X . 2'' Dicl' : " 1'11,·o, e logio' han prndu L· id11 la' dt" aL·tuak' pil'1;1' 'a¡crad;I\ dl' pa11e dl' la ae·L·i1111 ct1-

111iL·;1: pue' e 11 L''la de / ,11\ uli11 11·111 11' del lto111hn·. aunque al ¡c 1111 ;1' de ' 11' parle'' 11:111 hech" 111d11' ' 11 ' P"' ihk ' C\lllL'r/ 1" p;1ra llamar al agradt1 púhlictl . l'tln tildo ' i Jltl huhil'ran L'tlnn1rrid11 111' di , paralc'' del l-. 11lrL' l11L'' y Say11 elL'. 1111' hui ina111t1' quedado e 11 el 111 edit1dia de· e· , 1:1 lu11e·1t1 11 ;i h11e·11a ' n11l'ilL'' .. !l 'ranci,co Mari ano Nll 'llO. /l i11rit1 l :'.111'1111g1'/'11. XII . 176.1. p. IX7 1.

111 RL' nl- \\J ll lC )l '. /á 11 m 1· \l tf'il'dod 1•11 el t\111drid d1 •/ ,¡~ ¡" .\'\ '111. l\lad11tl . ( ':l\ lali ;1. 1 1 l ~X. 2" e· tl .. p. 1.j l ) ,

11 77

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primitivas señas de identidad . mixtifiC'111do sus l . . . con montajes espectaculares. ' . . cmas o cauti va ndo al espectador

El público madrileño recibió co . 1. . 1 , . . , .. en plan de igualdad con el resto n ap:1uso -~ 1 tc.1tro hag1ogral ico. que compitió el drama sacro San }11011 El'(;n~ ~e ·~os .gcn~ros . . Durante la temporada 1708-1709 ingresos de 19 000 r . 1 . L , be .1.1 a se mc1ntuvo d1cc1s1 clc días en cartel con unos

· ec1 es . a o 'ªde Antonio de Z· s · pa lugares estelares tres años des , . 1 <1mora anta Rita de Casia ocu-1726 cuenta entre sus p. rinci.p 1. ~t!cs en e t~atro de la C ruz. El año cómico 1725-

s M , , . . a es cx 1tos vanas comcdi ·1s des· t ' , V

or ana de A o reda (28 ()OO .• 1

. . . . , . · , ' · · an os: Ld enera/Jle . " · 1ec1 es. vcmt1sc1s dns) de M F A

1111 flempo monja v casada Santa F . . . .. . R . ' . . . nnesto y Castro: A zó de idéntica fortuna en el teatro~~,:~ i~c a <~nana. del famoso Cañizares que go­van Sa11 /lde/011so y Santa Col et -· . ru7.; . n l 7_38-1739 los aplausos se los llc­teatral de 1757-1758 cuatro dr a, ~b~~~·uyc1 c1ulona no puedo constatar. En el año .fiel Ahraham y el justo Lot ú1~~;1~;~a1' :cos ac~1~araron e l interés del público: El bajos de Adán "Eva La (<.;d Al . I . de E~oL1e.1 . OnRell del mal y del bien ,. tm-

rio de 1.os colis~os p1:ovi;1cia1~os.J~~ ,~~1p11:,·rtid m1sm~ at.~acti.vo ~en.ían para el a~1dito­comedias de magia. o con a l<1bulc1c1on 1mag111at1va de las

Ent~e los dramaturgos que frecuentaron 1 . 1 · . . . . . bemos mcluir a los autores más reconocidosº; t ¡'.ver~os ti.pos.de teatro re ligioso dc-dc Zamora, José de Cañizares Tom-' . d A.,. e ~ prnncra mitad del siglo: Antonio entre otros. · · ' dS e nor e Y Corregel, Juan Salvo y Vela,

. Esta pos itiva recepción popular no fue óh ic . . , . zaran contra ellas innumerable . . e para que los eclcs1ast1cos lan-

1 ' s censuras en l·is qu . t 1 ,

as rcílexioncs ad uc idas ya en I· .t . . . ' .· e se ras ucian , en esencia , da del 40. que no podc1~os con:~~t~1~ una a~lcn?;· En alguna fecha de la déca­hibición por parte de hs a··L1tor1·d c1' . co1b1 p1ec 1.s1on. se decretó incluso una pro-

. ' · a es 0 u c rw1t1v·1s , · I ~cpcrcus1ones. Pero fu e a artir el 1. "' _.', ' · ·que~ _parecer tuvo escasas mstauración del pcnsami c~1to il el . .''c1c x t c ~s1on de la cstct1ca neoclásica y de la

1. us 1 d o cu.indo e l rcclnzo · t , ,

y genera 17.ado. afectando ta111b1· e~ 11 ·1 1 e ·t . . ' . se orno mas radica l

1 . 60 ' L s amento civil Cr' ·t· r- ' 1 '

os J en una apasionada polémic-1 l'h .. d· . . . 's d. izo en a dccada de teatro re lig ioso. ' 1 1 '1 .i cnl 1 e los partidari os Y detractores de l

Se pusier~rn frente a rrcntc dos formas de en te I ' · I· , . , . . todo se opusieron dos m·111ens d1.st1.11t · 1 . ntc1 a cstct1c.1 teatral. pero sobre

1 d f , ' ' · · .1~ te 111terpret ·1r h . .. 1·d · d L ..

es e endian los vieJ·os v·tl(Jl-"S 1. 1. · . . ' ' ic .t 1

" · os lrad1c1ona-

t. ' ' ~ . C 1 !!!OSOS y SUS 1 ( · · 1 . · rente: los pro!!. res istas a¡1ost ·1h·111 11c~i1· . . '. . 1' 11 os cu tur,tlcs . con Calderón al ·d · ~ · ' • un.1 soc1ct ·1d nu, . 1

11 o 111 las supersticione:-. 111 ·'101·c ·1· ,,,· 1 . 1 . ' ev,1 en a que no tenían sen-- · ' - ·" as c1-ct ul 1d ·1 I ' · -·r · to rechazadas en e l P. Fei 1· oc; N , ~ . , 1 'les 1 e 1 g 1o~as. que ya hemos vis-

. . . o e:-. c~tc u o ar Jl'tr't re ·ci. 1. 1 cunslanc1as de est·i ULlr't . t _ .· e- ' ' L i t .tr puntua mente las cir-. ' ' con rove1s1a . sobre la que ya existe una prec isa y erudita

_11 ··prcfl.'rc·ru:ia ' ' :rclilu ¡ ., • . . . - 'L 111 c111 .rlc· , <kl puhl '"' i 111 :1d ri kiill l.' 11 c·l , ¡,.lo "V I 11 ·· · ¡ ,.. ·" ( lf " "' · pp. 27- 12)).

1178

bibliografía J2. Debernos recordar, sin embargo, que a pesar de la fe en los propios principios de que hicieron gala en ambos bandos, nadie encontró razones suficien­tes para defender a ultranza el teatro religioso . No son justas, pues , las aviesas in­terpretaciones de Menéndez Pelayo, ni de otros críticos conservadores o simple­mente mal informados, cuando quieren hallar manos impías tras la prohibición . Era tal el cúmulo de vicios que atesoraba, que casi murió de muerte natural. La Real Cédula de 11 de junio de 1765 sólo extendió el acta de defunción :

"\ .. . I teniendo presente S. M. que los autos sacramentales deben. con mayor rigor, prohibirse, por ser los teatros lugares muy impropios y los co­mediantes instrumentos indignos y desproporcionados para representar los Sagrados Misterios de que tratan , se ha servido S . M. de mandar prohibir absolutamente la representación de los autos sacramentales y renovar la prohibición de comedias de santos y de asumptos sagrados bajo titulo al-

guno\ ... ]." 33

El teatro religioso desaparec ió desde entonces de los escenarios. Los autos sa­cramentales dejaron de formar parle de las celebraciones del Corpus. Las comedias de santos volvieron a la representación privada de colegios religiosos y centros eclesiásticos, donde tenían un ambiente más propicio. En los teatros públicos sólo será posible encontrar en el futuro algunos ejemplos de drama bíblico. tal vez asi­milados a comedias hi stóricas , o camuflados en óperas y tragedias. Resulta llama­tivo e l éxito de la obra de Marlínez Díaz El másfeli:: cauti1 erio ."los .rneíios de Jo ­sé (febrero de 1784), que volvió a reestrenarse en la temporada que cerró el siglo. compitiendo con las comedias sentimentales que tanto atraían al público. Otra Or­denanza de 17 de marzo de 1788 volvió a recordar la prohibició n que pesaba sobre

el teatro sacro:

"Que los autores adviertan a los ingenios que presenten piezas nuevas. no se admitiran las que eslen compuestas sobre argumentos ele santos por estar prohibidas; ni tampoco por ahora las de múgica y de absurdos semc-

1 ~ Pueden con~ultar~e entre otro' In' 1rahajo' de R. l·S<)l lFR TORRl·S. "L" prnhihicinnc' de co­

media' y auln' '<lcramcnlalc~ .. : ·. art. cit.: G . C. ROSSI. "Caldcrún en la polémica ckl XV lit ,,,hre lo' a u lo' sacramenialc,·'. en Es111di11.1 sohrc /11~ lt'tn1' 1·11 ,.¡ 1·ig/11 XV II l . Madrid. Gredo' . 196 7. pp. 9-..\tl: Marin 111 RNANlll / .. "La polémica de to' aul<>' , ;rna111cn1ak' en e l 'iglo XV III : l .a llu , lraciún frenll'

e l BamK·"··. /?r'l' i.1111 de l .i1e mt11n1 . Xl.ll. n" 84. 1980. pp. !8)-220 : y "'hrc wd1i Rcné ,\ ND IOC. " l.a polémica de (o, aulo' 'acrarm:ntalc,· · en 'fállro .1· s11cicdad. ed . cit.. pp . . 14)-.179. Véan'e alguna' pun-1uali1acillnl'' l.'11 mi e'iud io ··Et tcaln> cn el ,¡gto XVlll iha,ta !XOX). en /listoriu t/t'l lt'cllrll 1•11 /:'1¡ 1-

1'11. 11. Sig/11.1 X \' /1/ -XIX. Madrid . Tauru'. l'l8X . pp . !60- 16:1 . 11 Rc·cllµido l' n t '.milio cm /\ Rt 1 o Y \t<lRI. ¡¡¡¡,¡;,.~ m/iu ,¡,. ' ' " n1111n11 ·1·r .1i111 ... . l.'ll. c·it.. p. <>'57 .

