psicologia y curriculum.pdf

91
8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 1/91

Upload: luis-manuel-guillen

Post on 01-Jun-2018

235 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 1/91

Page 2: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 2/91

  sicología

urrí ulum

Page 3: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 3/91

PAPELES DE PEDAGOGÍA

/ 4

23. L Sánchez

-

Literatura infa ntil y lenguaje literario

24. J.

Parejo

-

Comunicació n no verbal y educación

25.

C

Izquierdo

-

La reunión de profesores

26. A. Vásquez Bronfman e I. Martínez - La socialización

en la escuela

27. M. V. Crespo - Retorno a la educación

28. J. Ferrés -

Televisión subliminal

29. J. C.

Melich

- Antropología simbólica y acción educativa

30. J. M. Puig Rovira - La construcción de la personalidad moral

31.

F.

Bello Vázquez

-

El comentario de textos literarios

32. L. Molina - Participar en contextos de aprendizaje y desarrollo

33.

F. Bárcena -

El oficio de la ciudadanía

34. R. Flecha - Compartiendo palabras

35. M. D. Renau - ¿Otra psicología en la escuela?

36. M.

Romans

y G.

Viladot

-

La educación de las

personas

adultas

37. X. Bonal - Sociología de la educación

38.

C Lomas

- Cómo

enseñar a

hacer

cosas con palabras 1

39.

C. Lomas - Cómo enseñar a hacer cosas con palabras, JI

40. M. A. Soler - Didáctic a multisensorial de las ciencias

41

J. M.

Duart

-

La organizac ión ética de la escuela

42. D. Cassany - Construir la escritura

43. F.

Pedró

e 1.

Puig

-

Las reformas educativas

44. M.

Güell

y J.

Muñoz

Redón - Desconócete a ti

mismo

45. J. Ferrés -

Educar

en una cultura del espectáculo

46. F.

Bárcena

y J. C.

Melich

-

La educación como

acontecimiento ético

47. M. J.

Cava

y G. Musitu -

La potenciación de la

autoestima

en la escuela

48. M. Romans y otros -

De

profesión: educador a) social

49. M. L.

Fabre

y M.

Doménech

-

Hablar y

escuchar

50. F. Gil, G. Jover y D.

Reyero

- La enseñanza de los derechos humanos

51. P.

Ortega

y R.

Mínguez

-

La educación moral del ciudadano de hoy

52. J.

Escámez

y R. Gil - La educación en la responsabilidad

53. C

Lomas comp.)

-

El

aprendizaje de la comunicación en las aulas

54. A. J.

Colom

-

La

de)construcción del conocimiento pedagógico

55.

J. Ru é

- Qué enseñar

y

porqué

César

Coll

sicología currículum

Una aproximación

psicopedagógica

a la elaboración del currículum escolar

Page 4: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 4/91

Cubierta

de

Ferran

Cartes

o edición en Barcelona 99  

a

edición en México 99  

Reimpresión

2 7

Quedan rigurosamente prohibidas sin la autorización escrita de los propietarios del

«copyright» bajo las sanci ones establ ecida s en las leyes la reproducción tolal o parcial

de esta obra por cualquier me io o procedimiento comprendidos la reprografía y el

tratamiento informático

y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o

préstamo públicos. .

D. R. de todas las ediciones en castellano

Ediciones Paidós Ibérica S. A.

Diagonal

662-664.

Barcelona

D. R. © de esta edición

Editorial Paidós Mexicana S. A.

Rubén Darío 118

03510 col. Moderna

México D. F.

Te\.: 5579-5922

Fax: 5590-4361

e-rnail: [email protected]

Página

web:

www.paidos.com

ISBN: 978-968-853-195-2

Impreso en México> Printed in Mexico

«En el ámbito de la

psicología

de la educación,

son

muchos los investigadores a

los que

se les ha

enseñado

la simplista división del trabajo enunciada por

Herbart entre la pedagogía y la psicología: la primera

debe

proporcionar los

objetivos

de

la

educación,

la

segunda las

técnicas para alcanzarlos.

Reflejando esta

larga historia,

muchos psicólogos

tienden todavía a

ignorar

de forma más o menos

consciente

los aspectos contextuales

de

la respuesta

del sujeto.

Pero cuando

se

abordan los

problemas

prácticos

del desarrollo

infantil

o de la

educación, se

hace evidente que

los

resultados y los procedimientos

establecidos en

situaciones experimentales

bien

delimitadas

pierden

la mayor parte de su

poder

en

situaciones reales.

Es urgente que los psicólogos, especialmente los

psicólogos del

desarrollo y de

la

educación, se

impliquen

más

directamente en problemas prácticos

como

las

decisiones relativas a los objetivos

de

la

educación,

la

elaboración del

curriculum o

la mejora

de los métodos de enseñanza.»

Michael

Cale

y

Kunio

Wakai)

Page 5: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 5/91

Índice

Capítulo

1.

Introducción

ntecedentes

y

objetivos de l

propuest

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

13

1.1. Antecedentes 13

1.2.

Objetivos

19

Capítulo

2.

Los

fundamentos del

curriculum . . . . . . . . . . .

21

2.1. Desarrollo,

cultura,

educación esco-

larizáción

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

2.2.

Consideraciones generales en torno al

concepto de curriculum

. . . . . . . . . . . . . . 29

2.3.

Las fuentes del curriculum

. . . . . . . . . . . 33

2.4. Psicología curriculum   . . . . . . . . . 35

2.5. Otras opciones previas en el proceso

de

elaboración del diseño curricular

. . . . . .

44

Capítulo

3. Los componentes del curriculum

. . . . . . . . . . .

49

3.1. ¿Qué enseñar? ... o la necesaria concre-

ción de las intenciones educativas.

. . . .

50

A. El

grado de concreción de las inten-

ciones educativas

51

B.

Las vías de acceso

en la

concreción

de las intenciones

educativas

. . . . . . 53

O La vía

de

acceso por los resul-

tados esperados

. . . . . . . . . . . . . . 54

ii)

La

vía

de acceso por los

conte-

nidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

iií)

La vía de acceso

por

las activi-

dades de aprendizaje

. . . . . . . . . 60

C.

Propuesta de

concreción de las in -

tenciones

educativas . . . . . . . . . . . . . . 63

Page 6: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 6/91

3.2. ¿Cuándo

enseñar?

.. o el problema

de

la organización

y

secuenciación de las

intenciones educativas . 64

A. El

análisis de tareas

.

67

B. El análisis

de contenido

. 74

i)

Las jerarquías

conceptuales

.

75

i i) Tipología

de

relaciones

para

se-

cuenciar los

contenidos

.

78

(i ii) La teoría de la elaboración

.

84

C. Criterios generales

para

secuenciar

las intenciones educativas

.

97

i) La secuenciación interciclos .

98

ji) La secuenciación

interniveles

101

iii) La secuenciación intraniveles

107

3.3. ¿Cómo enseñar?

... o

el problema

de

la

metodología de Ir.

enseñanza .

111

A. Diferencias individuales y

métodos

de

enseñanza

  . . . . . . . . . . . . . . . 113

B. La

concepción constructivista de la

intervención pedagógica

.

118

C.

El

principio

de globalización

.

120

D. La presencia de los componentes

ins-

truccionales

en el

diseño

curricular . 122

3.4.

¿Qué evaluar? ,

¿Cuándo

evaluar? ,

¿Có-

mo. evaluar?

.

124

A.

Evaluar.

¿para qué?: las

funciones

de la evaluación

.

125

B.

Los

componentes de

evaluación

en el

Diseño

Curricular .

130

Capítulo

4 .

Un modelo de

curriculum

para la

enseñanza

obligatoria

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

131

4.1. La estructura del Diseño Curricular. .

134

A. El primer

nivel de concreción

. . .

138

i)

Los

bloques de

contenido .

138

ii)

Los objetivos terminales .

. . .

140

ifi) Las orientaciones didácticas. 143

B.

El

segundo

nivel de concreción

- 145

i)

Los componentes

elementales

del contenido

147

ii)

Las

relaciones y

las

estructuras

de contenido

.

148

(Iii) La

secuenciación

de los

conte-

nidos

, .

150

C. El

tercer nivel de concreción

.

151

(i )

Objetivos

y

contenidos de nivel.

152

í i)

Programaciones

.

153

4.2. El t ratamiento

de

las Necesidades Edu-

cativas Especiales en el ámbito

curricu-

l r

.

156

4.3. El

desarrollo

del

diseño curricular

.

160

ocumentos de trabajo de uso interno consultados para la

elaboración de la

propuesta

.

165

Referencias bibliográficas .

167

Page 7: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 7/91

  rólogo

Este

es

un libro escrito por

encargo

para

responder

a

una

necesidad. Como

se

explica

detalladamente

en

la

introducción

el

encargo

fue

realizado

a

principios de 1985 por

la Direcciá

General d Ensenyament Primari de la Generalitat de atalunya en

el

marco de un conjunto de actuaciones que implicaban simul-

táneamente

a varios tramos

de

nuestro

sistema

educativo: el

proceso

de reforma

y

experimentación

del Ciclo Superior

de la

Educación

General

el

proceso de reforma

y

experimen-

tación del Primer

Cicló de

Enseñanza

Secundaria;

el proceso

de mejora y complementación del diseño Curricular para la

elaboración de Programas de

Desarrollo Individual; y

la elabo-

ración de

Orientaciones y Programas para la

Educación Infan-

til.

La necesidad a la

que responde es doble. Por una parte

y

con

el fin

de

asegurar

la

.coherencia

y la continuidad entre to-

dos los

niveles

educativos se produce una toma

de

conciencia

progresiva de la

necesidad

o

al menos de la

conveniencia

de

que

todas

las

Orientaciones y Programas -desde

el

Parvulario

hasta la Enseñanza Secundaria

tanto en lo que concierne a la

educación

ordinaria

como

a

la educación especial- respondan

a

unos mismos principios básicos

y

adopten una misma

estruc-

tura curricular. Por

otra

parte los grupos de especialistas de

área y de

materia

responsables

de

la elaboración de las pro-

puestas curriculares

en

cada

uno

de los niveles educativos ma-

nifiestan la necesidad perentoria de unificar criterios homoge-

neizar en lo posible

la metodología

de

trabajo y adoptar

proce-

dimientos que eviten posibles solapamientos repeticiones la-

gunas incoherencias

e

incluso contradicciones

entre

sus res-

pectivas propuestas.

La respuesta

a

ambas necesidades consiste básicamente

en

Page 8: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 8/91

elaborar

un Modelo de

Diseño Curricular

que sirva

de

base co-

mún para confeccionar las propuestas

curriculares

de los dife-

rentes

niveles

y ciclos de la

educación

escolar.

La propia natu-

raleza de las necesidades

que están en

su origen determinan

las

características

del

modelo: ha de ser suficientemente flexible

para

atender

de

forma

adecuada a las

peculiaridades

de los di -

ferentes niveles

y

ciclos de la enseñanza pero, al

mismo

tiempo,

ha

de ser también

lo

suficientemente preciso

para

salvaguardar

la coherencia y la continuidad

del

proyecto educativo global a

cuyo servicio está, o

debe estar, toda

la

enseñanza.

La elaboración de un

modelo de

estas

características

es,

por

supuesto, una

tarea sumamente compleja que obliga

a tomar

un gran

número

de opciones:

sobre

la finalidad

de

la educación

y más concretamente, de la educación

escolar;

sobre las rela-

ciones

entre

la

educación escolar

y

los

otros tipos

de

prácticas

educativas vigentes en nuestra sociedad; sobre el papel que jue-

ga

el

aprendizaje

de determinados contenidos específicos

en

el

desarrollo de las

personas,

etc. Y

que

requiere además integrar

informaciones

que provienen de distintas

fuentes: del

análisis

socio-antropológico, del análisis disciplinar, del análisis de

la

práctica pedagógica

y del

análisis

psicológico.

Entre

todas estas informaciones,

las

que

tienen

su origen en

el análisis

psicológico,

es decir, las que se refieren a

los

proce-

sos de

aprendizaje

y de

desarrollo de

los

alumnos

y a

la

mane-

ra

de influir sobre estos procesos con

una

finalidad

educativa,

revisten a

mi juicio

una importancia crucial.

En primer lugar,

porque su pertinencia está asegurada cualesquiera que sean

el

nivel

educativo

y

el área

o materia

de aprendizaje

escolar en

que nos situemos. En

segundo

lugar, porque las

informaciones

que proporciona

el

análisis

psicológico son

útiles para

seleccio-

nar objetivos. y

contenidos,

para

establecer secuencias

de·

aprendizaje que favorezcan al

máximo

la asimilación de conte-

nidos

y el

logro

de

los objetivos,

para

tomar

decisiones

sobre

la manera de enseñar y por supuesto, para evaluar si se han

conseguido los aprendizajes prescritos en

la

extensión

y

pro-

fundidad

deseadas; en suma, porque afectan a

todos

los ele-

mentos que forman parte necesariamente de una propuesta cu -

rricular concreta.

El

peso

decisivo que

han

tenido las informacíonespsicope-

dagógicas en la confección del

modelo no implica

sin embargo,

en ningún

caso,

la adopción

de

una perspectiva reduccionista

de corte psicologizante en el tratamiento

de

las cuestiones

cu -

rriculares.

En

la

medida en que se parte

de

una

concepción de

la

educación en

general, y

de

la

educación escolar en

particu-

lar,

como fenómenos esencialmente

sociales,

el modelo rechaza

explícitamente

los enfoques

reduccionistas psicologizantcs

que

han gozado de una

cierta

aceptación en

determinados

círculos

durante los dos últimos decenios y

atribuye, por

el contrario,

una

importancia

.decisiva

a

las informaciones socio-antropoló-

gicas y

disciplinares

en

la elaboración

de propuestas curricula-

res

concretas.

Conviene,

a este respecto, subrayar la diferencia

que

existe

entre

un

Modelo de

Diseño

Curricular,

que

es

lo

que

encontrará el lector en este libro, y unas Propuestas Curricula-

res concretas, que

se elaboran siempre

de

acuerdo

con

un mo -

delo de curriculum más o

menos

explícito y

que

obviamente

no hay que buscar en las páginas que siguen. El Modelo de

Di-

seño Curricular presentado adopta claramente una perspectiva

psicopedagógica

que,

por las características que posee, lleva a

su vez a postular

la necesidad

de una

perspectiva socio-antro-

pológica y disciplinar

en

la elaboración de las propuestas

curri-

culares.

A

esta demanda,

p, estas necesidades

y a

estos

planteamien-

tos intenta responder la publicación, a mediados de 1986, del

Marc Curricular per a l'Ensenyament Obligatori (Secretaria

General Tecnica, Departament d Ensenyament

de

la Gerierali-

tat de Catalunya).

Durante los

meses

transcurridos

desde su

publicación

en

catalán,

el libro ha cumplido ampliamente las

funciones

que de él se

esperaba:

el modelo ha servido como

elemento integrador,

homogeneizador

y

cohesionador

en la

elaboración de propuestas

circulares para los

niveles de la

Educación

Infantil, del Ciclo Superior de

la

Educación Gene-

ral Básica, del Pritner y Segundo Ciclo de la Enseñanza Se -

cundaria, y también

para

la

elaboración

de Programas de De-

sarrollo Individual en estricta continuidad y coherencia con

las propuestas curriculares

ordinarias.

Pero

sobre

todo se

ha

convertido

en punto

de referencia

del debate

curricular

pro-

vocado por el

actual

proceso de reforma. La amplia utiliza-

ción

e

interés de que

ha

sido

y está

siendo objeto muestra has-

ta

qué

punto responde a unas necesidades

reales

que no se li-

mitan a

las sentidas por

los

responsables de la administración

educativa

y los especialistas de área o

materia

encargados de

la

elaboración

de propuestas

curriculares. No

obstante,

este

mismo

hecho ha llevado, como es lógico, a detectar algunas

lagunas

e

imprecisiones en

el

modelo

y a formular

valoracio-

8

Page 9: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 9/91

nes

críticas sobre

algunos

de

los elementos y propuestas que

contiene.

Estas

lagunas, imprecisiones y juicios críticos, en mi opi-

nión reales y acertados en la mayoría

de los casos,

no tienen

sin embargo por el momento suficiente

entidad

como para

aconsejar

una revisión global del modelo.

Esta

es la

razón

fun-

damental

por

la que la edición en castellano que hoy se

publi-

ca, y con la

que

se

aspira

a ampliar el debate,

no

introduce

ape-

nas modificaciones respecto a la edición original publicada en

catalán

en

1986. La

única

excepción

digna

de ser mencionada

es la

relativa

al apartado

sobre

El tratamiento de las necesida-

des

educativas

especiales en el ámbito

curricular , en

el

que

se

ha substituido la redacción original por otra más concisa que

pone

el

acento en

los

aspectos conceptuales de

la

continuidad

entre educación ordinaria educación especial.

Una últ ima consideración.

El Modelo

de

Diseño

Curricular

que

se

presenta en este libro ha sido elaborado

para

responder

a

unas necesidades concretas: favorecer

la

continuidad

y la

coherencia del 'proyecto

educativo

entre los diferentes niveles

de

la

educación escolar;

evitar

las consecuencias

negativas que

tiene para

los

alumnos la

falta de continuidad

y

de

coherencia

en

las propuestas

curriculares;

favorecer la coordinación y el

diálogo pedagógico entre los profesores de

los

distintos

niveles,

áreas y

materias. Tiene,

en consecuencia, una clara vocación

de ser

utilizable

con relativa facilidad y responde al propósito

de

ser

ampliamente utilizado. En la

medida

en que ambos pro-

pósitos se hagan

realidad,

existen

ciertamente

dos riesgos que

es

menester evitar a todo precio:

una

posible utilización f orma-

lista y

tecnicista que

se limite a incorporar los elementos termi-

nológicos;

y una reificación

del

modelo que conduzca a

usos

dogmáticos

del

mismo. Aunque

sea prácticamente imposible

impedir

estos usos perversos, una buena estrategia

para

hacer-

les

frente consiste

en subrayar

la importancia de

las

opciones

básicas l a educación

escolar

como práctica social y socializa-

dora

de

los

principios psicopedagógicos l a

.

concepción

constructivista

del

aprendizaje escolar de la

intervención

pe-

dagógica- que

están

en

la base del

modelo

y que consti tuyen

su punto de partida y su justificación. En últ imo término, el

modelo

no

es sino

una

posible

concreción,

entre

otras muchas,

de estas opciones y principios.

Las personas

que

han contribuido

directa

o

indirectamente

con

su apoyo, comentarios y críticas a la delimitación y articu-

lación progresiva

de

las ideas contenidas en este

libro

son

tan

numerosas que me es imposible

relacionarlas

nominalmente

sin cometer

omisiones

que,

no

por

involuntarias,

serán menos

injustas. En cualquier

caso,

no quiero dejar de expresar mi

agradecimiento

a Sara M.

a

Blasi ex

Directora General

de

Ense-

ñanza

Primaria de

la

Generalitat de

Cata

lunya, que

ha sido

particularmente

sensible

a

los beneficios que,

para

la

mejora

de la calidad

de la

enseñanza,

se

derivan de

un tratamiento

coherente, unificado

e integrador

de

las

cuestiones

curricula-

res;

a

Canne Amarós

y Climent Giné, quienes, al igual que otros

miembros

del

equipo

técnico

del Departament d'Ensenyament,

me han dado un apoyo contínuo y me han hecho sugerencias.

inestimables;

a M, Teresa Mauri e Isabel Gomez; cuya

experien-

cia en la formación inicial

del

profesorado, generosamente

brindada, se ha t raducido

en aportaciones

decisivas; y muy

es-

pecialmente, a los numerosos especialistas de área y de mate-

ria

encargados

de elaborar las propuestas curriculares que, con

sus consultas, comentarios y dudas,

han

orientado todo el pro-

ceso de

elaboración

del modelo.

Julio,

1987

10

11

Page 10: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 10/91

Capítulo 1

Introducción: antecedentes

y

objetivos

de

la propuesta

Este

trabajo se inscribe

en

el contexto

de

un

conjunto

de

ac-

tuaciones que, en

materia

de Ordenación Educativa y Curricu-

lar, ha

emprendido el

Departarnent d Ensenyament

de

la Gene-

ralitat

de

Catalunya

a

partir de

1980. La

búsqueda de

un marco

curricular

común

que tenga en cuenta las características de la

enseñanza

obligatoria y

que

responda a

las

necesidades

plan-

teadas

en los diferentes

niveles

de la misma es

una

consecuen-

cia directa

de

la dinárráca provocada

por

dichas actuaciones

y

al

mismo tiempo, un

intento

de

encauzarlas en la

dirección de

una

mayor coherencia al servicio de la mejora global del siste-

ma educativo.

1.1. Antecedentes

Las actuaciones del

Departament d Ensenyament

que cons-

tituyen

los

antecedentes

inmediatos del

marco curricular pro-

puesto

son los siguientes: las orientaciones y programas de Par-

vulario

y Ciclo Inicial de EGB; las orientaciones y programas

de Ciclo Medio de EGB; las

orientaciones

educativas

para

ni-

ños entre cero

y

seis años;

el

proceso

de

mejora

y

complernen-

tación

del

diseño curricular para

la elaboración de

Programas

de

Desarrollo Individual; el proceso de

reforma

y

experimenta-

ción

del Ciclo Superior de EGB; y el proceso de reforma y expe-

rimentación

del Primer Ciclo

de Enseñanza

Secundaria.

En el

transcurso de estas

actuaciones se

ha producido

una

toma de conciencia progresiva de la

necesidad,

o como

mínimo

de la conveniencia, de disponer de un marco curricular común

a todos

los niveles

educativos implicados.

Paralelamente,

y

como

consecuencia

del trabajo llevado a cabo en

primer

térrni-

13

Page 11: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 11/91

no desde el Servicio de Educación Especial y el Gabinete de

Ordenación Educativa de

la Dirección

General

de

Enseñanza

Primaria a l que se han venido a sumar con

posterioridad

los

esfuerzos

y las

aportaciones de

los

Gabinetes de Ordenación

Educativa de

las

Direcciones Generales de Formación

Profesio-

nal y de Bachillerato-, han ido

surgiendo

una serie de elerne-

tos concretos potencialmente susceptibles de configurar las

lí-

neas maestras de un marco curricular

común para

la

enseñan-

za

obligatoria.

El factor determinante de

esta situación ha

sido, sin lugar

a dudas, la

confluencia de

esfuerzos y planteamientos

que

se

produce

en un

momento

determir.ado

entre dos de las

actuacio-

nes anteriormente

mencionadas:

el

proceso de mejora

y

com-

plementacíón del Diseño Curricular para la

elaboración

de Pro-

gramas

de Desarrollo Individual

y el

proceso de reforma

y ex -

perimentación del

Ciclo

Superior de

EGB.

Entre 1979

y 1981, Y

en

el marco del

Plan Nacional

de Edu-

cación Especial, un nutrido grupo de profesionales

procedentes

de

diversos centros

del Estado

elaboran, bajo

los

auspicios

y

la

coordinación

del

Instituto

Nacional de Educación Especial,

un

Diseño

Curricular para la

elaboración de

Programas de Desa-

rrollo

Individual. Cuando

se publica

este documento en

1983,

se

ha producido

ya

el t raspaso

de

servicios y funciones del Es-

tado de la

Generalitat

en materia de

enseñanza

(Real Decreto

2808 1980 de 5 de octubre), e inmediatamente

se

aprueba

«el

plan de

presentación

y

complementación»

del Diseño Curricu-

lar

(Ordre del Conseller d Ensenyament de

20

de desembre de

1983;

Diari

Oficial

de

la

Generalitat de. 15 de febrer de 1984).

En el plan

se subraya

el

carácter

experimental

del

Diseño Cu-

rricular, se l lama la atención

sobre

los cambios legales y

con-

ceptuales

producidos en el

campo de

la

Educación Especial

desde el momento en que se inició su

elaboración,

se invita a

los profesionales

de

la

enseñanza

a

part icipar

en

una tarea de

revisión

realizando

nuevas aportaciones

y se

prevé

una «fase

de investigación para

la mejora y complementación del Dise-

ño»

(artículo

siete

de I Ordre

del Conseller d Ensenyarnent d e

20

de desembre

de

1983).

A finales de enero

de

1984, tienen lugar

unas

jornadas

de

estudio en

las que part icipan las

personas más directamente

implicadas en la puesta en marcha y coordinación del plan

aprobado.

En

su transcurso, se

hace una primera valoración

de

algunos aspectos del Diseño Curricular para la

elaboración

de

Programas de Desarrollo

Individual

y se

plantea, lógicamente,

el alcance

que

debe darse a la revisión, complementación y me -

joras

a

introducir en

el

mismo.

La

misma

preocupación

está

presente

en el Dictamen que la Direcció General d Ensenya-

ment

Primari solicita a

tres

asesores

externos

del Departamen-

to C. ColI, J. Sarramona y P. Vilarrubias) en el mes

de

junio

de

1984

con

el fin

de

determinar:

i)

las

posibles modificaciones que deben introducirse en

el

Diseño

Curricular elaborado: organización

por áreas curricula-

res, número y naturaleza

de

las

mismas,

establecimiento de ni -

veles,

estructura interna de las áreas

curriculares,

etc.;

í i) el grado

de

precisión que deben tener los objetivos edu-

cativos

que

figuran

en

el Diseño

Curricular:

objetivos

genera-

les, terminales, intermedios, específicos, operativos, etc.; .

í

ii)

las

posibles

modificaciones

que

deben

introducirse

en

la estructura

del

Diseño Curricular con el

fin

de facilitar la

complementariedad y la del mismo junto con

las

Orientaciones y

Programas

de 0-6 años,

Ciclo

Inicial; Ciclo

Me -

dio, Ciclo

Superior

de EGB

ya elaborados,

o

en

fase

de

elabora-

ción,

por

la Direcció-General

d Ensenyament

Primario

Asimismo, en

la

demanda de la Direcció General d Ensen-

yament Primari

se precisaba

que el Dictamen debía proponer

un

modelo global

de

Diseño Curricular

con

el fin de:

(a)

facilitar criterios

para la

selección de los proyectos de

investigación

cuya realización

estaba

prevista

en

el

plan

de

presentación y complementación;

(b) facilitar criterios

para

la

orientación

y seguírniento de

los proyectos de investigación seleccionados;

e)

definir inequívocamente

el

marco formal en

el que debía

llevarse a cabo el proceso de modificación, mejora y comple-

mentación

del Diseño Curricular a partir de los resultados de

las investigaciones y de las restantes actuaciones previstas en

el

plan.

El Dictamen sobre

«Modificaciones,

mejoras y complemen-

taciones

del Diseño Curricular para la elaboración

de Progra-

mas de Desarrollo Individual», finalizado en

noviembre

de

1984 y asumido

por la

Direcció

General

d Ensenyament Prima-

r

a principios de

1985,

propone

adoptar

una estructura formal

de Curriculum

que

no difiera

substancialmente

de

la adoptada

en las Orientaciones y

Programas

de la

enseñanza

ordinaria.

Asimismo, llama la

atención

sobre el hecho de

que

«la situa-

ción actual, con estructuras formales diversas no sólo en

la

pro-

14

15

Page 12: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 12/91

gramación

de los distintos

niveles

educativos, sino también

en

ocasiones en las diferentes

áreas curriculares

de un

mismo

ni-

vel educativo, dificulta enormemente el diálogo y la ref1exión

pedagógica

entre los profesores

obstaculizando

la

elaboración

de

proyectos pedagógicos de centro y la confección de

progra-

maciones que integren

las

diferentes áreas curriculares en una

aproximación globalizadora» (Dictamen, p.

2).

Con

el

fin

de pa -

l iar estas deficiencias, se sugiere que <da Direcció General

d'Ensenyament Primari

debería

tender al

desider turn

de

un

modelo relativamente uniforme de

estructura formal

de Diseño

Curricular para la

elaboración de las

Orientaciones y

Progra-

mas de

los

diferentes

niveles

educativos

(Dictamen, p. 2).

Consecuente con este planteamiento, básico por otra parte

para

hacer realidad

en el ámbito curricular los principios de

normalización

y

de integración

de todos los

alumnos en

el sis-

tema escolar ordinario, la propuesta formulada en el Dictamen

consistía en elaborar un Diseño Curricular Base que sería idén-

tico a las Orientaciones y Programas de

la enseñanza

ordinaria

y

que

adoptaría

una

estructura formal relativamente

uniforme

en

los diferentes niveles educativos; las necesidades

educativas

especiales de

los alumnos recibirían el tratamiento

curricular

adecuado

mediante

adaptaciones del Diseño

Curricular

Base a

la

naturaleza

de dichas

necesidades. Digamos aún

que

gran

parte del Dictamen

está. dedicado' a precisar los diferentes ele-

mentos

que debería incluir

el

Diseño Curricular Base

y a

pro-

porcionar elementos

para

su elaboración.

Precisamente en este punto el proceso de mejora y comple-

mentación del Diseño Curricular para la

elaboración de

Pro-

gramas de Desarrollo Individual entronca con el proceso de

re -

forma y experimentación del

Ciclo

Superior de EGB. La

refor-

ma

de la

EGB,

iniciada a nivel de Estado el año 1981 en el Ci-

clo Inicial y continuada el año

siguiente

en el Ciclo Medio, de-

bía culminar

en

1983

alcanzando

el

Ciclo Superior. Sin

embar-

go,

una serie

de

factores,

entre

los que

cabe

destacar

la doble

necesidad de una evaluación precisa del impacto de

la

reforma

en los Ciclos Inicial y Medio y

de

una coordinación con la refor-

m a

de la Enseñanza

Secundaria,

aconsejan

aplazar la

últ ima

fase

prevista

y

se inicia un

período

de experimentación en el

Ciclo

Superior cuyas líneas directrices empiezan a dibujarse a

lo

largo

de

1983.

Desde el primer

momento,

se pone de manifiesto la preocu-

pación por el

componente curricular de

la reforma, tanto en lo

que concierne las aportaciones de

los

representantes de Catalu-

nya a las

reuniones

de expertos convocadas por el

Ministerio

de Educación y Ciencia (Cardús, 1983;

Col

l,

1983),

como en el

propio planteamiento

inicial del

Gabinet d 'Ordenació

Educati-

va

d'Ensenyarnent Primari

(ver el documento «Predisseny

de

plantcjament

un

currículum de

Cicle

Superior d'EGB , pe

mayo de

1983).

A finales de 1983, se

constituyen

los diferentes grupos de

trabajo

que van

a

responsabilizarse

directamente de la reforma

de Ciclo

Superior

y

de su experimentación,

se precisan

las

fun-

ciones

de los mismos y se hace una primera propuesta de

tern-

poralización del proceso (ver el documento «Grups

de Treball

de Cicle Superior ,

de diciembre de

1983).

En

lo que

aquí

nos

concierne, destacaremos la

constitución

de

los grupos de espe-

cialistas de áreas curriculares

(ciencias;

lengua; matemáticas;

sociales;

lenguas extranjeras; expresión plástica, musical y

di -

námica; pretecnología) y

del

grupo de psico-socio-pedagogía.

Los primeros tienen,

como

objetivos

fundamentales, analizar

las programaciones de

Ciclo

Inicial

y

de

Ciclo

Medio

para ase-

gurar

la

continuidad

con

el

Ciclo Superior,

revisar

las conduc-

tas terminales propuestas por el

M.E.C., formular

una metodo-

logía

de

t rabajo para

las

diferentes áreas, analizar vías

de

in -

terdisciplinariedad y por

último,

elaborar los programas

de

Ciclo

Superior. Por

otra parte. la

tarea

del grupo

de

psico-so-

cio-pedagogía consiste en elaborar un

documento

que

contem-

ple las bases psicopedagógicas y sociológicas del Ciclo Supe-

rior, el diseño del curriculum del

ciclo;

su organización y la in -

fraestructurá necesaria.

Tan pronto como

los

grupos de especialistas de áreas

ini-

cian su cometido, se hace patente la necesidad de homogenei-

zar en lo posible la metodología de trabajo y el procedimiento

seguido para elaborar y presentar las programaciones en

las

di -

ferentes áreas. Esto obliga al

grupo

de psico-socío-pedagogía

a

centrar sus

esfuerzos,

en un

primer

momento, en diseñar un

modelo de curriculum compatible con las exigencias que se

plantean

desde las diferentes áreas curriculares. Tras algunos

tanteos

preliminares ColI, mayo 1984; octubre 1984),

seguidos

de un

análisis de la viabilidad

de las primeras propuestas en

las

áreas en

las

que

más se ha avanzado

en la programación

-concretamente,

lenguaje y ciencias sociales-, se llega a

una

propuesta de modelo

global para

la confección del Curriculum

de Ciclo Superior que es, precisamente, la que aparece expues-

16

17

Page 13: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 13/91

ta en el Dictamen ya mencionado

del

mes de

noviembre

de

1984

sobre

«Modificaciones, .mejoras y

complementaciones

del

D.C. para la

elaboración

de P.D.I.». Se produce, de este modo,

el

entronque

entre

ambas actuaciones

y,

además

de concretar

en el ámbito curricular los principios de

normalización

y de in -

tegración de los alumnos

con necesidades educativas especia-

les,

empieza

a

vislumbrarse

la posibilidad real de

avanzar

ha -

cia un

modelo

de curriculum común para los

diversos

niveles

de la enseñanza

obligatoria.

En el

mes

de

julio de

1984, se aprueba el «Pla

d experirnen-

tació de la reforma del

Cicle

Superior d EGB i del Primer

Cicle

d Ensenyament

Secu

ndar

i» (Ordre

del Conseller d Ensenya-

ment

del 23

de

juliol

de

1984; Diari Oficial de

la

Generalitat

de 8 d agost de 1984 , -en el que se deben enmarcar las acciones

futuras

de la

reforma.

A

principios

de

noviembre de

1984,

tie-

nen lugar unas jornadas de información y estudio

del

Diseño

Curricular

de

Ciclo

Superior de EGB en cuyo transcurso se de -

bate el

modelo propuesto,

se

valora

su

adecuación

a las

distin-

tas áreas curriculares, se explicitan

las

bases psicopedagógicas

y

sociopedagógicas de la reforma de Ciclo

Superior

(Gómez

y

Mauri,

1984;

Funes

y Roig, 1984) y se

presenta

un

diseño de

seguimiento de la

experimentación del curriculum

de

Ciclo

Su -

perior (Pérez Guede y Darder, 1984 . Sobre estos supuestos, se

inicia

la

experimentación, l imitada

durante el

curso

1984-85 a

6.° curso de EGB, a las áreas de lenguaje y de ciencias sociales

y a

un

número

reducido de centros.

Muy

brevemente, y

para

completar la

visión

de conjunto de

los

antecedentes

de la propuesta,

hemos

de señalar todavía que

la reforma

del Primer Ciclo

de Enseñanza

Secundaria,

iniciada

al

igual que la del

Ciclo

Superior de

EGB

durante el curso

1984-85 d e acuerdo

con l Ordre

del Conseller d Ensenyarnent,

del

23 de

julio

de

1984, ambas

reformas

se

abordan coordina-

damente->,

adopta

el

mismo

modelo de Diseño

Curricular,

que

ha

empezado

así a contrastarse

en

dos niveles educativos dis-

tintos

(EGB

y

Enseñanza

Secundaria),

tanto

en lo que concier-

ne a la enseñanza ordinaria como al tratamiento de las necesi-

dades

educativas

especiales.

1.2. Objetivos

La

descripción de

los

antecedentes recogida en el

apartado

anterior muestra con claridad que el

intento de

elaborar u na

propuesta de curriculum idónea para todos

los

niveles

de

la en -

señanza obligatoria

se inscribe, de hecho, en la propia dinámi-

ca

generada por

las actuaciones previas de la Direcció General

d Ensenyament Primari

en materia

curricular.

En

realidad, po -

demos afirmar que dicha propuesta

aparece

ya formulada en

líneas generales

en el

Dictamen

sobre «Modificaciones, mejoras

y

complementaciones

del Diseño Curricular

para

la elabora-

ción

de

Programas de Desarrollo

Individual» de

noviembre de

1984,

pues

la estructura formal del Diseño Curricular

Base

que

en

él se

perfila como punto de part ida

para abordar

las

necesi-

dades educativas especiales de los alumnos no se circunscribe

a un nivel

educativo

determinado,

aunque haya sido desarro-

llada y contrastada

en

el

Ciclo

Superior de EGB y

en

el

Primer

Ciclo

de la Enseñanza

Secundaria.

Es

obvio, no obstante,

que

el

Dictamen

de noviembre de

1984

responde

a

preocupaciones que tienen

su origen

en el

campo

de la educación especial y,

en

consecuen-

cia, desarrolla de manera muy sumaria el modelo de

currícu-

lum

propuesto,

sin

detenerse apenas en

la

discusión

y

justifica-

ción de las opciones

fundamentales

que lo sustentan. Por

otra

parte,

si bien es cierto

que,

al ser

adoptado

en

la experimenta-

ción de la

reforma

de Ciclo Superior y del Primer Ciclo

de

la

Enseñanza Secundaria durante el curso 1984-85,

ha

podido

mostrarse

su viabilidad

y probarse su utilidad,

la

contrastación

realizada ha puesto

igualmente

de relieve

la

ambigüedad y

la

falta

de precisión de algunos elementos

del

modelo.

Se trata

pues ahora, de acuerdo

con

el encargo

formulado

por la

Direcció

General

d Ensenyament

Primari de

retomar el

modelo de

curriculum propuesto

en

el

Dictamen

de

noviembre

de

1984 con el fin de:

explicitar y argumentar sus

supuestos

fundamentales;

-

eliminar en

lo

posible las

ambigüedades detectadas;

- precisar al máximo los puntos que carecen de una con-

creción

suficiente;

- introducir las modificaciones

que

aconsejan las dificul-

tades encontradas durante

el

primer año

de experimentación

de la reforma de Ciclo Superior y del Primer Ciclo de la Ense-

ñanza Secundaria;

18

9

Page 14: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 14/91

 

formular

sugerencias

sobre

el

procedimiento

a

seguir

en

Capítulo

2

el desarrollo de la propuesta; .

proponer actuaciones a

corto

y medio plazo en el marco

del madeja de

curriculum propuesto.

Fundamentos del Curriculum

Los problemas relacionados con el

curriculum

no son por

supuesto

los

únicos a resolver cuando se acomete una reforma

educativa, que debe

contemplar también

otros muchos factores

igualmente determinantes, en mayor

o menor

medida, del

gra-

do de éxito o

fracaso

de la empresa. Sin embargo, la importan-

cia crucial de las cuestiones curriculares no sólo

en

Ila fase

de planificación, sino también en la fase de ejecución- las

con-

vierte en uno de

los

pilares fundamentales de

cualquier

refor-

ma educativa. En efecto, en el curriculum

se

concretan y toman

cuerpo

una serie

de principios de índole diversa -ideológicos,

.

pedagógicos,

psicopedagógícos->

que, tomados

en

su

conjunto,

muestran la

orientación

general

del .sistema educativo. Elabo-

rar

un diseño curricular

supone,

entre

otras cosas, traducir di -

chosprincipios

en normas

de acción,

en

prescripciones educa-

tivas, con

el fin de elaborar un instrumento útil y eficaz

para

la

práctica

pedagógica,

El

curriculum es

un

eslabón que se

si -

túa entre la declaración

de

principios generales y su

traducción

operacional, entre

la

teoría educativa y

la práctica pedagógica,

entre

la planificación

y la acción, entre

lo que se prescribe

y

lo

que realmente

sucede

en

las aulas.

Así

pues,

es lógico que la

elaboración

del

curriculum

ocupe

un lugar

central

en los

pla-

nes de reforma educativa y que

se

le

tome

a

menudo

como pun-

to de referencia para guiar otras actuaciones (p.e., formación

inicial y

permanente

del profesorado, organización de los cen-

tros, confección

de materiales didácticos, etc.) y asegurar, en

último término, la coherencia de

las mismas.

En las páginas que

siguen,

expondremos los fundamentos y

las opciones básicas

que

subyacen al modelo

de

curriculum

propuesto. En

la medida

en

que

el

currículum

traduce y con-

creta inexorablemente la orientación general

del

sistema

edu-

20

21

Page 15: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 15/91

cativo, el primer punto está

dedicado

a expl icitar y justificar

brevemente el concepto de educación, así

como

sus relaciones

y vinculaciones con otros conceptos próximos, en

particular

los

de desarrollo, cultura y escolarización. Para si tuar el cu rricu-

lum en el contexto de la escolarización, es necesario precisar

previamente qué

se

entiende

por curriculum,

determinar sus

funciones

e

identificar sus principales elementos, pues

el

signi-

ficado y <\ extensión

del

término varían enormemente según

los

autores

y las orientaciones teóricas; este es el

objeto

del se-

gundo

punto. En

el tercero, se

pasa revista

a

las

fuentes del cu-

rriculum,

es decir, al tipo de informaciones

que deben tenerse

en cuenta para su elaboración, En gran parte, estas informacio-

nes

son específicas

para

cada currículum,

pues

varían

en

fun-

ción del lugar y del momento p.e., las informaciones que tie-

nen

su

origen en la

Sociología de la

Educación)

o del nivel

edu-:

cativo y

la

edad de

los alumnos

p.e., las informaciones que

tie-

nen su origen en

la naturaleza y

estructura

del

contenido

del

aprendizaje).

Hay

sin embargo un

conjunto

de informaciones,

las que provienen

del

análisis

psicológico de los procesos

de

de -

sarrollo

y

de aprendizaje, que son

relativamente

generales

y

que,

por lo tanto,

merecen

un

tratamiento

específico

en una

propuesta de modelo curricular

que

abarque toda la enseñanza

obligatoria; ésta

es

la

razón

por

la que, en el punto

cuarto,

se

analizan separadamente las

aportaciones

de la psicología al cu -

rriculum. En

el

quinto y últ imo punto se cierra esta exposición

de los fundamentos de la

propuesta

argumentos a favor de

un

modelo

de

curriculum

abierto y flexible que

incluye, no obs-

tante, varios niveles de concreción con el

fin

de potenciar al

máximo su utilización y su eficacia.

2.1. Desarrollo cultura.

educación

y escolarización

No habrá probablemente

discrepancia

alguna entre

los

pro-

fesionales de la educación si afirmamos que la finalidad

última

de ésta es promover el

crecimiento

de los seres humanos. Las

discrepancias surgirán con toda probabil idad en el momento

de definir

y

explicar

en

qué consiste

el

crecimiento educativo

y

sobre

todo,

de decidir el tipo de acciones pedagógicas más

adecuadas

para

promoverlo. La disyuntiva básica se

produce

entre

los

que lo entienden fundamentalmente como el resulta-

do de un proceso de desarrollo, en

buena interno a la

persona,

y los

que

lo

conciben más bien como

el resulta:do de

un proceso de aprendizaje, en

buena

medida externo a la per-

sona.

En

efecto,

el crecimiento personal

y social,

intrínseco a la

idea de

educación, puede vincularse

alternativamente

tanto

con el proceso de desarrollo como con el proceso de aprendiza-

je. Por

una

parte,

una

persona

educada

es

una persona

que

se

h desarrollado que ha evolucionado,

en

el sentido fuerte del

término, desde

niveles inferiores de adaptabil idad

al medio

fí-

sico y social hasta niveles superiores.

