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PSICOLOGIA DEL DUELO GRUPO B

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Psicología Del DueloPsicología Del DueloPsicología Del DueloPsicología Del DueloPsicología Del DueloPsicología Del DueloPsicología Del DueloPsicología Del DueloPsicología Del Duelo

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PSICOLOGIA DEL DUELOGRUPO B

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INTEGRANTES

- Fernández Chinguel José Ernesto- García Vásquez Leonardo- Labrin Bustamante Melissa- Linares Gollés Valeria- Mejía Benites Kevín

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ÍNDICE

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INTRODUCCIÓN

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida. Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia. En la actualidad se encuentra en discusión el tema de si otras especies también tienen sentimientos de duelo como los seres humanos, y en algunas de ellas se han observado comportamientos peculiares ante la muerte de sus congéneres. El dolor es una reacción ante la pérdida, pero también es parte del duelo, que es el proceso de superar la pérdida de la persona que falleció. El duelo es un proceso sano que busca reconfortarnos, hacer que aceptemos la pérdida y encontremos formas de adaptarnos. Perder a un ser querido representa una transición vital que para muchas personas yfamiliasesdifícildeafrontar,máximecuandolasociedadoccidentalnofacilitalosesquemasylosapoyos emocionales e instrumentales necesarios para llevarla a cabo. Recientes investigacionessobreelprocesodeduelorevelanqueelmodelosocioculturalquepautaunarespuestainmediataalapérdidaylaposteriorrecuperaciónpresentaunarigidezextrema.Asípatronestanadmitidoscomodeciradiósalapersonafallecidaenuntiempoinferioradosañosyfinalizar elprocesoconuna aceptación sin reservas de la pérdida se ha convertido en metas que muchos individuos yfamiliastratandealcanzarsinéxito(OchoadeAlda,2002).

Superar el gran dolor de una pérdida no significa que uno se olvide de la persona que falleció. El duelo sano consiste en encontrar la forma de recordar al ser querido y adaptarnos a nuestra vida sin su presencia. Las personas suelen experimentar reacciones dolorosas como "olas" que van y vienen. En ocasiones, cuando la pérdida es muy reciente, el dolor es muy intenso. Pero algunas personas no sienten ese dolor de inmediato. Se sienten paralizadas, en shock o niegan lo sucedido. Puede tomar tiempo aceptar la realidad de que el ser querido se ha ido.

PSICOLOGÍA DEL DUELO

I. DEFINICIÓN

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida. Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta

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emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia. En la actualidad se encuentra en discusión el tema de si otras especies también tienen sentimientos de duelo como los seres humanos, y en algunas de ellas se han observado comportamientos peculiares ante la muerte de sus congéneres.

Elduelo, dellatíndolus:dolor, puede serdefinidocomo:elprocesoporelqueatraviesauna persona ante la muerte de un ser querido. Existenotras muchasdefinicionesyparaalgunosautoreselduelopuedeser experimentadoantecualquierpérdidaynonecesariamenteimplicalamuertedeunserquerido. Eldueloesunproceso, ynounestado,naturalenelqueeldolienteatraviesaunaseriedefasesotareasqueconducenala superacióndedichoproceso.ComoseñalanPérezetal.(2000),gráficamentesepodríarepresentarporelpasodeunhuracánolasolasdeunagran áreaquealternanembatesviolentos,conperiodosdedescansoaparenteynuevasembestidas,cadavez,generalmente,demenorintensidad. El duelo es la reacción de la psique ante la pérdida de una persona, animal, objeto o evento significativo.

Se trata de una reacción principalmente emocional y comportamental en forma de sufrimiento y aflicción, cuando el vínculo afectivo se rompe. Duelo es el nombre del proceso psicológico, pero hay que tener en cuenta que este proceso no se limita a tener componentes emocionales, sino que también los hay fisiológicos y sociales. La intensidad y la duración de este proceso y de sus correlatos serán proporcionales a la dimensión y al significado de la pérdida. Sigmund Freud definió el duelo como “la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción equivalente”.

