proyecto ii informe final

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA VICERRECTORADO ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE PSICOLOGÍA VALLE DE LA PASCUA, ESTADO GUÁRICO. ASIGNATURA: PROYECTO II BAJA AUTOESTIMA EN LOS ADOLESCENTES. UNA MIRADA DESDE LA INCIDENCIA DE LA APARIENCIA FÍSICA Y EL ENTORNO SOCIAL Autora Ruba Kiwan C.I.26.620.769 Noviembre de 2017

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Page 1: Proyecto II Informe final

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

VICERRECTORADO ACADÉMICO

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

VALLE DE LA PASCUA, ESTADO GUÁRICO.

ASIGNATURA: PROYECTO II

BAJA AUTOESTIMA EN LOS ADOLESCENTES. UNA MIRADA DESDE LA

INCIDENCIA DE LA APARIENCIA FÍSICA Y EL ENTORNO SOCIAL

Autora

Ruba Kiwan C.I.26.620.769

Noviembre de 2017

Page 2: Proyecto II Informe final

INTRODUCCIÓN

Todo individuo está inmerso en un entorno, interactúa con este medio que

lo rodea, generando respuestas y recibiendo estímulos, que es recíproco producto

de su interrelación. Desde esa visión, se encuentra el entorno social

específicamente, el cual involucra personas e individuos, los cuales tienen esa

capacidad innata de relacionarse, porque poseen el instinto gregario, propio de

todo ser humano. No obstante, el o la adolescente como individuo también se

relacionan con el medio que les rodea, no pueden quedar ajenos a su influencia y

muchas de sus acciones son el resultado de su interrelación, sea cual fuere la

naturaleza de ésta.

Ante estas situaciones, es conveniente parafrasear a Banfield y McCabe

(2002), quienes han señalado que en los últimos años la imagen corporal ha

tomado un inmenso auge en las sociedades modernas, muchas de las cuales han

creado toda una subcultura basada en la percepción y la importancia de la imagen

ideal. De igual forma, los referidos autores han resaltado la influencia de los

medios de comunicación y la presión social entre los factores de mayor influencia

para seguir una imagen ideal, que en muchas ocasiones es imposible o difícil de

alcanzar.

Por consiguiente, la imagen corporal constituye la base de muchos estudios

desde el punto de vista sociológico, manifestando, en virtud de que la percepción

de la misma es uno de los factores de riesgo asociado no solo a la agresividad,

actitudes violentas, depresión, tristeza, ideas y tentativas de suicidio, síntomas de

inferioridad e incapacidad, problemas con el alcohol y las drogas, sino también

trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia, consumismo y

compras compulsivas hasta timidez extrema y dificultades para la interacción

social. Por consiguiente, las conductas relacionadas con la imagen corporal, se

encuentran fuertemente influidas por el aprendizaje, el medio sociocultural y a

veces es difícil diferenciar lo que es moda, costumbre o patología, ya que esta

última se construye en una historia singular y adquiere su perfil nosológico

diferencial y específico en relación con el contexto de su producción. Por otra

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parte, el grado de aprobación que una persona tiene respecto de sí misma o

autoconcepto abarca una peculiar articulación entre factores internos y externos,

es decir, a aquellos que provienen de la comparación de los ideales propios con

los determinados por personas significativas (padres y pares), entramados con los

ideales impuestos por la sociedad. Es importante, recalcar que, el desarrollo de los

niños entre 8 y 18 años no está solamente determinado por el crecimiento y los

cambios biológicos que experimentan en su cuerpo, sino también por su propio

temperamento y personalidad, las expectativas puestas en ellos por los adultos

con los que conviven, y las influencias sociales como antes mencionado.

Evidentemente, los jóvenes sufren innumerables cambios físicos en su

cuerpo, lo cual produce que su autoimagen corporal varíe a medida que lo hace su

cuerpo y no siempre estos cambios les agradan. Dichos cambios viene marcado

por modificaciones físicas muy aparentes que constituyen lo que se denomina

pubertad, la pubertad es un fenómeno físico que conviene diferenciar de la

adolescencia, la cual depende mucho de factores del ambiente social. Desde el

punto de vista físico y fisiológico, se produce transformaciones de una profundidad

y rapidez muy superiores a las de la etapa anterior.

Aunque es necesario acotar, que los cambios en el crecimiento no

constituyen los únicos fenómenos que se producen en la adolescencia, sin

embargo resultan los más llamativos a primera vista, porque son muy evidentes.

Además están estrechamente relacionados con los cambios sociales, pues son los

que van a posibilitar que los jóvenes se inserten en la sociedad adulta. Durante

este período los humanos alcanzan su capacidad reproductora, lo cual constituye

un índice esencial de la llegada a la etapa adulta. Aunado a que, no solo implica

cambios físicos y emocionales para los propios adolescentes sino también

cambios en la organización y relaciones familiares. Aclarando, que hay distintas

etapas en la adolescencia y cada una trae consigo sus peculiaridades particulares.

Es de allí que, la condición humana de vivir en sociedad implica una influencia

insoslayable del entorno en el psiquismo de la persona. Resaltando que, a través

de las relaciones con los otros se gestarán las más importantes herramientas y

características de cada uno de nosotros. Por lo que, la relación con otro es la base

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para la construcción de la autoestima, de la identidad y el desarrollo personal en

general. Cuestionamientos que son imprescindibles dilucidar a través del presente

proyecto: Baja Autoestima en los adolescentes. Una mirada desde la incidencia de

la apariencia física y el entorno social. Ajustando que el proceso de desarrollo

físico es bastante complejo, por lo que es importante establecer como la

apariencia física trae consigo efectos en la autoestima del adolescente, así como

la sociedad.

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

La adolescencia es una etapa muy compleja en la vida de toda persona,

porque es en ella, donde la autoestima tiene un papel determinante. En esta

etapa, las relaciones interpersonales son esenciales para desarrollar una

adecuada competencia social y, por tanto, tener una buena autoestima. Al mismo

tiempo, es imprescindible para el joven, la necesidad de sentirse aceptado. Es

decir, ser miembro de un grupo social para poder construir su propia identidad

psicosocial, con la que enfrentarse al mundo, sentirse parte de un grupo, lo

obligan en cierta manera a desprenderse de su verdadera personalidad. Por lo

que, el adolescente tiene una elevada necesidad de resultar “atractivo”, según los

estereotipos impuestos por la sociedad, como “parámetros de belleza”, que en

cierta manera, marcan la tendencia y la forma de ser de los individuos.

Es, precisamente en esa etapa de la vida, en el que si el adolescente no se

valora a sí mismo, o no tiene una identidad y personalidad bien solida, tendrá

dificultades en sus habilidades sociales y a aceptarse así mismo, en transmitir el

mensaje acerca de sí mismo y acabará modificando la valoración que el grupo

social haga de dicho adolescente. Por otro lado, si el adolescente tiene una

elevada autoestima, tiene más aspiraciones, más autoconfianza y sin dificultad

para plantearse metas, podrá enfrentar cualquier obstáculo, adversidad y se podrá

ajustar a la sociedad, pero esta vez, de acuerdo a sus criterios y principios. Ahora

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bien, normalmente, la autoestima en los adolescentes de ambos sexos no suele

ser alta, precisamente, porque es un período muy crítico de la vida de estas

personas con un efecto muy significativo en su autoestima.

Ante esto, cuando los adolescentes no se sienten aceptados por su grupo

de amigos, no se sienten atractivos tanto para sí mismos como para los otros, no

saben cómo afrontar este período, con lo cual incide en la autoestima y la

disminuye. De hecho, adolescentes con problemas de acné, de exceso de peso,

que piensa que un amigo/a le ha decepcionado, traicionado o le ha

desconsiderado, disminuye rápidamente su autoestima, según estudios realizado

por Banfield y McCabe (2002). Al mismo tiempo, es un período de construcción de

una identidad propia, es una etapa en el que la persona necesita construir gran

parte de su identidad. Pero, si el adolescente tiene baja autoestima no dejará

mostrar su YO, por miedo a que otros le rechacé.

De esta manera, lo que suele ocurrir es que muchos adolescentes crean

una primera identidad basada, sobre todo, en las expectativas que los demás

tienen acerca de si mismo, para que, pueda sentirse aceptado en el grupo social.

Por tanto, el autoconcepto, la autoestima y la percepción de autovalía son tres

conceptos fuertemente relacionados entre sí. Tanto así, que el autoconcepto es un

sistema de creencias que el individuo considera verdaderas respecto a sí mismo,

las cuales son el resultado de un proceso de análisis, valoración e integración de

la información derivada de la propia experiencia y la retroalimentación de los otros

significativos (González-Pienda, Núñez, Gonzalez-Pumariega y García, 1997).

“Una serie de hallazgos han ofrecido apoyos para una perspectiva

multidimensional y jerárquica del autoconcepto, en el cuál se

integrarían tanto los aspectos descriptivos (o cognitivos) del sí

mismo, que se corresponden con la autoimagen, como los

valorativos (o afectivos), que se corresponden con la autoestima”

(ver Marsh y Craven, 2006).