1 179

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.,;

jantes. por ser contrarias no solo a las "'" I · . . . .· . chas del teatro si110 t·1111h · , 1 1· . ·'·e"' ,is m,1s t11v1al cs y menos est re-

. · ' ten a a re 1 º ton ·í I· .. . - - 1 ladecencia \ ... l ... . 1.1 "' ·' •

11 •11nn.a ascostumhrcsyá

. nl 1 ) . . . . .. . . 4. El estudioso francés Rc11 c' A 1· 1 poner al alcance del púhl . . 1 . . <e 1'l clecl<11<1do con rotundidad que " para ' bl. 1co os mist e rios s·ior· d . · h. pu tco ante tocio descoso de 1· . '. .. '"' ,1 os y mas te n para atraer a un

· · t 1vc1t1rse e t"I 11r'" . 1 •• nes a sus preferencias acudiendo. 1 '. .. ' cctso .1.iccr numerosas concesio-na" '-' . El drama rclioioso ·1or··o ·1<1· º1 s mtl proccd1m1entos ele la comedia profa-

1 . <- · 'e ~e' d a 1ma 0 111 ·1c1ón y I" t· ·'· ·

popu ar. las incong ruenc ias qu d . e L •

111 dSl.I propia del teatro

nar_10. No hasta para justificar e~t~1/1~11e~c 1~ºm'.1 teatro. sagrado al subir al escc­la epoca, ni los errores comunes 'rec u .. 111cl ,1cles e l recordar la mentalidad de

d . , · · que crrtrcara Fet¡oo El t . ..

o en espectacu lo encierr·i .1

I' . · e,1tro s..icro. convert i-

d · , .. nomaiastanoraves I' · ,

ces. e cualquier sentido esp1·r·t . 1 C I!"' . q.ue c privan. las mas de la ve-. · r u.i · on recuenc1·1 · · · papara enmascarar temas profanos. .. se convrcrte en una cliscul -

lncluso las comedr"1s que 1 ' · puet an parecer ·' · ', . · . . bles que soslayan lo relio1.c1s·c1 p·1r·1 ·11 t m,1s p1.1s trenen clesv1ac1ones inevita-. I· e · ' ' 'ten rarsc en t · .- h' . . so .. 11. de los concurrentes ·1 los col · . . T · o .ros ,un rtos que garantizan el

t . 1· , . rscos. .1111poco sirve ,

reo para. 'berarlcs de la condena de 1CC' . . . . . . pues. este genero dramá­los moraltstas -'h 1 <1do nmt t,tl d l,1 que son acreedores se" Ún

Con todo. no debemos caer en la tentación 1, 1 . . . .. e ta del teatro relioioso Hay oh.. . . . <e 1<1cer una descaltfrcación absolu-d el . , e . 1 .. 1s que se deh1eron escril . e evoc1on. y seguramente huho e . ·t· 1 . . 1tr y representar como acto

1"1 r1 ·1· 1 ·b· spcc •1<1J1cst1ue ·1pes·1r·tl'I· · · ' 's, o rec1 1cron con pt·e I· d p · ·' · ' c ,1s concesrones pro-c ,] . ero se puede . r . . tante generalizada e l teatro sacro se 11 '. h '· 1 . con 11mar que ele una manera bas-seo para divertirse. El asunll: reli;,.111s,111 ,' ... cdcshn,atural11.ado. El público iba al coli-r11lt" hl - "' · 10 e ta se r en ·st' · t'd , .. mquea c. Solo desde cst· . · · c . e sen ' o un ohsl'lculo

el · · .t pcrspcct1v·1 se 11 , I · . · '

ramaturgo al escribir tal es ohras. , . ucc cn um1prcncler los h;íhitos del

. .~ªmayor parte de las comedias de santos suf , . , ·. . . .

..tlcJ..tn de la pureza de h l"'1h I· .. . 1 . . rcn scn,1s man1pulac1ones nuc hs ' ' u .i s.1!.!r.1< a 1 os reht · h· · - .. -.. ' · ncrosamente con motivos 1xop1'c1· ~I · t _· ~ ·, , os .ig1ogral1cos se mezclan "e-l' · · ·' < c o tos o eneros 1 -· · - e tg1osoquecla reduc ido a 1111 ·1p·1rtc 111 ' . . "'1 1 . < i.1mat1cos. En ocasiones lo re-' - . ' ' 1111111<1 e e a oht"t . -guna sena ele identidad por nimi ·1 , - ,. 1::· . , ': .wnque siempre mantiene al -. I I ' que sc,1 st·1 tcc111c ·1 . lt .

\a e ser e e Fotos de Sa11 A 111011io de Pl I . ." ' d- ' 'csu a evidente en Lo que u iw. come 'ªde l prolífico autor .José de Ca-

q • · ldl'111. p. 68 .l Vi 1 :1(1 {_ i\~lllOC. 71'11/rn _I' wwit'd11d ... - ed . c it .. p. \''i'J

St'gun un cateci'lno d . I· < • 1 · · · fr. -- e "epoca ;" l'O'< I' que indun·n - I· 1 - · cqucn tc con Ja, pcr,011a' de 'exo d1' i"'1" 111 . 1 • .1 .i tquna ' ºn 'ª' , ¡ ~uiente, - '' l'J t1"1l1>

1 l'h - ' L L. '" L'\ pec1·1 . 1 . - • - . • º' 1 IO\ , como '<Hl la ' n1111cdia'. J;i , nm·eh' ·1 . ·r l . Lll º' p1llla1H". Jo, haik'. la lec tura de ina-f'Ol lCl'T / · - · - '.Ll. Ollle\llllndlll' ' · l· J - .. -

' • n111111nt111t •1 g1 •11t ·mln t•11 /im11t1 t!1 · C111 ·,-' , . L .i .1 uxuna <ITanci 'l'" \ \l ·\l>O ' '"'"'- J\ l;1dnd . i111p . Real. 178.J . 11 . P- 17 1 ¡_

1180

ñizares -17 . En ella el Rey se enamora de la bel la Serafina. casada con Carlos. a quien . ce loso, aleja de la corte para tener el camino expedito a sus adúlteros amores. Tam­bién se prenda de su hermosura el noble inglés Federico. pretendido a su vez por la dulce Oorotea. En esta intensa competencia de afectos , la fábula llega a situacio­nes ele gran tensión interior, provocada, sohre todo. por el poco prudente acoso se­xual del monarca , hasta llegar a momentos en los que peligra la recatada moral de la esposa. Y en esto se gasta la mayor parte del relato . Finalmente Federica se li­brará de las lujuriosas asechanzas del mal gracias a la intervención del milagrero

San Antonio de Padua. Para llegar al episodio religioso que cierra la hi storia, el autor ha consumido las tres cuartas partes de la obra en una enmarañada fábula de amores. Aparentemen­te se trata de una historia devota. al estilo de los clásicos mirac11/o medievales. pe­ro en realidad el poeta ha contaminado el argumento con aventuras amorosas, co­loquios sensuales, billetes, casualidades. y numerosos enredos, hasta el punto de

hacerle exclamar al gracioso Zorro:

"Toma si purga el demonio del enredo." -'

8

El público debió recibir esta obra no como una historia de santos. aunque así se anunciara. sino como una comedia tradicional ele capa y espacia ("fábulas ele amo­res .. se las llama en el lenguaje de los críticos de la época). en la que la libertad mo­ral en cuestión ele amores resulta más atrevida que en la tradición barroca. La pre­sencia del personaje sagrado. por otra parte siempre tan humano y próximo al devoto (" mi Antonio" le llama Federica). acaba por desentonar en amhicnte tan profano. Nada se le explica al espectador sobre la vida. santidad y milagros del san­to portugués. muerto en Padua. Queda tenuemente al rondo la cultura popular que rememora al franciscano , amigo de San Francisco de Asís. como un santo mi lagre­ro. aunque dicen que también interesado. especialista en situaciones difíciles y

amores contrariados . Cuando el clérigo Tomás de Añorbe y Corregel escribió la comedia nueva Pri11-cesa. ramera v mártir, Santa Afá1 w, desconocía la excelente recepción que ohten­dría. pero no ~e le ocultaba qu~ sería bien rec ibida por el púhlico. Varias son las ra­zones que avalan esta positiva aceptación. El título mismo resultaría ya un reclamo llamati vo. pero la elección del tema y la manera de tratarlo tenían garantizado el

-17 /,o 1¡11c 1·11/c S<' r d1·1·11 r1" de San ;\11t<111i11 di' l 'w/1111 . po un ingenio de c'1a Corle \Jo~é tk C/\RÑ l­

/ ./\ RFS. 1 Madrid . lmpr. d..: /\nlllnin San/. t 75 1.

-"1 Th<Hll~t' tk /\ÑORl-11'. Y coRRH ól ' I.. l'ri1wl'.l'll . r<llll<'r<I .1· 11111r1ir. S 1111/!1 Afi·!I. Madrid . Juan Pl' · ix Íd<' lll . p . 10.

rl'I . 17:'\'i .

l 1X 1

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éxito. El autor presenta la vid· d o s1ºtu . b. a e una santa JJCcadora q d .b . ac1ones iográficas · h de p . . . L ue cscn e en tres rrescos pre; .la de prostituta. dun~~t~ su es~~cc~a. n~cntras fue hija heredera del re~ de Chi~ versión al cristianismo oracias a .la pnrce1d<1.en . ~1shurgo (Alemania): y. por fin, su con-rona . . º . 1cac1on de S·1n N· . . 1 . , y su posterior martirio. L arc1so. ucgo obispo de Gc-