Pero,

por otra

parte,

como recuerda

con

acierto Calfee

I

98

1),

una

persona: educada

es una persona que ha asimilado, que ha interiorizado, que h

prendido en suma,

el

conjunto de conceptos, explicaciones,

destrezas, prácticas

y

valores que caracterizan u na cultura

de -

terminada, de

tal manera

que

es

capaz de interactuar

de

forma

adaptada con el medio físico

y

social en el seno de la misma.

La opción por una u otra de estas dos

interpretaciones

del

cre-

cimiento educativo

es

importante,

porque

conduce

a proponer

acciones pedagógicas diferentes que se plasman en el curricu-

lum.

Aunque la controversia es antigua, se ha visto

animada

en

las décadas de

los

6

y

de

los

7 por el auge

del

enfoque

cogni-

tivo-evolutivo inspirado en la teoría genética de J. Piaget y por

las aplicaciones

del mismo

al campo de

la

educación que han

sugerido algunos de sus partidarios. Kohlberg, por ejemplo, en

un

trabajo

clásico

publicado

en 1968

con el

título «Early Edu-

cation:

a cognitive developmental view», formulaba la tesis de

que los

aprendizajes

específicos que promueven muchos

pro-

gramas preescolares, pese a parecer positivos de manera inme-

diata - e s decir, a pesar de que se pueda constatar

un aprendi-

zaje efectivo de

los

niños- tienen. probablemente una repercu-

sión escasa o

nula

sobre su desarrollo a medio o

largo

plazo ..

Según Kohlberg, la exposición de los niños de

parvulario

a

si -

tuaciones

de

aprendizaje

no

específicas

como ras

que sugiere

la teoría

genética

de Piaget

con

profusión

de conflictos cogniti-

vos,

manipulaciones

directas con los objetos, etc.), situaciones

que

ponen en

juego

las operaciones básicas

de

la inteligencia

y

la

competencia

operatoria,

son

más apropiadas para inducir o

provocar efectos positivos a medio

y

largo plazo

sobre

el creci-

miento educativo.

En esta

interpretación

del

enfoque cognitivo-evolutivo,

el

crecimiento que debe potenciarse mediante la acción pedagógí-

22 23

Page 16: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 16/91

ca

es visto

más

como

un progreso

que sigue las líneas

n tur les

del desarrollo que orno un progreso que depende de aprendi-

zajes

específicos.

De hecho, la tesis de Kohlberg se inscribe en

una

tradición

de pensamiento según

la cual

los esfuerzos para

enseñar contenidos o destrezas específicas son, hasta cierto

punto,

fútiles. Lo que importa es la competencia cognitiva ge-

neral

y lo

único

que

puede

y

debe hacer la educación es refor-

zar

esta competencia,

que

está sometida

a las

leyes generales

del desarrollo, concretamente en el caso que nos ocupa a las

leyes

generales

del

desarrollo operatorio.

Los

años

70

han sido pródigos en

curricula y programas

de

parvulario y de enseñanza

básica

p.e.,

Karnii,

1970; Lawson,

1975;

Karplus,

1979; etc.)

inspirados

en

este enfoque cognitivo-

evolutivo que parte

del

principio

de que la finalidad últ ima de

la educación formal es promover en los alumnos el

avance

má -

ximo posible en

la secuencia evolutiva de

los

estadios

operato-

rios en preescolar, la operatividad concreta; en la enseñanza

básica,

la operatividad formal).

Llegar

a

estar educado, como

señala

D. Kuhn 1979), se equipara

de este modo con alcanzar

el.

nivel más alto

en una

secuencia de estadios evolutivos.

Las teorías estructurales del desarrollo la de Piaget es la

más conocida, pero

algo semejante Ocurre

con las de Wemer,

Kohlberg y otras) postulan direcciones y niveles universales del

desarrollo que pueden adoptarse como fines educativos,

es

de -

cir, que

pueden tomarse

como modelo de

lo que

debe

ser el

cre-

cimiento personal

promovido

por

la educación formal. Este

planteamiento se encuentra

explícitamente formulado

en el ar -

tículo programático

de Kohlberg

y

Mayer

publicado

en

1972

con el significativo

títúlo

de «Developrnent as the aim

of

educa-

tion».

Según

estos

autores, la

psicología del

desarrollo

constitu-

yeel

«único»

punto de part ida aceptable

para

formular metas

educativas porque elimina «el molesto problema de la plurali-

dad

de valores»; la secuencia de estadios del desarrollo

permite

establecer fines educativos «libres de valoración» en la medida

en que

representa

una

progresión

que se

produce

«de manera

natural».

Añadamos

todavía

que esta manera de

proceder se ve

a

menudo como un

antídoto a

la función

reproductora y

con-

servadora de la educación formal Del val, 1983) que pone el én -

fasis en aprendizajes

específicos.

Desde la otra

alternativa,

la que interpreta el crecimiento

educativo como el resultado

de aprendizajes

específicos, se

cri-

tica

el enfoque cognitivo-evolutivo y

se

denuncia el

carácter

circular de sus argumentos: si los

aprendizajes

específicos in -

t rodujeran modificaciones en

los

universales

del desarrollo

cognitivo

las

estructuras operatorias),

éstos

dejarían de ser

universales; lo que los define

como

tales es

precisamente

su

re -

lativa impermeabilidad a la influencia de factores ambientales

específicos.

Bereiter l970), en una réplica a la

tesis

de

Kohl-

berg

y

al

planteamiento

cognitivo-evolutivo en general, lo acu-

sa

de cometer un error

«categoríal », que

consiste en identifi car

el crecimiento educativo con

los

cambios de

las

personas

rela-

cionados con el desarrollo de los universales cognitivos y por

lo

tanto,

poco influenciables por

la

acción

educativa directa.

El enfoque de

Kohlberg,

argumenta Bereiter,

identifica

el

crecimiento educativo con cambios inexorables: según la teoría

genética, es

inexorable

s iempre que

no se

produzcan

trans-

tornos .graves o fuertes

carencias

de estimulación ambiental

que

los seres humanos progresen desde el estadio sensoriomo-

tor

al estadio

de las

operaciones

concretas y

desde

éste al

esta-

dio

de las operaciones formales. En consecuencia, si

estamos

interesados,

por ejemplo, en promover la

educación

preescolar,

es

absurdo plantear

c<JP o

meta que

los niños

alcancen

el

esta-

dio de las operaciones concretas, pues de todos modos lo alcan-

zarán sin necesidad

de ayudas específicas, ya que se trata

de

uno de los universales del

desarrollo

cognitivo. Si

queremos

mejorar

la capacidad intelectual de los niños de

parvulario,

y

en si queremos promover

su crecimiento

educativo, de -

bemos más bien

centrar los

esfuerzos en aprendizajes que pue-

den producirse o no producirse en función de que part icipen

en determinados tipos de

experiencias. El crecimiento educati-

. va concierne,

en primer

término,

los

cambios de la

persona

que

son

manifiestamente susceptibles

de ser

provocados

o facilita-

dos

mediante una

acción pedagógica directa.

l

argumento ha adquirido fuerza

en los

últimos

años

inclu-

so

entre

algunos

autores

que se

si tuan en

la

tradición

de la teo-

ría

genética. Así

por

ejemplo, Eleanor Duckworth, una discípu-

la

de

Piaget

que

ha part icipado en

la elaboración

de

un

intere-

sante programa de enseñanza de

las ciencias

e l African Pri-

mary

Science

Program

- ha retomado la polémica

en

un

suge-

rente trabajo titulado «o se

lo

enseñamos

iemasiado

pronto y

no

pueden aprenderlo o demasiado tarde y ya lo conocen: el

dilema de aplicar

Piagets

Duckworth,

1979).

La

tesis

de la au-

tora

es

que se t rata de un

falso

dilema.

l problema,

afirma,

reside

en

que

se

comete un

error

respecto

a lo

que

es el «quid»

4

25

Page 17: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 17/91

de la educación; en ocasiones, y buscando la justificación en la

teoría de

Piaget,

se ha

sostenido

que la educación debe consis-

tir

únicamente

en promover

la adquisición

de estructuras cog-

nitivas, Sin

embargo,

según la

teoría

de

Piaget,

estos

cambios

son los

únicos

por los que no tendría que preocuparse la educa-

ción

pues,

dejando

los

niños

a su propio

ritmo

y asegurándoles

una cantidad

suficiente de experiencias no específicas,

estas

adquisiciones

se

producen inexorablemente

con la

misma natu-

ralidad que

se aprende a andar o a

hablar.

El «quid»

de

la

edu-

cación no está, para Duckworth, en favorecer el

desarrollo

na -

tural, sino más bien en promover, habida cuenta

de

las poten-

cialidades intelectuales

del alumno, el

máximo

posible

de

co-

nocimientos t an to en

arnpl

i tud como en profundidad-, pues

son estos conocimientos los que no adquirirá sin

una

acción pe -

dagógica directa.

Resumiendo,' la controversia en

la

interpretación del

creci-

miento educativo se plantea en los siguientes términos: mien-

tras el enfoque cognitivo-evolutivo considera que

la

educación

debe tener como

meta última promover,

facilitar o, como máxi-

mo, acelerar

los

procesos

naturales

y

universales del

desarro-

llo, el enfoque alternativo considera que la

educación

debe

orientarse más

bien

a

promover

y facilitar

los

cambios

que de -

penden

de la exposición a situaciones específicas de

aprendi-

zaje.

En nuestra opinión, ambas posturas encierran

parte

de

ver-.

dad,

pero

traducen por

igual

una manera

incorrecta

de enten-

der las relaciones entre aprendizaje y

desarrollo que

debe ser

superada. En los dos

casos.f

los

procesos de desarrollo

v

de

aprendizaje se consideran prácticamente

como

indeperidtentes:

los

primeros

se atribuyen casi en

exclusiva

a una

dinámica

in-

terna a la

persona

y los segundos a una presión

externa. La

di -

ferencia reside en dónde se pone el acento, pero en las dos pos-

turas

se

da por supuesto que

la

única

relación

entre

ellos es de

tipo jerárquico;

o se subordina el

aprendizaje

al

desarrollo,

o

se subordina el desarrollo al aprendizaje.

Sin embargo, la idea de que existen procesos evolutivos y

procesos

de

aprendizaje

químicamente

puros debe desecharse ,

porque está en contradicción con algunas

aportaciones recien-

tes de la investigación psicológica. Las investigaciones antropo-

lógicas

y transculturales han

puesto de

relieve,

en

palabras de

Scribner y Cale (1973), <da universalidad de las capacidades

cognitivas básicas» (la capacidad de generalizar,

recordar,

for-

mar conceptos,

razonar lógicamente,

etc.) en todos los

grupos

culturales estudiados. No obstante, estas mismas investigacio-

nes

(Cale

et al t.,

1971; Cale

y

Scribner,

1974; etc.)

ponen

de re-

lieve la existencia de

diferencias en

la manera

de uti l izar

di -

chas capacidades en

situaciones concretas

de resolución de

problemas;

y, lo que es

más interesante, muestran que estas

di -

ferencias están relacionadas con los tipos

de experiencias edu-

cativas. Todo parece sugerir

que

hay unos universales cogniti-

vos,

pero su puesta en práctica

efectiva depende

de la naturale-

za

de

los aprendizajes específicos

que

favorecen

las experien-

cias educativas.

A

part ir de esta constatación, inspirándose fuertemente, por

una parte, en los trabajos pioneros

de

Vygotsky, Luria y Leon-

tiev,

y por

otra

en la investigación antropológica, ha surgido

un

nuevo

planteamiento

(Cale,

1981a; 1981 b)

que

supera

la

controversia

descrita reconciliando en un esquema

explicativo

integrador los procesos de desarrollo individual y el aprendiza-

je

de

la

experiencia humana culturalmente organizada

(lo que

hemos denominado

aprendizajes específicos). El

concepto de

educación que modelo de curriculum propuesto es

tributario de este planteamiento,

cuya

idea

básica

consiste en

rechazar

la

tradicional separación

entre

el individuo y la socie-

dad que suele introducir el análisis

psicológico.

En esta

óptica,

todos los

procesos

psicológicos que configu-

ran el crecimiento

de una persona

t an to los habitualmente

considerados evolutivos como'los atribuidos también habitual-

mente

a aprendizajes específicos- son el fruto de la

interac-

ción constante que mantiene

con

un medio ambiente cultural

m nt

organizado. La

interacciÓn

del

Ser humano con su

medio

está mediatizada

por

la Cultura

desde

el momento

mismo del

nacimiento, siendo los padres, los educadores,' los adultos y en

general,

los

otros

seres

humanos los principales

agentes

media-

dores. Gracias a

las

múltiples oportunidades que se le

presen-

tan de establecer relaciones interpersonales con los agentes me -

diadores, el ser

humano

puede desarrol lar 'los procesos psicoló-

gicos

superiores

s u competencia cognitiva->, pero dichos

procesos

aparecen siempre en primer lugar en la vida de

una

persona

en el

plano de la

relación interpersonal y,

en

conse-,

cuencia, sufren la mediación de los patrones culturales domi-

-nantes.

El crecimiento personal

es

el proceso mediante el

cual

el ser humano hace suya

la Cultura

del

grupo

social al que per-

tenece,

de

tal manera que en

este

proceso el desarrollo de la

6

27

Page 18: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 18/91

competencia cogrutrv está fuertemente vinculado al

tipo

de

aprendizajes específicos

y

en

general, al tipo

de

prácticas so-

ciales

dominantes.

Precisemos

rápidamente, para evitar malentendidos, que

el

concepto de

ultura se utiliza aquí

en un sentido muy

amplio,

próximo al de la antropología cultural. La Cultura, de acuerdo

con

Cale

y Wakai (1984,

pp.ó-Z),

engloba

múltiples

aspectos:

conceptos, explicaciones,

razonamientos,

lenguaje, ideología,

costumbres, valores, creencias, sentimientos, intereses, actitu-

des,

pautas

de

conducta, tipos de

organización familiar, labo-

ral, económica, social, tecnológica, tipos de hábitat , etc. En el

transcurso de su historia,

los

grupos

sociales

han encontrado

numerosas

dificultades y

han

generado

respuestas

colectivas

para poder superarlas;

la

experiencia así acumulada configura

su Cultura.

Llegamos de este modo al concepto de

Educación

que juega

un papel central en el

esquema

explicativo porque permite

comprender cómo se

articulan

en un todo unitario la Cultura

y el desarrollo individual.

Los

grupos sociales

ayudan

a sus

miembros

a asimilar

la

experiencia

culturalmente

organizada

y a convertirse, a

su

vez, en miembros activos y en

agentes de

creación

cultural, o lo que es lo

mismo,

favorecen su desarrollo

personal

en el

seno de la Cultura

del grupo,

haciéndoles

parti-

cipar en un conjunto de actividades

que,

globalmente

conside-

radas, constituyen lo que

llamamos Educación.

Así pues, la Educación

designa

el conjunto

de actividades

mediante

las

cuales un grupo asegura que sus miembros ad-

quieran

la

experiencia

social

históricamente acumulada

y cul-

turalmente organizada. Recordemos una

vez

más que los

ins-

trumentos cognitivos de

naturaleza

simbólica y

sus

usos, los

procesos psicológicos superiores, forman

parte

de esta expe-

riencia. Las actividades educativas adoptan diferentes modos

de organización

social según el

volumen

y

también

el

conteni-

do

concreto

del conocimiento cultural.

Por

ejemplo,

en el

caso

de

las sociedades primit ivas

con

un

escaso nivel de desarrollo científico y

tecnológico,

como algu-

nas tribus de cazadores o de pescadores estudiados por los an -

tropólogos, las actividades educativas

no suelen

estar

diferen-

ciadas de las actividades habituales de

los

adultos. La adquisi-

ción

por parte del

niño

de las pautas culturales -conocimien-

tos, conceptos, destrezas, valores, costumbres,

e tc

se consi-

gue

haciéndole

participar en la medida de lo posible en las ac -

tividades de los

adultos,

o simplemente por

observación

e imi-

o tación. En el otro extremo encontramos

las

actividades educa-

tivas típicas de las sociedades con un mayor nivel

de desarrollo

científico y tecnológico,

que

presentan una

organización

social

mucho más

compleja: son actividades

netamente diferenciadas

de

las actividades

habituales de los adultos,

responden

a unas

intenciones

propias y suelen llevarse a cabo

en

instituciones es-

pecíficamente habilitadas con este

fin

(las escuelas

y

otros cen-

tros

educativos). El

concepto

de

Escolarización

(Schooling) de -

signa

esta subcategoría de

actividades

educativas en cuyo

con-

texto,

por

otra

parte,

adquiere

plena

significación el tema del

curriculum

de la

enseñanza obligatoria.

Aunque

en las

páginas

siguientes nos referimos

de forma ex-o

elusiva a

la

escolarización, no

debe

olvidarse

que las activida-

des

educativas de esta naturaleza no son en absoluto las únicas

presentes

en nuestra sociedad.

Junto con

ellas, encontramos

otras actividades

educativas igualmente importantes (en

la

educación

familiar,

en la

educación

extraescolar,

en

la educa-

ción

que

impulsan los

medios de comunicación

social, etc.)

que

sería necesario tomar también en

consideración en

un análisis

holístico del fenómenoreducativo. o

2.2.

Consideraciones generales en torno

al

concepto

,de

currlculum

¿Qué papel juega el curriculum en las actividades educati-

vas escolares?

¿Qué elementos incluye? En

definitiva,

¿Qué

es

el curriculum? Esta

pregunta

es realmente difícil de contestar,

pues prácticamente cada

especialista tiene su

propia definición

con

matices

diferenciales.

Soslayaremos

el

debate sobre qué es

el curriculum y nos

limitaremos

a precisar qué se entiende

por

curriculum en la

propuesta

aceptando que hay otras concepcio-

nes posibles distintas

de

la

que

aquí se contempla, pero

sin

en-

trar en

polémica.

El

camino

que

lleva

a la formulación de

una

propuesta

curricular es más bien

el fruto

de una serie de deci-

siones sucesivas que el resultado de la aplicación

de

unos prin-

cipios firmemente establecidos unánim emente aceptados. Lo

que importa, en

consecuencia, es

justificar argumentar la

so-

lidez de las decisiones que

vayamos

tomando y sobre todo, ve-

lar

por la coherencia

del

conjunto.

El camino más

directo para precisar qué entendemos por

28

29

Page 19: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 19/91

currículum

consiste

en

interrogarnos ace rca de

las funciones

que debe cumplir y,

para

identificarlas, conviene

recordar

y

ampliar lo

que

hemos dicho en el

punto

anterior a

propósito

de la naturaleza de las actividades educativas escolares.

Esta

modalidad de

educación surge

cuando se

piensa que la simple

participación de

los

nuevos miembros del

grupo

en las activi-

dades habituales

de los adultos, así

como

su

observación

e

imi-

tación,

no bastan

para asegurarles

un

crecimiento personal

adecuado. Las actividades educativas escolares responden a la

idea de que hay

ciertos aspectos

del crecimiento

personal,

con-

siderados

importantes

n el

marco

de

la

cultura

del

grupo, que

no tendrán lugar

de

forma

satisfactoria,

o que no se producirán

en absoluto, a

no ser

que

se suministre

una

ayuda específica,

que se

pongan

en marcha actividades

de

enseñanza especial-

mente, pensadas

con

este

fin.

Son pues actividades que

respon-

den a una finalidad y que se ejecutan de

acuerdo

con

un

plan

de

acción

determinado, es decir, son actividades que

están al

servicio de

un

proyecto educativo. La primera función del cu-

rriculum,

su

razón de ser, es

la

de explic itar

el

proyecto l a s

intenciones

y el

plan

de

acc ión

que preside las actividades

educativas

escolares.

En

tanto que

proyecto,

el curriculum

es

una guía para los en -

cargados de desarrollarlo,

un

instrumento útil

para

orientar

la

práctica pedagógica, una ayuda para el profesot. Esta función

implica

que

no puede limitarse a enunciar una

sede

de intencio-

nes, de principios y de orientaciones generales

que,

al estar exce-

sivamente alejados de

la

realidad de las aulas,

sean

de escasa o

nula

ayuda para los

profesores. El

curriculum

debe

tener

en

cuenta las condiciones reales en las que vaa tener que llevarse a

cabo el proyecto,

situándose justamente entre ,

por una

parte ,

las

intenciones, los principios y las orientaciones generales y, por

otra, la práctica pedagógica. Es

función

del curriculum evitar

que

se

produzca

un

hiato entre

los dos

extremos; de ello depen-

de,

en

gran

medida, su

utilidad

y su eficacia como

instrumento

para orientar la acción

de

lo s

 profesores. Sin embargo, el

curri-

culum

tampoco

debe suplantar la

iniciativa

y

la

responsabilidad

de

los profesores convirtiéndolos en unos

instrumentos de

ejecu-

ción de un

plan

previamente

establecido hasta sus

más

mínimos

detalles.

Como proyecto que es, el curriculum no puede tener en

cuenta

los

múltiples factores

presentes

en

cada

una de

las

situa-

ciones

particulares en que se ejecutará (cf.la discusión del punto

2.5. sobre

curricula

abiertos y curricula cerrados).

Los componentes

del

currículum, los elementos que

con-

templa

para cumplir con éxito las

funciones

anteriores,

pueden

agruparse

en

cuatro capítulos:

1,° Proporciona informaciones sobre

qué

enseñar. Este ca-

pítulo incluye dos apartados: contenidos (este término designa

aquí

lo

que

hemos l lamado

en

el punto anterior <da experiencia

social

culturalmente

organizada»

y

se toma,

por

lo

tanto, en

su

más amplia

acepción: conceptos, sistemas

explicativos,

destre-

zas, normas,

valores,

etc.) y los objetivos (los procesos de

creci-

miento personal que

se desea provocar, favorecer

o facilitar

mediante

la enseñanza).

2.°

Proporciona

informaciones

sobre

cuándo

enseñar sobre

la manera de ordenar y secuenciar

los

contenidos y

objetivos.

En efecto, la educación formal

abarca

contenidos complejos e

interrelacionados y

pretende

incidir sobre diversos aspectos del

crecimiento personal del alumno, siendo necesario por lo

tanto

optar

por

una

determinada secuencia de

acción.

3.° Proporciona informaciones sobre cómo enseñar

es

de -

cir, sobre la manera

de

estructurar

las actividades de enseñan-

za/aprendizaje en las que van

a

part icipar

los

alumnos

con

el

fin de alcanzar

los objetivos propuestos en relación

con los con-

tenidos seleccionados.

4.° Proporciona informaciones sobre qué

cómo

y cuándo

evaluar. En

la

medida

en

que

el

proyecto responde

a unas

in -

tenciones,

la evaluación es

un

elemento indispensable

para

ase-

gurarse que la acción pedagógica

responde

adecuadamente a

las mismas y para introducir las correcciones oportunas en

caso contrario.

Estos cuatro capítulos están relacionados entre sí y se con-

dicionan

mutuamente, pues recogen diferentes aspectos de un

mismo

proyecto:

mientras

el primero (¿qué enseñarP)

explicita

las intenciones, los tres restantes (¿cuándo enseñar?; ¿cómoen -

señar?

¿qué,

cómo

y

cuándo

evaluar?) conciernen más bien al

plan de

acción

a seguir de acuerdo con dichas intenciones. Uno

de

los problemas

de

fondo en

la

elaboración del

curriculum re-

side en decidir cómo se deben

concretar

estos diferentes ele-

mentos má s adelante

veremos

que hay

varias

alternativas

posib les- yen

asegurar

la coherencia

de

todos ellos.

Resumiendo,

entendemos

el curriculum

como el

proyecto

que

preside

las actividades educativas escolares, precisa sus in-

tenciones

y proporciona

guías

de acción

adecuadas

y útiles

para

los profesores que tienen la responsabilidad directa de su

30

3

Page 20: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 20/91

ejecución,

Para ello, el

curriculum proporciona informaeiones

concretas sobre qué enseñar, cuándo enseñar, cómo enseñar

y

qué,

cómo

y

cuándo evaluar.

Este

planteamiento está próximo,

en

principio, al que defienden

autores como Stenhouse

J

984),

para quien

«Un

Curriculum es una tentativa

para comunicar

los principios y

rasgos esenciales

de

un

propósito educativo, de

forma

tal

que permanezca abierto

a

discusión crítica

y

pueda

ser trasladado efectivamente a la práctica» (op.cit., p. 29). Hay

sin embargo

un matiz

relativo a la extensión del

curriculum

que

conviene

aclarar antes de seguir adelante.

Para algunos

autores, entre los

que manifiestamente se

cuenta

Stenhouse, el curriculum incluye tanto la descripción

del proyecto educativo como el análisis

empírico de

lo que

realmente

sucede

en

las

aulas

cuando

el

proyecto

se lleva a

cabo;

esto explica,

por

ejemplo, que para Stenhouse el curricu-

lum deba

contemplar, además

de los

componentes que hemos

mencionado, una serie de principios para el estudio

empírico

de su aplicación.

Es

obvio que hay dos aspectos relacionados

con el

currículum.

el

Proyecto

o

Diseño

Curricular y su aplica-

ción,

y

que

ambos

están

íntimamente

conectados.

El

problema

reside, a

nuestro

juicio, en que, definido de

esta

manera am-

plia, el

curriculum termina por abarcar

la

totalidad

de elemen-

tos de la educación formal perdiendo así su carácter específico

y también su operatividad. Por

otra parte,

resulta difícil

admi-

t ir

que el

análisis empírico de

lo

que sucede. realmente en las

aulas pueda

reducirse al desarrollo o aplicación del curricu-

lurn, ...¡a menos que en él se incluyan absolutamente todos los

factores que, de

una

u otra manera, inciden sobre la

real idad

escolar

En lo que sigue, y con el

fin

de subrayar el carácter de pro-

yecto

del curriculum,

mantendremos

la

diferencia entre Proyec

to o Diseño Curricular y Desarrollo o plicación

del

Curriculurn

como

dos fases

de la acción educativa que

se

nutren mutua-

mente

pero

que no

se

confunden

sin más.

Una últ ima

precisión

terminológica

sobre

los conceptos

de

instrucción y de

currículum para terminar

con

este apartado

de

consideraciones

generales.

El término

«instrucción»

se

utili-

za habitualmente en un sentido amplio

como

sinónimo de

«educación forma)" y de «escolarización»; y en un sentido

limi-

tado para referirse

a

los componentes de metodología de la

en -

señanza, tanto en su vertiente

de

proyecto

como de

ejecución

efectiva (Laska,

1984).

Asimismo,

el término «curricufum» se

utiliza en ocasiones (por ejemplo, Johnson, 1967;

Novak,

1982),

en un sentido

mucho

más limitado que el que le hemos

atribui-

do

nosotros,

para referirse únicamente a los objetivos y a los

contenidos de la educación formal. Nuestra manera de enten-

der el Diseño Curricular

incluye

pues tanto aspectos curricula-

res en sentido

limitado

(objetivos y contenidos)

como

aspectos

instruccionales

(relativos

al

cómo enseñar).

2.3. Las

fuentes de Curriculum

El primer eslabón en la compleja cadena de

problemas

que

es

inevitable afrontar

y resolver

en

el

proceso de

elaboración

de un Diseño Curricular concierne sus fuentes.

¿Dónde

buscar

la información necesaria para

precisar las

intenciones objet i

vos y

contenidos-

y el plan de acción a seguir en la educación

escolar? Tradicionalmente, las respuestas a

esta pregunta

han

consistido

en

dar prioridad

a

una de las fuentes posibles de in -

formación

sobre todas

las otras

siguiendo

modas más

o menos

pasajeras,

o

adoptandojpuntos de

vista reduccionistas,

sin caer

en la

cuenta

de que la complejidad y heterogeneidad de facto-

res que concurren

en el Diseño

Curricular obliga necesariamen-

te a tomar, en consideración de forma simultánea informacio-

nes de origen y

naturaleza

distintos.

Ya

en

1949,

en

una obra clásica sobre

el

tema, R. Tyler se-

ñala

que, en lo que concierne a

los puntos

susceptibles

de pro-

porcionar información para seleccionar «sabiamente» losobje-

tivos l a afirmación pued e hacerse extensiva a

todo

el currícu-

lu m

- existe

una fuerte

discrepancia

entre tres posturas

defen-

didas respectivamente por los «progresistas», los «esencialis-

tas» y

los «sociólogos».

Los

primeros destacan

la

importancia

de estudiar al niño con el fin de descubrir sus intereses, sus

problemas, sus propósitos

y

sus necesidades,

siendo ésta

la in-

formación básica

para

seleccionar los objetivos. Los «esencia-

listas»,

por su

parte, consideran que los objetivos

deben

ex-

traerse de un análisis de la estructura interna de los contenidos

de la enseñanza, de las áreas de conocimiento.

Por

último, los

«sociólogos» tienden a si tuar la fuente de información princi-

pal

para seleccionar

los

objetivos en el análisis de la sociedad,

de sus

problemas,

de

sus

necesidades

y

de sus

características.

No es difícil

vislumbrar tras

estas

posturas otras

tantas alter-

nativas todavía

actuales

que otorgan la primacía

al

análisis

32

33

Page 21: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 21/91

psicológico, al análisis de la estructura

interna

de

las

discipli-

nas y al análisis

sociológico

respectivamente como

fuentes

del

Curriculum.

El punto de vista

de

Tyler sobre las

fuentes de

los objetivos

educativos es que las tres

aportan

informaciones necesarias,

pero ninguna de ellas

por

sí sola es

suficiente.

Este punto

de

vista es igualmente válido

cuando

se

aplica al Diseño Curricu-

lar en su conjunto. El análisis sociológico permite,

entre

otras

cosas, determinar las formas

culturales

o contenidos

-conoci-

mientos,

valores,

destrezas, normas,

etc.i--

cuya asimilación es

necesaria

para

que

el

alumno

pueda

devenir

un miembro acti-

vo de la sociedad y agente, a

su

vez, de creación cultural; per-

mite, asimismo, asegurar que

no

se produzca una

ruptura

entre

la actividad escolar del alumno y su actividad extraescolar. El

análisis

psicológico aporta

informaciones relativas

a los facto-

res y procesos que intervienen en el crecimiento personal

del

alumno, ayudando

de este

modo

a

planificar

de forma más efi-

caz la acción pedagógica. El

análisis

epistemológico de las dis-

ciplinas contribuye a separar

los

conocimientos esenciales de

los secundarios,

a

buscar

su .

estructura

interna

y

las relaciones

que existen entre

ellos,

siendo decisivas sus aportaciones para

establecer secuencias de actividades de aprendizaje que

facili-

ten

al

máximo la asimilación significativa.

A

estas tres

fuentes del

Curriculum

hay

que añadir todavía

una cuarta: la propia experiencia pedagógica. Un Diseño Curri-

cular

no surge

de la nada -y mucho menos

en

el

caso

de

la

enseñanza obligatoria

- sino que parte de una práctica

peda-

gógica que

aspira

a t ransformar y mejorar. Para ello, aporta

nuevos puntos

de

vista

y ofrece

alternativas, pero integra

tam-

bién

las experiencias que han

sido

exitosas. Por otra parte,

como proyecto

educativo que

es, el Diseño

Curricular

se con-

trasta

en la práctica pedagógica y tiene que estar permanente-

mente

abierto

a

las modificaciones

y

correcciones que se deri-

ven de

su

contrastación.

El

desarrollo

del

currículum.

retoman-

do

la

distinción que hemos introducido en el

punto

anterior, es

una

de las fuentes, si no la fuente

principal,

del proceso de ela-

boración,

revisión y

continuo enriquecimiento

del Diseño Cu-

rricular.

2.4.

Psicología

y

Curriculum

Aunque, como

hemos

visto,

en la elaboración

del

curricu-

lum

es

absolutamente imprescindible

utilizar

informaciones

que provienen

de

distintas fuentes,

las que tienen

su

origen

en

el análisis psicológico merecen, a nuestro parecer, un t rata-

miento especial.

En

primer

lugar

porque,

al

referirse

a

los pro-

cesos que subyacen

al

crecimiento personal, su pertinencia está

en

gran

parte asegurada

cualesquiera

que

sean

el nivel educa-

tivo

al

que corresponda al Diseño Curricular y las intenciones

concretas que persiga. En segundo lugar,

porque

inciden en

. mayor o menor medida sobre

los

cuatro bloques de componen-

tes principales del

curriculum.

En

efecto,

las informaciones

que

proporciona

el

análisis

psicológico

son

útiles para seleccio-

nar objetivos y

contenidos, para establecer secuencias de

aprendizaje que favorezcan

al máximo la

asimilación

significa-

tiva de

los

contenidos

y el logro

de

los objetivos, para tomar

decisiones respecto a la manera de enseñar y por

supuesto,

para

evaluar si

se han alcanzado los

ap

rerid izajes prescritos

en

la extensión

y

profundídad

deseados.

El tema de

las

aportaciones de

la

psicología al curriculum

y en general, a la educación

escolar

es muy complejo y no po -

demos abordarlo aquí

con

el detalle

que

exigiría un tratamien-

to correcto.

Nuestro

objetivo, mucho

menos ambicioso,

consis-

te en

poner de

relieve

algunas

aportaciones que son de

particu-

lar interés para

la elaboración

del Diseño Curricular y que, en

cualquier

caso,

impregnan el modelo propuesto. Queda pues

claro que

lo que sigue es

únicamente

una selección

y como

tal,

incompleta. La selecci6n no sólo afecta al volumen de aporta-

ciones potenciales, sino también

a

su orientación.

En el

mo -

mento actual, la Psicología de la Educación

no dispone

todavía

de un

marco

teórico unificado

y

coherente que permita dar

cuenta

de los múltiples

y

complejos aspectos implicados

en

los

procesos de crecimiento personal y de la influencia que sobre

eUos ejercen

las actividades educativas

escolares. No dispone-

mos aún de una teoría comprensiva de la instrucción con apo-

yatura

empírica

y

teórica

suficiente

para

utilizarla como

fuente

única de informaci6n. Tenemos,

eso

sí, múltiples

datos

y

teo-

rías que

proporcionan informaciones parciales pertinentes.

El

problema

reside en que a menudo

estas

aportaciones no son fá-

cilmente

integrables,

pues responden

a concepciones distintas

del

funcionamiento

psicológico.

34

35

Page 22: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 22/91

Ante

este estado de cosas, la alternativa consiste en huir

tanto de un eclecticismo fácil, en el que pueden

encontrar

jus-

tificación prácticas pedagógicas contradictorias, como de un

purismo excesivo que, al centrarse en una única teoría psico-

lógica, ignore

aportaciones

substantivas y pertinentes de la in-

vestigación

psicoeducativa

contemporánea.

Nuestro

marco

de

referencia concreto es

un

conjunto

de

teorías

y

de explicacio-

nes

que,

si

bien mantienen

entre sí discrepancias importantes

en numerosos puntos, part icipan de una serie de principios

comunes o, al menos, no

contradictorios.

Son estos principios

los que deben mantenerse en el Diseño Curricular.

Grosso modo, el marco de referencia

está

delimitado

por

lo que podemos denominar enfoques

cognitivos

en

sentido am-

plio. Entre ellos nos parecen part icularmente importantes

la

teoría genética de J. Piaget de

sus

colaboradores de la escuel

de Ginebra tanto

en

lo que

concierne la

concepción

de

los pro-

cesos

de cambio, como las formulaciones

estructurales

clási-

cas de desarrollo operatorio y las elaboraciones

recientes

en

torno a las

estrategias

cognitivas y

los

procedimientos de re-

solución de problemas;

la teoría de la

ctivid d en las

formu-

laciones de

Vygotsky,

Luría y 'Leontiev y en sus desarrollos

posteriores (Wertsch, Forman, Cazden, etc.), en

particular

en

lo que se

refiere

a la

manera

de entender

las

relaciones entre

aprendizaje

y desarrollo y

la importancia acordada

a

los pro-

cesos de

relación interpersonal; la prolongación de

estas

tesis

en

los

planteamientos de la Psicología Cultural tal como apa-

rece enunciada en

los

trabajos de M.

Cole

y de sus colabora-

dores

del Laboratory

of

Comparative

Human Cognition

de la

Universidad de

California,

que integra

los

conceptos de desa-

rrollo, aprendizaje, cultura y

educación

en un esquema expli-

cativo unificador;

la teoría del aprendizaje verbal

signific tivo

de

O.P. Asubel

y

su

prolongación

en

la

teoría de la simil ción

de R.E. Mayer,

especialmente dirigidas

a

explicar el

aprendi-

zaje

de

bloques

de

conocimiento altamente

estructurados; las

teorías de los esquem s (Anderson, Norman, Rume hart, Mins-

ky, etc.) que, inspiradas

en

los principios del

enfoque de

pro-

cesamiento humano de

la

información,

postulan que

el

cono-

cimiento

previo, organizado

en unidades significativas y

fun-

cionales, es un factor decisivo en la realización de nuevos

aprendizajes; y

la teoría de la

el bor ción de M.D. Merrill y

Ch.M. Reige uth,

que constituye

un

interesante intento

de

construir una

teoría

global

de la

instrucción, intento todavía

inconcluso, pero

muy

sugerente y útil para aspectos centrales

del Diseño Curricular como la selección

y

organización de

con-

tenidos.

Los

principios básicos compartidos, o no contradictorios en -

tre sí, de estos enfoques, que vamos a enunciar seguidamente

de forma muy sucinta y un tanto categórica por razones de bre-

vedad,

no

son prescripciones

educativas

en

sentido

estricto,

sino

más bien principios

generales, ideas-fuerza,

que impreg-

nan todo el Diseño Curricular y encuentran un reflejo en la ma -

nera de entender

la

concreción de sus elementos, en las decisio-

nes

relativas a

su estructura

formal y

en

las sugerencias que

conciernen

su

desarrollo

y

aplicación.

1. La repercusión de las experiencias educativas formales

sobre el crecimiento

personal

del alumno está fuertemente

con-

dicionada,

entre otros factores, por

su nivel

de desarrollo opera-

torio.

La psicología genética ha

estudiado

este

desarrollo d.

Piaget e Inhe lder, 1969; Delval, 1983; Coll y

Gill

ieron,

1985)

y

ha

puesto

de relieve

la existencia

de unos

estadios que, con

pe -

queñas

fluctuaciones de <los márgenes

de edad, son

relativa-

mente universales en

sucórden

de

aparición.

A

cada

uno de

los

grandes

estadios

de desarrollo

(sensoriomotor:

0-2 años

aproxi-

madamente; intuitivo o preoperatorio: 2 617 años aproximada-

mente;

operatorio concreto: 7-10/11 años aproximadamente;

operatorio

formal:

11-14/15 años aproximadamente) correspon-

de una forma

de organización mental, una

estructu.ra intelec-

tual, que se t raduce en unas determinadas posibil idades de ra -

zonamiento y de aprendizaje a partir de

la

experiencia. El

Di-

seño

Curricular

debe

tener

en

cuenta

estas

posibilidades no

sólo en lo que concierne a la

selección de

los

objetivos

y de

los

contenidos, sino

también

en la manera de planificar las activi-

dades de aprendizaje de forma

que

se ajusten a las peculiarida-

des de

funcionamiento de

la organización

mental

del

alumno.

2.

La repercusión

de

las

experiencias

educativas

formales

sobre e crecimiento personal del alumno está igualmente con-

dicionada por los conocimientos previos pertinentes con

que

ini-

cia

su

participación

en

las

mismas

(Ausubel, 1977;

Reif y

He -

ller, 1982). Estos conocimientos pueden

ser

a

su

vez el resulta-

do de experiencias

educativas anteriores

-escolares

o

o

o

de aprendizajes espontáneos; asimismo, pueden estar más o

menos

ajustados a las exigencias de las nuevas situaciones de

aprendizaje y ser

más

o menos correctos. En

cualquier

caso, de

lo que

no hay

ninguna

duda es

de que e alumno que inicia

un

36

37

Page 23: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 23/91

nuevo

aprendizaje escolar lo

hace

a partir

de

los

conceptos,

concepciones, representaciones y

conocimientos

que

ha

cons-

truido en su

experiencia previa

y los utiliza como instrumentos

de lectura y de interpretación que

condicionan

el resultado del

aprendizaje. Este principio debe tenerse especialmente en

cuenta en el establecimiento de secuencias de aprendizaje, pero

posee

también

implicaciones

para

la metodología de

la

ense-

ñanza

y para

la evaluación.

3. Tener en cuenta el nivel

del

alumno en la elaboración y

aplicación

del Diseño Curricular exige tener en cuenta simultá-

neamente los dos

aspectos

mencionados.

Lo

que

un

alumno es

capaz de hacer y de aprender en un momento determinado _

exponente

de

su nivel

de crecimiento

personal- depende

tanto

del

estadio

de

desarrollo

operatorio en que se encuentra como

del

conjunto de

conocimientos que ha

construido

en

sus expe-

riencias previas de

aprendizaje.

Las actividades

educativas es -

colares tienen como finalidad última promover el crecimiento

personal

del alumno en esta

doble vertiente

mediante

la asimi-

lación y el

aprendizaje

de la experiencia social culturalmente

organizada:

conocimientos, destrezas, valores,

normas,

etc.

4. Hay que establecer una

diferencia.entre lo

que el alumno

es capaz de hacer y de

aprender

por sí solo f ru to de los dos

factores señalados- y lo que es capaz de

hacer

y

de

aprender

con la ayuda y el concurso

de

otras

personas,

observándolas,

imitándolas, siguiendo sus

insjr ucciones

o colaborando con

ellas. La distancia

entre estos

dos puntos, que Vygotsky

l lama

Zona de Desarrollo

Próximo porque

se

sitúa

entre

el

nivel

de

desarrollo efectivo y el nivel de desarrollo potencial

Vygotsky,

1977; 1979),

delimita

el margen de incidencia

de la

acción

edu-

cativa, En

efecto,

lo que en un

principio

el

alumno

únicamente

es capaz

de

hacer o

de

aprender con la ayuda de los

demás,

podrá hacerlo o aprenderlo

posteriormente

por sí solo. Desa-

rrollo,

aprendizaje

y

enseñanza

son tres

elementos relaciona-

dos entre sí: el nivel de desarrollo efectivo condiciona los posi-

bles

aprendizajes que

el alumno

puede realizar

gracias a la en-

señanza,

pero ésta, a

su

vez,

puede

llegar a modificar el nivel

de desarrollo

efectivo del alumno

mediante

los aprendizajes

que promueve.

a

enseñanza

eficaz

es pues l que parte del

nivel

de

desarrollo

del alumno, pero no para acomodarse a él, sino

para hacerlo progresar a

través

de su Zona de Desarrollo Próxi-

mo,

para

ampliarla y

generar,

eventualmente, nuevas Zonas de

Desarrollo Próximo. En

los

puntos siguientes, veremos algunos

requisitos que deben cumplir

los aprendizajes

escolares para

tener este impacto

sobre

el

crecimiento personal

del alumno.

S.

La cuestión

clave

no reside en

si

el aprendizaje escolar

debe conceder

prioridad

a

los

contenidos o a

los

procesos,

con-

t rariamente a lo que sugiere la

polémica

al uso, sino en asegu-

rarse de que

sea significativo. La

distinción

entre aprendizaje

significativo

y

aprendizaje

repetitivo,

acuñada

en

el

marco

de

un intento

de

construir una teoría del aprendizaje escolar Au-

subel ,

1968;

1973), concierne al vínculo entre el nuevo

material

de

aprendizaje

y

los

conocimientos previos del

alumno:

si el

nuevo material

de

aprendizaje se relaciona de forma substanti-

va

y no

arbitraria

con lo

que

el alumno

ya

sabe, es

decir,

si es

asimilado a su estructura cognoscitiva, estamos en presencia

de

un aprendizaje significativo;

si,

por

el

contrario,

el alumno

se limita a memorizarlo sin establecer relaciones con sus cono-

cimientos previos, estamos en presencia de

un

aprendizaje re -

petitivo,

memorístico

o mecánico.

