raÚl baron biza - myriam stefford

66

Upload: brunofaust

Post on 17-Nov-2015

94 views

Category:

Documents


4 download

DESCRIPTION

Publicado a comienzos de 1932 sin fecha de edición ni datos sobre sutiraje, “Myriam Stefford” es uno de los libros más buscados por los lectores de BarónBiza. Originalmente fueron impresas sólo cien copias, que el autor distribuyó entre susamigos. Algunas terminaron en instituciones oficiales vinculadas a la aeronáutica. Hoysólo sobreviven uno o dos ejemplares, en poder de los coleccionistas más empecinados.

TRANSCRIPT

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 1 Restauracin digital revisada y concordada

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 2 Restauracin digital revisada y concordada

    Ral Barn Biza (1899-1964)

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 3 Restauracin digital revisada y concordada

    BARN BIZA

    Myriam Stefford

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 4 Restauracin digital revisada y concordada

    Tipeo: Eugenia S. Gulli Federico Alejandro Minolfi Correccin de originales: Federico Alejandro Minolfi Ariel J. Curone Escaneos originales: Pao Astrada Restauracin de lminas interiores: Gabriel Waisberg Restauracin de portada: Gabriel Waisberg Este volumen restaurado digitalmente est dedicado con amor a Sofhya Megan Waisberg y Paola Astrada. Y a la memoria de un padre maravilloso, Enrique Ricardo Minolfi, El Conta.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 5 Restauracin digital revisada y concordada

    CAMPOS DE DESOLACIN: restaurando Myriam Stefford Publicado a comienzos de 1932 sin fecha de edicin ni datos sobre su

    tiraje, Myriam Stefford es uno de los libros ms buscados por los lectores de Barn Biza. Originalmente fueron impresas slo cien copias, que el autor distribuy entre sus amigos. Algunas terminaron en instituciones oficiales vinculadas a la aeronutica. Hoy slo sobreviven uno o dos ejemplares, en poder de los coleccionistas ms empecinados.

    Es, junto a otras obras perdidas como Manon, Alma y Carne de Mujer o Del ensueo, la obsesin de muchos.

    Haberlo encontrado ha sido una coincidencia afortunada, y tenemos el orgullo de decir que lo pusimos a salvo del olvido, y que se va a viralizar por Internet con toda la libertad que el medio permite. Y as dejar de ser un libro incunable, un privilegio de algunos.

    Es difcil definir su contenido. Para los que ya conocen a cabalidad la obra

    literaria de Ral, no ser difcil ubicarlo a medio camino entre la crnica periodstica de Por qu me hice revolucionario y el encanto gardeliano de Risas, Lgrimas y Sedas. Es un relato fragmentario, matizado (e interrumpido) por notas de la prensa, discursos empalagosos y detalles tcnicos hoy desfasados. No es, bajo ningn concepto, el mejor libro que su autor haya escrito. En especial porque no es totalmente suyo.

    Es un mal libro? Creemos que no, aunque no deja de ser cierto que los

    lectores, a Barn Biza, le perdonamos casi todo. Lo que en otros suena cursi, rococ y excesivo, en l suena a Wagner. Y no pueden pedirnos demasiada objetividad, porque Barn Biza genera en sus lectores una fidelidad que se puede ver en muchos sitios de la web, cada vez que es atacado por alguno de los intelectuales de turno. Barn Biza tiene seguidores, y casi todos ellos son defensores de su obra. No es una casualidad. No hay ms que hacer la prueba y denostar El Derecho de Matar en cualquier rincn de Internet. La respuesta del baroniano siempre est ah para rebatir lo que sea, por las malas si hace falta. Es un lujo que pocos escritores argentinos se pueden dar medio siglo despus de muertos.

    Myriam Stefford vale hoy como curiosidad histrica, antes que como obra literaria por s misma, entre otras cosas porque Barn Biza nunca la plante como tal (de hecho, jams la incluy entre la bibliografa oficial que citaba en sus propios libros). Pero eso no significa que el libro no tenga algunos chispazos de la genialidad que ya empezaba a esbozarse. Se vislumbra cercano el escritor deslumbrante que, apenas un ao despus, publicar El Derecho de Matar para marcar un antes y un despus en las letras argentinas.

    Es un libro de Barn Biza? S, definitivamente. Porque incluso cuando no

    est firmado, su forma de escribir se reconoce en casi todos los prrafos, con virtudes y defectos. Al igual que lo hiciera en Un proceso original, le gustaba emplear el

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 6 Restauracin digital revisada y concordada

    lenguaje periodstico para hablar de s mismo. Pero aqu los resultados son muy superiores a ese opsculo breve. Y es que hasta las palabras presuntamente dichas por Myriam Stefford tienen la marca de Ral, que o bien las escribi en base a descripciones telefnicas de su esposa, o las corrigi hasta darles un tono uniforme. Como relato de aventuras, no ha envejecido mucho, y se puede leer con placer. Es ms: no hay nadie como Barn Biza para contar esta historia, aunque sea a base de retazos dispersos. Ral, con un libro armado a las apuradas y sin mayor cuidado por las formas o el estilo, logra conmover mucho ms que la totalidad de los escritores supuestamente ms dotados, que quisieron contarla dcadas despus. Nadie describe a Myriam con la intensidad que l es capaz de lograr. A su lado, las novelitas que han aparecido sobre la tragedia casi un siglo despus, suenan como intentos torpes de escribir sobre lo que no se conoce. Vuelve a ser ms de lo mismo: si se quiere conocer y entender a Ral, hay que leerlo. Hay que leer sus libros, entindase bien. Los glosadores de Barn Biza no sirven para nada. Y cuanto ms acadmicos, peor.

    As que aqu estamos, compartiendo Myriam Stefford y disfrutando

    otra vez el sabor de Barn Biza, justo cuando nos habamos resignado a releer sus novelas cada vez que queramos volver a catarlo. Este librito, entonces, no le cambia la vida a nadie, ni es tampoco la mejor puerta de entrada para los recin llegados. El que quiera empezar, mejor que empiece por otro lado.

    Pero para los que ya tenemos el paladar formado, es una golosina exquisita.

    Bienvenido a sus pginas. Amigos de Barn Biza Federico Alejandro Minolfi Gabriel Waisberg Ariel J. Curone

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 7 Restauracin digital revisada y concordada

    UN BEL MORIR TUTTA LA VITA ONORA

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 8 Restauracin digital revisada y concordada

    Myriam Stefford

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 9 Restauracin digital revisada y concordada

    VERSOS A MYRIAM STEFFORD En tus ojos de distancias, conocas las rutas de la tierra y el mar y una noche de insomnio despertaron tus ansias los caminos areos. Y quisiste volar. Desafiaste las iras de los dioses violentos que en el ter manejan el poder del cicln; y de frente a la furia de los cuatro elementos opusiste la fuerza de tu gran corazn. Todo en vano Tus carnes desgarradas y yertas en el fretro yacen, perfumadas de luz de nostalgia y recuerdo Y en las cumbres desiertas donde hallaste la muerte, reverencia una cruz. MYRIAM STEFFORD: dos alas luminosas y bellas ahora impulsan el vuelo de un eterno soar. Y recorres la senda constelada de estrellas ms all de la vida, de la tierra y del mar. Agosto 28/1931. Eduardo Mara de Ocampo

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 10 Restauracin digital revisada y concordada

    MYRIAM STEFFORD Myriam Stefford, nacida Martha Myriam Rossi, lleg en una

    primavera a Buenos Aires. Ella misma simbolizaba la primavera. Delgada, elegante, joven, hermosa, produca admiracin y respeto. Haba en ella algo ms que una artista que triunfara en el teatro y en el cinematgrafo. Pareca imposible que en aquel cuerpo, en aquella figurita se encerrara un gran espritu y una voluntad frrea.

    Myriam, haba muerto ya su nombre verdadero. Su nombre de batalla, con el que triunfara en escena circulaba en todas las bocas, haba llegado a los corazones y no tardara en imponerse definitivamente en todas las almas cuando intentara la hazaa que le llev la vida.

    Tena las cualidades nobles de la mujer superior. Jams discuta. Siempre aceptaba el temperamento de los dems en la solucin de las cosas y no sacaba partido del error de los otros para que se reconociera su lgica.

    Ella saba que a raz de sus triunfos cinematogrficos tena los estudios de ms renombre a su disposicin. Estaba convencida de que supieron valorar su espritu de artista de fibra, pero quiso abandonarlo todo, gloria y fortuna, para radicarse en Buenos Aires. Algo superior se haba impuesto a su voluntad. Era el amor el que la retendra definitivamente entre nosotros.

    Los pocos meses que vivi en nuestro pas, a pesar de la vida intensa que ella misma se impuso, fueron la mejor etapa de su vida: ella era feliz porque haca feliz al hombre que idolatraba.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 11 Restauracin digital revisada y concordada

    Una de las ltimas fotografas de la aviadora Myriam Stefford

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 12 Restauracin digital revisada y concordada

    QUISO SER LA MUJER MS ADMIRADA DEL MUNDO La inteligencia de mujer con verdadera personalidad hizo

    comprender a Myriam que para retener el amor que haba logrado conquistar despus de una lucha titnica, imponindose porque tena un talento nada comn, era necesario lograrlo con la superioridad. Myriam quiso ser la mujer mas admirada del mundo para el hombre que constitua toda su vida.

    Y una maana, al abandonar el lecho, concibi la idea de dedicarse a la aviacin.

    Haba realizado muchos vuelos en Europa. Conoca toda la lnea area del Viejo Mundo. Todos los cielos europeos le eran familiares.

    Conservaba tan gratos recuerdos de aquellos vuelos que no supo sustraerse al deseo de hacerse aviadora. Su deseo era tan fuerte como su voluntad. Y su voluntad era tan inquebrantable que estaba segura de triunfar: sera una gran aviadora. Una aviadora arriesgada que no trepidara en volar sobre las montaas y los mares para consagrarse entre los hroes del mundo.

    Y Myriam Stefford, unos das despus, se dedicaba a la aviacin con tanto entusiasmo que admiraba a su mismo profesor.

    Era tal el deseo de aprender y de triunfar que la vida de la mujercita acostumbrada a las grandes soirees, a las fiestas del Coln, donde se la admiraba por su belleza y por sus joyas inimitables, cambi fundamentalmente. Myriam Stefford se levantaba antes de las 7 y a las 8 ya estaba en el campo de aviacin, con su buzo lista para volar.

    UNA EXCELENTE AVIADORA En dos meses escasos hizo el aprendizaje. Todos, tcnicos y

    amigos estaban admirados de la rapidez con que haba terminado. El mismo profesor, un ingeniero aviador, experto de la guerra, reconoca que jams haba contado con un discpulo tan inteligente.

    Antes de rendir examen definitivo, Myriam realiz diversos vuelos a la estancia en Crdoba que hoy lleva su nombre- aterrizando impecablemente en el campo de la misma.