EI Capellán del Real Monasterio de I· E - . , .. de ~na santa envuelta desde sus o ' · a ncamac1on ut1hza astutamente la biografía la h1~toria con mayor libertad ~u~1gcnes e~ ~111 halo legendario. Esto le permite trazar ~rud11a. Escribe una comedia 'con ~~~ ~~:~ ~1 cr~~I~ para una audiencia escasamente romancescos". Casi parece unan º. c.ns1 d arg~1111ent.al y llena de episodios P~r un. lado contiene viajes y aven~~~la di saltar por los alíes las unidades dramática~ c10~ bizantina y su ámbito geooráfic;.· d~:d~ecucrda~ los motiv.os de la clásica narr~~ Chipre a las.brumosas tierra<> dcl norte.de Al el, lt~'.111110~0 Med11.erráneo de la isla de pos de bandidos, que viven historias s . e111<m1L1. Aparecen piratas y también orn­"'c géooro. Introduce ,;n ru~c c~e~:~r:n:e' ~'!'de'º' p!;ego' Y'" comed;,~ de rr~s~nden a la época de penurias de I~ b e: es ~ m~ndo de. la prostitución que co­~n.tas, pero que debieron ser suficientes p;;~~~ ~~ra.' n~as . st'.gendas que fielmente des-1s~u~sta a ello. Tampoco faltan las vivas e ~ _1viant<1: d. la ~anal la del patio, siempre

sultc1bc1n tan espectaculares en 1 . p lccts de csp,1d<1chmcs (unas cinco) que I· .. . E · e escenario La obn ... b· . re­d santd. n resumen la comed1·a rcl · t· .el L dCd d con e l martirio olorioso de ar· f' d I· : d d un cnso ·ira

0

· d a ia e. a protagomsta se ha conl'lmi1ndo e .' c-u1~cnto en el que la sagrada bio-e otras l~rmulas dramáticas profa~ · 1s L.i ·c1~nl mgrcl icntcs tc1míticos que proceden

cia I~ santidad. prácticamente reducid ." . l ·v~ a e e la s~nta avanza muy lentamente ha­me~ia es acción. aventuras. via . cs. e LI ,'' ,1s escenas ! males. La mayor parte de la co­dc.b~~ron awadar mucho a la ca1ncu~~,~~~ r~conoc1m1enlos .. ., motivos lodos ellos que gr<1lta ha sido una disculpa. . e nuevo podemos constatar que la hagio-

. . Po~ otra parte. la vida de Santa A fra ' . . ~ h1slona de una poseída a quien San Nar;eun1.d ot.ros atractivos: nos rememora la .100 nos ha recordado lo mucho que . t '.scb) liherd del demonio de la luj·uri'1 Fe1· ende ·. d . in cresa a ah ne t d , '. -~non1<1 os. S1 además se trata del ele . ' e- . ne e su epoca el tema de los

~''" lu~urn '""'"· ¡,. h;"odo " ·'"''" 'um·o~~n;o vcne<eo el q"' "h" opodcrndo d; l 1eae1on de los clérigos venía presentando ~n ~.m~~r~osa. Hacía tiempo que la prc-do y ~odel.o d~I '.1rrcpenlimicnto cristiano:'ic~~ Lis 1 s '.1nla~ pecadoras .. como símbo-o~ s1 ~ay autentico dolor de corazón La . , . os .ºs pcc<1~los pueden ser pcrdona­

~csde epoca antigua. Ya en la Edad Me .. 1i1crL'.tur<1_ se hah1a hecho eco ele sus vidas l wc o (siglo X 111 ). arnín i ma adaplacicín ~11'.1 tenemos una ~u/a de Santa María E ~i¡1-c un te xto lranccs 411y el p M· I ' .I · . · .1onlcCha1-

411 Vida ¡[,. S , . . . . , . a111a Mana f:g 1r"'i""ª· ed de M· . .11t1culo de John MAIH<. "Sa intlw 1 11 • : .1m'.cl i\h·ar. M:1drid. CSIC. l'J70-7'> ( º ' I ca" R - "'. cro1 , 1n ·1ml S . I" . -· nn'u te": L' I . <'1 '1.1"/a Ca11atfil'll.I"<' tf1 • F\//11fi 11 · . ."' . cx ua ll y 111 lhe L\"/oria ,(,. Sa11111 M . · 1· . .

ca exist · 1 • ·· 11·' 1·'1 1111",."·'· X. l '184 , . '""' :g i¡>r"111 -. e .t incno\ una comedia de l'L'ro de l\1Pntalh;i n . pp. 4_4-4-1.'i . Sobre Sant;1 María l'.¡; ipcia-

1182

de nos legó en el Siglo de Oro con su Lihro de la conversión de fa Magdalenu ( 1588) una biografía piadosa de esta conocida pecadora

41. María Egipciaca. servi­

dora de Venus durante dieciséis años en un prostíbulo de Alejandría, y María Mag­dalena dejaron en la literatura y en el arte numerosas muestras de la devoción po­pular. En el teatro del XVII, al igual que en los pliegos de cordel, se presentan con frecuencia atractivos relatos de sus vidas. En el Setecientos se incorporan a este ex­clusivo santoral otras mujeres de vida airada como Santa Eudoxia o Santa A fra. Es­ta última ejerció largo tiempo la prostitución para convertirse luego al cristianismo en tiempos de Diocleciano. Las hagiografías y los martirologios oficiales apenas si describen la época en que ejercieron la cortesanía. En el teatro, por contra, éste es uno de los momentos más atractivos. En parecido tono están escritas otras obras de la misma serie como Vida y muerte de la Magdalena, de Fernando Zárate; Rc1111e­ra de Fenicia y.feliz samaritana. Santa Eudoxia de Vicente Ca macho (hacia 1740): La ateísta penitente. Santa Eudoxia de Cañizares, estrenada en 1721

4

}.

Los moralistas se apercibieron pronto del abuso que se hacía de estas biografías en el teatro, y también de cómo se desvirtuaban en manos de los dramaturgos his­torias que en boca de los predicadores tenían gran predicamento y valor catártico. Esta profanación fue motivo de numerosas críticas. Sirvan de muestra las aprecia-

ciones del padre Gaspar Díaz en su Consulta Theo/ogica :

"Ay tambien Comedias de Santos: pero no totalmente inocentes: por­que si son de pecadores convertidos. como de Thais la pecadora. primero se pintan sus caydas, y vicios con los vivos colores de la representación. que sus virtudes: y si son de otros Santos. siempre, o casi siempre se intro­duce algo profano en los papeles intrusos en la misma historia: o a lo me­nos se profaniza la santidad con los dichos del bufón, y la graciosa. Y si la Comedia nada de esto contuviera. se LUvicra por insulsa ."

4'

41 Pedrn MALÓN DF. Cl-IAIDF.. U/no de la l'Oll•·ersi1í 11 de la Magdal<' llll . cdiciún. prúlogo y nota' de

P. F.:Iix García. Madrid, La Lectura. 19:10. 2 vols. Leemos en el Año Chri.~tiano : "Su rma hermosura. su despejo. y su pasion dnminante de parecer

hien la mudaron enteramente. porque solo pensaba en divertirse . !.as ga las. his perrunes. las joyas ma' cxqui ,i tas dahan mayor lustre a su hermosura natural : y ahusando de su lihcrtad fue en hrevc 1icmpn

t.'I e,camlah> de tuda la provincia .. (ed . cit.. Vil. p. 270) .

42 Debo a~radecer c'to' dalllS a la amabilidad de la pn>fcsnra Irene Vallej1> que rL·alita una in,·e,-

1i ¡;al·i1'1n ,nhre cllmedias de santllS en el ,i¡;lo XVIII. •1

' P. (ia, par 1>1 ,\/ . (°1111.rn/ru T/w11 /ogict1 ''""rr" de fo ific i111 de rl'{ll"<'.\'< ' llf<lr _,. l"<' r rl'{1rcsc11tur l111

C1111wdi111 . "'""" w {'rtwti<'llll 1•/ dio d1• m · "" f:"s¡•ll1lo. Cadit. Imp. Real de Marina y Real Ca'ª de

C1>11tratacill1t . ' ·'1.11 7421. pp. 10- 11 .

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Con estos procedimientos las comedias de santos se des li zan inev it ah lemenle hacia los otros géneros profanos. Si e l teatro popular ti ende en general a la hibri ­dez. buscando complacer los gustos del público. en las obras re li giosas es to se con­vierte casi en una necesidad para enmascarar la posibl e adustez de los te mas.

La obra de Antonio Bazo Los tres 11ww1rcs ¡wrtc1110s en tres distinws edades. pu­blicada en 1765 4 1, es en apariencia más piadosa. En un colorista tríptico se nos desc1i­ben tres sucesos religiosos situados en diferentes momentos históricos, en alabanza de la Orden Cannelitana y loor de la Virgen del Carmen. El episodio gira en tomo al pro­feta Elías, salvador del pueblo judío y ret irado en el Monte Carmelo, a quien se opone el paganismo militante de la hermosa Jczabcl y su marido Acab. El segundo fresco se localiza en tiempos de San Juan Bautista. a quien el re lato presenta como sucesor del profeta, ahora antagonista de Herodes y " la bellísima" Herodías. En la última jornada salta el tiempo hasta el siglo XIII contando las clificullaclcs ele San Simón Stock para la fundación de la Orden ele la Virgen del Carmen .

El lema religioso aparece en esta comedia más ecnlraclo. Pero no rehúye el au­tor a lgunas concesiones a la imag inació n y al solaz. Quiebran la vcrosimilitucl, la disposición del ti empo de la hi storia. defecto menor en la estética del leal ro popu­lar. y e l abuso de escenas " al paño" . M<Ís groseros resultan ciertos anacronismos que no asustan al poeta: ya existe la Virgen del Carmen y se celebra la Eucaristía en ti e mpos ele Elías. y aparecen monjes en la época de l Bautista ... En la jornada se­gunda se soslaya e l tema bíblico poniendo en primer plano el episodio de Heroclías. que se convierte en un re lato de ambiente cortesano con sus damas y lenguaje ena­morado, en el 4uc siguen en uso los viejos tópicos del amor cortés. También hay aventuras amorosas en la hi storia med ieval. ahora traídas más a la fuerza . Y ani­mando el rel ato dramático en su totalidad. la abundancia de prodi gios que dan tra­bajo a los tramoyistas. mientras dicen sus vulgaridades los distintos graciosos .

La presencia del tradicional gracioso es una de las causas más frecuentes de rup­tura del sentir devoto. Si su actuación ya parecía desmedida en el teatro profano. como compañero de viaje de santos y mártires resu lta incluso indecoroso. El sen­timiento devoto. la lección reli giosa. e l hal o esp iritual del santo naufragan con las mañas y los di chos de los grac iosos .