En el autoconcepto se han distinguido los componentes físico, académico,

personal y social (Esnaola, Infante y Zulaika, 2011; Isiksal, 2010; Menjares,

Michael y Rueda, 2000; ver Shavelson, Hubner y Stanton, 1976). Como indican

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Marsh y Craven (2006), el término autoestima se ha empleado principalmente para

referirse al componente global del autoconcepto que aparece en la cumbre de la

jerarquía, la cuál es más transitoria, dependiente del contexto e inestable que los

componentes específicos del autoconcepto. La relación de la autoestima con los

distintos componentes del autoconcepto (físico, académico, personal y social) se

ha visto apoyada en la validación para población española de la Escala de

Autoestima de Rosenberg (RSES; Rosenberg, 1989; ver Martín Albo, Núñez,

Navarro y Grijalvo, 2007). Cuando se analiza el efecto de las contingencias de

reforzamiento en la autoestima, se encuentra que ésta fluctúa en respuesta a

aquellos acontecimientos que a lo largo del desarrollo del individuo han ido

adquiriendo un valor de contingencia para su percepción de autovalía.

Así, las contingencias de autovalía se definen como la relativa importancia

que tienen los distintos acontecimientos para la consideración que los individuos

tienen de sí mismos. Crocker et al. (2002) muestran que los incrementos y

decrementos en la autoestima de los jóvenes en respuesta a sus éxitos y fracasos

dependen, en concreto, de si éstos se producen en las circunstancias vitales que

son contingentes a su percepción de autovalía.

Las reacciones afectivas son, a su vez, más intensas ante los éxitos y fracasos

que se producen en estas circunstancias que ponen en juego su autoestima

(Crocker et al., 2002, 2006).

La autoestima fluctúa, así, en función de las circunstancias específicas que

experimenta el individuo, y afecta de forma importante a su motivación. Al

depender su autoestima principalmente de los resultados que se producen en

ciertas áreas específicas, los jóvenes están motivados por obtener éxito y no fallar

en su consecución, experimentando las emociones positivas intensas y elevada

autoestima que resultan del éxito, y evitando las emociones dolorosas y baja

autoestima que resultan del fracaso (Crocker et al., 2002; Crocker, Brook, Niiya y

Villacorta, 2006). Según el análisis de Dubois y Tevendale (1999), los jóvenes

tienden a realizar aquellas conductas que satisfacen sus contingencias de

autovalía, lo que facilita la obtención de resultados positivos que les provocarán

Page 7: Proyecto II Informe final

emociones positivas y contribuirán, a su vez, a fortalecer su autoestima en las

áreas implicadas (Dubois y Tevendale, 1999).

Mientras que, cuando los jóvenes con menor autoestima experimentan

fracaso en áreas que son relevantes para su autoestima, llevan a cabo un

afrontamiento menos eficaz. Así, tienden a sobregeneralizar los fracasos (Kernis,

Brockner y Frankel, 1989) y dirigen sus conductas a evitar las emociones

negativas que éstos les producen (Park y Maner, 2009). Como indican Crocker y

Wolfe (2001), el individuo que desde edades tempranas aprende respuestas de

evitación para afrontar experiencias que le producen emociones negativas puede

llegar incluso a tener dificultades para afrontar eficazmente estas situaciones, lo

que hace probable que los fracasos se repitan, retroalimentando así una baja

autoestima.

Por lo antes expuesto, la autoestima es un factor crítico que afecta al

ajuste psicológico y social. Así, niveles bajos en la autoestima o autoconcepto de

los jóvenes se han asociado con una serie de síntomas psicopatológicos (para una

revisión, ver Garaigordobil et al., 2008); entre otros, con reacciones de ansiedad,

síntomas depresivos, desesperanza y tendencias suicidas, Una autoestima o

autoconcepto bajos también son frecuentes en los jóvenes que tienden a la

procrastinación o demora innecesaria en la realización de tareas (Ferrari y Díaz

Morales, 2007) y en aquellos que manifiestan conductas agresivas (Garaigordobil

y Durá, 2006; Robins et al., 2010), conductas antisociales, violencia escolar y

violencia relacional. Se ha encontrado que los adolescentes que muestran una

baja autoestima tienden también a un incremento en el consumo de alcohol

(Scheier, Botvin, Griffin y Díaz, 2000; Zimmerman et al., 1997). Becker y Grilo

(2006).

En concreto, la investigación muestra que una autoestima baja en los

contextos familiar y escolar, y una autoestima alta en el contexto de relación con

iguales, se asocian con un mayor consumo en adolescentes y actúan como

variables mediadoras de la influencia del funcionamiento familiar sobre el consumo

encuentran que una baja autoestima en el contexto familiar predice conductas de

experimentación con alcohol y drogas. Otros hallazgos han mostrado también que

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los jóvenes que se sienten poco valorados por sus padres presentan un mayor

consumo de drogas ya desde la preadolescencia (Pinazo, Pons y Carreras, 2002.

Por otra parte, los jóvenes con baja autoestima se caracterizan también

por presentar una peor salud física (William, Chan, Chung y Chui, 2010). Entre las

actitudes y conductas que se asocian a baja autoestima o autoconcepto y son un

riesgo para los problemas de salud destacan un menor rechazo en las

adolescentes a mantener relaciones sexuales sin protección (Salazar et al., 2004),

y trastornos de anorexia y bulimia (Gila, Castro, Gómez y Toro, 2005; Stein y

Corte, 2003). Esta mayor presencia de problemas de salud asociados a baja

autoestima en mujeres adolescentes puede explicarse por el ambiente

sociocultural que pone a éstas en más riesgo que a los varones de sufrir

dificultades asociadas a los cambios físicos de la pubertad (Kling et al., 1999).

La autoestima se gesta, afianza y alimenta a partir de tres pilares:La

significación familiar, El logro de los objetivos y el amor/aprobación de las

personas significativas que nos rodean. En base a la autoestima que poseamos en

cierto momento potenciaremos o anularemos nuestra capacidad de desarrollar las

habilidades internas o de relación y aumentar así el nivel de seguridad en uno

mismo. El ámbito donde comienza a formarse la autoestima es por supuesto el

seno familiar, donde se incorporan los valores, reglas y conceptos. A esto se

refiere significación familiar, posteriormente el resto de nuestro entorno ampliado,

compañeros de juego y escolares, profesores, entre otros. Colaborará a formarla,

rectificarla o reforzarla.

De igual manera, es importante reconocer que, a veces la autoestima de

un individuo se forma a partir de los comentarios lenguaje verbal y las actitudes de

las demás personas hacia él, que le comunicarán un mensaje acerca de él mismo.

Este reconocimiento y cómo se produzca tendrá un papel importante en lo que

hace a los desajustes de la imagen en relación a la sensación de bienestar y de la

construcción de una relación satisfactoria o insatisfactoria con el propio cuerpo, ya

que la autoestima se forma a partir tanto de los comentarios como de las actitudes

del entorno hacia la persona. En relación a la imagen, podemos decir que el nivel

de autoestima se relaciona con la percepción de sí mismo en comparación con los

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valores personales, que son los que se desarrollan durante el proceso de

socialización, en la primera infancia.

Puesto que, el rápido desarrollo de las sociedades junto a la

multiplicidad de influencias interculturales que se han producido, han propiciado

una situación de confusión de valores, a las que los y las adolescentes son

especialmente sensibles. Pueden sentirse en ocasiones escasos de ese marco de

referencias que les permita tomar decisiones adecuadas sobre su propia

conducta. La adolescencia es una época en que los individuos se hacen cada vez

más conscientes de sí mismo y que forjando su individualidad crean un sistema de

valores aprendiendo del rol personal y social que requieren para la vida adulta.

Este proceso de construcción que señala el tránsito de la infancia al mundo adulto

suele ir acompañado de una situación de desequilibrio e inestabilidad, que

perturba al o la adolescente y que también afecta a la familia. En este momento se

habla de una “crisis de adolescencia” la cual varía de acuerdo al temperamento

del o la adolescente, de la personalidad de sus padres, de la calidad de la familia y

de las características del medio.

Sin embargo, es indiscutible que dificultades en la familia constituyen

factores de riesgo para la desviación del comportamiento de los y las

adolescentes, aunque no es determinante la familia puede constituir un factor de

riesgo a través de la práctica de estilos y/o pautas educativas inadecuadas, déficit

o exceso de disciplina, excesiva implicación o demasiado autoritarismo. La baja

comunicación familiar, la inconsistencia en las normas, relaciones afectivas

inadecuadas, límites poco claros y expectativos poco realistas ponen en riesgo el

desarrollo del o la adolescente. Un problema específico en una familia como o es

el divorcio o separación conyugal provoca en los hijos, mayores problemas

académicos y de rendimiento escolar y un mayor consumo de sustancias

químicas. Los y las adolescentes tienden a presentar tristeza, vergüenza,

confusión, angustia y alejamiento de uno o ambos padres, con consecuencias

negativas para su desarrollo.