    En uno de los primeros vuelos, con su querida avioneta Chingolo, cuando se dirigi a Crdoba, tuvo que luchar contra un fuerte viento. Fue un vuelo bravo para su condicin de novicia: sin embargo, venci las dificultades y lleg a la estancia despus de seis horas de lucha con los elementos y sin ms compaa que el trepidar del motor de su Chingolo, que le acompaaba con tanto entusiasmo y emocin como los propios latidos de su corazn.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 13 Restauracin digital revisada y concordada

    El examen para obtener el brevet argentino lo realiz una maana brumosa, poco favorable para rendir una prueba de esa ndole. Vol ese da mejor que nunca. Se elev dos mil metros. Hubo un momento en que pareca que se haba perdido entre las nubes, y luego se le vio aterrizar impecablemente. Baj de la avioneta, con su sonrisa habitual, y acept las felicitaciones de los examinadores sin envanecerse, como si lo que haba hecho no fuera ms que cumplir con un deber.

    Es que Myriam Stefford era de ese temple: no le daba importancia a su propio valor.

    LA IDEA DEL RAID Myriam haba volado ya demasiado alto con su imaginacin y

    no poda limitarse a la satisfaccin de haber obtenido su brevet de aviadora argentina: palpitaba en su espritu el deseo de realizar grandes empresas; tena pasta de mujer superior; no se concretara al adorno que significaba ser aviadora en este pas donde el sexo femenino solo piensa en agradar y en conquistar una posicin, ya sea por medio de su belleza por la solucin del matrimonio.

    Por eso, un da conversando con su instructor le dijo: -Yo quiero iniciar un vuelo de aliento. Quiero llegar con las alas de mi avin donde no logr hacerlo ninguna otra mujer de este continente. No puedo limitarme a la vida tranquila de la dama que ha obtenido un brevet de piloto.

    Y el fiel instructor, el ingeniero Fuchs, la comprendi. l mismo haca el elogio entre los camaradas. Reconoca que ella era una herona. Que deseaba realizar una gran empresa para satisfaccin propia.

    Fue entonces cuando se plane un vuelo a Ro de Janeiro sin etapas. Y el vuelo se habra realizado si no se hubiera opuesto el esposo de Myriam, quien lo consider arriesgado.

    La aviadora insisti en ese raid y hubo necesidad de convencerla de que su adiestramiento no era adecuado para tal empresa.

    Por ello no se decepcion Myriam y plane entonces el vuelo a las 14 provincias. No quera permanecer inactiva. Deseaba demostrar a sus colegas que no haba obtenido su brevet de aviadora en balde.

    Todas las maanas se trasladaba al aerdromo de Castelar en compaa de su instructor, el ingeniero Fuchs, para prepararse.

    Y todas las maanas volaba con ms entusiasmo. Ella saba que lograra imponerse, que su esfuerzo no era vano.

    Una maana, el propio ingeniero Fuchs debi reconocer la fortaleza y el entusiasmo de aquella mujer diciendo:

    -Ud. es capaz de realizar un vuelo a las 14 provincias, y si no tiene inconveniente yo la acompaar. Tengo fe ciega en su triunfo. Le sobra a Ud. corazn para triunfar.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 14 Restauracin digital revisada y concordada

    Y desde esa maana Myriam solo se dedicaba a estudiar las rutas, el kilometraje que separaba a cada provincia, las escalas necesarias, y hasta las escalas forzosas.

    Pocos das despus, en rueda de amigos, aseguraba que todo estaba planeado y que en su insignificante avioneta realizara el vuelo para demostrar que tambin con un aparato de turismo se pueden realizar proezas.

    Todo se prepar silenciosamente. Ella misma pidi a sus amigos y a los periodistas que la visitaban en su residencia del Plaza Hotel que no dieran transcendencia a los preparativos. Ella misma estaba convencida de la necesidad de organizar todo dentro de la mayor discrecin.

    EL RAID DE LAS 14 PROVINCIAS Accidentada al par que dolorosa es la historia del raid de las 14

    Provincias. Ha sido un sueo todava no realizado en forma feliz y definitiva y tambin un indisimulado deseo de todos los aviadores de este pas.

    En el ao 1923 anunci la intencin de realizar este raid el aviador Alfonso Quinzio, no pudiendo siquiera iniciarlo por haber muerto a raz de un accidente sufrido durante el vuelo de entrenamiento desde Pinto a Sgo. del Estero. Riggi y Cocco en 1927 tampoco pudieron efectuar ni siquiera la primera etapa por haber perecido ambos el da antes de la iniciacin del rad al realizar la prueba de la mquina. Julio Grimaldi tambin en 1927 tuvo que abandonar su idea por habrsele destrozado el aparato en Fras al regresar de Crdoba en vuelo de entrenamiento. Solamente pudo realizarlo en toda su extensin en 1930, el entonces novel piloto Eduardo Comay quien cumpli las etapas establecidas en diez das de vuelo accidentado.

    Como se ve, la empresa de abrazar en vuelo de avin los distintos estados que constituyen la Repblica Argentina ha sido harto difcil, y si pensamos un instante siquiera en el Chingolo pequea avioneta de paseo y turismo, debe convenirse que se trataba realmente de una hazaa temeraria que necesitaba, para su intento, un verdadero temperamento de acero como el que posea Myriam Stefford y del cual sobradas pruebas dio desde que sali de Morn hasta el luctuoso momento de la tragedia en las soledades de Marayes.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 15 Restauracin digital revisada y concordada

    El Chingolo, y su valiente piloto en el Aerdromo de Castelar.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 16 Restauracin digital revisada y concordada

    EL CHINGOLO En su intenso amor por esta tierra argentina que tan

    cordialmente la recibiera y tratara y tambin por lrico arranque de su acendrado romanticismo quiso que en las alas de su pequea avioneta se inscribieran brillantes y desafiadoras las detrs del pjaro ms gaucho, ms bohemio y ms criollo: Chingolo.

    Es que solamente con el Chingolo andariego, bohemio de las pampas de soledad infinita, de eterna tristeza y de continuada monotona, poda compararse esa navecilla frgil y temblorosa en la que realiz gran parte de su temeraria empresa.

    Chiquito, de esqueleto al parecer inseguro pero capaz de afrontar temporales, de alas ligeras y con un pequeo motor, el corazn, que roncaba sonoro al viento con petulancia de fuerte, era el aparato. Nada poda identificarse tanto al chingolo como el F.B.W. 188 en que se elev a los aires para desafiar las furias de la Naturaleza y gracias a su pericia y al infinito afn de triunfar lleg hasta donde vuelan las guilas, hasta la altura de donde recin comienza a verse cun poca cosa es la vanidad de los humanos, pretendidos seores de la tierra, el agua y el aire.

    Vencida la altura por voluntad exclusiva de su temperamento indomable, Myriam y el Chingolo desafiaron sonrientes las furias de Eolo hasta que un da, en Salta, se quebraron las alas del pajarito en fatal anuncio de la tragedia que se cerna sobre ese espritu que Natura envolvi en exquisita moldura femenina su recio temperamento de acero porque hasta en eso se identificaba gloriosamente a su aparato, hermosas lneas encerradas en endebles armazones.

    Dulce y buena en su arrogancia de conquistadora acariciaba a su chingolo con afectos fraternales llegndole a cobrar entraable cario que dej translucir un da al abrazar su hlice antes de impulsarla al movimiento, con esa grfica y definitiva frase que encierra un todo de carcter y un mximo de romanticismo: pajarito mo de alas de papel y corazn de acero.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 17 Restauracin digital revisada y concordada

    CARACTERISTICAS DE LOS AVIONES UTILIZADOS EN EL RAID Tanto el primer avin destrozado en Los Cerrillos como el

    que cayera trgicamente en Marayes, eran de caractersticas idnticas perteneciendo a la marca alemana F.W.B.

    Caractersticas principales: Motor Siemens-Halste de 80 HP. Velocidad Mxima: 160 kilmetros. Velocidad de Crucero: 135 kilmetros. Velocidad de Aterrizaje: 60 kilmetros. Envergadura: 12 metros 80 centmetros. Superficie: 14 metros cuadrados. Largo: 6 metros 60 centmetros. Autonoma de vuelo del Chingolo I: 1.600 kilmetros en 10

    horas con un consumo de 200 litros de nafta. Autonoma de vuelo del Chingolo II: 800 kilmetros en 5 horas

    de vuelo con un consumo de 100 litros de nafta. LA PARTIDA La noche anterior a la partida, muy pocos amigos

    acompaamos a Myriam. En su residencia del Piaza Hotel solo estbamos su esposo, su secretario y dos amigos.

    La aviadora se mantuvo de pie hasta las 23 horas. Luego se retir a descansar. Nosotros permanecimos en su saln de recibo comentando la proeza.

    Su acompaante, el ingeniero Fuchs, se haba retirado temprano a descansar recomendndonos que furamos a las 4 de la maana a recogerlo a su casa.

    Myriam durmi esa noche como de costumbre. No tuvo sobresaltos: estaba convencida de que realizara su vuelo con la misma facilidad con que navegaba con su aparato por los cielos de Crdoba en los vuelos de adiestramiento.

    A las 3 y 30 horas despert. Y se present en la sala donde estbamos sus amigos luciendo un traje sastre, adecuado para vuelos, y su buzo de aviadora en la mano.

    Con su sonrisa habitual y su entusiasmo de costumbre, nos dijo:

    -Estoy lista. -No teme Ud., la empresa que va a comenzar?- pregunt

    alguien.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 18 Restauracin digital revisada y concordada

    -Absolutamente. Estoy segura de que el xito coronar la prueba.

    Y pidi enseguida algo para comer. Se le sirvi pollo fro y frutas. Hizo honor a la comida con el optimismo de siempre. Faltaban diez minutos para las cuatro cuando expres:

    -Vamos a buscar a Fuchs. Minutos despus en un automvil atravesamos la ciudad,

    iluminada y desierta. Dentro del vehculo llevbamos a la mujer que una semana despus hara vibrar de entusiasmo a las muchedumbres.

    Cuando llegamos a la casa de Fuchs debimos aguardar algunos minutos. Apareci el ingeniero alemn, y luego de los saludos de prctica se incorpor a la caravana.

    A velocidad fantstica fuimos recorriendo las poblaciones que separan a Buenos Aires de Morn. Llegamos al aerdromo de ese lugar cuando an las estrellas constituan la nica iluminacin natural.

    El Chingolo, el pobre aparato que se quebrara ms tarde en Cerrillos, aguardaba pacientemente. Cubierto, con sus alas desplegadas, esperaba la orden de su duea para surcar el espacio.

    Myriam y Fuchs lo acondicionaron en pocos minutos En el aerdromo no nos hallamos nada ms que un mecnico

    del mismo y cuatro amigos de la aviadora. Ningn piloto, civil, ni representante de centro de aviacin alguno fue a despedirla Ella era demasiado grande y demasiado valiente para que necesitara de despedidas pomposas, estaba contenta porque slo la veramos partir sus amigos. Haca un fro intenso. A alguien se le ocurri encender un fuego en el campo. Para ello se utilizaron los restos de un viejo avin italiano que se encontraba a la intemperie Quin iba a pensar que aquellos despojos eran un smbolo de la tragedia que se avecinaba!

