9 temas claves en las cáritas parroquiales documentos de ... · pdf filetras...

86
9 temas claves en las Cáritas parroquiales Documentos de trabajo 2.

Upload: buikien

Post on 11-Mar-2018

216 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

9 temas clavesen lasCáritas parroquiales

Doc

umen

tos

de

tra

bajo

2.

San Bernardo, 99 Bis - 28015 MadridTel.: 91 444 10 00 • Fax: 91 593 48 [email protected]

8675_cubierta_caritas.indd 1 26/12/08 12:05:28

9 temas clavesen lasCáritas Parroquiales

Doc

umen

tos

de

tra

bajo

2.

Acción Significativa Cáritas Parroquiales.Nivel Técnico Mixto

–2009–

8675_caritas_corregido.indd 1 29/12/08 13:24:31

Enero, 2009.

© Cáritas Española. EditoresSan Bernardo, 99 bis28015 MadridTlf.: 91 444 10 00www.caritas.ese-mail: [email protected]

Diseño y maquetación: Rosy Botero, XK.

Impresión: Fiselgraf - XK,s.l. [email protected]

ISBN: 978-84-8440-503-0Depósito legal: M.

8675_caritas_corregido.indd 2 29/12/08 13:24:31

Índice

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

I. La comunidad cristiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71. Dimensiones de la comunidad cristiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112. Tentaciones que se dan en las comunidades cristianas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143. Desafíos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144. Tareas de Cáritas para hacer comunidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

II. El sacerdote en Cáritas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171. Tres actitudes a desarrollar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222. Funciones del sacerdote . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

III. El voluntariado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271. El voluntariado como discipulado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 302. El voluntariado en Cáritas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

IV. Comunicación cristiana de bienes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351. En el ámbito personal y comunitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

V. La coordinación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 451. La importancia de la coordinación en una Cáritas Parroquial . . . . . . . . . . . . . . . . 502. A modo de conclusión: importancia de la participación y el trabajo en red . . . . . 51

VI. La acogida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 531. Instrumentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60

i

3

8675_caritas_corregido.indd 3 29/12/08 13:24:32

VII. La sensibilización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 631. La sensibilización en Cáritas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 662. Cómo sensibilizar a la comunidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

VIII. El acompañamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 691. Estilos en el acompañamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 722. Características del acompañamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 733. Perfil y dimensiones del acompañante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 744. Retos y dificultades del acompañamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

IX. La formación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 771. Referentes fundamentales de la formación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 802. Contenidos de la formación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 813. Criterios metodológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 824. Destinatarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

8675_caritas_corregido.indd 4 29/12/08 13:24:32

Presentación

Con la publicación de estos materiales creemos que hemos llegado al final de nuestro recorrido como acción significativa dentro del Nivel Técnico Mixto de Cáritas Española. Dicho Nivel está formado por directivos, voluntarios y técnicos de distintas Cáritas Diocesanas y de los Servicios Generales. Y por acción significativa entendemos en este caso el estudio de las cáritas parroquiales que se nos ha encomendado de acuerdo a lo propuesto en el último plan estratégico.

No es que se haya logrado el fin marcado en el plan, «fortalecer las cáritas parroquiales», pero sí hemos agotado el objetivo que como grupo nos habíamos marcado: analizar la realidad de nues-tras Cáritas en el ámbito territorial y ofrecer unas reflexiones, lo más concretas y operativas posibles a los acompañantes de grupos de base.

La publicación que tenéis entre las manos no es ninguna novedad, mucho de lo que aquí encon-traréis procede de otros documentos y reflexiones de la Confederación, pero sí creemos que aporta una serie sistematizada de temas que pueden servir de guía abierta a los acompañantes de los grupos de voluntarios de las Cáritas parroquiales.

El material que ofrecemos, si no abarca todos los ámbitos de nuestras Cáritas parroquiales, sí incide en factores tan fundamentales como la comunidad, espacio y génesis de la acción sociocaritativa, el papel del sacerdote como animador de diaconía, el voluntariado visto desde la perspectiva de seguimiento de los discípulos de Jesús y como lugar de encuentro ecuménico con hombres y mujeres de buena voluntad, la comunicación cristiana de bienes que encarna el mandamiento del amor entre todos los hijos de un mismo Padre, que en comunión, de manera coordinada, ejercen la acogida a todos aquellos que son rechazados, excluidos, marginados, explotados.

Esto, sin olvidar una tarea permanente de los miembros de Cáritas como es la sensibilización de toda la comunidad cristiana y de la sociedad como una forma de crecimiento del Reino, porque otro mundo es posible.

También hemos querido aportar unas breves notas sobre lo que es y supone acompañar y formar a los equipos de Cáritas parroquiales, tareas complementarias y permanentes para el desarrollo y adaptación de nuestra institución a los nuevos retos de un mundo en permanente cambio.

El trabajo durante estos años no ha sido fácil, aunque si muy agradable. Ha resultado, a veces, com-plicado porque el objeto de nuestro análisis y reflexión tiene muchas y muy variadas facetas. Sin embargo, ha sido encantador porque nos apasionan las Cáritas de nuestros pueblos y nuestros ba-

P

5

8675_caritas_corregido.indd 5 29/12/08 13:24:33

rrios, con todas sus deficiencias, pero también con todas sus potencialidades y, ¿cómo no?, porque compartir este reto con el grupo humano que formamos la acción significativa Cáritas Parroquiales ha sido enriquecedor en todos los sentidos. A todos ellos, gracias.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

8675_caritas_corregido.indd 6 29/12/08 13:24:33

ILa comunidadcristiana

«El Reino de Dios se parece a un grano de mostaza que es una semilla muy

pequeña, pero que cuando brota se hace más alta que las demás hortalizas

y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra».

(Lc 14,7-23)

8675_caritas_corregido.indd 7 29/12/08 13:24:33

8

Fundamentación bíblico-teológicaLa forma de vivir el seguimiento evangélico es comunitaria. Los discípulos no siguieron a Jesús por separado, sino que lo siguieron en grupo, formando una comunidad. Es en esta fraternidad donde los discípulos encuentren el lugar propio y adecuado para el desarrollo de la fe. La fe es una respuesta personal a la llamada de Dios, pero se vive en comunidad. Por eso, hoy son necesarias comunidades santas, comunidades que ayuden a los cristianos a vivir en profundidad el seguimiento del Señor y que sean ejemplo y testimonio para el mundo. Las comunidades cristianas, en esta perspectiva son comunidades porque son cristianas. Lo cristiano exige lo comunitario. Si los cristianos nos embarcamos en la tarea de construir co-munidades no es porque sea una moda, es porque no podemos vivir la realidad cristiana de nuestra fe si no es en la dinámica de la comunidad.

Esta consideración, sin embargo, no debe llevarnos a reducir el ser de la comunidad a las relacio-nes internas de los miembros del Cuerpo de Cristo, dejando de lado el sentido radical de la encar-nación. Si Jesús es el ser humano en el que Dios se encarna, los cristianos creemos que Cristo está presente en toda la humanidad y que la Iglesia, sacramento de Cristo en el mundo, está al servicio de la comunión entre todos los hombres. Por eso, la comunidad de Jesús es abierta y acogedora como se expresa en la parábola del gran banquete del Reino (Lc 14,7-23), una comunidad en la que se acoge a todos, sin excluir a nadie. Para el cristiano no puede haber excluidos.

Hay que tener en cuenta, ante todo, que el ingreso a la comunidad de Jesús se efectúa a partir de la llamada al seguimiento: Jesús llama a los discípulos y éstos lo dejan todo y le siguen. Es decir, se ponen a vivir con Jesús y como Jesús, o sea, a compartir su proyecto y su destino. En esto consiste esencialmente la comunidad evangélica: es un grupo de personas que conviven compartiendo el destino de Jesús, que consistió de hecho en la solidaridad con el pueblo, hasta sufrir y morir por ese mismo pueblo. Y esto precisamente es lo que tiene que configurar y deter-minar el hecho comunitario entre los cristianos. Pero está claro que compartir semejante destino supone y exige una mística radical de adhesión a Jesús, unas relaciones personales con él muy

profundas para llegar a vivir un mismo proyecto de vida y de acción.

Comunión con el Señor y comunión en él con todos los hermanos, no son aspec-tos disociados del compromiso cristiano, sino dimensiones inseparables de la vivencia de la fe y de la comunidad cristiana. Necesitamos, pues, superar toda confrontación y disociación entre fe y vida, espiritualidad y compromiso social y político, contemplación y acción, adhesión personal a Jesucristo y vivencia comunitaria de la fe. Es la comunión profunda con el Señor la raíz de nuestra experiencia eclesial y la fuente de nuestro empeño por el compromiso social y político. Y es la lucha a favor de la justicia y la igualdad entre los hombres, con particular atención a la situación que padecen los pobres, un signo de verificación práctica de nuestro seguimiento del Señor y nuestra pertenencia

eclesial, pues el servicio de la caridad es constitutivo del seguimiento y de toda comunidad cristiana.

8

8675_caritas_corregido.indd 8 29/12/08 13:24:34

La comunidad cristiana

I

9

**

*

DefiniciónEl Diccionario de la Real Academia de la Lengua define comunidad como cali-dad de común, de lo que, no siendo privativamente, pertenece o se extiende a varios.

Las comunidades cristianas son comunidades porque agrupan una serie de personas que tienen unos objetivos comunes y que buscan los caminos más adecuados para su realización. Pero es «lo cristiano» lo que configura y caracte-riza a los modelos de comunidades que llamamos cristianas. ¿En que consiste lo cristiano? Radicalmente en vivir la existencia humana en comunión de fe en Jesucristo y en el seno de una comunidad cristiana, sacramento de salvación para todos los hombres. De aquí la importancia de la adhesión personal a Jesu-cristo y de conocer la fuerza comunitaria que tiene la fe cristiana.

No se puede ser cristiano si no se profesa una fe que es esencialmente comu-nión con el Dios de Jesús de Nazaret y que se concreta en la comunión con quienes profesan la misma fe. Ser cristiano es ser miembro de un cuerpo que se está haciendo constantemente y que es el Cuerpo de Cristo. Los miembros de la Iglesia están espiritualmente implicados entre sí, pues son miembros los unos de los otros para ir construyendo el Cuerpo de Cristo. Un Cuerpo de Cris-to, congregado en la Pascua, que constituye el signo visible, la presencia pública que continúa en la historia la misión evangelizadora del Maestro.

La Iglesia es cuerpo visible del Señor (1 Cor 12, 12-27), sacramento universal de salvación (LG 48; GS 45) y como tal manifiesta y realiza el amor de Dios al hombre, como comunidad de fe y como realidad visible que acoge a todos los afligidos por la debilidad humana y, más aún, reconoce en los pobres y en los que sufren, la imagen del Señor.

La Iglesia sólo da testimonio auténtico en la medida en que realiza y hace par-tícipes a todos los miembros de la comunidad en las tres tareas fundamentales que nacen de la misión evangelizadora: la enseñanza, la liturgia como celebra-ción de la salvación y el servicio a los pobres.

Hacer comunidad no es crear una estructura o hacer un reglamento o redac-tar unas constituciones. Hacer comunidad es una tarea de cada día y de cada

8675_caritas_corregido.indd 9 29/12/08 13:24:34

10

**persona que está comprometida con la buena noticia de Jesús. Es hacer que surja lo cristiano en lo humano y hacer que lo comunitario responda al evangelio.

La comprensión práctica de esta verdad elemental con frecuencia resulta pobre y se realiza de un modo muy ambiguo. El individualismo que hemos heredado de la modernidad es un obstáculo fuerte que nos va llevando a vivir, inconscientemente, en una radical contradicción. Sabemos que la fe cristiana es solo una, pero cada uno la vivimos individualmente sin tener demasiada conciencia de la interdependencia y el compromiso comuni-tario y público que postula. La vida cristiana se define esencialmente por la síntesis y la coherencia de vida, por la integración de vida de oración y práctica religiosa con lucha por el cambio social y político a todos los niveles.

En el orden práctico y pedagógico, hay que empezar por donde empezó Jesús con su comunidad. Lo primero es exigir seriamente el seguimiento y la entrega incondicional al servicio del Reino de Dios. Lo primero que tiene que preocupar a la comunidad es el empeño por la causa de Jesús, que es la causa del Reino, la nueva sociedad, en la que se implanta la justicia, la igualdad y la libertad entre los humanos. Pero esto sin olvidar nunca que la acción resulta inconsistente cuando no está fundamentada en el Señor y centrada en una fuerte experiencia de Dios.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

10

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 10 29/12/08 13:24:35

** 1. Dimensiones de la comunidad cristianaLos animadores que asumen la tarea de crear comunidades o de acompañar su desarrollo, deben tener en cuenta una serie de dimensiones que definen a la comunidad como cristiana.

a. Dimensión litúrgica y celebrativa

La comunidad actualiza el misterio de Cristo en celebraciones que son signos o símbolos eficaces de su presencia y acción salvadoras. Los signos hacen visible lo invisible de Dios. Es la comunidad la que tiene que saber hacer visible el misterio invisible de Dios para que las personas puedan realizarlo en su historia personal, comunitaria y social.

Las celebraciones litúrgicas son una dimensión importante en la vida de la comunidad cris-tiana. Hemos de cuidarlas y vivirlas con esmero para que no caigan en el riesgo de quedarse en manifestaciones externas que no llegan a la eficacia que se les pide ni a expresar lo que significan. Esta eficacia es un don de Dios a su Iglesia, pero puede estar empobrecida o anu-lada en las respuestas humanas a este don eficaz en sí mismo.

En torno a la Mesa, la comunidad celebra el sacramento de la caridad, el gran signo del amor entregado hasta el extremo, la Eucaristía que rememora la entrega de Jesús y que lleva a la comunidad a la propia entrega, saliendo de sí misma y compartiendo con todos lo que es y lo que tiene al servicio del Reino, de un mundo sostenible donde el hombre pueda desarrollarse plenamente como individuo y como sociedad.

b. Dimensión profética

Por el hecho de ser cristiana, la comunidad está llamada a ser Palabra y Acción de Dios en un determinado contexto social y temporal, promoviendo el bien y denunciando y erradicando el mal. Es lo que constituye su dimen-sión profética.

Construir una comunidad profética supone seis pasos: 1. Analizar la realidad humana, social, económica y política en

la que está situada o en la que desea situarse.2. Confrontar estos análisis con la vida y la historia de Je-

sús y con su mensaje de salvación.3. Elaborar prioridades adecuadas desde el evangelio de

Jesús. Prioridades que deben responder a la realidad de la comunidad concreta y a la realidad global de la sociedad.

La comunidad cristiana

I

11

8675_caritas_corregido.indd 11 29/12/08 13:24:35

12

4. Procurar los medios personales, económicos y culturales que sean necesarios para que la profecía sea una realidad eficaz.

5. Asumir compromisos concretos que lleven a la comunidad a la realización de sus objetivos, teniendo en cuenta las prioridades.

�. Revisar y replantear permanentemente estos compromisos a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia.

c. Dimensión caritativa: samaritana

La parroquia, como comunidad de seguidores de Jesús, actualiza el amor servicial de Cris-to. Por eso, toda parroquia, de una manera u otra, debe tener organizado su servicio de la caridad, es decir que está ordenada a organizar la Cáritas parroquial. Parece una tarea que se revela ineludible a la hora de hacer comunidad. Si no hay comunidad cristiana sin Palabra y sin Eucaristía, tampoco la hay sin el servicio de la caridad.

Lo que entendemos por Cáritas es una organización que la IGLESIA se ha dado a sí misma para expresar su identidad y su misión frente a la realidad de pobreza que segrega una sociedad de abundancia y egoísmo. En realidad, Cáritas no es más que la misma Iglesia en su servicio caritativo y social.

La opción por los pobres y el servicio a los pobres, encarnado en las realidades de pobreza que se van dando en la historia de los pueblos y las iglesias, es el reto permanente de Cáritas. Su manera de ser y de organizarse tienen un significado: ser respuesta cristiana al evangelio de Jesús, buena noticia para los pobres.

La dimensión caritativa es, pues, un aspecto sustantivo que no puede dejar de lado nin-guna comunidad y que no se puede olvidar a la hora de constituir comunidades

cristianas. Hemos de reconocer que la misión samaritana de la comunidad es una tarea compleja, pero uno de los aspectos que debe promover siempre es el de

la misericordia para con los que sufren.