Por otro lado, la escuela, como agente socializador, desempeña un

papel importante en la formación de los y las adolescentes. Esta institución escolar

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posee medios, procedimientos y métodos para mantener el orden y la disciplina,

los cuales son aplicados a aquellos que violan las normas que rigen el

comportamiento escolar (González, 1996). Los pares también ejercen influencia

en el o la joven, dependiendo del tipo de elección, estos grupos pueden afectarlo

negativamente, incitando y/o reforzando las conductas de riesgo ya presentes en

el o la adolescente. Es importante destacar que una situación puede ser de alto

riesgo en un momento de la vida del o la adolescente, y su influencia en éstos va a

depender por un lado de los logros del desarrollo personal del joven como la

adquisición de capacidades biológicas, psicológicas y recursos sociales que posea

y por otro de las condiciones del entorno de acuerdo al grado en que sean

protectoras, peligrosas, incapacitantes o capacitantes.

Su interacción con las potencialidades y destrezas personales

determinará en buena medida la vulnerabilidad del joven, así, las consecuencias

destructivas del riesgo variarán en relación a los procesos de maduración, las

condiciones de protección y los recursos personales para efectuar ajustes o

integraciones transformadoras de la situación.

Por último, es destacable que una autoestima baja durante la

adolescencia es un factor de riesgo para diversos problemas en la edad adulta. En

un estudio longitudinal, Trzesniewski et al. (2006) encuentran que los individuos

con baja autoestima en la adolescencia tienen un riesgo mayor de sufrir una peor

salud física y mental en la edad adulta, una peor proyección laboral y económica,

y una mayor probabilidad de verse implicados en actuaciones criminales, en

comparación con los adultos que presentaban una elevada autoestima cuando

eran adolescentes.

Este conjunto de hallazgos permite concluir que mejorar la autoestima

en adolescentes puede resultar útil para prevenir un amplio rango de problemas

de conducta, emocionales y de salud tanto en la propia adolescencia como en la

vida adulta. En el orden de las ideas anteriores, las interrogantes que guiarán el

curso de esta investigación estarán referidas a: ¿Es la baja autoestima un

problema para el desarrollo del adolescentes?, ¿Influye el entorno social en la

formación de la autoestima del adolescente?, ¿La discriminación por rasgos

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físicos incide en la autoestima de los adolescentes? los ideales de su grupo social

intervienen por su apariencia física y su autoestima?, ¿Cuáles son los efectos del

bajo autoestima en el adolescente?

Objetivos de la Investigación

Objetivo General

Determinar la importancia de la autoestima en el desarrollo social del adolescente.

Específicos

Identificar los problemas de baja autoestima que influyen en el desarrollo correcto

del adolescente.

Detallar cómo interviene su entorno en la formación de la autoestima en el

adolescente.

Sugerir la autoaceptación y autovaloración del adolescente como clave para una

autoestima sano.

Mencionar cuáles son los efectos que media en su autoestima por el rechazo de

su apariencia.

Justificación de la Investigación

Considerando los objetivos antes descritos, y las premisas que tiene

este estudio, a manera de clarificar es posible expresar que no solo es

preocupante la baja autoestima que pueden presentar los adolescentes, sino

también la incidencia que tiene la apariencia física y su entorno social. Puesto

que, el hecho de no sentirse bien consigo mismo traerá un afecto negativo

para su salud mental, sino también en la forma en la que se comporta.

Sabemos entonces, que es una etapa muy compleja en la vida de toda

persona en la que la autoestima tiene un papel determinante.

La preadolescencia y los primeros años de la adolescencia son una

etapa en la que tomamos más conciencia de las celebridades y las imágenes

de los medios, así como del aspecto de otros niños y la forma en que

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encajamos. Es posible que empecemos a compararnos con otras personas o

con imágenes de los medios ("ideales" que con frecuencia están retocados).

Todo esto puede afectar la forma en que nos sentimos respecto de nosotros

mismos y de nuestros cuerpos, incluso a medida que nos convertimos en

adolescentes. Puesto que, algunas personas tienen dificultades con su

autoestima y su imagen corporal al entrar en la pubertad, porque es una

época en la que el cuerpo atraviesa gran cantidad de cambios. Estos cambios,

en combinación con el deseo de sentirse aceptados por sus amigos, implican

que puede ser tentador que se comparen con los demás. El problema con

esto es que no todos crecen o se desarrollan al mismo tiempo ni del mismo

modo.

Dicho esto, en esta etapa, las relaciones interpersonales son

esenciales para desarrollar una adecuada competencia social y, por tanto,

tener una buena autoestima. Al mismo tiempo, es imprescindible para el

joven, la necesidad de sentirse aceptado. Es decir, ser miembro de un grupo

social para poder construir su propia identidad social con la que enfrentarse al

mundo, sentirse parte de un grupo. El adolescente tiene una elevada

necesidad de resultar atractivo. Es, en ese momento, en el que si el

adolescente no se valora a sí mismo, tendrá dificultades en sus habilidades

sociales, en transmitir el mensaje acerca de sí mismo y acabará modificando

la valoración que el grupo social haga de dicho adolescente. El no tener una

buena autoestima podría ser la base de cualquier conflicto, esta podría

generar inconveniente en todos los ámbitos de un individuo.

De allí pues, este estudio se considera relevante porque es indispensable

tener una autoestima sana, puesto que, genera más seguridad, confianza y el

poder de enfrentar las pruebas que surjan en la vida tanto en el ámbito laboral,

social y personal. Según Nathaniel Branden:

"La autoestima es la confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra

capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida. La confianza en

nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables, de

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ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a

alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos."

Como ya hemos explicado, la autoestima es un factor de vital relevancia en el

desarrollo psicológico, moral y social del niño, así como en su rendimiento escolar,

y en general en todo su crecimiento personal. Además, tal y como se ha explicado

con anterioridad, el contexto de la escuela es de gran influencia en el desarrollo

tanto del autoconcepto como de la autoestima.

Por ello, a continuación presentamos una propuesta destinada a la educación, el

fomento y el correcto desarrollo de un autoconcepto realista, así como de una

autoestima adecuada y equilibrada en los adolescentes. Con la intención de hacer

conscientes a los niños de la idea que tienen de sí mismos, y ajustar la misma a la

realidad. Esto implica aceptar tanto las virtudes como los defectos, y valorar las

diferencias propias y de los compañeros.

MARCO TEÓRICO

En este contexto, y atendiendo a la estructura lógica de esta investigación,

el marco teórico referencial, tiene el propósito de dar a la investigación un sistema

coordinado y coherente de conceptos y proposiciones que permitan abordar el

problema. En efecto, Tamayo y Tamayo (2003), expresan que “es el desarrollo

organizado y sistemático del conjunto de ideas, antecedentes y teorías que

permiten sustentar la investigación..." (p. 25). Por consiguiente, en esta

investigación se considerarán los antecedentes históricos del problema e

investigaciones previas y la descripción de las bases teóricas, que incluyen las

bases legales del estudio en lo relativo a la problemática de las drogas en el

contexto local, nacional y global.

Antecedentes de la Investigación

Page 14: Proyecto II Informe final

La literatura psicológica ha abordado el estudio de la autoestima, ya sea

aceptándola como sinónimo, como parte o como constructo inclusivo de términos

como autoconcepto, autoreconocimiento, autoeficacia, autocontrol o

autoconciencia (Caso y Hernández-Guzmán, 2001). La autoestima es un

componente de naturaleza multidimensional que funciona como un regulador de la

conducta y como un factor determinante para la adaptación personal y social, que

al igual que otros términos utilizados en psicología no cuenta con un consenso

general en su definición (Dolores, 2002).

El primer antecedente que se tiene acerca de la autoestima data de

1890, gracias a las aportaciones de William James, quien propuso que este

término explica los sentimientos de autovalía de una persona, los cuales están

determinados por sus logros actuales entre sus supuestas potencialidades

(Bednar, Wells y Peterson, 1989, en Corral, 2005). Durante los siguientes sesenta

años, este tema desapareció y volvió a retomarse alrededor de los años 50,

aunque no con el mismo término, gracias a las aportaciones de Freudy su teoría

del ego (Mruk, 1999).

En 1965, Rosenberg, plantea en su libro Sociedad y autoimagen deladolescente,

que la autoestima es esencial para el ser humano porque:

a) Implica el desarrollo de patrones,

b) Define el establecimiento de comparaciones entre los individuos y la

comprensión de quién es uno como persona basada en el resultado.

Para este autor, la autoestima es la evaluación que efectúa y mantiene

comúnmente el individuo en referencia a sí mismo; por lo que la autoestima no es

solo un sentimiento, implica también factores preceptúales y cognitivos (Mruk,

1999).