Mediante la realización de aprendizajes significativos, el

alumno construye

la realidad atribuyéndole

significados.

La re -

percusión

del

aprendizaje

escolar sobre

el

crecimiento personal

del alumno es tanto mayor cuanto más significativo

es,

cuantos

más significados

le

permite construir.

Así

pues, lo

verdadera-

mente importante es que el

aprendizaje

escolar d e conceptos,

de procesos, de valores- sea significativo.

Nótese el papel destacado que

juega

el

conocimiento previo

del alumno en el aprendizaje significativo. En efecto, «el factor

más

importante

que

influye

sobre

el aprendizaje

es

la cantidad,

claridad y organización de los conocimientos que ya tiene el

alumno. Estos

conocimientos

ya presentes

(en

el momento de

iniciar el aprendizaje), constituidos por hechos, conceptos,

re -

laciones, teorías y otros datos de origen no perceptivo, de los

que el alumno puede disponer

en

todo momento, constituyen

su

estructura

cognoscitiva» (Ausubel

y

Robinson,

citados

por

Novak,

1982).

6.

Para que

el

aprendizaje

sea significativo, deben

cumplir-

se

dos

condiciones. En

primer

lugar, el contenido debe ser po -

tencialmente significativo, tanto desde el punto

de

vista de su

estructura interna (significatividad lógica: no debe ser arbitra-

rio ni confuso), como

desde

el punto

de vista

de

su

posible asi-

milación

(significatividad psicológica:

tiene

que haber, en la

estructura cognoscitiva del alum no,

elementos

pertinentes y

re -

lacionables). En segundo lugar, se ha de tener

una

acti tud fa-

38

39

Page 24: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 24/91

vorable

para

aprender significativamente,

es

decir, el alumno

debe estar motivado

para

relacionar lo que aprende

con lo

que

ya sabe. Este

segundo

requisito es una

l lamada

de

atención

so -

bre

el papel decisivo

de los

aspectos motivacioriales. Aunque el

material

de aprendizaje sea potencialm ente significativo,

lógi-

ca y psicológicamente, si el alumno tiene una

predisposición

a

memorizarlo repetitivamente

(¡a

menudo requiere menos

es-

fuerzo y es más sencillo

hacerlo

de este modol). los resultados

carecerán

de significado y tendrán

un

escaso

valor

educativo.

Asimismo, el mayor o menor grado de

significatividad

del

aprendizaje

dependerá en gran parte de

la

fuerza de esta ten-

dencia a aprender significativamente: el alumno puede conten-

tarse con adquirir

conocimientos

vagos o difusos o, por el con-

trario,

puede esforzarse por construir

significados

precisos;

puede

conformarse

con

establecer

una

relación puntual o

pue-

de tratar de integrar nuevo material

de

aprendizaje con el ma -

yor número

posible

de

elementos

de su estructura cognoscitiva.

Inversamente, no

debe

olvidarse, sin

embargo, que la

motiva-

ción favorable para

aprender

significativamente de

nada sirve

si no se cumple la

condición

de

que

el

contenido de

aprendizaje

sea

potencialmente

significativo en la doble vertiente lógica y

psicológica.

7. La significatividad del aprendizaje está muy directamen-

te vinculada con su funcionalidad

Que

los conocimientos ad-

quiridos -conceptos, destrezas, valores, normas,

etc .

sean

funcionales, es decir, que puedan ser efectivamente ut

ilízados

cuando las circunstancias en

que se

encuentre el alumno lo exi-

jan,

debe

ser

una

preocupación

constante de la

educación esco-

lar. Cuanto

más numerosas

y complejas sean

las relaciones es -

tablecidas entre el

nuevo

contenido de aprendizaje y los ele-

mentos

de

la estructura congnoscitiva,

cuanto

más profunda

sea su asimilación, en suma, cuanto mayor sea el grado desig-

nificatividad

del

aprendizaje realizado, tanto

mayor

será tam-

bién su funcionalidad, pues podrá

relacionarse

con un abanico

más amplio de

nuevas situaciones

y de nuevos

contenidos.

8. El

proceso

mediante el

cual

se produce el aprendizaje

significativo requiere

una

intensa

actividad

por

parte

del alum-

no,

que

debe establecer

relaciones

entre el

nuevo

contenido y

los

elementos ya disponibles en su

estructura

cognoscitiva;

juz-

gar

y

decidir la mayor pertenencia

de

éstos; matizarlos, refor-

mularlos,

ampliarlos

o diferenciarlos

en

función

de las nuevas

informaciones;

etc. Esta

actividad, como queda

patente,

es

de

naturaleza

fundamentalmente interna

y no

debe identjficarse

con la

simple manipulación

o exploración

de

objetos y de

situa-

ciones; este

último

tipo de actividad

es

un medio que puede

utilizarse en la educación escolar y

un

medio

privilegiado

en

determinadas situaciones y en determinados momentos evolu-

t ivos

para

estimular

la actividad

cognitiva interna

directa-

mente implicada en e aprendizaje significativo. No

debe

iden-

tificarse,

en consecuencia,

aprendizaje por descubrimiento

con

aprendizaje significativo. El descubrimiento como método de

enseñanza, como manera de

plantear las

actividades

escolares,

es sólo una de las vías posibles para llegar al aprendizaje signi-

ficativo;

pero ni es la

única

ni consigue siempre su propósito

inexorablemente.

9. Es

necesario

proceder a

una

reconsideración del papel

que se atribuye habitualmente a la memoria en el aprendizaje

escolar.

Debe

distinguirse

la memorización mecánica y

repeti-

tiva, que

tiene

un escaso

o nulo interés

para

el

aprendizaje

sig-

nificativo,

de

la memorización comprensiva, que es por

el con-

t rario

un

ingrediente

fundamental

de

mismo.

La memoria

no

es

sólo

el

recuerdo de 9

aprendido,

sino la base

a

partir

de

la

cual se

abordan

nuevos aprendizajes (Norrnan, 1985; Chi,

1985). Cuanto

más rica sea la estructura cognoscitiva del alum-

no

e n elementos y en relaciones-, mayor será la probabili-

dad de que pueda construir significados nuevos, es

decir,

ma-

yor será su capacidad de aprendizaje significativo.

Memoriza-

ción

comprensiva, funcionalidad

del conocimiento y aprendiza-

je

significativo son

los

tres

vértices de

un

mismo triángulo.

10. Aprender a aprender

sin lugar

a dudas el

objetivo más

ambicioso y al mismo t iempo irrenunciable de

la

educación

es-

colar,

equivale a ser capaz

de

realizar aprendizajes significati-

vos

por

solo

en una amplia gama de

situaciones

y

circunstan-

cias.

Este

objetivo

recuerda

la importancia que debe otorgarse

en

el aprendizaje

escolar

a la adquisición de estrategias cogni-

tivas de exploración y

de descubrimiento, así

como

de

planifi-

cación y de regulación de la propia actividad. Estas estrategias,

sin embargo,

una vez

adquiridas, quedan integradas

en

la

es -

tructura

cognoscitiva del alumno, y su significatividad y

fun-

cionalidad está en función de la riqueza de la misma, de

los

elementos que la configuran

y

de la red de relaciones que las

conecta.

En otros términos, la adquisición de los procesos o es -

trategias que

subyacen

al

objetivo

de aprender a aprender

no

puede contraponerse a la adquisición de otros contenidos (he-

40 4

Page 25: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 25/91

chos, conceptos o

valores). Cuanto mayor sea

la riqueza de

la

es t ructura cognoscitiva

-cuantas

más cosas

se

conozcan sigrii-

ficativamente-, tanto

mayor

será

la

funcionalidad

de

estas es-

trategias en las nuevas situaciones de

aprendizaje.

11. La estructura cognoscitiva

del alumno,

cuyo papel

cen-

tral

en la realización de aprendizajes significativos

ha

sido

puesta

de relieve en los

puntos anteriores, puede

concebirse

como

un conjunto

de esquem s

de conocimiento Anderson,

1977; Merrí

ll y

otros, 1981;

Hewson y

Posner, 1984; etc.). Los

esquemas

son «un conjunto

organizado de

conocimiento oo.)

pueden contener tanto conocimiento como

reglas para

utilizar-

lo, pueden

estar

compuestos de referencias a otros esquemas

...)

pueden ser específicos

.oo)

o generales»

Norrnan, 1985, pp.

75-76),

«Los

esquemas son estructuras de datos para represen-

tar

conceptos

genéricos almacenados en

la

memoria aplicables

a objetos, situaciones,

sucesos, secuencias

de

sucesos,

acciones

y secuencias

de

acciones.»

Un esquema de

conocimiento

puede

ser

más o menos rico

en

informaciones

y

detalles, poseer un grado de organización y

de coherencia interna variables

y

ser más

o

menos válido, es

decir, más

o

menos adecuado

a

la realidad. Los diferentes es-

quemas de

conocimiento

que conforman

la

estructura cognos-

citiva pueden mantener

entre sí

relaciones

de extensión y com-

plejidad diversa. Todas

las

funciones que hemos atribuido a

la

estructura

cognoscitiva

del alumno

en

la

realización ele

apren-

dizajes significativos implican directamente los esquemas de

conocimiento:

la nueva información adquirida

se

almacena

en

la

memoria

mediante su incorporación y asimilación a uno o

más

esquemas;

el

recuerdo

de

los

aprendizajes previos

queda

modificado por la construcción de nuevos esquemas: la memo-

ria es

pues

constructiva;

los

esquemas pueden distorsionar la

nueva información forzándola a acomodarse a sus exigencias;

los

esquemas permiten hacer

inferencias en situaciones

nuevas;

los esquemas integran conocimientos puramente conceptuales

con destrezas, valores, actitudes,

etc.; aprender

a evaluar y a

modificar los propios esquemas de conocimiento

es

uno de los

componentes

esenciales

del aprender

a aprender; cf.

Gagné

y

Dick,

1983).

12.

a modific ción

de los esquem s de

conocimiento del

lumno

-revisión,

enriquecimiento, diferenciación, construc-

ción y

coordinación progresiva-

es el

objetivo

de la

educación

escolar. Inspirándonos en

el

modelo de equilibración de las

es-

t ructuras cognitivas de

Piaget

I975), podemos

caracterizar la

modificación

de

los

esquemas

de

conocimiento en

el

contexto

de la educación escolar como un proceso de

equilibrio inicial

-

desequilibrio- reequ

il

ib r

io

posterior

Coll,

1983b).

El primer paso

para conseguir que

el alumno

realice

un

aprendizaje significativo consiste

en

romper

el

equilibrio

ini-

cial

de sus

esquemas respecto

al

nuevo contenido de aprendiza-

je.

Si la

tarea

es

totalmente ajena.

o

está excesivamente alejada

de

los esquemas del alumno, éste

no

puede atribuirle significa-

ción alguna y el proceso de enseñanza/aprendizaje se bloquea.

Si,

a

pesar

de

ello,

se fuerza la

situación,

el

resultado más pro-

bable es un aprendizaje

puramente

repetitivo.

A

la inversa,

cuando la tarea

plantea

unas

resistencias mínimas o es

inter-

pretada

en su totalidad -correcta o

incorrectamente-

con

los

esquemas disponibles, el aprendizaje resulta igualmente

blo-

queado. La exigencia de

romper

el equilibrio inicial del alum-

no

remite

a cuestiones

clave

de

la metodología de enseñanza:

establecimiento de un desfase adecuado entre la tarea

..

de

aprendizaje

y

los

esquemas

del

alumno;

utilización de

incenti-

vos motivacional

es

qua-favorezcan

un

desequilibrio óptimo;

presentación de la

tarea de una

forma

adecuada;

toma

de con-

ciencia del desequilibrio

y

de sus causas como motivación in -

trínseca para superarlo; etc.

No basta, sin embargo, con conseguir que

el

alumno se de-

sequilibre, tome

conciencia de ello y

esté

motivado

para

supe-

rar

el

estado de desequilibrio. Este es únicamente

el

primer

paso hacia el aprendizaje significativo.

Para que

llegue a térmi-

no,

es preciso además

que pueda

reequilibrarse

modificando

adecuadamente

sus

esquemas o construyendo unos nuevos. La

reequilibración no

es

por supuesto automática ni necesaria

en

el caso

de los esquemas

de

conocimiento, sino que

puede

pro-

ducirse

o no y

tener mayor

o menor

alcance según la naturale-

za

de

las actividades

de

aprend.caje,

en suma, según

el

grado

y el tipo de ayuda pedagógica.

13. La

visión de

conjunto

que resulta de

esta

apretada

sín-

tesis de

algunas

aportaciones del análisis

psicológico e n el

apartado

3.3. lo ampliaremos a otros

aspectos en

el

contexto

de la problemática de los métodos de enseñanza- sitúa la ac-

tividad mental constructiva

del

alumno en la base de los

proce-

sos de crecimiento personal que

trata

de promover la educa-

ción escolar.

Una interpret ción

constructivist del prendiz je

escol r

-incompatible

a

todas luces con una concepción de la

42

43

Page 26: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 26/91

Page 27: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 27/91

ción del conocimiento

en

situaciones nuevas. Asimismo, se

rompe con

la

división tradicional entre disciplinas y

se

propi-

cian

actividades de

aprendizaje

que ponen en juego conoci-

mientos interdisciplinares.

Como

es obvio, en un sistema edu-

cativo con estas

características

no hay una separación

estricta

entre el

que

elabora el

programa

y el

que

lo

aplica:

el profesor

cumple simultáneamente

ambas

funciones.

La descripción de

Wickens es,

a nuestro parecer, un tanto

maniquea, además de

esquemática

y caricatural, pues tiende a

atribuir todas las

características

con connotaciones positivas

a

los sistemas abiertos reservando para los sistemas cerrados las

que

tienen

connotaciones negativas.

No obstante,

si la hemos

recordado, es porque creemos que, convenientemente depurada

y despejada

de

sus connotaciones

peyorativas,

recubre

efectiva-

mente dos concepciones

distintas

de cómo debe ser el curricu-

lum

escolar: la

que intenta unificar y detallar

al

máximo su

aplicación y la que deja un

amplio

margen de iniciativa

al

pro-

fesor que

va

a aplicarlo;

en

otros

términos, la

que prácticamen-

te identifica curriculum y

programación

y la que concibe el cu -

rriculum como un instrumento

para

la programación.

Los

curricula detallados

y «cerrados» tienen la indudable

ventaja

de

la comodidad para

el profesor, que

puede aplicarlos

sin

excesivos

problemas

.

limitándose

a seguir

paso

a

paso las

instrucciones; en cambio, plantean la dificultad insuperable de

no

adaptarse

a las

caracterís ticas

particulares de los diferentes

contextos

de aplicación, así como de ser impermeable a las

aportaciones correctoras y enriquecedoras de

la

experiencia

pe -

dagógica de

los profesores,

Por el contrario,

los

curricula

«abiertos»

tienen la doble ventaja de garantizar

el respeto

a

los

diferentes contextos de aplicación y

de

implicar

creativamente

al profesor en

el desempeño de su

actividad profesional; en

contrapartida, no

obstante, les resulta más

dificil

conseguir

una

relativa homogeneidad en el curriculum

para

toda la po -

blación escolar, que puede

ser

deseable en el caso de

la

-ense-

ñanza

obligatoria; y,

sobre

todo, exige de los profesores

un

es -

fuerzo

y un

nivel

de

formación muy superiores, pues les reserva

la

tarea

de elaborar sus

propias

programaciones.

La

concepción constructivista del aprendizaje escolar y de

la intervención pedagógica que hemos asumido

en

el

punto

an -

terior,

así como el principio de

ajustar

la

acción

educativa a

las necesidades específicas

de

los

alumnos

y a las

característi-

cas

del

contexto, abogan claramente por un modelo de curricu-

lum abierto.

Esta

opinión,

no obstante,

queda matizada por

las

dos consideraciones siguientes. En

primer

lugar, el carácter

abierto del curriculum debe complementarse con la preocupa-

ción de hacerlo accesible a la rn ayoría de los profesores facili-

tando

su uso

como instrumento

de

programación. En segundo

lugar, las experiencias que se derivan de la

enseñanza

obligato-

ria aconsejan precisar

los

aprendizajes mínimos que incluye

esta

obligatoriedad

y velar

para

que estén al

alcance

de

toda

la

población

escolar.

Como veremos

más adelante

d. capítulo 4 , la solución pro-

puesta consiste en establecer tres

niveles sucesivos de

concre-

ción en el Diseño Curricular. El

primer

nivel tiene un

grado

mí -

nimo

de

aper tura y precisa, para cada área curricular,

los obje-

tivos terminales,

los núcleos de contenido,

las orientaciones

di -

dácticas y

las

orientaciones para evaluar. El segundo

nivel con-

siste

en

una secuenciación de los núcleos de

contenido que

figu-

ran en el primero. Por último, el tercer nivel

ofrece

ejemplos

de

programaciones

a partir de

los

dos precedentes

en

función

de

diferentes

supuestos. Pero antes de entrar en los detalles del

modelo de

curriculum

propuesto, conviene que retomemos

el

problema

de los componentes y revisemos

las

diferentes alter-

nativas

en

liza en la manera de

definirlos

para poder tomar

de -

cisiones al respecto.

46

47

Page 28: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 28/91

Capítulo

3

Los

componentes del Currículum

Uno de

los

problemas

más espinosos en

el proceso

de elabo-

ración del Diseño

Curricular

es sin lugar a dudas;

decidir

entre

las

múltiples alternativas

que existen

para

d r form concreta

a sus

componentes: ¿cómo

precisaremos las

intenciones?,

¿nos

limitaremos

a

formular

objetivos o incluiremos también conte-

nidos?,

¿referiremos

los

objetivos a

destrezas

cognitivas o a

comportamientos observables?,

¿qué

grado

de concreción dare-

mos a los

objetivos?,

¿ipcluiremos

sólo

objetivos terminales o

también intermedios?,

¿con

qué

nivel

de detalle figurarán los

contenidos seleccionados? ¿propondremos actividades

de

aprendizaje o nos

limitaremos

a sugerir criterios

para

su con-

fección?

¿sugeriremos actividades de

evaluación?, etc. Para

ela-

borar un Diseño Curricular, es necesario

dar

respuesta

a

estas

y otras preguntas, y además hacerlo de

tal

manera que las

re -

puestas vayan en una

misma

dirección.

En las

páginas

que siguen

pasaremos revista

a los cuatro

grandes capítulos

del

Diseño

Curricular (¿qué

enseñar?, ¿cuán

do enseñar?, ¿cómo enseñar?, ¿qué, cómo y cuándo evaluar?)

con el

fin

de tomar

decisiones

respecto a cómo deben plasmar-

se en el modelo que expondremos a

continuaci6n. La

mayoría

e las decisiones

adoptadas encuentran su

justificaci6n última

en los

análisis previos sobre

los fundamentos

del curriculum y

en

particular, en

la

concepción

constructivista del

aprendizaje

escolar y

de

la intervención pedagógica, sin

que

ello quiera de -

cir

que

sean necesariamente los únicos compatibles

con

este

marco

interpretativo.

Cuando nos parezca oportuno, incluire-

mos nuevos argumentos a favor o en contra de una

determina-

da alternativa pero,

en

la medida de lo posible, rehuiremos. el

tono polémico.

9

Page 29: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 29/91

3.1. ¿Qué enseñar?

.. o

la

necesaria concreción

de las intenciones educativas

Las actividades

educativas escolares

se

caracterizan, como

hemos

visto, por ser actividades intencionales

que responden

a

unos propósitos y persiguen la consecución de unas metas. Ha-

meline I979,

p.

54) ha propuesto

la expresión «intenciones

educativas»

para

designar

«los

enunciados más

o

menos explí-

citos

de

los efectos

esperados en

un plazo

más

o menos largo y

con mayor

o

menor certeza

e interés

por

los

educadores, alum-

nos,

planificadores y responsables educativos, sin olvidar la so-

ciedad

en

que tiene lugar

el proceso educativo».

Es tarea del

Diseño

Curricular proceder

a un análisis,

clasificación, identifi-

cación y

formulación

de

las intenciones

que presiden el proyec-

to educativo.

Esta

tarea

es

sumamente compleja

y

plantea

diferentes pro-

blemas que, aunque están relacionados entre sí, conviene dis-

tinguir. En primer

lugar,

hay que

proceder a

un

inventario y

selección de

las intenciones

posibles: ¿qué

aspectos

del creci-

miento personal del alumno trataremos e promover mediante

la educación

escolar?

En segundo

lugar, hay

que concretarlas

dándoles una formulación que sea útil para guiar y planificar

la

acción pedagógica.

En tercer

lugar, la multiplicidad de in -

tenciones que presiden siempre todo

proyecto

educativo plan-

tea el tema de su organización y

secuenciación

temporal. Por

último, hay que

prever

una

evaluación

con

el fin de

cerciorarse

de que la

acción

pedagógica responde adecuadamente a las

in -

tenciones

perseguidas.

Los problemas relativos al

inventario

y

la

selección han sido

ya mencionados en

el

punto 2.3. las fuen-

tes del

curriculum)

y

no

volveremos a ocuparnos de ellos

aquí;

en cuanto a los problemas de organización y

secuenciación

y

de

evaluación,

los

abordaremos más

adelante puntos 3.2.

y 3.4.

respectivamente). Ahora vamos a centrarnos de forma priorita-

ria

en

la formulación de

las intenciones

educativas.

La

cuestión

de fondo reside

en cómo pasar

de

las

intencio-

nes

educativas, «enunciados

más o

menos

explícitos de los efec-

tos esperados», a

la formulación de objetivos educativos que

sirvan para guiar eficazmente la práctica pedagógica. Los

se -

gundos constituyen

formulaciones

derivadas de las primeras.

En nuestra opinión, las diferentes maneras de

entender

los ob-

jetivos

educativos

dependen,

en

último

extremo,

de dos tipos

de decisiones: las relativas al mayor o menor grado de concre-

ción

que se dé a las intenciones educativas; y las relativas a las

fuentes o vías

de

acceso utilizadas

para

concretar e n mayor

o

menor grado,

según la

decisión anter ior- las

intenciones

educativas.

Vamos a analizar

por

separado estos dos

aspectos

implicados en la concreción de las intenciones educativas para

formular, posteriormente. una propuesta que los tenga en

cuen-

ta

a

ambos

a la

vez.

A El grado de concreción de las intenciones educativas

Este aspecto

ha

sido

el

que

ha suscitado

mayor

interés

entre

los

didactas

y los profesionales

de la

educación,

que han proce-

dido a menudo

como

si

fuera

el único pert inente

para

la con-

creción de

las

intenciones educativas. De esta manera, se han

formulado múltiples propuestas

y se

ha generado un amplio

vocabulario sobre los objetivos

educativos que

está cargado de

equívocos y

cuyas implicaciones para

el

Diseño Curricular no

son siempre fáciles

de

establecer. Veamos algunas muestras.

De

Corte y otros I establecen un continuo

según

el gra-

do de abstracción

de

las intenciones educativas. En un

extre-

mo,

cuando

nos encontramos

con formulaciones

muy

abstrac-

tas sobre los cambios que la educación formal intenta promo-

ver

en los

alumnos, tenemos

los

objetivos generales

a causa

de

su carácter vago y poco preciso, de su elevado nivel de abstrac-

ción en suma,

los objetivos

generales se prestan a interpretacio-

nes múltíples ¿Cómo interpretar, por ejemplo, los objetivos ge-

nerales siguientes: «los alumnos deben adquirir un espíritu

científico»; «los alumnos

deben comprender

los fenómenos cli-

máticos de su país»?). Los objetivos generales proporcionan un

marco

de referencia útil

para la planificación educativa

pero,

debido a su ambigüedad, no proporcionan directrices claras y

precisas para el diseño de actividades de enseñanza/aprendiza-

je. De

aquí, que sea

necesario,

según De

Corte y

sus colegas,

formular objetivos

concretos

u objetivos de

aprendizaje

que se

definen como

«enunciados relativos a

cambios

válidos, desea-

bles,

observables

y duraderos en el comportamiento de los

alumnos».

Otros autores,

sin

embargo, proponen

un

continuo diferente

y

una

terminología

distinta.

Así,

por

ejemplo, Romiszowski

1981)

denomina finalidad meta

o propósito educativo

-

a

un

enunciado general sobre

las intenciones educativas; en

el

otro

extremo,

el

objetivo

instruccional

designa

un

enunciado preciso

50

51

Page 30: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 30/91

sobre las

intenciones educativas;

los

objetivos instruccionales

se

derivan de las

finalidades

educativas gracias

a

una serie de

esfuerzos

sucesivos

de concreción

y

de

especificación.

Viviane

y

Gilbert De Landsheere (1977),

por su parte,

distinguen tres

niveles

en

la concreción de

las

intenciones educativas:

los fines

los

objetivos

y los objetivos operacionales. En

la

misma línea,

se

encuentran

las

propuestas

de Davies 1978) y

de

Birzea

(1979),

por

citar

sólo algunos autores.

Hameline

1979) propone una clasificación más

fina de

las

intenciones educativas según su grado de concreción. En un

ex-

tremo, tenemos

las

finalidades

que

son «afirmaciones de

prin-

cipio

a

través

de

las cuales

la

sociedad

(o el

grupo social) iden-

tifica

y

vehicula sus

valores», y

que

proporcionan

líneas direc-

trices a

un sistema

educativo. A

continuación, encontramos las

metas educativas

que «definen de

una

manera general las

in-

tenciones perseguidas

por una

institución, organización,

grupo

o

individuo mediante

un programa o

una

acción

educativa de-

terminada». Las metas

se diferencian

de las finalidades

en

que

hacen referencia a

un

programa concreto

de

acción. Seguida-

mente, encontramos

los

objetivos

generales

que describen en

términos de capacidades del alumno

los

resultados

esperados

de una

secuencia de

enseñanza/aprendizaje. Los

objetivos

gene-

rales,

a

su

vez,

pueden

ser

terminales

o

intermedios según que

su función sea dirigir el proceso

de enseñanza/aprendizaje

ha -

cia un resultado final,

o bien

asegurar la progresión de los

aprendizajes hacia el

logrri

de

los

objetivos terminales. Por úl -

timo, en

el

extremo opuesto

a

las

finalidades,

encontramos los

objetivos específicos u operacionales

que

surgen

de la división

de

un objetivo general

en tantos

objetivos

específicos como

sean necesarios para conseguir una concreción

lo

más lograda

posible.

Estos ejemplos bastan para

ilustrar

en qué

sentido

se han

orientado mayoritariamente los

esfuerzos

en la

concreción

de

las intenciones educativas

y

la maraña

terminológica

que

se

ha

producido.

No

obstante, antes de

pronunciarnos al respecto,

conviene

que analicemos

el

segundo aspecto

implicado:

las

fuentes o vías de acceso

utilizadas para

concretar

las

intencio-

nes

educativas.

B. Las vías de acceso en la de las intenciones

educativas

De acuerdo

C011

Romiszowski

1981),

las

intenciones

educa-

tivas

pueden

referirse

-cualquiera

que

sea

el

grado de

concre-

ción con que se enuncien- a los resultados de aprendizaje que

se

espera obtener,

a

los contenidos sobre

los que

versa

el

apren-

dizaje, o a las actividades mismas de

aprendizaje.

En efecto,

una

representación

esquemática de los

procesos

de enseñanza/

aprendizaje nos muestra la presencia en todos

ellos de

tres ele-

mentos básicos;

el

input,

o

aquello sobre

lo que

versa

la activi-

dad

contenido);

el

output,

o

aquello que resulta de

la

actividad

resultados);

y el proceso, o lo que

sucede entre

el input

y el

output actividades).

Cada

uno de estos

elementos tiene a

su

vez dos vertientes,

según

se

considere desde

el punto

de

vista

de

la

enseñanza profesor),

o

desde

el

punto de vista del apren-

dizaje

alumno).

Podemos representar gráficamente

estos

tres

elementos como sigue:

INPUT

.

;;

OUTPUT

Contenidos de la

enseñanza

Resultados de la enseñanza

Contenidos

del aprendizaje

Resultados del

aprendizaje

CTIVID DES

Actividades de enseñanza

Actividades de aprendizaje

La hipótesis es que,

si

bien

estos

tres

elementos

están siem-

pre presentes en las

aotivj

dacles escolares de enseñanza/apren-

dizaje,

la

importancia respectiva que

se

les

concede

da lugar

a

tres vías de acceso distintas en la concreción de las intenciones

educativas. Estas pueden concretarse con relación

a

los conte-

nidos

a trabajar, con relación a los resultados esperados, o con

relación

a las

actividades

a

realizar. La

formulación

de

los ob-

jetivos educativos depende, pues,

tanto

del grado de

concreción

que

les demos

como

de

la

vía

de

acceso que elijamos.

Vamos

a

ver ahora brevemente las principales implicaciones de cada

una de estas tres vías de acceso.

53

52

Page 31: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 31/91

(i) La

de cceso por los result dos esperados supone que

las intenciones

educativas

se

concretan a partir

de la conside-

ración y del análisis de los aprendizajes

que

debe

realizar

el

alumno como

consecuencia de

su

participación en

el proceso

educativo.

Tanto

las actividades concretas

de

enseñanza/apren-

dizaje, como los contenidos

particulares

en torno

a Jos

cuaJes

se organizan, se eligen en función de

los

resultados esperados,

que

se convierten de

esta

manera en el elemento

rector

de la

planificación educativa.

En su

versión más radical esta

alterna-

tiva

puede

representarse esquemáticamente

del

siguiente

modo:

Las

actividades de enseñanza

El análisis de los resultados

aprendizaje a realizar.

esperados del aprendizaje de

los alumnos determina...

Los contenidos a

trabajar.

Por supuesto, dentro de esta alternativa podemos

encontrar

aún

una

amplia gama de posturas sobre

la

manera

de

concre-

tar las intenciones

educativas

en función de diversos factores,

entre

los

que destacan

el gr ado' de concreción elegido, ya

co -

mentado, la teoría psicológica que se

tome

como marco de

referencia

para explicar

el

aprendizaje. .

Así, por ejemplo, en

los

años

50

tiene lugar una confluencia

históricamente importante entre

la

idea de precisar

las

inten-

ciones

educativas a part ir de

los

resultados esperados

del

aprendizaje - i d ea

ya

presente

en los

planteamientos uttlitaris-

tas

de la educación desde principios de s ig lo-  

la

explicación

conductista del

mismo,

que identifica de facto

aprendizaje

con

cambio de la ejecución conductual, prescindiendo de los proce-

sos cognitivos encublertos..e insiste

en

la necesidad de definir

operacional

mente

la ejecución conductual para poder medir el

aprendizaje. El resultado de esta

confluencia es

la conocida

propuesta de precisar las intenciones educativas

mediante

obje

tivos de ejecución (también llamados impropiamente

en ocasio-

nes objetivos didácticos, objetivos de aprendizaje, objetivos

instruccionales, objetivos operativos u

objetivos

educativos sin

más),

es decir,

enunciando

los

cambios

que deben poderse ob -

servar en la

conducta

de los alumnos

al

término

del

proceso

educativo.

Es importante para

nuestra

línea de

argumentación

caer en

la

cuenta

de

que en los objetivos

de ejecución

confluyen los dos

aspectos mencionados: la idea

de

que las intenciones

educati-

vas deben concretarse a part ir

del

análisis

de los

resultados es -

perados

del

aprendizaje

y

una

interpretación

conductis ta

de

éste último. Un objetivo

de

ejecución

precisa

un resultado

del

aprendizaje, pero un resultado definido en términos de ejecu-

ción, de lo

que el alumno debe hacer efectivamente de modo

que pueda observarse. A nuestro

juicio, la

mayoría

de

las

críti-

cas dirigidas a

los objetivos.

de

ejecución

y a

las

corrientes

pe -

dagógicas que propugnan su uso (cf.,

por

ejemplo,

Gimeno

Sa -

cristán,

1982)

conciernen sobre todo el segundo aspecto:

la

in -

terpretación conductis ta

del

aprendizaje. El rechazo de

los ob-

jetivos de ejecución como manera de

concretar

las intenciones

educativas -obv io

por lo

demás, en la perspectiva constructi-

vista

del

aprendizaje escolar y de

la

intervención pedagógica

que hemos

a sum ido -

no lleva necesariamente asociado el

re -

chazo

de

la

vía de acceso por los resultados

esperados

del

aprendizaje.

Buena

prueba

de ello que esta vía

se

encuentra igualmen-

te asociada con una interpretación cognitiva

del

aprendizaje

- sobre todo a

partir del

momento

en

que

la

psicología conduc-

tísta entra abiertamente en crisis a finales de los

años

6 0 - en

los

l lamados objetivos cognitivos (Greeno, 1976). La diferencia

• esencial con los objetivos de ejecución

es

que aquí los

aprendi-

zajes

esperados se definen en términos de habilidades o destre-

zas cognitivas.

Se t rata

de identificar

los

procesos cognitivos

más importantes en el aprendizaje, con el

fin

de confeccionar

un repertorio de destrezas independientes

de

contenidos

especí-

ficos y, por lo

tanto,

susceptibles de aplicarse a una variedad

de situaciones (Eisner y Vallance, 1974). La concreción de las

intenciones educativas consiste pues, en esta óptica, en

un

con-

junto

de destrezas cognitivas (resultados esperados)

a

cuyo

lo -

gro se

supeditan

tanto

las actividades

de

enseñanza/aprendiza-

je como los contenidos de las mismas.

Algunos trabajos

de Bruner ejemplifican

esta

confluencia de

la vía

de

acceso por los resultados con la interpretación cogni-

tiva del aprendizaje.

En

opinión de este

autor

(Bruner, 1966),

los efectos

deseables

de

la

educación escolar no deben referirse

tanto

a la adquisición de items

específicos de

conocimiento,o

a la adquisición de determinadas pautas

de

comportamiento,

como a la adquisición

de

destrezas

cognitivas

que puedan

gene-

54

55

Page 32: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 32/91

ral ízarse Y aplicarse a

una

amplia gama p situaciones. El

alumno

debe

ser

enseñado

de

tal manera que pueda

continuar

aprendiendo

en el futuro por sí solo. Según Bruner, algunas de

estas destrezas son:

la

capacidad de identificar

la

información

relevante para un problema dado, para interpretarla, para cla-

sificarla de forrna útil, para buscar relaciones entre la informa-

ción nueva

Y

la información adquirida previamente,

etc.

Aña-

damos

aún que, a

partir

de

la

consideración de cómo los

alum-

nos adquieren

tales

destrezas, Bruner propone elegir los conte-

nidos

de

la enseñanza,

diseñar las actividades de

aprendizaje

y

evaluar los

resultados.

He aquí algunos objetivos educativos

definidos

en

esta óptica

que

figuran

en

un curriculum

de Cien-

cias

Sociales en cuya

elaboración

participó

el propio

Bruner

(citado por Stenhouse, 1984, p. 79; los subrayados son nues-

tros):

« 1.

Iniciar

y desarrollar

en

los niños un proceso de plantea

miento de preguntas (el método de

investigación).

2.

Enseñar una metodología de investigación en la que

los

niños

puedan

buscar información

para

responder

a

preguntas

que

han

planteado

y

utilizar

la estructura desarrollada

en

el

curso

(p.e., el

concepto

de ciclo de

vital)

y aplicarla a nuevas

áreas.

3.

Ayudar

a los

niños

a desarrollar

l capacidad de utilizar

diversas

lpentes de primera mano como datos

a

partir de los

cuales des rroll r hipótesis y est blecer conclusiones.

4.

Llevar

a cabo discusiones

en

clase,

en

las

que

los

niños

aprendan escuchar

a los

demás,

así

como expres r sus pro-

pias opiniones.»

etc.

La propuesta

de

concretar las intenciones educativas

me -

diante una serie

de objetivos cognitivos

plantea enormes

difi-

cultades cuando

se

intenta

llevar a la

práctica.

El

problema

fundamental reside en que, a

pesar

de los esfuerzos realizados

en este sentido durante

los

últimos años,

no

disponemos

de

una

taxonomía de

destrezas cognitivas

suficientemente

rica

y preci-

sa

para ser utilizada como

fuente

de objetivos

cognitivos.

La

consecuencia

de

este estado de

cosas

es que los objetivos cogni-

tivos quedan entonces necesariamente formulados

en

los curri-

cula en un nivel

de

generalidad

excesivo

-¡recuérdese la otra

dimensión pert inente para

la

concreción

de

las

intenciones

educativas -

de

forma

que son

poco útiles

para guiar eficaz-

mente la

práctica

pedagógica.

Es

el caso,

por ejemplo,

de los

objetivos antes citados, cuya

formulación

es hasta tal

punto

ge-

neral que

podrían

corresponder tanto a un

curriculum

de Cien-

cias

Sociales

como

a

uno de Ciencias Natur-ales, tanto

a

niños

de 8 años como a niños de 14 años.

Una

manera de superar

esta dificultad consiste

en

referir a

contenidos

particulares las

destrezas

cognitivas que contem-

plan los objetivos, lo cual, por

otra

parte,

está

totalmente justi-

ficado desde el punto de vista psicológico pues, como hemos

visto

cf.

punto

2.4.,

en particular

el

subapartado

10),

la adqui-

sición

de destrezas intelectuales

no

puede disociarse

de la

ad -

quisición de otros contenidos. Pero proceder de

este

modo

su -

pone optar por una

vía

de

acceso mixta, a

partir de

los

resulta-

dos esperados y de los contenidos, en la

concreción

de las

in -

tenciones

educativas.

ii) En su

versión

más pura, l vía de acceso por los conteni

dos supone que

las

intenciones educativas se concretan a partir

un

análisis

de

los contenidos de

la

enseñanza, selec-

cionando los que

poseen

un

mayor valor

formativo.

Se parte

pues del principio de que los

contenidos

-entendiendo por ta -

les

las

materias

concretas,

los conocimientos con los que entra

en contacto

el

alumno (Peterssen,

1976)-

poseen valores in -

trínsecos importantes para

l

formación y,

por

lo

tanto,

es ta-

rea

de la

enseñanza

seleccionarlos y organizarlos con el fin de

que

los

alumnos

puedan asimilarlos.

Las

actividades de ense-

ñanza/aprendizaje mediante

las cuales se

pone en contacto

a

los alumnos

con

dichos

contenidos, así

como los resultados del

aprendizaje, dependen y son subsidiarios del análisis de las ca-

racterísticas

y

de la estructura interna de

los

contenidos selec-

cionados.

Podemos representar gráficamente esta postura del

siguiente

modo:

Las actividades de ense-

ftanzalaprendizaje

a reali-

Las características

y

la

estructura

za r.

.de los

contenidos seleccionados

en

base a

su valor

formativo

de

tenninan...

Los posibles resultados del

aprendizaje.

57

56

Page 33: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 33/91

La

vía

de acceso por

los

contenidos ha sido

la

alternativa

dominante

en

la

concreción de

las intenciones educativas

hasta

los

años 50, momento en que,

acusada

de reflejar una concep-

ción cultura lista de la

enseñanza

y

asociada

a la

educación

«tradicional», empieza a perder

terreno

ante la vía de acceso

por

los

resultados esperados

en su

modalidad

de objetivos de

ejecución. No obstante, no ha sido nunca definitivamente aban-

donada en la

práctica

e incluso ha experimentado una revitali-

zación en el marco de

lo que,

siguiendo a Eisne r (1979), ha

dado en llamarse el «enfoque racionalista» del curriculum. Se -

gún este enfoque,

es

posible seleccionar contenidos para el

aprendizaje sin plantearse si

son medios para

el logro

de unos

resultados. Las disciplinas,

los

corpus organizados de conoci-

miento, vehiculan unos modelos de

pensamiento

cuya adquisi-

ción sólo es

posible

mediante

una

interacción

directa

del alum-

no con las mismas.

El enfoque

racionalista se nutre directa-

mente de

las investigaciones relativas a la

epistemología

inter-

na de las disciplinas científicas. Veamos ahora con mayor deta-

lle

algunos de

los

argumentos

que

exhiben los partidarios de

esta vía

de acceso

para

la concreción de

las

intenciones educa-

tivas.

Klafkí, por ejemplo (citado por

Peterssen,

1976), habla de

«encuentro»

para

referirse

a

la relación

entre

alumno

y

conte-

nido. Según este autor, el encuentro

no

se reduce a una mera

asimilación del contenido por parte del alumno,

sino que pro-

voca un

estado

de tensión en

el que

se manifiestan

los

valores

intrínsecos

del

contenido que educan y forman

al

alumno;

Klafki propone además cinco criterios para guiar el análisis y

la selección de

los

contenidos de tal manera que

la interacción

alumnos-contenidos

sea formativa:

la

importancia probable

del contenido atendiendo a

su representatividad

y ejernplar-i-

dad; su importancia en la

vida actual

de los

alumnos;

la impor-

tancia que probablemente

tendrá

o

debería tener en la vida

fu-

tura

de

los

alumnos;

su. estructura

material

y significativa;

su

grado de adecuación al nivel de interés y de comprensión de

los

alumnos.

Schwab (1974)

expresa la opinión

de que

la actividad cien-

tífica de una disciplina tiene siempre

su

origen

en

unas

estruc-

turas conceptuales, que él denomina substanciales, que deter-

minan

el tipo de problemas

planteados,

el

tipo de

experimentos

a realizar, el tipo de datos empíricos que

se buscan en los

mis-

mos, e incluso su interpretación.

Según

este autor, la identifica-

ción de las estructuras

substanciales

de cada una de las princi-

pales

áreas

de conocimiento es

fundamental

para

la

educación.

En primer

lugar,

porque, identificando estas estructuras,

po-

dremos .anticipar los problemas

que

planteará su enseñanza.

En segundo lugar, porque las estructuras substanciales deben

figurar

como

elementos destacados

del

contenido que deben

comprender

los

alumnos. En suma, el análisis de las materias

de

sus

estructuras

substanciales debe

ser, para Schwab, el

elemento

rector de la planificación de la enseñanza.

Otros

muchos

autores,

además de los dos

mencionados,

de -

fienden puntos de vista similares (Hirst

y

Peters, 1974; Phenix,

1978; etc.). Phenix,

por ejemplo,

es de

la

opinión de

que todo

el curriculum debe tener su punto de part ida en las

disciplinas

de conocimiento;

o

en

otros

términos, de

que únicamente el co -

nocimiento organizado en disciplinas es apropiado para con-

feccionar

el curriculum.

Phenix

nos recuerda que

la

palabra

«disciplina» viene del latín «discipulus»,

es

decir quien recibe

una enseñanza de otro.

«Discipulus», a

su vez, viene del verbo

«díscere», que quiere decir

aprender. Etimológicamente,

pues,

una

disciplina

es un bloque

organizado de

conocimientos

entre

cuyas propiedades se encuentra la

de

estar organizado adecua-

damente para

la enseñanza y la

de

prestarse

al

aprendizaje.

En

resumen, según

Pheníx, el curriculum debería consistir

en

su

total idad

en

conocimientos derivados de las disciplinas, por la

simple razón

de que

éstas presentan el

conocimiento

de la

for-

m a más apta

para

la enseñanza y el

aprendizaje. «La

educa-

ción s on palabras

textuales

de Phenix debería concebirse

como

una

recapitulación

dirigida de los procesos de búsqueda

que han llevado

a construir los fructíferos bloques deconoci-

miento organizado que configuran las disciplinas.»