En el duelo, el sujeto ha experimentado una pérdida real del objeto, y en el proceso, que se prolonga un tiempo necesario para la elaboración de esta pérdida, éste pierde el interés por el mundo exterior, sustrayendo la libido de todo objeto que no remita al objeto perdido.

Entendemos por duelo el proceso psicológico consecuencia de la muerte o desaparición de persona, objeto situación significativa para una persona. Esta reacción psicológica no sólo tiene componentes emocionales, sino también fisiológicos y sociales. En principio; el duelo no puede ser considerado como un trastorno sino como un proceso natural que acompaña a toda pérdida.Este es un término que puede ser utilizado para describir cualquier acontecimiento grave que suponga privación o cese de algo que era

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importante para nuestras vidas. Así pues, puede traducirse en una pérdida del trabajo o la muerte de un ser querido. Todavía existe un debate acerca de lo que constituye un duelo normal y si esto es distinto o no de una depresión. Es bastante común, en personas que han sufrido una pérdida, tener síntomas que son los comunes con el diagnóstico de la depresión. Sin embargo la realidad demuestra que no es frecuente en la reacción de duelo el establecimiento de un trastorno depresivo que pueda incluso requerir tratamiento.

II. ETAPAS INICIALES DEL DUELO

1. Fase de Negación. Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida. La primera reacción de una persona que sufre una pérdida  es levantar sus primeros mecanismos de defensa para postergar, aunque sea un poco, el impacto de la agresión que la noticia necesariamente implica. Esta primera barrera defensiva lo lleva a decir y sentir: no quiero, no puede ser, debe de ser un error. La persona se convence de que ha habido una equivocación. La negación es un mecanismos de defensa que nos acompañaba a lo largo de toda nuestra vida y ante la noticia de una pérdida se hace presente para conceder una tregua entre la psiquis y la realidad. En la negación existe una búsqueda desesperada del tiempo necesario para pensar en el futuro de manera más serena, tomando distancia temporal de lo que sucede, buscando una más saludable adaptación al evento que apareció demasiado abruptamente. La negación es un verdadero intento de amortiguar el efecto del primer impacto

2. Fase de Enfado, Indiferencia o Ira: Estado de euforia por no poder evitar la pérdida que sucede. Se buscan razones causales y culpabilidad. Cuando la persona ve por fin la realidad, intenta todavía rebelarse contra ella, y entonces sus preguntas y sentimientos cambian. Nacen otras preguntas: porque yo, porque ahora, no es justo, y aparece el enojo con la vida, con Dios y con el mundo. En ocasiones la persona expresa una ira que inunda todo a su alrededor; nada le parece bien, nada le conforma, y su corazón rezuma dolor, odio y rencor. Y aunque parezca mentira, su autoestima atropellada por la realidad se da cuenta de que lo que necesita, y es verdad, es expresar su rabia para poder liberarse de ella.

3. Fase de Negociación. Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar de conocerse la imposibilidad de que suceda. Esta Fase del Duelo refiere a la persona al pensamiento mágico más primitivo. Aparecen las ideas de negociar la realidad. Se piensa en hacer un trato con la vida, con Dios, con el diablo, con el médico, si la pérdida es de

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salud. La negociación es una nueva conducta defensiva que trata de evitar lo inaceptable; un canje que pretende restitución a cambio de buena conducta. La gran mayoría de estos pactos son secretos y sólo quienes los hacen tienen conciencia de ello.

4. Fase de Depresión: Finalmente todos los pasos anteriores se agotan y fracasan en el intento de alejarnos de la realidad. La depresión suele aparece con sentimientos de angustia e ideas circulares y negativas. Lo particular en este caso es que estas ideas no son sólo la causa de la depresión sino también y sobre todo su consecuencia. La depresión es más bien el resultado de la conciencia de lo ya perdido. Por supuesto que, como es predecible, esta etapa se resuelve más rápidamente cuando la persona encuentra el coraje y el entorno donde poder expresar la profundidad de su angustia y recibir la contención que necesita frente sus temores y fantasías. La depresión es la fase del duelo donde más se atascan las personas. Pero hay una emoción que según nos permitimos expresar nos va sacando poco a poco de los síntomas depresivos, y esta emoción es la ira.