Su concurso está atestiguado desde los orígenes del drama sacro. En las obras del siglo XVIII su comportamiento deviene mús este reotipado y grosero. A co­miell7.os de la centuria Antonio de Zamora que se proponía "c mprcnclar de chistes la seriedad·· hace. siguiendo la tradici6 n. constante uso del mismo en sus comedias de santos 45 Parecida actitud adoptan los demás dramaturgos. En Lo que \'lile ser

4·1 Antonio llAi'.O . / ,fl\' /rt ' .\' 111a\'1J1T.\' ¡111 1"11 ·11/11\ 1·11 trn di.\/i11111 ' n/111/n . /J flrig1 •11 rl'iig ifl.m. r '1/a -sá11 rnr111l'!itu1111 . Valencia . lrnp. de la Viuda de Jn,cph dl' Or¡!a . l 7h.'i . ·

4:; 1 rene v Al 1.1-JO e ;o 'Ji' ·\I 1 1 . .. 1.a co1m:d ia dL· ' anl"' en /\ nton in tk /.a ni ora·· . en /\/\ .VV .. /J tl'a -

t m C'S/>t11iol a.fi111·., dl'i , ;g /o .\' \ '// .. . cd . L· i1. . 11. pp . .rn-.1-11 .

1184

-· . . Zorro criado de Federico. y la . I Padua de Camzares, . 1 <• udel'ls

'voto~ de San An ton10 l e . . anble dispuesta siempre a asªº. -< .

di . 1 bel forman una parcp insep " . . b n rdnncs y vulgansmos. nondonga sa . 1 ·al en el que ca e • · . 1 1 ch·1s1norreos Su lenguaje co oqu1 d. 1 to L·1s picardías resultan exces1-y a os · · · I· · 1a e san . " · 1. es joya poco apta para adornar a ernoy1 los cn111entarios a las aventuras que pro a -