Otra aportación de suma importancia para el estudio de la autoestima, fue la

desarrollada por Coopersmith (1967) en su libro Los Antecedentes de la

Autoestima. Este autor considera que la autoestima es la evaluación que el

individuo hace y generalmente mantiene con respecto a si mismo; ésta expresa

Page 15: Proyecto II Informe final

una actitud de aprobación o desaprobación e indica la medida en la que el sujeto

es capaz. Importante, exitoso y valioso.

La autoestima es un tema que despierta a cada día un gran interés, no-solo

de psicólogos como también de madres y padres. Es una preocupación presente

en muchas casas y conversaciones. Y eso se puede entender por la relación que

está teniendo la autoestima con problemas como la depresión, anorexia, timidez,

abuso de drogas, y otros. Algunos expertos afirman que una baja autoestima

puede llevar a una persona a tener estos problemas, mientras que una buena

autoestima puede hacer con que una persona tenga confianza en sus

capacidades, no se deje manipular por los demás, sea más sensible a las

necesidades del otro, y entre otras cosas, que esté dispuesto a defender sus

principios y valores. Lo ideal sería que los padres no se preocupasen solamente

en mantener una buena salud física a sus hijos, pero que mirasen más por la

salud emocional de los mismos. La autoestima es una pieza fundamental en la

construcción de una efectiva infancia y adolescencia.

Bases Teóricas

En el proyecto de investigación (p. 39), Sabino (2003), expresa: “las bases

teóricas son el conjunto de proposiciones y conceptos tendientes a explicar el

fenómeno que planteamos. El sugiere la ubicación del problema en un enfoque

teórico determinado. Que haya relación entre la teoría y el objeto de estudio. La

posición de diferentes autores sobre el problema que investigamos”.

A continuación se describen algunas bases teóricas que apoyan a la investigación:

Autoconcepto y autoestima

Tanto el autoconcepto como la autoestima son dos de los conceptos más

ambiguos y discutidos dentro del ámbito de la psicología (Ortega, Mínguez y

Rodes, 2000). Sin embargo, en el presente documento no vamos a entrar en dicha

discusión, sino que nos vamos a limitar a recoger aquellas definiciones más

aceptadas.

Page 16: Proyecto II Informe final

El autoconcepto es la idea que tenemos de nosotros mismos. Es la

representación mental de todos y cada uno de los elementos de nuestra persona.

Se trata de un elemento cognitivo, e incluye todas las ideas sobre nuestra

personalidad, nuestras capacidades, nuestra apariencia física, etc., pero sin

aplicarles ningún valor negativo o positivo (Vallés, 1998) Una afirmación

perteneciente al autoconcepto sería, por ejemplo “estoy muy delgado”. La

autoestima es la valoración que el sujeto hace de su autoconcepto (González

Martínez, 1999). Es, por tanto, la comparación de todas estas ideas con el modelo

que consideramos perfecto. De este modo, evaluamos positiva o negativamente

cada característica de nuestra imagen física, psicológica y social, según encaje o

no en la idea de “lo que queremos llegar a ser” (Bermúdez, 2000).

Por tanto, tanto el modelo ideal como las metas personales, pueden variar

radicalmente de una persona a otra. Siguiendo con nuestro ejemplo, la afirmación

“estoy muy delgado” puede ser visto como una virtud o como un defecto,

dependiendo de si el estar delgado tiene un mayor o menor peso en la imagen de

nuestro modelo ideal. Tanto el autoconcepto como la autoestima no son conceptos

globales, sino que cada uno es la suma de una serie de aspectos o de contextos

de actuación. Estos son totalmente independientes, pues es posible tener una

buena valoración de uno mismo en un aspecto y valorar negativamente otro.

Además, es compleja y cambiante, y va desarrollándose a lo largo de nuestra vida.

(Feldman, 2001) Por todo ello, la autoestima determina un papel de suma

importancia en el desarrollo psicológico, cognitivo y social de la persona, y por

tanto, también ha de tenerse en cuenta en el ámbito educativo (Naranjo, 2007).

Factores que influyen en la autoestima

La autoestima comienza a desarrollarse desde que el niño tiene conciencia de sí

mismo como persona. Por tanto, todo su entorno, sus relaciones sociales y sus

experiencias desde este momento pueden influir negativa o positivamente al

desarrollo de este concepto.

Page 17: Proyecto II Informe final

Nos centraremos en describir los contextos que afectan más directamente al niño

de Educación Infantil y Primaria, ya que serán los que nos incumban a la hora de

preparar cualquier intervención en el aula.

En primer lugar, citando a Vallés (1998), la autoestima no es innata, no se hereda,

sino que se aprende. Por ello debe ser educada y reforzada por parte de los

adultos más cercanos al niño: los padres y los maestros.

Los distintos autores proponen varios enfoques a la hora de agrupar los factores

que influyen en la autoestima. Sin embargo, son tres los aceptados por la gran

mayoría:

La familia

El entorno familiar es el primer contexto social del niño, por lo que va a influir en

gran medida en su desarrollo psicológico-social. A partir de todo lo observado,

escuchado y vivido en el contexto de la familia, el niño va a formar su percepción

de “ser humano ideal” (Vallés, 1998). Del mismo modo, a través de sus

interacciones con los demás y sus propias experiencias, será capaz de ir

desarrollando el propio autoconcepto. En definitiva, la cercanía o distancia entre

estos dos conceptos son los que definirán en mayor medida el desarrollo de la

autoestima en este contexto.

Por ejemplo, serán de gran importancia los comentarios y críticas que el niño

escuche acerca del valor de la apariencia física relacionada con el éxito en la vida.

Esto podrá provocar o evitar una baja autoestima por inconformismo con respecto

a su propio aspecto físico.

Por otro lado, los padres tienen una autoridad inherente hacia el niño pequeño, por

lo que todas las valoraciones que hagan con respecto a su persona (positiva o

negativa) tendrán gran influencia en la formación de su autoconcepto.

Los estilos educativos parentales también suponen un punto influyente. Los estilos

autoritarios, y en general cualquier actitud basada en la creencia que el niño se

controla y se enseña con reproches y autoridad, creará en el niño una

Page 18: Proyecto II Informe final

desmesurada exigencia hacia sí mismo, así como la creencia de que la bondad

solo se encuentra en la perfección. (Acosta, 2004).

Por otro lado, un estilo democrático, que fije unas normas y unos estándares

adecuados de conducta y que incluya refuerzos y castigos en función de los

mismos, ayudará al niño a construir una autoestima realista, equilibrando el deseo

de superación con el aprecio por las propias capacidades. Son importantes, por

tanto el interés que muestran los padres por sus hijos, por sus esfuerzos y logros,

así como el feedback que les proporcionen. (Bermúdez, 2000)

Como último punto a añadir, los padres son en sí mismos modelos a seguir por el

niño, por lo que incluso de forma inconsciente están influyendo en el concepto de

ideal de su hijo, y del mismo modo las diferencias o afinidades que el infante

encuentre entre sus progenitores y él mismo podrán mermar o fomentar su

autoestima.

Todo lo que los niños escuchen o perciban por parte de la familia, en especial de

los padres, será tomado muy en cuenta y repercutirá de un modo u otro en la

creación de un autoconcepto realista y una autoestima equilibrada, debido al gran

nexo emocional que une al niño con sus progenitores.

La escuela y la sociedad

El contexto de educación formal también supone un hito de gran importancia en la

vida del niño, ya que en él se resuelve casi la mitad de su jornada diaria. Además,

sus primeras relaciones sociales no familiares se desarrollarán en este contexto.

Durante sus primeros años de escolaridad, el niño aún está en proceso de

formación de su autoconcepto. Es por ello que todas las valoraciones que reciba,

tanto de compañeros como de profesores, serán tenidas en cuenta por el alumno

para la construcción de dicha concepción.

Por otro lado, la situación social de la que disponga el niño dentro del grupo social

que es el aula o el colegio influirá también en su concepto y la valoración de sí

mismo. Como apunta Bermúdez (2000), si una persona no está satisfecha con la

Page 19: Proyecto II Informe final

relación social que tiene en su entorno, difícilmente lo estará consigo misma.

Según Feldman (2001, p. 20) “la manera en la que la sociedad ve al niño influye

en como se ve a sí mismo”. Es decir, el ser humano busca su propia integración

en la sociedad, por lo que un rechazo por parte de la misma lleva a buscar los

errores dentro de uno mismo.

Otro factor muy importante a tener en cuenta son las calificaciones académicas.

Son el modo en que el sistema educativo evalúa las capacidades cognitivas y

aptitudinales de los alumnos, por lo que es normal que los niños las tomen como

una evaluación de su propia persona. Los niños con baja autoestima, como afirma

Naranjo (2007), no son capaces de aislar cada aspecto del autoconcepto, por lo

que una calificación negativa en una asignatura les lleva a devaluarse como

personas integras.