5. Fase de Dolor Emocional. Se experimenta tristeza por la pérdida. Pueden llegar a sucederse episodios depresivos que deberían ceder con el tiempo.

6. Fase de Aceptación. Se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio de visión de la situación sin la pérdida; siempre teniendo en cuenta que no es lo mismo aceptar que olvidar. Llegar aquí requiere que la persona haya tenido el acompañamiento y el tiempo necesarios para superar las fases anteriores. La aceptación solamente aparece cuando la persona ha podido elaborar su ansiedad y su cólera, ha resuelto sus asuntos incompletos y ha podido abandonar la postura auto discapacitada ante la depresión. Sea como fuere y más allá de cuanto se tardó en llegar hasta aquí y cuanto esfuerzo haya demandado, a esta etapa se llega casi siempre muy débil y cansado. Esto se debe al esfuerzo de renunciar a una realidad que ya no es posible. Ahora, como regla general, uno prefiere estar solo, preparándose para su futuro, y hacer evaluación sobre el balance de su vida; una experiencia que siempre es personal y privada. Las personas que llegan a esta etapa de aceptación suelen conquistar en su interior, por fin, un remanso de paz.

Suele durar entre 2 y 12 semanas, aunque puede persistir hasta los 6 meses cuando se trata de la pérdida de un ser querido muy allegado. En el caso de que los síntomas no cesaran después de los períodos de tiempo anteriormente citados y provocaran problemas al afectado/a para desenvolverse en su vida rutinaria, es de vital importancia acudir cuanto antes a buscar la ayuda de un profesional de la psiquiatría y/o psicología, ya que la persona afectada puede estar sufriendo un episodio de

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depresión crónico, lo que implicaría un duelo patológico. No siempre se cumplen todas las etapas, ni necesariamente ocurren en el orden señalado.

III. ELABORACIÓN DEL DUELO

Por elaboración del duelo se entiende el transcurso del proceso desde que la pérdida se produce hasta que se supera. Esta elaboración puede comenzar antes de la pérdida, en el caso de que ésta se pueda prever con cierta antelación. En relación con la elaboración previa o duelo anticipatorio, existe el preduelo, si bien son conceptos diferentes.

III.1. Determinantes en la elaboración del duelo

Algunos determinantes que influyen en la elaboración del duelo en caso de muerte son los siguientes:

El tipo de relación afectiva con el fallecido Duración de la enfermedad mortal y la agonía, en caso de existir Grado de parentesco Carácter de la muerte Aspecto del cadáver Grado de dependencia Sexo del superviviente Soporte social, redes sociales Ideas religiosas o filosóficas o espirituales Presencia o no de otras experiencias de duelo

A esto habría que añadir el factor cultural y social, que puede hacer que la elaboración del duelo difiera mucho, si bien no deja de ser fundamental el tipo de vínculo y el apego que el deudo tenía con el ser fallecido. Otro factor a considerar es la presencia de terceros a los que la pérdida les afecte, con lo que se puede dar un duelo solidario.

III.2. Ayuda profesional

En los casos en los que cueste superar la elaboración del duelo, éste puede convertirse en un problema e incluso en lo que los psicoterapeutas llaman duelo patológico. Si esto sucede o antes de que suceda, conviene acudir a un profesional de la salud emocional (psicólogo o psiquiatra o tanatólogo), para que dé las indicaciones.