. . . bre todo en asuntos de a111ores, .

~~~~i~~n sus alllOS, burdos y ~isp~~al~~º;;·ince.w. rollll'rll y nuí'.·tir. Sw 11~1 Afr_a, :~~ Aloo si111ilar ocurre con orna e s· re se 111anificsla d1spues.lo aJug<1r c

1 , el~ la falsamente recatada J?igna. iempJo · .r a lo poco fino y zal io . En un 1110-

le~ad bles sentidos. al habla chispeante y vu ºª . os o . . . . m~nto de miedo exclama sm reparo .

" \ .. . \ de que soy Tomate y qua\ cera me derrito, segun la salsa que tengo ,, 46

pegada a los calzoncillos.

f an la fábula de Los tres 1 . tres relatos que con orm , el . .

Cuatro graciosos aparecen en os ~ personajes que se sitúan en peno .ºs crdo-de Bazo Aunque son . . . era En la Jorna a

mayores portentos... , Ú . están diseñados de la misma man . o· . En la nolóoicos diferentes. todos e os . • el .· . ele tonterías y pela la pava con ma. b que ~1icia la historia, Pabón apo:~ ~~ l o~~sde la comedia del arte. hace gab~ e~~:~ . re;~ si uiente, Pruchinela, recue~do . e. is n d en mezclar con ciertas picar i~s er~ . . n~s y veras, de una ruda irnsog1~rn qu~~o _du ~l episodio que cierra la comedia. Lc1s ~icas . Talego y Guijarro acompana~ a or~ C:decuadas cuando. desde su supuesta.1g­aoudezas del primero resultan suma~i:ien~~~~ rclioiosos: la teología es " la grande Fil~-º , . J·uega a los equívocos con enrn . "" .. rt en "gonista": y al proponer e

nor.mcrn, . 0 . r 0 ... consta se conv1e e solfa I del arte amand1 deo vllC, .mo donado. contesta sin pudor: San Simón ingresar en la re en co

" Por venado? esa es gran bellaquería: nunca he querido casar.me:.

orno verme con punlltas p . bladores del pat io seguiría a tales ~lc-

Supongo 4ue la risa más esti;icnclo~a cl~~~c~los eruditos y clérigos de la tertulia. claraciones. Por contra, que?a~an c ir~un~ .. ias de santos es una constante argu-

EI demonio. cuya apancion .en \as . c01~1~~ ~otauonisla. no es el m1srno ser_ que rnental como contrapun.to negaLl1,vo ª\ s~7.:·:~o/cnsc~a que los diablos son las lucr-

dcscl.1·0en los catec ismos. ateo º"" ' nos . ·

1·111111·1·11,. 111ar1ir ... . cd . cit. p . 7 . _.h l'ri11n''"·

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~~ del ma~ que se oponen a Di os . 1 .. - . . bren de la trerra, en lucha pe y a os _.ingeles. habrladores del infierno l·

~~lar les otor~aba, además, ~~;0~e;i~~~~~,~~r,~~1el elel _hombre n. La mentafid;d ~~~ ("d fas come~ras ele santos, disfrazados ~- . _< ~ cos. 1 ruto ele su esencial malicia .ix

e negro etiope") y largo rabo, s; fe a. . dsr srer~pre con s~ ajuslaela ropa oscur~ ~ p~sar de sus reileradas apariciones p~;~¿e una personafrelad un tanto grotesca

p:~:a~;~ ~~~:~-e~~~:~~~~1~~~ 1~~c:r~ ¡1e~ti ~ad~1

~;'~~:~~s<~c~;1~~s ~~¡; ~~~~~:~te,e~~e~~ ~a~:· ~~~-rrhdrculo re.~ ulta. El dem~nio ~~,~~ ~:~,f¡~~~ ~ara cobnseg~ir sus fines ~alán.i-

, . re o popular, de l que d . . . ~ '. un po re diablo". seaún teofogrca carece de valor lo os se reman sm compasión Como º1· con~-

T d · · re erencra o as eslas desviaciones del ar

rescos devafuab<~n el senlid~ refi o i~~~~en:~ y fa pr~sencia de personajes tan pinlo­ca_sos los m_orafistas que la justirt u~n e .ª comeelra de_ sanlos. Por eso son lan es-mrno parecidos a los del . . . . q : Sus desca frficacrones se exp . b· ;

. jesurla Francrsco de M . e resa an en ler-oya Y orrea:

"P ?r santa que sea una Comedi·1 fuco . mo, nr por donde. una bad·1 o u < '1 cose fragua en ella, sin saber co b 1 S <, n ga ·1111eo · · -

a e ant_o de decir una jaculatoria ~ . . o prelen:~ron deshonesta . Aca-p_ara suavrzar fa seriedad (q . . habland_o con Oros, ó con fa Virgen croso f d ue ya Yd far 0 ·1) d1sp· . · · ·Y . a esveraüenza 1·111 º . l e« . ard mmed1atame11le e l G ¡ e- -' < ~ort a cumo ¡ - S . . ra-e amor de Dios, y al punt ~ . e puno. olrcrta el Santo Refia · . do fa refia· • . 0 se parece un Diablo de u L ª . 010so

. . ºron Y el habrto. vomita meel ·. d . n eco, que a lrentan-crosa, y hecho lodo un aroadillo c Id o~eria ele requiebros sobre fa Gra-fe va acercando. haciend~le n11·1· .º '~l~l quien esta abrasado en su amor se de co ·· . b Cdrr c1as y ·1 rru · · sas uenas y malas. ya llora . . . • ~1acos. con cuya ensalada fo ~ue pa:ece que edifica el otro. S~1t'· ~~e el ~ud11~~10. deshaciendo el uno y Id Graciosa sol loza. porque su G· f ~11 t el¡ San lo ~ I Ice tos amorosos a Dios muf~~lo. y hace que le vuelve las cs~~'/~1·1~ ~1~ ~prec1~ . El San lo se retira de ei y e a. para no perder el comerc io ilíci~; ' .i que ue lazo ele su perdicio1r capa. como otra muoer de PL1t· h· l. le lrra perdida de amores de¡." e t "' 1P .ir y con · · " on crnuras y alhagos. Ahi es nada .la b· . l!_ue~a~ amorosas. con cariños .

.tlcrr.i p.rr.i el Audrlorio' ··.i•i

47 Vid. l11s1n11 ·cimi<'I· , • .

4X .. ~I ll<' lt!/l'.\" <' 11 {11r111u rft• C · Algunm de""°' 'llPllL'\ltl\ ndc . . . . <lft•t ·1111111. ed. (' il.. l. pp. 29-16· 11

'llS relacione' con hru".I\ V . . p IL\ dcf diablo (capacidad de de-.1r • : . . f'p . .'\4-.'\7. nin Jo,cph ROIJRrc;r ' I · ~· Ñ ''.rg1011ia111e, ... J _quedan rcclia1ad11, L'll cl li~~o cl111h,1ra1a~la, a'ª' mujere' . . 1·it'o T!1t•t1/o.,,·, .,, I I . . "' '" "'l'<'t"fo "" lllt'o/ogiu 111om/ 1· ''' I I te lcologra moral de An ro-

·' . t·i:u n (Z·rr· r ' / '"'<re• ·/¡ ¡ · ¡ .¡9 Ramiro(",\ n»1ic y 1 ( .. _.rgo1;1. Tanci'L"I> Moreno l mpr~"or 17..J' ~ ,/'..¡'" Sic ' (/ l'ww/0.1<1.1 l 'lii-

"" dt• /o coi .· . . . J 'l~ I < l . 1 P-.cudc -. ni1110 de Fr·rn .· . . - - ' . \'01'.J . 11 ' " 11<"{(/. Sala111;11Jl·a ¡\ J v 11 . ' L 1'u> dl' 110\ ·I Y t 'ORl<I· 1 1 ·¡· .· ¡

. . . 1 · ·~ord(I , 175 1. p. un. ./ . ""''' '" \(/gru-

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Sobre fa desacrafización del auto sacramental ha escrito palabras muy certeras Re­né Andioc en su estudio sobre el teatro madrileño en este siglo. Sabernos que fas obras calderoniana" que utilizaban corno repertorio, no siempre mantenían su pureza textual primitiva. Sufrían continuas modificaciones: a veces simples añadidos lingüísticos (juegos de vocablos, agudezas, chistes ... ). otras se actualizaban lugares y personas, e incluso se añadían fragmentos enteros que pretendían acercar la pieza religi0-;a a los géneros de éxito, obviando la seriedad de las mismas. La~ autoridades obligaban a los "autores" a pai;ar la censura correspondiente para evitar fa<> manipulaciones. Pero esto resultaba casi imposible, pues siempre quedaba fa obra al arbitrio final de los có.micos en el ·escenario 50. Por eso: "Esta incapacidad para moverse en lo abstracto permite afir­mar que para el consumidor medio, acostumbrado durante todo el año a los enredos profanos. el auto no viene a ser en el fondo más que una variedad de comedia heroica, o de teatro. cuyos personajes se llaman Samaritano o Envidia en vez de Don Diego o doña El vira: el carácter sagrado quedaba en parte diluido en el ambiente general, al que contribuían aderná~, en fa representación del mismo auto. los procedimientos que se acaban de mencionar." 51

Al lado de estas graves irregularidades. resulta casi una anécdota el que algunos au­tores neoclásicos critiquen ciertas inverosimilitudes. que nacían de su criterios estéti­cos y de su mentalidad racionalista: La quiebra de las unidades. los apartes. fas largas relaciones ... son defectos menores si se comparan con los que señalarnos. El propio Luzán rechazaba en su Poética más estas concesiones a fa imaginación y a lo lúdico que los defectos formales . al hablar de fas comedias de santos:

"Y si por fo inverosímil no apruebo en fas comedias semejantes asun­tos 1 los mitológicos l. por fo irreverente y dañoso no me parece que se pue­den tampoco aprobar las comedias de santos de que hay tan gran número en España. Si alguna utilidad tienen tales comedias. es tan poca que no tie­ne comparación con los graves daños que causan. No es el menor de ellos el profanar cosas tan sagradas con amores. con vanidades y graciosidades poco decentes . Adenu1s de esto. ¡qué de milagos falsos. qué de historias apócrifas no se esparcen de esta manera en el vulgo ignorante. que fas cree como puntos de religión y corno dogmas de fe. cuando no tienen otra au­toridad que la imaginación o fa ignorancia del poeta! _·· 52

La crítica literaria, en general. co incidía con los clérigos a la hora de rechazar fa presenc ia de los temas sagrados en los coliseos . Sólo la mente de un escritor tan

50 R. A DIOC. Temm r rot'iet!w/. ... p . .177. nola .1.'\ . 51 Ídem. p . .1.'\9. 5 ~ Ignacio del l'IA'I. l .11 l'r1<'1in1 . Regla1· de la po1·1·ía 1•11 gt•11t•m/ 1· dt• 1111 ¡iri11ci¡1a/c.r 1•1·¡wl'i1·.1.

cdicit'>n. pnilo~o y gh"ario de Ru"cll P. Sehnld. Barcelona. 1.ahor. 1'177. p . .'\-11 .

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conservador como Rome·i T . . b . de San Gregorio Nacianc~n~ <1p1a. qu~ <~sa .<; u ~1scurso en fas recatadas palabras mación del cristiano y la al~ c~~~a q~1:1 ':'s comed!as de santos son útiles para la for­principios religiosos más abs~·1ctos .· duto veh1culo excelente para entender los de su estado actuaf5.1. El ano~ ~ . N·., ¡"111º. se tu;1eran en ~uenta las circunstancias tos documentos f 1 s1· SLI < º n~s ipm. con ,_nas prudencia. los define como "san-

, ··· · · representac1on se f , . , 1 den las materias saoradas" -'~ L . .. j l'.c'~!d _con e candor y pureza que pi-tempfaciones, aleg;ndo no s··1· os p~ns<1c ores mds ilustrados lo rechazan sin con-, b ' ' · n razon que los ·1sunt · f · · am ito natural en la iofesi·1 As1' N .. ·, ... F . , < . os re 1g1osos deben tener su

· , 0 • < · · , 1co ds ernandez d M , -ironia "que si las materias in·•s .. .. , - e oratm senala con cierta

h . . · u . sacrosantas de nuestr· R 1· · d sop ist1camente en un corral de . d ... h . , a e ig1on se eben disputar fogos Dogmaticos" 55_ come lds. asta los zapateros de viejo seran Theo-

No es necesario pues record"r lo . . . . , · ' ·' "' s pnnc1p1os d f 1· · mas laicas que trajo fa polític-1 ilu t . d C . e rega ismo n1 fas nuevas leyes probar fo inadecuado de est.' s rd a. reo que basta el sentido común para eom-

. · as representaciones Lo r · h , con semejantes manipulaciones y ni el, . . . ·, ·. re ig1oso se ab1a prostituido nen motivos suficientes par" ·1p. oy·1r t" el n_gobs n1 a1cos. salvo raras excepciones, tie-h · · u< < u es o ras en la · 1 . 1 ..