En este aspecto también influye lo que los padres y profesores le han enseñado

que debe ser un estudiante ideal, es decir, el nivel de exigencia percibido en

función de sus propias capacidades. (Bermúdez, 2000).

El niño

Las estructuras de pensamiento interno, los valores, las expectativas y las

percepciones de la propia persona son un factor altamente influyente en la

construcción y el desarrollo de la autoestima.

En primer lugar, el concepto de ser humano ideal que el niño haya formado en su

interior, y con el cual se compara para emitir juicios sobre sí mismo, influye

claramente en la naturaleza de estos juicios. Las metas y retos personales que

una persona se establezca a sí misma, pueden menguar su autoestima si son

excesivos e inalcanzables. (González Martínez, 1999)

También se tienen en cuenta todos aquellos aspectos que el niño considera

necesarios para vivir en sociedad, es decir, los juicios sobre lo que es bueno o

malo. En este aspecto también han influido mucho los padres y todos los adultos

cercanos al niño. Estos ítems también le permiten juzgarse a sí mismo, y la

Page 20: Proyecto II Informe final

benevolencia de este juicio dependerá de lo estrictos o laxos que sean las

exigencias morales.

Según Naranjo (2007), el afrontar una tarea, una relación social o cualquier

problema surgido de un modo optimista y enfocado al éxito es propio de personas

con una autoestima adecuada. Sin embargo, un niño con baja autoestima tiende a

no creer en sus propias posibilidades y a predecir el fracaso ante cualquier nueva

situación.

Por otro lado, además de los factores internos, también son de gran relevancia los

rasgos corporales externos. En la sociedad actual se otorga mucha importancia a

la belleza y la apariencia física, lo cual influye directamente sobre los niños y su

ideal de persona.

Si un niño tiene como ideal de figura física un cuerpo demasiado delgado, alto o

en cualquier caso, fuera de sus posibilidades, crecerá en él un sentimiento de

frustración. Esto, a su vez, fomentará un deterioro de la autoestima.

Todos estos aspectos, tanto los internos al niño como los pertenecientes al

contexto, van formando y determinando la autoestima del infante. Esta autoestima,

a su vez será un factor de suma relevancia en el desarrollo personal, social y

académico, pudiendo determinar en gran medida la vida de la persona. Sin

embargo, como ya se ha comentado anteriormente, la autoestima no es algo

estático y permanente, sino que existe la posibilidad de cambiarla y de educarla,

precisamente desde estos contextos influyentes en los niños.

Desarrollo evolutivo de la autoestima

En la definición de autoestima, incluíamos también la definición del autoconcepto,

como elemento relacionado y de gran importancia en el análisis de la misma. En

primer lugar, debemos apuntar que el autoconcepto precede a la autoestima. Esto

no quiere decir que hasta que el autoconcepto no se haya desarrollado por

completo no comienza a intervenir la autoestima, sino que es necesario tener una

idea de un aspecto de nuestra persona para comenzar a juzgarlo.

Page 21: Proyecto II Informe final

De este modo, el desarrollo del autoconcepto y de la autoestima son dos procesos

dependientes y muy relacionados entre sí. Es por ello que abordaremos ambos

procesos de forma conjunta.

Edad del niño aspectos relevantes de su autoconcepto y su autoestima

Etapas del desarrollo del autoconcepto y la autoestima. Elaboración propia a partir

de Mruk (1998) y Garma y Elexpuru (1999).

De 0 a 3 años

El niño comienza a explorar su propio cuerpo, con el fin de determinar el

límite entre él y el exterior. En estos dos años de vida, tiene lugar la configuración

de la imagen personal, así como algunos aspectos de la identidad (pertenencia a

un sexo, a una familia…). El factor externo que determina la autoestima en esta

etapa son los padres, a través de muestras de cuidado y cariño.

De 3 a 6 años

(Segundo ciclo de Educación Infantil) Establece diferencias entre sí

mismo y los demás, lo que refuerza su autoconcepto. Además, presenta actitudes

de oposición (la “etapa del no”), con la intención de reafirmar la prop ia

personalidad. El infante comienza a poder juzgar sus acciones. Esto proviene en

mayor parte de lo que los adultos le dicen que está bien o que está mal.

De 6 a 8 años

(Primer ciclo de Educación Primaria) Comienza a desarrollar su

autoconcepto en diferentes marcos, en especial el escolar, y a integrarlas de

manera global. Mediante la comparación con sus iguales, va estableciendo juicios

sobre sus propias capacidades.

De 8 a 12 años

(Segundo y tercer ciclo de Educación Primaria) El autoconcepto se basa casi

en su totalidad en la comparación social, así como los juicios emitidos sobre el

Page 22: Proyecto II Informe final

mismo. En este aspecto, la escuela cumple un papel fundamental. En esta etapa

destaca la presencia de un amigo íntimo con el cual el niño se comunica

plenamente. A través de la comunicación se va autoafirmando su identidad.

De 12 a 16 años

(Educación secundaria) A esta edad, el adolescente desarrolla un autoconcepto

completo y personalizado. La autoestima va mejorando con la edad y depende

más de las experiencias personales que de las valoraciones externas recibidas.

De la misma, destacamos la etapa correspondiente a la educación primaria,

durante la cual se percibe el mayor desarrollo del autoconcepto y la afirmación de

la personalidad. Es por ello que surge la necesidad de educar la autoestima

durante su desarrollo para prevenir problemas en este ámbito en el futuro.

Consecuencias de la autoestima

Importancia de la autoestima para el bienestar emocional

Según Bermúdez (2000), son cinco los contextos en los que influye la autoestima

de un niño:

Área escolar: tanto en el rendimiento académico como en su

capacidad de aprendizaje y su desarrollo intelectual.

Área social: en la capacidad de adaptación e interacción en los

grupos sociales, principalmente con las amistades y en la escuela.

Área familiar: en la consciencia de pertenencia al grupo, en las

relaciones afectivas y en la importancia y la atención percibida por

parte de los familiares.

Área de aspecto físico: valoración y aceptación de la apariencia y

presencia física.

Page 23: Proyecto II Informe final

Área moral-ética: en función de la propia evaluación que haga de su

comportamiento, y del concepto moral que tenga de sí mismo,

actuará de un modo u otro.

Vemos, por tanto, que la relación entre todos estos aspectos y la autoestima es

recíproca. Es decir, todos ellos fueron anteriormente analizados como factores que

influyen en la autoestima, pero también son ámbitos de consecuencias de la

misma. Esto quiere decir que todo el contexto del niño, tanto su interior como su

exterior van conformando su autoestima, y esta a su vez influye en su

comportamiento en la sociedad.

Son varias las características que diferencian a personas con alta y baja

autoestima, tanto a nivel social como a nivel intrapersonal.

Tabla comparativa sobre consecuencias de la autoestima. Elaboración propia a

partir de González Martínez (1999), Bermúdez (2000), González-Pienda, Pérez,

González y García (1997), Vallés (1998) y Naranjo (2007).

PERSONAS CON

ALTA AUTOESTIMA

PERSONAS CON

BAJA AUTOESTIMA

Creen en sí mismos y en sus

posibilidades.

No creen en sí mismos. Creen que

todo les saldrá mal.

Se enfrentan a nuevos retos con

optimismo.

No se enfrentan a retos por miedo al

fracaso.

Ante un fracaso, valoran qué pudo ir

mal (factores internos o externos al

sujeto).

Ante un fracaso, se frustran y se

martirizan con culpas.

Tienden a recordar más experiencia

de éxito que de fracaso.

Tienden a no olvidar nunca los

fracasos. Los generalizan. (Si

suspendo un examen de ciencias, soy

muy mal estudiante).

Page 24: Proyecto II Informe final

Ante un fracaso, hacen plan de

mejorar en el futuro.

Ante un fracaso, se convencen de que

jamás superarán el obstáculo.

Aceptan sus errores. Se avergüenzan de sus errores.

Son conscientes que el contexto a

veces está en contra y a veces a

favor.

Tienden a pensar que todo el mundo a

su alrededor está en contra suya.

Establecen amistades de forma sana. Les cuesta establecer amistades

porque no creen en su capacidad de

socialización. Prefieren esconderse.

Actúan de forma abierta hacia otras

personas. Los aceptan tal cual son,

igual que se aceptan a ellos mismos.

Marcan distancias entre los demás y

ellos, como método de protección. Son

demasiado críticos con los demás, así

como con ellos mismos.

Sabe aceptar una crítica. Utiliza respuestas defensivas, de

agresión. Toma las críticas como

ofensas personales.

Pueden plantear afrontar un problema

de manera autónoma.

Pueden caer en la dependencia de otra

persona. Se sienten vulnerables.

Saben que siempre hay alguien mejor

y peor que ellos. Es asertivo.

Tienden a atacar e imponer. Necesita

quedar por encima de los demás para

paliar la ansiedad de saberse peor.

Posee autocontrol emocional. No posee autocontrol emocional.