Para ello debe:

Despojarse de:• La tentación de pasar de largo.• La tentación espiritualista.• La tentación de instalarse en la ley.• La tentación de excluir.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

12

8675_caritas_corregido.indd 12 29/12/08 13:24:35

Y dar los siguientes pasos:• Acercarse a las personas concretas.• Ver las necesidades reales de los pobres que están tirados en las cunetas.• Responder adecuadamente.• Utilizar los recursos.• Implicar a los demás.

d. Dimensión formativa

La formación puede entenderse como una de las tareas importantes para la creación de la comunidad cristiana. Asumir la formación de sus miembros, es hacer comunidad seria y consistente.

Se irá haciendo comunidad cristiana, en la medida en que los miembros vayan interiori-zando la fuerza del evangelio y vayan configurando progresivamente sus vidas con Cristo. Por eso, la tarea de crear comunidades implica organizar tareas de formación o de educa-ción para sus miembros.

Pero la comunidad se irá haciendo a sí misma no sólo procurando la formación cristia-na de sus miembros y la comunión de la fe entre ellos, sino también planteándose en serio cómo ser promotora de humanidad nueva para la sociedad y para el mundo de cada tiempo y lugar. Nada de lo que pasa en el mundo debe serle extraño, y en todo lo que pasa tiene una palabra que decir y un testimonio positivo que dar. Por eso, la formación en Cáritas parte siempre del análisis de la realidad y de una lectura creyente de la misma.

La comunidad cristiana

I

1313

8675_caritas_corregido.indd 13 29/12/08 13:24:36

14

2. Tentaciones que se dan en las comunidades cristianas

A la hora de formar comunidades verdaderamente cristianas, hay algunas tentaciones que nos acechan y ante las que hemos de estar alerta. Podríamos señalar algunas:

• La añoranza del pasado de cristiandad. Volvemos la mirada atrás como si las situa-ciones pasadas pudieran darnos luz para vivir y para creer.

• La de instalarnos en el presente inmediato, desentendiéndonos de las nuevas situa-ciones que se crean en la sociedad y en el mundo. Esta instalación nos lleva a vivir la fe al margen de la realidad dinámica. Nuestra fidelidad a Cristo pierde su fuerza transformadora de la historia.

• La de vivir la relación con Dios en las nuevas sacristías que se crean con los medios que proporciona hoy una sociedad de abundancia.

• La de adaptar nuestras iglesias y nuestras comunidades dejando de lado las po-brezas nuevas y viejas que cuestionan la autenticidad de nuestro seguimiento de Cristo.

• La de acomodarnos en la indiferencia, refugiándonos en el pietismo.• La de no asumir que la Buena Noticia viaja en vasijas de barro, sin por ello caer en

la resignación y la desesperanza.• La tentación de caer en el activismo perdiendo el sentido evangélico y evangeliza-

dor de cuanto hacemos.

3. DesafíosJunto a las tentaciones mencionadas, aparecen también algunos desafíos entre los que cabe señalar:

• Profundizar y actualizar nuestra fe en Cristo: hacer que su misterio y su mensa-je tenga actualidad y fuerza para cuestionar a las personas, iluminar los acon-tecimientos y dar sentido humanizador a las instituciones y a las conciencias individuales y sociales. Esta reconversión postula una permanente conversión de las comunidades al misterio y al proyecto de Jesús.

• Asumir el pluralismo. Ahondar en la unidad dentro de las grandes divergencias que se dan entre los pueblos y los colectivos humanos.

• Ahondar en la unidad de quienes se confiesan creyentes de cualquiera de las religiones de nuestro mundo y de un modo especial entre las iglesias cristianas.

• Cultivar el sentido comunitario de la fe y formar comunidades don-de se pueda vivir en plenitud la fuerza del evangelio.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

14

8675_caritas_corregido.indd 14 29/12/08 13:24:36

15

4. Tareas de Cáritas para hacer comunidadCáritas: el ejercicio del amor por parte de la Iglesia como «comunidad de amor».

(Enc. Deus Caritas Est)

¿Cuál es la misión de Cáritas en el seno de nuestras parroquias?

• Solidaridad inserta en la cotidianeidad.• Sacar a la luz a los invisibilizados. • Hacer de la parroquia un lugar de referencia. • Convertir la parroquia en plataforma para la integración. • Trabajar con la exclusión. • Ser expresión de una Iglesia austera, desprendida y solidaria.• Sensibilización con los países del sur.• Potenciar la acción comunitaria de base tejiendo una red sólida.• Impulsar la comunicación cristiana de bienes. Propiciar este compartir con los países

del sur. • Conciencia crítica y análisis. • El servicio a los pobres: elemento esencial de la Iglesia.• Apuesta prioritaria por la erradicación de la exclusión. Proximidad a los más pobres.• Integrarnos en las estructuras de comunión y participación.• Promover espacios de encuentro e intercambio.

«Y así, desde los pobres hemos redescubierto la necesidad de una nueva civiliza-ción: civilización de la pobreza o, al menos, de la austeridad y no de la imposible abundancia para todos (…) .Y esta civilización más humana se traduce en dar pri-macía a la comunidad sobre el individuo, a los valores trascendentes sobre el romo pragmatismo».

(Jon Sobrino)

La comunidad cristiana

I

15

8675_caritas_corregido.indd 15 29/12/08 13:24:37

BibliografíaCASTILLO, José María. Espiritualidad para Comunidades, Editorial San Pablo, Madrid, 1995.LEAL SALAZAR, Gabriel. «Cáritas, animadora en la comunidad: [ponencia presentada en la Es-

cuela de Formación Social, El Escorial, 3-4, 1995]», en Corintios XIII, nº. 7�, octubre-diciembre, 1995; p. 51-109.

MARTIN, Francisco. Animación de la comunidad cristiana, Editorial CCS, Madrid, 1998.VEDRI, Adolfo. «Experiencia: el servicio de la caridad en la comunidad Parroquial: [comunicación

presentada en la Escuela de Formación Social, El Escorial, 1998]», en Construyamos un mundo mejor, 3 v.; p. 531-535. Cáritas Española, 1998.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

1�

Mis notas:

Cuestiones para la reflexión1. ¿Qué aporta la caridad a la realidad de las comunidades?

2. ¿Qué cauces habría que potenciar para que los equipos de Cá-ritas fueran cada día más significativos en el desarrollo de las comunidades cristianas?

3. ¿En qué medida está toda la comunidad implicada en la tarea de Cáritas?

4. ¿Qué relación hay entre los distintos grupos parroquiales?

8675_caritas_corregido.indd 16 29/12/08 13:24:37

La Comunidad Dristiana

17

0

IIEl sacerdoteen Cáritas

8675_caritas_corregido.indd 17 29/12/08 13:24:38

Fundamentación bíblico-teológica

«Los Apóstoles, a los que estaba encomendado sobre todo “la oración” (Eucaris-tía y Liturgia) y el “servicio de la Palabra”, se sintieron excesivamente cargados con el “servicio de la mesa”; decidieron, pues, reservar para sí su oficio principal y crear para el otro, también necesario en la Iglesia, un grupo de siete perso-nas. Pero este grupo tampoco debía limitarse a un servicio meramente técnico de distribución: debían ser hombres “llenos de Espíritu y de sabiduría” (Hch 6, 1-6). Lo cual significa que el servicio social que desempeñaban era absoluta-mente concreto, pero sin duda también espiritual al mismo tiempo; por tanto, era un verdadero oficio espiritual el suyo, que realizaba un cometido esencial de la Iglesia, precisamente el del amor bien ordenado al prójimo. Con la forma-ción de este grupo de los Siete, la “diaconía” —el servicio del amor al prójimo ejercido comunitariamente y de modo orgánico— quedaba ya instaurada en la estructura fundamental de la Iglesia misma.

Con el paso de los años y la difusión progresiva de la Iglesia, el ejercicio de la caridad se confirmó como uno de sus ámbitos esenciales, junto con la ad-ministración de los Sacramentos y el anuncio de la Palabra: practicar el amor hacia las viudas y los huérfanos, los presos, los enfermos y los necesitados de todo tipo, pertenece a su esencia tanto como el servicio de los Sacramentos y el anuncio del Evangelio. La Iglesia no puede descuidar el servicio de la caridad, como no puede omitir los Sacramentos y la Palabra».

(Deus Caritas Est, 21-22)

La tarea del sacerdote, como animador y acompañante de la fe de la comuni-dad cristiana y como responsable de que ésta sea fiel al mandato misionero

del Señor «haciendo esto en memoria suya», tiene el deber de anunciar la fe, celebrar la Buena Nueva del Evangelio y servir a aquellos que son objeto del amor preferente del Padre y a los cuales se dedicó Jesús prio-ritariamente. Es, por ello, por lo que el sacerdote es el máximo respon-

sable de que la comunidad cristiana se muestre como tal en el ejercicio de la Caridad.

El sacerdote deberá cuidar que en su comunidad surja Cáritas como una concreción organizativa de esta dimensión inalienable de la Iglesia en favor de los últimos, siguiendo el ejemplo del Señor que los reunió en grupos de cinco a la hora de repartir el pan.

18

8675_caritas_corregido.indd 18 29/12/08 13:24:38

La organización forma parte de las mediaciones que el Señor necesita para actuar eficaz-mente en favor de los necesitados.

Por tanto, la preocupación primera será alentar y encauzar a la comunidad en el amor preferente de Jesús por los pobres, haciendo que sea lo más eficaz posible al ponerse toda la comunidad, desde todas las áreas y acciones, al servicio de los que tienen menos, fundamentando esta acción en una sólida formación en la Palabra de Dios y en la Doctrina Social de la Iglesia.

En este sentido Cáritas, con su pastor al frente, debe ayudar a que la Iglesia sea una Iglesia pobre y para los pobres, siendo él, el primero en dar testimonio con su vida y predicación, haciendo posible que la misma Iglesia no caiga en la tentación de acumular riquezas y sea signo de credibilidad de los valores del Reino. El trabajo de Cáritas, cuando se dirige hacia el interior de la Iglesia, ayuda a la conversión de los creyentes y hace presente, en el seno de la comunidad, a los pobres como lugar teológico de la presencia de Dios.

Así, la tarea de Cáritas tiene un quehacer que no estamos demasiado acostumbrados a descubrir: hacer a la Iglesia más pobre. Y no porque la pobreza sea un bien en sí misma, sino porque el único lugar para evangelizar y salvar al pobre, es desde la pobreza. Hay que aceptar el desafío de pensar y organizarse desde Jesús y desde los pobres y excluidos de nuestro mundo.

Para llevar adelante esta misión, Cáritas necesita la presencia y animación del sacerdote. El sacerdote en el equipo de Cáritas es, ante todo, un animador atento a que las actividades, la organización y la economía estén en sintonía con las actitudes, los valores, las opciones del Evangelio, así como velar para que el talante del equipo y de cada uno de sus miembros esté en una línea evangélica.

19

8675_caritas_corregido.indd 19 29/12/08 13:24:38

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

DefiniciónUn animador y fiel acompañante en el servicio de la caridadEl sacerdote debe ser el primer animador de la caridad en la comunidad cristiana. Dice Juan Pablo II que el sacerdote «es el hombre de la caridad», título verda-deramente maravilloso. El hombre de la caridad que, además, «está llamado a educar a los demás en la imitación a Cristo y en el mandamiento nuevo del amor fraterno (Jn 15,12) (...) en particular del amor preferencial por los “pobres”, en los cuales, mediante la fe, descubre la presencia de Jesús (Mt 25,40) y al amor misericordioso por los pecadores» (Pastoris Dabo Vobis 49).

Cuando tantas veces se identifica al sacerdote como «el hombre del culto» o como «el hombre de la Palabra», nos hace bien recordar que, sin negar esto, es también «el hombre de la caridad».

Esto nos ayuda a recordar que si tarea del sacerdote son el ministerio de la Pala-bra y el ministerio de los Sacramentos, tarea suya es también el ministerio de la caridad. Si tarea suya es animar la catequesis y el anuncio de la Palabra, así como la animación a la celebración de la fe, tarea suya es la animación de la caridad. Si tarea suya es presidir a la comunidad en el anuncio y en la celebración de la fe, tarea suya es presidirla en la caridad y en el equipo de Cáritas debe ser un fiel acompañante para la vida del grupo y de cada una de las personas del grupo.

Como acompañante elige ser uno con el grupo:• Estableciendo una relación de iguales.• Realizando una acogida en totalidad. • Apostando por caminar al mismo paso COM-PASIVAMENTE.

¿Cuándo nos sentimos verdaderamente acompañados, acogidos, consolados?

• No cuando alguien nos enseña lo que debemos pensar, hacer, de-cir...

• No cuando alguien nos aconseja a dónde debemos ir, a quién debe-mos recurrir...

• No cuando alguien nos da palabras tranquilizadoras, esperanzadoras, desde fuera...

20

**

8675_caritas_corregido.indd 20 29/12/08 13:24:39

El sacerdote en Cáritas

21

*II

* El auténtico acompañante es:• El que sabe escuchar en silencio, sin interrumpir. Su pensamiento es:

«No sé qué decir, qué hacer, pero estoy contigo. No voy a dejarte sólo».

• El que acoge a la persona por lo que es y con su originalidad.• El que convence con su vida.• El que comunica su propia experiencia.• El que permanece presente, el que está, sin medir el tiempo, aco-

giendo la globalidad de la persona, sin pretensiones, sin huidas, sin escapes: «presencia aparentemente inútil».

• El que ayuda a discernir según el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 21 29/12/08 13:24:39

1. Tres actitudes a desarrollara. Despertar la apertura al Espíritu

El voluntario de Cáritas es urgido por el Espíritu para realizar la misión de la caridad, para que junto a la Catequesis y la Liturgia formen la esencia del quehacer de la Iglesia. El Espíritu es viento, es vuelo, es fertilidad, es novedad, es impulso... Esto necesitan nuestros equipos. El equipo de Cáritas en una comunidad cristiana debe de sentirse enviado por dicha comu-nidad y ésta debe sentirse presente en medio de los pobres a través de los voluntarios de ese equipo. Ese equipo debe encontrar su sentido en el misterio de la Eucaristía, en el que Dios se hace pan para ser repartido y vino para ser vivido, misterio supremo de Amor y de Caridad en el que el Señor da su vida para que todos tengan vida y la tengan en abundancia. Un miembro de un equipo de Cáritas no puede separar su acción del culto y de la oración. Y a ello debe ayudar el sacerdote con su acompañamiento.

b. Despertar a la persona Toda persona tiene mucha energía dormida y muchas cualidades sin estrenar. El sacerdote animador, con una palabra clarificadora, una advertencia cariñosa, una alabanza oportuna, un gesto de valoración... va despertando en el equipo a la «persona dormida» que cada uno lleva dentro de sí, y ayuda a discernir el camino al que cada uno se siente llamado. Es de las tareas más gratificantes que un cura puede experimentar.

c. Despertar una manera de actuar

En el servicio a los pobres existen algunos peligros que el sacerdote animador debe tener muy presentes en su tarea de despertar al equipo a una manera de actuar, para evitarlos, al igual que hay algunas opciones a potenciar:

Peligros a evitar:El paternalismo Es practicar la caridad desde una situación de proteccionismo, no facilitando que la persona desarrolle sus capacidades. Esta actitud fomenta la dependencia. Toda ayuda tiene que estar sostenida por la justicia y orientada a la promoción.

El tecnicismoEs querer estar «a la última» en los medios materiales, lengua-je..., olvidándonos de la realidad y situación de las personas. El ser de Cáritas es el de unos testigos que se ayudan de medios técnicos.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

22

8675_caritas_corregido.indd 22 29/12/08 13:24:40

La opción «de ser rico» Casi todos los pobres y casi todas las clases medias han hecho la opción de ser ricos y de servir a los ricos. Muy poca gente hace la opción por los pobres. El sacerdote debe acompañar con su consejo y cercanía a que el voluntario de Cáritas tome sus decisiones vitales, familiares, económicas, sociales o políticas teniendo en cuenta a los pobres, a fin de que en su vida diaria se realice el espíritu de María expuesto en el canto del Magnificat, en el cual los pobres ocupan lugar privilegiado y son criterio de la actuación de Dios y la hacen visible.

