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  • Del 28 de julio al 3 de agosto de 2013 Nuevo Len, Mxico.

    Nmero 10812 Ao 35

    L a s H i s t o r i a s d e A q u

    Per id ico de la Vida Regional

    Nueva poca

    Los videntes de la guerradel NarcoDANIEL MELCHOR

    4_Monterrey

    /LARAZONMTY

    @LARAZONMTY

    GRUPOLARAZON.COMEn busca de NicanorParraLEILA GUERRIERO

    7_Internacional 14_Entrevista

    NON FICTION

    ! EMERGENCY

    EXITEl narco-arte como posible sublimacin de la violenciaDENISE ALAMILLO

    POR ALMA VIGIL

    EL FIN DE LOS FALSOS Z-40S

    Para asegurarse de que su familia no corriera ningn otro peligro, Mara Mart-nez solicit no revelar los verdaderos nombres de su mam y sus dos hermanas, vctimas de una extorsin telefnica exitosa. Ma-ra vive en Monterrey pero su mam Amanda y sus hermanas Victoria y Ximena, viven en el Distrito Federal. El pasado martes 16 de julio de 2013 -re-lata Mara- su mam y su hermana Victoria, vivieron el episodio ms terrible de su vida.

    Cmo afecta a la pujante industria de la extorsin telefnica la detencin de

    Miguel ngel Trevio Morales?

    VIAJE A CIUDAD MIEREL RAP EN MONTERREY

    APOCALIPSIS EN EL SERGIOSLA REVUELTA CONARTE

    Nueva Seccin

    Caso Mara Martnez:

    Un sujeto marca al telfono de la casa donde viven Amanda y Victoria con sus hijos pequeos. Amanda descuelga el auricular. El hombre le asegura que tiene secuestrada a su hija Ximena, y a Jorge, el hijo de Ximena. Al mismo tiempo suena el celular de Victoria y

    otro sujeto le dice que tienen rapta-da a su hermana y a su sobrino.

    Tienes que deposi-tar 50 mil pesos para verlos de nuevo con vida, le ordena el extorsiona-dor.

    Con el celular de Aman-da tratan de localizar a Xime-

    na, pero el telfono de su herma-na est intervenido. Ni siquiera

    da lnea. Amanda y Victoria estn asustadas y se

    imaginan lo peor. An-gustiada, V i c t o r i a les con-testa que no tiene

    esa canti-dad, que slo puede reunir 30 mil

    pesos. Con eso tenemos, inte-rrumpe el hombre. El sujeto

    que habla con Amanda le ordena que cuente del uno al

    mil. A Victoria la mandan a depo-sitar el dinero al banco. Antes de salir le exigen que tenga mucho cuidado con lo que hace y que no cuelgue el celular porque la tie-nen vigilada. Se da cuenta de que es cierto cuando al querer entrar de nuevo a su casa para cambiarse las piyamas que se puso hace unos minutos, el tipo le indica: No te regreses, toma ese taxi que est en la esquina, vas a ir a un Elektra a depositar y en la coladera que est a dos metros vas a tirar el recibo. Dentro del taxi, Victoria presiente que la vienen siguiendo.

    Su intuicin es verdad: No voltees, no voltees, le dice el ex-torsionador.

    Mientras tanto, en la casa, Amanda sigue en el telfono. Le pasan a un nio llorando, le dice que por favor den el dinero a quien llama. Luego le comunican a una chica, cuya voz desespera-da emite casi las mismas frases. Despus de traer a Victoria dando varias vueltas en el taxi, que inclu-yeron el viaje para retirar el dinero del banco, finalmente le indican a qu Elektra debe llegar. Se baja del auto e ingresa en el establecimien-to. Hace el depsito. Sale y tira el recibo en la alcantarilla sealada. Se va a su casa.

    Ha pasado media hora desde que sali de su hogar. Al llegar Vic-toria le pregunta al extorsionador: Ya la vas a soltar?. Del otro lado le responde S, te has portado muy bien, en nosotros ahora tienes unos amigos y cuelga. De nuevo intentan comunicarse con Xime-na. Casualmente, ahora s da lnea. Ximena est bien, al igual que su hijo. Ella no recibi ninguna lla-mada extraa. En todo este tiempo han estado juntos viendo la televi-sin antes de dormirse. Victoria y Amanda no han querido presentar una denuncia, aun y con la insis-tencia de Mara y Ximena. Tienen miedo de que las amenazas se con-viertan en realidad si se enteraran los extorsionadores. Es difcil con-fiar en la fuerza pblica de Mxico.

  • _Regional

    La tcnica ms comn de los extorsionadores telefnicos es adoptar la identidad de miembros famosos del crimen organizado. El nombre de Miguel ngel Trevio Morales, conocido como Z-40 y detenido recientemente por la Marina, era uno de los ms usados por esta pujante industria del miedo

    ***

    Por lo general, las llamadas de extor-sin provienen de reclusos de diferentes penales del pas seala en entrevista Ana, agente nmero 2201 del Centro de Atencin del Comisionado, dependencia de la Comisin Nacional de Seguridad encargada de brindar ayuda a los ciuda-danos de todo Mxico que busquen de-nunciar algn delito o actos de corrupcin de funcionarios pblicos. Para conseguir los datos de las personas y amedrentarlos contina Ana- compran bases de datos de alguna compaa telefnica. Eligen un nmero al azar, marcan y recitan un guin que ya tienen preestablecido. En otras ocasiones tambin suelen utilizar un simple directorio telefnico y ejecutan la misma operacin.

    Existen varias modalidades de ex-torsiones telefnicas dice Csar Morales de la asociacin civil Consejo Ciudadano para la Seguridad Pblica y Justicia Penal del Distrito Federal, que adems de otras funciones, se encarga de ser un enlace para las denuncias de extorsiones telefni-cas de todo el pas-. Una de ellas es cuan-do hablan supuestos representantes de bancos, compaas telefnicas, televisoras u otras empresas para informar que gana-ron un premio. Tambin aplica en mensa-jes SMS de celular. Les piden a las vctimas todos sus datos y prometen hablarles de nuevo. Cuando les vuelven a llamar no es para que recojan el premio, sino para tratar de tumbarles una considerable cifra de dinero, no sin antes intimidarlos si no hacen lo que les exigen.

    Otra forma es cuando el extorsionador se hace pasar por un pariente que viene del extranjero. En la llamada suele refe-rirse a las vctimas como primo, to, so-brino, etctera, sin mencionar nombres. Asegura que est detenido en la aduana por exceder la franquicia permitida por el gobierno mexicano al ingresar con mer-canca del pas vecino y pide dinero pres-tado para poder pagar e irse.

    La tcnica ms comn de los extor-sionadores telefnicos es adoptar la iden-tidad de miembros famosos del crimen organizado. El nombre de Miguel ngel Trevio Morales, conocido como Z-40 y detenido recientemente por la Marina, era uno de los ms usados por esta pu-jante industria del miedo. La Familia de Michoacn, aunque ya se cambi el nombre a Caballeros Templarios, sigue siendo usado tambin para asustar a las vctimas. Los amenazan de muerte si no les depositan cierta cantidad de dinero

    o les aseguran que tienen a uno de sus familiares secuestrado al que torturarn y luego aniquilarn si no hacen el pago. Adems, suelen usar a terceras personas como mujeres y nios que gritan y lloran para aumentar el temor en las vctimas. Si llaman desde alguna crcel, con una muy mala actuacin, otros reclusos fingen los alaridos de los raptados.

    La mayora de las veces, al recibir una de estas llamadas que se han vuelto tan comunes, no hay nada qu temer, slo basta con mantener la calma, no dar ningn dato personal, colgar el auricular, asegurarse que los familiares estn bien y denunciar la llamada.

    Sin embargo, no todos corren con la misma suerte. Para saber qu hacer en caso de una llamada, fing una denuncia de extorsin telefnica ante las autorida-des y este fue el magro resultado que ob-tuve.

    La voz jovial de un hombre me res-ponde despus de cuatro intentos por lla-mar al 01 800 440 3690, nmero telefnico que corresponde al Centro de Atencin del Comisionado. Para comunicarse con dicho Centro tambin se puede acceder a travs del 088 en toda la Repblica Mexi-cana y en la direccin de correo electr-nico [email protected]. En Nuevo Len existe el nmero 089, lnea de Denuncia Annima Ciudadana que es un enlace para denunciar un delito.

    -Hola, en qu te puedo ayudar?, pre-gunta la voz.

    Con una preocupacin actuada, le miento: Hace tres das hablaron a mi casa para intentar extorsionarme.

    El muchacho de la voz comienza a cuestionarme: Cuntos aos tienes?... A qu te dedicas?... Dnde vives?...

    Miento: Veintiuno Soy estudian-te En la colonia Ancn del Huajuco.

    Me pregunta que si cuando me ha-blaron me dijeron de parte de quin era la llamada, si de Los Zetas, de La Familia o de algn otro crtel del crimen organizado. Le contesto que no me acuerdo; lo que re-cuerdo es que me decan que me queran matar y a toda mi familia. Adems, tengo sospechas de que sea algn conocido por-que saban mi informacin y pregunto si hay forma de rastrear el nmero. Me pide los dgitos y le doy los que aparecen en un video de Youtube titulado Llamada de extorsin. Supuesto secuestro express de mi hijo.

    Me dice que vuelva a marcar en tres das para ver cmo va mi denuncia. Lue-go explica que las llamadas por lo gene-ral provienen de los penales: los reclusos

    compran bases de datos para obtener la informacin. Me expone tambin las modalidades de extorsiones telefnicas, mencionadas anteriormente. Dice que no debo preocuparme ni asustarme. Le digo que s lo estoy porque una amiga me cont que a ella la extorsionaron, los tipos estaban afuera de su casa vigilndola y la siguieron cuando fue a hacer el depsito.

    Contesta que si se presenta un caso si-milar me comunique de inmediato, para que ellos informen a la Polica Federal, quienes intervendrn en el caso, incluso, si es en el momento del acto.

    Por ltimo me pregunta si quiero que mi denuncia sea annima o si prefiero decirle mi nombre. Le digo que prefiero el anonimato. Adems, me proporciona el nmero de mi denuncia, el cual debo dar cuando vuelva a marcar para saber cmo va mi caso.

    Aunque en ocasiones hay ciertos in-dicios que, con el pnico, la gente no per-cibe, existen formas de detectar este tipo de llamadas. Como en el caso de Martha Rodrguez.

    Caso Martha Rodrguez:

    Ring! Ring!... Ring! Suena el telfo-no de Martha Rodrguez.

    Martha: Bueno Del otro lado del auricular una voz

    aguardentosa, fuerte y con acento chilan-go que dice ser el Comandante Z-40 de los Zetas responde: De su casa hicieron unas llamadas para denunciar una camioneta negra, lo cual hizo que perdiramos mu-cho dinero.

    Martha intuye que es una de esas llamadas de extorsin de las que ya haba escuchado hablar. Astutamente y en tono sardnico lo interrumpe: No, de aqu no ha salido nada, creo que te ests equivocando.

    El falso Z-40 interviene enojado: Clla-te el hocico pendeja.

    Necesito que me deposites cien mil pesos.

    Desde hace meses, Martha y su esposo Ricardo estn muy mal econmicamente. Ricardo an no ha encontrado trabajo.As que Martha responde: Ests pendejo t. Yo necesito que me los deposites t a m. Mi marido debe un chingo de dinero y ni tengo para pagar la pinche luz. T me vas a depositar a m.

    Martha cuelga. Vuelve a sonar el tel-fono: ring! ring! ring!

    Comandante: Ms vale que me escu-ches bien, pendeja, porque si no voy a ma-tar a tus paps!