Justifica sus posturas e ideas. Impone sus ideas por la fuerza, por

miedo a que descubran su inseguridad.

Page 25: Proyecto II Informe final

Tienen capacidad de imaginación, de

innovación y de autonomía.

Al no creer en sus capacidades, no

buscan la innovación ni la autonomía.

Teniendo en cuenta el perfil psicológico y emocional de un niño con baja

autoestima, esto puede desembocar en numerosos problemas en la edad

adolescente, desde marginación social hasta drogadicción o alcoholemia (Vallés,

1998). De ello deriva la necesidad de abordar su educación desde las edades más

tempranas, para que los alumnos lleguen a la adolescencia contando con una

autoestima equilibrada que les permita afrontar la inserción en la sociedad.

Autoestima e inteligencia emocional

La inteligencia emocional es otro de los términos importantes dentro de la

psicología en la educación. Se trata de un aspecto muy relevante en el ajuste

emocional, el éxito en la vida y las relaciones interpersonales en diferentes

contextos de la vida cotidiana (Fernández y Ruiz, 2008).

Actualmente, sabemos que para el completo desarrollo psicológico de los

alumnos, no solo debemos educar los aspectos cognitivos sino también las

emociones y los aspectos sociales. En España, para cubrir esta necesidad, se ha

creado un movimiento educativo llamado “Educación emocional”.

Según Salovey y Mayer, citado por Fernández-Berrocal y Ruiz (2008, p. 429), la

inteligencia emocional se define a través de cuatro habilidades básicas:

“la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud,

la habilidad para acceder y /o generar sentimientos que faciliten el

pensamiento, la habilidad para comprender emociones y el

conocimiento emocional y la habilidad para regular las emociones

promoviendo un crecimiento emocional e intelectual.”

Page 26: Proyecto II Informe final

Los beneficios de tener inteligencia emocional son innumerables, especialmente

en cuatro ámbitos: Relaciones interpersonales, bienestar psicológico, rendimiento

académico y evitar la aparición de conductas disruptivas.

Según explica Marina (2005), una correcta inteligencia emocional permitirá a los

niños relacionarse de forma adecuada con su entorno, y valorar, ajustar y controlar

las emociones para que no afecten a la autoestima.

Del mismo modo, la inteligencia emocional entendida como “el paso del

sentimiento a la ética” (Marina, 2005, p. 41), necesita de una correcta autoestima

para entender no solo el valor de uno mismo, sino también el de los demás,

llegando así al respeto mutuo. Por consiguiente, podríamos considerar la

autoestima como un componente de la educación emocional, ya que ambos son

conceptos interrelacionados y cuya adquisición se beneficia mutuamente.

Evaluación del autoconcepto y la autoestima

Tanto el autoconcepto como la autoestima, al tratarse de aspectos psicológicos

internos a la persona, no son directamente observables. Por un lado, para acceder

al autoconcepto, según Garma y Elexpuru (1999), tenemos dos opciones: o bien

pedir a la persona que informe y valore qué piensa de sí misma, o bien inferirlo,

normalmente después de observarla.

En función de esto, las autoras proponen dos métodos de evaluarlo. En primer

lugar el método del autoconcepto declara, en el cual la persona se describe a sí

misma, a través de entrevistas, juegos, frases incompletas, descripciones orales o

escritas, etc.

En segundo lugar se encuentra el método inferencial, bastante más complejo. En

él, el evaluador se valdrá de diferentes técnicas para describir el concepto que

tiene un sujeto de sí mismo. Para este método es necesario que el observador

tenga una serie de conocimientos teóricos y prácticos sobre el tema, a demás de

conocer lo mejor posible al niño y al contexto que le rodea.

Page 27: Proyecto II Informe final

Esta tarea puede ser realizada por los maestros de primaria, ya que conocen en

gran medida a sus alumnos, pero deben tener cuidado de no confundir su propia

opinión del niño con el autoconcepto que tendrá el alumno.

Por otro lado, varios autores han presentado propuestas para evaluar la

autoestima de las personas. En primer lugar, destacamos a Rosenberg, cuya

escala de evaluación de la autoestima es una de las más utilizadas y aceptadas

(Martín-Albo, Núñez, Navarro y Grijalvo, 2007). Rosenberg considera la

autoestima como un conjunto de pensamientos y sentimientos sobre la propia

valía e importancia. (Rosenberg, 1965 cit. Martín- Albo et al., 2007). Su escala es

un instrumento unidimensional basado en una concepción fenomenológica de la

autoestima, y consta de 10 afirmaciones sobre la valía del sujeto, cinco negativas

y otras cinco positivas.

Otros autores también han desarrollado métodos similares para la medida de la

autoestima. Acosta (2004) propone un método para personas adultas y otro

adecuado a los alumnos. En el primero, el sujeto valorará de uno a diez el uso de

cada aspecto de la vida. (Amor, amistad, familia, sexo y trabajo). En el segundo,

los alumnos valorarán su estado de ánimo con adjetivo como triste, cansado,

fuerte, confiado, malhumorado, etc.

Por otro lado, Ortega (2001), desarrolla un cuestionario de afirmaciones en las que

la persona valorará de uno a cinco su grado de acuerdo con cada una de ellas.

Estas afirmaciones son tanto positivas como negativas, y se refieren a la actitud

del sujeto con respecto a sí mismo y hacia los demás. Este test podría ser

adecuado para alumnos a partir de la etapa de Educación Secundaria, ya que las

afirmaciones tienen cierta complejidad léxica y moral.

Por último, autores como Vallés (1998), plantean métodos más adecuados para su

uso con niños pequeños, en especial dentro de la escuela. Estos consisten en

conversaciones abiertas, pequeños juegos y actividades, y sobre todo,

observación. A través de estas pautas, un profesor será capaz de determina de

Page 28: Proyecto II Informe final

manera temprana los problemas de autoestima de sus alumnos, y ayudarles en su

evolución.

Mejora de la autoestima

Existen numerosas propuestas, actividades y metodologías para la mejora de la

autoestima, así como para su correcto desarrollo. Todas ellas son enriquecedoras,

tanto las publicadas en libros y revistas de renombre, como las compartidas por

maestros de escuela a través de internet. Obviamente las primeras tienen mucha

más base teórica y psicológica, pero nadie conoce el campo de la educación como

los maestros experimentados.

No podemos analizar todos los métodos propuestos por todos los autores, pero,

atendiendo a lo que acabamos de explicar, escogeremos como ejemplo la

interesante propuesta de Feldman (2001), debido a que es una publicación con

adecuada fundamentación teórica escrita por una profesora con extensa

experiencia en el aula.

En primer lugar, la propuesta comienza con una breve exposición de los principios

de la misma: una definición de autoestima, así como una enumeración de

características de adolescentes con alta y baja autoestima.

También se defiende la necesidad de educar este ámbito de la personalidad

desde la escuela, para lo cual se enumeran un sinfín de estrategias a tener en

cuenta por el maestro. Estas estrategias van desde el aceptar al niño tal como es

hasta mantener el sentido del humor. Todas ellas deberán tenerse en cuenta no

solo durante las lecciones sino también en toda la vida escolar.

Como punto imprescindible para mejorar la autoestima de los alumnos, se destaca

la comunicación constructiva, basada en la escucha atenta, control de los

aspectos paralingüísticos y corporales, y utilizar las alabanzas y las críticas de un

modo adecuado.

Todo ello ayudará a crear el ambiente propicio en el aula, para lo cual también

quedan reflejadas una serie de directrices, dirigidas a la estructura del aula, la

Page 29: Proyecto II Informe final

colocación de los materiales, la organización del horario, las técnicas de

evaluación, etc. En definitiva, el aula debe estar centrada en el alumnado.

La propuesta incluye un gran número de actividades, clasificadas en seis

categorías: “Soy una maravilla” (actividades destinadas al autoconocimiento y la

autoaceptación), “Amigos, amigas, amigos” (juegos y proyectos colaborativos,

para favorecer la cooperación), “Sentimientos y emociones” (actividades para

reconocer las emociones, aceptarlas y afrontarlas de modo positivo), “Semejante y

diferente” (respetar y valorar la diversidad), “Cambios” (actividades para mejorar la

adaptabilidad y la autoprotección), y “Para los padres y madres” (Ampliación de la

propuesta al entorno familiar).

Este último lo consideramos un gran acierto por parte de la autora, ya que muy

pocos autores lo incluyen. Si consideramos que la autoestima se desarrolla tanto

en el entorno escolar como en el familiar, es imprescindible cuidar también la

educación en este último, aunque solo sea a través de propuestas para los

padres.

De este modo, procuraremos un desarrollo del autoconcepto y la autoestima del

adolescente de manera completa y desde todos los ámbitos de su vida.