Opciones a potenciar:Nuestros medios deben ser pobres, que no equivale a carecer de ellos, ni muchos menos a no saber usarlos; se trata de poner, de manera inteligente y eficaz, todo el capital material , social y cultural que tiene la comunidad cristiana al servicio de la liberación de los pobres.Trabajar en Equipo-Comunidad, que es el modo de funcionar en Cáritas.

2. Funciones del sacerdotea. Sensibilizar al grupo de Cáritas: debe ser animador y animado «de y por» la misma comunidad

• El sacerdote ha de saber estar como componente del grupo, con talante corres-ponsable, fraterno, implicándose, en actitud de servicio y disponibilidad.

• Ayudar a hacer una lectura desde el Evangelio de las situaciones y conflictos sociales, convencido de que el grupo es responsable de mantener a su comunidad en actitud de servicio comprometido a favor de los más necesitados, prolongan-do la caridad de Cristo.

• Ayudar a los voluntarios de Cáritas a proceder como enviados, delegados por la Comunidad Cristiana y no en nombre propio, ni de un grupo; a ser cauce y expresión auténtica de la caridad de la comunidad.

• Acompañar y apoyar al responsable de Cáritas parroquial y arci-prestal en todas sus funciones.

• Justificar, motivar, animar y sensibilizar a toda la comunidad cris-tiana de que el ejercicio de la solidaridad y de la caridad es propia del ser cristiano.

• Vincular el trabajo del equipo con la pastoral parroquial, arciprestal y dioce-sana.

El sacerdote en Cáritas

23

II

8675_caritas_corregido.indd 23 29/12/08 13:24:40

b. Acompañar al grupo en su tarea

• Animar al grupo a mantener su compromiso para que afronte las dificultades propias de la acción pastoral.

• Sugerir nuevos campos de trabajo, ayudando al grupo, a semejanza de Jesús con sus discípulos, a descubrir esas necesidades.

• Plantear nuevas necesidades.• Estar atento para ayudar a que el grupo no caiga en la rutina, se burocratice,

se encierre o realice mal su servicio.• Ayudar a revisar el comportamiento y las actitudes que tenemos con

los empobrecidos: respeto, acogida, escucha, discernimiento, acompañamiento, creatividad...

c. Animar en la fe

• Alimentar la fe cristiana y el espíritu evangelizador que ha de animar todo el trabajo pastoral de los voluntarios de Cáritas.

• Ahondar en sus convicciones evangélicas y las exigencias de su vocación cristiana.

• Ayudar a descubrir en los gestos de Jesús, sus sentimientos, sus análi-sis de la realidad, su manera de mirar a las personas empobrecidas, su talante en la relación, sus expresiones de ternura y cercanía, su capacidad de aguante y paciencia.

• Ayudar a orar, y a celebrar la fe, a que cada voluntario de Cáritas sea un con-templativo y, al mismo tiempo, un comprometido.

d. Capacitar para la acción pastoral

• Vincular al grupo de Cáritas y toda su acción a la dinámica pastoral global de la Parroquia, promoviendo la coordinación, la complementariedad y el apoyo mutuo con los demás grupos o comisiones parroquiales.

• Cuidar la formación en línea de compromiso cristiano: exigencias sociales de la fe, misión de la Iglesia en el mundo de la marginación

• Ofrecer su ayuda para pasar de una pastoral meramente asistencial a una pastoral transformadora y liberadora. Colocar la pastoral caritativa en una acción mas global de la comunidad cristiana, llamada a transformar la reali-dad en el Reino de Dios, colaborando en el paso de situaciones menos humanas a situaciones mas humanas.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

24

8675_caritas_corregido.indd 24 29/12/08 13:24:41

Cuestiones para la reflexión«Sólo una Iglesia que se acerca a los pobres y a los oprimidos, se pone a su lado y de su lado, lucha y trabaja por su liberación, por su dignidad y por su bienestar, puede dar un testimonio coherente y convincente del mensaje evangélico.

Bien puede afirmarse que el ser y el actuar de la Iglesia se juegan en el mundo de la pobreza y del dolor, de la marginación y de la opresión, de la debilidad y del sufrimiento» (La Iglesia y los pobres, 10).

1. ¿Estás de acuerdo con la figura del sacerdote como animador que presenta el documento? ¿Por qué? ¿Qué dificultades en-cuentras para realizar esa misión?

2. ¿Has diseñado un programa de trabajo con el equipo de Cári-tas? ¿Qué priorizas en tus preocupaciones respecto al equipo de Cáritas? ¿Tienes en cuenta la dimensión mística del equipo de Cáritas tal como se propone en este documento?

3. Tú, como sacerdote, ¿cómo animas a la comunidad hacia una cultura de la solidaridad y opción por los más desfavorecidos? Enumera algunos hechos. ¿Cuáles son los pasos que has dado o piensas dar para hacer a tu comunidad más pobre? ¿Y a la iglesia más pobre? ¿Cómo vives la solidaridad y compromiso con los pobres? ¿Se nota en tu vida y decisiones? Cita algunos hechos.

4. ¿Reconoces en el seno de tu comunidad a la gente que opta por los pobres?, ¿la acompañas?, ¿te sienten cercano?, ¿sienten tu aliento? Expón algún testimonio.

5. ¿Crees, después de leer este documento, que se puede justificar el afirmar «yo no tengo organizada Cáritas en mi comunidad»? ¿Te parece que puede existir alguna comunidad cristiana que justifique el no tener equipo de Cáritas porque no hay pobres en su territorio?

El sacerdote en Cáritas

II

25

8675_caritas_corregido.indd 25 29/12/08 13:24:41

BibliografíaCÁRITAS DIOCESANA DE GETAFE. Un cura en Cáritas, 1999.CÁRITAS DIOCESANA DE TENERIFE. El sacerdote: acompañante y animador del equipo de

Cáritas. Tenerife: Cáritas Diocesana, 2000, 31p. (Documentos institucionales, 2).CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA. Testigos del Dios vivo, 1985. La Caridad en la vida de

la Iglesia, 1994. La Iglesia y los Pobres, 1994.CÁRITAS ESPAÑOLA. «Evangelización, liberación cristiana y opción por los pobres», en Corintios

XIII, nº 70, 1994.ESTEVE SEVA, Antoni. «El ministerio sacerdotal, la parroquia y Cáritas: [comunicación de las XII Jornadas

de Teología de la Caridad, Valencia, 1997]», en Corintios XIII, no. 85, enero marzo, 1998; p. 271 315.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

2�

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 26 29/12/08 13:24:41

IIIEl voluntariado

8675_caritas_corregido.indd 27 29/12/08 13:24:42

Fundamentación

A lo largo de la historia los seres humanos se han ido comprometiendo, de manera libre y voluntaria a ayudar o luchar para mejorar las condiciones de vida y para dar una respuesta cívica y solidaria a las necesidades e inquietudes que, en cada momento, se planteaban en el seno de sus sociedades.

El modelo de sociedad democrática en el que nos encontramos inmersos ha universalizado mejoras sociales que han hecho posible el Estado de bienestar, reconociendo al mismo tiem-po los derechos que tienen los ciudadanos y ciudadanas a participar activamente en la mejora de la calidad de vida y en los intereses generales de la población.

Heredera de esta tradición histórica, la construcción de una sociedad democrática exige, el «tener cuidado». Esto supone una sensibilidad creciente para percibir la situación social, la recuperación de la idea de bien común y un compromiso respetuoso y crítico con las institu-ciones sociales. Esta nueva percepción de la sociedad o «comprensión ilustrada» que requiere de una mayor información y exposición a la realidad se considera uno de los elementos bási-cos del proceso democrático.

El voluntariado social cruza estas fronteras y, al hacerlo, descubre al resto de la sociedad, la existencia de vidas humanas que necesitan y merecen ser tenidas en cuenta. Es en el

contacto directo con las personas excluidas donde el voluntario descubre el primer impulso de su acción: la compasión, no como sentimiento de pena y conmiseración, sino viendo la realidad con los ojos del corazón.

28

8675_caritas_corregido.indd 28 29/12/08 13:24:42

El voluntariado

29

**

*DefiniciónEl voluntario es una persona que independientemente de sus creencias adquiere un compromiso que supone una decisión personal en la que ocupa un lugar determi-nante la vinculación a un nosotros compartido. El compromiso supone un itinerario que me implica personalmente, pero sin que yo tenga que ser el centro de referen-cia de este itinerario. El compromiso exige la seriedad de un vínculo estable en el tiempo y arraigado en un territorio, una opción por una cierta excelencia personal y la identificación interiorizada con el objetivo a que el voluntario se compromete.

En definitiva, el compromiso del voluntario supone involucrarse en la construcción de un proyecto, cuya clave no es tanto que sea mi proyecto sino que sea un pro-yecto compartido. De ahí que esto suponga la aceptación de una referencia que se sitúa más allá de mí mismo, que exige el cuidado atento y responsable de los vínculos que hacen posible el proyecto, que da sentido a mis esfuerzos y, también al eventual sacrificio de algunas prioridades personales. Al trabajo voluntario tiene ac-ceso todo tipo de personas, sin discriminación alguna por su condición social, raza o creencias, siempre que respete las finalidades de la institución con la que trabaja.

III

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 29 29/12/08 13:24:43

1. El voluntariado como discipuladoLa fe cristiana reclama una nueva identidad para aquellos que han «nacido del agua y del es-píritu» (Jn 3,5). ¿Cómo se relaciona esta nueva identidad con la identidad ciudadana que nos caracteriza como miembros de la sociedad secular? ¿Qué relación tiene esa «nueva identidad» cristiana con el voluntariado del que aquí hablamos? Por una parte, el voluntariado social es un modo (no el único, pero sí uno de los más privilegiados) de vivir la identidad cristiana en el mun-do; por otra, el discipulado cristiano radicaliza el voluntariado social, y con él nuestra ciudadanía, al dotarle de una narrativa de entrega radical al otro. Es una respuesta al amor incondicional del Padre, es decir, la narrativa existencial de Jesús de Nazaret.

El voluntariado cristiano vendría a ser la expresión práctica de entender la propia existencia como don recibido. Quien se entiende a sí mismo desde esa radicalidad creyente, necesariamente expresa ese reconocimiento en una existencia vivida como don ofrecido. Somos don de Dios en orden a ser don para los demás. La ética cristiana no es un compendio de normas y deberes, sino una respuesta agradecida. Ahora bien, no podemos olvidar que Jesús sí formuló un único mandamiento, el del amor.

Cristianos preparados o con capacidad para realizar acciones de tal calidad social que todos los que lo contemplen lo entiendan como autenticas expresiones de un amor verdadero, de una solidaridad autentica, tal como la sociedad actual entiende estas realidades: acciones integrales, liberadoras, comunitarias, proféticas, cargadas de justicia o de promoción de la justicia, que reconozcan el valor absoluto del ser humano a los ojos de Dios, que cuestionen críticamente la realidad, que transforma conciencias y estructura, coherente con todas las demás acciones pas-torales, que integren activamente a los pobres y marginados en la promoción de su persona.

Es en el envío en misión donde encontramos la llamada a una acción voluntaria para el cristiano. Jesús, al enviar a sus discípulos a proclamar la Buena Noticia, les pide: «curad enfermos, resu-citad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Gratis lo recibisteis, dadlo gratis» (Mt 10,8).

De este modo, no cabe proclamación de la Palabra de Dios sin «prácticas del Reino». Y las características de estas prácticas coinciden con las que vimos para el voluntariado social: gratuito, orientado al otro, dirigido a la inclusión en la comunidad.

Por tanto, el voluntariado social no es una opción libre para el cristiano; es una lla-mada, un mandato, una característica intrínseca de nuestro discipulado. Resulta

imposible ser cristiano/a, pertenecer a la «comunidad de memoria» del amor y la entrega de Dios por la humanidad sin «darnos gratuitamente», al estilo de nuestro Dios y como respuesta agradecida a su iniciativa. Por ello, el obispo Echarren afirma que «todo cristiano, por el hecho de ser discípulo de Jesucristo, tiene que ser un voluntario social».

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

30

8675_caritas_corregido.indd 30 29/12/08 13:24:43

Una vez más, el voluntariado social, reforzado por el lenguaje y tradición de la comunidad creyente, ofrece un camino de integración de ambos universos: el de la justicia y el de la gratuidad, al impli-car el compromiso personal con la lucha por la justicia social y el cambio de estructuras. Servicio directo, sí, pero enviados, también, a proclamar, a defender en la arena política, nuestra alternativa solidaria. La doble tarea de todo voluntario cristiano (implicación personal y denuncia-propuesta) se hace de este modo «confesional», confesante de un Dios que ama sin condiciones y sin exclusio-nes. El amor –hecho de servicio, gratuidad, compasión, denuncia, análisis y propuesta– es pues el criterio último de nuestra acción voluntaria, de nuestra ciudadanía cristiana. Este principio es el que nos permite comprender el voluntariado social como discipulado cristiano, que no es otra cosa que actuar con justicia, amar con ternura, y caminar humildemente junto a nuestro Dios.

La vida de Jesús, sus palabras y sus prácticas de justicia marcan el estilo cristiano de la solidaridad y del trabajo con y por los pobres; nos pide una implicación crítica en la sociedad. La contri-bución es doble. Supone colaborar con la voluntad de justicia y compasión de nuestro Dios e impulsar una concepción comunitaria de la sociedad: una comprensión radical de los deberes ciudadanos que rompe con nuestro lenguaje de derechos adquiridos, proponiendo un lenguaje de compasión y justicia.

Para que nuestra ciudadanía –nuestra pertenencia y trabajo en la sociedad en que vivimos– sea cristiana, ha de ser crítica, utópica, radical y compasiva. Estos calificativos nos servirán de criterios de evaluación de la radicalidad de nuestro voluntariado.

2. El voluntariado en CáritasLa misión de Cáritas es la de abrir nuevos cauces para la vivencia del amor fraterno y de la solidari-dad. La razón última de la existencia de Cáritas es ser expresión del amor preferencial de Dios por los pobres. Desde esta razón Cáritas es una acción organizada de lucha comunitaria por la justicia y de denuncia de las causas que la generan. Esta acción no es un fin en sí misma, sino un medio para despertar las energías propias de los colectivos afectados, incorporándolos a la búsqueda de soluciones para sus problemas.

Por ello son necesarias la presencia, el empuje, la fe y la solidaridad de quien sepa situarse al lado de ellos, y lo haga desde la propia comunidad de referen-cia que debe implicarse. Aquí surge la figura del voluntario en Cáritas.

Por lo tanto para Cáritas el voluntario no es una realidad circunstan-cial, sino un elemento esencial de su identidad. Son personas que desde la cultura de la gratuidad y la solidaridad, se hacen próximos a los pobres y se ocupan y preocupan «de acoger, atender, escuchar,

El voluntariado

31

III

8675_caritas_corregido.indd 31 29/12/08 13:24:44

orientar, ayudar, sostener y levantar a todos aquellos ciudadanos a los que la sociedad empobre-ce y maltrata».

Este estilo de voluntariado por el que aboga Cáritas, comprometido y emancipador, tiene una serie de características que recogemos en nuestra Carta del Voluntariado:

• Un voluntariado comprometido que cree en el cambio social hacia una sociedad mas justa.

• Un voluntariado activo que aporta a la sociedad no sólo desde las tareas realizadas sino también desde las actitudes expresadas.

• Un voluntariado capaz de organizarse y participar desde respuestas colectivas frente al individualismo preponderante.

• Un voluntariado coherente desde la acción realizada, y que desde ahí, crece como persona y/o como cristiano.

• Un voluntariado que plasma a través de su participación unos valores como la solidaridad, la gratuidad, la igualdad…

• Un voluntario con disponibilidad para la acción y para la formación, superan-do la barrera de la buena voluntad y promoviendo una acción de calidad.

• Un voluntariado en proceso, con motivaciones muy diferentes, que se va haciendo día a día por medio de la tarea, la formación y el acompañamiento.