    SE INICIA EL VUELO Eran las 5 y 30 horas cuando el Chingolo fue llevado hasta el

    centro de la pista de Morn. Los pocos amigos de Myriam que estbamos all, seguimos al pjaro mecnico Un silencio de emocin nos embargaba

    Algunos minutos despus Myriam ocup el puesto del comando y el ingeniero Fuchs se ubic tambin en el segundo asiento de la mquina. La despedida fu cordial pero emocionante: el Chingolo sala a conquistar el espacio sin otra defensa que el coraje de los que lo tripulaban.

    La hlice gira vertiginosamente anunciando la prxima partida. La trepidacin del motor hendi el espacio rompiendo el silencio de la aurora que se iniciaba. Nubes altas, poco viento. Un da sereno los acompaaba como si la naturaleza hubiera deseado asociarse al esfuerzo de los que emprendan la proeza.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 19 Restauracin digital revisada y concordada

    Myriam y Fuchs, agitaron sus manos y luego el Chingolo corra sobre el campo, levantando lentamente al final del mismo

    Fueron aquellos segundos de angustia para los pocos corazones que palpitaban en el campo donde nos hallbamos.

    Y cuando el Chingolo enfil hacia el norte, majestuoso en su vuelo y seguro de s mismo, volvi el alivio a todos los espritus: haba partido

    LAS CARTAS DE LA SEORA STEFFORD A medida que toda la atencin pblica penda inquieta y

    angustiada de las alternativas del accidentado y fatal vuelo interprovincial, que con singular valenta y mala suerte intent la infortunada aviadora suiza, seora Myriam Stefford, ella misma envi desde Corrientes, Santiago del Estero y Salta, tres cartas haciendo el relato de esas etapas.

    Con acertada concepcin y pureza de estilo la intrpida aviadora relat los pormenores de su difcil empresa dando a sus escritos tal firmeza de verdad que con mucha razn dijera en una de sus crnicas: cuando esto cuente, slo Dios, Fuchs y yo sabremos la verdad.

    Desgraciadamente fu as. Solo ellos dos, actores directos de cuanto se hizo y Dios, fuerza sobrenatural y simblica, pueden saber cunto de verdad hay en los relatos de angustiadora intensidad que en pginas siguientes se transcriben.

    ETAPA BUENOS AIRES CORRIENTES Carta crnica publicada el 23 de agosto en Jornada en todas

    sus ediciones. La infortunada aviadora seora Myriam Stefford, envi de su

    puo y letra el relato de su primera etapa, o sea, la correspondiente al vuelo realizado desde Morn hasta la ciudad de Corrientes.

    He aqu su veraz relato: Las primeras horas de vuelo, hechas con viento de cola, me

    hicieron creer que a las once horas y en una sola etapa llegara a Corrientes. En el da a Santiago! Poda realizar mi sueo de hacer el raid

    en tres das! De pronto, marchbamos a todo motor (170 kilmetros por

    hora); nubes oscuras, amenazadoras, avanzaban hacia el Chingolo. Trato de rodear la tormenta, pero, sta tiende al Este, al Oeste, como una barrera infranqueable, como un muro

    No pasars, no pasars!... pareca decirme el viento que en su inclemente ulular haca disminuir cada vez ms la marcha del motor. En menos tiempo del necesario para contarlo, entramos en medio de la tormenta. Noche,

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 20 Restauracin digital revisada y concordada

    noche terrible, peligrossima nos rodeaba. Nubes con granizo capaces de romper el corazn del Chingolo, su hlice, arreciaba contra el aparato.

    Nada ms horrible ni impresionante que ver caer a doscientos metros escasos del avin, los rayos. Se iluminaba la noche de rojo y azul. Pareca que el cielo se hubiera incendiado. No s qu hacer. Mi corazn, - corazn de mujer al fin comienza a flaquear. El Chingolo ha disminuido su marcha. Hace ahora solamente 80 kilmetros por hora!

    Desciendo, desciendo en medio de una lluvia de granizo hasta rozar los rboles. El espectculo es uno solo: rboles y agua. Bosques tupidos y tambin tupida cortina de lluvia que dificulta la visual.

    No encuentro ni un pequeo espacio donde poder hacer posar mi pajarito. Tomo altura con la esperanza de pasar las nubes. 500, 900, 1.200 metros! Noche, siempre noche! Estoy empapada, aterida de fro

    El agua ha traspasado mi buzo y el viento hace que esta se hiele, lastime, muerda

    Imposible continuar. Debo aterrizar en cualquier parte. Un golpe de timn me hace descender vertiginosamente hacia tierra. Al pasar las nubes me encuentro con un pequeo espacio, posiblemente vieja chacra, donde hay algunos lanares y yeguarizos y en un costado de aquel claro se ve un pequeo rancho criollo. Doy vuelta por sobre el mismo para reconocer el campo: ha cesado la lluvia y me doy cuenta ms o menos exacta de la direccin del viento por la direccin de las ramas de los rboles. Trato de despejar la chacra rozando casi los animales que huyen despavoridos. Aterrizo. Corren hacia nosotros un viejo y dos nios; estn asombrados (despus nos dijeron que nunca haban visto un avin) quizs parecamosles dioses.

    La pequea habitacin de adobe y llena de humo me pareca mejor que mi alojamiento del Plaza Hotel. Ah, tratamos de secar nuestras ropas y por primera vez prob la yerba mate: qu deliciosa es en este momento la infusin caliente y reparadora!

    El viento haba despejado algo de la tormenta hacia el Sud. Al Norte, hacia Corrientes, a casa momento el cielo se obscureca ms y ms. Una hora, una hora y media, dos horas de espera. Yo haba prometido llegar y deba llegar!

    -Se anima, ingeniero Fuchs?- pregunt mirando el reloj, y l, tranquilo, parco, con su caracterstica calma, como si lo invitasen con un buen cigarro, me respondi:

    -Yo s. Tom el comando de El Chingolo y a pesar del campo desparejo, levant bien, ya ms liviano por el consumo de la nafta, en direccin a Corrientes o posiblemente a la Nada. Haba que pasar costare lo que costare. Y pas!

    Al acercarnos a Corrientes, volamos bajo. La tormenta quedaba atrs, cada vez ms lejos, pero un nuevo peligro tan grave como el anterior o quiz mayor, esperaba al Chingolo. Pajarito mo, pajarito gaucho!

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 21 Restauracin digital revisada y concordada

    Niebla, niebla densa que me obligaba a volar tan bajo que casi rozbamos los rboles! Al fin, casi de pronto se mostr entre la bruma la ciudad de Corrientes. Todo era difuso y gris en el escenario visual. Busco el campo de aviacin, evoluciono casi a ras del suelo sobre la pista buscando el mejor lugar y toco tierra, en tanto que cuatro o cinco personas vienen hacia nosotros. Me habr equivocado?

    Me aseguran que es Corrientes. Llevamos con cuidado el Chingolo hasta el hangar y el ingeniero Fuchs comienza enseguida, ayudado por un mecnico y yo, a revisar el motor y el fuselaje. Lo revisamos con todo cario y cuidado. Yo tengo ganas, al irme, de abrazarlo. Es tan pequeo y valiente!

    Myriam Stefford. Santiago del Estero, Agosto 20 de 1931. ETAPA CORRIENTES SANTIAGO DEL ESTERO Carta crnica publicada en Jornada, Buenos Aires, Agosto

    24 de 1931, en todas sus ediciones.- An no ha aclarado. Acompaada del ingeniero Fuchs nos

    dirigimos al campo de aviacin donde anoche hizo nido el Chingolo. Hechos los preparativos y llevado el avin fuera del hangar, cargamos gasolina. Cien Ciento cincuenta Doscientos veinte litros, el mximo de lo que puede llevar el Chingolo. Lo revisamos bien, tranquilamente, con detencin y cario, pues, nuestro pajarito tiene que volar mucho hasta llegar a las montaas de Jujuy, despus de atravesar las inhospitalarias selvas chaqueas.

    -Con! grita Fuchs frente a la hlice que acaba de hacer girar y el Chingolo deja or de nuevo su voz ronca, que para m tena sonoridades de canto, de alegre canto de esperanza en este da gris.

    Chingolo corre largo trecho levantando vuelo lentamente por exceso de carga como queriendo cumplir en un esfuerzo supremo su deber de volar.

    Viento en contra. Avanzamos a pleno motor sobre la selva chaquea. No ignoraba que sera una de las etapas ms peligrosas de mi vuelo, en caso de un aterrizaje forzoso.

    Solamente un revlver en el cinto para defenderme de las bestias o quiz como arma de caza; una cantimplora con t y ron me salvaran de la sed durante los das que me demandara una travesa hasta la poblacin ms cercana; una brjula de bolsillo y unas libras de chocolate completaban los medios de defensa contra las hostilidades de esa regin.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 22 Restauracin digital revisada y concordada

    A pesar del viento de frente avanzamos relativamente bien; durante horas y horas Chingolo vuela sobre regiones en que no se ve el ms pequeo sntoma de vida humana.

    La monotona del viaje me hace controlar la nafta y ante mi asombro compruebo que el consumo es el doble del corriente: comunico la novedad a Fuchs.

    -Trate de aterrizar- me contesta tranquilo. Pero dnde? Seguimos volando y la nafta disminuye vertiginosamente. Debemos haber pasado el lmite de Chaco con Santiago del Estero, y decido cambiar de ruta y dirigirme hacia la capital de este Estado, por ser la poblacin ms cercana. La gasolina sigue disminuyendo en forma tal que temo no poder llegar al punto citado. Estoy a doscientos kilmetros de la meta. El ltimo control me decide a utilizar como campo de aterrizaje un claro del bosque.

    Una vez en tierra, en medio de un pastizal que casi nos cubre, el ingeniero Fuchs comprueba que en el tanque de una de las alas hay una pequea prdida de nafta, lo suficiente, en caso de haber continuado, para impedirme llegar a Santiago del Estero.

    Reparada provisoriamente esta avera, trato en un supremo esfuerzo, de abandonar el improvisado campo de aterrizaje. Cmo levant vuelo? Eso no lo sabr nunca!

    El viento va limpiando las nubes y un sol esplndido y clido nos reconforta y sonremos confiados en el triunfo. De pronto el motor empieza a ratear. La caracterstica y conocida mala suerte de haber cado agua en la gasolina cargada en Corrientes.

    Perdemos altura. Plane buscando un campo sin encontrarlo. rboles por todas partes. Fuchs se ha dado cuenta y por telfono me grita: Suelte el cinturn. Planeamos y el motor contina rateando. Tratando de mantener en el aire lo ms posible el avin, he desatado mi cinturn.

    No pienso en nada, inconscientemente me preparo a saltar. A veinte metros del suelo Chingolo vuelve de pronto a estallar en su caracterstico canto. Chingolo bueno! La gota de agua que obstrua el carburador haba pasado. Solamente nos ha salvado la gran altura a que volbamos, dndonos tiempo a que el motor se normalizara.

    Cuando yo escriba un libro, he de ponerle el nombre de Chingolo para rendirle as a mi pajarito el homenaje de mi recuerdo.

    Tomamos altura de nuevo y una hora ms tarde divisamos, magnfica y alegre por el sol, la capital santiaguea, aterrizando en perfectas condiciones en el aerdromo de Huayco-Hondo donde los precursores de este raid, aviadores Reggi y Cocco, hace cuatro aos encontraron la muerte al intentar el vuelo interprovincial, y donde finaliz su magnfico raid el aviador Comay.