IV. MANIFESTACIONES EXTERNAS DEL DUELO

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La manifestación externa del duelo es el luto, que es su expresión más o menos formalizada y cultural. El duelo psicológico tiene en el luto su correlato más social. El duelo también se puede exteriorizar con llantos, rabia, ataques violentos y un buen número de reacciones, todas ellas consideradas "normales" en esos momentos. Hay que tener en cuenta que los especialistas reconocen que para una buena elaboración y superación del duelo no es aconsejable querer huir de esas sensaciones de dolor, pues no se pueden enfrentar si no se sienten. Lo contrario es la negación de la pérdida, lo que llevaría a comportamientos desadaptativos.

V. ETAPAS DEL DUELO INDIVIDUAL

Diagnóstico aproximado: Se describen 3 fases (Lindenmann , Brown , Schulz )

A. Fase inicial o de evitación: Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura hasta que el Yo consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad, incluso negación, que dura horas, semanas o meses. Sentimiento arrollador de tristeza, el cual se expresa con llanto frecuente. Inicia el proceso de duelo (el poder ver el cuerpo), y lo que oficializa la realidad de la muerte es el entierro o funeral, que cumple varias funciones, entre ellas la de separar al muerto de los vivos.

B. Fase aguda de duelo: Dolor por la separación, desinterés por el mundo, preocupación por la imagen del muerto, incluso seudoalucinaciones, la rabia emerge y suscita angustia. Trabajo penoso de deshacer los lazos que continúan el vínculo con el ser amado y reconocer la ambivalencia de toda relación; todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase. Va disminuyendo con el tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones como los aniversarios y puede durar 6 meses o más.

C. Resolución del duelo: Fase final, gradual reconexión con vida diaria, estabilización de altibajos de etapa anterior. Los recuerdos del ser desaparecido traen sentimientos cariñosos, mezclados con tristeza, en lugar del dolor agudo y la nostalgia.

Se describen 4 tareas para completar el duelo:

Aceptar la realidad de la pérdida. Experimentar la realidad de la pérdida. Sentir el dolor y todas sus emociones.

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Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió, aprender a vivir en su ausencia, tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas situaciones o relaciones.

También se pueden encontrar otras fases del duelo pues por discrepancia de autores se tiene entre 3 o 4 fases.

VI. TIPOLOGÍA DEL DUELO

El duelo no es una enfermedad, aunque puede llegar a serlo si su elaboración no es correcta. Diferentes autores han dado diferentes tipologías de duelo, si bien se carece de una tipología comúnmente aceptada por todos. Se ha hablado, por ejemplo, de duelos complicados, crónicos, congelados, exagerados, reprimidos, enmascarados, psicóticos, etc y una larga lista.

1. DUELO BLOQUEADO: Ocurre una negación a la realidad de la pérdida, donde hay una evitación del trabajo de duelo, y un bloqueo emocional-cognitivo que se manifiesta a través de conductas, percepciones ilusorias, síntomas somáticos o mentales o relacionales.

2. DUELO COMPLICADO: Síntomas o conductas de riesgo sostenidas en el tiempo y de intensidad riesgosas para la salud dentro de un contexto de pérdida.

SINTOMAS

Dificultades para aceptar la muerte del ser querido o la sensación de no poder creer que haya fallecido.

En el duelo complicado los sentimientos predominantes en general son de soledad y de mucha tristeza. También la ira, la vergüenza y la culpa pueden ser intensas a pesar del paso de meses o incluso años. Estos sentimientos comienzan a ser un obstáculo cuando la persona siente que si empieza a sentirlos no va a poder controlarla. Por esa razón, empieza a evitar todo aquello que le recuerde a la persona fallecida como por ejemplo acomodar la ropa, fotos o bien incluso hablar sobre el/ella. En otros casos, hay personas que se mantienen en silencio porque piensan que los demás podrían sentirse muy incómodos y no comparten sus sentimientos de dolor. 