    Martha: Jajajajajaja. Ya la reg Coman-dante. No tengo paps.

    Comandante: Entonces a tus suegros, pendeja.

    Martha volvi a colgar el auricular. Ya no volvi a sonar. No crey que la llamada de ese da, hace ms de cuatro aos, fuera a trascender. Por lo general, esas llamadas te-lefnicas las realizan los delincuentes para ver quin muerde el anzuelo. Sin embar-go, una semana ms tarde sus suegros reci-bieron una llamada similar. No respondie-ron nada, slo colgaron y desconectaron el telfono. Das despus, Martha, su esposo y sus suegros cambiaron todos los nmeros de telfono, tanto de casa como de celular.

    No les volvieron a llamar jams.

    ***

    De acuerdo con informacin propor-cionada por David Perales, encargado temporal de prensa de la Procuradura General de Justicia del Estado, existen la-das de lugares donde, por lo general, hay centros penitenciarios. Muchas de ellas, seala Perales, provienen de Sinaloa cuya lada comienza con el (6), como el 667, 668 y 669. De Tamaulipas son la 834, 833, 831, 867. Tambin son comunes las llamadas de extorsin provenientes de la capital de Mxico que comienzan con el (5), entre otros.

    scar, el agente nmero 10 del Centro de Atencin al Comisionado, seala que el 50 por ciento de las extorsiones telef-nicas en Mxico son realizadas por parte de sujetos que afirman ser el Comandante Z-40. Miguel ngel Trevio Morales, mejor conocido como el Z-40, fue el lder mximo del grupo delictivo organizado, Los Zetas. A finales del 2012, luego de la muerte de

    Heriberto Lazcano El Lazca, el ltimo de los militares desertores que fundaron la organizacin de Los Zetas en el ao 2000, el Comandante Z-40 ocup su lugar. Tiem-po despus, el gobierno federal lo conside-rara el narco ms sanguinario y su fama sera tan grande que incluso los extorsio-nadores usaran su nombre para atemo-rizar personas va telefnica. Y aunque fue capturado el pasado 15 de Julio por la Marina de Mxico, an hay llamadas de extorsin por parte de personas que asegu-ran ser el Z-40. Con todo, se recomienda a la gente no descuidarse porque lo mismo que algunas llamadas pueden ser casi ri-dculas, otras provienen realmente de gru-pos armados que se dedican a este tipo de secuestros en las crceles del pas.

    Si la llamada que recibi Marcela, que fue muy popular en internet, proviniera en verdad del Comandante Z-40, proba-blemente hubiese sido muy diferente el desenlace de su historia.

    Del 28 al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

  • 3_Regional Del 28 de julio al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

    Cuando el falso Z-40 le dice a Marcela que est hablando con Miguel ngel Trevio Morales de la organizacin del Crtel del Golfo de los Zetas, como si fueran un mismo grupo del narco, el ataque de risa de Marcela se hace an mayor

    Caso Marcela:

    Marcela es famosa, o ms bien, su voz. Al teclear en el buscador de Youtu-be extorsin a marcela salen 17 resul-tados de videos con el audio de una lla-mada que recibi la chica. Uno de ellos, titulado Extorsin telefnica Marcela (el primer video subido), tiene ms de un milln de visitas y cientos de co-mentarios que felicitan a la protagonis-ta: A la verga, Marcela para presidenta jajaja de grande quiero ser como ella.

    En la llamada, luego de que su her-mano le pasara el telfono a Marcela para que dialogara con el hombre que lo estaba amenazando, ella responde: Quin habla? El sujeto dice: Mira Mar-cela, ests hablando con tu comandan-te, servidor y amigo, el Comandante Miguel ngel Trevio Morales ahorita venimos llegando con la clave priva-da Z-40.

    Marcela lo empieza a cuestionar y le insiste con preguntarle su nombre. El Comandante le responde que es de los Zetas y cuando le dice Cicln y Tor-menta, Marcela se ataca de la risa.

    Luego de que la chica lo tomara de broma, el Comandante empieza a ame-nazarla, O sea que piensas que esto es un juego o una broma, pinche chamaca estpida? igame bien, o si no ahorita los voy a poner tres metros bajo tierra. Y despus recurre a la modalidad de la mam secuestrada. Entonces Marcela le dice: Ay t, ya vas a empezar con eso. Mi mam est en Tepic Quin habla pues, chingado?

    Cuando el falso Z-40 le dice a Mar-cela que est hablando con Miguel n-gel Trevio Morales de la organizacin del Cartel del Golfo de los Zetas, como si fueran un mismo grupo del narco, el ataque de risa de Marcela se hace an mayor.

    Quieres que te empiece a demos-trar con hechos y no con palabras la realidad de la vida?... Quieres empezar-te a morir?, le pregunta el Comandante. Marcela contina burlndose del hom-bre: Esa es la realidad de la vida? Ay seor, no mame, oiga.

    El Comandante ya est a punto de renunciar, Marcela sigue rindose de l: chingas a tu madre Marcela, le con-testa furioso. Comienza a decirle que su hermano ya hasta le iba a dar 500 pesos, mientras Marcela sigue carcajendose. La chica le dice: Ah oiga, vyale a hacer la broma a otro pendejo por 500 pe-sos est gastando en la llamada?

    El comandante responde: No, pos, pendejos como ustedes me he cogido un chingo, por eso sigo trabajando mija. Marcela concluye: Ah, pos as sgale a ver qu saca, de mientras yo ya me bur-l un ratito de usted. Va? Saludos seor mi Comandante. Sgale echando ganas a ver quin lo pela Bye, bye.

    El comandante cuelga el telfono, no sin antes decir Pinches indios cu-leros.

    ***

    Un experto en extorsiones del rea de anlisis tctico de la Unidad Especializada Antisecuestros de la Procuradura General de Justicia del Estado concedi una entrevista para El Barrio Antiguo bajo cubierto de anonimato.

    P: Cules son los nombres que re-gularmente usan los extorsionadores al hacer estas llamadas?

    R: Sobre todo dicen que son de los Zetas. Usan claves como Z40, Z20 y nombres como el Ingeniero Trevio o Heriberto Lazcano, entre otros.

    P: Algunas de las denuncias que han recibido recientemente han sido por parte de falsos Z40?

    R: De enero a la fecha, de los 110 asuntos de extorsin que nos han re-portado slo uno se ha hecho pasar por el Z40. Aunque en Nuevo Len no es muy comn que lo usen. Ha cambiado la modalidad, ya no te dan nombres, te hablan directamente y te amenazan, para los extorsionadores ya no es tan impactante dar el nom-bre. Adems, la gente se ha involucra-do en conocer cmo le afecta el delito de la extorsin. Leen el peridico, ven las noticias, estn informados. Ellos piensan que si el Z40 es el nmero uno de ese crtel y si su negocio es traficar grandes cantidades de droga a Estados Unidos, no les va a estar ha-blando para extorsionarlos. Por eso los mismos delincuentes cambian su forma de trabajar, dejan de tomar ese nombre.

    P: Hay manera de rastrear una llamada de extorsin, saber quin la realiz?

    R: De qu telfono se hizo la lla-mada s se puede dar el dato, quin la hizo no. Si es una llamada de la crcel, hay demasiados reclusos. En la crcel

    no tienen registro de quin hace lla-madas y a qu hora. En las prisiones est prohibido tener celulares. Ellos tienen telfonos pblicos pero no tie-nen manera de hacer llamadas a celu-lar. Tengo el conocimiento de que las llamadas se graban y tienen manera de identificarlas, aunque cada penal y cada estado tiene sus formas de ope-rar.

    Para el rastreo tanto de llamadas como de las cuentas que se manejan para los depsitos, el Ministerio P-blico gira rdenes a las compaas de telfonos o bancarias para dar con los extorsionadores y cuando se llega a tener xito, se les detiene. Es muy dif-cil porque normalmente, las cuentas las abren con nombres falsos. Con los celulares es igual, van y compran uno de los que venden en un Oxxo y no lo registran o pueden solamente com-prar los chips.

    P: Han detenido a un falso Z40?R: No. P: Han capturado a un extorsio-

    nador telefnico?R: En Nuevo Len nunca se ha

    capturado a un extorsionador tele-fnico. Nacionalmente tendra que checar con Polica Federal. El nmero de detenidos es muy bajo porque ha variado el delito. De ser extorsiona-dores telefnicos por ejemplo, han cambiado a ser cobradores de piso. Cuando es as es ms fcil, porque ex-torsionan por telfono pero cuando van a cobrar los agarran, puesto que el dueo ya puso la denuncia. Es muy difcil encontrarlos con una extorsin telefnica.

    P: Realizan pruebas de recono-cimientos de voz para detectar a los extorsionadores?

    R: Con las extorsiones, el pro-blema es que a muchas personas les dicen que tiren su telfono y se pier-de esa comunicacin. Les dicen que compren uno en el Oxxo y empiezan a hablar por ah, pero nadie tiene la pre-caucin de grabarlas. Es difcil tam-bin que la gente cuente con equipo para hacerlo, entonces cmo vamos a tener el reconocimiento de voz si no tenemos grabaciones. Es muy dife-rente en un asunto de secuestro, que cuando les hablan ya tenemos todo el equipo trabajando.

    P: Pudiera ser que algunos ex-torsionadores telefnicos verdade-ramente sean miembros del crimen organizado?

    R: Todas las extorsiones telefni-cas son falsas. Es muy probable que existan bandas que tengan gente in-volucrada que los est apoyando, por-que a final de cuentas necesitan un cmplice, para cobrar el dinero que les exigen a las vctimas que deposi-ten en un Elektra o en un Coppel. La forma en la que se hacen de los datos es en ocasiones a travs de la misma gente que se los da sin darse cuenta, pues muchas personas son muy con-fiadas al contestar el telfono.

    Los extorsionadores son muy h-biles, se la pasan todo el da haciendo llamadas. Esas personas en grupo ha-cen hasta seis mil quinientos llama-das diarias a nivel nacional, por eso cuando hablan con alguien que no los pela, cuelgan y se acab porque cada persona tiene hasta 500 nmeros a quin hablarle.

    Esta gente se ampara diciendo que son Zetas o del Golfo pero la ver-dad no sabemos, porque si los reclu-sos ciertamente pertenecen a un cr-tel deberan tener una organizacin ms efectiva. La mayora de las veces ni siquiera es as.

    P: Qu pueden hacer las vctimas si no quieren denunciar porque ya los han amenazado, vigilado y seguido para extorsionarlos?

    R: La nica manera que hay para poder combatir los delitos es denun-ciar, la gente tiene que perder el mie-do. Las denuncias se deben poner en el Ministerio Pblico, si la haces al 088, 089 o en otras agencias las ests reportando pero luego ellos nos la pa-san a nosotros. En la Unidad Especial Antisecuestros tenemos agentes del Ministerio Pblico que se dedican ex-clusivamente a los delitos de secues-tros y extorsin, son las instancias co-rrectas para poner la denuncia. Hay gente que por desconocer se va a otras partes, pero slo se pierde ms tiempo. Nosotros empezamos a trabajar inclu-so, antes de que denuncien. Si vienen diciendo que tienen secuestrado a un familiar en ese momento se activa el engranaje y la investigacin no se de-tiene.

    Han pasado tres das desde mi falsa llamada de denuncia. Cuando me comunico de nuevo al 01 800 440 3690, tengo que marcar cinco veces antes de que por fin me contesten.