    Yo s que cuando cuente esto, solamente Dios, Fuchs y yo, sabremos lo terrible de nuestra segunda etapa. Al dejar, ya anochecido, en su

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 23 Restauracin digital revisada y concordada

    hangar al Chingolo, falto de nafta, murmuro meditabunda un Hasta maana, pajarito gaucho Pajarito bueno con las alas de papel y corazn de acero...

    Myriam Stefford. Santiago del Estero, 21 de Agosto de 1931. DE SANTIAGO A LOS CERRILLOS La aviadora Stefford desde la ciudad de Salta, a donde se

    dirigi poco despus de su cada en los Cerrillos, envi la siguiente correspondencia relatando esa frustrada etapa y con cuyo accidente destrozndose el Chingolo que debi ser reemplazado despus.

    La partida de Santiago del Estero, se realiz despus de los preparativos de costumbre. Esta vez el tiempo nos ayudaba y aunque soplaba viento de costado, pensaba desquitarme de mis dos etapas anteriores llegando ese mismo da a Jujuy, Salta, Tucumn y si fuera posible a La Rioja.

    Estoy convencida ahora que en aviacin se debe contar como primer factor con la Buena Suerte ya que no se puede nunca hacer clculos y mucho menos con aviones pequeos como mi Chingolo.

    A poco de andar empezamos a volar por sobre serranas a la vista de la precordillera. Puedo entonces con tranquilidad en medio del zumbido continuado del motor, admirar las bellezas de esas regiones, recreo infinito para el espritu y satisfaccin halagadora para los sentidos. Para pasar las montaas empiezo a tomar altura. El altmetro llega a marcar 3.500 metros. Mi buzo de cuero forrado en piel as como mis botas y guantes, hacen que el fro no me llegue. A pesar de estar volando a pleno sol, abajo se ha formado una densa capa de niebla, cosa muy frecuente en estas regiones y en pocas semejantes.

    Otra vez los elementos se ensaan contra mis deseos y me veo obligada a volar a comps, es decir, en pleno sol, y a ciegas. Alguna vez el pico de una montaa ms blanca que la niebla surge en ese mar infinito de espumas. Y ante la grandeza de ese espectculo experimentado a gran altura, pienso en mi propsito, en el hecho de que volamos sin paracadas

    Cuando llegue a Jujuy, no habr niebla pienso y me pongo a cantar aires de mi pequea y bien amada Suiza. Si supieran all!, me digo. Volamos! En partes la niebla se disipa pero no veo la lnea del ferrocarril que me serva de gua.

    Cinco horas hace que navegamos en el aire por entre la niebla y sobre montaas. Debemos estar ya cerca de Jujuy. Consulto los planos, hago los clculos correspondientes y trato de buscar indicios de vida y ciudad por entre las nubes y la bruma. Seguimos internndonos ms y ms en la cordillera.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 24 Restauracin digital revisada y concordada

    Dudo y temo: debo haberme pasado. Quiz un mal clculo me llev ms all de mi destino. Regreso. Mi primer vuelo a comps me ha desorientado. Debo bajar para localizar debidamente nuestra situacin. Desciendo por entre un claro de nubes y al ver una poblacin cre estar en Jujuy, pues me haban dicho que era pequeita. Mi alegra es momentnea. En un campo, varias personas me hacan ademanes que yo cre eran de bienvenida. Hice un vuelo de reconocimiento luego del cual dud de aterrizar, pero, los ademanes de las personas que all estaban me decidieron a tocar tierra, cosa que hice felizmente a pesar de lo malo del terreno.

    Una vez en tierra, me entero de que nos encontrbamos en Los Cerrillos, a 20 kilmetros de Salta! Tan lejos nos haba desviado el viento de costado que soportamos durante las cinco horas de vuelo. Inmediatamente decido decollar a pesar de lo malo del terreno. El Chingolo corre dando saltos; sube y vuelve a caer ya que el campo le impide desarrollar la velocidad necesaria para elevarse. 300 metros continuamos as! Avanzamos a una velocidad de 100 kilmetros en direccin a unos rboles y cuando estbamos muy cerca de ellos, El Chingolo despega Para evitar el choque con los rboles, inclino un poco el avin y una de las alas roza el hilo superior de un alambrado, el cual salta enroscndose en la hlice, y mi Chingolito, como si lo hubiesen enlazado en pleno vuelo, da una voltereta, hace un violento y cerrado circulo sobre s mismo y en medio de un ruido ensordecedor, se clava en tierra.

    Fue algo espantoso, instantneo, rpido, mucho ms rpido que su propio relato!

    El avin tumbado, desprendo mi cinturn y arrastrndome salgo de mi puesto, quedando atnita, sentada en tierra. Me es imposible creerlo. El ingeniero Fuchs, a mi lado, contempla el destrozado Chingolo, enterrado; el tren de aterrizaje quebrado, torcido; las alas rotas. Chingolo! Pobre Chingolo mo!

    Las personas a que hice referencia, llegaron jadeantes hasta nosotros y recin entonces pude contemplar el terror que se reflejaba en sus angustiadas caras.

    -No, no estoy herida; no tengo nada, dije; y menta, porque mi herida por la muerte del Chingolo iba a ser larga de cicatrizar. Esta herida estaba en mi alma y senta infinito dolor ante el destrozado cuerpo de mi pajarito gaucho, de mi bueno y noble Chingolo!!

    Myriam Stefford. Salta, Agosto de 1931.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 25 Restauracin digital revisada y concordada

    Raid Myriam Stefford.- La lnea llena indica el trayecto efectuado.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 26 Restauracin digital revisada y concordada

    SNTESIS TELEGRFICA Dada la enorme expectativa despertada por el intento de raid

    de la seora Myriam Stefford, todos los diarios de la Capital Federal, as como los de las capitales y ciudades del interior, le dedicaron suma atencin, publicando adems de profusas notas grficas y periodsticas, numerosos telegramas de sus corresponsales y agencias especiales, siguiendo etapa por etapa todas las incidencias del vuelo.

    Con el fin de unificar dichas informaciones, concretaremos en forma sinttica, todos esos despachos adjudicando uno solamente a cada etapa y ciudad.

    He aqu la sntesis telegrfica: La llegada a Corrientes Corrientes, agosto 18. A pesar del mal tiempo reinante

    aterriz en sta el Chingolo. Tuvo que soportar durante el vuelo, tormentas de lluvia y mucha niebla.

    Saldr para maana para Santiago del Estero. Salida para Santiago. Corrientes, agosto 19. El Chingolo levant vuelo esta

    maana con destino a Santiago del Estero. Llegada a Santiago del Estero. Santiago del Estero, agosto 19. A las 18 horas lleg a esta

    ciudad, procedente de Corrientes, el avin Chingolo conducido por la aviadora seora Myriam Stefford, acompaada de su mecnico ingeniero Fuchs. Los aviadores se negaron a hacer declaraciones de carcter alguno, pero a pesar de ello pudo saberse que tuvieron que realizar un aterrizaje forzoso en la selva chaquea a causa de una avera en el tanque de nafta, reanudando el vuelo a los pocos minutos.

    El Chingolo saldr a la madrugada con rumbo a Tucumn y Salta.

    El accidente en Los Cerrillos. Salta, agosto 20. El avin Chingolo se precipit en Los

    Cerrillos a veinte kilmetros de esta ciudad, resultando ilesos sus tripulantes, la aviadora seora Myriam Stefford y su mecnico ingeniero Fuchs.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 27 Restauracin digital revisada y concordada

    Un parntesis. A raz de este accidente que en otro lugar del libro tiene

    dedicado un captulo especial, se abre un lgico parntesis en las actividades areas de la seora Myriam Stefford quin en compaa del ingeniero Fuchs y en medio de las gentiles atenciones de todo el pueblo de Salta, esperan en la ciudad nortea, la llegada del Chingolo II aparato similar al primero, que fue puesto a su disposicin, con toda gentileza por el seor Mauricio Debuchy.

    EL ACCIDENTE DE CERRILLOS Una vez conocido el accidente que sufriera en Los Cerrillos

    (Salta) el Chingolo, todos los diarios del pas dieron amplia informacin al respecto.

    Entresacamos de los diarios metropolitanos los siguientes comentarios:

    En las primeras horas de la tarde de hoy (Agosto 20), por informacin particular de Correos y Telgrafos, se conoci la noticia de que la avioneta Chingolo que realiza actualmente un raid por las 14 provincias piloteada por la seora Myriam Stefford, haba sufrido un grave accidente en las montaas salteas.

    Apena la noticia, por cuanto la aviadora haba logrado ya cubrir la etapa ms difcil del raid, sobre los bosques chaqueos, dadas las informaciones de la maana haba emprendido viaje a Jujuy llena de optimismo segn los cables privados que enviara antes de salir.

    Aunque el avin se ha destrozado completamente, tanto la seora Stefford como su acompaante resultaron ilesos.

    Los telegramas enviados enseguida a Buenos Aires por la seora Stefford informaron que estaba afligida por la prdida de su avioneta, lamentando no poder continuar el raid tan bien comenzado.

    En conocimiento de ello, se resolvi enviarle desde Buenos Aires un avin similar al que utilizara desde su partida la aviadora suiza.

    MAURICIO DEBUCHY Casi inmediatamente de conocerse en esta capital la noticia de

    que el Chingolo 188 habase deshecho en Los Cerrillos, Don Mauricio Debuchy, propietario de un avin similar a aquel, se aperson a la Secretaria Myriam Stefford en el Plaza Hotel, con el objeto de ofrecer gentilmente su F.W.B. a fin de que no se interrumpiera definitivamente el interesante y valioso raid.

    Aceptada de inmediato esta honrosa y desinteresada colaboracin, le fue comunicada la novedad a la seora Stefford la que como lo manifestara en telegramas particulares ansiaba poder continuar su vuelo.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 28 Restauracin digital revisada y concordada

    Es necesario destacar el gesto nobilsimo, de este verdadero sportman que interesado vivamente en la magna empresa emprendida por la seora Stefford magnfico espritu de sportwoman quiso tambin aportar su esfuerzo a la ms brillante coronacin de los ya realizados por los intrpidos navegantes del Chingolo. E hizo ms el Sr. Debuchy: l mismo, parti de Castelar en su avin para Salta habiendo sufrido un pequeo accidente en Crdoba que fue subsanado gracias a los trabajos intensos que se llevaron a cabo en la Fbrica Nacional de Aviones.

    Sean estas lneas el justiciero homenaje al gesto honroso del seor Mauricio Debuchy, leal y verdadero sportman.

    Llegada del Chingolo II. Salta, agosto 23. - Hoy lleg el avin Chingolo II en el que

    continuar su raid la seora Myriam Stefford. Saldr maana a primera hora para Jujuy siguiendo en el da para Tucumn.

    Pocos momentos en Jujuy. Jujuy, agosto 23. A las 10 y 45 horas lleg el Chingolo II

    remontando vuelo poco ms tarde para Tucumn. El mismo da en Tucumn. Tucumn, agosto 23. Lleg a esta ciudad a las 16 y 45 horas el

    avin Chingolo II. La seora Stefford no hizo manifestaciones para la prensa diciendo nicamente que maana continuar su raid volando hacia La Rioja, San Juan y Mendoza.