Tener recuerdos o imágenes intrusivas acerca de la persona, de las circunstancias en que falleció, o bien sobre el cuerpo de la persona fallecida que le impiden hacer sus cosas es otro de los síntomas frecuentes. A diferencia de un estrés postraumático, resulta raro encontrar personas con duelo complicado que tengan pesadillas sobre

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la persona fallecida. En realidad, muchas veces tienen sueños placenteros o pensamientos positivos acerca del ser querido. A veces se observa una tendencia a atesorar estos recuerdos positivos hasta tal punto que la persona no puede continuar con su vida.

Buscar o tener deseos intensos de encontrarse con la persona fallecida o buscar los lugares en los que solían verse, o hacer las cosas que solían compartir.

Algunas personas evitan aquellas cosas que le puedan recordar al ser querido, a la muerte, lo cual puede resultar muy difícil debido a que apenas se despierta se encuentra con actividades diarias (Ej. caminar, desayunar, ver televisión, etc.) que ya no comparte con esa persona, despertándole marcados sentimientos de soledad. Con la pérdida de un ser querido la vida diaria cambia inevitablemente.

Sentirse aislado o distante respecto de sus familiares o amigos.

Volverse más desconfiado luego de la muerte de una persona cercana.

Por momentos sentir que ve o escucha a la persona que murió.

Culparse por no haber hecho lo suficiente para impedir la muerte o no haberlo ayudado o acompañado lo suficiente.

Las personas en estado de duelo pueden tener creencias que contribuyan al mantenimiento de las reacciones del duelo patológico. Entre esas creencias se encuentran la culpa por estar vivo y disfrutar de las cosas cuando una persona muy cercana ha fallecido. Para otras personas mantener los sentimientos de tristeza significa poder estar más cerca de la persona fallecida y el dejar de hacerlo podría resultar en una pérdida definitiva del vínculo. En otros casos, continuar con la vida de uno mismo puede disparar los sentimientos de estar abandonando o traicionando a la persona querida.

Aquello que lo diferencia claramente del estrés postraumático es el estrés por encontrarse irremediablemente separado de la persona fallecida. La severidad del duelo está en directa relación con el vínculo que la persona tenía con la persona fallecida.No todos los familiares reaccionan del mismo modo a la pérdida de un ser querido, por eso es frecuente que el entorno familiar y social piense que la persona que sufre mucho, lo hace para "llamar la atención". Sin embargo, es importante que la familia y los amigos puedan comprender que esa persona necesita mucho del apoyo y afecto de los demás, en lugar recibir críticas por no poder salir adelante.

TRATAMIENTO

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El tratamiento consiste por un lado, en el establecimiento de metas personales relacionadas con proyectos o vínculos que se interrumpieron con el fallecimiento de la persona (Ej. una persona que vivió la mayor parte de su vida en el interior y debió viajar a otra ciudad para el tratamiento médico de la persona que fallece, y en consecuencia se queda viviendo en una ciudad desconocida, perdiendo contacto con todas sus amistades). Por otro lado, el relato de la historia del momento en que pierde al ser querido y la invitación a dialogar sobre el ser querido permiten disminuir los recuerdos negativos y los sentimientos de culpa frecuentemente asociados a este cuadro.Por último, a medida que avanza el tratamiento se realizan en forma gradual una serie de actividades que antes de la muerte del ser querido no provocaban tristeza pero ahora son motivo de mucha angustia, como escuchar determinada canción, ver fotos de la persona o visitar amigos que él tenía y lo recuerdan con cariño. Este tratamiento tiene por objetivo disminuir los sentimientos de tristeza, soledad y culpa asociados a la pérdida.