La mayor

crítica

que puede hacerse

a las posturas

de

Schwab,

Phenix

y en general, del enfoque racionalista del cu-

rrículum, es que identifican de forma abusiva e incorrecta a l

menos, desde

la

perspectiva de la interpretación constructivis-

ta del aprendizaje escolar que es

la

nues t ra

la

estructu ra

ló-

gica de los contenidos de la enseñanza con su

estructura

psico-

lógica. Es

necesario establecer,

a

este respecto,

una

distinción

entre la estructura interna de un corpus de conocimientos, de

una

disciplina científica, tal

como es

concebida

por los especia-

listas de

la

misma, y la estructura que debe darse a dicho cono-

cimiento para

enseñarlo. Ambas estructuras no coinciden

nece-

sariamente. La estructura epistémica, es decir,

la

que

es

más

58

59

Page 34: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 34/91

fructífera

para el

especialista

y le

conduce

a

nuevos descubri-

mientos, puede no ser la más adecuada

para

el alumno princi-

piante que se acerca a ella

por

primera vez. Una

buena

teoría

para

el especialista no es

necesariamente

una buena teoría pe-

dagógica.

La

organización correcta

del contenido de la ense-

ñanza

no está

sólo en función de la estructura lógica interna

del

conocimiento tal como

la ve

el especialista, sino

también y

sobre todo de su adecuación a la manera

como

procede

efecti-

vamente

el alumno para asimilar

dicho

contenido.

En

síntesis,

estructura lógica no se confunde con estructura psicológica, y

la verdaderamente importante para la

planificación

de la ense-

ñanza

es

la

segunda, no la

primera.

Esta crítica ha sido plenamente asumida, de tal manera que

la mayoría

de

los

autores

actuales que propugnan la vía de ac -

ceso

de los

contenidos para

concretar las

intenciones educati-

vas

tienen en

cuenta,

junto a

la

estructura interna del conteni-

do, los.

procesos

cognitivos

mediante

los

cuales

los alumnos

construyen representaciones de

los

mismos y les

atribuyen

sig-

nificados; es decir,

los

procesos psicológicos mediante los cua-

les los alumnos aprenden significativamente los

contenidos

de

la

enseñanza.

Al mismo

tiempo, como veremos

más

adelante,

se ha flexibilizado el concepto mismo de contenido, admitiendo

que incluye

elementos de

naturaleza diversa como hechos, con-

ceptos,

s is temas

conceptuales,

procedimientos,

e

incluso

valo-

res.

De

este

modo, la

concreción

de las

intenciones

educativas

uti l izando la vía

de

acceso de los contenidos

ha pasado,

gracias

a

su

confluencia con la psicología cognitiva que tampoco

es

ajena a la flexibilización del

concepto

de contenido-, de ser

una propuesta considerada

obsoleta

a constituir

una

alternati-

va llena

de

interés.

No

obstante,

y al

igual que sucede con

los

objetivos cognitivos antes comentados, esto ha

supuesto, de

he-

cho, renunciar a .la vía de acceso

pura por

los

contenidos y op -

tar, en

cambio, de forma más

o

menos explícita, por una vía

mixta

contenidos/resultados entendiendo

por supuesto estos úl-

t imos

en

términos de destrezas cognitivas.

(iii) a ví de acces por las ctivid des de aprendizaje en

la

concreción de las intenciones educativas

es,

sin lugar

a

dudas,

una de

las

características fundamentales

de los curricula

abier-

tos. La

idea básica

es

que hay

determinadas

actividades que

poseen un valor educativo intrínseco independientemente de su

contenido

concreto

y de los

posibles aprendizajes

constatables

a que puedan

dar

lugar. La planificación enseñanza

debe

consistir, por

lo

tanto, en identificar las C?? mayor

valor

educativo intrínseco y en favorecer la p art.icrpacron

de los

alumnos en las mismas. Gráficamente:

I

Los contenidos

a

trabajar

Las actividades

seleccionadas por

su

valor educativo

intrínseco

de-

tenninan...

Los posibles

resultados

del

aprendizaje

El autor pionero de esta alternativa es Eisner, que .la enun-

ció

por

primera

vez

en 1969 y la ha reformado

en

varias

ocasiones (1974; 1979).

Eisner distingue

entre «objeti-

vos

de instrucción» que corresponden a

lo

que nosotro.s he -

mos

Ilamado objetivos

de ejecución- y .«objetiv?s

(expressive objectives).

objetivos de

ll1stn:cClón,

segun este

autor,

fijan rígidamente:/el de

y

cualquier posibilidad de introducir var racrorres en el

En especial,

les

achaca no

tener en

cuenta las caractens.tIcas

individuales

de

los

alumnos, encaminándolos a todos

por

Igual

hacia una conducta previame lte determinada, pr?vocando

este modo una educación estereotipada.

Los obJetI : os

expresi-

vos, en

cambio,

no

especifican

la

conducta el

alumno debe adquirir

tras

haber

participado

las

de

aprendizaje. Un objetivo expresivo

más bien

una

situación de aprendizaje, identifica una actividad en la que se

encontrará

inmerso

el alumno o un con el <:J ue va a

ser confrontado,

pero

en ningún caso

qué

tiene

.que

aprender

el alumno

en esta situación.

Los

son

abiertos

en cuanto

a

los resultados del

aprendi-

zaje. Un objetivo expresivo

es,

en de Eisner

p.

16),

«más bien evocativo

que

prescnptIvo».

Algu.nos

ejemplos

de objetivos expresivos

dados

por el autor son: el

significado de una novela; construir una

forma

tridímensíonal

uti l izando m adera y

alambre; vis itar un

museo; etc. .

Inspirándose

parcialmente en

por

Peterssen,

1976) denomina

«currícula abIert?s»

a

los

dise-

ños de enseñanza que no aluden a la conducta

final

del alum-

no,

limitándose

a

proporcionar

indicaciones

exactas

sobre

las

61

60

Page 35: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 35/91

situaciones en

las que tendrá lugar el

aprendizaje.

En

otras pa-

labras, en los curricula abiertos

las

intenciones educativas se

concretan en

situaciones de

aprendizaje

que se suponen fructí-

feras

para

los alumnos,

pero

no existe

preocupación alguna

por

anticipar

o

cuantificar estos

frutos.

Señalaremos

aún que, se-

gún Brügel rna

nn,

los Curricula abiertos

no

renuncian en prin-

cipio

a

formular operativamente

los

objetivos, pero en este caso

la

definición

operacional no

se

refiere

a

la

conducta

final obser-

vable de los alumnos, sino a las

características

de la

situación

y dela

actividad de aprendizaje.

Planteamientos semejantes subyacen

a la

propuesta de los

llamados

«objetivos

heurísticos», así

como

a los «principios de

procedimiento»

que Stenhouse

(1984, p. 71)

sugiere como alter-

nativa a los objetivos tradicionales. En resumen, la idea corn-

part ida

por

los partidarios de esta vía de acceso a la concreción

de las intenciones

educativas

es que algunas actividades de

aprendizaje son válidas en sí mismas

y no

necesitan justificarse

en

función

de

los

resultados de

aprendizaje

a

los

que

dan lugar.

Como afirma Raths

(1973), «Las

actividades

del

Curriculum

pueden encontrar

justificaciones

para ser

incluidas

en

el mis-

mo, razones que no son su eficacia para producir cambios espe-

cíficos en

las conductas de

los

estudiantes».

El

mismo Raths

enumera

hasta

12 principios para

que

l profesor se guíe en el

diseño

de

actividades de aprendizaje:

1 A condiciones iguales, una

actividad

es preferible a otra

si

permite

al alumno tomar decisiones razonables respecto a

cómo desarrollarla

y

ver las consecuencias de su

elección.

2 A condiciones iguales, una

actividad

es preferible a otra

si

atribuye

al alumno un

papel activo en su

realización.

3 A condiciones iguales,

una actividad es preferible

a otra

si exige del alumno una

investigación

de ideas, procesos inte-

lectuales, sucesos

o

fenómenos de

orden

personal

o

social

y

le

estimula a

comprometerse en

la

misma.

4 A condiciones iguales,

una actividad

es preferible a·

otra

si

obliga

al

alumno

a

interactuar con su realidad.

5 A

condiciones

iguales,

una

actividad

es preferible

a

otra

si puede ser

realizada

por alumnos de diversos niveles de

capa-

cidad

y con

intereses diferentes.

6 A condiciones

iguales, una

actividad

es preferible

a

otra

si obliga al alumno a examinar

en

un

contexto

nUeVO

una

idea,

concepto, ley, etc. que ya conoce.

7 A condiciones iguales,

una actividad

es

preferible

a otra

si

obliga

al

alumno

a

examinar ideas

o sucesos

que normal-

mente

son

aceptados

sin

más

por la sociedad.

8 A condiciones iguales, una

actividad

es

preferible

a

otra

si

coloca

al

alumno

y al

enseñante en

una

posición de éxito,

fracaso o crítica.

9 A

condiciones iguales,

una actividad

es

preferible

a

otra

si

obliga

al

alumno

a

reconsiderar

y

revisar sus esfuerzos

ini-

ciales.

10 A condiciones iguales,

una actividad

es

preferible

a otra

si

obliga

a

aplicar

y

dominar reglas significativas, normas

o

disciplinas.

11 A

condiciones

iguales,

una actividad es preferible

a

otra

si ofrece al

alumno

la posibilidad de p lanificarla con otros, par-

ticipar

en

su

desarrollo

y

comparar

los

resultados obtenidos.

12 A

condiciones iguales.

una

actividad

es

preferible

a

otra

si es relevante para los propósitos e intereses explícitos de

los

alumnos.

(Raths,

1973,

pp. 265-268)

En su versión

más

pura,

esta

vía

de

acceso

para la concre-

ción de las intenciones

educativas

sólo

es

viable,

a

nuestro jui-

cio, en l caso de

un

Diseño Curricular

totalmente

abierto que

se limite

a

proporcionar orientaciones

y

principios generales

sobre

el

proyecto educativo;

o a

la

invfrsa,

si

renunciamos

a

definirlas

con

un

grado

aceptable de

concreción. De hecho,

cuando

se

analizan

los

curricula

propuestos

como ejemplos tí-

picos

de esta

vía

de

acceso, se constata que, o

bien

están

formu-

lados en términos

tan

generales que su utilidad

para

guiar la

acción pedagógica del

profesor

está

considerablemente

limita-

da,

o

bien utilizan de facto una vía de acceso mixta para la con-

creción de las intenciones educativas, casi siempre una vía de

acceso

mixta

actividades/contenidos,

pero

en

algunas ocasiones

también actividades/contenidos/resultados (entendidos estos

últimos en términos

de

destrezas cognitivas).

C ropuesta de concreción de l s intenciones educ tiv s

A

la

vista de los

análisis procedentes,

y

teniendo en

cuenta

la opción que hemos hecho en

el

punto

2.5. a favor

de un

Dise-

ño Curricular

abierto

que sea no obstante un instrumento útil

para

la

programación, nuestra

propuesta consiste en

concretar

62

63

Page 36: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 36/91

las

intenciones educativas mediante

una

vía de acceso

simultá-

nea por resultados esperados del aprendizaje de los alumnos

definidos en términos de procesos cognitivos) y

por

contenidos

de la enseñanza adoptando

una

definición amplia del concepto

de contenido y atendiendo tanto a sus aspectos lógicos

como

psicológicos). En lo que respecta al mayor o menor grado

de

concreción,

nuestra propuesta consiste, como

ya hemos anun-

ciado, en

que

el Diseño Curricular

incluya

tres niveles sucesi-

vos

de concreción

con

el

fin

de

facilitar

usos diferenciales del

mismo

según

las

necesidades

y

posibilidades

de

cada

profesor

y cada centro.

El esquema

de

la página siguiente proporciona una

visión

de

conjunto

de

la

propuesta. Téngase en

cuenta

que

este esque-

ma es

parcial, pues

concierne sólo al proceso de concreción de

las

intenciones educativas y no

incluye por

lo

tanto todos

los

elementos

que

deben estar presentes en el

Diseño

Curricular.

Las

actividades de aprendizaje, por ejemplo, no figuran en el

esquema

porque la propuesta

no las contempla como una

vía

adecuada

para concretar las intenciones educativas

con el nivel

de precisión deseado,

aunque

obviamente tienen una

gran

im -

portancia en el conjunto del Diseño Curricular.

3.2. ¿Cuándo enseñar? .. o el

problema

de la organización y secuenciación

de

las

intenciones educativas

Una

vez que hemos decidido la naturaleza y el grado de

concreción de

las intenciones

educativas en el

Diseño

Curricu-

lar, nos enfrentamos con un nuevo problema: ¿cómo

organizar-

las y ordenarlas temporalmente con el fin de establecer secuen-

cias

de

aprendizaje

óptimas?

Por supuesto,

este

problema sólo

puede distinguirse del anterior en una aproximación analítica.

En la práctica,

cuando

se elabora un Diseño Curricular, la

se-

lección, formulación,

organización,

secuenciación y evaluación

de las intenciones educativas constituyen diferentes facetas de

un mismo problema, de tal manera que tomar una opción en

una de

ellas

supone tomar

opciones

paralelas en las restantes.

Por

ejemplo, es

obvio que existe una correspondencia entre las

propuestas relativas

a

las

fuentes de

información

idóneas para

seleccionar

intenciones

educativas cf.

punto

2.3.) y las

diferen-

tes. vías de acceso

para concretar su

formulación d.

punto

Proceso de coocredÓll de laa lnteoclonea educativas en el modelo

de

Dbei io

Curricular

para la

enseftanza obligatoria.

para

mayores

precisiones ver los

puntos

siguientes)

FlnalJdades del sistema educativo

Afirmaciones de principio sobre las funciones

del

sistema

educativo recogidas

en

la

Constitu-

ción y en las Leyes

que

la

desarrollan.

bjetivos generales de

la

enseñanza obltgato-

rla

Finalidades

del sistema

educativo que compe-

ten

al

conjunto

de la enseñanza

obligatoria.

\

Objetivos generales de ciclo

Capacidades

que

el alumno debe

haber

adqui-

rido al finalizar el

ciclo correspondiente

de la

enseñanza obligatoria.

1 .J

.

bjetivos generales

de área

Capacidades

que el

alumno

debe

haber

adqui-

rido,

en

cada una

de las

áreas curriculares,

al

>

1

finalizar el ciclo correspondiente.

Objetivos terminales

)

Contenidos

Bloques

de conteni-

Tipo

y grado de aprendiza-

do seleccionados en

je

en

relación con cada

cada

una

las bloque de contenido.

-

áreas

curriculares.

\

SecuenclaclÓll

de contenidos

Análisis de los

bloques

de

contenido

y se-

cuenciación

de las unidades

elementales

atendiendo

a

criterios

lógicos y psicológicos

ontenidos

ObJ<dv_............ 1

Unidades

Tipo

y

grado de

aprendiza)e

elementales

en relación con cada

unidad

de contenido.

elemental

de

contenido.

64

Page 37: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 37/91

3.1.), así

como

entre

estas últimas y las

alternativas sobre

su

organización

y

secuenciación.

La

pregunta ¿cuándo enseñar?

se plantea

pues en

estricta

continuidad con la pregunta ¿qué enseñar? En

consecuencia,

las decisiones que hemos

adoptado

en

el

punto

anterior

respec-

to a

cómo

se concreta

en

el Diseño Curricular el

qué

enseñar

son

el

punto de

partida

para las decisiones que

adoptaremos

respecto

a

cómo

debe

concretarse

.el

cuándo enseñar.

Una

lec-

tura

cuidadosa del esquema que resume

el

proceso de

concre-

ción

de

las

intenciones

educativas muestra que

las decisiones

sobre

cuándo enseñar

se

sitúan en

diferentes planos. En primer

lugar, encontramos el

plano de la

secuenciacion

interciclos

que

concierne las decisiones relativas

a la

ordenación temporal de

los Objetivos

Generales

y

su ubicación en

los

diferentes

ciclos

de

la

Enseñanza Obligatoria (Parvulario; Ciclo

Inicial

de EGB;

Ciclo

Medio

de EGB;

Ciclo

Superior

de

EGB;

Primer Ciclo de

la

Enseñanza Secundaria). En segundo lugar,

encontramos

el

plano

de la

secuenciacián

intraciclos   que concierne las decisio-

nes

sobre la ordenación temporal, en

el seno

de cada ciclo, de

los

objetivos

y

contenidos de las distintas áreas

curriculares.

Puesto

que

los ciclos

de la Enseñanza Obligatoria incluyen

ni-

veles que t ienen

una unidad

funcional L.? y 2.° de Parvulario;

1.0

y 2.°

de Ciclo

Inicial;

3.°,4.°

y 5.°

de

Ciclo

Medio;

6.° 7.° y

8.° de Ciclo Superior; 1.°

y.

2.° del

Primer

Ciclo de la

Enseñanza

Secundaria), es conveniente distinguir dos aspectos

en

la se-

cuenciación intraciclos:

la

secuenéiacion

interniveles que con-

cierne las decisiones relativas

a

la ordenación

temporal

de los

objetivos y contenidos

de

las

áreas

curriculares y su ubicación

en

los

diferentes

niveles del ciclo; y

la secuenciacion intranive-

les

que

concierne

las decisiones sobre

la ordenación temporal,

en

el

seno de cada nivel, de los

objetivos y

contenidos de las

áreas

curriculares.

Así

pues, las opciones previas en

lo

que

se refiere al

proceso

de

concreción

de

las intenciones educativas

nos

conduce

a

plantear

el

tema

de

la secuenciación en una triple vertiente:

in -

terciclos. interniveles

e

intraniveles.

Asimismo, en la

medida

en que nos hemos pronunciado por una vía de

acceso

mixta

contenidos/resultados

esperados,

parece lógico

buscar en

el

análisis de tareas

y

de contenidos los criterios que han de per-

mitir

secuenciar

las intenciones educativas en estas tres ver-

tientes.

Antes

de

proceder a

una

breve y

sintética revisión

del análi-

sis

de

tareas

y

de contenidos

con el fin de

identificar estos

cri-

terios, conviene

hacer

una

precisión

terminológica.

A

menudo,

las expresiones «análisis

de

tareas» y «análisis

de contenidos»

se

utilizan como sinónimos

(p.e.

Glaser,

1976; 1982). Nosotros,

sin

embargo,

mantendremos

la distinción

por entender,

al

igual

que otros autores

(Scandura 1977;

Romiszowski,

1981;

etc.), que constituyen

en

principio dos

maneras

diferentes de

enfocar

el

tema.

En

sentido

estricto, el

análisis

de contenido de-

signa

un conjunto

de

técnicas, procedimientos y criterios de se-

cuenciación que parten de la estructura -lógica,

psicológica, o

ambas

a

la

vez

según

los casos- del contenido a enseñar. El

análisis

de

tareas, en sentido igualmente estricto, designa un

conjunto

de

técnicas,

procedimientos

y criterios

de secuencia-

ción que parten de los resultados esperados

del

aprendizaje

-

de sus

componentes

conductuales,

de los

procesos cognitivos

subyacentes,

o

de ambos aspectos

a

la vez según

los casos.

Análisis

de

tareas y análisis de

contenidos

tienen pues la

misma finalidad -concretar

y

secuenciar las intenciones edu-

cat ivas- , pero parten de

.puntos

de vista distintos

una

vía de

acceso

por los contenidos en

el

primer caso; una

vía de

accceso

por los resultados

esperados

en

el segundo- y

llegan

a

menudo

a

propuestas concretas

divergentes. Ambas

perspectivas han

es -

tado disociadas durante

mucho

tiempo

y

continúan

estándolo

todavía

en

el

momento actual. No obstante, como ya hemos

visto

en

el

punto anterior

y

como tendremos

ocasión de

consta-

tar otra vez en

lo

que sigue, durante la última década

se

ha

producido

una cierta aproximación mutua debida

a la

influen-

cia

que

ha ejercido la

psicología

cognitiva

sobre ambos

plan-

teamientos. Esta aproximación

mutua

configura la

plataforma

que sustenta nuestra propuesta de secuenciación,

q\ le

integra

efectivamente elementos

del análisis de tareas

y elementos del

análisis de

contenido.

A.

El análisis de tareas

Podemos definir una tarea como un

conjunto

coherente de

actividades (pasos, operaciones o

elementos comportamenta-

les)

que

conduce

a

un resultado final observable

y

medible.

En

la

realización de una tarea

se da siempre una secuencia

en

las

ejecuciones,

aunque en

algunos puntos de la secuencia pueden

existir varias alternativas

posibles.

Aprender

una

tarea

supone

dominar la secuencia de ejecuciones.

El

análisis de tareas, es

66

67

Page 38: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 38/91

decir, la identificación y descripción

de la secuencia de ejecu-

ciones

que conduce

al

resultado final,

es

un

instrumento

para

secuenciar y concretar las intenciones educativas

definidas

en

términos de resultados esperados

del

aprendizaje de los alum-

nos. En efecto,

a

partir

de la secuencia de ejecuciones

que lJeva

al resultado

final,

es

posible

formular hipótesis tanto sobre

los

resultados intermedios como sobre

el

orden

o secuencia

de los

aprendizajes implicados.

La

importancia

del

establecimiento de

las

secuencias de

aprendizaje que permite

el análisis

de tareas reside en la inter-

dependencia de los resultados

esperados. Como

señala Briggs

1968), si los aprendizajes que debe realizar el alumno en un

área determinada

fueran independientes entre sí

- s i

el

apren-

dizaje

de un elemento no tuviera

influencia

alguna sobre

el

aprendizaje de

los

o t ros -

entonces la secuencia podría esta-

blecerse

al

azar. Sin embargo, en

el

caso de que

el

aprendizaje

de

unos

elementos facilite

el

aprendizaje posterior

de otros, en-

tonces el establecimiento de un orden cuidadoso

en

los apren-

dizajes

será preferible

a

secuencias

aleatorias;

esto

es precisa-

mente

lo que

sucede en la

práctica totalidad de

las áreas curri-

culares.

Conviene

sin

embargo

tener

presente que

el

establecimiento

de la secuencia de

ejecuciones

en la

resolución de una tarea

o

conduce de forma directa

e

inmediata

al establecimiento de

una

secuencia

correcta y eficaz de

aprendizaje.

A

este

respecto,

Vermersch

(1979)

establece

una

interesante distinción

entre la

lógica de

la

acción

y

la

lógica pedagógica.

La

lógica

de

la

ac-

ción

designa la secuencia de

acciones u

operaciones

a ejecutar

para realizar

una tarea o un grupo

de tareas

de características

similares; su finalidad es identificar

los

algoritmos

de

solución

que, siguiendo a Landa

(1977),

Vermersch caracteriza como

«un sistema de prescripciones y

de

reglas que

definen

qué hay

que hacer y

en qué orden

para resolver una

determinada

clase

de

problemas».

El

análisis

de

tareas concierne esta

lógica

de

la

acción. La

lógica

pedagógica,

el

establecimiento

de

secuencias

óptimas de aprendizaje. exige

una

experimentación cuidadosa

a partir de los resultados

que

proporciona el análisis de tareas.

El procedimiento

a

seguir

es,

pues, en líneas

generales. el

si-

guiente:

en

primer lugar, se analizan las tareas a las que remi-

ten los objetivos con

el

fin de derivar

una

hipotética secuencia

de

aprendizaje

basada en la

lógica

de la

acción;

en

segundo lu -

gar, se establece

una

secuencia de actividades de aprendizaje

siguiendo

la estructura

inferida de la

lógica

de la acción: en

tercer lugar, mediante las experimentaciones oportunas, se

averigua si

los

alumnos

que siguen

esta secuencia

aprenden

mejor

- e s

decir,

con mayor

facilidad y rapidez y

con mejor

retención

y

transferencia- que los

alumnos que

siguen

secuen-

cias distintas de actividades de aprendizaje; por último, se re -

visa la secuencia inicialmente inferida de la lógica de la acción

según

los

resultados de la experimentación.

Esta caracterización del análisis de

tareas

hace intervenir

únicamente

tres

elementos:

la tarea

u objetivo,

según

se mire),

la secuencia

de ejecuciones

implicadas

en su

realización

o

su-

bobjetivos) y el resultado o producto (criterios de logro del ob-

jetivo). Este planteamiento. como

se ve, no

hace referencia al-

guna al

funcionamiento cognitivo,

a

los procesos

psicológicos

encubiertos que subyacen a la secuencia de ejecuciones. En

este punto reside la

principal

diferencia

entre

el

análisis

de

ta -

reas

inspirado

en una interpretación

conductista

del aprendiza-

je

y el análisis cognitivo de tareas

inspirado

en el enfoque del

procesamiento humano de información. La

propuesta de R.M.

Gagné, cuyas líneas dírecrrices vamos a revisar a continuación

por ser

con

diferencia

la rnás

elaborada de las

existentes,

es

un

ejemplo típico del

primer planteamiento, aunque en

sus formu-

laciones

más recientes

ha

integrado algunos elementos típicos

del segundo.

Las primeras aportaciones

de

Gagné

al

análisis de tareas

surgen

en

el marta del entrenamiento militar de los años cin-

cuenta,

cuando

la administración estadounidense contrata

a

un

numeroso grupo de psicólogos

para

que elaboren

programas

de

instrucción destinados a familiarizar al personal militar con

las nuevas

tecnologías

surgidas tras

la

Segunda

Guerra Mun-

dial y a asegurar

un

uso eficaz y adecuado de las

mismas

(Me-

rrill, Kowallis

y

Wilson,

1981).

Esta

circunstancia

no

es

en

ab -

soluto anecdótica. pues

a

nuestro juicio lleva

a

caracterizar

los

objetivos

de

los

programas instruccionales como

ejecución

efi-

caz de tareas. trasladándose posteriormente esta caracteriza-

ción, con

todo

lo

que ello implica,

al

campo

de

la educación

escolar.

La idea de partida de

Gagné es

que en la ejecución de

una

tarea

intervienen capacidades intelectuales

de

complejidad di -

versa que reposan las unas sobre las

otras

de acuerdo con

una

estructura

jerárquica. Cualquier tarea

puede

descomponerse,

desglosarse,

en un conjunto

de

subtareas ordenadas jerárquica-

68

69

Page 39: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 39/91

mente en función de la complejidad de las capacidades

intelec-

tuales

implicadas. La ordenación

jerárquica

de las subtareas

representa una

«estructura de

transferencia»; es

decir,

las

sub-

tareas

más

simples l a s

que

hacen intervenircapacidades in-

telectuales de nivel inferior- deben dominarse previamente a

las subtareas

más complejas

l a s que hacen

intervenir

capaci-

dades intelectuales de nivel superior. De este modo, el procedi-

miento general para

establecer

la secuencia de aprendizaje

comporta tres pasos fundamentales, además de

la

posterior

contrastación

experimental:

1 °

Identificar

la tarea (conducta

terminal del objetivo de ejecución); 2 ° Identificar los compo-

nentes de la tarea o subtareas

(objetivos

intermedios); y 3 ° Se -

cuenciar los componentes identificados

en

función de la com-

plej idad de las capacidades

intelectuales

que

hacen intervenir,

de

tal

manera que los más simples

sean aprendidos

antes de

pasar a los más complejos.

El

análisis de

tareas

consiste

pues para

Gagné

en establecer

jer rquí s de aprendizaje:

secuencias de

objetivos o

subobjetivos

implicados en el

logro

del

objetivo

terminal atendiendo a

las re -

laciones de requisitos que

existen entre

los

mismos. A partir

del

resultado esperado del

aprendizaje, la jerarquía indica los requi-

sitos

para

su

consecución; estos requisitos, a su

vez, tienen

otros

requisitos previos, y así sucesivamente hasta identificar

los

re -

quisitos más elementales. He aquí, en la página siguiente,

un

ejemplo de

jerarquía

de

aprendizaje correspondiente

a

un

objeti-

vo

de

matemáticas elementales

(Fuentes:

Gagné y

Briggs,

1974).

El objetivo

terminal

o

tarea

consiste

en

este caso

en

dividir

un grupo

de

objetos en mitades y otro

grupo

similar en tercios.

Para aprender

a ejecutar correctamente esta tarea, el

niño

debe

adquirir ciertas habilidades

previas, que

aparecen

en la segun-

da línea

de

la jerarquía; cada una

de ellas,

a

su

vez, tiene

sus

propios requisitos,

que se

indican en

la línea siguiente

de la

je -

rarquía. ¿Qué

quiere decir

tina habil idad de requisito? Obvia-

mente

se

trata

de

una habil idad

intelectual

más

simple,

pero

no sólo

es

eso, sino que además se relaciona íntegramente con

la habil idad a la que está subordinada, de tal

manera

que ésta

última no puede realizarse si la primera no ha sido adquirida.

Para demostrar que

las

dos mitades

de

un conjunto

de objetos

son dos subconjuntos iguales, el niño debe saber que para for-

mar «mitades» necesita dos

subconjuntos:

esto es una habili-

dad de requisito; además, debe poder construir dos subconjun-

tos de manera que tengan

exactamente el mismo

número de

Demostrar

que

las

unidades

de

un

conjunto de objetos

son

dos

subconjuntos

iguales,

y

que

los

.tercios- son

tres

sub-

conjuntos iguales.

Construir subconjuntos

igua-

les

mediante

una

correspon-

 

dentificar

dos

subconjuntos

como

dencia

a

término

de

aparentemente

iguales

«mítades-

del

total.

y

tres

término

«ter cios e

los

elementos.

subconjuntos

como

del mismo.

t

.&

Asignar

los

obje-

Identificar

con

un

2 o

Distribuir los

obje-

tos sobrantes.

un

3 el

número

de

sub-

tos,

uno

en

cada

uno

a

cada

sub-

conjuntos de un grupo

subconjunto.

conjunto.

de objetos.

Identificar un objeto

de

un

conjunto.

, .

\

elementos: esto es también una habil idad dé requisito. EJ l

rnen, establecer una

jerarquía de

aprendizaje

equivale

I?entl-

ficar

las

habilidades

de

requisito implicadas en un objetivo.

La propuesta de Gagné es

que

la secuencia de de

aprendizaje debe empezar con las habilidades de r eq u  srto de

nivel

inferior

que todavía no ha adquirido el y proceder

en sentido ascendente. Las jeral quías

de

supuesto de que el

dominio

de las habil idades de

nivel

inferior

implican

unos

procesos

de

aprendizaje más elementales que el

dominio de las

habilidades

de nivel superior. En otras

tras

la

jerarquía de aprendizaje de una o ?e

un

objetivo

subyace

otra

jer rquí

de

tipos

de

aprendizaie

complejidad creciente O decreciente

según

se mire   La

del aprendizaje

acumulativo

de Gagné

la existencia

de

ocho

t ipos

de aprendizaje

más sencillo al más complejo: aprendizaje de senales,

apreridi-

zaje de conexiones estímulo-respuesta, de ca.denas.

aprendizaje

de

cadenas

verbales, de

nes,

aprendizaje

de

conceptos,

aprendIzaJe,de reglas

y

aprendí-

zaje

de

resolución de problemas

(cf.

1   para ex-

posición

detallada

de

la

teoría

del aprendizaje acumulatIvo).

70

71

Page 40: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 40/91

Posteriormente, Gagné

ha

tenido que

admitir

que las inten-

ciones educativas que presiden la educación escolar - incluso

cuando

se

definen en términos

de objetivos

de ejecución- no

se

limitan al

dominio

de las habilidades intelectuales

que estable-

cen las jerarquías basadas en estos ocho tipos de aprendizaje.

en algunas formulaciones

recientes (Gagné, 1975;

Gagné y

Bnggs, 1974), propone distinguir entre cinco

tipos posibles

de

resultados del aprendizaje

escolar:

habilidades motrices,

acti-

tudes, información

verbal, habilidades

intelectuales y

estrate-

gias cognitivas. En

principio,

podrían

establecerse

jerarquías

de aprendizaje para cada uno de

estos tipos

de resultados espe-

rados;

sin embargo, en la práctica

se siguen

tomando las habi-

lidades

intelectuales y

las jerarquía de tipos de aprendizaje

como elementos organizadores básicos de la secuencia de i

ns -

trucción.

La breve y

sintética descripción

anterior

puede hacer pensar

que

en e establecimiento de

jerarquías

de aprendizaje los con-

tenidos de

la enseñanza

están totalmente ausentes. Esto

no

es

del

todo

cierto. Lo que sucede

es

que

e

contenido

se define en

términos de objetivos de ejecución, que especifican lo que el

alumno debe ser capaz de

hacer

en relación con

los

contenidos

de la enseñanza. Para

cada bloque

de contenidos, se

identifica

un conjunto de tareas

o

de

objetivos y

de

ejecución cuyo logro

traduzca

un dominio de

los

mismos. De este modo, cuanto más

concretamente ap arezcan formulados los objetivos, más clara-

mente

pueden determinarse los contenidos

que

abarcan. Según

Gagné, to os

los contenidos de

la enseñanza

pueden tratarse

de

esta

manera para establecer

jerarquías de

aprendizaje y se -

cuencias óptimas

de instrucción.

Independientemente

de

otros aspectos

criticables

y

critica-

dos

de planteamiento de Gagné (cf.,

por

ejemplo, Resnick,

1976; Gimeno Sacristán,

1982),

éste es a

nuestro juicio

uno

de

sus puntos más

polémicos. Hay contenidos

de

la

enseñanza que

se prestan con relativa facilidad

a

ser

traducidos en objetivos

de ejecución.

pero

en otros

casos

esto resulta

extremadamente

difícil. Por

otra

parte, es un hecho ampliamente reconocido

(Strike

y Posner,

1976; Jones

y Russell,

1979)

que el estableci-

miento de jerarquías de aprendizaje es

tanto

más fácil cuanto

más

abajo nos situemos en

la jerarquía

de

tipos de aprendizaje:

en el momento en que las intenciones educativas conciernen el

aprendizaje

de reglas

o

de

resolución

de problemas,

resulta

muy difícil

establecer

jerarquías

de aprendizaje detalladas.

Una propuesta desecuenciación

basada

únicamente en jerar-

quías de

aprendizaje corre así

un

doble

peligro: dejar

de lado

aspectos importantes

del contenido de

la

enseñanza para

los

que no pueden encontrarse correlatos de ejecución

y

desaten-

der

las

intenciones

educativas que

conciernen

aprendizajes

complejos.

Ambas

dificultades

son tenidas en cuenta

por

el

análisis

de

tareas

que

se

inspira

en

el

enfoque

de procesamiento

humano

de

la

información,

uno

de los más

·importantes de la psicología

cognitiva contemporán ea. Este análisis se caracteriza por su

in -

tención explícita

de

describir

los

procesos psicológicos internos

que subyacen

a la ejecución de las

tareas. Habitualmente,

se

establece una distinción

entre

los

datos o

información

y

los

procesos u

operaciones que

se

efectúan sobre estos

datos. El

análisis

cognitivo

de tareas intenta

describir y

explicar

cómo

las personas operan (procesos)

con

los datos que

poseen

(infor-

mación)

para

resolver

una tarea (ejecución). Estos

análisis

to -

man

a

menudo la forma de «programas» de ejecución

o

diagra-

mas

de flujo

en los que aparecen reflejados

los

tres elementos.

Su

finalidad

última

es

la

misma

que la del análisis de tareas

inspirado

en

la

Interpretación

conductista

del

aprendizaje:

con-

tribuir

a

una mayor concreción de las intenciones educativas

y

a proponer

secuencias de

aprendizaje

más

eficaces.

Ladiferen-

cia

esencial entre

ambos reside en que

en este

caso

se

aspira

a

hacerlo teniendo en cuenta los

procesos

de aprendizaje

y

sub-

yacentes

no directamente observables:

no se parte pues de

mo -

delos de

ejecución

(jerarquías de aprendizaje) sino, como re -

cuerda Glaser (1982); de modelos que

especifican

la competen-

cia necesaria

para

la ejecución (<<competent perforrnance»).

El análisis

cognitivo

de tareas está todavía en

un

estadio in -

cipiente

de

desarrollo y, aunque

abre

perspectivas esperanza-

doras y

ha

empezado ya a

mostrar

su

viabilidad

en

tareas

con-

cretas, sobre todo de matemáticas

y

de geometría (cf., por

ejemplo

Resnick

y

Ford,

1978;

Greeno,

1980;

etc.),

no propor-

ciona actualmente una al ternativa

global

al problema de la se -

cuenciación de las

intenciones educativas

tal como

se

plantea

en el proceso

de

elaboración del Diseño Curricular. No obstan-

te,

el

centrar sus

esfuerzos en el

análisis

de

las competencias

subyacentes

a

la

ejecución y,

sobre todo.

al

vincularlas de ma-

nera muy

directa

a

los contenidos de la enseñanza, ha

tenido

la doble virtud

e l lamar

la

atención

sobre la importancia de

estos

últimos y, en,especial, sobre la

importancia

de su asimila-

72

73

Page 41: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 41/91

ción significativa para alcanzar

niveles

elevados

de

competen-

cia de ejecución. En efecto, el grado de

competencia en una

de-

terminada

área

de

conocimiento

parece depender,

en gran

me -

dida, del grado de aprendizaje significativo de sus contenidos

fundamentales. De

cómo organizar

y

ordenar

temporalmente

éstos par-a favorec.er al máximo su aprendizaje significativo se

ocupa precisamente

el

análisis de contenido, que

se

presenta

de

esta

manera

como una

alternativa de secuenciación de las

intenciones educativas viable

y

justificada en principio.

B. l análisis

de

contenido

La diferencia

entre

el

análisis de contenido que tiene en

cuenta únicamente la

estructura interna del contenido de la

en-

señanza para

concretar

y

secuenciar las intenciones educativas

y el que

tiene

en

cuenta además

su

estructura

psicológica cons-

tituye

el

punto de partida de nuestro interés

por

esta alternati-

va.

En

las páginas que

siguen, nos

ocuparemos

sólo

del segun-

do,

el

único susceptible de ayudamos

a

organizar

y

ordenar

temporalmente

las intenciones

educativas

en

el Diseño

Curri-

cular

de

forma consecuente con las

opciones

adoptadas

hasta

el

momento.

A

principios de los

años

sesenta, Bruner 1960;

1966),

al

mismo t iempo que proponía

concretar

los

resultados

esperados

del aprendizaje de los alumnos

en

términos de destrezas cogni-

tivas d. punto 3.1., apartado B.),

l lamaba la

atención

sobre la

importancia de

organizar adecuadamente

los

bloques de conte-

nido para

facilitar

su

aprehensión por los

alumnos.

Aprehender

la estructura de

un

conocimiento quería

decir

ya,

para

este au -

tor, comprenderlo

y

relacionarlo significativamente con

otros

muchos

conocimientos.

La importancia

de enseñar y

aprender

l estructura

del

conocimiento

reside

en que facilita

la

com-

prensión,

permite una mayor

y

mejor

retención, favorece

la

transferencia

y

asegura la continuidad de la enseñanza. No

obstante, la estructura del conocimiento que hace más fácil su

aprendizaje no es un simple calco de la estructura interna de

dicho

conocimiento en su estado final

de

elaboración. Es

nece-

sario investigar cómo debe presentarse la

estructura

del cono-

cimiento para

facilitar

su aprendizaje.

El

planteamiento

de

Bruner despertó enormes expectativas y sirvió para poner de

relieve

la existencia y la

importancia

de estos dos

aspectos en

la

organización

de los

contenidos,

pero

era

todavía excesiva-

mente general para dar lugar

a

prescripciones sobre cómo te -

nerlos en cuenta de

forma simultánea.

i)

Las

jerarquías

conceptuales

El

gran salto hacia adelante

se

produce con

los

t rabajos de

investigaciones de D.P. Ausubel y

sus colaboradores. Firme

partidario de concretar las intenciones educativas por

la

vía de

acceso

de

los

contenidos,

Ausubel

reprocha

a

los

representantes

del

enfoque

racionalista el que tengan en cuenta únicamente la

estructura

lógica

de los conocimientos. En

su

opinión,

y

de

acuerdo con Bruner, existe una diferencia entre

la

organización

formal del contenido

de una materia en

su

estado final de

ela-

boración

y la

representación

organizada

e

internalizada de este

conocimiento en la estructura cognoscitiva de

los individuos

particulares. Ausubel propone

organizar

la secuencia de apren-

dizaje de acuerdo con

la segunda,

es decir, de

acuerdo con los

principios que rigen la formación

y el

desarrollo de la estructu-

ra

cognoscitiva,

contrariamente

a lo

que

es habitual

en

el

aná-

lisis de contenido característico del enfoque racionalista.

Para ello,

el

primer consiste en identificar

los

elemen-

tos

fundamentales

del

contenido

y

en organizarlos

en un

esque-

ma

jerárquico y

relacional, en torno

a los

elementos

que

tengan

la

máxima

generalidad

y

que

puedan

integrar

el

mayor núme-

ro posible de elementos restantes. Esto

exige, por supuesto, te -

ner

un

conocimiento profundo del

contenido.

Gowin citado

por

Novak, 1982)

sugiere

un

guión de cinco

preguntas

directri-

ces para «desempaquetan> el conocimiento de

una

disciplina e

identificar

sus

elementos

fundamentales: ¿cuáles

son

las pre-

guntas clave

a

las que responde

el

conocimiento de la

discipli-

na en

cuestión?; ¿cuáles

son los conceptos

clave?;

¿qué méto-

dos de investigación utiliza para generar

el

conocimiento?;

¿cuáles

son las afirmaciones principales

que

formula en res-

puesta

a

las

preguntas

clave?;

y,

por último, ¿qué juicios de va -

lor hace intervenir?

Una

vez identificados los elementos

más importantes

y

una

vez

organizados en

un

esquema jerárquico

y

relacional.

el

paso

siguiente consiste en ordenarlos de acuerdo con las leyes de la

organización

psicológica

del conocimiento,

es

decir, de acuerdo

con las leyes del aprendizaje de la retención significativa d.

punto

2.4.).

Los principios que deben tenerse en cuenta

son, si -

guiendo

el

análisis

de

Novak 1982), los siguientes:

-

Todos los alumnos pueden aprender significativamente

74

7

Page 42: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 42/91

un contenido a condición de que dispongan de conceptos rele-

vantes

e

inclusores en

su estructura cognoscitiva (para Ausubel

y sus colaboradores la estructura cognoscitiva

es

un sistema de

conceptos

organizados jerárquicamente

mediante

el

cual las

personas se representan una parcela

de

la realidad; los concep-

tos

más

amplios,

generales

y

estables de la estructura cognosci-

tiva son denominados inclusores).

-

El

contenido

del aprendizaje debe ordenarse

de

tal

m

a-.

nera que

los

conceptos más generales e

inclusivos

po r 10 tan-

to, los

más impor tantes- se

presenten

al principio. Esto favo-

rece

la

formación de conceptos inclusores en la estructura

cog-

noscitiva de

los

alumnos que facilitan,

posteriormente,

el

aprendizaje significativo de

los

otros elementos

del

contenido.

- Con el

fin

de lograr una diferenciación progresiva

del co-

nocimiento del alumno e s decir, la incorporación

a

su estruc-

tura

cognoscitiva de nuevos elementos que

enriquecen

y

diver-

sifican los

inclusores iniciales- así como

una

reconciliación

integradora posterior e s decir,

la coherencia

del

conjunto de

conceptos de

la

estructura cognoscit iva-, las secuencias de

aprendizaje tienen que

ordenarse partiendo

de

los

conceptos

más

generales

y

avanzando de

forma progresiva hacia

los

con-

ceptos más específicos. (Nótese

que

este

principio es

opuesto al

que

se deriva

de las jerarquías de aprendizaje de

Gagné.)