La acción de Cáritas traduce el Amor Fraterno en servicios de animación, participación y transforma-ción de la sociedad. Y se realiza en un «talante de vida» en el que la solidaridad y el compartir son actitudes y realizaciones permanentes que enmarcan la vida de las personas y de las comunidades, pues su fe y el seguimiento de Jesús implica una opción no exclusiva ni excluyente, pero sí clara-mente preferencial por los pobres y excluidos de la sociedad, por la promoción de la justicia y por la defensa de los derechos de los débiles.

Cáritas es toda la comunidad, todos los creyentes amando y sirviendo (diaconía) a los más necesi-tados y excluidos. Todos los cristianos estamos llamados a amar a los más pobres y marginados a comprometernos en la construcción de una sociedad mas justa, solidaria y fraterna. En Cáritas des-

cubrimos a Dios vivo en este mundo, y que se nos hace presente fundamentalmente en aquellos pobres y marginados que nuestra sociedad no es capaz de ver. Al acercar-

nos como voluntarios a ofrecer parte de nuestro tiempo, no intuimos los cambios que se van a producir en nosotros. De la compasión y el encuentro con el que sufre pasamos a la rabia e indignación por su sufrimiento injusto. Ello nos obliga a analizar y tratar de atajar las causas del mis-mo. En ello se nos van energías y nos cambia la vida. Y, al final, aún habiendo aliviado sufrimiento, somos conscientes de que el mal sigue campando en nuestra sociedad. Por eso, si nos dejamos empapar, incluir en la narrativa de Jesús, ésta dará sentido a nuestra entrega

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

32

8675_caritas_corregido.indd 32 29/12/08 13:24:44

gratuita, sostendrá las sucesivas crisis de desencanto por las que, inevitablemente, ha de pasar todo aquel que se compromete radicalmente. Además, tendremos una concepción distinta de la persona y de la sociedad que implique la visión desde los pobres y la lucha por una sociedad inclusiva.

Es desde esa narrativa, desde la que nos adherimos a una tradición, a una comunidad. Ahí recibimos el impulso, la formación, el lenguaje, los valores para acercarnos radicalmente a la injusticia y luchar con ella al estilo de Jesús. Finalmente resaltar una idea más respecto al voluntariado en Cáritas, y es que Cáritas debe ser lugar de encuentro para cristianos comprometidos y aquellos voluntarios no creyentes pero seducidos por el talante y la tarea de Cáritas con los más necesitados.

El voluntariado

33

III

Cuestiones para la reflexión1. ¿Comporta nuestra acción voluntaria un estilo de trabajo que asuma el

riesgo de salir de lo conocido, del «círculo reducido» de iguales (o de los «casi-iguales»)?

2. ¿Qué papel juegan en nuestro voluntariado los beneficiarios del mismo? ¿Participan en los órganos de decisión? ¿Tienen algún poder respecto a los objetivos, metodología y evaluación de resultados?

3. ¿Ha cambiado nuestra visión de la realidad social a partir del trabajo voluntario y de nuestra relación con las personas afectadas? ¿Qué con-tribución específica se ha producido? ¿Cómo ha cambiado mi visión de mí mismo, en lo personal y en relación con la realidad entorno?

4. ¿Qué objetivos de cambio socio-político impulsamos desde la Cá-ritas Parroquial? ¿Somos capaces de formular alternativas?

5. ¿Existe un voluntariado cristiano? ¿Cómo vivir integradamente el «discipulado» –o seguimiento de Jesús– y la «ciudadanía» en los otros ámbitos de la vida (trabajo, familia...)? ¿Qué añade la moti-vación cristiana al voluntariado social?

6. Pensad en las dificultades y crisis por las que normalmente ha de pasar todo voluntario: ¿Cuáles son? ¿Cómo superarlas?

8675_caritas_corregido.indd 33 29/12/08 13:24:44

BibliografíaCÁRITAS ESPAÑOLA. Equipo de Apoyo del Programa de Voluntariado. Somos andando. Itinera-

rio Educativo y Animación del Voluntariado, Cáritas Española, 2000.CÁRITAS ESPAÑOLA. «Voluntariado», en Documentación Social, nº 104, 199�.CODURAS, Pedro. «SJ, Voluntarios (discípulos y ciudadanos)», Cristianisme y Justicia, nº �8, 1995.FALCÓN, Enrique. «Voluntariado. Dimensiones políticas», Cristianisme y Justicia, nº 79, 1997.FONSECA, Javier. «Cáritas, jóvenes y voluntariado». en Revista Cáritas, nº 480, 2007.RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, A. Jully. «Acogida y orientación al voluntariado: [comunicación pre-

sentada en la Escuela de Formación Social, El Escorial, 1998]» en Construyamos un mundo mejor, 3 v.; p. 555 5�2; Cáritas Española, 1998.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

34

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 34 29/12/08 13:24:45

Cáritas: expresión comunitaria del amor preferencial por los pobres

35 35

IVComunicacióncristiana de bienes

8675_caritas_corregido.indd 35 29/12/08 13:24:45

Fundamentación bíblico-teológicaEl texto del evangelista Marcos que presentamos a continuación nos permite asomarnos a la realidad de la comunicación cristiana de bienes (CCB) desde el mensaje y la vida de Jesús, es decir, desde la Palabra de Dios. Este relato nos sirve de excusa para «contemplar» la sintonía de Jesús con la realidad. La vida que acontecía a su alrededor no le pasaba desapercibida, Jesús descubre lo importante: una mujer, viuda, que gratuitamente da y vive en manos de Dios.

Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas: muchos ricos echaban mucho. Llego también una viuda pobre y echó dos pequeñas monedas.

Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: «0s digo de verdad que esta viuda po-bre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir». (Mc 12, 41-44)

La mujer del texto de Marcos la tenemos que situar en el contexto de la vida en tiempos de Jesús: Una mujer viuda carecía de los recursos mínimos para su alimentación y sustento, no tenía ingresos, no poseía nada, salvo los hijos. La vida de una persona en esa situación es una vida a la intemperie. Hoy llamaríamos a eso «vivir al día», «vivir en precario». Jesús nos fija la atención en esta mujer, nos sorprende «su darse» en esas dos monedas. Esta viuda no tiene nada que perder; y es por ello por lo que puede darlo todo y experimentar día a día que vive en las manos de Dios. Necesita de las presencias de los otros para poder salir adelante. Jesús no la presenta como modelo moral para que hagamos lo mismo, sino como la imagen de una cuestión fundamental en nuestra vida. La pregunta es:

¿Cuánto nos arriesgamos a compartir de nosotros mismos?

A todos se nos han dado capacidades, talentos, bienes, cualidades..., no para nuestro exclusivo provecho personal, sino para que los comparta-

mos y den fruto para bien de todos. Somos inmensamente ricos y ricas cuando en medio de nuestras pobrezas somos capaces de arriesgar-nos y ponernos en juego.

Cuanto más generosos y generosas seamos, tanto más cerca estare-mos del infinito. Obrar por amor debería resultar algo connatural, porque

«instintivamente» lo descubrimos como nuestra verdad, y debería brotarnos del corazón sin ningún otro propósito, como algo que se siente de una manera

inmediata y se realiza inmediatamente.

3�

8675_caritas_corregido.indd 36 29/12/08 13:24:46

Jesús nos invita a descubrir la riqueza de la generosidad. En la viuda se produce el milagro de las manos vacías. En medio de su pobreza es generosa. Su pobreza no le imposibilita la generosidad, no se avergüenza ante la «fortuna» de los que «pueden ser generosos». El desprendimiento de la viuda pobre, que da lo que necesita para vivir, quiere llamarnos la atención y llevarnos al interior de nosotros mismos para plantearnos este interrogante: ¿Estamos poniendo en riesgo nuestra vida? Jesús nos pone delante de la responsabili-dad de nuestra vida: la mejor indicación y estímulo para hacer lo que hay que hacer es el testimonio.

La comunicación de bienes no es una transacción de recursos materiales, sino de genero-sidades que producen un efecto multiplicador en recursos, personas, dineros, infraestruc-turas... Animar con el testimonio es el camino para avanzar realmente en la comunión en el amor.

La ética occidental ha girado en torno al valor de la justicia. Y este es un valor permanente. Donde no hay justicia, no puede haber humanidad y, mucho menos, caridad. Pero la jus-ticia no es una realidad abstracta e inmanipulable, está hecha y realizada por personas, lo que ha hecho que muchas veces no haya estado al servicio de la ciudadanía sino al servicio de gobernantes corruptos y opresores. Por eso, es mejor hablar de justicia social, término que fue acuñado por Pío XI.

La justicia es «dar a cada uno lo suyo»; pero lo suyo no es lo que le pertenece desde el or-den establecido, sino lo que necesita para ser; es dar a cada persona aquello de lo que está privada o despojada.

Esta realidad de injusticia y pobreza se traduce en la exclusión de amplios sectores socia-les que no tienen sitio en la sociedad, están al margen, no cuentan, son invisibilizados. De todos los pobres y excluidos de la tierra arranca un clamor poderoso que no pide compa-sión, sino justicia, la reparación y restablecimiento de la igualdad social, la asunción del dolor ocasionado.

Por lo tanto, si una persona, si un país, si un colectivo humano tiene bienes y recursos para sacar de la miseria y la dependencia a estos millones de personas y no lo hace, hemos de con-cluir que vive en la injusticia, que roba, que es ladrón. Hay recursos para erradicar la pobreza. Si no lo hacemos es porque no sabemos ni queremos compartir.

«Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra el corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? No amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad». (1 Jn 3, 17-18)

37

8675_caritas_corregido.indd 37 29/12/08 13:24:46

**Definición«Siendo Dios Padre de todos, no puede sino querer el bien y la igual-dad para todos. Las desigualdades lo hieren en su amor... Como era de esperar, Jesús radicalizó al máximo esta lógica puesto que radi-calizó igualmente la paternidad de Dios». (Torres Queiruga)

Jesús de Nazaret nos sitúa con claridad en lo que significa superar el límite, la me-dida. Es decir, sabiendo que las relaciones asimétricas de nuestra sociedad inclinan la balanza siempre del lado de los más fuertes quiso restablecer el equilibrio.

¿Cuál es la fuente de la que mana este hacer fraterno e interesado? EL AMOR de Dios que nos potencia y nos lanza al encuentro con el otro reconocido y acogido como parte de mí y parte de Dios. Este encuentro me realiza porque realiza al otro y responde al Dios de Jesús y al principio de la Encarnación.

a. Ruptura de límites: la generosidad

Solemos poner un límite en todo, porque nos cuesta vivir con libertad, desde el amor. Nos han enseñado a vivir desde lo que «hay que hacer» y nos cuesta entender el AMOR de Dios. Es el estilo del hermano mayor del hijo pródigo, de los trabajadores que fueron primero a la viña o de Pedro que preguntaba cuántas veces había que perdonar.

El estilo de Jesús de Nazaret, de Dios, es AMAR sin medida, como él da su Espíritu. Desborda nuestra justicia, nuestros límites y eso nos desestabiliza. Así el dueño que da al último lo mismo que al primero, como el padre mata el becerro cebado con el hijo pródigo, como el samaritano que paga los gastos del herido. Es la abundancia significada en la multiplicación de los panes y los peces o en las bodas de Caná.

Nos preguntamos nosotros sobre lo superfluo y lo necesario, sobre si daremos el 0’7% o el 1%, sobre lo justo de nuestra limosna.

«Pertenece a la enseñanza y a la praxis más antigua de la Iglesia la convicción de que ella misma, sus ministros y cada uno de sus miem-bros, están llamados a aliviar la miseria de los que sufren cerca o lejos, no sólo con lo “superfluo” sino con lo “necesario”». (SRS 31)

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

38

8675_caritas_corregido.indd 38 29/12/08 13:24:47

* b. La gratuidad

Dios nos sorprende con su incondicionalidad, es «gratis total», es gracia. Nosotros ponemos precio a todas las cosas.

Tú, «cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a tus vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez y tengas ya tu recompensa. Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dicho-so, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos». (Lc 14. 12-14).

El discípulo de Cristo no da limosna para acumular días de indulgencia; comparte porque descubre y experimenta esa incondicionalidad de Dios para con él en su vida. Y esto hace posible que brote el amor, no el deber de reparar. Esto tiene un efecto multiplicador, genera vida en abundancia y nos reconstruye como personas.

c. La misericordia

Misericordia no es un sencillo sentimiento sensiblero, es pasión, es sentir-con, padecer-con, es volcar el corazón sobre la miseria humana. Es, en definición de Jon Sobrino, «una actitud fundamental de la persona que se acerca al sufrimiento ajeno, lo comparte, lo interioriza y lo erradica si puede». Es la misericordia el gran distintivo de Cristo, es realmente lo que define a Dios y lo que debe definir y caracterizar a la Comunidad Cristiana.

Lo verdaderamente cristiano no es el acto de dar, sino la actitud de la propia donación. Aunque parezca contradictorio, no es precisamente la riqueza lo que salva al pobre, sino el amor.

El amor te hace responsable en el sentido más pleno y hondo de la palabra. Es el otro sufriente que te interpela, que te urge a dar una respuesta, respuesta que no puede ser otra que la de cargar con el hermano. Un amor que te lleva a «compartir» la pobreza y el sufri-miento, a «interiorizarlo», combatiendo las causas que lo generan, para «erradicarlo».

Comunicación cristiana de bienes

39

IV

8675_caritas_corregido.indd 39 29/12/08 13:24:47

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

*d. Desde la sacramentalidad

El pobre es lugar donde Dios se hace presente o se manifiesta, es sacra-mento doliente de Cristo. Cristo no sólo se ha empobrecido (2 Cor 8,9-ss) sino que se ha hecho el gran Pobre universal (FIp 2,5-1 1). Cristo es «el pobre por antonomasia, pobre de Yahveh, el pobre más grande de toda la historia del pueblo de Dios...» (Iglesia y los pobres 21). Así se prolonga en todos los pobres, que serán «sus representantes, sus delegados, sus presencias en la calle y en el mundo. Nos dejó como dos sacramentos de su presencia: la Eucaristía, al interior de la comunidad..., y el barrio, el suburbio, el enfermo..., sacramento existencial». (Iglesia y los pobres 22)

Nuestra experiencia compartida con los que se van quedando al margen, los que son «invisibles y no cuentan» nos abona el terreno (el corazón) para el encuentro con Dios. No hay otro espacio más privilegiado para este encuentro que nuestra vida y relación con los que no cuentan. Ellos y ellas se convierten en una «especie de prueba del 9» que da credibilidad a nuestra solidaridad y a nuestra humanidad.

40

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 40 29/12/08 13:24:47

1. En el ámbito personal y comunitario«Considero que uno de los momentos más sublimes en la historia de cualquier ser humano es aquél cuando, luego de alejar la mirada de sí mismo y de comprender el dolor y las necesidades de los otros, decide donar su tiempo y esfuerzos para ayudar a construir una realidad distinta y mejor a la que se vive...».

(Rigoberta Menchu)

Desde «los últimos», la solidaridad camina necesariamente en dirección contraria a la defensa de nues-tros intereses. Somos nosotros los que estamos situados en la abundancia y estabilidad, los que tene-mos que hacer un camino de retorno, no ir hacia «+» sino a «–», para que otros tengan vida. Por eso tendremos que replantear nuestro umbral de calidad de vida, o lo que es lo mismo, dónde está el límite que consideramos que tenemos que tener para vivir con dignidad. Tendremos que reajustar nuestras aspiraciones, teniendo como criterio los límites y posibilidades de los que viven en nuestro entorno y el respeto hacia la vida digna de los más pobres. Este camino sólo se hace vida como respuesta evangélica a la invitación de Jesús de compartir lo que somos y lo que tenemos.

Nosotros no podemos ser ajenos a esta realidad. El ejercicio de la solidaridad ha de llevarnos a un replanteamiento de nuestros estilos de vida, de nuestra manera de ver la realidad.

La celebración de la Eucaristía provoca en nosotros una auténtica conversión radical, personal y comunitaria, en la manera de pensar, en las actitudes vitales y prácticas cotidianas. No se trata de renunciar porque es «lo que hay que hacer ahora», sino de encontrar realmente nuestras verda-deras fuentes de sentido existencial, aquellas capaces de acercarnos al gusto de una vida plena al tiempo que sencilla. Se hace urgente poner en marcha una nueva escala de valores que surge de las bienaventuranzas y rompe con la lógica del crecimiento indefinido, de la productividad y de la eficacia a cualquier precio. Como ciudadanos y ciudadanas que pertenecemos a un mundo injus-tamente rico, nuestra apuesta por la justicia se puede concretar en línea con las siguientes pistas que proponemos:

• Reducir nuestro umbral de aspiraciones o, dicho de otro modo, ajustar nuestras aspiraciones a los límites y posibilidades que encierra nuestro entorno y el respeto a la vida digna de los más pobres.