    Le platico a Fidel, el agente que me contesta la llamada, que me dije-ron que hablara para ver cmo va mi caso de la denuncia, que me dieron un nmero de seguimiento. Fidel me pide la colonia, ciudad y estado de donde estoy hablando. Me explica la operacin de los reos de la crcel y las modalidades de extorsin. Que no debo preocuparme. Le pregunto si fue posible rastrear el nmero porque creo que son conocidos los que me ex-torsionan. Fidel responde que eso no les corresponde a ellos, que si quiero saber de dnde proviene la llamada tengo que hacer una denuncia ante el Ministerio Pblico, quienes procede-rn con la investigacin. Pero que no debo preocuparme, slo con que me asegure de que mis familiares estn bien. Si me vuelven hablar que slo cuelgue el telfono y presente la de-nuncia. En dado caso de tener algn peligro presente, que llame a la poli-ca al 066. Le doy las gracias y cuelgo.

    Al llamar a Telmex para intentar ras-trear la llamada, la operadora Brenda Tru-jillo me responde y me pide mi nmero telefnico. Luego explica que en la compa-a no me pueden dar informacin de los nmeros telefnicos. Por su parte, Rolando Lozano, jefe de prensa de Telmex Nuevo Len, dice lo mismo: que eso no le corres-ponde a las empresas telefnicas en general, que debo dirigirme a la Agencia Estatal de Investigacin.

    En la Agencia Estatal de Investigacin me informan que eso se tiene que checar con la Procuradura General de Justicia del Estado de Nuevo Len (PGJE). David Pe-rales, de la PGJE, me explica lo mismo que Fidel: se debe denunciar ante el Ministerio Pblico para que se encarguen de la inves-tigacin.

    Ms tarde, al querer llamar al 066 n-mero de emergencias para conocer el pro-cedimiento de la polica en estos casos, un mensaje me dice que el nmero de telfono al que marqu no existe. Al momento de estar en una emergencia en Nuevo Len se deben teclear los dgitos 2020 4800, donde atendern la llamada y se proceder con el caso.

    Por lo menos, la industria de la extorsin telefnica est en crisis. Una de sus principa-les tcticas de engao est en crisis.

    Telfonos UEAS: 2020 4350 y 01 800 800 1300.

  • 4 _Monterrey

    POR DANIEL MELCHOR

    LOS VIDENTES DE LA GUERRA DEL NARCO

    Puede servir el espiritismo para resolver un caso policiacoo determinar el futuro de un traficante?

    En su sueo Jess estaba vestido de militar cuando de repente sinti que unas per-sonas le mochaban la pierna. Despert asustado, no tanto por la pesadilla sino por la premonicin que auguraba ese mal sueo. Como buen vidente, Jess estaba seguro de

    que algo malo estaba a pun-to de suceder. As que dos das despus, no se sorpren-di demasiado cuando unos hombres armados llegaron a su casa, le empuaron una pistola en los testculos y le advirtieron que ya no le le-yera las cartas a la gente contraria.

    Del 28 al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

  • 5_Monterrey _MonterreyEn la antesala del cuarto donde realiza sus sesiones, somos cua-

    tro los que estamos esperando en silencio como si nos encontrramos en una clni-ca mdica. Jess cobra 200 pesos, precio similar al de una consulta. El vidente, graduado en estudios superiores por la Universidad Autnoma de Nuevo Len (UANL), vive de leer las cartas. Ha aten-dido a diversos tipos de personas, desde doctores, periodistas, narcotraficantes, hasta polticos, quienes recurren a l so-bre todo para saber quin ganar las elec-ciones, cmo les ir en su carrera poltica o quin los quiere traicionar.

    Cuenta que en San Luis Potos aten-di al ex alcalde del municipio de Cedral, Francisco Gaytn Rangel. Tambin ha avizorado atentados como el de un jefe policiaco de San Pedro que a un mes de asistir a la lectura de cartas fue asesinado. La fama de Jess se transmiti de boca en boca, como en general la de todos los videntes. As lleg a ser contactado hace muchos aos por gente de la organiza-cin que diriga el capo Osiel Crdenas Guilln.

    Al principio pens que eran polti-cos. Venan vestidos bien fresas, con ropa de marca.

    Qu trabajos te pedan?Esa gente busca principalmente

    proteccin para ellos, para su familia, para sus cargas.

    Jess cuenta que a veces lo recogan o se iba en camin a Reynosa. Se instalaba en un hotel donde le tenan preparada la mejor habitacin con el refrigerador lle-no. Recuerda que una quinta que visit en aquellos aos tena por mascota a una pantera y la orilla de la alberca cubierta de oro. En eso, Jess se levanta de su silla y con gesticulacin marcada me cuenta la vez que sali huyendo de una casa porque los judiciales llegaron. La gente lo ayud a salir en medio de la balacera y se escondi en una escuela. Relata que corri tan rpido que algunos dlares con los que le haban pagado se le cayeron al piso. Jess recuerda no pensar en otra cosa ms que en huir de ese lugar, del cual dice, tambin se pelaron los narcos.

    Sin embargo, con el incremento de la violencia en Monterrey, del 2010 para ac, el trabajo de Jess se ha enfocado ms en ayudar a familiares de secuestrados. Al inicio de la charla, me comenta que in-cluso ha hallado cuerpos calcinados que familiares de las vctimas no haban podi-do encontrar. De hecho, esa fue su carta de presentacin para comenzar a trabajar con la Procuradura.

    Vino una seora a preguntar por su hijo que era agente de trnsito. Fue con varios mdiums y slo le sacaron dinero. Hablo con ella, ponemos dos velitas y un vaso con agua. Estn ella y los familiares. Tomo una hoja y empiezo a decir el nom-bre del trnsito con su foto. Me concentro, me pongo chinito, y pregunto dnde estoy? y escribo: Salinas Victoria. Luego al tiempo, me hablan de la Procuradura para ver si les ayudo como vidente a ver cosas.

    Puedo saber quin te habl?Es gente pesada. Y es que todava

    la tengo.Jess cuenta que cuando la Procura-

    dura recurre a l, se presentan elementos para pedir consejos sobre qu lnea de investigacin seguir. A veces le llevan fotografas, rostros. Quieren saber si el des-aparecido est con vida. Acuden de tres o cuatro veces, pero seguro llegan dos veces por semana. El vidente ha colabo-rado en alrededor de 30 o 40 casos, y de-pendiendo el trabajo le pagan de dos mil a diez mil pesos en efectivo. Cuenta que los oficiales los tratan con mucho respeto, que si no fuera de esa manera los man-dara mucho a la chingada.

    Por qu crees que la Procuradura no acepta que utiliza videntes?

    Pues ya ves cmo se pusieron cuando Margarita (Arellanes) le dio las llaves a Cristo.

    Escuela de Espiritismo en Monterrey

    Me encontr con una escuela que se dedica a la enseanza de la doctrina espiritista, sin embargo, por razones in-comprensibles, no quisieron que sus nombres ni el de la escuela salieran impresos. Debido a esto usar nombres falsos y con respecto a la escuela, uno genrico: Escuela Espiritista.

    Puede pensarse que una de las ven-tajas de estar muerto es la imposibilidad de estar constreido al fastidioso paso de las horas, sin embargo, en la Escuela Espiritista, ubicada en Monterrey, los espritus tienen todava que respetar horarios. Y es que en el transcurso de las 24 horas se va turnando la presencia de ciertos espritus como el de la hermana Regina quien cre tres escuelas espiri-tistas, dos en San Luis Potos y esta en Monterrey. El encuentro con una Escue-la Espiritista ya era un hecho sorpren-dente, pero que los espritus tengan un sistema regulado de asistencia me pare-ci inconcebible. Con la naturalidad de quien cuenta su rutina, Luis, directivo de la Escuela Espiritista, explica que uno de los objetivos de su escuela es ayudar a los mdiums y videntes a desarrollar sus facultades. Pero sobre todo ensear a usarlas debidamente. Y eso han hecho durante ms de siete dcadas. Prxima-mente, la escuela celebrar, natural-mente con sesiones espiritistas, sus 73 aos de vida. Siete menos que la UANL o tres ms que el Tecnolgico de Monte-rrey, como quiera verse.

    La escuela est ubicada dentro de una casa, nadie podra reconocerla des-de afuera. De hecho, para acceder prime-ro se cruza la sala, el comedor y la cocina. El recinto, completamente blanco, cuen-ta con un altar adornado con dos ramos de claveles y una vasija de vidrio llena de agua. Colgado en la pared, un cuadro con el rostro de Cristo, quien segn los espiritistas, ha sido el ms grande m-dium de toda la historia.

    La escuela, adems de ayudar a de-sarrollar facultades, difundir el espiri-tismo, celebra cada dos de noviembre una sesin espiritista donde cualquier persona puede acudir a hablar con sus familiares difuntos. Los domingos la gente puede asistir a una sesin. Los 30 pesos que piden son para recupera-cin.

    Despus de explicarme y pedir for-malmente una entrevista, Luis acepta amablemente invitarme a una sesin con su grupo de estudio. Y es que en realidad es una escuela como cual-quier otra slo que el tpico a estudiar es el espiritismo.

    Aqu tambin formars grupos de trabajo, slo que para exponer los li-bros de Allan Kardec; empezars con El libro de los espritus y seguirs hasta el Gnesis. Hars una exposicin en Power Point sobre el captulo ledo y la proyectars en clase. Explicars a tus compaeros lo que t comprendiste. Al terminar, el maestro a quien llama-rs hermano preguntar si alguien tiene dudas; discutirn sobre la impo-sibilidad de los espritus de alcanzar la luz; al final, los compaeros te aplau-dirn. Despus dar inicio la segunda parte de la clase: Pase de seres.

    Los hermanos formarn un cr-culo y se untarn el cuerpo con una locin mientras se quitan los zapatos. Con las manos extendidas rezarn al unsono para invocar a los espritus. Los mdiums del grupo se relajarn para dejar entrar en sus cuerpos a los espritus.

    Uno de ellos empezar a bendecir a los hermanos mientras habla como un indgena que hace tiempo muri. Los otros mdiums estarn sentados, los ayudars a descifrar qu espritu

    tom su cuerpo prestado. Te dirn sus nombres, los aos que vivieron, la profesin que ejercan. Les explicars que ya murieron, unos lo tomarn con calma, otros comenzarn a llorar. Los guiars a la luz. Los hermanos m-diums terminarn exhaustos.

    Bueno, casi como cualquier otra escuela: tambin son especialistas en Allan Kardec. Este personaje no es tan popular, pero quiz deberamos in-cluirlo en los libros de texto de historia. Algunos de sus libros son: El libro de los espritus y El libro de los mdiums. Fueron esos libros los que Francisco I. Madero declar haber devorado. La influencia de esta doctrina fue tal que Madero comenz a tener conversacio-nes con los espritus de Ral, hermano menor que falleci a los cuatro aos; Jos, Mariano Escobedo y Benito Ju-rez quien, segn cuenta, le confes lo siguiente: Usted tiene que combatir a un astuto, falso, hipcrita. As fue como los espritus comenzaron a me-terle la idea a Madero de combatir a Porfirio Daz.

    Justo es esta escuela a la que asis-ti el vidente Jess, cuando fue adoles-cente. Ah lo instruyeron para desarro-llar sus facultades como vidente. l me confiesa que su ex profesora Regina estara molesta si supiera a lo que se dedica. Sobre todo porque a la escuela no le parece correcto cobrar por una facultad que Dios regala. Adems, el vidente Jess fue por algn tiempo devoto a la Santa Muerte, aunque ahora ya renunci a ella. Me cuenta que a los veintitantos aos atendi al primer mafioso, un hombre rubio que traa pistola. Trabajaba para el Crtel de Sinaloa y buscaba proteccin. Le pre-gunto si el riesgo vala la pena:

    Pues dinero se gana, pero por pedos... ay guy!