- Después de presentar

los

conceptos más

generales

e

in -

clusivos del

contenido, la introducción de

los elementos

poste-

riores debe

hacerse

mostrando tanto

las

relaciones

que

mantie-

nen

con

los primeros como

las relaciones que

mantienen

entre

sí. Esta -manera de proceder facilita la diferenciación

progresi-

va

y la reconciliación

integradora.

-

La

presentación

inicial

de

los

conceptos más importan-

tes,

generales

e

inclusivos

del

contenido debe apoyarse

en

ejemplos concretos

que

-los

ilustren empíricamente.

Resumiendo,

la

propuesta de análisis de

contenido

que

se

deriva

de los t rabajos

de

Ausubel

y

de

sus

colaboradores con-

siste en establecer jerarquias conceptuales que prescriben

una

secuencia descendente:

partir

de los conceptos más

generales

e

inclusivos hasta llegar a

los

más específicos,

pasando por

los

conceptos

intermedios.

Esta secuencia está matizada por la pre

sentación

dclica de todos los conceptos con

el fin

de promover

la diferenciación progresiva y la integración reconciliadora de

los

mismos

poniendo

de relieve las

relaciones

de diferente na-

turaleza que mantienen entre sí (semejanza, diferencia, coordi-

nación, supraordenación, subordinación,

etc.). E n el

siguiente

esquema se representan gráficamente estos dos aspectos de la

secuenciación

de

los

contenidos a partir de

las

jerarquías con-

ceptuales

(Novak, 1982, p. 118 .

Conceptos

más

Importantes.

generales

e

inclusivos

0>

 · ·

Conceptos Inter-medios

/

\

Conceptos especlficos

r

Ó

R

O

La

propuesta derivada del

establecimiento

de

jerarquías

conceptuales tiene un enorme interés para nosotros, pues per-

mite

abordar

la secuenciación

de

las intenciones

educativas

en

el proceso de elaboración del Diseño Curricular dentro de las

coordenadas

que hemos previamente: es

compati-

ble con una

interpretación

constructivista del aprendizaje

esco-

lar y de la

intervención pedagógica;

tiene en

cuenta

tanto la

estructura interna de

los

contenidos de la enseñanza como los

procesos

psicológicos

que intervienen en

el aprendizaje signifi-

cativo; y puede aplicarse

indistintamente

a

bloques

de conteni-

do más

o

menos amplios, prestándose

por lo

tanto

a ser

utiliza-

da en los diferentes niveles de concreción

que

hemos

decidido

incluir en el

Diseño Curricular.

Sin embargo,

presenta el inconveniente, gravísimo a

nues-

t ro juicio, de centrarse de forma prioritaria

y aun

exclusiva

en

los

componentes

conceptuales del contenido, de tal

manera

que

el único

tipo de criterios útiles

para

establecer secuencias es

el

que concierne

las

relaciones

entre conceptos. Reducir a concep-

to

los contenidos

de

la enseñanza, como

se

hace

de

hecho

en

las jerarquías conceptuales, es a todas luces abusivo. l igual

que antes decíamos,

a

propósito de las

jerarquías

de

aprendiza-

je de Gagné, que hay contenidos para los que no es

fácil

esta-

blecer correlatos de

ejecución sin

que

ello suponga desvirtuar-

los profundamente, del mismo

modo

debemos decir

ahora,

a

propósito de

las jerarquías

conceptuales,

que

hay

contenidos

cuyo

análisis

en términos

de

conceptos

y

de relaciones

entre

conceptos

sólo es factible si

renunciamos

a captar

aspectos

77

6

Page 43: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 43/91

esenciales

de su

natur aleza intr ínseca. Definir una técnica

de

vi

l)

u

trabajo o una

norma -contenidos

habituales de la educación

'c;;

escolar - atendiendo únicamente a

los

conceptos a los que ha -

cen

referencia supone,

a nuestro

entender,

dejar de

lado preci-

¡::

l)

E

samente

los

aspectos

más

característicos

de una

técnica de

tra-

o

bajo o

de

una norma.

v

¡::

l)

j i )

ipología

e

relaciones para

secuenciar

los

contenidos

ro

En realidad, la gama de relaciones entre

los

elementos del

§

contenido que pueden utilizarse para

su secuenciación es

muy

P..

ro

amplia

y

varía en función

de la naturaleza

misma

de los

conteni-

¡::

;::l

dos.

Posner

y Strike 1976),

en

el

marco

de un intento dirigido a

l)

inventariar

y

categorizar las relaciones

que

pueden servir en

O

<JI

l) <JI

p

rincipio para secuenciar

el

contenido de

la

enseñanza, estable-

t

ro o

cen cinco grandes

categorías:

relaciones factuales,

relaciones

p.e¡::

<JI •

conceptuales,

relaciones de indagación, relaciones de

aprendiza-

 

je y

relaciones

de utilización. El cuadro adjunto define y

ejempli-

J- OC

¡g ...c:

fica estas

cinco

categorías y

las subcategorías

correspondientes.

Como

señalan

Posner

y

Strike,

de

todos

los tipos y

subtipos

¡::::::

wlS

posibles de relaciones entre los elementos del

contenido, las

je -

rarquías

conceptuales únicamente

tienen

en cuenta

dos: las re -

laciones

de clase

entre conceptos

y

las relaciones

de

farniltari-

dad

en

el aprendizaje. Aunque

esta categorización

es discutible

y, a nuestro

juicio,

excesivamente

simplificadora

l a s

relacio-

nes de. familiaridad, por ejemplo, están lejos de hacer justicia

a las leyes del aprendizaje significativo que tienen en cuenta

las jerarquías conceptuales

- lo cierto es

que

la

propuesta

de

Ausubel y Novak,

al

centrarse

en

los

conceptos

o

en

los

compo-

nentes conceptuales de los

contenidos,

deja

de lado relaciones

que son

esenciales

para otros tipos de contenidos o para los as-

pectos no conceptuales de los contenidos.

La

solución

de este

gran

inconveniente

de las jerarquías

conceptuales reside, por una parte, en

ampliar

el concepto mis-

mo de contenido

para

dar

cabida

a

los

elementos

no

estricta-

mente

conceptuales de la educación escolar y, por otra, en

ha -

cer extensivo a la secuenciación de estos últimos el respeto por

los principios

del aprendizaje

significativo. En esta línea

se

si-

túa la teoría de la elaboración, algunos de cuyos capítulos va-

mos a describir seguidamente con cierto detalle por ser la pro-

puesta que

proporciona, a nuestro

entender,

el esquema

de con-

junto más

completo

y coherente

para

secuenciar

los

contenidos

de la enseñanza.

78

Page 44: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 44/91

Page 45: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 45/91

S. Relaciones de utiliza

ción.

Describen las relaciones

4.2. Relaciones de familiari

dad.

Describen relaciones entre los

elementos del contenido aten

diendo al mayor o menor gra

do de familiaridad p r el

alumno.

4.3. Relaciones de dificultad.

Describen relaciones entre los

elementos del contenido aten

diendo al mayor o menor gra

do de dificultad que presenta

su aprendizaje.

4.4. Relaciones vinculadas

con el nivel de desarrollo.

Describen relaciones entre los

elementos del contenido aten

diendo al nivel de desarrollo

del alumno más apropiado

p r su aprendizaje.

4.5. Relaciones de interioriza

ción.

Describen relaciones entre los

elementos del contenido aten

diendo al mayor o menor gra

do de interiorización que exi

ge su aprendizaje.

5.1. Relaciones de procedi

miento.

Describen relaciones entre los

Estudiar la economía doméstica antes de estudiar sis

temas económicos más complejos.

Estudiar los medios de transporte familiares antes de

estudiar sistemas de transporte desconocidos.

Enseñar a restar sin llevar antes de enseñar á restar

llevando.

Enseñar a resumir un cuento corto antes de enseñar a

resumir

un

novela.

Enseñar las propiedades .de la geometría topológica

antes de enseñar las propiedades de la geometría eu

clidiana.

Enseñar a clasificar objetos antes de enseñar el con

cepto de número.

Conocer

un

norma antes de comportarse de acuerdo

con ella.

Enseñar a reconocer actitudes ajenas antes de enseñar

a reconocerlas en uno mismo.

Enseñar los efectos de la polución ambiental. analiza r

sus causas y enseñar cómo se puede evitar.

Enseñar a coger adecuadamente la raqueta de tenis

Page 46: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 46/91

Page 47: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 47/91

La panorámica global que constituye el primer paso de la

secuencia elaborativa recibe el nombre de

epítome

Un epítome

se distingue de

un compendio

o

resumen porque integra

los

componentes esenciales

del contenido

en vez

de

resumirlos o

sintetizarlos.

La función del epítome

es

transmitir

los

elemen-

tos fundamentales del contenido

que vehiculan su esencia.

Los

elementos

que forman

parte del epítome

se seleccionan

de tal

manera que

el

resto

de elementos del contenido pueden consi-

derarse una ampliación

o

una complexificación del mismo. El

epítome

es, por

definición,

general,

pero

incluye

ejemplos prác-

ucos de aplicación

y/o

ilustraciones

empíricas.

En

suma,

el

epí-

tome

se

caracteriza por

las

propiedades

siguientes:

- No incluye todos

los

elementos importantes del

conteni-

do,

sino sólo

los

más fundamentales

y representativos;

- . sus elementos se eligen de manera que el

resto

de

ele-

mentos

del

contenido

aporten mayores detalles de lo

más ge-

neral

a lo

más detallado)

o

mayor complejidad de

lo

más sim-

ple

a

lo más complejo);

- el epítome es objeto

de

enseñanza en un curso, el

epíto-

me

es el

primer

tema

del programa);

- el

epítome

se

enseña

a

un

nivel

de

aplicación, mediante

ejercicios

prácticos

o ilustraciones empíricas, con el fin

de

ha -

cerlo

significativo

para

el

alumno;

- el epítome

tiene

una orientación

básica de

contenido

(ef.

la clasificación

de los contenidos que propone

la

teoría

de la

elaboración); según el

tipo de contenido

elegido

para

organizar

la enseñanza, el epítome puede

ser conceptual,

teórico o

de

procedimientos;

-

los elementos del contenido

que no

responden

a

la orien-

tación elegida

se

incluyen

sólo en la

medida en que son

rele-

vantes

para

la comprensión de los que sí responden

a

ella;

- el

proceso de confección de un epítome exige los pasos

siguientes: seleccionar una orientación básica de contenido

conceptual, teórica

o

de

procedlmíentos)

en

función

de

los re-

sultados esperados del aprendizaje; hacer un análisis del conte-

nido que sirve de base para organizar la enseñanza

según

la

orientación elegida, este análisis se efectuará sobre conceptos,

principios

o procedimientos); seleccionar

los

elementos

más

fundamentales y representativos del contenido que han de apa-

recer

en el epítome;

seleccionar los otros elementos

de conteni-

do que no corresponden a la orientación elegida, pero que son

relevantes

para enseñar

el epítome.

Volvamos

ahora

a

los

niveles

de

elaboración de

compleji-

dad

creciente. El

nivel de elaboració n

consiste en

proporcio-

nar

informaciones

más detalladas o

complejas

sobre los

ele-

mentos

que

aparecen en

el epítome, Por supuesto, en

este nivel

no se incluyen l totalidad de informaciones

relativas

a los ele-

mentos del epítome que se están elaborando. De hecho, el

re-

sultado de este

primer nivel de elaboración constituye

a su

vez

un epítome para proceder posteriormente

a

un segundo nivel

de elaboración,

y

así

sucesivamente. La profundidad en la que

se si túa

la elaboración

en el

nivel

1 es

variable

y

depende fun-

damentalmente

del conocimiento previo del alumno. Para

que

la

enseñanza sea eficaz,

es necesario que la

distancia entre

el

nivel de profundidad en que se sitúa la elaboración y el bagaje

de

conocimientos

previos

pertinentes del alumno no

sea

excesi-

vamente

grande ni

excesivamente pequeña.

El

nivel

2 de elaboración es idéntico al nivel 1

excepto en

el

hecho de que

se

elabora uno de los elementos del

nivel 1

en vez

de uno

de

los elementos del epítome. De

forma

similar, el

nivel

de elaboración proporciona

mayores detalles e

informaciones

respecto

a uno

de

los

elementos

del

nivel

2; y así sucesivamente

para las elaboraciones siguientes. En

todos

los casos,

la

elabo-

ración que resulta en

un

determinado nivel se convierte a su

vez en

un epítome para

la

elaboración subsiguiente.

Señalemos

aún

que,

de

acuerdo

con

las prescripciones

de

la

teoría,

al

término

de

cada nivel

de elaboración

debe

presentar-

se un resumen, una

síntesis

de los elementos elaborados

y

un

epítome ampliado.

El resumen incluye todos

.los elementos

nuevos de contenido

que

se han presentado en

el

correspon-

diente nivel

de

elaboración; la síntesis

muestra

las

relaciones

entre

los elementos presentados

en el nivel

de elaboración, así

como

las relaciones entre estos

elementos

y

aquellos

de niveles

anteriores que elaboran;

el

epítome ampliado

es el epítome

ini-

cial enriquecido y ampliado por la presentación de los nuevos

elementos

y

relaciones.

Nótese que

esto asegura

la

revisión Í

clica del contenido a diferentes niveles de profundidad.

El conjunto

de

la

secuencia elaborativa

prescri ta puede

re -

presentarse gráficamente del siguiente modo Adaptado de

Rei-

geluth, 1979):

86

87

Page 48: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 48/91

(3) Resumen, síntesis y epíto-

me

ampliado.

nivel

1

de elabora-

(3 )

Resumen, síntesis epíto-

me

ampliado.

(5) Resumen, sfntesiay epíto-

me ampliado.

nivel

2 de elabora-

(5 ) Resumen, síntesis epíto-

me

ampliado.

(6)

Niveles sucesivos de elaboración

exigidos por

los re-

sultados

esperados

del

aprendizaje.

Resumen síntesis

final.

Epítome terminal.

La descripción

precedente de

la secuencia

elaborativa

mues-

tra la importancia del contenido y la

necesidad

de proceder a

un

análisis del

mismo,

tanto para

construir

el epítome

como

para

establecer los niveles sucesivos de

elaboración.

Los

contenidos

de la

enseñanza: tipos

y

análisis

Un postulado fundamental en el establecimiento de la se-

cuencia

elaborativa

es que debe tener una orientación

básica

de

contenido;

en otros términos,

la

organización de la enseñan-

za

toma como

base

un tipo

de contenido (contenido organiza-

dor), introduciendo

los

otros tipos de contenido en la medida

en que sean

relevantes

para el primero y le sirvan de

apoyo

(contenidos de

soporte).

La concreción

de la

secuencia elabora-

tiva e s

decir, la puesta a

punto

del epítome inicial,

la plani-

ficación de las

elaboraciones

sucesivas,

los

resúmenes, síntesis

parciales y

epítomes

ampliados al término de

cada nivel

de ela-

boración,

así como

el resumen, la síntesis y el epítome

f inales-

depende de la naturaleza y de las propiedades del contenido

organizador.

Según la teoría de la

elaboración,

los

contenidos de la ense-

ñanza

pueden

clasificarse

en un

número

reducido de

catego-

rías. Para cada

tipo de

contenido,

es posible identificar un de-

terminado tipo de relaciones entre

sus elementos

y

estas

rela-

ciones, a su vez, permiten establecer estructuras de contenido,

.

que

proporcionan el hilo conductor para

la

secuencia elaborati-

va. Vamos a ocuparnos,

por

este orden, de

los

tipos

de

conteni-

dos, de los

tipos

de

relaciones y de

los

tipos

de estructuras.

En cuanto

a la clasificación de

los contenidos de la enseñan-

za,

la propuesta consiste en distinguir tres tipos

fundamentales

que pueden ser utilizados,

cada

uno de ellos, como contenidos

organizadores: conceptos, principios y procedimientos. Un con

cepto

designa un

conjunto de

objetos,

sucesos,

situaciones o

sí m

bolos que

tienen

ciertas· características

comunes.

Un princi

pio

es

un enunciado que describe cómo

los

cambios que

se pro-

ducen en

un

objeto,

un

suceso o una si tuación o en un con-

junto de objetos, sucesos o

situaciones-

se relacionan con los

cambios

que

se producen

en otro objeto, suceso o

situación o

en

otro

conjunto de objetos, sucesos o

situaciones;

los

princi-

pios

suelen describir

relaciones causa-efecto,

pero pueden tam-

bién

describir

otras relaciones

de

covariación.

Un

procedimien

to l l amado también a menudo regla, técnica, método, destre-

za o habil idad- es un conjunto de

acciones

ordenadas y finali-

zadas,

es

decir, dirigidas

a la consecución

de una meta; para

que un

conjunto

de acciones constituya

un procedimiento,

es

necesario

que esté orientado hacia

una meta

y que

las

acciones

o pasos se sucedan en un cierto orden; la complejidad de

los

procedimientos varía

en

función del número de acciones

o

pa -

sos

implicados,

del grado de

libertad

en

el orden

de

sucesión y

de

la naturaleza

de

la meta a cuya consecución se

orientan.

A

estos tres tipos de

contenido

se añade todavía

un cuarto, los

he

chos discretos que pueden

ser también

objeto

de

enseñanza,

pero que juegan casi siempre el

papel

de contenido de soporte

(para

mayores detalles

sobre

esta clasificación, cf. Reigeluth y

Rodgers, 1980; y

Reigeluth,

1983).

Pasando

ahora a

las

relaciones

con pertinencia

instruccio-

nal e s decir, pertinentes para la organización y secuencíación

89

8

Page 49: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 49/91

de

la enseñanza- que pueden darse entre los

elementos de

es-

tas diferentes clases de contenidos, Reigeluth, Merrill

y

Bun-

derson

(I978)

distinguen

cinco

categorías:

relaciones de requi-

sitos

de aprendizaje, relaciones de procedimiento, relaciones

de supraordenación/subordinación/coorclinación, relaciones

de

principios, y relaciones de

atributos.

Las relaciones de requisitos de aprendizaje han sido

las

más

estudiadas, pues corresponden grosso

modo

a las jerarquías

de

aprendizaje de

Gagné. Son relaciones entre elementos del con-

tenido que describen lo que el alumno debe conocer o

debe

ser

capaz de hacer) antes

de

realizar un nuevo

aprendizaje.

El

ejemplo

siguiente muestra que

los

conceptos de

tiempo

y de ve-

locidad

deben

comprenderse

antes

de que sea posible aprender

el concepto de aceleración. Las flechas entre niveles diferentes

indican una jerarquía en el aprendizaje: el alumno debe cono-

cer (ser capaz de hacer) X antes de poder aprender (ser capaz

de hacer) Y.

Aceleración

concepto

concepto

concepto

conceptos

concepto

discriminación

(Tanto este

ejemplo como

la mayoría de los

siguientes

están

sacados

del

Trabajo de Reígeluth, Merrill y Bunderson, 1978).

Las relaciones de procedimientos

t raducen también jerar-

quías,

pero

entre las

acciones

o pasos necesarios para

alcanzar

una

meta.

Hay

dos

grandes

tipos

de relaciones de

procedimien-

tos: las que describen el

orden

en que deben ejecutarse las ac -

ciones o pasos

relaciones de orden

y las que describen alterna-

tivas posibles

de

acción en el orden a

seguir

relaciones de deci-

sion . Las

primeras son

similares

e n

cuanto

a la

forma que

adoptan,

no en cuanto a lo que prescr iben- a las relaciones de

requisitos de aprendizaje. En

cuanto

a

las

segundas, suelen

re -

presentarse mediante diagramas de flujo. He aquí

un

ejemplo

simplificado

que

concierne el

procedimiento

de

substracción

de

números

sin

llevar

con varios dígitos:

Coger

la columna de

d1gitos

que está

situada más

a

la

derecha.

Substraer

el

número

ínferíor

del superior.

>-- - - , , -+1 Coger la siguiente columna

a l izquierda.

Las

relaciones

de subordinación, supraordenacián y coordina-

ción

conciernen las relaciones de clases

entre

conceptos, así

como las relaciones de pertenencia a un concepto. Suelen dis-

tinguirse dos

subtipos

de

relaciones dentro

de esta categoría:

las que responden al enunciado general «un x

es

una especie

de y y las

que responden al

enunciado general «un x es

una

parte

de

y»;

en el

primer

caso tenemos

taxonomías

de tipos. en

90

91

Page 50: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 50/91

Page 51: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 51/91

I I I

I I

tipos de contenidos, tipos de relaciones

y

estructuras de conte-

nidos

véase el paralelismo

con la clasificación de

Posner y

Str ike que hemos comentado antes). Las jerarquías de

requisi-

tos

de aprendizaje son estructuras de naturaleza distinta de

las

otras cuatro. Utrlizando la analogía de Reigeluth

y

Stein

1983,

p.

358),

si

representamos una estructura conceptual, teórica

o

de procedimientos sobre una hoja

de

papel

y

mantenemos ésta

horizontalmente en

el

aire, para cada uno de

los

componentes

podremos construir

verticalmente

una jerarquía

de

requisitos

de aprendizaje. Esta

es la

razón

por

la que las

jerarquías

de

requisitos de

aprendizaje no

pueden utilizarse como hilo

con-

ductor para la organización de la enseñanza,

aunque

jueguen

efectivamente un papel

destacado en la misma.

Si bien esta triple

tipología de contenidos,

relaciones

y

es-

tructuras no

es

exhaustiva

como

veremos

más

adelante,

en

nuestra opinión el Diseño Curricular de la Enseñanza

Obligato-

ria

debe incluir además

otros

tipos

de

contenidos), su

utilidad

reside en que proporciona elementos concretos de acción

para

la organización

y

la secuenciación de la enseñanza. Por otra

parte, la teoría de la elaboración postula que las relaciones

en -

tre los elementos

del

contenido

no

pueden ser

dejadas a merced

de un eventual descubrimiento por

.los

alumnos, sino que de-

ben ser

enseñadas explícitamente con el

fin

de conseguir un

aprendizaje más significativo, una mayor retención

y

una ma -

yor transferencia de

lo

aprendido.

I I I

La secuenci elaborat iva en función de la n tur lez

del

contenido org niz dor

El tipo

de contenido

elegido para

organizar

la enseñanza de

una materia

depende, en

parte,

de

la naturaleza de

la:

materia,

pero también

y sobre

todo de los resultados esperados del

aprendizaje de los alumnos. Sobre una misma

materia, se pue-

de

aspirar

a

que

el aprendizaje

de

los

alumnos

concierna

fun-

damentalmente

a

los aspectos conceptuales,

a

los aspectos teó-

ricos

o a

los aspectos de procedimiento. En último término, ele-

giremos Una

u

otra orientación básica

del

contenido de la ense-

ñanza

según

que las características de

los alumnos

aconsejen

que su aprendizaje

se

organice básicamente en torno

a concep-

tos, en torno a teorías o en torno a procedimientos. Así por

ejemplo, en

el

caso de la enseñanza de las matemáticas pode-

mos optar por una orientación

de

procedimientos

en

un curso

introductorio, por una orientación conceptual en un curso su-

95

Page 52: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 52/91

p.erior

y una

orientación teórica

en un

curso de especializa-

ción.

Conviene no olvidar, sin

embargo,

que sea

cual

sea

el

con-

tenido organizador

elegido, los otros dos

están siempre

presen-

tes en mayor o menor grado como contenidos de soporte. Si en

u.n

curso introductorio

de enseñanza de

las

matemáticas, por

ejemplo, elegimos los

procedimientos

como contenido organi-

zador, los

conceptos

y

los principios

teóricos se incluirán en la

en

que

sean

un

soporte

para la

comprensión de los pro-

cedirnientos

y

en

el momento

en que

jueguen esta

función,

aun-

que no desempeñen

por supuesto

una función

organizadora.

Una

vez elegida la orientación

básica de

contenido,

identifi-

cados

los elementos del mismo, analizadas las relaciones en

presencia y

establecidas

las estructuras correspondientes,

esta-

remos

ya

en

disposición de organizar la

enseñanza

de acuerdo

con la

secuencia

elaborativa

que

prescribe la

teoría de

la

elabo-

ración. Aunque el modelo general de secuencia

elaborativa

es

el mismo en

todos los

casos - n o puede

ser de

otro modo,

ya

traduce

los principios esenciales del

aprendizaje significa-

tívo->, su concreción

da

lugar a variantes según la

orientación

de contenido elegida y, en consecuencia, según el tipo de es-

t ructuras de contenido a las que se aplica. De

acuerdo

con Rei-

  y Stein I983, pp. 368-369), estas variantes pueden ca -

ractenzarse

brevemente

como sigue.

a enseñ nz orient d conceptu lmente utiliza

una

estruc-

tura

- taxonomía de

partes, taxonomía

de tipos

o

matnz - para su

organización.

El epítome incluye

los

concep-

tos más

fundamentales y representativos

de

esta

estructura,

que son también

los

más

generales

e

inclusivos.

Los

conceptos

presentados en los sucesivos niveles de elaboración introducen

detalles

y

precisiones respecto

a

los conceptos

que

figuran

en

el

epítome.

La enseñ nz orient d a procedimientos

utiliza

una

estruc-

tura

de procedimientos

estructura de orden o estructura

de de-

  para su organización. El

epítome

incluye el procedí-

miento o procedimientos más simples y al mismo t iempo más

generales; es decir, los que implican

un

menor número de pa-

  o

de

acciones y se aplican a una

gama

más amplia de sítua-

ciones. Los

procedimientos

que se presentan

en

los sucesivos

niveles de elaboración son procedimientos a la

vez

más com-

plejos y más específicos

que

los que figuran en el epítome; es

decir, aunque sirvan para alcanzar las mismas metas o metas

similares, comportan un mayor

número

de

pasos

o de acciones

y

se

aplican sólo en determinadas condiciones. La

secuencia

elaboratíva que prescribe avanzar de lo más simple y general

a

lo

más

complejo

y detallado

se concreta

pues en este

caso

en

una

gradación de procedimientos, de tal manera que incluso

los

más sencillos y generales,

los que

figuran en el

epítome,

tie-

nen

una unidad y una significación en sí

mismos

contraria-

mente a lo que

sucede en

la gradación de los pasos o partes de

un procedimiento

según

su

complejidad

creciente

que

prescri-

ben las jerarquías de aprendizaje).

Cada

procedimiento

se

pre-

senta

como

un verdadero

«modelo de trabajo» Bunderson,

Gibbons

y

Olsen,

1981), mientras que la secuencia elaborativa

consiste en

una gradación de «modelos de

trabajo» progresiva-

mente más complejos y más

específicos

en sus condiciones

de

aplicación. I

La enseñ nz orient d a principios utiliza

una

estructura

teórica estructura

descriptivo-explicativa o estructura pres-

criptiva)

para

su organización. El epítome incluye los princi-

pios

más simples

y

fundamentales.

La secuencia

elaborativa

consiste en

introducir versiones progresivamente más

comple-

jas,

específicas, matizadas

y contextualizadas

de los

principios

que

figuran

en

el epítome.

C.

riterios generales p r secuenci r las intenciones educ tiv s

teoría

de

la

elaboración ofrece

pues

un esquema

de

con-

junto coherente para

secuenciar

los contenidos de la enseñanza

que integra las principales aportaciones de la investigación psi-

cológica actual y que, además, tiene la

ventaja

de incluir

pres-

cripciones concretas

relat ivamente

fáciles de aplicar.

Si a

ello

añadimos que

es

compatible con la manera

de

entender la

edu-

cación -y

más concretamente, la

educación

escolar-

que he -

mos explicitado en el punto 2.1., así

como

con la interpretación

constructivista

del aprendizaje escolar y de

la

intervención pe-

dagógica que hemos

asumido en

el

punto

2.4., se

comprenderá

l interés que le atribuímos para el proceso

elaboración

del

Diseño Curricular y su influencia sobre la propuesta global for-

mulada

más adelante (ef.

capítulo 4).

Por

el momento

vamos

a

limitarnos a precisar los criterios generales para. la secuencia-

ción de las intenciones educativas - e n la triple

vertiente

i nter-

ciclos,

interniveles e intraniveles- a

la luz

de la

revisión prece-

dente

de¡

análisis de tareas y del análisis de contenido.

96

97

Page 53: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 53/91

 i)

a

secuenciacián interciclos

En su proceso de concreción, las intenciones educativas

adoptan la forma a nivel

de Ciclo

cf. esquema del punto 3.1.)

de Objetivos

Generales. Los Objetivos

Generales son enuncia-

dos

que

precisan las capacidades que el alumno elebe

haber

ad -

quirido al finalizar el

ciclo corrcspond icntc

ele la enseñanza

obligatoria. Los Objetivos Generales de

Ciclo

se concretan en

Objetivos Generales de

Área,

que precisan

las

capacidades

que

el alumno debe

haber

adquirido n cada una de

las

áreas

curri-

culares al

finalizar

el

ciclo en

cuest ión. Así

pues, mientras los

Objetivos Generales de Ciclo

conciernen

sólo

los resultados

es-

perados

- l a s capacidades aprendidas de

los

alumnos- ,

los

Objetivos Generales de Área incluyen una primera referencia a

los contenidos como

conjuntos

de saberes articulados

que

cons-

tituyen las áreas

curriculares.

Las capacidades aprendidas de

los alumnos que

figuran en

los Objetivos Generales de

Ciclo de-

terminan tanto las áreas curriculares

que

deben contemplarse

en el

ciclo como

los resultados

esperados

del aprendizaje

en

cada una de

ellas.

La concreción de las intenciones educativas

mediante una

vía de acceso simultánea

por

contenidos

resul-

tados

esperados

empieza precisamente

en

este

punto:

en

el

paso de los Objetivos Generales de

Ciclo

a

los Objetivos

Gene-

rales de

Área.

La secuenciación interciclos se plantea pues

en términos

de

secuenciación

de

Objetivos Generales

de

Ciclo y consiste bási-

camente

en establecer una jerarquía en

las

capacidades

de los

alumnos que

son susceptibles

de ser aprendidas y enseñadas)

o de

ser

permeables a la educación escolar. Para llevar a cabo

esta tarea

de forma totalmente rigurosa, sería necesario dispo-

ner de una taxonomía de las capacidades humanas que tienen

estas

características, seleccionar las

más importantes

para el

crecimiento personal del alumno n el marco de

la

sociedad ac -

tual

d.

punto

2.1.)

y encontrar criterios para

su secuenciación.

Cada

uno de estos pasos

plantea

dificultades

exige

tomar

en

consideración informaciones diversas. Empezando con el pri-

mero, el problema más grave

es

que

no

disponemos en

la ac -

tualidad de

una taxonomía

de capacidades humanas aprendi-

das que sea ampliamente aceptada y que tenga una base empí-

rica sólida; en el segundo el

problema

crucial reside en decidir

lo que

se

considera

importante para el

crecimiento personal

del

alumno n el marco de la sociedad actual, decisión que

está

ne-

cesariamente impregnada por el sistema

de

valores a partir del

cual

se analiza la sociedad,

así

como

por

la concepción global

que se tenga del ser humano; en el tercero,

por

último, el pro-

blema

consiste

en que los criterios para secuenciar

las

capaci-

dades humanas

aprendidas

dependen

en gran medida de cómo

se definan

se

categoricen, lo cual, como hemos dicho, está le-

jos de ser

evidente en

el momento actual.

Desde un punto de vista práctico,

sin

embargo, estas dificul-

tades pueden,

si

no solucionarse,

al

menos soslayarse,

mediante

un procedimiento que consiste en lo siguiente. A

partir

de los

Objetivos Generales

de la enseñanza obligatoria

(finalidades

del

sistema

educativo que competen al

conjunto

de la enseñanza

obligatoria),

se

trata de

responder,

mediante aproximaciones su-

cesivas la siguiente pregunta: ¿qué

tipos

de habilidades, de des-

trezas, de

posibilidades

de

acción, de

tendencias de comporta-

miento, son

necesarias

-y /o

serán

probablemente necesarias a

corto

y

medio plazo-

para que un

niño pueda convertirse

en un

miembro adulto y activo de la sociedad, capaz de interactuar

constructivamente

con

los otros miembros de

la

misma y

capaz

de enfrentar y resolver eficaz y

creativa

mente los problemas ha-

bituales que se le

planteen

en

el transcurso de

su existencia?

Si

decimos

que

se

trata

de

responder esta pregunta

.median-

te

aproximaciones

sucesivas, es porque estamos firmemente

convencidos

de

que no hay técnica alguna que proporcione una

respuesta

unívoca a la misma.

Por

supuesto, las aportaciones

del

análisis

sociológico

juegan

un

papel

importante

al respecto,

como

lo

juegan también las

aportaciones

del

análisis

psicológi-

co

sobre los procesos de crecimiento personal,

pero

el

debate

y

la confrontación de posturas filosófico-ideológicas son, no sólo

inevitables,

sino

incluso convenientes. Desde el

punto de

vista

puramente técnico -que insistamos una

vez

más, no es el de-

cisivo

en este

nivel de concreción

de

las intenciones

educati-

vas -

puede

ser

útil consultar las taxonomías al uso de las ca-

pacidades

humanas

aprendidas (como la

de

Bloom

o

la de Gag-

né),

pero no

para

establecer

a

partir

de

ellas

los

Objetivos

Ge-

nerales, sino

más

bien

para tenerlas

como

recordatorio

de

los

grandes tipos

de

capacidades

que

conviene tener presentes en

el momento

de

respoder

la pregunta que

antes formulábamos.

En cualquier caso, las «aproximaciones sucesivas» deben

con-

templar

como

mínimo, a nuestro juicio, cinco grandes

tipos

de

capacidades:

intelectuales o cognitivas; motrices;

de

equilibrio

personal

(afectivas);

de

relación

interpersonal; y

de

inserción y

actuación social.

98

99

Page 54: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 54/91

Una

vez

establecidos, mediante este

procedimiento,

los Ob-

jetivos Generales, los criterios

para su secuenciación y poste-

rior ubicación en los diferentes ciclos

de

la enseñanza obligato-

ria son fundamentalmente de

dos

tipos: los que hacen referen-

cia

a la

complejidad intrínseca

de

las capacidades

que

figuran

en los Objetivos Generales;

y

los que

conciernen las posibilida-

des,

limitaciones e inclinaciones típicas del nivel medio de cre-

cimiento personal de los

alumnos

en

las

edades correspondien-

tes

a

los distintos ciclos. En la aplicación de este segundo

crite-

rio,

las aportaciones de la

psicología

evolutiva -y en particu-

lar, de la psicología genética y de la teoría del desarrollo opera-

tivo

de

la inteligencia-

juegan obviamente un papel

decisivo.

Tres

últimos

comentarios para terminar con este

bloque

de

sugerencias relativas a

los

Objetivos Generales de Ciclo, su con-

creción y su secuenciación. E l

primero

es

que,

de

acuerdo con

lo

dicho, los

Objetivos Generales de

Ciclo adoptan

la forma si-

guiente: «El

alumno

será

capaz de ...

descripción del tipo

o

sub

tipo de

capacidad seguida, eventualmente,

del

tipo de

circuns-

tancias

en las que se manifiesta)», El segundo es

que,

debido a

la combinación de los dos criterios

mencionados,

un mismo

tipo

o

subtipo de capacidad

puede

estar

presente en

Objetivos

Generales de varios o incluso de

todos los

ciclos de la enseñan-

za obligatoria; esto

sucederá

cuando la capacidad

en cuestión

no

esté

fuertemente modulada

en sus manifestaciones

por

el

ni -

vel

de desarrollo evolutivo o por la adquisición de otras capaci-

dades.

Esta

es la razón

por

la

que se

aconseja

que,

eventualmen

te los Objetivos Generales de Ciclo incluyan una descripción

del tipo de circunstancias en

que

se

manifiesta la capacidad. A

la inversa, un tipo o subtipo de capacidad puede figurar

en

los

Objetivos Generales de un sólo

ciclo;

esto sucederá cuando su

adquisición

esté fuertemente

condicionada

por

un

nivel de de -

sarrollo evolutivo o por la adquisición previa de otras capaci-

dades.

El tercer y

último comentario

es

una llamada

de

aten-

ción

a

la conveniencia

de

l imitar

al

máximo

el

número de

los

Objetivos

Generales

de Ciclo que, en

la

perspectiva adoptada,

se limitan

a

precisar tipos

y subtipos de capacidades aprendi-

das y, eventualmente, las circunstancias que

acompañan

su

manifestación. En los

Objetivos

Generales de Ciclo no

debiera

figurar referencia alguna a contenidos particulares; como má-

ximo,

pueden figurar referencias a contextos de aplicación y

áreas de

actividad,

pero siempre

que

se

juzgue

que es absoluta-

mente necesario para la descripción

precisa

de la capacidad

implicada o

para diferenciar Objetivos

Generales que corres-

ponden a ciclos distintos.

La

primera referencia explícita a

áreas particulares de

contenido

se introduce, como hemos

vis-

to,

en los

Objetivos Generales de

Área,

que

constituyen un

paso

más en la

concreción

de las intenciones

educativas.

(i i) La secuenciación interniveles

En

el

proceso de elaboración del Diseño

Curricular

de

cada

uno de los ciclos de la

enseñanza obligatoria,

se parte de los

Objetivos

Generales

de Ciclo y de su

concreción en Objetivos

de

Área.

A partir de

este

momento, la

concreción

progresiva de las intenciones educativas tiene en

cuenta de for-

ma

simultánea

los

resultados

esperados

del aprendizaje de los

alumnos y

los

contenidos de la enseñanza. En el

planteamiento

que hemos

adoptado, sería

totalmente incorrecto

considerar

los

Objetivos Terminales como la concreción

de

las intenciones

educativas y los

Contenidos como un

medio para

alcanzar

los

Objetivos Terminales. El

conjunto

formado por

los

Objetivos

Terminales por los Contenidos

constituye la concreción

de las

intenciones educativas el }este

nivel del

Diseño Curricular.

Esta

es

la razón

por

la que

los

Objetivos

Terminales no pueden

defi-

nirse independientemente de los Contenidos recordemos que

los

Objetivos Terminales son enunciados

relativos

al tipo y gra-

do

de aprendizaje que

debe

realizar el alumno en

relación

con

los

contenidos), e, inversamente,

estos

últimos no

pueden

selec-

cionarse al margen de

los

Objetivos Terminales. La lógica in -

terna seguida

en

el proceso

de

concreción

de

las

intenciones

educativas no es Objetivos Generales de

Ciclo

Objetivos Ge-

nerales de Área

Objetivos Terminales Contenidos, sino

más bien:

1

1 1

Page 55: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 55/91

Objetivos Generales de Ciclo

(tipos y subtipos de

capacidades aprendidas)

bjetivos Generales de Área

(tipos

y subtipos de

capacidades

aprendidas en

el

área)

<:

ontenidos

Objetivos Terminales

(bloques de

contenido

se-

 

(tipo

y grado de

aprendizaje

leccionados)

en relación con cada

bloque

de contenido)

. La

propuesta para

conc;retar

las

intenciones

educa-

tivas

permite

la secuenciación interniveles obviando

algunas

de las

,dI.ficultades

tradicionales en

este

punto. En

to,

c.u

ando

la vía

de

acceso para la

concreción

de las in -

 edu.catIvas los resultados esperados

del

aprendí-

zaje,

en

identificar niveles progresivos de

c0 ,lpleJIdad y

?e .

d ificul

tad

en dichos resultados, lo cual lleva,

o.

 

a los objetivos de ejecución y a las jerarquías de apren-

1IzaJe. con todo.

lo que hemos

visto

que comporta de insatis-

acton? bien

a los objetivos cognitivos, que

de secuenciar

en

el estado actual

e

conOCImIentos.

Ciertamente, siempre

cabe

la

alter-

nativa, típica por lo d.e algunos curricula abiertos cf.

punto

3.1. ,

de enunciar objetivos

cognitivos

en términos

generales

y

:enunciar implícita

o

explícitamente

a

I<:>s

en cambio

indicaciones

más

o

menos pre-

  sobre

el trpo de actividades de aprendizaje a realizar

estas soluciones es adecuada

para

elaborar

un

seno. Curncula: que

sea abierto, pero

que sea

también al

mis-

mo

tiempo

un

Instrumento útil

para guiar

la acción pedagógica

de

la

mayoría del profesorado cf.

punto

2.5. .

. a seguir en

nuestro caso para

la secuen-

 

de las

consideraciones anteriores so-

re la concreción sí multánen de los Objetivos

Generales

de

Área

en Objetivos Terminales

y

en

Contenidos.

Una

vez

estable-

cidos los Objetivos Generales de Área, se trata de responder la

pregunta

siguiente: ¿Qué aprendizajes

específicos favorecen la

adquisición

de

las capacidades estipuladas por los Objetivos

Generales

de Área? Esta

pregunta exige

una

doble respuesta,

la

primera

relativa a los tipos e prendiz je implicados y la se-

gunda

relativa a los contenidos específicos del aprendizaje. Am-

bas

respuestas, que conciernen

a

una misma pregunta

y

no

pueden por lo

tanto

buscarse por. separado, conducen respecti-

vamente al establecimiento

de

los Objetivos Terminales

de

Área y a la

selección

de

los grandes bloques de contenido

de

la

misma.

En lo que concierne a la selección de los bloques de conteni-

do,

debe

tenerse

en cuenta que

el

término

«contenido»

se toma

aquí

en una acepción amplia e incluye o puede incluir, según

la naturaleza del área curricular y de los Objetivos Generales

de

Área

-

hechos, conceptos,

principios,

procedimientos,

valo-

res, normas

y

actitudes. En principio, la

propuesta

es que en el

primer nivel de concreción del Diseño

Curricular

se

especifi-

quen

los

bloques de

contenido

pertinentes en

cada

una de estas

categorías; no

obstante,

en

determinados casos algunas

catego-

rías

de

contenido pueden tener una presencia tan mínima que

ni

siquiera

aparezcan

oque

sea

aconsejable fundirlas

(ejemplos

típicos

de

esta situación

son la categoría

de

principios en el

área

de lenguaje de parvulario y la categoría de hechos

en

el

área de

matemáticas

de ciclosuperior de EGB).

En cuanto al establecimiento de los Objetivos' Terminales,

nos encontramos

de

nuevo

con la dificultad

de

no disponer de

una taxonomía de tipos de aprendizaje ampliamente aceptada

y

con base empírica

suficiente. Esta

dificultad puede soslayarse

en

la

práctica preguntando,

para

cada

bloque

de contenido se-

leccionado, qué aprendizajes pueden contribuir a

la

adquisi-

ción

de

las

capacidades

fijadas

en los

Objetivos

Generales

de

Área.

En

el

establecimiento

de

los Objetivos

Terminales.

el

punto de partida

es pues a l

igual que en la

selección de, los

bloques

de

contenido- los Objetivos Generales de

Área,

pero

en su

formulación

se hace siempre referencia explícita a un

contenido

específico.