• El abandono de la lógica mercantil que se desarrolla mediante el consumismo exacerbado. Se impone, entonces, cambiar patrones de comportamiento, hábitos de consumo, maneras de entender eso que llamamos calidad de vida y que nos curemos respecto de la patología de la abundancia que actualmente padecemos.

• Anteponer las necesidades sociales a las individua-les, lo cual lleva a una nueva comprensión de cuáles son realmente las necesidades humanas básicas.

Comunicación cristiana de bienes

41

*IV

8675_caritas_corregido.indd 41 29/12/08 13:24:48

• Fomentar la reivindicación de lo que es y pertenece a todos; demandar sani-dad y educación mejor para todos, proteger los espacios forestales, solicitar parques públicos, exigir modelos urbanísticos que favorezcan los espacios de encuentro, en definitiva, pensar en clave sociocomunitaria.

• Tomar conciencia de lo mucho que falta en el terreno de las conquistas sociales y lo mucho que cada cual ya ha ganado en el terreno de las aspiraciones individuales materiales, por otra parte, siempre insatisfechas.

• Sumarse a iniciativas y acciones que rompan la brecha Norte-Sur.• Repensar nuestra responsabilidad en lo que acontece, eliminando en lo posi-

ble ese discurso generalista en el que los «otros», «los de arriba», son siempre los que tienen la responsabilidad de lo que ocurre y nosotros no podemos hacer nada para solucionar.

• Ir dando pasos en el descubrimiento de que los pequeños gestos nos van com-prometiendo. En esta línea dar pasos en hacer permanentes los compromisos ad-quiridos. Presencias, tiempos..., suscripciones o aportaciones económicas a distintas causas.

• Valorar y gustar lo profético y significativo de gestos que aún hoy son mi-noritarios, (objeción fiscal, desvío de consumo, comercio justo) aunque nosotros y nosotras no los hayamos descubierto. Son signos que «empistan» el horizonte y nos invitan a seguir profundizando en nuestra forma de hacernos presentes en la vida.

• Desobedecer en la plaza del mercado y saber decir NO a las marcas-empresas que colaboran en la explotación infantil, en la contaminación desenfrenada, etc. Existe otro tipo de campañas como por ejemplo la de «ropa limpia» consistente en no usar y comprar aquellas prendas que son realizadas bajo condiciones de explotación.

Esta línea de actuación gusta de los pequeños grupos donde unos a otros nos animamos a realizar estas pequeñas iniciativas a escala local. Estos gestos van dando lugar al esbozo de una verdadera economía moral que antepone el bien común y la defensa de los más débiles sobre cualquier otra consideración productivista.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

42

8675_caritas_corregido.indd 42 29/12/08 13:24:48

Cuestiones para la reflexión1. ¿Cómo vivimos la comunicación cristiana de bienes: como una ex-

presión de nuestro ser cristiano, como un tributo periódico, cómo una ayuda que prestamos, como una limosna...?

2. ¿Qué bienes y de qué forma los compartimos?

3. ¿Cómo podemos fortalecer nuestra práctica en la Comunicación Cristiana de Bienes?

4. ¿Cuáles son nuestros recursos humanos?

5. ¿Cuáles son nuestros recursos económicos?

6. ¿Qué destino tienen los recursos que tenemos?

7. ¿Dónde van destinados los recursos económicos que la Cáritas Parroquial dedica a la acción caritativo-social?

8. ¿Qué conclusión/es sacamos?

BibliografíaCÁRITAS DIOCESANA DE VALENCIA. Comunicación cristiana de bienes, 2004.CÁRITAS ESPAÑOLA. «El compartir fraterno», en Corintios XIII, nº 119, 200�.CÁRITAS ESPAÑOLA. Comisión Española de Farmacia y Animación Comunitaria. Comunicación

cristiana de bienes. Carpeta de trabajo, 2001. CORRALIZA, Mª José. Comunicación cristiana de bienes, Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz,

200�.

Comunicación cristiana de bienes

IV

43

8675_caritas_corregido.indd 43 29/12/08 13:24:49

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

44

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 44 29/12/08 13:24:49

Cáritas: expresión comunitaria del amor preferencial por los pobres

VLa coordinación

8675_caritas_corregido.indd 45 29/12/08 13:24:50

Fundamentación bíblico-teológica

«Acudían diariamente al templo, con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y gozando de la simpatía de todo el pueblo. Por lo demás, el Señor agregaba al grupo a los que cada día se iban salvando».

(Hch. 2, 42-47)

Los miembros de Cáritas estamos llamados a actuar desde la coherencia y en equipo, como miembros de una única familia en la que hay lugar para todas las opiniones y criterios. Para crecer juntos necesitamos las aportaciones de todos los miembros de nuestros equipos: desde el más nuevo al más veterano… todos tenemos algo que decir.

Cáritas en su acción frente a la pobreza y exclusión, pretende potenciar la creación de redes sociales, mediante la participación de personas y entidades, con objeto de lograr un modelo de acción que contribuya a la construcción de una sociedad más justa.

4�

8675_caritas_corregido.indd 46 29/12/08 13:24:50

DefiniciónLa coordinación es un intento de aproximación, un proceso de armonización entre las diversas personas e instituciones que inciden en un campo de actividad o en una misma problemática.

Esto exige que la accción de Cáritas esté integrada en el territorio donde vive la comunidad cristiana para poder coordinarse con el resto de iniciativas tanto ecle-siales como extraeclesiales. La eficacia de la acción contra la pobreza reclama esta coordinación desde el dialogo, la colaboración y el reparto de tareas.

Conociendo la realidad del territorio, podremos proponer:

Coordinación intraeclesial:• Con las Cáritas Parroquiales y/o Arciprestales, criterios de relación y

criterios comunes de trabajo.• Conociendo lo que existe y lo que no, se orientará el trabajo de y con

otras áreas.• Abrir nuevos espacios de relación, contacto, uso coordinado de recur-

sos, etc.

Coordinación extraeclesial:Espacios de colaboración conjunta con otras entidades, que den respuesta a las diferentes necesidades que van surgiendo de la realidad social común a través de:

• Mesas de Coordinación.• Plataformas de trabajo par analizar la situación, denunciarla, etc.• Proyectos conjuntos, etc.

Algunos de los objetivos que hay que tener presentes para realizar la tarea de coordinación en una Cáritas Parroquial son:

• Establecer relaciones con instituciones eclesiales y extraeclesiales que intervienen en el terreno social, a través de: — Conocer estas instituciones. — Favorecer la relación. — Posibilitar la colaboración y/o coordinación con las mismas.

La coordinación

47

V

**

8675_caritas_corregido.indd 47 29/12/08 13:24:51

• Favorecer el intercambio de informaciones y criterios entre los distin-tos recursos y asociaciones: — Detectar posibles duplicidades. — Carencias de servicios. — Facilitar la interconexión de la red social existente de la zona.

• Crear una base de datos de las organizaciones de acción social con proyectos de intervención en el territorio, que facilite el conocimiento de las mismas, sus proyectos y sectores de población a los que se dirigen.

• Aportar a la comunidad parroquial una información permanente para sensibilizar, motivar e impulsar nuevas acciones haciendo participe a todos sus miembros.

• Ser portavoces de la acción e intervención de Cáritas en distintos es-pacios, ya sea desde el mero contacto formal o hasta la realización de denuncias argumentadas ante determinadas situaciones.

• Ser receptores e informadores de las nuevas corrientes de pensa-miento socio político, modelos de intervención, realidades cambian-tes, etc.

Pautas para el desarrollo de la coordinación:

La realización de la tarea de coordinación exige la formación de un equipo organizado que se coordine con los diferentes niveles y se configura como el elemento enlace entre la acción desarrollada desde Cáritas y la iniciativa social de otras entidades tanto públicas como privadas.

Cinco líneas básicas configuran la intervención:

1. Implicación a través de la información-acción comunidad parroquial con el resto de grupos.

2. Conocimiento de las entidades.3. Valoración de la intervención en una zona y su adecuación al grado

de necesidad.4. Relación con entidades que estén trabajando en una misma realidad,

ya sea zonal o por sectores de población.5. Planteamiento de acciones coordinadas.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

48

8675_caritas_corregido.indd 48 29/12/08 13:24:51

*Acciones marco a realizar en la coordinación:

• Elaboración de un fichero de recursos (a través del registro de in-formación hasta el análisis y clasificación de dichos recursos) para conocer todas aquellas entidades que por el servicio que prestan, la metodología… etc., se puedan establecer «niveles de coordina-ción» que mejoren la intervención y el servicio a quienes más lo necesitan.

• Ante la escasez de recursos, la multiplicidad de problemas y los derechos reconocidos en nuestra legislación, Cáritas tiene la obli-gación de posibilitar, asistir y en su caso provocar plataformas de coordinación, sistemas organizados de trasvase de información, unificación de criterios…, con el objetivo de rentabilizar recursos, creación de servicios específicos etc provocando así nuevas dinámi-cas de organización social.

La coordinación

49

V

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 49 29/12/08 13:24:52

1. La importancia de la coordinación en una Cáritas Parroquial

El equipo de Cáritas Parroquial debe estar en conexión y coordinado con los demás grupos y ac-tividades parroquiales. Por ello es fundamental que un miembro de Cáritas esté en el Consejo de Pastoral de la Parroquia para así poder actuar todos de manera conjunta y coordinada en la acción sociocaritativa de la Parroquia.

En el tema de la coordinación en el ámbito parroquial, tiene mucho que ver el lugar que Cáritas ocupe dentro de la comunidad y lo conectada que esté a la pastoral de conjunto de la Parro-quia.

a. Cuando no existe conexión entre Cáritas Parroquial y la pastoral de conjunto:

• Cáritas queda reducida a un grupo más.• Sus miembros actúan a título individual o con poco apoyo de la comunidad.• Su talante es asistencial.• Se vive de forma inconexa la liturgia, la predicación y el servicio.• El párroco delega y no se implica.• No se plantea la vinculación entre caridad y justicia, ni las causas estructurales que

perpetúan la pobreza.

b. Cuando existe conexión entre la Cáritas Parroquial y la pastoral de conjunto:

• Cáritas aparece como cauce y expresión de la caridad de toda la comunidad parro-quial. Cáritas es vivida y sentida por todos.

• Sus miembros actúan en nombre de la comunidad.• Se vive la eclesialidad, sentido comunitario de Cáritas.• Interconexión entre la liturgia, la predicación y el servicio.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

50

8675_caritas_corregido.indd 50 29/12/08 13:24:52

La coordinación

V

51

2. A modo de conclusión: importancia de la participación y el trabajo en redEl equipo de Cáritas es consciente de que las problemáticas que atiende en su día a día sobre-pasan, en algunas ocasiones, a sus posibilidades de dar respuesta. Por lo que se hace preciso el trabajo en red, es decir, ponerse en contacto y trabajar coordinadamente con otras organizacio-nes, asociaciones o administraciones públicas, que pueden dar una respuesta más adecuada a las personas que acuden a nosotros.

Cáritas tiene que saber qué otras instituciones eclesiales hay en su barrio, pueblo o ciudad dedicadas a la acción social, o qué ONG o asociaciones existen, o bien qué recursos ofrece el ayuntamiento o los Servicios Sociales, para ponerse en contacto con ellos y ver de qué manera podemos coordinarnos para enviarles, o derivarles, aquellas personas cuya situación nosotros no tenemos recursos ni posibilidades para dar solución y viceversa.

El trabajo coordinado con otras entidades no solo nos ayuda a dar respuesta a aquellas necesi-dades que no llegamos, sino que también es importante para aunar esfuerzos ante un mismo problema o necesidad detectada y para trabajar con las personas que atendemos siempre de una forma integral, unificando criterios o acciones cada uno desde el campo en el que actúa.

Cuestiones para la reflexión1. ¿Con quiénes establecemos lazos de coordinación en nuestro tra-

bajo y cómo son esos lazos?

2. ¿Cuáles son las dificultades que encontramos a la hora de coordi-narnos: en nosotros y en los demás?

3. ¿Cómo entendemos el trabajo en red? ¿Qué tendríamos que cam-biar para llevar a acabo un verdadero trabajo en red?

8675_caritas_corregido.indd 51 29/12/08 13:24:52

BibliografíaCÁRITAS DIOCESANA DE VALENCIA. La organización de la Cáritas parroquial, 2004.CÁRITAS ESPAÑOLA. «Trabajo en red», en Documentación social, nº 129, 2002.CÁRITAS ESPAÑOLA. Asamblea General (52, 1997, El Escorial). Reflexión sobre la identidad de

Cáritas, 1997.CÁRITAS ESPAÑOLA. Equipo de Formación y Animación Territorial. Con los pies en la tierra,

Cáritas Española, 2001.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

52

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 52 29/12/08 13:24:53

La Comunidad Cristiana

0

53

VILa acogida

8675_caritas_corregido.indd 53 29/12/08 13:24:53

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

54

Fundamentación bíblico-teológicaSi algo caracteriza al ser humano es su capacidad de comunicación, de relación, de apertura, de acogida.

Frente a la sociedad judía que excluía del pueblo a muchos (leprosos, pecadores, recauda-dores, gente con impureza ritual, etc.), Jesús propone un modelo de comunidad abierta e integradora en la que todos son admitidos, incluso los excluidos de la sociedad, con quienes nadie quiere relacionarse: los marginados, los descreídos, las prostitutas y los pecadores.

Jesús desmiente el proverbio «dime con quien andas y te diré quién eres»; acepta comer con malas compañías (Mc 2, 15: descreídos y pecadores) y entre sus discípulos hay gente de du-dosa reputación, como es el caso de Leví, recaudador de impuestos (Mc 2, 14).

La comunidad de Jesús es abierta y acogedora como se expresa en la parábola del gran ban-quete del reino (Lc 14, 7-23), una comunidad en la que se acoge a todos, sin excluir a nadie. Para el cristiano no puede haber excluidos..

Una comunidad de hombres y mujeres, acogedora e integradora, como Jesús que cura al siervo del centurión romano (Mt 8, 5-13) o a la hija de la mujer cananea (Mt 15, 21-28), que no pertenecen al pueblo judío; que da de comer por igual a judíos y paganos (Mc 6, 35-45; 8, 1-6) y que, por supuesto, cura a los marginados (leprosos, cojos, ciegos, sordos, mudos, etc.) condenados a ser muertos en vida.

54

8675_caritas_corregido.indd 54 29/12/08 13:24:54

La Comunidad Cristiana

0

55

EL carácter abierto y acogedor de los miembros de la comunidad se muestra a las claras en la parábola del grano de mostaza, semilla que, «aun siendo la más pequeña de todas las que hay en la tierra, sin embargo, cuando se siembra, va subiendo, se hace más alta que las hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra» (Mc 4, 31-32).

La comunidad de Jesús es una comunidad modesta, acogedora y abierta en la que se integran todos sin excepción.

La libertad, la igualdad y la apertura o acogida hallan su razón de ser más profunda en el amor solidario. En cierta ocasión «se levantó un jurista y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredarla vida eterna? Él le dijo: ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo es eso que recitas? Este contestó: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo. Él le dijo: Bien contestado. Haz eso y tendrás vida. Pero el otro, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: Y ¿quién es mi prójimo?» (Lc 10, 25-30).

Jesús le propone la parábola del samaritano en la que se presenta el mundo al revés: ni el sa-cerdote ni el levita atienden al herido, sino un samaritano, un heterodoxo de la religión judía, del que los oyentes no podían esperar nada bueno, dada la tradicional enemistad entre judíos y samaritanos. La parábola del buen samaritano encarna de modo magnífico la propuesta de solidaridad de Jesús de Nazaret: el amor al prójimo, incluso al prójimo-enemigo.