a sufrido tan graves cont·11n· . . CJ . : < s que os e ementos religiosos d , · , 1ndc1ones avqo y F · .. 1 1 . . . · ·

orla polemica sobre el ·1ut .. . . dfa1co, a 1111c1ar en El Penw-1 . · < o s<1cramental ya hab ·. d ·d · os mismos era escasamente devota: . ' Id a vert1 o que fa recepción de

"¿Qué digo tres, o cuatro '7 Esto or. . . temerario que no hay u · · Y P assegurar. sm rezelos de parecer

· < na persona que flcv . ·. · . crea que de los Autos se d· .. . . . e seme.1ante mtenc1on, ni que

. . · · pue d s<1car utilidad · 1 l N h tan l11rntada o tan preocupada.' r. 1 , ' ... o creo aya persona ·. ' < d 1.ivorceest ·1 qued b 11

pmtuaf, que entienda puechn ir ·1 ·1p d . <.JI e _e amarse Farsa es-< ' < ren eren e a los Fieles el Cathecismo,

----'

1 El · · · · escritor sin titulo. ec.f. ci t P 1 72 .. 54 . . ·· · - Y SS.

55 D'.annEstmngl'ro. XI.junio 1763. p. 171 . N1colas FERNANDEZ DE MORATIN /) ' ' ' -

35 L' . · < ·" ngano al Tlwatr E . - ¡ p. _ · meas masarrihahahíaachnc.fol ·i - .. .. · c.f . " -·1!"11w. s.1..s.a. IMadrid . 17621 h"be h ' ' 'se.tus.is e su dr scorc.f · .· .. ·•1 . 1 n acer una tragedia famos,isima e.fe 1·1 P·1··s1.<>n 1 c·1 · . ,11JC1.i. .as reg las e.fe la Poesia no pro-

. ' ' ·' · te msto con 1 CI .· . ceno. con tal . que se guarde exacti si ma111c111e el decoro . : • . . JO e i11st11s Pa11ens del Nacian-ligmn 110 lo sufren. esto no me lnc-1 ·1 111 '· . . . y magc st,rd que L"OJTespo11c.fe: si las de la Re-

c.f • • 1. quien tiene essa 111 . h · . es ecente la Alegoria de sacar a las t·1h l·1s '1 S·1r1 p 11 .. 1 Mtum enc 1a curdará e.fe e llo: y lambien si 111· - ' ' · ' ' ' a 1 o te ·1estrc cJ A .ino. ensenanc.fn ~ dar hnla votes a la Ma c.f ·1 len- . . .. , ' > e rmas con su montante en la media buelta: y a una Muger con la custo~l1._'1 er1 '1' : tu.indo a la harra. como un Mozón. iJ pechos. y i1 <1ue C' . ' .IS m.irHJS t""lnt 'lll l l 7· una omica hahil. au11¡¡ue sindi, .. 1,¡.1 1, .

1 · ' ' t 0 e a11t11111 ergo. Con ven no en

p · · . . " ' le poco 11n1cs1;1 p cJ • . . . " _unsi111<1 , pero creo tamhien. que lodas esta' cosas S·1or· I·. ue e rcp1ese11tar h1e11 el papel e.fe María

c incl1endo ele otros motivos) p;1r1e r<>r l·1s i··, l .. ,· . •""" .it .i' no hallan c.f1g110 lugar en el Theatro (pres-!· l ' · t ll U tTC\ de ClUC · h 1 · . . as mue ias que aiiacle la ignoranL·ia o de,cui 1 1 1 . d untan los m"mos Aulos. y parte p¡>r

t 0 e e º' ntl\ino' rcprC\L'11ta111cs·· (íde111 • p. 34 )

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ó la práctica de las virtudes. Si alguno fo entiende assi. es porque quiere en­gañarse, o engañarnos. El Concurso, la musica. las galas, las decoraciones y la harmonía de los versos, pueden muy bien ser alhago de los sentidos; pero no incentivos de la piedad." 56

5. La profanación del teatro sacro resulta todavía más ostensible si tenemos en cuenta las circunstancias de la representación. Varios de los escritos citados con anterioridad ya han dejado traslucir alguna queja en este sentido. Comedias de san­tos y autos sacramentales se presentaban ante el público de los coliseos como una "función de teatro" . Quiere esto decir que llevaban implícitas todas las galas pro­pias de fa misma, que como es sabido elevaban el precio de las entradas. Inevita­blemente se enriquecía entonces con varios números musicales, con una esceno­grafía más lujosa, y, sobre todo, con las piezas breves que añadían a la representación sacra nuevos motivos paganos y desviaban la atención de los espec­tadores del debido espíritu religioso. Nipho advertía en defensa de los autos de Cal­derón "que si fa guarnición correspondiera al espiritu de los Autos, que es la ense­ñanza, estas diversiones serian de otra naturaleza' ' 57 . Para el festivo auditorio, sin embargo, resultaba muy difícil conjugar celebración religiosa y diversión pública. Por eso la opinión del periodista aragonés es, sin ambajes, que el festejo sagrado se encuentra muy contaminado por los "adornos de la fiesta" y que los autos quedan muy profanados por "el vicio que les comunica el teatro''.

Casi desde sus orígenes, el teatro religioso se había convertido en espacio pro­picio para fa investigación escenográfica. Caro Baroja constata el interés por las apariencias y las tramoyas en las comedias de santos y de " milgica" hacia fines del siglo XVI, si bien supone que las máquinas utilizadas eran muy senciflas 58. Mila­gros y encantos necesitaban por igual del engaño de la escenografía. El desarrollo literario de ambos géneros debió correr parejo al perfeccionamiento de fas circuns­tancias materiales de la representación. En el siglo XVIII el juego de la tramoya se convirtió en uno de los principales atractivos para el espectador y por lo tanto en razón eficaz de su supervivencia.

Las tramoyas se realizaban lentamente ante un público espectante que se man­tenía silencioso, no por devoción, sino a la espera del resultado final de la misma. Los autores procuraban ser generosos a la hora de incluirlas en las comedias. La ci­tada Princesa, ramera y mártir. Santa Afra es un modelo paradigmático en este sentido. En la primera jornada encontramos un hundimiento de la estatua de Ve­nus. que desaparece del tablado por el escoti flón, un descenso de un ángel desde el

51' l'.I Pensador. 1 V. 176"'> . p. 14- 15. 57 Diario Ü'/mngem. X l. 14 e.fe junio 1763. p. 172. 'iX Julio CARO ll AROJA. 7°i'llfrn l'"f''ilar _1· nwgio. Madrid. Rc v. de Occidente. 1974. p. 72 y ss.

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cielo ("en una nube con mucho adorno, baxa un angel vestido de peregrino, bordan y esclavina"). En la segunda se presenta un nuevo grupo en el que desciende hasta media altura, también en su correspondiente nube, "Jesús vestido de Passion con dos Angeles a sus lados cantando"; de éste se desprende un trono que baja hasta el tablado donde se configura una escena muy espectacular y plástica con San Narci­so y Félix arrodillados a un lado y al otro, a diferente nivel, cosas de las dignida­des de la Iglesia, y Aíra. El espectáculo se complica aún más: "En el mismo trono de Jesus, por la parte baxa junto a sus pies se abrirá una nubecilla y se vera correr de una fuente el agua, y en el mismo lugar, vendrá una concha, que toma Narciso para el bautizo' ' ·19. El trono y las demás tramoyas van adoptando distintas alturas en el escenario, sirviéndose de gruesas cuerdas.

En la jornada tercera encontramos una tramoya elemental en la que baja un án­gel con un cáliz dorado en la mano. Luego, el escenario se transforma en un cua­dro amplio y vistoso del martirio de Santa Aíra, en medio de músicas de clarines y ruidos de destructores terremotos, mientras descienden diversas figuras de nubes, ángeles, una paloma que sale de los pies de Jesús. La escenografía constituye una especie de apoteosis final, expresión del goce de los sentidos más que de la piedad, que recuerda el lujo descriptivo de las películas de romanos de nuestra infancia.

Podemos encontrar, todavía, otras comedias en las que existe una más comple­ja acumulación de efectos escenográficos. Los tres 111ayores portentos en tres dis­tintas edades del citado Antonio Bazo muestra un elocuente dominio de estas téc­nicas. La jornada primera se inicia con un telón que representa el palacio real de Acab, para mostranos luego una mutación de peñascos con cueva incluida, en la que reza Elías de eremita. En seguida aparere una tramoya al descender/ subir un ángel en una nube. Más tarde , se simula en un altar el sacrificio del Cordero ("ba­xa el fuego y arde el sacrificio"). Nueva mutación de monte con árboles, que se completa lateralmente "con una marina con bastante foro". Poco después se desa­rrolla ante los ojos atentos ele los espectadores un nuevo prodigio: "Empieza a su­bir de la marina una nube como una huella de hombre. yendose extendiendo segun va subiendo. hasta cubrir todo el teatro" 611 • Luego. llueve. La siguiente escena nos traslada a una habitación interior donde dialogan Jczabel y las damas. El relato nos lleva en paralelo a un monte por el que asciende Elías hasta un templo con un altar de la Virgen del Carmen. finalizando aquí la primera parte.

La jornada segunda parece más austera. Se inicia en un salón del palacio ele He­rodes, para mostrar a continuación " una mutaciún del Monte Carmelo. y en él va­rias cuevas para ermitaños. y en su cumbre el Templo abierto, y dentro ele él Esca­rio! y otros monjes: y dos Angeles han de baxar en dos tramoyas muy vistosas" 1".

' 9 Princesa. rw11t•m 1· 111<irlir. S1111111 ;\f;.11. cd. c it. . p. 17. MI Los lrt's 111<H"t1rt•s f"11 ·1c 1110.1 1•11 1u·1 di.11i11111.1· 1·tf(/(/n ... cd . c it.. p. 1 O. 6 1 Ídem. p. 19

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. d ara ascender poco después, mientras se re-Efectivarnente d_esc1enclen cantan_ o~~l monarca y su séquito. La escena de la ca­cupera la estancia real donde pldat~cad da tras el baile de la seductora Crot1lde,

del Bautista sobre la ban eJa ora , . beza · . · resulta muy efecttst~. , dia nos trae un nuevo alarde espectacular. Aho-

La jornada que cierra 1<1 come] . o luce "una mutacion de bosque, y en ra estarnos en 1.a Edad Media y e esce~:~lla saldrá San Simón Stoch de Carme-

rnedio una enema con hueco cap~z, yd tad y sale el demonio por un es-] . . a un ruido e ternpes , « . .

]ita sin escapu ano. suen , h dirá en el infierno en vanas ocasiones. cotillón" 62. El diablo aparecera y se un 1 lleva el pan en su boca. Tras so-

. ]' ves y un perro que e d -Al Santo le altmentan as a . 1 v· e'sta se le aparece en to o su . rt ayuda a a 1rgen, . . licitar devotamente el carn~e 1 a Niña que representa a la Virgen,

esplendor: "Baxa en una vistosa tramoya una lad' o dos Angeles cantando: la · E el del Carmen Y a su ·

vestida con Habito y scu o . , de de Religioso de esta Orden que a Niña traerá en la rn~no un Es_ca~u~ar~o g~~1~e en elevació.n mientras se repite la su tiempo se le dara a San S1mon. e . ~~rán lo siguiente. que ha de ser al centro Música: y estas trarnoy_as no embar~, el - taren su Silla recostado el Papa Ho-

del foro un vistoso Gabinete, donde a e es t ,' n bosque y Jos especialistas ,, , . d 1 telón represen ara u · ·