    En un estado que segn el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pblica y Justicia Penal, ocupa el lugar 38 de las ciudades ms violentas del mun-do, el espiritismo representa el trabajo de algunos y la esperanza de muchos. Actualmente existen alrededor de 50 escuelas dedicadas al espiritismo en Monterrey. Esta doctrina est arraiga-da en la cultura de Nuevo Len ms de lo que se podra imaginar. Acudir a videntes o mdiums es siempre una decisin personal, pero cuando invo-lucra cuestiones del espectro pblico, ya es una decisin que nos concierne a todos. Imagino que Jess se ha topa-do con crmenes difciles de resolver, tanto que la Procuradura tiene que acudir a l.

    Te has equivocado?Que yo sepa o me hayan recla-

    mado, no.

    La vidente

    Jess no fue el primer vidente que me cont que ha trabajado para resol-ver ciertos delitos. Visit a una vidente que reside en el municipio de Apoda-ca. Su nombre es Yolanda y tiene ms de seis aos dedicndose a la lectura de cartas, slo que afirma ser mdium, es decir, una persona que es utilizada por los espritus para hablar a travs de ella. Lo cierto es que su casa desprende una atmsfera peculiar. Quiz son los inciensos encendidos, los retratos de Cristo y la Virgen de Guadalupe, las esculturas de Buda o los enormes lien-zos que adornan dos paredes: uno es la representacin de La ltima Cena y el otro lo define como El gran rapto que representa el rapto de una ramera por un hombre rabe. Me cuenta que no hace mucho tiempo cambi su domi-cilio. La vidente Yanthana, apodo que

    Por qu crees que la Procuradura no acepte que utiliza videntes? Pues ya ves cmo se pusieron cuando Margarita le dio las llaves a Cristo

    Del 28 de julio al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

  • _Monterrey6le sugiri un espritu, relata que per-sonas dedicadas a trabajos ilcitos re-curran mucho a sesiones esotricas. Llegaban a su casa tirando fajos de dlares sobre la mesa, con amenazas o portaban armas que la intimidaban, sin embargo, ella trataba de mante-nerse al margen y slo cumplir con su trabajo.

    Desde que ejerce este trabajo, Yo-landa, se ha cruzado con todo tipo de situaciones. Personas que buscan consolidar una pareja por medio de amarres, gente que quieren saber la verdad sobre el caso Kalimba, em-presarios que buscan emprender ne-gocios, personas buscando familiares secuestrados, polticos como el ex di-rector de Ingresos del municipio de Guadalupe, Juan Gerardo Mata Rive-ra, y afirma haber sido llevada por cri-minlogos a la escena del delito para ayudarles a identificar cmo ocurrie-ron los hechos.

    Sin embargo, la vidente prefiere no hablar sobre esos temas porque son delicados. Recuerda a otra vi-dente que termin en la crcel por relacionarse con la Procuradura. Se refiere al famoso caso de La Paca, que sali de prisin el nueve de abril del 2008. No obstante, no fueron los do-nes de adivinacin de Francisca Zeti-na los que la tuvieron ms de 12 aos privada de libertad. Sino que real-mente fue acusada de sembrar restos humanos en la finca El Encanto, Es-tado de Mxico, propiedad de Ral Salinas de Gortari, para inculparlo de la desaparicin del diputado priista Manuel Muoz Rocha. El entonces fiscal federal, Pablo Chapa Bezani-lla, dio crdito a una carta annima, presentada por Zetina, que indicaba el lugar exacto donde se encontraba el supuesto cuerpo del diputado. La Paca y sus cmplices, entre ellos su esposo y el cuidador de la finca, cobra-ron los dos millones de pesos que la Procuradura otorgaba a quien apor-tara informacin. Finalmente, en las investigaciones descubrieron que el cuerpo hallado era del consuegro de la seora Zetina. Con esto, el ex fiscal Chapa Bezanilla huy del pas para ser capturado en Espaa, mientras que La Paca habra de cumplir la sen-tencia completa ms dos aos en el penal de Santa Martha Acatitla.

    Despus de recordar el frau-de de La Paca, la vidente Yanthana se sincera conmigo: T entrevista no es interesante.

    Cmo podra hacerla ms inte-resante?

    Es que yo veo que t no eres un reportero, eres un torero espaol que muri hace mucho tiempo y quiere comunicarse conmigo.

    Sorprendido, le pregunto qu ms puede ver en m. Comienza a anali-zarme: soy un tipo inseguro, un poco tmido. Dice que soy muy solitario. Describe el cabello de una mujer con la que segn ella, yo estaba saliendo. Y acierta. Pienso que quiere hacer una demostracin para hacer pro-paganda. Prefiero cambiar la charla y preguntar una ancdota de algn poltico al que haya ayudado. No puede darme informacin sobre eso, ni sobre la polica o los abogados que la visitan. Cuenta que ha vaticinado atentados a personas y estos suceden. Piensa escribir un libro para conven-cer a los escpticos como yo de la ve-racidad de sus dones.

    Aunque si revisamos la ltima encuesta sobre la Percepcin Pbli-ca de la Ciencia y Tecnologa (2011) que realiza el Instituto Nacional de

    Estadstica y Geografa (INEGI) junto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa (CONACYT), no parece que a la vidente Yolanda le cueste mucho trabajo convencer a la gente. Ms que una mera curiosidad sociolgica, la encuesta devela los lmites de la cre-dulidad de los mexicanos. Adems de haber personas que no saben cunto tarda la Tierra en recorrer su rbita en torno al sol y otras que creen que nuestros antepasados vivieron jun-to con los dinosaurios, el mexicano mira con desconfianza las activida-des cientficas. El 50.13 por ciento de los encuestados est de acuerdo con que los cientficos son poseedores de conocimientos que los convierte en personas peligrosas. Mientras que el 40.3 por ciento cree que hay personas con poderes psquicos como la seora Yolanda.

    A pesar de que en Nuevo Len 43 por ciento de los empleos son in-formales, el esoterismo no se puede considerar como tal ya que no existe ninguna regulacin al respecto en el estado. Y debido a que no es ilegal ni es un trabajo informal, ejercer la adivi-nacin como medio de ganarse la vida est permitido. Tampoco es delito si un funcionario pblico, ya sea polica o poltico, asiste a una sesin espiritista para intentar recabar informacin so-bre asuntos concernientes a su traba-jo. No obstante, dado que a cualquier evidencia le corresponde un proce-dimiento que la valida, los vaticinios de Jess, Yolanda o cualquier otro vi-dente no tienen valor legal. De todas formas, cualquier tipo de personas acude a ellos, lo cual tambin puede ser riesgoso.

    As como existen historias de m-dicos que han sido amenazados y forzados a atender heridos, tambin las hay en el ambiente esotrico. Las amenazas que han recibido Yolanda y Jess no son hechos particulares. Ms all de la veracidad de sus facul-tades o dones se vuelve evidente que esta actividad es arriesgada. Si se hace un rastreo, uno se puede sor-prender de las agresiones que se han cometido en contra de esotricos. Por ejemplo, hace un ao, el siete de oc-tubre del 2012, Antonia Garza, mujer de 35 aos dedicada a la lectura de cartas y santera, fue asesinada en su dormitorio en el Fraccionamiento de San Isidro, en Apodaca. Y en 2009, el vidente Vctor Garca fue asesinado a golpes en su casa en la Colonia Mitras Centro.

    Este tambin es el caso de la vi-dente Gloria Garza a quien Jess respetaba por sus habilidades. El 19 de noviembre de 1996, un supues-to cliente entr a la habitacin de la seora Garza, ubicada en la colonia Colinas de San Jernimo, no para que vaticinara su futuro sino para dispa-rarle. El asesinato de la vidente fue relacionado al principio a sus prcti-cas premonitorias. Gloria Garza haba descubierto un crimen y en conse-cuencia alertado a la polica. Sin em-bargo, un ao despus, las investiga-ciones por parte de la Polica Judicial concluyeron que las facultades de adivinacin de la seora Gloria Garza se deban ms bien a que intervena los telfonos de sus clientes.

    En su tiempo me impact como vidente Gloria Garza.

    A ella la mataron. Fue muy conta-do su caso. La mataron porque descu-bri a unos asesinos. Me gust mucho cmo me lea el tarot. Ella, de hecho, atenda al ex gobernador, Scrates Rizzo. Luego dijeron que ella interve-na telfonos, pero era imposible. Era mucha gente. No creo que pudiera intervenir los de todos.

    La tradicin

    El nombre del ex gobernador priis-ta que renunci a su cargo en 1996 re-salta en mi cabeza. Hasta ese momen-to, Yolanda y Jess me haban contado de su trabajo con funcionarios en de-pendencias municipales, a los cuales me fue imposible encontrar para que relataran sus experiencias con viden-tes. Menos a un ex gobernador. Para mi fortuna, encontrar el nmero de su despacho fue sencillo. Tambin que aceptara mi llamada.

    Scrates Rizzo habla pausado, con un marcado acento regiomontano, pero tranquilo. Afirma no recordar el nombre Gloria Garza, ni que alguien le leyera las cartas. Sin embargo, men-ciona que es posible que se haya cruzado con ella. Cuenta que varias personas se le acercaban para desear-le suerte y para l eso era agradable. Con respecto a las videntes, dice que para l funciona siempre y cuando se tome como una metodologa de re-flexin personal; el problema es cuan-do te lo crees. Le cuento sobre los po-lticos que acuden a sesiones esotricas y al ex gobernador no le sorprende. Dice que es natural solicitar este tipo de apoyo cuando trabajas en terrenos llenos de incertidumbre como la pol-tica o los negocios. Adems, Scrates Rizzo aprovecha para contarme una vieja tradicin priista. Entre los candi-datos por parte del Partido Revolucio-nario Institucional (PRI) al gobierno estatal de Nuevo Len, no slo era co-mn sino obligado asistir con Rufina, vidente muy respetada del municipio de Los Herrera. Esto, con el fin de que les diera suerte. Despus, el presidente de la Asociacin de Cronistas, Arman-do Leal Ros, me cuenta que acompa al entonces candidato en su visita al municipio de la seora Rufina. Aque-lla noche de 1990, la clase poltica de Los Herrera, el ex diputado y ex go-bernador convivieron alrededor de la figura de Rufina.

    De acuerdo con el periodista Ral Rubio, la tradicin esotrica en Nuevo Len lleg a su auge con Alfonso Mar-tnez Domnguez, quien fue goberna-dor del estado de 1979 a 1985. Debido a las sequas, el gobernador trajo a un indio americano para que con su bai-le hiciera llover en Monterrey. Sin embargo, la tradicin se remonta in-cluso a los tiempos de Plutarco Elas Calles, quien visit al Nio Fidencio. La irona se cuenta sola. El presidente que revivi el conflicto armado entre la iglesia y el Estado, se dej diagnosti-car por el nio que curaba con su sola presencia. El ocho de febrero de 1928, en Espinazo, Nuevo Len, al presi-dente Calles se le aplic una pomada elaborada con jabn y tomate. A esto se le puede agregar la existencia de La Petaca, en el municipio de Linares, lo-calidad conocida por la gran cantidad de personas que se dedican al esoteris-mo. No tan lejos, en el mercado Jurez, en el centro de Monterrey, uno puede cerciorarse del gran comercio que es vender efigies y figuras de santos cat-licos, la muerte, indios, budas, incluso Panchos Villas que se veneran en esta regin del pas.

    Despus de recordarla

    el fraude de La Paca, la vidente

    Yanthana se sincera conmigo: T entrevista no

    es interesante. Cmo podra hacerla ms

    interesante? Es que yo veo que t no eres un reportero, eres un torero espaol que muri hace mucho tiempo y quiere comunicarse conmigo

    Del 28 al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

  • 7_Internacional

    EN BUSCA DE NICANOR PARRA

    POR LEILA GUERRIERO

    Cunto dinero puede cobrar por segundo un poeta por aparecer en la televisin?