Pero hay algo que llama considerablemente la atención: si al principio del episodio el jurista pre-guntaba a Jesús por el mandamiento principal y respondía con dos situados al mismo nivel (Ama-rás al Señor tu Dios... y al prójimo como a ti mismo), la parábola omite el primero reduciendo los dos a uno: el amor al prójimo, entendido no como «aquel que está cerca de mí», sino «aquel a quien yo me acerco». Para Jesús, la religión es que el amor al prójimo –incluso si se trata de un enemigo– es condición y prueba del amor a Dios. Dios se hace visible en el prójimo amado. Ya no hay dos mandamientos, sino un solo encarecido encargo: el amor solidario. El que diga: «Yo amo a Dios» mientras odia a su hermano, es un embustero, porque quien no ama a su hermano a quien está viendo, a Dios, a quien no ve, no puede amarlo. Y este es el encargo que recibimos de él, que quien ama a Dios, ame también a su hermano (1Jn 4, 19-20).

Así, el amor solidario se muestra como el valor supremo entre todos los valores humanos y la meta necesaria para alcanzar la plenitud humana que no es otra mas que llegar a ser hijos de Dios.

La libertad, la igualdad y la apertura, imbuidas de amor solidario, tienen para el cristiano su fundamento en el hecho de poseer el mismo Espíritu y tener por Padre al mismo Dios. Su práctica lleva a alumbrar un mundo de hermanos o, lo que es igual, una sociedad alternativa de hombres libres, iguales y acogedores, en la que reina Dios y no el dinero, una sociedad donde se viven a fondo estos grandes valores humanos.

55

8675_caritas_corregido.indd 55 29/12/08 13:24:54

**DefiniciónEL diccionario de la Real Academia de la Lengua define acoger (del latín accollige-re, de colligere, recoger), dicho de una persona, como admitir en su casa o com-pañía a alguien; servir de refugio o albergue a alguien; admitir, aceptar, aprobar; recibir con un sentimiento o manifestación especial la aparición de personas o de hechos; proteger, amparar.

Más allá de esta definición la imagen que podemos hacernos es la de una puerta abierta. Una puerta abierta de par en par por la que las personas pueden entrar en nuestra casa, en nuestros servicios, programas, proyectos,... buscando algún tipo de ayuda. Pero también es una puerta abierta por la que nosotros podemos salir a buscar la realidad, para conocer lo que le ocurre a las personas, lo que acontece en el barrio/pueblo, para analizar qué pasa y por qué pasa y para buscar juntos posibles respuestas a lo que las personas y la realidad demandan. Acogemos reci-biendo, admitiendo, pero también saliendo al encuentro.

Encuentro. Una palabra clave para definir la acogida como espacio privilegiado de interrelación humana que tiene valor en sí mismo, que da la posibilidad de expre-sarse, de comunicarse. De una eficaz acogida dependen muchos de los pasos del proceso. Un proceso que pondrá en marcha las potencialidades, pues se trata de crear y creer que hay alternativas y oportunidades. Un proceso que es espacio de apuesta por una salida.

¿Cómo acogemos?La acogida es una manera de ser y de hacer.

Una manera de ser, por lo que requiere de unas actitudes tales como:

• Escucha activa. Escuchar es centrarse en la persona. Como Jesús que, por propia iniciativa, se acerca a quienes sabe que están viviendo una situación de sufrimiento, se integra en su realidad y manifiesta interés por ella. Escuchar, como mirar, es mucho más que oír o ver. Mirar es tener la mirada fija en alguna cosa con una intención, con un interés: el de detenerse, estar allí, delimitar el campo de visión, privilegiarlo para capturar los detalles, emplear tiempo. El que personaliza, el que escucha realmente, el que inspira confianza para abrir el baúl es aquel que no se escandaliza ante lo que oye, sino que admira con sorpresa el maravilloso mundo que no está en el escaparate, sino en la trastienda de cada uno.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

5�

8675_caritas_corregido.indd 56 29/12/08 13:24:55

* • Empatía. La empatía es una actitud, es decir, una disposición interior en virtud de la cual el que se acerca al que sufre quiere realmente comprender y, para ello, renuncia a su punto de vista para adoptar el del que sufre, pero sin caer en el pozo de su sufrimiento, sino man-teniendo el arte de saber entrar y saber salir, de saber implicarse y saber mantener la distancia emotiva que permite ser uno mismo. La empatía es la capacidad de sentir colocándose a la justa distancia. Es el modo que tiene Dios de actuar con el hombre: salir de sí, asumir la condición del otro y saber retirarse.

• Acompañar. Personalizar supondrá acompañar al ayudado a tomar con-ciencia de lo que él está haciendo para que su situación de marginación sea superada o vivida sanamente si no es superable. Jesús, acompañando a sus discípulos camino de Meaux, hace algo más que acoger la expe-riencia que están viviendo. En el encuentro percibimos una aceptación incondicional de su experiencia, una escucha manifestada en interés por lo que les preocupa, pero también Él interviene implicándose más.

• Aceptación incondicional. Con gran humildad, podemos acercar-nos al que sufre, no para darle buenas razones o consejos de cómo debe interpretar o vivir su propia experiencia sino, inicialmente, para comprender e intentar transmitir comprensión hacia su mundo inte-rior y hacia el impacto que la realidad, la enfermedad y las condicio-nes de marginación están teniendo sobre él; aceptando incondicio-nalmente el mundo de los significados únicos que las cosas tienen para cada persona, tanto a nivel cognitivo como afectivo.

• Fe en la persona. Centrarse en la persona, en la relación de ayuda, significa también creer en ella y en sus recursos, considerarla protago-nista del proceso de ayuda, confiando en sus recursos, apelando a su zona sana, a sus cualidades o potencialidades para sanar su herida, a su curador interior, a su capacidad de reaccionar y afrontar las dificul-tades por las que pasa.

• Confrontación. Jesús acoge las confidencias y las reflexiones de sus discípulos, pero después de escuchar llega al momento de la con-frontación como sendero que conduce a la maduración de su fe. La confrontación tan necesaria en la relación de ayuda para promover procesos de integración, de modo particular para estimular los re-cursos del ayudado y su protagonismo en el proceso, así como la delicada destreza de persuadir para promover la efectiva adhesión a programas y pautas adecuadas de afrontamiento de las dificultades.

La acogida

VI

57

8675_caritas_corregido.indd 57 29/12/08 13:24:55

• Oración. Cuando entre ayudante y ayudado ha habido algo más que una pura prestación de servicios en la acción socio-caritativa de la Iglesia, cuando se ha descubierto el fundamento último de la ayu-da, cuando se ha dado un encuentro auténtico y no sólo de carácter racional, entonces tiene sentido celebrar juntos y la celebración no será el cumplimiento de un puro rito vacío, sino la simbolización sa-cramental del encuentro ya vivido con Cristo sufriente y de la Pascua vivida en el paso de las situaciones de muerte, de dolor, de carencia, de injusticia, a situaciones de vida y de movilización de los recursos internos para «ponerse en pie» o resucitar a la vida de la comunidad.

Una manera de hacer, porque la acogida es el primer paso de un proceso de acompañamiento, es caminar juntos para descubrir juntos posibles alternativas a las situaciones de necesidad o conflicto: «Acompañar al que sufre significa es-tar con él y por él. Y cuando la comunicación verse sobre problemáticas vitales, relacionales, existenciales, psicoemotivas, espirituales, entonces la capacidad del ayudante para saber utilizar la palabra será puesta a prueba porque efectivamen-te tendrá que saber escuchar; pero deberá también responder. Es el salto de la comprensión a la comunicación, de la comprensión y de la escucha a la respuesta personalizada y que confronta».

Los principios que han de regir una buena acogida son:

• Atender personas con problemas y no problemas de personas.• Trabajar en el horizonte de la Justicia. • No prometer nada, no ser omnipotente, ni buscar gratificaciones

personales.• Trabajar con los pobres y no sólo por ellos. Los protagonistas son

ellos: sus ritmos, sus necesidades, sus preguntas.• Trabajar en equipo tanto en la decisión como en la ejecución.• No ser simples en el análisis de la situación del que llega. En su

exclusión intervienen al menos tres factores: personales, contextuales y estructurales.

• Trabajar desde una programación que plantee unas necesidades, una respuesta y unos objetivos.

• Buscar soluciones no sólo diagnósticos con objetividad, yendo a los datos no sólo a las suposiciones.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

58

8675_caritas_corregido.indd 58 29/12/08 13:24:56

59

• Caer en la cuenta que existe siempre una demanda insatis-fecha (lo urgente) y una necesidad real oculta y oscura (lo im-portante). Hay que compaginar bien una y otra. Confundirlas es peli-groso. Hay que detectar en los problemas planteados las necesidades reales. Detectar las necesidades ocultas. Esto, recordando que en la actualidad, el problema profundo es estructural más que puntual, no solucionable a partir de acciones aisladas o individuales.

• Empezar preguntándose: ¿qué hay en él para ser potenciado, para resolver este problema?

• Recordar que la tarea de cada una de las personas del equipo es siempre parte de un todo: la acción caritativa-social de la Parro-quia. Por eso, no debemos hacer del servicio un asunto personal.

• Aprender a descansar, a decir adiós.

La acogida

VI

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 59 29/12/08 13:24:56

�0

1. InstrumentosAcogida. ¿Qué exige?

• Una persona responsable de la misma, con capacidad de empatía, respetuosa con la persona y consciente del deber de confidencialidad.

• Un entorno digno (un lugar cerrado, acogedor,...) como señal de respeto al que viene y que facilite la relación.

Información/orientación/asesoramiento. ¿Qué exige?

• Un buen conocimiento de la legislación.• Fichero de recursos.• Coordinación: haber establecido previamente con otras entidades que trabajan

en la misma zona las tareas de cada cual y el sistema de funcionamiento a se-guir.

Ayuda económica. ¿Qué exige?

• Que el grupo elabore unos criterios y supuestos para ayudar económicamente.• Que el grupo elabore un baremo de adjudicación de ayudas, de acuerdo con el

nivel de vida, las necesidades, los recursos,...• La adjudicación de las ayudas las realizará una sola persona (dos, como máximo),

de acuerdo con los baremos y criterios ya establecidos, para garantizar la privaci-dad.

• Cuando haya necesidad de pedir información complementaria (nominas, visi-tas,...), se le pedirán al interesado o se harán con su consentimiento.

Sensibilización y dinamización del tejido social. ¿Qué exige? • Establecer cauces de difusión: – en la comunidad intraeclesial (grupos catequéticos, de reflexión, homi-

lías, tablón de anuncios,...) – en la comunidad vecinal (asociaciones de vecinos, AMPAS, otros gru-

pos, emisiones locales de radio o prensa,...) – elaborar instrumentos adecuados a cada caso: guiones de reflexión,

carteles, octavillas, artículos,...– establecer cauces de participación: ámbitos de reunión, de discu-

sión de problemas, de recogida de opinión,...

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

8675_caritas_corregido.indd 60 29/12/08 13:24:56

Participación en la planificación de servicios. ¿Qué exige?

• Utilizar instrumentos de recogida de datos, que permitan un análisis objetivo (fi-cha, informe,...)

• Reuniones periódicas del grupo para contrastar y valorar la información recogida. Valorar supone: tener los datos, preguntarse por las causas, preguntarse por los efectos.

• Para que esta valoración sirva a la programación y la planificación, habrá que preguntarse: ¿Qué hacer? ante la situación detectada, por lo que todo informe de situación (ya sea para sensibilizar, ya sea para programar, debería acabar siempre planteando alternativas.

La acogida

VI

�1

Cuestiones para la reflexión1. ¿Por qué la acogida es importante en la acción socio-caritativa de

la Iglesia?

2. ¿Qué cambia en la vida de las personas que atendemos desde la acogida?

3. ¿Qué dificultades o retos se te plantean a la hora de afrontar la tarea de la acogida en tu Cáritas Parroquial?

BibliografíaALFARO, Mª E.; CARBALLO, B. «La Acogida», Cuadernos de Formación, Cáritas Es-

pañola, 1991.LOPEZ MORENO, María Luisa; GARCÍA, Julio. «Acogida desde la parro-

quia», en Corintios XIII, nº. 103-104, julio diciembre, 2002; p. 333-33�. RENES, Víctor. Los Servicios de atención primaria en la perspectiva de la

lucha contra la pobreza y la marginación. Cáritas Española, 1988.

8675_caritas_corregido.indd 61 29/12/08 13:24:57

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

�2

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 62 29/12/08 13:24:57

La Comunidad Cristiana

0

�3

VIILa sensibilización

8675_caritas_corregido.indd 63 29/12/08 13:24:58

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

�4

Fundamentación bíblico-teológica

«Se lo llevaron a Jesús, aparejaron el burro con sus mantos y ayudaron a Jesús a montarse. Según iba él avanzando, alfombraban el camino con sus mantos. Cuando ya se acercaban en la bajada del monte de los Olivos, los discípulos en masa, entu-siasmados se pusieron a alabar a Dios a gritos por todo los milagros que habían visto, diciendo: Bendito el que viene como rey en el nombre del Señor. ¡Del cielo paz y a Dios gloria!. De entre la gente unos fariseos le dijeron: Maestro reprende a tus discípulos. El replicó: Os digo que si éstos se callan gritarán las piedras». (Lc 19, 35-40)

La razón de ser de las comunidades eclesiales es la evangelización: Evangelizar constituye la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Las parroquias están llama-das a la misión pastoral de evangelizar a la sociedad.

El fundamento se deriva de la finalidad a la que quiere servir: la búsqueda del Reino de Dios y su Justicia, el anuncio de la Buena Nueva a todos los hombres.

Hablamos, en definitiva, de la dimensión pública de la fe, de eso que la doctrina social de la Iglesia ha llamado con acierto «caridad política», consecuencia directa del compromiso de la comunidad cristiana en la transformación del mundo y en su configuración según el plan de Dios.

No se trata de articular una proyección de la fe en su dimensión solidaria desde el intimismo o la reducción individualista de problemas sociales, sino de reivindicar que la destinataria de la revelación es la comunidad en su más amplio y hondo significado y, por tanto, en cierto

sentido político. Junto con ella, la idea de justicia es tan fundamental que se torna en criterio de discernimiento de la verdadera experiencia de fe.

La Iglesia está llamada a ejercer el ministerio de la caridad:

• Construyendo comunidades que integren el servicio a los más pobres como elemento fundamental de la vida y de la misión de todos sus miembros.

• Evangelizando al promover el amor preferencial por los empobrecidos y el acercamiento a la sociedad.

• Exigiendo la liberación de los últimos de nuestro mundo y el compromi-so con la justicia.

• Suscitando en la comunidad cristiana y en toda la sociedad el compro-miso con todos los pueblos del mundo, sin distinción de lengua, color o procedencia.

�4

8675_caritas_corregido.indd 64 29/12/08 13:24:58

**

*DefiniciónLa Real Academia de la lengua define sensibilizar como hacer sensible, dotar de sensibilidad o despertar sentimientos morales, estéticos, etc.

Sensibilizar podría suponer dar a conocer la realidad que nos rodea. Posibilitar y potenciar procesos de participación y de actitudes solidarias. Se trata de ir al en-cuentro del «otro», lo que supone el acercamiento a una realidad distinta, a unos referentes y parámetros culturales que, en ocasiones, difieren en gran medida de lo que en la sociedad es considerado como habitual y común.

Para hacer posible de forma positiva este acercamiento a lo distinto, es necesario que la sociedad pueda percibir lo diferente como un elemento enriquecedor de las propias tradiciones culturales. La sensibilización social pasa ineludiblemente por propiciar y crear encuentros en los que se establezca un diálogo generador de comprensión y entendimiento. Por otra parte, la participación es un elemento básico para el desarrollo social y fin y medio de la sensibilización.

En definitiva significa tener una actitud de apertura hacia el exterior que nos permita tomar conciencia, ver, escuchar, dejarse tocar por las dificultades, necesidades, proble-mas y también reconocer las oportunidades de mejora de nuestro entorno y hacer visible esta realidad a los demás. Siempre es un proceso y una búsqueda. Supone despertar sentimientos, desarrollar actitudes críticas sobre la exclusión, dejarse sor-prender, abrir los sentidos, dar a conocer e implicarse en una acción de mejora.