    Mal tiempo en Tucumn. Tucumn, agosto 24. Reina intenso temporal por lo cual la

    aviadora Stefford debi postergar su salida. Maana si el tiempo lo permite saldr para La Rioja.

    Hacia La Rioja. Tucumn, agosto 25. A pesar del mal tiempo el Chingolo II

    levant vuelo a las 7 horas con rumbo a La Rioja. Aterrizaje forzoso. Fras, (Santiago del Estero) agosto 25. A las 11 y 30 horas

    aterriz en esta el Chingolo II, debido al mal tiempo, siguiendo viaje enseguida.

    Catamarca. Catamarca, agosto 25. El Chingolo II lleg a las 13 horas y 7

    minutos. Saliendo a las 14 y 10 para La Rioja. Lleva viento en contra.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 29 Restauracin digital revisada y concordada

    Llegada a La Rioja. La Rioja, agosto 25. Lleg a esta ciudad a las 17 horas el

    Chingolo II manifestando sus tripulantes que maana seguirn viaje hacia San Juan.

    El ltimo decollage. La Rioja, agosto 26. A hora temprana levant vuelo el

    Chingolo II para San Juan. La cada trgica. Marayes, (San Juan) agosto 26. A las 9 horas cay en estas

    inmediaciones el avin Chingolo II destrozndose completamente y muriendo sus tripulantes.

    TELEGRAMAS ESPECIALES SOBRE EL ACCIDENTE Facilitse a la prensa la informacin particular existente

    respecto al accidente de Los Cerrillos. Dicha informacin es la siguiente: A las 14 horas una comunicacin de Correos y Telgrafos

    informa que el Chingolo ha cado en campos de don Claudio Saravia, el Los Cerrillos, (Salta), quedando completamente destruido.

    A las 14 y 20 la misma dependencia oficial comunica confirmando la destruccin completa del avin, alas y hlice rotas. Los aviadores ilesos.

    A las 14 y 25 se recibe el telegrama siguiente: Salta, agosto 20. A causa de una falla del motor, el

    Chingolo tuvo que aterrizar forzosamente. El avin est completamente destruido. Los ocupantes estn ilesos. Continuarn maana en avin para Tucumn.

    Por su parte el seor E. Martnez, ministro de gobierno de la Intervencin en Salta comunic lo siguiente:

    Me es grato informar que la aviadora Myriam Stefford encuntrase alojada en el Plaza Hotel de esta ciudad, habiendo resultado ilesa del accidente que sufri en Los Cerrillos, al tropezar con un alambrado, en circunstancias en que efectuaba el decollage para reanudar el vuelo despus de un aterrizaje forzoso hecho en perfectas condiciones. El aparato sufri la rotura de un ala y el tren de aterrizaje.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 30 Restauracin digital revisada y concordada

    CAMPOS DE DESOLACIN: MARAYES La estacin Marayes, en cuyas inmediaciones, cay trgica y

    fatalmente el Chingolo II, encuntrase situada en medio de una llanura inmensa plena de tristeza y desolacin, cual si fuera la tierra sealada como de maldicin por el ndice mitolgico de la leyenda india.

    Tristeza y dolor. Uniformidad ingrata. Campos de desolacin y muerte. Reinado de la muerte donde hasta el polvo blanco que del suelo se eleva impresiona tristemente.

    Marayes est perdida vocablo ajustado esta vez en una pampa de tierra blanca y arenosa, eternamente seca y polvorienta, que casi nunca recibe la bendicin de la lluvia y que, por influjo de contnuos vientos olas de fuego en verano, cierzo helado y cortante en invierno se mueve en todas direcciones aumentando las incomodidades. Tierra blanca y arenisca molesta filtrndose por los poros. Chircales de verde muriente cobija segura de alimaas se amontonan de trecho en trecho, doblando dolorosamente los tallos como dando a entender que muy cerca de all se encuentra la Muerte, Marayes, triste y desolada, tierra ingrata al cultivo y la vida, parece servir nicamente para anidar la muerte y los dolores.

    Y sobre todo esos llanos tristes, inconmensurables como su mismo dolor, deba pasar raudo y elegante el Chingolo II buscando San Juan. Deba vencer su tristeza con la firme voluntad de su corazn de acero, al que daban aliento y fortaleza la tambin acerada decisin de la intrpida aviadora.

    Entretanto el pajarito criollo cantaba la alegra de su motor siempre vencedor, entretanto la urea cabellera de la heroica Myriam Stefford reciba la caricia del sol, acercndose cada vez ms a l, todos los corazones argentinos latan apresurados esperando ansiosos la hora radiosa de su magnfico triunfo.

    Todo era confianza. Confianza en el cumplimiento eficaz y definitivo de la estupenda proeza, puesto que, habindose vencido ya las etapas ms difciles, ni la ms mnima duda empaaba la sonrisa que todos veamos dibujada en el porvenir.

    Mas no fue as, desgraciadamente. Seran las 9 horas cuando un grupo pequeo constituido por los cuatro o cinco habitantes de Marayes vieron surgir del lejano abra de la serrana abrupta que cerraba el horizonte, el blanco avin que iba hacia la gloria. Todos saban quienes volaban ese aparato y en homenaje a la mujer valiente fiel exponente de la feminidad triunfante tributaron clido aplauso que fue epilogado con un Ay! desgarrador que con triste elocuencia pona de relieve el horrible y doloroso espectculo que presenciaban.

    El Chingolo II haba dado una vuelta en redondo como si quisieran sus tripulantes agradecer aquellos pocos pero sinceros aplausos.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 31 Restauracin digital revisada y concordada

    Mas no era as: de punta, violentamente, como una flecha tirada de arriba abajo y en medio de un ruido ensordecedor, que se oy a pesar de la distancia entre la estacin y el lugar, el Chingolo II cay a tierra.

    Despus despus al mucho rato cuando aquellas personas llegaron, el espectculo era de la ms intensa y dolorosa tragedia: las alas completamente rotas, el motor hecho un pedazo informe de hierro estaba lejos, a varios metros de los restos del aparato y los dos cuerpos exnimes, muertos instantneamente. Del avin slo quedaba intacta la parte posterior.

    Haba muerto el Chingolo II y arrastrando consigo las vidas preciosas de sus tripulantes!

    Myriam Stefford se abraz con la muerte en la desolacin de Marayes, cubriendo su maravilloso rostro con su brazo izquierdo. Es que en la fugaz cada vio venir la Invencible!

    Fue en esa inmensidad desolada y triste donde encontr la muerte la ms heroica aviadora que haba cruzado los cielos argentinos.

    LLEGADA DE LOS RESTOS A RETIRO Inmediatamente de conocerse la infausta nueva se comunic

    desde Buenos Aires a Marayes la decisin de su esposo por la cual los restos de la seora Stefford y del ingeniero Fuchs fueran trasladados por los medios ms rpidos a la capital federal.

    La empresa de los FF CC del Estado gentilmente dispuso corriera un expreso desde Marayes hasta Crdoba donde los despojos de los malogrados aviadores que haban sido colocados en modestos fretros fueron trasladados a un furgn expreso del Central Argentino el cual devorando distancias lleg a Buenos Aires el da 27 a las 20 horas.

    La noticia de la llegada de los restos haba corrido rpidamente por toda la ciudad, lo que hizo que una consternada muchedumbre que sumaba miles de personas se situara en los andenes de la Estacin Retiro con el objeto de rendir un sincero homenaje a la intrpida aviadora que tan caro haba pagado su singular audacia. Poco antes de entrar el expreso se encontraban en la estacin mdicos y amigos que haban sido de los aviadores muertos con el objeto de proceder enseguida al cambio de atades. Tanto los despojos de la intrpida Myriam Stefford como los de su acompaante el ingeniero Fuchs fueron depositados en hermosos fretros luego de lo cual en medio del apeuscamiento de gente que silenciosamente se empujaban unos a otros en el afn de acercarse a los atades, sea para contribuir a llevarlos o para como lo hacan las numerosas seoras y jvenes que haba, con el objeto de rendir el homenaje de sus ramos de flores que formaban un verdadero tapiz sobre los andenes.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 32 Restauracin digital revisada y concordada

    EL DOLOR DE BUENOS AIRES Da de intenso dolor fue para Buenos Aires, el del entierro de la

    valiente aviadora Myriam Stefford y de su noble acompaante, ingeniero Luis G. Fuchs.

    La tragedia, por la difusin de la prensa, y porque ya se haba hecho carne en la poblacin, enlut a todos los corazones nobles de nuestro pueblo.

    Y a gente se volc en las calles por donde desfilaron las carrozas fnebres para rendir su desinteresado homenaje a los cados.

    La salida de los fretros del Centro de Aviacin Civil, entre la muchedumbre que haba en la calle, fue la mejor forma de comprobar que Buenos Aires se asociaba a la desgracia.

    El atad de Myriam, cubierto por una gran palma de orqudeas su flor predilecta y el de Fuchs, atestado de flores, evidenciaron que se les despeda con todo el cario que merecan.

    Luego vino el largo y penoso trayecto hasta el Cementerio Norte. Por Florida, las damas detenan su paso y dejaban libre la calle, rindiendo el homenaje del silencio a los hroes.

    Arriba, las alas mecnicas se extendan una vez ms para recordar a los que murieron por la gloria.

    Y desde los aviones, durante todo el trayecto, cay una verdadera lluvia de flores sobre los fretros

    En el Cementerio se haban dado cita desde los representantes de Suiza y Alemania, a los ex-combatientes. Todas las clases sociales de la metrpolis estuvieron representadas en el momento de la inhumacin, y todo el mundo experiment la congoja de verlos partir para siempre.

    EL PASAJE GEMES El Centro de Aviacin Civil con sede en el Pasaje Gemes

    haba destinado uno de sus salones para que en l fueran velados los restos de Myriam Stefford y Luis G. Fuchs. Bajo la direccin de la Compaa Nacional se instal all una artstica y laica capilla ardiente.

    Un pblico cada vez ms numeroso se estacion en los pasillos del 5 piso a lo largo de los corredores, en el Pasaje y tambin en las aceras de la calle Florida esperando el paso del cortejo.

    Luchando con mil dificultades, dado que el pblico impeda la marcha de quienes llevaban los atades, estos fueron subidos a pulso por la estrecha escalera en medio de un respetuoso silencio.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 33 Restauracin digital revisada y concordada

    LAS ORQUDEAS Para aquella gentil mujer tan femenina en sus gestos, tan suave

    en la voz y tan hermosa de lneas que era tambin de varonil impulso para la aventura, demostrando una audacia envidiable y un temperamento de acero, tenan las orqudeas un alto significado. Las adoraba con singular amor femenino y a ellas dedicaba un culto supremo.

    Por ello en el momento ms sagrado de la existencia, cuando slo queda de la verdad de la vida la irreparable verdad de la muerte, su esposo desconsolado en el grado supremo de un dolor desgarrador tuvo una frase que fue: Que la vistan con todas las orqudeas que hay en Buenos Aires.