Autoestima y aspecto físico

La imagen corporal suele tener un impacto muy importante sobre la autoestima. El

aspecto físico, sobretodo cuando se es niño o adolescente, juega un papel muy

importante en las relaciones interpersonales y por lo tanto en la formación y en el

desarrollo de la autoestima. La aceptación de uno mismo por parte de los demás

se vuelve muy importante para niños y jóvenes, y en este contexto el aspecto

físico puede ser determinante. Responder a los patrones que marca la moda,

parecerse a modelos y artistas es algo que suele quitar el sueño a gran cantidad

de personas. Por este motivo, el aspecto físico puede tener una influencia muy

negativa sobre nuestra autoestima. Es importante saber trabajar con esta situación

para que no nos afecte y podamos tener una alta autoestima.

Page 30: Proyecto II Informe final

Como debemos trabajar con la autoestima para mejorar todo aquello que tiene

que ver con nuestra imagen corporal:

Para aumentar la autoestima, es importante darse cuenta de que tu cuerpo

es tuyo y de nadie más y que los demás no tienen derecho a desmerecerte

por tu aspecto físico. Si lo hacen, seguramente no se tratará de una

relación que valga la pena valorar o conservar.

Si te preocupa mucho tu aspecto físico o hay algo que te disgusta

especialmente, plantéate que puedes hacer para cambiarlo o si se trata de

algo que es imposible cambiar. Hay determinados rasgos o características

físicas que uno se ve obligado a aceptar, sin embargo otras pueden

cambiarse. La estatura es una característica que uno no puede modificar,

en cambio si lo que te preocupa es el exceso de peso, puedes acudir a un

especialista que te ayude a recuperar tu peso ideal. Esto no quiere decir

que sea fácil, pero si que existe la posibilidad de cambiarlo si realmente

afecta al como te ves y por lo tanto a tu autoestima.

Si decides someterte a un cambio físico, por ejemplo haciendo ejercicio,

sería bueno que lo hicieras por ti mismo y no por lo que los demás piensen

de ti. El sentirse bien con uno mismo debe ser la principal motivación que te

motive al cambio.

El ejercicio físico ayuda a sentirse mejor con uno mismo. Si el problema con

la autoestima viene como consecuencia de un exceso de peso, empezar

una rutina de ejercicio es una buena opción para combatirla. El ejercicio

ayuda a trabajar los diferentes músculos y partes del cuerpo, incrementa las

endorfinas y hace que uno se sienta mejor con uno mismo.

Si lo que te molesta de tu aspecto físico es algún rasgo que no se puede

cambiar, evita pensar tanto en eso y céntrate en otros rasgos positivos o

virtudes que tengas. Cuanta más importancia le des y mas te afecte algún

defecto o rasgo de tu aspecto físico que no te guste, más lo notaran los

Page 31: Proyecto II Informe final

demás. Si tú no le das importancia, seguramente también pasará

desapercibido para los demás.

Sentirse feo o poca cosa hará que los demás te perciban de la misma

forma. Si te sientes bien y agradable, los demás también lo notarán.

El como tu te ves determinará el cómo te verán los demás. Muchas veces

es más una cuestión de actitud que de imagen corporal.

Si te sientes feo o menos que los demás y actúas de esta forma, solo

acentuarás más tus defectos. Una situación que sirve de ejemplo es el caso

de muchas personas que porque tienen un exceso de peso no se atreven a

sentirse guapas. Dado que no se sienten guapas y que piensan que nunca

van a serlo, no se preocupan de su imagen corporal y no se arreglan, no se

preocupan de su ropa, de su higiene, etc., solo porque ya dan por sentado

que no pueden ser guapas… y por tanto ¿para qué esforzarse?. Sin

embargo, en muchos casos es precisamente este comportamiento y

esta dejadez la que precisamente hace que personas que son guapas

(aunque puedan tener unos kilos de más), no lo parezcan.

La autoestima en la sociedad

La forma en la que nos valoramos a nosotros mismos influye en nuestra manera

de comportarnos en sociedad. Así, una persona con autoestima alta suele ser

abierta, confiada, asertiva. Por el contrario, una persona con baja autoestima

tendrá más tendencia a encerrarse en sí misma y comportarse de forma tímida,

pudiendo llegar a aislarse. Esto se debe a que las personas con baja autoestima

están en una constante búsqueda de aceptación, intentando buscar en los demás

una valoración que no son capaces de darse a sí mismos y temiendo

constantemente ser rechazados.

La sociedad también puede influir en nuestra autoestima a través del feedback,

que es la respuesta que los demás dan a nuestras acciones. Según esa respuesta

sea de aceptación o de rechazo, la autoestima de las personas puede elevarse o

disminuir.

Page 32: Proyecto II Informe final

Otra de las formas en las que la sociedad influye en nosotros es a través de la

imposición de deberes morales. Una persona con una autoestima equilibrada y

segura de sí misma examinará esos deberes y aceptará sólo aquellos con los que

está de acuerdo según sus sentimientos y pensamientos. Por el contrario, una

persona con baja autoestima intentará vivir según esos deberes sin planteárselos,

con lo cual puede verse atrapada entre sus verdaderos deseos y la sensación de

culpa que le produce separarse de lo que ordena la sociedad.

Trataremos también otros aspectos en los que la sociedad puede influir, como en

la elección de actividades que podemos realizar en nuestro tiempo libre, que

pueden ser una gran fuente de autoestima, o la manera en la que la situación de

desempleo puede afectar seriamente a la valoración que hagamos de nosotros

mismos.

MARCO METODOLÓGICO

La metodología, de acuerdo con Bavaresco (2005), “Constituye la médula

de la investigación” (p. 45). Además, en ella se expone la descripción de las

unidades de análisis, las técnicas de observación y recolección de datos, los

instrumentos, los procedimientos y las técnicas de análisis, con el objeto de

determinar el significado de los acontecimientos, los cuales permiten la toma de

decisiones para ubicar la investigación dentro del contexto de la realidad que lo

procede. De igual manera, el Marco Metodológico señala la forma como se

enfocan los problemas y el modo como se buscan las respuestas.

Así que, la metodología del proyecto incluye la modalidad de la

investigación, las técnicas y procedimientos que serán utilizados para llevar a cabo

la indagación. Al respecto, el mismo se encuentra conformado por cada uno de los

aspectos concernientes a las técnicas y procedimientos utilizados para recoger la

información necesaria y poder solucionar la problemática planteada. En tal

sentido, Ballestrini (2006) explica que:

Es la instancia referida a los métodos, las diversas reglas, registros,

técnicas, y protocolos con las cuales una teoría y su método calculan

Page 33: Proyecto II Informe final

magnitudes de lo real. De allí pues que se deberán plantear el

conjunto de operaciones técnicas que se incorporarán en el

despliegue de la investigación en el proceso de obtención de los

datos (p. 126).

De acuerdo a lo anterior; este es el conjunto de acciones destinadas a describir y

analizar el fondo del problema planteado, a través de procedimientos específicos

que incluye las técnicas de observación y recolección de datos, determinando el

“cómo” se realizará el estudio, esta tarea consiste en hacer operativa los

conceptos y elementos del problema que se estudiará. Al respecto Carlos Sabino

(2004) dice: “En cuanto a los elementos que es necesario operacionalizar pueden

dividirse en dos grandes campos que requieren un tratamiento diferenciado por su

propia naturaleza: el universo y las variables” (p. 118). En este sentido, el objeto y

desarrollo de esta investigación la cual se aplica en función de los objetivos del

estudio relacionado con la utilidad del mismo, y a nivel descriptivo de acuerdo a

los objetivos internos que se han planteado como base de la misma.

Adicionalmente y establecido el primer patrón de seguimiento para el

desarrollo del proyecto se contempla: Discernir en el tipo de investigación; definir

el diseño de la investigación; población y universo objeto del estudio en función de

los objetivos; definir la muestra la cual servirá de base para las mediciones de

objetivos; indicar los métodos y técnicas para la recolección de los datos; indicar

los procedimientos para actualizar y analizar los resultados obtenidos y definir y

presentar el cronograma de actividades a seguir para el desarrollo del proyecto.

En función de estas directrices se da inicio al desarrollo del Capítulo III Marco

Metodológico descrito y desglosado para la presente investigación.

Tipo de investigación

Cuando se va a resolver un problema en forma científica, es muy conveniente

tener un conocimiento detallado de los posibles tipos de investigación que se

Page 34: Proyecto II Informe final

pueden seguir. Este conocimiento hace posible evitar equivocaciones en la

elección del método adecuado para un procedimiento específico.

Con respecto al tipo de investigación, Tamayo y Tamayo (2003), expresa lo

siguiente:

Cuando se va a resolver un problema en forma científica, es muy

conveniente tener un conocimiento detallado de los posibles tipos de

investigación que se pueden seguir. Este conocimiento hace posible evitar

equivocaciones en la elección del método adecuado para un procedimiento

específico. Conviene anotar que los tipos de investigación difícilmente se

presentan puros; generalmente se combinan entre sí y obedecen

sistemáticamente a la aplicación de la investigación”. (Tamayo y Tamayo,

2003, (p. 37).