Mis notas:

La sensibilización

VII

�5

8675_caritas_corregido.indd 65 29/12/08 13:24:59

1. La sensibilización en CáritasLa misión de Cáritas habla de acoger y trabajar con las personas en situación de pobreza y exclu-sión, y de la necesidad de que sean protagonistas de su propia liberación, desde y con el compro-miso de la comunidad cristiana.

Esto supone la acción social, la sensibilización de la sociedad y la denuncia de las situaciones de injusticia con hechos y palabras que persigan un mundo más justo, fraterno y solidario.

Cáritas, como organización responsable de la acción social de la Iglesia, tiene el deber de dar a conocer el amor de Dios a través de la caridad y del amor al prójimo. La expresión de la caridad no será completa si no se realiza a través de los tres niveles de actuación (acogida, sensibili-zación y denuncia). Los tres son imprescindibles para poder transformar la realidad y trabajar por la justicia.

La red Cáritas supone un observatorio único, por su proximidad con la realidad, y vivo, por su acción del día a día, desde donde se puede realizar una pedagogía desde la sencillez y lo cotidiano. La red parroquial permite tener un conocimiento directo de muchas de las necesidades y potencialidades de la población. Ahora bien, es necesario un análisis riguroso de los datos y una planificación de las acciones que se llevarán a cabo. La sensibilización tiene que estar sustentada por hechos y datos reales y debe ser concreta.

No se trata únicamente de hacer visibles las situaciones de injusticia, dar voz a los que no la tienen; también supone analizar y llegar hasta las causas y promover acciones que permitan su desapari-ción; supone hacernos y hacer conscientes a los demás de la necesidad de luchar por los derechos de las personas, los valores cristianos, la solidaridad, la generosidad, el altruismo y la tolerancia.

Para ello, conjugar la formación teórico-práctica y utilizar el método acción-reflexión-acción son requisitos imprescindibles.

Pistas para la sensibilización

La sensibilización en Cáritas tiene que estar destinada a:

• Los miembros de Cáritas.• Las comunidades cristianas.• La sociedad en general.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

��

8675_caritas_corregido.indd 66 29/12/08 13:24:59

2. Cómo sensibilizar a la comunidadIncorporar en las catequesis y en las actividades de los movimientos parroquiales los contenidos e inquietudes de las Cáritas.

La comunidad cristiana en cada núcleo de población, en particular las Cáritas, han de promover la Comunicación Cristiana de Bienes (recursos humanos, materiales y económicos), de modo que las parroquias con más recursos deben comprometerse en ayudar a las comunidades más necesitadas.

Colaborar para que en las parroquias sea frecuente la comunicación entre los distintos grupos y la comunión parroquial mediante asambleas parroquiales donde podamos coordinarnos, encuentros informales, convivencias, jornadas de oración y reflexión...

Ser claros y transparentes en el tema económico, informando exhaustivamente sobre el destino de los presupuestos de las Cáritas.

Aunque las Cáritas parroquiales están bien valoradas en las comunidades parroquiales, hay que hacer un esfuerzo de comunicación. Dar cuenta periódicamente a través de los medios de comuni-cación locales y parroquiales (radio, hojas informativas, revistas) de lo que hacemos.

La Campaña Institucional de Cáritas, así como la Campaña de los Sin Techo, son buenos momentos para sensibilizarnos como grupo de Cáritas y para sensibilizar a la comunidad parroquial y a la so-ciedad en general trabajando los materiales de las campañas nosotros mismos y con los demás gru-pos de la parroquia y organizando alguna acción que vaya más allá de la recaudación de fondos.

• Intervenir en el momento de los avisos de las misas de los domingos con asuntos relativos a la acción sociocaritativa.

• Asumir la revitalización y el cuidado periódico del cartel mural de la parroquia como expresión de toda la actividad pastoral.

• Coordinar la sensibilización con todas las parroquias del entorno arciprestal.

• Participar en las semanas y jornadas de solidaridad de los ayuntamientos, asociaciones y colectivos del propio territorio.

Sin olvidar nunca que el proceso de sensibilización incluye también la denuncia profética.

La sensibilización

VII

�7

8675_caritas_corregido.indd 67 29/12/08 13:24:59

BibliografíaLEAL SALAZAR, Gabriel. «Cáritas, animadora en la comunidad: [ponencia presentada en la Es-

cuela de Formación Social, celebrada en El Escorial, 3 4, julio, 1995]», en Corintios XIII, Nº.7�, octubre-diciembre, 1995; p. 51-109.

Cuestiones para la reflexión1. ¿Qué entendemos por animación-sensibilización de la comuni-

dad?

2. ¿Creemos que nuestra Cáritas anima-SENSIBILIZA a la comunidad?

3. ¿Nos sentimos animadores de la comunidad?

4. ¿Cuáles son las dificultades y los retos en nuestra tarea de sensibi-lización?

Mis notas:

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

�8

8675_caritas_corregido.indd 68 29/12/08 13:25:00

La Comunidad Cristiana

0

�9

VIIIEl acompañamiento

8675_caritas_corregido.indd 69 29/12/08 13:25:00

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

70

Fundamentación bíblico-teológica

«Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo además de seguir adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente: “Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado”. Entró pues y se quedó con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su vista. Se dijeron uno a otro: “¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» (Lc 24, 28-32)

El relato de Emaús nos habla por sí solo de cómo Jesús se hace al paso y al ritmo de los dis-cípulos, y escucha pacientemente todo lo que está por resolver en su corazón. Recorriendo junto a ellos el camino, compartiendo la palabra, la vida, el techo y la mesa, les regala la experiencia de comunidad y de que la vida está infiltrada de Resurrección.

Nuestra fe tiene mucho que decir al acompañamiento. Aporta el sentido último del deseo de promover el respeto a la dignidad de todo ser humano, ilumina los «porqués» y «cómos» de nuestro trabajo por la justicia.

Está claro que nadie da lo que no tiene. Sin un grupo de personas que acompañan en los procesos, jamás se podrá tener la experiencia del encuentro. Los que viven esta experiencia, se convierten en los mejores testigos y propagadores de la vida nueva, una vida nueva que supone:

• Una ruptura radical y un cambio de ciento ochenta grados en la orientación de la vida.

• Un descubrimiento de la identidad personal, lo que la persona es y la capacidad de elegir cómo lo quiere vivir, con quiénes, dónde… desde un gozo y una alegría sentida en las entrañas.

• El regalo de una nueva oportunidad de empezar desde cero en el acompañamien-to.

• La necesidad de incorporarse a una familia, a un cuerpo vivo y vitalizado por la presencia del Espíritu de Jesús, donde no hay diferencias ni exclusiones.

• Una nueva forma de celebrar los acontecimientos de la vida, de la historia, de los caminos con sencillez y profundidad, encarnados en las coordenadas de la existencia de los empobrecidos y con medios pobres.

• Vivir con la conciencia clara de que todo es puro don del Amor que el Padre nos tiene, para donarlo, compartirlo, regalarlo.

70

8675_caritas_corregido.indd 70 29/12/08 13:25:01

**

*DefiniciónAcompañar significa estar al lado de la gente, es decir, caminar a su lado hacia el mismo destino –un proyecto común–; dar apoyo, implicarse en un proceso con compromisos, vigilando los límites del acompañante y de los acompañados. Para acompañar es necesario tener paciencia y asumir, por un lado, que todas las per-sonas o grupos pedirán ese acompañamiento y, por otro, que no todos se dejarán acompañar.

El acompañamiento tiene diferentes dimensiones:

• Una dimensión personal: El acompañamiento a cada uno de los miembros de nuestros grupos, siempre con el horizonte de que cada persona es única y necesita acompañamiento particular.

• Dimensión grupal: Acompañamiento a los grupos de Cáritas en el desarrollo de sus objetivos y tareas, en la implantación de nuestros proyectos, en el autoanálisis de la dinámica que tienen como grupo. Estar unidos por una tarea común.

El acompañamiento

VIII

71

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 71 29/12/08 13:25:01

1. Estilos en el acompañamientoPodemos trabajar el acompañamiento desde diferentes contextos o ámbitos: formal o informal.

No solo necesitamos de reuniones formales para realizar el acompañamiento a nuestros grupos, acompañar es también aprovechar los momentos más informales, compartiendo un café o un paseo hasta la parada de autobús después de una reunión... Otra herramienta importante del acompañamiento es la formación. Formamos acompañando, a partir de las reflexiones del grupo, el análisis de la realidad…, y también acompañamos formando, al profundizar con los voluntarios sobre un tema concreto o una acción específica.

Hemos de tener muy en cuenta las necesidades del grupo y de las personas que lo componen, y también recordar que:

• Se acompaña desde la acción, para reflexionar desde la acción.• Es muy importante animar e impulsar las inquietudes que surjan del grupo y de

las personas que lo componen.• Cuidar y cultivar como uno de nuestros principales roles la anticipación.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

72

8675_caritas_corregido.indd 72 29/12/08 13:25:02

2. Características del acompañamientoAl hablar del acompañamiento no partimos de cero, lo hacemos desde lo que está siendo ya nues-tro acompañamiento, porque todos acompañamos y nos sentimos acompañados en el camino.

Depende de la pauta de acompañamiento que hayamos elegido, tendremos una relación en los ámbitos de la organización de verticalidad o de crear y dialogar juntos (voluntarios, técnicos, di-rectivos). Es muy importante tener presente en todo el proceso la evaluación, para que nuestro acompañamiento crezca y se «adapte» a la realidad cambiante.

En el acompañamiento al voluntariado hay que tener presente la acción, pero también su moti-vación y, sobre todo, su impronta, su capacidad transformadora de la realidad. Es un proceso en el que se implica la vida, no sólo el tiempo dedicado a la acción, y que pretende transformar el entorno y a la persona voluntaria.

El voluntariado, visto así, es un proceso vivo al que se le ha de dotar de un itinerario educativo en el que se implica toda la persona, con su punto de partida, punto de llegada y opciones de fondo. De este modo, el tiempo de voluntariado es un tiempo donde la persona descubre y practica una serie de valores humanizadores que tienen que ver con la consideración de la realidad absoluta de la persona, por lo que no admite cambios bruscos que acabarían con la idea de proceso. El acompa-ñamiento no se impone, se ofrece y respeta los ritmos.

Con todo lo expuesto se debe tener en cuenta en el acompañamiento lo siguiente:

• Quien acompaña debe promocionar el aprendizaje en el grupo, esto es, faci-litar, posibilitar, recuperar, animar, compartir, inquietar, provocar, expresar, apasionar, agitar mentes y corazones.

• Quien acompaña debe convivir con el espesor de la incertidumbre que uno nunca logra dominar. El tanteo y el error son la base de nuestro propio aprendizaje personal y como animadores. De eso nadie ni nada nos salva.

• Quien acompaña ha de ser un profesional de la artesanía educativa. Es una tarea que exige paciencia y creatividad. Debe responder desde la experiencia, que sólo en al-gunas ocasiones le habrá llevado a los libros. Y si no tiene respuesta, lo mejor que puede hacer es devolver al grupo la cuestión, «colectivizar la pregunta» para que éste busque la respuesta. No puede olvidarse de que en su trabajo la verdad está ahí fuera.

• Quien acompaña no descuida lo instrumental, lo sitúa en el proceso educativo en marcha y no sólo en un espacio organizativo (orden del día, actas, conclusiones,…). Cada material habrá que reinventarlo, recrearlo según lo que en cada momen-to el grupo necesite.

• Quien acompaña sabe que para cosechar resultados tendrá que cultivar inquietudes que nacen de la acción voluntaria. Somos voluntarios por esta o aquella razón, pero no nos conformamos con llevar a cabo nuestra acción. Es decir, nos preocupamos por otras dimensiones de la persona voluntaria no sólo de lo que hace y cómo lo hace.

El acompañamiento

73

VIII

8675_caritas_corregido.indd 73 29/12/08 13:25:02

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

74

3. Perfil y dimensiones del acompañantePara acompañar es necesario partir de la realidad, del momento y de la experiencia del grupo. Partir de la realidad concreta del grupo implica haber reflexionado sobre ella y valorar las oportu-nidades y puntos críticos en función de una serie de objetivos.

Muchas veces tenemos objetivos relacionados con nuestro trabajo (que aumente el número de grupos de Cáritas, que se cree una Cáritas Arciprestal...) pero quizás no tenemos tan formulados los objetivos de los grupos, es decir, adónde quieren llegar como grupo, adónde nos gustaría que llegaran.

Cuando hablamos de llegar, hablamos de cómo nos gustaría que fueran estos grupos. Lo que nos deberíamos preguntar es: ¿Qué pretendemos en nuestro trabajo con los equipos de Cáritas?

Las personas que se dedican al acompañamiento tienen en sus manos muchas tareas complicadas, por lo que no basta con Querer Ser, sino también es necesario Saber Hacer.

Saber hacer es… estar dispuestos a aprender y enseñar: Los conocimientos precisos para acompañar se adquieren fundamentalmente desde la experiencia. Tener los sentidos en alerta permanente y usar los recursos que hoy día se ponen a nuestro alcance, sin olvidar que por muchos avances tecnológicos que tengamos, ninguno puede suplir o equipararse al contacto directo, al café compartido.

Saber hacer es… aligerar la carga. Implica el arte de delegar. Acompañar no consiste en cargarse con todo el trabajo y las responsabilidades del grupo.

Saber hacer es… estar altos de moral: Aprender a conocer nuestras limitaciones, a decir «hasta aquí puedo llegar», salva muchos fracasos.

Saber hacer es… tener talante educativo: no hay grupos ni animadores ideales. El talante educativo es creativo y se adapta a cada circunstancia y parte de una pre-misa: para acompañar hay que cambiar el chip –nuestro chip–, y estar dispuestos a educar y ser educados, a enseñar lo mucho o poco que sepamos –no es cuestión sólo de conocimientos– y aprender de y con los otros. Esto exige tratar a cada gru-

po y/o a cada persona como una realidad distinta.

Con todo lo expuesto concluimos distinguiendo cinco dimensiones que deberán cuidar siempre los acompañantes:• Cognitiva (cabeza) • Afectiva (corazón)

8675_caritas_corregido.indd 74 29/12/08 13:25:03

El acompañamiento

75

• Social (comunicación)• Moral (entorno)• Espiritual (religiosa)

Cada una de estas dimensiones puede ser la motivación que a una persona le lleve al voluntariado, pero el acompañante tratará de que se cultiven las cinco, cuidará que ninguna de ellas quede sin riesgo. Las cinco dimensiones son importantes, pues ser voluntario sólo desde una de ellas puede resultar útil; puede saciar una inquietud intelectual o afectiva… pero es muy frágil.

La dimensión espiritual integra las anteriores y nos recuerda que desde Cáritas, nuestro compromiso es con el trabajo por el Reino en esta tierra y con la persona en todas sus dimensiones, también la religiosa.

4. Retos y dificultades del acompañamientoEl acompañamiento de procesos conlleva el cambio, la transformación de la realidad y de las per-sonas. Todo acompañamiento puede ser un reto y también puede comportar un peligro.

a. Retos en el acompañamiento• Conocer al grupo o persona que hemos de acompañar.• Ayudar a descubrir la necesidad de crecer, de no quedarse estancado como

grupo de acción sociocaritativa.• Hacer los cambios necesarios respetando los ritmos y procesos, no de for-

ma repentina.• Ganarse la confianza y la seguridad del grupo o persona. Esa confianza se

asienta en la tarea y los fines compartidos.• Tener capacidad de interpretar y reconducir las crisis como oportunidades,

no como debilidades.• Disponer de tiempos para poder reflexionar sobre el grupo.

Facilitarlos y hacerlos interesantes.• Encontrar a alguien que pueda liderar al grupo.• Priorizar la tarea de acompañamiento. A veces nos desbordan

otras actividades.

b. Dificultades en el acompañamiento• Que el acompañamiento sea vivido como algo obligado y como

reflejo de autoridad.• Que los objetivos del acompañante y del grupo o persona no coincidan.• Intentar la implicación del grupo o persona demasiado deprisa.• Que no se entienda o no se tenga clara la función del acompañante.• La falta de tiempo que dedicar a cada grupo o voluntario.

VIII

8675_caritas_corregido.indd 75 29/12/08 13:25:03

BibliografíaALONSO, Dámaso. Formación del Voluntariado Joven, Carpetas de formación. Cáritas Española, 2000.CÁRITAS ESPAÑOLA. Equipo de Apoyo del Programa de Voluntariado. Somos andando.