    Y as fue. Sobre el fretro de la aviadora Myriam Stefford agitaban su perfume en definitivo adis centenares de orqudeas. Todas las orqudeas que haba en Buenos Aires, y con ellas fue a su tumba aquella mujer prodigiosa, que al resumir en su sola figura en temperamento las clsicas mujeres del siglo XVIII, simbolizaba tambin la ultramoderna mujer del siglo XX de las conquistas arriesgadas e inverosmiles.

    BUENOS AIRES VEL SUS RESTOS Todo Buenos Aires, toda esta ciudad formidable y cosmopolita

    que dicen rara vez se agita en manifestaciones de alegra o de dolor pues vive la fra indiferencia de su misma grandiosidad, se conmovi ante la intensa tragedia de que fueron protagonistas en su arrojo y decisin la Seora Stefford y el ingeniero Fuchs. Se conmovi a raz del primer accidente temiendo quiz la gran tragedia. Tuvo un alivio al comprobar la levedad de la cada de Los Cerrillos y cuando se dispona a realizar un recibimiento a los vencedores, qued muda de estupor ante la realidad inesperada.

    Durante toda la noche en que en los salones del Centro de Aviacin Civil se velaron los restos de ambos aviadores cados, una muchedumbre realmente incontable, pas por la capilla ardiente depositando en su silencio y respeto la ofrenda de su sentimentalismo. Todo Buenos Aires sin distincin de clases sociales ni categoras culturales rindi homenaje. Nadie falt a la cita, y desde los delegados oficiales del Gobierno y las instituciones aeronuticas hasta las gentes ms humildes de las populosas barriadas de los alrededores, vivi su dolor comn ante los catafalcos de Myriam Stefford y Luis G. Fuchs, en tanto que todos los diarios del pas y las agencias informativas del extranjero llenaban sus pginas con artculos en los cuales se pona de manifiesto la intensidad de esta tragedia.

    Todo Buenos Aires vel sus restos, y toda la Argentina tuvo un instante de dolorosa adhesin para aquella estupenda mujer que en aras de la gloria haba entregado el caro precio de su magnfica vida.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 34 Restauracin digital revisada y concordada

    EL SEPELIO En la maana del da 28 de agosto fueron inhumados en el

    Cementerio de la Recoleta, los restos de los aviadores seora Myriam Stefford e ingeniero Luis G. Fuchs, muertos trgicamente en el doloroso accidente de Marayes.

    Desde las primeras horas de ese da, la galera Gemes, en cuyo 5 piso se halla el Centro de Aviacin Civil, donde fueron velados los restos, congreg a un pblico numeroso, el que fue aumentando considerablemente hasta el momento en que se sacaron los atades.

    El local de la institucin nombrada estaba repleto de concurrencia, desfilando apretujada por la sala mortuoria. Gran cantidad de flores, cubran los fretros.

    LOS ATAUDES SON DESCENDIDOS DESDE EL QUINTO PISO A las diez fue sacado de la capilla fnebre el atad que

    contena los restos de Myriam Stefford, siendo llevado a pulso por las escaleras hasta la galera, donde se haba reunido una muchedumbre.

    La tarea del descenso dur ms de diez minutos. El cajn que contena el cadver del ingeniero Fuchs, era llevado, algunos metros ms atrs, por los camaradas del extinto.

    DOS CARROZAS FNEBRES Lentamente, los atades fueron llevados entre el enorme

    pblico hacia la salida de la calle San Martn, donde se colocaron cada uno en una carroza. En seguida el cortejo parti rumbo a la Recoleta. Cuatro carrozas completamente cubiertas de flores, precedan a las que transportaban los restos. La larga fila de vehculos y pblico que ocupaba muchas cuadras, tom por la calle San Martn, hasta la de Cangallo y por sta hasta Florida, siguiendo luego hasta Santa Fe, donde la amplitud de la avenida permiti avanzar menos dificultosamente entre la muchedumbre al numeroso cortejo.

    EL HOMENAJE DE LAS DAMAS Las carrozas rebosantes de flores siguieron el camino enfilando

    por Santa Fe. Gran cantidad de damas, a pie, iban en el lugar ms prximo a los atades. Entre los automviles particulares y de alquiler que en gran nmero iban detrs de las carrozas, segua la masa de pblico. As continu avanzando

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 35 Restauracin digital revisada y concordada

    hasta la calle Callao y luego se tom por sta hasta la avenida Quintana, que conduce al cementerio de la Recoleta.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 36 Restauracin digital revisada y concordada

    La salida del Centro de Aviacin Civil.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 37 Restauracin digital revisada y concordada

    EL HOMENAJE DE LAS ALAS Desde que el cortejo haba entrado por la avenida Quintana,

    diversos aviones, entre ellos una escuadrilla militar, hacan evoluciones, avanzando y retrocediendo a medida que el cortejo fnebre se acercaba al cementerio.

    Desde la altura, los tripulantes arrojaban flores sobre el camino por el que iban las carrozas. Numerosos ramos cayeron en momento de detenerse los ocho caballos de cada uno de los vehculos fnebres en la puerta principal de la Recoleta. Era el que se enviaba desde el aire; el que tiraban las manos de las damas y el que arrojaba el brazo del hombre del pueblo, todos asociados por el mismo dolor.

    Simultneamente, desde la plazoleta dise libertad a varios cientos de palomas cuyas alas azules y el pecho blanco dibujaron en el cielo numerosas pequeas banderas argentinas que se agitaron por breves minutos sobre el lugar, para perderse luego en el espacio.

    LA LLEGADA AL CEMENTERIO En las calles adyacentes al cementerio haba mucha gente y

    ms todava a la puerta de la Recoleta y en la plazoleta que la enfrenta. Desde momentos antes aviones militares, navales y civiles evolucionaban a la espera de los restos.

    Eran cerca de las 11.30 cuando las carrozas llegaron a su destino. El primer atad que se baj fue el de la seora Stefford costando gran trabajo a los que lo sostenan poder entrar al cementerio por entre la masa de concurrencia. La misma dificultad hubo para conducir al que contena el cadver del ingeniero Fuchs. Las calles interiores de la Recoleta se poblaron en seguida siendo imposible entrar por la avenida central que estaba ocupada en toda su extensin.

    INVASION DEL PBLICO Apenas eran entrados los atades por la puerta principal, el

    pblico hizo una invasin al cementerio. Distinguidas y numerosas damas y conocidos caballeros se encontraban en el cortejo: El presidente del Centro de Aviacin Civil, seor Marcelo Castromn; el director de Aeronutica Civil, piloto Juan J. Mundin Schaffter; secretario de la dependencia, aviador Augusto Lesca; inspector general, mayor Eduardo Olivero; presidente del Aero Club

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 38 Restauracin digital revisada y concordada

    Argentino, doctor Gonzalo A. Garca; jefe de lneas areas de la Direccin, piloto Rufino Luro Cambaceres; jefe de trfico, piloto Alberto Arata; miembros de la comisin directiva del Centro de Aviacin Civil, seores Ral Pegasano, Manuel Maceira, Alfredo L. Finochietti y ngel Crisco. Entre otros estaban los siguientes aviadores: teniente coronel Antonio Parodi, Jos Atencio, Guido Solana, G. Collin Geanel, Marcelino R. Periss, Emilio Esquivel, P. Abbot, Alejandro Castelnuovo, Marcelino Viscarret, ingeniero Rmulo T. Vittone, Alberto Frers, M. Marchessi, Carlos Larroque, Csar Burgo, etc.

    LOS PILOTOS QUE RINDIERON HONORES EN EL AIRE Los aviones que evolucionaron sobre La Recoleta, fueron ocho:

    tres de ellos militares, en formacin correcta y los cinco restantes, civiles. El homenaje de los aviadores a los dos pilotos muertos fue

    elocuente, y el pblico que asisti a la ceremonia de la inhumacin de Myriam Stefford y su acompaante Luis G. Fuchs, pudo presenciar los honores tributados desde arriba por los intrpidos pilotos. Desde determinada altura arrojaron varios ramos de flores.

    Los tres aviones militares fueron piloteados por los aviadores tenientes Fredes, Lagos y Cair, en representacin de todos sus compaeros de armas. En nombre de la direccin de Aeronutica Civil, vol el piloto seor Jos J. Cigorraga, y representando al Centro de Aviacin Civil, los pilotos seores Leonardo Selvetti, Ricardo Gross, M. Martnez y Fernando Sertori.

    HACIA EL PANTEON DE LA FAMILIA WILFRID BARON Cumplida la oratoria, los atades fueron llevados hacia el

    hermoso panten que la familia Wilfrid Barn a la que se hallaba unida Myriam Stefford por vnculos matrimoniales posee en la Recoleta. Primero fue entrado el atad de la aviadora y luego el de Fuchs.

    Una gran cantidad de flores llenaba distintos lugares. Haba all grandes coronas, costosas palmas y artsticos ramos y tambin los envos modestos. Todas las clases se sintieron doloridas con la muerte de la hermosa, sonriente y temeraria Myriam y del glorioso jefe de la escuadrilla negra.

    La corona con letras y el pequeo ramo annimo, estaban all amontonados. Pudimos leer algunos de ellos: el del Centro de Aviacin Civil, el de un ncleo de militares; el de los aviadores de nuestro ejrcito; el de los marinos; el del consejero a cargo de la embajada de Alemania, doctor Emmer; el de distintos aviadores civiles; el de los mecnicos civiles y el de los militares; el de los periodistas seores Segundo B. Gauna, Osvaldo Medina y Luis Pozzo Ardizzi; el del Centro Militar y del Centro Naval; los de distintas damas distinguidas; de varios importantes establecimientos comerciales; el de una casa

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 39 Restauracin digital revisada y concordada

    importadora de aviones y muchos otros que slo era posible apreciar por el conjunto.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 40 Restauracin digital revisada y concordada

    En la Recoleta, durante los discursos.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 41 Restauracin digital revisada y concordada

    LOS DISCURSOS Colocados los atades en un lugar donde se juntan las avenidas

    principales del cementerio, el seor Marcelo Castromn, en nombre del Centro de Aviacin que preside, ley un discurso. A continuacin habl el escritor seor Luis Pozzo Ardizzi quin se refiri con elocuencia a la personalidad de Myriam Stefford; luego dijo otro discurso el aviador ingls ingeniero M. Schlossberg quien puso de relieve las condiciones de su colega Fuchs, de quien era buen amigo despus de tenerlo de enemigo en la guerra. Despus, un representante de la compaa de aviones A.E.G., ley otro discurso. En una bella improvisacin el director de la Aeronutica Civil seor Mundn Schaffter habl brillantemente sobre los dos aviadores cados.

    DISCURSO PRONUNCIADO POR EL PRESIDENTE DEL

    CENTRO DE AVIACION CIVIL D. MARCELO C. CATROMAN EN LA INHUMACION DE LOS RESTOS

    Cuando, diestramente, Myriam Stefford despleg sus alas, la

    fatalidad interpuso su dictado. Simboliz un prisma perfectamente definido de belleza;

    porque, si era hermosa y triunf en el arte con el encanto de su fsico y la revelacin de su temperamento, tambin su alma acusaba las cualidades inherentes a la mujer fuerte, intrpida, no hecha a los desfallecimientos.

    Los rasgos enrgicos de su carcter slo constituan una faz en la conjuncin armnica de su espritu, que tambin era vasto el caudal de bondad de su corazn.