    Es un ho

    mbre,

    pero podra ser

    otra cosa: una

    catstrofe, un ru-

    gido, el viento. Sentad

    o en

    una butaca cubierta po

    r una

    manta, viste camisa de

    jean,

    un suter beige que

    tiene

    varios agujeros, un pant

    aln

    de corderoy. A sus espa

    ldas,

    una puerta corrediza

    sepa-

    ra la sala de un balc

    n en

    el que se ven dos sill

    as y,

    ms all, un terreno c

    ubier-

    to por plantas, por arb

    ustos.

    Despus, el Ocano Pa

    cfico,

    las olas que muerden

    rocas

    como corazones negros

    .

    Del 28 de julio al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

    Contina en la pgina 10

  • 8 Del 28 al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

  • 99Del 28 de julio al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

  • 10

    Adelante, adelante. Es un hombre, pero podra ser un dragn, el estertor de un volcn, la rigidez que antecede a un terre-moto. Se pone de pie. Aprieta una gorra de lana y dice:Adelante,adelante. Llegar a la casa de la calle Lincoln, en el pueblo costero de Las Cruces, a 200 kilmetros de Santiago de Chile, donde vive Nicanor Parra, es fcil. Lo difcil es llegar a l.

    Nicanor. Nicanor Parra. Oriundo de San Fabin de Alico, 400 kilmetros al sur de Santiago, hijo primognito de un total de ocho venidos al mundo de la unin de Nicanor Parra, profesor de colegio, y Clara Sandoval, ama de casa, costurera. Nicanor. Nicanor Parra. Tena 25 aos cuando la Se-gunda Guerra, 66 cuando mataron a John Lennon, 87 cuando lo de los aviones y las Torres. Nicanor. Nicanor Parra. Naci en 1914, cumpli 97. Hay quienes creen que ya no est entre los vivos.

    Las Cruces es un poblado de dos mil habitantes protegido del Ocano Pac-fico por una baha que engarza a varios pueblos: Cartagena, El Tabo. La casa de Nicanor Parra est en una barranca ele-vada, mirando el mar. Tiene dos pisos, tres mansardas, los marcos de las ventanas y las puertas pintados de blanco, el Volk-swagen Beetle en el que se mueve por la zona estacionado en el frente. En el ante-jardn, donde las flores y los arbustos cre-cen sin orden, hay una escalera que des-ciende hacia la puerta en la que un grafiti, pintado por los punkies de Las Cruces para que nadie ose tocarle la vivienda, dice: Antipoesa. En el pasillo que conduce a la sala hay un mueble con fotos familiares y, anotados con fibrn en la pared con su caligrafa de maestro, los nombres y los n-meros telefnicos de algunos de sus hijos: Barraco, Colombina.

    Adelante, adelante. El pelo de Nicanor Parra es de un

    blanco sulfrico. Lleva la barba crecida, patillas largas. No tiene arrugas, slo sur-cos en una cara que parece hecha con cosas de la tierra (rocas, ramas). Las ma-nos bronceadas, sin manchas ni pliegues, como dos races pulidas por el agua. Los ojos, si frunce el ceo, son una fuerza del dao. Cuando se re y afina la voz como si fuera una muchacha encantada con las cosas del mundo los abre con un asom-bro cmico, impostado.

    Amn, amn, amn dice, ha-ciendo la seal de la cruz con una botella de vino.

    Sobre una mesa baja est el segun-do tomo de sus obras completas (Obras completas & algo +) publicado cinco aos despus del primero por Galaxia Guten-berg, una edicin a cargo del britnico Niall Binns y del crtico espaol Ignacio Echevarra, con un prefacio del crtico es-tadounidense Harold Bloom que dice: [...] creo firmemente que, si el poeta ms poderoso que hasta ahora ha dado el Nue-vo Mundo sigue siendo Walt Whitman, Parra se le une como un poeta esencial de las Tierras del Crepsculo. Hay tambin un ejemplar de la revista local de Las Cru-ces, cuya portada es una foto de Nicanor junto a su hermana Violeta, la folclorista ms prestigiosa de Chile, que se suicid en 1967 y a quien se senta minuciosamente unido. La sala tiene, adems de la puerta corrediza que da al balcn, un enorme ventanal cuyo alfizar est jalonado de botellas vacas en las que hay, a modo de adorno, ramas secas. Sobre el brazo de un sof, un cheque en dlares por un monto bajo, y, sobre otro, el ejemplar del da del peridico chileno La Tercera, abierto por la pgina en la que se public una resea elogiosa de su libro. Parra se sienta en su butaca, de espaldas al mar y frente a una mesa baja de mrmol.

    Hay que escribir sobre las obras completas del prjimo, ah?

    A fines de los 80, poco antes de mudar-se a esta casa, cuando an viva en Santia-go, dej de dar entrevistas y, aunque siem-pre ha habido excepciones, las preguntas directas lo disgustan de formas impensa-das, de modo que una conversacin con l est sometida a una deriva incierta, con tpicos que repite y a los que arriba con cualquier excusa: sus nietos, el Cdigo de Man (un libro del siglo III antes de Cris-to), el Tao Te King, Neruda. Puede engarzar esos temas a ttulo de las cosas ms diver-sas: derivar en el Cdigo de Man a raz de su viaje a la India; en sus nietos a raz de Shakespeare o de la geografa.

    Hombres del sur. Cmo se deca hombres del sur? A ver, a ver, cmo se dice hombres del sur.

    Echa la cabeza hacia atrs, cierra los ojos, repite un mantra perentorio:

    A ver, a ver... Cmo se llaman los pueblos del sur originarios de Chile? Antes se llamaban onas, alacalufes y yaganes...

    Selknam? Eso, eso. Selknam. Hay una frase.

    La tierra del fuego se apaga. Autor: Fran-cisco Coloane. Se ubica con Coloane, sabe quin es?

    Un escritor chileno? Una gran frase. Pero l era un per-

    sonaje bastante antiptico, ah? Insoporta-ble. Mal escritor, adems.

    Conoce Tierra del Fuego? He pasado por ah. Con un nieto

    mo, el Cristbal, el Tololo. Tiene 18, 19 aos. Es el autor de frases muy fenomenales. Lo primero que dijo fue dadn. Y despus dic. Y finalmente biju. Aos despus le dije: Venga ac, usted me va a contar qu quiso decir con dadn. Te voy a de-cir, me dice. En ese tiempo yo estaba tra-duciendo El rey Lear y me paseaba de un lado a otro, y l estaba en su cuna, y yo re-citaba El rey Lear: I thought the king had more affected the Duke of Albany than Cornwall. Y pensaba. Cmo traduzco?. Y l ah pesc el dic. Shakespeare. Y le digo: Y el dadn?. Y me dijo: To be or not to be: that is the question. That is: dadn. Y biju?, le pregunt. Y me dice: Ah, eso ni idea. Una vez la directora del colegio cit a una reunin urgente a su mam. Por qu? Porque pasaba lista y el Crist-bal no contestaba. Entonces le dijo: Oiga, compadre, por qu no contesta cuando paso lista?. No puedo porque yo ya no me llamo Cristbal. Ahora me llamo Ha-mlet. Pero un da l estaba aqu, y le digo: Hamlet. Y nada. Y entonces le digo: Ha-mlet, hace rato que lo estoy llamando y usted no contesta. Y me dice: Yo ya no me llamo Hamlet. Ahora me llamo Laer-tes. Desde esa poca yo renunci a la lite-ratura y me dedico a anotar las frases de los nios.

    La frase puede parecer un chiste, pero no: Parra anota cosas que dicen sus nietos; o Rosita Avendao, que cocina y limpia en su casa desde hace aos; o la gente que pasa por ah, y todo termina en la enga-osa sencillez de sus poemas: Despus me quisieron mandar al colegio / Donde estaban los nios enfermos / Pero yo no les aguant / Porque no soy ninguna nia enferma / Me cuesta decir las palabras / Pero no soy ninguna nia enferma, es-cribi en Rosita Avendao, publicado por primera vez en el nmero especial que, en 2004, le dedic la revista chilena The Clinic.

    Me interesan las frases del Tololo. O sea, por abajo, por abajo. Nada de Sper Yo. Ni siquiera Yo. Ni siquiera Sper. Ni siquiera... cmo se llama el de ms abajo?

    El Ello? Eso. Ni siquiera el Ello. Pero aten-

    cin, no hay que llegar al punto R. Hay pases enteros que estn en el punto R. Reptil. Cocodrilo. Ha estado en la India? Hasta los nios miran como cocodrilo. No hay mirada occidental all. Estuve una se-mana, diez das. Yo no conoca el Cdigo de Man. Si hubiera conocido el Cdigo de Man, me quedo. Porque ms all del Cdigo de Man no hay nada. El ltimo verso del Cdigo de Man es el siguiente: Por qu?, se pregunta uno. Porque hu-millacin ms grande que existir no hay. Humillacin ms grande que existir no hay.

    Mira hacia el techo y cuenta las sla-bas con los dedos, llevando el ritmo con los pies: hu-mi-lla-cin-ms....

    Alejandrino. Atencin. Dice el C-digo de Man: las edades del hombre no son ni dos ni tres, sino cuatro. Primero, nefito. Segundo, galn. Tercero, anacore-ta. Anacoreta. Qu quiere decir eso? Que cuando nace el primer nieto, el hombre se retira del mundo. Renunciar al mundo es, primero, renunciar a la mujer. Nunca ms mujer. Nunca ms familia. Nunca ms bienes materiales. Nunca ms bsqueda de la fama.

    Y la cuarta edad? Ah, la cuarta edad. Asceta o mari-

    posa resplandeciente. Quien haya pasado por todas esas etapas ser premiado cuan-do muera. Y para el que queda a medio ca-mino, castigo. Resucitar como cucaracha o ratn de acequia. En cambio el otro, el asceta, no resucita. Porque no hay humi-llacin ms grande que existir. El mejor premio es borrarlo a uno del mapa. Y en-tonces qu hace uno despus de eso? Uno se va de la India y se viene a Las Cruces.

    No hay detalles, hay datos. Tuvo una infancia con privaciones y mudanzas de San Fabin a Lautaro, de ah a Chilln, de ah a Santiago y de regreso a Chilln de la que recuerda la falta de dinero y las peleas entre sus padres. Siempre escribi poemas y, a los 16 o 17, parti a San-tiago, solo. Gracias a una beca en la Liga de Estudiantes Pobres termin los estudios en el Internado Nacional Barros Arana. El mayor de una saga de hermanos de oficios varios desde Violeta y Roberto, msicos prceres, hasta Tony Canarito, payaso que andaba por las calles ganando la mone-da, acogi en su casa y ayud a los que, de ellos, quisieron mudarse a Santiago in-augurando un rol que desempeara para siempre: ttem familiar.

    Del 28 al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico. _Internacional

  • 11_Internacional Como tena notas muy altas en ma-

    terias humansticas y no en ciencias exac-tas, su natural competitivo (cuentan que, durante un festival Chile Poesa, libr y gan una despiadada guerra de pasos de tortuga con Gonzalo Rojas por ver quin llegaba ltimo al estrado para llevarse todos los aplausos) lo empuj a estudiar Matemticas y Fsica en la Uni-versidad de Chile para demostrarles a to-dos esos desgraciados que no saban nada de matemticas. En 1938, mientras se ga-naba la vida como profesor, public Can-cionero sin nombre, su primer libro. En 1943 viaj a Estados Unidos para estudiar Mecnica Avanzada en la Universidad de Brown; en 1949, a Inglaterra para estudiar Cosmologa; desde 1951 ense Matemti-cas y Fsica en la Universidad de Chile y, en 1954, public un libro que cambiara todo todo: la poesa en castellano para siempre.