noria Tercero n>_ Mas tar ~e ara simular una tormenta ·con sus true-tendrán que dejar el escenano a oscuras~ acercamos hacia la escena final con nos, relámpagos y, por supuesto, agu?.b ~s <En medio del huerto se nos descu~ una mutación de casa de campo con ar_ o es. ·rnagen pequeña de la Virgen del bre un árbol cargado de fruta y en .s~ cima una i d " Máoico debía ser el árbol.

" d 1 que se tran aumentan o . e . ' I Carmen con rayos e uz . d ·mar una escalera para subir a e .

, . ] tiempo e arn ' · Pues "estara de manera, que a b 1· . "6~

. d . do hasta las bam a 1nc1s . r vaya subren o y crecren . , . . facilit 'lf la implantación de los carrne 1-

y mientras Juan de Inglaterra, reac10 a < c1' a El n1onarca queda atónito con . b 1 f t· ] éste crece y enoor '· < d

tas en su remo. su e a ru a . . M "'11 · dos debhn quedar los especta o-. · 1 t· d tnstomada aravi ª · < , ·

el prodrgro y su vo un. d ' . 1 h. b· 1 ·d·1d de los tramoyistas y de mas especia-, t el m1 la gro ante a a 1 i < d , 1 - . ~ res. mas que an _e . f 1 todavía ha Juoar para que os ange es s1.:

listas de los coltseos. En la escena ma e

deslicen desde el techo. t' . os ta11 fastt1osos favorecía que el senti-r, ] teada en enntn · " · · · · · · , Esta escenogra ia, P an < . el ]ano L·i correcta 111atenaltzac1on

· · d ]eo·1do a un seo un o P · < miento reltg1oso que ara re e< . e. t ·do p·1ra los concurrentes como su

. 1 b t'culo tan ent1e en1 < · , de la misma resu ta a espec a bl . 1np'1·111 las o·1stadas maromas. qu1.: , · d la desea e se ro < · e' · . fracaso. Con mas frecuencia . e . . d . 1 . obl'1oab·111 a cumpltr con las le-

] ·onaJes saora os y es e ' < . no sentían respeto por ~s pers . : :;- ·1 n el escenario. sin que sirvieran para yes de la gravedad aterrizando con estrep1 o e

6~ Ídl'lll. p. 24 . 6 1 Íd1·111. p. 26. <'4 Ídem. p. 30.

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nada las habilidades taUJnatúroicas del re s d 6S las deseables . El ilustre fabu~ sta . FT ~~--~n~a ~ - · ·Y ~sto ocur~íu más veces de burdo funcionamiento de h tramo ,e ix_ . .i1_1<1 e ,una_nicgo dc_10 constancia del un artículo que publicó en 'El Cen .~:: .~r,sus electos negativos en la verosimilitud en

No es difícil encontrar r · · , . . ciones de comedias de s'an~~ :rcnc1.as expl_1c1tas a impropiedades en las representa-ritu burlón del cos;umbrista ~a~1~~i~1~e c_1cmplo las críticas realizadas por el espí­en Madrid de La M . oyo y Sotomayor sobre la puesta en escena t . . . ~g_dalena en Roma _v he/la Catalina , tal vez en 1730 , 31 · ras mostrar su op1nion contraria a este ti d . . .: . , - o , quien , grafía· "Y , . . . , . po e te.tiro. dice rel mendose a la esceno-

. como piensas que sub10 su Maoest el? p· . cr~es que en los atomos del Sol '' Pues no S . -a . _1~~sas que en alguna Nuve, o quien sube agua de un ozo baxar _cn~r. V1ss1ble~ unas dos sogas. como vez resulte exa el p : , on, y lo subieron a porfia de las manos" 67_ Tal ro refleja bien fo~;~r~~l~~1~1~L~:i;~on;o ot,ral~ que realizó s_~bre la Villa y Corte, pe-

1 ual el d. . . 1 ua es e e d rcprcscntac10n g_ . , e 1vert1do_ se presenta el descenso al escenario de ~no . . ' . , d~scnpc1on de un periodista madrileño· "D" 1 . , º 1 . . s angeles, segun la

pies, a<;omándolos por medio de ums tiras ~c ilos ane~ e~ comienzan a aparecer por los sentar al ciclo Se a1)arece11 1·111 re ' . t. ' . e icnzo ,1zu que al pm·ecer querían repre-

. ' ' pcn 111amcntc que 1 ·d · ta que se descubrieron las cabezas dicro . -· . - t_cs e que se vieron los pies has-a mi lado para disput·1r a qt11·e·ncs d . . 1 n suft~1entc tiempo a algunos que se hallaban

· ' ' · e os comedian! , t , 1 colgar. El angelical feliz descenso se i1izo ~s pcr cnec1~m as patas que se veían mo mi brazo; luego se arrimaron unos a ~tt~r '.n: 10 _tan ~enc11lo de unas cuerdas co­tad de la comedia se ha representado ~n los~- p.t~d dcsc.ngancharse las c~erdas. La mi­locutores ha salido por dcb·1xo de 1· . <tyrcs ~ nub<1rrones y un tercio de los inter-

' 1crra a escena hX

La representación de los autos s·1 .. . 1. 1 , presencia de todas las oal;;s escÓ 11 ·1· c'ac1d1Mn~nt<1 e~ iah1a gozado desde antiguo de la

1 · e- · s . ,111ten1a en el s1olo XVIII 1 · ,

por a nqueza ele los decoradc)s y 1.1 t . . · e e 1msmo afan · · ' ramoy·1 propias d (· 1· · , También la mu' si· ca . . . , ' · e a unc1on de teatro <>9 . . se convirtio en cierne ll . d. . .

miento ele la funci ón dramática rcli oio .. p 1 o 1111· .:spcnsable para el engrandeci-

7

, b· e S.t. or un clUO cncontnn1os I· ., . .,l d como acompañamiento 1 1 . r . ' , ' . el que se utt 1-nc mico. que servia para subrayar los momentos de

65 Es . . . · l m .i que ya ~Kon ,e 1 a ba vil!ilar en 1(,1 7 c1-· 1 ·¡ . 1 . · .. ·

F R 1 " M • . " 1' o 1.1 Sl 'A RI ·/ l l l· FIC l l l ' l' <lA , ., ·

· Ol nguu ann. Madrid. 191 1 1 7

-. 1

· ' · ' · e n " ¡>asa¡e ro (cú.

6<' "' Di,rnN>XCIJ"". U (""" ·" ": ; ,'7 'i i - i 7 'i 7J · ·1 .. ·· p ¡ ' ' · pto º "" de Jose 1- Mont • · ¡J . · • l la ~llll aVL'llC\. Barce lona . Labor l '')

7, 17 "' · c' ino\ Y e 1c1on de Eba Gar-

<>7 . • - - · p. 5. Cnslobal llOYO y SOTOM i\ YOR (" . / / M . 11 I . . (/I /(/ 1 I ' ll rt/11 1' \" d1' '" Vil/ I \" A 1

11''" 'ª"-'""· rt's¡11111di1·11do" 1111

Ami~" . . ¡ . a' 1' • an n111 rt''" 1· Vi~1"1111dt' de

p. 68. . " " " "1/11 1' '"'"'" d1' la Corl l' "" M111/rid. \ .l. . , .i .. s.a. 11 7-Hll .

hX R . ccng1do por i\nt nnina IH >lllrn ;o M .' A . . Madrid ~ · · . M 1

· · 111111 111'"11" · lo ( 111rn11/i" U gt'11i11 d1' /o r11111ufillfl <'lt 1.¡

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1 • ' 0 1 " ·" " ·. ª' rnl. l'ren ' " l:spatinla . 1972. p. 5-t .

R. l\N IJIO< • 7 t'o/ro ,. ' 11c in /111/ ... . cd. c it.. p .. 155 y"·

1192

tensión del argumento. Son los efectos sonoros. Otras veces se trataba ele cancio­nes sabiamente distribuidas a lo largo de la comedia. Unas llevan letras sacras en consonancia con la fábula . Pero cuando se incluyen en ésta episodios más profa­nos, los textos que les acompañan también lo son . Tal vez algunas de ellas se con­virtieran en tonadas de moda repetidas por cantantes profesionales o por los jóve-

nes modernos en las celebraciones festivas. En Lo que vale ser devotos de San Antonio de Paduo. historia con abundantes

intrigas amorosas , Cañizares incluye varias canciones de amores . Así, unas damas cortesanas entonan la siguiente copla. triste premonición de las aventuras que su-

cecerán posteriormente:

"Quien f'ie de Amor, cuidado. cuidado que no ay que fiar de gozo que es pena. dulzura que es ira, traycion que es al hago." 7º

Los autos sacramentales. teóricamente más impermeables a estos adornos. tam­bién resultaron contaminados con canciones de actualidad (dúos, arias ... ) que re-

cuerdan a piezas similares de óperas o zarzuelas 71

. Como las obras religiosas estaban asimiladas a funciones de teatro. autos y co-

medias de santos tenían que alternar con los intermedios. Tradicionalmente estas formas del teatro breve habían siclo campo abonado para el unnaire y el atrevimien­to, lo cual había provocado las más duras descalificaciones

72. Se avenían muy mal

con las historias sagradas. Sólo la lúdica mentalidad popular bendecía estos extra­ños maridajes. A moralistas e ilustrados les resultaba chocante que se mezclara sin ningún rubor vicio con virtud. y más todavía que la cómica que antes representara a una piadosa santa se transformara ahora en una deslenguada tahernera

7·1.

Sainetes y tonadillas se convirtieron en animadores de la severidad de los dra­mas sacros. Ya se dijo al describir la polémica del auto sacramental en la década de los 60, cómo los intermedios fueron con frecuencia los salvadores de una reprc-

70 Lo q11e •'ale ser de1·01os di' S1111 A11w11in de 1'<1d1111. cú . cit.. p. 12 .

7 1 Véase R. 1\ NíJIOC. T1•arro v so<"icdf/ll .... cd . cit. pp. 356-357 .

72 Puede cnn, ultarsc 111i artículo "La dcscali ficaci611 moral del sainetl' dieciochesco" . en Ai\ . VV ..

Tc"rro 1111•1111r l'n J:,1 11 11111 . Madrid . CSIC. 1983. pp. 215 -2.1 0 . 7 ·1 Dice Cl.I\ v uo Y l·AJ1\R DO : " El Pueblo. ac<'' tumbrado :1 ver repn:scntar ü una Cmncdianla '"' pa -

peles de Mfl)ll . tk /,,11 ·t1111frra . de U11ll'rt1 . y otro'. que por mas ' erios. no ti ene n ml·nn' indece n c i a. ~ en que no poc1s \"eles se ven mas ajados el recato. y la ht>nt:stidad . 1111 pue<k c·nga1iar'c quando la' i:

hacer el papel de la Virgen Purí"ima·· (/e/ /' l'! 1w1d11r. IV. 176.1. p. 20L

1 l lJ _\

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sentación que estaba en decadencia s· , . . . . . ClaVIJO y Fajardo quien mc'cir ·mal: _ _ in temo_1 ,¡que se r1ofanara lo religioso. Fue tumbrista crítico: J ' izo este p1ohlcma desde su perspec tiva de cos-

"Lo cierto es, que yo no véo que csl is . 1 . 1 .' . representacion de los autos. sainan del ~· l '.1'. I<~~ t .cm<1s. que concurren ~1 la y se mantengan en él S<)I(> 111·1c""nt . . ( ir.i ·~ l1 empo de los rntermecl1os,

L • r<1s pueden 01r st t d. ¡ ~ue sí se advierte continuamente es . . . . l. pre en ll a leccion . Lo t1cularmen1e las ele un cierto tcin .. q,~!e l.i n~<1yor p.irte efe las gen les, y rar-. o. es <1n en convers·icion ' el · 1 sentos y Luneta mientras dura el Auto . . . " '. ' . o eJan os Apo-1~cte .. En estos hallan únicament e di; y. solo assl1:slcn al Entremés, y Say­fast1d1osa. cision. Y " pieza principal les es

Solo el robre Pueblo. que ha compr·1do ' f d h tro horas dentro del Cl11·1··1I . ' e cree o de estar tres , o c¡ua-h ' ·Y no quiere perder · · · .· · a logrado colocarse st1l·r, el A 1 .su ,1cc1on. n1 el fugar. en c¡uc

· · · · e u o. que cnl1c d · L •

Griego: pero en fin. vé ü los Acto· . I ' . F . . n e como s1 csluv1cssc en cho ... 7~ res. es e" sus palmadas. y queda satis fe-

y por si éstas pudieran parecernos o inio , . d . 1 . saba Mcnéndcz Pelayo oio·1111<1'· I· . pi ncs , e clrscur.so vo lteriano. como pen-1 .. ·, 1 · ,,., ·' d voz u: un clc rroo •I · · M irrcnc ose ahor;.i ·1 hs cc>r11c·'" . 1 . . "' . e .1csurla oya y Corre·1 re-

'

. , ' ' · u1<1s te sanlo.s. En s · · , 1. . , '· ce 1ntcrcs rara el ¡1úhlico "s i 1·1 c ,. 1 1 . u op1nron d reprc.o;entacron carece