    El xito le era familiar. Myriam Stefford tambin pudo haber llegado a estrella de la aviacin, tesonera y entusiasta como era de ganar distancias penetrando el espacio.

    Quiso el destino reducir con un lmite trgico su rbita, y precipitarla a la manera de los meteoros que, en la velocidad de su paso, tambin muestran la luminosidad de sus reflejos. Y, as era ella, como una antorcha celeste, fue abatida, cuando ya dibujaba una estela promisoria en la ruta que el tesn y la sed de infinito tan amorosamente haban trazado.

    Otra baja consterna tambin al Centro de Aviacin Civil, a quien represento en estas dolorosas circunstancias; Luis G. Fuchs: caballero, aviador y amigo, triloga en la que compendiaba su vigorosa personalidad.

    Espritu dinmico el suyo, sirvi al progreso de la Institucin con el aporte de sus conocimientos especializados, no omitiendo desde los puestos directivos que ocup, la llama de su iniciativa fecunda y su valiosa experiencia para la intensificacin y prctica de las finalidades del Centro.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 42 Restauracin digital revisada y concordada

    Lo ha sorprendido joven la muerte, cuando tanto poda esperar de su capacidad la aeronutica nacional, a la que se haba vinculado ya en manera definitiva.

    Posea, en trminos precisos, la experiencia del vuelo. En su actuacin como piloto, vise expuesto a toda suerte de

    inconvenientes imprevistos, en circunstancias especialsimas derivadas del estado de la guerra, en su servicio durante la conflagracin europea. Su rol fue cumplido brillantemente entonces y no abandon su vocacin ntimamente sentida.

    Es que el espacio tena para l, la sugestin de un encanto que invita a vivir una existencia de absoluta serenidad por sobre la sujecin terrena que, solo interponiendo atmsfera, se experimenta plenamente.

    Quiero con ello, seores, explicar la consagracin del ingeniero Fuchs a la aviacin, de la que solo la fatalidad pudo divorciarlo.

    Myriam Stefford Luis G. Fuchs, en nombre del Centro de Aviacin Civil, Pax.

    PALABRAS DEL SR. MUNDIN SCHAFFTER El Sr. Mundin Schaffter, en representacin de la Direccin

    General de Aeronutica Civil improvis una sentida oracin fnebre de la cual publicamos los prrafos ms destacados:

    Myriam Stefford, dijo, era una mujer de gran capacidad. El adis que vengo a dar agreg es un adis acongojado y doliente. Una nueva vez vengo aqu, pero esta vez es con un dolor que sale de lo comn. Esta vez el adis es para una mujer; el prototipo de su sexo en la edad moderna.

    Myriam fue una mujer que, por sobre todas las mezquindades y por sobre todas las pequeeces logr imponer su voluntad y mostrar toda su gran entereza. Dijo ms adelante que ella fue una precursora de la mujer del futuro, la que, al lado de los hombres maana ser un factor poderossimo para el perfeccionamiento de la humanidad. Perteneca ella, a una raza de evolucin y civilizacin milenaria; naci en la vieja Suiza, donde surgen mujeres extraordinarias.

    Dijo luego: En nombre de mi pas al cual vino Myriam Stefford a embriagarse de luz con nuestro Sol de Mayo, doy el adis a una mujer extraordinaria.

    Continu su oratoria hablando de Luis G. Fuchs. Refirise al hroe de la gran guerra, diciendo:

    Llegamos aqu para decir que la humanidad sabe apreciar a los hroes de la guerra y a los hroes de la paz, el ingeniero Luis G. Fuchs. T que fuiste el jefe de la Escuadrilla Negra has sido despedido tambin por un

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 43 Restauracin digital revisada y concordada

    aviador ingls, ese enemigo de ayer por las circunstancias de la guerra, quin ha venido sin rencores y sin prevenciones, a despedirte con hondo dolor.

    La Repblica Argentina, dijo despus el orador, se ha sentido sacudida por el suceso doloroso que ha costado la muerte de estos dos pilotos. Es muy hondo el sentimiento de todos y cada corazn argentino est profundamente emocionado, ante la muerte de un hombre y una mujer, cuyas vidas han sido un ejemplo y una leccin.

    En nombre de los amigos de la aviadora, el escritor Luis

    Pozzo Ardizzi, pronunci la siguiente oracin fnebre: MYRIAM: Los cuatro amigos que te vimos partir en la

    madrugada del 18, estamos ahora aqu, perdidos ente la muchedumbre, como testigos irrefutables de tu valor y de tu entereza.

    Somos los mismos que te alentamos, contagiados por tu imponente bravura y tu decisin para triunfar.

    Identificados con tu espritu, ahora que anocheci en tu alma, estamos tambin aqu, atestiguando esta apoteosis. Myriam, la gloria te ha envuelto en su manto y hay miles de corazones que palpitan bajo el dominio de la tragedia que abati tu juventud.

    Moderna Juana de Arco, no utilizaste la coraza guerrera para conquistar reinados. Tu misin era ms digna: ibas a la conquista del espacio sin otra ambicin que dignificar tu sexo. Era el espritu de tus antepasados el que te animaba. Era la rencarnacin de la valiente servidora de Orleans. Era tu orgullo de mujer de este siglo. Era tu inteligencia. Era tu audacia. Era tu coraje indomable.

    Estabas llamada a grandes destinos. Poseas una inteligencia superior: no podas circunscribir tu vida a la frivolidad del ambiente. T queras llegar. Imponer tu nombre en el mundo. Despertar la admiracin de los que no creen en la mujer. Escalar las montaas ms altas que te opona la indiferencia, vencer los vientos, dominar el espacio, y consagrar tu estatua en vida.

    Y todo eso habras logrado si el destino, con el clculo fro de los cnicos, no hubiera detenido el ritmo de tu corazn.

    Tus telegramas y tus cartas de cada etapa, algunas de las cuales, y por cruel irona, llegaron llenas de vida cuando t ya no existas, vibraban de entusiasmo; traan el hlito de tu orgullo porque te acercabas a la meta; estaban ungidas de optimismo, infundan confianza y fe, eran poemas de triunfadora..

    Bien sabemos los que te queramos de verdad, que tu hermosura no necesitaba adornos; que tu belleza y tu encanto personal lo llenaban todo, que no era necesario ese esfuerzo para consagrarte entre las

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 44 Restauracin digital revisada y concordada

    mejores. Pero t lo quisiste porque anhelabas el triunfo para el amor a quien consagraste tu vida.

    El Chingolo no poda luchar contra los elementos, nicamente alentado por ti, identificado con tu valor, pudo lanzarse a la conquista.

    Bien lo decas t, plena de entusiasmo y de optimismo: es un juguete mecnico, sus alas son de papel pero su corazn es de acero.

    Nosotros lo sabamos bien: el temple de ese acero lo haba en tu alma. Y t, no calculaste que las mquinas tambin tienen escrito su destino.

    Has cado como saben hacerlo los grandes. Cumpliendo con tu promesa de vencer o morir. Has cado junto a un colega que fue orgullo de la guerra. Has muerto para vivir en los corazones de la humanidad.

    (Myriam: La llama eterna del amor vivir por los siglos de los siglos en el hombre a quien con tu tragedia arrebataste su espritu).

    Descansa en paz; que l vela por ti. La tragedia de Marayes, inspir al Dr. Mario Senz, este

    sentido discurso: El mismo destino misterioso que la hizo hermosa y valiente

    para enaltecer las gracias femeninas y exaltar las cualidades de su sexo, acaba de abatirla ayer

    Iba describiendo, bajo el cielo de la Repblica, una parbola intangible, marcada por la estela blanca de su avin, como si quisiera simbolizar en un abrazo de fraternidad de las catorce provincias argentinas.

    Y, casi al trmino del crculo triunfal, ese mismo destino, que la design para la empresa, detinela en la ltima etapa de aquel vuelo, que habra de ser la ltima etapa de su vida

    Alas de pjaro, perfume de flor, sonrisa de mujer, - todo lo frgil, todo lo impalpable se ha desvanecido, como la materia de los poemas y los sueos.

    Protestar aqu contra la obscura sentencia que as nos arrebata, en la plenitud de la belleza y de la intrepidez, dos figuras que constituirn, desde ahora, el orgullo de la estirpe, sera una infidelidad a la inspiracin de su propio herosmo

    Recogimiento de dolor infinito porque no vieron realizado el generoso anhelo, homenaje de admiracin inefable a su abnegado desinters, esa es la conmovida oracin que debemos al temple de sus almas

    Qu buscaban en el espacio sus pupilas serenas y profundas, dirigidas hacia lo alto como en una insaciable escrutacin?

    Para los corazones pusilnimes, aquella empresa afrontaba un riesgo estril.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 45 Restauracin digital revisada y concordada

    Las almas de seleccin no pueden, sin embargo, conformarse con la realidad dominada. Una inquietud constante parece impulsarlas, con atraccin invencible, a conquistar nuevos horizontes, a contemplar panoramas desconocidos, a extender, en suma, el imperio humano sobre las resistencias del mundo fsico.

    Leyenda e historia de argonautas y precursores, con cuyo sacrificio va penetrando el hombre en el secreto de las fuerzas naturales, para instaurar entre ellos y nosotros un reinado de armoniosa colaboracin.

    He ah el numen que inflam sus ansias, el ltimo deseo que quiso cumplir con resolucin de predestinada.

    Su amorosa consagracin, su apasionado misticismo, llevola, en su sincera modestia, a considerarse la parte espiritual de la pequea mquina elegida para intentar la generosa aventura.

    El diminuto mecanismo tena en ella un corazn y una voluntad. Y al elevarse sobre la tierra, todava en sombras, no pudo dudar, aquella maana, ni de la cordialidad de los elementos ni de su propia vocacin.

    Ambos hubieran certificado, en sucesivas etapas, que no era ilusoria la esperanza del xito

    Hoy todo se ha desvanecido, algo ha fallado all, que no es, por cierto, su corazn valeroso, ni si voluntad de vencer. Pero, sobre el avin roto y los cuerpos exnimes, flota cristalizado para siempre en el diamante de una estrella el espritu extraordinario de Myriam Stefford, en el firmamento desolado de Marayes.

    DISCURSO DEL AVIADOR INGLES SCHLOSSBERG El ingeniero seor M. Schlossberg, aviador ingls, pronunci

    entre otras las siguientes frases ante el fretro de Fuchs: Camarada Fuchs: Presente! Bravo comandante de la

    Escuadrilla Negra, has cado mientras luchabas contra los elementos y contra la fatalidad que haba buscado los ropajes de un da pleno de sol para ocultarse.

    Era tu ley. Y la muerte, que no haba podido recogerte en su regazo fro durante las jornadas heroicas de la gran guerra, te arrebat cuando la vida habate dispensado la satisfaccin de una gentil compaera de magnfica aventura, cuyo espritu, caldeado en el fuego del afn de gloria, la hizo concebir una tentativa maravillosa, de arrojo y de pericia.

    Yo, que sin malquererte fui tu enemigo en los campos de batalla y ms tarde tu amigo fraternal en los campos del vivir diario, traigo hasta aqu la palabra sinceramente emotiva, la palabra fuerte y llena de sentimiento de la despedida postrera, de todos tu amigos, que muchos son. Te has ido para siempre; pero para siempre quedas a nuestro lado: tu espritu de varn sigue

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 46 Restauracin digital revisada y concordada

    palpitando junto a nuestros corazones; y el recuerdo de tus hazaas, nos seala el derrotero a los que quedamos.