3. DUELO PATOLÓGICO: La persistencia o intensidad de los síntomas ha llevado a alguno o varios de los miembros de la familia a detener la vida laboral, social, académica, orgánica. Elduelonoseconsideracomountrastornopsíquico,sinocomounareacciónnormalanteunasituacióndepérdidaEnestesentido,noseríanormallaausenciadeestarespuesta.Ladiferenciaentreunduelonormalyunopatológicoestriba en la intensidad y duración de las reacciones emocionales. La mayoría de la gente no necesita ayuda para elaborar su duelo. El problema viene cuando alguien no resuelve adecuadamente alguna de estas tareas y siente que no consigue seguir con su vida sin que la pérdida interfiera en ésta de manera significativa. Al principio del proceso de duelo es normal que ocurra esto, pero mantenido en el tiempo puede desembocar en un duelo patológico, complicado o no resuelto, que podría definirse como “la intensificación del duelo al nivel en que la persona está desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece inacabablemente en este estado sin avanzar en el proceso del duelo hacia su resolución” (Horowitz, 1980).

En este sentido, una de las clasificaciones que más consenso ha adquirido establece cuatro subtipos de duelo complicado:

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1. Duelo crónico. Pasa un año y la persona siente que nunca acaba. No termina de amoldarse a su nueva vida y sigue sin aceptar el dolor, la angustia o la ansiedad que siente al recordar la pérdida. La persona se detiene  en alguna de las tareas descritas anteriormente sin llegar a su finalización.

2. Duelo retrasado o pospuesto. Tras la pérdida la persona experimenta ciertas emociones, pero no todas las que existían, o con su verdadera intensidad y, pasado un tiempo, vuelve a experimentar una fuerte carga emocional ante algún acontecimiento que reabre la herida.

3. Duelo exagerado: la persona se siente desbordada de dolor  y trata de evadirse mediante ciertas conductas de evitación, como consumo excesivo de alcohol o drogas, centrarse obsesivamente en el trabajo, en salir o en cualquier conducta que le permita sobrellevar el dolor, lo cual puede llevar, en última instancia, a desarrollar algún trastorno psicopatológico, como problemas de ansiedad o depresión. Puede ser que la persona sea consciente de que hace todo esto para evitar el dolor que la pérdida implica, pero no sepa cómo afrontarlo.

4. Duelo enmascarado: la persona presenta problemas físicos o realiza conductas que le causan dificultades, pero sin darse cuenta de que éstas tienen que ver con la pérdida no superada. Por ejemplo, puede experimentar síntomas físicos similares a los del fallecido antes de morir o desarrollar problemas psicopatológicos (ansiedad, trastornos alimentarios, etc.), sin ser consciente de que su malestar tiene que ver con el duelo no resuelto.

Es cuando se da este tipo de complicaciones cuando es precisa la intervención terapéutica, que ha de identificar las tareas que no se han realizado y ayudar a la persona para que pueda llevarlas a cabo.

VII. ELDUELOENLOSNIÑOS

Bastantesadultosconsideranquelosniñospequeñosnoomprendenla muerte ni sesientenafectadosporella, peronoesasí. Esta falsaideasedesprende desu formadecomportarsemuchas veces comosinohubierapasadonada.Elniñotiendeavivirmásenelpresente,tienelapsosdeatenciónmáscortosysedistraeconfacilidad,porloquesonmáslasocasionesenlas que puede olvidarse de suaflicción,actuandocomosinadahubierapasado.Esonoquieredecirquehayaolvidadoaldifuntooquenoloechedemenos.Diversasinvestigacionescompruebanquelosniñossonconscientesdelamuerte ypuedensentirunagranaflicciónporladeunserquerido.Losniñosalcanzanunentendimientodeambos, enfermedad y muerte, en diferentesetapas,atravésdeunprocesoquedependedesunivelevolutivoymadurezcognitiva,másquedesuedad