También

en

este caso

es

aconsejable

utilí-,

zar como recordatorio las

taxonomías

al uso, pero

no

puede es-

perarse deducir de

ellas

los Objetivos Terminales,

Más

adelan-

te

cf.

capítulo

4

se proporcionan algunas sugerencias sobre

el

procedimiento a seguir para establecer los Objetivos Termina-

102

103

Page 56: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 56/91

les y se fijan los términos en que deben ser formulados. Por el

momento,

sólo

necesitamos

añadir

que, en principio, hay una

cierta correspondencia entre Objetivos Terminales y bloques de

contenido; la correspondencia es sin embargo

relativa

en la

medida en que un Objetivo Terminal puede

referirse

simultá-

neamente

a varios

bloques de

conrenido y

recíprocamente,

un

contenido

puede estar

implicado en

varios Objetivos

Termina-

les.

. Así

pues,

de

acuerdo con

lo

que

precede, el

primer nivel

de

concreción

del Diseño Curricular

de

un

Ciclo a

partir

del cual

se plantea el problema de

la

secuenciación interniveles, adopta

la forma genérica siguiente en

cada

una de las áreas curricula-

res:

Contenidos

Objetivos

Terminales

Hechos

Relativos a hechos

(bloques de contenido)

.---.

Conceptos

Relativos a conceptos

(bloques

de

contenido)

.---.

Principios

Relativos a principios

(bloques de contenido)

..--

Procedimientos

Relativos a procedimientos

(bloques

de contenido)

.--

Valores

Relativos a valores

(bloques de contenido)

.

Nonnas

Relativos a normas

(bloques

de

contenido)

Actitudes

a

actitudes

(bloques

de

contenido)

-

(Las

fusiones

más

habituales entre tipos de contenido son

hechos

y conceptos; conceptos y principios;

valores, normas

y

actitudes.)

Puesto que los objetivos terminales se refieren siempre a

unos contenidos,

podemos obviar

las dificultades

antes

mencio-

nadas abordando la secuenciación interniveles

mediante una

ordenación

temporal

de

los

segundos.

Esta

ordenación se lleva

a

cabo atendiendo

no

sólo a

la

estructura lógica de

los

conteni-

dos,

sino también a su

estructura psicológica,

es

decir, respe-

tando

los

principios del

aprendizaje significativo. En

otros tér-

minos, lo

que proponemos

es

aplicar una

secuencia

elaborativa

del tipo

que prescribe la

teoría de la elaboración

al conjunto

de

contenidos

del

área curricular.

De

este modo,

en

el

primer

nivel del

ciclo se incluirán

los elementos más

fundamentales y

representativos del

contenido,

los más generales

y simples,

re -

servando para los niveles posteriores los elementos

que

intro-

ducen un mayor grado de complejidad

o

añaden detalles

a

los

presentados en

primer

lugar.

Los contenidos del primer nivel de cada ciclo proporcionan

una panorámica global de las áreas

curriculares

que

es elabo-

rada

en

los niveles siguientes hasta alcanzar la profundidad de-

seada

en función de 10 que estipulan

los

Objetivos

Generales

de Área.

Los

diferentes niveles de un ciclo pueden entenderse

pues

como

elaboraciones sucesivas del contenido que

aparece

en

el

primer nivel. Por supuesto, no

todos

los elementos

del

contenido que

se

presentan

en

el

primer

nivel

son retomados

con mayor

profundidad e s decir,

detallándolos

y

complexífi-

cándolos-

en los niveles posteriores. Estos

pueden

consistir

en

elaboraciones

de igual

profundidad de diferentes elementos

del

primer nivel;

o aun

en

elaboraciones progresivamente

más pro-

fundas de todos los elementos

del

primer nivel.

Como

muestran

los

esquemas siguientes,

en

los tres casos se respeta el principio

de que la secuencia elaborativa avance desde 10 más general

y

simple

hacia lo más complejo y detallado .

Habida cuenta de que

los niveles de un ciclo suelen

tener

una unidad

funcional desde el punto de vista de la organiza-

ción escolar

y

de

la ordenación educativa en general, puede

ser

conveniente establecer objetivos diferenciados

para cada

uno

de

ellos.

Estos

objetivos,

que l lamaremos

por

convención

Obje

tivos de ivel sólo

se

diferencian de los

Objetivos

Terminales

de

Área en

que se refieren a

contenidos

más detallados y

espe-

cíficos, pero

son idénticos

en cuanto

a

su

significado y

formula-

ción.

El logro de un objetivo terminal

de

área

puede

implicar

el

logro de

varios objetivos

de nivel; en este sentido,

y

sólo en

este

sentido,

los

objetivos

de

nivel

pueden ser

considerados

como objetivos

intermedios: no

obstante, es

preferible

no utili-

zar esta terminología para evitar equívocos, pues

la

expresión

1 4

1 5

Page 57: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 57/91

Page 58: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 58/91

elaboraciones sucesivas de profundidad creciente

de todos

los

elementos

de

la

unidad

didáctica

inicial.

En la

medida

en que la

unidad

didáctica concierne la pro-

gramación

de

un

proceso completo de enseñanza/aprendizaje,

incluye

también objetivos que llamaremos,

por convención,

Objetivos idácticos con

el fin de

denotar

su

proximidad

a

la

acción

pedagógica. Los objetivos didácticos, sin embargo, sólo

se

diferencian de

los

objetivos

de

nivel

en que

se refieren

a

uni-

dades elementales

del contenido, pero

son

idénticos

en cuanto

a

su

significado y

formulación. Por supuesto,

lo que es

una

uni-

dad elemental de contenido

depende,

en último término, de los

Objetivos

Generales

de

Área, o mejor dicho, de la profundidad

de elaboración

que exigen dichos Objetivos

Generales de Área.

De nuevo hay que

decir

aquí que los objetivos didácticos única-

mente pueden considerarse como objetivos intermedios en la

medida en

que el

logro de un objetivo de

nivel

puede suponer

el

logro de varios objetivos didácticos.

.

En resumen, la secuenciación interniveles

e

intraniveles res-

penden

al mismo t ipo

de secuencia

elaborativa y están

íntima-

mente

vinculadas,

pues

ambas reposan sobre

un

análisis y

se -

cuenciación

de

los

contenidos de la enseñanza

y

la

segunda

parte de los

resultados

de la primera para formular sus pro-

puestas. Podemos representar gráficamente esta vinculación

del

siguiente

modo:

»

o

¡j

Secuenciación ínterníveles

1

De lo

más simple y general

a lo

más

complejo

y detallado

j

.Q

Nivel I

Nivel n

Nivel m

Nivel

n

as

]

Unidad di-

U.D.I U.D.I U.D.1

dáctica

I

5

t

U

t i

lI l

»

Unidad di -

iU

p

U.D.n

U.D.n

U.D.n

dáctica

n

-- \

Q.

l

J..J.

t

JJ

¡¡¡

Unidad di -

U.D.m U.D.m

U.D.m

.rJ.

dáctica m

, I

I

I

I I

I

El.g

I I

I

s

..u.

ol....J.-

 '-.J.-

 

o::::

Unidad

di-

U.D.n U.D.n

U.D.n

 

iU u

dáctica

n

 

Un último comentario para resituar la secuenciación inter-

ciclos, interniveles

e intraniveles en el

proceso

de concreción

de

las

intenciones educativas.

La

secuenciación

interciclos ope-

ra

con

Objetivos

Generales y desemboca en el establecimiento

de

Objetivos

Generales de Ciclo

y

de

Área que, a su vez,

son

el

punto de

partida

para

confeccionar lo que

hemos denominado

el Primer Nivel

de

concreción del Diseño Curricular de un Ci-

clo: los

bloques

de

contenido

y

los

Objetivos

Terminales

de las

diferentes

áreas

curriculares. La

secuenciación

interniveles

opera

con

los bloques

de

contenido y los Objetivos Terminales

de área

y desemboca en el

establecimiento de bloques de

conte-

nido más detallados y de Objetivos de

Nivel

(o de curso, o

de

crédito).

La

secuenciación intraniveles opera

con

los bloques

de

contenido y los Objetivos de Nivel y desemboca en el

estableci-

miento de Unidades Elementales de contenido y de Objetivos

Didácticos.

La secuenciaci6n interniveles e inttaniveles exigen

como

primer

paso un análisis y una secuenciación

de

los conte-

nidos de

área.

El conjunto de

estos

análisis

en

las diferentes

áreas curriculares constituye

lo que

hemos denominado

el Se -

gundo

Nivel de concreción del Diseño

Curricular

de un Ciclo.

En

cambio, la

distribuci6n de

los

contenidos en

niveles

y,

den-

tro de los

niveles,

en unidades didácticas,

así como el

estableci-

miento de los objetivos de

nivel y

de

los objetivos

didácticos,

corresponden a lo

que

hemos

denominado

el

Tercer

Nivel

de

concreci6n del Diseño

Curricular

Base. En otros términos, el

Diseño Curricular Base de un

Ciclo

Primer y

Segundo niveles

de

concreción)

proporciona

los elementos

necesarios

para lle-

var

a

cabo la secuenciaci6n ínter

e íntraníveles,

pero

se detiene

en

este

punto ¡lor

considerar

que las

decisiones

concretas

rela-

tivas

a los niveles y a las

unidades

didácticas son ya competen-

cia

de la

actividad de programación,

que

es

precisamente la

que trata de

ejemplificar el

Tercer

Nivel

de concreci6n

del Dise-

ño

Curricular

de un Ciclo.

Podemos

completar ahora

el

esquema que aparece

al

final

del punto 3.1. del siguiente modo:

109

108

Page 59: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 59/91

3.3. ¿Cómo enseñar?

... o

el problema de

la

metodología

de la

enseñanza

Tercer nivel de

concre-ción

Primer nivel de con-

creción

De acuerdo con el plan trazado, vamos a ocuparnos en este

punto de los aspectos

instruccionales del Diseño Curricular,

es

o

.g:

O

.g:

e

'

o

a,

'

I I

Ejemplos

de programa-

ción a

partir

del D.G.B.

I I

Diseño

Curricular

Base

decir, de las

prescripciones

relativas a la manera

de impartir

la

enseñanza.

La

presencia

que

deben tener

estos aspectos

en

el

curriculum

es

una cuestión polémica. Para algunos autores,

entre

los que se

encuentran Johnson

(1967),

Ausubel

1968) y

Novak 1982), los aspectos curriculares

y

los aspectos instruc-

cionales constituyen dos capítulos relativamente independien-

tes que deben abordarse por separado;

el

curr iculum se ocupa

únicamente del

qué

enseñar, de tal manera

que,

una vez defini-

dos

y

secuenciados

los

objetivos

y

contenidos

de la enseñanza,

se

plantean las

cuestiones

instruccionales relativas

a la

manera

más adecuada de enseñar con

el fin

de asegurar

el

logro de

los

objetivos y el

dominio de

los

contenidos.

En

cambio, para otros

autores, entre

los

que

se

encuentra Stenhouse 1974, pp.

71 Y

ss.),

los aspectos curriculares

son

indisociables de los instruc-

cionales, llegando incluso, en

ocasiones a

proponer la

concre-

cióndel

qué enseñar

mediante

la descripción

detallada

de las

actividades de aprendizaje

y

de

las

actuaciones

del

profesor en

el transcurso de las mismas.

Los

análisis efectuados

en

las páginas

precedentes abogan,

en priqcipio, por la segunda postura,

aunque

sin

llegar al

extre-

mo

señalado. En

efecto,

la opción por una

u

otra

de las

alterna-

tivas que se presentan

en

el

proceso de

concreción

de las inten-

ciones educativas se apoya

siempre en una determinada

con-

cepción de la educación escolar

y

tiene repercusiones impor-

tantes sobre la

manera

de

plantear

la

acción pedagógica. Es

in -

dudable, por

ejemplo,

que nuestra opción por una

vía de acceso

mixta

tipos

de aprendizaje/contenidos

lleva a

plantear

una mo -

dalidad de acción pedagógica distinta

a

la

opción,

pongamos

por

caso,

de

los objetivos

de

ejecución. Otro

tanto

podríamos

decir de la definición

restringida o

amplia de los contenidos

de

la enseñanza

y,

por

supuesto, de la secuenciación entendida

como una jerarquía de aprendizaje, una jerarquía conceptual

o

una

secuencia elaborativa.

Sería un

error, sin

embargo,

pensar que

las

respuestas al

qué

y

al cuándo

enseñar determinan unidireccionalmente la

respuesta

al

cómo enseñar. La

influencia se

ejerce también

en

el sentido opuesto, ya que la respuesta a las dos

primeras

111

Page 60: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 60/91

preguntas

depende en

parte

de cómo

se entienda el

proce-

so

de

aprendizaje

y la manera

de incidir

sobre él mediante

una

acción

intencional,

sistemática y

planificada, lo

que

remite

evidentemente

al

cómo enseñar.

El

qué enseñar,

el

cuándo

enseñar

y el

cómo

enseñar son pues tres aspectos del

currículum que están estrechamente interrelacionados, por

lo

que

es absurdo

considerarlos de forma totalmente inde-

pendiente

r

No obstante, lo anterior no es óbice para reconocer

que

es -

tos tres aspectos juegan

un

papel

distinto

en el proceso de ela-

boración

del

Diseño Curricular y

se

plasman

de

manera distin-

ta

en el mismo.

Las opciones básicas relativas

al cómo enseñar

presiden

e

impregnan todo

el

proceso de elaboración del

Dise-

ño Curricular, pero

éste,

en

tanto

que proyecto pedagógico, se

vertebra esencialmente en torno

a la concreción

de

las intencio-

nes educativas realizada, eso

sí,

a partir de dichas opciones

bá -

sicas. El camino que hemos seguido nosotros mismos i lustra

perfectamente

esta

afirmación.

En efecto,

la

concepción

cons-

tructivista

del aprendizaje

escolar y de la intervención pedagó-

gica, que encierra

una

serie de opciones básicas sobre cómo en-

señar,

ha

sido

el

punto

de

partida

y el

referente continuo

para

las decisiones que hemos ido adoptando con el fin de perfi lar

un modelo de Diseño Curricular, pero estas decisiones han ver-

sado en primer término sobre la concreción de las intenciones

es

decir, sobre el qué y cuándo enseñar. Por supues-

to,

en

la

medida en que las opciones básicas de partida sobre

el

cómo

enseñar se

hagan

más explícitas, se plasmen

en

orien-

taciones didácticas e incluso en propuestas de actividades de

enseñanza/aprendizaje,

se está contribuyendo a concretar las in -

tenciones educativas, pero

éste

no puede ser como hemos

vis-

to en el punto 3.1.,

apar tado B

el hilo conductor

de

dicha

concreción

ni, a fortiori,

del proceso de elaboración

del

Diseño

Curricular.

Reconocer esta diferencia

no

implica

en

absoluto

conceder

una

importancia

menor

a los

componentes instruccionales del

Diseño Curricular. Subrayemos

una

vez

más

que las opciones

básicas sobre el cómo enseñar presiden e impregnan

la

totali-

dad

del

curriculum.

En cambio, reconocer esta diferencia

lleva

lógicamente a plantearse una

serie

de cuestiones de naturaleza

distinta a la que

nos

han guiado

en

nuestros

análisis

del qué y

del cuándo enseñar, pues el problema a resolver ya no es la

concreción de las intenciones educativas, sino la manera de im-

partir la enseñanza para

que estas

intenciones se haganrea l i -

dad. La cuestión principal

es

por supuesto la que concierne a

las

opciones

básicas

sobre el

cómo

enseñar

que

ya

hemos

ex-

puesto

ampliamente en el punto 2.4., por lo

que

no es necesario

volver sobre ellas. En las páginas que siguen, nos l imitaremos

a abordar brevemente, a partir de dichas opciones básicas,

al -

gunos temas

puntuales

relacionados con

la

manera de

impartir

la

enseñanza que conviene

tener

presente en

el

proceso de ela-

boración

del Diseño

Curricular. Concretamente, nos

ocupare-

mos de las

diferencias individuales

y de la conveniencia o no

de

prescribir

métodos concretos de enseñanza; haremos algu-

nas precisiones sobre la intervención pedagógica en una óptica

constructivista;

plantearemos el tema de la

globalización

del

aprendizaje y de la enseñanza; y, por último, nos pronunciare-

mos sobre

la

forma que deben adoptar

las

recomendaciones

ex -

plícitas relativas

a la manera

de

impartir

la

enseñanza

en

los

tres niveles de concreción del Diseño Curricular.

A. iferencias

individu les

y

métodos

de

enseñ nz

1

La tesis que vamos .a :defender respecto al

t ratamiento edu-

cativo de las diferencias individuales es que una enseñanza ver-

daderamente individualizada

que

tenga-éri cuenta estas. dife-

 l

.

rencias

debe renunciar a prescribir un método de enseñanza

único aplicable a todos los alumnos. La individualización de

la

enseñanza

consiste

en primer término en la individuahzación

de

los

métodos de enseñanza.

La amplitud y

la

variedad <;le las diferencias

individuales

y

su repercusión sobre

el aprendizaje

escolar son hechos recono-

cidos y

aceptados

desde la antigüedad. Sin embargo, tradicio-

nalmente, ha predominado una

concepción

estática, tanto

de

las

diferencias individuales como del sistema

educativo.

En un

sistema

de educación

con

unos objetivos, unos

contenidos

y

unos

métodos

de enseñanza

idénticos

para

todos los

alumnos,

sólo

hay

dos maneras

de

tener en

cuenta las

diferencias indivi-

duales (Cronbach,

1967;-Glaser, 1977):

o bien se excluye a

los

que

no pueden alcanzar los aprendizajes estipulados

por

consi-

derar

que no tienen la

competencia

intelectual

y las

apti tudes

mínimas exigidas, o

bien

se les hace repetir el proceso educati-

vo tantas veces como sea

necesario

hasta que

alcancen dichos

aprendizajes.

La

segunda

alternativa

supone un primer nivel

de

trata-

  2

3

Page 61: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 61/91

Page 62: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 62/91

vel intelectual

y

resultados

es

mínima.

A

partir

de

estas

investi-

gaciones, se podría aconsejar la

utilización de

métodos de ense-

ñanza poco estructurados

con

alumnos de

alto

nivel intelectual

y

métodos

de

enseñanza

más

estructurados con

alumnos de

ni -

vel intelectual medio

o bajo. Interacciones similares

han

podido

establecerse con otras características

individuales

como

el

nivel

de ansiedad,

el autoconcepto, la motivación

para la tarea, etc.

Sin embargo,

la

posibilidad de utilizar

los

resultados de

es-

tas

investigaciones

para prescribir

el

método de enseñanza más

adecuado en

cada

caso es muy pequeña o nula, pues

todo

trata-

miento educativo es necesariamente multidimensional y

pone

en marcha probablemente numerosas interacciones

con

diver-

sas

y variadas características individuales. El esquema de labo-

ratorio Aptitud

X

Tratamiento Educativo

X

Resultados del

aprendizaje

es

simplificador

y

recubre una realidad mucho

más compleja en la que interactúan diferentes dimensiones del

tratamiento educativo

con

diferentes

dimensiones

de las carac-

terísticas

del alumno.

Compárese

el esquema

anterior

con el

es-

quema siguiente más ajustado

a

la realidad pero aún demasia-

do simple:

Aptitud

X Contenido X

edad

X

Tratamiento

Educa-

tivo

X

Resultados

del

aprendizaje. Por

otra

parte,

los

sistemas

actuales de clasificación de los métodos de enseñanza son exce-

sivamente

vagos

y generales; bajo

una

misma etiqueta

ense-

ñanza tradicional. enseñanza activa, enseñanza expositiva, en-

señanza por descubrimiento,

etc.),

se

hace

referencia a

menudo

a

tratamientos educativos sensiblemente

diferentes, lo que con-

duce de forma inevitable

a

una falta de

consistencia

de los re-

sultados

y

dificulta la generalizaci6n de los efectos

ATI.

Lo

mis-

mo

puede

decirse de los sistemas de clasificación de las aptitu-

des

intelectuales

y

de las características de personalidad de los

alumnos.

Una posible vía de salida a la situación de impasse a la que

ha conducido la búsqueda

de interacciones entre

aptitudes

y

tratamientos educativos

-certeza

empírica

de

que existen

inte-

racciones significativas,

pero imposibilidad

de

detectar interac-

ciones

que sean generalizables-

se encuentra a nuestro

juicio

en

los

t rabajos de autores como Tobias

1976)

y Calfee

1980).

Estos autores han formulado una hipótesis que es compatible

con

los resultados

de

la

mayoría

de las

investigaciones realiza-

das

y que, además, es fácilmente asumible en una perspectiva

constructivista

del

aprendizaje escolar

y

de la intervención pe-

dagógica. Según

ellos, cuando

el

nivel

de

conocimiento previo

pertinente para el nuevo de

aprendi:aje

t;S eleva?o,

el hecho de utilizar uno u otro

tipo de

tratamIento educativo

apenas

tiene repercusiones

sobre

en cambio, cuando

el

nivel de conOCImiento previo pertmente

para

el nuevo

contenido de

es escaso, los

trata-

mientos educativos

que

dan

lugar

a

mejores

resultados

son los

que

ofrecen una mayor ayuda a los alumnos. Hay pues u.na

re -

lación inversa

entre

el

grado de conocimiento previo pertmente

y la

cantidad

y calidad de

ayuda

educativa .para rea-

lizar

nuevos

aprendizajes:

a menor

nivel de conoci miento

pre-

vio pertinente, mayor es la ayuda que

necesita

el alumno; e

inversamente, a mayor

nivel

de conocimiento previo, menor es

la necesidad de ayuda.

La

ayuda educativa

se define

como

el

soporte dado al alumno en la organización del conteni?o

aprendizaje,

en

el uso de incentivos atencionales y.

m?tIvacIO-

nes, en

el uso

de feed-backs correctores

y

en

el segutrmento

de-

tallado de

sus progresos y dificultades. . .

Nótese

que este

planteamiento elimina algUfolas de las

dífi-

cultades más importantes p;;lra llevar a la práctIca los

dos

de las

investigacionesATI. Por

una

parte,

todas

las posibles

apti tudes

ycaracterística/individuales

de

tuar con

el

tratamiento educativo

quedan

reflejadas en

el mvel

de

conocimiento

previo

pertinente para

el

nuevo contenido de

aprendizaje. Por

otra

parte, al clasifi<:ar los

tratamientos

edu-

cativos según la dimensión que concierne el .

t::rado

de

educativa, se

eliminan ambigüedades y se facilita

su manejo.

.

Antes de profundizar

en

este

planteamiento

y

de interrogar-

nos sobre cómo debe entenderse la

ayuda

pedagógica en una

perspectiva constructivista,

conviene

que recapitulemos lo

di -

cho en tomo

a

las

diferencias

individuales

y los

métodos de

en-

.

señanza. De

las consideraciones

anteriores

se deprenden una

serie de principios relativos a la manera

de

l ense-

ñanza

que

deben

incluirse

en

el Diseño y qu.e éste

debe

esforzarse

en transmitir

con

la mayor

clan

dad

posible:

. _

Las

características

individuales de

los

alumnos sonel

re -

sultado de su

historia personal

y pueden

modificarse en fun-

ción de sus experiencias futuras,

más

concretamente,

en fun-

ción

de

sus

experiencias

educativas futuras; ,

_ Desde el punto de vista

educativo,

las .m-

dividuales

más

pertinentes o son rasgos estáticos y fiJOS smo

que están sujetos a

una

evolución;

_

Lo que un alumno

es

capaz de aprender en un momento

116

117

Page 63: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 63/91

Page 64: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 64/91

C.

l

prin ipio

de globalizacion

el

punto.

de

vista psicológico,

el

principio de globalí-

zación

t raduce la

Idea

de que el

aprendizaje

no se lleva a

cabo

por

simple

adición

l acumulación de nuevos elementos a la es-

tructura

cognoscitiva

del

alumno.

Como hemos visto en

el

pun-

to 2.4., las personas construímos esquemas de conocimiento cu-

y?S

elementos

mantienen entre

numerosas y complejas rela-

cienes, de

tal

manera que

la

incorporación

a

los mismos de

nuevos elementos

da

lugar a aprendizajes tanto más significati-

vos cuanto mayor

es el

número

y la

complejidad de

las

relacio-

nes establecidas. El

aprendizaje

significativo

es, por

definición,

un aprendizaje

globalizado

en la medida

en

que supone que

el

nuevo material de aprendizaje se relaciona de

forma

substanti-

va y no

arbitraria

con lo que el alumno ya sabe.

El

aprendizaje significativo no es,

sin

embargo, una cues-

tión de todo o nada. Cuanto más complejas,

variadas

y nu -

merosas sean las relaciones que se establezcan

entre

el nuevo

contenido

del

aprendizaje

y

los elementos

ya

presentes en

la

estructura cognoscitiva

del

alumno, más

profunda será

su asi-:

milación y mayor

será

la significatividad

del

aprendizaje reali-

zado, es decir, mayor número y mayor

riqueza

e significados

podrán

atribuirse al nuevo aprendizaje. Paralelamente, la glo-

balización del aprendizaje tampoco es

una

cuestión de todo

o

nada.

Si concebimos

la

estructura

cognoscitiva

corno un entra-

mado de

esquemas

de

conocimiento,

el

nivel mínimo de

globa-

lización vendrá definido

por

el

establecimiento

de relaciones

puntuales entre

el nuevo contenido del

aprendizaje

y

alguno

o

los

ya presentes en

la

estructura

cognosci-

tíva:

el nivel rrraxrrno de globalización,

en cambio, supondrá

el

de relaciones complejas con el

mayor número

posible de esquemas de conocimiento. Así pues,

cuanto

más

globalizado sea

el aprendizaje,

mayor será su

significatividad,

más

estable será

su retención

-debido

al número de

relaciones

vinculantes

con esquemas

de conocimiento disponibles-

y ma -

yor

será su transferencia y funcionalidad. Esta es la razón de

fondo

por

la que debe intentarse que el aprendizaje escolar sea

siempre lo más

globalizador

posible.

. El modelo propuesto de Diseño Curricular recoge en su pro-

pr

estructura el

principio de

globalización.

En" efecto,

la

se-

cuencia elaborativa utilizada

para

la concreción y ordenación

temporal de las intenciones

educativas,

que

se

aplica por

igual

a la secuenciación

interniveles

e intraniveles,

responde

a

la

idea directriz

de

contextualizar las nuevas adquisiciones

rela-

cionándolas con

el

mayor número

posible de

elementos de la

estructura

cognoscitiva

del alumno. Procediendo siempre

de lo

más general y simple a lo más detallado y complejo, se intenta

asegurar

una

diversificación

progresiva

de la

estructura cog-

noscitiva que no se limita a añadir nuevos detalles a lo ya cono-

cido,

sino

que

obliga

a

reestructuraciones continuas de amplias

áreas de

la estructura

cognoscitiva del alumno.

En

otros térmi-

nos, la

secuencia

elaborativa utilizada intenta

favorecer

el

esta-

blecimiento de

relaciones entre el nuevo material

de aprendi-

zaje yel mayor número posible de esquemas de conocimiento

del

alumno. En este sentido, puede afirmarse que la solución

adoptada

para concretar

las intenciones

educativas intenta

conseguir

el mayor

grado

posible de globalización.

Por otra parte, conviene recordar

que la

secuencia elabo-

rativa prescribe también realizar periódicamente

resúmenes,

síntesis y epítomes ampliados, así como enseñ r explícitamen-

te las relaciones de

diversa

naturaleza entre los nuevos ele-

mentos de aprendizaje y; os elementos

previos.

Esto

se

tradu-

ce, en

la secuenciación interniveles

e intraniveles, en la

inclu-

sión periódica de

recapitulaciones, síntesis y revisiones globa-

les del material de

aprendizaje;

y,

en

las orientaciones didác-

ticas,

en una llamada

de atención

sobre

la

conveniencia de

que los

profesores

pongan de

relieve las conexiones y

víncu-

Iaciones que subyacen a la ordenación y

secuenciación de los

.aprendizajes.

La instrumentación didáctica del principio de globalización

inscrito en la

estructura del Diseño

Curricular; e s

decir,

en

los

dos primeros niveles de

concreción-

se

presta

a múltiples

va -

riantes:

partir de objetivos

complejos

y pasar seguidamente a

establecer los objetivos específicos correspondientes

en

varias

áreas curriculares; partir de núcleos temáticos

o

de problemá-

ticas

próximas a la realidad de los alumnos y

abordar,

en

este

marco unificador,

los

aprendizajes

que corresponden a diferen-

tes

áreas

curriculares; definir

proyectos

más

o

menos comple-

jos cuya

realización

implique aprendizajes

en diversas

áreas

curriculares; etc. Conviene

recordar

que, en

el

modelo propues-

to

de Diseño

Curricular, la instrumentación didáctica

se

sitúa

en

el tercer

nivel de

concreción,

cuya finalidad

es proporcionar-

ejemplos de programaciones

a

partir del Diseño Curricular

Base

teniendo en

cuenta determinados

supuestos.

Uno

de

estos

120

121

Page 65: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 65/91

supuestos puede ser, precisamente, el tipo de instrumentación

didáctica

del

principio

de globalización.

Los

ejemplos

de

programaciones globalizadoras que deben

potenciarse en

este

tercer nivel de concreción

del Diseño

Curri-

cular son,

fundamentalmente,

a nuestro juicio. los que respon-

den

a

las

dos

últimas

variantes

mencionadas:

partir

de proble-

máticas próximas a

los

alumnos y sobre

todo,

definir proyec-

tos cuya realización exija

integrar

aprendizajes de diferentes

áreas

curriculares. En cualquier

caso,

sea

cual

sea

la

solución

o soluciones adoptadas para instrumentar

didácticamente

el

principio de globalización,

deben

tenerse en cuenta varios ex-

tremos.

En

primer lugar,

la naturaleza

de

los

contenidos

y

de

los

Objetivos Terminales obligarán probablemente a utilizar

diferentes

modelos

didácticos de

globalización.

En segundo lu-

gar, la

realidad de los centros - l a

estructura organizativa, los

recursos

disponibles, la formación y las opciones pedagógicas

de los profesores,

las necesidades educativas

de los

alumnos,

e tc . -

hará

que las estrategias globalizadoras más adecuadas

varíen

substancialmente

de un caso a otro; la opción por un

Diseño Curricular abierto que tenga en

cuenta esta

diversidad

de realidades debe

plasmarse

incluso

en

el

tercer nivel de con-

creción

ofreciendo

distintos modelos

de

globalización

(de

todos

modos, el principio

mismo de

globalización

quedará siempre a

salvo por el hecho de

estar

inscrito en la estructura del Diseño

Curricular

Base). En tercer

lugar, sean cuales sean

los

modelos

de

globalización utilizados,

debe

asegurarse

el logro de

las in-

tenciones educativas

reflejadas

en

los

Objetivos Terminales y

en los Contenidos

de las diferentes

áreas

curriculares; en la pla-

nificación de actividades de aprendizaje globalizado, deb en es -

pecificarse siempre claramente

los Contenidos y los Objetivos

Terminales de las diversas áreas curriculares que se pretenden

cubrir .

D.

La

presencia de los

omponentes

instruccionales

en el Diseño Curricular

De acuerdo

con

lo

que hemos dicho

en los puntos

anterio-

res, las cuestiones relativas al cómo enseñar se plasman de dos

maneras distintas

en el

Diseño Curricular.

En

primer lugar, las

opciones básicas sobre la manera de impartir la enseñanza,

que remiten

en

nuestro caso a la concepción constructivista del

aprendizaje

escolar

y

de la intervención

pedagógica,

presiden

y guían

la elaboración

de

todo

el

Diseño Esta

fluencia es particularmente obvia en la concreción y

ción de

las

intenciones educativas, que responden

a un

tipo

de

secuencia

elaborativa

cuya justificación

última

reside en un

análisis

de

los procesos subyacentes al

aprendizaje

significati-

vo y

de las condiciones

y factores

susceptibles de influir

favora-

blemente

sobre los mismos.

En

segundo

lugar, y habida cuenta de los argumentos que

aconsejan

no prescribir la

utilización de

un único método

de

enseñanza,

el Diseño Curricular

debe también incluir,

a

nues-

tro juicio, criterios-guía de ayuda pedagógica que plas-

marse de forma distinta a nivel

didáctico

según

la realidad

es -

pecífica de cada contexto educativo

y

de cada constelación

cen-

tro escolar-profesores-alumnos.- Esto

exige

e i lustrar las opciones

básicas sobre la

manera de írnpartrr la

enseñanza

que subyace

al

conjunto

del Diseño

Curricular.

exigencia se

traduce

de diferente

modo

en cada uno de

los

mve-

les

de concreción:

_ Junto con los Objetivos Generales de Ciclo, debe incluir-

se un resumen de

las

opciones

básicas que surgen de

la concep-

ción

constructivista

del aprendizaje

escolar

y

de

la

interven-

ción

pedagógica;

obviamente, estas básicas estarán

moduladas,

en

cada caso,

por

el perfil evolutIVO - e n

las

ver-

tientes

cognitiva, afectiva,

relacional

y psicosocial-   los

alumnos del ciclo en

cuestión.

Nótese que, en un planteamiento

de este tipo, las opciones básicas sobre el cómo no se

derivan de los rasgos evolutivos

de

los

alumnos,

smo de

la

con-

cepción constructivista del aprendizaje y de la intervención pe-

dagógica que

tiene en

cuenta,

entre otros los que. con-

ciernen a

las características diferenciales

del

mvel evolutivo.

_ En el

primer

nivel de

concreción

del Diseño

al-lado de los Objetivos Terminale s

y de los

bloques

de

contení-

do seleccionados, deben figurar unas orientaciones didácticas.

Estas

orientaciones consisten fundamentalmente en

criterios

para diseñar actividadesde enseñanzaJaprendizaje

con

va -

lor

educativo

-u ti l izando

la expresión de Raths -

a

partrr de

las opciones básicas previamente explicitadas, del tipo y grado

de aprendizaje

que

señalan los Objetivos y de la

na -

turaleza

de

los

contenidos seleccionados en las diferentes áreas

curriculares.

Las

orientaciones

didácticas incluyen también

criterios

para diseñar

actividades de evaluación

atendiendo

igualmente a

estos

tres

factores. Insistamos

sobre el hecho de

122

123

Page 66: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 66/91

que,

en

este nivel

de concreción,

no se incluyen propuestas

de

actividades concretas de enseñanza/aprendizaje

o de

evalua-

ción, sino tan

solo

criterios generales para

su

diseño.

- Por

último, en

el tercer

nivel de

concreción

del

Diseño

Curricular, las

programaciones comportan ya

lógicamente pro-

puestas de actividades concretas de enseñanza/aprendizaje y de

evaluación

a

partir de las

opciones

básicas

y

de

las

orientacio-

nes

previamente

explicitadas, así co mo de los objeti-

vos

de

nivel o

de los objetivos didácticos)

y

de los contenidos

específicos.

3.4. ¿Qué evaluar?, ¿Cuándo

evaluar?, ¿Cómo

evaluar?

Al igual que en el apartado

anterior,

nuestro propósito

no

problemática

de la evaluación en toda su comple-

jidad

e implicaciones,

sino

más

bien precisar qué papel juegan

los componentes evaluativos en

el

Diseño Curricular, cómo se

relacionan con los otros compone ntes ya analizados y cómo de-

ben

reflejarse

en

el

modelo propuesto. La idea

de

partida

es

la

importancia

de la evaluación en el

diseño y

también

en

el de-

sarrol lo-

de

los proyectos educativos, a los

que proporciona

una vía

de

contrastación

y

de

autocorrección.

La evaluación

está al servicio

del

proyecto

educativo,

es parte integrante de

él y

comparte

sus

principios fundamentales.

Nos referimos, por

supuesto,

a

la

evaluacíón que prevé el propio

proyecto en

fun-

ción de sus objetivos explícitos; otro caso distinto, que no con-

cierne directamente al proceso de elaboración del Diseño Cu-

rricular

y del

que

no vamos a ocupamos, es

cuando

se

lleva

a

cabo una evaluación externa con

el

fin de comparar

el

desarro-

llo

de

dos o

más proyectos

educativos y optar, eventualmente,

por uno de ellos.

Las preguntas

qué,

cuándo

y

cómo

evaluar

deben plantearse

a

nuestro juicio

en

el

marco

de la respuesta

a

una pregunta

previa,

de la

que partiremos

en nuestro análisis: evaluar,

¿para

qué?;

o, si se

prefiere, ¿qué

funciones

está llamada

a

desempe-

ñar la

evaluación?

Como

veremos,

el qué, el

cuándo

y el cómo

evaluar

dan

lugar

a respuestas

sensiblemente

distintas según

que

se refieran a

una

u

otra de las funciones de

la

evaluación.

A. Evaluar ¿para qué?: las funciones de la ev lu ción

En

el

contexto en

el

que

nos

situamos,

la

evaluación designa

un conjunto de actuaciones previstas en

el

Diseño

Curricular

mediante las

cuales

es posible

ajustar

progresivamente

la

ayu-

da pedagógica

a

las características

y

necesidades de los alum-

nos y

determinar

si se

han

cumplido o

no,

y

hasta

qué punto,

las

intenciones educativas que están

en

la base de

dicha ayuda

pedagógica. La evaluación debe cumplir,

pues,

dos funciones

que vamos a

comentar

brevemente

por

separado: debe permitir

ajustar

la ayuda

pedagógica

a las características individuales

de los alumnos

mediante aproximaciones

sucesivas; y debe

permitir

determinar

el

grado

en

que se han conseguido las in -

tenciones

del

proyecto.

El

problema

del

ajuste pedagógico tiene

a su

vez dos

ver-

tientes

complementarias

que remiten a

otras tantas

funciones

de

la

evaluación.

En pr-imer

lugar,

para

poder decidir

el

tipo

de

ayuda

pedagógica

que se

ofrecerá

a

los

alumnos, es necesa-

rio conocer las características de los mismos susceptibles de in -

teractuar

con

dicha

ayuda, Como hemos

visto

cf. punto 3.3.,

subapartado

A),

la característica individual

más importante

desde el punto de vista educativo es el conocimiento

previo,

o

mejor dicho,

el conjunto de conocimientos pertinentes para

la

nueva

situación de aprendizaje que el

alumno ya posee en

el

momento

de incorporarse

a

la misma. En la práctica, la evalua-

cián inici l suele limitarse

a

dar por supuesto que

el

alumno

que inicia,

pongamos

por

caso, el Ciclo

Medio

de

EGB posee

los

conocimientos previos

pertinentes

que figuran en los pro-

gramas de Parvulario

y de Ciclo Inicial.

Esta

es una mala

prác-

tica y, como

saben

perfectamente

todos

los profesores, el su -

puesto sobre

el

que

se

apoya es en gran parte falso. El simple

hecho de saber que el

alumno

ha superado «con éxito»

el

nivel

educativo

anterior

ofrece

pocas informaciones útiles s i es

que

ofrece

alguna

para ajustar adecuadamente

la

ayuda

pedagó-

gica en

el

inicio del nivel educativo siguiente. En realidad,

no

puede

decirse en este caso

que

haya un verdadero ajuste

ini-

cial; como máximo, hay un período de tanteo tras

el

que

se

consigue un

ajuste intuitivo

más

o menos logrado en

función

de

la experiencia profesional y

del buen

saber

hacer

del profe-

sor.

El

registro personal del alumno,

en

el que se incluye,

entre

otras informaciones, una valoración cualitativa

de los

aprendí-

124

125

Page 67: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 67/91

zajes

alcanzados

al término de cada nivel

y/o

ciclo

educativo,

es en

cambio

un buen punto

de

partida para el ajuste inicial.

Cuando estas valoraciones son realmente cualitativas y han

sido realizadas con

rigor

y

minuciosidad,

pueden suplir perfec-

lamente

la evaluación inicial. No obstante, aun suponiendo la

existencia de tales registros y su

correcta

utilización, será

con-

veniente en ocasiones obtener una

información

más precisa y

detallada sobre

los

esquemas

de conocimiento

que poseen

los

alumnos

a

propósito

de unos

determinados

contenidos o

blo-

ques de

contenido. En

un Diseño Curricular que, de acuerdo

con la

secuencia

elaborativa propuesta para ordenar temporal-

mente

las

intenciones

educativas retoma

períodica

y cíclica-

mente los contenidos para elaborarlos a diferentes niveles de

profundidad,

la evaluación inicial

en el comienzo de cada nue-

va fase de aprendizaje

adquiere una

especial importancia. No

sólo porque proporciona informaciones útiles al profesor para

decidir

el nivel

de

profundidad en que deben abordarse los

nuevos

elementos

de contenido y las relaciones entre

los

mis-

mos,

sino

también porque, al ser

expuestos

y analizados gru-

palmente,

los resultados

de

la

evaluación inicial pueden tener

una

función

motivadora

para

realizar aprendizajes

nuevos

en

la medida en que posibilitan

que

los alumnos tomen conciencia

de

las

lagunas, imprecisiones y

contradicciones

de

sus

esque-

mas de conocimiento y de

la

necesidad de superarlas. En suma,

.

la evaluación

inicial, entendida como instrumento

de.

ajuste y

recurso didáctico que

se integra en

el proceso mismo de ense-

ñanza/aprendizaje, es a

nuestro juicio una

práctica

altamente

recomendable.

Pero el

ajuste

pedagógico tiene una

segunda

vertiente. A

medida

que se desarrolla el proceso

educativo,

el alumno evo-

luciona, sus

necesidades varían y, en consecuencia, el t ipo de

ayuda

pedagógica

debe

ir ajustándose

paralelamente. La

ma -

yoría dé los

profesores

captan intuitivamente los progresos, di -

ficultades

y

bloqueos

que jalonan

el

proceso de

aprendizaje

de

sus alumnos y

modifican

consecuentemente sus írnervencíones,

a

evaluación [ormativa

es decir,

la

evaluación del proceso

de

aprendizaje

con el fin de proporcionar

la

ayuda pedagógica

más

adecuada en

cada

momento, es

una

práctica

universal

que

todos los

profesores llevan

a cabo en mayor o menor grado

de

forma

casi siempre

intuitiva,

la mayoría de las veces

sin

ser

si -

quiera

conscientes de ello, y a

menudo

con

resultados

altamen-

te satisfactorios.

La importancia del

ajuste progresivo de

la ayuda pedagógi-

ca para el

correcto

y fructífero

del

proceso

de

aprendizaje

aconseja

una práctica más formahzada eva.lua-

ción formativa. Esto suele concretarse en la observación síste-

mática del proceso de aprendizaje

del

alumno con

la

ayuda ele

unas

pautas o guiones de observación

y

en el

registro

de las

informaciones así obtenidas en hojas individuales o

grupales

especialmente diseñadas

para

facilitar

el

seguimiento de dicho

proceso (cf., por ejemplo, las pautas. de y el modelo

de hoja de

seguimiento

en Parvulano y

CIclo

Inicial

propuestos

por los

S.E.M.A.P.

de Sant Boi

y

de

Sant Just: 9

8

4).

Las

características

de

estas hojas

de

segUImIento»

y de las

pautas

de observación

utilizadas. para cumplimentarlas

son

su -

ficientemente conocidas y no

merece la pena que

nos detenga-

mos en ellas.

No

obstante conviene subrayar que tienen una

función distinta a la historia escolar»

incluida

en el registro

personal del alumno.

Esta última

es sobre todo útil desde el

punto de

vista de la evaluación

inicial debe

mucho más

estandarizada,

impidiendo ínrerpretacrones

equívocas cuand?

sea consultada

por los

distintos profesores. Las hojas de segur-

miento,

en

cambio,

tienen la finalidad

de

ayudar

a

profeso-

res que las cumplimentan a

formalizar las

observaciones

del

proceso de

aprendizaje

de

sus alumnos; son,

pues, de uso

fun-

damentalmente

personal,

por lo que cada

profesor

puede y

debe

confeccionar,el modelo de

hoja

de

seguimiento

que

le

sea

más útil.