    A continuacin un representante de la compaa de aviones A.E.G. el seor Ral Marchisio, ley un expresivo discurso en el que realz la personalidad de los pilotos fallecidos.

    LA MUJER TEMERARIA Es de singular importancia transcribir la nota que sobre la

    aviadora seora Myriam Stefford, por su vuelo y el aparato empleado publicara el 21 de agosto de 1931 el diario Tucumn de la ciudad del mismo nombre. Dice as:

    La Aviadora Myriam Stefford es una mujer de juvenil temeridad. Nacida en Suiza, ha viajado intensamente por todo el mundo.

    Fue en Europa una eficaz actriz de teatro, aplaudida en Viena, Budapest, etc. ltimamente se dedic al cinematgrafo. Es una mujer de extensa cultura, pero es por sobre todo eso una entusiasta deportista, y prefiere la aviacin, como conviene a su espritu animoso de quemar ansias y energas.

    ES AVIADORA ARGENTINA Hace mucho tiempo que Myriam Stefford practica la aviacin,

    pero su ttulo de aviadora argentina acababa de obtenerlo en el aerdromo de Castelar unos das antes de iniciar el raid, donde ha realizado una prueba arriesgada, como es la de volar en un pequeo avin de 80 caballos de fuerza, luchando contra las nubes y el viento.

    -Ante todo - dijo a los periodistas que la entrevistaron- , este viaje que estoy por hacer en el territorio argentino, tiene las caractersticas de una iniciacin. Hace dos meses que he llegado a este pas y aqu nunca hice nada. Yo espero que mi raid tenga xito.

    -Ha fijado ya su itinerario? -An no. Aun cuando la ruta a seguir la tengo ideada, salvo

    modificaciones de ltimo momento. Este raid tiene el carcter de preliminar, pues se trata de un adiestramiento para realizar luego uno a Nueva York por la costa del Pacfico.

    -Qu tiempo piensa tardar en recorrer las provincias argentinas?

    -Tardar lo menos posible en las condiciones en que hago el vuelo. Unos cuatro das.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 47 Restauracin digital revisada y concordada

    COMER EN EL AIRE -Slo bajar a tierra para aprovisionarme de nafta y descansar

    lo indispensable. Comer en el aire. Claro que este tiempo puede ser modificado

    por las condiciones atmosfricas. Mi avioneta, El Chingolo, tiene un motor de slo 80 caballos de fuerza. Mi automvil es ms potente, pues tiene 90. Es de imaginarse las dificultades que me plantearn las corrientes de aire. En El Chingolo la lucha contra el viento origina muchos contratiempos.

    Pero los vencer afirma Myriam Stefford En el aire me he encontrado con muchas dificultades vencindolas siempre.

    -Cuntenos usted algo? -Puedo contarles lo que me pas viniendo de Crdoba. Sal con

    mal tiempo, de manera que me retras dos horas en la lucha contra el viento. Sucedi que cuando llegu al pueblo de Rodrguez, el

    marcador de esencia indicaba cuatro litros. Estaba yo ante el dilema de seguir hasta Castelar o dejar El Chingolo abandonado en el campo. Aterric. No saba si reanudar la marcha en avin o dejarlo y seguir a pie. Pero pudo ms mi amor al Chingolo y aunque no tena ms que cuatro litros de nafta, levant vuelo y llegu a donde quera.

    EL CHINGOLO Lo quiero a mi avin porque l me proporciona el ambiente de

    aventura que busco. Viajar por las catorce provincias en un avin comercial no tiene importancia. Cruzar la Cordillera de los Andes, cosa que yo pronto voy a hacer en un poderoso aeroplano provisto de todos los aparatos de orientacin, etc., no tiene el significado que tiene hacerlo en El Chingolo. All mi buen tino, mi instinto de orientacin, son los guas. El Chingolo tiene poco de mquina para m; es un verdadero pjaro, y por eso le he puesto tal nombre. Es como el pjaro de la pampa.

    MI AMIGO EL GAUCHO -Se ha encontrado a gusto en este pas? -Me encuentro a gusto en cualquier pas del mundo, siempre

    que disponga de un avin. Nada he extraado aqu. Cmo podra ser esto, si adems no existe diferencia alguna entre este gran pas y cualquiera de Europa?

    Y otra cosa. Yo quera a la Argentina antes de venir. Y este amor a la Argentina se manifest en muchas de mis actividades. Yo tengo un gran amigo en Viena a quien verdaderamente echo de menos.

    -Algn aviador? Algn compaero del aire?

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 48 Restauracin digital revisada y concordada

    -Nada de eso. Mi gran amigo es el Gaucho. Es un leopardo amaestrado que me acompaa a todas partes

    donde es posible. Y si le puse el Gaucho fue porque en la fiereza y en la pujanza de este animal veo simbolizadas la valenta y la bravura del hijo de esta tierra: el gaucho argentino.

    DE JUGUETERA PARECA SER EL CHINGOLO El Chingolo, la dbil nave area que empleara Myriam

    Stefford para cumplir su raid, que pudo haber tenido un fin trgico, de no haber mediado el factor suerte, es un aparato de marca alemana que se est poniendo muy en uso entre los aviadores civiles del pas por su comodidad, la que proviene de su pequeo tamao. Cuenta con una potencia de 80 caballos y puede desarrollar una velocidad media de 120 kilmetros por hora.

    Se trata de una pequea avioneta de turismo, de seguridad problemtica en un raid que signifique un esfuerzo. Consta nicamente de dos asientos y en el que los dos ocupantes van con medio cuerpo afuera, lo que da idea del sufrimiento que se tiene que experimentar en un viaje mximo si quien lo realiza es una mujer y de tan larga distancia como el que proyectaba Myriam Stefford.

    ALGUNAS CARACTERSTICAS DE LA NAVE Sobre el fuselaje de la nave y al lado de las iniciales de la

    mquina B.F.W.- se nota la silueta de un ave en actitud de volar y sobre ella la insignia de la aviacin civil argentina, a la que la intrpida Myriam perteneca, pues hace pocos das haba rendido la prueba para optar al brevet de aviadora civil.

    Contemplando la dbil mquina, era fcil suponer que el esfuerzo de la valiente aviadora se estrellara en la primera ocasin. Era poca nave para los 4.100 kilmetros que tena que recorrer.

    Este raid ha sido ya intentado hace tiempo y cost la vida en una ocasin a dos intrpidos aviadores.

    Los primeros en intentarlo fueron los pilotos civiles Riggi y Coco, los que hace ms o menos 6 aos encontraron la muerte en la ciudad de Santiago del Estero. Haban preparado un avin S.V.A. de 160 caballos de fuerza, al que se lo haba equipado con un motor de 220 caballos para darle mayor potencia que fue la causa del accidente, pues pocos momentos despus de despegar se precipit a tierra.

    Aos ms tarde el piloto santiagueo Comay en un avin Curtius Arioli de 160 caballos, lograba realizar el raid en dos meses de viaje.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 49 Restauracin digital revisada y concordada

    Era la de la intrpida muchacha la tercera tentativa que se realizaba y la que ha terminado con el resultado conocido.

    ERA EXTRAA MYRIAM Accidentalmente conversamos ayer con uno de los empleados

    del Plaza Hotel, donde se hubo alojado la aviadora Myriam Stefford y su mecnico.

    Dicho empleado nos proporcion una serie de interesantes datos sobre la vida misteriosa de esta mujer.

    -La aviadora- nos deca- no acostumbraba bajar al comedor, realizando sus comidas en sus habitaciones, todo lo contrario el mecnico que tanto a las 12 como a la noche, realizaba sus comidas junto con la mayora de los pasajeros del hotel. Eso s, no conversaba con nadie, mantenindose durante la comida, muy reconcentrado en s mismo. A veces contina nuestro informante sacaba unos papeles, haca anotaciones o bien revisaba pequeos mapas.

    Por la tarde, la aviadora y l, salan juntos a la calle, volviendo media hora ms tarde. Entonces se reunan en el hall del segundo piso del hotel, y all examinaban planos y apuntes.

    Tal la vida que llevaron Myriam Stefford y su mecnico, durante los dos das que estuvieron en el hotel.

    (De Tucumn). MYRIAM STEFFORD Sera una ambiciosa de la gloria o una atormentada de la

    existencia, que ansiaba diluir el tormento de quin sabe qu tempestades espirituales, mediante los riesgos de empresas peligrosas?

    Haba triunfado en la escena como intrprete feliz y en la sociedad como mujer hermosa; pero no satisfecha todava, descubrise condiciones insuperables para la empresa riesgosa de la navegacin area y, logrado un brevet, tras las pruebas de circunstancias, se propuso cubrir en su vuelo las catorce provincias argentinas.

    Era bella, artista, esposa y aviadora. El ansia de realizar una magnfica proeza, no mat en ella la delicadeza de sus sentimientos de mujer y de artista, y as lo exterioriz al bautizar su pequeo avin con el nombre de Chingolo.

    Iniciada la heroica empresa, una advertencia de lo infinito hizo que se inutilizara la mquina y ella resultara ilesa. Obtuvo otro avin, lo mismo breve, igual, sinttico y como el otro le llam Chingolo II, y continu su raid simptico por el Norte de la patria nuestra, que era la suya adoptiva, hasta que lleg de lo infinito el cmplase despiadado de la sentencia capital.

  • Myriam Stefford Barn Biza

    Ral Barn Biza (1899-1964) 50 Restauracin digital revisada y concordada

    Era una bella mujer, una artista y una herona, tal vez ansiosa de gloria o quiz atormentada por las inquietudes de la vida moderna. Y cay en la plenitud, nueva vctima de la fatalidad

    (De La Unin de Buenos Aires). LA INGRATA PRDIDA El martes 18 del actual, en un pequeo avin, la aviadora

    Seora Myriam Stefford acompaada del piloto mecnico Luis G. Fuchs, inici desde el aerdromo de Castelar, un raid a las catorce provincias.

    Desde el comienzo, la fatalidad fue en pos de la intrpida mujer y su acompaante, hasta que el mircoles ltimo, le asest su golpe mortfero. El avin, que haba salido de La Rioja con destino a la ciudad de San Juan, cay cerca de las vas de los Ferrocarriles del Estado produciendo la muerte instantnea de los dos tripulantes.

    El fatal accidente ocurrido a la aviadora Seora Stefford, puso en el ambiente una nota de congoja, y envolvi con vestiduras de luto todos los corazones.

    Costaba trabajo creerlo. Cmo era posible que tanta belleza, tanta juventud, tanto coraje, se extinguiera tan rpidamente? No obstante, la realidad vocera inexorable gritaba al odo la tragedia dolorosa cual la delgada hoja de un pual que penetrara en el cerebro: de la intrpida y bella Myriam slo quedaba su cuerpo horriblemente mutilado. Su pjaro gaucho, chingolo bueno, de alas de papel y corazn de acero como lo llamaba ella cariosamente, se desplom herido de muerte, en los campos de Marayes, terminando par