RACIONERO Y GALTUNG

Luis Racionero, autor español que alcanzó su mayor fama en los años 80, vio una contradicción en el ámbito del trabajo y el ocio provocada por la industrialización. Racionero vio que a medida que las máquinas iban perfeccionándose y sustituyendo el trabajo humano, el obrero, en vez de tener que trabajar menos y aumentar su nivel de vida, trabaja cada vez más. El autor piensa que el problema del paro (principal problema de la sociedad industrial) radica en la mentalidad y los valores de la sociedad industrial capitalista, que premia el trabajo, el consumo, la opulencia y el desarrollo sin límites. Estos valores, que ven en la riqueza un fin y no un medio, crean una superproducción que provoca crisis económicas cíclicas. Racionero defiende en su obra Del paro al ocio1 que “todas las personas deberían trabajar menos horas, con lo cual no habría parados y el producto producido por las máquinas se repartiría, de modo que todo el mundo cobrase lo necesario para vivir con dignidad. El proceso hacia esta solución es factible, pero necesita un cambio de mentalidad y supone un grado de altruismo por parte de quienes dirigen la economía. El resultado compensaría con creces todos los esfuerzos: se alcanzaría una civilización del ocio, y sin esclavos” (Racionero, 1983).

Galtung Racionero

A - Actitudes Moral puritana con valores que refuerzan la opulencia, el trabajo, el consumo y la producción sin límites.

B - Comportamientos Aumento del trabajo del obrero, superproducción, consumismo exacerbado.

C - Contradicciones La industrialización ha producido el aumento del paro y del trabajo de los obreros cuando la función de las máquinas es hacer el trabajo de las personas y conseguir la misma producción con menos trabajo.

Para Racionero el conflicto del paro tiene tres actores:

Mentalidad

PARO

Uso de las máquinas Trabajo Humano

Cambiando la mentalidad puritana e instaurando una mentalidad altruista y que fomentara el ocio, se cambiaría la concepción del trabajo y se repartirían las horas de trabajo de un obrero en varios obreros, con lo que cada uno pudiera trabajar unas horas y ganar un sueldo digno para vivir. Así se llegaría a la Civilización del Ocio, como las antiguas civilizaciones, en la que las máquinas harían el trabajo de los esclavos.

1 RACIONERO, Luis (1983) Del paro al ocio. Anagrama 152 pp. ISBN: 978-84-339-0069-2