Además de facilitar el ajuste entre la ayuda pedagógica

su-

ministrada

y

las

necesidades de los

alumnos, la evaluación tie-

ne aún otra finalidad:

determinar

si se

han

alcanzado o no, y

hasta qué punto, las

intenciones educativas.

que en

la

base

y

en

el origen de

la intervención pedagógICa. Hab

ida

ta

de

que

las

intenciones educativas el

de los

alumnos, la ev lu ción

sum tiv consiste en me d ir los re-

sultados

de dicho

aprendizaje

para

cerciorarse de que alcanzan

el

nivel exigido. Nótese, no obstante, que

la finalidad

últim

de

la evaluación sumativa no es o mejor dicho, no debería ser

pronunciarse sobre el grado de éxito o de

los

en la realización de los aprendizajes que es tipu.lan las intencio-

nes educativas, sino más bien pronunciarse sobre el grado de

éxito o fracaso

del

proceso

educativo en

el cumplimiento

de

las

intenciones que

están

en su origen.

En

este sentido,

puede de -

cirse que la evaluación sumativa es también

un

instrumento de

26

27

Page 68: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 68/91

control

del proceso educativo: el éxito o fracaso en los resulta-

dos del

aprendizaje

de los alumnos es un

indicador

del éxito o

fracaso

del

propio

proceso

educativo

para

conseguir sus

fines.

La evaluación sumativa, cuando

tiene

lugar al

final de

un

ci-

clo o de

un

período de estudios, conduce a

una credit ción

cer-

tifica. que los alumnos han realizado los aprendizajes c;rres-

 

Es necesario dejar claramente establecido que acre-

di

tación

y

evaluación

sumativa son

dos cosas distintas. Incluso

en el

supuesto de

que

se

decidiera suprimir todo tipo de acre-

ditación, la evaluación sumativa tendría una razón de

ser

como

instrumento de control

del

proceso

educativo

y

como

fuente de

información

para los

alumnos.

Es por lo tanto un error consi-

derar que

la

evaluación sumativa

sólo

debe

llevarse a

cabo

al fi-

nalizar

un

ciclo o

un período

de

estudios con

el fin

de

decidir

si se acredita o no a

los

alumnos.

La

evaluación sumativa es, a

nuestro

juicio, una práctica

recomendable

para saber si el nivel

de aprendizaje

alcanzado por

los

alumnos

a

proposito

de

unos

determinados contenidos

es

suficiente

para

abordar con garan-

tías de éxito el aprendizaje de otros contenidos relacionados

con los primeros.

No es

aventurado suponer

que

en un

Diseño

Curricular que

respete

la

secuencia

elaborativa

propuesta d e

lo

más simple

y general a lo más complejo y

detallado-

esta circunstancia

puede-ser

relativamente frecuente. De

hecho

se puede anticipar

ya la conveniencia de llevar

a cabo

evaluaciones

sumativas de

nivel,

de curso o

de

crédito,

pues

en el modelo

propuesto los

contenidos.

de un

nivel

superior

elaboran

los elementos presen-

tados previamente, lo que exige por supuesto un cierto dominio

de los

mismos.

Además,

las

evaluaciones sumativas serán

tam-

bién necesarias cada

vez

que, en el seno de un

nivel,

de un curso

o

de un crédito,

se

dé por finalizada

la

elaboración de un bloque

de contenidos. Sin embargo, en ninguno de estos casos es

nece-

sari?,

ni siquiera conveniente la mayor

parte de

las

veces,

tra-

dUCIr

los resultados de la evaluación

sumativa en unas notas

que certifiquen

el nivel

de

aprendizaje alcanzado por

los alum-

nos.

Como puede

constatarse, la

función

de

la

evaluación suma-

tiva

es

simétrica a

la

de la

evaluación

inicial,

hasta

tal punto

que

en una serie articulada de procesos de enseñanza/aprendi-

zaje ambas evaluaciones pueden llegar a fundirse en.una acti-

vidad

única. Añadamos

aún que, en

nuestro

caso,

las

evaluacio-

nes sumativas

deben

tener en cuenta

los

diferentes

tipos

de

contenido

que

incluye el Diseño

Curricular

hechos, conceptos,

principios, procedimientos,

valores,

normas

y

actitudes)

y los

diferentes tipos y grados de aprendizaje que

fijan los

objetivos

terminales de

ciclo,

de nivelo didácticos).

Por

otra

parte,

el

diseño de las actividades de evaluación sumativa debe respetar

los principios de significatividad y funcionalidad del

aprendi-

zaje,

primando siempre la utilización

del

conocimiento adqui-

rido frente

a

la

mera

repetición mecánica.

En

el cuadro siguiente se

consignan,

a

modo

de

resumen,

las

respuestas

al qué, cuándo y

cómo

evaluar en las tres moda-

lidades

de

evaluación.

Evaluación

inicial

Evaluación formativa

Evaluación

sumativa

Los

esquemas de co-

nocimiento

perti-

nentes

para

el

nue-

vo

material

o sirua-

ción

de aprendizaje.

Los progresos, difi-

cultades, bloqueos,

etc., que jalonan el

proceso de aprendi-

zaje.

os tipos Y grados

de aprendizaje

que

estipulan

los objeri-

vos

terrniriales,

de

nivel

o didácticos) a

propósito

de los

contenidos seleccio-

 

nados.

Al

comienzo

de una

nueva

fase de

Durante

el

proceso

de

aprendizaje.

Al

ténnino de

una

fase de aprendizaje.

>

aprendizaje.

>

 

o

e

3

.

Consulta

e

ínterpre-

tación

de la historia

escolar del

alumno.

Registro e interpre-

tacíén de

las r s

puestas

y comporta-

mientos

de los

alumnos

ante

pre-

guntas

Ysituaciones

relativas

al nuevo

Observación

siste-

mática y pautada

del proceso de

aprendizaje.

Registro de las oh-

servaciones en hojas

de seguimiento.

Interpretacíén de

las observaciones.

Observación,

regis-

tro e

interpretación

de las respuestas y

comportamientOs

de

los alumnos a

preguntas

Y sítua-

ciones que exigen la

utilización de los

contenidos aprendí-

dos.

material

de

apren-

dizaje.

128

129

Page 69: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 69/91

B Los componentes de ev lu ción en el Diseño urricular

La presencia

explícita

de

los

componentes de evaluación en

el Diseño Curricular es estrictamente paralela a la presencia de

los componentes instruccionalcs. Esto se debe a que, como he-

mas

visto,

la evaluación -inicial,

formativa

y

sumativa-

está

plenamente integrada en el proceso

educativo,

es parte

de

él y

constituye en realidad

un

instrumento

de

acción pedagógica.

En primer

lugar, el

resumen

de las opciones básicas

deriva-

das de la concepción constructivista del aprendizaje escolar y

de la

intervención

pedagógica

que

hemos propuesto presen-

tar junto

con

los

Objetivos

Generales

de

Ciclo- debe

incluir

una perspectiva de conjunto sobre el

qué,

cuándo y cómo eva-

luar

en las

tres vertientes de

la evaluación. En

esta presenta-

ción debe

insistirse

en la conveniencia de atender por igual

las

tres funciones de la evaluación destacando su utilidad como

instrumentos de control y

de

ajuste

de

la acción pedagógica.

Asimismo, debe subrayarse que, en la

óptica

adoptada, la eva-

luación del

aprendizaje es

siempre la evaluación

de aprendiza-

jes significativos y

funcionales,

cualesquiera que sean los tipos

de

contenido implicados.

En

suma, debe instarse

a

practicar

la

evaluación

inicial, la evaluación formativa

y la

evaluación su-

mativa como instrumentos pedagógicos, teniendo en

cuenta

que

el aprendizaje

escolar debe ser,

por

definición, significativo

y que puede referirse

tanto

a hechos, conceptos y principios

como a procedimientos, valores, normas y actitudes.

En segundo lugar, junto a los

Objetivos

Terminales y

los

bloques de contenido del primer nivel de concreción del Diseño

Curricular,

las

orientaciones didácticas deben incluir también

criterios para diseñar actividades de evaluación en las tres ver-

tientes mencionadas teniendo

en

cuenta el tipo y grado de

aprendizaje

que señalan los

Objetivos

Terminales, la naturale-

za de los Contenidos seleccionados y la concepción constructi-

vista

del

aprendizaje. Recordemos qué

en

este nivel de concre-

ción no

se incluyen

todavía propuestas de

actividades

concre-

tas

de evaluación, sino tan solo criterios generales para

su

con-

fección.

Por

último,

en

el tercer nivel de concreción,

los

ejemplos de

programaciones incluyen ya lógicamente propuestas

de activi-

dades concretas de evaluación.

Capítulo

4

Un modelo

de

Curriculum

para la enseñanza obligatoria

¡

La finalidad de este capítulo es reunir las decisiones y pro-

puestas parciales, formuladas en el transcurso de los

precedentes, en una

visión

articulada de

conjunto.

En pnmer

lugar, expondremos

la

estructura

de Diseño Curricular

que se

deriva de los planteamientos asumidos; no volveremos a insis-

tir

sobre

los

argumentos

y

justificaciones que están en

su base,

pero en cambio incluiremos algunas sugerencias susceptibles

de facilitar el proceso de un Diseño

Curricular

que adopte esta

estructura. En

segundo lugar, veremos cómo

se contempla el tratamiento de las necesidades educativas es-

peciales en el modelo propuesto, pues ésta es una de

las

i

cupaciones que

han motivado

la

búsqueda

de un marco

currr-

cular común

para la enseñanza obligatoria. Por último, hare-

mos algunas recomendaciones sobre el desarrollo del

Diseño

Curricular que son, a nuestro juicio,

particularmente

importan-

tes debido a la naturaleza y a

las

características de la propues-

 

ta.

Antes

de iniciar

este plan,

conviene sin

embargo

que

recor-

demos con la mayor brevedad y concisión posibles los princi-

 

pios

y opciones

fundamentales que

enmarcan

la

propuesta.

i)

La educación designa un conjunto

de

prácticas

mediante

las

cuales

el

grupo

social

promueve

el

crecimiento de

sus

miembros, es decir,

les ayuda

a

asimilar

la experiencia históri-

camente acumulada

y

culturalmente

organizada con el fin de

que puedan convertirse en

miembros activos del grupo

y agen-

tes de cambio y creación cultural.

ii) La educación escolar tiene como finalidad promover

ciertos

aspectos del

crecimiento personal, considerados impor-

tantes en

el marco de la

cultura del

grupo, que

no

se producen,

o no se producen satisfactoriamente, a no ser que se

suministre

130

131

Page 70: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 70/91

una a7uda específica mediante la participación en actividades

especialmente

pensadas

con este fin. Estas actividades se ca-

  ser

intencionales. responder

a

una planificación.

ser y llevarse a cabo en instituciones específica-

mente

educativas. El crecimiento

personal

es el

resultado

de la

participación del niño en una amplia gama de actividades edu-

cativas

de diferente naturaleza

que no se

reducen

a la

educa-

ción

escolar.

i i i ). Diseño

Curricular

es el proyecto que preside y guía

las actividades educativas escolares explicitando

las

intencio-

nes que están

en su origen

y proporcionando un plan para

lle-

varia;

a. término.

Diseño

Curricular es un

instrumento

para

la

practica

que ofrece guías de acción a los profeso-

res. responsables directos de la educación escolar. Para ello in-

cluye sobre qué, cuándo y cómo enseñar y

luar. Su

utilidad

depende en

gran

medida de que tenga en

cuenta

las condiciones reales

en

las que

va

a

desarrollarse

el

proyecto educativo.

. El Diseño Curricular es un proyecto abierto a las

modi-

fícaciones y

correcciones

que surgen de su

aplicación

y desarro-

llo.

Su debe

ser

suficientemente

flexible

para

inte-

gra:,

e potenciar, estas

aportaciones en

un proceso de

enrtquecírníento progresivo.

.

(v)

El Diseño Curricular se nutre

de cuatro fuentes

básicas

las se refieren a las formas

culturales

cuya

para el crecimiento personal de niño

(análisis sociológico y antropológico); las que se

refieren

a los

y implicados en el crecimiento personal (aná-

Iisis

psicológico):

las que se refieren a

la naturaleza

y

estructu-

ra

de los

del

aprendizaje

(análisis

epistemológico);

y las

que

se refieren a la propia práctica pedagógica

(análisis

pedagógico).

(vi) El Diseño

Curricular

adopta una

estructura fundamen-

talmente abierta, dejando un amplio

margen de

actuación al

profesor, que

debe

adaptarlo

a

cada situación particular según

las características

concretas de los alumnos y los otros factores

presentes

en

el proceso educativo. El Diseño

Curricular

no

es

de

programación, sino un

instrumento

que faci-

hta

y sirve de base a la programación. El

carácter

abierto del

Diseño

CUI:-icular

se complementa con la preocupación de

ha -

cerlo

accesible

a la

mayoría de

los profesores

facilitando

su uso

como

instrumento

de programación . Esto se consigue mediante

e establecimiento de niveles progresivos de

concreción

en el

Diseño

Curricular.

(vii) El

Diseño Curricular

refleja

una concepción

construc-

t ivista

del

aprendizaje escolar cuya idea directriz es que

los

procesos d e crecimiento personal implican

una actividad

men-

tal constructiva del alumno.

Mediante

la

realización

de apren-

dizajes significativos. el alumno construye significados

que

en-

riquecen su conocimiento

del

mundo

físico

y social y potencian

su crecimiento personal.

El

aprendizaje

significativo,

la

funcio-

nalidad de lo

aprendido

y

la

memorización

comprensiva

son

tres aspectos clave del aprendizaje escolar.

(viii)

El

Diseño Curricular refleja una concepción construc-

tivista de la

intervención pedagógica, que

trata de incidir

sobre

la

actividad

mental

constructiva

del alumno creando

las

condi-

ciones

favorables para

que

los significados que éste construye

sean lo más ricos y ajustados posible. En una perspectiva cons-

tructivista, la

finalidad

última de intervención

pedagógica

es

desarrollar en

el

alumno la

capacidad de

realizar aprendizajes

significativos

por sí

solo el} una

amplia gama de

situaciones Y

circunstancias (aprender ¡iaprender).

íx) Las intenciones ed\1cativas se

concretan en

el Diseño Cu-

rricular precisando

e

tipo

y

grado de

aprendizaje

que tiene

que

alcanzar

el alumno a propósito de

determinados

contenidos. Los

contenidos

incluyen

todos los

aspectos

de la

realidad que

son ob-

jeto

de la actividad 'mental constructiva

del

alumno

(hechos.

conceptos,

principios, procedimientos,

normas,

valores y

aptitu-

des). y con relación a los cuales

éste

construye

significados más

o menos precisos y complejos (tipo y

grado

de aprendizaje).

(x)

Las

intenciones educativas así

concretadas se

ordenan

temporalmente

en el Diseño Curricular

respetando los

princi-

pios

del aprendizaje

significativo. Esto

se traduce

en una se-

cuenciación

de

los contenidos que procede de lo más

simple

y

más general a

lo

más complejo y

detallado mediante

elabora-

ciones sucesivas de

profundidad

creciente.

xí)

El plan

de acción

para

el

cumplimiento

de

las

intencio-

nes educativas se traduce en el

Diseño

Curricular,

según

el

ni-

vel de concreción considerado, en el enunciado de los princi-

pios generales que

subyacen

a la intervención pedagógica de

carácter

constructívísta .

en

una serie

de

criterios para

diseñar

actividades de enseñanza/aprendizaje que

respetan

dichos

principios y en propuestas de actividades concretas que siguen

estos criterios.

32

33

Page 71: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 71/91

Page 72: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 72/91

Page 73: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 73/91

lisis

y

la

secuenciación de

los

contenidos. Por

otra parte,

el Di-

seño

Curricular de

un

ciclo

determina obviamente su

estructu-

ra organizativa

y la

organización

de

los centros educativos

donde se va a

impartir.

Las flechas que unen el recuadro cen-

tral con

los otros dos

representan

estas

relaciones. Las flechas

del interior del

recuadro

central indican niveles

sucesivos de

concreción.

A. El primer nivel del

concreción

El

primer nivel de

concreción

del Diseño Curricular incluye

el

enunciado de los

Objetivos Generales de Ciclo, el

estableci-

miento

de

las áreas curriculares

y

de los Objetivos Generales

de

cada una

de ellas, así como la formulación de

los

Objetivos

Terminales, de los bloques de contenidos y de las orientaciones

didácticas,

referido todo ello a las distintas áreas

curriculares

retenidas.

Una

vez

establecidos los

Objetivos Generales

de Área,

su

concreción

posterior exige

precisar

los aprendizajes específicos

que favorecen la adquisición de los tipos o subtipos de capaci-

dades que

se

estipulan en ellos.

Esto

supone determinar simul-

táneamente

dos aspectos: los

contenidos

y

la

naturaleza

de

los

aprendizajes que los alumnos deben realizar con cada uno de

ellos.

El resultado de esta operación conduce a los Objetivos

Terminales de

Área y a

los bloques

de contenido de las

áreas

curriculares.

i) .

Los

bloques de contenido

.Se entiende por contenidos el

conjunto

de formas culturales

y

de saberes seleccionados para

formar

parte de las distintas

áreas

curriculares en función de los Objetivos Generales de

Área. Los

contenidos pueden ser

hechos

discretos, conceptos,

principios, procedimientos, valores, normas y

actitudes.

Un

concepto designa un conjunto de objetos,

sucesos o

sím-

bolos

que tienen

ciertas

características comunes. Ejemplos:

mamíferos,

número

primo,

triángulo, nube, etc.

Un

principio

es

un

enunciado que describe cómo los

cam-

bios

que

se producen en

un objeto, un suceso, una

situación o

un

símbolo o en un conjunto de objetos, sucesos, situaciones

o

s ímbolos-

se relacionan con

los

cambios

que

se

producen en

otro objeto, suceso, situación o símbolo o en otro

conjunto

de objetos, sucesos,

situaciones o

símbolos. Los

principios sue-

len describir relaciones causa-efecto, pero pueden

también

otras

relaciones de covariación. A menudo se urilizan

los términos «regla»

o «ley» como

sinónimos

de

«principio».

En la

medida en que los principios

describen

relaciones en-

tre

conceptos,

constituyen verdaderos sistemas

conceptuales.

Ejemplos: la ley de la gravedad, el ciclo natural del agua, el

funcionamiento del sistema respiratorio, la

ley

de la oferta

y

de la

demanda,

el teorema de

Pitágoras, etc.

Un

procedimiento

es

un conjunto

de

ordenadas

y

finalizadas,

es

decir, orientadas

a la

consecución

de

Para que un conjunto

de acciones

constituya un

es necesario

que esté

orientado

hacia una meta

y

que cero

nes

o

pasos

se

sucedan

con

un cierto orden. La compleJI.dad

de

los procedimientos

varía

en función del número acciones o

pasos implicados en

su

realización del grado

de l

ibertad

en el

orden de

sucesión de las acciones o

pasos

y de la

de

la meta a

cuya consecución

se

orientan.

A se utilizan

los términos

«destreza»,

«técnica», «método»,

o Incluso «estra-

tegia» como sinónimos e

«procedimiento».

Ejemplos: r.estar

llevando, construir un plano, hacer un

resumen,

confeccionar

un plan

de

observación,

etc

.

Un valor es

unpr'incípio normativo

que preside

y

regu a el

comportamiento de las personas en

cualquier momento

y

sítua-

ción. Ejemplos:

el

respeto

a la vida, el

respeto

a la

naturaleza,

la solidaridad, etc.

Los

valores se

concretan'en normas que son

reglas

de

con-

ducta que deben

respetar

las personas en determinadas situa-

ciones: compartir,

ayudar,

ordenar, respetar, etc.

Una

actitud es

una

tendencia

a

comportarse de una

forma

consistente y persistente

ante determinadas

obje-

tos,

sucesos o personas.

Las

actitudes traducen, a m,vel compor-

tamental, el

mayor

o

menor respeto

a unos deterrrrinados valo-

res y normas: conducta de

compartir,

de respetar, de ordenar,

de

ayudar, de cooperar,

etc.

. .

De

acuerdo con estas

definiciones,

podemos clasificar

los

contenidos de la

enseñanza obligatoria

en

tres

grandes .catego-

rías:

hechos

conceptos y principios (los principios re -

laciones

entre conceptos

y éstos se refieren

siempre,

en úl

tirno

término, a hechos discretos);

procedimientos;

valores no.nnas y

actitudes

(estos

tres

tipos

de

contenidos forman un

contrnuum,

ya

que

las actitudes

son

el

va-

lores y

normas). El primer

nivel de

coricr'eción

del DIseno

Cu-

138

139

Page 74: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 74/91

 

incluye

un

listado de los principales bloques de conte-

nido, en

cada una

de estas tres

categorías.

para cada

área curri-

 

el punto

de vista

del

proceso de elaboración del

Diseno la,selección de los contenidos que deben fi-

 

en

el

pnmer

nivel de

concreción

exige responder las si-

guíentcs preguntas:

- ¿Qué

hechos.

conceptos y

principios

es necesario tener

en en

área curricular para

que

el

alumno adquiera.

al finalizar el

ciclo,

las

capacidades estipuladas

por

los

Objeti-

vos Generales del

Área

-

¿Qué procedimientos

es

necesario

tener

en

cuenta en

este,

área curricular para que el alumno adquiera, al finalizar

el ciclo,

las capacidades

estipuladas por los

Objetivos Genera-

les del Área?

-

¿Qué valores.

normas y

actitudes

es

necesario

tener en

en área curricu,lar para que el

alumno

adquiera. al

finahzar el CIclo,

las capacidades estipuladas por

los

Objetivos

Generales del

Área?

(ii)

Los Objetivos Terminales

Los

Terminales de

Área

precisan el

típo

y

grado

del debe

realizar

el alumno a propósito

de los

conter.ndos

para

adquirir, al

finalizar

el ciclo, las

por los Objetivos

Generales y

de Área.

Los

Objetivos

Terminales de Área hacen referen¡::ia

necesaÍ'ia-

mente a unos contenidos

específicos,

concretamente a

los blo-

ques .de contenido

seleccionados

en

el área curricular corres-

p,?ndlente. que hem.os distinguido tres grandes catego-

nas en

el

pnmer nivel de concreción del

Diseño

Curn?ular figuran asimismo otros tantos

grupos

de Objetivos

Terminales: l?s que precisan el tipo y grado del aprendizaje

qu.e el alumno respecto a los

hechos,

conceptos y

pnncIP.loS. selecionados:

los

que precisan el tipo y grado del

ap.rendlzaJe

debe

realizar

el

alumno

respecto

a

los

procedí-

  y

los

que precisan el tipo y grado

del

aprendizaje

que

debe

realizar

el alumno respecto a

los

valores

normas y actitudes seleccionadas.

Debe tenerse en

cuenta que

los Objetivos

Terminales

seña-

lan los.

resultados esperados del aprendizaje

de

los

alumnos a

propósito de contenidos específicos. Por

ello,

el formato

dar

para

su formulación es:

«el alumno ...

(descripción del

resul-

tado

esperado

del aprendizaje)

a

propósito

de ...

(contenido es-

pecífico ».

Las taxonomías de objetivos

educativos proporcio-

nan un

amplio

abanico

de

posibilidades

de

elección

en

cuanto

al tipo y grado

de

resultados' esperados del aprendizaje que fi-

guran en

los

Objetivos Terminales y,

por

lo tanto,

pueden

ser

de

gran

utilidad omo

recordatorio

en la formulación

de estos

últimos, Sin

embargo, conviene subrayar que

los

Objetivos

Terminales

no

se derivan de las taxonomías, sino que surgen

de

un

análisis

de

los Objetivos

Generales

de Área

y,

más con-

cretamente,

de

las capacidades que

deben

adquirir

los

alumnos

según lo estipulado

por ellos.

El

establecimiento de los

Objetivos Terminales requiere

una

reflexión previa

sobre

los

tipos

de

aprendizaje que

pueden

rea-

lizarse a propósito de las tres

grandes

categorías de conterridos

que

hemos distinguido: ¿en

qué

consiste aprender

un hecho, un

concepto o un principio?; ¿en

qué

consiste aprender un proce-

dimiento?; ¿en qué

consiste

aprender un valor, una norma o

una actitud?, Simplificando

al

máximo, podemos

decir

que:

O

prender

he hos

y on eptos significa que se es

capaz

de

identificar,

reconocer, clasificar, describir

y comparar objetos,

sucesos o ideas.

prender

un prin ipio significa que se es capaz

de identificar,

reconocer,

blasificar,

describir

y comparar las

relaciones

entre

los

conceptos o

hechos

a los

que se

refiere

el

principio. En consecuencia, en

los Objetivos

Terminales

relati-

vos

a

hechos,

conceptos y principios, los resultados

del aprendizaje 'de los alumnos aparecerán formulados a

menu-

do mediante los verbos siguientes:

IDENTIFICAR, RECONOCER, CLASIFICAR, DESCRIBIR,

COMPARAR, CONOCER, EXPLICAR, RELACIONAR, SITUAR

(en el espacio y/o en el tiempo), RECORDAR, ANALIZAR, IN -

FERIR, GENERALIZAR, COMENTAR, INTERPRETAR, SA-

CAR CONCLUSIONES,

DIBUJAR

INDICAR, ENUMERAR,

SEÑALAR,

RESUMIR, DISTINGUIR, APLICAR, etc.

(ii)

prender

un pro edimiento significa que se es

capaz

de

utilizarlo en diversas situaciones

Y de

diferentes con

el fin

de resolver

los

problemas

planteados

Y alcanzar

las me -

tas

fijadas.

En consecuencia, en

los Objetivos

Terminales rela-

tivos a procedimientos, los resultados esperados del aprendiza-

je de los

alumnos

aparecerán formulados a menudo mediante

los verbos

siguientes:

MANEJAR,

CONFECCIONAR, UTILIZAR, CONSTRUIR,

APLICAR, RECOGER, REPRESENTAR, OBSERVAR,

'EXPE-

RIMENTAR, PROBAR, ELABORAR, SIMULAR, DEMOS-

140

141

Page 75: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 75/91

Page 76: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 76/91

primer

nivel de concreción

del Diseño Curricular

supone una

cierta correspondencia entre bloques de contenidos

y

Objetivos

a

II

º

ro

III

1lI

a

IJ

o

S

...

III

a.

  .

'O

e

ª

a.

1lI

g

o

8.

ft

0

l:L<

'"

"

-

 

::s

o

'"

'"

ª

-<

o

'"

.

?

:d

e:

'

ª.

"'

0

0:1

 " .

8

llI

..

 

¡¡;

III

'-<

I:t 

o

. .

III <

o o

s

0: '

"

lIJ

f III

III

a

.

<

O

l ?

1lI

j

e:

R

El

::s

; .

:¡s

Jt:a

II

III

1lI

e :J.

Sl

1lI

5

<

lO

'<

te:

E:1:l 1

o.

o:

't:l

::r:

::1.

o-

 

o

"

g

él

'"

'<

....

Sl .

::1. o

::s '"

0 1»

lo -

o

."

g

'?

o

,

li1 g-

o

"'-.

a. ::1.

ro ()

Ci

", ::3.

i

t:l

S

(r

s

I:t

.

:s

.

.

.B

a

e,

l1>

g

E.

e,

o

'"

o

s:

:;::-

o

lIJ

(;l

.

l ?

o

:J.

g

J:

o

g

t;,

g:

o

tt.

S

Terminales para

cada

área. Esta correspondencia, sin embargo,

no es total pues, como ya hemos

dicho,

un

mismo

objetivo pue-

o

de referirse simultáneamente a diferentes contenidos y, correla-

 2..

tivamente, un

mismo

contenido

puede

estar implicado

en

dife-

 

rentes Objetivos Terminales.

B.

El segundo nivel de concreción

t

El primer

nivel de

concreción del

Diseño Curricular de un

ci-

clo

de

la enseñanza obligatoria precisa qué enseñar (contenidos

y

objetivos

terminales de las distintas áreas curriculares)

yofre-

ce

criterios-guía

sobre

cómo enseñar

y

evaluar (orientaciones

di -

dácticas),

pero no dice nada todavía sobre cuándo enseñar so-

bre la

secuenciación

y la temporalización de los aprendizajes a

lo largo del ciclo. La elaboración de programaciones en sentido

estricto de la acción

pedagógica

(tercer nivel de concreción del

Diseño Curricular) exige prever temporalización de los

aprendizajes de

los alumnos

- e s

decir,

la distribución tempo-

ral

del conjunto de aprendizajes

específicos

que deben

realizar

los

alumnos

para adquirir

las capacidades

que

fijan los

Objeti-

vos Generales de Ciclo-

y

ésta, a su vez, requiere el análisis y

posterior secuenciación de los contenidos seleccionados en cada

una

de

las áreas curriculares del ciclo. El resultado del análisis

de los bloques de contenido que figuran en el primer

nivel

de

concreción, así como la propuesta de secuenciacíón de los ele-

3.

o

mentos

que dicho análisis

permite

identificar,

configuran

el

se -

gundo nivel de concreción del Diseño Curricular. Nótese que

la

temporalización de los aprendizajes no se

incluye en

este segun-

E.

do nivel de concreción, que se l imita a

establecer

las bases

ne-

 

cesarias

'para

que la temporalización pueda llevarse a cabo en el

marco

de propuesta s concretas de

programación

(tercer nivel de

concreción)

atendiendo

a

supuestos particulares.

El segundo nivel de concreción del Diseño

Curricular

con-

siste

pues en establecer, para cada área

curricular,

sendas se -

cuencias de los principales elementos de contenido. En el su -

puesto,

por

ejemplo, de

que se hayan

seleccionado en

el

primer

nivel de concreción bloques de contenido relativos a hechos,

conceptos y principios, a procedimientos, y a valores, normas

y

actitudes, el segundo nivel de

concreción adoptará la forma

siguiente:

145

Page 77: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 77/91

 

SECUENCIACIÓN

SECUENCJACIÓN

SECUENClACIÓN·

' f.'

I

I

i

Desde

el punto de vista del proceso de elahoración del Dise-

ño

Curricular, el establecimiento del segundo

nivel

de concre-

ción supone los siguientes pasos:

i) identificar los

principales

componentes de los hloques

de

contenido seleccionados

en el

primer

nivel de

concreción;

(ii) analizar las

relaciones que

existen

entre los componen-

tes identificados

y establecer las estructuras de contenido

co-

rrespondientes;

(iii) Proponer una secuenciación de los componentes aten-

diendo a las relaciones y estructuras

establecidas

y a las leyes

del aprendizaje

significativo.

i)

Los

componentes element les del

contenido

El primer paso consiste simplemente

en

identificar los prin-

cipales

elementos del

contenido

seleccionado a partir de

un

análisis

de su

estructura

interna.

El aspecto

más delicado

de

esta fase consiste

en

decidirel nivel de detalle

y

de precisión.

con que deben identificarse

los

elementos

constitutivos

del con

tenido. El

criterio último es, por supuesto,

lo

estipulado por

los

Objetivos

Generales

de Área;

en

otros

términos,

en

la

identifica-

ción de

los

componentes

élernentales de

contenido

se

alcanzará

el grado de detalle y de precisión

exigido

por el dominio de las

capacidades que figuran en los

Objetivos

Generales de Área.

Se -

ñalemos

además que la propuesta de distinguir tres tipos de

contenido -hechos, conceptos y principios; procedimientos;

valores, normas y actitudes- es una propuesta estándar y que, •

en determinados ciclos de la enseñanza obligatoria, puede ser

aconsejable

distinguir

otras

categorías.

Así,

en Parvulario,

don-

de el conocimiento

de hechos tiene

una

importancia fundamen-

tal

y el

aprendizaje

de

principios

es

totalmente secundario,

la

clasificación de los contenidos adoptará probablemente otras

formas,

por

ejemplo: hechos,

conceptos y principios (con una

presencia mínima

de los segundos);

procedimientos

(probable-

mente, con diferentes subcategorías); normas,

actitudes

y

valo-

res

(con

preponderancia de las

primeras).

En el otro extremo de

la

enseñanza obligatoria, en el Ciclo Superior de

EGB,

el apren-

dizaje de conceptos ocupa un lugar destacado y el aprendizaje

de principios empieza a adquirir importancia,

por

lo que el én -

fasis de

la

categoría denominada «hechos, conceptos y princi-

pios» recaerá sobretodo en los dos últimos términos, siendo in -

cluso quizás aconsejable, en determinadas

áreas curriculares,

establecer

categorías diferenciadas.

147

Page 78: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 78/91

(ii)

Las relaciones

y

las estructuras

e

contenido

Una

vez identificados

Íos

principales elementos

del conte-

nido, el segundo paso consiste en

identificar

las

relaciones

en-

tre

los mismos que tengan una pertinencia

instruccional, es

de-

cir, que sean relevantes para

la

organización

y la

secuenciación

de la enseñanza. Siguiendo a Reigeluth, Merrill y Bunderson

(1978), las

relaciones

y las estructuras

del

contenido pertinen-

tes

para

la instrucción son:

En

el

caso de

los

hechos:

las relaciones de atributo.

Son

rela-

ciones que

permiten ordenar los

hechos,

fenómenos

o

sucesos

según el grado de posesión de

un determinado

atributo. Así,

por ejemplo, los

países pueden ordenarse atendiendo al

núrn

. ro de

habitantes

o a

su

extensión en Km

2

;

los sucesos históricos

pueden ordenarse

cronológicamente; los minerales por su

gra-

do

de dureza; las cordilleras por su altura; etc. Las relaciones

de atributo

permiten

establecer unas

estructuras

que se deno-

minan

listas y

que

pueden definirse COmo colecciones de

ele-

mentos de contenido ordenados

en

función de un

atributo

o pa-

rámetro.

Nótese

que,

en

principio, un conjunto de

elementos

de

contenidos puede ordenarse de formas

muy

diversas según la

naturaleza

del

atributo

utilizado para

ello,

por lo que la deci-

sión crucial reside

en

seleccionar

el

atributo

o

atributos

más

importantes

desde

el

punto de

vista

de l lógica interna

del

contenido.

En el

caso

de los conceptos: las relaciones de subordinacion 

supraordenación

y coor-dinación. Son relaciones de

clase

y de

pertenencia

entre

conceptos. Existen dos subtipos de relaciones

de estas características:

las

que responden al enunciado

gene-

ral «un x es

una especie

de y (por

ejemplo:

la serpiente es

un

animal carnívoro;

la

democracia

es

una forma

de

gobierno:

.

etc.):

y las que responden

al

enunciado general «un x es

una

parte de

(por ejemplo: enero

es

uno

de

los doce

meses del

año; la

fauna

es

un

elemento del

ecosistema;

etc.). La identifi-

cación de las

primeras

permite establecer

unas estructuras

de

contenido

denominadas

taxonomías

de tipos

en

las

que

un

ele

mento

de

un nivel inferior es una

especie

del elemento corres-

pondiente del nivel superior

(por

ejemplo: animales

>

mamífe-

ros

>

osos

> etc.):

la identificación de las segundas

permite

establecer

unas estructuras

de

contenido

denominadas

taxono-

mías de partes

en

las que

un

elemento de

un

nivel inferior es

una

parte del elemento correspondiente del

nivel

superior (por

ejemplo: cuerpo > cabeza > boca > dientes >

etc.).

Por

su -

puesto,

dos o más

taxonomías pueden

combinarse

dando

lugar

a un tercer tipo de

estructuras

de

contenido:

las matrices

en

las

que cada elemento pertenece

simultáneamente a dos

taxo-

nomías (por

ejemplo: los

leones son

carnívoros y mamíferos;

los mosquitos son una

especie

de insectos y forman parte de la

fauna de una región).

Los

criterios para establecer

relaciones

de subordinación,

supraordenación

y coordinación entre

los

conceptos,

aunque no

son tan

arbitrarios

como los atributos que pueden utilizarse

para ordenar los

hechos, pueden ser

tambien

en

ocasiones

nu-

merosos

y diversos,

por

lo que es imprescindible

seleccionar los

más pertinentes desde el

punto

de vista de la estructura interna

del contenido curricular.

En

el icaso

de

los principios: las relaciones de

covariación

causa-efecto y prescriptivas (lo que debe hacerse

para obtener

determinados resultados)

entre principios.

Recuérdese que los

principios son enunciados

que designan

cómo

los

cambios.que

se

producen

en un conjunto de objetos, sucesos, situaciones o

símbolos (conceptos)

se relacionan

con los cambios que

se pro-

ducen

en otro conjunto de ,objetos, sucesos, situaciones o sím-

bolos (conceptos).

Las

reláciones entre principios describen

pues

relaciones de segundo

orden entre conceptos, es

decir, re -

laciones

de relaciones entre

conceptos.

La identificación de

las

relaciones entre principios permite establecer unas estructuras

de contenido

denominadas

teorías o modelos que

pueden ser

de

naturaleza descriptivo-explicativa oprescriptiva según las

rela-

ciones en juego (por ejemplo: la explicación

de

fenómenos at-

mosféricos, la

fluctuación del

mercado

del

trabajo. el

proceso

de fabricación del vino,

etc.),

En

el

caso de

los

procedimientos:

las relaciones de orden

y

de

decisión. Las

primeras

describen el orden

en

el que

deben

eje-

cutarse los pasos de

un

procedimiento o los diferentes subpro-

cedimientos

implicados en un

procedimiento

más

complejo

(por ejemplo: el

orden

a seguir en la construcción de un

plano

de

la

escuela);

las segundas describen posibles alternativas

de

acción

en

la ejecución de los

pasos

de

un

procedimiento o de

los subprocedimientos implicados

en

un procedimiento

más

complejo (por ejemplo: el algoritmo de substracción con va-

rios dígitos). La

identificación

de

las relaciones entre procedi-

mientos

permite

establecer unas

estructuras

de contenido de-

nominadas jerarquías de procedimientos que son conjuntos de

procedimientos y

de

subprocedimientos ordenados

en función

148

149

Page 79: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 79/91

de las

relaciones

de orden y/o de decisión que mantienen en-

tre sí.

En

el caso de los valores

normas actitudes:

las relaciones

de preeminencia o prioridad. Son relaciones que indican

un

or-

den

jerárquico entre valores, normas y actitudes, de tal manera

que los que se sitúan

en

un nivel superior tienen preeminencia

sobre los

que

se

si túan en un nivel inferior.

La

identificación

de

las relaciones

entre

valores,

normas

y

actitudes permite

es-

tablecer unas

estructuras de contenido denominadas

sistemas

de valores y sistemas de normas

que

describen la preponderan-

cia relativa de los diferentes valores y normas que regulan el

comportamiento.

iií) La secuenciacion de los contenidos

Una

vez identificados

los principales elementos del conteni-

do, así como las

relaciones

entre los mismos y las

estructuras

correspondientes, el tercer paso consiste en establecer una se-

cuenciación

que

respete los principios

del

aprendizaje

signifi-

cativo. Básicamente, esto consiste en ordenar

los

elementos de

acuerdo con una

secuencia

que procede

de

lo más general a lo

más detallado

y

de

lo

más simple

a

lo

más

complejo.

En

otros

términos, se presentarán en primer lugar los elementos

esen-

ciales del

contenido susceptibles de proporcionar una panorá-

mica

global del mismo,

de tal manera

que

los elementos res-

tantes .puedan

ser

introducidos como amp liaciones; matizacio-

nes, precisiones o profundizaciones de

los

presentados en pri-

mer término. Obviamente, para

llevar

a cabo

esta

tarea es de

suma utilidad partir

de

las estructuras de

contenido estableci-

das en el paso anterior.

Aunque

el criterio prescrito

para

secuenciar los elementos

de contenido es válido

en todos los

casos

d e

lo

más general

y simple a lo

más

detallado y complejo-, lógicamente su

con-

creción

varía según

el tipo

de

contenidos al que se

aplique.

Así,

por

ejemplo,

en

la

secuenciacián

de

conceptos

se

presentan

en

primer lugar los más fundamentales y representativos, que son

también, por

definición, los más generales

e

inclusivos

entre

los que aparecen

en las taxonomías de tipos y de partes y en

las m atrices correspondientes;

seguidamente, se introducen de

forma progresiva los

conceptos

menos generales y menos inclu-

sivos de las taxonomías que

proporcionan

detalles y precisio-

nes respecto

a los presentados en

primer

lugar. En la secuencia-

ción de

principios se

comienza presentando

los más simples y

fundamentales

entre

los

que

aparecen en las

estructuras

teóri-

cas

correspondientes,

para introducir

progresivamente versio-

nes más complejas, específicas,

matizadas

y contextualizadas

de los mismos. En la secuenciacion de procedimientos la pro-

puesta

consiste en presentar en primer término el procedimien-

to o procedimientos más simples y, al mismo tiempo,

más

ge-

nerales: es

decir,

los que

incluyen

un menor número de pasos

y se

aplican

a una

gama

más

amplia de

situaciones;. a conti-

nuación, se introducen los procedimientos progresIvamente

más complejos y

más

específicos

en

sus condiciones de aplica-

ción.

En la secuenciaci6n de valores normas Y actitudes la regla

que prescribe avanzar desde lo más simple y general a lo más

complejo y detallado se concreta en una ordenación que

co-

mienza por

los

valores

y normas más preeminentes y

que

rigen

en

un mayor

número de situaciones, introduciendo

progresiva-

mente los que

ocupan un lugar

inferior en los

sistemas jerár-

quicos de

valores

y normas y

que, además,

rigen

en

y contextos más específicos. Por último, en

la secuenClaClOn .de

hechos la ordenación se establece de acuerdo con

las relacio-

nes de atributos

unlízadas.para confeccionar

las

listas corres-

pondientes, velando

siempre

por

presentar, en

primer término,

los hechos más representativos y

próximos,

introduciendo pau-

latinamentede

forma progresiva los más singulares y alejados

de

la experiencia inmediata.

C. El tercer nivel de concreción

En

el modelo

de

Diseño Curricular adoptado, los

dos

niveles

de concreción descritos configuran la base a

partir

de la cual

pueden concretarse diferentes programas de acci.ón

en función de las características concretas de las diversas SItua-

ciones educativas. El carácter

«abierto» del

Diseño Curricular

reside precisamente en su posible adaptación a la singularidad

de cada centro

escolar,

elaborando proyectos educativos y

pro-

gramaciones ajustadas a

las

necesidades y peculiaridades

de

cada

caso. El tercer nivel de concreción no forma pues parte,

en sentido

estricto,

del

Diseño

Curricular, sino que ilustra la

manera de

utilizarlo mediante

ejemplos de

programaciones

elaboradas a partir del

Diseño

Curricular Base y

teniendo

en

cuenta

determinados

supuestos reales

presentes en el sistema

educativo. .

Entre los supuestos que debe contemplar necesariamente la

150

151

Page 80: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 80/91

 

del

Diseño Curricular Base y que, por lo tanto, debe-

na el

tercer nivel

de concreción, conviene

destacar

las

necesidades educativas

especiales

de los alumnos cf. el punto

4.2.),

la estructura y los recursos pedagógicos del

competencias del profesorado

y sus

opcIOnes a metodologlas

didácticas

particulares (por

la didáctica del principio de

globali-

zación mscnto en la propia estructura

del

Diseño

Curricular

Base).