    Nicanor Parra vive dentro de un m-todo. Duerme muchas horas; come siem-pre lo mismo (sopas, cazuela, arrollado); escribe con una lapicera comn de punta gruesa en cuadernos comunes de tapas negras; toma toneladas de cido ascrbico siguiendo la teora del Premio Nobel Li-nus Pauling que, en los aos 50, propici la cura de todos los males con la ingesta masiva de vitamina C. Tiene asma, jams bebi en exceso, no fuma, no consume drogas y es, desde los aos 70, ecologista. Los fines de semana lo visitan sus hijos, sus nietos y amigos jvenes con los que suele almorzar en restaurantes de la zona.

    A ver a ver, cmo era. Bajando de Machu Picchu / Perlas challay / Me ena-mor de una chola / Chiguas challay / Ms linda que una vicua / Perlas challay / Pero ella no me hizo casa / Palomitay.

    El poema se llama Amor no corres-pondido. Es suyo, de los aos 80, y lo recita entero, sin errar.

    Qu memoria. En Chilln, yo tendra 13 aos, 14

    mximo. Estaba en un sitio con mis com-paeros de curso. Ellos no saban que yo estaba ah. Y uno le dijo al otro: Inteligen-te Parra, ah?. Y el otro le dice: Memo-rin, querrs decir, huevn. Era una ofen-sa que le dijeran memorin a uno.

    Tena poco menos de 40 cuando em-pez a escribir poemas utilizando un len-guaje simple pero no rampln, en el que no haba ninfas, ni princesas ni tritones, y, en 1954, los public en un libro llama-do Poemas y antipoemas, en el que, con un lenguaje de apariencia simple pero con un tratamiento muy sofisticado, revo-lucion la poesa hispanoamericana: Ni muy listo ni tonto de remate / fui lo que fui: una mezcla / de vinagre y de aceite de comer / Un embutido de ngel y bestia!. El libro llevaba prlogo de Neruda, con quien Parra tendra una relacin carga-da de contradicciones, entre otras cosas porque su obra empez a leerse como una reaccin a cualquier forma de poesa ampulosa. Fue recibida con elogios altos: Divagaciones extraas, casi en prosa, mantenidas a fuerza de ritmo [...] y con una especie de embrujo [...] Son clarsimas, parecen elementales: eso las vuelve ms misteriosas, deca Alone, el crtico ms prestigioso de Chile por entonces. Sigui, a eso, una poca prdiga: public La cue-ca larga, en 1958; Versos de saln, en 1962 (Durante medio siglo / la poesa fue / el pa-raso del tonto solemne. / Hasta que vine yo / y me instal con mi montaa rusa. / Suban, si les parece. / Claro que yo no res-pondo si bajan / echando sangre por boca y narices); Manifiesto, en 1963; Cancio-nes rusas, en 1967. En 1969 gan el Premio Nacional de Literatura y public su obra completa en Obra gruesa. Tena 55 aos, era defensor de la Revolucin cubana y miembro del jurado del premio de Casa de las Amricas cuando, en 1970, asisti a un encuentro de escritores convocado por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en Washington y, junto a otros invitados, hizo una visita a la Casa Blanca donde los recibi, inesperadamente, la mujer de Nixon a tomar el t. La taza de t con la esposa de Nixon en plena guerra de Vietnam fue, para Parra, la aniquilacin:

    Casa de las Amricas lo inhabilit para actuar como jurado y le llovieron insultos de los que se defendi con un comunicado que deca: Apelo a la justicia revolucionaria. Solicito la rehabilitacin urgente. Viva la lucha antiimperialista de los pueblos oprimidos, viva la Revolucin cubana. Cuando volvi a Chile, el presidente de la sociedad de escritores lo llam eglatra y hippiesexagenario, sus alumnos boicotearon las clases en la facultad, y l se plant en el patio con un cartel que deca Doy explicaciones, pero jams las dio: jams se las pidieron. Si su posicin poltica cay en sospecha, su obra no tard en pasar al mismo plano: en 1972 public, bajo el ttulo de Artefactos, una serie de postales en las que haba frases acompaadas por dibujos: Cuba s, yan-quis tambin, La derecha y la izquierda unidas jams sern vencidas, A quemar zarzas, a ver si se nos aparece Dios, Casa Blanca Casa de las Amricas Casa de ora-tes. Los ms amables dijeron que eso no era poesa. Los menos, que era la mejor propaganda que los fascistas podan con-seguir. En 1977, durante la dictadura de Pinochet, Parra public Sermones y pr-dicas del Cristo del Elqui (Apuesto mi ca-beza a que nadie se re como yo cuando los filisteos lo torturan [...] El general Ibaez me perdone, en Chile no se respetan los derechos humanos), y Chistes para des-orientar a la polica (De aparecer apare-ci / pero en la lista de los desaparecidos) pero, como sobre otros poetas que se que-daron en el pas sin exiliarse, pes sobre l cierta sospecha de no oponerse al rgimen con demasiado mpetu.

    En ese momento quedarse signifi-caba avalar al gobierno dice Sergio Pa-rra, poeta, editor y dueo de la librera Me-tales Pesados, de Santiago, que lo conoce desde hace aos y que, aunque comparte apellido, no es pariente. Eso no fue bien visto. Pero l nunca fue polticamente co-rrecto. No lo fue en el tiempo de Castro, no lo fue en el tiempo de Allende, y tampoco despus.

    Lo primero, ya se ve, es la negacin de la autoridad, escribe Niall Binns en el primer tomo de las Obras completas. En trminos polticos, Parra fue siempre un dscolo: en contra de la derecha durante el gobierno de Jorge Alessandri (1958-1964); contra la Democracia Cristiana de Eduar-do Frei Montalva (1964-1970); a favor pero muy pronto crtico de la Unidad Popular de Salvador Allende (1970-1973), y uno de los opositores ms destacados desde

    dentro de Chile a la dictadura de Augus-to Pinochet (1973-1990).

    En 1985, public Hojas de Parra (No se extraen / si me ven simultneamente / en dos ciudades distintas / oyendo misa en una capilla del Kremlin / o comin-dome un hot-dog / en un aeropuerto de Nueva York / en ambos casos soy exacta-mente el mismo / aunque no lo parezca soy el mismo) y, poco despus, se fue a vivir a Las Cruces. Siguieron, a eso, 20 aos de silencio editorial slo interrumpido por reediciones y antologas. Dos dcadas ms tarde, en 2004, public, en Ediciones Universidad Diego Portales, la traduccin de Lear, rey & mendigo, de Shakespeare, y lo firm l, que, en la portada, aparece con el ceo fruncido y una mano adelantada en gesto de proteccin o de amenaza. La traduccin se celebr como la mejor jams hecha al castellano.

    El cerco que ha tendido en torno a s comienza en su ciclpeo recelo y ter-mina en la avidez de quienes llegan a buscar algo que l no quiere darles. Durante 11 aos, y hasta 2008, recibi en su casa a un hombre llamado Vctor Jimnez, que grab todos esos encuentros con una cmara oculta y estren este ao, basndose en ese material, una pelcula llamada Retrato de un antipoeta. Una vez me aparecieron dos aqu. Una preciosura rubia y una morena. Hola, don Nicanor, somos de Cartagena, y no tenemos plata para volver, as que, por favor, denos para el bus. T le das plata y ya ests frito. Hay cmaras ocultas. Hace semanas me golpearon la puerta. Se practica el porno asalto? Parece que s. Era una muchacha. La hice pasar y nada pas, porque el dueo de casa tiene 100 aos, pero estbamos sentados ah afuera y entr el novio, que esperaba que estuviera sucediendo algo. Ella me dio un libro de poemas que se llamaba Valporno. Se fue-ron y le los poemas. Y dije: Que vuelva, que vuelva!. Eran porno. Muy buenos. Pero vienen a hacerme trabajar gratis. Vie-ne la televisin y dicen: Le hacemos un poquito de cosquilla al viejo, y que trabaje gratis. Yo les hablo, pero que se pongan.

    Hace un tiempo le propusieron par-ticipar en un aviso publicitario para una campaa que apoyaba el consumo de le-che. Como saba que Shakira formaba par-te del proyecto, escuch la propuesta y dijo que quera cobrar lo mismo que ella. En el aviso, donde se lo ve con barba crecida y el cuello de la camisa estrujado, Parra mira a

    cmara y, antes de beber, dice: Cero pro-blema. Yo tambin tomo leche. Despus hace la V de la victoria. Al parecer, cobr, por treinta segundos de publicidad, 30 mil dlares. Desde entonces, cada vez que lo invitan a dar una conferencia, dice que su tarifa es de mil dlares por segundo. Se sabe que a un editor lleg a pedirle un ade-lanto de cuatro millones de dlares, con el argumento de que eso era lo que haba cobrado Clinton por escribir su biografa, pero yo soy ms importante, porque los polticos pasan, pero los poetas quedan. Su inters por el dinero podra ser una r-mora de aquella juventud de privaciones, o una forma de hacerse inalcanzable, o una conciencia muy contempornea de cul es su valor. Dicen que, desde siempre, con su dinero compra casas tiene dos en Santiago, sta en Las Cruces, otra en Isla Negra pero nadie sabe qu hace con aquellas que no habita.

    l tiene mucha conciencia de lo que vale, y tambin en eso es un antipoe-ta. Eso no es lo que se espera de un poeta. Matas Rivas es poeta, director de Edi-ciones Universidad Diego Portales, y se acerc a Parra para proponerle publicar la traduccin de Lear, despus de aquellos 20 aos de silencio.

    Con l no puedes pretender cerrar un negocio en un almuerzo. Tiene que en-tablar una relacin de confianza. Despus que publicamos El rey Lear entr en la universidad y eran miles de jvenes detrs de l. Volvi convertido en un rockstar. Los publicistas andan detrs como des-esperados. Es mucho ms cool para una marca de jeans tener a Nicanor Parra que al mejor modelo chileno. Porque es cool. Pero es cool de verdad. No es impostado. Es una luminaria: no es un ancianito. Est ms vivo y despierto que uno. Por eso los interlocutores de su edad, o un poco me-nores, se quedan espantados con los Ar-tefactos. Nicanor est en la onda punk, o heavy metal, y los interlocutores ms vie-jos llegaron hasta su onda jazz. Ms vale nuevo que bueno, dice l.

    La frase no es una declamacin vaca: hace poco, Parra escribi un rap, El rap de la Sagrada Familia, que cuenta la relacin entre un viejo y una estudiante (En una aldea maldita / Con nfulas de ciudat / Un viejo se enamor / De una menor de edat / [...] El viejo rejuvenece / De pura felicidat / Y para alargar el cuento / Se casa con la beldat / Jess de los afligidos / Hgase tu voluntat), y su produccin de Artefactos, que ahora acompaa con el dibujo de un corazn con ojos, no slo no ha dejado de crecer, sino que se le han agregado los Tra-bajos prcticos, objetos intervenidos como una botella de Coca-Cola con un cartel que dice Mensaje en una botella; una cruz donde, en vez de Cristo, hay un cartel que reza Voy y vuelvo, o una foto de Bo-lao con una cita de Hamlet: Good night sweet prince.