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cronológica.Generalmenteapartirdelosnueveañoslosniñosposeenunanociónmaduradeloquesignificamorir,aunqueestaedadpuedeverseconsiderablemente disminuida,yasísehademostradoquealgunosniñosmuestranconcienciadelauniversalidaddelamuertetanprontocomoaloscuatroaños.Estudiosrealizadosconniñosquepadecenunaenfermedadterminalhanreveladoporejemploque,comoconsecuenciadesuexperienciadirectaycotidianaconella,tienendelamuerteunconocimientomásexacto,completoyprofundo,queniñossaludablesdesumismaedad.Otrasexperienciaspersonales(muertesdeparientescercanos,deanimalesdomésticos,ideas transmitidasenla familiayenlaescuela,etc.) tambiénpuedenfavorecerelquelosniñosdecortaedadconsiderenlamuertecomouniversaleinevitable.En general, el desarrollodel concepto de muerte va a depender de tres factores suniveldemaduración,suexperienciayelconocimientodeltemaatravésdela informaciónaportadaporotraspersonas(ej:padres,abuelos,profesores,etc.).Lasteoríasacercadelaadquisicióndeconceptodemuerteensucesivasetapasrepresentan una expansión de los trabajos originalesquerealizóNagy(1948)enniñoshúngarosdelaposguerra.Basándoseensusresultados,Nagydefiniótresetapasprincipalesenlaadquisicióndelconceptodemuerte:lamuertecomopartidaosueño,lamuertecomohechonegativoinevitablequeesconsecuenciademalos comportamientos,ylamuertecomounaexperienciauniversalquerepresentaelfinaldelavidacorpórea.Algunosautores,posteriormente,hancorroboradoestoshallazgosaunqueotrosno.Actualmente,másqueelestablecimientodeuna seriedeetapas,losestudiososdeltemaindican una serie de ideas asociadas a la muerte relacionadas con un rango de edad. Estassonlassiguientes:Hacialoscuatroocincoañoslosniñosempiezanadesarrollaralgunasnocionesacercadelamuerteporejemplo,elniñoobservaquelaausenciademovilidadesunacaracterísticadelosorganismosmuertos. Piensaquelamuerteesalgotemporalcausadoporunafuerzaexternadelacualnoesimposibleelrescate,yquelosmuertoscomen oyen,respiran,venypiensan.Duranteestaetaparigeelensamiento mágico.Esporelloqueconfrecuencialaenfermedadylamuertesepercibencomouncastigopormalospensamientosoacciones.Seasocialamuertealavejez yno se relaciona con laspersonas próximas, ni consigo mismo. A medida que el niño crece, suexperiencia le lleva a conocer otras cosas que pueden provocarlamuerteademásdelavejez: accidente,enfermedadyviolencia.Entre el quinto y el noveno año(etapa escolar) el niño comprende que los organismosmuertos no sólo permanecen inmóviles sino que también desaparecen. Fantasías y realidad sesiguen confundiendo en lamente del niño, demodoquenoessorprendentequerelacionelamuerteconelsueñocconunsersobrenatural.A partir de los nueve años, la mayorpartedelosniños,poseenunconceptomaduro,abstractodelamuertequeimplica:universalidad,irreversibilidadypermanencia. Encuantoalprocesodeduelo,losniñossuelenpasarensudueloporetapassimilaresalasdescritas en los adultos. Los síntomas más comunes del duelo infantil sonconducta regresiva