En

caso,

sea cual sea la naturaleza

de los

su -

puestos

para confeccionar las programaciones,

esta exlge dos

pasos: la

planificación y distribución

de los

entre los niveles que conforman un

ciclo;

y

la

pla-

mficaCl ón y temporalización. dentro de cada

nivel.

de los

aprendizajes

correspondientes.

(i) Objetivos y contenidos de Nivel

El en la confecciónde programaciones a partir

del

D lseno Curncular Base consiste en

traducir los

Objetivos

Área

y los bloques de contenido correspondien-

 

tes

(p r

irner

de concreción) en

Objetivos de

Nivel y en

blo-

de contemdo

más

restringidos. Los Objetivos de Nivel son

en

cuanto

a

su

significado y formulación, a los Obje-

t VOS

Terminales

de

Área,

excepto en

que

se refieren a conteni-

dos amplios, de tal manera que el

logro

de un Objetivo

Termmalde Área implica

a

menudo

el

logro de

varios Objeti-

vos

de

Nivel. I

En la lógica

del

de

Diseñó

Curricular adop-

tado,

la

o

dlstnbución

de los aprendizajes en -

tre los

mveles de

un ciclo, es

decir,

la

secuenciación

internive-

les, n

surge

de una jerarquización de los objetivos en

termina-

les

e mtermedios, sino

de la

ordenación

y

secuenciacion de

los

contenidos

(segundo

nivel

de

concreción).

El punto clave de

este

primer paso reside pues en distribuir

entre del ciclo los

elementos

de contenido previa-

mente

Identificados

y

secuenciados.

Esta distribución

se

lleva

a cabo

de

tal modo

que

en el

primer nivel del ciclo

se

incluyen

más fundamentales

y

representativos

del

conte-

n ldo:

los

mas generales

y simples,

reservando

para los

niveles

srgurentes los

elementos

que aportan

precisiones o

detalles

a

los del primer

nivel.

En otros

términos,

los contenidos

del

pri-

mer mvel.

de

cada ciclo

proporcionan una

visión

de conjunto

muy

general de las áreas curriculares. Esta

panorámica

global

es precisada progresivamente

en

los niveles

posteriores hasta

al -

canzar el

grado

de

detalle y de

profundidad

que requieren

los

Objetivos Generales de

Ciclo

y de

Área.

Los sucesivos niveles de

un

ciclo deben entenderse pues como

elaboraciones

progresivas

de los

contenidos

que aparecen en el primer

nivel del

mismo.

Es

obvio

que

no

todos

los elementos del contenido presentes

en el

primer

nivel del ciclo son retomados con mayor detalle y

profundidad

en

los niveles

siguientes:

éstos pueden

consistir en

elaboraciones de igual o desigual profundidad de diferentes

elementos de

contenido presentes

en el primer

nivel;

o bien en

elaboraciones

sucesivas de profundidad

creciente

de los mis-

mos elementos

del primer nivel;

o

aún

en

elaboraciones progre-

sivamente más

profundas

de

todos los

elementos

del primer ni -

vel Conviene

subrayar que no

se trata de

presentar en

el

pri-

mer nivel del ciclo un resumen de

todos

los contenidos del

mis-

mo,

sino tan sólo

una

selección de

los

más fundamentales y re -

presentativos con

los

que

puedan relacionarse

todos los demás.

En suma,

lo que se pretende

procediendo

de este modo

es favo-

recer el aprendizaje significativo

de los

alumnos ayudándoles

a construir redes o estructuras de significados

cada vez

más

amplias, ricas,

complejas

integradas.

Dos

observaciones

todavía en

 torno

a la

secuenciación

ínter-

niveles.

En primer lugar, es absolutamente necesario

tener en

cuenta las características diferenciales de

los

alumnos para los

que se elabora la programación. En

efecto,

en

función de sus

necesidades educativas

y

sus conocimientos

previos. puede dar-

se prioridad a uno u otro de

los

tipos

de contenido (hechos,

conceptos y principios; procedimientos; valores, normas yactí-

tu

des)

e incluso temporalizar de

forma

distinta

los Objetivos

de

Nivel

y los

contenidos

correspondientes a lo largo

del

ciclo.

En segundo lugar,

la

expresión

«Objetivos

de Nivel» responde

al

hecho

de que la unidad

de secuenciación no

tiene una dura-

ción temporal

fija:

un nivel puede corresponder

a

un curso aca-

démico, dos cursos académicos (como sería aconsejable,

por

ejemplo, en el caso de parvulario),

un

trimestre (por ejemplo,

en un sistema de créditos), et c 

(íi)

Programaciones

La

temporalización por

niveles de

los

aprendizajes escola-

res es

el

punto

de partida

inmediato

para programar la acción

pedagógica mediante el establecimiento de Unidades Didácti

cas ordenadas y secuenciadas, en el seno de

cada

nivel (se-

152

153

Page 81: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 81/91

Page 82: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 82/91

Obviamente, en

[unción de

los supuestos que

contemplan

las

programaciones, este

formato

puede concretarse

de

formas

distintas.

Así por ejemplo, en caso de

optar

por una metodolo-

gía interdisciplinar, los bloques elementales

de contenido,

los

objetivos didácticos y

las

actividades

de aprendizaje

de

eva-

luación

integrarán elementos de dos o más áreas curriculares.

No obstante.

con

independencia

de

los supuestos de diversa ín -

dole considerados para elaborar las programaciones,

y con in-

dependencia

también de la

naturaleza

y de

las características

de las actividades de

aprendizaje

y de evaluación, queremos

subrayar

la

necesidad

de que se

precisen los

objetivos y

los

contenidos

de las diferentes unidades

didácticas.

Sólo así pue-

de

asegurarse

la continuidad

entre los

diferentes

eslabones del

proceso de concreción de las

intenciones

educativas que lleva,

desde los

Objetivos Generales de la Enseñanza

Obligatoria,

en

un extremo, hasta

lo

que

se

aprende

y se

enseña realmente en

las

aulas,

en el

otro

extremo.

4.2. l tratamiento de las

Necesidades

Educativas Especiales

en

el ámbito curricular

La

puesta

en

práctica de

los principios de normalización

y

de integración de todos los alumnos en

el

sistema escolar ordi-

nario -pr incip ios

que están,

por

otra parte, en el origen del

proceso de reforma de la Enseñanza Obligatoria emprendido

por la

Administración- exige abordar el

tratamiento de las

Necesidades Educativas Especiales en el

marco

del Diseño Cu -

rricular

Base. En

otros

términos, las Necesidades Educativas

Especiales

de

los

alumnos

deben

recibir el

tratamiento curricu-

lar adecuado mediante adaptaciones del Diseño Curricular

Base

a

la

naturaleza

características de estas

necesidades. En-

tre

los supuestos que

deben

tenerse en

cuenta

para

elaborar

programaciones conceptualizadas

a

partir del

Diseño

Curricu-

lar Base, las Necesidades Educativas de los alumnos ocupan un

lugar central.

Conviene pues subrayar que, en

el

marco del planteamiento

adoptado, no tiene sentido diferenciar

o

contraponer

el Diseño

Curricular de

la

Educación Ordinaria, por

una

parte, y los Di-

seños

Curriculares de Educación Especial por otra. Más bien,

lo que

sucede

es

que

el Diseño Curricular Base está

siempre

su -

jeto

a

adaptaciones

diversas

en

función

de las Necesidades

Educativas concretas de

los

alumnos

a

los que

se

aplica; por

supuesto, la profu

ridida

d y la amplitud de las adaptaciones de -

penderán,

en

cada caso,

de la

de las

educativas, pero el punto de partida y de referencIa de la

ae-

ción

pedagógica

es

siempre

el

Diseño Curricular que

cum-

ple

de

este modo una función normahzad.ora

e

en

el

tratamiento

de las Necesidades Educativas Especiales.

El

cuadro de

la

página siguiente muestra

la

continuidad en-

tre

la

Educación Ordinaria

y la

Educación

Especial y

destaca

la importancia del concepto de

Necesidades

Educativas:

En

el

contexto de unas Finalidades de

la

Educación que presiden

el

Sistema escolar la enseñanza

obligatoria, válidas .para

todos

los alumnos promover

su

desarrollo personal

mediante el

co-

nocimiento

del mundo en

que

viven y la

adquisición

de I.as d.es-

trezas

y

conocimientos

necesarios

para dirigir su propia

VIda

de forma autónoma

y

responsable), que

se

concretan en un Cu-

rriculum, o en un conjunto de Diseños Curricula:es que

can los

diferentes ciclos de

la

enseñanza obligatona, las Necesi

dades Educativas designan Ias actuaciones pedagógicas que de -

ben ponerse en marcha pttra que alumnos acceder

al

Curriculum.

Todos

los

alumnos tienen,

por

definición,

Nece-

sidades

Educativas; hay, sin embargo,

dos

tipos de Necesida-

des

Educativas: las que son

compartidas

por todos I?s alumnos

y las

que

son específicas de cada. alumno.

Las

tv,ecesldades, J du-

cativas Especiales son las Necesidades.

Educativas

fruto de

las

características diferenciales del alumno,

es

Im-

prescindible satisfacer para

asegurar

su acceso

al

Curnculum.

Las

Necesidades Educativas

comunes a todos los alumnos

son

satisfechas mediante

las Actuaciones

Pedagógicas

Habitua

les que, tomadas

en

su conjunto, deliI?itan lo s.tiele

se «educación ordinaria». Las ActuaclOnes Pedagágicas Especia-

les son pues actuaciones pedagógicas

o

tarias

cuyo objetivo

es

satisfacer las E:ducatlvas

Especiales

de

los

alumnos.

Las ActuaCIOnes PedagógIcas

Espe-

ciales surgen

cuando

los recursos pedagógicos

habituales del

sistema escolar no bastan para dar una respuesta

adecuada a

las

Necesidades

Educativas

Especiales de

los

alumnos.

En esta

perspectiva,

la

«Educación

Especial» es el conjunto de Actua-

ciones

Pedagógicas Especiales

que

se

cabo de fo rma

temporal o permanente, en centros ordinarios o

especiales-e-

para satisfacer las

Necesidades Educativas

de los alumnos

y fa-

cilitar

de

este modo

su

acceso al

curriculum.

Nótese que,

de.

156

157

Page 83: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 83/91

o

m

r-

 / )

/)

l

m

-

;;

m

/)

n

O

:v

;O

n

O c

e

::l

q

- n

e o:

::l

a.

l.

c:

 

I

----------=-

__  l

la misma manera que hay un continuo entre Necesidades

Edu-

cativas Habituales

y

Necesidades Educativas Especiales, así

como entre Actuaciones Pedagógicas Habituales

y

Actuaciones

Especiales, hay

también un

continuo entre

Educación

Ordina-

ria y Educación Especial, sin que

sea

posible

establecer

una

nea

divisoria

neta

entre

ambas.

La adaptación del Diseño

Cu-

rricular Base a las Necesidades Educativas de los alumnos es

una exigencia del

modelo

de Curriculum adoptado que

se apli-

ca

por

igual a

la Educación Ordinaria

y a la

Educación

Espe-

cial.

Es obvio que, como indica el cuadro que estamos comentan-

do, las Actuaciones Pedagógicas Especiales no consisten única-

mente en adaptaciones curriculares por

ejemplo, formas

dis-

tintas de

organización

escolar,

apoyos psicopedagógicos com-

plementarios, modificación del ambiente físico-ambiental, ma-

teriales e instrumentos específicos,

etc.),

pero éstas tienen cier-

tamente una especial relevancia en

la

medida en que

el

Diseño

Curricular

constituye

la concreción del proyecto educativo que

.

preside

la educación

escolar.

Esta es la razón

por la que

el

Di-

seño Curricular de

los

ciclos que conforman la enseñanza obli-

gatoria

no debe

l imitars l

a

ofrecerla

posibilidad de

tratar

las

Necesidades

Educativas Especiales

de

los alumnos como

adap-

taciones del mismo, sino que debe incluir, además, orientacio-

nes, procedimientos y

propuestas

concretas para llevar a

cabo

dichas

adaptaciones.

Esto

implica incluir

el

tratamiento de

las Necesidades Edu-

cativas Especiales en el proceso de elaboración de los Diseños

Curriculares, de tal manera

que,

junto al Diseño Curricular

Base de

cada ciclo

y

los ejemplos de programación que ejem-

plifican

su

uso bajo

determinados supuestos tercer nivel de

concreción), deben figurar además:

O

Orientaciones, procedimientos

y

estrategias para identi-

ficar las

Necesidades Educativas

Especiales de los alumnos.

ií) Una tipología y

una

descripción detallada de las Necesi-

dades Educativas Especiales

más

frecuentes

de

los

alumnos

del

ciclo en cuestión.

La

descripción debe destacar las

implicacio-

nes respecto a

los

diferentes elementos del Diseño Curricular

Base

objetivos,

contenidos,

orientaciones

didácticas),

señalan-

do las

adaptaciones

y

modificaciones

que deban

introducirse

en

los

mismos según la

naturaleza

y las características de las

Necesidades Educativas Especiales.

iti) Orientaciones, procedimientos

y

estrategias para

elabo-

159

Page 84: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 84/91

rar

Programas de Desarrollo Individual que

permitan

satisfa-

  eradecuadamente los principales tipos de

Necesidades Edu-

cativas Especiales.

.

Ejemplos protot ípicos

de

Programas

de

Desarrol

lo

In-

diviclua l para

las

Necesidades Educativas Especiales más

Ire-

cuentes. .

l na última

observación para concluir

este apartado.

Si bien

es CIerto I.as

Ne.cesidades Educativas Especiales surgen de

las

diferenciales

de

los

alumnos

(historia perso-

nal

y/o

defICIts. de

diferente

naturaleza),

no

debe

perderse

de

que

se definen

con

relación

a las actuaciones

pedagógicas

capaces sat isfacerlas. La

tipología de Necesidades

Educati-

vas Especiales debe utilizar, en consecuencia,

criterios

funda-

 

pedagógicos y

tener en cuenta las

exigencias

del

curnculum.

de Necesidades

Educativas

Especia-

 

no es en

caso, una

tipología

de déficits, aunque

es

que

existe .una relación

entre

determinados

tipos

de

déficits y las Necesid ades Educativas

que

deben satisfacerse

para que

los

alumnos afectados puedan

acceder al

curriculum.

4.3.

El

desarrollo'

del

Diseño

Curricular

En las páginas formulado una propuesta

de de DIseno CprrIcular mspirada en

la concepción

del escolar

y

de

la

intervención

pe -

da/?:ógIca

que,

con

modificaciones

más o

menos

puntuales es

a

nuestro juicio

a

todos los ciclos de 'la enseñ nz

oblIgatona: asegurando de este modo la necesaria continuidad

y entre y respetando

los

principios

de

norrnalización y

de

integracíón

en

el t ratamiento

de

las

Necesi-

 

Educativas

Especiales.

Asimismo, hemos formulado una

de

sugerencias dirigidas a

facilitar

el proceso

de

elabora-

ción de los Curriculares que adopten

la estructura

pro-

  QUISIéramos

ahora terminar

con

una

l lamada de aten-

ción sobre algunas

implicaciones que se derivan del

hecho

de

el

Diseño

Curricular

como un proyecto

educativo

a

un

proceso

de constante

mejora,

enriquecimiento

y

revisión.

efecto,

Diseñ< > Curricular

es ante

todo

un

proyecto

de

educativa y en tanto que proyecto, su valor depende de

que SIrva

realmente para guiar

la acción pedagógica de

los pro-

fesores.

haciéndola más eficaz y

ayudándoles

a enfrentar ade-

cuadamente las múltiples

situaciones,

siempre distintas entre

sí que

encuentran en su quehacer profesional. Esta es

la ra-

zón por la que, si bien es

cierto

que la

generalización

de un

Diseño Curricular sólo debe hacerse tras un

período

previo de

experimentación

y de

evaluación que demuestre su validez

y

eficacia, de hecho continúa estando siempre abierto

a

eventua-

les mejoras

y enriquecimientos. En

otros

términos,

el proceso

de elaboración del Diseño Curricular es sólo una primera fase

que debe complementarse con

el

proceso

de des rrollo ,corres-

pondiente.

Ahora bien, el desarrollo del Diseño Curricular no debe

entenderse únicamente como un proceso acumulativo

y/o

co -

rrectivo, sino

que

puede

llegar

incluso a introducir modifica-

ciones

substanciales en

elproyecto

educativo

inicial que vehi-

cula. Es precisamente en este punto donde reside a

nuestro

entender

la

importancia

de

dotar

a

los

Diseños Curriculares

de

los diferentes ciclos de la Enseñanza Obligatoria

con

una

estructura interna relativamente homogénea que,

además

de

asegurar su continuidad

coherencia,

sea suficientemente

fle-

xible para

integrar

las 'aportaciones

que

surgen

de

su desa-

rrollo.

Un Diseño Curricular

válido,

útil

y

eficaz es, por

definición,

un

instrumento indefinidamente perfectible

cuyo

uso por los

profesores no se

limita nunca

o no debería

Iímítarse-e

a una

aplicación

más

o menos automática.

Un buen

Diseño Curricu-

lar

no es el que

ofrece

a los profesores soluciones

hechas,

cerra-

. das y definitivas, sino el que

les

proporciona elementos útiles

para que puedan elaborar en cada caso las

soluciones

más ade-

cuadas en función de las circunstáncias particulares

en

las que

tiene lugar

su actividad

profesional.

Estimular la innovación

y

la creatividad pedagógicas

ofreciendo

un

marco integrador

y

coherente

es,

sin

lugar

a dudas,

la finalidad que debe perseguir

todo Diseño Curricular.

En la

medida

en que un

Diseño

Curricular consiga

implan-

tarse

y generalizarse,

es

decir, en

la medida en que sea realmen

te utilizado por los

profesores

en su práctica diaria, el proceso

de

desarrollo y

por

lo

tanto, su mejora

y

enriquecimiento están

asegurados. El desarrollo del Diseño Curricular está pues indi-

solublemente ligado

a

su implantación

Y generalización,

aspec-

tos que deben

concertar

en consecuencia el máximo de esfuer-

zos.

160

161

Page 85: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 85/91

Las consideraciones precedentes abogan por un conjunto de

actuaciones sin las cuales la reforma curricular, y con ella la

reforma educativa

de la que es

una componente

esencial,

corre

el peligro

de

convertirse en una reforma

puramente

burocrát i-

ca,

sobre

el papel,

sin trascendencia alguna para

la

práctica

pe-

dagógica y la

mejora de

la

calidad

de la

enseñanza. Estas

ac-

tuaciones deberían consistir, como mínimo, en Jo siguiente:

-

incluir

las

cuestiones

curriculares, y

más

concretamente

el análisis y la discusión

de los Diseños

Curriculares elabora-

dos, en la formación inicial y permanente

de los

profesores;

-

potenciar

la realización de experiencias que, utilizando

como marco

los

Diseños Curriculares elaborados,

muestren po -

sibles usos diferenciales de los mismos en función de las

carac-

terísticas

y

tipos de organización de

las escuelas,

de opciones

de metodologías didácticas,

etc.)

para elaborar pro-

yectos

pedagógicos de

centro;

-

promover la realización

de

experiencias

e

investigacio-

nes que, utilizando como

marco

los

Diseños

Curriculares

elabo-

rados, tengan

como finalidad

elaborar y contrastar estrategias

y procedimientos adecuados para el t ratamiento de

las

Necesi-

dades Educativas

Especiales;

- promover

investigaciones

que,

utilizando

como

marco

los Diseños Curriculares elaborados,

tengan

como finalidad la

confección

de

materiales

didácticos

y

de

instrumentos

de inter-

vención pedagógica pautas de observación, instrumentos de

seguimiento

y

de evaluación,

etc.);

-

facilitar

la

incorporación

y la difusión

de las aportacio-

nes generadasp r el

desarrollo

de

los

Diseños Curriculares, ve-

lando por su constante actualización y

revisión.

En suma, se trata de poner

los

medios necesarios

para

que

los Diseños Curriculares que

se elaboren

cumplan la función

que les corresponde: contribuir a la formación inicial y al per-

feccionamiento

profesional de

los profesores, estimular

la

reno-

vación y la creatividad pedagógica y en último extremo, coad-

yuvar

a la mejora

de

la

calidad de la enseñanza.

La

adopción

de un modelo de Diseño Curricular relativamente homogéneo

para toda la Enseñanza Obligatoria; la elaboración de

los

Dise-

ños

Curriculares correspondientes

al Ciclo Superior

de

EGB, al

Primer

Ciclo

de la

Enseñanza Secundaria

y a las Orientaciones

y Programas de

0-6

años de acuerdo con

este modelo;

la

revi-

sión de las Orientaciones

y Programas

de

Ciclo

Inicial

y Ciclo

Medio de

EGB,

integrando la experiencia acumulada desde que

fueron promulgados y reformulándolos en los términos del mo -

delo; el

desarrollo de estrategias

y

procedimientos

para el tra-

tamiento curricular de las Necesidades

Educativas

Especiales

en el marco del

Curriculum ordinario; todas estas actuaciones,

ya iniciadas o a

punto de

iniciarse,

constituyen

indudablemen-

te pasos

decisivos

en

la dirección apuntada.

Su culminación,

sin

embargo,

exige las actuaciones complementarias que

he -

mos señalado: no

basta con

disponer de

Diseños Curriculares

cuidadosamente

elaborados, científicamente

fundamentados

y

empíricamente contrastados; es necesario además impulsar su

desarrollo, convertirlos

en

verdaderos

instrumentos

de t rabajo

y de indagación.

Este

es el verdadero reto ele una auténtica re-

forma curricular.

62

63

Page 86: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 86/91

Page 87: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 87/91

d experimentacio

del Curriculum

del Cicle

Superior, Barcelo-

na, novembre 1984.

Sarr

amona,

J. Aportacions de la pedagogia

a

l elaboracio

d un

Dlsseny Curricular, Jornades

de

Iormació del

G

A

e v.

J

l- -

. - - .

'

él

 O

rrci

x. 23-25

de gener de

1984.

Servei c1'E: ueació Especial,

Les

prescripcions

sobre

Necessit

ats

Especials en

les

Orient

acions

i Programes

de

I

EGB en les

Orientacioris

i

Programes

de

0-6 a

rtys Barcelo-

na,

juliol 1985.

Vilarrubias, P., Curriculurn i metodologia

globalitradora Joma-

des de Formació del G A C VaJlclorreix

23-25

de de

1984.

eferencias

bibliográficas

Anderson

R.C., The notion of

schemata and

the

educationalen-

terprise: general discussion of the conference, en

A.C. An -

derson,

R.J.

Spiro y

W.E.

Montague

(Eds.), Schooling and

the acquisition

o

Knowledge,

HilIsdale,

New Jersey,

L.

ErJ-

baurn,

1977,

pp. 415-431.

Ausubel,

D.P.,

Educationaí

psychology: a

cognitive view,

New

York: Holt, 1968, Psicologia educativa:

un

punto de

vista

cognoscitivo,

México¿

Trillas, 1976).

Ausubel, D.P ..

Algunos

aspectos

psicológicos de la

estructura

del conocimiento,

en

S. Elam Cornp.), La educación

y la es-

tructura del

conocimiento,

Buenos Aires, El Ateneo; 1973,

pp.

211-251 (Education

and

structure of knowledge, New

York, Rand

McNally,

1973).

Ausubel,

D.P.,

The

facilítation

of meaningful

verballearning

in

the classroom,

Educational

Psychologist,

1977, 12, 162-

178.

Ausubel,

D. P ..

F.G. Robinson, School learning: an

introduction

to educational psychology,

New York,

Holt,

1969.

Bereiter, C., EducationaJ

implicationsof

Kohlberg's cognitive-

developmental view, Interchange, 1970,

1,

25-32.

Birzea,

C., Rendre opérationnels les objectifs pédagogiques,

París,

Presses Universitaires de Fr'ance. 1979

(Hacia

una didáctica

por

objetivos, Madrid, Morara,

1980).

Bloom,

B.S., Human characteristics and

school

learning, New

York, McGraw-HilI,

1976.

Brennan, W.K., Special

education

in mainstream schools. The

search [or

quality

,

London, Na t ional Council for

Special

Education, 1982.

Briggs,

L.J.,

Sequencing

o

instruction

in

relation

to

hierarchies

o f competence , Pittsburg , Pennsylvania, American Inst i tute

166

167

Page 88: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 88/91

for

Research, 1968 (El ordenamiento de secuencia en la ins-

trucción, Buenos Aires, Guadalupe, 1973).

Bruner,

J.S., The relevance

of

education, New York,

Norton ,

1971.

Bruncr, J .S.,

Towards a

theory

o [

instruction

,

Cambridge, Har-

vard Uni vers i ty Press, 1966 (Hacia

una

teoría de la instruc-

ción, México, UTENA,

1972).

Bunderson,

c.v..

A.S.

GIBBONS,

J.B.

OLSEN, Work models:

beyond

instruct

ional objecti

ves, Instructional Science, 1981,

80,205-215.

Calfee, R.C., Independent process analyses of aptitude-treat-

ment interactions,

In

R.E. Snow, P.A. Federico y

W.E. Mon-

tague

(Eds.),

Aptitude, learning

and instruction, Hillsdale,

New Jersey,

L. Erlbaum,

1980, pp. 27-63.

Calfce, R.e., Cognitive psychology

and educational practice,

Review o Research

in

Education, 1981, 9,

3-73.

Cardús.

S., Alguns

elernents

de

reflexió per tenir en compte en

un nou plantejament

de

Currieulum de Cicle Superior

d EGB. Butlletí

del Mestres, 1983,179, 18-19.

Cole,

M., Society,

mind,

and development

,

CHIP Report

106,

La -

boratory of Comparative

Human

Cognition, Universi ty of

California,

San Diego, September 1981 (a).

Cole, M., The zone o proximal

development:

where culture

and

cognition

create

eachother, CHIP

Report

106,

Laboratory of

Comparative Human

Cognition, University

of

California,

San Diego, September 198]

(b)

(Reproducido en

Infancia

y

Aprendizaje, 1984, 25

3-17).

Cole, M., y otros, The cultural context of leaming and thinking ,

New York, Basic Books, 1971.

Col e, M.,

S.

Scribner,

Culture and cognition, New York,

Wiley,

1974.

Cole, M., K. Wakai,

Cultural

psychology and education, IVeme

Réunion d experts sur

les

Sciences de l Educatíon, Organi-

sation des Nations Unies

pour

l Education, la Science

et

la

Culture,

Gerieve, 4-7 decernbre

1984.

CoIl, C., Plantejament d un Currículum de

Cicle

Superior

d EGB: algunes idees basiques a part ir de la psicologia

de

I educacíó,

Butlletí

deis

Mestres, 1983 (a), 179,

16-18.

Coll

,

e., La construcción

de

esquemas

de

conocimiento en si -

tuación de enseñanza/aprendizaje, en e CoIl Cornp.), Psico-

Coll, C.; Estructura grupal, interacción entre alumnos y

apren-

dizaje escolar,

Infancia

y

Aprendizaje, 1984,

27-28, 119-138.

CoJI, G., Gil l icron, Ch., J. Piaget, El desarrollo de la

inteligencia

y la

construcción

del

pensamiento

racional, en A. Marchcsi ,

M. Carretero y

J. Palacios (Comps.), Psicologia Evolutiva,

vol. 1 Teoría

y Métodos, Madrid,

Alianza

Universidad,

2.

edición (1985 en prensa).

Cronbach, L.J.,

The

two disciplines of scientific psychology,

American Psychologist , 1957,12,671-684.

Cronbach, L.J.,

How can

instruction be adapted to indivi-

dual differences>,

en R.M. Gagné

(Ed.), Learning and in -

dividual

differences, Columbus, Ohio, Merr

ill.

1967,

pp.

23-39.

Cronbach, L.J.,

R.E.

Snow, Aptitudes and

instructional

methods,

New York, Irvington, 1977.

Chi,

M.T.M.,

Changing

conceptions

of

sources of memory deve-

loprnent, Human

Development,

1985, 28, 50-56.

Davíes,

I.K., Objetives in currículum design, en J.

Hartley

y

I.K. Davies (Eds.), Contributions to

Educational

Technology,

vd. 2, New York, Kogan Page, 1978, pp. 135-151.

De

Corte, E., y otros,

Lis

[ondements de l action didactique. De

la

didactique

a la

didaxologie,

BruxeIles,

A. de

Boeck,

1979.

De Landsheere, V., G. De Landsheere, Definir les obiectifs de

l éducation , Liege,

Thone,

1977 (Objetivos de la educación,

Barcelona, Oikos-Tau, 1977).

Delval, J., Crecer y

pensar.

a

construcción

del conocimiento en

la

escuela, Barcelona,

Laia, 1983.

Disseny

Curricular

per a l elaboració de programes de desenvolu-

pament individual. 1. Document Base,

Generalitat

de

Catalu-

nya,

Departament

d Ensenyament, Barcelona,

1984.

Duckworth,

E.,

Either we re

too

early

and they

can t learn i t or

we re

too late

and they

know

it

already: the di lemma of Ap-

plying Piaget , Harvard

Educational

Review, 1979,49,

297-

312, (Reproducido en

Infancia

y Aprendizaje, 1981, Mono-

grafía n.? 2,

163-176).

Eisner, E. W.,

Instructional

and expressive

educational

objecti-

ves: their

Forrnulation and

use

in currículum. en

W.J. Pop-

ham,

E.W.

Eisner, H.J. SuIlivan y

L. Tyler, Instructional Ob-

jectives,

AREA

Monograph

on

Currículum

Evaluation,

Number 3, Chicago, 1969, pp. 1-18.

I

Eisner,

E.W.,

The

educational imagination,

New

York,

McMi-

logía

genética

y

aprendizajes

escolares,

Madrid, Siglo

XXI,

llan,

1979.

1983 b), pp. 183-205.

169

168

Page 89: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 89/91

Eisner,

E., Contlicting conceptions

o

curricu-

lum, Berkeley, McCutchan, 1974.

Experimentacio

del cicle

superior

d EGB,

Volum 1

Pla General.

Model

de Disseny Curricular. Arees de Llenguatge i Ciéncies

Socials

Generalitat

de Ca t alu ny a , Departament dEnsenya-

ment, Barcelona, 1985.

Experimeruacio del primer cicle

d ensenyarnent

secundari, Volum

1l:

Disseny curricular. Áreeslmatéries. Crédits Generalitat de

Catalunya, Departament d Ensenyarnent, Barcelona, 1985.

Experimentaciá

del primer cicle d ensenyement secundari, Volum

11: Orientaciá.

Tutoria.

Avaluaciá, Generalítat de Ca t

alunya,

Departament

d Ensenyarnent

,

Barcelona,

1985.

Gagné,

R.M., The conditions

o

learning  

New

York,

Holt, 1970.

z.« editíon.

Gagné,

R.M.,

Essentials o f

learning

[or

instruction

 

Ill

inois,

Dry-

den Press, 1974 (Principios básicos del aprendizaje para la

instrucción, México,

Diana,

1975 .

Gagné,

R.M., L.J. Briggs, Principles

o f

instructional design,

New

York, Holt,

1974 La. planificación

de la

enseñanza, México,

Trillas,

1976 .

Gagné, R.M.,

W.

Dick, Instructional psychology,

Annual

Review

o[ Psychology, 1983,34,261-295.

Gimeno

Sacristán, J., La

pedagogía

por objetivos:

obsesión

por

la eficiencia, Madrid, Morata, 1982.

Glaser,

R., Components of a psychology of inst.ruction i.toward

a science of desígn,

Review

of

Educational

Research

  1976

46, 1-24.

.Glaser, R., Adaptative education:

individual

diversity and lear-

ning,New York, Holt, 1977.

Glaser,

R., Instructional psychology:

past,

present and

future,

American

Psychologist

 

1982,

37, 292-305.

Gowin,

D.B.,

The structure of knowledge, Educational theory,

1970, Whole

number

4.

Greeno,

J.G.,

Cognitive objectives

of instruction: theory

of

kno-

wledge

for problem solving and answering questions, en D.

Klahr

(Ed.), Cognition

and

instruction,

Hillsdale,

New Jer-

sey, L. Earlbaum, 1976,

pp.

123-159.

Greeno, J.G., Sorne exarnples of cognitive task

analysis

with

instructional ímplícaríons, en R.E. Snow, P.A. Federico y

W.E.

Montague (Eds.), Aptitude, learning

and

instruction, Hi -

Ilsdale,

vol.

2, New Jersey, L. Erlbaum,

1980,

pp. 1-21.

Harneline, D., Les

objectifs pédagogiques,

París, les éditions

ESF,

1979.

Hewson, P.W., M.G. A Beckett Hewson, The of conceptual

conflict in conceptual

change and the design

of

scrcnce

ms -

truction, l nstructional

Science, 1984, 13, 1-13. .

Hewson, P.W., G.J. Posner,

The

use of

schema

theory m the de -

sign of instructional materials: a physics exarnple, Instruc-

tional Science,

1984, 13, 119-139.

Hirst,

P.H., Peters, R.S

.. The en

E.W

.. Eisner y E.

Vallance (Eds.),

Conilicting conceptlOns o f curriculurn,

Ber-

keley, California, McCutchan, 1974, l?P 176-.191.

Johnson, M.,

Definitions and

models m

curnculum

theory,

Educational theory  

1967,17,

127-140.

Jones, H.L.,

J.M.

Russell,

Hierarchical learning

paradigm,

Journal of Research in Science Teaching, 1979, 16, 289-499.

Kamii, C., Piaget s theory

and specific

instruction: a response

to

Bereiter and

Kohlberg,

lnterchange,

1970, 1,

33-39.

,

Karplus, R., cience

currículum

improvement study. s

handbook, Berkeley, California,

Lawrence Hallof Science,

1

Kohlberg, G.L., Early education: a cognitive-developmenta

view Child development, 1968,39, 1013-1062.

G.L., R. Mayer,

Deve10pment

as the

aim

of educa-

tion Harvard

Educational

Review, 1972,42, 449-496.

Kuhn, D.,

The

application of Píaget s theory ofcognit ive deve-

lopment

to

education,

Harvard

1979,49

(Reproducido

en Infancia y Aprendizaje 1981,

Monografía

n.

a

2; 144-161 . .

anda, L.N.,

Cybernetics methods

in educatlOn, Educattonal

Technology,

1977, 17,7-13. . .

Laska, J .A., The

relationship

between curricu-

lum:

a

conceptu ar clartfícatíon. Instructional Science, 1984,

13, 203-212. . .

Lawson, A., Develóping forinal

thought through

bíology-tea-

ching,

American Biology

Teacher

1975,37,411-429.

Merrill, M.D.,

J.c.

Kelety,

B.G. Wilson,

Elaboration theory

and

cognitive psychology, Instruccional Science, 1981, 10, 217-

235. . .

Merrill, M.D., T. Kowallis,

B.G. Wilson,

Instructional desígn m

transition, en F.H. Farley y

N.J.

Gordón(Ed.), Psychology

and Educatián, the state o the uníon, Berkeley, McCutchan,

1981,298-348.

171

170

Raths, J.A., Teaching without specific objectives, en R.A. Ma -

Page 90: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 90/91

Norman, D.A., Memory, Knowledge

and the answering

of ques-

t

ions, en R.Solso (Ed . , Contemporany lssues in cognitive

psychology, New

York,

Winston, 1973, pp.135-165.

Norrnan, D.A., Aprendizaje y memoria,

Madrid,

Alianza Psicolo-

gía, 1985

Learning

and memory,

New

York,

Freeman

, 1982).

Normativa

de les llars d'infants, Condicions que han de regir

en

els centres d'atenció

assistencial

i educativa

als infants

fins

a

sis anys, no inscrits

com

a

centres d'ensenyament,

Gene-

ralitat

de Catalunya, Departament

d'Ensenyament, Barce-

lona, 1983.

Novak,

J .A.,

Teoría y práctica de la educación,

Madrid, Alianza

Universidad,

1982

.4.

theory

o

education, Cornell

University

Pres, 1977 .

Nussbaurn,

J.,

S.

Novik,

Alternative frameworks,

conceptual

conflicts and accomodation: toward a principled

teaching

strategy,

Instructional

Science, 1982,11,183-200.

Orientacions i programes, Parvulari i

Cicle

Inicial d'Educació

General

Básica, Generalitat de Catalunya, Departament

d'Ensenyament,

Barcelona,

1981.

Orientacions i programes, Cicle

Mitja

d'Educació

General

Basí-

ca.

Generalitat

de Catalunya,

Departament d'Ensenyament,

Barcelona

1983.

Petersen,

W.H., La enseñanza por objetivos de aprendizaje: fun-

damentos

y práctica, Madrid, Santillana,

1976

(Publicación

original en alemán

en 1974).

Phenix, Ph.H.,

The

uses of the disciplines as curriculum con-

tent, en

D.E.

Orlosky y B.

Othanel Smith (Eds.),

Curriculum

Development. Issues and

insights,

Chicago, Rand McNally,

1978,

pp. 83-89.

Piaget, J.,

L equilibration

des structures cognitives. Probléme cen-

tral du développement ,

París,

Presses

Universitaries

de Fran-

ce, 1975

(La

equilibración

de

las

estructuras

cognitivas, Ma -

drid,

Siglo XXI,

1978).

Piaget, J.,

B.

Inhleder, Psicología del

niño,

Madrid, Morata,

1969 La psychologie de l'enfant , París, Presses Universi

taires

de

France,

1966 .

Posner,

G.J.,

K.A. Strrke, A

categorization

scheme

for

principIes

of sequencing content,

Review

o f

Educational Research,

1976,

46, 665-690

Primer

cicle

d'Ensenyament

Secundari

,

Qüestions

Generals, Vo-

lum

1, Generalitat

de Catalunya,

Departament d'Ensenya-

ment, Barcelona,

1985.

goon (Ed.),

Education

and Psychology, Columbus, Ohio,

Meurill, 1973.

Reigeluth,

Ch.M.,

In search of a better way to organize

instruc-

tion: the cl abora

tion

theory,

Journal

o

Lnstructional Deve-

lopment

, 1979,2,8-14. .,

Reigeluth, Ch.M., Meaningfulness and mstrucuon:

what is

being

learned to wat student knows, Instructional

Science, 1983, 12, 197-218.

Reigeluth, Ch.M., Merrill,

M.D., Bunderson,

C." 1"

of

subject

matter and its ínstructicnal

design ímplícations,

Instructional

Science, 1978,7,

107-126.

Reigeluth,

Ch.M.,

C.A. Rodgers, The of ins-

truction:

prescriptions for

task analysis

and design: NSP1

Journal,

1980,

19,

16-26.

Reigeluth,

Ch.M.,

F.S. Stein,

The elaborati?n

of instn:

c-

tion, en

Ch.M.

Reigeluth

(Ed.), Instructional

design: theorzes

and models . An overview o

their current status,

Hillsdale

,

New

Jersey,

L. Erlbaum,

1983, pp. 335-381.

Reir,

F., J.1. Heller, Knowledge structure and problem solving

in

physics, Educational

Psychologist ,

1982, 17,

102-127.

Resnick,

L.B.,

Task analysis in

ínstructíonal design: sorne cases

from mathernatics,

en

D.

Klahr

(Ed.),

Cognition

and

instruc-

tion, Hillsdale, New

Jersey, L.

Erlbaum, 1976, pp. 51-80.

Resnick, L.B.,

Toward

a cognitive

theory

of instruction, en

S.G.

París,

G.M.

Olson

y.H.W.

Stevenson

(Eds.),

Learning and

motivation in the

classroom, Hillsdale,

New

Jersey, L. Erl-

baum,

1983,

pp.

5-35.

Resníck, L.B.,

W.W.

Ford, The analysis

of Task for

Instruction:

an information

processing approach, en A.Ch. Catania y Th.

Brigham(Eds.), Handbook

o(Applied

Behavioral

Analysis

,

New

York. Wiley,

1978,

pp. 378-409.

Rorniszowski, A.J., Designing Instructional

Systems,

New

York

London,

Kogan Page,

1981.

Rumelhart ,

D.E.,

A.

Ortony, La

del conocimien-

to en

la

memoria, Infancia

y

Aprendizaje,

1982, 19-20, 115-

158

(en

C. Anderson, R.J. Spiro y W.E. Montague, Eds.,)

Schooling and

the acquisition

o

Knowledge,

Hillsdale, New

Jersey, L. Erlbaurn.

1977).

.

Scribner,

S., M.

Cole,

Cognitive consequences of formal

and

m-

formal education. Science, 1973, 132,

553-558, (Reproducido

en Infancia

y Aprendizaje, 1982,17,3-18).

72

173

Schwab,

J.J.,

The concept

of

the structure of a discipline, en

Page 91: Psicologia y Curriculum.pdf

8/9/2019 Psicologia y Curriculum.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/psicologia-y-curriculumpdf 91/91

E.W. Eisner y E. Vallance

(Eds.), Conflicting conceptions

o

curriculum , Berkeley, California, McCutchan. 1979, pp. 176-

191.

Servicios Municipales de Asesoramiento Psicopedagógico de

Sant Boi y de Sant

Just Evaluación y

seguimiento en parvu-

lario

y

ciclo inicial. Pautas de observación, Madrid, Visor/

Aprendizaje, 1984.

Stenhouse,

L., Investigación

y desarrollo del

curriculum, Madrid,

Morara.

1984 An

introduction

to

curriculum

research and de-

velopment,

London, Heinemann, 1981).

Strike,

K.A.,

G.J.

Posner, Epistemological

perspectives

on

con-

ceptions of curriculum organization

and teaching, Review

o

Research in

Education,

1976, 4, 106-141.

Tillema, H., Webteaching: sequencing of subject matter in rela-

tion to prior knowledge

of

pupils, lnstructional

Science,

1983,12, 321-332.

Tobias, S.,

Achíevement-treatrnent

interactions,

Review

of Edu-

·cationo1 Research, 1976,46,61-74.

Tyler, R., Principios básicos del currículo, Buenos Aires, Tro-

quel, 1977 Basic principles o Currículum and Instruction,

Chicago, Illinois, University of Chicago Press,

1949).

Vermersch,

P.,

Analyse

de

la táche et fonctionnement

cognitif

dans la programation de I enseignernent, Bulletin de Psycho-

Iogie 1979,33, 179-187.

Vygotski,

L.S., Pensamiento

y lenguaje, Buenos

Aires, La

Pléya-

de,

1977.

Vygotski, L.S.,

El

desarrollo de los proc esos psicoló gicos superio-

res,

Barcelona,

Crítica, 1979.

Warnock,

M.,

Meeting Special Educational Needs, London,

Her

Majesty s Stationary Office, Government

Bookshops,

1981,

Sith impression.

Wickens,

D., Piagetian theory

as

a model

for

open systems

of

education, en M. Schwebel y J.

Raph (Eds.), Piagetin the

classroom, London, Routledge and Kegan Paul, 1974 (En C.

ColI, Compilador,

Psicología

Genética y Educación, Barce-

lona, Oikos-

Tau,

1981,

pp.

85-97).

Esta obra se terminó de imprimir y

encuadernar en octubre de 2007

en Jos talleres de

Programas Educativos, S.A. de

C v.

calzada Chabacano no. 65, local A,

col. Asturias, 06850, México, D. F.

empresa certificada por el

Instituto Mexicano de Normalización

y

Certificación.

A. C. bajo las normas

150-9002: 1994INMX-CC-004: 1995

con el no. de registro RSC-048

e ISO 14000: 1996 NMX-SSA-OOI:

1998 IMNC/ con el no. de

registro RSAA-003)

174