    Me acuerdo que fuimos a su casa de La Reina, y tena en la pared dos por-tadas del diario La Segunda: una deca Se suicid Laura Allende, la hermana de Allende; la otra deca: Baleado el Papa dice Roberto Merino, crtico y escritor chileno. Yo creo que l desarm la ret-rica de la poesa e impuso otro tipo de len-guajes. Echa luz sobre cosas que no exis-tan antes de que se escribiera sobre ellas. Cierta metafsica corriente de la vida en la ciudad. No s, meter una fuente de soda en un poema. Hasta entonces ningn poeta hubiera metido una fuente de soda en un poema. Los poetas hablaban des-de las alturas del monte Sina, pero Parra habla desde otro lugar. Igual, hay algo en-gaoso ah, porque no creo que sea poesa popular. El texto est puesto al servicio de algo muy sofisticado. Creo que la creencia de que es popular viene a partir de los Ar-tefactos, que funcionan como eslogans ingeniosos. Si Parra fuera eso, nada ms, yo tendra que cambiar mi pensamiento. Pero cuando t lees sus poemas, ves que es un poeta que tiene enorme sensibilidad con las palabras.

    Texto aparecido en el libro Plano americano (Uni-versidad Diego Portales, 2012).

    Del 28 de julio al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico._Internacional

  • 12 _OrnitorrincoVIAJE A CIUDAD MIER

    Entre los pasajeros del camin 4854 de Autobuses del Noreste, la conversacin giraba sobre los rumo-res de que otras unidades de la misma compaa haban sido asaltadas por los Zetas, precisamente en el tramo de Monterrey a Ciudad Miguel Alemn. La leyenda inclua el rumor de que un grupo de estudiantes haba sido secuestrado y forzado a trabajar para la organizacin clandestina en pe-queas ciudades tamaulipecas que de un da para otro se volvieron campos de batalla, lugares sin ley en los que los carteles peleaban por las plazas, usando armamento y tcticas dignas de una mala pelcula de Hollywood. Una pasajera del camin 4854, Karla Martnez, estudiante del Tec de Mon-terrey, haba escuchado los rumores de asaltos y secuestros a personas en el tramo de Cerralvo a Ciudad Mier el da anterior, pero eso no la amedrent para decidirse a viajar y ver a su fami-lia durante el puente vacacional del 16 de septiembre de 2010. Extraaba sus padres, a su hogar y a su pu eblo. Antes de subirse al camin, sus amigos de Monterrey le expusieron lo peligro-so que an estaba el camino hacia Ciu-dad Mier. Karla tom un taxi, se dirigi a la central de autobuses, compr su boleto y espero la salida del autobs. Al subir vio muchas caras conocidas, ningn amigo. La unidad 4854 estaba un poco destartalada. Karla recordaba los camiones de Autobuses del Nores-te mucho ms cmodos y modernos. Pens en la mala situacin econmica de la compaa: debido a la inseguri-dad se haban visto obligados a reducir costos bajando mucho la calidad de su servicio. Como quiera, esta vez, el camin iba casi lleno, en su mayora de estudiantes. Durante ms de hora y media transcurri el viaje de mane-ra tranquila. Los poblados y pequeas ciudades de Nuevo Len iban que-dando atrs. La tensin del inicio se diluy y todo volvi a la normalidad de cualquier recorrido en camin: una seora batallaba con su hijo llorn, los estudiantes siempre soolientos dor-man plcidamente en los asientos y otros pasajeros se entretenan con la pelcula de turno. Las cosas cambiaron a partir de Cerralvo. El camin par en la pequea central de esta ciudad que

    alguna vez fue la capital de Nue-vo Len. Empez el movi-

    miento de gente que suba y bajaba con sus male-

    tas y sus despedidas ruidosas. Nadie not

    en ese instante que dos hombres ar-mados se subieron y se acomodaron en los ltimos asientos del camin, que la central haba sido secuestrada por el crimen organizado, y que lo que hacan estos tipos era una estrategia de seleccin para decidir a quin bajaran. Tras diez minutos de espera, los pasa-jeros del autobs 4854 se empezaron a impacientar. Con silbidos, quejas y comentarios de molestia, la gente hizo sentir su desaprobacin por el tiempo perdido en la parada. No pas mucho tiempo para que la molestia se convir-tiera en miedo. Otro grupo de hombres armados rode al autobs. Desde aba-jo gritaban amenazas de muerte. Los gritos de los sicarios desgarraban el inquietante silencio de los pasajeros, mientras los sollozos de algunas seo-ras eran casi inaudibles; los estudian-tes esperaban con miedo a que un ado-lescente cargando un cuerno de chivo los seleccionara para bajarlos del ca-min. Impotencia y humillacin eran los sentimientos que prevalecan entre los pasajeros. Los viejos ms feos que he visto en mi vida se subieron y em-pezaron a gritarnos, nunca nadie me haba dirigido esas palabras, menos con tanto odio y crueldad. Bajaron a varias muchachas y hombres, fue ho-rrible, sent mucho miedo, recuerda Karla, quien se encontraba paralizada del miedo. No emiti ni un solo ruido, y mientras deseaba volverse invisible a los ojos de estos individuos, pensaba en las fatales consecuencias de su deci-sin de viajar ese da. Sinti ms miedo aun cuando vio que el nico conocido de Ciudad Mier que haba visto en el camin, Luis Francisco, un estudiante de Ciencias Polticas, haba sido baja-do por estos hombres. Siempre haba pensado que la guerra era una especie de clich cinematogrfico, hasta que descubri que no. En ese momento,

    le ocurri otro clich: su vida pas de-lante de sus ojos en un segundo. A l lo bajaron, lo tenan contra el camin, apuntndole con un arma, pero se vol-vi a subir, el peor error que pudo ha-ber cometido, se subieron por l, lo gol-pearon, le dijeron que lo iban a matar, recuerda con lgrimas en los ojos. Se trataba de muchachos de estatura me-diana, morenos, flacos, que vestan con camisas polo, mezclilla y zapatos. Una vez que dejaron que el camin saliera, Karla mir por la ventana. Trataba de conocer la suerte de Luis Francisco, mientras rezaba por su vida y la de ella misma. Fueron demasiados minutos de angustia, miedo e impotencia, has-ta que por fin regres Luis Francisco y otro estudiante de Miguel Alemn, que tambin haba sido retenido. El chofer tom el volante, meti reversa y reanud el camino. El asalto haba ter-minado. Un asalto en el que el botn no fueron los objetos materiales. Un asalto entre muchos otros que se haban dado en estos tramos sin ley, donde al ejrci-to no le alcanzaba (ni le interesaba) cu-brir la vasta extensin de caminos tan recorridos en antao y tan vacos ahora. Ese da, seis personas fueron sacadas de aquel camin. Slo regresaron dos. Cuando el camin enfilaba de Cerralvo a Ciudad Mier, todos los pasajeros co-menzaron a rezar el padrenuestro. Uno tras otro hasta llegar a su destino. Una hora de rezos angustiantes tard el ca-min 4854. En la central de autobuses de Ciudad Mier, Karla era esperada por su mam. Le dio un abrazo fuerte y le cont asuntos triviales. No mencion que en el camino haba visto cmo seis pasajeros del autobs fueron tragados por la guerra.

    -Leonardo Gonzlez

    EL RAP EN MONTERREY

    En Monterrey hay un rapero que lee a Gngora y a Quevedo. Es-cribe sus versos en forma de nubes, escalando los cmulos, estratos y nefelibatas a medida que avanza en su trabajo artstico. Frente a una ca-guama Len, en la tocada de un cle-bre cantante de cumbia que se fue de copas con Garca Mrquez en alguna

    ocasin, admite que realiz su trabajo lrico en parte por la obra de Cortzar,

    y en parte porque es difcil que Conarte financie un proyecto de rap que no tenga

    aunque sea un pequeo lado intelectual pomposo, en esta regin donde el hip-hop es

    sinnimo de barrio y de pandillas. El hombre usa camisas negras sobrias, pantalones de vestir y una pequea gorra ladeada, parecida a la que portaban los cantantes del swing parisino ochentero que hizo furor durante numerosos aos en los bajos fondos de la Nueva Orleans.

    El artista es completo y se desvive por su obra, aunque en su tiempo libre corrija el estilo de un peridico fallido regio. Este homie que vive en la parte baja de la Indepe est acostumbrado a que el taxista lo deje en la entrada del Seven ms cercano, para no viajar hasta la puerta de su casa, y entiende que una juventud de barrio duro no se reconozca en la vieja guardia rapera, clasemediera de Monte-rrey. Llegando a la cuarta botella de Len, recuerda que cuando era ms morro, sus vecinos sacaban unas bocinas gigantes sobre sus techos y balcones e inundaban la calle de vallenato, que aunque no le gustaba, animaba todo el vecindario y le daba una vida que no es ms que un triste recuerdo hoy en da. En medio del rap malandro y romntico que inunda los barrios duros y las camionetas fresas de San Pedro, hay un rapero que lee a Gngora y a Quevedo en Monterrey.

    -Diego Legrand

    Del 28 al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

  • 13_Ornitorrinco

    LA REVUELTA CONARTE

    Es el 28 de junio de 2013. En el jardn de la acera del Palacio Federal, sede del Consejo para la Cul-tura y las Artes de Nuevo Len (Co-narte), estn sentados circularmente 70 miembros del gremio artstico, discutiendo propuestas para cambiar el rumbo de la principal institucin de fomento artstico en el estado. La convocatoria la hizo ngel Snchez Borges, artista local; vinieron drama-turgos, bailarines, escritores, msicos y crticos del medio. Eleonora Garza toma la palabra y con su voz profunda explica que los vocales hacen lo me-jor que pueden, pero que el instituto y sus trampas no los dejan ejercer su trabajo correctamente. Dice que cuan-do llegan a sus respectivos puestos

    honorficos, muchas veces no saben qu es lo que tienen que hacer, mu-cho menos lo que dej pendiente su predecesor. Se contradice, afirma que entre las manos de los vocales no pasa ningn presupuesto. Que slo se su-pervisa el gasto de la oficina de gobier-no. Sin embargo, media hora despus relata que tienen problemas con el subejercicio del dinero atribuido a su rubro porque desconocen los tiempos de entrega de sus reportes. Una artista argentina los amonesta: entonces, a quin le entregaban cuentas de lo que hacan? A nadie, parecera. En las dos horas que durar el encuentro, no ms de ocho personas tomarn la palabra. Vidal Medina, dramaturgo y director de teatro es el moderador del encuen-tro. Pequeo, de lentes prominentes y cabello peinado hacia un lado, habla rpido y hace su mejor esfuerzo por dar la palabra a los diferentes inter-locutores que levantan la mano, pero pronto el foro en forma de asamblea se transforma en una tertulia de siete u ocho personas. Las otras, los ms jve-nes que se encuentran sentadas hasta el fondo, debajo de los rboles, y los de edad mediana que escuchan a sus colegas sin intervenir, se quedan sin voz. Aqu habla el que agarra la pala-bra y los caracteres fuertes se imponen regularmente. El sol se pone poco a poco y la idea de un orden de trabajo se desvanece lentamente, aunque las propuestas fluyen. Una chica de ca-bello color rosa propone realizar un observatorio ciudadano para poder supervisar las labores de los vocales. Se impone un ligero silencio. La idea es aceptada, aunque sin mayores pre-