1 · , o mee rae e S·11110 re · · . 1 en aza con los entremeses C<iri 1. M , " ·' presentaua. no se cnlrcteoc y " . . · · · " us1ca. con e l B· 1 el .- . . "" · srr ven de salsa y prcantc: lodo lo d , .· . 1 . 1 I· di c. y crn<1s Sainetes 1 ... 1 que le . ,.,' . crn.1s 1.iccc,1rpoconust< .. no ser d l;,in crccrdo el i nl crés de I· . , . 1 "' . >.y que por consrguren-t·1I . . . .is e ni rae as· por es1·1 C"IL.. L ' es cosas. y Sarnctcs · rorqu, 1.,. . 1 . . . . ' ' is.i nunca se omiten hs

l. · · e e rcnen 11en tonndo ,, 1. 1 . . ' · mee ianlcs : y conocen por dond , 1 .. , . ' e pu so a Aud11ono los Co-c" . , , 1 e ldCe n d!.!lia los concurr, I ' ... 7'< 1 . 1.is e e ar~prcscntaci<ln 110 hacían . pues ¡, . . :. _,. en es · . ~as c1rcunstan-lca1~·0 rel1groso. · · e em.isi.ido recomendables los va lore.s del

.. ~slas se ag r;~vaba n m;ís a los ojos de los ci rc 1 . , . . .. s,1h,111 que los comrcn.s c1uc re¡1n:s ·, 1· 1. . 1 i nspeclos mor,ilr slas cuando pen-e . . en d 1.in d 0, pcr,on ·i ¡ , . . ,1 .. rdn a veces ¡wrsonas de \' r·. 1. 11,<l . . · · '.es re 1g1osos en las lahhs b . . , · u, ' en rcco1nc11dahl · N , . . ·, ' · · ros de la larandula lu viera n una hi< " .. J' '· . IL . o es Clcrlo que lodos lo~ mi c 111-

que les negaban los sau;1rne 1110~ y 11,,,. 1" .1·; ';"~. c 1so lu1a coinosuponen 'º·'clérigo, embargo. esl;í probado que sus '1 ·'1111.cl ·' pl10,1111.111 ~ u enkrra1111cn10 en sagr;1do. Sin 11 . .. . . . . , os 10 le1111m hcil 1· b· L

C\d lan una vida al 111;11-.•en de 1·1111 .. 1 . ' 1" dn que algunos de cllm .. 1 . , .. · e ' Old.<JUe\eu1n\"·1'·, · i.i os a 1c1onados. Si a cslo ·1ihdi , · .. e1 Id en alrac11vo 111al.sano pa-

, , llHl.' que e puhl1co tendía a rclencr L' ll su 111e111e

7-l • /d, •111. IV. 17(1_1 . pp. lf1- l 7.

7' T . 1 . n11111¡1hn \agror/o t!t · lo t·n11, ·i"11ci11 cd ·ir 1f'L' l'i ;11110 '' 'LT:1 n1c111:il lo/i. '''·. pp . ·' -~~ -. 1 .~ 1 J.· L . I' · 1X1 . \ \' ;i11'c l;i , f'L'ril'\ionn <k 1< . \ '- 1 >ll H "'

1194

las escenas menos honestas que habían visto en el escenario. sobre todo las de las actrices, cabe comprender las reservas efe los moral islas . En estos lérminos plantea el problema el ya citado Moya y Correa :

"Que es ver a una señorn Comica. practicando ayer los últimos ápices del donaire, y gracejo, y verl;,i hoi a cssa misma. hacer las veces lle una San­ta Penitente, en coloquios con Dios Nuestro Señor. absort;,i. y cxUítica' Qué es tambien ver a un Comico, que era ;,iycr Rufian. affcclando va lentías y con brabatas. y votos, haciendo del fiero unas veces y otras offrccicndo sus cultos. y obsequios ~1 una Dama, para conseguir con estos rcncfimintos su mal deseo; y hoy verle a csse mismo hacer papel de un San Joscph. ó ele un Santo Christo! Pues qué si la que hace el papel de la Virgen Santíssima en un Auto Sacrament;,il , y el que representa el papel del bendito San Joscph. se llega a entender que no son los mas puros y castos. y se cstan pidiendo zclos ! Qué devocion causar<Í en los oyentes este passo? si la que represen­ta la Annunciacion es una efe las que cstan enredadas con un amassio. y acaso con rnas : al ver que clava los ojos en el sucio. y allcclanllo la vcr­gucnza, que ella perdió. le responde al Paranympho: Co1110 puede ser esto. Angel Santo!. q11e 110 cono::.co Varmr .') qué cstar;ín pensando para consigo los que lo oyen? Representa la otra a una Magdalena penilente. y sale al Tablado. qual se suele ver en una pintura. que por peligrosa. debiera con­denarse a las llamas ... 76

Sólo el castizo Romea y Tapia parece cfispucslo a defender a los cómicos y su idoneidad para representar el teatro religioso: "Por qué he presumir. que son Sama­ritano, esto cs. pecadores. y profanos, los que liencn la mi~ma marca que yo' 1 Y aun quancfo lo sean por qué no he de prcscinllir. siquiera e l rato. que con la mayor fuer­za. estullio. y propicclall estan haciendo un papel. de que todos ~omos indignos '.' Quién no sabe. que una Com ica h:íbi l. aunque pocu ca~la. repre~enlar;í mejor :1 una de las Heroynas ele la Cast idad. que otra que sea de cos1u111hres irrepreh~·nsibles. pero necia . o poco instruida. A nosotros lo que nos toca es ,·er. s i la que represc n­la el papel efe la Madre de pecadores. procura. en c ircun o;pecc ion . lrage y gravedad. hacer. en el modo possiblc. adequado su papel: y al Magi~lrado. ver si la !'ama que 1 icne de poco casta, es juicio temerario. o cu I pa ekcl i \'a . y pni\' idenc i ar e 1 rL'lllL'­d io. que ncccssita un escandalo público ... 77

No se trata de tomar parlido a favor de urn1 u olro bandu L'n e''ª pulémica. ~ inn conslalar que la mayor parle del público popular lenía la ~ 111i,111as opiniones ne~a­l1 vas sobre sus , · ida ~. Conviene adem<Ís rccordar que ft1 , aclure-.;. oh li gado' a com-

7(, Ídt'IH. p. 1 X-1 . 77 /:'/ t' .1t'f'ift11· ,,/11 ri111/o . l'd . L·it.. p. 1_\ 1.

1 1 l))

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placer al espectador para sub .· ·t' . ditorio. En el caso del t .t st~ .1r: n.eces1tahan hacer continuas concesiones al au-piedades que lo ~rofana~~.~~ re tg1oso esto se traducía las mús de veces en impro-

Clavijo y Fajardo dest· e 1 . . · . dio de El p n d ·. ,d1 a a gun<1s otras in-egulandades en su bien trazado estu-e sa or: van e ad de adorno . t . . 1 , . ,, .

dicional lucimiento· hita de . d .. , s y r<1Jes en as co1111cas. buscando el tra-e , b 1 , ' d ecu..ic1on entre persona y personaJ· e (". y , era so re as tablas un San J ll't B· t' b· , .. ' (, que pare-

utillaJ· e ("E . . d 'n ,w is ta cm <1razado ¡ ); anacronismos en el n pnmera e ad del hombre se ve t . l . . . .

chambergos, vestidos de oro 1 t· . .j . . n ta Jucos. Jaquetillas, sombreros des en el vestuario le parece1; fo aª; p1ocd1as. y º1 tras mil cosas"). Las impropieda-

t , J mas con · enab e· "se ve ·1 un homb

~:~11: ªc1:~~~~~~!st~~~~:t1;~0 con una bata mor~da ;bierta. 1~edia blan~:: :;a~~~~~ Ch . t d . , ' , ?ueltas en la camisola, polvos coleta y lazo" "

ns o peyna o de ala de ptchon con 1 b , " ' , , o un no era mu diferente , . , po vos, y .cor at1n 7~ . Este engalanamiento

vertir el e~cenario en~~ º~~~~~~i~~e~~~:~·~~~nes. S~e;11pre existía la t~~taci?n de con­presentación del auto de C 11 , . ~. mo e os . Tal le parec10 a Ntpho la re­de María Ladvenant 11 , . ~e e~ob~·A· tu pm¡11'.10 como a ti mismo que la compañia

evo a asta ..isenelcol1seodelaCruzel 13dejuniode 1763:

"E vestid~:,sQta r~pre_senta~iQón ~ia salido de madre la pompa y profussion . Qué . . . ue guc1peza ue oro y pht·1' V ·1y·1 va 1 ~~;1ianif~stó aqui toda~ ~us travesur~s~ El ~u~i'o d~~~iuaen~e ~:7~~~~~toá

t e.rdendcta de su natural mconstancia es la variedad y todo lo q e b, , vant a ya sea propia 0 N f 1 · u sa e a di a· , , , .: - '. agena. o a tarú algun Critico cosquilloso ue

ci:rt~~ ~ué~.,t~~ ~~a~~~~¿cde:<~~~ noticias ~e las g~las? Buena sencill~z. ior havr<.Ín ido ·í ver esta fu , · . Te pe~son..is. y de aquellas que hacen figura

ue I· ~ º _· nc1on eatra . mas por la decoracion de los tra es q por ..t ..t"'udeza, y acumen de los conceptos de Don Ped C Id g . '. con que notese si deberé . , . ,' ro a eron, vos de la aclmir<;cion ~dí~1 me a pond~rar uno de los principales moli-cie este inu11·1 y : Yodaseeur~. que se1 ta mas decencia abatir el orgullo

· excesivo ecoro. n

Más difíciles ele evaluar result·i t 1 , . ción dele las que. no clej;m cons;an;i: 1~cl~evr\~~::~~~" c1~~c~~1;;~~a~:ci~: de la rep~esdenta-1 proce er habitual de los cómicos los c . . · · ro conoc1en o e escenas religiosas con sus oestos. 'el . :eemocls muy capaces de dar la vuelta a las

. · · · e · · , re 0 1stro e sus voces p d por ejemplo, cuál sería el comportami~nto del ,;ct;ir .' . o , emos p;e~untamos, do en Princesa. ramem ,. mártir Santa Afi· 1 . y t,1111b1en del publtco, cuan-. · · 'ºe enamorado Lanfredo, tras recon-er

~~ E/Pensador. IV . 176.1. pp. J.'i-40. /Jwno l : .1·tra11gl'l'o . XII . ~ 1 Jcjunio 17(1.1. pp. 1 X(1 - I X7 .

1196

el largo camino de Chipre a Alemania en busca de su amada. le dice que viene en

busca de su belleza y añade:

"Vuestro vellocino hermoso vengo de lejanas tierras buscando, pues solo en él se halla toda la grandeza." 8º

El lenguaje equívoco.los excesos expresivos del coloquio amoroso, tan frecuen­te en las comedias de santos. facilitaba estas situaciones que debieron escandalizar al auditorio más piadoso y a los clérigos guardianes del orden moral.

6. Las razones aducidas en estas páginas nos permiten afirmar que es muy difí­cil entender el teatro religioso del siglo XYlll desde una perspectiva exclusivamen­te catequética. Estas obras fueron perdiendo paulatinamente el contexto sociológi­co que las justificaron en sus orígenes. El coliseo las ha apartado definitivamente de la piedad primitiva y las ha integrado en una función de teatro que no difiere en sustancia de los otros géneros dramáticos profanos. Señala René Anclioc, hablan­do del auto, que los espectadores no podían hacer abstracción de " los pormenores de la vida privada de los cómicos" y que "en la medida en que la función consta también de piececitas cómicas. tampoco predispone el ambiente general a la per­cepción del carácter sagrado de los personajes del auto" 81. Lo mismo se puede afir­mar de la representación ele los restantes subgéneros del drama religioso.

En este tipo de teatro la ruptura de las normas del sentido común se hacen mús ostensibles. Por un lado, refleja un mundo de milagros y prodigios en el que vive en libertad la mentalidad mágica del pueblo español. si aceptamos la descripción feijoniana. Pero además, como fenómeno dramático. posee todas las licencias del teatro popular y las incongruencias específicas del religioso. que sobrevive en con­tinua heterodoxia. Así, pues, el drama sacro expresa un mundo bizarro. casti10 y "romancesco". Resulta lógico que el crítico neoclásico y el hombre ilustrado des­precien estas obras groseras. ajenas al sentido común y a la racionalidad del "'hom-

bre de bien". Parece evidente, pues, que el público recibe estas obras en clave ele diversión

pública, a~ margen del valor espiritual que el género tuvo en otros tiempos y lejos , de la función educadora que algún dramaturgo más honesto pudo asignarle .

80 Princesa. ramera r marrir. Santo A.fi't1. cJ . cil .. p. 1 O. 81 Temm r .mciedcul .... cJ . cit .. pp. J60-.16 I .

1197