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superdependiente, miedos, ansiedad de separación, trastornos del sueño,problemasdedisciplina,impacienciaydesasosiego,dificultadesdeaprendizaje, trastornosdelaalimentación, enuresis, conducta agresiva, conducta inhibida, aislamiento social tristeza,depresión, fantasíasdemuerte,quejassomáticas,sentimientosdeculpabilidad,dedesamparoyde rechazo, rabietas,yexplosionesemocionales. CuantomáspequeñossonlosniñosmásprobableesquemuestrensíntomasconductualesEnnuestrasociedadesbastantehabitualmantenerapartadosalosniñosdelamuerteydecuanto la rodea y, con frecuencia se les oculta información o se enmascara, proporcionándolesinformación deformada yequivoca.Noes raro que se le diga a un niño pequeño que quienhamuerto se ha ido de viaje, que ha sido trasladado a otro hospital, que escomosisehubieradormido,oquesehaidoalcielo.Todasestas imprecisionespuedenacarrearmásinconvenientesqueventajas. Por ejemplo, la última explicación resulta lógica en una familia creyente, pero provoca discrepanciasen una que noloes.Yen cualquier caso, si no sele danexplicaciones precisasalniño, éste puede pensar que el cielo es un lugar distante, pero del que sepuedevolver.Laexplicaciónqueutilizalametáforadelsueño,puedeconduciraqueelniñoconsiderequeirseadormirespeligroso.Elviajeoeltrasladonosonsinounaformadedemorarlanoticia.Hablarconunniñoacercadelamuertesuscitaelevadaansiedadenlosadultos, peroesimportante que fomentemos una comunicación clara en las familias donde se ha producido lamuertedeunfamiliarsignificativoparaelniño.Debemostenerencuentaqueelnivelcognitivoylaexperienciadeunniñosonmenores, porloqueesmásfácilquehagainferenciaserróneassinoseleofreceinformaciónclarayprecisa,osinoseledejahacerpreguntas.Poresoesimportanteproporcionar al niño una información veraz y adaptada a edad, así como permitir que nospregunte, aclarando sus dudas,errores y temores. A veces los niños, como consecuencia de lapérdida, pueden temer otras pérdidas y esa ansiedadpuedellevarlesaconductasdifícilesdecomprender:sepuedenmostrar,porejemplo,muyansiososantecualquiersituaciónqueimpliqueseparaciónrespectoasusfigurasdeapego. Noexisteunamaneraapropiadaocorrectadehablarsobrelamuerte conunniño.Siexistentérminosquefacilitaneldiálogoymanerasdecomunicarsequefavoreceránlaaceptacióndela información por parte del niño, y la expresión de sus ansiedades. El tono devozyelcomportamientonoverbalfrecuentementetransmitirántantainformacióncomolaconversaciónmisma.Deahílaimportanciadelcontactofísicoduranteladiscusión.Sedebehablarconsencillezyserconsistentesenlainformaciónquesetransmite.Sedebenevitar,asimismo,las explicacionesdemasiado detalladas que puedan confundir alniño,ylosconceptosquesetransmitandebentraducirseallenguajeyniveldecomprensióndelniño. Se debe evitar el uso de eufemismos o palabras que pueden crear confusión o tener significados diferentes para el niño, utilizándose los términos “muerte” o “morir” cuando seanecesario. Así, esmás adecuado decir “Juan se hamuerto” que“hemos

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perdido a Juan” o que“Juan está haciendo un viaje del que nunca va a regresar”. Se debe aclarar, asimismo, que la muerte no es el resultado de malas accionesopensamientos,asícomosedebenobservarlasreaccionesdelniñoyresponderasuspreguntas honestaysencillamente.

VIII. PROFESIONALES DE SALUD FRENTE AL DUELO

Para cuidar a los pacientes agonizantes, el profesional de la salud debe aceptar y reconocer su propia mortalidad y examinar el significado personal de muerte.

Se realizó un estudio reciente de investigación con el fin de determinar los métodos que utilizan las enfermeras y los enfermeros para ayudarse en su trabajo de duelo. A partir de los resultados, se informó que la red informal de apoyo de grupos de iguales era muy importante a la hora de ayudar a las enfermeras y los enfermeros a experimentar un duelo eficaz. El estrés relacionado con el contacto prolongado con un paciente agonizante o su familia debe ser enfocado durante el tiempo efectivo del cuidado y después de la muerte. Las relaciones de apoyo entre colegas y profesionales de la salud son importantes para la provisión de cuidados emocionales y físicos al enfermo terminal y a la familia. Las enfermeras y los enfermeros también se valen de estrategias reductoras del estrés. Ejemplos de tales estrategias comprenden el mantenimiento de hábitos adecuados de salud, el ejercicio regular y las actividades recreativas. El uso de un álbum de recortes con cartas a clientes que han muerto en las que el cuidador comparte sus pensamientos y sentimientos respecto a la importancia de la vida del enfermo es otra manera de conservar recuerdos y facilitar la resolución del duelo.

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