    cisiones. Al final del encuentro, uno de los organizadores, un tipo alto con barba perfilada y vestido a cuadros, se acerca a la chica para preguntar-le cmo hacer para crear este tipo de medio de control. Aparentemente, ciertos artistas de la ciudad no tienen idea de cmo involucrar al pblico en sus labores contractuales. De manera global, a pesar de que en varias oca-siones se mencionar la importancia del pblico, la impresin que resalta es que el gremio cultural est comple-tamente alejado de la sociedad civil nuevoleonesa. Se promueven entre s mismos, sin conocer los intereses de la ciudadana. Un hombre ms atrevi-do que otros, de cabello hirsuto y voz punzante, denuncia vagas maniobras de corrupcin en algunos certmenes artsticos, as como la facilidad con las que algunos vocales atribuyen pro-yectos a sus amigos, pero en el fondo, el despotrique es contra Conarte. Hay un hombre al que los presentes escu-chan con ms atencin. Va vestido de camisa morada. Enfatiza los argumen-tos jurdicos que emplea el organismo para poder mantener su status quo y las maniobras legales que se tendran que hacer para poder modificar la ley de creacin del organismo, que debe ser discutida en el pleno del Congre-so. Tambin menciona las propuestas internas que pueden ser modificadas por el pleno del consejo compuesto por 12 vocales, 12 consejeros ciudada-nos cuyo nombramiento permanece como misterio para la mayora- un secretario tcnico y un presidente. El debate se enardece cuando se discute si el cambio debe venir del interior del

    instituto o desde afuera, pero pronto decae, cuando surge otra cuestin po-lmica. Por qu no recibiran un sala-rio los vocales de Conarte, si realizan labores de tiempo completo? En reali-dad, una sola voz polemiza al respecto y prev los problemas que podra traer este aadido de dinero a un estatuto de por s muy discutido en este foro. La mayora de los presentes o ms bien de los hablantes- parece estar de acuerdo. De pronto, unos policas ves-tidos de blanco, de los que cuidan la Macroplaza y los institutos oficiales del centro de la ciudad, se asoman a verificar el origen del grupo de perso-nas en la plaza central. Tras unas po-cas palabras con el convocante, ngel Snchez, se marchan, dejando en un ligero momento de suspenso las con-versaciones. Los nimos se reencien-den y se decide continuar con este tipo de juntas extraoficiales, convoca-das por primera vez y que de ahora en adelante se realizarn cada jueves, con una orden de trabajo preestable-cida. En medio de las elecciones de vocales, la renuncia de Carmen Junco, los cuestionamientos de los ganado-res de concursos y problemas que han tenido organizadores de eventos, las polmicas no parecen prximas a ter-minar en las pequeas sesiones que se celebran entre del sopor que entorpe-ce a Nuevo Len durante la cancula. En la ciudad empresarial, ser artista contestatario es un trabajo de tiem-po completo. Un trabajo que muchas veces necesita ser financiado.por el Estado.

    -Daniela Garca

    APOCALIPSIS EN EL SERGIOS

    Una luz roja manchaba la pe-quea tarima y los rostros de aquellos tres sujetos oriundos del Distrito Federal; dos de cabello largo e hirsuto al frente, con guitarra y bajo pendiendo de sus hombros, el otro casi a rape, detrs de los tambores y platos que posteriormente seran aporreados con brutalidad, sujetando las baquetas; cada uno en lo suyo, conectando los artefactos con los que nos taladraran ms tarde los odos. La lluvia que pre-cedi aquella noche, hizo que el calor se levantara desde el suelo en forma de vapor, fundindose con el ambien-te en aquel lugar poco comn y con interesantes propuestas musicales. Hablo del Sergios. En la entrada del bar, un sujeto alto y otro en una suerte de taquilla, daban la bienvenida a los hambrientos de rock y sedientos de pasar un buen rato. De inmediato con-sider que el cover de 70 pesos fue un robo por parte de nosotros, el pblico. El show debi costar ms caro. Des-pus de que se proyect el documental Basura, sobre el grupo de Tijuana San Pedro el Cortez, y luego de escuchar las propuestas locales por parte de Del Toro y Banderilla, ambas tocando un post rock que por momentos iba del Shoegaze al Hardcore, sali al escena-rio el motivo por el que me traslad desde Ciudad Guadalupe hasta el mu-nicipio ms rico y seguro de Amrica Latina: San Pedro Garza Garca. Lo que a continuacin ocurri fue un golpe seco, limpio y preciso. Como un mazo que impacta en el lugar exacto del cerebro, que hizo vibrar a todos: im-genes abstractas vinieron a mi cabeza como olas de fuego gigantes, cadve-res de animales, rboles quemados, montaas cayndose a pedazos, edifi-cios derrumbndose, coches volcados, inundaciones, rayos y tornados. La banda bien hace honor a su nombre,

    su msica es para escucharse cuando venga el fin del mundo. Aquella luz roja le daba un dramatismo inmedia-to. Se adhera a los rostros sudorosos de los tres sujetos que interpretaban la banda sonora de la destruccin de to-das las cosas, de todo lo habido y por haber, de todo lo que ha existido has-ta entonces. Ellos no necesitan de voz o letras en sus canciones. Ni siquiera ocupan micrfonos, no recurren la pl-tica entre cancin y cancin, slo basta que agradezcan los aplausos con una sonrisa y levanten las manos. Son slo

    ellos ejecutando el ruido infernal me-diante sus instrumentos, golpeando con esa precisin como pocos grupos saben hacerlo. Con limpieza. Con la sutil elegancia de una batera cayendo por el precipicio, chocando con todos los bordes y peascos, hacindolos so-nar rtmicamente mientras el bajo y la guitarra estn sonando furiosos igual que el motor de un triler viejo yendo a toda velocidad, a punto de despear-se por una barranca profunda y oscura, llena de bestias dispuestas a devorar lo que est a su paso.

    Uno a uno fueron desfilando los temas; hay que recalcar la ejecucin de Estampidas, Siglos de Matanzas Continuas, El Horizonte III para com-prender que en cualquier momento estaremos viendo a la banda en esce-narios ms grandes y fuera del pas, como dignos representantes del rock mexicano. Al mismo tiempo que las cervezas fueron vacindose, el bajista experimentaba problemas tcnicos y los otros dos integrantes seguan to-cando y sonriendo maliciosamente al ver a este haciendo malabares para re-cuperar el sonido. La banda hil una a una las canciones, ofreciendo un show bien elaborado y slo dando espacios breves para beber un trago de cerveza. Luego continuaron con la masacre. Al final se pudo apreciar por qu Apoca-lipsis es una de las mejores bandas que el rock mexicano ha dado en los lti-mos aos. Cuando pisan el escenario se nota el trabajo que han venido ha-ciendo y las horas de ensayo que han invertido. No recurren a nada y, sin pretensiones, logran conectar con el pblico. Sin parafernalia, sin muchos pedales de efectos (el guitarrista slo ocupa un par de ellos) y s con gran talento, la presencia del bajo se nota ms en vivo y enriquece en demasa la experiencia sonora. La guitarra sue-na potente. Lo mismo crea atmosferas que sonidos hostiles; la batera precisa, sin muchos movimientos ni golpes innecesarios, mantiene el motor en marcha. Fue uno de esos conciertos que jams se olvidarn y que defini-tivamente han sido de los mejores en Monterrey. Sin slam, sin circle pit pero con pasin y coraje, con furia y pesa-dez, mezclando el Post Rock, el Sludge y el Stoner Rock, Apocalipsis deja cla-ro que pronto ser una de esas bandas que llegan para crear un parteaguas en la historia de la msica pesada.

    -Oscar Hernndez

    Del 28 de julio al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

  • 14 _EntrevistaDel 28 al 3 de agosto de 2013Nuevo Len, Mxico.

    Catalina Martnez es una mujer del-gada de cabello ondulado, con un porte formal y sencillo. Muestra un carcter algo introvertido, pero al hablar de sus ideas cuando algo le apasiona, abre ampliamente los ojos y su tono de voz fluye con relativa rapidez hasta terminar la idea. Se define a s misma como una terica intelectual, y su referencia principal del contexto artstico y social es lo que observa en sus alumnos; tie-ne ms de seis aos como catedrtica de arte en Derecho yCriminologa, Artes Visuales (UANL) y en posgrados de arte en Monte-rrey. Entre murmullos de otras charlas de sobremesa, mltiples ruidos de platos a un ritmo constante y crujidos de una moledora de caf, dentro de un Vips, Catalina Mart-nez nos habla sobre las artes visuales en la ciudad, su experiencia como catedrtica y el narco-arte.

    P.- Cmo se perciben las artes aqu en Monterrey?

    R.-Bueno, para hablar de la cultura en Monterrey cabe sealar que no es slo un Monterrey, hay muchos, generalmente se encasilla como si fuera uno solo el contexto artstico de Monterrey pero es mentira, por ejemplo, de aqu han salido grupos como Plastilina Mosh, el Gran Silencio, pero tam-bin muchos famosos de los gruperos, msi-ca nortea que conozco poco, pero que hay una gran cultura en torno a ella.

    Otra perspectiva que muestra la diver-sidad cultural en Monterrey est marcada por las clases sociales, y entre ellas se igno-ran mutuamente. Con la comunidad arts-tica gremial es muy difcil, son grupos muy cerrados y conflictivos, el ambiente es muy competitivo, pero a la vez piensan que su arte es muy bueno aunque realmente como sociedad artstica no figuramos en el mapa. No creo que Monterrey sea la cuna del arte norestense como dicen que lo somos los re-presentantes de las instituciones locales de arte oficial del Estado.

    P.- Qu tan difcil es ensear arte en una ciudad como Monterrey?

    R.-Es complicado, por varias circunstan-cias: para empezar, el libro que marca el plan curricular en la materia de Apreciacin de las artes es aburrido y no dice nada del arte, lo que yo enseo es a partir de un programa que he elaborado, en donde reviso todas y cada una de las artes, por ejemplo, me paso de la pintura a la literatura, luego al cine y a la escultura, procuro darles una visin amplia y termino con la teo-ra del arte. Sin embargo, falta mucho dentro de la formacin general que se da. En un semestre se me ocurri hacer un experimento y ped el mismo trabajo a mis alumnos de doctorado y a los de segundo semestre de Artes Visuales y los resultados no cambiaron mucho. No tienen

    la disciplina de la APA (Asociacin Estadouni-dense de Psicologa) que es el manual de pu-blicaciones con un formato estndar adopta-do para trabajos formales, es cierto que lo ms importante es el contenido, pero tambin la forma cuenta.

    Otro factor, es el perfil de los estudiantes que est formando la Academia: en la licen-ciatura de Artes Visuales estn formando prin-cipalmente curadores, con una visin muy conservadora por lo menos en los primeros semestres, se dice que los directivos son muy religiosos.

    P.-Y sobre la materia de arte en la facultad de Derecho y Criminologa, de qu sirve para un criminlogo sa-ber de arte?

    R.-Para ellos es muy importante conocer el arte y entender los perfiles psicolgicos de los asesinos, adems, el arte para ellos entra dentro del campo de la prevencin, por que a final de cuentas el arte es una sublimacin de los instintos. El arte sensibiliza a las personas y les hace ver el mundo de manera diferente. Debe hacernos sentir mejores seres humanos, sentir empata por el otro. De hecho, el ser hu-mano es el nico que puede gozar del arte.

    P.- Qu enfoque se le est dando desde el arte al tema de la violencia?

    R.-La sociedad regiomontana es muy conservadora, cuando uno empieza a mos-trar la violencia, ellos luego luego se retraen y dicen: No, para detener la violencia uno debe hacer mejor las cosas . Comenzar des-de s mismo. Pues que me presenten a ese uno, porque realmente las cosas estn muy graves, pero no le quieren entrar. Se podra pensar que mostrar la violencia es catrtico, pero le sacan la vuelta al tema, y cuando se les cuestiona, tienden a responder frases pre-fabricadas como: ponte a jalar no mires y sigue en lo tuyo, no te metas en eso etc., no se reconocen como parte de una sociedad violentada. Es un miedo a sentirse involu-crados al plasmar la violencia. Son contados los artistas que desde los gremios de artes trabajan el tema de la violencia. Pensando en todas las exposiciones de mis alumnos de doctorado, no veo ni una sola obra que abar-que realmente el tema.

    P.- Que plasman ahorita en sus obras los artistas vis