Para Tamayo y Tamayo (2003), la investigación experimental:

Se presenta mediante la manipulación de una variable experimental no

comprobada, en condiciones rigurosamente controladas, con el fin de

describir de qué modo o por qué causa se produce una situación o

acontecimiento particular. (p. 41).

Diseño de Investigación.

El diseño de la investigación se realizará de acuerdo a Pérez (2000), una

estrategia general que adopta el investigador, como forma de abordar un problema

específico, que generalmente se traduce en un esquema o gráfico, que permite

identificar los pasos que deberá dar para efectuar el estudio” (p.75). De acuerdo a

los objetivos planteados, este estudio se operacionalizará apoyado en un diseño

de campo, por tomarse los datos directamente de la realidad existente, afirmación

que es avalada por Arias (2004), al señalar que este tipo de diseño es pertinente

cuando se toman los datos directamente de la realidad donde acontecen los

hechos.

Page 35: Proyecto II Informe final

Con el fin de recolectar la información necesaria para responder a las

preguntas de investigación, el investigador debe seleccionar un diseño de

investigación.

Para Arias (2006), “el diseño de investigación es la estrategia general que

adopta el investigador para responder al problema planteado” (p. 26).

Según el autor (Fidias G. Arias (2012)), define: la investigación documental es un

proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis, crítica e interpretación de

datos secundarios, es decir, los obtenidos y registrados por otros investigadores

en fuentes documentales: impresas, audiovisuales o electrónicas. Como en toda

investigación, el propósito de este diseño es el aporte de nuevos conocimientos.

(pag.27).

De igual manera, es por ello que nuestro diseño de investigación estará basado

en el diseño de campo, dado a que la investigación se llevará a cabo en el

laboratorio de perforación donde se encontrará el objeto de estudio y los datos

serán recopilados directamente de la realidad. Sólo determinaremos estos datos a

través de una opinión (encuesta) donde los participantes nos expresaran su

opinión en cuanto a la factibilidad o no del proyecto a realizar.

Para Arias (2006), la investigación de campo está definido como:

Aquella que consiste en la recolección de datos directamente de los

sujetos investigados, o de la realidad donde ocurren los hechos (datos

primarios), sin manipular o controlar variable alguna, es decir, el investigador

obtiene la información pero no altera las condiciones existentes… (p. 31)

Sabino (citado por Arias 2006), incluye en los diseños de campo, los

siguientes:

- Encuestas.

- Panel.

- Estudio de caso.

- Ex post facto.

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Nivel de la Investigación

Se considera la investigación de carácter descriptivo ya que los datos obtenidos

en las distintas situaciones planteadas en la investigación, son descritos e

interpretados según la realidad planteada en la organización. Según, Hernández,

Fernández y Baptista (2005), los estudios a este nivel de alcance” buscan

especificar las propiedades, las características y los perfiles importantes de

personas, grupos, comunidades o cualquier otro fenómeno que se sometan a un

análisis” (p. 117). De la Torre (1999), señala que el nivel descriptivo de una

investigación está relacionado con “las características del universo, formas de

conductas y actitudes del mismo, delimitación de comportamientos concretos,

descubrimiento y comprobación de asociaciones entre variables” (p.48). Por lo que

la investigación en cuestión se ubica en este nivel.

Población y muestra

Población

Según Herrera (2004), se entiende por ésta “el conjunto de todas las unidades

(personas o cosas), que concuerdan con una serie de especificaciones” (p. 47).

Por consiguiente la población en estudio estará conformada:

Estratos Población %

adolescentes 10 100%

Total 10 100%

Fuente: Kiwan (2017).

Muestra

La muestra según Hurtado (2000), es una porción de la población que se

toma para realizar el estudio, la cual se considera representativa”. Para la

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selección de la muestra el tipo de muestreo que se consideró es de tipo censal por

ser un número reducido de personas.

Distribución de la muestra

Muestra Descripción Total

Estrato A adolescentes 10

Total 10

Fuente: Kiwan (2017).

Técnicas e Instrumentos de Recolección de Datos

Es de particular importancia otorgar y no olvidar el valor que tienen las técnicas y

los instrumentos que se emplearán en una investigación. Muchas veces se inicia

un trabajo sin identificar qué tipo de información se necesita o las fuentes en las

cuales puede obtenerse; esto ocasiona pérdidas de tiempo, e incluso, a veces, el

inicio de una nueva investigación. Por tal razón, se considera esencial definir las

técnicas a emplearse en la recolección de la información, al igual que las fuentes

en las que puede adquirir tal información.

Rojas Soriano, (1996-197) señala al referirse a las técnicas e instrumentos para

recopilar información como la de campo, lo siguiente:

Que el volumen y el tipo de información-cualitativa y cuantitativa- que se recaben

en el trabajo de campo deben estar plenamente justificados por los objetivos e

hipótesis de la investigación, o de lo contrario se corre el riesgo de recopilar datos

de poca o ninguna utilidad para efectuar un análisis adecuado del problema.

En opinión de Rodríguez Peñuelas, (2008:10) las técnicas, son los medios

empleados para recolectar información, entre las que destacan la observación,

cuestionario, entrevistas, encuestas.

La encuesta es un procedimiento que permite explorar cuestiones que hacen a la

subjetividad y al mismo tiempo obtener esa información de un número

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considerable de personas, así por ejemplo: Permite explorar la opinión pública y

los valores vigentes de una sociedad, temas de significación científica y de

importancia en las sociedades democráticas (Grasso, 2006:13)

Al respecto, Mayntz et al., (1976:133) citados por Díaz de Rada (2001:13),

describen a la encuesta como la búsqueda sistemática de información en la que el

investigador pregunta a los investigados sobre los datos que desea obtener, y

posteriormente reúne estos datos individuales para obtener durante la evaluación

datos agregados.

Para ello, el cuestionario de la encuesta debe contener una serie de preguntas o

ítems respecto a una o más variables a medir. Gómez, (2006:127-128). Las

preguntas cerradas contienen categorías fijas de respuesta que han sido

delimitadas, las respuestas incluyen dos posibilidades (dicotómicas) o incluir

varias alternativas. Este tipo de preguntas permite facilitar previamente la

codificación (valores numéricos) de las respuestas de los sujetos.

CONCLUSIÓN

La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser en su totalidad

incluyendo los rasgos corporales, mentales y espirituales que conforman la

personalidad. Esta autoestima se va gestando desde la niñez, se aprende y se

puede modificar. Tiene varias dimensiones: física, afectiva, social, ética y

académica, que dan cuenta de diversas áreas de desempeño de la persona. La

autoestima nos indicará la idea, opinión o creencia que tiene una persona sobre su

carácter, su personalidad y su conducta, la valoración adecuada o no de lo que

tiene de positivo o negativo en todas las áreas tanto físicas como espirituales y

hace referencia netamente a la sensación de estar a gusto o disgusto consigo

mismo. Esta sensación a que hacemos referencia es quizás el aspecto más

representativo de la autoestima, ya que es la evaluación que llevamos adelante

sobre los valores y contravalores que advertimos en nosotros mismos, que

produce un sentimiento de admiración, respeto o dolor íntimos con respecto a

quiénes somos en relación a quiénes querríamos ser.

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Se llama caricia a cualquier forma de reconocimiento físico, verbal más allá de que

sea positivo o negativo. Una caricia es una manera de comunicar sé que estás ahí

y este reconocimiento es fundamental para la vida psíquica, para sentir que uno

está bien y es valioso. En la medida que la distancia entre el sí mismo real y el sí

mismo ideal es poca, la autoestima es más sana. Cuando esta distancia se

agranda la autoestima baja y la persona se siente desajustada y desvalorizada en

relación al entorno. Lo interesante es que esto ocurre muchas veces más allá de la

respuesta real del entorno, porque tiene su base en las creencias individuales de

cada quien sobre sí mismo, que será lo que permita darle la significación de

positivismo o negativismo a las caricias que se puedan recibir de su círculos

social, ya que la autoestima constituye un marco de referencia desde donde se

interpreta la realidad externa así como las propias experiencias.

La autoestima influye en el rendimiento de la persona, condiciona las expectativas

y la motivación y de esta manera se erige en un componente basal en la salud y

equilibrio psíquicos. Según se expresa aquí, la sensación de ajuste buena

autoestima y el consecuente bienestar suelen sufrir un descenso al acercarse a la

adolescencia, lo cual, es en ese momento en donde aparecen a nivel evolutivo

psicológico, movimientos de reconstrucción de la personalidad y la individualidad

porque los modelos infantiles ya no sirven y se cuestionan. Es significativo notar

cómo este descenso es más marcado en el sector femenino, impulsado por

mandatos culturales de belleza que aún hoy sigue siendo una exigencia

preponderantemente femenina. Es por tanto importante, recalcar que, una buena

dosis de autoestima es uno de los recursos más valiosos de que puede disponer

un adolescente.

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