que viva la independencia. autor. cristian camilo cárdenas aguirre. 2015
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Cristian Camilo Cárdenas Aguirre. 2015
¡QUE VIVA LA INDEPENDENCIA!
Cada 20 de julio, Colombia conmemora el día de la independencia. En cada rincón de la
patria, se hacen desfiles conmemorativos, se realizan actos cívicos, entre otras cosas más.
Pero, ¿para qué celebramos la independencia, si a diario vivimos dependientes?
Estamos en un país donde cada persona quiere ser independiente, aun en contra de la ley
divino-positiva. ¿Será esto propiamente independencia? Los jóvenes buscan desde muy
temprana edad independizarse de sus padres. Todos quieren ser autónomos; pero no se
percatan que la independencia no va unida al querer hacer, lo que se quiere hacer; sino al
querer ser lo que se quiere ser. De ahí que el sin sentido de la vida ha ido creciendo, porque
se ha tenido un mal concepto de independencia.
Cuando observo un desfile o un acto cultural que realizan con motivo de esta magna fecha,
me pongo a pensar en aquellos momentos en que se declaró la independencia de nuestro país.
¡Oh independencia, tan sublime y querida que todo el pueblo deseaba! Pero que cada año, se
ha ido olvidando su fin inextinguible, de lo que puedo aseverar que muchas de las personas
que marchan ni saben su historicidad, ni el fin con que Colombia se independizó. Es más, se
marcha por buscar publicidad por parte de las instituciones, o se hace, para que las gobiernos
locales tengan que mostrar; además de eso, se les hacen honores a las autoridades, pero estas
ni siquiera se atreven a seguir el ejemplo de quien fue valiente en buscar la autonomía, sólo
se quedan con los honores, de los que muchos no son ni dignos de voltear a mirar.
Ahora bien, Colombia fue declarado desde 1810 como país autónomo y libre, pero ¿qué
debemos hacer para gritar: ¡independencia!? La independencia no es sólo de un momento
histórico, ésta se va desplegando a lo largo de la historia, en quien la persona la adquiere para
el buen obrar y poder tomar las propias decisiones, ayudados del buen consejo; o en otras
palabras, dejándose guiar de la recta razón. Se es independiente en cuanto la acción lograda
causa bienestar a los demás y a la propia persona; de lo contrario, se podría afirmar que todos
los animales (racionales e irracionales) son independientes, ya que cada uno hace lo que le
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agrada, dejándose llevar por sus instintos y logrando sus cometidos sin importar el bien, sino
su satisfacción personal. Esto sería inaudito, ya que la independencia compete sólo a la
persona humana gracias a sus facultades: la inteligencia y la voluntad, de la que la libertad,
sería su accidente de tercer grado. Sólo así, podríamos gritar: ¡que viva la independencia!