Itinerario Educativo y Animación del Voluntariado. Cáritas Española, 2000.CÁRITAS ESPAÑOLA. Equipo de Apoyo Rural. Reciprocidad y permanencia como talante del anima-

dor rural: acciones o procesos. Cuadernos de formación social. Cáritas Española, 2000.VEGA, Francisco J.; VENTOSA, Víctor J. Programar, acompañar, evaluar. Plan de Formación de

Animadores, Editorial CCS, 1993.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

7�

Cuestiones para la reflexión1. ¿Cómo es nuestro acompañamiento?

2. ¿Cuál es el perfil del acompañante?

3. Dificultades y retos del acompañamiento

4. Relación entre formación y acompañamiento

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 76 29/12/08 13:25:04

La Comunidad Cristiana

0

77

IXLa formación

8675_caritas_corregido.indd 77 29/12/08 13:25:04

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

78

Fundamentación bíblico-teológicaLa conciencia de que necesitamos formarnos se ha intensificado por los retos que suponen las nuevas formas de pobreza, fruto de la realidad cambiante. Así, resulta que cada vez es más frecuente la demanda de formación por parte de los equipos parroquiales de Cáritas.

Por otra parte, esta realidad cambiante mantiene a Cáritas en permanente búsqueda del mo-delo de acción social adecuado para que su misión sea fiel al mandato del Señor y respuesta eficaz a lo que los tiempos requieren. De ahí han surgido reflexiones y recursos que suponen una aportación a tener en cuenta: Guía de Formación (Cáritas Española, 1997), Carpeta So-mos Andando (Cáritas Española, 1999), Documento Mapa de los itinerarios educativos del voluntariado (Cáritas Española, 2001) y, últimamente, el Documento marco sobre la forma-ción en Cáritas (Cáritas Española, 2008).

Este trabajo, pretende responder a las necesidades detectadas tratando de complementar la for-mación existente (apoyada en las experiencias y documentos que Cáritas ya se ha ido dando) con algunos acentos que ayuden a integrar lo que la reciente reflexión de la Iglesia está pidiendo a Cáritas: «La Caridad de Cristo nos apremia» (Conferencia Episcopal Española, 2004), «Cáritas en el proceso evangelizador de la Iglesia» (60 Asamblea General de Cáritas, 2006), «Deus Caritas Est» (Benedicto XVI, 2006). Nos dirigimos concretamente al colectivo formado por miembros acti-vos de la comunidad parroquial que, voluntariamente, están predispuestos a desarrollar la acción socio-caritativa inherente a la misión de dicha comunidad. Pensando en este destinatario, el objetivo de su formación es potenciar sus capacidades para el servicio de los pobres y, a la vez, potenciar la conciencia de los que están ejerciendo una diaconía en nombre de toda la comunidad cristiana. Ca-pacitándoles con los medios adecuados para dar respuesta a la problemática que se nos presenta.

La encíclica Deus Caritas Est (2006), en su número 31, afirma: «Por lo que se refiere al servicio que se ofrece a los que sufren, es preciso que sean competentes profesionalmente: quienes prestan ayuda han de ser formados de manera que sepan hacer lo más apropiado y de la manera más adecuada, asumiendo el compromiso de que se continúe después las atenciones necesarias. Un requisito fundamental es la competencia profesional pero, por sí sola, no basta. (...) los seres humanos necesitan siempre algo más que una atención sólo técnicamente correcta. Necesitan humanidad. Necesitan atención cordial. Cuantos trabajan en las instituciones caritativas de la

Iglesia deben distinguirse por no limitarse a realizar con destreza lo más conveniente en cada momento, sino por su dedicación al otro con una atención que sale del corazón. (...) Por eso, dichos agentes, además de la preparación profesional, necesitan también y sobre todo una ‘formación del corazón’: se les ha de guiar hacia ese encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro, de modo que, para ellos, el amor al prójimo ya no sea un mandamiento, por decir así, impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad». (Ga 5,6)

78

8675_caritas_corregido.indd 78 29/12/08 13:25:05

**

*

La Conferencia Episcopal Española en su documento La Caridad de Cristo nos apremia (2004), en el número 38, nos indica: «Hoy resulta urgente recrear un auténtico equilibrio entre la formación ‘técnica’ y la motivación que la sostiene y hace fecunda en el proceso evangelizador de la Iglesia».

Ciertamente, la fe suscita en gran medida la decisión por entregarse al ejercicio de la caridad; en cambio, no siempre es contemplada como lámpara para los pasos posteriores. Para que resulte alimento que regenera en la acción cotidiana, es importante marcar los referentes de la formación, sus contenidos y los criterios metodológicos con los que cuenta Cáritas.

DefiniciónDice el Documento marco sobre la formación en Cáritas que «partimos del con-vencimiento asumido en Cáritas y expresado en toda su andadura de que la formación es parte fundamental del ser, el hacer y el saber hacer de Cáritas. La formación en Cáritas está configurada desde su ser y desde lo que está llama-da a hacer, es decir desde su identidad. A la vez, la formación está orientada a facilitar y profundizar la identidad de Cáritas en su ser y en su hacer. La identidad configura, da forma y contenidos, a la formación y ésta da solidez y consistencia a la identidad. De manera particular es necesario destacar la importancia de la formación para la acción transformadora que Cáritas está llamada a realizar en la vida de las personas y en la misma sociedad».

Desde estos presupuestos, entendemos la formación como un proceso perma-nente de transformación. Por eso, los agentes de Cáritas se forman en su grupo al ir dialogando con la realidad, aprendiendo de ella, sistematizando sus conocimien-tos, sus hábitos de trabajo y sus habilidades.

Por tanto, al hablar de formación nos referimos a la transformación de los agentes de Cáritas:

• En su saber, sus conocimientos, su información.• En su ser, sus actitudes, su crecimiento personal e integral de cara a la

acción.• En su saber hacer, sus hábitos y sus habilidades.

79

8675_caritas_corregido.indd 79 29/12/08 13:25:05

1. Referentes fundamentales de la formacióna. Eclesialidad Cada Iglesia local diocesana desarrolla su plan pastoral en función de las condiciones en las que está llamada a anunciar a Jesús con signos y palabras. Consecuentemente, la coordina-ción con los demás servicios formativos diocesanos y la convergencia con las demás concre-ciones del testimonio de amor a los últimos han de ser siempre muy tenidas en cuenta.

b. Territorialidad El servicio formativo al voluntariado ha de desarrollarse, en la medida de lo posible, pegado al lugar en el que éste desarrolla su actividad sociocaritativo. Por ello la formación va de la mano del acompañamiento:

• Pegada al Territorio: porque tiene que ser respuesta la realidad que tenemos.• Formación para la acción, que responda a las preguntas que el voluntario se hace,

dentro de las posibilidades de disponibilidad. La gran tarea desde el acompañamiento es hacer que surjan esas preguntas.

c. Proceso y gradaciónLa formación debe estimular y, a la vez, respetar el ritmo de crecimiento de las personas y grupos a quienes se dirige programando niveles que den respuesta, unos, a las necesidades más básicas de quienes se inician en el ejercicio de la caridad y, otros, a los que se especia-lizan en programas concretos.

d. Especificidad Supuesta la coordinación con servicios formativos teológico-pastorales de la diócesis y con servicios formativos sociales de las instituciones ciudadanas, nuestra formación ha de incidir en lo más propio de la pastoral sociocaritativa, cuyo objetivo final es «la configuración con Cristo, aprender a “vivir como Cristo vivió y a amar como El amó”. Este objetivo evangélico, tal y como ha expresado bellamente el Papa Benedicto XVI en la encíclica Deus Caritas Est, n 31”, afecta a toda la comunidad cristiana y, por consiguiente, a cada uno de los bautiza-

dos, sin ninguna excepción».

Por eso, es «toda la comunidad la que debe vivir en una progresiva configura-ción con Cristo y la tarea ministerial del grupo de Cáritas parroquial, de Cári-

tas Diocesana, –y en su medida de Cáritas Regional y de la Confederación de Cáritas Española– consiste en acompañar a toda la comunidad cristiana a vivir

esta esencia de la vida cristiana». Podrán citarse más referentes y ordenarlos de otra manera; no obstante estos cuatro parecen ya asentados en la experiencia formativa de Cáritas.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

80

8675_caritas_corregido.indd 80 29/12/08 13:25:06

2. Contenidos de la formaciónAbundan las propuestas formativas. En unas diócesis, sus propuestas, inciden más en la pers-pectiva teológica; en cambio, otras subrayan más la formación en valores humanos. En me-dio de esta gran riqueza y pluralidad, no parece éste el lugar para desarrollar un programa de contenidos formativos necesarios en un plan de formación para los equipos parroquiales de Cáritas. Nos bastará con avanzar en un diseño formativo que busque la sensibilización básica y general, antes que centrarnos en temas específicos más propios de la profundización en áreas concretas.

Dando por supuesto que necesitarán desplegarse trasversal y experiencialmente, apunte-mos algunas perspectivas que habrán de recogerse:

• Acogida y atención primaria requiere una formación básica sobre la que, luego, puede sustentarse una formación atenta a la promoción social y aún otro nivel de formación orientado hacia la transformación estructural. Los tres aspectos forman el núcleo de la acción sociocaritativa y, por consiguiente, los contenidos de la for-mación habrán de concienciar y capacitar para que puedan ser trabajados como complementarios.

• Entre los contenidos de la formación básica no pueden faltar aquellos que ofrez-can orientación para responder (al menos mediante una derivación adecuada) a los sectores sociales en los que se manifiestan las nuevas pobrezas: mujer, meno-res, inmigrantes, empleo precario...

• Otra dimensión a contemplar es la referente a la animación de la comunidad cris-tiana. Los voluntarios de Cáritas han de contar con argumentos teológicos suficien-tes para sensibilizar al resto de la comunidad de la que forman parte. Para lo cual, ellos mismos han de ahondar en la consideración de que su servicio es un carisma recibido para el enriqueci-miento de la comunidad, experiencia que se descubre no sólo a través de su vivencia natural, sino que requiere de mediaciones formativas que ayuden a poner nombre a tal experiencia.

• Formación para el trabajo en red y para complementar nuestra acción con los recursos de otras instituciones que trabajan en la misma dirección que nosotros.

La formación

IX

81

8675_caritas_corregido.indd 81 29/12/08 13:25:06

3. Criterios metodológicos• Todo modelo de formación necesita contenidos teóricos que ayuden a situar su

razón de ser.• Los contenidos teóricos deberán refrendarse mediante experiencias prácticas acom-

pañadas, de modo tal que el acompañamiento constituya la primera opción meto-dológica en nuestros procesos formativos.

• Como proceso que es, la formación debe tener un carácter de personalización, que ayude a discernir el lugar más adecuado de servicio a los pobres para el que cada persona vale.

• La adaptación del ritmo al voluntariado concreto al que va destinada la formación es posible cuando no se persigue tanto alcanzar un grado académico cuanto ayudar a crecer en el servicio sociocaritativo.

El proceso formativo de la persona voluntaria integrante de un equipo parroquial de Cáritas, ade-más de buscar su competencia técnica, ha de intentar recrear y alimentar un modo de actuación inspirado y sostenido en la cercanía a Cristo:

• Convendrá dar cabida a lo largo del proceso formativo a la visión que Jesús de Naza-ret tiene de los pobres con vistas a propiciar la comunión con sus condiciones de vida, articulando espacios para la oración y la celebración en la dinámica de trabajo que se quiere propiciar.

• Un subrayado deberá ir dirigido a la capacitación, no sólo para servir a los últimos de la sociedad, sino también para promover esa sensibilidad en toda la comunidad.

• Otro tratará de que todo tema de formación explicite su relevancia para servir a la misión que Cristo inició y que la Iglesia debe continuar.

Abundamos en este criterio por ser el más específico de una oferta de formación que pretende ayudar a caer en la cuenta de que el servicio preferencial al pobre es una llamada que proviene del mismo Dios de Jesús, ésta es nuestra convicción de fe.

Por último, recordamos las características de los procesos formativos de Cáritas, tal como las recoge el mencionado Documento marco sobre la formación en Cáritas:

• «La mirada atenta a la realidad de los pobres –y a las nuevas pobrezas– para aprender desde los mismos pobres. Lo primero es el “respeto” a los pobres –saber mirar y escuchar– y convertirnos desde los pobres.

• La lectura creyente de la realidad social y eclesial, interpretando los diferentes signos de los tiempos a la luz del Evangelio y reflexionando sobre la propia acción cotidiana, de manera recurrente y en espiral, para ir transformando la realidad.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

82

8675_caritas_corregido.indd 82 29/12/08 13:25:07

• El desarrollo de la persona, en el que ésta es el eje y el centro de la acción de Cáritas y de la acción formativa con una nueva concepción de las necesidades humanas, de su sentido y de su participación activa y responsable.

• La relación de ayuda en clave evangélica, como un método para trabajar nuestras aptitudes y actitudes de empatía, que ayude a una formación del corazón.

• La convicción de trabajar en una línea de formación integral que afecta a la persona en todas sus dimensiones: afectiva, intelectual, social y religiosa; formación que ha de ser interpeladora, experiencial, realista, participativa, transformadora...

• Y el acompañamiento, tanto personal como comunitario, como clave y espacio privi-legiado, crisol que posibilita la reflexión sobre la acción cotidiana; una formación, por tanto, ubicada en los procesos de acción y en reflexión común.

Hay una característica de la formación que no es una más, añadida a las anteriores, sino que es transversal a todas ellas. Y es que la formación en Cáritas es una formación transformadora y liberadora» .

4. DestinatariosTodos los que trabajamos en Cáritas, en cualquiera de sus ámbitos, somos destinatarios de la formación, pues estamos en proceso permanente de formación, y los equipos parroquiales son sus primeros destinatarios.

Sin embargo, dichos equipos están formados por personas y éstas tienen múltiples proceden-cias: la mayoría se consideran cristianas y miembros activos de la comunidad eclesial pero suele suceder que el voluntariado lo integran también personas sensibles a las necesidades del próji-mo aunque alejadas de la práctica religiosa.

Puede ser para ellos un camino para encontrarse de nuevo con Cristo, pero habrá que cuidar delicadamente la gradualidad, procesualidad y flexibilidad del proceso formativo sin, por ello, rebajar sus señas de identidad, porque

«el cristiano sabe cuando es tiempo de hablar de Dios y cuando es opor-tuno callar sobre Él, dejando que hable sólo el amor. Sabe que Dios es amor (1 Jn 4, 8) y que se hace presente justo en los momentos en que no se hace más que amar». (Deus Cáritas Est, 31.c)

La formación

IX

83

8675_caritas_corregido.indd 83 29/12/08 13:25:07

BibliografíaALONSO, Dámaso. Formación del voluntariado joven, Cáritas Española, 2000.CÁRITAS ESPAÑOLA. Carta del voluntario de Cáritas.CÁRITAS ESPAÑOLA. Documento marco sobre la formación en Cáritas. Cáritas Española, 2008.CÁRITAS ESPAÑOLA. Guía de formación. Cáritas Española, 1997.RENES Victor. «La formación en Cáritas»; JARAIZ, Germán. «Los procesos de Formación Perma-

nente del Voluntariado»; ALFARO, Mª Elena. «¿Cómo crear y recrear materiales de formación adecuados a los voluntarios?», en Hacia una sociedad más comunitaria y accesible, II Escuela de Formación Social, El Escorial, 1994. Cáritas, 1994.

9 temas claves en las Cáritas Parroquiales

84

Cuestiones para la reflexión1. ¿Qué necesitan nuestros grupos cuando piden «formación»?

2. ¿Cómo planteamos la formación para los grupos de Cáritas?

3. ¿Qué relación existe entre acompañamiento y formación y entre estos y un serio análisis de la realidad?

Mis notas:

8675_caritas_corregido.indd 84 29/12/08 13:25:07

9 temas clavesen lasCáritas parroquiales

Doc

umen

tos

de

tra

bajo

2.

San Bernardo, 99 Bis - 28015 MadridTel.: 91 444 10 00 • Fax: 91 593 48 [email protected]

8675_cubierta_caritas.indd 1 26/12/08 12:05:28